Adoración Eucarística Fin de Año 2023
Adoración Eucarística Fin de Año 2023
Adoración Eucarística Fin de Año 2023
CIVIL
Y ENCOMENDAR EL NUEVO AÑO
Por antigua tradición se acostumbra a decir 3 veces la siguiente jaculatoria.
V. En el cielo y en la tierra sea por siempre bendito y alabado.
R. El Divino Corazón de Jesús Sacramentado.
V. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
LECTOR 1: Señor nuestro, Jesucristo, estamos aquí reunidos esta noche en comunidad
para un acto especial: nuestra acción de gracias por el año que concluye y el inicio del
nuevo año, que todos esperamos con alegría y al que queremos dar un sentido cristiano,
reconociendo que Tú eres el Señor del tiempo y de la historia.
Queremos agradecer todos los beneficios que nos has brindado durante el año que
concluye y a la vez pedirte perdón por las muchas veces en que no correspondimos a tu
amor.
Queremos agradecer que a pesar de las dificultades y las crisis que hemos atravesado
hoy podamos estar ante Ti, poder contemplarte cara a cara, sentir tu presencia santísima
y misericordiosa con nosotros. Queremos elevar nuestra acción de gracias porque Tú
eres verdaderamente quien nos ha permitido llegar a este momento y ser conscientes de
cuanto nos amas.
Igualmente queremos tener en nuestra mente y corazón a todas las personas que han
sufrido la pérdida de algún ser querido o conocido en estos meses que han transcurrido.
Señor, dueño del tiempo y de la historia, abraza con tu ternura de Buen Pastor a cada
uno de quienes se sienten tristes, abatidos o en angustia en estos días, sé Tú el consuelo
en sus vidas y el aliento en sus corazones para seguir adelante, no los abandones y
haznos a nosotros más fraternos y solidarios.
1
LECTOR 2: Queremos pedirte nos ayudes, junto con nuestros centros pastorales,
grupos y movimientos apostólicos en la búsqueda de la santidad, viviendo al máximo
nuestra vida, para que podamos ser la viva expresión de tu voluntad en medio de nuestra
comunidad. Toca nuestros corazones, Señor, para que podamos llevar una vida
semejante a la tuya. Que nuestra espiritualidad centrada en la Eucaristía, nos una más a
Ti, nuestro Salvador, que vivamos en comunión de fe con el Papa Francisco, con
nuestro Arzobispo Gustavo y sus Obispos Auxiliares Pedro y Mario y nos permita
caminar en comunión con el (los) sacerdote (s), que están al frente de nuestra
comunidad. Queremos que el año 2024 sea rico en experiencias
de fe, que consoliden nuestras convicciones, nuestro servicio y nuestro testimonio como
cristianos católicos.
DIRIGENTE: Les invito a ponerse de rodillas para elevar nuestra oración a Jesucristo
Sacramentado.
TODOS: Señor Jesucristo, sabemos que el único modo de convencer al mundo de que
tu amor es el remedio a sus males es con el testimonio de vida: por eso, Amado Señor,
de rodillas te imploramos nos concedas conocerte, amarte y servirte, para llevarte a todo
aquél que necesite de Ti. También queremos darte gracias por cuanto hemos recibido
de Ti, avergonzados de lo poco -quizás nada- con que hemos correspondido. Confiados
en tu infinita misericordia divina, nos acogemos a tu amor, seguros del perdón y del
favor de la gracia que hemos de recibir para ser más cada día, hombres y mujeres a tu
servicio.
Canto eucarístico.
ALABANZA Y BENDICIÓN
DIRIGENTE: Alabar al Señor y agradecerle tantos beneficios, es un acto que brota
naturalmente del corazón que se sabe amado y desea corresponder a tan maravilloso
plan de Dios, recitemos ahora juntos el hermoso salmo 103, lo haremos a dos coros,
pónganse de pie. Mientras tanto un hermano de la comunidad echa incienso que sirve
de ofrenda en la presencia del Señor.
CORO 1:
El Señor actúa con justicia
y da sentencias en favor del oprimido.
Reveló sus caminos a Moisés,
sus hazañas a los israelitas.
CORO 2:
El Señor es misericordioso y compasivo, paciente y lleno de amor.
