La Necesidad de Educar en Perspectiva de Género

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9/11/24, 12:41 La necesidad de educar en perspectiva de género

Revisión bibliográfica

La necesidad de educar en perspectiva de


género
The Need for Gender Perspective when Educating

Myriam Jiménez Quenguan myriamjqsigloxxi@gmail.com


Universidad Santo Tomás, Colombia

Deison Julián Galeano Barbosa deisongaleano12@gmail.com


Universidad Santo Tomás, Colombia

La necesidad de educar en perspectiva de género

Revista Educación, vol. 44, núm. 1, pp. 1-34, 2020

Universidad de Costa Rica

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 3.0 Internacional.

Recepción: 12 Agosto 2019


Aprobación: 04 Diciembre 2019
DOI: https://doi.org/10.15517/revedu.v44i1.38529

Resumen:
Este artículo de revisión bibliográfica, indaga en la problemática de género que desarrolló el proyecto de la Universidad
Santo Tomas titulado: Yo soy tú, tú eres todos. Somos letras vivas en movimiento: un acercamiento lúdico infantil en
perspectiva de género (Jiménez, 2018). Acorde con la misión educativa y humanizadora, el estudio se organizó en
comunidad y ejerció desde la educación una influencia positiva en el contexto. Aquí se toma como eje central el tema de
género, a fin de reflexionar críticamente para construir pedagogías que propicien el autoconocimiento de la subjetividad
y el debate frente a algunos de sus flagelos, a fin de valorar y respetar la vida desde la niñez. La metodología incluye
exploración de fuentes recientes; la búsqueda y sistematización se orientó acorde a los propósitos del proyecto:
caracterizar la población infantil y su subjetividad de género; identificar problemáticas de género, a través de historias y
acontecimientos importantes de vida; y, proponer una estrategia didáctica lúdica cercana. Los resultados permiten
concluir que es necesario seguir trabajando en perspectiva de género desde la infancia y, profundizar en violencias de
género recurrentes para lograr, a través de la educación, un impacto favorable desde la inclusión, la justicia y la equidad
de género.

Palabras clave:
Género, Infancia, Subjetividad, Educación, Violencia infantil.

Abstract:
This bibliographic review explores gender-related issues in a study conducted by the Universidad Santo Tomás (St.
Thomas University) entitled: Yo soy tú, tú eres todos (I am you; You are everyone). We are living and moving languages:
approaching children at play with a gender perspective (Jiménez, 2018). The study, which was organized within a
community. A gender focus was used to critically reflect on the development of pedagogies to foster self-knowledge of
subjectivity and discussion in order to value and respect life from childhood. The methodology includes exploration of
recent sources; data searches and systematization were commensurate with the project endpoint: characterization of the
child population and its gender subjectivity; identifying gender issues through stories and important life events, and,
propose a childlike, didactic strategy. Based on the results, we need to continue to work on gender perspectives and
deepen recurrent gender violence to favorably impact inclusion, justice and gender equality.

Keywords:

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Gender, Childhood, Subjectivity, Education, Child Violence.

Se equivocó el Muñeco: la niña era intocable y era sagrada.


No podía profanarla y salir impune.
Lo sagrado calcina a quien lo toca.

Fuente: Laura Restrepo, Los Divinos

1. Introducción a la problemática

En países como Colombia los índices de maltrato y violencia infantil son alarmantes, así lo reportan los
recientes datos del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses [INMLCF], en la publicación
Masatugó (Heredia, 2015), donde las cifras epidemiológicas de violencia contra niñas y adolescentes mujeres en
el periodo 2009-2014, ascendieron a 39.502 casos. El grupo etario más vulnerable fue el comprendido entre 10
a 14 años, el grado escolar más afectado fue el de básica primaria, la población más afectada fue la campesina
y los principales agresores los padres de familia (Heredia, 2015) Este problema se presenta en distintos países,
pero se agudiza en aquellos en vías de desarrollo, allí el fenómeno de la violencia y sus distintas tipificaciones
se incrementa en los sectores más vulnerables: las mujeres, las niñas y los niños, las causas son
multifactoriales.

No es posible la paz si no se visibilizan y reparan a sus víctimas, en Colombia los niños han padecido el
estigma del abuso hasta límites insospechados. Entre algunos recientes casos de feminicidios infantiles están
los de Juliana Andrea Samboni Muñoz (Caracol, 2016), niña de origen indígena y humilde, menor de 7 años,
secuestrada, torturada, violada y asesinada el 4 de diciembre de 2016 por el acaudalado arquitecto Rafael Uribe
Noguera en una zona de Chapinero alto en Bogotá; Sara Ayolima Salazar Palacios (Espectador, 2017), niña de 3
años abusada física y sexualmente por su padrino Edilberto Rojas Torres en complicidad con su madrina,
Ángela Yohana Guerra Ureña y las autoridades locales, en la vereda El Palmar, de Armero Guayabal (norte del
Tolima), antes de morir la niña estuvo varias veces hospitalizada por anemia y desnutrición, por picadura de
animal y ojos morados, el 22 de abril de 2017 llegó con heridas graves que le ocasionaron la muerte, el parte
médico comprueba signos de tortura física y sexual; Erika Tatiana González (Espectador, 2018), niña de seis
años, oriunda del Meta, su cuerpo sin vida fue hallado en bolsas de plástico negro, el 24 de noviembre de 2018
en el río Guaviare en Mapiripán, Meta, el responsable de su muerte y abuso sexual fue un menor de 16 años
que conocía a la víctima. Según lo informa la redacción del periódico Espectador (2018), con base en las cifras
reportadas por el Instituto Nacional de Medina Legal y Ciencias Forenses, hasta septiembre de 2018, se habían
cometido en Colombia 722 feminicidios.

A la anterior y aterradora realidad se suman las constantes violencias de género ejercidas contra las niñas.
Según estudios recientes, existen representaciones de género que promueven diversas violencias contra la
mujer, nociones de poder masculino que acrecientan el fenómeno del feminicidio. “El feminicidio es un
fenómeno que afecta a todos los países a nivel mundial y que, además, está en aumento; en los países de
América Latina, en particular, las cifras hablan por sí mismas” (Cardona y Onofre, 2017, pp. 531-532) Y aunque
Colombia a través de la Ley 1761 de 2015 (Presidencia, 2015) lo tipifica como delito, hace falta visibilizar mejor
los casos de feminicidios infantiles, este problema se recrudece si no existe una educación en género y un
sistema de justicia eficaz porque la mayoría de los delitos tienden a quedar impunes. ONU Mujeres (2018)
señala que los feminicidios se han convertido en una pandemia mundial y según lo reporta el INMLCF (2017) en
Forensis Datos para la vida, las mujeres siguen siendo las víctimas más agredidas y en lo que respecta a los
menores:

La violencia contra niños, niñas y adolescentes (NNA), durante el año 2018 mantuvo la tendencia a
tener mayoría de víctimas de sexo femenino, en edad adolescente, y con bajo nivel de escolaridad. La
tendencia de que los padres y madres son los mayores agresores se ha mantenido. La mayor parte de
los casos de violencia contra NNA se dieron en el hogar y en las cabeceras municipales. Las ciudades
donde ocurrieron la mayoría de los casos siguen un orden similar al de años anteriores (Rodríguez y
Jiménez, 2018, p. 139).

