SENTENCIA DE LA LAGUNA DEL CARPINTERO

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SENTENCIA DE LA LAGUNA DEL CARPINTERO

La sentencia sobre la tala del manglar en la Laguna del Carpintero en Tampico,


Tamaulipas, por la construcción de un parque ecológico, hace referencia a un
conflicto ambiental y legal en el que se vio involucrada la destrucción de un
ecosistema vital para la biodiversidad local.

Este caso se centró en la tala de manglares, un tipo de vegetación costera que


desempeña un papel crucial en la protección de las costas, la biodiversidad marina
y la prevención de la erosión.

En el año 2015, el gobierno municipal de Tampico, bajo el proyecto de "Parque


Ecológico Laguna del Carpintero", autorizó la tala de manglares para permitir la
construcción de infraestructura recreativa y turística en la zona.

La laguna en cuestión es una de las áreas naturales más importantes de la región,


conocida por ser un hábitat de diversas especies de fauna y flora, incluidos
manglares que sirven como un filtro natural para el agua y como viveros para
especies marinas.

El proyecto fue polémico desde el principio, ya que muchos consideraron que la


tala de los manglares y la modificación de la laguna podría tener consecuencias
graves para el equilibrio ecológico de la zona, afectando la fauna y flora locales,
así como el bienestar de las comunidades que dependen de estos ecosistemas.

TEMAS
 Derecho humano a un medio ambiente sano.

 Interés legítimo en materia ambiental.

 Principio de prevención, principio de precaución, principio in dubio pro


natura.

 Principio de participación ciudadana.

 Principio de no regresión.

 Servicios ambientales, manglares, destrucción de ecosistemas, parque


ecológico, Laguna del Carpintero.
DERECHOS HUMANOS VIOLADOS.

Las quejosas señalaron como derechos fundamentales violados los consagrados


en los artículos 1°, 4°, 14 y 16 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos.

Artículo 1° de la Constitución Mexicana:

En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los


derechos humanos reconocidos en esta Constitución, en los tratados
internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, así como de las
garantías para su protección.

Establece que todas las personas tienen derecho a disfrutar de los derechos
humanos reconocidos por la Constitución y los tratados internacionales. En este
caso, la tala del manglar en la Laguna del Carpintero podría haber vulnerado este
derecho al no respetarse adecuadamente el derecho a un ambiente sano y otros
derechos relacionados con el bienestar de las personas que dependen del
ecosistema de la laguna.

Artículo 4° de la Constitución Mexicana:

Toda persona tiene derecho a un ambiente sano para su desarrollo y


bienestar.

Este artículo garantiza el derecho a un ambiente sano para el desarrollo y


bienestar de todas las personas, un derecho que ha sido ampliado en la
jurisprudencia para incluir la protección de los ecosistemas vitales como los
manglares, esenciales para el equilibrio ecológico.

Destrucción del manglar: La tala de manglares en la Laguna del Carpintero pone


en riesgo la salud de las personas que dependen de ese ecosistema. Los
manglares ayudan a regular el agua, evitar la erosión y proporcionan hábitats para
diversas especies marinas que son fuente de sustento para las comunidades
cercanas.
Artículo 14° de la Constitución Mexicana:

Nadie puede ser privado de la propiedad de sus bienes, posesiones o


derechos sin el juicio de un tribunal.

Establece que ninguna persona puede ser despojada de su propiedad o


posesiones sin un debido proceso legal. En el contexto de este caso, aunque no
se trató de una expropiación de tierras per se, sí podría interpretarse que la
alteración del ecosistema sin un proceso adecuado de consulta, evaluación de
impacto y participación podría haberse considerado una violación al derecho a la
propiedad de los recursos naturales.

Artículo 16° de la Constitución Mexicana:

Nadie podrá ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o


posesiones, salvo mediante orden escrita de la autoridad judicial, que funde
y motive la causa legal del procedimiento.

Garantiza la protección contra injerencias arbitrarias en la vida privada de las


personas. En este caso, si el proyecto de tala de manglares fue llevado a cabo sin
el debido proceso legal o sin la debida consulta pública, esto podría haber violado
el derecho de los ciudadanos a ser informados y protegidos frente a decisiones
arbitrarias que afectan su entorno.

