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El desafío del rol docente en los

materiales educativos virtuales

Introducción
Te comparto la entrevista con el licenciado Agustín Rodríguez, gerente de Compras de la
Universidad Siglo 21, quien comparte su experiencia como formador en el diseño de los
contenidos del curso Gestión de Compras, que actualmente forma parte de la oferta de
formaciones de la Universidad Interna 21.
¿Qué palabras y reflexiones te vienen a tu mente al recorrer la formación y escuchar la
experiencia que nos compartió el licenciado Agustín Rodríguez?

Con estas imágenes y palabras, te invito a recorrer esta lectura en la que compartiré herramientas
clave para que también puedas diseñar una formación de alto impacto y con el «color verde
Siglo». Con esta experiencia, iniciamos la lectura de cierre del módulo y de la asignatura en
general. Abordaremos el rol del profesor y su reconfiguración en el desafío del diseño, desarrollo
e intervención de contenidos, así como la variedad de recursos y modalidades para este
propósito. En este desarrollo, se identificarán las competencias propias del docente diseñador, lo
que implica pensar y desarrollar mediadores entre el contenido y el alumno, buscando en todo
momento potenciar el aprendizaje.

¡Bienvenidos y bienvenidas!

1. El desafío del rol docente


Cuando escuchamos a Agustín, él nos cuenta que la necesidad que demandó diseñar una
formación fue la identificación sistemática de retrabajos, consultas repetidas, demoras en los
procesos de compras, etc. A partir de ello, se generó una experiencia de aprendizaje con el
objetivo central de que los colaboradores de Siglo al finalizar la formación fueran capaces de
llevar a cabo el proceso completo de gestión de compras de forma autónoma y según el
procedimiento vigente.

En mi caso, acompañé a Agustín en su primera experiencia de diseñar contenido formativo en el


área de su expertise y su primera reacción fue expresar «¿cómo lo hago?», situación que
representa muy bien a Mafalda.

Figura 1. Mafalda

Fuente: [imagen sin título sobre Mafalda], (s.f.), https://lc.cx/MZOzid

Cuando diseñamos contenidos educativos, materializamos lo que se denomina «transposición


didáctica», es decir, con estrategias y recursos convertimos un recorte del saber, que es de
nuestra experticia, en algo enseñable. El volverlo «enseñable» es el gran desafío en el marco de
generar mediadores que acerquen y potencien el encuentro de ese saber con el alumno, teniendo
un impacto efectivo en su proceso de aprendizaje.

Tal como hemos venido trabajando en el presente documento, el aprendizaje no es una simple
transposición del contenido o material externo a las estructuras cognitivas del alumno. Por el
contrario, el aprendizaje supone una reconstrucción personal del contenido en relación con
muchos y variados factores que lo construyen en diferentes grados, y depende de cuán
significativas sean para el alumno las relaciones internas que se establezcan entre los contenidos.

En dichos procesos intervienen experiencias cognitivas previas, intereses y expectativas, la


estrategia de enseñanza asumida, el dominio de habilidades requeridas por la materia, entre otros
muchos componentes. Sin embargo, puede reconocerse que los vínculos y relaciones
pedagógicas entre docentes y estudiantes son un factor fundamental sobre lo que vale la pena
detenerse.

En este documento retomaremos la figura del docente no solo como un agente clave del saber
disciplinar, sino también como un asesor pedagógico.

“Desde la perspectiva teórica socioconstructiva, las ayudas pedagógicas que emite el


docente llenarían ese espacio que estaría ocupado por la incomprensión y por lagunas
existentes entre lo que se enseña y lo que se aprenderá. Es decir, la ayuda pedagógica
ofrecida por el docente es el componente que facilitará una construcción exitosa de
conocimiento. Esta ayuda no ha de entenderse como una acción aislada en un punto
particular de la secuencia didáctica, sino como un proceso que permita una adaptación
dinámica y situada en un contexto entre lo que conoce el alumno y lo que se le presenta
como contenido nuevo” (Barberá, 2013, p. 155).

El rol del docente en la mediación tecnológica


Aprovecho este espacio para abordar el desafío que enfrentan los formadores cuando la
formación está mediada por tecnología, tanto en la generación de experiencias de aprendizaje en
general como en el diseño de contenidos en particular.

En este gran desafío, el experto Aretio (2014) lista y detalla los diferentes perfiles de
docentes/tutores en el contexto de la educación mediada por tecnología.