Hasta 2018 en Colombia las cifras iban en aumento, cada día eran asesinadas aproximadamente por lo
menos tres mujeres, de “404 casos de asesinatos de mujeres registrados en el año 2018, 78 fueron catalogados
bajo la circunstancia feminicidio” (Lozano, 2018, p. 72) Pero, en este año señala Lozano, gracias a la
implementación de los Acuerdos de Paz con las FARC las tasas se redujeron. Sin embargo, es necesario
distinguir en el caso de las mujeres, el homicidio del feminicidio que en el libro Femicide. The politics of Woman
Killing, editado por Radford y Rusell (1992), lo definieron como la muerte de mujeres por parte de hombres por
el hecho de ser mujeres. Esta verdad exige una gran responsabilidad, por esto, a nivel educativo es un
imperativo, trabajar en perspectiva de género. El objetivo de esta revisión es propiciar un debate de género
desde un acercamiento crítico; la búsqueda se efectuó a partir de los años noventa hasta la actualidad,
teniendo en cuenta varias bases de datos como Scopus, Publindex, Dialnet y Google Shcolar. Se integraron tres
aspectos: la relación entre el contexto y la subjetividad de género, las problemáticas de género en las
poblaciones infantiles y el género en las narraciones e historias de vida.

2. Contexto y subjetividad de género:

2.1 L a irreductibilidad de la palabra género

Para entender el concepto de género, es de destacar la publicación del artículo de Scott (1990), titulado El
género: una categoría útil para el análisis histórico, la autora presenta cómo inicialmente existía un interés

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puramente histórico, pero desde allí se ven vestigios de lo que será la posterior y más reciente manera de
tratarlo; su aporte permite analizar la problemática de género desde el sentido histórico-contextual del
concepto en cuestión. Inicialmente Scott cuestiona a la tradicional concepción de género, la cual se limita a
entenderlo como la manifestación de lo masculino y lo femenino, negando la posibilidad de integrar otras
opciones sexuales humanas. Hasta hace poco tiempo en los diccionarios de casi todas las lenguas como el
Fowler’s Dictionary of Modern English Usage (Butterfield, 2015) interpretaban género como un término
estrictamente gramatical para hablar de personas o criaturas del género masculino y femenino. Scott (1990)
recuerda que en su acepción más reciente aparece la de las feministas estadounidenses, quienes rechazaron
una lectura estrictamente biologicista que lo relacionaba con sexo o diferencia sexual, destacando que género
también expresa varias formas de la feminidad.

Es decir, la palabra género es problemática y su significado aún está en construcción. Para Scott (1990), esto
implica no solo abordar la historia de las mujeres sino también la de los hombres y demás grupos de género, al
citar a Natalie Zemon Davis (1975) afirma: “Nuestro propósito es descubrir el alcance de los roles sexuales y del
simbolismo sexual en las diferentes sociedades y periodos, para encontrar qué significado tuvieron y cómo
funcionaron para mantener el orden social o para promover su cambio” (p. 4). Por tanto, hablar de género
implica revisar diversos estudios y posturas feministas, ampliar la visión historicista y reescribir una historia
plural e incluyente que dé cuenta, por un lado, de las experiencias de mujeres, población que ha estado
oprimida desde hace varios milenios y, por otro lado, de la comprensión de sus desigualdades, de su situación
socioeconómica y también étnica. Sobre la marginalidad de las mujeres existen muchos estudios y dada su
prolongada exclusión histórica, en los últimos años casi todos los gobiernos del mundo incluyen en sus
políticas el tema de género; se ha pasado de un mínimo interés a uno de carácter amplio. Sin embargo, sigue
siendo prioritario incluirlo en todos los ámbitos, principalmente en la educación, porque aún en pleno siglo XXI
existen problemas de género como el feminicidio y la Violencia Basada en Género VBG que posee un
sinnúmero de tipificaciones (violencia física, psicológica, verbal, laboral, jurídica, etc.).

Hablar de género sigue siendo complejo, como fenómeno social implica ir más allá de la mirada historicista o
política, exige comprender las realidades de género, sus búsquedas, su subjetividad, sus relaciones, sus
expresiones.

Su uso explícito rechaza las explicaciones biológicas, del estilo de las que encuentran un denominador
común para diversas formas de subordinación femenina en los hechos de que las mujeres tienen
capacidad para parir y que los hombres tienen mayor fuerza muscular. En lugar de ello, género pasa a
ser una forma de denotar las ‘construcciones culturales’, la creación totalmente social de ideas sobre
los roles apropiados para mujeres y hombres (Scott, 1990, pp. 6-7).

Scott señala que la definición de género fue impuesta sobre un cuerpo sexuado, palabra limitada a la
práctica, a los roles y a la diferencia sexual, pero, su uso es mucho más amplio, pues se refiere a estructuras e
ideologías que afectan a los niños, las familias, los contextos y la sociedad en general. Como consecuencias se
han desarrollado múltiples lecturas y teorías relacionadas con el género, a nivel femenino se habla, por
ejemplo, del feminismo de la igualdad y del feminismo de la diferencia.

Frente a lo anterior, Scott (1990) plantea la necesidad de cambiar el sistema dual: hombre-mujer. La crítica al
binarismo sexual, desde finales del siglo XX hasta la actualidad ha ido tomando fuerza. En su libro Microfísica
del poder, Foucault (1994), expresa que la sexualidad y por ende el género, son el resultado de un contexto
histórico y las relaciones de poder desiguales, donde existe un dominio tradicionalmente patriarcal. La autora
recuerda que existen teorías feministas marxistas, psicoanalíticas, lacanianas, donde el lenguaje es
fundamental para entender la identidad de género y su subjetividad. Lo cierto es que esta categoría es
inestable, no es fija, es cambiante, obedece a un proceso que encierra muchos matices y diferencias. La idea de
masculino y de lo femenino se relativiza, no se trata solo de opuestos, importa el contexto. El género está en
constante construcción, al no reducirse a la lectura binaria, exige una deconstrucción, una desjerarquización,
una crítica de cómo se ha venido entendiendo, además de su confusión epistemológica. Después de su
interpretación biologicista e historicista, a finales del siglo XX, surge como categoría analítica, lo que conlleva a
hablar de él como un sistema de relaciones sociales y sexuales.

Scott (1990) sostiene:

El núcleo de la definición reposa sobre una conexión integral entre dos proposiciones: el género es un
elemento constitutivo de las relaciones sociales basadas en las diferencias que distinguen los sexos y el
género es una forma primaria de relaciones significantes de poder (p. 23).

Los cambios sociales corresponden a los de poder. Para Scott (1990), ninguno de los elementos señalados
opera sin los demás, así se encuentran:

Símbolos culturales (por ejemplo, los de la tradición judeocristiana occidental, mitos, etc.)

Normas y conceptos que interpretan esos símbolos (que se expresan a través de la religión, la educación, las leyes, la
política)

Relaciones de género (parentesco, relaciones familiares, de trabajo, educativas, políticas, económicas, de poder)

La identidad subjetiva, (influencia biológica y lo cultural).

Estas relaciones contribuyen al análisis concreto de clases, etnicidad o cualquier proceso social. Por
consiguiente, para Scott (1990), es necesario pensar el efecto del género en las relaciones humanas y la cultura,
pues su función legitimadora opera de muchas maneras. Su uso político también influye en su interpretación,
sugiriendo modelos de ser y de actuar.

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En la actualidad la visión de género es relativa, está en construcción, el Diccionario de la Real Academia de la
Lengua Española, en unas de sus recientes acepciones lo entiende como: “Conjunto de seres que tienen uno o
varios caracteres comunes [...] Conjunto de todas las personas.” (Real Academia Española [RAE], 2019, letra G)
Para la Red Colombiana de Mujeres Científicas (RCMC), nacida en 2015, liderada por la Dra. Ángela Camacho
Guzmán, también es importante incluir el análisis de la categoría de género en todas las disciplinas científicas y
unir esfuerzos para visibilizar afirmativamente a la mujer. La RCMC (2018) considera que en el mundo
contemporáneo es necesaria la inclusión de la categoría de género también al referirse a la actividad científica,
investigativa y tecnológica, porque la tradición en el campo del conocimiento, se ha caracterizado por el
predominio androcentrista.

