SL2584 2023

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CLARA INÉS LÓPEZ DÁVILA

Magistrada ponente

SL2584-2023
Radicación n.° 89378
Acta 23

Tumaco (Nariño), veintiocho (28) de junio de dos mil


veintitrés (2023).

Decide la Sala el recurso de casación interpuesto por


RICARDO GÓMEZ MORALES, contra la sentencia
proferida por la Sala Laboral del Tribunal Superior del
Distrito Judicial de Bogotá, el 16 de enero de 2018, en el
proceso que instauró contra el BANCO DE LA
REPÚBLICA.

I. ANTECEDENTES

Ricardo Gómez Morales presentó demanda ordinaria


laboral contra el Banco de la República, para que se lo
condene al pago de la pensión convencional prevista en el
artículo 18 de la recopilación de convenciones colectivas,
por haber cumplido más de 20 años de servicio el 1º de
junio de 2002 y 55 años de edad, el 10 de abril de 2015,
en cuantía equivalente al 100% del último salario, junto

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con el retroactivo, los intereses moratorios o, en su


defecto, la indexación y las costas procesales. En
subsidio, pidió la pensión de jubilación prevista en el
Reglamento Interno de Trabajo de 1985, por 20 años de
servicios y a partir de los 55 años de edad, en un 85% del
último salario, las mesadas causadas y no pagadas, los
intereses de mora o, en defecto, la indexación.

Fundamentó sus peticiones en que nació el 10 de


abril de 1960; que el 1º de junio de 1982 se vinculó al
Banco de la República; que ha sido beneficiario de las
Convenciones Colectivas de Trabajo suscritas por éste y la
Asociación Nacional de Empleados del Banco de la
República -Anebre-; que en la recopilación de las
convenciones dispuesta en la Convención Colectiva 1997-
1999, se previó el reconocimiento de una pensión de
jubilación para los servidores varones con 20 años de
servicio y 55 años de edad; que, de manera paralela, el
Reglamento Interno de Trabajo de 1985 consagró el
reconocimiento de una pensión especial por cumplimiento
de los dos requisitos y condicionada al retiro de la
entidad.

Agregó que a 31 de julio de 2010 acreditó más de 20


años de servicio y los 55 años los cumplió el 10 de abril de
2015; que se desempeñaba en el Banco demandado como
técnico en auditoría; que el 19 de enero de 2016 solicitó
el reconocimiento de la pensión de jubilación
convencional; y que la entidad negó el beneficio mediante

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oficio de 4 de febrero de 2016, en aplicación del Acto


Legislativo 01 de 2005.

Al contestar la demanda, el convocado a juicio se


opuso a lo pretendido. En cuanto a los hechos expuestos,
los admitió como ciertos, salvo los relativos a la
consagración de la pensión de jubilación en el reglamento
interno del trabajo y que haya negado el derecho
prestacional de manera arbitraria.

Propuso en su defensa las excepciones de mérito que


denominó falta de título y causa, cobro de lo no debido,
prescripción, compensación, legalidad de la actuación del
Banco, buena fe, inexistencia de la obligación pretendida
y la genérica.

II. SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA

El Juzgado Treinta y Cuatro Laboral del Circuito de


Bogotá, mediante sentencia del 24 de mayo de 2017,
negó las pretensiones principales de la demanda. Declaró
que el actor causó el derecho a la pensión de jubilación
contemplada en el artículo 78 del Reglamento Interno de
Trabajo de 1985, a partir del 1º de junio de 2012 y, por
tanto, condenó a la entidad a pagarla una vez se retire o
sea retirado del cargo. Dispuso que «Para los efectos de
la liquidación de la mesada pensional, la entidad
pagadora deberá tomar como ingreso base de cotización,
el salario que devengue el demandante al momento del
retiro y aplicar la fórmula porcentual descrita en el

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artículo 78 del reglamento interno del trabajo del año


1985». Negó las demás pretensiones y declaró no
probadas las excepciones propuestas.

III. SENTENCIA DE SEGUNDA INSTANCIA

La Sala Laboral del Tribunal Superior del Distrito


Judicial de Bogotá, por apelación de la entidad
demandada, mediante sentencia de 16 de enero de 2018,
revocó la sentencia para absolverla de todas las
pretensiones incoadas en su contra.

