Martafernandez Practica4maquetaciónlibro
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en Nueva
Un poeta
La naturaleza no solo se
enfrenta a la civilización, a
NUEVA
York
la sociedad mecanicista, a la
ciudad inhumana, a las
condiciones precarias de la
existencia.
YORK
El sujeto poético se enfrenta
al vacío sobre el que tiene que
construir su identidad.
Federico García Lorca
FEDERICO GARCÍA LORCA
Federico García Lorca fue uno de los poetas y
dramaturgos más influyentes de la literatura española
del siglo XX. Nació en 1898 en Fuente Vaqueros, un
pueblo andaluz en la provincia de Granada. Lorca
estudió Filosofía y Letras, así como Derecho, en la
Universidad de Granada.
2
3
Derechos exclusivos de esta edición en lengua española
© Reino de Cordelia, S.L.
Edita: Reino de Cordelia
www.reinodecordelia.es
6
ÍNDICE
7
8
I
POEMAS DE LA SOLEDAD EN
COLUMBIA UNIVERSITY
9
Asesinado por el cielo.
Entre las formas que van hacia la
sierpe y las formas que buscan el
VUELTA DE PASEO
10
Aquellos ojos míos de mil novecientos
diez no vieron enterrar a los muertos,
1910 (INTERMEDIO)
11
Desván donde el polvo viejo congrega
estatuas y musgos, cajas que guardan
silencio de cangrejosdevorados en el
1910 (INTERMEDIO)
12
Enrique,
Emilio,
Lorenzo.
FABULA Y RUEDA DE
LOS TRES AMIGOS
Lorenzo,
Emilio,
Enrique.
13
Lorenzo,
Emilio,
Enrique,
FABULA Y RUEDA DE
Lorenzo,
Emilio,
Enrique,
fueron los tres en mis manos
14
Uno
y uno
y uno,
FABULA Y RUEDA DE
LOS TRES AMIGOS
Tres
y dos
y uno,
15
por mi pecho turbado por las palomas,
por mi muerte desierta con un solo
paseante equivocado.
FABULA Y RUEDA DE
LOS TRES AMIGOS
Enrique,
Emilio,
Lorenzo.
Diana es dura.
pero a veces tiene los pechos nublados.
Puede la piedra blanca latir con la
sangre del ciervo y el ciervo puede
soñar por los ojos de un caballo.
16
Recorrieron los cafés y los cementerios
y las iglesias,abrieron los toneles y los
armarios, destrozaron tres esqueletos
FABULA Y RUEDA DE
Ya no me encontraron.
¿No me encontraron?
No. No me encontraron.
¡de pronto!
los nombres de todos sus ahogados.
17
Sí, tu niñez ya fábula de fuentes
JORGE GUILLÉN
TU INFANCIA EN
18
Pero yo he de buscar por los rincones
tu alma tibia sin ti que no te entiende,
con el dolor de Apolo detenido
con que he roto la máscara que llevas.
TU INFANCIA EN
19
No me tapen la boca los que buscan
espigas de Saturno por la nieve
o castran animales por un cielo,
clínica y selva de la anatomía.
TU INFANCIA EN
20
21
22
II
LOS NEGROS
23
Odian la sombra del pájaro sobre el
pleamar de la blanca mejilla
NORMA Y PARAISO DE
24
Es por el azul sin historia,
azul de una noche sin temor de día,
NORMA Y PARAISO DE
25
Con una cuchara arrancaba los ojos a
los cocodrilos y golpeaba el trasero de
los monos.
EL REY DE HARLEM
26
Es preciso matar al rubio vendedor de
aguardiente, a todos los amigos de la
manzana y de la arena, y es necesario
EL REY DE HARLEM
27
Las muchachas americanas
llevaban niños y monedas en el vientre,
y los muchachos se desmayaban en la
EL REY DE HARLEM
Ellos son.
28
Negros, Negros, Negros, Negros.
29
Es la sangre que viene, que vendrá
por los tejados y azoteas, por todas
partes, para quemar la clorofila de las
EL REY DE HARLEM
30
un viento sur que lleva
colmillos, girasoles, alfabetos
y una pila de Volta con avispas
EL REY DE HARLEM
ahogadas.
31
El sol que se desliza por los bosques
seguro de no encontrar una ninfa,
el sol que destruye números y no ha
EL REY DE HARLEM
32
¡Ay, Harlem, disfrazada!
Me llega tu rumor,
me llega tu rumor
atravesando troncos y ascensores,
a través de láminas grises,
donde flotan sus automóviles
cubierto de dientes, a través
de los caballos muertos
y los crímenes diminutos,
a través de tu gran rey desesperado
cuyas barbas llegan al mar.
