Tema IV 1

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PROF. PERDOMO BATISTA, ULPGC


IV. VARIACIÓN Y DIVERSIDAD LINGÜÍSTICA

IV.I LA VARIACIÓN LINGÜÍSTICA

Observa los siguientes enunciados:

1. ¿PUEDES TRAER MÁS PATATAS?


2. TRAE MÁS PAPAS.
3. TRAE MAH PAPAH

Como comprobarás, los tres enunciados tienen el mismo significado, peros son diferentes. A esas
diferencias (que sin embargo no afectan al significado) es a lo que nos referimos cuando hablamos
de variación lingüística. Esas variaciones se deben a factores sociales (nivel socioeconómico),
geográficas (lugar de nacimiento) o situacionales (la situación comunicativa en la que nos hallemos,
que puede ser más o menos formal).
En realidad, si nos fijamos bien, nos daremos cuenta de que nadie habla una lengua, sino
variedades de una lengua. Los canarios, por ejemplo, no hablamos español sin más, sino español de
Canarias, que es una variedad (obviamente, no hablamos español de México, español de Venezuela
o castellano de Valladolid). Pero tampoco a nivel individual hablamos siempre de la misma manera.
Por ejemplo, si estoy en un asadero con unos amigos, les diré “PÁSENME UNA CHULETA”, pero si
estoy en una cena formal diré: “¿PUEDEN PASARME LA CARNE?”. Es decir, individualmente,
adaptamos nuestra forma de hablar a la situación y el contexto: no hablamos igual si estamos de
fiesta con nuestros amigos un viernes por la noche que si estamos exponiendo un tema en clase).
Por ello, podemos decir que no hablamos una lengua, sino variedades de una lengua. Nadie conoce
y maneja todas las variedades posibles de una lengua, por lo tanto, no habla esa lengua en su
totalidad, sino algunas de sus variedades. La variedad se da en todos los niveles de la lengua. En el
ejemplo del principio, podemos ver variación fónica (papas/papah), léxica (papas/patatas),
morfosintáctica (¿puedes traer…? / Trae).

