Anorexia
Anorexia
Anorexia
Tratamiento inicial.
Enfoque de equipo.
Otros enfoques.
¿Dónde más puede conseguir alguien ayuda con los trastornos del comer?
Información reciente.
Bulimia Nerviosa.
La bulimia nerviosa, la cual es más común que la anorexia, describe un ciclo
de comer excesivo y purgación. La bulimia nerviosa empieza generalmente a
principios de la adolescencia cuando las mujeres jóvenes intentan dietas restrictivas,
fracasan y reaccionan comiendo excesivamente. En respuesta a los excesos, los
pacientes se purgan vomitando o tomando laxantes, pastillas de dieta y
medicamentos para reducir los líquidos. Los pacientes también pueden revertir a
dietas severas, las cuales se tornan de nuevo en excesos si es que el paciente no
llega a convertirse en anoréxico. Los excesos al comer promedian cerca de 1,000
calorías pero pueden llegar a ser hasta de 20,000 calorías ó 100. Los pacientes
diagnosticados con bulimia tienen un promedio de cerca de 14 episodios por
semana. En general, las personas con bulimia tienen un peso corporal de entre
normal a normal-alto, pero pueden fluctuar por más de 10 libras debido al ciclo de
comer excesivo-purgación.
Anorexia Nerviosa.
La anorexia nerviosa es un estado de inanición y emaciación que puede ser
adquirido a través de dietas severas o purgación. Las personas con anorexia
nerviosa se tornan morbosamente delgadas al punto de inanición real, perdiendo por
lo menos 15% y hasta el 60% del peso corporal normal. La mitad de estos pacientes
reducen el peso restringiendo severamente sus dietas y se conocen como restrictors
de anorexia; la otra mitad, los pacientes bulímicos anoréxicos, mantienen la
emaciación mediante la purgación. Aunque ambos tipos son graves, el tipo bulímico,
que impone estrés adicional a un cuerpo desnutrido, es el más dañino.
Sexo y edad.
Un estudio reportó que dos tercios de los estudiantes de escuela secundaria estaban
a dieta, aunque sólo 20% sufrían en realidad de sobrepeso. Aunque un 90% de los
casos reportados eran entre las mujeres, parece que la tasa entre los hombres está
en aumento. Los hombres tienden a ocultar más un trastorno del comer que las
mujeres por lo que la incidencia pude haber sido subestimada. Un estudio reciente
entre los hombres de la armada reportó una prevalencia de 2.5% de anorexia, 6.8%
de bulimia y 40% de otra forma de trastorno del comer no especificado de otra
manera. Un estudio entre los hombres civiles con trastornos del comer reportó que
42% de los que tenían bulimia eran homosexuales o bisexuales y 58% de los
hombres con anorexia reportaron ser asexuales. Los otros factores de riesgo entre lo
hombres, incluyendo depresión, trastorno de la personalidad y abuso de sustancias,
fueron paralelos a los factores entre las mujeres con trastornos del comer.
La anorexia nervosa es la tercera enfermedad crónica más común entre las mujeres
adolescentes, y se calcula que ocurre en 0.5% a 3% de todos los adolescentes.
Ocurre generalmente en la adolescencia, aunque todos los grupos de edad son
afectados, incluyendo las personas ancianas y los niños de hasta seis años de edad.
Entre los mediados de los años cincuenta y los años setenta, la incidencia de la
anorexia aumentó por casi 300%. Las indicaciones son, sin embargo, que la tasa
puede estar estabilizándose.
Trastornos de la personalidad.