33
(BALADA DE LA GRAN GUERRA)
34
Subí a tocar las campanas, pero las
frutas tenían gusanos, y las cerillas
apagadas se comían los trigos de la
primavera.
ABANDONADA
35
árboles
para ser fornicado y herido por el tropel
de los regimientos.
ABANDONADA
36
37
38
III
CALLE Y SUEÑOS
39
El mascarón. ¡Mirad el mascarón!
¡Cómo viene del África a New York!
DANZA DE LA MUERTE
40
El mascarón. ¡Mirad el mascarón!
¡Arena, caimán y miedo sobre Nueva
DANZA DE LA MUERTE
York!
41
No es extraño para la danza este
columbario que pone los ojos amarillos.
DANZA DE LA MUERTE
42
¡oh salvaje Norteamérica! ¡oh impúdica!
¡oh salvaje, tendida en la frontera de la
DANZA DE LA MUERTE
nieve!
43
Pero no son los muertos los que bailan,
estoy seguro. Los muertos están
DANZA DE LA MUERTE
Ni el Rey,
ni el millonario de dientes azules,
ni las bailarinas secas de las catedrales,
ni constructores, ni esmeraldas, ni
locos, ni sodomitas.
44
Sólo este mascarón, este mascarón de
vieja escarlatina,
DANZA DE LA MUERTE
45
La mujer gorda venía delante
arrancando las raíces y mojando el
PAISAJE DE LA JUVENTUD
46
niños de cera caliente, con árboles
fermentados y camareros incansables
PAISAJE DE LA JUVENTUD
remedio.
47
Esta mirada mía fue mía, pero ya
no es mía, esta mirada que tiembla
PAISAJE DE LA JUVENTUD
48
Se quedaron solos:
aguardaban la
velocidad de las últimas bicicletas.
MULTITUD QUE ORINA
Se quedaron solas:
esperaban la muerte de un niño en el
velero japonés.
PAISAJE DE LA
49
No importa que el niño calle cuando le
clavan el último alfiler,
MULTITUD QUE ORINA
50
¡La luna! Los policías. ¡Las sirenas de
los transatlánticos!
MULTITUD QUE ORINA
51
¿Cómo fue?
—Una grieta en la mejilla.
¡Eso es todo!
Una uña que aprieta el tallo.
Un alfiler que bucea
hasta encontrar las raicillas del grito.
Y el mar deja de moverse.
ASESINATO
52
¡Esa esponja gris!
Ese marinero recién degollado.
Ese río grande.
Esa brisa de límites oscuros.
Ese filo, amor, ese filo.
NAVIDAD EN EL
53
Cantaba la lombriz el terror de la rueda
y el marinero degollado cantaba al oso
de agua que lo había de estrechar;
y todos cantaban aleluya, aleluya.
NAVIDAD EN EL
Cielo desierto.
54
¡Oh río grande mío!
¡Oh brisa mía de límites que no son
míos!
¡Oh filo de mi amor, oh hiriente filo!
NAVIDAD EN EL
HUDSON
55
No duerme nadie por el cielo.
Nadie, nadie.
No duerme nadie.
CIUDAD SIN SUEÑO
56
Nos caemos por las escaleras para
comer la tierra húmeda o subimos al
filo de la nieve con el coro de las dalias
CIUDAD SIN SUEÑO
57
A los que guardan todavía huellas de
zarpa y aguacero, a aquel muchacho
que llora porque no sabe la invención
CIUDAD SIN SUEÑO
58
Pero si alguien tiene por la noche
exceso de musgo en las sienes,
abrid los escotillones para que vea bajo
CIUDAD SIN SUEÑO
59
Si no son los pájaros
cubiertos de ceniza,
PANORAMA CIEGO DE
60
Un traje abandonado pesa tanto en los
hombros que muchas veces el cielo los
PANORAMA CIEGO DE
61
Es una cápsula de aire donde nos duele
todo el mundo, es un pequeño espacio
PANORAMA CIEGO DE
62
pero dientes que callarán
aislados por el raso negro.
PANORAMA CIEGO DE
63
Un pastor pide teta por la nieve que
ondula blancos perros tendidos entre
linternas sordas.
NACIMIENTO DE
64
El niño llora y mira con un tres
en la frente, San José ve en el
heno tres espinas de bronce.
NACIMIENTO DE
65
La aurora de Nueva York tiene cuatro
columnas de cieno y un huracán de
negras palomas que chapotean las
aguas podridas.
66
Por los barrios hay gentes que vacilan
insomnes como recién salidas de un
naufragio de sangre.
