Varices MI

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VARICES MI

Definición
Se denomina várice o várices (del latín varix) a la dilatación progresiva y
permanente de venas subcutáneas (como ocurre frecuentemente en las
piernas) o submucosas. En ambos casos el aumento de presión en la red
venosa y/o el daño del mecanismo valvular anti relujo son los agentes causales
mas importantes. Otros factores como las alteraciones estructurales de la
pared, juegan también un rol importante.

En su evolución van adoptando formas diferentes: así tenemos que en un inicio


hay pequeñas dilataciones de las venas más delgadas a las que se denominan
varículas.

Epidemiología
Las várices son una de las causas mas frecuentes de consulta en medicina
general y cirugía, tanto por sus repercusiones estéticas como por los síntomas
asociados y sus complicaciones.
El impacto socioeconómico de las complicaciones de la patología venosa es
importante, y constituye uno de los factores de ausentismo laboral mas común.
El gasto en salud por esta causa igualmente considerable, tanto a nivel público
como privado.

Anatomía y/o Fisiología y/o Fisiopatología

En las extremidades inferiores la red venosa se compone de un componente


superficial que drena la piel (10% del retorno aprox.) y de una gran red
profunda (90% restante, que drena la musculatura y planos profundos) y de un
sistema de conexión entre ambas redes, formada por venas puente
denominadas comunicantes y perforantes.

La formación de várices afecta la red superficial y puede comprometer tanto el


territorio de la vena safena interna (mayor) cuyo calibre normal es 3-4 mm, y
tiene al menos 10 válvulas en su trayecto, como de la vena safena externa
(menor) de 3 mm de diámetro promedio y con al menos 7 válvulas.

En la génesis de este problema tan común participan varios factores: En la


posición de pie la presión hidrostática en la red venosa a nivel del maléolo
interno es la diferencia de nivel entredicho punto y el nivel medio de la aurícula
derecha. En un adulto promedio equivale a 100 cm de H20 o aproximadamente
80 mm Hg. Durante el ejercicio el retorno venoso es facilitado por la
contracción/compresión muscular del aparato soleo-gemelar de la pantorrilla,
que actúa como bomba periférica, disminuyendo la presión venosa medida a
nivel del tobillo.

La sobrecarga de volumen venoso, o la falla de mecanismos valvulares anti-


reflujo la obstrucción venosa, o la combinación de estos factores redunda en el
aumento de la tensión de la pared venosa y en su dilatación progresiva, lo que
se facilita si hay una causa genética o adquirida de debilidad estructural de la
pared venosa.
Factores de riesgo
Los factores predisponentes para las várices son:
• sexo (más frecuente en mujeres que en hombres)
• factores genéticos (alteraciones estructurales del tejido de sostén de la
pared venosa)
• raza (más frecuente en población europea que asiática o africana)
• actividad laboral (posición de pie prolongada)
• sobrepeso
• edad
• antecedentes de trombosis venosa profunda
• embarazo.

Clasificación
Las várices siempre se han clasificado en dos grandes grupos:

a) Várices primarias o esenciales.


b) Várices secundarias.

a) Las várices primarias también se denominan esenciales porque su


etiología aún sigue en estudio; en la actualidad existe más de una veintena de
teorias, para explicar su génesis, van desde el factor hereditario, pasando por
influencias hormonales, hábitos alimentarios, hábitos de trabajo, factores
bioquímicos, ecológicos, etc., basta mencionar en la actualidad factores
dependientes del endotelio vascular.

b) Las várices secundarias son aquellas cuya causa etiológica se descubre;


tumores intrapélvicos que comprimen las venas profundas, invasión neoplásica
de las venas profundas, fístulas ateriovenosas congénitas y adquiridas, y lo
más frecuente, várices secundarias debidas a tromboflebitis de las venas
profundas que muchas veces pasa desapercibida en su inicio, haciendo su
debut con las secuelas: várices, aumento de volumen del segmento afectado y
dolor en el miembro comprometido y esta causa es con mucho la más
frecuente, lo que ha originado que a este tipo de várices se las denomine
también postflebíticas o posttrombóticas.

Examen Clínico

Se procede en primer lugar a la inspección, con el paciente de pie y descalzo,


se observa cuál de los sistemas superficiales importantes está dilatado, es
decir si las várices corresponden a vena safena interna y colaterales o a safena
externa; si hay aumento de volumen de uno o de los dos miembros inferiores;
si hay manchas ocres en los segmentos distales de las piernas; si hay
presencia de dermatitis, citratrices o úlceras.

Mediante la palpación se puede detectar endurecimiento del subcutáneo


(hipodermitis), si hay aumento de temperatura en la vena dilatada o si ella se
presenta indurada (tromboflebitis).
La percusión nos sirve como test funcional valvular y constatando si la onda
percutanéa se trasmite endovenosamente.

