Tromboflebitis Superficial

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TROMBOFLEBITIS SUPERFICIAL (Trombosis venosa superficial)

El término flebitis hace referencia a la presencia de inflamación a nivel de la pared venosa y tejido
circundante, suele ser un diagnóstico clínico inicial y en referencia a la clínica, por otro lado, el
termino trombosis se refiere a la presencia de un trombo intraluminal, el cual para ser un
diagnóstico definitivo debe de ser visualizado por medio de algún estudio de imagen.

En presencia de un coágulo lo más probable es que este mismo se acompañe siempre de un


proceso inflamatorio. La tromboflebitis superficial puede afectar a la mayoría de los sistemas
venosos superficiales del cuerpo y, lo que es más importante, puede asociarse con trombosis
venosa profunda y embolia pulmonar, en casos donde el proceso abarca venas principales, por
ejemplo: vena safena mayor o menor.

FACTORES DE RIESGO

Los factores de riego se han relacionado íntimamente con 3 alteraciones primarias que favorecen
la formación de trombos, denominada triada de Virchow, la cual incluye: estasis venosa, daño
endotelial e hipercoagubilidad.

 Enfermedad venosa crónica: En la trombosis venosa superficial, las venas varicosas están
presentes en la mayoría de los casos, las anomalías en la pared del vaso sanguíneo
favorecen la estasis venosa.
 Procedimientos venosos: Escleroterapia y ablación por radiofrecuencia o láser, en estos
procedimientos se genera un colapso de luz del vaso generando estasis en el segmento
proximal al sitio tratado.
 Trombosis venosa profunda o superficial previa: Los pacientes pueden sugerir la
presencia de estados protrombóticos que hacen al paciente susceptible a presentar
trombosis a repetición.
 Afectación de la pared venosa: Producida por lesión endotelial secundario a la colocación
de catéter intravenoso (catéteres de gran tamaño o en posición inadecuada), inyecciones
intravenosas, trauma venoso, efectos secundarios de medicamentos intravenosos.
 Otros: Embarazo, anticonceptivos orales, terapia de reemplazo hormonal, obesidad,
inmovilización prolongada.

PRESENTACION CLINICA

Independientemente de la localización del problema, las manifestaciones clínicas más comunes


son:

 Eritema.
 Calor local.
 Sensibilidad.
 Induración en el recorrido de una vena superficial.
 Presencia de un cordón palpable que sugiere el alojamiento de un trombo en el vaso
sanguíneo.
Como se mencionó anteriormente, el sitio de afectación más común son las extremidades
inferiores, de predominio en el territorio de la vena safena mayor, donde se logra observar en la
gran mayoría de los pacientes que los síntomas de afectación local están en presencia de alguna
varicosidad concomitante.

Existen algunas posibles variaciones en la presentación clínica con respecto a la localización,


severidad y factores de riesgo asociados; como lo pueden ser:

1. Tromboflebitis séptica: En el contexto de un paciente con síntomas típicos de trombosis


venosa superficial, la aparición de síntomas como fiebre alta y secreción purulenta sugiere
la presencia de infección sobreagregada, comúnmente relacionado al uso de catéteres
intravenosos.

Debe de confirmarse el proceso infeccioso y la presencia del trombo por medio de


estudios por imagen, ya que no todas las infecciones del catéter llegan a desarrollar
trombosis. El patógeno observado con más frecuencia es el Staphylococcus aureus. Los
principios del tratamiento para la tromboflebitis supurativa incluyen la eliminación del
foco de infección (p. ej., un catéter intravenoso) y la administración inmediata de
antibióticos intravenosos.

2. Tromboflebitis migratoria: Se caracteriza por la presencia episodios típicos de flebitis a


repetición en venas superficiales de diferentes localizaciones, con mayor predilección por
miembros inferiores.

Su presencia sugiere una alta probabilidad de que exista algún trastorno neoplásico
oculto, por lo que se justifica realizar estudios complementarios en búsqueda de algún
carcinoma, el cual de llegar a confirmarse llevaría el nombre de síndrome de Trousseau.

3. Tromboflebitis de extremidad superior: Se asocia en un 80-90% con la presencia de


catéteres intravenosos colocados a nivel central o periférico y el restante 10% por
anomalías anatómicas, los vasos de común afectación son las venas cefálica y basílica, con
la presencia de síntomas inflamatorios típicos a nivel de base del cuello y fosa ante cubital,
se puede notar un realce en las venas superficiales y edema generalizado del miembro
superior.

DIAGNOSTICO

La sospecha clínica inicial surge posterior a la realización de una anamnesis completa, prestando
atención a los posibles factores de riesgo asociados a trombosis y un examen físico enfocado en la
búsqueda de signos como los mencionados anteriormente, datos de insuficiencia venosa crónica
y/o trombosis venosa profunda.

 El ultrasonido dúplex es el método de elección para el diagnóstico de trombosis venosa


superficial. Representa un método económico, indoloro, que no emite radiación, sin
embargo, requiere de un profesional entrenado para su realización, razón por la cual no se
suele realizar de primera entrada en todos los pacientes con sospecha.
Se debe de realizar con prioridad en aquellos pacientes que posean alta probabilidad de
presentar un coágulo en algún vaso principal y/o posible trombosis venosa profunda, ya
que permite establecer la presencia, ubicación y extensión del trombo. Al mismo tiempo
que permite descartar algunos diagnósticos diferenciales en tejido blando, musculo, etc.

