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Muestra de Sangre

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UNIVERSIDAD DE ORIENTE

NÚCLEO DE SUCRE
ESCUELA DE CIENCIAS
DEPARTAMENTO DE BIOANÁLISIS

OBTENCIÓN DE MUESTRAS SANGUÍNEAS Y


VARIABLES DE RECOLECCIÓN

Facilitadora: Integrantes:
Lcda. Dubanny Velásquez Br. Aracelys Hernández; C.I: 31156952
Br. José Reyes; C.I: 29552089
Asignatura:
Prácticas Pre Profesionales II Sección 02

Cumaná, noviembre de 2024


1. La sangre. Generalidades

La sangre es un tejido conectivo especializado, que se encarga, principalmente, del


transporte de oxígeno a las células del organismo. Este vehículo de transporte de
materiales, a través de los vasos sanguíneos e impulsado por el corazón, llega a los
distintos lugares del organismo.
La sangre tiene dos componentes: 1) el plasma, una matriz extracelular líquida
acuosa que contiene sustancias disueltas, y 2) los elementos corpusculares o formes,
compuestos por células y fragmentos celulares. La matriz es el plasma sanguíneo, un
líquido de color amarillo claro que constituye un poco más de la mitad del volumen
sanguíneo. Suspendidos en el plasma hay elementos formes (células y fragmentos de
células que incluyen los eritrocitos, o glóbulos rojos, los leucocitos, o glóbulos blancos, y
los trombocitos, o plaquetas). El término elemento forme alude al hecho de que son
cuerpos encerrados en una membrana con una estructura definida visible con el
microscopio.
La relación entre los elementos formes y el plasma puede observarse al tomar una
muestra de sangre en un tubo de ensayo y agitarlo por unos minutos en una máquina
centrífuga. Los eritrocitos, los elementos más densos, se asientan en la parte inferior del
tubo y, por lo general, constituyen de 37 a 52% del volumen total. Los leucocitos y los
trombocitos se asientan en una zona estrecha de color crema o amarillo claro denominada
capa leucocítica, justo arriba de los eritrocitos, y suponen 1% o menos del volumen
sanguíneo. En la parte superior del tubo se encuentra el plasma, que representa de 47 a
63% del volumen.

2. Diferencias generales entre la sangre arterial y venosa

Existe dos tipos de sangre: una de color rojo brillante, la cual es rica en oxígeno
(O2), y corresponde a la sangre oxigenada o arterial. También existe un tipo de sangre de
color rojo oscuro, esta es rica en dióxido de carbono (CO2), y corresponde a la sangre
poco oxigenada o venosa.
No obstante, la sangre arterial y la venosa se diferencian en otros aspectos que
deben tenerse en cuenta. Mientras que la sangre arterial tiene una composición
prácticamente uniforme en todo el organismo, la sangre venosa varía su composición.
según la actividad metabólica del tejido que ha irrigado. Por lo tanto, el lugar en donde
se extrae la sangre venosa puede influir en su composición. Como se mencionó
anteriormente, la sangre venosa tiene menos oxígeno que la arterial, pero también se
diferencian por el pH, la concentración de dióxido de carbono y el hematocrito. A veces
también varían las concentraciones de glucosa, ácido láctico, amonio, etc.
La sangre capilar, por otro lado, es una mezcla de sangre de arteriolas, vénulas y
capilares, así como fluidos intersticiales e intracelulares. Por tanto, la sangre capilar
comprende tanto una parte venosa y como una parte arterial.

3. Tipos de punción

La punción es un procedimiento que permite extraer tejido o células del cuerpo


en forma inocua y no contaminante. Para la obtención de la muestra sanguínea, la
clasificación de las punciones va a depender del tipo de vaso sanguíneo del que se obtiene
la muestra, es decir, según el sitio donde se realiza la punción. Teniendo en cuenta este
criterio, es preciso mencionar que la sangre puede obtenerse de las venas, de las arterias
o de los capilares, por tanto, los tipos de punciones son los siguientes:

a) Punción venosa.
b) Punción arterial.
c) Punción capilar.

