Globalización, internacionalización y

educación comparada
Zaira Navarrete Cazales • Marco Aurelio Navarro Leal
(Coordinadores)

Primera edición: agosto 2016

Esta obra fue sometida a un riguroso proceso de evaluación de doble ciego. La

primera etapa consistió en dictaminar cada capítulo por académicos especialistas en
el tema, la segunda etapa estribó en la evaluación de la obra conjunta dictaminada por
un investigador miembro del Sistema Nacional de Investigadores del CONACyT.

Globalización, internacionalización y educación comparada /

Zaira Navarrete Cazales • Marco Aurelio Navarro Leal (Coordinadores)
Plaza y Valdés Editores; Sociedad Mexicana de Educación Comparada, 2016.
388 páginas 17 x 23 cm.

1. Globalización, 2. Internacionalización, 3. Educación Comparada, 4. Temas de interés

internacional.I. Navarrete Cazales, Zaira, coord; II. Navarro Leal, Marco Aurelio, coord.

978-607-402
© Zaira Navarrete Cazales, Marco Aurelio Navarro Leal,
© Sociedad Mexicana de Educación Comparada
© Plaza y Valdés, S. A. de C. V. EDITORIAL TRILLAS, S.A. DE
C.V.
Derechos exclusivos de edición reservados
para Plaza y Valdés, S.A. DE C.V. Prohibida
la reproducción total o parcial por cualquier
medio sin autorización escrita de los editores.
Plaza y Valdés, S. A. de C. V.
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madrid@plazayvaldes.com
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ISBN: 978-607-402-901-7

Impreso en México / Printed in Mexico

 La agenda de investigación sobre internacionalización de
la educación superior y la ciencia en México: una necesaria
redefinición31
Sylvie Didou Aupetit32

Resumen
Con base en una identificación de los principales cambios que se han producido en las
últimas dos décadas, en las políticas de internacionalización de la educación superior
y la ciencia, ese texto presenta un repaso a la literatura experta producida en México.
El objetivo principal es apuntar tópicos a incorporar a la agenda de investigación,
sean enfocados a la producción de conocimientos o a la toma de decisiones. El
propósito es proponer una hoja de ruta para ampliar el conocimiento sobre los
resultados específicos de los programas de internacionalización y analizar sus
repercusiones en los sistemas y las instituciones. La hipótesis principal es que en
México, las indagaciones sobre internacionalización han sido enfocadas esencialmente
a la evaluación ex post facto de la acción pública pero que sus objetos específicos de
atención han sido determinados por el estado de la información, por lo que han sido
repetitivos y parciales en relación a las transformaciones en curso.

Introducción
Los expertos recalcaron que los estudios sobre internacionalización de la educación
atendían aspectos distintos en función de los contextos nacionales y de la consolidación
de las comunidades epistémicas en ciencias de la educación. En cambio, compartían
como rasgo común un interés por evaluar la acción pública en esos ámbitos (Didou y
Escobar, coords, 2014). Esta tiene un profundo arraigo, nacional y local, al expresar
en cada país decisiones de tipo societal sobre prioridades, inversiones, programas y
convenios de cooperación preferente en distintos marcos de integración económica y
diplomática.

31 Este ensayo se inspira en un trabajo de campo anterior, realizado con motivo del proyecto
PADES-SEP No. 2014-01-09-006-176. En su estado actual de desarrollo, es un insumo para la Red
sobre Internacionalización y Movilidades Académicas y Científicas (RIMAC) proyecto de Redes
Temáticas del CONACYT n 260402.
32 CINVESTAV-DIE, México. CE: didou@cinvestav.mx

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 Zaira Navarrete Cazales / Marco Aurelio Navarro Leal

Partiendo de la constatación de que hay un efecto reflejo entre la investigación

educativa sobre la internacionalización y los dispositivos y mecanismos que la
promueven, en este texto, caracterizaremos las ofertas de los organismos y agencias,
extranjeras y nacionales, que la manejan tanto en educación superior como en ciencia
y tecnología. Analizaremos luego algunos rasgos de los procesos de
internacionalización en las instituciones mismas. Con base en ese diagnóstico,
apuntaremos una agenda de temas pendientes de indagar para ejercer el seguimiento
de lo que se ha hecho y acrecentar la pertinencia de los programas ante los desafíos
de la coyuntura. Concluiremos con unas recomendaciones sobre cómo articular
mejor los objetos de indagación con su contexto, caracterizado por un tránsito entre
un modelo dominante de internacionalización hacia fuera hacia uno in situ y por una
diversificación de las actividades llevadas a cabo en ese marco.

