53 La Tipografia

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53. La tipografía: definición. Conceptos generales.

La
importancia de la tipografía en el diseño gráfico: aspectos
semánticos, aspectos funcionales y aspectos técnicos de la
tipografía. El uso de la tipografía en el diseño gráfico y la
publicidad. Estilos y tendencias. Criterios para la elección.

1 Introducción

La tipografía nos rodea por todas partes: adorna los edificios y las calles por
donde pasamos, es parte integrante de la extensa variedad de medios de
comunicación que consumimos (desde las revistas hasta la televisión pasando
por internet), e incluso se observa cada vez más en la ropa, en forma de
marcas y mensajes simbólicos.

La tipografía, que hoy forma parte esencial de nuestras vidas, es la culminación


de siglos de evolución en los que las letras que conforman la palabra escrita se
desarrollaron y cristalizaron en los alfabetos de uso común. La tecnología ha
desempeñado un papel esencial en este proceso, y ha marcado y modificado la
manera en la que se forman y representan esas marcas que actualmente
reconocemos como caracteres. Gracias al avance de los métodos de
impresión, la tecnología ha dado origen a la tipografía, es decir, a las múltiples
representaciones de un mismo conjunto de caracteres.

2 La tipografía: definición.

Etimológicamente, la palabra tipografía viene del griego typos, forma, molde, y


de graphein, grabar, escribir. Esto nos indica que se trata de una técnica para
escribir texto partiendo de moldes.

El diccionario de la RAE nos define tipografía como: arte de imprimir, taller


donde se imprime o Modo o estilo en que está impreso un texto. Como vemos,
esta definición es muy amplia con lo que debemos rebuscar en la literatura
específica sobre éste campo para encontrar una definición más completa.

El tipógrafo Stanley Morrison, diseñador de la famosa tipografía Times New


Roman para el periódico The Times, nos define tipografía como: "el Arte de
disponer correctamente el material de imprimir, de acuerdo con un propósito
específico: el de colocar las letras, repartir el espacio y organizar los tipos con
vistas a prestar al lector la máxima ayuda para la comprensión del texto."

Haslam y Baines, en su obra " Tipografía. Función, forma y diseño nos dan
una definición corta, tipografía es la notación y organización mecánica del
lenguaje.

Notación en el sentido que se trata de un sistema de símbolos convencionales


que se adopta para documentar una disciplina a través de un código gráfico.
Mecánica en alusión a la ciencia de las máquinas, la automatización -sea física
o digital- precisa de una tarea, abriéndose paso hacia un objetivo definido a
través de un proceso estructurado, diferenciándose de la rotulación: la
tipografía se refiere a escribir usando unidades repetibles, mientras que la
rotulación es única.

Los autores buscan con esta definición alejarse de los datos específicos de la
imprenta y reafirmar la función de la tipografía: documentar, conservar y repetir
el conocimiento basado en la palabra y ubicarlo firmemente en el núcleo central
del diseño de la comunicación moderno.

La Tipografía se emplea para designar a la técnica de impresión con tipos


móviles que; procedente de Asia, llegó a Europa a mediados del siglo XV. Por
extensión, también se llama tipografía a todas las modalidades de reproducción
de palabras y textos de la actualidad, incluyendo los modernos sistemas
tipográficos digitales.

Por otra parte, la Tipografía como disciplina del Diseño Gráfico estudia los
distintos modos de optimizar la emisión gráfica de mensajes verbales. El
diseñador gráfico en su tarea cotidiana debe conocer las familias tipográficas
para poder expresar correctamente la idea que requiere conceptuar.

La tipografía se compone de tipos. El tipo es el objeto físico, un bloque de


metal que tiene en su cara superior, la imagen de una letra o signo para la
impresión por sistema tipográfico. Antiguamente cada tipo era un bloque
metálico paralelepipédico de 2,5 cm de longitud que llevaba en una de sus
caras una letra o un carácter en relieve. Las líneas de tipos se componían, se
entintaban y se colocaban en la prensa de imprimir que oprimía el tipo contra el
papel u otro tipo de soporte, produciendo una imagen legible.

El diseño particular de un grupo de tipos, incluidas todas las letras del alfabeto,
los números arábigos, los signos de puntuación u otros de tipo ortográfico,
componen una fuente o tipografía.

Letras o caracteres tipográficos es el nombre que reciben los signos empleados


en la representación de fonemas. Se conoce como tipo a cada uno de los
diversos modelos de letra creados por un punzonista o un diseñador y que
generalmente lleva su nombre y el de la fundición que en su día se encargó de
difundirlo. Normalmente se le añade la serie [Franklin Gothic], la forma del ojo
[redonda o cursiva] y el espesor [estrecha, ancha].

2 Conceptos generales.

Para explicar los tipos de letra se utiliza una terminología específica que hace
referencia a las características históricas y mediciones tradicionales de la
tipografía. Para cualquier diseñador resultará necesario comprender estos
términos y sistemas de medición.

Tipos de letra y fuentes

En el lenguaje común, los términos "tipo" y "fuente" se utilizan como sinónimos,


de hecho, es un fenómeno prácticamente universal, y para la mayoría de
personas -incluidos los diseñadores tipográficos-resulta muy difícil definir
correctamente estos términos. Sin embargo, su significado es muy diferente. El
tipo de letra hace referencia al conjunto de caracteres que comparten un mismo
diseño distintivo, mientras que la fuente es el medio físico utilizado para
producir un tipo de letra, bien sea un código informático con la descripción de
un tipo de letra, una película litográfica o un metal.

Anatomía de los tipos

El vocabulario usado para la descripción de las diferentes partes que


estructuran una letra, se compone de una serie de términos acuñados desde
hace mucho tiempo y que se asemejan a los usados para describir las partes
de nuestro cuerpo. Así las letras tienen brazos, piernas, ojos, y otras partes
como cola.

