Cancionero Cuerpo

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Cancionero (Canzoniere en italiano) es el nombre con que popularmente se

conoce la obra lírica.


El título original de la obra Francisci Petrarchae Laureati poetae Rerum
vulgarium frammenta.
Aunque Petrarca cifró su gloria poética en sus versos (en latín) y no en sus
rimas (en vulgar), que motejaba de fragmentos y nugellae (naderías), lo cierto
es que elaboró cuidadosamente su Cancionero durante años, corrigiendo y
reescribiendo, añadiendo y desechando; de manera que la obra poética final se
corresponde con un propósito perfectamente meditado y consciente del poeta.
Y así, en su Cancionero pueden advertirse unas características particulares,
requeridas por cualquier otro cancionero posterior al que desee aplicársele el
adjetivo de petrarquista:
 La obra, aunque compuesta de fragmentos, debe ser unitaria.

 El hilo argumental del Cancionero es la vivencia amorosa que se narra


en primera persona.

 Debe estar dedicado a una sola dama. Tal es así que Petrarca en el
definitivo manuscrito sustituyó una balada (Donna mi vene spesso ne la
mente) que podía inducir a creer al lector que había amado más de una
Laura. Excepciones a esta regla son el fragmento CLXXI (El nudo en el
que el Amor me retuviera) o el segundo cuarteto del CCCXVIII (Al caer
de una planta, que arrancada)

 El Cancionero debe tener una secuencia narrativa que conduzca al


lector a través de la historia del sentimiento amoroso del poeta.

 Esto se traduce en que los poemas deben aparentar haber sido escritos
cronológicamente en el orden en que aparecen en la obra.

 El tema es el amor.

 El Cancionero se salpica con poemas a la amistad, políticos, morales,


patrióticos o anecdóticos que, al poder ser fechados más fácilmente,
sirven para acentuar la progresión narrativa de la que se ha hablado en
el punto anterior.

 El Cancionero debe ser polimétrico, de modo que las formas métricas se


correspondan con el estado anímico y el mensaje que quiere trasmitir el
poeta en cada momento.

Un «cancionero» es una recopilación de poemas - en principio canciones - de


un autor o varios, recogidos en un sólo volumen.

El término, según Corominas, aparece en el segundo cuarto del siglo XV.


El Cancionero tiene influencia capital en dos aspectos de la métrica: el ritmo del
endecasílabo y las formas estróficas.
De un lado, hace prevalecer definitivamente los ritmos del endecasílabo a
mayor acento en la sexta sílaba y a menor con acentos en la cuarta y la octava,
lo que determina que en la poesía culta española (que, a partir de Juan Boscán
Almogáver y Garcilaso de la Vega, adopta metros italianos) sean estos los
ritmos más habituales.
Del otro, influye determinantemente en cuáles serán las estrofas que se
cultiven a partir de entonces en la poesía culta.
Solo cinco formas incluyen en su Cancionero: sextina, balada, madrigal,
canción y soneto.
Perfecciona y afina el madrigal que en el cinquecento alcanzará su apogeo
musical; fija definitivamente el esquema de la canción heredada de la escuela
siciliana; y, por último, lleva al soneto a su absoluta perfección propiciando que
se convierta en la estrofa, quizás, más importante de la lírica europea
occidental.
Su preferencia por los sonetos compuestos por cuartetos y no serventesios y
con tercetos con esquema CDE EDC o CDC DCD (junto al CDE DCE),
determina que estos sean las formas con que se compongan los sonetos en
España.
El Cancionero se compone de 366 fragmentos (317 sonetos , 29 canciones , 9
sextinas , 7 baladas y 4 madrigales) tradicionalmente divididos en dos partes :
las rimas en vida de Madonna Laura y las rimas tras la muerte de Madonna
Laura.
Esta división, no obstante, se debe a los editores de la obra y no al propio
Petrarca el autor, y, está sugerida tanto por el contenido de este como por el
hecho de que en el manuscrito definitivo hay varias hojas en blanco entre la
composición.
Se abre con un soneto a modo de prólogo “Los que escucháis en rimas el
desvelo” en el que el poeta Francesco Petrarca presenta su propia obra como
el fruto de su primer error juvenil y que, tras pedir la disculpa de su lector, se
cierra con el tópico del vanitas vanitatis (que cuanto agrada al mundo es breve
sueño).
Tradicionalmente está dividida en dos partes, aunque esta división no está
hecha por el propio Francesco Petrarca.
Se compone de 366 fragmentos, principalmente sonetos.
El tema eje de este es el amor profundo hacia Laura, que refleja el carácter del
poeta y su pasión amorosa en un italiano extremadamente melodioso y muy
refinado.
El poemario tiene la siguiente estructura:
 El poemario inicia con un prólogo en sonetos donde el poeta da detalles
sobre su historia de amor y describe el aspecto físico de Laura
especialmente sus ojos.

 Después la glorifica poniéndola como un ángel celestial.

 Esta primera parte del poemario termina cuando se intuye la muerte de


su amada.

 En la segunda parte del poemario el yo poético lamenta esta muerte y


crea composiciones en tono espiritual, prometiendo amarla ya estando
en el cielo, pues el poeta y autor del poemario, Francesco Petrarca se
siente viejo.

