Los Impactos Del Turismo
Los Impactos Del Turismo
Los Impactos Del Turismo
43-56
1. INTRODUCCIÓN
43
TOMÁS FRANCO ALIAGA Y ÓSCAR GARCÍA GUILLÉN
2. EL IMPACTO ECONÓMICO
44
Los impactos del turismo
45
TOMÁS FRANCO ALIAGA Y ÓSCAR GARCÍA GUILLÉN
46
Los impactos del turismo
la ley de la gravedad. A veces el atractivo turístico está en las
más desarrolladas, a donde acude la población en demanda
de empleo. El resultado es una mayor despoblación de las
regiones deprimidas y el recrudecimiento de los
desequilibrios regionales. Veamos seguidamente con cierto
detalle el impacto económico del turismo en esta última
década sobre la Balanza de Pagos, el Producto Interior Bruto
y el empleo en España.
47
TOMÁS FRANCO ALIAGA Y ÓSCAR GARCÍA GUILLÉN
Según el cuadro 1, la cobertura del déficit comercial a
través de los ingresos turísticos refleja los altibajos de
nuestras relaciones económicas con el exterior. Sin
embargo, dichos vaivenes no se producen en el territorio
de las actividades turísticas, en permanente incremento,
sino en el de la economía española en su conjunto. Las
tasas de cobertura tanto sobre las importaciones como
sobre las exportaciones globales van decreciendo
paulatinamente a la par que se fortalece el resto de
nuestros subsectores económicos dentro del mercado
internacional.
No es fácil singularizar para su cuantificación los
ingresos y los gastos internacionales por turismo, que en
1997 ascendieron a un total de 3,9 billones y 662.000
millones de pesetas, respectivamente, lo que arroja un
saldo positivo de casi 3,3 billones de pesetas, un 13,7%
más que en el año anterior. Las distintas partidas que
conforman los ingresos son las siguientes: divisas
ingresadas por los diversos servicios, otras partidas que
corresponden a sueldos de españoles que trabajan en esta
actividad, beneficios obtenidos en inversiones turísticas
internacionales de bienes para consumo turístico interno,
compra de servicios en el exterior, sueldos que se
transfieren de los extranjeros que trabajan entre nosotros y
beneficios que emigran por inversiones en el subsector.
Cuadro 1 . Impacto del turismo en la Balanza de
Pagos Y el PIB
48
Los impactos del turismo
En el año 1997 el déficit de nuestra balanza de pagos
fue de 2,7 bi[Iones de pesetas, ampliamente compensado
por unos ingresos turísticos que alcanzaron la cifra récord
de casi 4 billones de pesetas. Y lo que es más interesante, a
pesar de que los ingresos por turismo se incrementan año
tras año (un 12,5% con respecto a 1996), sin embargo
disminuye su índice de cobertura (25,8%) porque los
productos de otros subsectores de nuestra economía se
consolidan en el exterior a un ritmo más intenso.
El consumo turístico para 1997 arroja un total de 8,6
billones de pesetas, cantidad que recoge el consumo tanto
de los visitantes como de los residentes, este último algo
superior al primero. Para hallar el PIB turístico
multiplicamos la cifra de consumo por un factor de
transformación (0,9832), resultante de incorporar el IVA y
otros impuestos indirectos (Figuerola, 1999b). El resultado
es de 8,4 billones de pesetas, que alcanzan un 10,81% en el
PIB nacional, porcentaje en continuo ascenso según nos
muestra el cuadro 1.
Anteriormente hemos recalcado el efecto multiplicador
y el carácter multisectorial que poseen las actividades
turísticas hasta el punto de que casi ninguna zona de la
economía escapa a su beneficiosa influencia. Eso nos lleva
a valorar la producción turística global en 14,6 billones de
pesetas, cifra que resulta de multiplicar el volumen de
consumo turístico por un índice valorado en 1 ,71. Dicho de
otra manera, se calcula que para producir 100 pesetas en el
ámbito turístico hay que poner en circulación 171 en el
conjunto de la economía (Figuerola, 1999a).