Los estudios indican que casi el 40% de las personas que tienen anorexia bulímica --
que pierden peso comiendo excesivamente y mediante la purgación-- tienen
personalidades inestables. Tales personas tienden a tener estados de ánimo,
patrones de pensamiento, comportamientos y autoimágenes inestables. No pueden
soportar el estar solos, exigen atención constante y tienen dificultad de controlar el
comportamiento impulsivo. Se ha dicho que las personas con personalidades
inestables causan caos a su alrededor mediante el empleo de armas emocionales
como berrinches, amenazas de suicidio y hipocondría. Idealizan a las personas y a
menudo son decepcionadas y rechazadas. Algunas investigaciones han indicado
que la gravedad de este trastorno de la personalidad predice dificultad en el
tratamiento de la bulimia y puede ser más importante que la presencia de los
problemas psicológicos como la depresión. Los estudios también han encontrado
que las personas con bulimia o anorexia tienen una tasa de narcisismo alta, un
trastorno de la personalidad marcado por una incapacidad de calmarse a uno mismo
o de empatizar con otros, una necesidad de admiración y una hipersensibilidad a la
crítica o la derrota
Personas bastante activas físicamente.
Los atletas más competitivos son a menudo perfeccionistas, un rasgo común entre
las personas con trastornos del comer. Las mujeres en los deportes de "apariencia",
incluyendo gimnasia y patinaje artístico, deportes de resistencia como carreras
atléticas y carreras a campo traviesa, tienen un riesgo mayor de desarrollar
anorexia. El éxito en el ballet depende del desarrollo de un cuerpo nervudo y
sumamente esbelto. Los cálculos de los episodios de los trastornos del comer entre
dichos atletas y artistas oscilan entre 15% y 60%.
Los estudios también están mostrando un riesgo mayor del promedio para el
desarrollo de trastornos del comer entre los hombres y las mujeres en la milicia.
Vegetarianos.
Diabetes.
Los trastornos del comer se han convertido en un problema grave entre las personas
con diabetes. Un estudio reportó que más de un tercio de las mujeres diabéticas
omitía o usaba menos insulina con el fin de controlar el peso. Si tales pacientes
insulinodependientes desarrollan anorexia, puede parecer que su peso
extremadamente bajo controla la diabetes por un tiempo. Con el tiempo, sin
embargo, si dejan de tomar insulina y recuperan el peso, estas pacientes morirán.
Pubertad temprana.
Un estudio de niñas que no sufrían de trastornos del comer reportó que antes de la
pubertad, las niñas comían cantidades de comida apropiadas a su peso corporal,
estaban satisfechas con sus cuerpos, y la depresión se asoció con una menor
ingestión de comida. Después de la pubertad, las niñas comían cerca de tres cuartos
de la ingestión recomendada de calorías, tenían una autoimagen corporal más mala,
y la depresi&oaucten incrementó con la mayor ingestión de comida. No es
sorprendente, entonces, que haya un mayor riesgo de bulimia y otros trastornos
emocionales entre las niñas que experimentan una pubertad temprana, cuando las
presiones experimentadas por todos los adolescentes se intensifican aún más por la
antención que provoca ansiedad en sus cuerpos cambiantes tempranos.
Causas que provocan los trastornos del comer. No existe una sola causa de los
trastornos del comer. Un número de factores, incluyendo presiones culturales y
familiares, desajustes químicos y trastornos emocionales y de la personalidad
colaboran para producir la anorexia y la bulimia, aunque cada trastorno es
determinado por diferentes combinaciones de estas influencias. La genética también
puede desempeñar un papel.
Trastornos emocionales.
Los trastornos del comer van con frecuencia acompañados de depresión, trastorno
de ansiedad o ambos, pero no se sabe si los trastornos emocionales son causas o
resultados de los trastornos del comer.
Entre un 40% y un 80% de todos los pacientes con trastornos del comer
experimentan depresión, y la depresión es común en las familias de los pacientes
con trastornos del comer. Algunos expertos sostienen que la depresión no
desempeña un papel causal, en particular en la anorexia, ya que los trastornos del
comer rara vez se curan cuando se administra medicación antidepresiva como el
único tratamiento. La gravedad del trastorno del comer tampoco se correlaciona con
la gravedad de cualquier depresión existente. Además, la depresión a menudo
mejora después de que los pacientes anoréxicos empiecen a aumentar de peso.