IV.I.1 TIPOS DE VARIACIÓN LINGÜÍSTICA


Llamamos variación diatópica a la que tiene causas geográficas. Se trata del dialecto y sus
divisiones internas. Así, puede decirse que en Canarias hablamos español de Canarias, que es una
modalidad lingüística que pertenece al español atlántico o meridional, y forma grupo con el andaluz,
especialmente el occidental, y las hablas de América. La noción de dialecto es compleja porque es
difícil hallar un criterio estricto que permita distinguir lengua y dilecto, y, además, a menudo tiene
implicaciones políticas o ideológicas, de modo que es mejor utilizar la denominación “modalidad
lingüística”. Suele decirse que dos variedades de una lengua son dialectos si hay inteligibilidad
mutua entre ellos, y cuando ya no hay posibilidad de comprensión estamos ante dos lenguas
distintas. Por su parte, el acento son los rasgos fónico característicos de una determinada modalidad
o dialecto. Un dialecto tiene rasgos fónicos, gramaticales y léxicos, mientras que un acento solo
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difiere por su pronunciación (por ejemplo, el acento de un hablante de El Hierro y el acento de un
hablante de La Palma).
La variación diastrática es de carácter social, es decir, depende de factores sociales: sexo,
edad, nivel socioeconómico, profesión, etnia. Llamamos sociolecto (dialecto social) a la forma de
hablar de un grupo social determinado. Existen tres niveles diastráticos: nivel alto o culto, medio y
vulgar.
En el nivel culto, la pronunciación es cuidada, el léxico abundante y preciso y la sintaxis
compleja. No se comenten errores. Es propio de las personas cultas y de clase social alta.
En el nivel medio, la pronunciación es un poco más relajada y el léxico y la sintaxis menos
cuidados. Es propio de las personas con un nivel medio de formación.
En el nivel vulgar, se desconocen las normas lingüísticas y son frecuentes los vulgarismos.
Es propio de las personas poco instruidas.
En cuanto a las diferencias de sexo, suele decirse que las mujeres están más atentas a la
corrección lingüística, y su conversación suele ser más ordenada y coherente.
Respecto a la edad, es preciso recordad que los jóvenes, para consolidar su identidad como
grupo, suelen emplear una forma particular de hablar (con diminutivos y neologismos: profe, finde,
skate, petar) que constituye una jerga juvenil. Los jóvenes abandonan esta lengua jergal cuando van
cumpliendo años.
La variación lingüística por razones sociales es estudiada por al Sociolingüística.
La variación diafásica depende del contexto o la situación comunicativa. Estas variedades,
que se denominan registros o estilos, pueden tener diferente grado de formalidad y pueden
clasificarse en formal, neutro e informal. Decimos que una situación comunicativa es formal cuando
no hay proximidad emocional entre los interlocutores, e informal cuando hay cercanía emocional
porque se conocen, tienen trato, familiaridad, etc. En el estilo o registro formal hay distancia
emocional; en el coloquial, no. Forma parte de la variación diafásica el uso del lenguaje escrito u
oral. En general, la lengua escrita es más formal que la oral.
Dentro de la variación diafásica, se llama jerga a la forma de hablar que utiliza un grupo por
razones laborales (la jerga de los médicos, la jerga jurídica, la periodística). Se llaman también
lenguas de especialidad, y poseen un vocabulario desconocido para los demás (por ejemplo,
términos médicos: PERICARDITIS, LAPAROSCOPIA, TORACOTOMÍA, NEOPLASIA). Con el uso y el
tiempo, algunos de esos términos pasan a la lengua común y son conocidos por todos (HIPERTERMIA,
‘fiebre’; HIPERGLUCEMIA, ‘exceso de azúcar en sangre’). Estas jergas que identifican a un grupo no
tienen una intención críptica, es decir, no se usan para ocultar a los demás lo que se está diciendo.
Cuando son crípticas, cuando tienen el propósito de ocultar, se llaman argot, por ejemplo, en el argot
del mundo de la delincuencia, la heroína se puede llamar de estas formas: CABALLO, JACA, JACO,
POTRO. Con el uso y el tiempo, las palabras del argot son conocidas por todos y pasan a la lengua
común, entonces, los hablantes de argot las sustituyen por otras nuevas para mantener su función
críptica. Seguramente es lo que pasó con las denominaciones antes señaladas para “heroína”, que se
han ido reemplazando unas a otras según eran conocidas.

IV.I.2 COMUNIDAD DE HABLA


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Una comunidad lingüística está formada por el conjunto de hablantes que utilizan la misma
lengua par comunicarse. La comunidad de habla está formada por los hablantes que, además de
compartir la misma lengua para comunicarse, comparten las mismas actitudes lingüísticas y los
mismos criterios de valoración social de los hechos lingüísticos (por ejemplo, qué es lo correcto y
lo incorrecto, que es lo adecuado y aceptable conversacionalmente). Así pues, la comunidad de
habla comparte idioma y valores y actitudes lingüísticos. Conocer esos valores y actitudes es
esencial para tener competencia comunicativa, es decir, para formar parte de una comunidad de
hablantes. Las normas de conducta de las comunidades de habla (qué decir y cómo y cuándo decirlo)
son estudiadas por la Etnografía de la Comunicación, que es una rama de la antropología lingüística.

