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ANÁLISIS DE LOS ORÍGENES DE LA FERIA DE CALI

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Feria de Cali: un análisis de sus primeros años.

1957 - 1971

Grised Yaliani Campaz Flor


Código: 201338593

Universidad del Valle


Facultad de Humanidades
Departamento de Historia
Programa Licenciatura en Historia
2021
Feria de Cali: un análisis de sus primeros años. 1957 - 1971

Grised Yaliani Campaz Flor


Código: 201338593

Trabajo de grado presentado para optar por el título de


Licenciada en Historia

José Benito Garzón Montenegro, PhD.


Director

Universidad del Valle


Facultad de Humanidades
Departamento de Historia
Programa Licenciatura en Historia
2021
Dedicado a la memoria de mi hijo Nicolás
y la luz de mi existir; mi pequeña Emilia
Agradecimientos

En primera instancia, agradecerle a mi tutor José Benito Garzón, quién creyó en este
proyecto y guío cada uno de los pasos que di en este camino que se tornó bastante largo.
Gracias por su tiempo y disposición; mi respeto y admiración para él y su trayectoria
profesional.

Agradezco infinito a mi madre y hermana, por apoyarme y respaldar mi carrera, todos


mis logros serán suyos. Mil gracias por estar presentes, no solo en esta etapa, sino en
todo momento ofreciéndome lo mejor de ustedes. También agradecerle a mi padre.

Gracias a los pocos y valiosos amigos que me dejó la universidad, gracias a esas
personas por hacer parte de ese camino y por continuar con nuestra amistad

Finalmente, y con mucho amor, dedico estas líneas a las dos personas que se convierten
día tras día en mi todo; mi esposo e hija. A mí esposo, agradezco todo su tiempo y
ayuda en esta etapa. Y a mi pequeña Emilia, el haberme devuelto la alegría del alma.
Tabla de Contenido

Dedicatoria
Agradecimientos
Introducción................................................................................................................. 8
Capítulo I: Discusiones conceptuales alrededor de la Feria.................................. 15
1.1 ¿Por qué una Feria en Cali? ..........................................................................................15
Capítulo II: Contexto de la Feria de Cali. El desarrollo de una fiesta en una
ciudad ......................................................................................................................... 20
2.1 Antecedente festivo en Santiago de Cali. .....................................................................20
2.1.1 Inicios de una mención. De Carnaval a Feria .........................................................21
2.2 Contexto histórico nacional y su relación con La Feria de Cali .....................................26
2.2.1 Alineación política por las facciones de la gobernación del Valle del Cauca y
ciudad de Cali. ................................................................................................................27
2.2.2 Propósito del Frente Nacional. Óptica nacional y local. ........................................29
2.2.3 El Frente Nacional es un fenómeno multidimensional. .........................................30
2.2.4 La radio como propagadora de cultura .................................................................33
2.2.5 La transacción de tecnología. Un breve esbozo sobre la importación en los
elementos culturales. .....................................................................................................35
2.3 Panorama nacional, departamental y local a mediados del siglo XX en Colombia. ......37
Capítulo III: Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971 .......................................... 47
3.1 Surgimiento (1957 – 1958) ...........................................................................................47
3.2 Consolidación (1958-1971)...........................................................................................54
3.2.1 Ámbito legal (1958-1961) ......................................................................................54
3.2.2 Organización (1962-1965) .....................................................................................56
3.2.2.1 Novedades en la Organización. Reformas específicas (1964-1971)...................63
3.2.3 Discursos ...................................................................................................................68
3.2.3.1 Discurso político, administración y relación con los sectores sociales. (1966-
1971) ..............................................................................................................................68
3.2.3.2 Sectores sociales y la Feria .................................................................................69
3.2.3.3 Los relatos alrededor de la Feria ........................................................................71
3.2.3.4 La Feria bajo el ojo popular ................................................................................71
3.2.3.5 La Feria en la perspectiva del periódico El País ..................................................75
3.2.3.6 La Feria en la perspectiva del periódico Diario Occidente ..................................81
Conclusiones .............................................................................................................. 89
Anexos ........................................................................................................................ 93
Anexo # 1: Programa oficial de la Feria de Cali y reinado de la caña, El País
1963 ............................................................................................................................. 93
Anexo #2: Programa para hoy, 30, de diciembre de 1965, Diario Occidente, Pág. 15 ........96
Anexo #3: Tres personajes opinan sobre la feria, 30 de diciembre de 1970, El País. Pág. 15
...........................................................................................................................................97
Resumen ..................................................................................................................... 98
Fuentes ....................................................................................................................... 99
Prensa ................................................................................................................................99
Documentos escritos ..........................................................................................................99
Bibliografía ................................................................................................................ 99
Referencias de la web .............................................................................................. 100
Índice de ilustraciones

Imagen 1: Valencia aceptó invitación a la V Feria de Cali. Diario Occidente, 04 de diciembre de 1962.
Pág. 3 ................................................................................................................................................ 57
Imagen 2: Desfile de Cali Viejo. Fuente: Suárez, Cali – Colombia. Diario Occidente, 29 de diciembre de
1963. Pág. 12 ..................................................................................................................................... 59
Imagen 3: Vamos a la VI Feria de Cali. Fuente: El País, 02 de diciembre de 1963. Pág. 19 ................. 60
Imagen 4: Decreto n° 121. Archivo Histórico de Cali. Fondo Alcaldía. Tomo I. Folio 179. Mes de febrero
de 1958 ............................................................................................................................................. 74
Imagen 5: Con todo esplendor se abrió la IX Feria… Fuente: El País, 27 de diciembre de 1966. Pág. 05
.......................................................................................................................................................... 75
Imagen 6: Invasión de Feria. Fuente: Diario Occidente, 03 de diciembre de 1970. Pág. 04................. 86
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

Introducción
Santiago de Cali es una ciudad que converge entre los olores del Pacífico y del trapiche;
una ciudad de constantes actuaciones culturales que consolidó un imaginario de
identidad basado en un clima de alegría, música, sabores exóticos y una
multiculturalidad que se ve representada en la realización de una fiesta anual que, desde
su primera versión hasta la actualidad, ha atraído una gran cantidad de espectadores, y
es que cuando Cali se viste de feria toda la ciudadanía se siente más arraigada y
perteneciente; se les despierta la ‘caleñidad’1.

Además, el evento representa una dimensión socioeconómica para la ciudad y la región,


dado que hay un despliegue económico que gira en torno al patrocinio e introducción
del capital requerido para realizarlo año tras año.

En general, el universo festivo ha sido poco estudiado a lo largo del tiempo. Sin
embargo, desde diversas disciplinas científico sociales, se puede dar cuenta de cómo
los procesos políticos, culturales, religiosos y sociales de los asentamientos urbanos y
rurales en diversos espacios geográficos, fortalecen sentimientos de identidad, o bien,
se erigen como vía para manifestar descontento, frente a las instituciones.

Los pocos y valiosos estudios sobre festividades en Colombia han abierto un abanico
de posibilidades a nivel investigativo, lo que me ha despertado el interés por abordar la
temática de la génesis de la Feria de Cali en la temporalidad 1957 a 1971, momento
para el cual Santiago de Cali está en la carrera por consolidarse como una ciudad de
auge económico y cultural para así convertirse en una de las capitales principales del
país.

La Feria de Cali por su parte es un evento que da cuenta de lo que significa para la
ciudad y para la economía regional la realización de una fiesta ‘popular’ dado que es
una festividad que abre una brecha que posibilita nuevas formas de consumo. Por un
lado, se encuentra el crecimiento demográfico que se da por las múltiples migraciones

1
Se conoce por caleñidad a la apropiación que tienen los caleños de su ciudad, sentimiento de pertenencia
e identidad que tienen los ciudadanos frente a sus prácticas sociales específicas.

8
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

que atraídas por el evento llegan a la ciudad, y es que muchos de estos extranjeros,
encontraron, y encuentran, en Cali un atractivo que les hace desistir de volver a sus
lugares de procedencia. De modo que, esta presencia de nuevos sujetos empieza a
exigirle a Cali la creación de fuentes de empleo; sean formales y/o informales. Cabe
aclarar que estas migraciones no solo impactan el sector económico, sino que
transforman en gran parte la composición social y étnica de la ciudad.

Por otra parte, Cali entre las décadas de 1950 y 1960 se encuentra atravesada por un
nuevo impulso de modernización, cuyo objetivo es urbanizar la ciudad y presentarla al
resto del país, como una ciudad a la vanguardia. La Feria, si bien no es un impulso de
modernización, es una oportunidad para los grupos de elite caleña, dado que a través
de este evento se favorecían sus nacientes industrias; así la Feria, sirvió como
plataforma de presentación y publicidad. De esta dinámica se concentra el primer
capítulo de este trabajo.

En otro orden de ideas, Santiago de Cali se ha caracterizado, entre otras, como una
ciudad de auge cultural y festivo gracias a las múltiples representaciones dancísticas y
artísticas que la han convertido en un lugar con un clima musicalmente particular, dado
que se baila al vaivén de los movimientos ágiles y potentes del currulao del pacífico,
como también se bailan las revoluciones aumentadas en el bugalú (boogaloo) y la salsa
brava que suele hacer mover el cuerpo de los caleños. Y es que hablar de Cali sin hablar
de la riqueza de sus representaciones culturales como la Feria de Cali con énfasis en la
salsa y en la actualidad Festival Petronio Álvarez, es hablar de una Cali desconocida,
una ciudad a la que difícilmente se le puede hacer referencia en otras latitudes.

De manera que, ha sido ese sincretismo de sonidos y de símbolos culturales lo que ha


permitido crear un imaginario de una Cali pluricultural en la que convergen sin
distintivo social sus habitantes.

Por tales razones, el propósito principal de este trabajo está enfocado a ver la Feria
como un elemento que fortalece la cultura popular ya dispuesta; con la participación

9
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

de los caleños en los carnavales y que, con la aparición e institucionalización de la


Feria, construye nuevos imaginarios de identidad.

En los últimos tiempos los medios de comunicación locales han venido construyendo
un antecedente de la Feria de Cali, con relación a la explosión del 07 de agosto de 1956.
Dentro del discurso se plantea que la Feria nació como una iniciativa para levantar los
ánimos de los ciudadanos caleños, quienes, devastados por los daños y pérdidas
causadas por la explosión, entraron en un periodo de profunda tristeza y desazón. Del
mismo modo plantearon que la administración del departamento tuvo la iniciativa de
crear una Feria como factor resiliente, que les permitiera a los ciudadanos recuperar la
alegría que caracterizaba a Santiago de Cali, razón por la cual la Feria da inicio en el
año 1957.

En contravía con lo anterior, este trabajo va a enfocarse, desde el análisis de las fuentes,
en poner en discusión cómo este evento festivo no se gesta como factor resiliente que
permita superar la tristeza y la desazón, sino como factor de activación económica. El
primer proyecto de feria, si bien es cierto se gestó en 1957, no se concretó por falta de
voluntad de los empresarios de la época, y cuando finalmente se definió ponerlo en
marcha, el principal objetivo estuvo en convertir el evento en un medio que fortaleciera
la nueva dinámica económica que estaban constituyendo desde las élites locales y
regionales.

De modo que el objetivo principal de este trabajo está enfocado en analizar los cambios
y continuidades que comporta la feria de Cali en el periodo mencionado a partir de
contextualizar el entorno cultural y urbanístico en el cual se gesta el evento; para lo
cual se hizo necesario identificar el ámbito legal que apoyó la realización de la
festividad y cómo estas disposiciones la convierten en algo institucional; analizar los
discursos de las élites políticas y económicas que fundamentaron las primeras Ferias
de Cali y por último, caracterizar algunos eventos, los más relevantes, que hicieron
parte de las primeras versiones de esta fiesta y cómo estos lograron consolidar lo que
hoy se conoce del evento.

10
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

Además de disipar ese ideal de Cali resiliente, el análisis de las fuentes propone una
visión menos romántica y más realista frente a los primeros años de este evento festivo.
Es decir que la feria de Cali no se erigió para aliviar la tristeza de los ciudadanos
caleños, sino como un factor que va a fortalecer y reconfigurar la dinámica económica
de la ciudad y la región.

Este documento se compone de tres capítulos en los cuales se desarrolla el análisis de


fuentes escritas como las hemerográficas, entre las cuales se consultaron los periódicos
El País (conservador), Relator (liberal) y el Diario Occidente, todos depositados en la
hemeroteca de la Biblioteca Departamental Jorge Garcés Borrero. A través del estudio
de estos materiales visuales (fotografías, prensa, afiches) se logra analizar cómo
fotógrafos y periodistas referían el evento y desde qué perspectivas los periódicos lo
mostraban.

Por otra parte, se realizó la consulta de los acuerdos y decretos municipales,


depositados en el Archivo Histórico de Cali, los cuales facilitaron el análisis de las
regulaciones jurídico legales que le dieron institucionalidad a la Feria de Cali y
convirtieron el evento en un medio para la reconfiguración del orden económico
establecido, fortalecimiento de la industrialización en el Valle y por consiguiente el
crecimiento económico del municipio.

Además de la bibliografía respectiva que permitió la conceptualización teórica


fortaleciendo la argumentación y facilitando un diálogo constante entre los autores, la
hipótesis planteada, los objetivos del trabajo y los hallazgos.

Así pues, en el primer Capítulo se desarrolla el análisis del génesis de la Feria de Cali,
el cual no puede apartarse de la conceptualización teórica. Por tanto, en este se abordará
el concepto de feria y su estrecha relación con los diferentes elementos que permitieron
el desarrollo y significación de su acontecer. De modo que, una aproximación a la
definición de feria que atañe a este trabajo, está estrechamente relacionada con los
planteamientos de autores como Marcos González y Mijaíl Bajtín, en tanto consideran
que las fiestas públicas son el reflejo de la diversidad de cosmovisiones, pero también

11
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

están estrechamente relacionadas con lo que los poderes hegemónicos quieren


configurar como identidad nacional, progreso industrial y social del país. Como feria
se entiende entonces festividad local de carácter empresarial y económico
principalmente, realizada periódicamente con dos propósitos: uno, relacionado con
espectáculos culturales que rinden culto a la tradición local e identidad; y otro,
vinculado al desarrollo industrial del entorno.

En el segundo capítulo, se realiza una contextualización histórica con el propósito de


ubicar al lector en un espacio y en un tiempo social. Es decir, poner en evidencia las
necesidades sociales, urbanas y las dinámicas culturales que son causantes directas de
la realización de un albor festivo como el de la Feria de Cali. De las tradiciones no hay
cómo desvincularse; como diría Bourdieu, el capital cultural está en función de agregar
valores, conocimientos y costumbres que les darán sentido a los espacios de
socialización2. La Feria, por su estructura y disposición, es un escenario de sociabilidad
que surca en la población un habitus y, de manera concreta, se manifiesta como una
expresión del capital cultural popular de la ciudad de Cali.

Y, por último, el tercer capítulo es una reflexión histórica, en donde se situaron los
fundamentos que promovieron la Feria como evento cultural y como oportunidad
económica de la región, se explican las particularidades de esta festividad a partir del
análisis exhaustivo de las diversas fuentes primarias.

Este capítulo se estructura a partir de una cronología básica que contempla dos
momentos: surgimiento y consolidación. Se optó por esta estructuración dado que la
Feria es un evento diacrónico, muy peculiar y específico que requiere explicarse a
través del relato circunstancial de sus hechos y procesos.

Desde esos dos momentos, también se han incluido análisis sobre los sucesos y otros
actores que hicieron presencia en el desarrollo de las ferias. Aquí se hizo inclusión de

2
Pierre Bourdieu, El sentido de lo práctico. Buenos Aires: Siglo XXI Editores, 2007. ISBN 978-987-
1220-84-7

12
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

una referencia al discurso administrativo, así como de las perspectivas que los
periódicos y medios de comunicación manifestaban en su labor divulgativa.

Para el logro de los objetivos pensados en esta monografía se definió como método
fundamental el cualitativo, dado que permite la indagación de las experiencias sociales.
Por tanto, se procedió al análisis e interpretación de las fuentes.

En primera instancia se realiza la recolección de las fuentes primarias, consultando los


periódicos mencionados anteriormente en la temporalidad de 1957 a 1972, los meses
de diciembre y primeros diez días de enero (inicio del evento y finalización del mismo),
los cuales corresponden a las fechas en las que se realizaron las primeras Ferias de Cali.
Del mismo modo se consultan los acuerdos y decretos municipales.

En segunda instancia, se digitalizaron las fuentes realizando una rejilla de


sistematización que permitiera ordenar cronológicamente la información, lo que
facilitaría el acceso y análisis de las mismas. Para este ejercicio se tomó por referencia
la pregunta problema ¿qué características comportó la realización de la Feria de Cali
entre los años 1957 - 1971? De modo que este trabajo tiene por objetivo reconstruir ese
antecedente de la Feria de Cali, a través de las siguientes preguntas guía: ¿cómo la
sociedad caleña gozaba este evento? ¿Cómo fue entendido? y ¿por qué fue factible
realizarla?

Finalmente, y como conclusión, esta monografía bajo las dificultades que supone
trabajar un objeto de estudio del ámbito cultural, ha mostrado de manera pausada cómo
algo tan común, juglar y cotidiano como la Feria de Cali puede contener elementos
sociales, políticos y económicos que rebasan perspectivas sobre lo popular y local. Es
decir, el hecho de pensar en lo popular no tiene por qué relacionarse con sencillez e
insustancialidad. La Historia Cultural y sus estudiosos han demostrado que los
fenómenos sociales no se reducen a dinámicas institucionales, dentro de ellas operan
fuerzas incesantes como lo son las voluntades de los ciudadanos, sus tradiciones y sus
sentimientos.

13
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

Lo anterior, sin lugar a duda, recae sobre la concepción general de la Feria. Este evento
manifiesta más complejidad de la que aparenta. Su organización, su importancia y los
intereses que involucra son solo el abrebocas de las posibilidades que tiene este objeto
de estudio. La cultura no es una constante social que está a merced de los otros ámbitos
como la política y la economía. Esta es una generadora de situaciones más amplia que,
curiosamente, termina haciendo partícipes en sus problemas a dichos otros ámbitos.
Por eso la tarea que se ejecutó en esta monografía consistió en avanzar en ese primer
momento, los trasfondos económicos y políticos que cubrían las dinámicas de Feria
como espacio cultural. Y dicha ejecución se hizo de esta manera dado que el análisis
cultural solo podría ser entendido si se tienen claro cuáles son las directrices materiales
que movilizan la cultura de una ciudad.

14
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

Capítulo I: Discusiones conceptuales alrededor de la Feria


El análisis de la génesis de la Feria de Cali no puede apartarse de la conceptualización
teórica. Por tanto, en este capítulo se abordará el concepto y su estrecha relación con
los diferentes elementos que permitieron el desarrollo y significación de su acontecer.

1.1 ¿Por qué una Feria en Cali?


Las festividades son expresiones importantes dentro de cada sociedad, son ejes que
entrelazan los tejidos sociales y tienen como propósito evidenciar las manifestaciones
culturales de una región, es decir, a través de estas celebraciones se pueden entender
aspectos como la cosmovisión, la perspectiva de espacio o las dinámicas sociales que
hilan aquel tejido social. De manera que, a través de los bailes, los desfiles, la música
y los diferentes eventos que conforman una celebración popular, es posible entender
cómo los sujetos conciben su realidad y cómo se la muestran a los otros.

Paralelo a lo anterior, Marcos González, afirma:

Colombia es una de las naciones más ricas en manifestaciones festivas, a tal


extremo que una mirada a este conjunto nos brinda una cartografía de más de tres
mil festivos anuales [sic], de variados tipos y matices. Estas manifestaciones
culturales se entretejen en una variedad compleja de entrecruzamientos étnicos y
sociales que dan cuenta mayor de los rasgos esenciales del ser social colombiano 3

Las festividades también dan cuenta de la historia de una ciudad. A través de éstas se
está contando cómo se conmemoran determinadas fechas, qué papel desempeñan los
diferentes actores sociales y cuál es la función social que cumplen para ser acogidas y
respetadas, al punto de convertirse en patrimonio identitario y cultural. A medida que
las sociedades cambian, las festividades también lo hacen, en algunos casos sus
cambios o rupturas son imperceptibles, otras se dan con el relevo generacional de la
región, o con el cambio de administración y políticas públicas.

3
Marco González. Fiesta y Región en Colombia. (Bogotá, DC: Editorial Magisterio, 1998), Pág. 7

15
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

La fiesta y el jolgorio siempre serán parte de la realidad social de los sujetos. Es un


universo en el que los actores sociales ponen en escena qué tan arraigadas están sus
prácticas culturales y qué tanto sentido de pertenencia hay por el territorio que habitan.
Es por esta razón que analizar las festividades permite dilucidar cómo se construye
nación a partir de unos imaginarios y unas prácticas culturales que se arraigan en los
territorios y se transforman a medida que la influencia étnica varía con las migraciones.
Por lo regular las diversas fiestas regionales y locales son espacios de diversión,
descontrol y desvanecimiento de las fronteras culturales, raciales y/o económicas. Sin
embargo, el éxito y la regulación de estas prácticas festivas han evidenciado que el
control social y los intereses que mueven la ejecución de estas celebraciones, en la
mayoría de casos ponen en escena la desigualdad y la falta de equidad social. Tal y
como lo indica Jim Sharpe, “la historia de ‘la gente corriente’ no puede divorciarse de
la consideración más amplia de la estructura y el poder social.”4

Ahora bien, ¿qué mantiene vivas estás prácticas festivas? Las celebraciones populares
han sido estudiadas a lo largo del tiempo desde diversas disciplinas científicos sociales,
con el propósito de dar cuenta de cómo los procesos políticos, religiosos, culturales y
sociales de los diversos grupos sociales en sus diferentes espacios geográficos,
fortalecen la identidad local de sus territorios. La identidad, es un concepto que se
construye dentro de la representación y no por fuera de ella5 es decir en la medida que
los sujetos sientan representadas sus expresiones culturales y simbólicas en espacios
como las fiestas, éstos se van a identificar con el territorio, y su agencia dentro del
mismo se va a volver más significativa.