Por otro lado, los estudios han revelado cantidades bajas de ciertos
neurotransmisores --mensajeros químicos en el cerebro-- en algunas personas con
anorexia y bulimia severas, que permanecen bajas incluso después de que han
recuperado el peso. Niveles reducidos de estos neurotransmisores, la serotonina y la
norepinefrina, también se encuentran en las personas con depresión, y se ven
anormalidades de serotonina en las personas con trastorno obsesivo-compulsivo. Un
estudio reciente ha encontrado que los niveles sanguíneos bajos del aminoácido
triptofano, un componente en la comida que es esencial en la producción de
serotonina, pueden producir depresión. Las personas que comen excesivamente
después de una dieta severa pueden estar respondiendo a este estado emocional
de estímulo proteínico.
Los trastornos de ansiedad son muy comunes en la anorexia y la bulimia. Las fobias
y el trastorno obsesivo-compulsivo preceden por lo general el inicio del trastorno del
comer, y así mismo el trastorno de pánico tiende a seguir. Las fobias sociales, en las
cuales una persona tiene miedo de ser públicamente humillada, son comunes en
ambos trastornos del comer. Las personas con anorexia, sin embargo, están
especialmente propensas al trastorno obsesivo-compulsivo. Las obsesiones son
imágenes, pensamientos o ideas mentales recurrentes o persistentes que pueden
resultar en comportamiento compulsivo --rutinas repetitivas, rígidas y autoprescritas
cuyo propósito es prevenir la manifestación de la obsesión. Las mujeres con
anorexia pueden volverse obsesivas con el ejercicio, la dieta y la comida. A menudo
desarollan rituales compulsivos --por ejemplo, el pesar cada pedazo de comida,
cortándola en pedazos diminutos, o poniéndola en envases diminutos. La presencia
del trastorno obsesivo-compulsivo con anorexia o bulimia no parece ejercer un
efecto negativo en las perspectivas a largo plazo, aunque la mejoría en el tratorno
del comer a menudo es paralela a la mejoría en la ansiedad.
Factores familiares.
Los factores negativos dentro de la familia, posiblemente tanto hereditarios como
ambientales, desempeñan una función importante en la provocación y perpetuación
de los trastornos del comer. Un estudio encontró que el 40% de las niñas entre las
edades de 9 y 10 años están tratando de perder peso, generalmente por
recomendación de las madres. Algunos estudios han encontrado que las madres de
los anoréxicos tienden a estar sobreinvolucradas en la vida de sus hijos, mientras
que las madres de los bulímicos son críticas y distantes. Aunque las madres pueden
tener una influencia grande sobre sus hijos en lo que respecta a los trastornos del
comer, los padres y los hermanos excesivamente críticos también pueden
desempeñar un papel importante en el desarrollo de anorexia en las niñas. Los
estudios reportan que las personas con cualquiera de los trastornos del comer tienen
mayor probabilidad de tener padres que sufren de alcoholismo o abuso de
sustancias que la población en general. Parece que existe entre las mujeres con
trastornos del comer una incidencia mayor de abuso sexual; los estudios han
reportado tasas de abuso sexual de hasta un 35% en las mujeres con bulimia. Las
personas con bulimia también tienen una mayor probabilidad que las personas con
otros trastornos psiquiátricos de tener un padre obeso o de haber sido ellas mismas
0obesas en la niñez.
Influencias culturales.
Cuando se incluye la obesidad, es indiscutible que el comer no saludable es
epidémico en América. Las presiones sociales de la cultura occidental desempeñan
sin duda un papel importante en la provocación de los trastornos del comer. Por un
lado, los anunciantes comercializan a gran escala programas para la reducción de
peso y presentan modelos jóvenes anoréxicos como paradigma de deseo sexual;
por otro lado, los medios de comunicación inundan al público con anuncios de
galguerías. La ropa se diseña y exhibe para los cuerpos delgados a pesar de la
realidad de que pocas mujeres podrían llevarlas con éxito. Aunque corren mayor
riesgo las personas cuyo sentido de la autoestima se basa en su totalidad en la
aprobación externa y apariencia física, pocas mujeres son inmunes a estas
influencias.
