Actividad Grupal Ensayo Salario Precio Ganancia NRC16251

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“ECONOMÍA POLÍTICA”

4to SEMESTRE

NRC: 16251

INTEGRANTES

ERIKA ALEJANDRA CARLOSAMA PILCO


DORIS ALEXANDRA NUÑEZ AYO

DIEGO SEBASTIAN PALMA SUAREZ

MELANIE ANAHÍ ROSERO ROSERO

NATHALY YAJAIRA TUCANES PASCUMAL

OSCAR JAVIER URUEÑA HOLGUIN


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SALARIO, PRECIO Y GANANCIA

Con el paso del tiempo, el sistema capitalista ha generado múltiples dilemas alrededor de

los salarios y producción, cuestionando las creencias establecidas. A través de obras de

pensadores como Weston, se evidencia la falacia de considerar la producción como constante y

los salarios como fijos, no obstante Marx desmiente ambos conceptos. En un contexto capitalista,

la dinámica de la fuerza de trabajo y la generación de plusvalía se entrelazan de manera

compleja, revelando la explotación inherente al sistema. La producción de plusvalía, que se basa

en la diferencia entre el valor generado por el trabajador y el valor de su fuerza laboral, es

esencial para la reproducción del capitalismo. Esto hace que los trabajadores, a menudo,

enfrenten condiciones laborales precarias en un entorno donde la maximización de ganancias

prevalece sobre el bienestar humano. Analizar estas interacciones es crucial para entender cómo

el capitalismo afecta a la fuerza laboral y cómo los trabajadores luchan por mejorar sus

condiciones en un sistema que prioriza el beneficio económico por encima de la equidad y la

justicia laboral.

El sistema capitalista ha llevado al surgimiento de disyuntivas en la población, pues

varios conceptos o premisas fueron confirmadas o desmentidas, un claro ejemplo es el de

Weston, quién sostenía que la producción era constante y los salarios eran fijos; pues ambas eran

ideas equivocadas, ya que según las aclaraciones de Marx, la producción depende de los factores

económicos que posea una entidad y los salarios varían por diferentes contextos, a su vez Weston

afirma que, si los mismos aumentan en consecuencia el precio de las mercancías también debería

subir, sin embargo no se considera los diferentes factores como la oferta y la demanda, incluso

cuando se habla de producción este tipo de fenómenos influyen en la toma de decisiones de las

empresas.
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La fuerza de trabajo es una mercancía única, ya que es una característica de una persona

viva, la fuerza de trabajo es la suma de las habilidades mentales y físicas de una persona, que

emplea cada vez que crea algo de valor. Sweezy (2017) continúa argumentando que solo a través

del trabajo la fuerza de trabajo se convierte en una realidad; solo a través del esfuerzo la fuerza

de trabajo se convierte en una realidad. En consecuencia, los músculos, los nervios y el cerebro

se pierden y deben restaurarse a través de un acto de pago conocido como salario. La fuerza de

trabajo solo puede venderse por un período limitado por personas legalmente reconocidas que

pueden venderla libremente y participar en contratos laborales

Cuando hablamos de la relación entre salarios y dinero, es interesante observar cómo en

países con sistemas bancarios eficientes, como Inglaterra, se necesita menos dinero en

circulación para hacer la misma cantidad de transacciones, esto se debe a que su sistema de

pagos es más avanzado. Por eso, un aumento de salarios en estos países se puede manejar con

menor dinero adicional, en cambio, en otros países europeos, donde el sistema de pagos es

menos eficiente, se necesita más dinero físico para realizar las mismas transacciones.

En cuanto a la fuerza de trabajo, es crucial entender que los trabajadores no venden su

trabajo en específico, sino su capacidad para trabajar, el valor de esta fuerza de trabajo se

determina por la cantidad de trabajo necesario para producir una mercancía. Dentro del sistema

de trabajo asalariado, el valor de la fuerza de trabajo varía según el tipo de trabajo y el costo de

su producción, lo que genera desigualdad en los salarios. Viendo todo este contexto desde el

punto capitalista, nos enfocaremos en la producción de plusvalía, la cual es esencial para la

reproducción de este sistema económico y social, la plusvalía se basa en la diferencia entre el

valor de la fuerza de trabajo y el valor generado por el trabajador durante su jornada laboral. Es

decir si un empleado labora más horas de las necesarias para reproducir el valor de su fuerza de
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trabajo, las horas adicionales generan un valor adicional que el capitalista se apropia, este

proceso es necesario para repetir este ciclo interminable en el que muchos de los países viven.

Esta interpretación equivocada del trabajo asalariado oculta la explotación inherente al sistema

capitalista, donde el trabajo no remunerado da la impresión de estar cubierto, a diferencia de

otras formas de trabajo, como el de esclavos, donde la ausencia de pago es más obvia.