México como receptor de ofertas externas de cooperación educativa

y científica: de una expectativa frustrada a una diversificación de
oportunidades
México desarrolló programas de internacionalización, conforme con una añeja
tradición intelectual de movilidad y transferencia de saberes, desde principios del
siglo pasado. Algunos polos de excelencia fortalecieron sus conexiones disciplinarias
con contrapartes extranjeras (Gérard y Cornu, 2013; Góngora, 2014) y constituyeron
un terreno de partida favorable para experimentar una acción pública consistente en
materia de internacionalización.
Dicha acción pública inició, como tal, a principios de los años 90, en una
circunstancia marcada por las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de
América del Norte (TLCAN), entre Canadá, Estados Unidos y México, mismo que
entró en vigor el 1ero de enero 1994. A todas luces, investigaciones recientes
muestran que las expectativas de constitución de un mercado norteamericano de
educación superior, muy fuertes en los noventas, no fueron cumplidas, principalmente
por las mínimas inversiones del gobierno de Estados Unidos (Rodríguez, 2013).
Sin embargo, ese acuerdo de integración regional incidió en las orientaciones del
proceso de transformación, consolidación y territorialización de los sistemas de
educación superior y de ciencia y tecnología, que México operó en las pasadas dos
décadas. Las recomendaciones de organismos y expertos internacionales para
superar las asimetrías entre los tres socios llevaron a las autoridades del sector a
cambiar el modelo de financiamiento a la educación superior y a la ciencia, fortalecer

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 Globalización, Internacionalización y Educación comparada

la descentralización de las capacidades, ampliar la cobertura y favorecer la

internacionalización. Para demostrar sus avances en cada ámbito, aplicaron matrices
de evaluación cuantitativa, basadas en insumos/productos.
Independientemente de esos cambios estructurales, las actividades de
internacionalización crecieron poco en esa macro-región, ante las oportunidades
limitadas ofrecidas por el bloque de América del Norte: el flujo de movilidad
estudiantil trilateral creció poco, pese al Programa para la Movilidad en Educación
Superior en América del Norte- PROMESAN, independientemente de que el flujo
México-Estados Unidos sea el más importante. Las negociaciones sobre el
reconocimiento mutuo de los títulos y grados para el ejercicio profesional se
estancaron en varias profesiones reguladas y la demanda por visas de circulación
temporal para profesionistas fue inferior a la esperada (Cruz Pinheiro y Ruiz Ochoa,
2010), aunque unos cuantos organismos hayan promovido activamente la integración
regional entre los tres países (por ejemplo, el Consorcio para la Colaboración de la
Educación Superior en América del Norte- CONAHEC)33. Los principales resultados
constatados se dieron entonces a escala bilateral. Fundaciones estadounidenses,
tradicionalmente activas en América Latina tales como la Fundaciones Ford o
Fullbright, ampliaron y redefinieron sus ofertas de cooperación hacia México
(Blackmore y Bernal, 2013; Navarrete y Leyva, 2013). Universidades del norte de
México y del sur de Estados Unidos (Pérez Aguilara y Figueroa, 2011; Navarro,
2015) robustecieron sus propuestas de integración transfronteriza.
Ante esa endeble integración trilateral, en las pasadas dos décadas, otras
contrapartes tradicionales de cooperación con México sacaron provecho del interés
manifestado por el gobierno y las instituciones de educación superior en estrechar
sus vínculos internacionales. La Agencia Española de Cooperación Internacional
(AECI) apostó a la proximidad cultural y lingüística para ampliar su red de
colaboración en el país, con fines de obtención de grados y actualización disciplinaria
hasta que la crisis europea la obligó a reducir sus inversiones. También encontró allí
un lugar de recepción para los jóvenes doctores españoles que no alcanzaban un
puesto en su mercado académico natural de inserción (Martínez Villagómez, 2014)34.
La agencia de cooperación (DAAD) y fundaciones alemanas, bien implantadas en el
país como la Konrad Adenauer o la Friedriech Hebert, fueron ajustando sus
programas con base en la noción de interés mutuo, mejorando los dispositivos

33 https://conahec.org/es
34 http://www.iesalc.unesco.org.ve/index.php?option=com_fabrik&view=details&formid=9
&rowid=78&lang=es

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 Zaira Navarrete Cazales / Marco Aurelio Navarro Leal