Aunque no existe una nomenclatura específica que haya sido aceptada de


manera unánime para designar las partes de una letra, si podemos hablar de
unos nombre compartidos por la mayoría de especialistas tipográficos:

1. Altura de las mayúsculas: Es la altura de las letras de caja alta de una


fuente, tomada desde la línea de base hasta la parte superior del
carácter.
2. Altura X: Es la altura de las letras de caja baja excluyendo los
ascendentes y los descendentes.
3. Anillo: Asta curva cerrada que encierra el blanco interno en letras tales
como en la b, la p o la o.
4. Ascendente: Asta de la letra de caja baja que sobresale por encima de la
altura x, como en la b, la d o la k.
5. Asta: Rasgo principal de la letra que define su forma esencial; sin ella la
letra no existiría.
6. Astas montantes: Son las astas principales verticales u oblicuas de una
letra, como la L, B, V o A.
7. Asta ondulada o espina: Es el rasgo principal de la S o de la s.
8. Barra: Es el rasgo horizontal en letras como la A, la H, f o la t. También
llamada asta transversal.
9. Basa: Proyección que a veces se ve en la parte inferior de la b o en la G.
10. Blanco interno: Espacio en blanco contenido dentro de un anillo u ojal.
11. Brazo: Parte terminal que se proyecta horizontalmente o hacia arriba y
que no está incluida dentro del carácter, como ocurre en la E, la K o la L.
12. Cartela: Trazo curvo (o poligonal) de conjunción entre el asta y el
remate.
13. Cola Asta: oblicua colgante de algunas letras, como en la R o la K.
14. Cola curva: Asta curva que se apoya sobre la línea de base en la R y la
K, o debajo de ella, en la Q. En la R y en la K se puede llamar
sencillamente cola.
15. Cuerpo: Altura del paralelepípedo metálico en que está montado el
carácter.
16. Descendente: Asta de la letra de caja baja que queda por debajo de la
línea de base, como en la p o en la g.
17. Inclinación: Es el ángulo del eje imaginario sugerido por la modulación
de espesores de los rasgos de una letra. El eje puede ser vertical o con
diversos grados de inclinación. Tiene una gran importancia en la
determinación del estilo de los caracteres.
18. Línea de base: La línea sobre la que se apoya la altura X.
19. Ojal: Porción cerrada de la letra g que queda por debajo de la línea de
base. Si ese rasgo es abierto se llama simplemente cola.
20. Oreja: Ápice o pequeño rasgo terminal que a veces se añade al anillo de
algunas letras, como la g o la o, o al asta de otras como la r.
21. Rebaba Espacio que queda entre el carácter y el borde del tipo metálico.
Aunque se suele nombrar de esta forma, la definición correcta es
"hombro".
22. Serif, patin, remate o gracia: Trazo terminal de un asta, brazo o cola. Es
un resalte ornamental que no es indispensable para la definición del
caracter, habiendo alfabetos que carecen de ellos.
23. Vértice: Punto exterior de encuentro entre dos trazos, como en la parte
superior de una A, o M o al pie de una M.

Medidas relativas y absolutas

La tipografía utiliza dos tipos de medidas -las absolutas y las relativas-, y para
comprender muchos de los procesos tipográficos es in1portante entender las
diferencias entre ambas.

 Medidas absolutas:
Las medidas absolutas son fáciles de comprender porque hacen
referencia a valores fijos (por ejemplo, un milímetro es una porción
definida de un centímetro). Los puntos y las picas -dos medidas
tipográficas básicas- también representan valores fijos. Todas las
medidas absolutas se expresan en términos finitos que no varían.
 Medidas relativas:
En la tipografía hay muchas medidas que están vinculadas al tamaño del
tipo, como el espaciado entre los caracteres, lo que significa que las
relaciones entre éstos se definen en función de una serie de medidas
relativas. Por ejemplo, el cuadratín y el medio cuadratín son medidas
relativas que no tienen un tamaño absoluto preestablecido, sino que
depende del tamaño del tipo que se está componiendo.

El interlineado es otro ejemplo de medida relativa. La mayoría de los


programas de autoedición asignan automáticamente un valor porcentual
al interlineado, cuanto mayor es el tamaño del tipo, mayor es el
interlineado.

Puntos

El punto es la unidad de medida utilizada para definir el tamaño el tipo de una


fuente, por ejemplo, 7 puntos Times New Roman. Esta medida hace referencia
a la altura del bloque del tipo, no a la altura de la letra. Esta medida tipográfica
básica es una medida absoluta equivalente a 1/72 parte de una pulgada o a
0,35 mm, y su creación se atribuye al clérigo francés Sébastien Truchet (1657-
1729). En el siglo XIX esta medida fue desarrollada por Pierre Fournier y
Francois Didot.

Tradicionalmente, los tamaños de los tipos se basaban en la pulgada de 12


puntos pero con los tipos PostScript se pueden utilizar fácilmente tamaños
irregulares como el de 10,2 puntos.

Picas

La pica, unidad de medida equivalente a 12 puntos, suele utilizarse para medir


las líneas de tipos. Una pulgada tiene seis picas (o 72 puntos), lo que equivale
a 25,4 milímetros. Tanto la pica tradicional como la moderna pica PostScript
tienen el mismo valor. Una pulgada tiene seis picas PostScript.

El cuadratín

El cuadratín es una unidad de medida relativa que se utiliza en composición


para definir las funciones básicas del espaciado y, por lo tanto, está vinculada
al tamaño del tipo. Se trata de una medida dativa en el sentido de que, si
aumenta el tamaño del tipo, también aumenta el tamaño del cuadratín y. si
disminuye el tamaño del tipo, también el del cuadratín.

El tamaño del cuadratín es equivalente al tamaño de un


tipo determinado. es decir el cuadratín de un tipo de 72
puntos tiene 72 puntos, y el de un tipo de 36 puntos tiene
36, y así sucesivamente.

El cuadratín se emplea para definir elementos tales como las sangrías y el


espaciado de palabras.
La altura de la x

La altura de la x de un tipo de letra es la altura de su "x" minúscula, y también


es una medida relativa que varía según el tipo. La altura de la x es el principal
punto de referencia en el diseño de la composición.

