C-067-21

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Sentencia C-067/21

Referencia: Expediente D-13765

Asunto: Demanda de inconstitucionalidad


contra el inciso 2º del artículo 175, el
inciso 3º (parcial) del artículo 294 y el
inciso 2º (parcial) del artículo 344 de la
Ley 906 de 2004, “[p]or la cual se expide
el Código de Procedimiento Penal”.

Demandantes: David Mauricio Uribe


Marín y Natalí Alejandra Uribe Rojas

Magistrada ponente:
GLORIA STELLA ORTIZ DELGADO

Bogotá, D.C., dieciocho (18) de marzo de dos mil veintiuno (2021).

La Sala Plena de la Corte Constitucional, en cumplimiento de sus atribuciones


constitucionales y de los requisitos y trámite establecidos en el Decreto 2067
de 1991, ha proferido la siguiente

SENTENCIA
I. ANTECEDENTES

En ejercicio de la acción pública consagrada en el artículo 241 de la


Constitución Política, los ciudadanos David Mauricio Uribe Marín y Natalí
Alejandra Uribe Rojas presentaron ante esta Corporación demanda de
inconstitucionalidad contra el inciso 2º del artículo 175, el inciso 3º (parcial)
del artículo 294 y el inciso 2º (parcial) del artículo 344 de la Ley 906 de 2004,
“[p]or la cual se expide el Código de Procedimiento Penal”.

A través de auto del 15 de julio de 2020, la demanda fue inadmitida debido a


que ninguno de los cuatro argumentos propuestos por los accionantes cumplió
con los presupuestos para formular un cargo por inconstitucionalidad 1. Por
consiguiente, la Magistrada sustanciadora concedió tres días a los ciudadanos
para que la corrigieran. Dentro del término de ejecutoria, mediante documento
radicado ante la Corte el 23 de julio del mismo año, los actores presentaron
escrito de subsanación.

Mediante auto del 10 de agosto de 2020, la Magistrada sustanciadora decidió


admitir la demanda, por los tres cargos que fueron objeto de corrección. El

1 Los demandantes formularon cargos por violación (i) del principio de igualdad de armas entre Fiscalía y defensa, (ii)
del derecho a tener un proceso público sin dilaciones injustificadas, (iii) del principio de presunción de inocencia, y (iv)
del principio de non bis in idem.
2

primero –que está conformado por una pretensión principal y otra


subsidiaria–, por la supuesta vulneración del principio de igualdad de armas,
el segundo, por la violación del derecho a un juicio sin dilaciones
injustificadas y el tercero, por el desconocimiento de la garantía de non bis in
idem. Además, rechazó la censura basada en la alegada violación del derecho a
la presunción de inocencia, debido a que el escrito de corrección no subsanó
las falencias identificadas a ese respecto.

En consecuencia, comunicó el inicio del proceso al Presidente de la


República, al Presidente del Congreso, a los Ministerios del Interior y de
Justicia y del Derecho, a la Fiscalía General de la Nación y a la Defensoría del
Pueblo, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 11 del Decreto 2067 de
1991.

Del mismo modo, invitó a la Academia Colombiana de Jurisprudencia, al


Instituto Colombiano de Derecho Procesal y a las facultades de derecho de las
Universidades del Rosario, Nacional de Colombia –sede Bogotá–, Javeriana,
de los Andes, Externado de Colombia, Libre –Seccional Bogotá– y de
Antioquia, para que, si lo consideraban oportuno, intervinieran directamente o
por intermedio de apoderado escogido para el efecto, en el término señalado.

Cumplidos los trámites constitucionales y legales propios de esta clase de


juicios y previo concepto del Procurador General de la Nación, procede la
Corte a decidir de fondo la demanda en referencia.

II. TEXTO DE LAS NORMAS DEMANDADAS

A continuación, se transcribe el texto de las normas acusadas conforme a su


publicación en el Diario Oficial No. 45.658 del 1º de septiembre de 2004 2 y
48.110 del 24 de junio de 20113. Se subrayan los apartes demandados:

“LEY 906 DE 2004


(agosto 31)
Por la cual se expide el Código de Procedimiento Penal

EL CONGRESO DE COLOMBIA
DECRETA:
(…)
ARTÍCULO 175. DURACIÓN DE LOS PROCEDIMIENTOS.
<Artículo modificado por el artículo 49 de la Ley 1453 de 2011. El
nuevo texto es el siguiente:> El término de que dispone la Fiscalía
para formular la acusación o solicitar la preclusión no podrá exceder
de noventa (90) días contados desde el día siguiente a la formulación
de la imputación, salvo lo previsto en el artículo 294 de este código.

El término será de ciento veinte (120) días cuando se presente


concurso de delitos, o cuando sean tres o más los imputados o cuando
2El texto del artículo 344 corresponde a la redacción original de la Ley 906 de 2004.
3El texto de los artículos 175 y 294 fue modificado por la Ley 1453 de 2011.
3

se trate de delitos de competencia de los Jueces Penales de Circuito


Especializados.