Si no se siguieron los procedimientos legales establecidos para la evaluación de


impacto ambiental, no se realizaron consultas previas y no se proporcionó la
información adecuada a las comunidades afectadas, podría argumentarse que
hubo una violación al derecho a la protección de los bienes y el entorno de las
personas.

En este caso, la violación de derechos humanos se puede argumentar


principalmente en relación con el derecho a un ambiente sano (artículo 4°) y el
derecho a la participación y consulta (artículo 1°), ya que las comunidades
locales que dependen de la Laguna del Carpintero y su biodiversidad podrían
haber sufrido un perjuicio directo sin haber sido adecuadamente consultadas ni
informadas sobre los impactos del proyecto. Además, la falta de un debido
proceso legal (artículos 14 y 16) para proteger sus intereses y derechos podría
haber implicado que sus bienes y recursos naturales fueron gestionados de forma
arbitraria, sin respetar su derecho a la participación y a un desarrollo sostenible.
SOLICITUD DE FACULTAD DE ATRACCIÓN

Por escrito presentado en la Oficina de Certificación Judicial y Correspondencia de


esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, solicitó a esta Suprema Corte de
Justicia de la Nación ejerciera su facultad de atracción para conocer del amparo
en revisión del índice del Segundo Tribunal Colegiado en Materias Administrativa y
Civil del Decimonoveno Circuito.

En sesión privada de veintidós de abril de dos mil quince, ante la falta de la


legitimación de la solicitante, el Ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea decidió
hacer suya la solicitud de ejercicio de la facultad de atracción.

Por auto de diez de junio de la misma anualidad, el Presidente de la Primera Sala


admitió a trámite la solicitud de referencia, la cual quedó registrada con el número
y turnó los autos a la Ponencia del aludido Ministro para elaborar la resolución
correspondiente. En sesión de seis de noviembre de dos mil quince, el Pleno de la
Primera Sala decidió ejercer la facultad de atracción solicitada al considerar que la
problemática planteada por el asunto de mérito resultaba excepcional, en tanto
que permitiría a esta Suprema Corte de Justicia de la Nación fijar criterios
novedosos y de trascendencia para el orden jurídico mexicano sobre los siguientes
puntos:

 El interés legítimo y el estándar de afectación en casos de violaciones al derecho


a un medio ambiente sano;

 Cuál es el contenido y alcance del derecho humano a un medio ambiente sano -


entendido como un verdadero derecho fundamental, justiciable y exigible-
incluyendo aquellos aspectos de la vida de las personas sobre los cuales se
proyecta y los supuestos en los cuales puede estimarse una vulneración al mismo.

 Cuándo y bajo qué condiciones el juicio de amparo se traduce en un recurso


idóneo para garantizar la existencia de un medio ambiente sano;

 Y en caso de tener oportunidad de pronunciarse sobre el fondo, el presente


asunto permitiría analizar de qué manera se prueba un daño al medio ambiente y
si este daño debe ser real y actual, o bien, si basta con que se trate de un daño
posible o futuro, además de que podrían determinarse cuáles son las medidas y
acciones concretas que deben llevarse a cabo a fin de prevenir o reparar las
violaciones que se hubieren cometido.
ANTECEDENTES

LCCP y DPCP, las promoventes, interpusieron un juicio de amparo en el que


alegaron que durante el transcurso de las obras de construcción del “Parque
TemáticoEcológico Laguna del Carpintero” (Parque Ecológico) se realizó una tala
ilegal de mangles y se destruyó el ecosistema del área destinada a preservación y
esparcimiento cultural, lo que causó un daño irreparable al ecosistema de
humedales, manglares y especies terrestres y acuáticas, en perjuicio de los
habitantes de la ciudad de Tampico, Tamaulipas.

Asimismo, manifestaron que el proyecto se había realizado sin la existencia de un


informe de impacto ambiental emitido por la Secretaría del Medio Ambiente y
Recursos Naturales (SEMARNAT).