a) Punción venosa

La punción venosa suele realizarse en una de las venas de la fosa cubital, por su
grosor y superficialidad. La relativa facilidad con que se obtiene la sangre venosa hace de
esta técnica el principal método de obtención de sangre en los laboratorios de análisis
clínicos.
La zona idónea para la venopunción es la fosa antecubital, en la parte anterior del
brazo, bajo el codo; la distribución de las venas en esta zona está representada por las
venas cefálica, cubital mediana y basílica. Las que más se utilizan son las venas cefálica
y cubital mediana. Cuando estas venas no están disponibles o no son accesibles, se pueden
usar las venas del dorso de la mano.

b) Punción arterial

Es una vía que se utiliza menos, ya que es dolorosa, de difícil acceso y el paciente
puede tener riesgo de hemorragia y trombosis; en la práctica se emplea para la
determinación de gases y del pH.
La sangre arterial se utiliza para medir la presión de oxígeno y de dióxido de
carbono y para establecer el valor del pH, que es una medida del equilibrio ácido-básico
de la sangre. Estas determinaciones son útiles para evaluar los problemas médicos
relacionados con el sistema respiratorio. Son fundamentales en el estudio de problemas
de oxigenación que se producen en determinadas enfermedades.
El lugar que más se emplea para la punción es la arteria radial, en la zona interna
de la muñeca, la arteria humeral (braquial) en la flexura del antebrazo y la arteria femoral.
En recién nacidos o en lactantes pueden utilizarse otros lugares, como la arteria umbilical
o las arterias del cuero cabelludo. La extracción se lleva a cabo con una jeringa de vidrio
heparinizada. No deben utilizarse jeringas de plástico normales ni tubos de vacío.
La punción arterial es un procedimiento delicado, que requiere notable
experiencia. La sangre obtenida por punción arterial debería procesarse inmediatamente
después de extraída, por lo que, lo ideal, es contar con equipos de gasometría en la propia
sala donde se realiza la extracción. En todo caso, el traslado al laboratorio debe ser lo más
rápido posible, pues los resultados son tanto más fiables cuanto con mayor rapidez se
analice la muestra.
c) Punción capilar o punción capilar

La punción cutánea es el método elegido en la extracción de sangre en pacientes


pediátricos, especialmente en lactantes. Es importante evitar la producción de daños por
el volumen de muestra extraída o por el método de recogida. La punción cutánea resulta
también útil en adultos con obesidad extrema, con quemaduras graves o con tendencia
trombótica. También suele utilizarse en pacientes geriátricos y en los casos en los que el
método de medición es la química seca, para la que no es necesario un gran volumen de
sangre; es una vía de fácil acceso y tiene pocas posibilidades de provocar un traumatismo
al paciente.
La punción cutánea puede hacerse en el talón del pie o en la falange distal de
cualquier dedo. Sin embargo, las punciones en los dedos pueden realizarse en los niños a
partir de los 18 meses y en los adultos.

4. Anticoagulantes y clasificación según su uso

Los anticoagulantes son aditivos que se eligen para asegurar que el componente
que se va a analizar cambia lo menos posible antes del proceso analítico, que tienen
propiedades para inhibir la coagulación sanguínea. Los anticoagulantes más usados para
toma de muestras son:

 La heparina es el anticoagulante que menos interfiere en la mayoría de las


determinaciones. Se presenta como sal sódica, potásica, de amonio o de litio y se
utilizan unas 20 U/mL de sangre extraída. Puede utilizarse como solución o secarse
sobre las paredes de los tubos donde se recoge la sangre. Evita la transformación
de protrombina en trombina y, por tanto, evita la formación de fibrina a partir de
fibrinógeno.
 El oxalato es otro anticoagulante que actúa formando complejos con el calcio, que
es un ión fundamental en el mecanismo de coagulación. La sal más utilizada es el
oxalato potásico (2 mg por cada ml de sangre). También puede utilizarse en
solución, o secarse sobre las paredes de los tubos de recogida. Se utiliza en las
determinaciones hematológicas de recuentos celulares y hematocrito.
 El citrato también forma complejos con el calcio. Se utilizan 30 mg por mL de
sangre. En forma de sal sódica se utiliza para las medidas de velocidad de
sedimentación.
 El EDTA (etileno diamina tetraacetato), sódico o potásico, se utiliza en
concentraciones de 1-2 mg/mL de sangre para los recuentos hematológicos. Su
acción anticoagulante se debe también a la formación de quelatos con el calcio.
este tipo de anticoagulante se utiliza principalmente para estudios de células
sanguíneas (hemograma y citometría de flujo) y estudios de biología molecular
(extracción de ADN y ARN y FISH).