[…] Las identidades tienen que ver con las cuestiones referidas al uso de los
recursos de la historia, la lengua y la cultura en el proceso de devenir y no de ser;
no “quiénes somos” o “de dónde venimos” sino en qué podríamos convertirnos,

4
Jim Sharpe, Historia desde abajo. En: Peter Burke, Formas de Hacer Historia. (Madrid: Alianza
Editorial, 1993). Pág. 51
5
Stuart Hall, Introducción: ¿Quién Necesita Identidad? (Buenos Aires: Amorrortu, 2003). Pág.17

16
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

cómo nos han representado y cómo atañe ello al modo como podríamos
representarnos […]6

En concordancia con lo anterior, es apropiado decir que la identidad va a ser el eje que
fortalece el trabajo discursivo y va a tener un valor importante en la construcción de
imaginarios sociales. La confluencia de prácticas culturales diversas, la continuidad en
la realización de las fiestas y la acogida que tienen estos eventos, va a posibilitar la
regulación de conductas, valores y símbolos que se legitiman en la medida que se
obedece a las normatividades y ordenanzas municipales y departamentales que nacen
con la necesidad de institucionalizar y articular a este proceso, discursos que
fortalezcan la identidad local y, además, permitan moldear el sujeto que quiere o
necesita la nación. Es decir, estas dinámicas estarán atravesadas por la necesidad de
“civilizar”; por ello dentro de la identidad y la representación se encuentra como
prioridad articular a los sujetos con los imaginarios sociales.

José Cegarra define los imaginarios sociales de la siguiente manera.

El imaginario social constituye una “gramática”, un esquema referencial para


interpretar la realidad socialmente legitimada construido intersubjetivamente e
históricamente determinado. […] El imaginario debe asumirse como una matriz
de significados que orienta los sentidos asignados a determinadas nociones vitales
(amor, el mal, el bien) y nociones ideológicamente compartidas (la nación, lo
político, el arte, etc.) por los miembros de una sociedad […] […] El imaginario
social, es una condición o regulación externa como característica propia de la vida
en sociedad. 7

Cuando se habla de imaginarios sociales, se hace referencia a los marcos generales que
establece la institucionalidad y que son legitimados a partir de la respuesta emotiva de
los sujetos, están históricamente construidos y tienen por objeto ser el vehículo que
permita dar sentido a la realidad social de los individuos, ya sea para crear un nuevo

6
Stuart Hall, Introducción: ¿Quién Necesita Identidad? (Buenos Aires: Amorrortu, 2003). Págs. 17 - 18
7
José Cegarra, Fundamentos Teórico Epistemológicos de los Imaginarios Sociales. (Táchira: Cinta
Moebio, 2012). Pág. 3

17
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

patrón de comportamiento o para reconfigurar la cosmovisión que tienen los sujetos


del espacio.

En ese sentido, festividades como la Feria de Cali, se convierten en dispositivos de


consumo cultural que permite la articulación exitosa de los ciudadanos al discurso
modernizador que Santiago de Cali estaba reproduciendo y consolidando en la segunda
mitad del siglo XX. La afluencia de expresiones dancísticas, gastronómicas, deportivas
y la interconexión cultural de las diversas etnias que confluyen en la ciudad, van a ser
elementos que afiancen el interés de mostrar una ciudad cívica, una Cali culta que no
solo se visibiliza por su oferta cultural, sino que también, sitúo al evento en un marco
social legitimado por los ciudadanos, que a partir de las manifestaciones culturales,
mencionadas anteriormente, fue difundiendo un discurso de modernidad que cohesionó
a gran parte de los caleños.

Las festividades y/o feria, como la que atañe el análisis en este trabajo, han obedecido
a la necesidad particular de consolidar un discurso hegemónico que se delimita en la
agencia y las prácticas socio – culturales de los sujetos.

Sin embargo, las ferias han logrado adaptarse históricamente a sucesivos modelos
económicos, y siguen siendo hoy un recurso común en muchos mercados. Esto se
debe en parte a que no se trata sólo de fenómenos comerciales: las ferias han sido,
y siguen siendo, espacios de encuentro y conflicto para sujetos sociales diversos,
así como plataformas de difusión de prácticas y objetos culturales. No en vano
tiende a asociarse el espacio dispuesto por las ferias a hechos culturales como los
carnavales.8

Paralelo a lo anterior, y con la intención de dilucidar mejor el objetivo de este trabajo,


se plantea que nuestra realidad social está estrechamente relacionada con las
actuaciones artísticas y festivas de las diferentes regiones del país como prácticas que
“[…] permiten hacer una interpretación de las sensibilidades del colombiano y permite

8
Ana María Zubieta, Cultura Popular y Cultura de masas. Conceptos, Recorridos y Polémicas. (Buenos
Aires: Paídos, 2000). Pág. 116

18
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

orientar varias reflexiones relacionadas con los procesos políticos, culturales y


sociales.”9 Todos estos elementos ayudan a entender la relación entre las festividades
y el proceso de construcción de la identidad nacional.

Las festividades colombianas han sido un intento de representación del folclore e


historicidad del país, sin embargo, han estado modificadas por los intereses de la
institucionalidad y las élites que representa, y en el caso de la Feria de Cali, “totalmente
deformada porque se le aplican ideas y nociones que le son ajenas, pues pertenecen
verdaderamente al dominio de la cultura y estética burguesa contemporánea” 10.

De modo que, una aproximación a la definición de feria que sirve a este trabajo, está
estrechamente relacionada con los planteamientos de autores como Marcos González
y Mijaíl Bajtín, en tanto consideran que las fiestas públicas son el reflejo de la
diversidad de cosmovisiones, pero también están estrechamente relacionadas con lo
que los poderes hegemónicos quieren configurar como identidad nacional, progreso
industrial y social del país. La feria se entiende, entonces, como una expresión festiva
local o regional, de carácter empresarial y económico principalmente, realizada
periódicamente con dos propósitos: uno, relacionado con espectáculos culturales que
rinden culto a la tradición local e identidad; y otro, vinculado al desarrollo industrial
del entorno.

Finalmente, se puede afirmar que la Feria de Cali es un evento que emerge como
alternativa para el progreso de la región vallecaucana y el posicionamiento económico
del sector productivo de Santiago de Cali. No obstante, se caracteriza por ser una
celebración que enaltece las costumbres populares del ser caleño, sirviendo como
discurso de identidad local, a la vez que inventa una nueva tradición, esta vez de cuño
laico.

9
Marco González. Fiesta y Región en Colombia. (Bogotá, DC: Editorial Magisterio, 1998), Pág. 7
10
Mijaíl Bajtín, La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento. Madrid: Alianza editorial,
Pág. 7

19
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

Capítulo II: Contexto de la Feria de Cali. El desarrollo de una fiesta en una


ciudad
En este capítulo se realizará una contextualización histórica con el propósito de ubicar
al lector en un espacio y en un tiempo social. Es decir, poner en evidencia las
necesidades sociales, urbanas y las dinámicas culturales que son causantes directas de
la realización de un albor festivo como el de la Feria de Cali, en sus primeros años.

2.1 Antecedente festivo en Santiago de Cali.


De las tradiciones no existen emancipaciones; como diría Bourdieu a lo largo de su
carrera como sociólogo, el capital cultural está en función de incorporar valores,
conocimientos y costumbres que le darán sentido a su espacio de socialización. La
Feria, por su estructura y su inmersión, es un escenario de sociabilidad que cultiva en
la población un habitus y, de manera concreta, se exhibe como una expresión del capital
cultural popular de la ciudad de Cali.

Sin embargo, la Feria ha sido resultado de un proyecto social y cultural de una esfera
social que, a pesar de no pertenecer a una clase social alta y minoritaria, sigue siendo
lo suficientemente excluyente, dado que no incluía abierta y notoriamente a otros
sectores sociales. Por eso, ese capital cultural popular mencionado anteriormente es
verídico y constatable en este repaso histórico, dado que el desarrollo de la fiesta caleña
se convirtió en un espacio de sociabilidad donde se forma un capital cultural
mayoritario.

Para este relato histórico, se han tomado varias consideraciones:

En primera medida, basados en el ejercicio de otros trabajos historiográficos, se


mostrará los inicios de la Feria de Cali como “Carnaval”. En dicho relato se
mencionarán los motivos por los cuales se erigió una fiesta carnavalesca teniendo en
cuenta los intereses sociales, políticos y económicos que movilizan las gestiones
sociales y culturales de la Cali de antaño.

20
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

Como segunda medida, basada en la generalidad histórica de Colombia, se realiza un


repaso sobre la relación que guarda la Feria de Cali y la misma ciudad con los
fenómenos políticos, sociales, tecnológicos y económicos que sacudieron al país. En
este punto, trayendo a colación a Rojas Pinilla y las décadas de 1950 y 1960, es
necesario destacar como el país desde su magnitud es un proveedor de causas indirectas
que influyen de alguna manera en las dinámicas locales en donde se desarrolla la Feria.
Se hará un esbozo desde lo general a lo específico.

Por último, luego de hacer el repaso de la historia nacional, se continuará con el


contexto regional y local de nuestro objeto de estudio, enfatizando en los propósitos
políticos que se tenían en la mira: desarrollo industrial y modernización.

2.1.1 Inicios de una mención. De Carnaval a Feria


El panorama económico y geográfico del Valle del Cauca a principios del siglo XX,
posibilita el surgimiento del departamento como una región próspera, dado que, es un
entorno que facilita la explotación de sus recursos naturales lo que le abre la posibilidad
de vinculación a dinámicas empresariales e industriales. Estos intentos de
fortalecimiento económico para la región se verían materializados en la segunda mitad
del siglo, pero en el discurso se vendrían construyendo desde cuando éste despuntó en
1910. En este contexto de progreso; que se va a ir reconfigurando gracias a las
emergentes ideas de modernización y nuevas formas de socialización, surgen
dinámicas culturales que en la contemporaneidad se conocerían como el antecedente
festivo de la ciudad.

De manera que, para analizar el génesis de la Feria de Cali y la importancia del evento,
se hace necesario mencionar cuál ha sido el antecedente festivo en la ciudad, que se
remonta a la primera mitad del siglo XX con el Carnaval de Cali. La ciudad se vistió
de carnaval para evidenciar, a través de manifestaciones artísticas, su percepción de la
realidad social y espacial. Además de reproducir un discurso de progreso y
modernización, este evento está cargado de simbolismos que permiten ver, entre líneas,

21
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

cómo los eventos de características “populares” evidencian situaciones, no solo de


carácter artístico, sino también económico, político, social y religioso.

El Carnaval de Cali surge como un evento que responde a la necesidad de posicionar a


Santiago de Cali, la nueva capital del departamento del Valle del Cauca, como una
ciudad culta, refinada y flamante, una ciudad que se levanta a través de una de las
representaciones culturales más polémicas: los carnavales.

Se sabe que el carnaval, como fiesta pagana, fue heredada de las fiestas egipcias
de Cherubs, de las Bacanales de los griegos y Saturnales de Roma, y fueron
consideradas en su tiempo como "explosiones de locura, lujuria y desenfreno de
pasiones". Después, con la influencia del cristianismo en Europa, el carnaval se
llevó a cabo en días anteriores al ayuno tradicional de la Cuaresma, tomándose
como una oportunidad de “descontrol” antes de este largo ayuno 11.

Los carnavales fueron festejos que se relacionaban con celebraciones religiosas, por las
fechas en que se realizaban, pero también profanas, porque sin ninguna regulación el
pueblo podía hacer parte del carnaval; la falta de control o restricción, le permitía al
pueblo de manera extravagante remedar las celebraciones oficiales, en la mayoría de
los casos, de la iglesia. Por la carga simbólica que implicaba la celebración; al ser
realizados previo a la cuaresma, las representaciones que se hacen van en dirección a
parodiar el orden establecido.

Diferenciándose de las fiestas oficiales, el carnaval representaba una transitoria


libertad en donde se abolían provisionalmente las relaciones jerárquicas, las
reglas, los privilegios y tabúes. Esta abolición de las jerarquías tenía un
significado muy específico: existía un trato libre y familiar entre individuos
normalmente separados en la vida cotidiana por los muros indestructibles de su
condición social, su fortuna, su empleo, su edad y su situación familiar. Mientras
que las fiestas oficiales tenían como finalidad la consagración de la desigualdad

11
Yirlehan Abril, La Máscara del Progreso. El Carnaval de Cali y su papel en el proceso de
modernización, 1922 – 1936. Tesis de pregrado Cali: Universidad del Valle, 2018. Pág. 14

22
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

al resaltar intencionalmente las relaciones jerárquicas con símbolos, títulos,


grados o funciones, durante el carnaval todos eran iguales.12

En tiempos de carnaval el pueblo se disfraza y desfila por las calles, representando de


manera satírica y cómica su percepción del espacio y las dinámicas que lo circundan.
Para el caso específico del Carnaval en Cali, la connotación es diferente, esta
celebración, no va a responder a la idea del carnaval medieval; ese carnaval de
representaciones burlescas, satíricas y de libre realización, previo a la cuaresma. El
Carnaval de Cali, es un evento con cualidades innovadoras, es decir, es un evento que
busca impactar social y culturalmente a Santiago de Cali, lo que le da una carga
simbólica diferente, dado que se va a enmarcar en dinámicas en donde prevalece el
espacio como limitante y se convierte en un evento de multitudes. Se desvanece la idea
de un carnaval que trasgrede o ridiculiza el orden establecido, por un carnaval
multitudinario que tiene como finalidad la reproducción de un discurso progresista de
modernización, un Carnaval que lo realiza la élite caleña con la convicción de
posicionar a Cali como una ciudad de estatus, una ciudad moderna que oferta
escenarios culturales y con buena capacidad de acogida. En palabras de Juan Bernardo
Montoya, el Carnaval de Cali, más allá de considerarse como una mera expresión del
“sentimiento ciudadano”, se configuraba como un proyecto propio de la modernidad.13

De la misma manera, Yirlehan Abril explica:

El carnaval de Cali no fue en sí un carnaval tradicional, debido a que no guarda


relación con ritmos religiosos del cristianismo, tuvo una rigurosa organización,
hubo sectorización y escenificación, al igual que una marcada segregación social,

12
Mijaíl Bajtín, La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento. Madrid: Alianza editorial.
En: Yirlehan Abril, La Máscara del Progreso. El Carnaval de Cali y su papel en el proceso de
modernización, 1922 – 1936. Tesis de pregrado Cali: Universidad del Valle, 2018. Pág. 14
13
Luis Bernardo Montoya, El Carnaval del Poder, El Poder del Carnaval: Cali 1922 – 1936. Tesis
pregrado Cali: Universidad del Valle, 2010. Pág. 8. Google Books [en línea], 07 de julio 2015 [revisado
07 de abril de 2019]. Disponible en:
https://books.google.com.co/books?id=LUmWDAAAQBAJ&printsec=frontcover&hl=es&source=gbs
_ge_summary_r&cad=0#v=onepage&q&f=false

23
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

y porque sus formas de roles festivos quisieron convertir al pueblo en


espectadores, revirtiendo las formas tradicionales del festejo carnavalesco.

[…] El Carnaval de Cali fue un carnaval moderno y elitista. Y así como el de Cali,
hay otras festividades parecidas que conforman el universo carnavalesco
colombiano, en el que por supuesto se observa una vasta diversidad, y en donde
todavía se conservan algunos carnavales tradicionales. 14

En concordancia a lo anterior, es necesario mencionar que el contexto que atravesaba


Santiago de Cali en la primera mitad del siglo XX; una ciudad incipiente que se
levantaba en un afán por modernizarse y entrar a posicionarse como una de las grandes
ciudades de Colombia, le permite a un evento como el Carnaval adaptarse como
espacio propicio para poner en evidencia los intereses económicos, políticos y
administrativos de la élite caleña, del mismo modo, el carnaval se convertía en un factor
importante en la reproducción de un discurso que buscaba establecer un imaginario que
creara la necesidad de ver y creer a Cali una ciudad moderna.

Como factor importante en la reproducción del discurso, se encuentra la forma como


se organiza el carnaval, los eventos que ofrece y los permisos que le otorga al pueblo a
la hora de participar de las diversas actividades. La organización del festejo, según lo
explica Yirlehan Abril, se dio de la siguiente manera:

[…] Para la realización de este gran acto festivo, las élites caleñas propusieron la
creación de una Junta de Festejos Populares y la Junta del Carnaval, siendo esta
última la que se encargaría de organizar todo lo concerniente a las carnestolendas.
Bailes, funciones en los teatros más importantes de la ciudad y colectas, fueron
algunas de las actividades realizadas para allegar recursos, usados posteriormente
no sólo en el evento, sino también, según ellos, en la beneficencia y en el ornato
de la ciudad […]

Como es notorio, los disfraces y las alegorías son fundamentales en la


realización de cualquier carnaval, y el de Cali no iba a ser la excepción. Sin

14
Yirlehan Abril, La Máscara del Progreso. El Carnaval de Cali y su papel en el proceso de
modernización, 1922 – 1936. Tesis de pregrado Cali: Universidad del Valle, 2018. Pág. 20

24
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

embargo, hubo desde siempre un cierto “miedo” por parte de las élites, pues
el sólo hecho de colocarse un disfraz reviste de cierta libertad que no se da en
la cotidianidad, una libertad que surge del regocijo de la fiesta, y que le permite
al participante ser por un instante otro: ser un diablo, un indio, una reina, un
pordiosero, una mujer, un oso, una gitana, un sacerdote, una mariposa, ser la
muerte… […]

[…] Las élites decidieron que para la realización del desfile de carrozas y
disfraces, se llevaría a cabo una numeración de disfraces, como medida de control
de las carnestolendas […]

La postura excluyente de los organizadores del Carnaval de Cali puede ser


advertida en la diferenciación espacial del festejo, pues era en los clubes donde se
llevaban a cabo los principales eventos, como por ejemplo la coronación de la
reina […]15

En esta estructura organizativa se puede entre ver cómo la sectorización de los desfiles
va a tener una particularidad; convertir los espacios donde se realizan o por los cuales
se va a transitar con los eventos, en lugares; entendiendo los lugares como aquellos
espacios que tienen una carga simbólica y que despiertan sentimientos de identidad o
son de fácil recordación en las personas.

Ahora bien, al entender cómo fue la dinámica del Carnaval en Cali, es menester
explicar cómo la Feria no es una evolución del Carnaval y cómo estos eventos, a pesar
de que se erigen con semejanzas, tales como la necesidad de posicionar a Cali como
una ciudad moderna y la reproducción de un discurso acorde a esa modernización
acelerada, son eventos con propósitos diferentes. Es decir; el Carnaval de Cali se erige
con la convicción de abrir una oferta cultural en la ciudad que posibilitara la
visibilización de ésta y que marcara unas pautas, donde se pudiera evidenciar que Cali
contaba con una élite culta de prácticas culturales y representaciones lúdicas, y un
desarrollo económico que se va fortaleciendo en el apogeo industrial propio de las

15
Ibíd, Págs. 47, 48, 49

25
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

ciudades que adelantan procesos modernizadores y civilizadores, lo que disiparía esa


visión de pequeña e incipiente ciudad.

Por su parte, la Feria de la Caña de Azúcar, más tarde Feria de Cali, va a ser un
mecanismo de mercantilización de la ciudad, cuyo propósito, es “vender” a Cali,
animando el entusiasmo de nuevos empresarios a establecer su industria en la ciudad,
y a atraer un flujo migratorio y una oferta de urbanización importante con la finalidad
de mostrar el avance entre la nueva y la vieja Cali.

En palabras de Miguel Camacho, la feria a lo largo del tiempo ha sido entendida como
una oportunidad comercial, que permite la llegada de turistas a las ciudades y fortalece
las redes de comercio existentes.16 Para Camacho, el análisis de la Feria de Cali va a
girar en torno al eje económico, principalmente el comercial, lo que significa entonces,
que este evento surgiría como factor que impulsa el apogeo industrial no solo de la
ciudad, sino de la región y no como factor resiliente, frente a los desastres causados
por la explosión del 07 de agosto de 1956; referencia que ha sido construida durante
mucho tiempo y se ha convertido en el antecedente que justifica la planeación y
realización de la primera Feria.

2.2 Contexto histórico nacional y su relación con La Feria de Cali


Antes que nada, es menester resaltar un asunto principal que invita a escribir y
contextualizar nuestra Feria en un espacio y tiempo determinados. Para los años de
1953 a 1974, la agitación política generada por el gobierno del general Gustavo Rojas
Pinilla (1953-1957), luego por la intervención de la Junta Militar (1957-1958), iba a
configurar un nuevo derrotero histórico que muy bien se conoce como el Frente
Nacional (1958-1974). Estas salidas intentaron ser una solución, cuando sea
momentánea, al desacuerdo político que tenían los partidos hegemónicos de Colombia:
el partido Conservador y el partido Liberal.

16
Miguel Camacho, La Feria de Cali de 1958 a 1970. En: Marcos González, Fiesta y Región en
Colombia. Cali: Universidad del Valle, 1998. págs. 133 - 154

26
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

El impacto que tuvo esta medida no fue el mejor en términos sociales y económicos.
El Frente Nacional entró a cuestionar la inestabilidad política del país a través de un
planteamiento conciliador. Con el Frente, la violencia bipartidista encontró un final
que liberó algunos problemas en Colombia. Sin embargo, los problemas sociales,
económicos y políticos tomaron otro matiz: saltaron de una violencia a un conflicto
interno de mayor envergadura. Esto se debe a que el Frente se dedicó a atrincherar la
democracia en dos únicas filiaciones políticas, las cuales excluyeron otras fuerzas
políticas de la arena democrática.

