05 Aprendizaje y Condicionamiento 2024

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Premio y castigo...

son las espuelas y riendas que ponen a trabajar y dirigen al género


humano. (JOHN L 0 C K E)

Aprendizaje y Condicionamiento

A principios de marzo, un nuevo año escolar comienza. Las faltas y debilidades


del año pasado quedan atrás; hacemos “borrón y cuenta nueva” y nos
disponemos a empezarlo bien. Con optimismo, nos proponemos estudiar
mucho, no llegar tarde al colegio, controlar el mal humor, ir al gimnasio, usar
menos el celular...

¿Qué probabilidad hay de lograr estos objetivos? A las pocas semanas, días o sólo
horas, la mayoría de nosotros vuelve a los viejos hábitos («. Quizá decidan que
intentar cambiar a estas alturas no tiene sentido porque no tienen la fuerza de
voluntad, la inteligencia o el valor necesario para hacerlo. Sin embargo, en este
capítulo vamos a ver que a veces la tenacidad, la inteligencia o el coraje no siempre
son suficientes para modificar los malos hábitos. Una vez que conozcan las leyes del
aprendizaje, se darán cuenta de que sus comportamientos pueden cambiar para
mejor y entenderán por qué no siempre cambiamos como nos gustaría.

En el lenguaje cotidiano, el término aprendizaje hace referencia a actividades


escolares, como memorizar datos geográficos, o a la adquisición de habilidades
prácticas, como aprender carpintería o costura. Pero en psicología, aprendizaje es
cualquier cambio relativamente permanente de la conducta -o de la capacidad para
llevar a cabo una conducta- producido por la experiencia (y no debido a la fatiga, las
lesiones o las enfermedades).

La investigación sobre el aprendizaje ha estado muy influida por el conductismo, la


escuela psicológica que explica el comportamiento en términos de acciones y
acontecimientos observables, sin hacer referencia a entidades internas como
«mente» o «voluntad». Los conductistas se centran sobre un tipo básico de
aprendizaje llamado condicionamiento, que implica la asociación entre estímulos
presentes en el entorno y respuestas a los mismos. De hecho, de manera informal en
ocasiones se hace referencia al conductismo como psicología del estímulo-respuesta
(E-R). Los conductistas han demostrado que dos tipos de condicionamiento, el clásico
y el operante, explican gran parte del comportamiento humano. Pero otros enfoques,
como las teorías del aprendizaje social y cognitivo, sostienen que omitir los procesos
mentales en la explicación del aprendizaje humano es como omitir la pasión en el
sexo: puede que se explique la forma, pero se pierde la esencia. Para los teóricos
¿Cuál de estas imágenes socio-cognitivos, el aprendizaje no consiste tanto en un cambio en la conducta
se relaciona mejor con observable como en un cambio en el conocimiento, o lo que es lo mismo, en nuestras
tu idea de Aprendizaje? posibilidades de actuar.

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aprendizaje: cambio
A CONTINUACIÓN relativamente permanente
en la conducta,
* ¿Por qué saliva un perro cuando ve una luz u oye un timbre si no puede observable (o en la
comérselos? conducta potencial)
debido a la experiencia.
* ¿Cómo ayuda el condicionamiento clásico a explicar el prejuicio?
* Si ha aprendido a tener miedo de los collies, ¿por qué es probable que también conductismo: enfoque
psicológico que pone el
tenga miedo de los pastores alemanes?
énfasis sobre el estudio de
la conducta observable y
el papel del entorno como
determinante de la
Condicionamiento clásico misma.

condicionamiento: tipo
A comienzos del siglo XX, el gran fisiólogo ruso Ivan Pavlov (1849-1936) básico de aprendizaje que
estudiaba la salivación en perros como parte de su investigación sobre la diges- implica asociación entre
tión, por la que le sería concedido el premio Nobel de Medicina. Uno de los estímulos ambientales y
procedimientos que empleó, consistía en practicar una pequeña incisión en el respuestas del organismo.
carrillo de un perro e insertar un tubo que condujera desde la glándula salivar
al exterior para poder medir la cantidad de saliva que secretaba. Con el fin de
estimular la producción de saliva, colocaba carne en polvo u otros alimentos
en la boca del animal. Todo perro, posee de manera innata el reflejo de
producir saliva ante estos alimentos.
Pavlov era un científico muy observador y con mucha dedicación a su
trabajo. Transmitía a sus alumnos esta pasión por los detalles y así, durante
uno de los estudios de salivación, un estudiante observó algo que la mayoría Figura 4.1
no hubiera tenido en cuenta: Una vez que un perro había estado en el UNA VARIACIÓN DEL
laboratorio unas cuantas veces, empezaba a salivar antes de que le pusieran la MÉTODO DE PAVLOV

comida en la boca. Con solo ver el plato en el que se le ponía e incluso ver a la En el aparato de la
izquierda, basado en las
persona que le alimentaba diariamente u oír sus pasos era suficiente para que técnicas de Pavlov, la
empezara a salivar. Claramente, estas nuevas respuestas salivares no eran algo saliva que fluye de la
innato, así que tenía que haberlas adquirido a través de la experiencia. mejilla del perro a través
de un tubo se mide
Pronto Pavlov se dio cuenta de que su alumno había dado con un mediante el movimiento
fenómeno muy importante y que constituye la base de gran parte del de una aguja en "un
aprendizaje de los seres humanos y otros animales. Denominó al fenómeno tambor rotatorio. En la
fotografía aparece Iván
reflejo «condicional», porque dependía de las condiciones del entorno, aunque Pavlov en el centro,
posteriormente un error en la traducción de sus escritos lo transformó en rodeado por sus alumnos
«condicionado», que es el término empleado más frecuentemente en la y un «sujeto canino».
actualidad.

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Pavlov abandonó el resto de sus proyectos y se
dedicó al estudio de los reflejos condicionados Condicionamiento
Estímulo
incondicionado (El):
durante las tres últimas décadas de su vida. ¿Por qué clásico: proceso mediante el
Término empleado en salivaban los perros ante algo no comestible? cual un estímulo
el condicionamiento previamente neutro adquiere
clásico para definir el la capacidad para producir
estímulo que produce Reflejos nuevos a partir de los una respuesta debido a su
una respuesta refleja asociación con otro estímulo
sin que medie viejos que ya producía una
aprendizaje. respuesta parecida o
Al principio, Pavlov estuvo especulando sobre
qué podrían pensar y sentir los perros que les llevara relacionada.
Respuesta
incondicionada (Rl): a babear antes de recibir la comida. ¿Quizá pensaban
Término empleado en algo como «¡Ah!, ¡qué bueno, esto quiere decir que
el condicionamiento
clásico para definir la es hora de comer»! Finalmente, sin embargo, decidió que especular sobre las
respuesta producida habilidades mentales del perro carecía de sentido y se centró en el análisis del
por un estímulo sin entorno en el que aparecía el reflejo condicionado (Todes, 1997). De acuerdo con
que medie Pavlov, el reflejo salivar original estaba formado por un estímulo incondicionado
aprendizaje.
(El), la comida, y una respuesta incondicionada (Rl), la salivación. Para él, el estímulo
Estímulo incondicionado era un acontecimiento u objeto que provocaba una respuesta
condicionado (EC): automáticamente o de forma refleja; y la respuesta incondicionada era la que se
Término empleado en
el condicionamiento producía automáticamente frente al estímulo incondicionado:
clásico para definir al
estímulo que siendo
inicialmente neutro,
tras aparecer asociado
al estímulo
incondicionado acaba
produciendo una
respuesta
condicionada.