Además de la existencia de tubos con anticoagulantes, también hay tubos con


conservantes, como el fluoruro, que inhibe un gran número de enzimas, impidiendo el
metabolismo de diversas sustancias sanguíneas (Fluoruro de sodio: inhibe la glucólisis).
Es útil en las determinaciones de glucosa cuando entre la toma de la muestra y la
centrifugación ha de transcurrir más de una hora.

5. Atención del paciente, toma de muestras sanguíneas tomando en cuenta las


normas de bioseguridad

No debemos olvidar que la obtención de la muestra es nuestra imagen ante el


paciente, por ello, siempre lo debemos tratar con la debida consideración y respeto,
tratando de ocasionarle las menores molestias posibles. Por otro lado, se insiste en que la
calidad de un análisis clínico empieza en la muestra. Actualmente, tiene una gran
importancia la bioseguridad y ella implica la seguridad, tanto del paciente como del
operador, en términos de transmisión de enfermedades. Todas las precauciones son
indispensables para evitar contagios.
Asimismo, la recogida, manipulación y el procesamiento de la muestra antes de
realizar el análisis son fundamentales, ya que afectan a la validez de los resultados que se
obtengan. La recogida y el tratamiento dependen de la procedencia, el tipo y la
determinación que quiera realizarse.
Para que la muestra que llega al laboratorio mantenga una calidad óptima, es
necesario que todo el proceso pre-analítico se someta a un método de trabajo adecuado,
ya que desde que el facultativo solicita una muestra analítica, hasta que el tubo se recibe
en las instalaciones donde se procesará y analizará, se pasa por una serie de fases que
deben ser conocidas, acreditadas y validadas por todo el personal que actúe sobre ellas.
De manera general, las condiciones para una correcta atención al paciente en la
toma de muestras sanguíneas son que el usuario esté en una posición cómoda con los
brazos en descanso, en la cama si está hospitalizado o en una silla con respaldo y
reposabrazos, pero nunca debe estar de pie. La temperatura ambiental debe oscilar entre
18 y 24 °C y se debe contar con una buena iluminación que permita visualizar
perfectamente la zona de la extracción. Además, un profesional con conocimiento y
habilidad debe ser el responsable de efectuar la toma de muestra y ha de seguir ciertos
pasos preestablecidos y estandarizados.
Entre las consideraciones a tener en cuenta antes de la toma de muestra por
venopunción tenemos las siguientes:

1. Tener el material organizado para la toma de muestra.


2. Asegúrese que el paciente este sentado en posición cómoda, con el brazo y el
antebrazo extendido en línea recta desde el hombro a la muñeca apoyado sobre
una superficie adecuada. No doblar el brazo a nivel del codo.
3. Verificar las condiciones de esterilidad y permeabilidad de la jeringa.
Mantenga la aguja tapada hasta el momento de su uso. Revise que no tenga la
punta roma.
4. Estimar la cantidad de muestra a extraer de acuerdo a las pruebas a realizar,
seleccionar los tubos a utilizar.
5. Palpar muy bien y seleccionar la vena a pinchar para realizar la toma de
muestra de una manera no traumática. Revisar ambos brazos y manos si es
necesario.
6. Cerciorarse que el paciente se encuentre bien y no este sangrando antes de
despedirlo.

a) Técnica para la extracción de sangre venosa:

1. Se coloca un torniquete alrededor del brazo de 7-10 cm aproximadamente por


encima del pliegue del codo arriba del sitio de punción. Esto provoca la
acumulación de sangre en la vena lo que induce a un aumento del volumen
sanguíneo ocasionando a su vez, que la vena protruya. Abrir y cerrar el puño
también facilita la detección de la vena, y hace la punción aún más exitosa.
2. Una vez seleccionada y palpada la vena, retirar el torniquete y realizar asepsia
con algodón y alcohol, secar con una gasa y dejarla sobre el sitio a pinchar.
Con la asepsia, se eliminan suciedad y detritus celulares y se evita la
introducción de gérmenes al puncionar.
3. Colocar nuevamente el torniquete y solicitar al paciente que cierre el puño de
su mano.
4. Fijar suavemente la vena por debajo de la zona de punción con el dedo pulgar
de la mano que no está sosteniendo la jeringa.
5. Con la aguja de la jeringa con el bisel hacia arriba penetre la piel en un ángulo
de 45 grados sobre el plano del antebrazo colocando la aguja paralela al
trayecto de la vena.
6. Penetrar la piel y avanzar aproximadamente de 0,5 a 1 cm en tejido subcutáneo
y luego de la pared de la vena.
7. Una vez en la pared de la vena se vence una pequeña resistencia y la sangre
penetra en la aguja.
8. Retirar el embolo de la jeringa poco a poco y aspirar la cantidad de sangre
adecuada, de manera cuidadosa para evitar la formación de burbujas y
hemólisis.
9. Una vez obtenida la muestra se suelta el torniquete, se saca la aguja, se coloca
una gasa o algodón en el sitio de punción y hacer ligera presión y pedir al
paciente que mantenga el brazo elevado unos minutos (siempre presionando
el sitio de punción).
10. Retirar la aguja de la jeringa con sumo cuidado y oprimiendo suavemente el
embolo distribuir la cantidad de sangre a los tubos adecuados.
11. Descartar el material utilizado para toma de muestras en los dispositivos
especiales para desechos biológicos.

b) Toma de muestra a través de un catéter (catéter venoso central)

Catéter venoso central es un dispositivo que se usa para extraer sangre y


administrar tratamientos, como líquidos intravenosos, medicamentos o transfusiones de
sangre. Se introduce un tubo delgado y flexible en una vena, por lo general debajo de la
clavícula. Luego se pasa el tubo hasta una vena grande en el lado superior derecho del
corazón, llamada vena cava superior. Para la toma de muestra, se introduce una aguja en
un extremo del catéter fuera del cuerpo para extraer sangre.

Un catéter en ocasiones se deja colocado durante semanas o meses para evitar los
pinchazos múltiples.

c) Técnica para la extracción de sangre arterial:

1. Lavar y desinfectar las manos.


2. Ponerse guantes desechables.
3. Limpiar y desinfectar la piel. Se puede inyectar o aplicar una pequeña cantidad
de anestésico antes de introducir la aguja.
4. Sujetando la arteria entre las yemas de los dedos, insertar la aguja con un
ángulo de 90° (para la arteria radial puede ser de 45°). Se retira la aguja
después de que se ha recogido suficiente sangre.
5. Tras la aparición de flujo de sangre pulsátil en la jeringa, extraer 1 ml de
sangre, tirando delicada y lentamente del émbolo de la jeringa. Tener cuidado
para no succionar aire a la jeringa. Después de extraer sangre, tapar la jeringa
(o la aguja) con tapón y mezclar el contenido de la jeringa.
6. Se aplica presión al sitio de punción durante un período de 5 a 10 minutos para
detener el sangrado. El sitio se revisará durante este tiempo para estar seguro
de que el sangrado se detenga.

d) Técnica para la extracción de sangre capilar:

La sangre de fluido directo es llamada comúnmente capilar o periférica y es la


fluye después de efectuar una punción superficial cutánea, más apropiado sería llamarla
sangre arteriolar. La punción cutánea puede hacerse en el talón o en la falange distal de
cualquier dedo. La zona de punción ideal en adultos es la cara lateral de los dedos de la
mano. La punción cutánea resulta también útil en adultos con obesidad extrema, con
quemaduras graves o con tendencia trombótica. También suele utilizarse en pacientes
geriátricos.

 Técnica para la toma de muestra capilar en el dedo:

1. Lavar y desinfectar las manos.


2. Ponerse guantes desechables.
3. Escoja el dedo donde realizará la toma de muestra. Los dedos más adecuados
son el dedo corazón o el anular de la mano no dominante. Es importante que
el paciente no use un anillo en el dedo elegido para evitar que se obstruya la
circulación.
4. La mano del paciente debe estar caliente y el paciente relajado. Masajee el
dedo antes de la punción para activar la circulación sanguínea. La punción
debe hacerse ligeramente descentrada desde la parte central y carnosa de la
yema del dedo, cerca del lado donde la piel es más delgada con menos
terminaciones nerviosas y menos sensación de dolor, pero no en un lateral del
dedo.
5. Realizar la asepsia y dejar que el alcohol se evapore hasta sequedad.
6. Con una lanceta estéril y desechable, hacer la punción insertándola de un solo
golpe en un ángulo de 90° y verificando que se introduzca hasta el tope. De
esta manera, siempre se logra hacer una punción uniforme en profundidad y
amplitud.
7. Obtención de la muestra: Desechar la primera gota de sangre que aparezca
pues contiene líquido tisular y diluye la sangre. Dejar que la sangre fluya
libremente y recogerla en un tubo capilar con o sin heparina, según sea
necesario. No hacer presión del sitio de punción ya que con ello se ocasiona
la salida del líquido intersticial. Una vez obtenida la sangre necesaria, se aplica
en el lugar del pinchazo una torunda con alcohol, haciendo presión para evitar
que siga sangrando.

 Técnica para la toma de muestra capilar en recién nacidos (prueba del talón):

Por otro lado, para la toma de muestra en el talón del pie se sigue un procedimiento
similar que la aplicada para la toma de muestra en el dedo, teniendo en cuenta que se debe
sujetar el talón con los dedos índice y pulgar, localizando la zona de punción y evitando
la zona media de la superficie del talón. Pinchar el talón con una lanceta, a una
profundidad no mayor de 2,4 mm; se deja que fluya la sangre y se carga un capilar
heparinizado. Para aumentar la circulación de la sangre, puede caldearse la zona del
pinchazo con un paño humedecido (o seco) y caliente (41 °C) durante un tiempo tres a
cinco minutos. Una vez hecho el pinchazo, secar los puntos de sangre en una superficie
plana no absorbente, que esté seca y limpia, a temperatura ambiente, evitando exposición
al sol o foco de calor.
Cabe destacar, la hemolisis en la sangre de los recién nacidos puede ser mayor que
en la de los adultos, debido a la mayor fragilidad de los hematíes y a los niveles elevados
de hematocrito.

e) Normas de bioseguridad

Las medidas de seguridad en los laboratorios se entienden, como un conjunto de


medidas preventivas cuyo fin es proteger la salud de los trabajadores frente a los riesgos
derivados de la actividad, para evitar accidentes y contaminaciones, tanto dentro de su
ámbito de trabajo como hacia el exterior.
Es estrictamente necesario en el campo laboral que los profesionales de los labora-
torios conozcan los potenciales riesgos asociados a su entorno de trabajo, con el fin de
evitar accidentes y aumentar su seguridad. Hay que destacar una serie de recomendaciones
generales, dentro del ámbito de la bioseguridad para la prevención y protección personal:
1. Todas las muestras deben considerarse como potencialmente infecciosas. Los
especímenes que presentan riesgo biológico son la sangre, el semen, la
secreción vaginal, el líquido cefalorraquídeo, amniótico, pleural, pericárdico,
peritoneal y cualquier otro espécimen que esté contaminado por sangre. Utilice
siempre guantes cuando extraiga y maneje muestras biológicas y lávese bien las
manos antes y después de su recogida.
2. Sea cuidadoso en el manejo de agujas de punción. Evite reencapuchar las
agujas. Elimine todos los objetos cortantes y punzantes en los recipientes
especiales destinados a este fin.
3. Los tubos de recolección de muestras que contienen sangre y que no se van a
enviar al laboratorio, o los restos de bolsas de sangre, deben colocarse en
recipientes de desechos biopeligrosos.
4. Ante cualquier pinchazo accidental o duda sobre exposición a riesgos
biológicos, contacte con los servicios de medicina preventiva de su zona local.

6. Técnicas de coloración

a. Método de Wright

1. Coloque las láminas, con el frotis hacia arriba sobre apones de goma
invertidos, colocados en una bandeja de coloración.

2. Cubra las láminas con solución colorante, y déjelo actuar por 1 a 2 minutos.
En esta etapa se fija el frotis a la lámina por desnaturalización de las
proteínas con el alcohol metílico.
3. Cubrir con agua neutra (amortiguador), evitando que la mezcla se derrame.
Mezcle inmediatamente soplando suavemente y dejar actuar (2 a 3
minutos).

4. Sin verter la mezcla, lave con agua destilada, cuidando que la capa metálica
superficial no se deposite sobre la preparación. Lave hasta que no quede
restos de colorantes.