La juez de distrito de Tamaulipas que resolvió el asunto determinó sobreseerlo al


considerar que LCCP y DPCP no tenían interés legítimo para promover el juicio de
amparo. Inconformes con esa resolución, las promoventes interpusieron un
recurso de revisión del cual conoció la Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, mediante el ejercicio de su facultad de atracción.

EL PROYECTO Y LA TALA DE MANGLARES

El Gobierno Municipal de Tampico promovió un proyecto de construcción de un


parque ecológico en la zona de la Laguna del Carpintero.

Este proyecto incluía la remoción de manglares, un ecosistema vital para la


biodiversidad local y para la protección de la costa, además de ser utilizado por
la población local para actividades como la pesca.

Los manglares en la Laguna del Carpintero son un ecosistema de gran valor


ambiental, ya que desempeñan funciones ecológicas cruciales, como la
protección contra la erosión costera, la filtración de contaminantes y el sostén
de diversas especies animales.

La tala de estos manglares fue percibida por muchas organizaciones


ambientales y miembros de la comunidad como un acto de destrucción
ambiental, que afectaba tanto la biodiversidad como las fuentes de sustento
para las comunidades locales.
CONTROVERSIAS LEGALES Y PROTESTAS SOCIALES

Organizaciones ecologistas como Greenpeace y El Comité de Defensa de la


Laguna del Carpintero se opusieron públicamente al proyecto. Argumentaron que
la tala de manglares no solo afectaba la biodiversidad, sino que también infringía
el derecho a un ambiente sano, consagrado en el artículo 4º de la Constitución
Mexicana.

PROYECTO PARQUE TEMÁTICO-ECOLÓGICO LAGUNA DEL CARPINTERO.

El Ayuntamiento de Tampico, Tamaulipas, en la sesión ordinaria de cabildo de


dieciocho de abril de dos mil trece, aprobó por unanimidad la construcción del
proyecto denominado “Parque Temático-Ecológico Laguna del Carpintero”,
consistente en la preparación del sitio y construcción del “Parque Temático
Ecológico Centenario”, en el cual se contempla el desarrollo de una superficie de
aproximadamente 16 hectáreas colindantes al humedal “Laguna del Carpintero”,
con el fin de recuperar áreas verdes, fomentar las relaciones humanas de
esparcimiento, recreación, deporte, difusión cultural para la población del
municipio de Tampico, Tamaulipas, así como la construcción y operación de la
“Casa de la Tierra”, la cual formaría parte de uno de los denominados “Centros de
Educación y Vigilancia Climática Global”.

Para tal efecto y a partir de la autorización de impacto ambiental otorgada


mediante la resolución el diez de abril de dos mil trece por la Secretaría de
Desarrollo Urbano y Medio Ambiente del Estado de Tamaulipas, las autoridades
municipales -según el dicho de las quejosas-, procedieron a la tala indebida de
mangles y la destrucción del ecosistema del área destinada a las actividades de
preparación para la construcción de dicho Parque, motivo por el cual dichas
peticionarias promovieron juicio de amparo.

DEMANDA DE AMPARO

En su demanda de amparo hicieron valer los siguientes conceptos de violación:


Primero. Los actos reclamados transgreden el derecho humano a un medio
ambiente adecuado previsto en el párrafo quinto del artículo 4° constitucional, al
causar un daño irreversible al ecosistema de humedales, manglares y especies
terrestres y acuáticas, en perjuicio de los habitantes de la Ciudad de Tampico.
Derecho que también se encuentra amparado por la Convención de Ramsar,
suscrita por nuestro país, la cual en su artículo 4° establece que “cada parte
contratante fomentará la conservación de los humedales de las aves acuáticas
creando reservas naturales en aquellos, estén o no incluidos en la lista y tomarán
las medidas adecuadas para su custodia”; por el Protocolo que modifica la
Convención sobre los Humedales de importancia internacional, especialmente
como hábitat de aves acuáticas, publicado en el Diario Oficial de la Federación el
veintinueve de abril de mil novecientos ochenta y seis; y por el Memorando de
entendimiento sobre Acta para la conservación de los humedales de
Norteamérica, firmado entre México, Canadá y Estados Unidos, en el año de mil
novecientos ochenta y ocho.