No está siempre acusando, ni guarda rencor perpetuo.
No nos trata según nuestros pecados ni nos paga según nuestras culpas
CORO 1:
Como se levanta el cielo sobre la tierra,
así es de grande su amor hacia los que lo temen.
Como dista el oriente del occidente,
así aleja de nosotros nuestros delitos.
CORO 2:
Como un padre siente ternura por sus hijos,
así el Señor siente ternura por quienes lo temen.
Porque él sabe cómo estamos hechos;
tiene presente que somos solo polvo.
CORO 1:
Los días del hombre son como la hierba;
florecen como la flor del campo,
pero cuando pasa el viento sobre ella, desaparece,
y no se la verá más en el lugar donde estuvo.
CORO 2:
Pero el amor del Señor dura para siempre sobre los que lo temen,
y su justicia, pasa a los hijos de sus hijos, de los que guardan su alianza
y se acuerdan de poner en práctica sus preceptos.
CORO 1:
3
El Señor estableció su trono en el cielo
y su reino domina sobre todo lo que existe.
Bendigan al Señor sus mensajeros,
poderosos soldados que cumplen sus órdenes,
en cuando oyen el sonido de su palabra.
CORO 2:
Bendigan al Señor todos sus ejércitos,
sus servidores que cumplen su voluntad.
Bendigan al Señor todas sus obras,
en todos los espacios de su reino.
TODOS:
¡Alma mía, bendice al Señor!
Canto eucarístico:
SÚPLICA DE PERDÓN
DIRIGENTE: Después de haber orado con la Palabra de Dios, a través del salmo 103,
es momento de elevar nuestra súplica implorando perdón por no haber correspondido
siempre a la voluntad del Señor, según sus designios, todos los que puedan pónganse
de rodillas. Mientras tanto, coloquemos dos luces a los lados del altar, que sean ofrenda
en este momento de súplica y perdón.
Dos servidores llevando cada uno el cirio o veladora encendidos, se acercan al altar,
hacen la debida genuflexión al Santísimo Sacramento y colocan las luces en las
columnas o lugares asignados a los costados del altar. Luego se retiran e inicia la
petición de perdón.
LECTOR: Perdón, Señor, por nuestra falta de compromiso y de amor con nuestros
hermanos. Perdón por no respetar las normas que buscaban proteger la vida de todos.
TODOS: Perdónanos, Señor.
LECTOR: Perdón, Señor, por las traiciones y las intrigas, por los chismes y las
calumnias, por la difamación y las palabras dichas a destiempo y que han dividido
nuestras familias, nuestra comunidad y a muchos han dañado.
TODOS: Perdónanos, Señor.
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LECTOR: Perdón, Señor, por no haberte buscado en todo momento y no serte fiel en la
oración ni en la eucaristía, por haberte remplazado en tantas cosas que no valían la pena
y por no haberte reconocido y amado como deberíamos, por no haberte buscado lo
suficiente.
TODOS: Perdónanos, Señor.
LECTOR: Perdón, Señor, por pensar que no era necesario amar lo suficiente, por no
ser generosos y por habernos reservado tantos dones que habías puesto en nuestras
manos para el bien de la comunidad.
TODOS: Perdónanos, Señor.
LECTOR: Perdón, Señor, por haber perdido tanto tiempo en cosas inútiles y haber
olvidado el valor de lo que era importante, por no mirar a los ojos al hermano, por no
ayudar lo suficiente, por desesperarnos tanto.
TODOS: Perdónanos, Señor.
LECTOR: Perdón, Señor, por habernos creído inmunes a todo y no cuidarnos ni cuidar
a nuestros hermanos cuando debimos hacerlo.
TODOS: Perdónanos, Señor.
LECTOR: Perdón, Señor, por haber hecho las cosas a nuestro modo y no según tu
voluntad, por no haber trabajado pastoralmente en comunión y por no ser fieles a las
directrices de la Iglesia.
TODOS: Perdónanos, Señor.
Canto Eucarístico.
CORO 1: Jesucristo, Señor Sacramentado, aquí está tu pueblo, que quiere velar delante
de tu Divina Persona. No por nuestros méritos, sino por tu infinita misericordia,
llegamos a los pies de tu altar. TODOS: Te alabamos y te bendecimos, Señor.
