Descargue como PDF, TXT o lea en línea desde Scribd
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 4
Historia de las relaciones de Panamá con Estados Unidos
Prof. Orestes Arenas Vera
Andrea Ponce / 8-980-2285
La tercera etapa de las negociaciones Panamá-EU, 1973-1977
La etapa final de las negociaciones de los Tratados Torrijos-Carter 1973-1977: Comienza así la tercera etapa, decisiva, de las negociaciones sobre el Canal de Panamá. Se inicia con una primera fase, de gestiones originales en la comunidad internacional desde 1972, que se intensificarán en 1973 y que terminarán en la adopción de un acuerdo firmado en febrero de 1974 por Juan Antonio Tack y Henry Kissinger en la ciudad de Panamá. Panamá debía congraciarse con diversos grupos de Estados muy disímiles, venderles a sus pueblos, y sobre todo a sus líderes, la justicia que merecía el pequeño país del Canal y la necesidad de resolver rápidamente, mediante la concertación y el diálogo, un espinoso asunto que decían los panameños constituía una amenaza a la paz y a la seguridad internacional. Panamá debía buscar el apoyo de los grandes aliados de Estados Unidos de América, de los países hermanos de la América Latina y el Caribe, y de los países del Tercer Mundo agrupados en el movimiento emergente de los No Alineados, sabiendo que tenía el respaldo natural del grupo socialista, los países dependientes del Imperio soviético enfrascado en la Guerra Fría con Estados Unidos de América, reforzado por el acercamiento del Gobierno de Torrijos al de Fidel Castro con el que restablece relaciones diplomáticas en 1974. Castro actuará como elemento moderador para frenar los impulsos peligrosos de los izquierdistas panameños sumados al régimen militar. Finalmente, Panamá debía tener detrás de sí a la mayoría de los miembros de la Organización de Naciones Unidas. Tarea que parecía verdaderamente ciclópea a dirigentes con poca experiencia internacional, con un aparato diplomático incipiente y una red de misiones relativamente pequeña. Sin embargo, Panamá logró un triunfo que iba mucho más allá de las más risueñas expectativas. Ésta es una de las lecciones diplomáticas más importantes que quedaron como legado de la política exterior panameña del siglo XX. Ésta atrae a centenares de diplomáticos y periodistas de todas partes y a la mayoría de los cancilleres de la región quienes advierten, la verdadera situación colonial que Estados Unidos había creado en el corazón del territorio panameño, en la Zona del Canal. Con un gran despliegue mediático internacional, la cuestión del Canal de Panamá salta a la palestra y se crea un evento de repercusión mundial. Estados Unidos de América veta, solitario, la resolución que convenía a Panamá, lo que se convierte en un gran triunfo moral y político para nuestro país, cuyos dirigentes adquieren mayor confianza en su determinación y así el General Torrijos, reconfortado, se convierte en una personalidad internacional de primer plano. El 10 de septiembre de 1973, el Grupo de Países No Alineados, reunido en Argel, apoya la causa de Panamá, lo que hace también el grupo de países latinoamericanos en el Acta de Bogotá, en la Asamblea General de la OEA del 16 de noviembre de ese año. El General Torrijos, ahora entusiasmado con el giro que han tomado los acontecimientos, viaja a Europa del 24 al 29 de septiembre: primero a España, para encontrarse con el Generalísimo Franco, luego a Yugoslavia, en donde visita al Mariscal Tito, y finalmente a la Santa Sede para ver a Paulo VI. Después va a México en noviembre, y en enero de 1974, sale a una gira apoteósica a Sudamérica, a Argentina para entrevistarse con el presidente Perón, y al Perú para hacerlo con el presidente Velasco Alvarado. Entretanto el Canciller Tack sigue trabajando activamente y aprovecha su reunión con el secretario de Estado, William P. Rogers, en Buenos Aires el 17 de mayo de 1973, en donde hablan de reanudar las negociaciones y se presentan los ocho principios básicos de Panamá. Estos son la base del Anuncio Conjunto de ocho puntos, firmado con Henry Kissinger el 7 de febrero de 1974 en la ciudad de Panamá, negociado en sus detalles por el Canciller Tack y el Embajador Bunker. Al fin tenemos un punto de partida, un documento acordado por los dos países que enmarcará el esfuerzo negociador por venir. Estados Unidos de América está de acuerdo