Tabla 1. Perfiles de docentes/tutores en el marco la educación mediada por tecnología

Fuente: Aretio, 2014, p. 228

2. Implicancias y desafíos del rol tutor


Aunque, como se abordó en el apartado anterior, el tutor tiene como responsabilidad primaria y
clave orientar y motivar el aprendizaje del alumno, es importante analizar y abordar diferentes
variables de análisis en torno a su función en el diálogo mediado que demanda la educación
mediada por tecnología.

Funciones
La amplia bibliografía que aborda el campo de la tutoría presenta una extensa variedad de
definiciones y agrupaciones de las funciones principales del tutor. Para iniciar el análisis,
abordaremos la propuesta de definición de funciones de Mena et al. (2005), quienes las detallan
agrupándolas por dimensiones (ver figura 2).

Figura 2. Funciones del tutor


Fuente: elaboración propia con base en Mena et al., 2005.

Funciones relacionadas con la estructuración de las situaciones de enseñanza

El autor interviene circunscribiendo la problemática a tratar, estructurando y esquematizando la


actividad, proponiendo y organizando el trabajo grupal. Ya sea en encuentros presenciales o
virtuales, la intervención del tutor contribuye a estructurar el ámbito y situación formativa, de
manera complementaria a los materiales.

Funciones vinculadas a la acción «enseñante» propiamente dicha y la orientación del


aprendizaje

El tutor aclara dudas, orienta, sintetiza los aspectos principales de los temas tratados y facilita la
integración de los contenidos, las actividades realizadas y los materiales trabajados. Ayuda a
construir puentes entre los conocimientos, experiencias y estilos de pensamiento de los alumnos.

Funciones relacionadas con la comunicación, interacción y la dinamización para


favorecer el aprendizaje colaborativo

Es importante la comunicación del tutor con los alumnos durante todo el proceso de aprendizaje:
mensajes de orientación, respondiendo a preguntas y dudas.

Funciones relativas al estímulo de la autonomía y la gestión del aprendizaje de parte


de los alumnos

El tutor no solo debe aceptar la autonomía del estudiante, sino promover la propia gestión de su
proceso de aprendizaje; invitando, por ejemplo, a realizar elecciones en relación con el trabajo de
los materiales.

Funciones vinculadas a los aspectos actitudinales


Es importante el compromiso y la responsabilidad del tutor. La no presencialidad implica una
importante presencia, en cuanto a la cantidad y calidad de las intervenciones, y un alto nivel de
involucramiento en los procesos que lleva adelante el grupo.

Las relativas a la evaluación

Esta función se relaciona con el necesario seguimiento de los procesos de aprendizaje, el


desarrollo del curso, los logros y dificultades de los alumnos, así como el cumplimiento con las
instancias de acreditación formal. Estas funciones se materializan en diferentes acciones, a saber:

Ser una fuente de información acerca de la misión y los objetivos de la organización en la


cual se está llevando a cabo el recorrido formativo.
Facilitar el acceso a los contenidos y materiales previstos en el recorrido formativo para los
alumnos.
Abordar dudas, consultas y diferentes obstáculos que el alumno experimenta durante su
recorrido formativo.
Promover la interacción y la comunicación grupal entre los alumnos, lo cual favorece y
potencia un aprendizaje colaborativo.
Asesorar en torno a habilidades específicas y competencias por desarrollar, como la lectura
crítica, el manejo de herramientas de la plataforma virtual, entre otras.
Proporcionar pautas motivadoras para abordar las instancias en las cuales el alumno no se
siente atraído o interesado por la temática abordada, las actividades, etc. Esta acción del
tutor, si bien es fundamental en todo el recorrido formativo del alumno, resulta clave
especialmente al inicio de una carrera o una materia.
Monitorear el rendimiento de los alumnos, no tan solo de las instancias evaluativas, sino su
avance en la comprensión de temáticas, el desarrollo de competencias claves de la materia
como aquellas implicadas en el recorrido. Esto permite proveer feedback sobre los
desempeños observados.

Estimular la reflexión: implica sin duda el aliento permanente hacia la reflexión sobre el proceso
de aprendizaje.

Figura 3. Historieta de Mafalda


Fuente: [imagen sin título sobre historieta de Mafalda], (s.f.), https://lc.cx/m8u1kG

Perfil
Estas acciones, funciones o tipos de apoyo que se describieron anteriormente, se llevarán a cabo
de manera efectiva si el tutor responde a características claves que demanda el rol.
Principalmente, Mena et al. (2005) describen una condición sine qua non que debe responder el
tutor:

“Dado que se definió que las funciones del tutor son las de orientar, motivar y evaluar el
proceso de aprendizaje, así como ampliar la información de la que dispone el alumno, la
persona que está a cargo deberá tener la experiencia como docente en el área de
conocimiento asignada” (p. 244).