El análisis de género debe impactar en todas las esferas humanas, pero sigue siendo problemático. Resulta
importante desde un primer momento hacer hincapié en una nueva manera de abordarlo, y así se ha hecho,
cuando desde la primera parte del siglo XX y especialmente en los años sesenta, autoras como Simone de
Beauvoir (1999, 2000), gracias a sus famosos libros El segundo sexo. Los hechos y los mitos y El segundo sexo.
Vol. 2. La experiencia de vida, respectivamente, se convirtió en una de las más importantes teóricas del
feminismo. Rechazó el esencialismo biologicista y planteó que la construcción de género, obedece más a
aspectos culturales. Su legado es retomado por feministas como Judith Butler, en su también reconocido libro
El género en disputa. El feminismo y la subversión de la identidad (2007), la autora desde el contexto
norteamericano, reflexiona sobre la normatividad sexual dominante y la relatividad de esta categoría que es,
además, una teoría, una ideología y una forma de expresión de la subjetividad humana. Butler confirma que
género no se reduce a una lectura de rasgos físicos ni el sujeto se limita a un binarismo de género, este se
performa de acuerdo con sus relaciones y a sus prácticas. Porque como lo señala Foucault (1987), en
Hermenéutica del sujeto, el sujeto se preocupa de sí mismo “el sí mismo se convierte en el objetivo definitivo y
único de la preocupación por uno mismo” (p. 68), el gran problema es y seguirá siendo la construcción del
sujeto.

2.2 E l problema de la subjetividad

Con base en lo anterior, acercarse a la subjetividad de género infantil resulta complejo, porque si el mundo
adulto apenas está construyendo su concepción, para los menores de edad, en su primer acercamiento hacia la
palabra y lo que se comprende, tiende a reproducir las nociones que encuentran en su contexto inmediato. De
allí que sea necesario comenzar desde la niñez a cuestionar las ideas que se han tejido en torno al género, a fin
de favorecer una mirada más incluyente y menos sexista. Al indagar en la categoría de género en la infancia, se
encontraron estudios como los de Witt (1997), quien en Parental influence on children’s socialization to gender,
analiza los roles sexuales a partir de las relaciones parentales, la construcción de estereotipos y sesgos que se
adoptan en los niños. Expone cómo en el contexto norteamericano, la relación parental se entiende bajo la luz
de los prejuicios que se tienen sobre los roles de género que se empiezan a construir a partir de la familia y, se
afianzan en el colegio, los medios de comunicación, las relaciones, etc. Desde la década de los 90, la cuestión
del género se viene gestando en Estados Unidos como una manera de entender las relaciones sociales e
históricas. Este texto permite pensar que, en la construcción de la subjetividad de género, la influencia más
cercana para los niños es la de su familia, la del contexto inmediato y las tecnologías mediáticas.

Ahora bien, dichos estudios se seguirán trabajando de manera diversa, pero logran un gran salto en el año
de 1999, con Gloria Bonder, quien desde sus investigaciones psicológicas sobre género y su activismo político
desarrollado en la Argentina, ofrece una lectura minuciosa en su texto Género y subjetividad: avatares de una
relación no evidente (Bonder, 1999). Este capítulo hace parte del libro Género y Epistemología: Mujeres y
Disciplinas, en él se brinda un panorama de la problemática de género, a partir de los debates abiertos desde
los años sesenta sobre liberación e identidad sexual; problematiza, además, en el concepto de género, dándole
una amplitud que lo denomina como gran relato. La autora aborda conceptos como la genealogía de las
concepciones de género, la crítica al binarismo género/sexo, para el análisis de la categoría de género, integra
el abordaje histórico y filosófico más que contextual y situado.

El debate sobre género poco a poco se va encaminando a una consideración paulatinamente más social,
tanto así que, en 2002, Ana Isabel Garay Uriarte publica la tesis doctoral Poder y subjetividad. Un discurso vivo,
allí analiza la categoría de subjetividad desde una visión más foucaultiana y coincide con una idea del pensador
francés, es en el cuidado de sí que es posible el acercamiento al sí mismo, tal como él lo sustento en la
Hermenéutica del sujeto (Foucault, 1987). Garay interpreta al género como un aporte vivo, pues no
simplemente se trata desde la subjetividad como una categoría de opresión, por medio del poder, sino que
además, se considera una realidad construida y relacionada, a partir del contexto social. Su texto contribuye a
encaminar las búsquedas de género y subjetividad en aras de una compresión situada.

Vale la pena mencionar, como se ha sostenido a lo largo de esta revisión, que el epicentro de la reflexión
recientemente se encontraba en Estados Unidos, y en el tiempo en que se desarrollaba la investigación
anteriormente mencionada se seguía pensando el género como un problema para la producción de
subjetividad, así lo dice Hollway (2003) en su escrito Gender difference and the production of subjectivity, texto
que integra la tercera parte del libro Discourse theory and practice, él desarrolla una reflexión a partir de la
diferencia de género, una construcción de subjetividad acorde a la diferenciación ya nombrada, el género es
concebido como un lugar en donde se pueden diferenciar posiciones y el coexistir.

Por ende, la reflexión en torno al género resulta una cuestión cada vez más compartida entre América Latina,
Estados Unidos y Europa, porque sus problemas son universales y son abordados multidisciplinarmente, así lo
resalta Sanucci (2005), en Una mirada sobre el género: la narración policial en la literatura: modos de
construcción de la subjetividad de género en ‘Caminaré en tu sangre’, de Vicente Battista; desde un estudio
literario analiza la subjetividad de género y en su relación intertextual incluye al discurso político, psicológico y
crítico, en ese sentido, aporta un marco de referencia para pensar imaginarios sociales, representaciones,

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estereotipos, hibridaciones, configuraciones de sentido, pero fundamentalmente, demuestra cómo tanto la
cultura popular como el género, obedecen a sistemas relacionales.

Es interesante notar también cómo en América Latina se van desarrollando cada vez más estudios sobre el
género, poniéndolo en diálogo con ramas clínicas como el psicoanálisis, así lo revela el texto Psicoanálisis y
género. La subjetividad de las diferencias entre los sexos, (Gutiérrez, 2005), la autora analiza a partir de la
psicología la diferencia subjetiva que existe entre la construcción de sexos y géneros, desde el psicoanálisis
lacaniano conversa con las teorías de género y la compleja creación de la subjetividad.

Los textos sobre subjetividad de género seguirán propiciando un debate más social, colectivo y contextual de
la categoría, así se dan análisis como La subjetividad de género: el sujeto sexuado entre individualidad y
colectividad (Cerri, 2010), en donde se propone analizar la validez analítica habida entre la dicotomía entre lo
masculino y lo femenino como una construcción individual que termina afectando la acción social del sujeto y,
por ende, la construcción de otras subjetividades. En esta misma línea está, Género, ciudadanía y derechos. La
subjetividad política y jurídica de las mujeres como clave para la igualdad efectiva (Esquembre, 2010). La autora
pone como tarea de primer plano el principio de igualdad y no discriminación desde un punto de vista histórico
el cual, aunque se ha pretendido en los textos constitucionales (en este caso España), se presenta como una
constante la consagración de la desigualdad y se impide la igualdad a partir de la categoría objetiva de sexo
masculino y femenino.

También encontramos estudios de género en Hispanoamérica, siendo un factor clave para la comprensión
de la cultura patriarcal, la visión colonialista y decolonialista. Si para Paz (1989), América Latina es el resultado
de una hostilidad que trae como consecuencia una particular soledad, para autoras como Segato (2014), las
violencias patriarcales se sustentan en la ideología impuesta desde la colonia que se ha perpetuado a lo largo
de varios siglos. Como consecuencia, resulta importante para la comprensión de género, investigar el
pensamiento y las creencias en las que está sustentada la tradición, al igual que su incidencia en el lenguaje y
en la lengua.