La audiencia preparatoria deberá realizarse por el juez de


conocimiento a más tardar dentro de los cuarenta y cinco (45) días
siguientes a la audiencia de formulación de acusación.

La audiencia del juicio oral deberá iniciarse dentro de los cuarenta y


cinco (45) días siguientes a la conclusión de la audiencia preparatoria.

PARÁGRAFO. La Fiscalía tendrá un término máximo de dos años


contados a partir de la recepción de la noticia criminis para formular
imputación u ordenar motivadamente el archivo de la indagación. Este
término máximo será de tres años cuando se presente concurso de
delitos, o cuando sean tres o más los imputados. Cuando se trate de
investigaciones por delitos que sean de competencia de los jueces
penales del circuito especializado el término máximo será de cinco
años.

PARÁGRAFO. <Parágrafo adicionado por el artículo 35 de la Ley


1474 de 2011. El nuevo texto es el siguiente:> En los procesos por
delitos de competencia de los jueces penales del circuito
especializados, por delitos contra la Administración Pública y por
delitos contra el patrimonio económico que recaigan sobre bienes del
Estado respecto de los cuales proceda la detención preventiva, los
anteriores términos se duplicarán cuando sean tres (3) o más los
imputados o los delitos objeto de investigación.

(…)

ARTÍCULO 294. VENCIMIENTO DEL TÉRMINO. <Artículo


modificado por el artículo 55 de la Ley 1453 de 2011. El nuevo texto es
el siguiente:> Vencido el término previsto en el artículo 175 el fiscal
deberá solicitar la preclusión o formular la acusación ante el juez de
conocimiento.

De no hacerlo, perderá competencia para seguir actuando de lo cual


informará inmediatamente a su respectivo superior.

En este evento el superior designará un nuevo fiscal quien deberá


adoptar la decisión que corresponda en el término de sesenta (60) días,
contados a partir del momento en que se le asigne el caso. El término
será de noventa (90) días cuando se presente concurso de delitos, o
cuando sean tres o más los imputados o cuando el juzgamiento de
alguno de los delitos sea de competencia de los jueces penales del
circuito especializado.
4

Vencido el plazo, si la situación permanece sin definición el imputado


quedará en libertad inmediata, y la defensa o el Ministerio Público
solicitarán la preclusión al Juez de Conocimiento.

(…)

ARTÍCULO 344. INICIO DEL DESCUBRIMIENTO. Dentro de la


audiencia de formulación de acusación se cumplirá lo relacionado con
el descubrimiento de la prueba. A este respecto la defensa podrá
solicitar al juez de conocimiento que ordene a la Fiscalía, o a quien
corresponda, el descubrimiento de un elemento material probatorio
específico y evidencia física de que tenga conocimiento, y el juez
ordenará, si es pertinente, descubrir, exhibir o entregar copia según se
solicite, con un plazo máximo de tres (3) días para su cumplimiento.

La Fiscalía, a su vez, podrá pedir al juez que ordene a la defensa


entregarle copia de los elementos materiales de convicción, de las
declaraciones juradas y demás medios probatorios que pretenda
hacer valer en el juicio. Así mismo cuando la defensa piense hacer uso
de la inimputabilidad en cualquiera de sus variantes entregará a la
Fiscalía los exámenes periciales que le hubieren sido practicados al
acusado.

El juez velará porque el descubrimiento sea lo más completo posible


durante la audiencia de formulación de acusación.

Sin embargo, si durante el juicio alguna de las partes encuentra un


elemento material probatorio y evidencia física muy significativos que
debería ser descubierto, lo pondrá en conocimiento del juez quien,
oídas las partes y considerado el perjuicio que podría producirse al
derecho de defensa y la integridad del juicio, decidirá si es
excepcionalmente admisible o si debe excluirse esa prueba”.

III. LA DEMANDA

Los demandantes consideran que los apartados acusados desconocen los


artículos 29 y 93 de la Constitución, los artículos 9º, numeral 3º, y 14,
numeral 3º, literal c, del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
(en adelante PIDCP) y los artículos 7º, numeral 5º, y 8º, numeral 1º de la
Convención Americana de Derechos Humanos (en adelante, CADH). Para
justificar esta acusación, exponen tres argumentos:

En primer lugar, indican que las disposiciones censuradas transgreden el


principio de igualdad de armas porque prevén un término desproporcionado
para acusar o solicitar la preclusión. En particular, dicen que con la ampliación
de términos prevista en los artículos 175 y 294, la Fiscalía le resta
posibilidades a la defensa de acudir al juez con los mismos medios de
persuasión. Esto ocurre porque el ente acusador pudo recolectar medios de
convicción durante términos muy amplios antes de imputar cargos, de manera
5

que la diferencia entre las partes para allegar los medios de convicción es
desproporcionada.