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CORO 1: Como tú has dicho “pidan y se les dará”, “busquen y encontrarán”, “llamen a
la puerta y se les abrirá”; llamamos ahora a la puerta de tu Sagrado Corazón,
suplicándote por intercesión de
María Santísima y de todos los santos, que nos recibas y que nos escuches en esta Hora
Santa con la que queremos cerrar nuestro año 2024.
TODOS: Te alabamos y te bendecimos, Señor.
CORO 2: Nuestro deseo es adorarte por los que no te adoran, bendecirte por los que te
blasfeman y maldicen; expiar nuestras propias culpas, con íntimo dolor del corazón, y
desagraviarte por todos los pecados que en el mundo se cometen; unir nuestras
intenciones y súplicas con las tuyas para agradar la bondad y amor de Dios Padre y
hacer que desciendan sobre la tierra las bendiciones de su misericordia.
TODOS: Te alabamos y te bendecimos, Señor.
CORO 1: Tú Señor Jesús, como Buen Pastor que eres, nos has permitido caminar
como un pueblo organizado, a través de los recorridos pastorales que estuvieron
incluidos en este a ño:
Canto eucarístico.
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¿No es más importante la vida que el alimento y el cuerpo más que la ropa? Observen
cómo el Padre celestial alimenta a los pájaros del cielo que ni siembran ni cosechan y
tampoco
almacenan en graneros. ¿No valen ustedes más que ellos? ¿Quién de ustedes, a
fuerza de angustiarse, puede añadir un solo instante a su vida? ¿Y por qué están
angustiados por la ropa? Fíjense cómo crecen las flores del campo que no se cansan ni
tejen. Pero yo les digo que ni Salomón en todo su esplendor se vistió como una de ellas.
Si Dios viste así a la hierba que hoy está en el campo y que mañana se arroja al fuego,
¡cuánto más a ustedes, gente de poca fe! De modo que no se angustien, preguntándose:
“¿Qué comeremos?, ¿qué beberemos? o ¿con qué nos vestiremos?”. Los que se
preocupan de todas estas cosas son los paganos, mientras que su Padre celestial ya sabe
que ustedes necesitan todo eso. Busquen primero el Reino de Dios y lo dispuesto en su
plan, y él les añadirá todo lo demás. No se angustien por el día de mañana, pues el
mañana se angustiará por sí mismo. Cada día tiene suficiente con sus propios
problemas». Palabra del Señor.
DIRIGENTE: Reflexionamos:
¿Qué quiero pedirle al Señor para este nuevo año? ¿Cómo quiero vivirlo?
¿Qué bendiciones deseo para mi familia, para mis amigos, para mi parroquia, para la
sociedad en la que vivo?
¿Dejaré que Dios vaya tomando la rienda de mi vida? ¿O seguiré preocupado por cosas
poco importantes?
Mientras pensamos un momento sobre estas preguntas, un hermano de la comunidad
echará incienso en la presencia del Señor.
LECTOR 3: Para que la sociedad civil promueva leyes que garanticen la libertad de las
familias y el bien común.
TODOS: Jesús Sacramentado, atiende nuestra súplica.
LECTOR 3: Para que los hogares divididos retornen a la unidad, y Tú, Señor
confortes y sostengas a los hijos que crecen en ellos.
TODOS: Jesús Sacramentado, atiende nuestra súplica.
LECTOR 3: Para que nuestro Padre Dios, Origen de toda familia, derrame su
bendición sobre la gran familia humana y sobre todos los hogares cristianos.
TODOS: Jesús Sacramentado, atiende nuestra súplica.
LECTOR 3: Para que los padres formen un ambiente familiar animado por el amor, la
piedad y el respeto entre todos sus integrantes y se refleje en una buena educación
cristiana.
TODOS: Jesús Sacramentado, atiende nuestra súplica.
LECTOR 3: Para que los padres promuevan en los hijos una sensibilidad social, un
espíritu solidario hacia todos, que los aleje del peligro del egoísmo y las cosas vanas.
TODOS: Jesús Sacramentado, atiende nuestra súplica.
LECTOR 3: Para que la comunión contigo Jesús en la Eucaristía, fortalezca los lazos
fraternos dentro de la familia y con todos los hombres.
