Tema 1 Modernismo

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1. EL MODERNISMO. CARACTERÍSTICAS.

LA REPERCUSIÓN DE RUBÉN DARÍO


Y EL MODERNISMO EN ESPAÑA.

1.1 EL MODERNISMO: DEFINICIÓN Y CARACTERÍSTICAS.

Se denomina Modernismo al movimiento literario nacido en Hispanoamérica en el


último cuarto del siglo XIX y difundido en España por Rubén Darío a raíz de la publicación de
Prosas profanas (1896). Surgió como fuerza subversiva y expresión de la resistencia al
mercantilismo de la cultura burguesa. Los modernistas se alzaron contra el materialismo, el
imperialismo (España y lo norteamericano, en el caso de Darío), la burguesía y lo utilitario. El
clima que vivieron, con la mezcla de arte, vida bohemia y de sensibilidad, fue similar al del París
de los simbolistas y parnasianos del último cuarto del siglo XIX, autores que influyeron mucho
en ellos. Aunque el período de auge del Modernismo fue breve (sus logros se pueden considerar
agotados hacia 1915), su importancia fue decisiva para la evolución de la poesía española, ya que
supuso una renovación total de la misma. El Modernismo fue, sobre todo, un movimiento
poético, aunque también se encuentran ejemplos en la novela y en el teatro.
Hay que señalar también que entre Modernismo y Generación del 98 (corriente hispánica
que se desarrolla también durante aquel período) no se da una separación tajante y absoluta.
Durante los primeros años del siglo XX, al menos, se pueden encontrar características comunes a
los escritores de ambos movimientos. Por eso, se puede hablar de Modernismo, en una acepción
general, como la versión hispánica de la crisis artística y espiritual europeas de finales siglo XIX,
dentro del cual podemos hallar orientaciones diversas: una que se inclina hacia una literatura de
evasión y elitista (el Modernismo en sentido estricto) y otra que se caracteriza por un
temperamento más crítico y radical (la Generación del 98- movimiento más ideológico que
artístico).
Muchos de los grandes poetas españoles del momento pasan por dos etapas: inicialmente
son modernistas y luego, acentúan la presencia en sus obras del tema de España, los
planteamientos religiosos y filosóficos y el espíritu crítico, en la línea del 98 (así Antonio
Machado).

Las principales características que definen la literatura del Modernismo son las
siguientes:

 Influencias: el Parnasianismo (1) y el Simbolismo francés (2) (Rimbaud, Verlaine,


Baudelaire) y la obra de los decadentistas(3) ingleses e italianos (Oscar Wilde y
Gabrielle d´Annunzio); la poesía romántica de autores como Víctor Hugo y,
especialmente, Gustavo Adolfo Bécquer.

(1) movimiento poético francés de la segunda mitad del s. XIX caracterizado por su inclinación hacia una
poesía de la más serena objetividad en el fondo y la más clásica perfección en la forma)
(2) veía en la poesía un camino para desvelar un mundo ideal, subyacente al real, valiéndose del uso de
símbolos y metáforas, en donde la musicalidad y el ritmo primaban sobre la forma´
(3) o poetas malditos, tienen una visión muy pesimista de la existencia considerándola problemática y
degradada, por lo que se complacen en los signos de la decadencia humana: la corrupción moral, la
crueldad, la exaltación de la fuerza, lo depravado..