Manifestaciones clínicas
Los síntomas más característicos de las várices son la pesadez, sensación de
cansancio, calambres generalmente nocturnos, prurito de la extremidad
afectada, sensación de calor local, grados variables de edema vespertino.

Las várices primarias tienen como síntomas acompañantes a las dilataciones


venosas: ardor plantar y en el trayecto de las venas dilatadas, disconfort al
estar mucho tiempo de pie; todas estas molestias desaparecen cuando el
paciente camina o adopta la posición horizontal (acostado).

Las várices secundarias en cambio presentan dolor, cansancio y pesadez de


piernas al estar mucho tiempo de pie e hinchazón de la pierna afectada (edema
venoso), estas molestias aumentan cuando el paciente camina y demoran
mucho en desaparecer, cuando el paciente se acuesta.

En la evolución natural y espontánea de las várices se puede llegar al


formación de alteraciones tróficas cutáneas en relación a los trayectos venosos
e incluso ulceraciones debido a la persistente mayor presión en el territorio
veno-capilar afectado. En grandes várices no es infrecuente la trombosis
(formación de cóagulos) o varicoflebitis, debido al enlentecimiento de la
velocidad del flujo dentro de ellas. Finalmente, por traumatismos menores se
puede erosionar la piel debilitada que cubre los paquetes varicosos
desencadenando un sangramiento o varico-hemorragia.

Estudio diagnóstico
Las pruebas semiológicas para determinar la permeabilidad del sistema venoso
superficial profundo actualmente solo tienen valor histórico (prueba de
Trendelemburg y la prueba de Perthes), ya que el diagnóstico mediante
imágenes con ultrasonido (Eco Duplex Venoso) tiene una elevada sensibilidad
y especificidad, es costo efectivo y está disponible en todos los centros de
salud.

La ecografía con Doppler color (Eco-Duplex) debe ser efectuada tanto en


decúbito como en posición de pies. Esto permite efectuar un prolijo mapeo de
las venas safenas y sus comunicantes, determinando exactamente el diámetro
de los vasos en todo su trayecto, además de medir la velocidad y
características del flujo venoso y determinar el funcionamiento valvular.

Tratamiento
La selección del tratamiento dependerá de si hay complicaciones (varicoflebitis,
alteraciones tróficas, o hemorragia, alteraciones psicológicas) o se trata
simplemente de un problema de índole cosmética.

Los tratamientos disponibles para las várices incluyen:


• Tratamiento “médico”. Los pacientes que presentan desarrollo mínimo de
várices y/o tienen repercusión netamente cosmética pueden ser tratados
medicamente mediante soporte elástico (medias de compresión graduada de
15-21 mmHg), lo que, si bien no corrige la dilatación de los paquetes ya
comprometidos, previene la progresión de la enfermedad. La asociación de
soporte elástico compresivo graduado (con o sin medicamentos de efecto
placebo, no hay medicamentos “venotónicos” aprobados por la FDA) alivia los
síntomas congestivos.
• Escleroterapia (inyección directa de líquido que persigue
eliminar las venas por inflamación/cicatrización) CEAP 1 y 2.
La escleroterapia requiere de múltiples inyecciones, compresión limitada y
soporte elástico profiláctico. Los resultados son mejores en las telangectasias
(dilataciones venocapilares intradérmicas), en paquetes pequeños (várices
reticulares) o en casos en los que persisten algunos paquetes residuales
menores después de la cirugía resectiva. Después de un período variable
puede existir recurrencia y se puede repetir según necesidad.
• Cirugía directa (convencional) o endovascular (mínimamente invasiva, con
láser o radiofrecuencia) CEAP 3-6.
Los pacientes que presentan complicaciones médicas requieren de alguna
forma de tratamiento directo convencional y/o endovascular,
extirpando/inutilizando la safena enferma y extirpando las colaterales dilatadas
con ligadura de las venas comunicantes insuficientes.

El tratamiento elimina la hipertensión venosa del territorio afectado mediante la


extirpación o la inutilización de la vena safena enferma y de los paquetes
varicosos asociados (flebectomía). La técnica láser o de radiofrecuencia para la
ablación endoluminal de las venas dilatadas puede ser complementaria de la
resección quirúrgica de colaterales varicosas.

La selección de los pacientes que se someten intervención quirúrgica directa o


endovascular debe incluir un cuidadoso examen físico para determinar si hay
falla exclusiva del sistema venoso superficial (safeno) o hay insuficiencia del
sistema valvular del sistema venoso profundo, con hipertensión y reflujo hacia
el sistema superficial.