En función del requerimiento de ser docente en el área de conocimiento involucrada en la


Educación mediada por tecnología, se incorporan otras demandas (Mena et al., 2005; Fainholc,
2008):

Conocer y dominar la temática del curso, los materiales, la bibliografía establecida, etc.
Conocer las características, necesidades y hábitos de los alumnos que serán tutoreados.
Comunicarse e interactuar con facilidad, tanto en forma presencial como a distancia, ya sea
por escrito o verbalmente.
Poseer empatía, es decir, ubicarse permanentemente en el lugar del alumno para
comprender su situación en un recorrido con modalidad a distancia.
Mantener un trato cordial con los participantes, siendo atento en la comunicación y paciente
en la escucha, considerando que los tiempos y los procesos de elaboración no son iguales
para todos los estudiantes, y respetando los ritmos y estilos de aprendizaje de cada uno.
Saber desplegar estrategias de motivación que animen a los alumnos a continuar, incluso
ante las dificultades, dudas y esfuerzos que demanda un recorrido formativo.

Aretio (2014) introduce el modelo TPACK, que indica la interacción de los tres tipos de
conocimientos de los tutores en el campo de la acción del docente

(PK) conocimientos pedagógicos, didáctica, métodos de enseñanza


(CK) conocimientos disciplinares propios de la formación del docente.
(TK) conocimiento tecnológico: dominio de las herramientas y recursos tecnológicos
implicados en la oferta de la educación mediada por tecnología.

A partir de estos tres conocimientos, en sus combinaciones se generan nuevos formatos de


conocimiento que se visualizan la siguiente imagen.

Figura 4. Modelo TPACK

Fuente: Aretio, 2014, p. 231

¿Cómo te describes como formador en la mediación tecnológica?

Es clave no solo reflexionar sobre cómo nos percibimos, sino también indagar en nuestros
alumnos, pares y líderes para ampliar y enriquecer la mirada propia como formadores.
Para conocer más sobre los temas desarrollados, lee el siguiente artículo:

Fuente: Lizana, A.; Salinas, J. y de Benito, B. (2014). Competencias docentes para los nuevos
escenarios de aprendizaje. Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado, 28(1),145-
163. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=27431190010

3. Desafíos actuales del docente en la generación de


condición de aprendizaje
Leamos el siguiente párrafo:

“Hoy en día, los docentes tienen que crear estrategias pedagógicas con el fin de que todos
los alumnos obtengan un aprendizaje significativo y, a su vez, obtengan las competencias
necesarias que la sociedad necesita para su correcto desarrollo. Se pretende que los
estudiantes logren un aprendizaje por medio de sus experiencias, desarrollando el contacto
social, para que posteriormente interioricen y asimilen lo vivido logrando un conocimiento”
(Farías-Veloz et al., 2022, p. 2).

El docente en el desarrollo de materiales educativos tiene el gran desafío de presentar propuestas


que no solo aborden los objetivos de aprendizaje de sus alumnos, sino que también los
convoquen y los motiven a ser recorridos y abordados.

Hoy en día, los alumnos son usuarios de plataformas como Netflix, participan en entornos
tecnológicos como los juegos virtuales, se sienten atraídos por los contenidos ofrecidos por los
influencers del momento, e incluso una aplicación de inteligencia artificial puede ofrecerles
directamente actividades de aprendizaje. Por ello, el docente debe poner en juego toda su
didáctica, creatividad e innovación para desarrollar mediadores efectivos entre el conocimiento y
el alumno.

Frente a este desafío, Trujillo Flórez (2013) sintetiza en la siguiente fase en cómo el docente debe
pensarse y evolucionar en el marco de estas demandas:

“Los docentes autores de materiales educativos deben considerar que, así como hay
inteligencias múltiples, hay múltiples formas de pensar, por consiguiente, diversas formas de
aprender. […] El docente debe procurar que sus materiales exploren diversas formas para
llegar al aprendizaje, y más complejo aún, que los estudiantes puedan aprender usando ese
material de diversas formas” (p. 2).