Atletismo excesivo.
La actitud cultural hacia la actividad física va mano a mano con la actitud
desordenada en lo referente al comer. A los estadounidenses se les anima a que
admiren la actividad física sólo como un esfuerzo competitivo intenso que pocos
pueden lograr, dejando a la mayoría de las personas como espectadoras. En la
pequeña comunidad de atletas, el ejercicio excesivo desempeña un papel principal
en muchos casos de anorexia (y, a un grado menor, en bulimia). El término "tríada
de atletas mujeres" ahora se emplea para describir la presencia de disfunción
menstrual, trastornos del comer y osteoporosis, un problema cada vez más común
en las atletas mujeres jóvenes y bailarinas. La anorexia pospone la pubertad,
permitiéndoles a las atletas mujeres jóvenes retener una figura muscular aniñada sin
la acumulación normal de tejidos grasos en los senos y las caderas que podría
mitigar su estímulo competitivo. Los entrenadores y profesores agravan el problema
recomendando el conteo de calorías y la pérdida de grasa en el cuerpo y
controlando en exceso las vidas de los atletas. Algunos son inclusive abusivos si sus
atletas sobrepasan el peso límite y los humillan en frente de los miembros del equipo
o precisan castigos. En las personas con trastornos de la personalidad que los
hacen vulnerables a esta crítica, los efectos pueden ocasionar el que pierdan peso
excesivo, lo cual se sabe ha sido mortal inclusive entre atletas famosos.
Anormalidades pituitarias de hipotálamos. Existen dudas sobre si las anormalidades
típicas observadas en los sistemas neurológicos y hormonales de las personas con
trastornos del comer son resultados o causas de los trastornos. El entorno clave de
estas anormalidades se origina en el área del cerebro conocida como el hipotálamo,
el cual regula la glándula pituitaria, a veces conocida como la glándula maestra
debido a su importancia en la coordinación de los sistemas nerviosos y hormonales.
Los estudios a base de imágenes de los cerebros de pacientes anoréxicos han
encontrado altos niveles de proteínas conocidas como factores de secreción de
corticotropina (CRF, por siglas en inglés), las cuales se secretan durante períodos
de estrés y bloquean la sustancia neuropéptido Y (NPY, por siglas en inglés), un
estimulante de apetito potente. Estos productos químicos relacionados con el apetito
pueden servir como los enlaces biológicos entre las enfermedades estresantes
extremas en la vida de una persona joven y el desarrollo posterior de anorexia,
aunque algunos estudios por imágenes indican que estas anormalidades ocurren
después de desarrollada la anorexia. Se necesita más trabajo. Otro estudio vincula
niveles inestables, generalmente bajos, de leptin con la anorexia; esta sustancia está
bajo escrutinio por su papel en la obesidad.
El sistema pituitario del hipotálamos es también responsable de la producción de
hormonas reproductivas importantes que se agotan severamente en la anorexia,
dando lugar a la cesación menstrual. Altos niveles de la hormona masculina
testosterona también se han detectado en las mujeres con trastornos del comer.
Aunque la mayoría de los expertos creen que estas anormalidades reproductivas
son resultado de la anorexia, otros han reportado que en un 30% a 50% de las
personas con anorexia, los trastornos menstruales ocurrieron antes de ocurrida la
malnutrición severa y se convirtieron en un problema por mucho tiempo después del
aumento de peso, indicando que las anormalidades pituitarias de hipotálamos
preceden al trastorno del comer mismo.
Infecciones.