El Tribunal identificó como aspectos a resolver,


conforme al artículo 66 del Código Procesal del Trabajo y
de la Seguridad Social, i) si el reglamento conforme al que
se ordenó la pensión se encontraba vigente; ii) si el
demandante cumplía o no con los requisitos de la pensión
consagrada en el reglamento de 2003 y iii) si el acto
legislativo contemplaba la extinción de regímenes
pensionales consagrados en cualquier acto jurídico,
incluido el reglamento.

Sobre la vigencia del reglamento interno del trabajo


aplicable al caso, recordó lo dispuesto en los artículos
104, 107 y 108 del Código Sustantivo del Trabajo,
respecto a la definición, efectos jurídicos y contenido del
reglamento interno de trabajo y destacó que no se trataba
de un acuerdo entre trabajador y empleador, sino de una
obligación.

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Indicó que en el numeral 18 del artículo 108 del


Código Sustantivo del Trabajo se consagró el deber de
enunciar en el reglamento las prestaciones extralegales
cuando existían, que era viable su creación en ese
instrumento, mediante cláusulas que superaran lo
establecido en la ley, contratos individuales, pactos,
convenciones o laudos arbitrales.

Mencionó que la ley, de manera clara, dispuso que


las normas del reglamento interno del trabajo no podían
desmejorar las condiciones del trabajador en relación con
lo establecido en la ella, en la convención, pactos o
acuerdos o laudos arbitrales previamente suscritos, en
cuanto fueran más favorables a «la parte débil» de la
relación laboral. Dijo que desde luego se podían
establecer cláusulas reglamentarias que superaran los
mínimos dispuestos en la ley, convención o semejantes.

Subrayó que en 1985 la demandada incluyó en el


reglamento interno del trabajo un sistema de pensiones,
en cuyo artículo 78 determinó que se reservaba el
derecho a reformarlo y adaptarlo a una nueva legislación.
Dijo que tal disposición se adecuaba al artículo 124 del
Código Sustantivo del Trabajo, norma vigente para el año
2003, cuando fue modificado el reglamento por la
demandada para ejercer su facultad de adecuar el
sistema pensional a la nueva normatividad, sin que
contuviera cláusulas ineficaces, dado que no se oponían a
la ley, convención, pacto, ni al contrato «[…] pues en ellos
no se pactó un sistema pensional como parece entender o

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expresar la sentencia. Una cosa es que el reglamento se


incorpore al contrato y otra que sea el mismo contrato
[…]».

Por esta razón, expone, el reglamento vigente e


incorporado al contrato del actor es el de 2003, que
válidamente sustituyó el adoptado en 1985 y, por tanto,
se encontraba incorporado al contrato del demandante,
constituyendo la norma que gobernaba las pretensiones
incoadas en el presente proceso.

Precisó que conforme a la redacción del artículo 56


del reglamento interno de 2003, se requerían 20 años de
servicios para la causación del derecho y que el
trabajador fuera retirado, pues la edad era un requisito de
exigibilidad o disfrute, tal como sucedía en las pensiones
restringidas de jubilación, según la jurisprudencia de esta
Corte. Señaló que las dos exigencias para el surgimiento
del derecho, previstas en la norma reglamentaria,
debieron cumplirse antes de la expedición del Acto
Legislativo 01 de 2005, para configurar un derecho
adquirido en los términos de la CC SU-555-2014, esto es,
retiro voluntario o retiro del empleador y tiempo de
servicios, sin que tuviera lugar en este caso antes de la
vigencia de la reforma constitucional.

Concluyó que, contrario a lo sostenido por la juez de


primera instancia, el Acto Legislativo 01 de 2005
abarcaba incluso al reglamento interno del trabajo, al
tratarse de un acto jurídico y la norma superior «[…]

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prohibió establecer condiciones pensionales diferentes en


convenciones, pactos, laudos y cualquier acto jurídico
[…]».

IV. RECURSO DE CASACIÓN

Interpuesto por el demandante, concedido por el


Tribunal y admitido por la Corte, se procede a resolver.

V. ALCANCE DE LA IMPUGNACIÓN

Pretende el recurrente que la Corte case totalmente


la sentencia del Tribunal y, en sede de instancia, confirme
la proferida en primer grado y provea sobre costas.

Con tal propósito formula un cargo, por la causal


primera de casación, que es objeto de réplica y pasa a ser
estudiado.