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 La literatura adquiere un aire aristocrático: desdeña lo vulgar y lo cotidiano y se consagra
a la exaltación de la Belleza. Esta exquisitez se muestra en la elección de temas, en el
cuidado de la forma y en el despliegue de elementos sensoriales en que se va a convertir el
poema.
 El escritor adopta un estilo de vida acorde con su concepción del arte: la bohemia.
Su mundo es el de los cafés, las tertulias, la noche. Pero su altivez de artistas
contrasta casi siempre con su miseria moral. Valle-Inclán inmortalizará para siempre este
modo de vida en Luces de bohemia.
Temas: dos líneas principales se distinguen entre las temáticas del Modernismo:
 Línea escapista: representa una evasión en el espacio y en el tiempo. Es la más
representada del movimiento, la más imitada y, a la larga, la más satirizada. El poeta se evade
de la realidad reflejando lugares exóticos (palacios, jardines pagodas, castillos, princesas
tristes, guerreros legendarios, ninfas, cisnes, sátiros y centauros, Japón o París) y épocas
antiguas (la Edad Media, el Renacimiento, la Grecia clásica…). También el erotismo, las
conductas inmorales se localizan en esta línea temática como demostración de su espíritu
rebelde y antiburgués. En esta temática se incluye además el cosmopolitismo: el anhelo de
perseguir lo aristocrático, París con sus barrios bohemios, sus cabarés….
 Línea íntima: permite translucir el malestar del poeta con el mundo que le rodea. El amor
y el mundo son vistos con ojos melancólicos y llenos de tristeza. En los poemas, esta nostalgia y
este desasosiego se enmarcan en paisajes otoñales o despoblados jardines crepusculares, de
clara raíz romántica (próximo a Bécquer y Rosalía de Castro).
 Destaca la utilización del símbolo y el mito: los escritores modernistas utilizan símbolos
para crear sensaciones y evocar lo inefable, lo que no puede expresarse por procedimientos
racionales. El símbolo modernista por excelencia es el cisne , que puede tener distintos
significados. Representa la belleza, la pureza, la elegancia, la aspiración ideal, lo aristocrático.
El Modernismo recurre a otros mitos clásicos como fuente de inspiración ( Venus, Adonis,
Oefeo…)
 Estilo: los poetas modernistas explotan todas las posibilidades que el lenguaje les ofrece
para conseguir la ansiada Belleza. El poema no sólo expresa la sensorialidad del poeta,
sino que es también causa de sensaciones. El color es un elemento fundamental; la
musicalidad del verso es otro de sus instrumentos (ritmos muy marcados para grandes
asuntos como el desfile de un cortejo, la hazaña de un guerrero o una tormenta en el
trópico; melodías suaves acompañan a emociones delicadas tales como la tristeza de una
princesa o el momento del atardecer), los efectos sonoros de las palabras que se
consigue gracias al uso de palabras esdrújulas, a una profusa adjetivación y el mismo
léxico modernista es muy musical y escogido. Asimismo, son abundantes las
aliteraciones, las sinestesias y las imágenes audaces. Utilizan un vocabulario insólito,
acorde con los nuevos temas que alude a realidades exóticas y exquisitas ( acanto,
crisantemo..) a realidades arcaicas misteriosas o aristocráticas ( pagodas, castillos,
odaliscas, marquesas..) o al mundo fantástico de los cuentos infantiles (“ Un quiosco de
malaquita/ un gran manto de tisú…)

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 Métrica: El ritmo es un elemento fundamental del Modernismo, que continúa una
renovación métrica ( nuevos esquemas rítmicos, progresivo uso del encabalgamiento,
acercamiento entre el versos y la prosa) que ya había sido iniciada por poetas románticos
como Rosalía de Castro. No sólo se persigue una sonoridad nueva sino también la
correspondencia entre sentimiento y musicalidad. Se busca captar y expresar el ritmo de
las ideas. La renovación métrica afectará a los siguientes elementos:
 Los versos: se utilizan versos antiguos, como el hexámetro grecolatino, y otros de
procedencia francesa. Los preferidos por su musicalidad son : el alejandrino, de
catorce sílabas, con una nueva acentuación; el eneasílabo,de nueve, el
dodecasílabo, de doce, y los tradicionales endecasílabo y octosílabo, de once y
ocho sílabas respectivamente. Los encabalgamientos y las rimas internas rompen
la cadencia habitual del verso. Son frecuentes las series de endecasílabos blancos
(sin rima).
 En cuanto a las estrofas, se busca la variedad, modificando las estructuras
tradicionales o introduciendo estrofas innovadoras. La estrofa preferida sigue
siendo el soneto, aunque con importantes variaciones de rima y longitud de verso.
Se usa también la estrofa de pie quebrado y la silva asonantada.
 La acentuación. Además del abundante uso de palabras esdrújulas se traslada al
castellano la métrica clásica, basada en la alternancia de sílabas largas y breves,
que se sustituyen por sílabas tónicas y átonas respectivamente: “Ínclitas razas
ubérrimas/ sangre de Hispania fecunda…”
 La rima: Se alternan la rima consonante y la asonante.

1.2. LA REPERCUSIÓN DEL MODERNISMO EN ESPAÑA: RUBÉN DARÍO Y EL


MODERNISMO EN VALLE-INCLÁN.