Este proceso del Frente Nacional tuvo gran injerencia en el ámbito nacional, en lo
estrictamente gubernamental y en lo que correspondió a ciertas elites políticas
provenientes de Bogotá y Antioquía, ciudades donde se detentaba mayormente la
tradición política habitual. Esto indica que los años 1958 a 1974 delimitan una
temporalidad sustancial para dos sectores importantes de la política colombiana, y esta
a su vez condicionaba ciertos escenarios que se veían involucrados en los planes del
gobierno central17.

El Frente Nacional se alza como un proyecto político que trasciende los escenarios
locales, es decir, fue un fenómeno generalizado que sacude a todo el país. Por lo tanto,
es preciso decir que, para los intereses de esta monografía y su objeto de estudio, el
Frente Nacional configura a la élite caleña en los años que este fenómeno repercutió en
el país, por lo cual, es transcendental su revisión con el propósito de entender las
influencias de este evento en las necesidades y especificidades de la Feria.

Dicha afirmación se sustenta a partir de tres elementos principales:

2.2.1 Alineación política por las facciones de la gobernación del Valle del Cauca y
ciudad de Cali.
Varios estudios se han centrado en las consecuencias políticas que el Frente Nacional
causó. Uno de los elementos más sonados es sobre el surgimiento de nuevas fuerzas

17
Acevedo, A. (2015). El Frente Nacional: Legitimidad institucional y continuismo bipartidista en
Colombia (1958-1974), Económicas CUC, 36 (1), 27-42

27
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

políticas que intentaban tener un reconocimiento social y jurídico que les permitiera
tener un margen de acción política y popular. José Darío Sáenz, por ejemplo, señala
que el Frente Nacional es un caldo de cultivo donde surge un pluralismo político. En
el caso particular de Cali, la elite local y departamental libró una lucha política en el
seno de los distintos cargos políticos; los concejales, los funcionarios de la alcaldía,
aquellos designados para el trabajo diplomático fueron los elementos de conflicto en
donde se llevaría esta contienda. Como señala Sáenz a través de cuadros y datos
cuantitativos lo siguiente:

En este cuadro18, el autor puntualiza que un total de 47 miembros de la élite caleña


asumieron distintos cargos públicos. La política bipartidista aquí resulta ser mayoritaria
dado los números que presenta, sin embargo, hay una presencia divergente por parte
de la ANAPO y el Partido Comunista Colombia, quienes encontraron el camino para
participar en la gestión política municipal. En palabras de Sáenz:

Esto sugiere de manera clara que para los años sesenta y setenta existía en la
ciudad una cierta competitividad y disputa por parte de los partidos y grupos
políticos por las posiciones de poder público y de poder político (concejo,
asamblea, etc.) desde la élite. De alguna manera, se puede afirmar que el
sistema de partidos era relativamente abierto, desde una perspectiva elitaria,
que es la que corresponde a esta investigación. 19

18
José Darío Sáenz. Configuración de una élite política en Cali: 1958-1998. CS. n.4, p.1582 2009.
19
José Darío Sáenz. Ibíd. p. 158

28
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

2.2.2 Propósito del Frente Nacional. Óptica nacional y local.


El Frente Nacional fue propuesto con el fin de parar el autoritarismo creciente del
gobierno de Rojas Pinilla. Sin embargo, existen otras causas subyacentes que dieron
origen al Frente Nacional. No olvidar que esta propuesta ya había sido hecha en
anteriores gobiernos liberales, quienes habían sugerido una coalición bipartidista que
alternara el poder político.

La convergencia entre conservadores y liberales se llevó a cabo a partir de la necesidad


de retomar las riendas de la banca política. Sin embargo, existen más factores que están
enlazados; desde la violencia bipartidista, el golpe de Estado de Rojas Pinilla y su
popularidad ante al pueblo, hasta el rescate de la influencia de los partidos políticos
históricos, fue lo que determinó los propósitos del Frente Nacional. Como diría Duque
Daza de manera más puntual:
El acuerdo inicial entre élites partidistas se proponía darle una salida a la
violencia que vivía el país; refrenar las intenciones de continuidad del general
Gustavo Rojas Pinilla; impulsar la convivencia entre partidos que se asumían
como antagonistas con fuertes rivalidades entre sus cúpulas políticas y al
interior de estas; mantener la influencia de la clase política y sus principales
dirigentes en la sociedad, ya sin adscripciones sectarias y, en últimas, mantener
las posiciones de poder de la dirigencia nacional de los partidos Liberal y
Conservador que manejaban al país con un carácter patrimonialista. 20
En Bogotá y en algunos sectores, la contienda política era bastante rudimentaria,
violenta, escandalosa, entre otras cosas. Cali no fue la excepción, las diferencias que
ambos sectores políticos pudiesen tener se tejieron como un problema político en las
gestiones locales más específicas, cada representante de sus respectivos partidos podía
trabajar mancomunadamente en la organización de la Feria, del concejo, en los
distintos cargos públicos, entre otras actividades políticas. Esto se debe a una razón
fundamental; en el caso de ambos partidos en la ciudad de Cali, la Feria constituía un
evento que afianzaba elementos culturales solicitados por parte de la sociedad, como

20
Javier Duque Daza. El Frente Nacional revisitado: el cambio institucional en Colombia y sus efectos
no previstos. Reflexión Política n. 21 vol. 42, p. 110. 2019.

29
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

también un atractivo turístico que dinamizaba la economía y de esta forma se


potenciaba el reconocimiento de la empresa vallecaucana, lo anterior, entre otros
factores materiales.

2.2.3 El Frente Nacional es un fenómeno multidimensional.


Se ha estudiado las incidencias del Frente Nacional a nivel local. Sin embargo, aterrizar
esas incidencias tiene una dificultad, y es que, en niveles de enunciación, pareciera que
no tuvo influencia, pero, de hecho, si las tuvo, solo que vista desde la dimensión social
y local no fue muy perceptible cómo este contexto condicionaba el desarrollo de la vida
social y cultural de Cali.
El Frente Nacional es un fenómeno descentralizado, pero sus repercusiones en
diferentes localidades no fueron percibidas de una manera uniforme. En la agenda
mediática caleña21 no se hablaba propiamente de un Frente Nacional, ni siquiera se
describía la década del sesenta determinada por una política nacional de esta
envergadura. En lo práctico, la ciudad de Cali ya contaba con dosificaciones de su
capital político partidista en los diferentes cargos públicos, pero en lo teórico no se
manifiesta bajo los términos del Frente Nacional, más bien, se explica de la necesidad
de crear concordia entre las élites caleñas, pese a su filiación política.
Empero, se insiste que, pese a que los diarios o periódicos de la ciudad caleña no
mencionaban esta política nacional como algo “influyente”, no significa que no haya
una influencia y proyección directa del Frente Nacional a las dinámicas políticas del
municipio vallecaucano. En términos fácticos, Sáenz opina lo siguiente:
Como se puede apreciar, con el inicio del Frente Nacional
prácticamente se define el núcleo de la élite local de primera línea que
tomará las decisiones locales y regionales, y que comandará lo
político–electoral en la región por más de 30 años. En definitiva, para
mediados de la década del sesenta, el cuadro de dirigencia política
queda configurado de la siguiente manera: por el Partido Liberal, las
banderas de Mariano Ramos son asumidas por Gustavo Balcázar
Monzón y las de Francisco Eladio Ramírez serían apropiadas por

21
Según lo revisado en los periódicos Diario de Occidente, el País Cali, Relator.

30
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

Carlos Holmes Trujillo Miranda. Por las huestes conservadoras, a


Hernando Caicedo le siguen el liderazgo de Humberto González
Narváez, y la jefatura de Álvaro José Lloreda es adjudicada a su hijo
Rodrigo Lloreda Caicedo.22

Esto sería la incidencia de inicio del Frente Nacional a las dinámicas políticas: primero
afecta las dinámicas electorales donde, como dijo Sáenz, se configuró desde los
partidos tradicionales y bajo la titularidad de personajes muy influyentes de la política
en Cali. Sin embargo, los efectos del Frente Nacional no siempre se iban a mantener
benéficos a los partidos tradicionales, por el contrario, desembocaron en lo siguiente:

Posteriormente se comienzan a desgranar las formas personalizadas de


grupismo político electoral, acelerado por el Frente Nacional, que en
primer lugar desideologiza a los partidos políticos; en segundo
término, asocia en ciertas contiendas electorales a quienes antes eran
enemigos encomiables y, finalmente, regionaliza la política y la centra
básicamente en la lucha por la distribución de la burocracia local en un
juego clientelista a través de microempresas electorales, forma
organizativa propia de la nueva dinámica político electoral. 23

Y para rematar esta concepción local a una más de carácter nacional, Gerardo Molina
concluye con los siguiente:

Los partidos políticos fueron una de las víctimas del Frente Nacional.
Seguro cada uno de ellos de que tenía derecho a la mitad de los cargos
y de que podía disponer de la Presidencia de la República cuando el
turno le llegara, los dos perdieron ímpetu, cariño por las ideas,
voluntad de dominio y capacidad de oposición. Fragmentados,
burocratizados, con planes que no van más allá de las 24 horas diarias,
ellos son los ausentes de la vida nacional, sin contar con que por la

22
José Darío Sáenz. Ibíd. P. 170.
23
José Darío Sáenz. Ibíd. P. 172.

31
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

hermandad durante un largo trecho ha continuado el desvanecimiento


de la raya que los separaba24

Es un hecho que la decisión de turnar los modelos de gobierno impactó todos los
escenarios locales, no solo específicamente en la ciudad de Bogotá. Esto se debe a que
el Frente fue una solución política para regular las atribuciones de la bancada política
de la época, además de ser una alternativa para mitigar la mala competencia que
ejercían los partidos en contra del otro, y todo ello era resultado de contiendas injustas
y poco éticas en el seno de la política. Sin embargo, los mayores escándalos respecto
al tema de mala competencia política estaban en las ciudades más influyentes (Bogotá,
Cali, Medellín).

Todo lo expuesto anteriormente permite que se puedan explicar cómo el Frente


Nacional impacta en otros asuntos políticos, pero en el más importante, para los
objetivos de esta investigación, es ratificar que sí tuvo un impacto directo en lo que se
va a designar como importación de cultura. Por ende, es necesario ubicar la
importancia de la radio en Colombia a través de su presencia y evolución entre los años
1920 a 1940. Es importante resaltar este fenómeno puesto que fue fundamental en la
delimitación de derroteros culturales que hicieron presencia en las primeras ferias.
Además de esto, es relevante contrastar este proceso de cara a un fenómeno político
que marcó el rumbo del país, como lo fue el gobierno del general Rojas Pinilla y el
consiguiente Frente Nacional.

Es importante resaltar en esta monografía la importancia del contexto nacional, a


medida que se empieza a definir y consolidar la Feria como nuevo espacio influenciado
por numerosos elementos sociales y culturales. En lo expuesto hasta el momento, está
implícita la siguiente premisa: la Feria es un fenómeno social que logra configurarse
en el ámbito cultural de Cali. En esa medida, anteriormente se aborda la duda de si el

24
Gerardo Molina. Las ideas liberales en Colombia: de 1935 a la iniciación del Frente Nacional, Tomo
III, Bogotá, Ed. Tercer Mundo. Pág. 323. 1979

32
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

Frente Nacional más los demás eventos nacionales fueron influyentes a niveles
sociales, políticos y culturales en torno a la ciudad de Santiago de Cali.

Para tal interrogante, fue necesario mencionar los elementos que impactaron de alguna
manera al contexto local caleño. Se logró identificar esos elementos gracias a recordar
el gobierno del general Gustavo Rojas Pinilla y sus consecuencias inmediatas, periodo
histórico que condicionó el desenvolvimiento de las ciudades más influyentes, como
Cali, y así mismo, va a impactar la configuración de la Feria.

Este recorrido pretende ubicar, en el gobierno de Rojas Pinilla (1953), algunas


facilidades a propósito de los impactos desde contexto nacional al local,
específicamente en Cali. Posteriormente, se desea resaltar algunos elementos del año
1959 que condicionaron la operación del gobierno local y el desarrollo de la naciente
Feria de Cali.

2.2.4 La radio como propagadora de cultura


En el gobierno de Miguel Abadía Méndez (1926-1930), se impulsó la radio como canal
oficial de comunicaciones, sustituyendo al ya obsoleto telegrama. La radio empieza
siendo un órgano de comunicaciones para entidades necesitadas de un método eficiente
para el intercambio de información.

En el Valle del Cauca existían la radio Voz del Valle y Radio Pacífico que cumplían
como órgano emisor de información nacional, regional y local. Todas las cadenas
radiales estaban afiliadas en una red central guiada por la ciudad de Bogotá.
Desafortunadamente, no se puede dar una descripción respecto al tipo de las
programaciones porque se adolece de fuentes para explicar este tópico. Sin embargo,
no es imprudente decir que los medios de difusión estaban obligados a cumplir con una
labor informativa y divulgativa.

Toda esta información divulgada apunta a hablar sobre el desarrollo logístico-cultural,


puesto que la radio, además de ser un artefacto noticioso, se convirtió en el medio de
difusión cultural donde se publicaban distintos elementos, como la música, la cual vino

33
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

dosificada desde géneros como la antillana, el son, la pachanga, el son montuno, entre
otros géneros más sonados. Todos los géneros mencionados, llegaron a territorio
colombiano aproximadamente en el año 1940, desde los puertos del Pacífico y el
Caribe. Sin embargo, los géneros empezaron a tener mayor popularidad en los años
1950 y 1960, algo tardío por tres razones específicas:

1. El desarrollo de una experiencia musical está directamente relacionado con algún


medio de difusión que diera a conocer dicha música. Por lo tanto, para esos mismos
años la radio empezó a ser un artefacto más prolífico en las urbes y así terminar de
presentar estos elementos aculturizantes.

2. La música importada, arriba en una presentación de discos de vinilo, fueron también


un objeto para que los músicos locales empezarán a replicar los sonidos y presentarlos
como un nuevo elemento folklórico.25

3. El bailador es una pieza clave de la popularización de la música importada. Es una


de las primeras expresiones más populares que otorgaron un reconocimiento diferente
a la música sonada en medios de difusión. 26

Este dato es importante puesto que el rasgo musical y artístico de la Feria proviene de
la extrapolación de ritmos y el arraigo cultural de los mismos; es decir, la apropiación
por la salsa en Santiago de Cali inicia con la llegada de la música cubana y
puertorriqueña, y se reproduce a través de las emisoras locales. Este breve recorrido de
la radio servirá para ubicar un primer antecedente sonoro y folclórico respecto a la
preferencia musical de la Feria; además de convertirse en una herramienta que permitió
la propagación de esta cultural musical.

25
Roberto Carlos Lujan. Apuntes para una perspectiva histórica sobre la salsa en Colombia. 2009.
26
Diego Fernando Guzmán, Camilia Gómez Cotta, Angélica María Sánchez. 40 años bailando Salsa en
Cali: investigación, comunicación y cultura. Universidad Santiago de Cali. Cali. 2014. Pág. 24.

34
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

2.2.5 La transacción de tecnología. Un breve esbozo sobre la importación en los


elementos culturales.
Para el año de 1953, el gobierno central, imposibilitado para ordenar el conflicto social,
decidió entregar el poder ejecutivo a manos de la junta militar, en cabeza del general
Gustavo Rojas Pinilla. A pesar de lo que algunos detractores llegaron a expresar en
contra de este personaje, el gobierno militar de Rojas Pinilla no fue auspiciado por un
golpe de Estado, fue la concesión fatídica entre miembros del congreso, del
vicepresidente Rodrigo Urdaneta y el expresidente Mariano Ospina, la cual buscaba
entrar en negociaciones con los partidos generadores del conflicto civil, mientras una
figura más adecuada se encargaba de la rama ejecutiva 27.

El gobierno de Rojas Pinilla incentivó un desarrollo cultural y tecnológico, el cual


alivió múltiples necesidades sociales. Una idea muy sonada de su pensamiento político
se expresa de la siguiente manera:

La cultura popular no debía estimularse con medios rudimentarios, sino


aprovechando los medios tecnológicos más avanzados: la televisión, la
radio, el teatro, la imprenta y todos los medios que llevan a la superación
cultural.

La idea de estimular el crecimiento educativo y cultural permitió la entrada de nuevas


tecnologías como el televisor, arribando en 1953 y desarrollando sus primeras
emisiones en 1954. Así mismo, las cadenas radiofónicas, para los años de 1956, ya
habían generado más de 15 afiliaciones, donde estaba incluida Radio Pacífico, órgano
de comunicación radial de la ciudad de Cali. La entrada de la televisión dinamizó una
competencia en el gremio radiofónico, el cual prosiguió gestando variedad en su
programación.

27
Ronal Fabián Rodríguez Durán. Rojas pinilla ¿un dictador? De la dictadura positiva a la dictadura
negativa. Universidad Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario Facultad de Ciencia Política y
Gobierno. Bogotá DC, 2006. Pág. 32.

35
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

Esta incursión de nuevas tecnologías representó un impacto significativo a la prensa.


A pesar de que la fotografía ya tenía muchas décadas de ser practicada en Colombia,
en 1950 y con la llegada del televisor, se empiezan a gestar círculos y agremiaciones
que relacionaban la fotografía y el periodismo, por lo cual, la prensa, al ver que ya
existían dos medios de comunicación que se proyectaban de manera exuberante,
emprendió un camino para realizar cubrimientos fotográficos más amplios y
vivenciales y así, darle un toque más atractivo a su objetivo como labor. Esta iniciativa,
relacionada a Cali, se puede ver expuesta en periódicos como Relator, El País y Diario
de Occidente, donde se evidencia que desde la década del 50 la fotografía empieza a
llenar más el espacio de la primicia periodística en una paulatina evolución.

Se puede identificar que la llegada de más medios informativos, como lo son los
televisores, la radio y la renovación de los periódicos (tranzada por este arribo
material), no solo fue un aporte al gobierno de turno, sino también una de las causas
que impulsó la renovación de la Feria de la Cali. A pesar de que la llegada del televisor
no significó en gran medida un aporte directo a la Feria en materia periodística, la
llegada de nueva tecnología posibilitó que las dinámicas generales del país y
específicamente de Santiago de Cali se replantearan la forma de cubrir eventos
informativamente.

Este elemento es crucial para lo que significa la Feria de Cali puesto que el evento solo
logra engrandecerse por medio de la promoción y la demanda social, las cuales siempre
trabajan de la mano. Además, es sabido que la prensa tiene una responsabilidad en el
momento de arraigar aspectos culturales, por lo tanto, es también un pilar fundamental
para que la Feria sea en sí misma un escenario importante en el imaginario social de
los caleños.

Por todo lo anterior, se pueden concluir en el momento tres factores esenciales:

- El gobierno de Rojas Pinilla, con su aporte tecnológico a nivel nacional, tiene


importancia a la hora de hablar de una renovación y posibilitación de la forma de cubrir
la Fería de Cali. Esto se sostiene porque se ha sustentado que la actualización

36
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

tecnológica trajo consigo una innovación logística, elemento relevante en la


planificación y ejecución de eventos culturales.
- La radio y la prensa son dos antecedentes fundamentales que explican la razón por la
cual la Feria posee los rasgos culturales que expone públicamente. La salsa y los demás
géneros relacionados a ella, fueron elementos traídos desde otros países, que
terminaron aculturizando y arraigándose en la identidad caleña. Y así, la población
terminó exhibiendo estos rasgos como inherentes en su reconocimiento propio.
- El Frente Nacional fue un fenómeno político que logró influir en lo social, esto debido
a que fue un proyecto destinado a lograr una mayor cohesión social a través de una
cerrada elegibilidad política. La sociedad poco entendía las dimensiones totales del
Frente Nacional, pero eso no quita que haya sido un evento que pretendió ser un
fenómeno nacional, que configuró la política y las élites de las ciudades de Cali, Bogotá
y Medellín, lugares donde las discusiones y disensos políticos fueron los que generaron
resonancias a nivel nacional.

2.3 Panorama nacional, departamental y local a mediados del siglo XX en


Colombia.
El siglo XX ha sido un siglo controvertido y marcado por un panorama de guerras,
violencia, revoluciones, avances científicos, multiplicación de la población mundial,
entre otros aspectos. Al hablar de cualquier década del siglo XX es pertinente hacer
mención de las transformaciones sociales, religiosas, culturales e ideológicas que
emergieron tras la implementación de nuevas formas y métodos de concebir el mundo,
y lo que significó, principalmente en Colombia, específicamente en el Valle del Cauca,
esta nueva visión del mundo.

Colombia, a mediados del siglo XX se encuentra trastornada, dado que se ve atravesada


por tensiones políticas, económicas y sociales que alteraron el orden nacional; en el
ámbito político, hay una fuerte confrontación entre Liberales y Conservadores que
como resultado del asesinato de Jorge Eliecer Gaitán que, para el periodo estudiado ya
completaba una década, marca un antes y un después en la historia política colombiana.
Este suceso arraiga la cultura bipardista en el país, lo que agudizaría la violencia y las

37
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

tensiones políticas que frenarían cualquier asomo de progreso económico. El país,


durante las tres primeras décadas del siglo XX, tiene la necesidad de restablecer el
orden social y consolidar un imaginario nacional que les permita a los ciudadanos,
sentirse colombianos, además de ir moldeando la necesidad de fortalecer la economía
de la nación a través de la modernización y la necesidad de progreso.