Segundo: Los actos reclamados transgreden lo previsto en el párrafo segundo del


artículo 14 constitucional, en atención a que por medio de ellos se priva a las
quejosas del derecho a un medio ambiente sano sin ajustarse a las leyes
expedidas con anterioridad al hecho, puesto que en el caso no se cumplen los
procedimientos que las leyes en materia de ecología prevén para el desarrollo de
este tipo de obras, específicamente alegan que el proyecto no cuenta con la
autorización de impacto ambiental emitida por la Secretaría del Medio Ambiente y
Recursos Naturales.

Tercero: Los actos reclamados contravienen el artículo 16 constitucional, en tanto


que carecen de motivación y de fundamentación al no existir razón fundada que
justifique su existencia, además de ser contrarios a las disposiciones en materia
de ecología y a los tratados internacionales ya mencionados.

Señalan que es falto de motivación el pretender destruir y dañar humedales, el


embalse de la Laguna del Carpintero, los manglares y las especies animales, para
dedicar los terrenos a la instalación de negocios mercantiles y fuentes de sodas,
con el consiguiente daño ecológico irreparable, sin facultad alguna y en contra de
las leyes de la materia, la Constitución y los tratados internacionales.

En razón de ello, concluyen las quejosas que los actos reclamados violaron su
derecho a gozar de un medio ambiente sano y la garantía de legalidad del
segundo párrafo del artículo 14 de la misma, estando obligado el Estado a
garantizar su respeto, lo cual no sucedió en el caso en tanto que la Presidenta
Municipal al ordenar la planeación y elaboración del proyecto denominado
“Construcción del Parque Temático Ecológico Laguna del Carpintero”, y el Director
de Obras Públicas, Desarrollo Urbano y Ecología del Ayuntamiento, al licitarlo y
ejecutarlo, dañaron y siguen dañando el medio ambiente al afectar un área verde
existente en un predio de dominio público municipal, un humedal costero y
principalmente, el mangle existente en la zona, lo que ha provocado la alteración
de sus ecosistemas.

SENTENCIA DEL JUEZ DE DISTRITO.

Substanciado el juicio de amparo, la Secretaria de Juzgado, encargada del


despacho por licencia de la titular del órgano jurisdiccional, dictó sentencia en la
que determinó, en esencia, lo siguiente.
CERTEZA DE LOS ACTOS.

En cuanto a la existencia de los actos, toda vez que la Presidenta Municipal fue
omisa en rendir su informe justificado no obstante encontrarse debidamente
notificada del requerimiento para que lo rindiera, se consideró actualizada la
presunción de certeza a que se refiere el artículo 117 de la Ley de Amparo,
máxime cuando de los autos se encontraba acreditada la existencia de la obra
tildada de ilegal por las quejosas. Por lo que respecta al Director de Obras
Públicas Desarrollo Urbano y Ecología del Ayuntamiento de Tampico, se advierte
que dicha autoridad admitió la certeza de los actos que le fueron reclamados, al
referir que en ejercicio de sus atribuciones había realizado diversas acciones para
la elaboración del proyecto denominado “Construcción del Parque Temático
Ecológico Laguna del Carpintero”, también llamado “Parque Ecológico Centenario”

Finalmente, respecto del Delegado Federal de la Procuraduría Federal de


Protección al Ambiente en el Estado de Tamaulipas y del Delegado Federal de la
Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales en el Estado de Tamaulipas,
si bien dichas autoridades negaron los actos que les fueron reclamados, lo cierto
es que dicha negativa se vio desvirtuada al tenor de la certeza de los actos
atribuidos a la autoridad municipal.

CAUSALES DE IMPROCEDENCIA

En la sentencia se analizó la causal de improcedencia que hizo valer el Delegado


Federal de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de Tamaulipas,
relacionada con la falta de interés legítimo de las quejosas para controvertir los
actos combatidos en el juicio de amparo, la cual se consideró fundada de
conformidad con los artículos 107, fracción I de la Constitución Federal, 61,
fracciones XII y XXIII y 5°, fracción I, estos últimos de la Ley de Amparo.