VI. CARGO ÚNICO

Acusa la sentencia de violar indirectamente, en la


modalidad de aplicación indebida, «los artículos 104, 105,
106, 107, 108, y 109 del Código Sustantivo del Trabajo,
en relación con los arts. 37 y 38 del Decreto 2351 de
1965, 1, 13 y 2, 57, 59, 132 y 142 del Código Sustantivo
de Trabajo y 13, 25 y 53 de la Constitución Nacional».

Como errores de hecho manifiestos que llevaron a la


aducida vulneración, relaciona los siguientes:

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1. Dar por demostrado, sin estarlo, que el Reglamento Interno


de Trabajo de año 1985 fue sustituido en su totalidad por
el Reglamento Interno de Trabajo del año 2003.
2. No dar por demostrado, estándolo, que las disposiciones
del Reglamento Interno de Trabajo del año 1985, aprobado
por Resolución No. 1533 de noviembre de 1985 del
Ministerio del Trabajo hacen parte del contrato de trabajo.
3. Dar por demostrado, sin estarlo, que las prerrogativas y
condiciones laborales contenidas en el Reglamento Interno
de Trabajo del año 1985 constituyen reconocimientos
hechos por mera liberalidad, modificables o revocables en
cualquier momento.
4. No dar por demostrado, estándolo, que [la] Resolución No.
3228 de 24 de noviembre de 2003, expedida por el
Ministerio de la Protección Social, modificó el Reglamento
Interno de Trabajo del año 1985 sólo en aquello que no
desmejorara los beneficios y mejores condiciones
alcanzadas.
5. No dar por demostrado, estándolo, que el Art. 78 del
Reglamento Interno de Trabajo del año 1985 admite más
de una interpretación.
6. No dar por demostrado, estándolo, que la interpretación
más favorable del Art. 78 del Reglamento Interno de
Trabajo del año 1985 permite que el derecho a la pensión
nazca con el cumplimiento de los 20 años de servicio.
7. No dar por demostrado estándolo que a la vigencia del RIT
del año 2003 mi procurado ya sumaba más de 20 años de
servicio.
8. No dar por demostrado, estándolo, que al demandante se
le debe aplicar la interpretación más favorable del art. 78
del Reglamento Interno de Trabajo del año 1985.
9. No dar por demostrado, estándolo, que el derecho a la
pensión de jubilación Reglamentaria se concretó con el
cumplimiento de los 20 años de servicio.

Afirma que tales errores se contraen en la errónea


apreciación de las siguientes pruebas:

 Reglamento Interno de Trabajo del año 2003. Desconociendo


el Tribunal que el Reglamento Interno de Trabajo del año
2003 no podía variar o disminuir las ventajas ya alcanzadas
en el Reglamento Interno de Trabajo del año 1985 sin la
autorización del actor. Además consideró que que (sic) bajo la
preceptiva del Art. 56 de ese estatuto se requeriría para
efectos de la pensión allí contemplada el tiempo de servicio,
la edad y el retiro, pero como estos dos últimos requisitos no
se cumplieron antes del 31 de julio de 2010, despachó de
manera negativa las pretensiones subsidiarias.

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 Certificado de tiempo de servicio. De haberse valorado


debidamente esta evidencia hubiese concluido el Tribunal que
el señor RICARDO GÓMEZ MORALES para el año 2003, cuando
empezó a regir el Reglamento Interno del año 2003, ya
sumaba más de 20 años de servicio, cumplidos el 1 de junio
de 2002.

Y, como pruebas no valoradas, enlista:

 Resolución No. 3228 de 24 de noviembre de 2003, expedida


por el Ministerio de la Protección Social, aprobatoria del
Reglamento Interno de Trabajo del Año 2003. De haber
valorado dicho documento en debida forma hubiera concluido
el Tribunal que desde la misma aprobación del Reglamento
del año 2003 resulto (sic) en ese Acto administrativo se
dispuso que las disposiciones contenidas allí no producirán
ningún efecto en todo aquello en que contraríen o desmejoren
lo que para beneficio del trabajador haya dispuesto la ley,
pacto y/o convención colectiva, laudo arbitral y/o contrato de
trabajo vigente.
 Reglamento Interno de Trabajo del Año 1985. Su indebida
valoración condujo al Tribunal a no analizar la Cláusula 78 de
esa norma, de la cual se puede derivar por lo menos dos
interpretaciones razonables y lógicas a (sic) acerca de la
reunión de los elementos de tiempo de servicio, edad y retiro
para el pago de la pensión reglamentaria.