TODOS: Jesús Sacramentado, atiende nuestra súplica.
LECTOR 3: Para que las familias cristianas anuncien a todos los hombres el camino
de la salvación que nos mereció Jesús.
TODOS: Jesús Sacramentado, atiende nuestra súplica.
DIRIGENTE: Señor nuestro Jesucristo, tu nos has dejado dos grandes sacramentos
para construir la comunidad: el matrimonio y el sacerdocio, por eso, Divino Corazón de
Jesús, Corazón lleno de celo por la gloria del Eterno Padre; te rogamos por todos los
sacerdotes, Señor, llénalos de fe, de celo y de amor.
TODOS: Jesús Sacramentado, atiende nuestra súplica.
DIRIGENTE: Padre Bondadoso, Tú que quisiste que tu Hijo naciera en el seno de una
familia humana, escucha nuestras oraciones, y haz que todos los hogares sean una
Iglesia doméstica donde se predique y viva la fe y el amor a Ti y al prójimo. Por
Jesucristo nuestro Señor. Amén.
8
Canto eucarístico:
Se deja unos minutos de silencio y se pone música de fondo, para la oración personal.
TE DEUM (HIMNO DE ACCIÓN DE GRACIAS)
DIRIGENTE: Ahora sigue un momento de alabanza con un antiguo himno de nuestra
liturgia católica, llamado en latín “Te Deum laudamus”, que significa a Ti, Oh Dios, te
alabamos”. Este himno constituye la alabanza por excelencia a Dios, Creador de todo
cuanto existe. Por tal motivo les invito a PONERSE DE PIE y diremos este himno a dos
coros:
CORO 1
A Ti, oh Dios, te alabamos, a ti, Señor, te reconocemos. A Ti, eterno Padre, te venera
toda la creación.
CORO 2
Los ángeles todos, los cielos y todas las potestades te honran. Los querubines y
serafines te cantan sin cesar:
CORO 1
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios de los ejércitos.
Los cielos y la tierra están llenos de la majestad de tu gloria.
CORO 2
A Ti te ensalza el glorioso coro de los apóstoles, la multitud admirable de los profetas, el
blanco ejército de los mártires. A Ti la Iglesia santa, extendida por toda la tierra, te
aclama: Padre de inmensa majestad,
Hijo único y verdadero, digno de adoración, Espíritu Santo, Defensor.
CORO 1
Tú eres el Rey de la gloria, Cristo. Tú eres el Hijo único del Padre.
Tú, para liberar al hombre, aceptaste la condición humana sin desdeñar el seno de la
Virgen.
CORO 2
Tú, rotas las cadenas de la muerte, abriste a los creyentes el Reino de los Cielos. Tú
sentado a la derecha de Dios en la gloria del Padre.
CORO 1
Creemos que un día has de venir como Juez para juzgarnos.
9
DIRIGENTE: Ahora inclinando la cabeza en señal de adoración, digamos:
Canto eucarístico:
TODOS: “Señor Jesús, tu eres nuestra paz, mira nuestra patria dañada por la violencia,
y dispersa por el miedo y la inseguridad. Consuela el dolor de quienes sufren.
Da acierto a las decisiones de quienes nos gobiernan. Toca el corazón de quienes
olvidan que somos hermanos y provocan sufrimiento y muerte, dales el don de la
conversión.
Protege a las familias, a nuestros niños, adolescentes y jóvenes, a nuestros pueblos y
comunidades.
Que como discípulos misioneros tuyos, ciudadanos responsables, sepamos ser
promotores de justicia y de paz, para que en ti, nuestros pueblos tengan vida digna.
María, Reina de la paz, ruega por nosotros”.
V. Les diste Señor, el pan del cielo (T.P. Aleluya) R. Que contiene en sí todo deleite
(T.P. Aleluya)
Oremos.
A quienes creemos y confesamos
que en este sacramento está realmente presente Jesucristo, quien para redimirnos nació
de la Virgen María,
padeció muerte de cruz y resucitó de entre los muertos, concédenos, Dios nuestro,
obtener de Él nuestra salvación eterna.
Que vive y reina por los siglos de los siglos.
Todos: Amén.
CANTO
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