Variaciones tipográficas

Dentro de cada familia tipográfica podemos encontrarnos con un conjunto de


tipos basado en una misma fuente, con algunas variaciones, tales como el
grosor y la anchura, pero manteniendo características comunes. Los miembros
que integran una familia se parecen entre sí pero tienen rasgos propios. Entre
las variaciones que nos encontramos dentro de una familia tipográfica están:

1. Según su figura se clasifican en redonda, cursiva e inclinada.


[Normal e italic en la terminología anglosajona]. Aunque la cursiva tiene
su origen en la escritura nunca presenta rasgos de unión entre
caracteres. Asimismo debe distinguirse entre la cursiva, que presenta un
dibujo completamente diferente que la redonda, de la inclinada, producto
de los programas de autoedición que simplemente modifican la
inclinación de la versión redonda.
2. Según su tamaño se distingue entre minúscula, mayúscula y
versalita. [Caps o Upper case, lower case, small caps] La minúscula ha
de tener un dibujo propio. Se la conoce también por caja baja. La
mayúscula, que se conoce también por capital, versal o caja alta,
presenta un aspecto más homogéneo que dificulta la lectura pero facilita
la creación de rótulos más armónicos. La versalita es una mayúscula
que tiene el tamaño de una minúscula. Debe ser igual de gruesa que las
versales pero su altura ha de ser igual al ojo medio de la minúscula.
3. Según el ojo o dibujo del trazo se clasifican en superfina, fina,
normal o texto, media, seminegra, negrita, supernegra y extranegra.
[thin, light, roman, regular, book, medium, demibold, bold, black y heavy
en la terminología anglosajona]. habitualmente el rediseño del tipo
normal para crear las variantes más negras se hace a expensas de los
espacios interiores de la letra con lo que se reduce de forma evidente su
legibilidad.
4. Según el ancho de la caja se distinguiría entre estrecha, normal y
ancha [condensed, normal y expanded].
5. Según su posición en normal, índice y subíndice.
3 La importancia de la tipografía en el diseño gráfico:
aspectos semánticos, aspectos funcionales y aspectos
técnicos de la tipografía.

El manejo de la tipografía como uno de los códigos básicos del diseño es de


fundamental importancia en la tarea profesional del diseñador gráfico y del
comunicador visual, pues a partir de las decisiones que se tomen, puede variar
radicalmente la legibilidad, la inteligibilidad e incluso el compromiso y los
sentimientos del receptor hacia la pieza de diseño.
Ahora pensemos un momento ¿por qué nos tomamos la molestia de darle un
sentimiento, uno expresividad a las ideas que expresamos oralmente y no
tenemos ese mismo interés al momento de expresar ideas por escrito? Estas
inflexiones de voz, obviamente, no pueden hacerse tal cual en el texto, pero ahí
es donde entro la belleza y lo flexible de la tipografía; la manera de expresar
ese sentimiento es a través de la forma de la tipografía. He aquí lo que
diferencia al buen diseño, al diseño funcional y original, del resto.

Sigamos preguntando... Si tuvieras que escribir un ensayo sobre política


¿utilizarías la tipografía Comic Sans o la Times New Roman? La respuesta
lógica es la segunda y el motivo es porque con porque con la Times New
Roman estarías "leyendo" el texto en una voz seria un tema serio pera con la
Comic Sans estarías "leyendo" con una voz burlona, poco seria e infantil un
tema serio.

Los signos y las tipografías contienen un coeficiente emocional determinado.


Cada letra refleja un estado anímico. Las letras acostadas, chorreadas,
derramadas en su paso por la lectura, denotan cierto estado psicológico
deprimente. En cambio, las letras firmes, en columnas sobrias y lisas, tienen
otras connotaciones psicológicas: seguridad, agudeza mental, decisión. Y así,
sucesivamente, las formas van comunicando y trasladando al lector hacia
mundos diversos de nuestra psique humana.

Toda tipografía expresa de por sí, por medio de su morfología externa, un


mensaje particular. Podemos decir, por lo tanto que el tipo comunica a través
de su apariencia.

Si bien es cierto que la tipografía le confiere al lenguaje su aspecto visible es


sobre todo el soporte mismo de un número indefinido de interpretaciones. De
esta forma el valor semántico de la tipografía no se deduce exclusivamente de
su contenido verbal sino también de su estructura formal. Toda “forma” es
semántica ya que, por el simple hecho de existir, hace afirmaciones sobre sí y
sobre lo que representa. Como cualquier objeto, la tipografía despierta en el
observador juicios automáticos y sus correspondientes contenidos
emocionales, como las sensaciones asociadas a lo tradicional, experimental,
serio o divertido.

Es común, en la práctica del diseño, que la carga semántica o el “mensaje” de


una fuente tipográfica, concuerde en un gran porcentaje con lo que se pretende
comunicar desde el proyecto. La tipografía acompaña, refuerza o ejerce un
efecto voluntariamente disruptivo en el diseño en que se integra.

Por otro lado, la tipografía tiene una dimensión técnica y funcional basada en el
oficio de tipógrafos e impresores. Como ya hemos visto, cuenta con sistemas
de medición y cálculo que ayudan a organizar y racionalizar la comunicación
visual.

Los tipos digitales siguen utilizando la caja de composición al igual que hacían
sus antecesores, los tipos metálicos. La caja de composición de los tipos
metálicos marcaba espacios entre los caracteres para evitar que colisionaran al
montarlos en los aparatos de medida. y lo mismo sucede con las cajas
invisibles que rodean a los caracteres digitales. Para dotar al texto de un mayor
equilibrio, el espacio entre las letras puede aumentarse o reducirse (mediante
el kerning o el tracking). Las cajas digitales son ligeramente más anchas que
los caracteres, por lo que la caja de una "a" minúscula es más estrecha que la
de una "M" mayúscula, salvo en el caso de las fuentes monoespaciadas.

Hablamos de tracking para denominar una técnica empleada para ajustar el


espacio entre los caracteres. Los programas permiten añadir o sustraer espacio
entre un conjunto de caracteres seleccionado. Dado que en la extinguida
tecnología de la fotocomposición esta separación se hacía con unas ruedas
dentadas (tracks) ahora le llamamos tracking a esta operación.

El kerning, por su parte, es útil a la hora de crear tipografías. Cuando diseñas


una tipografía no sólo tienes que dibujar cada letra en su casilla
correspondiente sino que debes darle una posición dentro del tipo, marcando el
límite anterior y posterior con sendas líneas verticales para que no se rompa el
ritmo del texto. Pero algunas parejas de letras no terminan de encajar bien
visualmente y hay que crear excepciones a la regla, indicándole al programa
que en ciertos pares (de kerning) hay que añadir o sustraer cierta cantidad de
espacio, manteniendo las demás combinaciones intactas. De hecho podríamos
definir kerning como la operación de aplicar tracking a una pareja de letras de
una tipografía, de tal manera que la distancia de interletrado depende de la
tetra con la que se asocie en ese momento.