Para la segunda mitad del siglo, la fórmula política que se pone en marcha es la
coalición entre Liberales y Conservadores, quienes se turnarían la presidencia en un
periodo que se sucedería cada cuatro años; un periodo para los Liberales y el siguiente
para los Conservadores. Esta fórmula, conocida como Frente Nacional, tendría como
finalidad restaurar la tranquilidad en el país y finalizar con el largo periodo de violencia
que venía aquejando a la nación; propósito que fracasó, dado que Colombia continuó
siendo un país aquejado por múltiples manifestaciones violentas. Es en este periodo
donde el descontento generalizado suscita la emergencia de los grupos guerrilleros
como las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), el ELN (Ejército de
Liberación Nacional) y el EPL (Ejército Popular de Liberación). Estos grupos
insurgentes tienen como ideas fundamentales la lucha por la defensa del territorio y la
oposición a las disposiciones políticas del Estado, son organizaciones sociales y
políticas que propenden a desestabilizar la economía nacional con dinámicas
económicas regionales sustentadas en la ilegalidad.

En el ámbito económico, y en concordancia con lo anterior, la dinámica del Frente


Nacional, además de “menguar” las tensiones políticas, buscó configurar un nuevo
modelo económico, que se va a ver ajustado a las necesidades del proyecto político en
turno. A pesar de tener una economía inestable se logró mejorar la infraestructura del
país y la consolidación de nuevas industrias que generaron demandas en mano de obra,
desarrollo tecnológico y nuevas regulaciones legales, dado que se revitaliza el mercado
nacional. Colombia, entró en la dinámica del proteccionismo económico para
desarrollar la industria nacional, y así llevar al país por el camino de la anhelada
modernización.

38
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

En lo social, el cambio de mentalidad se hizo evidente en los ciudadanos de la élite


colombiana, quienes a través de las redes intelectuales que establecían en sus viajes a
otros países, fueron introduciendo prácticas modernas; nuevas formas de sociabilidad
que se distinguieran de las formas populares; como las reuniones en las chicherías,
librerías o establecimientos públicos. Espacios como el teatro y el club, se convierten
en los escenarios de interacción social de esa élite “moderna” que emergía. Cabe aclarar
que en Colombia el proceso de modernización se dio sin modernidad, es decir, hubo
cambios materiales y algunos de pensamiento que coexistieron con las formas
tradicionales.

El panorama del Valle del Cauca no se alejaba de esas controversias y menos su capital,
Santiago de Cali, en la década de 1950 y hasta muy entrada la década de 1960, se está
reconfigurando el ideal de ciudad; es decir, se gesta un ideal de modernización que
cambia el imaginario social del momento, por un imaginario progresista que le permita
a Cali ser una de las ciudades principales del país con una amplia oferta de orden
económico, cultural y social. Es así entonces, que el orden económico se fortaleció a
través de los ingenios azucareros, quienes veían en la industrialización generalizada la
oportunidad de hacer más rentable su industria y viabilizar su entrada al mercado
mundial, que abastecería de azúcar a Estados Unidos, tras la crisis de azúcar cubana.
La caña de azúcar, no solo se va a convertir en la materia prima por excelencia, sino
que, con el tiempo, adquiriría un valor simbólico y representativo en el Valle del Cauca.

El orden cultural, encausado en el ideal de modernidad que se venía gestando, se


encuentra en la conexión de redes intelectuales que permitieron unos nuevos discursos
en el plano artístico y político. Emergen unas prácticas cívicas y culturales que
fortalecen el imaginario de modernización y consolidan la necesidad de civilizar a los
caleños por medio de la educación, la higiene, las artes y los oficios. La escuela, va a
jugar un papel importante en tanto es la intermediaria entre los discursos de la élite, las
necesidades de la ciudad y, la reproducción y apropiación del imaginario.

39
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

Al afianzar las ideas modernizantes en los ciudadanos, la sociedad de Santiago de Cali,


aclarando que no es toda la ciudadanía, sino un pequeño sector de élite, unos pocos
“niños ricos” quienes tuvieron la oportunidad de ser partícipes de esta oleada intelectual
a través de sus viajes al extranjero y las redes intelectuales que establecían. Volverían
a Cali permeados de nuevas ideas. Las lecturas de autores extranjeros, el conocimiento
de nuevas artes y el acercamiento a las obras de los filósofos que estaban
revolucionando el pensamiento intelectual, son algunos de los factores que preparan a
Cali para la llegada de artistas y ciudadanos cultos.

A mediados de siglo aparecen en escena Hernando Tejada, Gonzalo Arango y Andrés


Caicedo, quienes imbuidos por los acontecimientos de la revolución contra- cultural,
transformaron el escenario artístico de la ciudad. Con Hernando Tejada, llegan a Cali,
esculturas, pinturas y los frescos; una tendencia artística del renacimiento popularizada
en México por Diego Rivera y producida en Santiago de Cali de la mano de Tejada.
Los frescos de Tejada, son unos murales que desde la mirada estética de este artística
hacen alusión a la historia del transporte en Cali y la historia de la ciudad como tal,
estas insignias del arte plástico caleño aún permanecen en la antigua estación del
ferrocarril. La obra de este artista se inmortalizó en Cali con su escultura en bronce del
Gato del Río, obra que permite a toda la ciudadanía caleña identificar a Tejada y ver
en su escultura un poco la esencia de su arte.

Por otra parte, Gonzalo Arango, quién a través de su Manifiesto Nadaísta va a


revolucionar y escandalizar a la ciudad, con un contra discurso político - religioso, que
se gesta en lo artístico y lo intelectual. Gonzalo, un escritor y periodista, que a través
de su producción literaria criticó el statu quo de la sociedad colombiana, deconstruyó
los valores impartidos por la iglesia, se burló de lo existente y cuestionó duramente al
individuo y la forma como construye su cultura; desconociéndola y reconfigurándola a
patrones extranjeros que se alejan de la realidad de sus raíces y territorio.

Simultáneamente, el cine encuentra lugar en la ciudad de la mano de Andrés Caicedo,


escritor y cineasta, quien acompañado de su grupo de amigos; Luis Ospina, Hernando

40
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

Guerrero, Carlos Mayolo y Ramiro Arbeláez buscan a través del cine, mostrar la
realidad paralela del caleño de elite y la del caleño que ha sido marginado por los
avances de la modernización. Este grupo de “inadaptados”, realizaron documentales
controversiales en donde se podía ver esa realidad maquillada por la bonita idea de
progreso de la Cali en construcción. Posteriormente, Caicedo escribe su emblemática
novela ¡Qué viva la música! Inmortalizando un retrato de la Cali de la década de 1970.
Obra en la que relata cómo se bailaba salsa en Cali, pero también cómo la revolución
contra cultural de sexo, droga, licor y Rock and Roll, en absoluto libertinaje, fueron
tocando la puerta de la ciudad.

Personalidades como Tejada, Arango y Caicedo fueron, entre otros, figuras


controversiales para la ciudad dado que desde sus quehaceres hicieron críticas a la
administración del país y la ciudad, al rol de la mujer, a la forma como leían la ciudad
los sujetos menos privilegiados, y de cierta forma fueron desdibujando ese imaginario
colectivo, donde se vende la concepción que el proceso modernizador de Cali avanzaba
a pasos agigantados para tener una ciudad asequible y equitativa para todos sus
ciudadanos.

El orden social de la ciudad se ve alterado por varias circunstancias: la primera, las


migraciones que ha recibido y empieza a recibir Santiago de Cali. Se promueve una
publicidad de la ciudad en donde se la muestra como una de las alternativas más
acertadas para vivir. Si el progreso se fortalece en Cali, ¿Por qué no vivir en esta
ciudad? Una ciudad de oportunidades laborales, dado que no solo la industria del
monocultivo de caña se estableció en el departamento, sino por las diferentes empresas
que se radicaron en la ciudad; una ciudad con conexiones al comercio exterior, a través
del Puerto de Buenaventura y el Ferrocarril del Pacífico; una ciudad que poco a poco
se convertía en una selva de cemento, creciendo más allá de los límites que demarcaban
las fuentes hídricas que atraviesan la ciudad.

No obstante, finalizando la década de 1950 la ciudad debe afrontar un suceso que marcó
un punto importante en la historia de Santiago de Cali: la explosión de 7 camiones

41
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

cargados de dinamita el 07 de agosto de 1956, acontecimiento que no solo modifica el


orden social de la ciudad, sino también el político y el económico. Frente al porqué del
suceso se han construido varias hipótesis: una apunta al recalentamiento de los
camiones que transportaban la dinamita y la otra, al sabotaje que la oposición le hace
al mandato del General Gustavo Rojas Pinilla, quien se desempeñaba como presidente
de la república en aquel momento.28

Sin embargo, lo que sí se puede asegurar, es que después de la explosión la ciudad tuvo
que reconstruirse. Cali para la época en que ocurre la tragedia y para el desarrollo
urbanístico del momento, el alcance de la explosión, como primer impacto, afectó 83
manzanas, 41 de ellas totalmente destruidas, la mayoría de estas correspondientes a la
zona céntrica de la ciudad. Según El País, municipios aledaños sintieron un sismo de
4.1 grados en escala de Richter, debido a la onda explosiva29.

La catástrofe dejó más de 1300 muertos, cuatro mil heridos y destrucciones físicas
por la suma de cien millones de pesos de la época. Las edificaciones donde se
alojaban el Batallón Codazzi, la Policía Militar y la Tercera Brigada
desaparecieron por completo”30.

La explosión, independientemente de las pérdidas humanas y materiales impacta la


estructura social de los sobrevivientes al desastre; modifica su cotidianidad y
transforma el espacio en el cual se desarrollaban sus vidas, es decir el suceso cambia
la realidad social de esta parte de la ciudad y resignifica el espacio. El sector de la

28
Así lo manifiesta, César Ayala Diago:
Entre las causas de la tragedia, se habló de recalentamiento de los camiones que transportaban la
dinamita y de manipulación de proyectiles para las salvas de la fiesta patria del 7 de agosto. Sin embargo,
la formulada por el presidente de la República fue la más contundente: un "sabotaje político" de la
oposición y en particular de quienes habían firmado el Pacto de Benidorm, el 24 de julio: Alberto Lleras
y Laureano Gómez. Cesar Ayala, La explosión de Cali: Agosto 7 de 1956. Banrepcultural [en línea]
[revisado 07 de abril del 2019]. Disponible en: http://www.banrepcultural.org/biblioteca-
virtual/credencial-historia/numero-117/la-explosion-de-cali-agosto-7-de-1956
29
La verdad sobre la explosión del 7 de agosto de 1956 en Cali, Especiales el País. [en línea] [revisado
03 de junio del 2021]. Disponible en: https://www.elpais.com.co/especiales/explosion-7-
agosto/index.php
30
César Ayala, Política y dinamita. La presencia de Cali en la Historia Colombiana del Siglo XX. En:
Gilberto Loaiza, et al. Historia de Cali siglo XX. Santiago de Cali: Programa Editorial Facultad de
Humanidades, Universidad del Valle, 2012. 2 V. Pág. 59

42
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

tragedia para la época, era un lugar típico y popular de la ciudad gracias a su economía
local.

El lugar albergaba a un segmento social que se defendía ferozmente de la


concentración de una economía local en pujante desarrollo: pequeños
empresarios, industriales y comerciantes. Posada de viajeros en tránsito (Hoteles
Río, Lucero, Amazonas, Los Santanderes, Belmonte, Manizales y Berlín)
pobladores que vivían de la misma economía que se movía a su alrededor: talleres
de automotores, abarrotes, ebanisterías, peluquerías, pequeños depósitos,
restaurantes populares, vendedores ambulantes, bares y cafés. Quedaban todavía
en el lugar teatros (Roma), templos y parques del Cali tradicional. 31

En concordancia con César Ayala, es pertinente mencionar que no solo se afecta la


economía local, sino que a nivel global la ciudad se va a ver afectada, y más teniendo
en cuenta que para la época hay un afán de modernizar y urbanizar a Cali. En este
sentido, la ciudad toma por estrategia, acrecentar la economía regional y encarecer la
vida de los caleños para así surgir de las cenizas y continuar con su proyecto de
progreso.

Por otra parte, otra de las circunstancias que modificó el orden social, urbanístico y
cultural en Santiago de Cali, es la realización de los VI Juegos Panamericanos. Estas
justas deportivas tuvieron lugar en la ciudad entre el de 30 de julio y 13 de agosto de
1971. Ser la ciudad sede de los VI juegos, significó para la administración de Santiago
de Cali y el departamento, dar celeridad a las modernas obras que se venían
construyendo desde 1950, con el Plan Piloto para Cali, y también, significó una nueva
oleada migratoria para la ciudad. La transformación de los espacios y la apropiación de
propios y extranjeros de éstos, conllevó a un cambio en la infraestructura y en las
prácticas sociales, políticas y culturales de la ciudad, se fortalece la multiculturalidad;
esa mezcla de etnias, patrones de comportamiento y diversidad cultural, que trae

31
Ibíd., Págs. 59 - 60.

43
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

consigo la configuración de nuevos imaginarios y nuevas formas de ver y pensar la


ciudad.

Lo mencionado anteriormente, permite hacer una lectura de una ciudad que se


encuentra en desarrollo, atravesada por un proceso modernizador y de industrialización
que se va a ver inmerso en diversas prácticas culturales y va a ir consolidando diversos
imaginarios; ideales que no van a tener una continuidad, por el contrario van a variar
según el contexto de la ciudad, es decir; a principios de siglo era indispensable construir
un imaginario que girará en torno al buen ciudadano, al individuo civilizado, respetuoso
de la patria y fiel al catolicismo; posteriormente, el imaginario evolucionó a la
necesidad del progreso y desarrollo moderno de la ciudad, una modernización sin
modernidad, porque los ciudadanos siguieron preservando algunos comportamientos
tradicionales.

Para la segunda mitad del siglo XX, y específicamente las últimas décadas, el
imaginario de hacer de Cali una ciudad moderna continúo, pero Cali y el país en general
estaban pasando por una transición controversial: los grupos guerrilleros ya
consolidados en los distintos territorios del país y fundamentados en ideas de izquierda,
las protestas estudiantiles, los movimientos obreros y las enérgicas movilizaciones que
surgían producto, por una parte, del descontento por la acelerada y sectorizada
modernización de la ciudad, inversión que se hacía a unos sectores de Cali, mientras
que en otros la desigualdad y pobreza eran más que evidentes. Y por otra parte, la
influencia del contexto latinoamericano: revoluciones, dictaduras y golpes de estado,
así como también el contexto mundial, que para la época está situado en la coyuntura
de la guerra fría, van a ser factores que motiven esos movimientos sociales y esas
nuevas formas de ver la ciudad y reclamarla justa a las necesidades de sus ideologías.

En concordancia con todo lo mencionado, es en esta ciudad insurrecta e inadaptable,


donde nace la Feria de Cali. Una celebración que va a tener varios propósitos; entre
ellos, fortalecer la economía de la región a partir de la reactivación económica y el
cambio en la disposición industrial; estimular el turismo con la expansión urbana que

44
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

ofrecía la ciudad y, finalmente, la transformación de la sociedad a partir de la oferta


cultural. Es decir, la Feria de Cali se convierte en un elemento de interacciones
culturales, sociales y económicas que transforman la ciudad y que generan desde
políticas públicas para regular la práctica, hasta la creación de nuevos espacios de
convergencia de los ciudadanos. Un ejemplo de ello se encuentra en la música, que
gracias a la multiculturalidad de la región se fueron apropiando ritmos y melodías que
no solo coexistieron para el disfrute de los y las caleñas, sino que posteriormente se
convirtieron en parte de la identidad local. Édgar Vásquez, lo plantea como una forma
de expresividad de las masas:

En los años cuarenta y cincuenta, durante el acelerado auge industrial y con la


violencia partidista en campos y aldeas colombianas, la inmigración intensa
profundizó la hibridación cultural y consolidó un nuevo “sensorio” que, como
caldo de cultivo, permitió la ávida recepción de la música antillana y la rítmica
caribeña en Cali. Estas preferencias y gustos se expresaron inicialmente en los
sectores populares e incluso en los “bajos fondos”, pues la pasión por esa música
auspiciaba el goce y la liberalidad del cuerpo que se hacía ritmo corporal en el
baile.32

Ahora bien, si se conjuga el contexto de Santiago de Cali con el surgimiento y


consolidación de la Feria, es posible interpretar que estos eventos de características
populares, cumplen una función social que se justifica en la satisfacción de las
necesidades o ambiciones de un sector social que en la mayoría de los casos
corresponde a la élite de la ciudad y por eso pierden la esencia de ser eventos populares
o del pueblo, porque se convierten en proyecciones de comercialización y
posicionamiento económico, sin importar cómo estas dinámicas construyen ciudades
ajenas a los ciudadanos. Lo popular se rezaga a lo multitudinario, al ejercicio de llenar
algunos escenarios para mantener al pueblo distraído, por lo anterior es necesario hacer

32
Édgar Vásquez, Historia de Cali en el siglo 20: Sociedad, Economía, Cultural y Espacio. Cali.:
Universidad del Valle, 2001. Pág. 251. ISBN: 958-33-2904-5.

45
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

un análisis de la génesis del evento y responder al interrogante: ¿la Feria de Cali es un


factor resiliente o un factor económico en el contexto en el que surge?

46
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

Capítulo III: Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971


Después de haber abordado la reflexión histórica, donde se situaron los fundamentos
que promovieron la Feria como evento cultural y como oportunidad económica de la
región, lo que se realizará en este capítulo, es explicar las particularidades de esta
festividad a partir del análisis exhaustivo de las diversas fuentes primarias.

Este capítulo se ha estructurado a partir de una cronología básica que contempla dos
momentos: el surgimiento y consolidación de la Feria. Se optó por esta estructuración
dado que este evento es un sujeto diacrónico, muy particular y específico que requiere
explicarse a través del relato circunstancial de sus hechos y procesos.

Desde esos dos momentos, también se han incluido análisis pequeños sobre los sucesos
y otros actores que hicieron presencia en el desarrollo de las ferias. Aquí se hizo
inclusión de una referencia al discurso administrativo, así como de las perspectivas que
los periódicos y medios de comunicación manifestaban en su labor divulgativa.

En los dos momentos mencionados anteriormente, se realizó un análisis de fuentes


primarias, el cual fue contrastado por la información, relato y datos de la historia de
Santiago de Cali. Por lo cual, la sincronía que tiene el relato histórico del segundo y
este capítulo se hace evidente y está presto a explicar cuáles son los detalles más finos
en el desarrollo de la fiesta caleña y su repercusión en la ciudad.

3.1 Surgimiento (1957 – 1958)


Santiago de Cali se ha caracterizado en la actualidad como una ciudad de auge cultural
por las múltiples representaciones artísticas, gastronómicas, cinematográficas y
deportivas que han sido pioneras en diversos escenarios; como también, ha sido uno de
los principales centros industriales del país, dado que siempre ha estado vinculada al
monocultivo de la producción cañera y la industria del dulce. Todas estas
caracterizaciones han obedecido a lo largo del tiempo al ideal de ciudad que tanto
gobernantes y ciudadanos han construido como imaginarios de identidad local.

47
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

De esta manera, Cali se convierte en la sucursal del cielo, bautizada así por algunos
periodistas caleños, la ciudad de la salsa y la caña de azúcar. Es dentro del imaginario
local, una Cali de personas cálidas, que por defecto saben bailar salsa y prenden
cualquier jolgorio. Decir que se es caleño en otras latitudes automáticamente es
asociado con Feria de Cali, baile y caña de azúcar. Por tanto, las pretensiones del
proyecto de Feria se fueron consolidando a lo largo del tiempo, no solo desde la
configuración de un nuevo orden económico, sino que también implicó dinámicas de
intercambio cultural que afianzaron la apropiación social del patrimonio local.

La Feria de Cali en la temporalidad estudiada como factor que empieza a consolidar la


ciudad, en primera medida sitúa el evento en un marco social legitimado por los
ciudadanos, es decir, que a partir de las diversas manifestaciones culturales gestadas en
el evento se fue difundiendo un discurso modernizador que cohesionó a los habitantes,
lo que permitió la consolidación de imaginarios como los mencionados en el párrafo
anterior y que han sido constituidos a través del trasegar histórico de la ciudad.

La Feria de Cali no ha tenido como único propósito el goce de los ciudadanos, sino que
también, ha servido para consolidar la ciudad. Por ello la mayoría de los discursos que
se gestan alrededor del evento en la temporalidad estudiada, son de tipo económico. En
un artículo de Alfonso Bonilla Aragón, publicado en el Magazín Despertar
Vallecaucano puede evidenciarse lo mencionado anteriormente: “…publicaba de vez
en cuando notas sobre la necesidad de la que llamaba Feria del Azúcar, como
promoción de nuestra economía y señuelo turístico.”33 En este panorama se puede decir
que la Feria de la Caña de Azúcar como es planteada inicialmente, se convierte en un
evento importante para la ciudad; no solo por el disfrute de los ciudadanos sino por el
carácter económico, cultural, político y social que conllevó la planeación y realización
de la misma.

33
Origen de la Feria de la Caña del Azúcar, Alfonso Bonilla Aragón. Magazín Despertar Vallecaucano,
noviembre de 1976. Pág. 2

48
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

Existe una fuerte tendencia a pensar que la Feria de Cali tiene relación con la explosión
del 07 de agosto de 1956. Se piensa que la feria se erigió como una iniciativa que
levantaría los ánimos de los ciudadanos caleños, quienes, devastados por los daños y
pérdidas de la explosión, atravesaron un periodo de profunda tristeza y desazón. En la
actualidad, cada vez que hay trasmisión de los eventos de la Feria de Cali y se menciona
la historia de la misma, se hace referencia a que, para la época la administración a cargo
del departamento tuvo la iniciativa de crear un evento que sirviera de factor resiliente
y les permitiera a los caleños recobrar la alegría que caracterizaba a la ciudad.

