Muestra de Sangre
Muestra de Sangre
NÚCLEO DE SUCRE
ESCUELA DE CIENCIAS
DEPARTAMENTO DE BIOANÁLISIS
Facilitadora: Integrantes:
Lcda. Dubanny Velásquez Br. Aracelys Hernández; C.I: 31156952
Br. José Reyes; C.I: 29552089
Asignatura:
Prácticas Pre Profesionales II Sección 02
Existe dos tipos de sangre: una de color rojo brillante, la cual es rica en oxígeno
(O2), y corresponde a la sangre oxigenada o arterial. También existe un tipo de sangre de
color rojo oscuro, esta es rica en dióxido de carbono (CO2), y corresponde a la sangre
poco oxigenada o venosa.
No obstante, la sangre arterial y la venosa se diferencian en otros aspectos que
deben tenerse en cuenta. Mientras que la sangre arterial tiene una composición
prácticamente uniforme en todo el organismo, la sangre venosa varía su composición.
según la actividad metabólica del tejido que ha irrigado. Por lo tanto, el lugar en donde
se extrae la sangre venosa puede influir en su composición. Como se mencionó
anteriormente, la sangre venosa tiene menos oxígeno que la arterial, pero también se
diferencian por el pH, la concentración de dióxido de carbono y el hematocrito. A veces
también varían las concentraciones de glucosa, ácido láctico, amonio, etc.
La sangre capilar, por otro lado, es una mezcla de sangre de arteriolas, vénulas y
capilares, así como fluidos intersticiales e intracelulares. Por tanto, la sangre capilar
comprende tanto una parte venosa y como una parte arterial.
3. Tipos de punción
a) Punción venosa.
b) Punción arterial.
c) Punción capilar.
a) Punción venosa
La punción venosa suele realizarse en una de las venas de la fosa cubital, por su
grosor y superficialidad. La relativa facilidad con que se obtiene la sangre venosa hace de
esta técnica el principal método de obtención de sangre en los laboratorios de análisis
clínicos.
La zona idónea para la venopunción es la fosa antecubital, en la parte anterior del
brazo, bajo el codo; la distribución de las venas en esta zona está representada por las
venas cefálica, cubital mediana y basílica. Las que más se utilizan son las venas cefálica
y cubital mediana. Cuando estas venas no están disponibles o no son accesibles, se pueden
usar las venas del dorso de la mano.
b) Punción arterial
Es una vía que se utiliza menos, ya que es dolorosa, de difícil acceso y el paciente
puede tener riesgo de hemorragia y trombosis; en la práctica se emplea para la
determinación de gases y del pH.
La sangre arterial se utiliza para medir la presión de oxígeno y de dióxido de
carbono y para establecer el valor del pH, que es una medida del equilibrio ácido-básico
de la sangre. Estas determinaciones son útiles para evaluar los problemas médicos
relacionados con el sistema respiratorio. Son fundamentales en el estudio de problemas
de oxigenación que se producen en determinadas enfermedades.
El lugar que más se emplea para la punción es la arteria radial, en la zona interna
de la muñeca, la arteria humeral (braquial) en la flexura del antebrazo y la arteria femoral.
En recién nacidos o en lactantes pueden utilizarse otros lugares, como la arteria umbilical
o las arterias del cuero cabelludo. La extracción se lleva a cabo con una jeringa de vidrio
heparinizada. No deben utilizarse jeringas de plástico normales ni tubos de vacío.
La punción arterial es un procedimiento delicado, que requiere notable
experiencia. La sangre obtenida por punción arterial debería procesarse inmediatamente
después de extraída, por lo que, lo ideal, es contar con equipos de gasometría en la propia
sala donde se realiza la extracción. En todo caso, el traslado al laboratorio debe ser lo más
rápido posible, pues los resultados son tanto más fiables cuanto con mayor rapidez se
analice la muestra.
c) Punción capilar o punción capilar
Los anticoagulantes son aditivos que se eligen para asegurar que el componente
que se va a analizar cambia lo menos posible antes del proceso analítico, que tienen
propiedades para inhibir la coagulación sanguínea. Los anticoagulantes más usados para
toma de muestras son:
Un catéter en ocasiones se deja colocado durante semanas o meses para evitar los
pinchazos múltiples.