Existen ciertos casos en las que se indica realizar el ultrasonido dúplex:

 Pacientes con síntomas y signos evidentes de afectación de la vena safena mayor y


vena safena menor; signos clínicos en región medial del muslo o fosa poplítea.
 Posterior al periodo de observación en pacientes que iniciaron tratamiento
sintomático, si el paciente refiere empeoramiento y/o progresión de los síntomas.
 Individuos que presenten dolor a lo largo del recorrido de una vena superficial, en
ausencia de signos visibles (ej. obesos).
 Presencia de edema importante en extremidades inferiores.
 Paciente con síntomas característicos en una región relacionada con el uso de
catéter venoso.
 Control una semana posterior a ablación con láser o radiofrecuencia.

TRATAMIENTO

Existen dos enfoques de tratamiento, ambos se brindan con el objetivo de aliviar el dolor, la
inflamación, y prevención de la progresión a trombosis venosa profunda. Todos los pacientes se
beneficiarán del tratamiento sintomático. La terapia con anticoagulantes representa un pilar
fundamental en el tratamiento, pero será reservada para aquellos pacientes de mayor riesgo.

TRATAMIENTO SINTOMATICO

Este tipo de tratamiento está indicado en la totalidad de pacientes con tromboflebitis superficial,
independientemente de la localización y extensión del trombo. Una vez valorada la probabilidad
de que el mismo desarrolle alguna complicación tromboembólica; aquellos pacientes que
presenten una probabilidad/riesgo bajo pueden iniciar el tratamiento únicamente enfocado en el
manejo de los síntomas; dentro de estas medidas se mencionan:

 Elevación de la extremidad: Esta posición favorece el retorno venoso, generando mayor


confort al paciente. Se recomienda elevar las extremidades a la altura de la cintura.
 Colocación de compresas de frio y calor alternadas.
 Terapia de compresión: se sugiere el uso de medias de compresión, siempre y cuando no
exista alguna contraindicación, con una longitud que abarque toda la extensión de la vena
afectada. La presión recomendada es de 20 a 30 mmHg, por esta razón se prefiere la
media de compresión con respecto al vendaje elástico, ya que la presión ejercida por el
aplicador no es medible.
 Uso de antiinflamatorios no esteroideos (AINES): además de su beneficio en alivio del
dolor e inflamación, se han relacionado con una disminución en la extensión y recurrencia
del cuadro.
 Tratamiento tópico: se ha demostrado que el uso de antinflamatorios tópicos como el gel
de diclofenaco o heparinodes, puede reducir significativamente la clínica y lograr mayor
resolución, sin embargo, no existen datos del efecto sobre la extensión o recurrencia de la
tromboflebitis.
 Deambulación: de ser posible debe incitarse al paciente a permanecer en movimiento, el
reposo favorece la estasis venosa.
 Antibioticoterapia: su indicación es exclusiva para casos en los que se confirme la
presencia de enfermedad supurativa. La terapia de elección inicial suele ser empírica
basado en los agentes mayormente observados.

En el paciente sin posibles complicaciones, se recomienda repetir el examen físico en un lapso de 7


a 10 días, el objetivo es identificar lo antes posible la falta de respuesta al tratamiento sintomático
y/o el empeoramiento de las manifestaciones.

En estos pacientes estaría indicado realizar ultrasonido dúplex para identificar la posible presencia
de un trombo a nivel vasos principales de la circulación superficial y/o profunda.

Aquellos individuos en los que por medio de la ecografía se haya identificado la presencia de un
trombo en la circulación venosa profunda se guiara bajo los lineamentos de tratamiento para
dicha patología, aquellos en los que el trombo está ubicado a nivel de venas superficiales, el paso a
seguir es determinar su extensión y localización.

Si el trombo tiene una extensión de menos de 5 cm y una cercanía menor a los 5 cm con respecto
a venas axiales, está indicado continuar con el tratamiento exclusivo de los síntomas, si por el
contrario la extensión y cercanía a vasos principales es de menos de 5 cm lo ideal es comenzar con
el tratamiento anticoagulante por el alto riesgo de desarrollar un tromboembolismo venoso.

TRATAMIENTO ANTICOAGULANTE

En los pacientes de alto riesgo el tratamiento con anticoagulantes juega un papel fundamental en
la eliminación del trombo y evitando la embolización de este. La elección y duración del
tratamiento es siempre razón de discusión.

Existen múltiples fármacos anticoagulantes en el mercado y múltiples estudios que respaldan los
beneficios de cada uno de ellos, sin embargo, la elección dependerá de la condición médica, los
recursos disponibles y la posibilidad económica del paciente.

Dependiendo de la preferencia del médico y del paciente, se sugieren fondaparinux, heparina de


bajo peso molecular (ej. dalteparina o enoxaparina) o rivaroxabán oral.

El siguiente paso es establecer la dosis que recibirá el paciente. La decisión de elegir entre una
dosis profiláctica, intermedia o terapéutica dependerá de la cercanía del trombo al sistema venoso
profundo.
Si el coágulo se encuentra alojado a menos de 3 cm de una unión se recomienda el uso de dosis
terapéuticas, por el contrario, si se localiza a más de 3 cm, pero menos de 5 cm de los cayados, la
decisión se toma de acuerdo a los factores de riesgo asociados, si no hay factores determinables
se podrán utilizar con seguridad dosis profilácticas, si el paciente asocia alto riesgo trombótico es
preferible utilizar dosis intermedias o terapéuticas del fármaco anticoagulante.
La duración establecida para el tratamiento anticoagulante en estos casos es de 45 días, sin
embargo, posterior a la finalización de ese periodo de tiempo se debe valorar la condición del
paciente, por medio del examen físico y estudios complementarios y de manera individualizada se
toma la decisión de suspender o continuar con el tratamiento.

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