Sentencia Corte Suprema, Albacea Cobro de Créditos
Sentencia Corte Suprema, Albacea Cobro de Créditos
Sentencia Corte Suprema, Albacea Cobro de Créditos
Caratulado: Rol:
Fecha de
22-05-2014
sentencia:
Resultado
INVALIDADA DE OFICIO Utilice una aplicación QR
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C.A. de Santiago
origen:
Ministro Ir a Sentencia
Jorge Baraona González
Redactor:
Rol Corte
5930-2011
Apelaciones:
Centro Documental
Documento generado el 02-11-2024
Base Jurisprudencial
a las 01:05 hrs.
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12
Santiago, veintidós de mayo de dos mil catorce.
VISTO:
En estos autos Rol N° 15.381-2010, seguidos ante el 29° Juzgado Civil de Santiago, compareció
don Patricio Busquet Errázuriz, abogado, quien dedujo demanda en juicio ordinario de cobro de
pesos e indemnización de perjuicios en contra del Banco de Chile, solicitando se lo condene al
pago de la suma de $46.744.294, más reajustes e intereses o lo que el tribunal determine, todo
ello con indemnización de perjuicios, con costas de la causa.
Fundamentando su pretensión, señaló que según testamento otorgado con fecha 5 de junio del
año 2009 por don José Manuel Martínez Torrealba, éste lo instituyó albacea con tenencia de
bienes y partidor de su herencia. El causante falleció el día 10 del mismo mes y año,
concediéndose la posesión efectiva de su herencia en el año 2010.
Añade que entre los bienes que existían a nombre del causante, constan depósitos e inversiones
en el Banco de Chile por $46.744.294, según da cuenta el documento emitido por dicha
institución bancaria denominado "captaciones a la vista", de fecha 3 de junio de 2010, cuyo
beneficiario es el mencionado Sr. Martínez Torrealba.
Explica que en su calidad de albacea y partidor entregó al Banco en tres oportunidades los
antecedentes sobre el depósito en cuestión, con el objeto del pago de dicho activo de la
herencia a su parte en calidad de albacea. Sin embargo, la demandada le informó que la suma de
dinero fue entregada a los herederos del causante, a saber, Carmen Rosa y Roberto Carlos, de
apellidos Martínez Rivera; Yolanda Rosario y Germán Alejandro, de apellidos Martínez Leyton; y
Patricio Tadeo Martínez Arancibia.
De este modo -asevera- la falta de esos fondos le ha impedido cumplir con las obligaciones de
albacea, como son, entre otras, pagar los legados testamentarios, los gastos de funerales,
clínicas y otras deudas devengadas por el causante.
Seguidamente, se dice por el actor que de conformidad a lo preceptuado en los artículos 1.270 y
1.271 del Código Civil, el albacea es quien debe ejecutar el encargo del testador, excluyendo por
lo mismo a los herederos. Por otro lado, el inciso 2º del artículo 1.296 del mismo código dispone
que el albacea con tenencia de bienes tendrá las mismas obligaciones y facultades que el
curador de la herencia yacente, quien según lo dispuesto en el artículo 487 se encuentra
facultado para cobrar los créditos y pagar las deudas del causante. Así las cosas, las normas
citadas no pueden ser desconocidas por la institución bancaria demandada, más cuando no se le
había conferido ninguna comisión de confianza, no obstante lo cual se atribuyó una calidad que
no detentaba al entregar los fondos a personas no legitimadas para recibirlos, alterando la
voluntad del testador y causante.
Ahora bien, el inciso 3º del artículo 1.296 del Código Civil, limita las facultades del albacea con
tenencia de bienes, señalando que, sin embargo, de esta tenencia habrá lugar a las disposiciones
de los artículos precedentes. A su turno, entre ellas destaca el artículo 1295 que dispone que el
albacea no podrá parecer en juicio en calidad de tal, sino para defender la validez del testamento,
o cuando le fuere necesario para llevar a efecto las disposiciones testamentarias que le
incumban; y en todo caso lo hará con intervención de los herederos presentes o del curador de la
herencia yacente. En consecuencia, el albacea tiene que comparecer en juicio con la
intervención de los herederos presentes por mandato expreso de la ley y de los presuntos
legatarios, lo que no ha sucedido en el caso de autos.