Rubén Darío (1867-1916), poeta nicaragüense, hombre cosmopolita y precoz, amante


del placer y de los viajes se convirtió en el gran difusor del Modernismo; posiblemente sea,
además, el poeta que más repercusión haya tenido en la lírica del siglo XX en España. Son
tres sus obras más destacadas:

 Azul (primera edición en 1887, segunda versión ampliada en 1907) es una obra llena de
imágenes sorprendentes y adjetivos inesperados. Se percibe, sobre todo, la influencia
francesa y crea aquí un mundo de hadas, princesas, centauros y cisnes (el ave símbolo de
este movimiento literario, animal que condensa lo blanco, lo puro, lo ideal y lo
aristocrático); también se recoge, de ahí el título de esta composición, el color azul, como
símbolo de los sueños, el arte, lo helénico y lo homérico, el mar y el firmamento. Desde el
punto de vista formal, la sinestesia es el eje central de su actuación y, por ello, trata de
acumular materiales pictóricos, arquitectónicos, esculturales y musicales porque pretende
conseguir un libro que sea una obra total.

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 Prosas profanas (1886) es un conjunto de poemas que influyeron en el nacimiento del
Modernismo en España, obra modelo de esta corriente, que deslumbra por sus
innovaciones métricas y léxicas. Aborda temas de la línea evasiva aristocrática pero
incorpora, además, la preocupación social. Se cuestiona Darío por el arte, el placer, el
amor, el tiempo, la muerte, la religión y la creación poética. A este poemario pertenecen
algunas de las creaciones más reconocidas del poeta nicaragüense como son la
“Sonatina” o “Era un aire suave…”

 Cantos de vida y esperanza (1905), de expresión más sobria, menos retórica, trata de
acercarse más a la gente corriente, salir “de la torre de marfil” y lo hace abordando temas
como la reivindicación de lo hispánico frente a lo estadounidense, el gusto por las
civilizaciones precolombinas o la invitación a la unión de los pueblos hispanoamericanos.
En algunas de sus composiciones, se aleja de la alegría y la brillantez para mostrar
amargura y cansancio ante la vida y las situaciones vividas. De ahí, poemas que
abordan el asunto de la inevitabilidad de la muerte; otro tema recurrente es el de la figura
femenina abordada en dos vertientes: una atractiva y placentera (erotismo) y la otra, triste
y superficial (Darío consideraba cercana la muerte y dudaba de la existencia de una vida
ulterior y, por tanto, el goce amoroso se percibe como un remedio contra la infelicidad,
pero, a la vez y dado su carácter caduco, le revela el trágico e inevitable paso del tiempo).

 En cuanto a su estilo podemos señalar lo siguiente:

 En métrica la renovó utilizando versos de arte mayor que no se usaban desde


hacía siglos en la poesía española ( de 12,14, 16 sílabas..) son famosos sus sonetos
alejandrinos.

 En léxico, el suyo es muy variado (cultismos, neologismos, galicismos…). Se


valió del léxico religioso para conseguir efectos estéticos y connotaciones
eróticas.

 En figuras retóricas su estilo se caracteriza por la acumulación de ellas (epítetos,


metáforas, sinestesias, hipérbatos, paralelismo, aliteraciones…) Su propósito es
crear belleza y musicalidad a través de la palabra.

 En cuanto a los símbolos los utiliza frecuentemente. Los más importantes


representan la idea de belleza (mariposas, cisnes, hadas, princesas…)

 Es maestro en la explotación de todos los sentidos, sensorialismo, a lo largo de


toda su poesía, en especial, las sensaciones olfativas, sonoras y visuales, éstas a
través de los colores, cromatismo.