Al igual que la construcción, la actividad turística es un
producto estructuralmente complejo que demanda y genera
numerosos flujos en todas las direcciones, desde los
agrarios con escaso valor añadido hasta los artesanales y
financieros en los que la materia prima apenas cuenta. El
impacto del turismo se deja sentir sobremanera en el
comercio local y en la construcción. En el primer caso, el
turista presiona sobre el consumo de bienes y servicios
locales, que adquiere en un mercado ávido de beneficios
rápidos porque su presencia se limita a un periodo corto de
tiempo. Es el estío del hormiguero, que debe almacenar
febrilmente para el largo invierno de la temporada baja. Hay
casos, como ocurre con Ceuta y Melilla, y otrora con
Andorra, en que los precios del mercado local son el objeto
directo de la marea turística. Por una subida generalizada de
49
TOMÁS FRANCO ALIAGA Y ÓSCAR GARCÍA GUILLÉN
los precios, esta situación de cierta desmesura comercial
puede originar problemas entre los residentes, muchos de
los cuales viven económicamente ajenos a la avalancha
turística.
La influencia sobre la construcción ha tenido efectos
inmediatos en la recalificación de suelos, aumento del
precio de las viviendas, caos urbanístico en numerosos
núcleos costeros, incremento de los niveles de
contaminación, pérdida de las mejores tierras agrícolas
para la construcción de infraestructuras y segundas
residencias, etc. Mencionamos estos aspectos negativos
porque entendemos que el impacto del turismo sobre la
economía, aunque globalmente positivo, ha dejado unas
secuelas amargas sobre el medio ambiente, algunas de
difícil por no decir imposible solución, de lo que
hablaremos más adelante.
50
Los impactos del turismo
51
TOMÁS FRANCO ALIAGA Y ÓSCAR GARCÍA GUILLÉN
tan en boga, pero medioambientalmente suicida, de usar y
tirar.
En un primer momento pudo parecer que la preocupación
por el medio tenía un carácter cultural o político limitado a
grupúsculos ecologistas con ribetes exóticos. Años más tarde
se ha convertido en un problema también para la economía
porque el medio ambiente es ya un bien escaso no sólo por el
consumo de materias primas (suelo, bosques, etc.) sino
también por la pérdida de otros bienes más intangibles como
el paisaje, las áreas de retiro y relajación, o el confort.
La fórmula propuesta por la OCDE (Organización de
Cooperación y Desarrollo Económico) en 1975, quien
contamina paga, ya no nos parece un principio de estricta
justicia para restablecer la equidad sino una autorización
encubierta. Si le damos la vuelta al precepto, éste
abandona su tono conminatorio y se convierte en si puedes
pagar, contamina Es lo que de hecho ocurre debido a las
multas irrisorias que se imponen, a la falta de controles
públicos y a la insensibilidad de la Administración, la
primera en incumplir los tratados internacionales sobre
niveles de contaminación atmosférica.
Si es inevitable un punto de contaminación en algunos
procesos económicos, también debe serlo la valoración de
la misma para incorporar sus costes en los citados
procesos. Es la llamada deseconomía externa a corregir
con un impuesto equivalente a la diferencia entre el coste
social y el privado (Díaz Alvarez, 1996). No es justo que
dicho coste sea cero para la empresa mientras la sociedad
invierte enormes sumas de dinero para descontaminar ríos,
playas o bosques. A la corta esta medida es un mal menor,
pero a la larga los individuos y la sociedad entera deben
convencerse de que no hay mejor sistema sanitario que el
preventivo, ya hablemos del medio ambiente o de nuestro
organismo. Las medidas a tomar irían desde las netamente
represivas a las que estimularan con subvenciones y
ventajas fiscales una producción limpia y respetuosa con el
medio (Franco Sala, 1995).