El interlineado es un término cuyo origen se remonta a la impresión con metal


en caliente, y se refiere a las barras de plomo que se insertan entre las
medidas del texto para espaciado de forma homogénea. Por ejemplo, se
especificaba un tipo de 36 puntos con un interlineado de 4 puntos. Hoy en día,
el interlineado hace referencia al espacio entre las líneas en un bloque de texto.
Dado que las cajas de composición PostScript se espacian electrónicamente,
por regla general se utiliza un tipo de 36 puntos con un interlineado de 40
puntos, ya que el interlineado expresa la distancia que existe entre la línea
base y la siguiente línea base, en lugar del espacio real entre las líneas del
texto.
4 El uso de la tipografía en el diseño gráfico y la publicidad.

La tipografía tomada como elemento identitario básico, es una herramienta de


fundamental importancia en la tarea profesional del diseñador gráfico y de
publicidad. La relación entre la forma y la función de una fuente tipográfica
debe ser el resultado de un profundo trabajo de análisis y un serio planteo
conceptual, en el marco de un método proyectual.

La elección tipográfica, como la forma en que la misma se distribuye en la


pieza gráfica, puede ayudar a reforzar el mensaje o a contradecirlo. Todas las
tipografías tienen su “personalidad”. Con un tipo de letra u otro damos vida a
una marca, creamos unos sentimientos, unos valores y le damos sentido al
mensaje que se desea transmitir.

Algunas, como las tipografías gestuales, pueden servir para denotar


informalidad y muchas veces se las relaciona con el quiebre de estructuras y
con la rebeldía propia de la juventud. Otras, como las romanas, pueden servir
para denotar formalidad y en algunos casos hasta pueden resultar autoritarias.
Respecto de las tipografías de estilo fantasía, existen tal variedad y diversidad
de morfologías que resulta sumamente dificultoso encasillarlas, o determinar
posibles relaciones de temperamento. Al respecto, Rob Carter expresa que “los
tipos poseen características que apoyan y aclaran el contenido de las palabras
que representan. Tienen personalidad y actitudes, son capaces de una amplia
gama de expresiones.”

La tipografía es el complemento perfecto a una imagen, pero además funciona


sola con total autoridad. Muchas imágenes, muchos logos son únicamente
letras y en ello radica el éxito y la personalidad de esa marca. Es tal la
importancia de la tipografía, que los diseñadores emplean más tiempo en
pensar cuál es la más adecuada, que el tiempo empleado en crear el propio
mensaje.

Para escoger la tipografía más adecuada para nuestro diseño o anuncio,


debemos tener en cuenta toda una serie de aspectos. En primer lugar, el
elemento clave hace referencia a la legibilidad, al sentido funcional de la
misma. Una buena tipografía no debe ser compleja, tiene que ser clara y muy
fácil de leer, sin decoración excesiva que haga que los usuarios pierdan el
sentido del mensaje. Al público le gustan las cosas sencillas y que transmitan
una personalidad clara. Hay que aprovechar el poder comunicativo que tiene la
tipografía para transmitir y persuadir acerca de un mensaje.
Otro aspecto importante se centra en la forma, en la imagen visual que se
consigue con cada tipo de fuente. Hay que entrarle al consumidor por los ojos y
por tanto, el sentido estético también cobra importancia. Se debe cuidar el
interlineado, la disposición de las letras y su tamaño.

La jerarquía visual es también importante, entendiendo jerarquía como una


guía que permite al diseñador variar y dirigir el orden de la lectura de una
composición tipográfica, haciendo que el receptor se involucre en mayor grado
con la pieza gráfica. La tipografía puede marcarte el camino de lectura
(generalmente de izquierda a derecha y de arriba a abajo) y resaltar los
aspectos más importantes (por ejemplo con diferentes tamaños o estilos).
También puede dirigir la atención del espectador hacia determinadas imágenes
e incluso constituir la imagen principal (por ejemplo mediante un fotomontaje).

Una composición tipográfica que no presenta jerarquización de textos es una


composición que tendrá una lectura lineal, una composición que no presenta
sorpresas y que es ideal para los casos donde la lectura debe ser clara y
directa, como en las páginas de un libro con texto de largo alcance. En otros
tipos de piezas gráficas, como por ejemplo el afiche, es necesario plantear
otros tipos de composiciones donde se revelen abiertamente los diferentes
niveles de importancia que presenta el texto. A esos diferentes niveles de
importancia, el diseñador los materializa a través de la jerarquización
tipográfica, que pueden llevarse a cabo a través de:

 Elección tipográfica
 Tamaños tipográficos
 Variables tipográficas
 Alineaciones / Marginaciones
 Direccionalidades
 Color / Contraste

La diversidad de variables que presenta una sola familia tipográfica puede


resultar suficiente para la jerarquización del texto en ciertos trabajos de diseño,
pero el combinar dos o más familias, acrecienta el espectro morfológico y
permite un juego de contrastes mucho más amplio. Para el diseño de piezas
gráficas con combinaciones tipográficas, con contraste de estilo y de tamaño,
es necesario un grado muy importante de pruebas y ensayos, pues no existen
reglas que puedan guiar fehacientemente el trabajo del diseñador.

Hoy en día, como en todo, las modas rigen las tendencias empleadas para las
tipografías y abundan textos imperfectos pero con encanto y personalidad,
como los empleados en redes sociales. Además, se suelen combinar diferentes
tipos de fuente con resultados muy llamativos y exitosos. Y como no,
tipografías adaptadas al diseño plan o flat design de las webs, líneas sencillas,
sin sombras pero con colores sólidos para favorecer la legibilidad.

En definitiva, la tipografía tiene una importancia clave como transmisora de


ideas, información y valores. Define la identidad corporativa de una empresa
reforzando su significado y el mensaje que se quiere transmitir. La tipografía es
el inicio de todo y es protagonista del recorrido de cualquier marca.
5 Estilos y tendencias.