con un método racional y deductivo planteado por el Canciller Tack de ir de lo general a lo particular: bajar de los grandes principios generales a los acuerdos de segunda generación, a los acuerdos más particulares para desembocar, finalmente, en los acuerdos de tercera generación, mucho más detallados, que serán la base del texto de un tratado internacional. Sigue la comunidad internacional apoyando la causa de Panamá, tal como sucedió en la Asamblea General de la OEA en México, en febrero y en Washington, en abril de 1974. Desde febrero, en la isla Contadora, el negociador principal, Ellsworth Bunker, y su negociador alterno, Morey Bell, han comenzado a negociar el primer desarrollo del Anuncio Conjunto con el ministro Tack, quien ha asumido la función de negociador principal, mientras que su negociador alterno será Nicolás González Revilla, el joven Embajador de Torrijos en Washington. El resultado de esta rápida, como intensa, negociación serán tres acuerdos conceptuales rubricados por Tack y Bunker en Contadora el 7 de noviembre de 1974 sobre: jurisdicción y derechos de uso; protección y defensa del Canal, y participación creciente de Panamá en la administración del Canal. En Panamá y en Estados Unidos se creyó que estábamos en vísperas de un tratado finiquitado en pocos meses, pero los obstáculos que habría que sortear eran todavía considerables y el tiempo de espera, muchísimo mayor. Después de la firma del SOFA en marzo, se estancan las negociaciones al más alto nivel durante meses hasta septiembre cuando Bunker viaja a Panamá. En noviembre se reanudan las conversaciones en la mesa de negociadores principales, llamada también mesa política, puesto que ella revisa los resultados de las otras mesas técnicas, y continúan los trabajos de la mesa bilateral, más técnica, de tierras, aguas y administración del Canal a la que se integraron, por parte de Panamá, dos negociadores alternos suplementarios, el economista Flavio Velásquez y el ingeniero civil Arnoldo Cano, este último dedicado fundamentalmente al asunto de los Puertos de Balboa y Cristóbal y al Ferrocarril de Panamá. Entretanto el Gobierno panameño no desmaya en sus esfuerzos por concitar cada vez más apoyo internacional a su causa y de presionar así a Estados Unidos para avanzar en las negociaciones. Logra que el 24 de marzo de 1975, los presidentes de Colombia, Alfonso López Michelsen; de Venezuela, Carlos Andrés Pérez y de Costa Rica, Daniel Oduber, se reúnan en Contadora y reafirmen su respaldo al General Torrijos mediante la Declaración de Panamá. Respaldo importante del grupo de los pocos presidentes genuinamente democráticos de la región, elegidos el año anterior y que al fin se comprometieron plenamente con nuestro país hasta el final de las negociaciones. El 15 de mayo la Asamblea General de la OEA celebrada en Washington, adopta una resolución en el mismo sentido y el General Torrijos continúa sus constantes visitas a los presidentes de Ecuador (15 de marzo), de México (5 de julio) y del Perú (20 de agosto), antes de la admisión de Panamá como miembro pleno del Grupo de Países No Alineados en su reunión plenaria de Lima del 26 de agosto. Como resultado de toda esta gestión internacional, el 2 de octubre la Asamblea General de las Naciones Unidas elige a Panamá para ocupar por dos años un puesto en el Consejo de Seguridad, desde el 1 de enero de 1976, en representación de América Latina, hecho excepcional de regreso del mismo Estado Miembro, con sólo dos años de intervalo, al ente político principal del sistema internacional y demostración palpable del respaldo amplio que recibía nuestro país en todo el mundo. Finalmente, Ellsworth Bunker logra, el 19 de agosto de 1975, que el presidente Ford adopte una decisión sobre una posición más flexible de Estados Unidos de América, en particular sobre que la duración del nuevo tratado que fuese en adelante con término fijo, lo que le permite encarar con renovado optimismo la negociación con su contraparte panameña. Se integra a la mesa de negociación como negociador alterno de Bunker, el General retirado Welborn Dolvin, quien llevará la voz y el apoyo directo del Pentágono, como forma de cancelar el enconado conflicto interno interinstitucional y de apurar el paso de la negociación. Pero no contaron los negociadores con los acontecimientos políticos internos en