La segunda etapa de las negociaciones Panamá-EU, 1971-1972

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Historia de las relaciones de Panamá con Estados Unidos

Prof. Orestes Arenas Vera


Andrea Ponce / 8-980-2285

La segunda etapa de las negociaciones Panamá-EU, 1971-1972


La segunda etapa el fracaso de las negociaciones 1971-1972: La segunda etapa del
ejercicio bilateral mayor, este hecho que ocurre concretamente en 1971, después de la
primera solicitud, el 10 de abril de 1970, del General Omar Torrijos al Embajador de
Estados Unidos de reanudar las negociaciones. A ésta suceden varias conversaciones
diplomáticas y políticas de alto nivel, que tienen su punto cumbre con la reunión de los
presidentes Demetrio B. Lakas y Richard M. Nixon en Washington, el 25 de octubre
de 1971, quienes acuerdan reiniciar negociaciones formales. El elemento crucial en la
decisión de Estados Unidos fue la recomendación de la Comisión de Estudio del Canal
Interoceánico Atlántico-Pacífico, creada por el Congreso de Estados Unidos el 22 de
septiembre de 1964, que en su informe final del 1 de diciembre de 1970, abogó por la
construcción de un canal a nivel del mar en Panamá, en el área de La Chorrera, y urgió
al Gobierno de Estados Unidos a negociar un nuevo tratado con Panamá, relativo al
Canal existente y al canal a nivel del mar, con estipulaciones para su operación y defensa
en una relación entre Estados Unidos de América y Panamá equitativa y mutuamente
aceptable. Esa fue durante algunos años la motivación esencial de los estadounidenses
para continuar negociando con los panameños.
El embajador Anderson, a quien lo asistirán en diversos momentos por los negociadores
alternos David Hofgren, John C. Mundt, David H. Ward y el coronel John Sheffey, viaja a
Panamá en dos ocasiones, en diciembre de 1970 y en marzo de 1971, el Gobierno
panameño nombra un nuevo equipo negociador. Estará compuesto por el banquero José
Antonio de la Ossa Perigault, el ejecutivo Fernando Manfredo Bernal y el jurista y ex
Canciller Carlos Alfredo López Guevara, quienes viajan a Washington en junio de 1970
a celebrar el 29 de ese mes, la primera reunión formal con su contraparte estadounidense
en el Departamento de Estado.
De ahí en adelante tendrán innumerables sesiones de negociación en Washington y en
Panamá, cuyos resultados aparecerían en un documento presentado por los
estadounidenses y fue entregado el 8 de noviembre de 1971, con la intención de que
pudiera servir de borrador de un tratado, hasta que el 21 de marzo de 1972 el embajador
Jorge Illueca, ahora asesor del Órgano Ejecutivo Nacional en el Ministerio de Relaciones
Exteriores, en nombre del gobierno panameño rechaza duramente en el departamento
de estado, lo actuado en la mesa de negociación por ambas delegaciones. A pesar de
algunas reuniones bilaterales celebradas durante ese año, en el que se añade desde el
mes de enero un nuevo negociador, el experimentado diplomático Diógenes De la Rosa,
en Panamá, las altas autoridades nacionales se dedican más a la institucionalización del
nuevo régimen revolucionario y a la elección de una asamblea de Representantes de
Corregimientos que se instala el 11 de septiembre de 1972.
Esta otorga al General Omar Torrijos poderes de jefe de Gobierno que le permitirán, más
adelante, firmar los Tratados que llevan su nombre.
Las negociaciones de esta etapa fracasan fundamentalmente por dos razones: el
endurecimiento de las posiciones de los diplomáticos de Estados Unidos de América,
ahora bajo un gobierno republicano, menos inclinado a hacer concesiones a Panamá en
un asunto que tocaba la fibra del nacionalismo estadounidense, y la falta de suficiente
decisión en el Gobierno panameño cuyos líderes, más ocupados en los asuntos internos,
no tienen todavía muy claras sus intenciones en el delicado asunto del Canal. Además,
sobre esa cuestión se activan bajo el ojo arbitral de la Guardia Nacional dos sectores
diferentes que se enfrentan en no pocas ocasiones: la Presidencia de la República
durante Demetrio B. Lakas, más pro estadounidense, y la Cancillería bajo la
responsabilidad de Juan Antonio Tack, más nacionalista. Los negociadores panameños,
en esas condiciones, tendrán poco margen de acción y su actuación a veces floja y
contradictoria, será muy criticada en el seno del gobierno, hasta el punto de que en
octubre de 1972 renuncian los Embajadores de la Ossa y Manfredo, y quedan inactivos
durante largo tiempo los negociadores López Guevara y De la Rosa.
También están los panameños, instigados sobre todo por el Embajador ante la ONU, el
diplomático y político Aquilino Boyd, dedicados a gestionar una internacionalización de
la lucha de Panamá para hacer mayor presión sobre Estados Unidos de América,
principalmente mediante la convocatoria de una reunión del Consejo de Seguridad de
Naciones Unidas, que debería reunirse en la capital ístmica al año siguiente.
Las propuestas de ambos lados eran bastante divergentes y Panamá, había un creciente
sentimiento nacionalista que presionaba al gobierno para obtener un acuerdo que
devolviera la soberanía total. Esto dificultaba la postura del gobierno panameño en las
negociaciones.
El fracaso de las negociaciones en esta etapa resultó en un aumento de las tensiones
entre ambos países. Aunque se realizaron más diálogos, la falta de consenso y la
desconfianza llevaron a un estancamiento. Esto eventualmente impulsó protestas y
movimientos sociales en Panamá, que continuaron luchando por la soberanía sobre el
Canal. La culminación de estas negociaciones se dio más tarde, en 1977, con la firma
de los Tratados Torrijos-Carter, que establecieron un calendario para la transferencia del
Canal a Panamá, marcando un hito en la historia del país.
Las negociaciones de 1971-1972 entre Panamá y Estados Unidos son un ejemplo claro
de las complejidades y desafíos en las relaciones internacionales, especialmente en el
contexto de la soberanía y la autodeterminación. El fracaso de estas negociaciones no
solo reflejó las tensiones de la época, sino que también subrayó la importancia de la
voluntad política y la confianza mutua en la búsqueda de acuerdos que satisfagan a
ambas partes. A pesar de su resultado negativo, sentaron un precedente que finalmente
contribuiría a la resolución del conflicto a través de negociaciones posteriores.

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