Preeclampsia
Preeclampsia
Preeclampsia
Definición y causas
Se llama preeclampsia a la presencia de hipertensión arterial >140/90, proteínas en orina >=
0,3gramos/litro en orina de 24 horas y retención de líquidos a nivel de todo el cuerpo
(edemas), durante el embarazo.
Síntomas
La preeclampsia es una enfermedad que se inicia con el embarazo de forma asintomática. La
enfermedad avanza de forma silenciosa, hasta que aparecen síntomas clínicos, y suele
manifestarse desde las 20 semanas de amenorrea, hasta los 3 días posteriores al parto.
Los síntomas pueden ser cefalea, dolor de estómago, incremento excesivo de peso, valores
de tensión arterial superiores a 140/90 y si se analiza la orina se detecta la presencia de
proteínas.
La enfermedad puede adquirir distintos grados de gravedad, según las cifras de tensión
arterial y la cantidad de proteínas eliminadas por la orina, así como por el grado de retención
de líquidos.
Diagnóstico
Para entender mejor el diagnóstico de la preeeclampsia se divide la enfermedad en cuatro
fases.
Sin embargo, aunque las distintas fases tienen una secuencia característica, el paso de unas
a otras es muy imprevisible, especialmente el paso de la fase clínica a la de complicaciones.
Tratamiento y Resolución
Esta enfermedad se cura al finalizar el embarazo. Por ello muchas preeclampsias no llegan a
la fase clínica, porque el parto soluciona el problema.
Síndrome de HELLP
El síndrome HELLP es una enfermedad prácticamente desconocida por las embarazadas y de
poca frecuencia, ya que el porcentaje de aparición a partir de los cuadros de preeclampsia es
inferior al 2%.
Definición y síntomas
Desde finales del siglo XIX, se habían descrito episodios de preeclampsia atípicos, con cursos
muy complicados. Estos cuadros clínicos fueron agrupados en el año 1982 por Weinstein con
el acrónimo HELLP. HELLP son las iniciales inglesas de:
H: Hemolysis (hemólisis).
EL: Elevated Liver Enzimas (elevación de las enzimas hepáticas).
LP: Low Platelets (plaquetas bajas).
El cuadro clínico del Síndrome de HELLP suele aparecer con sensación de malestar general
grave, náuseas, vómitos o dolor de estómago intenso, e incluso a veces dolor a nivel del
hígado. En ocasiones se producen alteraciones visuales o cefaleas, emisión de poca cantidad
de orina u orina oscura, fiebre, etc.
Diagnóstico
El diagnóstico precoz del Síndrome de HELLP, se basa en los síntomas clínicos ya descritos,
y en pruebas de laboratorio.
En las pruebas de laboratorio se pueden observar glóbulos rojos lesionados (en forma de
rueda dentada, rotos, etc.), que darán lugar a hemólisis y, como consecuencia, aumentará la
bilirrubina y, si las cifras son muy altas, provocará color amarillo de la piel (ictericia).
También se observa una disminución del número de plaquetas, entre 150.000 y 100.000
(HELLP clase III) o entre 100.000 y 50.000 (HELLP clase II) y menos de 50.000 (HELLP clase
I).
Asimismo, existe una disfunción hepática con elevación de las enzimas hepáticas,
transaminasas y lactodeshidrogenasa.
Todas estas alteraciones ocurren porque están lesionadas las células que recubren los vasos
sanguíneos (endotelio), a nivel de todos los órganos, pulmón (fallo cardiopulmonar), cerebro
(hemorragia intracerebral), hígado (rotura hepática) o fallo orgánico múltiple.
Tratamiento
El tratamiento del Síndrome de HELLP se basa en finalizar el embarazo.
Hay que valorar en primer lugar las condiciones maternas, debiendo poder ingresar a la
embarazada en un hospital que disponga de una Unidad Cuidados Intensivos Maternos y de
Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales.
En segundo lugar, hay que valorar la condición fetal y tener en cuenta las semanas de
gestación. Si la edad fetal es de unas 32 semanas de amenorrea, en un HELLP clase I menos
de 50.000 plaquetas, se asistirá al parto en 24 horas. Si la edad gestacional es menor, se
procurará madurar el pulmón del feto y estabilizar el HELLP, en ocasiones excepcionales, se
podrá continuar el embarazo por espacio de 2 ó 3 semanas, ingresando a la madre en la
Unidad de Cuidados Intensivos.
Parto y posparto
El síndrome de HELLP no supone que deba practicarse siempre una cesárea, pues
dependiendo de las semanas de gestación y de la madurez del cuello uterino, se puede
proceder a inducción al parto. Sin embrago, hay que reconocer que la tasa de cesáreas en
esta patología se halla entre el 65% y el 90%.
En caso de cesárea la incisión abdominal en algunas ocasiones deberá ser vertical, ya que en
esta patología concreta tiene menor riesgo de hemorragia e infección. En algunos casos se
deberán transfundir plaquetas, si hay menos de 50.000 y concentrados de hematíes, si se
produce hemorragia intensa.
Las mujeres que hayan sufrido un síndrome de HELLP tienen un riesgo de repetición en
próximos embarazos de entre el 20 y el 30%. Si la enfermedad se presentó antes del séptimo
mes de gestación, el riesgo de repetición estará alrededor del 60%.