Respuesta
condicionada (RC):
Término empleado en El aprendizaje se produce, según Pavlov, cuando un estímulo neutro, cualquiera
el condicionamiento que no produzca una respuesta concreta (como la salivación), se empareja
clásico para definir la habitualmente con el estímulo incondicionado:
respuesta producida
por un estímulo
condicionado; se
produce después de
que el estímulo
condicionado haya
sido asociado con él
estímulo
incondicionado.

El estímulo neutro pasa entonces a ser un estímulo condicionado (EC) que


produce una respuesta aprendida o respuesta condicionada (RC) que por lo general
es parecida a la respuesta inicial no aprendida. En el laboratorio de Pavlov la visión
del plato de comida, que anteriormente no producía salivación, se convertía en un
EC para la salivación:
El procedimiento por el cual un estímulo neutro llega a
convertirse en estímulo condicionado pasó a ser
conocido como condicionamiento clásico, también
denominado a veces pavloviano. Pavlov y sus alumnos
continuaron trabajando y demostraron que casi
cualquier cosa podía convertirse en un estímulo
condicionado para la salivación si se emparejaba con la
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comida: el tic-tac de un metrónomo, el sonido de una campana o un diapasón, la vibración de un timbre,
una palmada en la pata, un triángulo dibujado sobre una tarjeta e incluso un pellizco o una descarga
eléctrica. Desde entonces, otras muchas respuestas automáticas, involuntarias, además de la salivación,
tales como los latidos cardíacos, las secreciones estomacales, la tensión arterial, los movimientos reflejos,
el parpadeo y las contracciones musculares se han condicionado clásicamente. El intervalo óptimo entre la
presentación del estímulo neutro y la del estímulo condicionado depende del tipo de respuesta, pero en el
laboratorio a menudo es inferior a un segundo.

EXAMEN RAPIDO
A veces cuesta aprender la terminología del condicionamiento clásico, así que asegúrense de pasar este examen antes
de continuar:

A. Señale los estímulos incondicionados, las respuestas incondicionadas, los estímulos condicionados y las
respuestas condicionadas en estas dos situaciones:
1. Blanca tiene cinco años de edad y está mirando la tormenta desde la ventana. La caída de un rayo va
seguida de un gran trueno y al oír el ruido, la niña da un brinco. Vuelve a suceder lo mismo varias veces.
Tras un corto período de calma, cae otro rayo y Blanca al verlo brinca de nuevo.

2. A Gregorio se le hace la boca agua siempre que come algo que tenga limón. Un día, mientras mira un
anuncio en el que aparece un vaso grande de limonada/se da cuenta de que la boca se le hace agua.

A CONTINUACIÓN
* ¿Por qué los publicistas suelen incluir música agradable y escenas idílicas en sus anuncios?

* ¿Cómo explican los teóricos del condicionamiento clásico el miedo irracional a la altura o a los ratones?

* Si come caramelos de limón y a continuación se enferma de gripe, ¿podría cambiarle el gusto por los caramelos de
limón?

* ¿Por qué estar en la sala de espera del médico podría hacer que nos sintamos enfermos?

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El condicionamiento clásico en la vida
cotidiana
Si un perro puede aprender a salivar al oír una campana,
usted también. De hecho, probablemente haya aprendido
a salivar ante el sonido del timbre que indicaba la hora de
comer, por no decir nada de cuando escucha las palabras
tartas de chocolate, observa «deliciosas» fotografías de
alimentos en revistas u oye la voz que le llama diciendo,
«¡La cena está lista!». Pero el papel del condicionamiento
clásico va mucho más allá del aprendizaje de simples
respuestas condicionadas y nos afecta a diario de muchas
formas distintas.
Uno de los primeros psicólogos en percatarse de las
implicaciones cotidianas de la teoría de Pavlov fue John B. John B. Watson
Watson, fundador del conductismo estadounidense y (1878-1958)
promotor entusiasta de las ideas de Pavlov. Watson estaba
convencido de que la gran variedad de emociones y comportamientos humanos podía
explicarse mediante los principios del condicionamiento. Por ejemplo, pensaba que se
aprende a amar a otra persona cuando se la empareja con caricias y abrazos. Con el tiempo se
pudo ver que el amor, es en realidad mucho más complicado de lo que él pensaba. Pero sí
estaba en lo cierto sobre el poder del condicionamiento clásico para influir en nuestras
emociones, gustos y preferencias.

Aprender a querer
El condicionamiento clásico desempeña un papel muy importante en las respuestas
emocionales a objetos, personas, símbolos, acontecimientos o lugares. Puede explicar por qué
nos conmovemos si volvemos a ver el patio de nuestro colegio, o al ver la bandera de nuestro
país o al escuchar la música del Mundial de Fútbol, ya que estos lugares, objetos y situaciones
se asociaron en el pasado con sentimientos positivos:

Muchas técnicas publicitarias, lo sepan o no sus creadores, se basan también en los


principios que inicialmente demostrara Pavlov. En un estudio, unos estudiantes universitarios
vieron imágenes de un bolígrafo azul o beige, mientras la mitad de ellos escuchaba la banda
sonora de una película americana y la otra mitad música tradicional de la India (el experimento
asumía razonablemente que la música de la película americana resultaría más atractiva para
los jóvenes estadounidenses). Cuando más tarde se les pidió que eligieran uno de los bolí-
grafos, tres cuartas partes de los que habían oído música americana elegían el bolígrafo del

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color que se había presentado junto con ésta. A la inversa, tres cuartas partes de los
que escucharon la música india eligieron el bolígrafo de distinto color al presentado
con la música (Gorn, 1982).
En términos de condicionamiento clásico, la música funcionó como estímulo
incondicionado de las respuestas internas de agrado o desagrado y los bolígrafos
pasaron a ser estímulos condicionados que producían respuestas parecidas. Ahora
saben por qué los anuncios de televisión suelen emparejar los productos con música,
personas atractivas y otros sonidos e imágenes agradables.

Aprender a tener miedo


No sólo las emociones positivas pueden estar condicionadas clásicamente, también
lo pueden estar las reacciones de desagrado y los sentimientos negativos como el
miedo. Se puede aprender a tener miedo de casi cualquier cosa si se asocia con algo
que produzca miedo, sorpresa o vergüenza. Sin embargo, los seres humanos están
biológicamente predispuestos a mostrarse especialmente susceptibles a ciertos
miedos adquiridos. Es mucho más fácil condicionar el miedo a arañas, serpientes o a
la altura, que a mariposas, flores o tostadoras (Óhman y Mikena, 2001). Las primeras
pueden resultar peligrosas para la salud y por tanto, en el proceso evolutivo, los seres
humanos han adquirido una tendencia a aprender rápidamente a ser cautelosos ante
ellas.
Cuando el miedo a una situación u objeto se convierte en algo irracional que in-
terfiere con las actividades normales, se denomina fobia. Para demostrar que una
fobia puede aprenderse, John B. Watson y Rosalie Rayner (1920) instalaron
deliberadamente una fobia a las ratas en un bebé de once meses llamado Alberto. En
la actualidad, por razones éticas, semejante experimento no podría llevarse a cabo,
pero este estudio es un clásico aceptado en lo que respecta a su conclusión principal:
el miedo puede condicionarse.
El «pequeño Alberto» era un bebé tranquilo que rara vez lloraba. Cuando Watson
y Rayner le dieron una rata blanca de pelo suave como un peluche (una rata de verdad,
no de juguete) para que jugara, no le dio miedo, sino que, muy al contrario, parecía
encantado. Sin embargo, al igual que la mayoría de los bebés, a Alberto le daban miedo
los ruidos fuertes y cuando los investigadores golpeaban a su espalda una barra
metálica con un martillo, el bebé daba un brinco y se caía sobre el colchón en el que
estaba sentado. El ruido del martillazo era un estímulo incondicionado para la
respuesta incondicionada de miedo.
Una vez establecido que a Alberto le gustaban las ratas, Watson y Rayner se
dispusieron a enseñarle a temerlas. Le ofrecieron nuevamente una rata, pero en esta
ocasión, cuando se disponía a cogerla, uno de los investigadores golpeó la barra
metálica a su espalda, el bebé se asustó y cayó sobre el colchón. Repitieron el mismo
procedimiento varias veces y Alberto empezó a llorar y patalear. Finalmente, le
enseñaron la rata sin acompañarla de ningún ruido. Alberto se cayó, lloró e intentó
apartarse tan deprisa como pudo. La rata se había convertido en un estímulo
condicionado que producía miedo:

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Las pruebas realizadas cinco días después mostraron que el miedo de Alberto se
había generalizado a otros objetos peludos o de peluche, que incluían conejos blancos,
ovillos de algodón, una careta de Santa Claus e incluso el propio pelo de John Watson.
Lamentablemente Watson y Rayner perdieron el contacto con el pequeño, por lo
que nunca pudieron deshacer el condicionamiento. Sin embargo, Watson y Mary Cover
Jones sí consiguieron modificar el miedo condicionado en otro niño, un temor que era,
como Watson señaló, «desarrollado en casa», no inducido por psicólogos (Jones,
1924).
Peter tenía tres años y pánico a los conejos. Watson y Jones eliminaron este miedo
mediante contracondicionamiento, un procedimiento por el que el estímulo
condicionado que provoca la respuesta de miedo se empareja con otro estímulo que
produce una respuesta incompatible con ésta. En este caso, el conejo (EC) se emparejó
con leche y galletas, que producían en el niño una sensación agradable incompatible
con la respuesta condicionada de miedo. Al principio, los investigadores mantuvieron
el conejo a cierta distancia del niño, para que el miedo fuera menor, de no hacerlo así,
¡podría haber acabado temiendo la leche con galletas! Gradualmente, a lo largo de
varios días, fueron acercándole el conejo, hasta que finalmente, empezó a gustarle:

Peter llegó incluso a poder mantener al conejo en su regazo y jugar con él con una
mano, mientras comía con la otra.
Posteriormente, se desarrolló una variación de Contracondicionamiento:
este procedimiento para el tratamiento de las en el condicionamiento clásico,
fobias en adultos: la desensibilización sistemática. proceso de emparejamiento de
un estímulo condicionado con
un estímulo que produce una
Condicionamiento respuesta incompatible con la
de orden superior: Una explicación del gusto respuesta condicionada no
procedimiento por el deseada.
cual un – estímulo El condicionamiento clásico también puede explicar
neutro se convierte cómo aprendemos a que nos gusten o nos
en estimulo disgusten muchos olores y sabores. En el
condicionado debido laboratorio, los investigadores han enseñado a los animales a rechazar olores y
a su asociación con
alimentos emparejándolos con drogas que provocan náuseas u otros síntomas
un estímulo
condicionado
desagradables. Un investigador entrenó a babosas para que asociaran el olor a
previamente zanahorias, que habitualmente les gusta, con un producto químico de sabor amargo
establecido. que detestan, con lo que pronto aprendieron a evitar el olor de las zanahorias. Los
investigadores demostraron entonces la posibilidad de un condicionamiento de orden
superior emparejando el olor a zanahorias con el olor a patatas, olor que rápidamente
también empezaron a evitar las babosas.
Muchas personas han aprendido a detestar algunos alimentos tras tomarlos y caer
inmediatamente enfermas, incluso cuando los dos hechos no estaban relacionados. La

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comida, que previamente era un estímulo neutro, se convierte así en un
estímulo condicionado de la náusea o de cualesquiera otros síntomas que
produjera la enfermedad. El psicólogo Martin Seligman cuenta cómo él
mismo se condicionó para aborrecer la salsa bearnesa: una noche, des-
pués de haber cenado con su mujer un apetitoso filet mignon con salsa
bearnesa, se enfermó de gripe y, naturalmente, se sintió muy mal. Por
supuesto, su malestar no tenía nada que ver con la salsa, sin embargo,
cuando fue a comerla de nuevo se dio cuenta de que detestaba su sabor.
Nótese que, a diferencia de lo que ocurre en el condicionamiento en el
laboratorio, la aversión de Seligman a la salsa se produjo tras un solo
emparejamiento con la enfermedad y tras transcurrir un período de
tiempo considerable entre el estímulo condicionado y el incondicionado.
Es más, la esposa de Seligman no se convirtió en un estímulo condicionado
de la náusea, ni tampoco el plato, ni el camarero a pesar de que estaban
presentes en el mismo momento que la salsa bearnesa, ¿por qué? En un
experimento verdaderamente innovador, John García y Robert Koelling
(1966) darían con la respuesta, que pasaría a ser conocida como «el efecto
García», al demostrar que las ratas poseían una predisposición biológica a
asociar la náusea al sabor y no a estímulos visuales o auditivos.
Posteriormente, lo mismo se ha demostrado para muchas otras especies,
incluidos los seres humanos. Al igual que ocurre con la predisposición a
adquirir ciertos miedos, esta tendencia biológica ha evolucionado a través
de la selección natural porque aumenta la probabilidad de supervivencia
de la especie. En comparación con otros estímulos visuales o auditivos, los
alimentos venenosos tienen mayor probabilidad de que al ser ingeridos
vayan seguidos de enfermedad y muerte.
Los psicólogos han aprovechado este fenómeno para desarrollar
formas más humanas de disuadir a los depredadores de atacar al ganado,
empleando aversión condicionada al sabor en vez de trampas y venenos.
En un estudio clásico, los investigadores pusieron como cebo carne de
cordero inyectada con una sustancia que provoca vómitos; coyotes y lobos
lo comieron y desarrollaron aversión condicionada al sabor del cordero.
Dos de los lobos llegaron incluso a desarrollar ¡fobia a los corderos!
Técnicas parecidas de aversión condicionada al sabor se emplean para que
otros depredadores no ataquen a sus presas habituales; por ejemplo, los
mapaches a las gallinas, y los cuervos y cornejas a los huevos de cigüeña.