Para la demostración del cargo, aduce que a pesar


de haber pedido como pretensión subsidiaria el
reconocimiento de la pensión conforme al Reglamento
Interno de Trabajo de 1985, el Tribunal fundamentó su
estudio en el artículo 56 del reglamento del año 2003,
bajo el argumento de que este había derogado el anterior;
que al tenor de la Resolución 3228 del 24 de noviembre
de 2003, que lo aprobó, sus disposiciones «[…] no
producirán ningún efecto en todo aquello en que
contraríen o desmejoren lo que para beneficio del
trabajador haya dispuesto la ley, pacto y/o convención
colectiva, laudo arbitral y /o contrato de trabajo vigente
[…]», por lo que «[…] la afirmación de la variación de los

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conceptos otorgados por mera liberalidad va en contra de


la realidad fáctica del proceso».

Refiere que, acorde con el pronunciamiento de 5 de


noviembre de 2009 de la Sección Segunda, Subsección B,
del Consejo de Estado, Rad. n.º 110010325000200400050
01, la aprobación del reglamento del año 2003 «sólo
podría tener efectos jurídicos vinculantes en aquellos
aspectos que no desmejoren las condiciones de los
trabajadores contenidas en la ley pacto y/o convención
colectiva, laudo arbitral y/o contrato de trabajo» y
conforme al artículo 107 del Código Sustantivo del
Trabajo, el reglamento interno de trabajo hace parte de
los contratos, salvo estipulación favorable en contrario,
por lo que las prerrogativas adicionales a los mínimos
legales contenidas en el reglamento del año 1985, hacían
parte del contrato de trabajo y su modificación no
procedía de manera unilateral, como se pretendió en el
reglamento del año 2003, sino que debía ser de mutuo
acuerdo, sin afectar el mínimo legal, lo que se infiere de la
interpretación armónica de los artículos 57, 59, 132 y 142
del Código Sustantivo del Trabajo (CSJ SL 6448, 31 jul.
1979; CSJ SL 29 jun. 2005 (sic)).

Indica que, de la valoración de la Resolución n.º 3228


del 24 de noviembre de 2003, fluye que los derechos
consagrados en el reglamento no son prestaciones
reconocidas por mera liberalidad, que pueda el empleador
retrotraer a su antojo, que se incorporan al contrato de
trabajo y su modificación unilateral resulta ineficaz.

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Por lo que se concluye que, respecto a los servidores


del Banco de la República, vinculados antes de la
aprobación del reglamento de 2003, la variación de
aspectos como la pensión de jubilación no produce efecto
alguno, por no contar con la aquiescencia de la
organización sindical o con la autorización de cada
trabajador, lo que configura el error del Tribunal, que
debió estudiar la pretensión con el artículo 78 del
reglamento de 1985, máxime que reunió los 20 años de
servicios exigidos en el año 2002, tiempo antes de su
modificación, por cuanto a la pensión de jubilación
especial allí contemplada «se accede única y
exclusivamente por el tiempo de servicio».

Luego de transcribir la disposición reglamentaria,


afirma que:

(…) la estructura gramatical de la cláusula bajo examen


que emplea el adverbio de tiempo “después”, implica que la
pensión se hace efectiva con las edades allí previstas, pero que
el reconocimiento del derecho tiene por base el cumplimiento
de los 20 años de servicio, y en ese entendido el derecho nace
por el tiempo de servicio únicamente y no por el cumplimiento
de la edad. Por lo dicho la edad y el retiro en este evento sólo
son condiciones de exigibilidad o pago de la pensión.

Precisa que como el actor acreditó el tiempo de


servicios el 1º de junio de 2002, antes del cambio de
reglamento interno de trabajo, tenía derecho a percibir la
prestación a partir del retiro y cumplimiento de la edad
mínima.

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Finalmente, concluye que la norma del reglamento


es susceptible de dos interpretaciones: «i) que se
requieren la edad, el tiempo de servicio y el retiro para
tener derecho a la pensión de jubilación, o ii) que basta
con el cumplimiento del tiempo de servicio para que
nazca el derecho a la pensión de jubilación, siendo la
edad y el retiro requisitos de exigibilidad y no de
cumplimiento» y, conforme a lo previsto en los artículos
21 del Código Sustantivo de Trabajo y 53 de la
Constitución Política, debe aplicarse el principio de
favorabilidad para adoptar la interpretación que más
convenga a los intereses del trabajador, de modo que
debe acogerse la tesis de surgimiento de la pensión con el
tiempo de servicio, por el carácter normativo del
reglamento interno de trabajo y que la convención es una
norma jurídica que debe interpretarse a la luz del principio
de favorabilidad, teniendo en cuenta la edad como un
requisito de exigibilidad.