Por otro lado, señala que el artículo 487 del cuerpo de leyes citado, estatuye las facultades y
prohibiciones del curador de la herencia yacente, indicando que el curador de los bienes de una
persona ausente, el curador de una herencia yacente y el curador de los derechos eventuales del
que está por nacer, se encuentran sujetos en su administración a todas las trabas de los tutores
y curadores y, además, se les prohíbe ejecutar otros actos administrativos que los de mera
custodia y conservación y lo necesario para el cobro de los créditos y pago de las deudas de sus
respectivos representados.
De este modo, sostiene la inexistencia del crédito de que se trata, alegando para ello la
excepción de inexistencia de la pertinente obligación. En efecto, indica que efectivamente el
causante mantenía depósitos e inversiones por $46.744.294, dinero que fue entregado a sus
herederos, de modo que no existe obligación alguna de pago que satisfacer y que pueda ser
cobrada mediante la acción de autos, por lo que es procedente una acción ordinaria destinada a
anular el pago, de conformidad a lo previsto los artículos 1576 y 1577 del Código Civil, en tanto la
deuda se encuentra extinguida por pago, aun cuando la contraria considere que éste fue
inválido.
Por otra parte, el artículo 1298 del mismo texto legal, establece que el albaceazgo no confiere
más atribuciones que las señaladas en la ley, al disponer que el testador no podrá ampliar las
facultades de albacea, ni exonerarle de sus obligaciones, según se hallan unas y otras definidas
en este título". De manera que suponiendo que el actor no entabla la demanda a favor de sí
mismo sino de sus representados y, considerando la improcedencia de la acción de cobro de
pesos impetrada, en atención a que la deuda se encuentra extinguida, resulta evidente que el
actor actúa fuera del campo de sus atribuciones al interponer una demanda como la de autos, en
la medida que ésta no tiene como propósito el cobro de un crédito del causante o de la sucesión
para con Banco de Chile sino lo que busca es revertir un pago efectuado a los herederos, materia
ajena a sus atribuciones y facultades.
Además, el artículo 1288 estatuye que el albacea encargado de pagar las deudas hereditarias lo
hará precisamente con intervención de los herederos presentes o del curador de la herencia
yacente en su caso. Esta norma reitera el principio que los herederos se hacen dueños de los
bienes del causante al momento de deferirse la herencia y, en consecuencia, es con éstos con
quienes deben entenderse los interesados para el pago de los legados y demás deudas
hereditarias.
En subsidio de las alegaciones que preceden, opone excepción de pago respecto del crédito
cobrado en estos autos, puesto que la suma en cuestión fue pagada a los herederos del
causante señalados en el auto de posesión efectiva pertinente.
Por último, esgrime la improcedencia de los perjuicios reclamados, en virtud del carácter que
reviste el demandante.
Por sentencia de fecha cinco de agosto de dos mil once, que se lee a fojas 82, la señora juez
titular del tribunal referido en el primer acápite de esta expositiva, acogió la falta de legitimación
activa del actor y, en consecuencia, rechazó la demanda, sin costas.
Apelado este fallo por el actor, una sala de la Corte de Apelaciones de Santiago, por decisión de
siete de marzo del año recién pasado, lo confirmó.
CONSIDERANDO:
PRIMERO: Que el recurrente sostiene que el fallo cuestionado al desestimar la demanda de autos,
transgredió lo dispuesto en los artículos 1295, 1296, 487, 490 Y 1271 del Código Civil.
Primeramente explica, el artículo 1296 referido, establece las facultades del albacea con
tenencia de bienes, cuales son las del curador de la herencia yacente y, en su parte final, dispone
que lo anterior es sin perjuicio de lo estatuyen los artículos precedentes. Ahora bien, al hacer
referencia a las facultades del curador de la herencia yacente, debió aplicarse lo preceptuado en
los artículos 487 y 490 del código en cuestión, que disponen que los curadores pueden cobrar
los créditos de la herencia y pagar las deudas de la misma por sí solos.
Sin embargo, y basado en la última parte del artículo 1296 y tomando de modo literal lo que
previene el artículo 1295 -que exige la intervención de los herederos para el cobro de los
créditos- se rechazó la demanda por falta de legitimación activa del actor al no haberse pedido
tal intervención.