En comunidades de habla castellana, la concepción de género y subjetividad, implica revisar los aportes que
vienen desde España, en donde en los últimos años abundan trabajos y publicaciones de género de gran
interés como la Revista Duoda, fruto del Centro de Investigación de Mujeres de la Universidad de Barcelona. En
el monográfico llamado Subjetividades de las mujeres (1992), se destaca el trabajo Aportaciones al debate del
Diseño Curricular Base (Colectivo de la Escuela No sexista de Oviedo, 1992) en él, proponen que la educación
no sexista sea un tema transversal a todas las áreas y contextos, porque ella puede propiciar el cambio de la
mentalidad patriarcal, la jerarquía de roles y los estereotipos de género.

Sin duda, una educación de género puede ayudar a la prevención de sus problemáticas, contribuiría a
disminuir la desigualdad en el proceso de construcción de la personalidad de niñas y niños, y en su evolución y
desarrollo; de esta forma, los saberes que se transmiten en la escuela dejarían de ser androcéntricos. Es
necesario desarrollar acciones positivas y tomar medidas correctoras de la desigualdad que viven las alumnas
en los sistemas educativos, lo cual requiere una formación permanente del profesorado y de todos los
profesionales de la educación, porque se trata de su futuro, para favorecer su formación profesional y la
construcción equitativa de su propia subjetividad.

Así mismo, desde la península Ibérica viene desarrollando una importante labor el sello Editorial Horas y
Horas de Madrid, nacido en 1991, quien se ha encargado de difundir el pensamiento femenino a nivel mundial.
Una de sus tareas ha consistido en recuperar voces femeninas olvidadas, importantes para la reconstrucción
de la subjetividad de género, entre los centenares de títulos publicados resalta Los cautiverios de las mujeres:
madresposas, monjas, presas y locas (Lagarde, 1993), para la autora también la manifestación del amor
femenino tiene que ver con el poder patriarcal. En otro texto, Género y feminismo. Desarrollo humano y
democracia (Lagarde, 1996), aclara lo que es ‘La perspectiva de género’ que, reconoce la diversidad de géneros
y permite definir sus características:

La perspectiva de género tiene como uno de sus fines contribuir a la construcción subjetiva y social de
una nueva configuración a partir de la resignificación de la historia, la sociedad, la cultura y la política
desde las mujeres y con las mujeres. (Lagarde, 1996, p. 13)

Para Lagarde, el género es más que una categoría sociocultural, es una teoría que abarca categorías,
fenómenos históricos, interpretaciones construidas en torno al sexo, relaciones, experiencias de vida, éticas,
estéticas, políticas. En esta revisión se limita la búsqueda al análisis, a la teoría y la aplicación, así se encontró el
artículo Subjetividad y esfera pública: el género y los sentidos de familia en las memorias de la represión (Jelin,
2011), la autora hace hincapié en la manera en que estas nociones culturalmente subjetivas se manifiestan en
un pasado reciente. El análisis se sitúa en Argentina y toma como objeto de estudio una población vulnerable,
similar a la de la investigación de la Universidad Santo Tomás (Jiménez, 2018), Jelin, debate sobre el género con
base en casos concretos, brindando un modelo de interpretación desde la subjetividad de las memorias, los
olvidos y los silencios, porque: “Se juegan allí afectos y sentimientos, que empujan a la reflexión y a la búsqueda
de sentido” (Jelin, 2011, p. 556).

En cuanto a la construcción de género en la subjetividad infantil en el libro Sistema sexo/género, identidades


y construcción de la subjetividad, (Martínez y Bonilla, 2010), en la primera parte se aborda la complejidad
conceptual del concepto género que hace parte del conocimiento humano, de su diversidad y complejidad
psicológica, al igual que de una percepción y constricción producto de una interacción cultural. Por tanto, la
construcción es subjetiva, e implica abordar diversos procesos de sexuación y transformación. También exige el
desarrollo de una teoría y de un modelo, capaz de medir cómo se ha construido la concepción de los
tradicionales paradigmas de género. Se plantea, por ejemplo, analizar el modelo de androginia, las diferencias y
conflictos de roles, las relaciones parentales y las de poder en un ámbito público y privado, las diferencias y

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semejanzas. Si bien la respuesta que ha dado la ciencia es amplia, es necesario seguir estudiando las
problemáticas derivadas de la concepción de género, pues su visión es variable y compleja, además en su
construcción, influyen variables que dependen del contexto.

Además, en la construcción de la individualidad no solo intervienen factores vinculados a variables de la


persona y de la situación, sino que también influyen otros que -formando parte de ambas variables-
presentan la peculiaridad de establecer categorías que inciden cognitivamente en las percepciones y
atribuciones realizadas por los sujetos, tanto sobre sí mismos como sobre los otros, adscribiéndolos a
grupos de pertenencia, lo que nos lleva a tomar en consideración como otro eje de análisis el binomio
diferencias-semejanzas entre grupos. (Martínez y Bonilla, 2010, p. 10)

Todo esto complejiza más la aproximación de la categoría género que es también como ya se mencionó, una
teoría, más si la limitamos a un contexto infantil, donde usualmente con base en el sistema de creencias y
valores, se reproducen los modelos que existen en el hogar y en su entorno inmediato. En el estudio
Implicancias de género en la construcción de la sexualidad adolescente, (Checa, 2013), la autora analiza la
influencia de la familia, la cultura y la sociedad en la construcción de la subjetividad de género, pues existen
imaginarios que se deben reinterpretar. Para este tipo de población de bajos recursos, el cuerpo forma parte
esencial de su identidad, la adolescencia es compleja tiene cambios físicos, psicológicos y socioculturales, la
definición de su identidad sexual es clave para su desarrollo y expectativas; de esta manera, la familia y el
entorno social son definitivos para la subjetividad de género.

3. Problemáticas de género en poblaciones infantiles

3.1 G énero y subjetividad infantil

Tal como se observó, definir género es problemático y se complejiza cuando se delimita a un grupo en
particular. Los menores de edad están, por ejemplo, en plena construcción de su identidad de género, por
tanto es altamente subjetiva su apreciación y lectura. A pesar de ello, se han detectado problemáticas propias
de la niñez, en Configuración de la subjetividad en la primera infancia en un momento posmoderno (Espinosa,
2013), la pregunta central es ¿cómo se configura la subjetividad infantil en un grupo de niños y niñas de
primera infancia de un jardín infantil en Bogotá? Acude al método narrativo e indaga en los modos se ser,
sentir, decir, hacer y relacionarse de los niños consigo mismo y con su entorno; encuentra que el sujeto infantil
es cambiante, influyen en él la sociedad y las experiencias que vivan, además, sus ideales muchas veces no
coinciden con la realidad. Señala cómo el influjo de la cultura de masas y audiovisual es evidente, en esta
medida, para comprender la subjetividad infantil es necesario conocer sus discursos, sus formas de
comunicarse, de habitar y de relacionarse.

La subjetividad infantil está en constante transformación, se construye a través de la práctica y las


condiciones socioeconómicas. “La subjetividad como un modo de hacer en el mundo, un modo de hacer con el
mundo y un modo de hacerse en el mundo, es un modo de hacer con lo real y con la experiencia” (Espinosa,
2013, p. 19). Aquí se concibe al sujeto infantil como un ser en construcción, en donde es decisivo para su
desarrollo su entorno cercano; el niño-la niña es producto de la intersubjetividad, es decir, del vínculo que
establece con los otros. La autora demuestra también cómo la sociedad moderna domina en el discurso de los
menores. El creciente consumismo convierte a la infancia en una entidad mediática. Este flagelo propio de la
llamada posmodernidad, hace que los cuerpos infantiles ingresen en la realidad pública en donde predomina la
imagen, esa es la nueva forma de subjetividad. Así, la subjetividad dominante está asociada a la razón
instrumental, a la competencia y el éxito que excluye e ignora a muchos.

