Apuntes Módulo 3

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Módulo 3

3.1 Definición y tipos de lenguaje


1. Lenguaje icónico, lenguaje animal y características del lenguaje humano:

• El lenguaje icónico es un sistema de comunicación en el cual la relación entre el mensaje y la


señal es directa y relativamente simple. Cada signo o señal tiene un único significado fijo. Este
tipo de lenguaje está vinculado principalmente a lo físico y a expresiones inmediatas, como
emociones o sensaciones, pero no va más allá de lo concreto. Los signos icónicos no refieren a
objetos abstractos ni permiten una gran variabilidad de interpretaciones. Es el tipo de lenguaje
que se observa en animales y se limita a representar lo que es inmediato y visible.

• Por otro lado, el lenguaje humano tiene varias características que lo hacen único. Entre ellas
está la universalidad semántica, que permite a los seres humanos hablar sobre cualquier cosa,
sin importar si es real o imaginaria, cercana o lejana, o si ocurrió en el pasado, presente o futuro.
Además, el lenguaje humano es productivo, es decir, es infinitamente creativo y permite formar
nuevas combinaciones de palabras y significados sin límites predefinidos. Otra característica es el
desplazamiento, lo que significa que los humanos pueden referirse a eventos que no están
presentes en el momento actual, una capacidad que no se observa en otros animales. Por último,
está la reflexividad, o la habilidad de usar el lenguaje para hablar sobre el propio lenguaje,
reflexionando sobre cómo se usa o sobre sus propiedades.

2. Definición y tipos de lenguaje en humanos y animales:

• Desde una perspectiva anatómica, los humanos no son radicalmente diferentes de otros
simios, pero lo que nos diferencia claramente es el lenguaje. Desde la antigüedad, los griegos ya
señalaban que el lenguaje (logos) era lo que distinguía al ser humano de los animales. El lenguaje
no solo es una forma de comunicación de estados mentales, sino también un instrumento para
manipular y expresar pensamientos complejos. Mientras que el lenguaje animal se limita a
sonidos o gestos simples, el lenguaje humano permite crear representaciones simbólicas de
nuestra realidad.

• El lenguaje humano también es producto cultural, se aprende y se transmite socialmente.


No es solo una capacidad biológica, aunque depende del aparato bucofaríngeo para la
articulación de sonidos, sino que es parte de un sistema más amplio de interacción social.
Involucra no solo las palabras habladas, sino también los gestos, tonos de voz y otros elementos
que ocurren dentro de un contexto social y cultural. Además, los humanos pueden usar el
lenguaje para pensar sobre realidades abstractas, lo que lo convierte en un rasgo distintivo
fundamental en comparación con los animales.

En resumen, el lenguaje humano es mucho más que una simple herramienta de comunicación:
es una capacidad altamente desarrollada que combina factores biológicos y culturales, y que nos
permite expresar pensamientos complejos, referirnos a eventos fuera de nuestra percepción
inmediata y reflexionar sobre el propio acto de comunicar. Esto contrasta con el lenguaje icónico o
animal, que es mucho más limitado en cuanto a lo que puede expresar y cómo lo hace.

3.2 Falacias
1. Definición de falacias:

Una falacia es un razonamiento defectuoso que puede parecer válido o lógico a simple vista, pero que
en realidad no lo es. No importa si la conclusión a la que se llega a través de una falacia es verdadera o
falsa, el proceso que llevó a dicha conclusión es incorrecto porque viola alguna regla lógica
fundamental. La existencia de las falacias nos alerta sobre los peligros de aceptar argumentos mal
estructurados o que contengan información irrelevante, engañosa o incorrecta.

2. Clasificación de las falacias:

Las falacias se pueden clasificar en dos grandes grupos:

• Formales: Estas falacias se refieren a fallos en la estructura del razonamiento. Aunque el


contenido pueda parecer convincente, la lógica interna falla.

• Informales: Se producen cuando el error se encuentra en el contenido del argumento y no en su


forma lógica.