El impacto del turismo sobre el medio ambiente ofrece
una gama variadísima de tropelías y de enloquecidos palos
de ciego: edificios gigantescos a pie de playa, chalets
colgados de los riscos, basuras repartidas sin control, aguas
contaminadas, carreteras intransitables, ruido hasta el
amanecer, pérdida de tierras fértiles, degradación de
monumentos históricos, etc. Toda esta serie de desmanes
52
Los impactos del turismo
aparece bien en la fase de iniciación de las actividades
turísticas o en la de explotación de las mismas. El proceso
de puesta en marcha conlleva un impacto estructural sobre
el medio que se traduce en la construcción de carreteras,
conducciones de agua y edificaciones. La siguiente fase de
explotación turística incide sobre el consumo de recursos
(agua), acumulación de vertidos (basuras) y contaminación
atmosférica (automóviles, calefacciones e incendios).
53
TOMÁS FRANCO ALIAGA Y ÓSCAR GARCÍA GUILLÉN
No es el caso de los países europeos pues, como ha
demostrado la organización ESOMAR (The European
Society for Opinion and Market Research) (1998),
éstos poseen características muy similares en el plano
turístico, de las que también participa el resto de las
sociedades industrializadas.
En los lugares de destino el turista es percibido como
una fuente de divisas, sin que en ningún momento se lleve
a cabo un balance de pérdidas y ganancias globales,
incluido et medio ambiente. Algo está cambiando
últimamente esta postura como lo prueba la preocupación
por restringir el número de visitantes en algunas zonas,
llegándose incluso a proponer una tasa turística.
Las dificultades para valorar el impacto turístico en el
medio ambiente son obvias porque no es fácil prever el
nivel de saturación, ya sea en el plano físico
(infraestructuras, consumo de agua, sanidad, etc.), en el
medioambiental (contaminación, paisaje, ruidos) o en el
psicológico (grado de aceptación y respeto por ambas
partes). Como ya se ha escrito reiteradamente, los intereses
tanto de los visitantes como de los países receptores son
con frecuencia contrapuestos (Pearce, 1989).
En la Evaluación del Impacto Ambiental (EIA) entran
en juego numerosos aspectos que permiten restañar las
heridas abiertas y evitar los males futuros regulando por
ley el control de los recursos hidráulicos y mineros,
protegiendo las tierras más fértiles, el ecosistema o el
patrimonio cultural (Ruesca y Durán, 1995). Como
fuente de información y método de análisis la EIA es de
gran interés para la toma de decisiones porque ahorra
costes en la ejecución de proyectos y permite el
seguimiento de los mismos. Desde mediados de 1995
existe un Reglamento de la UE (Unión Europea) que
faculta a las empresas la adhesión a un sistema
comunitario de gestión y de auditoría ambiental.
54
Los impactos del turismo
fin de evitar que se ponga en peligro la permanencia de
la vida sobre la Tierra (Blázquez, 1997).
Es una forma respetuosa con el medio ambiente que
va ganando cada vez más adeptos en la medida en que
aquél se degrada en las ciudades y en las zonas
tradicionales de veraneo. Es el modelo turístico del
futuro resumido en la fórmula gestión sostenible por la
que un lugar turístico limitaría el número de visitantes
cuando corriera el riesgo de preservarse su conservación.
Ya se está poniendo en práctica en algunos parques
naturales (Doñana), monumentos prehistóricos (Cuevas
de Altamira) y bosques singulares (Hayedo de Montejo
de la Sierra), entre otros puntos de interés turístico.
Hasta fechas recientes tanto los organismos públicos
como las empresas privadas del ámbito turístico han
considerado los recursos del medio como inagotables y
por tanto carentes de consideración. Los resultados están
a la vista: masificación costera, playas insalubres y
contaminación de muy variada índole, fenómenos todos
ellos en las antípodas del ecoturismo. Éste se está
imponiendo como una poderosa corriente flanqueada por
una filosofía o modo de entender el medio que nos rodea
desde nuevos criterios estéticos y hedonistas, y por un
estado de necesidad a la vista de los desequilibrios y aun
desastres que conlleva tanto descontrol y abuso. El medio
ambiente ya no es un bien libre sino económico por frágil
y escaso, y su consumo ha de realizarse en pequeñas y
equilibradas dosis para que permanezca intacto (Vera,
1992).
