La Maldicion de Belmez
La Maldicion de Belmez
La Maldicion de Belmez
El olor a tierra, el aire fresco soplando a mi cara, todo era verde y hermoso, y
más adelante se encontraba un pueblo chico, nada comparado a lo que era
Madrid, la ciudad donde solia vivir hasta hace poco.
Después de casi 5 horas de viaje por fin habíamos llegado, justo en la entrada
del pueblo estaba un enorme cartel con una flecha que apuntaba hacia
adelante que decía “Bienvenidos a Belmez De La Moradela” mi nuevo hogar.
Todas las casas se veían viejas, la pintura de las paredes muy gastadas,
parecía el típico pueblo abandonado que aparecen en las películas basadas en
los años 1800, bueno creo que estoy exagerando un poco, pero mudarme tan
repentinamente de una ciudad tan moderna como lo es Madrid a este pueblo,
me va costar mucho trabajo acostumbrarme.
Desde el pueblo se podían ver las montañas que le rodeaban, en cada una de
ella se podían ver casas muy hermosas, nada comparadas con las del pueblo.
De repente estábamos de subida a unas de esas montañas, cuando vi una
hermosa casa, o mejor dicho parecía un castillo! La típica casa en la colinas
donde pareciera que vive una princesa.
- Listo, llegamos. – dijo mi padre con una voz de cansancio por manejar
durante cuatro horas.
- Ayúdame a bajar las maletas, Nérida. – dijo mi madre.
- ¿Que? ¿Aquí viviremos? – exclame sorprendida.
- ¿No te gusta? – Dijo mi madre con una sonrisa.
- Hasta que por fin llegaron – nos dijo la señora con una sonrisa en su
rostro.
- Casi nos perdemos, nos costó mucho encontrar la casa. – exclamó mi
madre.
Me preguntaba a mí misma que hacia esta señora aquí, ¿acaso viviremos con
ella? ¿Tendré que verla todos los días? La felicidad que tenía solo me duro
unos minutos. No me imagino viviendo con una señora mayor.
sí tan solo hubiera sabido que ese pedazo de plata me cambiaria la vida.
CAPITULO
II
Recogí el pequeño collar del suelo y entre a la casa, al entrar parecía una
mansión, pero todo parecía ser antiguo, las lámparas, las cortinas, los muebles
etc.
La habitación era hermosa, con una cama grande, una ventana que daba
directo al jardín y un tocador con varios accesorios encimas, tenía dos muebles
al lado de cada cama. Le di las gracias a la señora y puse la maleta encima de
la cama para acomodar mis cosas. Sacando todas mis cosas se me cae el
collar de plata debajo de la cama, a lo que me agacho para recogerlo, pero me
resulta muy difícil alcanzarlo. Cuando ya estaba a punto de alcanzar el collar,
veo unos pies al otro lado de la cama, Suspire fuerte del susto y rápidamente
me levante. Me quede helada por un momento, pensando que si lo que vi fue
solo una alucinación de las tantas horas de viaje o que talvez mi hermana paso
por mi habitación a sacar algo.
Baje las escaleras todavía confundida con lo que acababa de pasar. Llego a la
mesa donde estaban mis padres, mi hermana y la señora. Era un montón de
comida, y todo lo había hecho la señora.
Se me hizo muy raro, pero supongo que solo lo imagine, el cansancio me esta
haciendo muy mal. Terminamos de lavar todo los platos y Charlotte se fue a
descansar. Le di las gracias por la cena a la señora a lo que ella solo asintió
como respuesta. Subí de nuevo a mi habitación, me saque la ropa y la tire a la
ropa sucia para lavarlo al día siguiente. Prendí la ducha y espere hasta que
saliera agua caliente.
Entre a la ducha y me bañe como siempre, cuando salí de la ducha, todo era
vapor y los vidrios estaban todos empañados por el vapor, me lave la cara,
agarre y me cepille los dientes, al momento de mirarme al espejo vi una chica
para detrás de mí.
- Nérida…. – susurro.
- ¿Quién eres? – dije con la voz temblorosa.
Me voltee rápidamente para ver si la chica seguía detrás de mí, pero, no había
nadie.
Sali corriendo del baño, me puse mi pijama y me tape con las sábanas lo más
rápido posible, esperando a que me durmiera, esperando despertar y pensar
que todo había sido un sueño.
No podía, por más que intentara no podía dormir. De repente la ventana
empezó a abrirse y cerrarse por el viento, estaba muy asustada pero era un
ruido muy molesto, así que me pare y me dirigí hacia la ventana, al momento
que estaba tratando de cerrarla, cuando veo a la señora parada en medio del
jardín, estaba cavando.
Que hace una señora de 70 años cavando en medio del jardín, y los más raro
¿Qué hace cavando a mitad de a noche? No llevo ni un día viviendo acá, y
todo cada vez se pone mas raro. No podía dejar a la señora en medio de la
noche cavando quien sabe por qué, así que me puse mis zapatos y baje en
dirección al jardín. Sali de la casa y me dirigí al jardín, pero… no había nadie.