3. Ejemplos y tipos específicos de falacias:

Falacias de atinencia (o relevancia):

Estas falacias ocurren cuando las premisas no tienen relación lógica con la conclusión. Se utilizan
argumentos que no son pertinentes al tema principal y, por tanto, no pueden apoyar de manera
adecuada la conclusión.
• Ejemplo: Estás discutiendo sobre frutas y, sin conexión alguna, llegas a la conclusión de que lo que
dices también aplica a los animales. Este tipo de falacia es común cuando se cambian los términos del
debate sin relación con el tema original.

Falacias de relevancia:

• Apelación a la emoción o al pueblo (argumentum ad populum): Se busca convencer al público


apelando a sus emociones o utilizando la popularidad como argumento. Un ejemplo clásico es cuando
un producto se vende diciendo que “millones de personas lo compran, por lo tanto, debe ser el mejor”.

• Apelación a la fuerza (argumentum ad baculum): Este tipo de falacia utiliza la amenaza o el


poder para imponer una idea. Por ejemplo, en una discusión familiar, si un hermano mayor usa su
autoridad o fuerza para terminar una conversación diciendo “te callas o te pego”, en lugar de refutar
los argumentos del hermano menor.

• Argumento contra el hombre (argumentum ad hominem): En lugar de refutar el argumento, se


ataca a la persona que lo presenta. Esto puede ocurrir de distintas formas: descalificando a la persona
por su carácter, sus acciones previas, o utilizando insultos y argumentos personales irrelevantes para la
discusión.

Falacias de inducción deficiente:

Estas falacias se producen cuando las premisas del argumento no son suficientes para justificar la
conclusión a la que se llega. Son comunes en debates donde se malinterpreta o se presenta
información irrelevante.

• Argumento por la ignorancia (argumentum ad ignorantiam): Consiste en afirmar que algo es


verdadero o falso solo porque no se ha demostrado lo contrario. Por ejemplo, si en un juicio se alega
que una persona es inocente simplemente porque no se ha demostrado su culpabilidad, se está
usando esta falacia.

• Apelación inadecuada a la autoridad: Se apoya un argumento en la autoridad de alguien que no


es relevante o no tiene conocimientos en el tema en cuestión. Este error ocurre cuando se asume que
solo porque una figura de autoridad lo dice, entonces debe ser verdad, aunque esa persona no sea un
experto en la materia.

• Causa falsa: Esta falacia ocurre cuando se asume que porque un evento ocurrió antes que otro,
necesariamente lo causó. Es una confusión de correlación con causalidad.

• Generalización precipitada: Se llega a una conclusión general basándose en muy pocos ejemplos
o en situaciones excepcionales que no representan el conjunto. Esto es común en prejuicios o
estereotipos, cuando alguien forma una opinión sobre un grupo entero por la experiencia limitada con
uno o pocos individuos.

4. Reflexión:

Conocer las falacias y sus estructuras nos ayuda a construir argumentos más sólidos y detectar
razonamientos defectuosos en las conversaciones cotidianas. Las falacias, aunque pueden parecer
convincentes, no siguen las reglas lógicas necesarias para llegar a una conclusión válida. Por ello,
identificar y evitar estas falacias es esencial para una comunicación clara y racional.

Este análisis no solo mejora nuestra capacidad de argumentar, sino que también nos protege de ser
manipulados por razonamientos defectuosos que pueden parecer persuasivos, pero que en realidad
no tienen una base sólida.

3.3 Distinción entre valides e invalides


La validez resulta coherente como resultado de lo sustentado por las proposiciones en la conclusión de un argumento
propuesto, el cual será válido. Por otro

la verdad es el atributo de una proposición que afirma lo que realmente es el caso. Copi, (2013:17) Con lo anterior
podemos entender que la validez se da como el resultado de la relación de ciertas premisas y la conclusión a la que
llegan, es decir, son argumentos. Y la verdad y falsedad se da de manera individual en las proposiciones.

Lo anterior indica que los razonamientos son válidos o inválidos en su forma. Así es lo que determina válido o

invalido a un razonamiento es su forma.

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