La investigación ha encontrado un enlace entre la anorexia y las bacterias del grupo
A beta-hemolítico estreptocócico (GABHS, por siglas en inglés), la causa de la
inflamación séptica de la garganta. GABHS ya se ha identificado como un factor
causante de una forma rara de trastorno obsesivo-compulsivo (OCD, por siglas en
inglés) en los niños; OCD y anorexia tienen varios comportamientos en común.
Epstein Barr, el virus que causa la mononucleosis también ha sido asociado con el
desarrollo de anorexia. Una teoría que explica estos vínculos es que los anticuerpos
provocados por los organismos pueden accidentalmente lesionar el cerebro durante
el proceso de lucha contra la infección. Los antibióticos, la terapia inmunológica y
una vacuna experimental contra la fiebre reumática pueden inclusive ayudar a tratar
la anorexia en estos pacientes.
Factores genéticos.
La anorexia es ocho veces más común en las personas que tienen parientes con el
trastorno, pero los expertos no saben precisamente cuál podría ser el factor
hereditario. Muchos anoréxicos tienen un metabolismo más rápido que las personas
normales, quizá haciéndoles más difícil el subir de peso. Esta propensión genética
hacia la delgadez acompañada de la aprobación cultural podría predisponer a
algunas personas a desarrollar anorexia.
Sensación de logro y poder. Una vez que una persona ha logrado emaciación, una
sensación de logro y condición social podrían ser los motivadores principales de la
perpetuación de la anorexia. La pérdida de peso trae un sentimiento de triunfo sobre
la impotencia. En un país donde la obesidad es epidémica, las mujeres jóvenes que
logran adelgazar creen que han alcanzado una victoria cultural y personal
importante; han superado las tentaciones de las galguerías, y al mismo tiempo,
autocreado una imágen corporal idealizada por los medios de comunicación. Esta
sensación de logro falsa a menudo es reforzada por la envidia de sus amigos más
gordos quienes pueden percibir a los pacientes anoréxicos como emocionalmente
más fuertes y más atractivos sexualmente que ellos.
Perspectivas a largo plazo. Existen pocos problemas mayores de salud para las
personas bulímicas que mantienen el peso normal y no llegan a convertirse en
anoréxicas. En general, las perspectivas son mejores para la bulimia que para la
anorexia. Debe observarse, sin embargo, que en un estudio de pacientes bulímicos,
después de seis años la tasa de mortalidad fue de 1% en las mujeres en terapia.
Otro estudio encontró que el 20% de las mujeres con bulimia todavía estaban
luchando contra el trastorno después de diez años.
Problemas médicos. La erosión de los dientes, cavidades y los problemas con las
encías son comunes en la bulimia. Los episodios bulímicos también pueden resultar
en la retención de agua e hinchazón e inflamación abdominal. Ocasionalmente, el
proceso de comer excesivo y purgación resultan en la pérdida de líquido y niveles de
potasio bajos, que pueden causar debilidad extrema y casi parálisis; esto se revierte
cuando se administra potasio. Los niveles peligrosamente bajos de potasio pueden
resultar en ritmos cardíacos peligrosos y a veces mortales. Los incidentes de
esófagos rotos debido a los vómitos forzados se han asociado con dificultad aguda
del estómago e inclusive con ruptura del esófago o el tubo alimenticio. Rara vez, las
paredes del recto pueden debilitarse tanto debido a la purgación que llegan a salirse
por el ano; ésta es una condición grave que requiere de cirugía.
Medicamentos sin prescripción. Las mujeres con bulimia con frecuencia abusan los
medicamentos sin prescripción como los laxantes, supresores del apetito, diuréticos
y las drogas que inducen el vómito --por lo general ipecac. Ninguno de estos
medicamentos está libre de riesgo. Por ejemplo, se han notificado casos de
intoxicación por ipecac, y algunas personas se tornan dependientes de los laxantes
para el funcionamiento intestinal normal. Las pastillas de dieta, inclusive las hierbas
y los medicamentos sin prescripción, pueden ser peligrosos, en particular si son
abusados.