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LA REPERCUSIÓN DEL MODERNISMO EN ESPAÑA: VALLE-INCLÁN,
El Modernismo español se caracteriza por una menor brillantez externa y formal y un
mayor intimismo: es menos parnasiano y más simbolista, con un estilo más sencillo,
eminentemente simbólico y sugerente.
Aunque el despegue del movimiento en nuestro país llegará tras las visitas de Rubén
Darío, cabe citar a algunos poetas que, como Ricardo Gil, Manuel Reina y Salvador Rueda,
se pueden considerar precursores del movimiento: sus preocupaciones estéticas marchaban por
caminos similares a los del Modernismo cuando el poeta nicaragüense se instaló en nuestro país.
Como principales representantes del Modernismo español, además de las figuras más
destacadas, Antonio Machado, J.R. Jiménez, hay que añadir a Manuel Machado, Francisco
Villaespesa y Eduardo Marquina. Todos ellos, éstos y los anteriores, evitan los excesos de
Rubén. Sus poesías adquieren un tono más intimista y se expresan con modos más cercanos al
Simbolismo francés. En el plano novelístico y teatral destaca Ramón María del Valle-
Inclán, al menos en su primera etapa.
En los poemas de Francisco Villaespesa (Flores del almendro o La copa del rey de Thule) se
aúnan rasgos típicamente románticos (gusto por lo macabro y la expresión declamatoria) con
motivos propios del Modernismo (canto a la bohemia, al amor, a lo transgresor y amoral…). Por su
parte, la labor literaria de Eduardo Marquina se inicia con la publicación de poemarios de signo
modernista como Las vendimias. Sobresaliendo por encima de estos, se encuentra MANUEL
MACHADO (1874-1947), hermano de Antonio Machado que estudió en la Institución Libre de
Enseñanza y a finales de siglo vivió en París, donde conoció la poesía francesa y los ambientes
bohemios. En sus poemas combina la influencia francesa (Parnasianismo y Simbolismo) y la de
Rubén Darío con la raíz popular andaluza (coplas, soleares, malagueñas) y los temas ligeros y
frívolos (lo castizo y folclórico, los galanteos amorosos) con los temas graves, las reflexiones
desengañadas y melancólicas. Su obra poética se inicia con Alma (1900), poemario con influencia
modernista en la línea de Rubén Darío, y continúa con libros de índole bien diferente: El mal
poema (1909), Cante hondo (1912) y Ars moriendi (1921)

Sin duda, Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez son las dos grandes figuras poéticas de
principios de siglo. Ambos poetas tienen unos comienzos modernistas pero después lo abandonarán
y evolucionarán conforme encuentran su propia personalidad poética.
De ANTONIO MACHADO (Sevilla, 1875-Colliure, 1939) hay que destacar que su obra
poética presenta dos etapas: una modernista y otra en la que incorpora preocupaciones en
consonancia con las inquietudes noventayochistas. La primera etapa, la modernista, aparece en
su primera obra Soledades, galerías y otros poemas (1907), obra perteneciente al Modernismo
intimista y simbolista con influencia romántica de Bécquer y Rosalía de Castro, pero alejada
de los gustos exóticos parnasianos de Rubén Darío.
Su poesía es “una honda palpitación del espíritu”: él escribe “mirando hacia dentro”,
hacia su alma, tratando de extraer, en un “íntimo monólogo”, “las honduras de su alma”. Los
resultados de ese mirar hacia el fondo de su alma son la soledad, melancolía o angustia, los
“universales del sentimiento”, que serán constantes en esta obra. Los temas predominantes son la
melancolía, el paso inexorable del tiempo, la muerte, los recuerdos y evocaciones del
pasado, la búsqueda o sed de Dios... También aparecerán evocaciones de paisajes, en las que

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habrá una estrecha relación con el estado anímico del autor: paisaje y alma se funden.
Predominan los ambientes otoñales, las puestas de sol y los jardines sombríos.
En el arte de Soledades, la crítica ha destacado los valores simbolistas. Motivos
temáticos tan característicos de Machado como la tarde, el agua, la fuente, la noria, las
“galerías”, el camino... constituyen símbolos de realidades profundas, de obsesiones íntimas, de
estados de ánimo; en definitiva, símbolos del alma del poeta. Así, por ejemplo, el agua es
símbolo de vida cuando brota, de fugacidad cuando corre o símbolo de muerte cuando está
quieta o cuando es el mar; la tarde representa el declive, el decaimiento y el paso del tiempo, y
los caminos, la búsqueda de nuevas ilusiones. También destaca el uso del diálogo: con las
estaciones, el amanecer, la noche, elementos que aparecen personificados y a los que el “yo”
poético formula preguntas para las cuales a menudo no existen respuestas (interrogaciones
retóricas).
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ (Moguer, Huelva, 1881 – Puerto Rico, 1958) varía desde su
inicial vinculación al Modernismo hasta la creación final de una obra personalísima y diferente.
Su influencia será decisiva en los poetas de los años 20 y posteriormente.
En su trayectoria poética suelen distinguirse varias etapas: modernista, intelectual y suficiente. Las
primeras obras que conforman su etapa modernista o sensitiva (hasta 1915) se caracterizan por la
influencia del Modernismo intimista y simbolista, con ecos becquerianos: sencillez formal,
metros tradicionales (predominio de octosílabos), evocaciones de paisajes que actúan como
símbolos del poeta. Abundan los mustios jardines, los parques otoñales, las fuentes y las noches de
luna que sugieren nostalgia, melancolía, tristeza y presagios de muerte. Estos sentimientos de
soledad, los temas del paso del tiempo y de la muerte están presentes en Arias tristes (1903) y
Jardines lejanos (1904). En sus siguientes obras (La soledad sonora (1908), Poemas májicos y
dolientes, Elejías...) aparece el Modernismo más sensorial y brillante delautor, aunque dentro del
intimismo de esta primera etapa. Se trata de una poesía modernista en la utilización del color y de
otros elementos sensoriales, en la adjetivación brillante, en las imágenes que utiliza, así como en la
métrica (predominio del alejandrino). Se busca la belleza del mundo a través de los colores,
olores... También se incluye en esta etapa su obra en prosa poética Platero y yo (1914).