conjuntos de movilidad estudiantil y académica y de investigación preexistentes

(Gobel y Birle, 2012) y promoviendo áreas de excelencia (Au, 2014)35. La Agencia
Campus France centralizó su oferta de movilidad estudiantil y de becas para hacerla
más entendible, precisó ofertas focalizadas de aprendizaje técnico del francés y
desarrolló programas conjuntos (48 co-tutelas y grados compartidos en 2015)36. En
marzo 2015, la Embajada francesa en México abrió el Portal franco-mexicano para
la investigación y la innovación, con el propósito de registrar a los científicos
franceses instalados en México y difundir los proyectos de investigación bilateral
que agrupa a unos 500 investigadores y se traduce en unas 600 publicaciones y co-
publicaciones al año entre ambos países.37
En los años 2000, irrumpieron asimismo nuevos ofertantes de intercambio
académico-científico. Si bien la cooperación educativa entre México y Japón o
México y China38 es de larga data (Ramírez Bonilla, 201439; Dussel coord., 201140),
otros países de Asia Pacifico propusieron programas innovadores de movilidad a
investigadores y estudiantes, con fines de aprendizaje lingüístico (Becas para
aprendizaje del chino del gobierno de Taiwán para estudiantes de licenciatura) o
investigación (programa de estancias académicas, científicas y culturales de
Tailandia). Algunos incluso apoyaron los procesos de fortalecimiento institucional de
instituciones de educación superior no universitarias (ver la cooperación entre la
Universidad Intercultural del Estado de México y la Universidad nacional de
Malaysia, Monroy, 2014)41.
En relación a la cooperación regional en el interior de América Latina, el panorama
es más confuso. Si bien existen programas de cooperación preferente entre ciertos
países de la región y México, en la modalidad de cooperación bilateral, desde hace
décadas, el país es hoy un socio menor para la recepción de los estudiantes
35 http://www.iesalc.unesco.org.ve/index.php?option=com_fabrik&view=details&formid=9
&rowid=78&lang=es
36 http://www.ambafrance-mx.org/La-Embajada-de-Francia-en-Mexico-y-8266
37 http://www.ctifranciamexico.com
38 http://www.cepe.unam.mx/noticepe/leer_noticia.php?option=com_content&view=
article&id_nota=3005
39 http://www.iesalc.unesco.org.ve/index.php?option=com_content&view=article&id=
32 33:lo s -i n t r i n g u l i s - d e -l a - c o o p e r a c io n - a c a d e m i c a - a s i a - d el - e s t e - a m e r ic a -l a t i n a &
catid=201:experiencias-y-programas&Itemid=770&lang=es
40 http://herzog.economia.unam.mx/deschimex/cechimex/chmxExtras/documentos/cuader-
nos/2011/Cuadernos%20del%20Cechimex%202011-1.pdf
41 http://www.iesalc.unesco.org.ve/index.php?option=com_fabrik&view=details&formid=9
&rowid=73&lang=es

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 Globalización, Internacionalización y Educación comparada

latinoamericanos en busca de un doctorado. Los brasileños o ecuatorianos

beneficiarios de los programas muy ambiciosos de becas como los de Ciencia sin
fronteras (Brasil) y Prometeo (Ecuador) sólo vienen en pequeñas cantidades al país.
Esos datos, aunque incompletos, revelan que las ofertas de cooperación bilateral
de las que México fue receptor se han diversificado territorial- y estructuralmente,
en las pasadas dos décadas. El escenario global de la cooperación científica y
universitaria se ha caracterizado por su plasticidad, con socios cuyos pesos relativos
se modificaron a lo largo de las anteriores dos décadas, por el despunte de algunos
países de Asia y por la retracción, en los últimos siete años, de prestadores importantes
en las décadas de los 90 y 2000, como España.
Casi veinticinco años después de que el gobierno y la SEP anunciaran su decisión
de operar políticas de internacionalización, de carácter transexenal, los radios de
aplicación e influencia de los programas se han expandido: aun cuando distan
todavía de haberse generalizado en un conjunto mayoritario de establecimientos,
han involucrado a nuevas instituciones. Las actividades de internacionalización han
sido utilizadas por los establecimientos “recién llegados” como mecanismos de
legitimación, en campos científicos y universitarios competitivos y globalizados, ya
que funcionan como criterios casi tautológicos para medir la calidad, eso
independientemente de sus repercusiones reales. Sin embargo, los reacomodos que
sustentaron esos cambios han sido insuficientemente documentados por la literatura
especializada, que sigue focalizada esencialmente en la relación bilateral dominante
entre México y Estados Unidos. Por ello, sería fundamental elaborar, en colaboración
con los gobiernos ofertantes, balances integrados de las actividades regionales/
nacionales de internacionalización propuestas por los organismos y agencias que
promueven la cooperación internacional con y en México. Disponer de una visión
global de las oportunidades, de los instrumentos y de los equilibrios internos entre
prestadores que despliegan sus propuestas en el país permitiría mejorar los niveles
de información de los usuarios, permitiéndoles sacar mayor provecho de programas
adaptados a sus necesidades.

México como impulsor de cooperación internacional en los ámbitos

de la educación superior y la ciencia y tecnología
México no es sólo un receptor de cooperación. En los pasados 20 años, definió
prioridades propias, invirtiendo dinero público en la promoción de programas claves.