Del mismo modo, el problema del consumo invade también los espacios familiares, lo más grave es que
existe la figura del adulto-niño, así más que las personas cuentan las imágenes que consumen; esto implica la
aniquilación de la infancia. El capitalismo infantil transforma negativamente las relaciones humanas. Todo está
inundado de discursos mediáticos, consumistas y patriarcales, mientras tanto los derechos de los niños y las
niñas, que según la convención celebrada el 20 de noviembre de 1989 son universales (UNICEF, 2006), se van
refundiendo para perpetuar y trasmitir lógicas e imaginarios culturales que reproducen la economía
dominante, por ejemplo, universos simbólicos cargados de ideología, mundos que tienden a ser rosa o góticos,
mundos que caracterizan la llamada felicidad juvenil. Espinosa (2013) concluye que es necesario indagar en la
vida de los menores, en sus discursos y relaciones, interrogar sobre sus motivaciones, sobre cómo conciben los
derechos, saber cómo habitan en su país, en su barrio, en su familia. Todo esto respondería el cómo configuran
su subjetividad. Afirma que, en este momento de la historia, es preciso comprender cómo afecta en ellos la
sociedad posmoderna y es necesario aprender a escucharlos y a conocer sus juegos, porque el juguete como
producto social y cultural, seguramente será revelador. Igual sucede con ciertos acontecimientos de su vida
como su cumpleaños, el Halloween, la Navidad. Estos hallazgos, también formaron parte de la discusión y
elaboración del proyecto Yo soy tú, tú eres todos. Somos letras vivas en movimiento: un acercamiento lúdico
infantil en perspectiva de género (Jiménez, 2018), allí los talleres implementados dieron cuenta de la
subjetividad de género, donde surgieron problemáticas de percepción, reconocimiento, deseos, relatos
violentos, palabras sexistas y diversas relaciones instrumentales de los niños del barrio Juan XXIII de Bogotá.

Teniendo en cuenta la condición de países en vías de desarrollo, se encuentra que esta es una característica
determinante a la hora de investigar sobre género. En el estudio ‘Marginalization’ in third world feminism: Its
problematics and theoretical reconfiguration (Mansoor, 2016), el autor indaga en el desempoderamiento que
concibe al hombre como centro y a la mujer como periferia, a esto se suma la condición de estar al margen de
la economía mundial, característica propia de los países del tercer mundo. Este texto ayuda a comprender por
qué en el factor económico influye en el desarrollo de género, se infiere que una niña de un contexto pobre
será más vulnerable y tendrá menos oportunidades para desarrollarse.

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The complexity of the sexes. Building sexual identity? (Lippe, 2016), sustenta que el desarrollo de la identidad
sexual se relaciona con la identidad del individuo y posee varios dominios que interactúan entre sí: el biológico,
el social y el psíquico, pues de ellos depende la evolución humana y el lugar que ocupa el género en la
sociedad; aclara que la diversidad de género trae nuevos problemas. En este aspecto, el estudio de la
Universidad Santo Tomás (Jiménez, 2018), contempló el componente sociocultural; desde la literatura se
abordó la problemática de género a través de narrativas, lecturas, escrituras y diversas estrategias didácticas
que permitieron identificar problemáticas de género en el mundo, en su país y en su contexto inmediato. Pero,
esto no excluye que sería de gran interés, vincular también la lectura del fenómeno biológico y psíquico, lo cual
requeriría de profesionales expertos en estas áreas. Un estudio que contempla el componente psicológico en la
construcción de género es Ajuste psicológico según la edad y género en niños y jóvenes de estrato
socioeconómico 1 y 2 de Bogotá (Henao y Mahecha, 2005) El objetivo es la prevención de la conducta agresiva
en la población infantil y juvenil, para ello, estudia el comportamiento tanto a nivel externo e interno en niños y
niñas de 4 a 17 años, pertenecientes a un estrato socioeconómico bajo. Los resultados evidencian importantes
diferencias de género, encontraron que los niños hombres tienen una conducta más externalizada y en ellos el
problema de la agresividad es más prevalente que en las niñas.

Del trabajo anterior se deduce que, las pautas de crianza de los padres son decisivas para la construcción de
la subjetividad de género, al igual que su situación económica, la edad y el manejo de las emociones y los
afectos. En la población del proyecto: Yo soy tú, tú eres todos. Somos letras vivas en movimiento: un
acercamiento lúdico infantil en perspectiva de género (Jiménez, 2018) participaron durante todo el proceso dos
niños y catorce niñas, y aunque no se ejecutaron estudios psicológicos, si se confirman algunos hallazgos del
estudio de Henao y Mahecha (2005) como la agresividad verbal en ambos géneros. La población estudiada,
estratos 1 y 2 de Bogotá, reveló que la condición socioeconómica influye en la configuración de la subjetividad
de los menores. En el estudio aún inédito de la Universidad Santo Tomás (Jiménez, 2018) se encuentra que, son
los niños, quienes a pesar de ser minoría en el aula, presentaron mayor manifestación de agresividad física, lo
cual lleva a pensar que este problema es más recurrente en este género; pero, también se detectó su existencia
en algunas niñas, en un reporte de caso una respuesta a la pregunta: ¿A ti qué gustaría cambiar de ti misma?,
fue, “Mi violencia. Soy muy agresiva con los hombres (…)” (Jiménez, 2018, p. 60). La problemática de la violencia
infantil requiere profundización y prevención, porque si desde la niñez se reproduce, esto conduce a su
normalización y trae como consecuencia más violencia y en ella, la mujer sigue siendo la principal víctima.

Otro problema relacionado con la construcción de género en la población infantil es el que se vive en el
colegio. Construcciones de género y cultura escolar (Estrada, 2001), analiza las relaciones de género en este
tipo de contextos. Desde un estudio etnográfico crítico, la autora trabaja en perspectiva de género, inicialmente
asume prejuicios y preconcepciones de género existentes en el ambiente escolar e identifica roles, esto le
implicó efectuar una vigilancia, especialmente a los dispositivos de poder que prescriben las identidades de
género, lo cual también significó reconocer lugares de resistencia. Detectó juegos del lenguaje en los relatos de
experiencias subjetivas, en donde el cuerpo formó parte del sí mismo (self), y cómo desde su estructura
biológica influye en la cultura, así se reproducen modelos de masculinidad y feminidad, de sexualidad y familia,
incluso de la psiquis. Este trabajo concibe el género como una especie de lente para mirar, analizar e
interpretar lo que ocurre en el aula de clases, los actores escolares asumieron roles de género en distintas
situaciones sociales, desde su contexto discursivo se interpretó su conducta. Este estudio aporta al análisis del
contexto, identifica significados y recurrencias predominantes, esto lo logró gracias a la participación de talleres
sobre su vida y sus relaciones con los demás, siendo la problemática de género el hilo conductor de la
participación. Frente a los asuntos de género, la escuela influye notoriamente en el comportamiento y en la
visión de los niños, la cultura escolar representa el imaginario de género predominante, pero también abre
espacio para la diferencia. Pero, cómo tratarla en un mundo donde la globalización tiende a la homogeneidad.