Reacciones a los tratamientos médicos


Los tratamientos médicos, a causa del condicionamiento clásico, pueden
producir una reacción de malestar o el alivio de los síntomas por razones
no relacionadas de ninguna manera con el tratamiento en sí mismo.
Por ejemplo, los enfermos de cáncer se enfrentan al problema de
generalizar las reacciones desagradables al tratamiento a una gama más
amplia de estímulos. La náusea y el vómito que produce la quimioterapia
a menudo se generalizan a la habitación en que se realiza, a la sala de
espera, a las batas de los médicos y enfermeros o al olor del alcohol. Las
sustancias químicas del tratamiento son el estímulo incondicionado de la
náusea y el vómito y al asociarse con ellos, estímulos que previamente
eran neutros se convierten en estímulos condicionados de estas

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respuestas. Incluso las imágenes mentales de los estímulos visuales y los
olores del hospital pueden convertirse en estímulos condicionados de la
náusea.
Algunos enfermos de cáncer también desarrollan una respuesta de ansiedad
condicionada frente a cualquier aspecto asociado a la quimioterapia. En un
estudio, los pacientes que bebían un refresco de lima-limón antes de las sesio-
nes, desarrollaban respuestas de ansiedad ante él (un ejemplo de condiciona-
miento de orden superior). Incluso experimentaban ansiedad si el refresco se
les ofrecía estando en casa y no en la clínica.
Por otro lado, algunos pacientes sienten que se reduce su miedo y ansiedad
cuando toman placebos (pastillas e inyecciones que no contienen principios
activos o tratamientos sin efectos físicos directos sobre el problema). Los
placebos pueden ser sorprendentemente poderosos, y cuanto más
sofisticados o impresionantes son, más fuertes son sus “efectos” psicológicos.
Por ejemplo, en la reducción del dolor, una pastilla inocua grande es más
eficaz que una pequeña, un placebo con etiqueta de marca es más eficaz que
uno sin nombre y una inyección placebo de suero salino es más eficaz que una
pastilla comparable. ¿Por qué funciona el placebo? Los psicólogos cognitivos
subrayan el papel de las expectativas, pero los conductistas dirían que el
placebo funciona porque la consulta en la que se administra la medicación, la
bata blanca del médico, las píldoras e inyecciones se convierten en estímulos
condicionados del alivio de los síntomas, ya que son estímulos que se han
asociado en el pasado con medicinas auténticas. Las medicinas son estímulos
incondicionados y la mejoría que aportan es la respuesta incondicionada, los
placebos asociados con ellas adquieren la capacidad para producir reacciones
parecidas, es decir, respuestas condicionadas.

EXAMEN RAPIDO
Esperamos que no se haya condicionado clásicamente a tener miedo a los exámenes. A ver si puede decir el término correcto que
corresponde al resultado de estas dos situaciones

1. Después de que un bebé haya aprendido a tener miedo de las arañas, también empieza a
tener miedo de las hormigas, los escarabajos y otros insectos parecidos.

2. A una niña le da miedo bañarse, así que su padre llena sólo un poco la bañera y le da un
chupetín mientras la mete en el agua. Al poco tiempo, la niña ya no tiene miedo a bañarse.

A CONTINUACIÓN
• ¿Qué tienen en común halagar a los niños y dejar de retarlos?
• ¿Cuál es la mejor manera de persuadir a alguien para que deje de interrumpirle mientras
estudia?

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Condicionamiento operante
A finales del siglo xix, en el primer estudio científico conocido sobre la ira, G.
Stanley Hall (1899) pidió a un grupo de personas que describieran episodios de
enfado que hubieran sentido o presenciado. Alguien dijo que una niña de tres
años se puso a llorar y a sollozar enrabietada cuando le castigaron a quedarse en
casa sin salir a pasear; en medio de la rabieta, paró y preguntó con voz
perfectamente tranquila a la niñera si su padre estaba en casa, cuando le res-
pondió que sí, la niña se puso a llorar de nuevo inmediatamente, más fuerte que
antes.
Está claro que la niña del estudio de Hall no lloraba por dolor, miedo ni por
estar enferma. En el pasado había aprendido que llorar atraía la atención y que
con ello acababa consiguiendo ir a pasear como quería. Su conducta de rebeldía
es perfectamente comprensible porque anteriormente había sido recompensada
por ella. Esta pataleta ilustra una de las leyes más básicas del aprendizaje: la
mayor o menor probabilidad de que ocurra una conducta depende de las consecuencias
de esa conducta.
El énfasis sobre las consecuencias ambientales es el núcleo del segundo tipo
de aprendizaje estudiado por los conductistas: el condicionamiento operante. En
el condicionamiento clásico, no importa si la conducta de animales o personas
Una experiencia de tiene o no tiene consecuencias. Por ejemplo, en el procedimiento de Pavlov, el
aprendizaje instantáneo perro aprendía a asociar dos acontecimientos que escapaban a su control (el tono
y la comida) y recibía la comida aunque no hubiera salivado. Pero en el
condicionamiento operante, la respuesta del organismo (los sollozos de la niña)
opera o tiene efectos sobre el entorno, que a su vez determina que la respuesta
vuelva o no a producirse.
Los condicionamientos clásico y operante también difieren en la clase de res-
puestas que implican. En el primero éstas suelen ser reflejas, reacciones auto-
máticas frente a algo que ocurre en el entorno como la comida o el sonido de la
campana. Las respuestas en el condicionamiento operante en general son
complejas, como por ejemplo andar en bicicleta, escribir una carta, escalar una
montaña... o armar una rabieta.

Condicionamiento
operante: El nacimiento del conductismo radical
Proceso mediante el que
aumenta o disminuye la Aunque inicialmente no se denominó así, el condicionamiento operante se
probabilidad de que empezó a estudiar a comienzos del siglo XX. Edward Thórndike (1898), por
ocurra una conducta entonces estudiante de doctorado, hizo el planteamiento inicial observando
dependiendo de sus
gatos que intentaban escapar de una caja problema para poder comerse el pes-
consecuencias.
cado situado en el exterior. Al principio, los gatos arañaban, mordían o golpea-
ban distintas partes de la jaula de manera anárquica. Transcurridos unos
minutos, por azar solían dar con la respuesta adecuada (aflojar un tornillo, tirar
de una cuerda o apretar un botón) y salían corriendo para obtener la recom-
pensa. Si se les colocaba nuevamente en la caja, tardaban menos en escapar y
tras varios intentos o ensayos daban con la respuesta correcta inmediatamente.

Aprendizaje y Condicionamiento 49
De acuerdo con Thorndike, esta respuesta había sido «grabada» debido a que había
obtenido un resultado satisfactorio, la obtención de comida. Por otra parte, los
resultados enojosos o insatisfactorios «borrarían» la conducta. Thorndike fue el primero Reforzamiento:
en proponer que la conducta es controlada por sus consecuencias. proceso por el cual
un estímulo o
Este principio general fue ampliado y elaborado para comportamientos más acontecimiento
complicados por Burrhus Frederic Skinner (1904-1990), quien denominó a este enfoque fortalece o aumenta
«conductismo radical» para diferenciarlo del propuesto por Watson, que ponía el énfasis la probabilidad de
ocurrencia de la
sobre el condicionamiento clásico. Skinner argumentaba que, para entender la conducta, respuesta a la que
hay que atender a sus causas externas y a sus consecuencias. Sostenía que, para explicar sigue.
la conducta, hay que mirar hacia el exterior y no hacia el interior del organismo.

Las consecuencias de la conducta Castigo: proceso


por el cual un
En el análisis de Skinner, que ha inspirado un número enorme de investigaciones, estímulo o
una respuesta o conducta puede tener tres tipos de consecuencias: acontecimiento
debilita o reduce la
probabilidad de
1. Una consecuencia neutra, que ni aumenta ni disminuye la probabilidad de que ocurrencia de la
la respuesta vuelva a producirse. Si una puerta hace ruido cuando se la abre, respuesta a la que
pero uno ignora el ruido y el ruido no tiene ningún efecto sobre la probabilidad sigue.
de que vuelva a abrir la puerta en el futuro, se considera una consecuencia
neutra.

2. El reforzamiento fortalece la respuesta, o aumenta la probabilidad de que vuelva


a ocurrir. Cuando el perro pide comida en la mesa y su dueño le da una chuleta
de cerdo de su plato, es más probable que sus demandas y súplicas aumenten:

Los refuerzos son prácticamente equivalentes a recompensas y por tanto


muchas veces se emplean ambos términos como sinónimos.

