Practica II CC Politica Ficha II

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INSTITUTO DE EDUCACION SUPERIOR Nº 6019

PROFESORADO DE EDUCACION SECUNDARIA EN CIENCIA POLITICA

PRACTICA DOCENTE II

FICHA II: LA INSTITUCIÓN ESCOLAR, ESPECIFICIDAD Y COMPLEJIDAD

Considerando que el escenario donde se desarrolla tanto la práctica docente


como la pedagógica, es la institución educativa-La escuela-en este eje
analizaremos aspectos relevantes de la misma.

La especificidad de las instituciones educativas.

Para referirnos a este tema nos remitiremos a los aportes de la Dra. Lidia
Fernández:

La escuela es una institución social. Está regida por normas referidas a los
tiempos, el reglamento, las responsabilidades, las tareas, etc. En ella, actúan
personas y grupos. Las intervenciones de las mismas tienen lugar en un marco
institucional: la escuela, el aula, la universidad, etc.

Para el caso de la escuela secundaria, el término institución alude a un tipo de


establecimiento a través del cual se procura concretar la función social de
educar. Constituye un ambiente artificial en el que se aíslan – total o
parcialmente- las personas implicadas en tal proceso.

En la institución escolar se consolida un modelo destinado a organizar, a dirigir


las interacciones y acciones y a evaluar los resultados. Conjuntamente, se
manifiestan expectativas instituidas acerca del éxito escolar, y su vinculación con
características del sujeto.

Otra de las características de este tipo de institución es que hay personal adulto
y un conjunto de niños o jóvenes, aislados del contexto mayor, que crean una
trama de relaciones en las que se supone llegarán a adquirir los rasgos que la
comunidad significa como valiosos. Ello se relaciona con la construcción de un
currículum a través del cual se accede a los contenidos social y culturalmente
relevantes, desde él se implica el desarrollo de un estilo para percibir la realidad,
percibirse dentro de ella y reaccionar en consecuencia (currículum oculto).
La institución educativa cristaliza una serie de significaciones que inciden
en los vínculos que los sujetos establecen con ella y por su intermedio, con los
aprendizajes que efectivamente hacen.

La función social de la escuela es educar. A través de ello se intenta


garantizar la transmisión cultural y asegurar la continuidad del grupo social
más allá de la vida biológica de sus integrantes en realidades en las que la
complejidad social se ha intensificado.

La especialización de la función de la escuela significó:

- Crear ambientes artificiales adonde se aislará a las personas implicadas en el


proceso.

- Definir roles sociales para cumplimentar las acciones. Postular metas,


requerimientos y exigencias.

- Recortar un conjunto de saberes y organizarlos para que los destinatarios del


servicio educativo aprendan.

- Diseñar una serie de disciplinas para facilitar u obligar al alumno a cumplir su


tarea.

- Implementar acciones formativas para la preparación de los docentes. Creación


de Centros de Formación.

- Asignación de tiempos y recursos para las acciones.

- Crear símbolos o distintivos que garantizasen la configuración de un espíritu de


cuerpo y una identidad especial.

- La lenta consolidación de una serie de representaciones y concepciones


estructuradas alrededor de las figuras del maestro, el alumno, el conocimiento,
la índole y el valor del camino a recorrer para acceder a estados y derechos
prometidos.

Santos Guerra (2006) analiza qué necesitan las escuelas para aprender y afirma
que: “para que una escuela que enseña se convierta en una institución que
aprende necesita estar articulada sobre unas características que hagan viable la
cultura de la reflexión”
En forma progresiva, se fue desarrollando un patrón inspirado en el modelo fabril
que privilegió el control y la vigilancia. Todas las modificaciones que a lo largo
del tiempo fueron dándose en el terreno de las instituciones escolares, fue
acarreando sufrimiento en este tipo de socialización. Se construyeron
representaciones que se hicieron colectivas y adquirieron fuerza de lo instituido.
Era posible ver en ellas el medio de garantizar al sujeto que tal sufrimiento vale
la pena porque está en un espacio bueno en el que las cosas que vive están
programadas para su bien.

Las diversas producciones ideológicas presentes en los discursos, en momentos


de la fundación, en las conmemoraciones, en las actas, en las publicaciones
anecdóticas, en los himnos, en las oraciones recordatorias, en las placas de
monumentos y fotografías, aportan evidencia acerca del sostén de cierta
ideología social para privilegiar la representación del espacio educativo como un
espacio libre de conflicto, intrínsecamente ajeno a los apetitos personales y a los
sentimientos destructivos, apto para la misión asignada: ser un medio artificial
incontaminado que asegura el desarrollo armónico e integral de la personalidad,
entre otras expresiones: el desarrollo máximo de la persona para ser útil a la
sociedad, la humanización, el desarrollo de ciudadanos democráticos , útiles y
comprometidos con el tiempo que les toca vivir.