Tomando como base lo sostenido por la Segunda Sala de este Alto Tribunal, la
Juez de Distrito sostuvo que el interés legítimo no supone la existencia de un
derecho subjetivo, aunque sí la necesidad de una tutela jurídica a partir de “la
especial situación que guarda la persona frente al orden jurídico”, lo que implica
que esa especial situación no supone ni un derecho subjetivo, ni la ausencia de
tutela jurídica, sino la de alguna norma que establezca un interés difuso en
beneficio de una colectividad, identificada o identificable, lo que supone la
demostración que el quejoso pertenece a ella y la causación de un perjuicio.

En función de dicho parámetro, se sostuvo que la pretensión de las quejosas se


basó en un interés simple, en tanto no lograron evidenciar cómo los actos
reclamados o sus consecuencias afectaron directamente sus derechos
fundamentales en virtud de su especial situación frente al orden jurídico.
Esto porque dichas impetrantes no demostraron mediante prueba contundente
haber sufrido algún deterioro en su salud o la afectación al medio ambiente a
causa de la construcción del “Parque Temático Ecológico Laguna del Carpintero”,
también llamado “Parque Ecológico Centenario”, razón por la cual se concluyó que
no les asistía la titularidad de un interés legítimo que justificara la procedencia del
juicio de garantías. Para sustentar dicha conclusión, se precisó que el
planteamiento de las quejosas se centró en sostener que derivado de la tala y
derribamiento de los mangles como consecuencia de la construcción del “Parque
Temático Ecológico Laguna del Carpintero” se afectó su entorno y en
consecuencia, su derecho a un medio ambiente sano para el desarrollo y
bienestar común, además de afectarse la sustentabilidad del medio ambiente y la
preservación de los servicios ambientales que pueden causar un desequilibrio
ecológico y afectar la salud, así como dañar el patrimonio cultural de la sociedad.

Se dijo que las cuestiones debatidas en el juicio constitucional se referían al


derecho a la salud y al derecho a un medio ambiente adecuado para el desarrollo
y bienestar, lo que implicaba una protección de los recursos naturales y la
preservación del equilibrio ecológico.

En función de ello, se estableció que del análisis de las pruebas rendidas en el


juicio, si bien de algunas de ellas se desprendía que efectivamente había existido
una afectación a los ecosistemas formados por las plantas de mangle y
humedales de la zona, lo que no quedó acreditado de ninguna forma fue que tales
acciones efectivamente hubieran implicado una afectación al medio ambiente en
forma directa y, menos aún, que las quejosas hubieran resentido un perjuicio o
afectación directa a su salud.

En razón de ello, se precisó que no bastaban las meras afirmaciones que


realizaron las quejosas para tener por demostrada fehacientemente la afectación a
su interés legítimo, pues estimar lo contrario implicaría que cualquier persona que
alegara vivir cerca del lugar donde se construye una obra pública pudiera tener por
ese simple hecho colmado su interés legítimo, por lo que se dijo que el interés
alegado de defender su entorno geográfico y en el que viven, no resultaba
suficiente para justificar la procedencia del presente juicio constitucional, en tanto
que dicho interés podría ser hecho valer por cualquier ciudadano, inclusive en el
supuesto que la persona no fuera residente de la colonia en la que se efectúa el
acto a debate, lo que evidencia el planteamiento de una tutela sobre un interés
simple.

Por tanto, al no haberse acreditado el interés legítimo de las quejosas, se


determinó que lo procedente era sobreseer el juicio de amparo, con fundamento
en los artículos 107, fracción I de la Constitución General y 61, fracciones XII y XIII
en relación al diverso artículo 5°, fracción I, ambos de la Ley de Amparo.
AGRAVIOS FORMULADOS EN EL RECUSO PRINCIPAL

Antecedentes:

 En la primera parte de su recurso, las quejosas recurrentes


sostienen que la sentencia les niega su interés legítimo a pesar
de estar plenamente acreditados los perjuicios directos que
claramente sufren por el daño al manglar de la Laguna del
Carpintero como consecuencia de los actos reclamados, al
habitar dentro de una población vecina, en tanto se vieron
privadas de los servicios ambientales que éstos prestan en favor
de un ambiente sano.