LA AURORA
67
68
IV
POEMAS DEL LAGO
EDEN MILLS
69
GARCILASO
70
Déjame pasar, hombrecillo de los
cuernos, al bosque de los desperezos
y los alegrísimos saltos.
POEMA DOBLE DEL
71
Quiero llorar diciendo mi nombre,
rosa, niño y abeto a la orilla de este
lago, para decir mi verdad de hombre
POEMA DOBLE DEL
En el laberinto de biombos es mi
desnudo el que recibe la luna
de castigo y el reloj encenizado.
72
Yo no podré quejarme
si no encontré lo que buscaba.
Cerca de las piedras sin jugo y los
insectos vacíos no veré el duelo del sol
con las criaturas en carne viva.
CIELO VIVO
73
Allí bajo las raíces y en la médula del
aire, se comprende la verdad de las
cosas equivocadas.
El nadador de níquel que acecha la
onda más fina y el rebaño de vacas
nocturnas con rojas patitas de mujer.
CIELO VIVO
Yo no podré quejarme
si no encontré lo que buscaba;
pero me iré al primer paisaje de
humedades y latidos para entender
que lo que busco tendrá su blanco
de alegría cuando yo vuele mezclado
con el amor y las arenas.
74
75
76
V
EN LA CABAÑA DEL FARMER
77
Do you like me?
—Yes, and you?
—Yes, yes.
EL NIÑO STANTON
78
Mi dolor sangraba por las tardes
cuando tus ojos eran dos muros,
cuando tus manos eran dos países
EL NIÑO STANTON
79
Porque es verdad que la gente
quiere echar las palomas a las
alcantarillas y yo sé lo que esperan los
EL NIÑO STANTON
80
Stanton, vete al bosque con tus arpas
judías, vete para aprender celestiales
palabras que duermen
EL NIÑO STANTON
81
Se tendió la vaca herida; árboles y
arroyos trepaban por sus cuernos.
Su hocico sangraba en el cielo.
82
Las estatuas sufren por los ojos con la
oscuridad de los ataúdes, pero sufren
mucho más por el agua que no
NIÑA AHOGADA EN
desemboca.
Que no desemboca.
83
Eterna en los finales de unas ondas que
aceptan combate de raíces y soledad
prevista.
NIÑA AHOGADA EN
… que no desemboca.
una cadena!
… que no desemboca.
84
85
86
VI
INTRODUCCIÓN A LA
MUERTE
87
¡Qué esfuerzo!
¡Qué esfuerzo del caballo por ser perro!
¡Qué esfuerzo del perro por ser
golondrina!
¡Qué esfuerzo de la golondrina por ser
abeja!
¡Qué esfuerzo de la abeja por ser
MUERTE
caballo!
Y el caballo,
¡qué flecha aguda exprime de la rosa!,
¡qué rosa gris levanta de su belfo!
Y la rosa,
¡qué rebaño de luces y alaridos
ata en el vivo azúcar de su tronco!
Y el azúcar,
¡qué puñalitos sueña en su vigilia!
y los puñales,
¡qué luna sin establos, qué desnudos!,
piel eterna y rubor, andan buscando
88
I
diminuto!,
sin esfuerzo.
HUECO
89
las formas que buscaban el
giro de la sierpe.
Para ver que todo se ha ido
dame tu mudo hueco, ¡amor mío!
NOCTURNO DEL
90
Ruedan los huecos puros, por mí, por ti,
en el alba conservando las huellas de
las ramas de sangre y algún perfil de
yeso tranquilo que dibuja instantáneo
NOCTURNO DEL
91
Para ver que todo se ha ido
¡amor inexpugnable, amor huido!
No, no me des tu hueco,
¡que ya va por el aire el mío!
NOCTURNO DEL
II
Yo.
Con el hueco blanquísimo de un caballo,
crines de ceniza. Plaza pura y doblada.
Yo.
Mi hueco traspasado con las axilas
rotas.
Piel seca de uva neutra y amianto de
madrugada.
Toda la luz del mundo cabe dentro de
un ojo.
Canta el gallo y su canto dura más que
sus alas.
Yo.
92
Con el hueco blanquísimo de un caballo.
Rodeado de espectadores que tienen
hormigas en las palabras.
NOCTURNO DEL
Yo.
Mi hueco sin ti, ciudad, sin tus muertos
que comen.
Ecuestre por mi vida definitivamente
anclada.
Yo.
No hay siglo nuevo ni luz reciente.
Sólo un caballo azul y una madrugada.
93
Amigo,
levántate para que oigas aullar
al perro asirio.