Sí bien se considera la realización de la Feria en los primeros meses de 1957, no es


precisamente pensando en los damnificados de la explosión o en los ánimos de los
ciudadanos. El contexto de la ciudad para la época está atravesado por un impulso
modernizador en donde la feria va a servir de plataforma para el crecimiento industrial
de Santiago de Cali, razón por la cual el evento contó con una Junta Organizadora
compuesta por distintas personalidades de la élite económica de la ciudad y el
departamento.

Lo anterior es evidenciado en el decreto que se emitiría para el primer intento que se


hizo de feria. El Decreto N° 094 del 26 de febrero de 1957 (derogado por el Decreto
N° 122 del 28 de febrero de 1958), con el que se establecería la celebración anual de la
Feria de la Caña de Azúcar, primer nombre con el que se denominaría el evento. Este
decreto constaría de once artículos en los que se establecerían las regulaciones para la
organización del evento. Es así como en el artículo primero, se establece la celebración
anual de una feria que exalte la fuente de prosperidad para los vallecaucanos: la caña
de azúcar; en el segundo, las disposiciones que contenga el programa del evento, un
programa con espectáculos de primer orden; en el tercero y cuarto se reza lo siguiente:

ARTÍCULO 3°. Crease la Junta Organizadora de la Feria, integrada por siete


miembros así:

El señor gobernador del Departamento o su representante.

El señor Alcalde Municipal o su representante.

49
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

Dos Miembros elegidos por el Honorable Consejo Administrativo Municipal.

Un miembro elegido por los presidentes de las Juntas Directivas de los diversos
clubes sociales de la ciudad.

Un representante de la Plaza de Toros de Cali, S.A.

Un representante de la Junta Departamental de Deportes.

ARTÍCULO 4°. Los miembros de la Junta Organizadora serán nombrados por el


señor Alcalde Municipal de Cali, tomarán ante él la debida posesión, no
devengarán sueldos ni recibirán emolumentos de ninguna especie por la
prestación de estos servicios cívicos, y su período será el de un año, pudiendo ser
reelegidos.

Los presidentes de las Juntas Directivas de los clubes sociales, la Junta Directiva
de la Plaza de Toros de Cali S.A, y la Junta Departamental de Deportes, elaborarán
ternas de sus respectivos candidatos, a fin de que el Alcalde proceda, con base en
ellas, a hacer los nombramientos correspondientes. 34

La organización de este primer intento de feria se vio afectado por la falta de acuerdos
entre la naciente élite caleña. Cada sector económico que se representaba en los
miembros de la junta organizadora del evento, puso en juego sus intereses y
expectativas frente a la Feria, lo que llevaría a que muchos de estos fines no se ajustaran
al de la ciudad y a la expectativa de un evento de primerísimo orden que posicionara a
Santiago de Cali como una ciudad moderna. En concordancia con lo anterior, se hace
mención de lo expuesto por Hernando Caicedo, empresario del azúcar, quién para la
época comparte con el periódico Relator, el texto que expuso en una de las reuniones
de la junta organizadora, frente al tema de la proyectada Feria.

Asisto a esta reunión porque participo también de los mismos entusiasmos de


ustedes y deseo colaborar a que se realice por primera vez en el Valle del Cauca
una feria regional que tenga fines positivos. Pero yo quisiera que exaltáramos no

34
Archivo Histórico de Cali, Fondo Alcaldía. Libro LXII. Folio 0145. Mes de febrero de 1957

50
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

solo al azúcar, que es una industria de pocas personas, sino también la caña de
azúcar, conocida con el nombre de “monopolio del trópico”.

[…] Se ha dicho que esta fiesta se llamará Feria del Azúcar. Me atrevo a proponer
a ustedes muy respetuosamente, que el bello certamen que proyectamos celebrar
lo llamemos Feria de la Caña de Azúcar, o simplemente Feria del Dulce35

Más tarde, en una publicación del mismo Diario Relator, se puede evidenciar el
malestar por las declaraciones del señor Caicedo. Se celebra la realización de la Feria,
pero entre líneas puede leerse el mensaje implícito de la columna, La Feria de la Caña
de Azúcar, y Nada Menos:

En el decreto en el que el alcalde de Cali, coronel Andrés Mejía, dio carácter


oficial a la Feria de la Caña de Azúcar, se da a este certamen exactamente el
nombre que antes hemos descrito y no tan sólo el de Feria del Azúcar, por la
sencilla razón de que de la caña que produce el azúcar también se obtienen otros
derivados de gran utilidad industrial. […] Restringir o disminuir deliberadamente
su nombre es un torpe prurito de nadar contra la corriente.

Algunas gentes que se sienten “inventoras” y “dueñas” de esta celebración de la


cual se había hablado infinidad de veces en épocas anteriores, especialmente a
fines del año pasado, cuando la revista Civismo de la Sociedad de Mejoras
Públicas de Cali se refirió a ella como una necesidad inmediata, insisten en mutilar
su sentido, en disminuirla y cercarla. No triunfarán en su empeño, así se obcequen
en él con tenacidad de topos. 36

Así pues, entre las intenciones de crear un evento que sirviera de fomento a la ciudad
y los desacuerdos de la organización, la Feria de la Caña de Azúcar, se convierte, en
1957, en un proyecto irrealizable. Y es que el proyecto inicial de la feria de Cali, tenía
como propósitos fomentar el turismo de la región, fortalecer la naciente industria y

35
Hernando Caicedo, “Fiesta de la Caña de Azúcar” Debe Llamarse la Proyectada,” Relator, 12 de
febrero de 1957. Pág. 2
36
“La Feria de la Caña de Azúcar, y Nada Menos.” Relator, 06 de marzo de 1957, Pág. 4

51
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

consolidar a la ciudad como un centro de acopio para propios y extranjeros. ¿Estaba


Cali preparada para asumir el reto y alcanzar esos propósitos?

Para la década de 1950, la ciudad se encontraba atravesada por un impulso


modernizador cuyo objetivo es urbanizarla y presentarla al resto del país, como una
ciudad a la vanguardia; una ciudad que dentro de su incipiente infraestructura, se abría
paso a unas dinámicas socioeconómicas diversas. La llegada del Ferrocarril del
Pacífico, la transformación de lo rural y la expansión urbana que como consecuencia
transforma gran parte de la composición social y étnica de Santiago de Cali, situación
que tendría como resultado el sincretismo cultural, que hoy hace de la ciudad una Cali
pluriétnica y multicultural.

En relación a lo anterior, cabe mencionar que otro de los resultados de ese impulso
modernizador, que abriría la posibilidad a la expansión urbana y también fortalecería
ese abanico de culturas, es el proyecto de urbanismo que se empezaba a desarrollar con
el Plan Piloto, que tenía por objeto expandir la infraestructura de la ciudad. Todo ese
abanico de posibilidades en el que Cali se iba transformando, buscaba ser visibilizado;
se buscaba la manera de materializar la contribución económica, social y cultural de
los actores y sus prácticas sociales, dado que sería ello lo que generaría una
reconstrucción de nuevos valores cívicos y una apropiación de sentimientos
identitarios.

Cali, a pesar de las críticas de algunos industriales, consolidó su proyecto de


urbanización a pasos agigantados y fue ganando credibilidad en tanto ciudad moderna,
lo que fue suscitando el entusiasmo y la necesidad de mostrarle estos resultados al resto
del país. Y qué mejor forma de posicionar la ciudad, si no es vendiéndola. A pesar de
haber fallado en el primer intento de Feria, ésta no fue una idea que se desechará por
completo, porque es a través de las festividades donde se consolida la identidad local
y se medían las representaciones e imaginarios en el proceso de construcción de un
discurso unificador, que para el caso puntal de la Feria de Cali, funciona en la
construcción de un discurso estratégico que transforma desde políticas públicas hasta

52
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

nuevos espacios de convergencia para los ciudadanos, y así afianzar una identidad local
como acto de poder y control social.

Para 1958, un año más tarde del fallido proyecto Feria de la Caña de Azúcar, se empieza
a hablar de nuevo de una Feria, esta vez con propósitos muy cercanos al del proyecto
anterior, pero con la diferencia que ésta iniciativa tendría un piloto como ejemplo, la
inauguración de la Plaza de Toros de Cali. Dicho evento contó con todas las
disposiciones legales requeridas y con una Feria taurina que fue todo un éxito.

La Plaza de Toros fue inaugurada el 28 de diciembre de 1957. El evento tuvo una gran
acogida por parte de la ciudadanía, gracias a que en Cali siempre ha existido simpatía
por las corridas de toros, tanto así que antes del proyecto de construcción de la plaza,
las corridas se hacían por aficionados en el barrio Granada, según lo cuenta Heraclio
Parra en su libro Las Cuarenta y Cinco Ferias de Cali y Doña Celia, La Reina de la
Rumba:

Los habitantes de Cali siempre tuvieron afición por la fiesta brava. Desde mucho
antes de la construcción de esta nueva plaza existieron otras como la del barrio
Granada, frente al bar o cafetería Los Turcos, y otra más antigua, llamada
Belmonte. Hay un edificio que lleva este nombre; también una galería que
destruyó la explosión del 7 de agosto. Se dice que en dicha plaza toreó el español
Belmonte, por eso su nombre37.

La Feria entonces, se convierte en una necesidad para la elite caleña, dado que a través
de este evento se activa la economía de la región y se generan nuevas posibilidades de
establecer redes comerciales que se irían tejiendo en la medida que la feria se consolidó
y logró un sincretismo entre las diferentes ofertas de servicios y productos con la
demanda turística que se generó en la medida que el evento tomaba fuerza.

[…] para sectores económicos como el turismo, el comercio, el transporte, los


centros de diversión, incluidos los medios de comunicación, así como para los

37
Heraclio Parra, Las Cuarenta y Cinco Ferias de Cali y Doña Celia La Reina de la Rumba. Cali: Feriva,
2006. Pág. 17

53
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

trabajadores informales, la feria se constituyó en un espacio que les permitió cierto


desarrollo económico que influyó a su vez en la ciudad 38.

Qué mejor que la industria de la cultura y el entretenimiento para generar espacios de


consumo.

3.2 Consolidación (1958-1971)


3.2.1 Ámbito legal (1958-1961)
Llegados a este punto, es necesario establecer algunos elementos que demuestren la
consolidación oficial de la Feria en un ámbito social y jurídico. Por lo anterior, se
llevará la explicación a través de un análisis de fuentes, donde se visualicen los
procesos por los que tuvo que pasar este evento en los ámbitos económicos, políticos
y cívicos.

De antemano se hace la claridad que en este momento el análisis se enfocará en los


ámbitos materiales más que en los tópicos referentes a la representación y la cultura de
la comunidad caleña. Esto se debe a que los intereses sociales que giran en torno a
realización del evento están más inclinados a las utilidades y los beneficios que ofrece
una iniciativa ciudadana y cultural, que se enfoca principalmente en el crecimiento
económico de la región. De la misma manera, perfila unos propósitos sobre la identidad
y el proceso evolutivo de la ciudad.

Dicho lo anterior, la Feria de Cali se dispone a ser una realidad para el municipio de
Santiago de Cali a través del decreto N° 0879 del 22 de octubre de 1958, el cual
determina que se cree la Feria de Cali con un programa de espectáculos dirigido a la
sana diversión de la ciudadanía. El texto del decreto establece lo siguiente:

Artículo 1° - Créase una festividad anual que tendrá como sitio la capital del Valle
del Cauca y que se denominará “Feria de Cali”, la que tendrá lugar en el mes de
diciembre de cada año

38
Miguel Camacho, La Feria de Cali de 1958 a 1970. En: Marcos González, Fiesta y Región en
Colombia. Cali: Universidad del Valle, 1998. Pág. 135

54
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

Artículo 2°- La “La Feria de Cali” se compondrá de un programa de espectáculos


culturales, deportivos, artísticos y populares, todos los cuales deben orientarse
hacia la diversión sana de los ciudadanos, la difusión de la cultura regional y del
país, y la exposición de las conquistas espirituales y materiales alcanzadas por las
gentes del Valle del Cauca. Para tales propósitos, los programas de la feria
comprenderán espectáculos nacionales y extranjeros, y deberán coordinarse para
mantener sobre Cali y el Valle del Cauca las corrientes del turismo nacional e
internacional.

Artículo 3° - El programa y planteamiento general de la Feria anual estará al


cuidado de una junta organizadora de la “Feria de Cali”, entidad que estará
compuesta por siete miembros designados así:

Dos por el Gobernador del Departamento

Uno por el Alcalde de Cali

Uno por los clubes sociales de Cali

Uno por la Junta Departamental de Deportes

Uno por la Junta directiva de la Plaza de Toros de Cali y

Uno por la Dirección de Extensión Cultural y Bellas Artes del Valle.

Esta Junta organizará los programas de la Feria y financiará, sin contar con
auxilios del tesoro Departamental.

Artículo 4° - Los miembros de la Junta se posesionarán ante el Gobernador del


Departamento. Desempeñarán sus funciones sin emolumento alguno y tendrán
períodos de un año, pudiendo ser reelegidos indefinidamente. 39

Por consiguiente, la Feria de Cali va a convertirse en un evento que fortalecerá una


cultura popular ya dispuesta (por el antecedente de El Carnaval de Cali) que tras la

39
Feria de Cali. La Gobernación Ordena Celebrarla en diciembre. Relator. 23 de octubre de 1958. Pág.
Titular

55
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

consolidación de la festividad empieza a construir nuevos discursos de identidad; qué


es ser caleño y cómo asumir el ser caleño.

Por otra parte, los factores influyentes que permitieron al proyecto de Feria establecerse
como un evento institucional fueron la apertura de una brecha que posibilita nuevas
formas de consumo. Por ende se impacta la ciudad en términos económicos, sociales y
culturales, dado que aparecen nuevos sujetos quienes favorecen la demanda turística,
gastronómica y étnica de la ciudad, incentivando la migración y la industrialización de
Santiago de Cali.

El Departamento del Valle propiciará la celebración de la Feria de la Caña de


Azúcar, declaró para este diario el doctor Eduardo Buenaventura, Secretario de
Hacienda. Agregó que el gobierno creía que a la Feria era necesario darle alcance
departamental, no solo para fortalecer los lazos de los municipios con la capital
regional, sino para que sirviera como demostración ante el país de la vitalidad y
progreso del Valle.

[…] La celebración de ese certamen, que solo ventajas puede traer para Cali. Está,
pues asegurada la Feria de la Caña de Azúcar, que será magno acontecimiento
turístico de Colombia, con sus varios aspectos sociales, taurinos, deportivos y sus
40
exposiciones agrícolas e industriales.

3.2.2 Organización (1962-1965)


Como se ha mencionado anteriormente, la consolidación de la Feria de la Caña de
Azúcar fue promovida fundamentalmente gracias al apoyo y la gestión en términos
logísticos de la Junta de Organización de la Feria. En este acápite se hará énfasis en
la gestión fastuosa de la Junta para la organización de las ferias posteriores. Con la
experiencia de 1958, los miembros de la junta organizadora evidenciaron cómo la
ciudadanía respondía a este tipo de iniciativas y cómo la Feria cumplía con los
propósitos con los que se había erigido; una ventana al fortalecimiento de la economía

40
Se Celebrará la Feria de la Caña de Azúcar, Relator, 30 de enero de 1958. Pág. Titular

56
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

vallecaucana y así mismo una nueva forma de pensar la ciudad. Se tenía entonces, un
panorama muy alentador para las siguientes versiones del evento.

Se debe mencionar, que las acciones tomadas por la Junta Organizadora empezaron a
generar mayor impacto en la feria mediante la consecución anual de cada evento. Es
decir, cada año que pasaba la organización evidenciaba cambios significativos y ello
acentuaba este espacio como una festividad más allá de
lo local.

Un ejemplo de lo anterior se sitúa en el año 1962, se


citó al presidente Guillermo León Valencia, el cual
aceptó la invitación y se comprometió a asistir
exaltando y elogiando este evento con su gabinete
ministerial (Ver imagen 1). Esta participación del
presidente del momento evidencia el cumplimiento de
dos objetivos importantes para los desarrolladores de la
Feria: el primero, mantener dentro de la organización
del evento un espacio que mostrará las cualidades del
talento local e interregional; y el segundo, abrir Imagen 1: Valencia aceptó invitación a
la V Feria de Cali. Diario Occidente, 04
de diciembre de 1962. Pág. 3
espacios que vincularan personajes a nivel
internacional (programas que fueron llamados ‘eventos de primerísimo orden’).

El primer objetivo se cumplió con mucho revuelo puesto que se hicieron ciertos
reclamos respecto a la presencia de talentos nacionales en la Feria.

En la reunión efectuada en las Oficinas de la V Feria y Reinado Mundial de la


Caña de Azúcar, con asistencia del Director Ejecutivo, don Enrique Villegas, del
Director Seccional del Trabajo, doctor Harold Rizo Otero, representantes de la
Sociedad Musical del Valle y directores de orquestas, reunión que fue provocada
por un mensaje del Sindicato de Músicos Profesionales de Medellín a los

57
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

Ministros de Trabajo, Hacienda, Relaciones Exteriores y de Fomento quedó en


claro que las aseveraciones contenidas en tal mensaje, carecen de veracidad 41.

El sindicato de músicos reclamaba porque no eran tenidos en cuenta en la convocatoria


para las presentaciones del evento. Además, se crítica la importación de orquestas
extranjeras por parte de los organizadores. El entonces director de la Feria dejó
demostrado en la agenda mediática que las reclamaciones estaban fuera de contexto:

Don Enrique Villegas García, Director Ejecutivo de la V Feria informó y demostró


que no se han importado ninguna clase de orquestas y que por el contrario se
estaba organizando una Feria a la colombiana, en donde los conjuntos y artistas
nacionales sería[n] valorados como dignos espectáculos de la V Feria y Reinado
Mundial de la Caña de Azúcar. 42

Y en dicha organización, donde se tuvieron en cuenta tanto artistas internacionales


como nacionales, se desarrolló un evento que recibió críticas muy positivas por parte
de la Gobernación. Un aspecto que resaltó de manera directa fue:

El Gobierno Departamental considera que la Feria se extendió a todos los sectores


populares de la ciudadanía, no obstante las críticas que inicialmente se hicieron
por omisiones en ese sentido, y cree igualmente que la última Feria superó
ampliamente a las anteriores, a pesar de los factores adversos e imprevistos que
en un comienzo se presentaron, tales como la catástrofe de Buga que obligó el
aplazamiento de los festejos públicos.43

Para la Feria de 1963, y desde las fuentes analizadas, se puede evidenciar un


cubrimiento periodístico más notorio, un repertorio fotográfico más explícito y un auge
publicitario más invasivo en la agenda mediática. Para este año aparecen registros más
precisos de lo que acontecía en la Feria. (Ver imagen 2)

41
La V Feria de Cali será la de los Artistas Nacionales. Diario de Occidente. 15 de diciembre de 1962.
Pág. 3
42
Ibíd.
43
El Gobernador satisfecho con la actuación de la Junta de la Feria. Diario de Occidente. 12 de enero de
1962. Pág. 12

58
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

Imagen 2: Desfile de Cali Viejo. Fuente: Suárez, Cali – Colombia. Diario


Occidente, 29 de diciembre de 1963. Pág. 12

Un ejemplo de lo mencionado anteriormente se puede ver en el cubrimiento a la


Cabalgata; para este evento hay un despliegue fotográfico más efectivo y más
llamativo, o como diría el Diario de Occidente “la más lucida de todas las cabalgatas
que han calificado por las calles de Cali en seis años de Feria”44.

En concordancia con lo anterior, tal proceso de registro, luego de seis versiones de la


Feria, empezó a gestarse como una necesidad a nivel municipal, donde los intereses y
objetivos económicos, turísticos y modernizadores de las élites y la comunidad popular
caleña se verían promovidos y enaltecidos. Además, a nivel nacional empezó a cubrir
un espacio importante en la agenda de los medios de comunicación. Prueba de eso se
ve en la promoción interregional a partir del periódico El País en relación a la Feria.45

Se puede afirmar que este auge mediático mostraba la agencia que tenía la Feria, dado
que se incentiva el interés de extranjeros (nacionales e internacionales) por la ciudad.
La fiesta de la caña de azúcar no solo enaltece la “gramínea, fuente de prosperidad
vallecaucana”46 sino que se convierte en un dispositivo publicitario eficaz en la
promoción de la ciudad. No solo la prensa local divulga las actividades de la feria, sino
también la prensa a nivel nacional. El País menciona que ciudades como Medellín,

44
La Cabalgata de Mil Caballos desfiló el 25 por las calles de Cali. Diario de Occidente, 27 de diciembre
de 1963. Pág. 13
45
Vamos a la VI Feria de Cali. El País. 2 de diciembre de 1963. Pág. 19
46
Archivo Histórico de Cali. Fondo Alcaldía. Libro LXII. Folio 0145. 26 de febrero de 1957.

59
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

Bogotá y algunas de la costa Atlántica, fueron los mayores aportantes turísticos a la


ciudad de Cali y su fiesta en el año 1963.