Del mismo modo, la intersubjetividad de género influye en la visión de los menores, lo que ellos observan en
su hogar y en su entorno es determinante; existen costumbres patriarcales arraigadas que se tienden a
reproducir sin cuestionarlas, por ejemplo, asociar lo femenino a lo débil. De allí la importancia de integrar en el
currículo la perspectiva de género desde la niñez, solo así es posible formar una visión crítica e incluyente,
capaz de integrar la diferencia sexual y producir nuevos significados desde una cultura del respeto y valoración
de lo femenino, género que tradicionalmente ha sido maltratado. Retomando el estudio Ajuste psicológico
según la edad y género en niños y jóvenes de estrato socioeconómico 1 y 2 de Bogotá (Henao y Mahecha,
2005), se concuerda con la tesis de que en la escuela se construye una trama ecológica, que estructura lo local
con lo social. Sus actores se convierten en agentes de socialización de género, allí se reproduce la cultura y es
posible comprenderla y cambiarla. Además, existe un Currículum oculto (Torres, 1998), en el aula está
contenida una violencia simbólica que se da por la desigualdad, y por unas relaciones de poder que imponen
un modelo de género, una manera de ver y de sentir:

El trabajo pedagógico no solo contribuye a dar referencias sobre cómo debe ser interpretada la
realidad, sino que también define itinerarios, formas y métodos de resolver los problemas que se
plantean a los hombres y mujeres que poseen un mismo habitus. (Torres, 1998, p. 94)

El currículo oculto, en este caso hace referencia a la problemática de género que se vive en las aulas, por
tanto, es importante investigarla y proponer pedagogías integradoras, que no desconozcan la experiencia real
de los menores, sus discursos, sus miedos, sus sueños. Al respecto, los currículos oficiales tienen mucho
camino por recorrer, pues los asuntos de género son transversales, se trata de formar un pensamiento y un
lenguaje crítico, de propiciar relaciones de género desde una mirada flexible e integradora. Así, la subjetividad
de género será desde la niñez un asunto importante para la vida, donde la identidad será el resultado de una
construcción crítica visible en las conversaciones y relatos de los niños, de esta forma, los imaginarios
femeninos y masculinos, serán un producto cultural que cuestione y no reproduzca acríticamente los modelos
que la sociedad impone. Esta tarea no es fácil, más cuando desde hace siglos se lleva perpetuando un modelo

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patriarcal binario, pero, desde una pedagogía integradora y una didáctica lúdica, es posible comenzar a
construir el cambio.

3.2 I mplementando nuevas pedagogías de género

Para resolver los problemas de género en la niñez, existen nuevas miradas que afirman la necesidad de
integrar una pedagogía del juego, así se sustenta Juego, niñez y género en la escolarización inicial. Reflexiones a
partir de la capacitación docente (García y Bilinkis, 2013) Las autoras desarrollan su estudio en Buenos Aires,
proponen capacitar a docentes sobre niñez, género y educación, para contribuir en el debate crítico sobre la
desigualdad de género. Desde un tratamiento lúdico cercano a su experiencia antropológica, abordan la
problemática de género. Encuentran que en el ambiente escolar existen concepciones de género que son
necesarias de debatir, lo cual implica todo un proceso de reeducación, analizando cómo ha sido la intervención
de los docentes frente a problemáticas concretas que presentan los menores de edad. En este sentido, el papel
de la educación es fundamental, pero, es necesario que desde las mismas instituciones educativas se abran
espacios de debate y de capacitación, para no seguir reproduciendo la historia de lo mismo, la historia de la
opresión sexual que recae con todo su peso, más en el género femenino.

Una respuesta a los viejos problemas de género como la violencia y la desigualdad es la que propone
¿Nuevas miradas a viejos problemas? El protagonismo del enfoque de derechos y el enfoque de género en las
discusiones sobre pobreza y los programas sociales (Arcidiacono y Zibecchi, 2013) Los autores son conscientes
de que se deben implementar políticas públicas las cuales den respuesta a la inequidad e injusticia de género,
estas deben concebir al sujeto como un ser con derechos. Sin embargo, la realidad demuestra que estos se
quebrantan y la pobreza lejos de menguar, crece y fomenta la desigualdad social. Y aunque países como
Argentina presentan avances respecto a la política de género, es necesario conseguir más apoyo; además,
proteger a las madres es fundamental para garantizar una infancia feliz. Desafortunadamente las tareas
domésticas no se visibilizan lo suficiente y siguen recayendo en las mujeres, esta realidad la perciben los niños
y las niñas, porque desde su casa existe la desigualdad en el reparto de tareas.

De otro lado, también es recomendable impulsar acciones de autocuidado y cuidado de género, esto resulta
esencial para el cumplimiento de derechos, así se garantiza un bienestar familiar y social. Y aunque en la
actualidad casi todos los países hayan incrementado políticas de género, mientras exista la pobreza material y
escolar, no será posible lograr un cambio de mentalidad.

El enfoque de derechos es crucial, pero no suficiente si no se acompaña de acciones que resuenen desde la
academia. Arcidiacono y Zibecchi (2013) sostienen que, si no se logra una alfabetización de género, difícilmente
se cumplirán los derechos, además las mujeres en condiciones de pobreza están más desprotegidas y por
tanto, serán presa fácil de diversos tipos de violencia, lo cual sin duda afectará a su familia y especialmente a
los menores, por lo que propiciar su autonomía económica será de suma importancia. Todo esto implica
revisar legislaciones, currículos, teorías existentes, para restablecer al ser humano como un sujeto de derechos,
sin desigualdad ni discriminación negativa.

Los asuntos de género no son solo una responsabilidad individual sino social y política. La pobreza femenina
y las poblaciones vulnerables como los niños y las mujeres son multicausales. Existen causas de carácter
afectivo como las separaciones y divorcios, en su mayoría sustentados en problemas de género, embarazos
adolescentes, hogares monomaternales de mujeres cabeza de familia que para subsistir ejecutan trabajos en
condiciones desfavorables, acceden a empleos informales, tienen bajos salarios, ganan menos que los
hombres. Esto trae como consecuencia mayor empobrecimiento femenino, realidad que se transmite en el
hogar. ¿Cómo viven las mujeres? ¿Cómo es la educación de los menores? Responder estos interrogantes será
importante para conocer la vida familiar de las personas menores. Para Arcidiacono y Zibecchi (2013), una
educación con más enfoque de derechos y enfoque de género, garantizaría el disminuir gran parte de su
problemática, esta sería una forma de combatir la pobreza, pues la igualdad de género no es un tema menor
sino urgente de atender. El gran problema sigue siendo el cambio de mentalidad patriarcal que, está presente
en todas las esferas de la cultura y sigue reproduciéndose en la niñez y la juventud. Existen muchos estudios
que, como se ha visto, impulsan el cambio, pero el compromiso debe ser mayor, debe involucrar a todas las
instancias económicas, políticas y culturales del mundo. Se deben garantizar políticas a favor de la mujer.

Pero, desafortunadamente en los países latinoamericanos es evidente la desigualdad educativa, así lo


demuestra el estudio comparado Desigualdad educativa, niñez y género. Educación comparada entre España y
México (Lera, Ochoa, Cantú, Rivas y Martínez, 2017), revela que la desigualdad incrementa todo tipo de
problemas. Los autores comparan la educación de dos países que tienen en común la misma lengua, credo,
ideología patriarcal y políticas educativas semejantes; analizan el mestizaje como producto de la colonización.
También revelan la existencia de varias problemáticas las cuales afectan, como la deserción escolar y la
desigualdad, estas tienen como raíz la pobreza económica, por eso superarla constituye el gran reto. A
diferencia de lo que ocurre en España, en el contexto mexicano existe una educación más inclusiva,
intercultural y bilingüe, pero a pesar de los esfuerzos de inclusión educativa, aún existe la desigualdad de
género. Los resultados demostraron que, es necesario para los dos países seguir invirtiendo en políticas
públicas y presupuestos para lograr la equidad de género. Recuerdan que las estrategias de apoyo a la niñez y
el género, de acuerdo al Banco Mundial, se basan en cuatro objetivos, indispensables para lograr un mundo
más igualitario: a) Reducir la mortalidad materna y cerrar las brechas que subsisten en salud y educación. b)
Crear más y mejores empleos para las mujeres y los hombres. c) Disminuir la desigualdad de género
relacionada con la propiedad y el control de los activos clave como la tierra, la vivienda, la tecnología y el
financiamiento. d) Mejorar la capacidad de las mujeres para hacerse oír y dirigir sus propias vidas. (Banco
Mundial, citado por Lera et al., 2017). Lograr la equidad de género es un desafío de toda la sociedad, y es desde
la educación y la población infantil donde debe promoverse el cambio.

