2.1. Al Andalus. Evolución Política
2.1. Al Andalus. Evolución Política
2.1. Al Andalus. Evolución Política
Borbones
La Edad Media en la Península Ibérica
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Este periodo se va a dividir a su vez en dos partes: la del Emirato dependiente
(714 – 756) y la del Emirato independiente (756 – 929).
En la primera fase este territorio es dependiente política y religiosamente, por
lo que ha de contar con el beneplácito del califa para cualquier tema de importancia.
Fueron estos años de bastante inestabilidad provocada fundamentalmente por
las rencillas entre bereberes y árabes llegados tras la conquista. Los primeros son
musulmanes llegados del norte africano que se van a seguir dedicando al pastoreo en la
meseta central y en las zonas montañosas. Por su parte el origen de los árabes les coloca
en una posición privilegiada en Al Andalus, por lo que ocupan los principales cargos y
las mejores tierras (zonas de vega en el Guadalquivir o en el Ebro). El trato
discriminatorio va a provocar la primera revuelta en el 741, lo que se solventó con la
llegada de tropas sirias venidas desde el sur (que por otra parte rivalizarían también con
los gobernantes árabes por el control del territorio).
Es en este momento cuando tiene lugar la llamada “batalla de Covadonga”,
enfrentamiento muy tergiversado por las crónicas cristianas que en realidad no tendría
mayor importancia para los musulmanes. Tuvo lugar en el año 722 y se considera el
inicio del Reino de Asturias y de la mal llamada “Reconquista”. Sí que pudo ser un
poco más importante la derrota sufrida por los sarracenos en la batalla de Poitiers en el
732, ya que supuso el freno de la expansión del Islam hacia el norte.
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del sur y para conseguir, además de la supremacía política que ya tenía, la
independencia religiosa en Al Andalus. El nuevo dirigente y posteriormente su hijo
Alhakam II consiguen pacificar el territorio musulmán peninsular fortaleciendo el
Ejército, lo que se convierte en una fase de prosperidad política y económica que durará
más de cien años. Esta fase de gobierno también se caracteriza por el impulso que recibe
la cultura y el arte: por un lado se manda construir el Palacio de Medina Azahara y por
otro se patrocina la literatura (ampliándose la biblioteca de Córdoba hasta albergar más
de 400.000 libros).
A finales del siglo X surge la figura de Al-Mansur, primer ministro de Hixam
II que aparta del poder al califa para tomar las riendas del Califato. Su liderazgo militar
la lleva a realizar multiples campañas de castigo en suelo cristiano, arrasando ciudades
como Santiago de Compostela o Barcelona.
Tras su muerte, Al Andalus entra en recesión, abriéndose múltiples luchas
internas que terminan con la disolución del Califato. Todo termina con la disolución del
mismo en 1031 y con la división del territorio andalusí en taifas (reinos independientes
que van a permitir a los cristianos avanzar hacia el sur).
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El retroceso territorial musulmán en la Península lleva a los reyes de taifas a
buscar ayuda en el norte de África. Tras la conquista de Toledo por parte de Alfonso VI
(1085), los dirigentes de Sevilla, Badajoz y Granada reclaman la llegada de los
almorávides, imperio con capital en Marrakech a las órdenes de Yusuf ibn Tashfin que
va a vencer a Alfonso VI en la batalla de Sagrajas en 1086.
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La victoria almohade en el sur tiene como consecuencia la posterior invasión
de la Península, por lo que un nuevo pueblo norteafricano se hará con el control de las
taifas andalusíes. En 1172 cae la última taifa (la de Murcia, en manos del rey Lobo), por
lo que se recupera el radicalismo religioso y el estricto control del poder desde la nueva
capital, Sevilla.
La victoria almohade en Alarcos (1195) obliga al papa Inocencio III a convocar
una Cruzada en la Península. A esta llamada acuden casi todos los reyes cristianos del
norte y muchos caballeros del resto del continente. El enfrentamiento entre las dos
religiones tiene lugar en la batalla de las Navas de Tolosa (1212), dando como resultado
el comienzo del fin del poder almohade en Al Ándalus.
La marcha de los almohades da pie a una tercera fase de reinos de taifas,
pequeños reinos que poco a poco van cayendo en manos de los cristianos del norte.
Reino Nazarí
El único territorio que permanece independiente durante más de dos siglos y
medio es el Reino Nazarí (Nasri) de Granada. Este reino fue fundado por Muhammad I,
miembro de la dinástía de los nazaríes que se proclama sultán en 1232. Desde ese
momento hasta 1237 se va configurando un territorio que va a ocupar las actuales
provincias de Almería, Granada, Málaga y parte de Cádiz.
Su supervivencia se debe a varios factores. En primero lugar el pago de parias
a los reyes castellanos va a ser crucial para entender su evolución política. Los
problemas internos en Castilla y la ayuda en momentos puntuales por parte de pueblos
norteafricanos como los benimerines también favorecen la pervivencia de los nazaríes.
La política expansionista de los Reyes Católicos, los conflictos políticos
internos o las crisis socioeconómicas derivadas de la superpoblación (llegada masiva de
musulmanes de zonas previamente conquistadas por los cristianos) son las causas que
explican el final del reino nazarí. Isabel, con la ayuda de las tropas aragonesas, declara
la guerra a los califas nazaríes (1482), avanzando rápidamente hasta la ciudad
granadina. La capitulación de Boabdil tiene lugar el día 1 de enero de 1492, momento
que se considera el final de la presencia musulmana en la Península después de casi 800
años de pervivencia.
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agrícola se debe a la mejora de las técnicas de regadío, lo que genera unos excedentes
que se destinan al comercio local y provincial. A ello tenemos que sumar lo que aporta
la ganadería, la minería o la producción cerámica y textil.