Rivera-López (2011) expresa que el docente es arquitecto y ejecutor en este momento social
donde el cambio es lo más estable y, por lo tanto, propone que el profesor se debe considerar en
los siguientes términos:

1. Gestor de procesos de aprendizaje con medios interactivos: construir el conocimiento,


haciendo uso de la tecnología.
2. Guía y orientador: debe ser un guía con capacidad de ampliar sus conocimientos haciendo
uso de la tecnología adecuada.
3. En constante actualización: debe impulsar a los alumnos hacia la investigación de la
realidad.
4. Promotor de valores éticos y morales: es un promotor de valores. La sociedad cree que la
tarea del docente es enseñar y fomentar, cuando no es así. El docente debe promover y
reforzar los valores inculcados dentro del núcleo familiar.
5. Creativo y de fácil adaptación al medio: debe ser creativo, buscar estrategias innovadoras
que permita ceder respuestas a las problemáticas.
Mensaje a nosotros, los docentes
El diseño de materiales educativos virtuales no consiste simplemente en trasladar contenidos
tradicionales a un formato digital; es un proceso creativo y reflexivo que requiere una comprensión
profunda de las necesidades y características de los estudiantes contemporáneos. Los docentes
deben considerar cómo integrar de manera efectiva la tecnología en el aula virtual, aprovechando
no solo las plataformas existentes, sino también anticipando las tendencias emergentes, como la
inteligencia artificial.

La inteligencia artificial (IA) se presenta como una herramienta poderosa en la creación de


materiales educativos personalizados y adaptativos. Los docentes pueden utilizar algoritmos de IA
para analizar el progreso individual de los estudiantes, identificar áreas de dificultad y ofrecer
recursos específicos que se ajusten a las necesidades únicas de cada alumno. Un ejemplo
práctico podría ser la creación de simulaciones interactivas que se adapten según el rendimiento
del estudiante, brindando un enfoque personalizado para mejorar la comprensión de conceptos
complejos.

Además, el docente desempeña un papel esencial en la selección crítica de recursos digitales. En


un vasto océano de información en línea, el docente actúa como guía, curando y seleccionando
materiales que sean relevantes, confiables y alineados con los objetivos de aprendizaje. Esta
habilidad de discernimiento es fundamental en un entorno donde la sobreabundancia de
información puede resultar abrumadora para los estudiantes.

Asimismo, el docente debe fomentar la alfabetización digital y la capacidad de evaluar la


autenticidad de la información en línea. En lugar de ser meros consumidores de contenido, los
alumnos deben ser capacitados para analizar críticamente la información, discernir entre fuentes
confiables y cuestionar la validez de lo que encuentran en línea.

En conclusión, el docente contemporáneo no solo es un transmisor de conocimientos, sino


también un diseñador hábil de experiencias de aprendizaje digital. A medida que la tecnología
evoluciona, la capacidad del docente para adaptarse y utilizar herramientas innovadoras se
convierte en un componente esencial para preparar a los estudiantes para un futuro cada vez más
digitalizado. La reflexión constante sobre el impacto de la tecnología en la educación y la
disposición para abrazar nuevas formas de enseñanza son elementos clave para cumplir con
éxito este rol transformador en el diseño y desarrollo de materiales educativos virtuales.
Referencias
[Imagen sin título sobre historieta de Mafalda], (s.f.). https://imgur.com/njoZjG6

[Imagen sin título sobre Mafalda], (s.f.). https://princesa-


encantada.ticoblogger.com/2007/11/que-alguien-me-explique-parte-1.html

Aretio, L. (2020). Bosque semántico: ¿educación/enseñanza/aprendizaje a distancia, virtual, en


línea, digital, eLearning…? RIED. Revista Iberoamericana de Educación a Distancia.
http://dx.doi.org/10.5944/ ried.23.1.25495

Barbará, E. (2013). Los fundamentos teóricos de la tutoría presencial y en línea: una perspectiva
socio-constructivista.
https://www.academia.edu/39630850/LOS_FUNDAMENTOS_TE%C3%93RICOS_DE_LA_TUTO
R%C3%8DA_PRESENCIAL_Y_EN_L%C3%8DNEA_UNA_PERSPECTIVA_SOCIO_CONSTRUC
TIVISTA

Farías-Veloz, V., Saucedo-Silva, R., Herrera-Chew, A. y Fuentes-Morales, M. (2022). El Papel


del Docente en su Proceso Histórico y su Función ante la Sociedad en Diversos Contextos.
Revista Tecnológica-Educativa Docentes 2.0, 13(2), 5-15.
2023.https://doi.org/10.37843/rted.v13i2.238

Lizana, A.; Salinas, J. y de Benito, B. (2014). Competencias docentes para los nuevos
escenarios de aprendizaje. Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado, 28(1),145-
163. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=27431190010

Mena, M.; Rodríguez, L. y Diez, M. L. (2005). El diseño de proyectos de educación a distancia.


Buenos Aires, Argentina: Editorial Stella

Rivera-López, L.I. (21 de septiembre de 2011). Dimensión política, cultura y ética educativa.
http://antropospedagogicus20112.blogspot.com/2011/09

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