3.3 N arrativas e historias de vida


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Al revisar textos en torno a acontecimientos de género con base en narrativas e historias de vida, El enfoque
biográfico: su validez metodológica, sus potencialidades (Bertaux, 1999), muestra desde el punto de vista
sociológico la coyuntura actual entre en el pluralismo de las teorías y los métodos presentes en las
investigaciones cualitativas pues, desde el punto de articulación entre ambas se pretende encontrar los puntos
de inflexión entre las dinámicas históricas y las diversas manifestaciones sociales. En 2002 dos textos asumen
la biografía como un método válido para emprender el análisis de la vida. El primero, El estudio de caso como
informe biográfico-narrativo escrito por Botía (2002), hace una revisión de fuentes desde una forma particular
de relato. El segundo, Los estudios de caso en la lógica de la investigación interpretativa de Pérez, Pozo y
Fernández (2002), resulta más revelador a la hora del entendimiento de los hechos sociales, culturales,
jurídicos, arqueológicos, etnográficos psicológicos o educativos. De tal manera que, la narración es aceptada
como una forma de análisis, a partir de la biografía y la interpretación.

Por su parte, el artículo El método de estudio de caso: estrategia metodológica de la investigación científica
(Martínez, 2006), orienta el desarrollo del método de estudio de caso a partir del correcto uso de los conceptos
de valor, beneficio y utilidad práctica, a la luz de los debates que existen de si este método puede o no ser
analizado a partir de las categorías epistemológicas de fiabilidad, validez y veracidad. Demuestra que el estudio
de caso es una manera de abordaje investigativo más validada, pero usada únicamente en investigación
cualitativa y en pocos momentos -como lo veíamos en el artículo de 1999-, asume la narración o la construcción
literaria. El informe de investigación con estudios de casos (Ceballos, 2009) amplía la manera de ver la
construcción de relatos, analiza la importancia de dar a conocer sus hallazgos, así como la dificultad para
definir las características de estos informes. En otro texto La investigación con relatos de vida: Pistas y opciones
de diseño metodológico, (Cornejo, Mendoza y Rojas, 2008), se demuestra que existe una articulación entre las
experiencias particulares con sus respectivos significados y las prácticas sociales, bajo la luz de lo biográfico,
sugiere modos de abordar los relatos de vida, donde afloran casi siempre representaciones tradicionales de
género.

En Los estudios de casos y el problema de la selección de la muestra. Aportes del sistema de matrices de
datos (Kazez, 2009), se otorga importancia a la articulación y coherencia de los momentos investigativos. El
autor se centra en cuestiones de muestreo y resalta que el Sistema de Matrices de Datos es una herramienta
de utilidad la cual justifica metodológicamente la decisión de la muestra. También Técnicas conversacionales
para la recogida de datos en investigación cualitativa: La historia de vida, (Meneses y Cano, 2008) indica cómo
se deben construir las historias y los relatos de vida, cómo hacer el análisis y la interpretación del material
biográfico y cuáles son las potencialidades y limitaciones de esta técnica conversacional. Sobre las historias de
vida en Investigación Cualitativa (Balcázar, González, Gurrola y Moysén, 2013) se considera que cada etapa de la
vida tiene un significado y una asociación con el tipo de familia en donde se establecen roles, jerarquías y
alianzas. Otro texto, Historias de vida: una metodología de investigación cualitativa (Chárriez, 2012), presenta y
discute las principales fases y estrategias utilizadas en las historias de vida, explica las rutas estructurales, así
como las maneras como se han utilizado. Esta misma idea está en Una propuesta para el estudio de la
identidad con aportes del análisis narrativo (Capella, 2013), aquí se estudia la identidad personal narrativa
desde una perspectiva constructivista, con base en autobiografías escritas y entrevistas en el formato de
relatos de vida en el campo de la psicología clínica. En este sentido, las historias de vida pueden revelar la
subjetividad, a través de relatos sobre género que permiten identificar representaciones predominantes. En la
investigación de la Universidad Santo Tomás (Jiménez, 2018) fue posible que los niños contaran de diferentes
formas, a través de relatos, dibujos, juegos, archivos personales como objetos, fotos, juguetes, algunos
momentos relevantes de su vida que permitieron identificar roles de género, relaciones de poder, afinidades
afectivas y también sueños.

Mujeres y hombres ¿qué tan diferentes somos? Manual de sensibilización en perspectiva de género (Instituto
Jalisciense de las Mujeres, 2008), es una herramienta conceptual y metodológica para comprender la
perspectiva de género, para identificar algunas de sus problemáticas y promocionar la equidad sexual. Similar a
la investigación de la Universidad Santo Tomás (Jiménez, 2018), la estrategia lúdica es el taller que busca
trascender la predominante concepción patriarcal y visibilizar a cada hombre y a cada mujer desde diferentes
dimensiones, biológica, histórica, social, cultural. Además, explora una dimensión explicativa la cual contribuya
a la construcción de género equitativa e incluyente. Identifica características y diferencias sexuales, culturales,
estereotipos que influyen en la identidad y la igualdad, a la vez que analiza lo contemplado en las legislaciones
existentes. Este manual ayuda a pensar las relaciones de género para mejorar las relaciones humanas y
producir un cambio de mentalidad que permita avanzar hacia una sociedad más igualitaria.

En la publicación Hacer los derechos realidad. Taller de sensibilización sobre cuestiones de género (Amnistía
Internacional, 2007), se presentan dos módulos con el fin de concienciar sobre los problemas de género,
enfatizando en los Derechos Humanos. El primero trata sobre temores relacionados con el género, el segundo
sobre algunos mitos y Derechos. Este texto incluye todos los talleres a fin de que se puedan replicar en diversos
ambientes y geografías. Así mismo, en América Latina se dio a conocer la Guía didáctica para trabajar género y
masculinidad con niños, niñas y adolescentes titulada Creciendo Juntos y Juntas publicada por la Red de
Masculinidad por la Igualdad de Género (REDMAS) (2007), que trata sobre la igualdad de género desde la
Infancia, y fue creada en el marco del Programa Creciendo Juntos de Save The Children. La guía reúne a varias
organizaciones de Nicaragua interesadas en trabajar asuntos de género, principalmente relacionadas con la
construcción de masculinidades, tomando como referencia varias edades y condiciones sociales. Su objetivo es
prevenir la violencia masculina, la guía afirma la importancia de hablar sobre género desde temprana edad,
porque

Los niños y las niñas quedan sujetos desde muy temprana edad a las normas que definen lo
‘masculino’ y lo ‘femenino’. A los varones se les dice que no deben llorar, que no deben sentir temor,
que no deben ser sensibles, y que deben ser enérgicos y fuertes. A las niñas, por otro lado, se les dice

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que no sean exigentes, que sean sensibles, que sean complacientes y que se comporten como damas.
(REDMAS, 2007, p. 9)

REDMAS (2007) confirma que muchos comportamientos de género negativos se originan en la niñez, por
consiguiente, para evitar que sean víctimas de la violencia basada en género como la discriminación, es
necesario promover el empoderamiento de esta población, el conocimiento de sus derechos, esto se logra con
la valoración de sus relatos de vida, así es posible producir un efecto catártico y transformador. La guía ofrece
ejercicios prácticos para pensar sobre el género, aborda también ejercicios sobre sexualidad, violencia de
género y discriminación, al igual que la explotación sexual comercial. Como se puede constatar, para
implementar una estrategia en perspectiva de género es fundamental el conocimiento de las historias de vida,
porque “La historia de vida pretende atribuir a la subjetividad un valor de conocimiento dado el surgimiento y
preponderancia de los métodos cuantitativos” (Balcázar et al., 2013, p. 13).