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VII. RÉPLICA

Sostiene que el sustento del Tribunal para revocar la


condena fue lo dispuesto en el Acto Legislativo 01 de
2005, respecto a regímenes pensionales especiales y
reglas de carácter pensional extralegales, por cuanto el
demandante no cumplía con los requisitos de servicio,
edad y desvinculación antes de 31 de julio de 2010; que
el principio de favorabilidad tiene plena cabida en materia
legal, pero no respecto de normas que no tienen
aplicabilidad por haber desaparecido del ámbito jurídico;
que la norma reglamentaria no tiene efecto ultractivo; que
en el artículo 78 del Reglamento Interno de Trabajo se
exigen varias condiciones, tales como edad, tiempo de
servicio y retiro, y no solo una de ellas, pues la letra “y”
del texto de la norma es conjuntiva no disyuntiva. En su
apoyo, citas apartes de la sentencia CSJ SL660-2021.

VIII. CONSIDERACIONES

El Tribunal centró las consideraciones de su decisión


en que el Reglamento Interno de Trabajo de 1985 fue
válidamente modificado por la demandada en el año
2003, con nuevas cláusulas que no se oponían a la ley,
convención, pacto o contrato de trabajo, pues la
incorporación del reglamento a este último, no lo
convertía en el contrato mismo, por lo que el vigente e
incorporado a su contrato laboral es el último reglamento
interno de trabajo, esto es, la normativa del año 2003, sin
que el actor cumpliera con los requisitos de causación

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previstos en su artículo 56 antes del Acto Legislativo 01


de 2005, esto es, 20 años de servicio y el retiro,
concluyendo que conforme a la disposición, la edad era un
requisito de exigibilidad.

La censura radica su inconformidad en la norma


reglamentaria tenida en cuenta para resolver, puesto que
considera que la variación de la pensión de jubilación
contenida en el Reglamento Interno de Trabajo de 2003
no produce efecto alguno respecto de los servidores del
Banco vinculados antes de la aprobación del mismo, por
cuanto las prerrogativas contenidas en el reglamento de
1985 eran parte de sus contratos de trabajo y, en
consecuencia, no podían modificarse unilateralmente y
debía estudiarse la pretensión con el artículo 78 de aquel
reglamento, de cuyo texto infiere que la pensión surgía
exclusivamente con el tiempo de servicios, siendo la edad
y el retiro requisitos de mera exigibilidad, de modo que,
en su sentir, los requisitos para la causación de la pensión
reclamada fueron cumplidos en el año 2002, antes del
Acto Legislativo 01 de 2005.

Conforme a la acusación, corresponde a la Sala


resolver como problema si el Tribunal se equivocó desde
lo fáctico, al remitirse al reglamento interno del trabajo de
2003, para efectos de establecer el derecho a la pensión
de jubilación pretendida de manera subsidiaria, bajo el
argumento de que había derogado el que fue adoptado en
1985.

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Para resolver lo anterior, cabe destacar que la Sala


ya se ha pronunciado en casos idénticos contra la misma
entidad demandada, para sostener que i) el reglamento
interno del trabajo puede ser modificado por el
empleador; ii) no puede tener aplicación ultractiva frente
a los cambios normativos posteriores que se introduzcan;
y iii) en todo caso, las modificaciones que sufra el
reglamento interno no pueden afectar derechos
adquiridos o consolidados en cabeza del titular, ni
derechos mínimos del trabajador.

De este modo, para el caso de la entidad accionada,


la Sala ha predicado que el Reglamento Interno del
Trabajo del año 1985 no puede tener aplicación ultractiva
para situaciones que se consolidan en vigencia del
reglamento expedido en el año 2003, por cuanto éstas
quedarían amparadas por esta nueva disposición que
regula las relaciones entre empleador y trabajadores al
interior de la empresa.