Estilos

Para poder clasificar los estilos de cada letra debemos basarnos en


características relacionadas con la anatomía de la letra.

Tomando como referencia la clasificación DIN 16518 de la AtypI podemos


reconocer cuatro amplios grupos o conjuntos básicos: Tipografías Con Serif
(Roman), Tipografías Sin Serif (Paloseco), Tipografías Cursivas (Script) y
Tipografías Decorativas (Graphic). Cada conjunto está subdividido en estilos,
de los cuales a continuación daré algunas características básicas.

Sin menoscabo de la clasificación propuesta, existen en la actualidad familias


tipográficas seriales o superfamilias que superan todas las barreras de los
grupos clasificatorios. Por ejemplo la tipografía Rotis, diseñada por Olt Aicher
presenta un programa tipográfico de cuatro alternativas de estilo: Sans Serif,
Semi Sans, Semi Serif y Serif.

1. Romanas: Este grupo muestra influencias de la escritura manual, en


concreto de la caligrafía humanista del s. XV, y también de la
tradición lapidaria romana. Dentro de las romanas podemos
distinguir:

o Antiguas: También llamadas Garaldas (por Garamond), se


originan hacia el s. XVI en Francia. Históricamente se
denominan tipos antiguos a los que empleó Aldo Manucio en
su imprenta veneciana a partir de 1495 y adaptaciones
posteriores. Sus remates son discretos, su contraste sutil y su
modulación pronunciada, cercana a la caligrafía. Son
especialmente significativas: El palo de la letra está adornado
con una base con serif que surge de las letras talladas en
piedra. Garamond, Caslon, Century Oldstyle, Goudy, Times
New Roman y Palatino son ejemplos destacables.
o De transición o Reales: El mismo término que las agrupa
indica que son caracteres de transición en la evolución de una
familia a otra. Guarda los remates moderados de los
caracteres antiguos como Garamond, pero adopta el contraste
radical de los caracteres modernos como Bodoni. Esta familia
de transición, tan eficaz, armoniosa y versátil, fue iniciada por
Baskerville en el s. XVIII. Ejemplos de ella son Baskerville y
Caledonia.

o Modernas o didonas: Agrupa a una familia especialmente


elegante a la vez que fría. Con remates finos y rectos, máximo
contraste entre rasgos finos y gruesos y una marcada y rígida
modulación vertical. Los primeros ejemplos aparecen a finales
del siglo XVIII y se deben a Firmin Didot y a Gianbattista
Bodoni. Resultan imponentes a cuerpos grandes, pero acusan
cierta falta de legibilidad al romperse los ojos del carácter,
óptica o verdaderamente, al componerse a cuerpos pequeños
y en bloques de texto corrido. Ejemplos destacables podrían
ser: Firmin Didot, Bodoni, Fenice, Modern Nº 20.

o Mecanos o Egipcias: Son un grupo aislado que no guarda


ninguna semejanza constructiva con el resto de los tipos
romanos. No tienen modulación ni contraste. Sólo guardan
relación con los demás tipos con remate por eso, por tener
asiento. Los remates de las mecanos son la consecuencia de
poner serif del mismo grosor que el trazo del resto de la letra
en caracteres de palo seco. Así, Lubalin es algo parecido a
Avant Garde con remates, y Stymie es una especie de Futura
con remates.

o Incisas: otro grupo aislado dentro de las romanas, al igual que


las mecanos, son letras en la tradición romana más antigua,
ligeramente contrastadas y de rasgo adelgazado ahusado. No
se puede hablar propiamente de remates, pero sus pies
abocinados sugieren, tal como ocurre con las serif, una línea
imaginaria de lectura. Su ojo grande y sus ascendentes y
descendentes finos, hacen de él un tipo que, aunque es
extremadamente difícil de digitalizar, es muy legible a
cualquier cuerpo. A pequeña escala, puede confundir y
parecer de palo seco al perderse la gracia de su rasgo. Como
ejemplos podemos citar las fuentes Alinea y Baltra.

2. De Palo Seco o Sans Serif: Las fuentes de Palo Seco se


caracterizan por reducir los caracteres a su esquema esencial.
También reciben el nombre de <<Góticas>> o <<Grotescas>>. Las
mayúsculas se vuelven a las formas fenicias y griegas y las
minúsculas están conformadas basándose en líneas rectas y círculos
unidos, reflejando la época en la que nacen, la industrialización y el
funcionalismo. Se dividen en dos grupos principales:

o Lineales sin modulación: formadas por tipos de un grosor de


trazo uniforme, sin contraste ni modulación, siendo su esencia
geométrica. Su legibilidad suele ser mala en texto corrido.
Ejemplos de este tipo serían Futura, Avant Garde, Eras,
Helvética, Kabel y Univers.

o Grotescas: caracterizadas porque el grosor del trazo y el


contraste son poco perceptibles y variables y por ser muy
legibles en texto corrido. Ejemplo es la Gill Sans.

3. Rotuladas: Todos los tipos rotulados advierten más o menos


claramente el instrumento y la mano que los creó, y la tradición
caligráfica o cursiva en la que se inspiró el creador. Existen tres
grupos principales de fuentes rotuladas:

o Caligráficas: aglutina familias generadas con las influencias


más diversas (rústica romana, minúscula carolingia, letra
inglesa, caracteres unciales y semiunciales), basadas todas
ellas en la mano que las creó. Con el tiempo la escritura
caligráfica se hizo cada vez más decorativa. En la actualidad
se utiliza en invitaciones a ceremonias o determinados
acontecimientos. Como ejemplos de este tipo podemos citar
las fuentes American Uncial, Commercial Script,
Cancelleresca Script, Flourishes, Zapf Chancery, etc.
o Góticas: de estructura densa, composición apretada y
verticalidad acentuada, manchan extraordinariamente la
página. Además, no existe conexión entre letras, lo que
acentúa más su ilegibilidad. Ejemplos de este tipo son Fraktur,
Old English, Koch Fraktur, Wedding Text, Forte Grotisch.

o Cursivas: suelen reproducir escrituras de mano informales,


más o menos libres. Estuvieron muy de moda en los años 50 y
60, y actualmente se detecta cierto resurgimiento. Ejemplos:
Brush Script, Kauffman, Balloon, Mistral, Murray Hill, Chalk
Line y Freestyle Script.