 Afirman que la importancia de los manglares en pro de un medio


ambiente sano sí está reconocida y detallada en la legislación
mexicana, misma que reconoce las graves afectaciones que
sufren las poblaciones cercanas a los manglares a consecuencia
de su daño y destrucción, afectando con ello la esfera jurídica de
quienes las integran.

 Es por ello, que se ha reconocido que la conservación y


restauración de manglares tiene como finalidad garantizar la
protección de un medio ambiente sano, de ahí que se ha asegurado un
recurso efectivo para hacerlo exigible por parte de sus titulares tal y como
se desprende de: i) el artículo 60 ter de la Ley General de Vida Silvestre; ii)
la NOM-022-SEMARNAT-2003 de aplicación obligatoria en obras
realizadas en humedales costeros (manglares), iii) la NOM-59-SEMARNAT-
2010, que reconoce a los manglares como especie amenazada; y iv)
artículo 420 Bis, fracción I, del Código Penal Federal.

 Señalan que las afectaciones directas e indirectas que sufren las


poblaciones humanas vecinas de los manglares y de todo el mundo se
evidencian también con estudios científicos a nivel mundial, como el que se
ofreció como prueba, elaborado y publicado por la Comisión Nacional para
el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) bajo el título de
“Manglares de México: Extensión, Distribución y Monitoreo”, así como el
Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) bajo el
nombre de “The importance of Mangrove to People: A call to action” (La
importancia de los Manglares para la gente: Un llamado a la acción).
SEÑALAN QUE EN EL CASO CONCRETO

1) quedó acreditada la existencia del manglar de la Laguna del Carpintero


en tanto que la CONABIO certificó su existencia.

2) se demostró, principalmente a partir de los informes justificados y de la


resolución emitida por la Procuraduría Federal del Protección al Ambiente,
que la tala, relleno y fragmentación de dicho manglar fue ordenada y
ejecutada por la Presidenta Municipal de Tampico y por su Director de
Obras Públicas y Desarrollo Urbano, ante las omisiones de vigilancia de los
Delegados de la SEMARNAT y la PROFEPA, lo cual implicó que las
autoridades que debieron cuidar el manglar lo dañaron, violando con ello
las obligaciones que les impone el artículo 1º constitucional de respetar,
garantizar y proteger el derecho humano a un medio ambiente sano
consagrado en su artículo 4º y; 3) que dicha orden y ejecución para talar,
rellenar y fragmentar el manglar fueron ilegales, en tanto no se contó con la
autorización necesaria y previa de la SEMARNAT en materia de Impacto
Ambiental de acuerdo con el artículo 28, fracción X, de la Ley General de
Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente.

NATURALEZA COLECTIVA DEL DERECHO HUMANO AL MEDIO


AMBIENTE

La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha explicado que el


derecho humano a un medio ambiente sano se ha entendido como un
derecho con connotaciones tanto individuales como colectivas. En su
dimensión colectiva, el derecho a un medio ambiente sano constituye un
interés universal que se debe tanto a las generaciones presentes y futuras.
Por otro lado, en su dimensión individual, su vulneración puede tener
repercusiones directas e indirectas sobre las personas debido a su
conexidad con otros derechos, tales como el derecho a la salud, la
integridad personal o la vida, entre otros.

Es por ello que se considera que el cabal entendimiento de la especial


configuración de esta categoría de derechos constituye un elemento
fundamental para su protección, pues son justamente estas notas
particulares y su base axiológica, las que han conducido a sostener que se
trata de derechos de naturaleza colectiva.
Sin embargo, para esta Sala resulta sumamente importante precisar que el
reconocimiento de la naturaleza colectiva y difusa del derecho al medio
ambiente sano, no debe, ni puede conducirnos, al debilitamiento de su
efectividad y vigencia, y mucho menos a la ineficacia de las garantías que
se prevén para su protección, por el contrario, conocer y entender esta
especial naturaleza debe constituir el medio que permita su tutela efectiva a
través de un replanteamiento de la forma de entender y aplicar estas
garantías.

La tutela efectiva de los derechos de tercera generación no puede ser


analizada a partir del enfoque que tradicionalmente ha correspondido a otra
categoría de derechos, cuya base axiológica y fines son completamente
distintos. En específico, el derecho al medio ambiente sano obliga a la
construcción de un nuevo y particular enfoque que atienda tanto a los fines
que persigue, como a su naturaleza colectiva, pues de no hacerse así,
estaremos transitando indefectiblemente a la falta de vigencia de esta
esfera de protección en favor de la persona.