3. El castigo debilita la respuesta o reduce la probabilidad de que vuelva a


producirse. Cualquier estímulo o acontecimiento aversivo (desagradable) puede
ser un castigo. Si el perro pide comida en la mesa y su dueño lo golpea en la nariz
con el dedo mientras le dice que no, es probable que sus ruegos disminuyan,
siempre que luego no se sienta culpable y de todas formas le dé la chuleta:

Aprendizaje y Condicionamiento 50
Los padres, madres, empresarios y gobiernos recurren continuamente a los
refuerzos y castigos, para hacer que los niños se porten bien, que los empleados
trabajen y que los ciudadanos paguen los impuestos, pero no siempre los utilizan
de manera eficaz. Por ejemplo, a veces esperan demasiado tiempo hasta
proporcionar el refuerzo o el castigo, cuando éstos son más eficaces cuanto más
inmediatamente sigan a la conducta. Es más probable que uno siga respondiendo
si no tiene que esperar años a que le den el sueldo, a recibir una sonrisa o a
obtener una buena nota. Si hay demora, durante el intervalo de espera se
producen otras respuestas y por tanto no se establece la conexión buscada entre
la conducta deseada o no deseada y las consecuencias.

Refuerzos y castigos primarios y secundarios. La comida, el agua, la luz o la


temperatura ambiental agradable son refuerzos naturales porque satisfacen
Refuerzo necesidades biológicas. Se les denomina por tanto primarios. De la misma manera,
primario:
el dolor, el calor y el frío extremos son castigos en sí mismos y por tanto se
estímulo que en sí
mismo constituye denominan primarios. Los refuerzos y castigos primarios son muy poderosos, pero
un refuerzo, también conllevan inconvenientes conocidos tanto en la investigación como en la
habitualmente vida real. Por una parte, un refuerzo primario no es eficaz con un animal o persona
porque satisface que no esté en estado de deprivación; por ejemplo, un vaso de agua no supone
una necesidad
fisiológica; por ningún refuerzo si uno acaba de beberse tres. Además, por razones éticas obvias,
ejemplo, la los psicólogos no pueden ir por ahí utilizando castigos primarios (pegar a los
comida. sujetos) o retirando refuerzos primarios (hacer que ayunen).
Castigo
primario: Afortunadamente, la conducta es controlable con la misma eficacia mediante los
estímulo que en sí refuerzos y castigos secundarios, que son aprendidos. Dinero, elogios, aplausos,
mismo constituye buenas notas, premios y medallas son refuerzos secundarios habituales, en tanto
un castigo; por que criticar, menospreciar, abuchear, reñir, poner multas y malas notas son
ejemplo, una castigos secundarios frecuentes. Los refuerzos y castigos secundarios adquieren
descarga eléctrica.
su capacidad para influir sobre la conducta mediante el emparejamiento con los
Refuerzo primarios. Si esto les recuerda al condicionamiento clásico, ¡felicitaciones!
secundario: ¡Queremos que se sientan reforzados por su excelente razonamiento! De hecho,
estímulo que ha los refuerzos y castigos secundarios, a menudo, se denominan condicionados. El
adquirido
propiedades dinero es uno de los refuerzos secundarios que más poder ejerce, porque puede
reforzantes debido cambiarse por refuerzos primarios como comida y vivienda, pero también
a su asociación con asociarse a otros secundarios, como elogio y respeto.
otros refuerzos.

Castigo
secundario: Refuerzos y castigos positivos y negativos. En el ejemplo del perro, algo agradable
estímulo que ha (la chuleta) ha seguido a la petición, de manera que la conducta se incrementará.
adquirido De la misma manera, si la conducta de estudiar va seguida de buenas notas, es
propiedades
punitivas debido a
más probable que el esfuerzo por estudiar continúe o aumente. Se llama
su asociación con reforzamiento positivo a este tipo de situación en la que una consecuencia
otros castigos. agradable aumenta la probabilidad de que la conducta se repita. Pero también hay
reforzamientos negativos, donde se retira o se pone fin a una situación
desagradable. Por ejemplo, si a uno lo retan por no estudiar, pero dejan de hacerlo
cuando se pone a estudiar, es más probable que uno estudie para que no lo reten:

Aprendizaje y Condicionamiento 51
Reforzamiento positivo:
Procedimiento por el que una respuesta es seguida de la
presentación o aumento en la intensidad de un refuerzo;
como resultado, la respuesta se fortalece o aumenta la
probabilidad de que ocurra.

Reforzamiento negativo:
Procedimiento por el que una respuesta es seguida de la
retirada, retraso o descenso en la intensidad de un estímulo
desagradable; como resultado, la respuesta se fortalece o
aumenta la probabilidad de que ocurra nuevamente.

La distinción entre positivo y negativo


también es aplicable a los castigos: tras una conducta, podría producirse NO CONFUNDIRSE:
una situación desagradable (castigo positivo), o finalizar una agradable cuando hablamos de castigos y
(castigo negativo). Por ejemplo, si a una alumna sus amigos le toman el refuerzos, «positivo» y
pelo por ser una traga libros (castigo positivo) o si el estudio le impide «negativo» no tienen nada
relacionarse con ellos (castigo negativo), podría dejar de estudiar:
que ver con «bueno» y
«malo», sino que hacen
referencia al procedimiento, es
decir, a si se presenta o se
retira algo.

La diferencia entre reforzamiento y castigo positivo y negativo ha sido


fuente de confusión para muchos estudiantes y ha destrozado muchas
mentes brillantes. Para no confundirse y comprender bien estos términos
hay que fijarse en que «positivo» y «negativo» no tienen nada que ver
con «bueno» y «malo», sino que hacen referencia al procedimiento, es
decir, a si se presenta o se retira algo.
En el caso del reforzamiento, piense en un refuerzo positivo como dar
u obtener algo (imaginen un signo positivo, de suma) y en un refuerzo
negativo como evitar una situación desagradable o escapar de ella
(imaginen un signo negativo, de resta). En ambos casos aumenta la
probabilidad de ocurrencia de la respuesta. ¿Recuerdan qué le
ocurrió al pequeño Alberto cuando aprendió a tener miedo de las ratas
por condicionamiento clásico? Una vez adquirido el miedo, gatear para
alejarse de la situación temida es una respuesta de escape reforzada
negativamente. El reforzamiento negativo que supone escapar o evitar

Aprendizaje y Condicionamiento 52
algo desagradable explica por qué algunas fobias son tan duraderas. Al evitar el
objeto o situación temida y no enfrentar la situación, desaparecen las
oportunidades de que el miedo se extinga.
Es razonable que a veces se confunda el reforzamiento negativo con el castigo
positivo, ya que ambos implican estímulos desagradables. Sin embargo, en el
castigo, el estímulo desagradable es aplicado, en tanto que en el reforzamiento
negativo, es retirado. Para no equivocarse, hay que recordar que el castigo, sea
positivo o negativo, siempre reduce la probabilidad de que la respuesta
vuelva a ocurrir, en cambio, el refuerzo, sea positivo o negativo, siempre hace
que la probabilidad de respuesta aumente.
Uno podría reforzar positivamente el estudio de este material haciendo un
descanso. Además, a medida que se lo vaya comprendiendo, se reducirá la
ansiedad, lo cual es un refuerzo negativo del estudio. En cualquier caso, esperamos
que no estén castigando sus esfuerzos con ideas como «Nunca lo voy a entender»
o «¡Es demasiado difícil!».

EXAMEN RAPIDO
¿Cuáles serán las consecuencias de no responder a las siguientes preguntas?