Estados Unidos, que obstaculizaron en gran parte el esfuerzo bilateral. Después del triunfo de Jimmy Carter a la Presidencia de Estados Unidos, el 2 de noviembre de 1976, se abre la posibilidad concreta de terminar pronto y de manera exitosa estas negociaciones. Carter conoce la situación de América Latina y el tema del Canal de Panamá desde que, como Gobernador de Georgia, formó parte de la famosa Comisión Trilateral interesada en la política exterior de Estados Unidos. Creada por David Rockefeller en 1973, estaba compuesta por ciento ochenta altas personalidades de los países desarrollados, especialmente estadounidenses, entre las cuales reclutó a parte apreciable de sus colaboradores más importantes: su vicepresidente Walter Mondale, su secretario de Estado Cyrus Vance, Zbigniew Brezinski, consejero de seguridad nacional, Harold Brown, secretario de Defensa y Sol Linowitz, su negociador de los Tratados con Panamá. Además, Carter tiene una visión ética de las relaciones internacionales y un compromiso moral de justicia en el trato con otras naciones. En consecuencia, se le facilitaba favorecer un acuerdo con Panamá, sobre todo después que los militares del Pentágono llegaron a la conclusión de que se necesitarían centenares de miles de soldados para defender un Canal sometido a la hostilidad panameña y latinoamericana, y que la mejor defensa del Canal era una relación amistosa con el pueblo y Gobierno de Panamá. Así, Carter estará dispuesto a dar el impulso final a esta negociación que desde hacía cierto tiempo languidecía. Bajo esas más halagüeñas perspectivas de parte del nuevo Gobierno estadounidense, el 10 de diciembre de 1976 el Canciller Aquilino Boyd se reúne en Washington con el saliente secretario de Estado, Henry Kissinger, y deciden reanudar las conversaciones. Una ronda importante se celebrará en Contadora del 13 al 19 de diciembre, seguida por otras en Washington del 11 al 15 de enero de 1977, en especial de la mesa de tierras, aguas y administración del Canal, en el Pentágono, con militares bajo el mando del General Dolvin, con los Coroneles Lawrence Jackley y Robert Duker, a quienes se añade más adelante, y George Carrol, cada vez mejor dispuestos a llegar a entendimientos con los negociadores alternos Fábrega, Jaén Suárez, Zambrano, Velásquez y Cano. Los negociadores panameños regresan el 7 de agosto de 1977 a Panamá y se preparan para recibir a sus contrapartes de Estados Unidos, con el propósito de redactar las cláusulas finales de los Tratados, teniendo como fecha límite el día 10 a medianoche, cuando terminaba el mandato del negociador Linowitz. Después de una frenética sesión de sorpresas y desalientos por parte de la delegación estadounidense frente a la propuesta de texto en castellano e inglés de la panameña, se llega a un final feliz en la noche del 10. Se cantó victoria, pero quedaba por delante un largo camino después de la firma de los Tratados y, sobre todo, para su ratificación en el Senado de los Estados Unidos de América. Trabajan en la redacción de cláusulas finales en esas sesiones maratónicas Arístides Royo y Carlos Alfredo López Guevara, con sus contrapartes, los jóvenes juristas del Departamento de Estado Michael Kozak y Geraldeen Chester. Finalmente, el equipo negociador panameño se traslada a fines de mes a Washington para terminar la redacción conjunta, en español e inglés, de los textos definitivos de los Tratados y sus voluminosos anexos, y la impresión en la Defense Mapping Agency, bajo la supervisión, por parte de Panamá, de Augusto Zambrano y Julio Mock, director del Instituto Geográfico Nacional, del grueso atlas de mapas de los delicados acuerdos en tierras y aguas. Del afinamiento de la redacción conjunta se encargarán en Washington, por parte de Panamá, principalmente Carlos Alfredo López Guevara, Diógenes De la Rosa y Omar Jaén Suárez, quienes lucharán contra el tiempo para tener listos el 6 de septiembre textos y mapas aprobados por ambos equipos de negociación. Al día siguiente, el7 de septiembre, en la sede de la OEA, se firmaron solemnemente el Tratado concerniente a la Neutralidad Permanente del Canal de Panamá y al Funcionamiento del Canal de Panamá, y el Tratado del Canal de Panamá. Ambos con sus anexos firmados el día anterior por los negociadores Escobar Bethancourt y Bunker, y los con los negociadores Royo y Linowitz.