Técnica para la toma de muestra capilar en recién nacidos (prueba del talón):
Por otro lado, para la toma de muestra en el talón del pie se sigue un procedimiento
similar que la aplicada para la toma de muestra en el dedo, teniendo en cuenta que se debe
sujetar el talón con los dedos índice y pulgar, localizando la zona de punción y evitando
la zona media de la superficie del talón. Pinchar el talón con una lanceta, a una
profundidad no mayor de 2,4 mm; se deja que fluya la sangre y se carga un capilar
heparinizado. Para aumentar la circulación de la sangre, puede caldearse la zona del
pinchazo con un paño humedecido (o seco) y caliente (41 °C) durante un tiempo tres a
cinco minutos. Una vez hecho el pinchazo, secar los puntos de sangre en una superficie
plana no absorbente, que esté seca y limpia, a temperatura ambiente, evitando exposición
al sol o foco de calor.
Cabe destacar, la hemolisis en la sangre de los recién nacidos puede ser mayor que
en la de los adultos, debido a la mayor fragilidad de los hematíes y a los niveles elevados
de hematocrito.
e) Normas de bioseguridad
6. Técnicas de coloración
a. Método de Wright
1. Coloque las láminas, con el frotis hacia arriba sobre apones de goma
invertidos, colocados en una bandeja de coloración.
2. Cubra las láminas con solución colorante, y déjelo actuar por 1 a 2 minutos.
En esta etapa se fija el frotis a la lámina por desnaturalización de las
proteínas con el alcohol metílico.
3. Cubrir con agua neutra (amortiguador), evitando que la mezcla se derrame.
Mezcle inmediatamente soplando suavemente y dejar actuar (2 a 3
minutos).
4. Sin verter la mezcla, lave con agua destilada, cuidando que la capa metálica
superficial no se deposite sobre la preparación. Lave hasta que no quede
restos de colorantes.
b. Método de Giemsa
3. Cubrir con Giemsa diluido (1/10) con agua destilada a pH 6,8 y dejar actuar
20 minutos. 4. Lavar con agua destilada y seque al aire. 5. Limpie el dorso
del extendido de restos de colorantes.
7. Interferencias analíticas
a. Hemólisis: Denota la lisis anormal de los eritrocitos, la lisis provoca una descarga de
la enzima adenilatocinasa. Aumenta la concentración sérica del potasio, magnesio,
LDH, fosfatasa ácida y aldolasa. Larga permanencia de la sangre total en un
recipiente. Contaminación de la sangre con detergentes, agua, choque térmico. Las
muestras deben obtenerse por succión suave. La muestra debe trasvasarse lentamente
por las paredes del tubo después de ser eliminada la aguja.
a.1. Causas de la hemólisis:
8. Variables fisiológicas
b. Dieta: Está recomendado que para la valoración de ciertos analitos se haga una
dieta específica y un ayuno anterior de 12 ó 13 horas sin ingestión de ningún
alimento, líquido y sólido (sólo agua), normalmente este ayuno es en horas de
sueño para una muestra matutina. El ayuno prolongado (más de 24 horas)
puede estar relacionado con aumento de concentración sérica de la bilirrubina,
ácidos grasos no esterificados, algunos aminoácidos. Disminución de la
glucosa y proteínas (albúminas, transferinas, complemento C3). La evaluación
inmediata posterior a la ingesta de alimentos significa elevación del potasio y
triglicéridos. Entre 2 y 4 horas después de la ingesta de comida ricas en grasas
origina una elevación de las fosfatasas alcalinas debido al aumento de la
actividad intestinal de la isoenzima, de los quilomicrones que dan un aspecto
turbio al suero, una dieta rica en proteínas incrementa en suero los niveles de
urea, amoniaco y ácido úrico (debido a las pirunas).
c. Etanol: La ingesta habitual de etanol, provoca elevación de lactato, ácido
úrico, acetaldehído, acetato, (metabolitos del etanol), así como las
transaminasas, enzimas (TGP, LDH, CK) y Triglicéridos.
a) Hematología
En el área hematología se tienen una serie de herramientas metodológicas que
permiten validar los resultados de los parámetros de manera automática, sin embargo,
nada suple que un especialista en hematología del laboratorio valore alteraciones más
sutiles en la forma de las células que los analizadores no pueden detectar.