5. Incline la laminilla para escurrir el agua, seque al aire, limpie el dorso de


la laminilla de restos de colorantes.

b. Método de Giemsa

1. Cubra los extendidos con alcohol metílico durante 3 a 5 minutos teniendo


la precaución de no dejar que el alcohol no se evapore.

2. Incline el extendido y descarte el metanol.

3. Cubrir con Giemsa diluido (1/10) con agua destilada a pH 6,8 y dejar actuar
20 minutos. 4. Lavar con agua destilada y seque al aire. 5. Limpie el dorso
del extendido de restos de colorantes.

7. Interferencias analíticas

a. Hemólisis: Denota la lisis anormal de los eritrocitos, la lisis provoca una descarga de
la enzima adenilatocinasa. Aumenta la concentración sérica del potasio, magnesio,
LDH, fosfatasa ácida y aldolasa. Larga permanencia de la sangre total en un
recipiente. Contaminación de la sangre con detergentes, agua, choque térmico. Las
muestras deben obtenerse por succión suave. La muestra debe trasvasarse lentamente
por las paredes del tubo después de ser eliminada la aguja.
a.1. Causas de la hemólisis:

 Forzar el paso de la sangre por la aguja hacia el tubo.


 Agitar el tubo enérgicamente.
 Utilizar una aguja demasiado fina.
 Extraer sangre de un hematoma.
 Tirar con demasiada fuerza el embolo de la jeringa.
 Proporción inadecuada de sangre y anticoagulante.
 Congelamiento de la muestra.
 Centrifugación antes de la coagulación completa.
 Contacto de la muestra extraída con el antiséptico.
 Apretar demasiado fuerte el talón o dedo en caso de extracción cutánea.

a.2. Prevención de hemólisis:


 Usar material seco. Secar la piel antes de realizar una punción cutánea.
 Evitar la brusquedad (manejar la sangre con cuidado en todos los pasos del
procedimiento).
 Para agregar la sangre al tubo se debe quitar la aguja.
 Agregar la sangre lentamente por las paredes del tubo. Mezclar mediante
movimientos suaves.

b. Lipemia: Provocada por una concentración alta de triglicéridos en el suero provocara


resultados aparentemente altos para todas las sustancias cuyas determinaciones se
basan en la absorbancia a las mismas longitudes de onda en que las partículas de
lípido también absorben luz.

c. Ictericia: Puede interferir en las determinaciones de Albúmina, en los ensayos de


colesterol que utilizan como reactivo el cloruro férrico, en las determinaciones de
glucosa basadas en el método de la o-toluidina y en las proteínas totales por biuret, o
las reacciones que usen filtro a 405 o a 520.
d. Tombolisis: Aumenta Potasio, aumenta Magnesio, aumenta fosfatasas ácidas y
aldolasa. Granulocitosis: Descarga enzimas (lisozima, arginasa, glucosa-6-fosfato
dehidrogenasa, glutamato).

8. Variables fisiológicas

a. Ejercicio: La actividad física tiene efectos transitorios y otros más duraderos


sobre las cantidades de metabolitos y analitos sanguíneos. Entre las variaciones
transitorias está una disminución inmediata a continuación y posterior al
ejercicio, una elevación de ácidos grasos libres, un fuerte aumento de
aminoácidos y lactato, así como la disminución inmediata de la glucosa. Las
variaciones más duraderas inluyen aumento de las enzimas musculares en el
suero, entre otras están la creatincinasa, aldolasa, aspartato aminotransferasa,
deshidrogenasa láctica y la fosfatasa alcalina.

b. Dieta: Está recomendado que para la valoración de ciertos analitos se haga una
dieta específica y un ayuno anterior de 12 ó 13 horas sin ingestión de ningún
alimento, líquido y sólido (sólo agua), normalmente este ayuno es en horas de
sueño para una muestra matutina. El ayuno prolongado (más de 24 horas)
puede estar relacionado con aumento de concentración sérica de la bilirrubina,
ácidos grasos no esterificados, algunos aminoácidos. Disminución de la
glucosa y proteínas (albúminas, transferinas, complemento C3). La evaluación
inmediata posterior a la ingesta de alimentos significa elevación del potasio y
triglicéridos. Entre 2 y 4 horas después de la ingesta de comida ricas en grasas
origina una elevación de las fosfatasas alcalinas debido al aumento de la
actividad intestinal de la isoenzima, de los quilomicrones que dan un aspecto
turbio al suero, una dieta rica en proteínas incrementa en suero los niveles de
urea, amoniaco y ácido úrico (debido a las pirunas).
c. Etanol: La ingesta habitual de etanol, provoca elevación de lactato, ácido
úrico, acetaldehído, acetato, (metabolitos del etanol), así como las
transaminasas, enzimas (TGP, LDH, CK) y Triglicéridos.

d. Fármacos: Metabolitos analizados, Acción sobre los reactivos provocando del


analito determinado.