A su plenitud entró ayer el movimiento de pasajeros hacia Cali, provenientes, en


su orden, de Bogotá, Medellín y la Costa Atlántica; según fuimos informados ayer
en el despacho de don Carlos Correa, alto funcionario de Avianca, esa Compañía
ha tenido que atender la gran demanda de cupo con vuelos expresos desde los
sitios indicados, lo mismo que de Tumaco, Cauca, Caldas y, en general, de todos
los rincones de la república.47

La divulgación de la feria de Cali no solo se hizo a través


de carteles que invitaban a la población local, sino que,
dentro de estas representaciones gráficas, hubo un
mensaje implícito donde se garantizaba el goce de
propios y visitantes (Ver imagen 3). El cubrimiento de la
Feria consistió en publicar noticias pasajeras y el
programa de la misma para incentivar la asistencia. El
País publicó en una primicia el Programa Oficial de la
Feria de Cali y Reinado de la Caña (Ver anexo #1).
Imagen 3: Vamos a la VI Feria
de Cali. Fuente: El País, 02 de
Lo anterior indica que diciembre, después de las
diciembre de 1963. Pág. 19
festividades relacionadas a la Navidad, se invistió de la
programación cultural ofrecida por Santiago de Cali y, con su antigüedad y continua
renovación, la Junta fue consolidando para 1963 y los demás años, una Feria que
mostraba un plan de mejoramiento continuo. Sin embargo, en el desarrollo matutino y
la consolidación de la Feria, existieron ciertas dificultades que lograron calar en el
ethos de la Junta. Esto causó una frecuente postura crítica con el modo de operar de
los encargados de la estructuración y contenido de la festividad.

47
Bogotá y Medellín fijan el mayor aporte turístico a la VI Feria. El País, 27 de diciembre de 1963. Pág.
6.

60
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

Es evidente en los medios de comunicación del momento, un rotundo rechazo de los


diferentes gremios musicales por ser “marginalizados” de la Feria, aun siendo estos,
asociaciones pertinentes para el contexto y para los objetivos históricos del evento. En
el Diario de Occidente se visualiza lo siguiente:

Directores de conjuntos folclóricos, lo mismo que voceros del gremio de músicos


de la ciudad se muestran extrañados por la indiferencia de la junta de la Feria para
ocupar a los más calificados artistas, de trayectoria brillante no sólo en la ciudad
sino el país. Numerosos artistas se quejan no sólo de la falta de atención de los
organizadores de la Feria (quienes citan muchas veces al personal para luego
frustrarles toda inspiración) sino también del predomino que este año como en los
anteriores, tendrán músicos extranjeros frente a los nacionales. 48

Para 1964, la Feria de Cali, ya consolidada por completo, consiguió renombre por su
magnitud y por su gestión organizativa; pero así como se acrecentaba su fama, más
explícitas y divulgadas eran sus falencias y críticas respecto a la gestión de la Junta.
La organización prefería gastar dinero trayendo artistas internacionales que nacionales;
por lo tanto, para los miembros de la Junta (y para los del gobierno municipal y
departamental) invertir en artistas reconocidos mundialmente, era necesario para
otorgarle prosperidad al evento, prosperidad que se reflejaría en la afluencia de distintas
personas del país y de otras regiones del mundo.

Para este año, la prensa empezó a tomar partido entre los reclamos y las críticas. La
Junta mostró falencias en su gestión, ya que los comentarios que surgieron en referente
a su accionar surtieron un efecto crítico en su pragmatismo y estructuración. Ante esta
pequeña calamidad, la Junta se excusa con el siguiente argumento:

Cabe anotarse en primer término que la VI Feria de Cali fue preparada casi en
forma precipitada. Hasta los meses finales del año pasado no se habían tomado

48
Artistas locales marginados de los actos de la Feria. Diario de Occidente, 23 de diciembre de 1964.
Pág. 6

61
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

determinaciones sobre lo particular, a tal [p]unto que se pensó en un eventual


fracaso del magno certamen caleño.49

Las mismas y otras dificultades se fueron presentando en la organización de la Feria


del año 1965, en su versión número VII. La prensa caleña, abrió un espacio exclusivo
para la divulgación del evento y así mismo empezó a mostrar desde el año 1964 y 1965
una postura muy analítica y meticulosa sobre el desarrollo de la Feria. En una columna
de opinión, elaborada por un observador asiduo de este evento, se compartió en la
agenda mediática:

A pesar de que esta Feria estuvo más pobre en espectáculos que ninguna otra,
vamos a intentar un breve análisis objetivo de los pocos que tuvimos la
oportunidad de presenciar.

Comenzando por “Colombia 1965” integrado por números de artistas nacionales


y una que otra vez por el cantante mexicano Fernando Valadés, fue en realidad
meritorio. (…) Tanto “Cantares de Colombia”: Manuel Bernal; Leonor González
Mina; el Quinteto Dalmar; el Ballet Nacional de Giovanni Brinati; y el tenor
Hernán Herrera, tuvieron en los primeros días de la Feria una excelente actuación.
(…)

Desastrosa la cantante Guina Valid, llamada “Miss Italia” y quien habla todos los
idiomas menos el italiano.

Machito y sus Afro-Cubanos constituyen indudablemente, una magnífica orquesta


con selecto repertorio (…)

[¿]Pero qué se puede decir de Carmen Avilés y su ballet? Que es lo más pobre de
danzas españolas que hemos visto. 50

En resumen, todo este análisis permite afirmar que los espectáculos fueron planificados
de manera poco discutida, sin contar con una opinión ligera y subjetiva, colectiva o
popular. El discurso hasta ahora manejado por el Diario Occidente es un diálogo muy

49
La Junta de la Feria. Diario de Occidente. 09 de enero de 1964. Pág. 4
50
Balance de la VII Feria. Diario de Occidente. 04 de enero de 1965. Pág. 11

62
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

riguroso sobre cada decisión y organización planteada feria tras feria. Por otro lado, El
País poco se involucraba en una discusión analítica y crítica sobre los procesos de la
organización general de la Feria de Cali. Su pretensión inicial era divulgar y presentar
la festividad caleña como un evento de cultura general, como una opción de recreación
y como un baluarte para la cultura nacional.

3.2.2.1 Novedades en la Organización. Reformas específicas (1964-1971)


En estos años se fija el análisis en ciertos cambios a nivel social y organizativo. Se ha
separado la explicación de estos años (1964-1971) puesto que desde esta temporalidad
se evidencia una reglamentación en lo administrativo y estructural, mucho más
minuciosa por parte de la Alcaldía de Cali. Dichas reglamentaciones obedecen a una
forma de estandarizar cada uno de los elementos que constituyeron la Feria de Cali.
Esta necesidad no fue atendida rigurosamente en las organizaciones pasadas puesto que
en un primer momento se buscaba la Consolidación social de la festividad, mientras
que en este momento se busca darle un orden más armonioso para así fijar de manera
más óptima los asuntos económicos, logísticos y modernizadores en los ámbitos civiles
y culturales. A este momento se le puede clasificar como la etapa de regulación, aquella
donde la fiesta caleña busca construirse cada año de manera más autónoma y mecánica.

Comenzando desde el año 1968, la Feria no se condiciona a estar remodelando su


metodología para organizarse cada mes de diciembre. De este año en adelante, se puede
observar cómo la organización y la fiesta en sí misma fueron asumiendo un papel más
monótono. La regularidad en la organización fue implementada gracias a que cada una
de las estrategias que usaron en su pasado más próximo se centró en crear una
programación de entretenimiento local y una oportunidad para mostrar a través del
turismo la ciudad y la cultura caleña.

En concordancia con lo antepuesto, se puede decir que varios factores influyeron en el


planteamiento anterior, principalmente desde el auge modernizador de la ciudad.
Paralelo a este proceso de mostrar el desarrollo económico y social, también se situó la

63
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

necesidad de exponer elementos culturales con el propósito de que la idea de desarrollo


calara perfecta en el discurso y pudiera ser visible por parte de propios y extranjeros.

Ahora bien, todos estos apuntes al hablar de la modernización de Cali, están siendo
representados por la evolución de la Feria como elemento promocionador de la ciudad,
como metrópoli industrializada, álgida comercialmente y avanzada culturalmente. Por
lo anterior, a continuación, se muestra el desarrollo de la Feria de Cali, a partir de las
vicisitudes de cada versión entre 1968 a 1971.

En primera medida, se puede hablar de la ampliación del cubrimiento fotográfico de la


Feria. Para fines de delimitar un orden y una oficialidad de estos registros de la ciudad,
de los eventos y de su gente, la Alcaldía exhortó a lo siguiente:

ARTÍCULO 1°. Los Fotógrafos que lleguen a la ciudad con el fin de ejercer
su profesión durante las fiestas Navideñas y la Feria anual de Cali, están en
la obligación de afiliarse a uno cualquiera de los establecimientos
Fotográficos existentes en la ciudad, previo lleno de los requisitos que ellos
exijan. 51

Toda esta organización se hizo con el fin de facilitar el acopio de fotografías y que estas
mismas estuviesen bajo un registro estricto, depósito adecuado y archivo
correspondiente. Este tipo de iniciativas pretendían no solo mostrar la Feria durante su
realización, sino que sirvieron para que la administración del evento y del municipio
notara que cada año la festividad agregaba más elementos, y que el fervor que generaba
era mucho más entusiasta de lo esperado. En consecuencia, esta situación llamó aún
más la atención de la prensa y de los fotógrafos aficionados de la época. Estas dos
profesiones tuvieron una responsabilidad social con la memoria colectiva de las
personas, en especial la de los caleños, al mismo tiempo se encaminaron a crear el
acervo visual de la ciudad.

51
Decreto 607. Archivo Histórico de Cali. Fondo Alcaldía. Libro LXVIII. Folio 465. 18 de diciembre
de 1964.

64
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

Así mismo, destacaba anteriormente que la fiesta seguía innovando su programación,


más no su estructura organizativa, entre esas novedades, para la octava versión de la
festividad, la Alcaldía de Cali creó un evento más para mostrar otros elementos
culturales más autóctonos. Según el siguiente decreto, la Alcaldía:

ARTÍCULO PRIMERO. […] A través de la Secretaría de Educación


Municipal auspiciará la realización del PRIMER CONCURSO DE
AUTORES Y CONJUNTOS MUSICALES Y VOCALES
VALLECAUCANOS como parte del gran concurso Folclórico Nacional
que la Oficina de Turismo y Ferias del Valle ha programado para el mes de
diciembre.52

Para la fama que iba ganando la Feria, se hacía necesario incluir referentes más
populares. Así mismo, para lo observado en los años anteriores, este evento estaba
fuertemente marcado por una tendencia más burguesa. Esto se explica puesto que las
programaciones, en general, tenían un ámbito más hegemónico; es decir, los eventos
más importantes y llamativos de la Feria tenían lugar en los principales salones de los
clubes prestantes de la ciudad. En diversas ocasiones se tendía a restar importancia a
los eventos que suponían una participación masiva de los caleños y a los de elementos
culturales diversos, los cuales se manifestaban a partir de los eventos internos más
promocionados de la Feria. Esto se sustenta en la programación de la VIII versión de
la Feria (Anexo #2: Programación para hoy), en donde se evidencia apenas una
inclusión de eventos como “Colombia Negra” y las Verbenas Populares (evento con
antecedentes, pero apenas incluido en esta versión de la Feria).

Todo este análisis año por año permite evidenciar que desde 1964 a 1970 se empieza a
ver una tendencia más popular y un reconocimiento sobre lo que podían ofrecer los
barrios populares respecto a la Feria anual. Sin embargo, todavía tenía una tendencia
más clasista y erudita en otras apreciaciones artísticas. Citando otra vez la

52
Decreto 509. Archivo Histórico de Cali. Fondo Alcaldía. Libro LXX. Folio 339. 8 de noviembre de
1965.

65
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

programación de VIII Feria, se puede apreciar una preeminencia en espectáculos como


la feria taurina, el ballet y el teatro. Incluso, a partir de ciertos decretos, la Junta
Organizadora elaboraba cuidadosamente una programación especial y minuciosa del
entretenimiento taurino. Como se puede ver en el siguiente decreto, en su segundo
artículo:

ARTÍCULO 2°. Todo espectáculo taurino que se celebre en la ciudad de


Santiago de Cali, requerirá, para anunciarlo al público, que su cartel y
programa hayan sido aprobados por la Alcaldía, mediante el cumplimiento
de las formalidades estipuladas en el presente Reglamento.53

Esta preocupación que, sabiendo, necesitaba un estricto reglamento para garantizar la


seguridad urbana, también evidencia que la Alcaldía y otras dependencias estaban
complaciendo el entretenimiento de los ciudadanos a partir de la promoción, la
reglamentación y la consolidación del evento taurino.

Este evento es de origen español, ajeno a la identidad cultural caleña, pero, a partir del
órgano gubernamental principal, este no solo ganó popularidad, sino que también se
hizo parte de la cultura de los caleños, un efecto que pasó de ser algo aristocrático y
burgués a algo que intentó calar en lo popular. Cabe anotar, que como se mencionó en
un acápite anterior, las corridas de toros eran tradicionales en la ciudad previo a la
construcción e inauguración de La Plaza de Toros de Cañaveralejo, de manera que,
éstas no estaban reguladas y tampoco le generaban dividendos a la ciudad.

Ahora bien, para esta época concurrieron muchos eventos, y a pesar de los intentos de
hegemonizar los espacios por parte de una comunidad más “civilizada y culta”, lo
popular siguió disputando un lugar en los espacios de la Feria. De modo que, ambas
solicitudes de espacios de cada sector social se vieron sintetizadas en los siguientes
decretos suscitados para la organización de la Feria. El primer convenio celebrado
obedeció a otras modificaciones a los decretos sobre los espectáculos taurinos, además

53
Decreto No. 791. Archivo Histórico de Cali. Fondo Alcaldía. Libro LXXI. Folio 53. 21 de diciembre
de 1967. Pág. 1.

66
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

de establecer otra segmentación de la tesorería municipal llamada la Oficina de Control


de Espectáculos

Se puede ver en los siguientes decretos una tendencia aún más reglamentada, puesto
que cada año, se anexaban nuevos requerimientos técnicos y de seguridad para cada
uno de los eventos y, sobre todo, para el gremio taurino. En el decreto N° 790 queda
explícitamente claro lo anterior, se cita el artículo 2:

ARTÍCULO 2°. Además de los asesores a que se refiere el artículo 7º, del
Decreto # 790 de 1968, el Alcalde de Cali podrá designar un asesor técnico
por un periodo de un año, de acuerdo con el Artículo 150 del Reglamento
Taurino, a quien podrá reemplazar libremente cuando lo estime
conveniente. Este nombramiento deberá recaer en un ciudadano residente
en Cali, de reconocida competencia e idoneidad en materias taurinas. 54

Este documento expresa la necesidad de cubrir con más personal técnico para
garantizar un mejor desarrollo de la regulación de los eventos taurinos. A esta nueva
figura la llamaron presidente de la Corrida, quien tenía la autoridad sobre todo lo que
aconteciese en la Plaza de Toros y hacía las veces de asesor para dar tranquilidad a las
personas que exigían medidas más técnicas en los eventos en la Plaza.

Por otro lado, otra de las medidas para la mejora logística en miras de lo económico se
estableció nuevamente por la Alcaldía de Cali a través del decreto N° 870. El artículo
7 deja clara las disposiciones de esta oficina de control:

ARTÍCULO 7°. La entrada a los espectáculos será estrictamente vigilada


en forma permanente por el personal de la Sección de Control del
Espectáculos o por personas previamente comisionadas por el Jefe de la
Oficina, o por los Inspectores o Agentes de policía señalados por la

54
Decreto 1036. Archivo Histórico de Cali. Fondo Alcaldía. Libro LXXII. Folio 147. 5 de diciembre de
1968

67
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

autoridad del lugar, para impedir la entrada de personas sin boleta sellada
o sin el previo pago de los impuestos cuando gocen de entradas de favor.55

Se pueden resumir todos estos efectos, no solo como una narración sobre la
organización de la Feria, sino que también son vistos como una consolidación
definitiva del contenido de la festividad, la organización y el ethos del que parte la
misma. El espíritu del evento para esta temporalidad, está más enfocado a posicionarse
como un evento turístico y de espacios de esparcimiento, donde los ciudadanos y
turistas pudieran disfrutar de las tradiciones y el júbilo de la ciudad, de manera más
elocuente, vivaz y afable.

Sin embargo, y desde el análisis de las fuentes, en este recorrido se puede precisar que
la Feria encontró una zona de confort o regularidad donde no era necesario
replanteamientos profundos. La Feria de Cali se volvió vívidamente monótona y
rendía culto a los intereses festivos de una clase social que invertía en este
entretenimiento. Por consiguiente, se puede concluir que la Feria busca tener una
organización autorregulada y convertirse en un espacio de promoción y lucro

3.2.3 Discursos
3.2.3.1 Discurso político, administración y relación con los sectores sociales. (1966-
1971)
La administración municipal mostró hasta ese momento dos posturas decisivas que
iban a repercutir en el desarrollo administrativo de la Feria de Cali. En primera
instancia, otorgar una facilidad horaria a los funcionarios del gobierno municipal para
alentar la participación de estos, siendo así coherentes con el contexto festivo de la
ciudad y demás dinámicas entorno a la Feria. Por otro lado, y como segunda instancia,
la administración estuvo comprometida a asistir logísticamente a la Junta y demás entes
organizativos a través de una figura de Comisario de Feria.

55
Decreto 870. Archivo Histórico de Cali. Fondo Alcaldía. Libro LXXIV. Folio 452. 8 de octubre de
1969.

68
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

Ambas posturas están sustentadas a partir de decretos presentados por el Gobierno


Municipal de Cali desde los años 1963 a 1971. Tales disposiciones fueron
determinantes ya que son parte fundamental en la consolidación de un discurso social
y político donde, a partir de la regulación de las “gentes”, se les involucra para que
todas las prácticas sociales y económicas en torno a la feria, se desarrollaran de forma
controlada. Esto permitía garantizar la difusión del evento y el buen comportamiento
de los ciudadanos. Lo anterior es evidenciado en el despliegue fotográfico a través de
los medios de comunicación (prensa local y nacional) del momento.

Para completar esta idea, a continuación se realiza una breve descripción y análisis a la
labor periodística de los medios de comunicación que hicieron el cubrimiento a todo lo
relacionado con la Feria de Cali.

3.2.3.2 Sectores sociales y la Feria


Santiago de Cali, a partir de este evento popular (Feria de Cali) que se estableció como
precedente, generó desde políticas públicas hasta nuevos espacios de convergencia para
los ciudadanos como se ha mostrado anteriormente.

Para el análisis que atañe a este acápite se tiene como propósito indicar cómo entre las
gentes del común y la élite caleña hubo una interacción que daba la impresión
convergían unos con otros sin distinción de clase social en las actividades de tan magna
fiesta. Los ciudadanos se concentraban en las calles para apreciar los diversos eventos
que se programaban; no obstante, cabe aclarar que la confluencia de estos dos sectores
estaba claramente diferenciada, dado que eventos como las corridas de toros y los bailes
de salón en los clubes, eran frecuentados principalmente por la elite de la ciudad.

Paralelo a lo anterior, y de manera muy fina, se demuestra una interrelación entre estos
dos sectores sociales a través del despliegue de los medios de comunicación;
específicamente de los periódicos locales y nacionales. La popularidad en la agenda
mediática de los eventos y de la participación de los ciudadanos a los mismos fue
trascendental para evidenciar cómo la ciudad cambia paulatinamente y reconfigura

69
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

distintos espacios de socialización en la medida que nuevas formas culturales, artísticas


y festivas emergen en los diferentes escenarios.

Para los años 1965, la Gran Verbena Popular se tomó las calles de Cali y le otorgó al
pueblo caleño una sensación de euforia, segregándole del propósito en sí del magno
evento. Si bien es cierto que la Feria fue un evento erigido por las altas esferas sociales,
no se puede olvidar que fueron los sectores populares, quienes fortalecieron y dieron
vida a la misma a través de su participación comercial, artística y controversial. Fueron
los ciudadanos del “común y corriente” quienes se apropiaron de la festividad y la
robustecieron con la participación masiva a los eventos, contribuyendo así a la
construcción de una identidad cultural que se refleja aún en la actualidad.

Sin embargo, en algún espacio de las quejas gremiales, se acusaba que la verbena era
una festividad muy alejada de lo popular y más cercano a los intereses de la élite caleña.
La Verbena Popular organizó un evento musical y de esparcimiento en los barrios
Alfonso López, San Judas Tadeo y Joaquín Borrero Sinisterra.

Ante tan emotiva participación, el Diario Occidente se expresa así de estos actos:

El pueblo de Cali ha rubricado una vez más el bien ganado título de la urbe como
capital colombiana de la alegría, participando con ejemplar civismo en los
diferentes actos de la VIII Feria de la Caña. Tal es el caso de las verbenas
celebradas en los barrios Alfonso López Pumarejo y Joaquín Borrero Sinisterra. 56

En estas prácticas se puede observar como la Feria empezó a calar como un fenómeno
popular, donde no todo gira alrededor de lo festivo, sino que también agencia sus
propios espacios; puesto que, evidencia un discurso que busca exhibir a Cali como una
ciudad cívica, moderna y altamente cultural. Se debe decir que las Verbenas empezaron
a tener notoriedad en los años 1965 y se siguieron orquestando en las siguientes
versiones de la Feria.

56
Gran Verbena Popular en la Zona de Feria. Diario Occidente, 28 de diciembre de 1965. Pág. 17

70
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

Por otro lado, anteriormente se hizo mención de otro sector social que hizo su aporte a
las dinámicas de la Feria y fue directamente involucrado, este es el sector comercial,
al cual pertenecen las licoreras, las casetas y demás establecimientos productivos
implicados en la organización de la gran fiesta.

La administración municipal sancionó todos los años nuevas disposiciones para la


venta de licor, el hospedaje, el tipo de atención de los turistas y los precios
recomendados para fomentar un apreciable consumo de locales y extranjeros.