El hemograma es el recuento de los eritrocitos, leucocitos y plaquetas y la
evaluación de algunas de sus características. Este estudio se realiza en analizadores
automáticos que necesitan que la sangre esté completamente líquida, por lo que no puede
formarse ningún grumo. Para evitar la coagulación, se utiliza la sangre tratada con ácido
etilendiaminotetraacético (EDTA) ya que es el anticoagulante de elección porque
mantiene la morfología y distribución celular en las mejores condiciones. Es importante
hacer el hemograma lo antes posible, si no se puede hacer antes de 3 horas se puede
mantener en nevera (4ºC) durante 24 h sin que sufra alteraciones.
Para los frotis se utiliza sangre entera con EDTA recién extraída, si no se puede
hacer la extensión inmediatamente se puede retrasar hasta un máximo de 2 h sin que sufra
alteraciones notables. Una vez realizada la extensión, se deja secar al aire y se procede a
la tinción. Si no se puede teñir en ese momento, siempre se debe fijar con metanol para
que no se degrade la muestra y, cuando sea posible, se teñirá con los colorantes.
El procesamiento de la muestra para los estudios de coagulación es una de las
partes más importantes por su gran sensibilidad. Se utilizan tubos de citrato sódico, cuya
relación estricta es de una parte de anticoagulante con nueve partes de sangre. Por lo tanto,
introducir la cantidad suficiente de muestra en estos estudios es un factor crítico de cara
al resultado. Una vez se ha enrasado el tubo, se debe homogeneizar unas 8-10 veces y
después dejar reposar unos 5 minutos para que se mezclen completamente ambos líquidos.
Tras el reposo, se vuelve a homogeneizar y se procede al análisis. Si se envía esta muestra
al laboratorio externo, se dejará reposar igualmente, se centrifugará y se recogerá el
plasma citrado en un microtubo para su posterior congelación
b) Bioquímica
El área de bioquímica clínica abarca una amplia gama de ensayos químicos y
bioquímicos in vitro que se realizan en muestras de pacientes para obtener información
diagnóstica y pronóstica.
La mayoría de los laboratorios de bioquímica clínica realizan dos tipos distintos
de pruebas diagnósticas (química clínica e inmunoensayos) utilizando analizadores de
gran tamaño y totalmente automatizados. Estos instrumentos se cargan manualmente o se
alimentan mecánicamente con tubos de muestras de pacientes (normalmente sangre o
suero, pero también esputo, orina o heces) y realizan un procesamiento y un análisis
completos sin más intervención del usuario.
Los parámetros bioquímicos se pueden obtener con suero o plasma. En clínica se
suele utilizar el plasma por su rápida obtención, mientras que el suero se destina a pruebas
especiales en laboratorios de referencia. La diferencia entre suero y plasma radica en la
presencia de factores de coagulación. En el plasma se encuentran presentes, mientras que
en el suero se han consumido dando lugar al coágulo. Los factores de coagulación son
proteínas que sí se encuentran en el plasma, por lo que el valor de proteínas totales será
menor en suero. La mayoría del resto de parámetros no sufren cambios relevantes.
c) Inmunoserología
Los test serológicos son pruebas que se realizan en esta área del laboratorio y que
permiten conocer la respuesta inmunitaria contra un agente infeccioso. Se pueden utilizar
con fines diagnósticos o para estudios epidemiológicos.
Los rangos de referencia son una guía general de lo que se considera "normal". Si
su resultado es más alto o más bajo del rango que aplica a usted, puede ser un signo de un
problema de salud, pero no siempre. Es común para las personas sanas tener resultados
fuera del intervalo de referencia. Además, las personas con problemas de salud también
pueden tener resultados en un rango normal.
Cabe destacar, los intervalos se basan en resultados de pruebas de grandes números
de personas sanas. Una prueba puede tener diferentes rangos de referencias para diferentes
grupos de personas. Por ejemplo, puede haber intervalos diferentes para niños y adultos.