A propósito de Francesco Petrarca, recordemos que un soneto es un poema de


14 versos, en este caso endecasílabos con rima consonante, conformado por
dos cuartetos y dos tercetos.
El soneto de la segunda parte del Cancionero, expresa la nostalgia del autor, el
autor, el recuerdo del amor no correspondido y su deseo de morir para estar
con su amada.
Se conoce como Cancionero petrarquista a una colección de poemas liricos
creada al modo del Cancionero de Petrarca, esto es, una colección de poemas
muy personales con una línea medular amorosa.
El hilo argumental del Cancionero es la vivencia amorosa que se narra en
primera persona.
Debe estar dedicado a una sola dama.
Tal es así que Petrarca en el definitivo manuscrito sustituyó una balada
(Donna mi vene spesso ne la mente), que podía inducir a creer al lector que
había amado más de una Laura.
Sin duda, una de las obras que más influjo han ejercido en la literatura europea
es la de Francesco Petrarca (1304-1374), destacado representante de la
corriente renovadora del saber que se halla en el origen del Renacimiento.
Importante humanista, Petrarca -posterior en sólo una generación al autor de la
Divina Comedia (también en esta colección) y contemporáneo de Boccaccio,
cuya amistad cultivó- es más conocido en la actualidad por la recopilación de
sus composiciones en lengua vulgar, conocida generalmente con el nombre de
Cancionero, en las cuales volcó la expresión de un amor ya de nuevo signo,
puramente humano.
Reflejo de la experiencia de toda una vida -no cesó de reordenar y corregir sus
poemas a lo largo de su existencia-, biografía espiritual, más que sentimental,
los 317 sonetos, 29 canciones, 9 sextinas, 7 baladas y 4 madrigales que lo
componen son, como apunta en su iluminadora introducción Ángel Crespo, el
«producto orgánico de una experiencia largamente meditada», pero asimismo,
en no menor medida, hijos legítimos «no sólo de su amor por Laura, sino
también de su sabiduría y erudición».
A Petrarca se le llama a veces padre del humanismo y sin duda la amalgama
de paganismo y cristianismo, erudición clásica y potencial humano que
encontramos en sus obras le confiere al término algo de su significado
moderno.
Hoy en día la poesía amorosa de Petrarca es un bien de la humanidad.
Su extraordinaria difusión y poderosa influencia en toda la lírica occidental
demuestran que la posteridad ha juzgado sus obras en lengua vulgar con
mucha mayor benevolencia de la que el poeta se hubiera atrevido a esperar
Petrarca es el primer literato que expresa el pensamiento humanista propio del
Renacimiento, en el que el centro de atención es el ser humano.

Los cancioneros son florilegios poéticos que no deben confundirse con los
llamados cancioneros petrarquistas, los cuales reflejan un tipo de estructura
diferente, emanada de la corriente poética del Renacimiento denominada
petrarquismo.

Francesco Petrarca (1304-1374) es recordado hoy sobre todo como el autor del
Cancionero que determinó durante siglos la forma y el contenido que el amor
debía adoptar en poesía.

La mayoría de lo que se conoce acerca de ella, imagen estilizada del amor


cortés, procede de lo escrito por Francesco Petrarca, que en honor de
Madonna Laura ('mi señora Laura') escribió su Cancionero, compuesto por 366
poemas: 263 en vida de Laura; 103 tras su muerte.

Petrarca afirma que, en efecto, el amor es omnipotente, que una las cosas
grandes y las pequeñas y que, en definitiva, gobierna el mundo.

Pero para el poeta aretino el amor es al mismo tiempo amigo y enemigo, ilusión
y desilusión, esperanza y desesperanza, sufrimiento continuo y dolor
incesante.
En términos estrictamente métricos, existe una gran homogeneidad y muy
escasas innovaciones.

La innovación radica en unir piezas dispares en una sola colección coherente y


muy trabajada.

La estructura es bipartita: una primera sección (la más extensa) dedicada a su


amor por Laura mientras vivía y una segunda que alude a la supervivencia de
su pasión luego que ella ya ha muerto.

Una serie de poemas estratégicamente colocados van proporcionando fechas


fundamentales; unos veinte sonetos contienen referencias cronológicas
precisas que miden el paso del tiempo desde 1327 hasta 1358.

Un poeta solo y desamparado

• Soneto l:
El soneto número uno inaugura la colección. En realidad, Petrarca lo escribió a
manera de prólogo de la segunda redacción del Cancionero, es decir que, a
pesar de encabezar la obra, es posterior a muchas de las composiciones que
hay en ella.

En este texto, el poeta se muestra reflexivo y dudoso acerca de su actividad.

Se dirige a un destinatario que conoce las cuestiones del corazón y a él le pide


comprensión, piedad y perdón por algo que el poeta hizo en el pasado.

No reniega de su amor, sino de haber escrito acerca de él. La experiencia del


sufrimiento amoroso debe ser callada y silenciosa (esto se expresa en el
primero y en el segundo verso del primer terceto) y, como el poeta ha divulgado
esa experiencia, ahora se arrepiente.

Esta actitud de meditación sobre el propio pasado, esta capacidad de


reconocimiento de los cambios que su modo de existencia produjo en él, la
admisión del error y el arrepentimiento le otorgan a este protagonista rasgos de
madurez.

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