EL DERECHO HUMANO AL MEDIO AMBIENTE EN MÉXICO.

 Nuestra Constitución en su artículo 4° prevé el derecho al medio


ambiente como un auténtico derecho humano; se reconoce37 una
específica y particular esfera de protección en favor de la persona,
caracterizada por la salvaguarda del entorno o medio ambiente en el
que se desenvuelve, la cual exige la tutela más amplia de
conformidad con el artículo 1° de la Constitución Federal.

 Para esta Primera Sala, el bien jurídico protegido por el derecho


humano al medio ambiente en términos de nuestro texto
constitucional es precisamente el “medio natural”, entendido como el
entorno en el que se desenvuelve la persona, caracterizado por el
conjunto de ecosistemas y recursos naturales que permiten el
desarrollo integral de su individualidad.

 Lo anterior implica que en términos del artículo 4°, en relación con el


diverso 1° constitucional, el Estado mexicano está obligado a
garantizar ambas dimensiones del derecho al medio ambiente sano,
o, lo que es lo mismo, a velar por una protección autónoma del
medioambiente que no esté sujeta a la vulneración de otros
derechos.

 El objetivo de este ámbito de tutela se centra en evitar el daño


ecológico como consecuencia mediata o inmediata de la intervención
del hombre en la administración de los recursos naturales,
ocasionando una afectación a los intereses difusos y colectivos cuya
reparación pertenece, como última ratio, a la sociedad en general.

 Por otro lado, cabe advertir que el derecho humano al medio


ambiente sano también se traduce en un principio rector de política
pública pues el artículo 4° constitucional establece: “El Estado
garantizará el respeto a este derecho”, en este sentido e interpretado
en concordancia con el artículo 25 constitucional en relación con el
desarrollo sustentable, resulta que estamos ante un principio
constitucional de política pública.

PRINCIPIOS RECTORES

El derecho ambiental se fundamenta en muy diversos principios que, atendiendo


al reciente desarrollo de esta rama del derecho, resultan fundamentales para guiar
la actividad jurisdiccional. De la literatura consultada se advierten los siguientes:
principio de sostenibilidad; principio de buena vecindad y cooperación
internacional; principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas; principio
de prevención; principio precautorio; principio de internalización de costos;
principio de responsabilidad ambiental; principio de gobernanza ambiental;
principio de interdependencia; principio de incorporación de los valores
ambientales; principio de iniciativa pública; principio de participación ciudadana;
principio de exigencia de la mejor tecnología disponible; primacía de la persuasión
sobre la coerción; principio de congruencia; principio de no regresión, entre otros.
89. Sin embargo, atendiendo a la litis del presente asunto, se conceptualizarán
con mayor profundidad el principio de precaución, el de in dubio pro natura, el de
participación ciudadana y el de no regresión.

PRINCIPIO DE PRECAUCIÓN

Hace especial énfasis en el reto que plantea el derecho ambiental al demandar


que se tomen decisiones jurídicas ante escenarios de incertidumbre,
particularmente incertidumbre científica.

Esta situación exige recurrir a diversas fórmulas o herramientas que auxilien a los
operadores jurisdiccionales a cumplir con el objetivo constitucional y convencional
de salvaguardar el medio ambiente.

El principio de precaución constituye una herramienta fundamental para resolver


aquellas situaciones de incertidumbre que plantea el derecho ambiental.

CONTENIDO DEL PRINCIPIO

El artículo 15 de la Convención de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo


define al principio de precaución en los siguientes términos: “Con el fin de proteger
el medio ambiente, los Estados deberán aplicar ampliamente el criterio de
precaución conforme a sus capacidades.
Cuando haya peligro de daño grave o irreversible, la falta de certeza científica
absoluta no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas
eficaces en función de los costos para impedir la degradación del medio ambiente.