Por último, habría que citar también a RAMÓN DEL VALLE-INCLÁN (1866-1936).

En narrativa y teatro se inclina básicamente por la estética modernista y a medida que su


producción avanza incorpora la técnica del esperpento. Entre las novelas modernistas, destacan
las cuatro Sonatas (Sonata de otoño, 1902, Sonata de estío, 1903, Sonata de primavera, 1904, y
Sonata de invierno, 1905). Música y simbolismo son rasgos netamente modernistas, y lo es
también la caracterización del personaje de Bradomín como un dandy aristocrático, elegante,
exquisito, amoral, aventurero, provocador, cínico e incluso violento a veces. La exaltación de un
mundo decadente y refinado, el esmerado lenguaje y cuidado estilo dan por resultado la prosa
más brillante del Modernismo español, rico en imágenes ostentosas y un lenguaje donde los
elementos sensoriales sirven para la estilización e idealización del ambiente gallego. Al mismo
estilo pertenece la trilogía histórica de La guerra carlista, integrada por Los cruzados de la causa
(1908), El resplandor de la hoguera (1909) y Gerifaltes de antaño (1909). Esta trilogía brinda
una visión de la España tradicional (los carlistas) enfrentada a la liberal (los republicanos).

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La etapa del ciclo mítico, situado en la Galicia rural, intemporal, arcaica y supersticiosa,
también tiene elementos propios del Modernismo. Se encuadran aquí las llamadas Comedias
bárbaras, a la que pertenecen Águila de blasón (1907, Romance de lobos (1908) y,
posteriormente, Cara de Plata (1922). En las Comedias, al igual que en su trilogía narrativa
sobre la guerra carlista (Los cruzados de la causa, 1908, El resplandor de la hoguera, 1908, y
Gerifaltes de antaño, 1909), el autor ensaya un nuevo camino también propio de una de las muy
diversas orientaciones del Modernismo: el primitivismo, caracterizado por la presencia de la
violencia, la crueldad, la barbarie, la destrucción, la brutalidad...

Sus inicios dramáticos también están vinculados al Modernismo decadente. Se trata de


obras que corresponden al teatro poético modernista, de tema histórico y esteticismo
aristocratizante y refinado de fin de siglo. Destacan El marqués de Bradomín (1906), que es
una versión teatral de las Sonatas,y donde Valle utilizará la técnica de los múltiples lugares de
acción tan característica de su teatro, y Cenizas (1899), obra que reescribe más tarde, en 1908,
con el título El yermo de las almas, donde dramatiza un tema tópico del teatro decimonónico – el
adulterio- todo ello visto desde una estética literaria y no psicológica ni moral, poniéndose de
manifiesto una moral antiburguesa y una desideologización del tema.
La obra poética de Valle está reunida en la trilogía Claves líricas (1930) formada por
Aromas de leyenda, Versos en loor a un santo ermitaño, El pasajero y la pipa de Kif.
Aromas de leyenda, Versos en loor a un santo ermitaño(1907) recibe la influencia del
Modernismo.. En ellos utiliza una métrica variada y recrea diversos aspectos de su Galicia natal:
descripciones del paisaje, trabajos cotidianos, milagrería, superstición, etc. Inscrito también en la
estética modernista y bajo el influjo de Rubén Darío.

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