En lo que toca a la conculcación del artículo 1295 del Código Civil, refiere que esta norma no es
aplicable a los albaceas sin tenencia de bienes, de modo que al haberse considerado esta
disposición para el caso de un albacea con tenencia de bienes, se ha cometido un error de
derecho.
En lo que respecta a vulneración de lo preceptuado en los artículos 487 y 490 del Código Civil,
asevera el recurso que la infracción que se denuncia en este acápite se produce al haberse
aplicado erróneamente el artículo 1.296, lo que conllevó la omisión de las primeras dos
disposiciones citadas, que permiten cobrar los créditos de la sucesión y pagar las deudas de la
misma, hereditarias o testamentarias, sin el concurso de los herederos.
Por último, dice el actor que el fallo también pasó a llevar con la decisión cuestionado, lo
prevenido en el artículo 1271 del Código Civil, norma que señala que sólo en el caso de que no
exista albacea pueden los herederos ejecutar las disposiciones testamentarias y, por lo tanto, de
existir dicha designación los herederos no podrán atribuirse esas facultades legales. De este
modo, al haber cobrado los herederos el depósito a plazo del Banco de Chile usurparon las
funciones del albacea con tenencia de bienes, actuación viola la voluntad del testador, que es la
regla de interpretación del testamento;
SEGUNDO: Que, para una mejor inteligencia del asunto y de lo que se dirá a continuación, resulta
útil recordar que son hechos de causa, que adquieren el carácter de inamovibles, los siguientes:
a) Don José Manuel Martínez Torrealba al momento de fallecer mantenía fondos en el Banco de
Chile por un total de $46.744.294, suma que fue pagada directamente por el banco a ciertos
herederos;
b) El mencionado Martínez Torrealba designó en su testamento a don Patricio Busquet Errázuriz
como albacea con tenencia de bienes y partidor de la herencia, sin obligación de rendir cuenta;
TERCERO: Que los sentenciadores del mérito, sobre el sustrato fáctico recién descrito,
confirmaron la decisión del a quo que acogió la excepción de falta de legitimación activa del
actor, rechazando, en definitiva la demanda. Para decidir así, sostuvieron que la facultad judicial
del albacea con tenencia de bienes son aquellas que el artículo 1295 del Código Civil les otorga,
en razón del tenor del inciso final del artículo 1296 del mismo código, que regula la materia, en
tanto se remite a los artículos precedentes.
Por consiguiente, la ley con toda claridad reenvía al intérprete a los artículos precedentes, el
primero de los cuales es precisamente el artículo 1295, por lo que no es lícito desatender su tenor
literal bajo pretexto alguno, máxime si se considera la especialidad de estas normas respecto de
lo dispuesto en el artículo 487 en relación a la curatela de la herencia yacente.
En consecuencia, concluyen los jueces, de acuerdo al artículo 1295 citado, los albaceas con o sin
tenencia de bienes, pueden comparecer en juicio en casos más bien excepcionales, debiendo
hacerlo con intervención de los herederos presentes, exigencia que se cumple notificándolos
para que se hagan parte o bien, al curador de la herencia yacente cuando corresponda, hipótesis
que no se verifican en estos autos;
CUARTO: Que esta Corte analizando la cuestión que le ha presentado por la vía del recurso de
casación en el fondo, estima que no procede acogerlo por las razones que en él se esgrimen, por
cuanto ninguna de las infracciones de ley que se denuncian como vulneradas son efectivas. En
efecto, a diferencia de lo que se plantea en el arbitrio, el artículo 1295 del Código Civil sí es
aplicable a los albaceas con tenencia de bienes porque así lo dispone, y de una manera expresa y
clara el artículo 1296 del mismo cuerpo legal, por lo que el recurso de casación en el fondo de la
recurrente debe ser desechado por defectos en su formalización, al dar por infringida una norma
que no lo está. A diferencia de lo que sostiene el recurrente, el artículo 1295 del Código Civil
resulta atinente a los albaceas con tenencia de bienes.