El movimiento turístico se ha convertido en un
imponente oleaje por encima de los 650 millones de
personas, cuya repercusión sobre el medio ambiente puede
ser catastrófica (ya lo ha sido en numerosos puntos de
nuestro litoral) si no se ataja desde los planteamientos del
ecoturismo. La gestión sostenible de la que hablábamos con
anterioridad recibe también, para este caso concreto, la
denominación de turismo sostenible, cuyo fin primordial no
es la búsqueda del beneficio económico sino la
conservación del medio implicando a los habitantes de la
zona. Sólo con su plena integración en el proyecto será
posible mantener el equilibrio entre naturaleza, disfrute y
realidad social, la armonía entre los agentes naturales y
sociales que Barkin (1996) denomina desarrollo dual.
55
TOMÁS FRANCO ALIAGA Y ÓSCAR GARCÍA GUILLÉN
Entre los numerosos beneficios que fluyen de un turismo
sostenible, según la Organización Mundial de Turismo
(1993), destacamos los siguientes de carácter global: a)
mantenimiento del equilibrio del medio; b) mejora de la
calidad de vida de la comunidad receptora y c) oferta a los
visitantes de una experiencia de elevado nivel ecológico.
Para la OMT cualquier actuación debe estar guiada por
«principios éticos de respeto a la cultura y al medio
ambiente de la zona receptora, a su economía y forma
tradicional de vida» (1993: 59).
4. EL IMPACTO CULTURAL
56
Los impactos del turismo
grandes ciudades y zonas costeras frente a las regiones
rurales del interior.
Son numerosos los factores socioculturales que han
impulsado esta modalidad más refinada y dispersa de
turismo, como la presencia de un amplio contingente de
jubilados con gran capacidad adquisitiva (The Economist,
1999), el incremento del periodo vacacional, la rapidez de
los transportes, la repulsa hacia los lugares congestionados
a la par que se exige una atención personalizada, y una
sensibilidad cada vez mayor por los temas culturales frente
a la hegemonía tradicional de los puramente recreativos.
Estos últimos ya no se ofrecen como un paquete cerrado,
sino que se acompañan con un abanico de visitas a museos
o de participaciones en actos culturales y folclóricos.
Según Cooper (1993) existen varios factores para medir
el impacto culturaJ producido por el turismo sobre una
pequeña comunidad: e] volumen de visitantes, el tipo de
economía local, el modelo turístico implantado, la
fragilidad del medio y las diferencias socioculturales entre
ambos grupos. La repercusión de una política turística
inadecuada sobre una población tradicional desprotegida
puede acabar destruyendo sus señas de identidad. La
población autóctona es un valor añadido irreemplazable
dentro de la oferta turística, que precisa de una
planificación minuciosa para preservar el equilibrio del
medio, sobre todo desde el punto de vista cultural (Taylor,
1995).
Finalmente, aun cuando estamos hablando del impacto
cultural del turismo, está claro que éste es difícilmente
deslindable del impacto económico, tanto entre los
visitantes como entre la población autóctona. Una vez de
vuelta a sus países, los turistas incorporan algunas
costumbres en su alimentación y forma de vestir que se
traducen en demanda de productos de los lugares visitados.
Y a la inversa, éstos se ven impelidos a la importación de
tecnología más avanzada para atender en viajes próximos
las exigencias de sus huéspedes.
Así pues, el turismo fomenta el progreso y las relaciones
culturales en ambos sentidos. Pero sobre todo rompe el
aislamiento y rebaja el exceso de autoestima a que tiende toda
cultura. Existen algunos riesgos para las culturas más débiles
al entrar en contacto con otras económicamente más
poderosas, aunque ésta es una situación inevitable en un
mundo sin fronteras y en el que el turista avanza victorioso
enarbolando el dólar y, en breve, también el euro.