Conclusiones

Es importante que la educación trabaje desde la niñez la perspectiva de género, para contribuir a la
construcción de un sujeto libre, autónomo, respetuoso de los Derechos Humanos y la diferencias, porque más
que una categoría biológica, el género se determina por la cultura. En la niñez está estrechamente vinculado
con la familia y los entornos inmediatos, por lo que es substancial conocer su contexto a partir de sus propias
narrativas, relatos y acontecimientos e historias de vida.

Es prioritario seguir investigando en torno a la subjetividad de género desde la niñez, no solo para detectar
en forma temprana sus problemáticas y evitar así la reproducción del feminicidio, sino también para educar
desde el autocuidado de sí, la construcción de uno mismo como fin, tal como lo entendió Foucault (1987) Esto
se logra implementando pedagogías y didácticas contextualizadas, lúdicas y en perspectiva de género. Uno de
los expertos en didáctica de la lengua y la literatura Bombini (2015), afirma que es preciso enseñar y aprender
la lengua y la escritura en contextos de vulnerabilidad social, porque es importante “entender a los sujetos que
participan en ella [para propiciar] relaciones entre ellos y el mundo del conocimiento” (p. 41). En este sentido,
cada entorno es singular, y aunque existan condiciones comunes que caracterizan a aquellos considerados
como pobres, una constante es que en ambientes desfavorecidos económicamente se recrudece aún más la
violencia contra las mujeres.

Pero, cada contexto puede presentar además de problemas, espacios de creatividad, de memoria, de crítica
al sistema. En la investigación desarrollada por la Universidad Santo Tomás (Jiménez, 2018) se encontró que la
mayoría de los niños participantes pertenecen a estratos 1 y 2 y viven en inquilinato, su percepción de esta
realidad es positiva porque la relación con los otros se reconoce desde la cooperación y la solidaridad. Todos
son vecinos y en un momento dado se convierten en una especie de familia que, sirve de protección frente a la
realidad externa que la mayoría percibe con miedo porque saben que existe la violencia y diversas formas de
agresión, donde identifican que las niñas son más vulnerables.

En la misma línea, es pertinente comprender la transformación que ha sufrido la sociedad, la familia, el


mundo, no solo por el fenómeno de la tecnología, sino además, en lo concerniente a los asuntos de género, lo
cual ha traído como consecuencia una paulatina apertura a la diversidad sexual y a la superación de los
estereotipos tradicionales. Por otro lado, está la transformación que afecta a la misma naturaleza, propiciada
por la creciente razón instrumental que parece reducir todo a objeto de consumo, realidad que afecta
principalmente a la mujer, cuya existencia se intenta mercantilizar.

De igual modo, se convierte en un imperativo volver al humanismo, valorizar por ejemplo, el papel de la
madre como educadora desde el afecto es una tarea que no debe desdeñarse, más cuando parece que la
sociedad actual se olvida de vincularla como sabedora y generadora de pedagogía amorosa. Pero, ¿qué lugar le
da la sociedad? Se podría decir que una de las tareas de género prioritaria es incluir y reconocer la enorme
tarea e influencia de las mujeres en la construcción de cada individuo, ellas constituyen e influyen su universo e
historia inmediata, su rol es decisivo para la formación de cada ser humano y de la sociedad. Igualmente, es
recomendable abordar la reflexión en torno a las nuevas formas de feminidad, masculinidad y diversidad
sexual, frente a ellas ¿cómo educar a los niños?

Consideramos además que, si se desea cambiar la historia de las representaciones patriarcales, la historia
del poder según Foucault (1994) y Segato (2010), es necesario que desde la niñez se implemente la lectura
crítica del entorno. Porque si se logra sensibilizar y reconocer sus problemáticas, será posible comenzar a
transformar la realidad y los imaginarios de poder que afectan a las niñas y a las mujeres, y de esta manera, se
promoverá un trato no violento que puede contribuir a la erradicación del feminicidio. También se lograrán
establecer relaciones más dialógicas, incluyentes y horizontales.

Según la investigación referida que dio pie a esta revisión, la de la Universidad Santo Tomás (Jiménez, 2018),
la subjetividad en los menores tiende a ser homogénea, sus relatos reflejan el predominio de la cultura
patriarcal, sus relaciones inocentemente reproducen la ideología dominante que es visible en su expresión
verbal y gestual. Transformar los imaginarios de poder que asocian lo femenino a lo débil y lo masculino a lo
fuerte no es fácil, sin embargo, se detectó que cuando los niños tienen la posibilidad de contar y socializar sus
historias, tienen la posibilidad de cuestionarlas y de aprender a través de la propia experiencia y la de los otros.
De esta manera, trabajar desde su propia vida y entorno se convirtió en esencial para generar reconocimiento,
pertenencia, afecto, lo que se tradujo en relaciones con el otro más respetuosas y flexibles. Sin el otro, niño,
madre, padre, maestro… no es posible generar cambios cualitativos. De aquí se deduce que la identidad de
género no solo tiene que ver con la equidad o los derechos, sino con toda la cultura, pues existen visiones
erróneas las cuales afectan negativamente a las mujeres. Segato (2010) sostendrá que precisamente lo que hay
que transformar es la ficción dominante que asocia lo femenino a lo débil o a la víctima, ficción que subsiste
aún en el siglo XXI.

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Como aquí se observó, en la sociedad actual existen diversas formas de violencia contra las mujeres que
tienden a normalizarse, una de las más terribles es el feminicidio, otra el uso y el abuso de su cuerpo, por eso la
educación de género debería ser algo continuo y orientada especialmente a la población infantil. Esto implica
una revisión del mundo y sus imaginarios en torno a lo que entiende por ser hombre o ser mujer.
Desafortunadamente existe como lo piensa Butler (2007) una racionalidad de género instaurada que es preciso
deconstruir, esto se puede lograr fomentando el reconocimiento de la propia vida.

Esta revisión confirmó que la educación, la pedagogía unida a estrategias didácticas lúdicas y los afectos, son
factores de protección y prevención de las violencias basadas en género. Confirma además que cada sujeto es
un ser único, dueño de una subjetividad que comienza a construirse desde la niñez, desde esta etapa se
configurará lo que será su existencia en el mundo y sus relaciones con los demás, de allí que requiera todo el
apoyo y cuidado de la sociedad. ¿Es esto posible?

Es conveniente erradicar los índices de pobreza económica y social porque de allí nace la población
vulnerable y el incremento de los problemas de género. Pero las problemáticas de género son multicausales y
trascienden las condiciones económicas y sociales. En este sentido, la educación como se ha resaltado,
representa un gran factor de protección humana y cambio cultural positivo y, si se desea construir sociedades
más equitativas e incluyentes, sin duda ella debe integrar la perspectiva de género e impactar desde la niñez,
de esta manera se garantizará un futuro con menos feminicidios.

Referencias

Amnistía Internacional (2007) Hacer los derechos realidad. Taller de sensibilización sobre cuestiones de
género. Recuperado de http://bit.ly/2ySAaWw

Arcidiacono A. del P. y Zibecchi, C. (2013) ¿Nuevas miradas a viejos problemas? El protagonismo del enfoque
de derechos y el enfoque de género en las discusiones sobre pobreza y los programas sociales. Voces en
el Fenix,4(23), 118-125. Recuperado de http://bit.ly/2KSlWL9

Balcázar P., González, N., Gurrola G. y Moysén A. (2013) Investigación Cualitativa. México: Universidad
Autónoma del Estado de México.

Beauvoir, S. (1999) El segundo sexo. Los hechos y los mitos. Madrid: Cátedra, D.L.

Beauvoir, S. (2000) El segundo sexo. Vol. 2. La experiencia de vida. Madrid: Cátedra.

Bertaux, D. (1999) El enfoque biográfico: Su validez metodológica, sus potencialidades. Proposiciones, (29),
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