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 Zaira Navarrete Cazales / Marco Aurelio Navarro Leal

El más notorio es el programa de becas de posgrado al extranjero, existente desde la

inauguración del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología- CONACYT el 29 de
diciembre 1970. Orientado hasta la década de los 90 a suplir la falta de formaciones
de maestría y doctorado, con la consolidación escalonada de programas nacionales en
ambos niveles y su posterior acreditación, fue después complementando el programa
inicial de movilidad larga por otros de estancias cortas en el extranjero (becas mixtas)
así como por sabáticos, invitación a profesores extranjeros o apoyos a los
postdoctorados. En su conjunto, esos programas auspiciaron movilidades salientes y
entrantes, conforme con una concepción de la movilidad internacional que tomaba en
cuenta brain drain y brain gain (Castaños, 2009). El CONACYT invirtió además en
la puesta en marcha de dispositivos innovadores, como los Colegios o laboratorios
bilaterales y los doctorados conjuntos de investigación. Buscó conferir una dimensión
internacional a programas nacionales como las Redes de Investigación.
La Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior-
(ANUIES) y luego la Subsecretaría de Educación Superior (SES) de la Secretaria de
Educación Pública- SEP gestionaron instrumentos para que los profesores
universitarios en ejercicio obtuvieran primero maestrías y luego doctorados: por la
lógica de expansión improvisada y acelerada de la profesión académica, ellos habían
sido reclutados sin haberse graduado más que de licenciatura. A su tiempo, la
ANUIES aplicó el Programa de Superación Académica- SUPERA (1994-1996). A
partir de esa fecha, la SES administró el Programa de Mejoramiento del Profesorado
(PROMEP), que sustituyó el SUPERA (De Vries y Álvarez, 1998); paulatinamente,
organizó cuerpos académicos y redes temáticas, a quienes canalizó recursos para la
internacionalización mediante invitaciones a colegas extranjeros (conferencias y
estancias) y asistencia a eventos científicos en otros países.
Por su parte la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) diseñó marcos
normativos e implementó medidas para la cooperación bilateral (Uscanga, 2012),
mediante sus agencias. Así, la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para
el Desarrollo (AMEXCID) llevó a cabo actividades de cooperación científica
abocadas a la internacionalización in situ, en una perspectiva comprensiva
(Haberleithner et al, 2013): brindó apoyos para atraer a investigadores internacionales,
noveles y confirmados, a México atendiendo así un tópico cuya relevancia en las
agendas de política y de investigación está creciendo. El Instituto de los Mexicanos
en el Exterior (IME) administró un programa de diásporas científico-productivas
(Talentos Mexicanos en el extranjero) en áreas estratégicas en las que las universidades

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 Globalización, Internacionalización y Educación comparada

mexicanas han acumulado capacidades de interlocución e interacción con

contrapartes de otros países.
En términos geo-estratégicos, México procuró recuperar el lugar que ocupó hast
los 80 como núcleo regional de atracción de las movilidades estudiantiles y
académicas en América Latina, reposicionándose como un prestador de servicios de
formación inicial y actualización profesional, conforme con modalidades solidarias
o mercantiles de prestación de servicios, en América Latina. A la fecha, los resultados
son todavía limitados, pese a la actividad desplegada para imprimir un carácter
regionalista latino-americano (referido en ese caso a Colombia, Chile y Perú) a
acuerdos birregionales como la Alianza del Pacifico (Morales Martin, 2015).
En suma, en los pasados veinte años, los organismos gubernamentales involucrados
en la cooperación universitaria y científica fomentaron deliberadamente dinámicas
de internacionalización en las universidades, ofreciéndoles oportunidades de
insertarlas en un marco de inducción y apoyo gubernamental. Privilegiaron la
movilidad como su principal eje, volviéndose esa actividad el indicador por
antonomasia de la internacionalización. No obstante, cierta indefinición en las
atribuciones de las dependencias gubernamentales y asociativas que promueven la
internacionalización y una falta de compromiso efectivo en la rendición social de
cuentas impide conocer los alcances de esas iniciativas múltiples, a veces incluso
duplicadas. Por ejemplo, los resultados de los convenios de cooperación internacional
del CONACYT son insuficientemente documentados, pese a esfuerzos recurrentes
para actualizar la información. En esa perspectiva, la generación de mejores datos
sobre insumos-productos es un reto a atender a fines de evaluación y difusión pública
de resultados obtenidos. Los investigadores deberían contribuir a su resolución y
desempeñar un papel más activo en la producción de indicadores útiles y comparables
sobre internacionalización.

Las instituciones mexicanas ante la internacionalización de la

educación superior
Los procesos y aprendizajes institucionales en cuanto a definición y manejo de
programas de internacionalización han sido cuestiones que no han llamado tanto la
atención de los especialistas como las políticas públicas. No obstante, a principios de
la década del 2010, interesaron a un pequeño número de investigadores (Moctezuma,
2011; Vera y Sierra, 2012; Torres et al. 2014) y tesistas (Monroy Magaldi, 2009; Pérez
Campuzano, 2010; García, 2013; Ruiz Ávila, 2014). Estudiaron sobre todo:

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 Zaira Navarrete Cazales / Marco Aurelio Navarro Leal

a) La instalación de dispositivos ad hoc: hoy día, una parte significativa de las

universidades públicas cuenta con una oficina de relaciones internacionales, para
la gestión de los trámites, la firma de convenios y la diseminación de información
sobre oportunidades de cooperación y movilidad. Esas oficinas proporcionan
servicios de apoyo para la recepción de estudiantes extranjeros y ayudan a
tramitar visas para ellos y los académicos. Ocasionalmente, administran páginas
Web especializadas de calidad (Universidad Autónoma de Yucatán- UADY
Global42). Su posición en el organigrama institucional, su autonomía decisional y
sus desempeños son sin embargo variables, en una situación en los que los
indicadores para que rindan cuenta de sus resultados son inestables (Amador,
2011).
b) La insuficiencia de indicadores de resultados. No es común que los reportes de
los rectores o los anuarios estadísticos de las instituciones contengan cifras sobre
internacionalización43. La Encuesta PATLANI sobre movilidades estudiantiles,
en sus dos versiones editadas por la SEP y la ANUIES, señala dificultades para
obtener información de calidad e incluso respuestas por parte de las Instituciones
de Educación Superior (IES) contactadas44. La internacionalización funciona
más como una referencia retórica que como una medición, calculada en función
de metas, inversiones y resultados.
c) Los reducidos niveles de profesionalización de los equipos a cargo de las
oficinas: Sobresalen en las IES mexicanas un escaso grado de concertación
“social” en torno al proyecto institucional de internacionalización, la inexistencia
de comités académico-estudiantiles que acompañen el diseño y la ejecución de
planes y el reducido interés de los funcionarios para establecer diálogos fructíferos
con los actores estudiantiles y académicos sobre orientaciones y prioridades.
d) La predominancia de la movilidad estudiantil saliente, de corta duración, por
sobre todas las actividades de internacionalización: escasean, no obstante, los
datos sobre el peso de esas movilidades en relación a la matrícula por disciplina
y nivel, sus esquemas territoriales y disciplinarios y los recursos movilizados, a
escala institucional y personal, para financiarlas.

42 http://www.uadyglobal.uady.mx/index.php?modulo=contenido&id=129
43 La Dirección de Planeación de la UNAM, sí, presenta información sobre movilidad y
cooperación internacional en su agenda estadística.
44 http://www.sincree.sep.gob.mx/work/models/sincree/Resource/archivo_pdf/movilidad.pdf

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 Globalización, Internacionalización y Educación comparada

e) Las dificultades para conocer las movilidades entrantes (de retorno y atracción).
Los datos, todavía frágiles e inconsistentes, de PATLANI indican que los
estudiantes extranjeros se concentran en unas cuantas instituciones. Pero pocas
se han preocupado por mejorar los servicios de acompañamiento a los alumnos
extranjeros, capitalizar las experiencias de movilidad estudiantil saliente
(Amador, 2013) y diversificar los servicios, más allá de multiplicar cursos de
aprendizaje del español y cursos de cultura.
f) El desconocimiento de las repercusiones de la internacionalización en la
formación: es reducido el número de publicaciones sobre la internacionalización
del curriculum en términos de perfil de egreso, competencias profesionales
adquiridas y actualización /racionalización de los contenidos de los programas
de estudio.
g) El despunte de esfuerzos de ubicación en un mercado internacional de la
educación superior y de promoción de los servicios de enseñanza, extensión e
investigación., Son pocos los investigadores que han actualizado sus análisis
sobre los esquemas de suministro comercial de servicios de educación superior
en México en una lógica for profit (Rama, 2012; Buendia, 2012), la apertura de
oficinas de representación internacional por parte de universidades públicas y
privadas o la prestación de servicios de formación fuera del territorio nacional,
en alianzas comerciales con instituciones del extranjero o mediante fórmulas
virtuales.
h) La adopción de estrategias para el ingreso a rankings internacionales y la
obtención de acreditaciones de programas ante agencias nacionales e
internacionales de calidad: esos temas, en el cruce de perspectivas organizacionales
y políticas, igualmente han despertado un bajo interés.
En suma, los cambios acarreados en un número considerable de instituciones por
la adopción de programas de internacionalización no han sido analizados con
suficiencia, en una perspectiva de investigación, sea ésta focalizada sobre la
producción de conocimiento, el mejoramiento de la gestión o la toma de decisiones.
Impera una dificultad para estructurar grupos de investigación, incluyendo tesistas
de posgrado, para analizar en forma comparada ciertos asuntos vinculados con la
internacionalización y ejercer el seguimiento de temas sobre los que la generación
de información es complicada y tardada. Es muy probable que dos factores incidan
en el carácter rutinario y escasamente innovador de las investigaciones: el primero
es el de las presiones ejercidas a través de los dispositivos de evaluación de la

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 Zaira Navarrete Cazales / Marco Aurelio Navarro Leal

productividad académica para que los especialistas publiquen continuamente, lo que

desalienta trabajos de tipo exploratorio en los que la consecución es larga; el segundo
es de la obligación de titular en tiempo reducido para las ciencias sociales (dos años
y medio en maestría y cuatro años y medio en doctorado) a los estudiantes de
posgrado, lo que conduce a orillarlo a que estudien tópicos “fáciles” de documentar.
En esa coyuntura, la investigación se deslinda cada vez más de las innovaciones;
sirve para cumplir con requisitos antes que para producir resultados de interés en el
entendimiento de fenómenos sociales y, eventualmente, en su transformación.