QUINTO: Que al momento de adoptar este acuerdo, esta Corte advirtió que efectivamente la
sentencia recurrida puede ser invalidada de oficio, conforme con lo que dispone el inciso
segundo del artículo 785 del Código de Procedimiento Civil, por cuanto se reconoce una
infracción de ley que ha influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo. En efecto, según se
ha dejado establecido en la parte expositiva de esta sentencia, la parte demandada ha opuesto
como excepción de fondo la falta de legitimación activa para demandar, de la cual carecería el
albacea con tenencia de bienes, pues, no se habría respetado en este juicio lo que dispone el
artículo 1295 del Código Civil que ordena al albacea al parecer en juicio, en los casos que allí
indica, “con intervención de los herederos presentes”, lo que consta no ha ocurrido. La Corte de
Apelaciones de Santiago, confirmando el fallo de primera instancia, ha acogido la excepción del
fondo así opuesta y ha considerado que el albacea con tenencia de bienes de la herencia de
Juan Manuel Martínez Torrealba no ha podido iniciar la demanda intentada en contra del Banco
de Chile por cobro de pesos y daños y perjuicios, porque no ha dado cumplimiento a las
exigencias que le impone el artículo 1295 del Código Civil, al no comparecer el demandante con
intervención de los herederos presentes del causante, lo que ha supuesto considerar un
requisito adicional para estimar la legitimación activa del albacea tenedor, que la ley no impone.
La infracción al artículo 1295 citado se produce en el fallo, pues, aunque la norma es aplicable al
caso, se le ha dado en la sentencia una errada interpretación, según se explica en los motivos se
siguen, al estimarse como carente de legitimidad activa al albacea que por sí solo demanda
judicialmente un crédito que forma parte de su gestión.
SEXTO: Que la legitimación activa plantea una cuestión respecto de los presupuestos de la
acción que tiene que ver con un asunto de fondo, a resolverse en la sentencia definitiva. Es
legitimado para deducir la acción quien tiene derecho a plantear la controversia, sea porque es
titular del mismo, sea porque la ley le confiere título o legitimación para plantearla. Como expresa
un autor: “la legitimación se vincula con la titularidad de la situación controvertida en un juicio y
es un presupuesto de fondo de procedencia de la acción; es decir, una exigencia cuya falta
determina ineludiblemente que no se pueda conceder la petición de tutela judicial solicitada en
le proceso. Si no concurre la legitimación –activa y pasiva– faltará un elemento básico para
acceder a la tutela judicial” (Alejandro Romero Seguel, Curso de Derecho Procesal Civil, la acción
y la protección de los derechos, Tomo I, segunda edición actualizada, Legal Publishing, Thomson
Reuters, Santiago, p. 101).
SÉPTIMO: Que, para en el caso del albacea con tenencia de bienes, la cuestión de saber si puede
cobrar y recibir legítimamente los créditos de la herencia, está expresamente resuelto y
regulado. En efecto, el artículo 1296 del Código Civil dispone que el albacea con tenencia de
cualquiera parte de los bienes de la herencia, o de todos ellos, tendrá las mismas facultades y
obligaciones que el curador de la herencia yacente, pero no está obligado a rendir caución.
Dentro de las facultades que se le confieren al curador de la herencia yacente está la contenida
en el artículo 487 del Código Civil, por la cual se le autoriza ejecutar los actos administrativos
necesarios para el cobro de los créditos y el artículo 490 que dispone que “Toca a los curadores
de bienes el ejercicio de las acciones y defensas judiciales de sus respectivos representados…”.
De ambas disposiciones, no cabe duda, aparece que los albaceas con tenencia de bienes tienen
legitimidad para cobrar los créditos de la herencia que formaren parte de su encargo y ejercer las
acciones judiciales necesarias para ese cometido. Paralelamente, tenemos lo dispuesto en el
artículo 1579 del Código Civil, que en la parte que interesa dispone: “Reciben legítimamente los
tutores y curadores por sus respectivos representados; los albaceas que tuvieren este encargo
especial o la tenencia de los bienes del difunto…”. Es decir, todo albacea con tenencia de bienes
tiene la facultad de percibir legítimamente los créditos que estén dentro de la tenencia, y por lo
mismo, el pago que se les haga es un pago debido y regular, conforme con las reglas del Código
Civil. Es claro que si tienen facultad de percibir, se les debe reconocer facultad para cobrar,
judicial o extrajudicialmente, los mismos créditos. Hay, así, un sistema coherente.