4. Decorativas: Como ya hemos comentado antes, estas fuentes se


suelen usar para decoración. Su peculiar diseño no hace fácil la
lectura de los textos en los que se encuentra. Existen numerosas
variaciones, pero podemos distinguir dos grupos principales:

o Fantasía: similares en cierto modo a las letras capitulares


medievales, resultan por lo general poco legibles, por lo que
no se adecuan en la composición de texto y su utilización se
circunscribe a titulares cortos. Ejemplos de este tipo son las
fuentes Bombere, Block-Up, Buster, Croissant, Neon y Shatter.

o Época: pretenden sugerir una época, una moda o una cultura,


procediendo de movimientos como la Bauhaus o el Art Decó.
Anteponen la función a lo formal, con trazos sencillos y
equilibrados, casi siempre uniformes. Muy utilizados en la
realización de rótulos de señalización de edificios y anuncios
exteriores de tiendas. Ejemplos de este grupo son Kabel,
Caslon Antique, Broadway, Peignot, Data, LCD, Gallia.
Variables de familia

Las familias tipográficas presentan en su diseño una serie de variables, o


deformaciones proyectivas, que permiten al diseñador obtener diversas
soluciones de diseño, con respecto al ritmo, al color y a las jerarquías del texto.

Las variables de un diseño tipográfico se pueden agrupar en tres conjuntos


básicos, según las variaciones en el peso (variable de tono), en la amplitud del
ancho de la letra (variable de proporción) y la inclinación del eje vertical
(variable de inclinación).

1. Variable de tono:

Puede considerarse como regular o normal a la tipografía cuyos


trazos presentan un espesor aproximado a un quinto del ancho de la
letra, tomando como referencia la letra ene, tanto para las minúsculas
(n) como para las mayúsculas (N). La tipografía negrita o bold
presenta un grosor de trazo mayor, aproximadamente entre un cuarto
y un tercio del ancho de la ene, mientras que la tipografía ligera o
light presenta un grosor de trazo menor, aproximadamente entre un
sexto y un octavo del ancho de la letra ene.

2. Variable de proporción:

La variable de proporción hace referencia a la modificación del ancho


de la letra. Se considera normal o regular una tipografía cuando su
relación alto/ancho es de 5 a 4 (5 módulos en el alto por 4 módulos
en el ancho), tomando como referentes la letra ene minúscula o
mayúscula. Menos de eso nos encontraremos con tipografía
condensadas y con valores mayores serán las llamadas expandidas.

3. Variable de inclinación:

La variable de inclinación hace referencia al ángulo de inclinación de


la tipografía, respecto de su eje vertical. Esta variable comprende a la
tipografía regular o derecha y su versión inclinada, itálica u oblicua.
La inclinación del eje vertical puede variar según el diseño de la
familia tipográfica, aunque generalmente su rango se encuentra entre
los 8 y los 16 grados.

Tendencias actuales

Ya hemos visto que elegir la fuente adecuada es una parte importante del
proceso de diseño. Un diseñador debe tener una gran librería de fuentes en su
ordenador o en una lista en Google Docs en donde pueda acceder a ella de
manera rápida. Existen una gran diversidad de plataformas que ofrecen fuentes
gratuitas y día a día tipógrafos realizan nuevas fuentes y las ponen a
disposición de otros diseñadores.

Al igual que el diseño web tiene tendencias como el duotono, el uso de


acuarelas, las imágenes en gran tamaño, entre otras, estas tendencias
generales se complementan con otras más pequeñas que van aplicadas a las
tipografías.

1. Fuentes manuscritas:

La autenticidad es ahora una característica que toda marca busca


poseer. La competitividad es muy alta en muchos negocios y las
marcas buscan poder distinguirse de sus competidores y ofrecer algo
más a sus clientes. La calidad es una propiedad implícita de cada
servicio o producto que se ofrece, por lo que se busca crear una
identidad de marca que sea distinta a las demás y conectar con los
clientes usando recursos visuales. Para ello no sólo se emplea la
identidad de la marca, sino que se intenta fidelizar al cliente
mediantes redes sociales.

En fin, ya que ahora más que nunca las marcas buscan diferenciarse
de sus competidores, las fuentes manuscritas han ido ganando
mayor cabida en el campo del diseño web. Como su nombre indica,
estas fuentes posee características originales que depende mucho
del tipo de fuente que estés buscando. Algunas parecen haber sido
escritas con un pincel o tiza, dándole un aspecto mucho más rústico.
Otras poseen trazos desiguales y bastones de diferente grosor, a
pesar de ello, tienen cierto encanto y puede ser perfectas para tu
marca. Existen muchas posibilidades al usar este tipo de fuentes en
tu diseño.

2. Fuentes minimalistas:

Con la popularización del minimalismo y otras tendencias que van


acorde a este estilo de diseño, también las fuentes sencillas y
minimalistas han captado la atención de muchos diseñadores. Bien
sea para complementar el diseño minimalista de tu sitio web o para
crear un contraste entre los elementos visuales, elegir fuentes
minimalistas es una gran idea. Las fuentes no tienen problemas de
legibilidad y se ven bastante limpias en el diseño. Además puedes
encontrar variedad de ellas: la mayoría usan bastones delgados, pero
también puedes hallar fuentes con bastones gruesos o la misma
fuente que posee estilo en “Negritas” que permiten resaltar ciertas
palabras de tu texto usando sólo una tipografía.
A pesar de que te decidas por una fuente de bastones delgados,
puedes usarla en los títulos, especialmente si la fuente es alta y
estilizada. Sólo debes asegurarte que el contraste entre el fondo y la
fuente sea el adecuado.

3. Fuentes que sólo incluyen mayúsculas:


En la actualidad, no sólo se utilizan fuentes de bastones gruesos
para los títulos. Como ya hemos mencionado, fuentes de bastones
delgados también pueden cumplir un buen papel en ciertos casos.
Aunque, en su mayoría, es común elegir fuente de bastones gruesos
o semi-gruesos e incluso algunos estilos en “Negrita” para los títulos
pues al tener esta característica poseen un mayor peso visual y por
lo tanto, captan la atención de tus visitantes.