La internacionalización de la ciencia
En relación a la ciencia, las investigaciones sobre las dinámicas y mecanismos de
internacionalización mostraron entre los asuntos a indagar:
• La internacionalización in situ de la comunidad científica nacional: las bases de
datos, confeccionadas anualmente por el Sistema Nacional de Investigadores
(SNI) permiten saber cuántos de sus integrantes obtuvieron su máximo grado de
escolaridad en el exterior y cuántos nacieron en el extranjero (Oviedo, 2015a).
Pero, haría falta desarrollar estudios sobre las trayectorias de migración de ambas
categorías, sus rutas de inserción en redes multinacionales de investigación, su
impulso a la cooperación bi- o multilateral, su participación en circuitos
internacionales de publicación. Con un ángulo centrado en los sujetos, habría que
multiplicar los análisis sobre las condiciones necesarias para que los académicos
internacionales sirvan de intermediarios para una cooperación internacional
focalizada y duradera, minimizando choques interculturales (Remedi y Ramírez,
2014).
• La constitución de centros de investigación internacionalizados. El gobierno
apoyó, aunque en forma menos decidida que otros países (por ejemplo, Rusia), la
constitución de polos de excelencia y de research universities, competitivos a
escala internacional. Varios de esos establecimientos, en ciencias duras y sociales,
son parangones de internacionalización, por mandato fundacional, historia e
incluso especialización disciplinaria. Algunos investigadores han desmontado
las historias y alianzas que les facultaron para alcanzar y mantener esos
posicionamientos internacionales (Guzik, 2009, Durand, 2012) pero sería
necesario consolidar esa línea de investigación sobre la producción institucional
de la calidad en otras instituciones de educación superior.

94
 Globalización, Internacionalización y Educación comparada

• La articulación, en distintas escalas, de programas de internacionalización. El

CONACYT ha procurado vincular, recientemente, programas que operaban en
forma paralela. Embonó así la movilidad estudiantil con la acreditación de los
programas, la integración de redes disciplinarias, el otorgamiento de apoyos a los
post-doctorados y la realización de proyectos bilaterales de investigación. Esos
armazones y sus impactos cualitativos representan un objeto que habría que
investigar.
• La instalación de hubs y dispositivos innovadores de cooperación científica.
Países como Francia y Alemania han ensayado dispositivos de cooperación no
convencionales, en sus modos de funcionamiento, alianzas de contrapartes,
universitarias, sociales e industriales y ámbitos de impacto, por ejemplo la
Universidad Aeronáutica de Querétaro. Un catálogo de esas experiencias, a
escala nacional y latino-americana, sería indispensable para conocer su desarrollo.
• Las crecientes trabas burocráticas a la investigación. Entrevistas con
investigadores, nacionales y extranjeros, indicaron que, si bien el gobierno
mexicano y las agencias de cooperación han canalizado recursos a la ciencia, su
uso está limitado por obstáculos de tipo burocrático, por discontinuidades en la
disponibilidad de fondos asignados, por una cada vez más limitada capacidad
administrativa de las instituciones para responder a las exigencias cada vez más
desmedidas de los organismos financiadores nacionales. El desperdicio de
esfuerzos, la suspensión recurrente de los experimentos o del trabajo de campo
por el detenimiento en los flujos de recursos y, paradójicamente, el reembolso de
parte de esos recursos debido a los plazos autorizados para su ejercicio,
principalmente cuando son fiscales y la imposición de marcos lógicos de
evaluación y seguimiento administrativo inadaptados a la investigación, han sido
constantemente denunciados por los especialistas en administración y planeación.
La centralización de las responsabilidades decisionales, la inadecuación de las
reglas y procedimientos de rendición de cuentas y financiamiento a las lógicas de
la enseñanza y la investigación han conformado un dispositivo de regulación
constrictiva que desincentiva la investigación en general y, en particular, en redes
internacionales. Analizarlos debería entonces constituir un eje central de la
investigación educativa, en forma comparada.
• La eficientización de los procesos de gestión para la internacionalización de la
ciencia: una evaluación sistemática de las encuestas ya aplicadas sobre esos temas
en otros países podrían ser útiles para recopilar sistemáticamente información

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 Zaira Navarrete Cazales / Marco Aurelio Navarro Leal

relevante respecto de ese punto (Escobar, 2014), documentar las interacciones

entre las oficinas de gestión, los investigadores y los estudiantes e interconectar
los procesos académicos de internacionalización con los institucionalizados, es
decir fundamentados en el trabajo de las oficinas y en decisiones cupulares.
Fomentar una vinculación entre esos niveles ayudaría a adaptar los procesos de
gestión a las necesidades de los actores de la internacionalización y a sumar
voluntades convergentes en sus finalidades, pero dispersas en sus condiciones.
En esa perspectiva, consideramos que los investigadores deberían no sólo producir
conocimientos sobre aspectos específicos de la internacionalización sino que habrían
de desempeñar un papel rector en la producción de indagaciones comparadas para
identificar soluciones a problemas compartidos y mutualizar conocimientos para
acortar tiempos de respuestas y mejorar instrumentos.