De igual forma, la Sala ha establecido que como la


pensión de jubilación del reglamento interno de trabajo de
1985 se causa con veinte (20) años de servicios y la edad
allí prevista, así como el retiro son meras condiciones de
exigibilidad del derecho, se tiene que si un trabajador
cumple con dicho requisito antes del cambio normativo de
reglamento, efectuado en noviembre de 2003, configurará
un derecho adquirido, el cual está amparado por el
ordenamiento jurídico y, por consiguiente, no puede verse

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afectado por las modificaciones del reglamento interno de


adoptado en el año 2003.

De igual forma, tampoco podría el Acto Legislativo 01


de 2005 tener efecto alguno sobre un derecho pensional
que se configuró con anterioridad a su entrada en
vigencia, por lo que el mismo está amparado por
mandatos y principios constitucionales, tal como lo ha
venido sosteniendo la jurisprudencia de esta Corporación.

Sobre estos asuntos, al resolver un caso de idénticas


dimensiones al presente en contra de la misma entidad
accionada, en la sentencia CSJ SL2962-2022, la Sala
sostuvo:

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Resta por analizar, entonces, si al ocuparse de la


reglamentación de 1985, el juez colegiado de instancia se
equivocó al valorar los requisitos allí consagrados para
acceder a la prestación reclamada en forma subsidiaria.
De manera concreta, si desacertó al entender que la edad
y tiempo de servicios debían concurrir para que pudiera
causarse el derecho pensional o si, por el contrario, la
edad era una simple condición para la exigibilidad de la
prestación, ya causada por la labor desplegada durante el
lapso previsto. La norma extralegal es del siguiente tenor
(fl. 123 y vto.):

Artículo 78. Con fundamento en la ley orgánica del Banco


(Leyes 25 de 1923, 82 de 1931, Ley 7ª. y Decreto 2617 de
1973 y Decreto 386 de 1982), éste tiene establecido y
reglamento el siguiente sistema de pensiones cuyo
derecho a reformar y adaptar a la nueva legislación se
reserva al tenor de las siguientes disposiciones:

- Para las pensiones de que tratan los incisos siguientes, se


exigirá que el trabajador en cuyo favor se decrete, tenga
un mínimo de quince (15) años al servicio del Banco.
(…)
- Todo trabajador que llegue o haya llegado a los cincuenta
y cinco (55) años de edad, si es varón, o a los cincuenta
(50) años si es mujer, después de veinte (20) años de
servicios continuos o discontinuos, tiene derecho a una
pensión mensual vitalicia de jubilación o de vejez, de
acuerdo con la siguiente escala:

Años de servicio Porcentajes de salario


20 75
21 76
22 77
23 78
24 79
25 80
26 81
27 82
28 83
29 84
30 o más 85
- El límite máximo de la cuantía de las pensiones a que se
refiere el inciso anterior será el señalado por la ley.
- El trabajador que se retire o sea retirado del servicio, sin
haber cumplido la edad expresada, tiene derecho a la
pensión al llegar a dicha edad, siempre que haya
cumplido el requisito de los veinte (20) años de servicios.

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- Todo trabajador que cumpla sesenta (60) años de edad


estando al servicio del Banco, tendrá derecho a retirarse
disfrutando de una pensión mensual, en las mismas
condiciones establecidas en el inciso 3o. de este artículo y
el que cumple sesenta y cinco (65) años está obligado a
retirarse, a menos que la Junta Directiva le inste de una
manera formal para que continúe en el banco. Para
disfrutar de la pensión debe haber servido quince (15)
años.
- Todo trabajador que haya prestado sus servicios al Banco
por espacio de treinta (30) años, cualquiera que sea su
edad, estará obligado a retirarse y disfrutará de una
pensión que se liquidará conforme a las normas del
presente artículo, a menos que la Junta Directiva le inste
de una manera formal para que continúe en el Banco.
- Las pensiones legales excluyen las reglamentarias y éstas
a aquellas. En consecuencia, cuando el trabajador se sitúe
en condiciones de causar al mismo tiempo pensiones
legales y reglamentarias podrá optar por la que más le
convenga. Si optare por la pensión reglamentaria dentro
de la cuantía de esta se considerará incorporada la
pensión legal.

Pues bien, advierte la Sala que aunque registra


similitudes, la norma transcrita denota ciertas
particularidades que la alejan del texto convencional
estudiado al resolver el cargo anterior. Por ende, mal hizo
el Tribunal al extender, en forma lacónica y superficial,
iguales consideraciones para uno y otro caso. Desde
luego, ello no es lo que se espera de la administración de
justicia; con mayor razón, si el artículo 61 del Código de
Procedimiento Laboral impone al operador judicial
plasmar los hechos y circunstancias que motivaron su
convencimiento.