PAISAJE CON DOS TUMBAS Y
hijo mío.
Amigo,
despierta, que los montes todavía no
respiran y las hierbas de mí corazón
están en otro sitio.
94
No importa que estés lleno
de agua de mar.
Yo amé mucho tiempo a un niño
PAISAJE CON DOS TUMBAS Y
¡Amigo!
Levántate para que oigas
aullar al perro asirio.
95
Sin encontrarse,
viajero por su propio torso blanco.
Así iba el aire.
Detrás de la ventana,
con látigos y luces, se sentía
la lucha de la arena con el agua.
96
Ya suenan sus espadas de saliva
por el cielo vacío.
97
(POEMA DE AMOR)
ESPRONCEDA
98
Bogar, bogar, bogar, bogar,
hacia el batallón de puntas
desiguales, hacia un paisaje de acechos
LUNA Y PANORAMA
pulverizados.
DE LOS INSECTOS
99
Los insectos,
los muertos diminutos por las riberas,
dolor en longitud,
LUNA Y PANORAMA
yodo en un punto,
DE LOS INSECTOS
100
Es necesario caminar, ¡de prisa!, por
las ondas, por las ramas, por las
calles deshabitadas de la edad
LUNA Y PANORAMA
Un diminuto guante
corrosivo me detiene.
¡Basta!
En mi pañuelo he sentido el tris
de la primera vena que se rompe.
101
Cuida tus pies, amor mío,
¡tus manos!,
ya que yo tengo que entregar
LUNA Y PANORAMA
mi rostro,
DE LOS INSECTOS
mi rostro,
¡mi rostro!, ¡ay, mi comido rostro!
Y la luna.
Pero no la luna.
102
Los insectos,
los insectos solos, crepitantes,
mordientes, estremecidos, agrupados,
LUNA Y PANORAMA
sentada en la puerta de
sus derribos.
¡¡La luna!!
103
104
VII
VUELTA A LA CIUDAD
105
OFICINA Y DENUNCIA
A FERNANDO VELA
Lo sé.
Pero yo no he venido a ver el cielo.
106
Todos los días se matan en New York
cuatro millones de patos,
cinco millones de cerdos, dos
mil palomas para el gusto de los
agonizantes,
NUEVA YORK
un millón de vacas,
un millón de corderos
y dos millones de gallos,
que dejan los cielos hechos añicos.
107
Yo denuncio a toda la gente
que ignora la otra mitad,
la mitad irredimible que levanta sus
montes de cemento donde laten los
corazones de los animalitos que se
NUEVA YORK
Os escupo en la cara.
La otra mitad me escucha
devorando, cantando,
volando en su pureza,
como los niños de las porterías
que llevan frágiles palitos
a los huecos donde se oxidan
las antenas de los insectos.
No es el infierno, es la calle,
No es la muerte, es la tienda de frutas.
Hay un mundo de ríos quebrados y
distancias inasibles en la patita de ese
gato quebrada por el automóvil,
y yo oigo el canto de la lombriz
en el corazón de muchas niñas.
108
Oxido, fermento, tierra estremecida.
Tierra tú mismo que nadas por los
números de la oficina.
109
Las alegres fiebres huyeron a las
maromas de los barcos y el judío
empujó la verja con el pudor
CEMENTERIO JUDÍO
110
Los médicos ponen en el níquel
sus tijeras y guantes de goma
cuando los cadáveres sienten
CEMENTERIO JUDÍO
111
por las escalerillas de su corazón:
las barcas de nieve que acechan
un hombre de agua que las
CEMENTERIO JUDÍO
112
Llegó la gente que come por detrás
de las yertas columnas y los asnos
de blancos dientes con los
CEMENTERIO JUDÍO
113
114
VIII
DOS ODAS
115
(DESDE LA TORRE DEL CRYSLER
BUILDING)
GRITO HACIA ROMA
116
ni quien abra los linos del reposo,
ni quien llore por las
heridas de los elefantes.
GRITO HACIA ROMA
117
Pero el hombre vestido de blanco
ignora el misterio de la espiga,
ignora el gemido de la parturienta,
GRITO HACIA ROMA
118
el amor está en los fosos
donde luchan las
sierpes del hambre,
GRITO HACIA ROMA
119
en aceites minerales,
la muchedumbre de martillo,
de violín o de nube,
GRITO HACIA ROMA
120
121
Por el East River y el Bronx
los muchachos cantaban enseñando
sus cinturas, con la rueda, el aceite, el
cuero y el martillo.
ODA A WALT
122
Cuando la luna salga las poleas
rodarán para tumbar el cielo;
un límite de agujas cercará la
memoria y los ataúdes se
llevarán a los que no trabajan.