9. Procesamiento de muestras: Hematológicas, Bioquímicas y Serológicas

El método analítico ideal es exacto, preciso, sensible y específico. Da un resultado


correcto que es el mismo si se repite el análisis. Mide bajas concentraciones del analito
(sensible) y no padece la interferencia de otras sustancias (específico). Además, es
preferible que sea barato, sencillo y rápido de realizar. En la práctica, la prueba ideal no
existe, pero el bioanalista tiene que asegurarse de que los resultados son lo suficientemente
fiables para que el médico los considere útiles. El personal de los laboratorios hace grandes
esfuerzos para lograr todo esto y los métodos analíticos pasan por rigurosos
procedimientos de control de calidad y de garantía de la calidad.

a) Hematología
En el área hematología se tienen una serie de herramientas metodológicas que
permiten validar los resultados de los parámetros de manera automática, sin embargo,
nada suple que un especialista en hematología del laboratorio valore alteraciones más
sutiles en la forma de las células que los analizadores no pueden detectar.
El hemograma es el recuento de los eritrocitos, leucocitos y plaquetas y la
evaluación de algunas de sus características. Este estudio se realiza en analizadores
automáticos que necesitan que la sangre esté completamente líquida, por lo que no puede
formarse ningún grumo. Para evitar la coagulación, se utiliza la sangre tratada con ácido
etilendiaminotetraacético (EDTA) ya que es el anticoagulante de elección porque
mantiene la morfología y distribución celular en las mejores condiciones. Es importante
hacer el hemograma lo antes posible, si no se puede hacer antes de 3 horas se puede
mantener en nevera (4ºC) durante 24 h sin que sufra alteraciones.
Para los frotis se utiliza sangre entera con EDTA recién extraída, si no se puede
hacer la extensión inmediatamente se puede retrasar hasta un máximo de 2 h sin que sufra
alteraciones notables. Una vez realizada la extensión, se deja secar al aire y se procede a
la tinción. Si no se puede teñir en ese momento, siempre se debe fijar con metanol para
que no se degrade la muestra y, cuando sea posible, se teñirá con los colorantes.
El procesamiento de la muestra para los estudios de coagulación es una de las
partes más importantes por su gran sensibilidad. Se utilizan tubos de citrato sódico, cuya
relación estricta es de una parte de anticoagulante con nueve partes de sangre. Por lo tanto,
introducir la cantidad suficiente de muestra en estos estudios es un factor crítico de cara
al resultado. Una vez se ha enrasado el tubo, se debe homogeneizar unas 8-10 veces y
después dejar reposar unos 5 minutos para que se mezclen completamente ambos líquidos.
Tras el reposo, se vuelve a homogeneizar y se procede al análisis. Si se envía esta muestra
al laboratorio externo, se dejará reposar igualmente, se centrifugará y se recogerá el
plasma citrado en un microtubo para su posterior congelación

b) Bioquímica
El área de bioquímica clínica abarca una amplia gama de ensayos químicos y
bioquímicos in vitro que se realizan en muestras de pacientes para obtener información
diagnóstica y pronóstica.
La mayoría de los laboratorios de bioquímica clínica realizan dos tipos distintos
de pruebas diagnósticas (química clínica e inmunoensayos) utilizando analizadores de
gran tamaño y totalmente automatizados. Estos instrumentos se cargan manualmente o se
alimentan mecánicamente con tubos de muestras de pacientes (normalmente sangre o
suero, pero también esputo, orina o heces) y realizan un procesamiento y un análisis
completos sin más intervención del usuario.
Los parámetros bioquímicos se pueden obtener con suero o plasma. En clínica se
suele utilizar el plasma por su rápida obtención, mientras que el suero se destina a pruebas
especiales en laboratorios de referencia. La diferencia entre suero y plasma radica en la
presencia de factores de coagulación. En el plasma se encuentran presentes, mientras que
en el suero se han consumido dando lugar al coágulo. Los factores de coagulación son
proteínas que sí se encuentran en el plasma, por lo que el valor de proteínas totales será
menor en suero. La mayoría del resto de parámetros no sufren cambios relevantes.