Regresando al texto bajo estudio, la Sala observa que el


derecho a la prestación está reservado para aquellos que
lleguen a la edad de 55 años, en el caso de los hombres,
«después de veinte (20) años de servicios continuos o
discontinuos».

Sin embargo, ello no significa que igual que ocurre con la


pensión de jubilación convencional, la edad constituya
una condición para la causación del derecho. Con facilidad
se advierte que a esa inferencia se opone el propio texto
reglamentario, que líneas más adelante dispone con
claridad que el trabajador que se retire o sea retirado del
servicio, sin haber cumplido la edad señalada, «tiene
derecho a la pensión al llegar a dicha edad, siempre que
haya cumplido el requisito de los veinte (20) años de
servicios».

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Es decir, fue el propio empleador, creador de la


prestación, quien restó relevancia a la edad y dignificó el
tiempo de servicios como componente esencial del
derecho pensional. Dicho de otra forma, fue voluntad del
Banco obligarse con sus trabajadores a reconocerles una
pensión de jubilación, con un mínimo de 20 años de
servicio, exigible a la edad de 55 años en el caso de los
hombres y sin perjuicio de los incentivos en función de un
periodo mayor de labores.

Ante el panorama descrito, aflora paladino que el Tribunal


se equivocó al valorar el artículo 78 del RIT de 1985, no
solo por lo ligero de su análisis, sino porque al entender
que el requisito de edad era indispensable para la
causación del derecho, desatendió que, en su
integralidad, el marco reglamentario relegó esa condición
para el simple disfrute o exigibilidad de la prestación.

Tal desatino resulta relevante, porque aflora palmario que


el derecho pensional se consolidó con el cumplimiento del
tiempo mínimo de servicios (20 años). No está en
discusión que el actor reunió ese requisito el 11 de julio
de 2003, es decir, al menos 4 meses antes de que el RIT
fuera sustituido por un nuevo marco normativo. Entonces,
la única conclusión posible es que en vigencia del artículo
78 atrás estudiado, el promotor del proceso reunió los
requisitos necesarios para la causación de la prestación
allí consagrada, de donde se sigue que este beneficio
entró a su patrimonio a partir de ese momento, como un
derecho adquirido.

Como la Corte lo ha explicado en forma inveterada y lo


recordó recientemente:

[…] por definición, un derecho laboral adquirido es aquel


que se configura cuando una persona ha satisfecho la
totalidad de los requisitos establecidos en las fuentes
legales o extralegales sustantivas para su formación o
causación. Solo cuando ello ocurre puede decirse que un
derecho ha entrado en el patrimonio de la persona y, en
esa medida, no es constitucionalmente admisible
desconocerlo a través de leyes, contratos, acuerdos o
convenios -artículo 53 de la Constitución Nacional. (CSJ
SL5560-2021)

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Radicación n.° 89378

En ese orden, aunque el empleador no tenía obstáculo


alguno para derogar o sustituir el RIT de 1985, como en
efecto ocurrió mediante el aprobado en noviembre de
2003, ello no lo facultaba para desconocer los derechos
adquiridos al amparo de la normativa anterior. Tampoco,
cabía entender bajo estos supuestos que la entrada en
vigor del Acto Legislativo 01 de 2005 afectó un beneficio
ya consolidado.

Resulta importante acotar que el estado de cosas descrito


difiere del analizado por la Corporación en la sentencia
CSJ SL660-2021. Allí se descartó la aplicación ultra activa
del reglamento de 1985; es decir, se desestimó que esa
norma pudiera ser llamada a operar ante situaciones
laborales materializadas en vigencia del reglamento que
entró en vigor en noviembre de 2003. Ello no es lo que
acontece en el caso bajo estudio, en la medida en que el
derecho a la pensión se consolidó con anterioridad a dicha
calenda.

Conforme lo advertido debe precisarse que, en el asunto


particular y concretó, el actor cumplió el tiempo de
servicio (20 años), el 11 de julio de 2003, esto es, con
anterioridad a la pérdida de vigencia del reglamento de
1985 (noviembre de 2003), circunstancia que a su vez
implica que con la presente determinación, no se está
rectificando el criterio imperante frente a este aspecto,
sino resolviendo un asunto con particularidades
divergentes de las estudiadas a la fecha, por parte de la
Corporación.