1. Una niña trata de convencer a su padre para que le dé una galleta; el padre se niega, pero
finalmente, para que la niña le deje en paz, le da la galleta.
Para él, que acaben los ruegos de la niña es un __________________________ ; para ella, la galleta
es un _________________________________________________________ _.

2. Después de pagar una multa, un conductor procura no volver a estacionar en el espacio


reservado para discapacitados. La pérdida del dinero es un ____________________________ .

3. Señalen cuáles son refuerzos secundarios: monedas cayendo en una máquina tragamonedas,
una medalla por ganar un torneo, un caramelo, un sobresaliente en un examen, puntos en la
tarjeta de pasajero habitual.

4. Durante la «hora feliz» o “Happy hour”, algunos bares y restaurantes reducen el precio de las
bebidas y dan aperitivos gratuitos. ¿Qué conducta no deseada podríamos estar reforzando
mediante esta práctica?

A CONTINUACIÓN

• ¿Por qué parece siempre ser poco todo lo que se hace para acabar con la delincuencia?
• ¿Cuál es la mejor manera de disuadir a los niños de que hagan un berrinche?
• ¿Por qué pagar por las buenas notas puede tener consecuencias negativas?

Aprendizaje y Condicionamiento 53
El condicionamiento operante en la vida
cotidiana
Los principios del condicionamiento operante han aclarado muchos de los
misterios del comportamiento de los seres humanos y de por qué, a pesar de acudir
a cursos para ello y de tener buenas intenciones, es difícil cambiar a pesar de querer
hacerlo. Si la vida en casa y en el trabajo sigue llena de los mismos refuerzos, castigos
y estímulos discriminativos (un jefe malhumorado, una pareja insensible, una nevera
repleta de calorías y grasas) será difícil generalizar cualquier respuesta nueva que se
aprenda.
Para ayudar a la modificación de los hábitos indeseados, peligrosos o
autodestructivos, los conductistas han trasladado los principios operantes del
laboratorio al mundo real de las aulas, campos de deportes, prisiones, instituciones
psiquiátricas, residencias, centros de rehabilitación, guarderías, fábricas y oficinas.
Se denomina modificación de conducta al uso de las técnicas operantes (y clásicas)
en estos entornos reales.
La modificación de conducta ha conseguido
algunos éxitos espectaculares , por ejemplo, los
terapeutas han enseñado a los niños a usar el inodoro
en unas pocas sesiones ; a personas con retraso
cognitivo a comunicarse, vestirse, relacionarse y
ganarse la vida ; a personas con lesiones cerebrales a
controlar conductas inapropiadas, centrar la atención
y mejorar las habilidades lingüísticas ; a niños autistas
a mejorar sus destrezas sociales, lingüísticas y
académicas mediante programas eficaces
especialmente diseñados para ello ; y a muchas
personas a deshacerse de hábitos como fumar,
morderse las uñas, o a adquirir otros como tocar el
piano o estudiar. En el ámbito de las empresas, es conocida la
Otros profesionales que no son psicólogos también han importancia del reconocimiento frecuente a los
aplicado las técnicas conductuales con éxito; por ejemplo, en empleados, como forma de reforzar las conductas
que conforman un buen desempeño
Berkeley (California) la policía, cansada de poner multas para
castigar los malos hábitos de los conductores, comenzó a
premiar a los buenos conductores cuando cedían el paso o dejaban a los peatones
cruzar en los pasos de cebra. Los refuerzos eran cupones canjeables por cafés,
helados y otros premios. Al principio los conductores se mostraban temerosos,
¡estaban condicionados a esperar malas noticias cada vez que un policía los
paraba!, pero al final, el programa dirigido a que los conductores fueran más
pacientes y corteses, fue adoptado por otros municipios que llegaron a repartir
cupones canjeables por 20 dólares de compra en el supermercado (Los Angeles Modificación de
Times, 19 de abril de 2001). conducta:
Aplicación de técnicas de
condicionamiento para
enseñar nuevas
respuestas y reducir o
eliminar conductas
desadaptativas o
problemáticas.

Aprendizaje y Condicionamiento 54
Sin embargo, los esfuerzos para aplicar los principios del condicionamiento a
problemas cotidianos no siempre se ven recompensados, quizá por no haber
llegado a comprenderlos del todo y tardar demasiado en administrar el refuerzo
o reforzar de manera intermitente la conducta no deseada. A continuación,
Pensamiento Crítico veremos que tanto refuerzos como castigos tienen sus contrapartidas.

Pros y contras del castigo


Examinar la evidencia
En su novela Walden Dos (1948/1976), Skinner imaginó una sociedad utópica
A menudo el castigo es la mejor en la que los refuerzos eran empleados de una manera tan sabia que apenas se
respuesta ante el mal producían comportamientos indeseables. Lamentablemente, no vivimos en la
comportamiento. Se da por utopía y los hábitos indeseables y los comportamientos antisociales son
supuesto que multar, frecuentes, de manera que hay que abordar su modificación.
encarcelar, gritar o pegar a El castigo podría parecer una solución obvia. Casi todos los países occidentales
alguien son maneras de cambiar han prohibido el castigo físico escolar pero en 23 estados de Estados Unidos lo
las conductas no deseadas. permiten en casos de alteración del orden, vandalismo y otros comportamientos
erróneos. En Estados Unidos el encarcelamiento de los ciudadanos por crímenes
¿Qué demuestra la evidencia?
no violentos, como el consumo de drogas, y la aplicación de la pena de muerte
por crímenes violentos es también más frecuente que en los otros países
desarrollados. Y por supuesto, en todas partes las personas se castigan entre sí a
diario con gritos, insultos, desaires, multas y enfados. ¿Sirven estos castigos?

Cuando el castigo funciona. A veces el castigo funciona sin ninguna duda. Se


dan casos de niños con graves alteraciones cognitivas que se muerden los dedos
hasta dejárselos en carne viva, se introducen objetos en los ojos o se arrancan el
pelo. Ignorar estas conductas conduciría a lesiones graves y responder con
preocupación y afecto podría, sin querer, reforzar la conducta. Sin embargo, el
castigo inmediato de estas conductas autolesivas consigue eliminarlas y el uso de
formas leves de castigo como echar agua en la cara con un espray o decir «¡No!»
con firmeza es tan eficaz como el uso de métodos más duros, como las descargas
eléctricas.
El castigo sirve también para disuadir a algunos delincuentes jóvenes de reinci-
dir en sus delitos. Un estudio de los registros criminales de los varones nacidos en
Programa de Dinamarca entre 1944 y 1947 (aproximadamente 29.000) examinó los arrestos
reforzamiento repetidos y la reincidencia hasta los 26 años. Encontró que, tras un arresto, el
intermitente castigo reducía la tasa de arrestos posteriores tanto para delitos mayores como
(parcial): programa
de reforzamiento en menores, aunque la reincidencia seguía siendo alta (Brennan y Mednik, 1994). Sin
el que una respuesta embargo, en contra de lo esperado por los investigadores, daba igual la severidad
concreta es algunas del castigo, ya que las multas y la libertad condicional resultaban tan efectivas
veces, aunque no como el encarcelamiento. Lo más importante era la consistencia del castigo, lo
siempre, reforzada.
cual es comprensible, porque cuando los delincuentes consiguen eludir el castigo,
Extinción: su conducta se ve reforzada de manera intermitente y se hace por tanto más
debilitamiento y en resistente a la extinción.
último término
desaparición de una
respuesta aprendida;
en el
condicionamiento
operante, se produce
cuando la respuesta
ya no es seguida de
un refuerzo.