Algunos tipógrafos se dedican exclusivamente a crear fuentes para


títulos que son llamativas y poseen características únicas ya que
saben que la fuente será usada en gran tamaño. Estos tipógrafos a
menudo deciden que la tipografía sólo debe contener mayúsculas.
De este modo, sin importar si el diseñador ha activado las
mayúsculas, estas se seleccionan por defecto en cualquier programa.

4. Fuentes geométricas:

Aunque las fuentes manuscritas y de bastones desiguales tienen su


encanto, las fuentes geométricas no se quedan atrás. Al observar
estas fuentes uno puede notar el cuidado con el que han sido
diseñadas. Además, suelen tener bastones gruesos, lo cual las
hacen ideales para títulos. El hecho de que sean geométricas no
quiere decir que son fuentes aburridas o monótonas aunque el grosor
de sus bastones suele ser uniforme, las fuentes geométricas pueden
ser también expresivas y tener diversidad de estilos. Además,
dependiendo del tipo de fuente que elijas, puedes emplearla tanto en
títulos como en cuerpo de texto.

Elegir fuentes geométricas no implica que sólo incluyan ángulos


rectos, también pueden tener curvas, pero en toda la tipografía se
nota cierta uniformidad y orden. Estas dos son características
importantes que debes tener en cuenta si decides elegir una fuente
de este estilo. Si estas propiedades se pueden asociar a tu marca,
entonces elegir una fuente geométrica es la opción adecuada.

5. Tipografía “hipster”:

Se trata de un tipografía que tiene cierto aroma de pasado. Aunque


en los últimos años ya se han venido utilizando las fuentes retro o
vintage, en este caso se da un paso más allá para dar un toque
grunge y bohemio al conjunto de la composición.

Su uso dependerá del estilo y contenido del producto gráfico que se


esté diseñando ya que no es una tipografía para usar en cualquier
soporte. Es importante conocer la audiencia a la que nos dirigimos y
sobre todo el producto o servicio que estamos ofreciendo.

6. Tipografía estilo “acuarela”:


Las tipografías que recuerdan pinturas al agua empiezan a despuntar
en el diseño gráfico. Son bastante atractivas y diferentes porque
recuperan el trazo orgánico, como si estuviera hecha a mano.

El problema de estas fuentes tipográficas es que hay que saberlas


utilizar correctamente. Al incluir color y variaciones de color pueden
entorpecer el resultado final si no se tiene muy presente la paleta
cromática que va a dominar en un diseño.

En conclusión… Elegir una tipografía es sólo una parte del proceso de diseño,
pero es una parte muy importante. Es esencial que, como diseñador, estés al
tanto de las tendencias que existen en diseño web y analices si éstas son
apropiadas para tu marca. Esta es el primer paso a seguir antes de decidir
sobre una fuente. Conocer sobra las tendencias en tipografía es importante
pues te permite mantenerte actualizado, pero lo esencial es analizar si dicha
fuente va acorde con el concepto y características del diseño.

6 Criterios para la elección.


No existe un recetario escrito que nos indique qué fuente debemos seleccionar
y bajo qué condiciones. En muchas ocasiones la propia experiencia del
diseñador y su pericia a la hora de encontrar tipografías puede marcar la
diferencia entre un proyecto genial y otro fallido.

Sí que podemos, sin embargo, hablar de algunos buenos hábitos que nos
ayudarán a encontrar la tipografía perfecta para nuestro proyecto. En este
sentido, nos parece de gran interés los consejos que nos da el tipógrafo
español José Ramón Penela:

1. Hábitos lectores:

Dice la diseñadora de tipos Suzana Licko que “leemos mejor lo que más
leemos”. Ciertamente los hábitos lectores vienen marcados por los diferentes
contextos que nos rodean (sociales, culturales, económicos y tecnológicos) y
entre todos han dado lugar a un producto universal, el libro, que, desde
mediados del siglo XV nos ha transmitido una manera de leer y unas
expectativas acerca de cómo debe de ser un texto para leer que es difícil
obviarlo.

Quiere esto decir que en cuestiones de composición de un texto compuesto


simplemente para ser leído con comodidad, la capacidad de “innovación” que
tiene un diseñador es limitada. En este sentido tipografías con formas extrañas
o caprichosas y composiciones “forzadas” puede que no sean las herramientas
de elección para este tipo de textos al contrario que tipografías que en sus
formas presenten el “ADN” que nuestro entorno nos ha transmitido de
generación en generación utilizadas en textos compuestos sin estridencias, sea
la mejor solución.
Cuando se trata de seleccionar una tipografía de texto, los hábitos de los
lectores destinatarios del mensaje son un elemento muy importante a tener en
cuenta.

2. ¿Qué me pide el texto?

Esta pregunta es la puerta de entrada al proceso de “casting tipográfico” que


vamos a realizar. Se trata de una respuesta que nos proporciona el “tono” de la
tipografía que buscamos.

¿Qué vamos a componer con ella: una novela, una memoria de una entidad
financiera, un cuento para niños, el texto de un libro técnico…?

El texto a componer va a exigir unos “requerimientos” a la tipografía que


utilices, estéticos y prácticos por eso comprender la naturaleza del trabajo a
realizar es lo primero que debemos hacer. Debemos ajustar la imagen que
transmite una tipografía con el concepto implícito en el mensaje que se
compone con ella. La tipografía conforma el estilo y el tono del diseño,
influenciando en como los lectores interpretan el texto y por extensión la idea
que transmite el creador del mismo.

3. Legibilidad y lecturabilidad

Puede parecer que estos dos conceptos son similares o intercambiables pero
en realidad son diferentes aunque, eso sí, complementarios.

 La legibilidad es la facilidad con la que se identifican los distintos


caracteres que forman un alfabeto y está basado en las características
incluidas en su diseño: Contraformas, ojo medio, remates, contraste de
los trazos, etc…
 La lecturabilidad hace referencia a la comodidad con la que se lee un
texto compuesto y entre sus características encontramos: tamaño del
tipo, longitud de línea, interlineado, y el espacio entre caracteres y
palabras…

Ambos los podemos encuadrar dentro de los requisitos “técnicos” que podemos
evaluar en la selección de una tipografía y tienen mucho que ver con la
tipología de los destinatarios del texto. Por ejemplo, la población encuadrada
dentro de la denominada “tercera edad” puede tener más dificultad para leer
textos compuestos en un tamaño pequeño que si los posibles destinatarios
están dentro del segmento de la población adolescente.

