Lectio Divina

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Lectio Divina

Colegio Compañía de María Seminario

Metodología

Mes de la
Biblia
Lectio Divina
La Lectio Divina es más que un método de lectura de la Biblia. Es una experiencia de
encuentro con Dios.

La Lectio Divina es verdaderamente capaz de abrir al fiel no sólo el tesoro de la Palabra de


Dios, sino de
crear el Encuentro con Cristo, Palabra Divina y viviente ( V.D.)

Tu oración es un diálogo con Dios. Cuando lees, Dios te habla, cuando oras, hablas
tú con Dios. (San Agustín)
Preparamos el Corazón
El corazón en la Biblia es el lugar de
los sentimientos, de los recuerdos y
de los pensamientos, de los
razonamientos y de los proyectos.
Cuando se habla del “corazón” del
hombre en la Biblia, se designa
toda tu personalidad consciente,
inteligente y libre. De ahí que la
Palabra de Dios tenga que llegar al
corazón de la persona para darle
vida nueva en Cristo (ver Hebreos
4,12)
Disposición
1
Nos ponemos en la presencia del Señor haciendo la señal de la Cruz. Tomamos
conciencia de que estamos delante de una persona: es Cristo, la Palabra viva del
Padre, que quiere habitar en nuestros corazones, por medio del Espíritu Santo.

2
Hacemos silencio exterior e interior… pacificando nuestros corazones…
disponiéndonos para escuchar
y acoger, con todo nuestro ser, la Palabra de Dios.

3
Dejamos muestras preocupaciones en las manos del Señor, exponiéndole
nuestra realidad de vida actual… familiar… comunitaria… bajo la mirada
amorosa del Padre, que quiere hacer de su Palabra, luz y alimento para nuestras
vidas.

4
¡VEN ESPÍRITU SANTO! Invocamos al Espíritu Santo con un canto… Él inspiró el
texto bíblico que leemos, ahora Él nos ayuda a comprender la Verdad de la
Palabra… Abrimos el corazón… nos dejamos conducir por el Espíritu a un
encuentro profundo con Cristo en su Palabra.
Paso 1 Lectura
COMPRENDER LA PALABRA

Pregunta clave ¿Qué dice el texto bíblico?


Leemos el texto en voz alta, aunque estemos solos.
Dejamos un momento para releerlo en silencio, si hay algo que no
entendemos, lo
marcamos con un signo de interrogación (¿?).
Si hay algo que nos llama la atención, lo subrayamos.

Se trata de un ejercicio de comprensión de lectura y de recomposición del lugar y de la situación


que se nos presenta,
para descubrir lo que Dios quiso enseñar de sí mismo a través de ella a los hombres y mujeres de
su tiempo.

Nos preguntamos: ¿QUÉ DICE EL TEXTO DE DIOS?


Paso 2 Meditación

ACOGER LA PALABRA

Pregunta clave ¿Qué nos dice el texto bíblico? La palabra nos invita a
abrir el corazón para acogerla y dejarnos interpelar por ella.
Marcamos con un signo de exclamación (¡!) la frase o palabra que nos
hace sentir que Jesús nos habla de forma personal.

La Palabra de Dios interpela la vida, le da nuevo sentido en Jesucristo, invita a crecer en fe,
esperanza y caridad. Es necesario que ella llegue al corazón, iluminando nuestra realidad de vida
actual, para eso nos preguntamos…

¿QUÉ NOS DICE HOY EL TEXTO BÍBLICO?


Paso 3 Oración

RESPONDER LA PALABRA

Leemos nuevamente el texto y marcamos con un asterisco (*) la frase o


palabra que
nos mueve a responder al Señor iniciando un diálogo de amistad que se
hace oración.

La comprensión de las Escrituras exige no sólo estudio, sino intimidad con Jesús y oración.
Continuamos nuestro diálogo con el Señor expresándole lo que brota de nuestro corazón a
partir de la Palabra escuchada, respondiendo a la pregunta…

¿QUÉ LE DECIMOS AL SEÑOR MOVIDOS(AS) POR SU PALABRA?


Paso 4 Contemplación/Acción
INSPIRAR LA VIDA EN LA PALABRA

Escribamos una palabra al margen del texto frente a la frase o palabra que
nos ayuda a
descubrir el amor de Dios en nuestra vida y nos invita a vivir el Evangelio de
Jesucristo.
¿En qué palabra o imagen del texto hemos encontrado gusto y reposo? ¿A
qué nos
llama el Señor a propósito de este texto?

Contemplar la Palabra es dejarse abrazar por el amor que Dios nos comunica a través de ella
para luego ser testigos de ese amor en el mundo. El amor de Dios da nuevo sentido a nuestra
vida, nos permite ver toda la realidad con nuevos ojos, los ojos del Señor, y nos envía a dar
testimonio para transformar la realidad que nos rodea. En comunión con el Señor, y en
obediencia a su Palabra, dibujamos una flecha ( ) al margen del texto desde la frase que
responde a la pregunta…

¿A QUÉ NOS INVITA EL SEÑOR EN ORDEN A LA CONVERSIÓN Y A LA MISIÓN?


CONFIAMOS LOS FRUTOS DE LA LECTIO
DIVINA
EN MARIA NUESRA SEÑORA

María, Madre de la Palabra, se hizo discípula


misionera de su Hijo,
guardando y meditando las Palabras de Jesús en el
corazón (Lc 2, 19).

A ella le pedimos que interceda por nosotros para que


imitando su disposición y entrega podamos
permanecer en la Palabra: Yo soy la (el) siervo(a) del
Señor, hágase en mí según tu Palabra. (Lc 1,38).

María siendo llena del Espíritu Santo, y habiendo


concebido al Hijo de Dios en su seno (Lc 1,30-32) corre
presurosa a llevar la Buena Noticia a su prima Isabel
(Lc 1,39).
María se alegra en Dios su salvador que se fijó en la
pequeñez de su
sierva (Lc 1,47-48).

Con ella nos disponemos a hacer el camino del


anuncio de la Buena
Noticia. Dios te salve María…

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