Aprendizaje y Condicionamiento 55
Lamentablemente, ésta es la situación en muchos lugares, donde a los delin-
cuentes juveniles se les castiga de manera mucho menos consistente que en
Dinamarca, porque fiscales, miembros del jurado y jueces no quieren enviarles a
prisión cuando ésta es la única opción punitiva, con lo que reciben una reprimenda y
se les pone en libertad (Brennan y Sarnoff, 1994). Así, paradójicamente, la política de
castigos duros da lugar en la práctica a castigos ineficaces o a que no se castigue en
absoluto.
En resumen, estos resultados ponen de manifiesto que el castigo puede reducir la
delincuencia, pero también que las leyes duras y los esfuerzos simplistas para
«erradicarla» fracasan o incluso tienen el efecto contrario. Por ejemplo, a pesar de
tener altas tasas de encarcelamiento, Estados Unidos sigue teniendo un índice más
alto de delitos con violencia que muchos países desarrollados. Por otra parte, otros
estudios muestran que ni altas tasas de encarcelamiento ni la pena de muerte han
sido efectivas en la reducción de los hechos delictivos o violentos. (Currie, 1998).

Cuando el castigo fracasa. Tanto estudios de campo


como de laboratorio demuestran que el castigo que se
usa habitualmente en familias, escuelas y lugares de
trabajo fracasa por varias razones:

A menudo el castigo se administra de manera


inadecuada o sin pensar. Dar una bofetada o insultar
sin pensar en pleno ataque de ira significa aplicar el
castigo de forma tan amplia que puede afectar a toda
clase de conductas irrelevantes. Incluso cuando las
personas no se dejan llevar por la ira, es fácil que no
sepan aplicar el castigo adecuadamente. Un estudiante
comentó que su padre y su madre solían castigarles,
antes de salir y dejarles solos, por lo mal que iban a por-
tarse, con lo que naturalmente nunca se molestaban en
portarse como angelitos.

Quien recibe el castigo suele responder con ansiedad, miedo o ira. Por un
proceso de condicionamiento clásico, estos efectos emocionales colaterales se
generalizan a toda la situación en la que se produce el castigo, es decir, el lugar, las
circunstancias y la persona que lo aplica. Las reacciones emocionales negativas
pueden crear más problemas de los que resuelva el castigo. Un adolescente que ha
sido castigado severamente podría devolver el golpe o huir; una esposa
constantemente insultada sentirá amargura y resentimiento y se vengará mediante
pequeños actos hostiles; recibir castigos físicos durante la infancia es un factor de
riesgo de depresión, baja autoestima, conductas violentas y muchos otros problemas
(Barrish, 1966; Strauss y Cantor, 1994).

A menudo, la eficacia del castigo es transitoria y depende en gran medida de


la presencia de la persona que lo aplica y de las circunstancias. Seguro que todos
podemos recordar algunas travesuras infantiles que nunca cometíamos si nuestros
padres estaban presentes, pero que volvíamos a hacer en cuanto se marchaban. Lo
que verdaderamente aprendimos es a que no nos atraparan.

Aprendizaje y Condicionamiento 56
La mayoría de las conductas indeseables son difíciles de castigar
inmediatamente. El castigo, al igual que el refuerzo, es más eficaz si sigue de
manera inmediata a la respuesta. Fuera del laboratorio es difícil lograr un castigo
rápido, con lo que durante el período de demora, la conducta se ha reforzado en
muchas ocasiones. Por ejemplo, si cuando llegamos a casa castigamos al perro por
haber roto la caja de galletas y habérselas comido, no se logrará nada, ya que el
comportamiento inadecuado ya ha sido reforzado por todas esas deliciosas galletas.

El castigo transmite poca información. Si sigue inmediatamente a la conducta,


el castigo informa sobre lo que no hay que hacer, pero no dice nada sobre lo que
hay que hacer. Por ejemplo, pegarle a un bebé porque se ha orinado encima no le
enseña a ir al baño; retar a un niño por tardar demasiado en hacer los deberes no le
enseña a hacerlos más deprisa.

Una acción que pretende ser un castigo se convierte en un refuerzo porque lo


que se hace con ella es prestar atención. De hecho, a veces, lo que la persona
busca con un capricho es llamar la atención. Cuando una madre reta a su hija porque
hace una rabieta, podría estar en verdad administrando el refuerzo buscado, es
decir, prestándole atención. En clase, los profesores que retan a los niños delante
de sus compañeros, convirtiéndoles así en centro de atención, suelen reforzar sin
querer el mal comportamiento que intentan eliminar.
Debido a todos estos problemas, la mayoría de los psicólogos piensa que en la
mayor parte de las ocasiones el castigo, sobre todo si es severo, no logra eliminar
la conducta no deseada. En caso de utilizarlo, hay que tener presentes las
siguientes pautas:
(1) no debe incluir maltrato físico; en vez de pegar, puede emplearse «tiempo
fuera» (sacar al sujeto de la situación donde recibe refuerzo), o castigos negativos
(pérdida de privilegios);
(2) ha de ir acompañado de información sobre la conducta que hubiera sido
adecuada; y
(3) siempre que sea posible, ha de ir seguido por el refuerzo de una conducta
deseada.
Afortunadamente, existe una buena alternativa al castigo: la extinción de las
respuestas que no queremos que se produzcan. Por supuesto la forma más simple
de extinción, que sería ignorar la conducta, no es siempre posible, no es fácil
ignorar la petición constante de galletas antes de cenar, las interrupciones de los
compañeros o los ladridos del perro. Además, ignorar una conducta no es siempre
adecuado. El profesor no puede ignorar las peleas de los alumnos; el dueño de un
perro, los ladridos que molestan a los vecinos; los padres y madres, la adicción a
los videojuegos porque jugar a ellos es reforzante en sí mismo. Una posible
solución es combinar la extinción de las acciones no deseadas con el refuerzo de
otras alternativas. En el último ejemplo, se podría ignorar la petición de «sólo un
rato más», a la vez que se elogia hacer otra cosa incompatible con el videojuego,
como leer o jugar al básquet.

Aprendizaje y Condicionamiento 57
Los problemas de los premios
Hasta ahora no hemos hecho más que alabar las virtudes del
refuerzo, pero al igual que ocurría con el castigo, los premios no
siempre funcionan de la manera esperada. Vamos a ver dos com- Pensamiento Crítico
plicaciones que suelen surgir al emplearlos:
Uso inadecuado de los refuerzos. Imaginen que son el No simplificar
profesor o profesora de cuarto año y que una alumna, con poca
seguridad en sí misma y poca motivación para el estudio, les Como los refuerzos aumentan la proba-
entrega un trabajo muy pobre y lleno de errores gramaticales y bilidad de las conductas deseables
algunos profesores optan por poner
faltas de ortografía, ¿qué deberían hacer?
siempre buenas notas, sean o no
Hay personas que creen que habría que ponerle una buena
merecidas. ¿Mejora esta práctica la
nota para fortalecer la autoestima de la niña. De hecho, son
autoestima de los estudiantes? ¿Qué
muchos los profesores que hacen comentarios elogiosos,
están recompensando en verdad estos
escriben palabras de ánimo o reparten buenas notas con la refuerzos?
esperanza de que el rendimiento académico mejore a medida
que los alumnos vayan aprendiendo «a sentirse bien consigo
mismos». Como parte de esta moda educativa de poner el
refuerzo «por delante», los docentes llegan incluso a repartir
premios antes de que los estudiantes hayan hecho nada
para merecerlos, lo mismo que le sucedía a nuestro
estudiante castigado «por adelantado». Un resultado
obvio de esto ha sido la inflación de las notas en algunos
niveles educativos, de manera que en muchos colegios,
el «Suficiente» que en tiempos significara un ren-
dimiento medio o satisfactorio, esté prácticamente
extinguido.
El problema desde el punto de vista conductual es
que, para ser eficaz, el refuerzo ha de estar conectado
a la conducta que se quiere incrementar, y cuando el
refuerzo se reparte indiscriminadamente, sin habérselo
ganado, carece de sentido porque no refuerza la
conducta deseada. De ahí que lo único que los profesores consiguen con esa práctica
es mínimo esfuerzo y rendimiento mediocre, ya que la verdadera autoestima surge
del esfuerzo, de la constancia y de la adquisición gradual de habilidades, que se vería
alimentada por el aprecio genuino del contenido del trabajo de los estudiantes. En
el ejemplo de los deberes mal hechos, la profesora podría elogiar los aspectos
positivos, pero también dar a la niña información de los errores que ha cometido y
enseñarle la manera de corregirlos