También debe determinarse mediante eco-Doppler si existe o no obstrucción


por trombosis antigua del sistema venoso profundo. Esta distinción tiene gran
importancia, puesto que permite establecer un pronóstico en cuanto a
resultados. En los pacientes en que sólo hay compromiso del sistema venoso
superficial los resultados de la cirugía son muy buenos, con muy bajo índice de
recidiva en el largo plazo. Sin embargo, si la causa de las dilataciones es la
compensación de una insuficiencia del sistema venoso profundo, o más grave
aún la obstrucción de éste, es inevitable la recidiva. En los pacientes en que se
llega a confirmar la obstrucción del sistema venoso profundo, la extirpación de
las várices no está indicada y suele agravar la hipertensión venosa, por lo que
presentarán mayor edema postoperatorio, posibles ulceraciones y requerirán
del uso permanente de soporte elástico de mayor compresión.

Complicaciones
Las complicaciones de las várices, ya mencionadas, son
• Trombosis de los paquetes varicosos (varicoflebitis)), generalmente de gran
desarrollo. La trombosis espontánea de venas superficiales normales o
escasamente dilatadas, debe hacer sospechar una trombofilia o un sindrome
paraneoplásico.
• Sangramiento por erosión cutánea de la piel sobre vena dilatada en zona
expuesta al trauma o de mayor presión hidrostática (tobillo).
• Ulcera varicosa, lesión cutánea indolora de fondo rosado- fibrinoso y contorno
neto, en relacion a paquete varicoso, en zona de mayor presión hidrostática
(tobillo).
Puede ocurrir que la trombosis de la vena safena dlatada se propague
proximalmante hacia el cayado y pueda generar una embolia pulmonar.

Pronóstico y/o Seguimiento


Los resultados alejados del tratamiento de las várices son en general óptimos.
La recurrencia de várices en pacientes sometidos a tratamiento quirúrgico se
debe a:
• Hipertensión venosa pre-existente del sistema venoso profundo (secuelas
portflebíticas)
• Diagnóstico insuficiente de perforantes o variaciones anatómicas.
• Compromiso tardío de territorios previamente sanos
• Técnica quirúrgica inapropiada o incompleta.
• Omisión del soporte elástico post operatorio en pacientes de alto riesgo
• Omisión de hipertensión venosa derivada de venas pelvianas insuficientes.

Prevención
La prevención de las enfermedades venosas requiere el uso de soporte
elástico para quienes tengan riesgo “laboral” por su trabajo en posición de pie o
con escasa actividad física, en especial en mujeres con antecedentes
familiares.
La exposición al agua caliente (termas etc.) la aplicación de calor local
(depilaciones con cera, calentadores etc.) y la alimentación, NADA tienen que
ver con el desarrollo de várices.

Intervenciones de enfermería
• Evitar factores que agravan el éstasis (retorno venoso): estos factores son
el ortostatismo, obesidad, estreñimiento, ropa, calzado, posturas, embarazo.
• Favorecer el drenaje venoso: medias, posturas de descanso, ejercicio,
higiene, hidroterapia, masajes. Andar una hora aproximadamente por la
mañana y por la tarde para activar la circulación.
• Proteger miembro de agresiones infecciosas, heridas, recorte de uñas.
• Farmacoterapia y compresión de efectos secundarios, contraindicación,
atención especial si está anticoagulado.
• Vigilancia ante síntomas de alarma: alteración del color y temperatura, de
piel, heridas, atrofia muscular, úlceras.
• Apoyo psicológico para adaptarse a las circunstancias impuestas por la
enfermedad.
• Educar respecto a medidas de prevención como: pasear y realizar deporte
con frecuencia, subir escaleras, utilizar un calzado cómodo preferentemente
de taco bajo, tener un estilo de vida saludable (baja en calorías y rica en
fibra), colocar las piernas por lo alto de la cadera cuando se pasa un
periodo largo en reposo y, cuando se esté un período largo de tiempo
recostado elevar la pierna por sobre la cabeza, se pueden realizar masajes
por fricción en las piernas, duchas frías en las extremidades inferiores por la
mañana, andar en puntillas o sobre los talones por un par de minutos
durante el día.
• Se debe realizar una valoración que incluye antecedentes médicos y
laborales, así como historia familiar de varices, cualquier traumatismo de la
pierna, embarazos previos y posibles episodios de flebitis, antecedentes
familiares relativo a problemas de coagulación.
• Examen físico se realiza con el paciente de pie y las venas se inspeccionan
desde la ingle hasta el pie. Se examina el área del tobillo en busca de
cambios cutáneos y se miden las pantorrillas para detectar cualquier
diferencia entre sus perímetros. Se debe registrar la evaluación del edema y
los resultados de la exploración.

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