Problemas neurológicos. Las personas con anorexia severa pueden sufrir daño
nervioso y experimentar convulsiones, pensamiento desordenado y cosquilleo,
pérdida de sensación u otros problemas nerviosos en las manos o los pies. Las
exploraciones cerebrales indican que partes del cerebro experimentan cambios
estructurales y actividad anormalmente alta o baja durante los estados anoréxicos;
algunos de estos cambios regresan a la normalidad después del aumento de peso,
pero existe evidencia de que algún daño puede ser permanente.
Los trastornos del comer son muy graves en los jóvenes con diabetes de tipo 1. La
hipoglicemia, o baja cantidad de azúcar en la sangre es un peligro en cualquier
persona con anorexia, pero es un riesgo particularmente peligroso en los diabéticos.
Un estudio reciente encontró que un 85% de las mujeres jóvenes con diabetes y
trastornos del comer tenían retinopatía --daño en la retina del ojo, que puede
conducir a ceguera. El estudio también reportó que los trastornos del comer que
persistieron en tales jóvenes aumentaba el riego de otras complicaciones diabéticas
agudas y crónicas.
Los síntomas de la bulimia pueden ser muy sutiles, ya que las mujeres con
este trastorno lo practican en secreto, y aunque pueden ser de bajo peso, no son
siempre anoréxicas. En general, las personas con bulimia están preocupadas con la
comida y pueden abusar de los laxantes, pastillas de dieta, eméticos (drogas que
inducen el vómito) o diuréticos (medicamentos que reducen los líquidos). Del mismo
modo que la anorexia, los que sufren de bulimia también pueden hacer ejercicios de
manera compulsiva. El esfuerzo ejercido para vomitar a veces puede causar vasos
sanguíneos rotos en los ojos e hinchazón de las glándulas salivales que aparecen
como áreas abulladas y debajo de las esquinas de la boca. Los dientes son
propensos a las cavidades y erosión del esmalte debido al exceso de ácido, la
encias pueden enfermarse y pueden surgir brotes de salpullidos y barros en la piel.
Los vómitos repetidos autoinducidos en los que la persona se mete la mano hasta la
garganta también pueden producir cortes y callos pequeños en las partes superiores
de las articulaciones del dedo.
Uno de los aspectos más difíciles para un padre o paciente es admitir que existe un
problema. Puede ser diícil, por ejemplo, que una madre le confiese a un médico que
su hija tiene un problema del comer, ya que la comida es una parte tan intrínseca de
la relación madre/hijo, y el trastorno del comer de un hijo podría parecer un fracaso
paterno terrible. Es sumamente importante superar esos sentimientos e informar al
médico de cualquier pérdida de peso sospechosa o problemas conductuales
relacionados con la comida. A menudo, el paciente necesita ser obligado por un
padre u otros a ver a un médico. Debido a que el paciente puede negar y resistir el
problema, se recomienda que un compañero de apoyo esté presente durante parte
de la entrevista para que ofrezca información adicional sobre los antecedentes del
comer del paciente y ayude a compensar cualquier resistencia o negación que el
paciente pueda expresar.
La primera dificultad mayor para tratar los trastornos del comer es a menudo la
resitencia del paciente anoréxico que cree que la emaciación es normal e inclusive
atractiva o el paciente bulímico que cree que la purgación es la única manera de
prevenir la obesidad. Aun peor, la enfermedad anoréxica puede ser estimulada por
los amigos que envidian la delgadez o por los entrenadores de baile o deportes que
promueven los niveles de grasa bajos. La familia misma puede negar el problema y
ser obstructiva o manipuladora, aumentando las dificultades del tratamiento. Es muy
importante que el paciente y cualquier amigo o parientes cercanos estén informados
acerca del grave potencial de estas enfermedades y la importancia de recibir ayuda
inmediata.