Imaginad, por ejemplo, el Quijote compuesto con la tipografía Garamond en un


cuerpo de 72 puntos. Esto sería muy legible… pero nada lecturable.

Como regla general- comenta Ramón Penela-, primero buscamos un tipo


legible y después lo hacemos lecturable.
4. Una buena familia

Es muy importante que la tipografía elegida disponga de las variables


necesarias para completar los requerimientos del proyecto. Esto pasa por
hacer una buena planificación de las necesidades antes de seleccionar la
tipografía y, sobre todo, antes de comenzar el trabajo.

¿Qué tipo de números voy a necesitar: de caja baja, tabulares? ¿Voy a


necesitar versalitas? ¿Fracciones verdaderas?, estas y otras preguntas deben
de ser respondidas como paso previo a la búsqueda tipográfica.

Por norma general, si vamos a componer un texto de carácter literario la


búsqueda deberá orientarse hacia tipos con remate de corte clásico en los que
nos será fácil encontrar recursos tales como versalitas, itálicas verdaderas o
números de caja baja. Por el contrario, si estamos buscando una tipografía
para una publicación como una revista seguro que podremos encontrar más
versatilidad en tipografías sin remate que puedan aportar, a través de las
variables de grosor, las “voces” y los recursos para articular las diferentes
jerarquías gráficas de una forma más eficaz.

5. Variables de la familia

Las tipografías actuales de calidad suelen tener tal cantidad de variables que
es perfectamente posible afrontar un encargo complejo sin necesidad de acudir
a una excesiva cantidad de diseños diferentes.

Como ya hemos comentado, prácticamente con una única familia podremos


articular la mayoría de niveles jerárquicos y riqueza visual que necesitemos. Si
no es así, y tenemos que hacer convivir dos familias diferentes la palabra clave
es contraste. La convivencia de dos familias tipográficas pasa por destinar a
cada una de ellas a un trabajo específico y que el resultado visual sea lo
suficientemente contrastado. Si no es así, no tendría sentido poner en juego
dos diseños diferentes y utilizando el color, tamaño o posición, por ejemplo, de
uno solo de ellos tendríamos suficiente.

6. Rendimiento

Hasta ahora hemos tratado el tema de la selección tipográfica desde un punto


de vista formal, pero hay también un condicionante importante para una
correcta elección de una tipografía que es el rendimiento que nos ofrece, es
decir, la cantidad de caracteres que puedo incluir en una línea. Esto,
evidentemente, se traduce en una motivación de tipo económico, es
impresionante ver como aumentan o disminuyen las páginas que contienen un
texto simplemente cambiando la tipografía elegida.

Simplemente situando al lado una de otra los caracteres básicos de dos


tipografías nos podemos dar cuenta del diferente rendimiento que nos pueden
ofrecer.
Pero existe un detalle importante que tenemos que tener en cuenta y es que
para comparar realmente ambos rendimientos tenemos que igualar la altura de
x, ya que si no es así lo único que comparamos son dos modelos diferentes de
tipografías. Una vez igualados, la mayoría de las veces veremos una
discrepancia en el tamaño expresado en puntos tipográficos de las dos, es
cuando podemos comparar cuál de ellas economiza el espacio necesario para
un texto dado.

7 Conclusión
En el seno del sistema de enseñanza, no deja de ser una extraña anomalía el
hecho de que un tema -el lenguaje- y el sistema de notación ideado para
registrarlo -la tipografía- se enseñen en instituciones inconexas. En las
universidades se enseña antropología, lingüística, desarrollo del lenguaje,
idiomas y literatura, mientras que la tipografía se enseña en las escuelas de
arte y diseño. Y sin embargo, la tipografía es al lenguaje lo que los mapas son
a la geografía, las partituras a la música y el álgebra a las matemáticas. ¿Es
posible que un tema y su sistema de documentación afín no se investiguen
conjuntamente? Desde nuestro punto de vista, es de vital importancia que los
tipógrafos empiecen a comprender los rasgos del lenguaje al mismo tiempo
que aprenden los convenios para su notación y los procesos técnicos para su
reproducción.

Nos guste o no, en el medio urbano estamos completamente rodeados por el


lenguaje, a través del tipo. Sus mensajes han penetrado hasta tal punto en
nuestras mentes, que nos resulta prácticamente imposible imaginar un mundo
sin tipo, un mundo sin libros o bibliotecas, revistas o mapas, señales de
circulación, televisión o anuncios. Como la rueda, la electricidad y el motor de
combustión interna, la tipografía sostiene la vida occidental moderna. Desde el
momento mismo en que nos despertamos, lo primero que vemos al abrir los
ojos ya está invadido por el tipo: el despertador, el dial de la radio, las marcas
del champú, la pasta de dientes, el café o los cereales del desayuno; estamos
siendo bombardeados por mensajes tipográficos que demandan nuestra
atención. Y todo ello antes incluso de haber podido echar la primera ojeada al
periódico!

6 Bibliografía.
Aharonov, Jessica. " Psico Typo: Psicología Tipográfica". Edición
Ebook.

Ambrose, Gavin y Harris, Paul. "Fundamentos de la tipografía",


Badalona, ed. Parramón, 2009.

Frutiger, Adrian. "El libro de la tipografía", Madrid, ed. Gustavo Gili,


2007.

Guerrero, Carlos. “Manual de Artes Gráficas”, Madrid, ed. Fragua,


2003.
Haslam, Andrew y Baines, Phil " Tipografía. Función, forma y diseño",
Barcelona, ed. Gustavo Gili, 2005.

Moreno, Jesús. “Dibujo Volumen I: Percepción, forma, color y diseño”,


Sevilla, ed. MAD, 2012.

Pepe, Eduardo Gabriel. "Tipos formales: la tipografía como forma."


Mendoza, ed. de la Utopía, 2011.

www.graffica.info

www.monografica.org

www.unostiposduros.com

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