La anticipación es uno de los ejes rectores de la gestión ambiental, pues ésta tiene
el objetivo prioritario de prevenir, vigilar y evitar la degradación del medio
ambiente, así conforme a este principio, cuando la experiencia empírica refleja que
una actividad es riesgosa para el medio ambiente resulta necesario adoptar todas
las medidas necesarias para evitarlo o mitigarlo, esto aun cuando no exista
certidumbre sobre el daño ambiental.

El principio de precaución tiene diferentes alcances; opera como pauta


interpretativa ante las limitaciones de la ciencia para establecer con absoluta
certeza los riesgos a los que se enfrenta la naturaleza. Además, en relación con la
administración pública implica el deber de advertir, regular, controlar, vigilar o
restringir ciertas actividades que son riesgosas para el medio ambiente, en este
sentido, este principio puede fungir como motivación para aquellas decisiones que,
de otra manera, serían contrarias al principio de legalidad o seguridad jurídica;
finalmente, para el operador jurídico la precaución exige incorporar el carácter
incierto del conocimiento científico a sus decisiones.

De la doctrina consultada esta Sala advierte que es posible distinguir entre el


principio de prevención y el de precaución, pues el primero se fundamenta en el
conocimiento sobre que determinada situación es riesgosa para el medio
ambiente, mientras el principio de precaución opera ante la incertidumbre sobre
dicho aspecto. Esto es, la diferencia sustancial entre ambos principios es la
certeza que se tiene en relación con el riesgo, pues en el caso de la precaución se
demanda una actuación estatal ante la duda de que una actividad pueda ser
riesgosa, en cambio, conforme al principio de prevención existe certeza respecto
del riesgo.

1. El derecho a un ambiente sano como un derecho humano


fundamental.

2. La necesidad de cumplir con la evaluación de impacto


ambiental adecuada y respetuosa con los principios de
precaución y sostenibilidad.

3. El derecho a la consulta previa, libre e informada de las


comunidades afectadas.
4. La responsabilidad del Estado en la protección del medio
ambiente y los derechos de las comunidades.

5. La justicia social y la consideración de los derechos


económicos, sociales y culturales de las comunidades
locales.

CONCLUSIÓN

Toda vez que resultaron parcialmente fundados los agravios de las quejosas e
infundados e inoperantes los agravios promovidos por el recurrente adhesivo,
Presidente Municipal de Tampico, Tamaulipas, lo procedente es modificar la
sentencia impugnada y levantar el sobreseimiento únicamente respecto de la
quejosa, en tanto que sólo ella acreditó ser habitante de la ciudad de Tampico,
Tamaulipas y, por lo tanto, tener interés legítimo para impugnar los actos
reclamados.

Por otro lado, se confirma el sobreseimiento decretado por la Juez de Distrito en


perjuicio de, en tanto no acreditó su interés legítimo para acudir al presente juicio
constitucional, en términos de los artículos, 5 fracción I, y 61, fracciones XII y XXIII
de la Ley de Amparo, en relación con el artículo 107, fracción I, de la Constitución
General.

El caso no se refiere a una violación directa de derechos humanos clásicos, la tala


de manglares en la Laguna del Carpintero podría haber afectado indirectamente
una serie de derechos humanos relacionados con el derecho a un medio
ambiente sano, la participación ciudadana y el acceso a la información, entre
otros. La destrucción de ecosistemas clave como los manglares, sin una consulta
adecuada, sin información suficiente y sin medidas de mitigación apropiadas,
puede comprometer el bienestar de las comunidades locales y el acceso a
recursos naturales esenciales para su subsistencia, lo que puede ser considerado
una violación de varios derechos humanos ambientales.

La tala del manglar en la Laguna del Carpintero para la construcción del parque
ecológico fue un caso emblemático de conflicto entre el desarrollo urbano y la
conservación ambiental en México. La sentencia y las discusiones legales que
surgieron a partir de este caso pusieron en evidencia la necesidad de aplicar de
manera estricta las leyes de protección ambiental, así como de promover un
desarrollo más equilibrado y respetuoso con la naturaleza. Aunque el proyecto no
fue detenido por completo, las autoridades se vieron obligadas a reconsiderar las
medidas de mitigación y restauración ambiental para minimizar los efectos
negativos sobre el ecosistema de la laguna.

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