Como es posible, ni siquiera haya rastros de lo que cavo hace un rato, debo
estar volviéndome loca! Regrese a la casa, cuando llegue a la puerta intente
abrir pero estaba cerrado. Toque el timbre pero nadie respondía a abrirme.
Estaba llorando, tenía miedo, estaba todo oscuro y mientras más pasa el
tiempo solo sentía o veía cosas extrañas. Cuando veo la ventana de mi
habitación a la misma chica que vi en mi baño. Se quedo mirándome desde
ahí, unos cuantos segundos después, puso su pie contra la ventana y salto.
Cerré los ojos, ya no aguantaba, no podía ver tal cosa, pero cuando los abrí no
había nada.
CAPITULO
III
No sabía cómo preguntarle directamente sobre la lápida del jardín, pero tendría
que ser directa si quiero conseguir respuestas a todo lo que me esta pasando.
- Fue hace mucho tiempo, ella recién acaba de cumplir 19, así que
bajamos al pueblo para comprarle algo por su cumpleaños, desde hace
años se sabe que aquí en Belmez siempre suceden cosas extrañas,
como la apariciones de caras en los pisos, o las desapariciones
frecuentes, ese día compramos muchas cosas para festejar su
cumpleaños. Pero cuando ya estábamos de regreso a casa, un señor de
edad mayor se nos acercó a ofrecernos manillas y collares, él tenía
cubierta toda la cara, pero por la voz se podía deducir la edad, ya no
tenía plata para comprarle un regalo a rose, pero el señor se acercó a
rose y le dio un collar como regalo. Era un hermoso collar de plata, a ella
le quedaba tan bien y estaba tan contenta por eso. Pero no fue que
hasta dentro de poco empezaron a suceder cosas muy extrañas, ella
decía que veía cosas, o que escuchaba que la llamaban por su nombre.
- Unos días después, rose se puso muy mal, le dio fiebre alta, y sus
alucinaciones se volvieran cada vez más frecuentes y… - la señora
comenzó a llorar mientras seguía hablando.
- Es algo que paso hace mucho tiempo pero sigue siendo doloroso. Rose
al ya no poder más con las alucinaciones se quitó la vida. Tirándose de
la ventana. En los día que ella no estaba siempre aparecía una cosas. El
collar, aparecía en la cocina, en mi habitación, lo guardaba pero por
alguna extraña razón siempre aparecía en diferentes lugares, así que
decidí venderlo en pueblo, en el pueblo me entere que el señor que le
regalo a rose el collar había sido acusado de brujo, dicen que les
regalaba collares a la gente, y aquellos que lo obtuvieran, estarían
malditos por el resto de su vida. Así que enterré ese collar así nunca
nadie podría pasar por eso.
no pude decir ninguna palabra mientras ella hablaba, no, no podía ser el mismo
collar, el mismo collar que me encontré en el piso al entrar a la casa. Saque
lentamente el collar que tenía guardado en el bolsillo. Cuando la señora lo vio
casi le da un infarto.
- No, pero, que haces con eso!! – me dijo con una cara de miedo
- Lo encontré en la entrada de la casa y…
- ¡Es imposible!! ¡Yo lo enterré! ¡Tienes que deshacerte de eso ahora
mismo!
Agarro el collar de mi mano, y salió rápido al jardín. La señora agarro una pala
y empezó a cavar un agujero en medio del jardín, ¨creo que estoy teniendo un
deja vu¨ pensé. Al escuchar semejante alboroto mis padres y mi hermana
salieron. Mi padre intento calmar a la señora, la cual no paraba de decir.
¨va a suceder otra vez¨ una y otra vez. Mis padres la llevaron a su habitación y
yo me quede sola con mi hermana en el jardín.
Ya era de noche, estaba a punto de dormir cuando escuché gritos del piso de
abajo, era mi madre al lado de cuerpo lleno de sangre tirado en el suelo, mi
hermana bajo las escaleras gritando viendo toda la sangre, todos entramos en
pánico, la señora estaba ahí, tirada en el suelo, muerta. Con el collar en la
mano.
Minutos después llego la policía, se hizo una investigación por varios días y
cerraron el caso. ¿Causa? Suicidio.
Pasaron semanas desde lo ocurrido, y no me había pasado nada extraño
desde aquel día, pensé que todo estaría bien, pero no podíamos sacarnos de
la cabeza esa escena tan desagradable que vivimos ese día.
Esa noche baje por un vaso de agua antes de dormir, cuando escucho a
alguien susurrando mi nombre.
- Nérida…
Era una pesadilla, era un infierno, toda mi familia este muerta, no, no puede ser
verdad. Alce mi mirada y había una sombra atrás de un policía, era ella, desde
un principio fue ella.
Fin. Una palabra muy curiosa ¿no? Pero me pregunto, ¿se puede considerar
esto un final? ¿Cómo puede tener un final algo que nunca paso?
Abrí mis ojos lentamente, estaba en mi auto, cuando veo un cartel que dice
“ Bienvenidos a Belmez De La Moradela”
FIN