¿Por qué los refuerzos pueden volverse en contra? Una niña llegó muy enojada a su
casa porque la maestra le había dicho que los trabajos bien hechos serían premiados
con dinero de juguete que posteriormente podría cambiarse por otras cosas. « ¿Es
que cree que no puedo aprender sin que me soborne?», preguntó indignada a su
madre.

Aprendizaje y Condicionamiento 58
Esta reacción ilustra otro problema en el uso de los refuerzos. La mayoría
Refuerzos de los ejemplos expuestos de condicionamiento operante implican refuerzos
extrínsecos: refuerzos de origen externo y no están intrínsecamente relacionados con la conducta
que no están que está siendo reforzada; por ejemplo, dinero, elogios, buenas notas,
relacionados de manera
inherente con la aplausos, abrazos y signos de aprobación son refuerzos extrínsecos. Pero las
actividad reforzada. personas (y probablemente también otros animales) actúan en muchas
ocasiones para conseguir refuerzos intrínsecos, tales como disfrutar con la
Refuerzos
intrínsecos: refuerzos tarea o la satisfacción de haber logrado hacerla. Cuando los psicólogos han
que están relacionados aplicado el condicionamiento operante en situaciones reales, han encontrado
de manera inherente que el refuerzo extrínseco puede volverse en contra, porque al centrarse
con la actividad exclusivamente en él se elimina el placer de hacer algo simplemente porque
reforzada.
sí, por gusto.
Consideremos lo que ocurrió cuando los psicólogos dieron la
oportunidad a los niños de una guardería de jugar con marcadores
(Lepper, Greene y Nisbett, 1973). Era una actividad que les gustaba y
que hacían habitualmente en su tiempo de juego libre. Primero, los
investigadores registraron cuánto tiempo pasaban los niños jugando
con los marcadores espontáneamente. Después, a algunos de ellos
se les dijo que un señor había venido «a ver qué dibujos sabían hacer
con los marcadores mágicos» y que si pintaban ganarían una medalla
y una banda. Tras estar pintando durante seis minutos, se les dio el
premio a todos los que se les había prometido, pero no a los otros.
Una semana después, los investigadores volvieron a observar a
los niños durante el juego libre. Como muestra la Figura 4.2, quienes
habían esperado y recibido el premio pasaban ahora mucho menos
tiempo con los marcadores que antes de empezar el experimento; al
contrario, quienes no habían sido premiados, seguían manifestando
el mismo interés por pintar. Resultados parecidos se han obtenido
en otros estudios en los que se ofrecieron premios por jugar con
determinados juguetes o por llevar a cabo actividades que ya
resultaban en sí agradables.
Figura 4.2 CONVERTIR
LA DIVERSIÓN EN ¿Por qué los refuerzos extrínsecos reducen la satisfacción de hacer algo por el
TRABAJO simple placer de hacerlo? Una posibilidad es que cuando nos pagan por
realizar una actividad, la interpretamos como trabajo y pensamos: «Hago esto
En ocasiones, los refuerzos
extrínsecos reducen el placer porque me pagan; dado que me pagan, ha de ser algo que no haría si no
intrínseco de una actividad. estuviera obligado a hacer». Y cuando desaparece el refuerzo, nos negamos a
Cuando se prometió a los seguir «trabajando». O quizá porque vemos los refuerzos extrínsecos como
preescolares un premio por
pintar con los marcadores, la
controladores externos que reducen nuestro sentimiento de autonomía y de
conducta aumentó libertad («Supongo que tengo que hacer lo que me dicen y sólo lo que me
temporalmente, pero una vez dicen que haga»). Una tercera explicación, más conductista, es que el refuerzo
recibidos los premios, pasaron
extrínseco en ocasiones aumenta la tasa de respuesta por encima del nivel
menos tiempo pintando de lo
que lo habían hecho antes de óptimo y agradable, con lo que la actividad realmente se convierte en trabajo.
que comenzara el
experimento.

Aprendizaje y Condicionamiento 59
¿Qué estás reforzando con tus conductas habituales?

Señalen si el refuerzo de las actividades que realizan es intrínseco o extrínseco

Actividad Más refuerzos Más refuerzos Por igual refuerzos


extrínsecos intrínsecos extrínsecos e extrínsecos

Estudiar

Ordenar la casa

Rezar

Aseo personal

Salir con amigos

Ir a clase
Lecturas no
relacionadas con los estudios

Hacer deporte

Cocinar

¿Hay alguna faceta de su vida en la que les gustaría que el refuerzo intrínseco estuviera más presente? ¿Qué podrían hacer
para que esto suceda?

Sin embargo, los refuerzos extrínsecos no debilitan siempre el efecto de los intrínsecos. Si ganan dinero,
sacan buenas notas o reciben un trofeo por realizar bien una tarea, en vez de limitarse simplemente a hacerla,
es poco probable que su motivación intrínseca disminuya. Si siempre les ha encantado leer o tocar la guitarra,
probablemente seguirán haciéndolo, aunque no les pongan buena nota, ni los aplaudan. En estos casos, atri-
buirán su permanente interés y dedicación a sus propias preferencias intrínsecas y a la motivación y no a los
premios.
Como puede observar, la modificación de conducta efectiva no sólo es una ciencia, sino un arte y no
depende sólo de premios y castigos.
EXAMEN RAPIDO
¿Es el arte de resolver bien los exámenes intrínsecamente reforzante?

A. De acuerdo con los principios conductuales, ¿qué sucede en las siguientes situaciones?

1. Un adolescente, a quien pegaban desde niño por pequeñas travesuras, se escapa de su casa.

2. Una joven, a quien habían pagado por limpiar su habitación cuando era pequeña, se vuelve muy desordenada
cuando se muda a su propio apartamento.

3. Los padres retan a una nena cada vez que la encuentran chupándose el dedo. Ella sigue chupándoselo.

B. En un seguro médico de prima por servicio, los médicos reciben un pago por cada consulta y por cada servicio
que realizan; el precio es más alto cuanto más dura la consulta. Otros seguros destinan una cantidad fija anual por
paciente; si la cantidad de dinero que se gasta es inferior, el médico recibe una bonificación y, a veces, cuando es
mayor, recibe una penalización. Dado lo que ya conoce del condicionamiento operante, ¿cuáles son las ventajas y
desventajas de cada sistema?

Aprendizaje y Condicionamiento 60

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