OCTAVO: Que enfrentado ahora a esclarecer si lo dispuesto en el artículo 1295 del Código Civil es
aplicable a los albaceas con tenencia de bienes, la respuesta la encontramos en el inciso final del
artículo 1296 del mismo cuerpo legal que dispone: “Sin embargo, de esta tenencia, habrá lugar a
las disposiciones de los artículos precedentes”. Desde el momento que la norma no hace
salvedad alguna, no hay razón para excluirles de la aplicación de lo preceptuado en el artículo
anterior. Conforme con esta norma, el albacea para perecer en juicio, en los supuestos que allí lo
autoriza “en todo caso lo hará con intervención de los herederos presentes o del curador de la
herencia yacente”. Como en el caso que se estudia es evidente que no hay herencia yacente y sí
existen herederos, no puede dudarse que debió hacerse intervenir a esos herederos, que
aparecen como presentes.
NOVENO: Que en lo que puede haber más duda es en el sentido de esta disposición, a los efectos
de determinar la sanción que tiene el hecho de que los herederos no hayan comparecido
interviniendo y la manera que tiene el demandado de hacerla valer. Esta Corte estima que del
conjunto de las disposiciones que se han revisado puede concluirse que el albacea con tenencia
de bienes sí tiene la facultad para cobrar los créditos de la herencia, que estén dentro de su
encargo y no necesita de la autorización de otras personas, ni menos de los herederos, para
hacerlo. Que el artículo 1295 les exija, para perecer en juicio, la intervención de estos últimos, no
debe entenderse que les quitaría legitimación a su cometido judicial, porque la demanda no
deben presentarla en conjunto con los herederos, desde el momento que ello les restaría
autonomía en su actuación, y el albaceazgo en este punto podría quedar a merced de los
herederos, o lo que es más grave, de uno solo de ellos. Sobre este punto el profesor Pablo
Rodríguez Grez, tiene dicho. “¿Qué significa que deba hacerlo con intervención de los herederos
presentes o del curador de la herencia yacente? Creemos que debe darse noticia a todos ellos,
mediante la respectiva notificación, a fin de que se hagan parte en el juicio si lo estiman
conveniente. No nos parece que se trate, en este caso, como han sostenido algunos autores, de
una litis consorcio necesaria, puesto que así fuera las facultades del albacea quedarían
sometidas a la decisión de los herederos presentes” (Rodríguez Grez, Pablo, Instituciones de
Derecho Sucesorio, Pérdida , defensa y pago de las asignaciones. Ejecutores testamentarios.
Partición. Volumen 2, segunda edición actualizada, Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 202, pp.
265-266). En consecuencia, no queda más alternativa que considerar la señalada exigencia
como meramente procesal, cuya función es asegurar que los intereses de los herederos tengan
debida protección en el juicio. Los deudores hereditarios podrán hacer valer esta norma, y lo
mismo los herederos interesados, aunque no se les llame, pero no para representar y alegar que
el albacea no tiene legitimación activa para instar por el cobro judicial, sino para darle regularidad
al proceso. De hecho, el artículo 21 del Código de Procedimiento Civil permite notificar la
demanda a terceros. Por lo concluido, la intervención de los herederos no puede entenderse
como un presupuesto de fondo, como en este juicio se ha plantado por el demandado. Si el
Banco de Chile quería hacer cumplir lo dispuesto en el artículo 1295, debió oponer una excepción
procesal en el momento oportuno, por la vía de una excepción dilatoria, lo que no hizo. Pero
opuesta la excepción como de fondo, no puede ser acogida, porque como se ha concluido, el
albacea tiene facultad legal para comparecer en juicio exigiendo el cobro de los créditos que
estén dentro de la tenencia de bienes que ha recibido, con independencia de la voluntad de los
herederos.