Esta medida nació en 1963, sin embargo, a pesar de no seguir apareciendo en forma de
decreto por parte del Gobierno de Cali, se establecieron localmente unas resoluciones
intergremiales para el buen cobro de los servicios y productos de consumo para los
turistas y transeúntes de la Feria.

3.2.3.3 Los relatos alrededor de la Feria


Para el siguiente análisis sobre los relatos alrededor de la Feria, es imperante resaltar
que se hará uso de tres fuentes que demuestran una tendencia crítica hacia lo que
acontece en este evento. Las fuentes son noticias periodísticas de las imprentas El
Diario de Occidente, y El País. Además de esas noticias, también se contará con
columnas de opinión de diferentes autores que discuten abiertamente sobre los
elementos fundantes de la fiesta caleña.

Para distribuir mejor dicho análisis, se le dará un espacio a cada fuente dentro de la
temporalidad trabajada (1964-1971). Para cada periódico se pretende producir un
balance que muestre la percepción del evento secuencialmente, evidenciando cada uno
de los cambios y permanencias dentro de cada perspectiva.

3.2.3.4 La Feria bajo el ojo popular


Para 1958, la Feria de Cali tuvo un despliegue mediático importante, los periódicos
regionales y nacionales no esperaron perderse la primicia y generar la expectativa
correspondiente a los ciudadanos, todo ello con la finalidad de documentar la

71
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

realización del evento y no menos importante convocar a toda la comunidad caleña y


hacerla participe de evento como estrategia trasversal a los intereses de varios sectores
sociales del momento. Se puede contrastar lo anterior con la siguiente cita:

El jueves 22 del mes cursante, a petición del señor Gobernador del Departamento,
se llevó a cabo la Asamblea General de Accionistas de la Plaza de Toros, con
asistencia de casi la totalidad de los socios. Dos hechos de gran trascendencia
ocurrieron en el salón central del Palacio de Gobierno: la Sociedad y la exposición
del señor Gobernador ante tan numerosa y selecta concurrencia, acerca de la
próxima feria. (…)

Con la Junta Directiva de la Plaza de Toros como eje de la organización de la


Feria, Cali recuperará su prestigio de ciudad alegre y acogedora capaz de recibir
diez o quince mil personas sin problemas de alojamiento, porque ya en otras
oportunidades lo ha demostrado.57

La experiencia de la junta directiva de la Plaza de Toros fue un componente principal


para la organización y posterior consolidación de la feria. Esto indica que existía a nivel
administrativo una preocupación por el desarrollo cultural: que permitiera atraer
turismo y dinamizara a la comunidad caleña a participar en el intercambio de
experiencias festivas. En dicho intercambio, la administración del departamento
construye un discurso resiliente donde la feria se convierte en un alivio de las tensiones
político-administrativas del momento. Así lo sintió la gobernación, a cargo de Absalón
Fernández de Soto:

“Cali, con su fiesta, le ha dicho al país en forma elocuente, objetiva, que los
tiempos de la violencia, de la despiadada lucha sectaria del odio fratricida que nos
estaban llevando a la disolución y al caos, han pasado’ (…)

Quiero enviar a ustedes [la junta organizativa de la feria] mis más cordiales
felicitaciones por la manera como supieron vencer tantas dificultades para iniciar
una tradición de alegría en nuestra capital. Y al mismo tiempo, agradecer, a

57
“Ahora sí, la feria.” Relator, 26 de mayo de 1958, Pág. 6

72
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

nombre del gobierno y en el mío propio, sus patrióticos esfuerzos por restablecer
la fraternidad y la cordialidad en la que ha vuelto a ser la ciudad más hospitalaria
y acogedora del país.”58

De ahí que estos años fueron decisivos (1958-1959), puesto que el éxito económico y
social de la feria, como institución cultural, impulsó los atributos de la ciudad de Cali.
Además de ese impulso, cabe anotar que los embates políticos nacionales fueron un
contraejemplo suficiente para motivar nuevas asociaciones en pro de una cultura más
alegre, más pacífica y más juglar. En consecuencia, y con todos los atractivos
propuestos, para los siguientes años la Junta y los demás colaboradores de la feria
optaran por darle continuidad al evento con el fin de establecer en la ciudad una
dinámica cultural más abierta, que se erija como una tradición valiosa para las
costumbres caleñas.

Para lograr la continuidad, la Alcaldía Municipal, dentro las disposiciones que podía
tomar, abogó y decretó una serie de instrucciones para el buen desarrollo de la feria en
los ámbitos económicos y logísticos. En primera instancia, la alcaldía obligó a los
establecimientos expendedores de licor a socializar y discutir los precios de las bebidas.
En el artículo 1° del decreto 536 se expresa directamente:

ARTÍCULO 1°. A partir de la fecha y hasta el 15 de los corrientes quedan


obligados los dueños y administradores de restaurantes, bares, grilles, dancing,
fuentes de soda, kioskos y demás sitios de esparcimiento ubicados en la ciudad y
alrededores, de cualquiera de las tres categorías establecidas, a fijar en lugar
visible de los respectivos locales las listas pormenorizadas de los precios que allí
se cobren por licores, bebidas y viandas. 59

Esta medida fue necesaria porque gran parte de la consolidación que se busca explicar,
se gesta con el interés e intervención de los entes administrativos como reguladores de
un evento que se convertiría en una práctica social cuya finalidad se direccionaba a

58
El Gobernador Destaca el Éxito de la Feria Caleña. Expresiva nota dirigió a la Junta Organizadora.
Relator, 11 de enero de 1959. Pág. 3
59
Archivo Histórico de Cali, Fondo Alcaldía. Libro LXV. Folio 393. Mes de diciembre de 1960

73
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

brindar a la ciudad un beneficio económico rentable y una popularidad cultural


importante. Es así como se desvía la mirada hacia la feria como una institución que
requiere cuidado, organización e inversión. Tal como lo expresa la misma Alcaldía en
el decreto N° 539:

…es un deber de la Alcaldía Municipal proporcionar a todos los organismos los


medios necesarios para resolver y controlar muchas de las situaciones que crea la
ejecución del programa de esos festejos
anuales [refiriéndose a la feria]. 60

Dicho considerando fue avalado a partir del decreto


094, (Decreto que se expide en el primer intento de
feria, en febrero de 1957) donde se establece el
festejo anual de la Feria de la Caña. A esta
instrucción le prosiguieron distintas disposiciones
municipales, como lo fueron la instauración de las
jornadas taurinas en la Plaza de Toros y la
ampliación presupuestal y estratégica de la Junta
Organizativa de la Feria. Es decir, se empiezan a
regular los eventos que ofrecía la proyectada y tan
Imagen 4: Decreto n° 121. Archivo
anhelada Feria de Cali. Un ejemplo de lo Histórico de Cali. Fondo Alcaldía.
Tomo I. Folio 179. Mes de febrero de
mencionado se puede ver en el decreto 121 del 28 1958
de febrero de 1958. (Ver imagen 4)

Además, como lo expresa Miguel Camacho;

Al institucionalizarse oficialmente, 1958, la fiesta como Feria de Cali, se asumió


como empresa con las funciones específicas de proporcionar diversión al pueblo
pero dentro del control político y del visto bueno de la clase dirigente, factores

60
Ibíd. Folio 397

74
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

que, sin embargo, no restaron espontaneidad a los caleños para divertirse


[…][sic]61

Todo lo anterior nos lleva a concluir que las disposiciones municipales son parte
fundamental de la consolidación de la Feria. Sin la iniciativa gubernamental, no hubiese
sido posible vincular a la sociedad en el marco de un dispositivo cultural como lo
pretendía ser la Feria de la Caña de Azúcar.

3.2.3.5 La Feria en la perspectiva del periódico El País


Como se ha mencionado antes, este periódico no tenía injerencia en las discusiones que
giraban en torno a la gestión, la organización y el programa de la Feria. Tampoco
dedica un espacio en su periódico para ofrecer opiniones analíticas sobre el desarrollo
de la misma. Queda claro que, por el tipo de publicación, el lenguaje, la forma de
promocionar y la manera de cubrir periodísticamente el evento, el periódico El País,
solo refiriéndonos a esta temática de la Feria, no representa la opinión colectiva o
sesgada de un sector social específico. La misión periodística en esta temática se
restringe al hecho de divulgar, promocionar y compartir las experiencias generales de
la festividad sin generar opinión de ningún ámbito.

Ante esta postura del periódico, es importante resaltar el alcance y los puntos de
atención de un periódico de circulación nacional. Los objetivos de dicha prensa se
reducen a un fin divulgativo respecto a las dinámicas locales y regionales. No es válido
decir que no toman postura o que no pueden generar opinión alguna. Simplemente la
prensa nacional obedece a unas misiones
divulgativas en el espectro local, y una
radicalizada postura en ámbitos más
generales, como lo pueden ser la
discusión de un proyecto de ley del
senado, una discusión sobre las
Imagen 5: Con todo esplendor se abrió la IX Feria…
Fuente: El País, 27 de diciembre de 1966. Pág. 05

61
Miguel Camacho, La Feria de Cali de 1958 a 1970. En: Marcos González, Fiesta y Región en
Colombia. Cali: Universidad del Valle, 1998. Pág. 135

75
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

disposiciones del poder ejecutivo, los asuntos que puedan estar aconteciendo en la
capital de la nación o demás temáticas generales que se disponen a diseminar una visión
permeada de un espectro político nacional.

En el caso puntual de lo sucedido en Cali con su feria, para 1966 este periódico hace
su promoción aún más llamativa, a partir de fotografías, de portadas, de carteles y
demás elementos publicitarios. El País se dedicaba a informar casi todos los
pormenores logísticos de la Feria. Con un nivel de detalle básico, la información
publicada obedece a todo lo que divulga la Junta y algunas disposiciones generales de
la administración de Santiago de Cali. (Ver imagen 5)

Con esto, se puede dilucidar los alcances publicitarios del periódico El País como una
réplica resumida de la agenda mediática municipal, con el fin de promocionar su feria
por los rincones de Colombia. Y otro aspecto muy particular es que esta sección
noticiosa y divulgativa no se relacione absolutamente con las dificultades y fenómenos
sociales en el marco del contexto nacional. Prácticamente se ve una desarticulación
mediática entre lo que acontece a nivel nacional y lo local.

3.2.3.5.1 La Feria de Cali en la opinión del periódico El País


Rescatando la labor periodística en la Feria. En este apartado se le hará un breve
análisis a la presencia del periódico El País, órgano difusor a nivel nacional. Este
periódico tiene una perspectiva más distante sobre los asuntos de la ciudad de Cali,
aspecto esperado dada su principal función nacional. La intervención de este periódico
va a indicar el impacto que tuvo la Feria a nivel nacional, sin embargo, cabe resaltar
que no existe una postura tan crítica como la vista en el periódico Diario Occidente.
Esta diferencia permitirá a El País mostrar un panorama más global que obedeció a ese
propósito de comerciar la imagen de la ciudad. Se brinda un paralelo entre una
perspectiva local versus la visión nacional y protocolaria.

El cubrimiento llevado por El País fue tangencial y superficial. Gran parte de sus
reportajes solo mencionan cuatro elementos noticiosos. El primero, una réplica de la
información programática sobre la festividad en Cali; la segunda, ciertas precisiones

76
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

urbanas que le acontecieron a la ciudad respecto a la Feria; la tercera, la entrevista con


personajes reconocidos del país, entre políticos y otro tipo de celebridades; finalmente,
la exaltación del evento y el impacto de la fiesta en los turistas.

El primer elemento mencionado, sobre la réplica de la información de la programación


de Feria, lo podemos constatar en los anexos (anexo, promulgando el programa de la
X Feria de Cali El País 1967; Alegría y orden en Verbena Popular del Barrio San
Nicolás El País 1968, Programa de la XII “Feria de Cali” hoy, El País, 1969 Ya llega
la feria, El País 1970;) Esta divulgación de las noticias culturales de Cali, es entendida
como una sincronía de las perspectivas que observan el transcurrir del evento.

El alcance que tienen los periódicos está supeditado al carácter en el cual se establece
la divulgación de las noticias. En palabras más simples, la difusión está condicionada
al criterio y presupuesto que tenga cada periódico.

Las versiones de la feria de Cali cubiertas por El País evidencian una tendencia
divulgativa y jovial de lo que acontecen en la ciudad de Cali. Un reporte que muestra
esa jovialidad dice que:

Un maravilloso espectáculo de luz, belleza y colorido constituirá el fastuoso


desfile nocturno de carrozas programado hoy por la Oficina de Fomento y
Turismo del Valle del Cauca, evento que por su naturaleza será primera vez que
se presenta en una ciudad colombiana.

Merceditas Baquero de Francisco, Directora de Relaciones Públicas de Turismo,


informó que en el grandioso desfile participarán once reinas nacionales en ocho
hermosas carrozas y la parte musical estará a cargo de nueve conjuntos
folclóricos, tres bandas militares y un mariachi mejicano.62

Como se puede observar, el uso de adjetivos tan llamativos muestra que El País
buscaba referirse a la Feria de la manera más cordial y alegre. Todas estas
características del discurso en dicho periódico muestran el interés propagandístico de

62
El País. Las reinas se toman la Feria. 28 de diciembre de 1968. Pág. 7. La negrilla fue colocada por la
autora.

77
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

este, que, al ser un órgano de difusión a nivel nacional, muestra su apoyo incondicional
de promocionar una fiesta, sin la necesidad de desgastarse en un discurso regionalista.

Por otro lado, avanzando más el tiempo, se puede ver la atención del periódico enfocada
a informar todas las novedades urbanísticas de la ciudad de Cali. En el año 1967:

Armando Páez Defrancisco, secretario de obras de Cali, reportó que todas las
obras que se iniciaron hace varias semanas, o en las recientes, orientadas a la
buena presentación de la capital vallecaucana en su compromiso para la Feria,
estarán listas entre el 15 y el 20 de este mes.

El funcionario concretó que las Avenidas Roosevelt, Vásquez Cobo, Colombia,


la calle 13, la carrera 8 de la 15 a la 25 y otras en tramos menores, han sido objeto
de reparcheo o de aplicaciones de capas continuas de asfalto. 63

A pesar de que esta información no fuese esencial para fines de la Feria, desde la
lectura de un turista ansioso de la misma, es una información que no fue dada desde el
periódico Diario Occidente. Esta omisión solo indica una clasificación de las noticias
de interés respecto a un público distinto que pudo manejar el periódico El País. Si el
periódico en cuestión se dedicó a dar noticias sobre los avances de las obras públicas
de la ciudad fue con la estrategia de mostrar la preocupación del gobierno municipal y
su acción eficaz para exteriorizar la belleza de la capital vallecaucana.

Por otro lado, y no menos importante, El País se inmiscuyó en las entrevistas a


celebridades de la Feria para pedir una opinión del evento. Esta estrategia es una de las
más propagandísticas, puesto que, desde la percepción subjetiva de una persona
famosa, la Feria se promocionará como un evento de alcance no solo nacional, sino
también un evento que mueve todas las esferas sociales. Hay muchas entrevistas muy
llamativas, quizá, hasta ahora la más interesante es la del señor Carlos Holguín el cual
afirma:

63
El País. La feria no está en decadencia. Diciembre 8 de 1968. Pág. 21

78
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

‘El pueblo, agregó, participó en forma activa en los festejos con gran respeto hacia
los demás y a la autoridad, en los distintos aspectos en que consistió la feria’

(…)

‘Se pudo anotar, además de esa participación popular, una bastante organización
no obstante la precipitud de última hora en algunos eventos. Así queda demostrada
la magnífica labor desarrollada con tantos problemas e inconvenientes por quienes
tuvieron a cargo tan delicada misión’. 64

En 1970, personajes como Cecilia de López, esposa del entonces ministro Alfonso
López Michelsen, Juan Carlos Pastrana, hijo del entonces presidente Misael Pastrana,
y Pilar Castaño, hija de una reconocida presentadora de televisión, fueron a la feria y
dieron opiniones muy positivas del desarrollo de la misma. Ahora bien, que un
periódico pida la palabra y opinión de un personaje con fama, tiene como finalidad
hacer propaganda y avalar lo que están promocionando a partir de la aprobación de
dichos personajes. (Anexo #3: Tres personajes opinan sobre la feria, 1970, El País)

Todo lo anterior evidenciaba que, a partir de varios personajes de la política, el


entretenimiento y la cultura general, se logró dar un toque más inclusivo a la Feria.
Como también crear una concepción generalizada de la misma, la cual hablaba por sí
sola.

Para ir cerrando todas estas ideas, es importante hablar del último elemento en la
información contenida en el periódico El País. En el primer elemento hablamos de la
jovialidad con la que se informaba la Feria, a partir de un discurso embellecido y afable
con el lector. Por otro lado, el último elemento trata de la tendencia a exaltar este evento
pese a sus críticas y errores.

En algunos artículos existe el criterio de defender el evento más allá de seguir las
críticas y comentarios negativos respecto a la misma. Para ilustrarnos mejor:

64
El País. Satisfactorio balance dejó la Feria. Enero 3 de 1971. Pág. 10

79
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

El evento que, desde luego, pudo haberse programado con mayor anticipación
para efectos de rodearlo de mejores atracciones populares, es, sin embargo, el
símbolo irremplazable del ambiente exuberante de Cali.

Por la Feria reviste especiales características de alegría, de civismo y de


jovialidad, virtudes estas que muy bien se ajustan al temperamento caleño. 65

Esta defensa, que no resulta implícita, es una muestra de la tendencia del periódico por
no crear opiniones “difamatorias” contra la Feria. Es en sí mismo una situación muy
irónica, puesto que, por parte del Diario de Occidente, el criterio era ser crítico y
contundente con cada comentario, incluso, también se ve una tendencia a no exaltar la
gestión realizada.

Para mostrar más esta propensión exaltadora:

Me llaman mucho la atención esas críticas y me doy cuenta de que muchos que
quienes las hacen tal vez no han visitado nuestras programaciones para que se
sirvan tomar impresiones objetivas y veraces.

Porque la verdad es que esas promociones han congregado verdaderas


multitudes, demostrándose así el carácter netamente popular de este
certamen.66

Mientras otros periódicos hacían críticas contundentes, a pesar de ser constructivas,


estas fueron percibidas como críticas poco objetivas y viciadas. El anterior artículo,
mostrando la defensa de la entonces directora de la Oficina de Fomento y Turismo,
tuvo la ayuda innegable del mismísimo redactor del periódico El País. Lo anterior
demuestra la postura radical de sobre-exaltar el evento, pese a sus adversidades y
desaciertos.

65
El País. Ya llega la feria. Diciembre 21 de 1970. Pág. 4.
66
El País. La feria no está en decadencia. Diciembre 30 de 1969. Pág. 9.

80
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

3.2.3.6 La Feria en la perspectiva del periódico Diario Occidente


El Diario Occidente desde su fundación en 1961, llegó a Cali con la misión de informar
los sucesos relevantes de la región. Como medio de comunicación masivo contribuyó
a la difusión de la programación de la Feria engrandeciéndole y en ocasiones
censurando su acontecer.

Al ser un periódico local, este se encargó de ofrecer un enfoque crítico a todos los
aspectos relacionados con la Feria. Si bien, se muestra una intención de exaltar la
preeminencia de la Feria de Cali como un espacio tradicional, cultural y vital de la
comunidad caleña, no tiene ninguna intención de omitir sucesos sociales o gremiales,
desordenes o demás situaciones de carácter organizativo que hayan acontecido y
pusieran en tela de juicio la labor de la junta organizadora.

Desde 1964 hasta 1970 se evidencia una constante presencia de gremios artísticos que
se sintieron marginados en su participación en el evento. No es sabido, a ciencia cierta,
si el Diario estaba representando directamente los intereses de esos gremios. Sin
embargo, es notoria la intención crítica y la pretensión de cuestionar directamente los
elementos ausentes o fallidos del evento.

A nivel local, los periódicos por lo general representan los intereses sociales, políticos
y económicos de varios colectivos influyentes de su comunidad municipal. En el caso
del Diario, solo se representaban los intereses de una colectividad que no se puede
determinar popular, pero tampoco de élite. Es casi explícito que el objetivo de este
periódico era representar una visión subjetiva a través de un gremio periodístico con el
fin de volverse una perspectiva objetiva de todo lo que pudiese acontecer en la ciudad
de Santiago de Cali. El hecho de que se promocionase, criticase, se siguiese y se
felicitase todo lo relacionado a la Feria va de la mano con la pretensión de ser un medio
no solo divulgativo, sino también crítico, novedoso y actualizado. Además, prueba de
lo anterior se evidencia en el espacio reiterado que otorgó a los gremios artísticos para
que expresasen su queja contra la organización de la festividad.

81
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

Es posible decir que el Diario Occidente se convirtió en ese entonces en el periódico


más riguroso con el cubrimiento de la Feria, como también el eje divulgativo de la
misma, donde los demás periódicos locales, regionales y nacionales basaban sus
noticias respecto a todos los aspectos de tan magna festividad.

3.2.3.6.1 La Feria de Cali en el ojo crítico del Diario Occidente


Si bien, se ha mencionado que la Feria para este momento (1964 – 1971) ha
evidenciado una mejora en el cubrimiento de sus eventos, todo ello queda reflejado
bajo el ojo crítico de diferentes analistas del evento. En el caso del Diario Occidente
es importante resaltar que gran parte de las observaciones sobre la Feria fueron
producto de una intensa labor periodística, que iba proyectándose a través de la
fotografía, la entrevista más exclusiva y de opiniones cada vez más ilustradas. Los
mejores antecedentes de la Feria fueron mostrados por el Diario, puesto que este se
tomó la labor de mostrar la agenda completa del evento.