IV.I. 3 LA ESTANDARIZACIÓN LINGÜÍSTICA Y LA LENGUA ESTÁNDAR


En la mayor parte de las lenguas, hay una variedad que se considera más culta y mejor que
las demás. Esta variedad es la que se conoce como lengua o variedad estándar. Se trata de una
variedad como las otras que por razones históricas (políticas, y socioeconómicas) se ha impuesto a
las demás como modelo a través de un proceso de estandarización. Es la lengua usada en la
administración, en los medios de comunicación y en la educación. La estandarización es el largo
proceso por el cual una variedad se va imponiendo a las demás como ejemplar. Esto se hace a través
de la educación (es la variedad en la que se enseña), los medios de comunicación (es la variedad de
los presentadores de TV y radio) y a través de gramáticas y diccionarios y de diversas instituciones
como las Academias de la Lengua (la Real Academia entre ellas).
En España, durante mucho tiempo (especialmente durante la dictadura de Franco) la
variedad que se consideraba legítima, prestigiosa, era el castellano de la zona centro y norte de la
Península. Por eso, no había en TV presentadores con otros acentos. Esta norma del centro y el norte
de la Península se impuso a las demás, porque se pretendía una homogeneización y centralización
lingüística. A los gobiernos, especialmente si son dictaduras, les gusta la centralización y unificación
porque así los ciudadanos son más fáciles de gobernar, porque se borran las diferencian y se fortalece
el estado.
La actitud actual de las instituciones españolas que velan por el idioma (Real Academia
Española, Instituto Cervantes) e muy diferente. Predomina hoy lo que podríamos denominar una
perspectiva panhispánica, es decir, el reconocimiento de que el ámbito del español es muy amplio
y de que las variedades de español de otras zonas como América son igualmente valiosas y
legítimas. De ahí el nombre del Diccionario de dudas de la REA: Diccionario panhispánico de
dudas, que quiere decir, válido para todos los ámbitos en los que se habla español. Si lo consultas
verás que contiene muchas referencias al español de América (compruébalo buscando la palabra
PARQUIN):

https://www.rae.es/recursos/diccionarios/dpd
En el propio Diccionario de la Real Academia (DLE) son constantes la referencias al español de
América (compruébalo buscando la palabra GUAGUA).
Esta perspectiva panhispánica se debe en gran medida a que el español es una lengua pluricéntrica.
Ello quiere decir que no hay una sola norma culta, la castellana centro-peninsular, sino muchas. En
efecto, hay una norma culta en Argentina (el español culto de Argentina). Otra en Venezuela, (el
español culto de Venezuela), otra en Colombia (el español culto de Colombia), etc., etc. Como
hablantes, nuestro modelo, nuestro norte, debe ser siempre la norma culta. Y naturalmente, también
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hay una norma culta del español de Canarias, que es la que utilizan los hablantes cultos (instruidos)
de las Islas, y es la que nos permite decir LAH CASAH por LAS CASAS, pero no *CAHNE por CARNE o
*BAL por BAR (recuerden el vídeo musical del cantante Ozuna, en el que podía oírse *QUIELO por
QUIERO, algo que no está admitido en ninguna norma culta del ámbito hispánico).

En la enseñanza del español para extranjeros (ELE), llamamos estándar a la variedad


formada por todas las normas cultas del ámbito hispánico, es decir por lo común a todas las normas
cultas. Visto así, una palabra como PAPA pertenecería al estándar porque está muy extendida y la
conocen en prácticamente todas las normas cultas. No sucede lo mismo con MAGUA (‘pena,
lástima’), que es una palabra que solo se usa en Canarias, y por tanto es canarismo. Las palabras
que aparecen en el DLE pertenecen al estándar, de lo contrario, el Diccionario lo advierte. Por
ejemplo, si buscas GOFIO te indica que es palabra propia de Canarias y algunas zonas más, es decir,
no es estándar (común a todos). Cuando sucede esto último decirnos que la palabra está “marcada”,
tiene una marca dialectal o diatópica. Si el diccionario nos dice que una palabra es malsonante, tiene
una marca diastática. Si nos dice que es una palabra familiar (‘coloquial’), se trata de una marca
diafásica. Por lo tanto, el Diccionario nos da información sobre la variedad de lengua a la que
pertenecen las unidades léxicas. Y lo hace para que las podamos usar adecuadamente.
https://dle.rae.es/
Es importante darse cuenta de que todas las variedades, y por su puesto la canaria, son
perfectamente legítimas. Lo único que debemos hacer es seguir como modelo la norma culta (el
habla de las personas instruidas). A veces, el prejuicio surgido de la ignorancia lleva a algunas
personas a abandonar su variedad para imitar otra porque piensa que es mejor. Es lo que les sucede
a esos canarios que después de estar quince días en la Península vienen hablando como madrileños
(pronunciando la c y la z, etc.). Cuando nos hallemos ante estos casos, podemos decir que se trata
de una situación de deslealtad lingüística: abandonar la variedad propia por otra que se considera
mejor por prejuicio. Naturalmente, debemos evitar la deslealtad lingüística. Lo mejor es siempre la
naturalidad lingüística (ser naturales) dentro de la corrección. Ese debe ser nuestro faro, nuestro
referente.

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