Los pacientes pueden abandonar los programas si tienen expectativas poco realistas
de "curarse" tan solamente mediante las apreciaciones de los terapéutas. Antes de
que empiece un programa, deberá ponerse de manifiesto que el proceso es doloroso
y requiere trabajo duro por parte del paciente y la familia. Existe la posibilidad de
tratar varios métodos terapéuticos hasta que el paciente tenga éxito en superar
estos trastornos tan difíciles. La recaída es común y no deberá recibirse con
desesperación. En un estudio, después de seis años, tan sólo cerca del 10% de los
pacientes bulímicos que se habían tratado habían dejado de responder. La bulimia
se trata mejor con una combinación de antidepresivos y terapia congoscitiva. El
resultado de la bulimia es en general más favorable que en la anorexia; incluso
después de la recuperación, las mujeres con anorexia a menudo retienen un
deterioro en el sentido de la línea corporal. Los estudios a largo plazo, sin embargo,
están mostrando recuperación aún en la mayoría de las personas tratadas contra la
anorexia. Un estudio reveló que para las personas con anorexia temprana, la terapia
familiar funcionó mejor y para las personas con anorexia tardía la terapia individual
de apoyo fue la más eficaz.
Terapia familiar. Debido al papel principal que juegan las actitudes familiares
en los trastornos del comer, se podría argumentar que uno de los primeros pasos en
el tratamiento del paciente anoréxico es buscarle ayuda y apoyo a la misma familia.
Los sentimientos de culpa y ansiedad intensa que experimentan los miembros de la
familia que cuidan a los pacientes anoréxicos son probablemente similares a los
producidos cuando se vive con una persona suicida. Un padre muy involucrado
puede inclusive apoyar el trastorno del comer del paciente por temor de su ira o
aflicción o debido a la propia identificación del padre con valores culturales de la
delgadez. En tales casos, es sumamente importante el que la familia comprenda por
completo el peligro de este trastorno y el que ellos forman parte de la enfermedad de
su hijo --o inclusive la muerte-- promoviendo este estado. Si el paciente es
hospitalizado, los expertos recomiendan que la terapia de familia empiece después
de que el paciente haya aumentado de peso pero antes de ser dado de alta y por lo
general deberá continuar después de que el paciente haya salido del hospital. Tal
terapia es particularmente útil para los pacientes más jóvenes para quienes la familia
continúa siendo una influencia grande.
Otros enfoques. Un estudio con mujeres bulímicas reveló que tenían una
sensibilidad alta a la hipnosis, indicando que puede ser beneficioso como parte du
su tratamiento. Parece que las personas con anorexia, por otro lado, son bastante
resistentes al estado de vulnerabilidad requerida en este proceso. Algunos
investigadores han observado una asociación entre la bulimia y el trastorno afectivo
estacional (depresión que se intensifica en los meses más oscuros del invierno);
esto sugiere que la terapia que utiliza luz intensa dirigida puede ser útil. Un
experimento de una semana en el que se empleó luz ayudó a las personas
bulímicas con depresión, aunque no se efectuo ningún cambio en el comportamiento
de comer excesivo-purgación. Se necesitan estudios más largos. Una técnica
conocida como imágenes guiadas redujo la frecuencia del comer excesivo y el
vómito en casi un 75% en un estudio; este método emplea audiocintas para evocar
imágenes que reducen el estrés y ayudan a lograr metas específicas. Aunque las
mujeres con trastornos del comer son comúnmente descalificadas para la cirugía
plástica, un estudio reportó que en las mujeres cuya bulimia era estimulada por el
tamaño grande de los senos, la cirugía de reducción fue eficaz en la resolución del
trastorno del comer.
¿Dónde más puede alguien conseguir ayuda para con un trastorno del comer?
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Información reciente.
<Imagen>Dental erosion, oral hygiene, and nutrition in eating disorders (La erosión
dental, la higiene oral y la nutrición en los trastornos del comer). Int J Eat Disord
1997 Mar;21(2):195-9
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