El Diario Occidente, a diferencia de los años anteriores, trata de brindar un reportaje


más pormenorizado puesto que, para esa época, sus intereses versaban en convertirse
en un referente mediático no sesgado por los cánones políticos gubernamentales. Más
bien pretendía mostrar una opinión equilibrada, a pesar de los sesgos que se pudieran
tener a nivel social y político, asuntos que son evidentes en su tendencia a lo liberal y
progresista.

Para comenzar con este análisis breve de los discursos en este periódico, es importante
resaltar que las observaciones más notorias de este impreso son producto de una
opinión exclusiva sobre la Feria de Cali. Este apunte es importante, puesto que
mientras otros periódicos presentaban noticias divulgativas sin mayor profundidad, el
Diario invitó a críticos que examinaron exhaustivamente todos los elementos de la
Feria. A partir de ese trabajo, se puede decir que el periódico fue un medio útil para la
evaluación de la magna fiesta, además de ser un testimonio objetivo de los continuos
cambios logísticos del evento, cada uno contemplado por las observaciones generales
de la agenda mediática.

82
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

Sabiendo entonces la importancia del periódico, se empieza por ver como esta noticia,
de 1967, marca un precedente sobre esa observación crítica que hacían de la Feria. En
un apartado de este periódico se dice que:

Varias veces hemos dicho que la Feria de la Caña de Azúcar tiene un


planteamiento equivocado. En efecto, a pesar de haber cumplido dos lustros, sigue
siendo una fiesta costeada por el gobierno, con fondos que debían destinarse al
auténtico fomento turístico, para que hagan negocio algunos empresarios
particulares, como los dueños de bares, casetas y restaurantes, hoteles y pensiones
y las compañías de transporte de toda clase.67

La Feria era una responsabilidad del mandatario de la ciudad. En muchas de las


necesidades que se presentaban a través de la Junta Organizadora, la Alcaldía expidió
un sin número de decretos, tomándose a título individual la responsabilidad completa
del desarrollo de la Feria. Esto, a pesar de ser positivo, desemboca en una crítica
puntual sobre la falta de inversión e institucionalización de los ámbitos culturales y
turísticos. La Junta Organizadora solo representa otro brazo de la Alcaldía, por lo cual
queda en evidencia la manera centralizadora del gobierno. Para esta época, conociendo
los líos que existen en la absoluta centralización, era necesario descentralizar la política
y otorgar concesiones, delegar ámbitos y gestionar las autonomías de diferentes
estamentos de los órganos gubernamentales. Sin embargo, como dice Valencia-Tello y
Karam de Chueiri:

La reforma constitucional de 1968 robusteció aún más el poder central en


cabeza del Ejecutivo, otorgando mayores facultades para declarar la
emergencia económica y social, pudiendo dictar decretos con fuerza de ley,
nombrar y remover libremente a los directores y gerentes de establecimientos
públicos nacionales. 68

67
El Diario de Occidente. ¿Cuál Feria? 4 de diciembre de 1967. Pág.4
68
Diana Carolina Valencia-Tello, Vera Karam de Chueiri. Antecedentes de la descentralización
territorial en Colombia, en Dikaion, 23-1 (2014). DOI: 10.5294/dika.2014.23.1.7

83
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

Es interesante ver como ciertos asuntos políticos de carácter nacional condicionan


mucho el desenvolvimiento político de las localidades. En este caso, la tendencia
centralizadora de la Alcaldía de Cali trata de llevar a cabo un sinfín de tareas que
podrían mejorar su eficiencia y aliviar cargar gubernamentales si dichas tareas se
hubiesen delegado a los mismos expertos que contrató la Alcaldía, tal es el caso de la
Junta. Descentralizar los asuntos culturales del ente central hubiese colaborado con los
vacíos que se presentaron en algunas versiones de la Feria. Estos vacíos se perciben
desde la falta de inversión social a los estamentos comerciales que dinamizaron el
evento y la tendencia a reclamar dinero por parte del gobierno.

Por otro lado, se puede ver que cada Feria tuvo un impacto tajante en la mentalidad de
la sociedad caleña. Los críticos de la Feria no podían mantener una postura tan radical
todo el tiempo. También tenían que resaltar todo lo bueno que se presentaba en los
eventos. Un ejemplo de eso lo tenemos en otro artículo del Diario:

Pero el resultado en forma alguna puede ser negativo. Debemos observar


simplemente que el programa de actos y de espectáculo es un extremo recargado.
Resulta fuera de lugar que se programe la feria a partir del 16 de diciembre, con
ceremonias que en el fondo nada tienen que ver con ella. Nos parece que la Feria
debe reducirse a unos pocos días y todo cuánto se haga fuera de ellos, ha de
considerarse ajeno al evento.69

Esto fue dicho para llamar la atención en dos aspectos resonantes. El primero, la
programación de la Feria tendía a una ceremoniosidad exuberante. Segundo, en el
mismo certamen existía un agregado de pequeños eventos que fueron llevados para
llenar espacios de la programación. Estos elementos surgen desde la misma
problemática; la Alcaldía quería volver el evento un espacio más allá de lo municipal
y regional. Como lo dice el mismo periódico:

Cabe preguntarse entonces, si la Feria en sí misma ha correspondido a esa


entusiasta y calurosa acogida de los colombianos que acuden anualmente a Cali

69
Diario de Occidente. La Feria ha concluido. 4 de enero 1968. Pág.4

84
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

con el propósito de divertirse y pasar una inolvidable temporada de euforia y


distracciones. En realidad, la Feria que acaba de culminar (refiriéndose a la
versión XI) sufrió los efectos de la permanente improvisación que nos distingue.
Si no hubiera sido así, mejores habrían sido sus resultados y más brillante su
desarrollo.70

Y ahí reside otro elemento crítico: la Feria que se organiza desde lo municipal no
siempre puede cubrir expectativas en ámbitos más grandes. Si se hace alusión que la
Feria es un evento que llama a lo nacional, el artículo del Diario aterriza su crítica a
que la forma más adecuada de impactar en un ámbito más grande es perfeccionando
esos elementos programáticos, sin la necesidad de llenarlos forzosamente.

El Diario es muy enfático en hacer críticas, no por detrimento de este tipo de eventos,
sino como un medio evaluador, que también sirve como un ente que recibe y transmite
la opinión de distintas esferas sociales. Sin embargo, sí existe una tendencia más
estricta en la entrevista hacia personas muy críticas. En el siguiente artículo se puede
constatar:

Anotaba Renato Capriles que el entusiasmo por la Feria ha venido disminuyendo,


y atribuye el fenómeno al hecho de que el pueblo no toma parte activa del evento.

Considera necesario la institución de reinados cívicos; facilitar a los empresarios


la instalación de casetas con libre contratación de orquestas. Por lo menos una
igualdad para que en dichos sitios de diversión haya el mismo número de
orquestas extranjeras y colombianas, pues “hay que estimular lo de la patria”
Finalmente aseveró que se debe crear un estímulo para la mejor orquesta pero con
un criterio más amplio, es decir involucrando todas las que actúen en la Feria, no
limitándose a una caseta…”71

Ya se había hablado de esa tendencia más a lo “aristocrático” o de valorar más los


intereses culturales de las clases altas. Sin embargo, es específico que la ausencia de
una esfera popular era necesaria percibirla en la Feria. La burocratización que

70
Diario de Occidente. La Feria ha concluido. 4 de enero 1968. Pág.4
71
Diario de Occidente. Falta más espectáculo. Diciembre 31 de 1969. Pág. 13.

85
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

caracteriza a un ente gubernamental como la Alcaldía, no podía licitar y contratar


fácilmente a cualquier organización de entretenimiento,
más aún después de una reforma centralizada. Es por ello
que la percepción de la Feria terminaba siendo tan
satisfactoria para una esfera social, e indiferente para
otra.

Enlazado con lo anterior, debemos decir que la Feria no


solo hace notoria la alegría y felicidad, como lo
demarcan otros periódicos y otras tendencias
informativas. También, en el caso específico de la ciudad Imagen 6: Invasión de Feria.
Fuente: Diario Occidente, 03 de
de Cali, la Feria muestra las dificultades de la ciudad a diciembre de 1970. Pág. 04
nivel social (Ver imagen 6). En el siguiente artículo se expresa una contundente crítica,
no solo a la Feria, sino a todo el gobierno municipal:

Cada año por esta época es notoria la presencia de nuevas caras en el gremio de
mendigos de Cali. Como este negocio, que así lo denominan los mismos
pedigüeños, es uno de los mejores y es el único que no exige capital de trabajo,
decae un poco por diciembre en otras grandes ciudades del país, por la costumbre
de sus habitantes de irse a los campos, Cali es naturalmente la urbe preferida de
los mendigos de toda la nación.72

Esta crítica, con un tinte clasista e irónico, entrevé varias cosas. La primera, la pobreza
real de la ciudad de Cali. Ser mendigo correspondía a ser un habitante de la calle, sin
ninguna fuente de ingresos legítima. Por lo cual, cada uno de ellos acogía como fuente
de supervivencia la solicitud informal de dinero a cualquier transeúnte. Esta dificultad
trató de ser manejada por Cali a través de diferentes planes institucionales, los cuales
solo alcanzaron un éxito parcial sobre la problemática. En el mismo artículo se expone
puntualmente:

72
Diario de Occidente. Mendigos de Feria. Diciembre 2 de 1970. Titular.

86
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

Y es bien sabido que en Cali no existe ninguna institución oficial a donde


concentrar ese lastre de Feria. Solo El Cottolengo, la hermosa entidad del padre
Ocampo, que se mantiene abarrotada de ordinario, es decir, que toda su capacidad
de copada hasta el exceso. 73

La problemática de la mendicidad es una dificultad recurrente en el desarrollo de la


Feria y es una fuente central de críticas por la pasividad gubernamental a la hora de
hacer frente al fenómeno, la cual es una expresión de la falta de oportunidades sociales
y laborales de la ciudad. En primera instancia se hace mención a la pobreza real que
deriva en la mendicidad. Sin embargo, un segundo punto sugiere que la Feria también
contiene este fenómeno desde un ámbito más delincuencial.

En el año 1970 y en adelante, la problemática de la mendicidad está contemplada como


un delito según el código penal, ley 95 de 1936, la cual estuvo vigente hasta el año
1981. A pesar de ser una manifestación pública sobre las problemáticas laborales y
sociales de las localidades del país, al mismo tiempo, algunas personas aprovechan esta
brecha social para captar dinero de manera ventajosa, y ¿cuál espacio no sería más
provechoso que la Feria? Realizada en diciembre, donde la solidaridad y otras
disposiciones anímicas como morales son elementos beneficiosos para un mendigo. En
palabras más sencillas, el Diario escribe puntualmente:

Las legiones de mendicantes tienen así una estupenda plaza. Es lo que explica que
desde ahora inicien su desplazamiento hacia nosotros, a fin de tomar posiciones
estratégicas en los atrios, esquinas céntricas y alrededores de los escenarios de la
Feria: ciudades de hierro, vecindades de las futuras casetas, paseo Bolívar y
entradas a los clubes.74

Esta sospecha o supuesto delito, acusado de proliferarse en la Feria fue expuesto en el


ojo periodístico de este diario y, a pesar de no compartir las pruebas contundentes que
pudieran demostrar veracidad, esto en rotación municipal, generó una predisposición,

73
Diario de Occidente. Mendigos de Feria. Diciembre 2 de 1970. Titular.
74
Diario de Occidente. Mendigos de Feria. Diciembre 2 de 1970. Titular.

87
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

la cual se convirtió en una crítica fundamentada que cuestiona la capacidad


organizativa de la Junta y de la Alcaldía de Cali.

Para ir desenlazando paulatinamente este apartado, el Diario Occidente aterriza todas


sus críticas con el fin de evaluar a la Feria. Sin embargo, su interés es apoyarla a partir
de una divulgación objetiva, la cual requiere de halagos y juicios. Para lograr exponer
un criterio más afable respecto a la Feria, el Diario utilizó la herramienta de la
fotografía para amenizar y proporcionar una divulgación eficiente.

La fotografía de la Feria solo cubrió, a lo largo de más de ocho años, un registro sobre
los eventos más importantes. El reinado en su principio fue un evento muy estimulante
para los espectadores de la Feria. Los periodistas siempre intentaron estar cerca de
cada una de las concursantes e intentar sacar un testimonio por parte de ellas, el cual
hablase de la experiencia en la ciudad y en el evento 75. Por otro lado, el cubrimiento
respecto a los shows en vivo y demás muestras artísticas tenía un espacio muy discreto,
pero existente en los periódicos.

Es importante resaltar como la ciudad, vista desde el ojo crítico de una imprenta, suele
tener mejores resultados en miras de su desarrollo. Esto gracias a la constante mención
de los aciertos, errores, imprevistos y contingencias de su gobierno, su sociedad y sus
fenómenos. En el caso del Diario Occidente, su labor en el cubrimiento de la Feria fue
completo. Quizás su mayor acierto fue ser tan duro respecto a cada comentario crítico.
Sin embargo, bajo su trabajo la documentación que registró a lo largo de los años fue
exquisita, con un sesgo mesurado y con un fundamento periodístico notable.

75
Diario Occidente. La Feria de Cali es la más grande del país, dicen las reinas visitantes. Diciembre 30
de 1965. Pág.6

88
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

Conclusiones
“la historia de su ciudad se convierte para él* en su historia;
aquellos muros, aquella puerta con torres, las ordenanzas
municipales, las fiestas populares, son para él como un
diario ilustrado de su juventud y en todo esto él se
reencuentra a sí mismo, a su fuerza, a su energía, a sus
alegrías, sus opiniones, y también su locura y sus
desórdenes”

Friedrich Nietzshe.76

Esta monografía bajo las dificultades que supone trabajar un objeto de estudio del
ámbito cultural, ha mostrado paulatinamente cómo algo tan común, juglar y cotidiano
como la Feria de Cali puede contener elementos sociales, políticos y económicos que
rebasan las perspectivas sobre lo popular y local. Es decir, el hecho de pensar en lo
popular no tiene por qué relacionarse con sencillez o superficialidad. La Historia
Cultural y sus estudiosos han demostrado que los fenómenos sociales no se reducen a
dinámicas institucionales. Dentro de ellas operan fuerzas incesantes como lo son las
voluntades de los ciudadanos, sus tradiciones y sus sentimientos.

El desarrollo de la pregunta principal ¿qué características comportó la realización de la


feria de Cali entre los años 1957 - 1971?, Le permitió al ejercicio analítico llegar al
logro del objetivo general que soportó la estructura de esta monografía, y es que la
realización de la Feria de Cali, comportó una serie de elementos que propendieron al
crecimiento económico y cultural de la región.

Lo anterior, sin lugar a duda, recae sobre la concepción general de la Feria. Este evento
manifiesta más complejidad de la que aparenta. Su organización, su importancia y los
intereses que involucraba son solo el abrebocas de las posibilidades que tiene este
objeto de estudio. La cultura no es una constante social que está a merced de otros

*Con el pronombre “él”; el autor está haciendo referencia al historiador.


76
Friedrich Nietzsche. Sobre la utilidad y el perjuicio de la historia para la vida. Intempestiva II. Madrid,
España. 1999. ISBN 8470306545. Pág. 60 - 61

89
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

ámbitos como la política y la economía. Esta es generadora de situaciones más amplias


que, curiosamente, termina haciendo partícipes en sus problemas a dichos otros
ámbitos. Por eso la tarea que se ejecutó en esta monografía consistió en avanzar en ese
primer momento: los trasfondos económicos y políticos que cubrían las dinámicas de
Feria como espacio cultural. Y dicha ejecución se hizo de esta manera dado que el
análisis cultural solo podría ser entendido si se tienen claro cuáles son las directrices
materiales que movilizan la cultura de una ciudad.

Por tal razón, el enfoque alrededor del estudio del contexto histórico general fue
necesario dado que las interacciones, las emociones, los sentimientos y la cotidianidad
se analizan desde todas sus perspectivas, para así encontrar particularidades históricas
que rindan explicación a por qué el acontecimiento se dio de esa forma y por qué no
sucedió de otra. Este es el caso del Carnaval de Cali, el cual tuvo mayores motivaciones
específicas desde su localidad. Sin embargo, no contó con influencias vívidas
impuestas por fenómenos nacionales y trasnacionales. En ese punto se mostró que la
Feria de Cali, como instrumento económico-político y como espacio de socialización,
promovió una modernización material y cultural, una madurez como ciudad o, como
dijeron algunos, como metrópoli.

Sin embargo, no fue la Feria un espacio tan lleno de revelaciones y prosperidades. En


ella se suscitaron demasiados conflictos, y no solo de carácter administrativo, sino en
confrontación con la amplia sociedad caleña. En toda la monografía se evidenció una
diferencia conceptual sobre lo que era la Feria en los distintos sectores sociales.
Siempre se dijo que este evento fue resultado de un proyecto cultural concentrado en
una clase social de élite. Sin embargo, se vio que otros sectores sociales por debajo de
esa élite sí estuvieron presentes a la hora de pensar y vivir la Feria. Como ejemplo se
puede traer a colación lo que eran las verbenas, las cuales también movilizaban consigo
sectores sociales menos favorecidos, quienes obviamente hicieron presencia y
percibían la Feria de manera distinta.

90
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

En la anterior idea podemos sustentar por qué fue tan necesario traer en el análisis una
revisión sobre la prensa. En esos periódicos se evidencian los siguientes elementos:

Primero, un periódico local como El Diario promovía el evento bajo el discurso


administrativo de su ciudad, realizaba las críticas con el fin de llamar la atención sobre
las limitaciones logísticas y de contenido del evento.

Segundo, los periódicos como El País y Relator promovían el evento bajo un discurso
solidario. Sus análisis no eran muy profundos respecto al contenido y la organización
del evento. Puntualizaban en los logros y los desafíos superados de la ciudad de Cali,
dando una opinión que buscaba destacar el desarrollo y la modernización de una de las
ciudades del país.

Tercero, los periódicos analizados dejaron por fuera aspectos sociales que eran
llamativos para su época. Mientras por un lado mostraban los eventos de más reparo
de clase, los sub-eventos alrededor de la Feria fueron completamente relegados. La
única voz que se percibía era la voz de la minoría de las clases acomodadas.

Por último, los tres periódicos aquí analizados no tenían mayores iniciativas en indagar
más a fondo otros aspectos de la Feria. Eso habla que el periodismo de esa época era
más bien un ejercicio de divulgación a merced de instituciones y no de iniciativas más
perspicaces.

El análisis aquí realizado permite encontrar que la ciudad de Cali necesitó de muchas
estrategias y reformas para impulsar la modernización de sí misma. La administración
y el discurso político manifestaban situaciones muy prácticas y se alcanza a entrever
una ausencia ideológica. En otras palabras, la modernización de Cali no es vista bajo
una pretensión política adoctrinada y doctrinante, sino en un afán social y económico
en competencias con otros prospectos de ciudades de diversas regiones del país. De
manera muy implícita se alcanza a vislumbrar un leve pensamiento regionalista de la
época, el cual no es un secreto para ninguno.

91
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

Finalmente, la Feria o Carnaval fueron concepciones peyorativas en segmentos muy


específicos de la Historia Universal, pero, dada la continuidad de las prácticas y de los
conceptos, unas élites caleñas convierten dichas conceptualizaciones pasadas y
sesgadas en dignas formas de manifestación y expresión cultural.

Como resultado final tenemos eso último, una explicación sobre un fenómeno cultural
bajo el análisis de las realidades sociales, económicas y políticas. Por lo pronto, se
dejará esta iniciativa aquí, considerando en un futuro, poder darle continuidad a un
tema más complejo alrededor de la cultura y la identidad, estas representadas en una
dinámica cultural tan sonada y vigente.

92
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

Anexos

Anexo # 1: Programa oficial de la Feria de Cali y reinado de la caña, El País 1963

Foto 1

93
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

Foto 2

94
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

Foto 3

95
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

Anexo #2: Programa para hoy, 30, de diciembre de 1965, Diario Occidente, Pág.
15

Foto 4

96
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

Anexo #3: Tres personajes opinan sobre la feria, 30 de diciembre de 1970, El País.
Pág. 15

Foto 5

97
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

Resumen
Feria de Cali: un análisis de sus primeros años. 1957 – 1971, es un ejercicio
investigativo que tiene como propósito principal analizar los cambios y continuidades
que comporta la feria de Cali en el periodo mencionado, a partir de la contextualización
del entorno cultural y urbanístico en el cual se gesta el evento. Para lo cual se hizo
necesario identificar el ámbito legal que apoyó la realización de la festividad y cómo
estas disposiciones la convierten en algo institucional; analizar los discursos de las
élites políticas y económicas que fundamentaron las primeras Ferias de Cali y por
último, caracterizar algunos eventos, los más relevantes, que hicieron parte de las
primeras versiones de esta fiesta y cómo estos lograron consolidar lo que hoy se conoce
del evento.

Para el logro de los objetivos pensados en esta monografía se acudió, de manera central,
a un cúmulo de información aparecida en tres prensas referidas, la cual se combinó con
algunas fuentes secundarias de y sobre la época en cuestión. Se definió como método
fundamental el cualitativo, dado que permite la indagación de las experiencias sociales.

Palabras Claves: Feria de Cali, fiestas populares, modernización, identidad, Santiago


de Cali

98
Feria de Cali, Cali de Feria 1957 – 1971

Fuentes
Prensa

Periódico Relator (1957-1958). Hemeroteca de la Biblioteca Departamental


Jorge Garcés Borrero de Cali.
Periódico El País (1957-1972). Hemeroteca de la Biblioteca Departamental
Jorge Garcés Borrero de Cali.
El Diario Occidente (1961 - 1972). Hemeroteca de la Biblioteca Departamental
Jorge Garcés Borrero de Cali.

Documentos escritos

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– 1971)

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=es&source=gbs_ge_summary_r&cad=0#v=onepage&q&f=false

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