El valor de una mercancía producida por un trabajador está determinado por la cantidad

de trabajo necesario para producirla, esto significa que el valor de un producto no depende de sus

características naturales, sino de cuánto trabajo se necesita para hacerlo; el mismo principio

también se aplica al valor de cambio del producto, es decir, cuánto se puede vender o

intercambiar por él en el mercado, por lo cual la ganancia capitalista se genera al vender una

mercancía por su valor real, determinado por la cantidad total de trabajo invertido en ella. Es

necesario recalcar que, el valor de un producto incluye tanto el trabajo que se paga a los

trabajadores como el trabajo que no se paga directamente, la plusvalía es la parte del valor del

producto que proviene del trabajo no pagado del obrero y se divide en ganancia, renta del suelo e

interés. La ganancia se puede medir comparando el capital invertido en salarios con el capital

total gastado, pero solo la primera medida muestra realmente cuánto se está explotando al

trabajador, en general, cuando los salarios suben, la ganancia del capitalista baja, y viceversa, sin

cambiar el valor total del producto, este valor total se basa únicamente en la cantidad total de

trabajo necesario para producir el producto, sin importar cómo se divida entre el trabajo pagado y

el no pagado.

La duración de la jornada laboral es el principal factor determinante de la generación de

beneficios. Por consiguiente, Marx tuvo que asumir que todas las empresas explotan la plusvalía

por igual. Esto implica que las horas de trabajo deben ser constantes independientemente de
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dónde se produzca esta tasa de explotación. Es evidente que la plusvalía absoluta no puede crecer

eternamente. Todos los empleados tienen una capacidad finita para trabajar. Sin embargo,

destruir la fuerza de trabajo mediante un trabajo excesivo es incompatible con la maximización

de la explotación. Casi todos los trabajadores varones adultos estaban a favor de crear un límite

legal a las horas de trabajo, como se había hecho anteriormente para las mujeres y los niños. Las

ambiciones iban en contra de los intentos de los empleadores de maximizar las horas trabajadas

y, por tanto, el valor excedente. La reducción de la explotación debería ser lo mejor para los

intereses de los trabajadores.

Bajo el contexto del capitalismo, los capitalistas a menudo se enfocan en la producción

de mercancías de lujo, desestimando las condiciones laborales de los trabajadores que hacen

posible dicha producción. Aunque el trabajo puede influir en la calidad y cantidad de las

mercancías, no hay una relación directa entre la ganancia y los precios; una subida de salarios

puede reducir la cuota de ganancia sin necesariamente alterar los precios de mercado, lo que

revela la complejidad de la dinámica económica en la que operan.

Este ciclo de explotación se ve intensificado por factores como la inflación y la

depreciación del dinero, que llevan a la extensión de la jornada laboral y a una mayor

intensificación del trabajo. En respuesta a estas condiciones adversas, los trabajadores reclaman

mejoras y luchan constantemente por sus derechos, enfrentándose a un sistema que prioriza la

maximización de ganancias sobre el bienestar de la clase trabajadora, conservando así un ciclo

de resistencia y explotación.

Se concluye que el capitalismo ha transformado el trabajo en una mercancía

comercializable, donde los trabajadores intentan vender su trabajo a los empleadores a cambio de

un salario o pago. Esta dinámica ha sido evidente desde el siglo XIX, cuando el crecimiento de la
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riqueza y la población que han sido impulsados por la competitividad, resultó en un aumento de

la productividad y los recursos de capital. Sin duda la explotación sigue siendo una característica

central del sistema capitalista. La ganancia que genera el sistema capitalista se calcula como la

diferencia entre el valor generado por el trabajador y el salario que recibe, limitando así la

rentabilidad a los mínimos físicos de los salarios y a las máximas jornadas laborales posibles. En

la actualidad se ha visto mejoras en las condiciones laborales, la lucha por la equidad y el

bienestar continúa. Sin embargo el sistema capitalista a menudo prioriza la acumulación de

riqueza sobre el bienestar de la clase trabajadora, manteniendo un ciclo de resistencia y

explotación. Los trabajadores enfrentan desafíos constantes para mejorar sus condiciones en un

entorno que favorece la maximización de beneficios. En última instancia, la clave está en

equilibrar la búsqueda de ganancias con un trato justo y humano para todos los empleados,

buscando una mayor equidad en el mercado laboral.

Referencias

Lebowitz, MA (2016). La conceptualización de Marx del valor en el capital. Más allá del

capital: la economía política de la clase trabajadora de Marx . Oxford Publishers.

Sweezy, PM (2017). Salario, Precio y Ganancia. Teoría del desarrollo capitalista:

Principios de la economía política marxista . Servicios de publicación de Amazon.

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