Tabla 1. Procedimiento para la obtención de suero y plasma


Obtención de suero Obtención de plasma

1. Se elige un tubo sin anticoagulante. 1. Se elige el tubo adecuado para el


análisis, siempre con anticoagulante.
2. Se introduce la muestra dejándola
caer por la pared del tubo. 2. Se introduce la muestra dejándola
caer por la pared del tubo.
3. Se deja reposar durante varios
minutos, hasta que aparece un 3. Se invierte 10 a 20 veces para
coágulo. homogeneizarlo.

4. Se centrifuga 5 minutos a 1.500 rpm. 4. Se centrifuga 5 minutos a 1.500 rpm.

Otro estudio bioquímico es la gasometría, que es una técnica de evaluación del


estado respiratorio gracias a la medición de gases y otros parámetros, destinado a la
evaluación y evolución de pacientes críticos. La muestra de elección es la sangre arterial
y se extrae con una jeringa precargada con heparina. El artefacto contaminante más
habitual son las burbujas de aire. Se debe realizar el análisis de forma inmediata, ya que
el metabolismo celular continúa activo provocando cambios en todos los parámetros; se
puede retardar el metabolismo manteniendo la jeringa sobre una placa fría.

c) Inmunoserología

Es un área de análisis que nos permite la detección de anticuerpos que revelan la


presencia y actividad de microorganismos en el cuerpo humano, permitiendo así el
diagnóstico de enfermedades tales como Toxoplasma, VIH, Citomegalovirus, Hepatitis
(A, B, C) entre otras. La sección de Inmunoserología realiza estudios destinados
al diagnóstico de enfermedades infecciosas y virales humanas utilizando metodologías de
observación directa y detección de componentes serológicos para investigar anticuerpos
de tipo IgA, IgG e IgM.
Una prueba de serología de anticuerpos puede comprobar si el sistema inmunitario
de individuo cualquiera debería poder protegerle mejor contra ciertas enfermedades. Es
posible que tenga anticuerpos específicos en su sangre si:

 Ha estado infectado o expuesto a ese patógeno particular anteriormente. Su cuerpo


habría producido anticuerpos para combatir el patógeno. Estos anticuerpos
también pueden protegerle de otra infección o de tener síntomas graves.
 Ha recibido una vacuna contra el patógeno. Esto puede protegerlo al activar su
sistema inmunitario para que produzca anticuerpos contra el patógeno específico.

Los test serológicos son pruebas que se realizan en esta área del laboratorio y que
permiten conocer la respuesta inmunitaria contra un agente infeccioso. Se pueden utilizar
con fines diagnósticos o para estudios epidemiológicos.

Con respecto al procesamiento, primero se necesita extraer una muestra de sangre,


luego se centrifuga para extraer el suero. Se pueden utilizar diversas técnicas para detectar
la presencia de anticuerpos. Las más utilizadas actualmente en el contexto de pandemia
por SARS-CoV-2 son las siguientes:

 El ensayo de inmunoabsorción ligado a enzima (ELISA).

 Pruebas de flujo lateral, también conocidas como test de inmunocromatografía.

10. Interpretación de los resultados según los valores de referencia

Los rangos de referencia son una guía general de lo que se considera "normal". Si
su resultado es más alto o más bajo del rango que aplica a usted, puede ser un signo de un
problema de salud, pero no siempre. Es común para las personas sanas tener resultados
fuera del intervalo de referencia. Además, las personas con problemas de salud también
pueden tener resultados en un rango normal.
Cabe destacar, los intervalos se basan en resultados de pruebas de grandes números
de personas sanas. Una prueba puede tener diferentes rangos de referencias para diferentes
grupos de personas. Por ejemplo, puede haber intervalos diferentes para niños y adultos.

Tabla 2. Valores de referencia de la serie roja


Tabla 3. Valores de referencia de la serie blanca

Tabla 4. Valores de referencia de pruebas de coagulación y hemostasia

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