Temas y dispositivos estratégicos para una agenda nacional

de investigación sobre la internacionalización de la educación
superior y la ciencia en México
En México, el número de programas de internacionalización ha aumentado en los
últimos quince años. Esos programas han respaldado la instalación de carreras de
posgrado en co-titulación, han involucrado a nuevos beneficiarios, han facilitado la
constitución de redes, y han fomentado la participación de IES y grupos de
investigación en consorcios internacionales. Sin embargo, no hay organismos que
centralicen la información sobre los recursos invertidos y los resultados obtenidos, lo
que dificulta tener una visión de conjunto de los efectos de esos programas y de las
problemáticas que han acarreado. Esa situación ha generado una sub-utilización de
los programas implementados tanto por el gobierno como por agencias de cooperación
internacional. Eso es cuanto más preocupante que México requiere buscar opciones
complementarias y/o sustitutivas de cooperación, para evitar una excesiva dependencia
de algunos pocos socios.
En términos de investigación, la carencia de una información suficiente y accesible
sobre los programas y sus efectos ha conducido a los especialistas a mirar
esencialmente los vinculados con la movilidad estudiantil saliente. Han documentado
escasamente otras modalidades de internacionalización y, por ende, las han
cuestionado poco. El debate, cuando se da, versa más sobre retóricas como la
vinculada con la internacionalización comprensiva que sobre orientaciones de
políticas. A diferencia de lo que ha ocurrido en Canadá o Estados Unidos, los

96
 Globalización, Internacionalización y Educación comparada

especialistas han sido poco críticos acerca de los logros y fracasos de la

internacionalización. Muchos discursos proferidos por políticos, funcionarios o
incluso expertos, siguen enunciando principios de actuación y orientaciones
generales más de lo que exponen diagnósticos problematizados de la circunstancia
presente.
Esa indefinición estratégica y la falta de datos e indicadores explican a su vez
porque los investigadores suelen situar sus indagaciones en lo programático, lo
institucional o lo prospectivo, lo que les confiere un carácter repetitivo. Explica
también porque algunos temas, difíciles de rastrear, han casi desaparecido de la
agenda. Un ejemplo paradigmático es el de los proveedores transnacionales de
educación superior; objetos de un interés coyuntural a mitades de los 2000 (Didou,
2007; Rodríguez, 2005) se ignora hoy día en México, cuál es el monto de sus
inversiones extranjeras en la compra de IES privadas, sus joint venture de menor
escala, el tamaño de las matrículas que captan, el número de grados otorgados que
otorgan así como los procedimientos de acreditación de la calidad a la que están
sometidos (Didou, 2015).
Tomando en cuenta lo anterior, 31 investigadores, postdoctorantes, estudiantes de
posgrado y usuarios externos, mexicanos, latinoamericanos y extranjeros, han
constituido, con apoyo del Programa de Redes Temáticas del CONACYT, una Red
de Investigación sobre Internacionalización y movilidades académico-científicas
(RIMAC), cuya reunión inaugural tuvo lugar en octubre del 201445. Sus tareas
consisten en: “Investigar las tendencias emergentes de la internacionalización de la
educación superior y la ciencia, aportar conocimientos útiles a los actores
involucrados en la toma de decisión, en los niveles de las asociaciones, redes,
instituciones y gobiernos, participar en la formación de gestores, jóvenes
investigadores y estudiantes de posgrado, mediante la impartición de cursos,
conferencias y seminarios, presenciales y virtuales, difundir en eventos científicos
las experiencias latinoamericanas de internacionalización y generar materiales de
referencia y didácticos sobre los temas atendidos por la RIMAC”46. Conforme con
ese cometido, sus integrantes pretenden, en el próximo bienio, analizar los siguientes
tópicos para producir conocimientos y proponer recomendaciones sobre:
a. Los proveedores transnacionales de educación superior
b. Las ofertas de cooperación entre regiones, países y zonas transfronterizas

45 RIMAC, http://www.rimac.mx
46 Plan General de Trabajo 2015-2017, http://www.rimac.mx

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 Zaira Navarrete Cazales / Marco Aurelio Navarro Leal

c. El papel de las mujeres en la investigación transnacional.