57
TOMÁS FRANCO ALIAGA Y ÓSCAR GARCÍA GUILLÉN
5. BIBLIOGRAFÍA
BARKIN, D. (1996) «Ecoturism: A Tool for Sustainable Development».
(Documento de Internet disponible en http://www.greenbuilder.com)
BLÁZQUEZ, F. (1997) Diccionario de las Ciencias Humanas. Estella:
Verbo Divino.
BOTE GÓMEZ, V. (1990) Planificación Económica del Turismo. México:
Trillas.
COOPER, C. ET AL. (1993) Tourism Principles and Practice. London:
Longman.
CUADRADO ROURA, J, R. y A. ARRANZ CALVO (1996) «Los
impactos económicos del turismo desde la perspectiva del análisis
input-output» en A. PEDREÑO MUÑOZ (dir.) Introducción a la
Economía del Turismo en España. Madrid: Civitas. págs. 181-216.
DÍAZ ÁLVAREZ, A. (1996) «Turismo y medio ambiente: Análisis
económico» en A. PEDREÑO MUÑOZ (dir.) Introducción a la
Economía del Turismo en España. Madrid: Civitas. págs. 275-
293.
ESOMAR (1998). Standard Demographic Classification. Amsterdam:
ESOMAR.
FIGUEROLA PALOMO, M. (1999a) «Contribución de la actividad
turística a la economía española» en V. BOTE GOMEZ (dir.) La
Actividad Turística Española en 1997. Madrid: O.M. T.
FIGUEROLA PALOMO, M. (1999b) «El turismo y el sistema económico
español» en M. BAYÓN MARINÉ (dir.) 50 Años del Turismo
Español. Madrid: Centro de Estudios Ramón Areces. págs. 281-301.
FRANCESSCUTTI, P. (1997) «Turismo en la aldea global» en M.
TOHARIA (dir.) El Futuro que viene. Madrid: Temas de Hoy. págs.
425-435.
FRANCO SALA, L. (1995) Política Económica del Medio Ambiente.
Barcelona: Cedecs.
IOANNIDES, D. y K. G. DEBBAGE (1998) The Economic Geography of
the Tourist Industry. London: RoutJedge.
JIMÉNEZ MORENO, F. J. (1997) Apuntes de Introducción al Turismo.
Ávila: fundación Cultural Santa Teresa.
MOREY I ANDREU, M. (1991) «L'impacte del tourisme sobre e/ medi
ambient» en M. MOREY I ANDREO (dir.) Turisme i Medi Ambient a
Les Illes Balears. Mallorca: El Tall.
ORGANIZACIÓN MUNDIAL DEL TURISMO (1993) Desarrollo
Turístico Sostenible. Madrid: O.M. T.
ORGANIZACIÓN MUNDIAL DEL TURISMO (1999) Compendio de Estadísticas
del Turismo. 1993-1997. Madrid: O.M.T.
PEARCE, D. (1989) Tourjst Development. Essex: Longman.
RUESCA, S. y G. DURÁN (1995) Empresa y Medio Ambiente. Madrid:
Pirámide.
TAYLOR, G. (1995) 'The Community Apágsroach: Does it really work?'
in Tourism Management, vol. 16, ne . 7.
THE ECONOMIST (1999) 'Ageing Working' in The Economist, 4 de
septiembre.
58
Los impactos del turismo
VERA REBOLLO, J. F. (1992) «La dimensión ambiental de la
planificación turística: Una nueva cultura para el consumo turístico»
en Papers de Turisme, 10: 23-39.
VERA REBOLLO, J. F. (1997) Análisis Territorial del Turismo.
Barcelona: Ariel.
VERA REBOLLO, J, F. y M. MARCHENA GÓMEZ (1996) «El modelo
turístico español: Perspectiva económica y territorial» en A.
PEDREÑO MUÑOZ (dir.) Introducción a la Economía del Turismo en
España. Madrid: Civitas. págs. 327-364.
WORLD TOURISM ORGANISATION (1993) Tourism to the Year 2000. Madrid:
W.T.O.
59