DÉCIMO: Que de haberse desechado la excepción opuesta sobre falta de legitimación activa del
albacea demandante, los jueces del fondo debieron analizar las demás excepciones, alegaciones
o defensas opuestas por la demandada y debieron concluir que no podían ser acogidas, por lo
que la demanda debió estimarse. En efecto, pretende el Banco de Chile que el pago hecho a los
herederos de los dineros que en depósito mantenía el causante fue bien un pago debido, porque
se les hizo a los titulares de la herencia y, por lo mismo, a los legítimos poseedores de los
créditos. Pero ocurre que en un caso de cobro de créditos hereditarios con designación de
albacea con tenencia de bienes, los intereses que deben ser atendidos son diversos. Por una
parte están los de los herederos, que son obviamente titulares de los bienes hereditarios,
incluyendo los créditos de la herencia y que en principio son los primeros llamados a administrar
el haber relicto. Paralelamente está el interés del propio causante, que la ley protege incluso
después de muerto, para que se le respeten las disposiciones de su última voluntad contenidas
en el testamento, y en este caso que han quedado reforzadas con el ejercicio de la facultad de
designar un albacea con tenencia de bienes. En seguida, emerge el interés de los terceros,
acreedores testamentarios, que en este caso esperan que se les cumplan los legados que en su
favor se han dispuesto en el testamento. También debemos tener presente el interés de los
propios deudores hereditarios, que querrán liberarse legítimamente de sus deudas y sin
responsabilidades posteriores, y por lo tanto saber a ciencia cierta a quién se debe pagar. Por
último, está el interés del propio albacea con tenencia de bienes, pues, desde el momento que
acepta el encargo habrá asumido la responsabilidad de cumplir con las disposiciones
testamentarias, bajo reglas muy estrictas y con derecho a cobrar un honorario por ello. Para este
conjunto de intereses, que no necesariamente confluyen, la ley ha dictado disposiciones que no
siempre son claras y precisas, y que doctrina de los autores y la jurisprudencia ha ido
interpretando, con el fin de asegurar que en los conflictos que se susciten entre herederos,
acreedores testamentarios, deudores y albaceas, se respeten los distintos intereses en juego.
UNDÉCIMO: Que para esta Corte el hecho de que exista un albacea con tenencia de bienes, cuyo
encargo consiste en cobrar los depósitos bancarios, para destinarlos al pago de legados, que
oportunamente y antes que los herederos, presentó los antecedentes de la herencia al banco,
con indicación de su función y requirió el pago, no puede ser desatendido. Porque un banco que
paga en esas condiciones, está a todas luces privilegiando un supuesto titular o legitimado de
cobro, los herederos, respecto de otro, el albacea con tenencia de bienes, sin otro fundamento
que el ser herederos y contra una norma prevista del Código que encarga a los albaceas con
tenencia de bienes el cuidado de los mismos, el cobro y recepción legítima. Aunque en términos
generales es cierto que los herederos tienen titularidad para cobrar los créditos, en este caso la
cuestión es distinta, porque se trata de una herencia en donde existe albacea con tenencia de
bienes, y en donde el encargo consistía precisamente pagar una serie de legados con los dineros
que el banco mantenía en depósito. Incluso más, en un caso en donde el banco fue informado de
la existencia de tales depósitos y requerido de pago de los mismos por parte del mismo albacea y
con antelación a la intervención de los propios herederos ante el banco deudor.
DUODÉCIMO: Que lo expuesto basta para considerar que el Banco de Chile demandado en autos
pagó indebidamente los créditos a los herederos en este caso y por lo mismo que no puede
acogerse la excepción que ha opuesto defendiendo la legitimidad de ese pago. Por ello, la
excepción opuesta por el banco debió ser desechada, lo que confirma la trascendencia del vicio
de casación en el fondo que de oficio se ha detectado.
En conformidad asimismo con lo que disponen los artículos 764, 765, 785 y 805 del Código de
Procedimiento Civil, se declara:
A.- Que se rechaza el recurso de casación en el fondo interpuesto en lo principal de la
presentación de fojas 133, por el abogado señor Hernán Gamboa Blanco, en representación de
don Patricio Busquet Errázuriz, en contra de la sentencia de siete de marzo de dos mil trece,
escrita a fojas 132.
B.- Que se invalida de oficio la ya referida sentencia, la que por consiguiente es nula y se la
reemplaza por la que se dicta a continuación.
Regístrese.
Rol Nº 2300-2013.
Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema por los Ministros Sres. Nibaldo Segura P.,
Guillermo Silva G., Sra. Rosa Maggi D., Sr. Juan Fuentes B. y Abogado Integrante Sr. Jorge
Baraona G.
No firma el Ministro Sr. Silva, no obstante haber concurrido a la vista del recurso y acuerdo del
fallo, por estar en comisión de servicios.
En Santiago, a veintidós de mayo de dos mil catorce, notifiqué en Secretaría por el Estado Diario
la resolución precedente.