Bajo el contexto que antecede, cobra sentido lo asentado


por la jurisprudencia del trabajo, en cuanto a que «la
pérdida de vigencia de las reglas de carácter pensional
contenidas en convenciones colectivas de trabajo, pactos
colectivos de trabajo, laudos arbitrales y en acuerdos
válidamente celebrados, no comporta la merma de los
derechos adquiridos, mientras esos estatutos o actos
estuvieron en pleno vigor» (Sentencia CSJ SL, 23 ene.
2009, rad. 30077, reiterada, entre otras, en la CSJ SL, 25
oct. 2011, rad. 40551, CSJ SL, 14 ago. 2013, rad. 51753,
CSJ SL5844-2014, CSJ SL1846-2016 y CSJ SL3650-2019).

A la luz de lo expuesto, el cargo tiene éxito y se casará la


sentencia del Tribunal, en cuanto confirmó la negativa al
reconocimiento del derecho pensional consagrado en el
artículo 78 del Reglamento Interno de Trabajo del Banco
de la República, vigente hasta el 24 de noviembre de
2003.

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Radicación n.° 89378

Vistas así las cosas, el Tribunal cometió error al


definir en la sentencia que en el caso del demandante
aplicaba el reglamento interno de trabajo del año 2003,
cuando, según la contestación a la demanda y la
certificación de servicios prestados de folios 109 a 110, el
citado se vinculó al Banco accionado el 1º de junio de
1982, por lo que cumplió los veinte (20) años de servicios
el mismo día y mes de 2002; es decir, tiempo antes de la
entrada en vigencia del reglamento de 2003, por lo que
ya había causado su derecho pensional, siendo que, como
se vio, la edad y el retiro era simples requisitos de
exigibilidad del derecho.

Según lo anterior, tampoco podía el Tribunal afirmar


que los requisitos de causación del derecho no fueron
cumplidos con anterioridad al Acto Legislativo 01 de 2005,
que prohibió la estipulación de condiciones pensionales
diferentes a las legales en convenciones, pactos, laudos o
acuerdos extralegales, por cuanto la exigencia de tiempo
de servicios fue acreditada por el actor el 1º de junio de
2002, mucho antes de la entrada en vigencia de la norma
superior.

En consecuencia, el cargo formulado prospera y, por


tanto, se casará la sentencia impugnada.

Sin costas en el recurso extraordinario, dada su


prosperidad.

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Radicación n.° 89378

Para mejor proveer, se ordenará por Secretaría


enviar oficio a la entidad accionada para que en el
término máximo de diez (10) días, contados desde la
notificación de la presente providencia, allegue con
destino al proceso certificación donde consten los valores
devengados por el actor durante su vinculación laboral,
discriminados mes a mes. Asimismo, certifique la fecha de
retiro del promotor o si aún continúa vigente su relación
de trabajo y cualquier información relacionada con su
estatus pensional.

Costas en las instancias a cargo de la entidad


demandada.

IX. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, Sala de Casación Laboral, administrando justicia
en nombre de la República y por autoridad de la ley,
CASA la sentencia proferida el dieciséis (16) de enero de
dos mil dieciocho (2018) por la Sala Laboral del Tribunal
Superior del Distrito Judicial de Bogotá, dentro del proceso
ordinario laboral seguido por RICARDO GÓMEZ
MORALES contra la BANCO DE LA REPÚBLICA.

Para mejor proveer, se ordena por Secretaría enviar


oficio a la entidad accionada para que en el término
máximo de diez (10) días, contados desde la notificación
de la presente providencia, allegue con destino al
presente proceso certificación donde consten los valores

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Radicación n.° 89378

devengados por el actor durante su vinculación laboral,


discriminados mes a mes. Asimismo, certifique la fecha de
retiro o si aún continúa vigente la relación de trabajo del
promotor y cualquier información relacionada con su
estatus pensional.

Notifíquese, publíquese, cúmplase y devuélvase el


expediente al tribunal de origen.

GERARDO BOTERO ZULUAGA


Presidente de la Sala

FERNANDO CASTILLO CADENA

LUIS BENEDICTO HERRERA DÍAZ

Ausencia justificada
IVÁN MAURICIO LENIS GÓMEZ

CLARA INÉS LÓPEZ DÁVILA

OMAR ÁNGEL MEJÍA AMADOR

MARJORIE ZÚÑIGA ROMERO

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