Sacristán, J.G (1988). En su planteo sobre “obstáculos para la comprensión


de la función de la escuela”, la institución educativa es concebida como
organización vertical, con un sistema centralizado de decisiones. El docente
entendido como servidor de un proyecto no elaborado por él, mero “técnico
aplicado” de planes de enseñanza. La enseñanza definida como una práctica
acotada en destrezas dirigidas a conseguir objetivos concretos.

No obstante lo anterior, se reconoce en las investigaciones, que el espacio


institucional es un espacio atravesado por pasiones intensas y muchas veces
turbulentas, y que el mantenimiento de la representación que organiza la
ideología sobre un institución educativa, se hace a costa de un fuerte esfuerzo
de negación de los temores y ansiedades primarias con los que se asocia esta
experiencia social.
Una institución está conformada por una compleja trama de grupos y relaciones,
por un tejido institucional, que no puede reflejarse totalmente en ningún
reglamento u organigrama, pero es precisamente lo que le da cotidianeidad.
identidad, lo que determina su estilo, lo que sobre determina la cotidianeidad

Las instituciones educativas son instituciones complejas. Conocerlas exige un


cúmulo de saberes que ayuden a de-construir una realidad teñida de visiones
subjetivas. En el trabajo institucional se entretejen cuestiones profesionales y los
registros pasionales del deseo de enseñar y del deseo de aprender.

Frigerio y Poggi nos señalan que cada institución se construye a partir de un


primer contrato o contrato fundacional, que le asigna un sentido a aquella parcela
del campo social (la institución). En lo que nos interesa, el contrato fundacional
se establece entre la sociedad y la escuela. En el contrato fundacional se
especifica el mandato del que la institución educativa es portadora de un
mandato social y su responsabilidad es movilizar recursos para poder cumplirlo.
El Estado es el encargado de verificar el cumplimiento de dicho mandato, es
decir es su garante. El contenido del contrato requería a las instituciones
transmitir valores y creencias que legitimaran el orden económico y social, que
transmitiera saberes laborales, y que creara condiciones para otros saberes
ligados al desarrollo social. Desde su origen las instituciones educativas tuvieron
un contrato paradójico, porque por un lado proponía borrar las diferencias
sociales, y por el otro instaurar una desigualdad en posiciones sociales y
laborales. En lo que hace a la creación de un orden social más justo, la escuela
republicana surgió como una institución revolucionaria; este potencial de
'creación de un orden distinto' será un rasgo de identidad originario de la
institución escuela. Por ese rasgo, está siempre en el centro de discusión
política, y por ese rasgo se espera que opere transformaciones sociales. Sin
embargo, es una institución atravesada siempre por dos tendencias: perpetuar
el orden establecido, y modificar ese orden (tendencia reproductivista
conservadora, y tendencia innovadora).

En sus orígenes, principio del siglo XVII la escuela, se fue desarrollando bajo un

patrón inspirado en el modelo fabril que privilegió el control y la vigilancia.


Hoy en día, el sistema educativo atraviesa una crisis, que se expresa en una
ruptura contractual, o ruptura del contrato, por parte de la sociedad y también de
la escuela: hay un mutuo incumplimiento del contrato fundacional. Por ejemplo,
el Estado desatiende económicamente a la escuela, y la escuela puede innovar
oponiéndose al orden establecido.

Se hace necesario recrear las cláusulas contractuales que comprometen


mutuamente a sociedad y escuela mediante la especificación de deberes y
obligaciones de cada una, una tarea de construcción social que no puede ser
abordada solamente por las instituciones escolares. El nuevo contrato debe
especificar las funciones que competen a la institución educativa, y no incorporar
otras funciones.

Las instituciones educativas, sobre todo aquellas a las que concurren


adolescentes de los sectores más desfavorecidos, reciben múltiples demandas
que ponen en cuestión el para qué de su función. Las prácticas docentes están
social e históricamente construidas, no son individuales ni aisladas, por lo tanto,
es necesario que profesores analicen su proceder y puedan desnaturalizar el
saber cotidiano.

“El cruce entre las políticas educativas, la acción de los actores educativos y las
transformaciones de la cultura y la sociedad han producido modelos complejos
y hasta contradictorios sobre lo que define al trabajo docente frente a un grupo
de alumnos. ¿Se es trabajador o profesional? ¿Se es servidor público o miembro
de la burocracia estatal?¿Qué lugar tienen el compromiso y la vocación docente?

Complementar lectura con la bibliografía:

-Anijovich, R. y otros (2009). Transitar la formación pedagógica. Dispositivos y


estrategias. Editorial Paidós. Buenos Aires. Argentina.

-Anijovich, R. (2016). “Gestionar una Escuela con Aulas Heterogéneas. Enseñar


y aprender en la diversidad” (Cap. 1 y 2). Editorial Paidós. Buenos Aires.
Argentina.

-Bolívar, A. (2001). Los centros educativos como organizaciones que aprenden:


una mirada crítica. (Pp. 1-11), vol. 3 N° 18 Contexto educativo. Disponible en:
https://tinyurl.com/2yrorynj

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