d. La internacionalización del currículum.
e. Internacionalización y promoción de la equidad.
f. Los dispositivos innovadores de cooperación internacional para la ciencia y
la educación superior.
g. La circulación internacional de las ideas y de los conocimientos entre grupos
científicos en perspectivas históricas y contemporáneas.
h. Los indicadores para la medición y el monitoreo de los procesos de
internacionalización.
i. La evaluación de algunos programas de movilidad, estudiantil y científica y
su papel en la integración de redes y propuestas de cooperación bi o
multilateral
j. Los conocimientos sobre internacionalización producidos por los estudiantes
de posgrado y post-doctorantes.
Después de haber revisado los conocimientos disponibles sobre
internacionalización, acordaron asociar sus recursos en torno a cuatro subprogramas
de investigación:
a. Aseguramiento de calidad e internacionalización del currículum.
b. Estrategias de provisión transnacional de servicios de educación superior y
alianzas internacionales para la educación superior y la innovación científica.
c. Diplomacia científica y nuevos dispositivos para la internacionalización de la
educación superior.
d. Transferencia de conocimientos y cooperación in situ entre las instituciones
de educación superior y ciencia en América Latina.
Esa iniciativa académica y proyectos convergentes (Observatorio sobre
Movilidades Académicas y Científicas- OBSMAC, auspiciado por el Instituto
Internacional para la Educación Superior en América Latina y el Caribe- IESALC
de la UNESCO o Anuario mexicano de la Ciencia)47 están orientados a generar
información cualitativa sobre prácticas, a difundir opiniones expertas y a articular
capacidades individuales de reflexión sobre internacionalización, a escala regional y
extra-regional.

47 http://www.unesco.org.ve/index.php?option=com_content&view=article&id=1813:sobre-
obsmac&catid=194&Itemid=746

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 Globalización, Internacionalización y Educación comparada

Entre septiembre 2010 y mayo 2014, el OBSMAC, en su sitio Web, dio a conocer
más de 400 prácticas, programas y convocatorias de internacionalización, un
porcentaje elevado de ellos relacionado con México. Colaboró en la producción y en
la co-edición colectiva de libros sobre Programas conjuntos (Didou y Fazio, coords,
2014) e Investigación científica sobre internacionalización (Didou y Escobar, 2014),
referentes a distintos países de la región. Más de 150 investigadores y estudiantes
suministraron materiales, documentos y opiniones autorizadas sobre el tema
aglutinador. El OBSMAC coordina además un sistema regional de seis observatorios
nacionales –temáticos en Argentina, Costa Rica, Ecuador, México, Panamá y
Venezuela, teniendo así insumos y recursos para detectar en tiempo las preocupaciones
regionales en relación a la internacionalización a la par que identificar las prioridades
nacionales (Oviedo, 2015b).
Además de esas redes, especialistas en instituciones de América Latina (Argentina,
Chile, Brasil, Colombia, Venezuela) y en otros países (Ibero-Amerikanisches Institut
en Berlin/CEPED, CERLIS, IPEAT en Francia/ Casa Velázquez o CSIC en Madrid/
Boston College en Estados Unidos/ Universidad de Melbourne en Australia) han
capitalizado una expertise reconocida en evaluación de los procesos de
internacionalización. Sería importante involucrarlos en investigaciones expertas de
amplio alcance, con enfoques comparativos, sobre temas pendientes: entre esos,
destacan:
• Las propuestas de cooperación europea y las agendas de cooperación de los
organismos civiles, asociativos, los bancos y las Fundaciones internacionales con
los que México mantiene colaboraciones recientes o históricas.
Los flujos de conocimientos y la circulación de cerebros, sus tendencias de
concentración y de redistribución marginal o las movilidades inversas.
• La elaboración de catálogos razonados de buenas prácticas en relación a
movilidades académicas entrantes, reconocimiento de títulos, co-grados, co-
tutelas y títulos conjuntos, co-financiación internacional y cooperación externa
para el diseño de prácticas innovadores de internacionalización, aprendizaje de
idiomas extranjeros, inversiones extranjeras en el sector de la educación superior
y programas de internacionalización para la equidad social.
• El seguimiento de iniciativas como el Foro Bilateral sobre Educación Superior,
Innovación e Investigación (FOBESII), inaugurado por los gobiernos mexicano

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 Zaira Navarrete Cazales / Marco Aurelio Navarro Leal

y estadounidense, el 21 de mayo 2014: su fin principal es reposicionar a la alza los

intercambios educativos y científicos, mediante el aprendizaje del inglés, la
movilidad estudiantil, académica y administrativa, investigación, formación de
líderes y la innovación en América del Norte48.
El transito del ciclo de políticas de internacionalización iniciadas hace veinticinco
años a uno más proactivo, focalizado y concertado en torno a intereses mutuos, el
desarrollo de los distintos subsectores que integran los sub-sistemas de educación
superior y ciencia y la resolución de algunas problemáticas estructurales de la
sociedad mexicana dependen no sólo de una expansión inercial de los programas de
internacionalización ya en marcha sino de su reestructuración. La definición de
ámbitos prioritarios para guiar una dinámica de refuncionalización, en términos
sociales, supone repensar la internacionalización para traspasar sus límites y
transformarla en un elemento sustancial para el mejoramiento de las instituciones y
de sus procesos de formación e indagación pero también para una redistribución
más equitativa de oportunidades. En eso, los investigadores también tienen
responsabilidades, por lo que la cuestión de su agenda de trabajo es crucial.

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