ODA A WALT
WHITMAN
123
enemigo de la vid y amante de los
cuerpos bajo la burda tela.
Ni un solo momento, hermosura viril
que en montes de carbón, anuncios y
ferrocarriles, soñabas ser un río y
ODA A WALT
124
como gatos y como las serpientes,
los maricas, Walt Whitman,
los maricas turbios de lágrimas,
carne para fusta, bota o mordisco
de los domadores.
ODA A WALT
125
y gimiera en las llamas de
tu ecuador oculto.
en la selva de sangre de la
WHITMAN
mañana próxima.
126
Puede el hombre, si quiere,
conducir su deseo por vena de
coral o celeste desnudo.
127
Pero sí contra vosotros, maricas de
las ciudades, de carne tumefacta y
pensamiento inmundo, madres de lodo,
arpías, enemigos sin sueño
del Amor que reparte coronas
ODA A WALT
de alegría.
WHITMAN
128
¡No haya cuartel! La muerte
mana de vuestros ojos
y agrupa flores grises en
la orilla del cieno.
ODA A WALT
129
Quiero que el aire fuerte de la noche
más honda quite flores y letras del arco
donde duermes y un niño negro anuncie
a los blancos del oro la llegada del reino
de la espiga.
ODA A WALT
WHITMAN
130
131
132
IX
HUIDA DE NUEVA YORK
133
En Viena hay diez muchachas,
un hombro donde solloza la muerte
y un bosque de palomas disecadas.
PEQUEÑO VALS
134
Hay una muerte para piano que pinta
de azul a los muchachos.
135
Cayó una hoja
y dos
y tres.
VALS EN LAS RAMAS
136
!Oh duro marfil de carnes invisibles!
¡Oh golfo sin hormigas del amanecer!
Con el muu de las ramas,
VALS EN LAS RAMAS
137
138
X
EL POETA LLEGA A
LA HABANA
139
Cuando llegue la luna llena
iré a Santiago de Cuba.
Iré a Santiago.
SON DE NEGROS EN
Iré a Santiago.
Y cuando quiere ser medusa el plátano.
Iré a Santiago
Con la rubia cabeza de Fonseca.
Iré a Santiago.
Y con el rosa de Romeo y Julieta.
Iré a Santiago.
Mar de papel y plata de monedas.
Iré a Santiago.
¡Oh Cuba! ¡Oh ritmo de semillas secas!
Iré a Santiago.
¡Oh cintura caliente y gota de madera!
Iré a Santiago.
¡Arpa de troncos vivos, caimán, flor de
tabaco!
Iré a Santiago.
Siempre dije que yo iría a Santiago
en un coche de agua negra.
140
Iré a Santiago.
Brisa y alcohol en las ruedas,
iré a Santiago.
SON DE NEGROS EN
Mi coral en la tiniebla.
Iré a Santiago.
El mar ahogado en la arena.
Iré a Santiago.
Calor blanco, fruta muerta.
CUBA
Iré a Santiago.
¡Oh bovino frescor de cañavera!
¡Oh Cuba! ¡Oh curva de suspiro y barro!
Iré a Santiago.
141
La luna pudo detenerse al fin por la
curva blanquísima de los caballos.
142
Un sastre especialista en púrpura
había encerrado a tres santas mujeres
y les enseñaba una calavera por los
vidrios de la ventana.
CRUCIFIXIÓN
143
La muchedumbre cerraba las puertas
y la lluvia bajaba por las calles decidida
a mojar el corazón mientras la tarde se
puso turbia de latidos y leñadores y la
oscura ciudad agonizaba bajo el
CRUCIFIXIÓN
144
Esa maldita vaca, maldita, maldita,
maldita no nos dejará dormir, dijeron
los fariseos,
y se alejaron a sus casas por el tumulto
de la calle dando empujones a los
CRUCIFIXIÓN
145
PARA LUIS CARDOZA Y ARAGÓN
Equivocar el camino
es llegar a la nieve
PEQUEÑO POEMA
y llegar a la nieve
es pacer durante veinte
siglos las hierbas de
INFINITO
los cementerios.
Equivocar el camino
es llegar a la mujer,
la mujer que no teme la luz,
la mujer que mata dos gallos
en un segundo,
y luz que no teme a los gallos
y los gallos que no saben cantar sobre
la nieve.
146
Yo vi dos dolorosas espigas de cera
que enterraban un paisaje de volcanes
y vi dos niños locos que empujaban
llorando las pupilas de un asesino.
PEQUEÑO POEMA
147