En ese sentido, explican que un término de noventa días es justificado y


permite que las dos partes aporten medios de prueba para favorecer su teoría
del caso. Ahora bien, a su juicio los treinta días adicionales van en contra de la
defensa porque la Fiscalía cuenta con mejores recursos para recaudar pruebas.
Así pues, el Legislador “(…) decidió ampliarle desmesuradamente los
términos a la Fiscalía para que arme el caso, no una sino tres veces, y a la
defensa no le dio ni un día de plazo adicional para que prepare su teoría del
caso y la plantee en la audiencia preparatoria”4.

De otra parte, afirman que la ampliación de términos prevista en el artículo


175 “se maximiza” porque “(…) para aumentar aún más la desventaja de la
defensa, el artículo 344 inciso 2º establece que la Fiscalía podrá pedir al juez
que ordene a la defensa descubrir los elementos que pretenda hacer valer en
juicio”5. En ese orden de ideas, el ente acusador sólo debe efectuar el
descubrimiento probatorio en la audiencia de formulación de acusación si la
defensa lo solicita, a pesar de que contó con dos años de indagación. En
contraste, la defensa debe descubrir todo lo que recabó hasta la audiencia de
acusación si la Fiscalía lo pide. Según los demandantes, la norma es
inequitativa porque “obliga a la defensa a descubrir todo lo que lleve,
mientras le permite al ente acusador seguir reservando sus elementos de
convicción”6.

En consecuencia, formulan una pretensión subsidiaria que consiste en que, en


caso de declarar la exequibilidad de los artículos 175 y 294, se concluya
inconstitucional el aparte del inciso 2º del artículo 344, se igualen las armas
procesales entre la Fiscalía y la defensa, y se “obligue” a la primera a
descubrir todos los elementos de convicción que pretenda hacer valer en juicio
en la audiencia de formulación de imputación, sin perjuicio del
descubrimiento que debe efectuar la defensa en la formulación de acusación.
Sólo con ese entendimiento del artículo 344 “(…) se podría pensar en darle a
la Fiscalía los términos del Artículo 175 Parágrafo 1º para que adelante la
indagación y luego impute o archive según decida”7.

En segundo lugar, consideran que el aparte acusado transgrede el derecho a


tener un juicio justo, sin dilaciones injustificadas. En concreto, señalan que
las prórrogas previstas en los artículos 175 y 294 son innecesarias e
injustificadas porque “(…) nada cambia para la Fiscalía entre la formulación
de imputación y la acusación. La defensa no está obligada entre esas etapas
procesales a descubrirle nada a la Fiscalía, por tanto, la Fiscalía decide con
base en sus propios medios de convicción si acusa o pide la preclusión” 8.

4Folio 5 del escrito de corrección de la demanda, Expediente D-13765.


5Folio 11 del escrito de demanda, Expediente D-13765.
6Folio 18 del escrito de corrección de la demanda, Expediente D-13765.
7Folios 11-12 del escrito de demanda, Expediente D-13765.
8Folio 8 del escrito de corrección de la demanda, Expediente D-13765.
6

Además, el ente acusador ha contado con un tiempo muy amplio para


adelantar la labor investigativa a su cargo.

De otra parte, estiman que las normas son desproporcionadas porque se trata
de una ampliación que “(…) no hace gran diferencia para la Fiscalía, pero sí
desmejora mucho a la defensa (…) porque (…) tiene muy poco conocimiento
de los medios de convicción que usará la Fiscalía, ya que el descubrimiento
solo se hará en la audiencia de acusación” 9. En ese orden de ideas, los
artículos 175 y 294 aumentan el término para que la Fiscalía acuse pero no
extienden el plazo entre la acusación y la audiencia preparatoria a favor de la
defensa. En efecto, según el artículo 343 del Código de Procedimiento Penal
(en adelante CPP), el juez de conocimiento programa la audiencia preparatoria
entre 15 y 30 días después de la acusación, y ese término no tiene ninguna
prórroga que beneficie al procesado.

Según los demandantes, en el proceso oral acusatorio las partes son iguales y,
por lo tanto, actúan en igualdad de condiciones. No obstante, “(…) los
términos solo se dispusieron de manera que privilegiaran el accionar de la
Fiscalía, inclusive desmejorando las posibilidades de la defensa” 10, sin
ampliar los términos a favor de esta última. En ese sentido, indican que la
igualdad de las partes en el proceso penal oral se rompe en contra de la
defensa al otorgar tiempos tan generosos y reiteradamente ampliados en
beneficio del ente acusador. Por consiguiente, el Legislador excedió su amplio
margen de configuración porque previó plazos que desfavorecen al procesado
y afectan su posibilidad de defensa, a pesar de que aquellos deberían ser
equitativos para las partes.

En tercer lugar, sostienen que los artículos 175 y 294 violan el principio de
non bis in idem que, según ellos, significa “no dos veces por lo mismo”. En
efecto, el Legislador aumentó los términos a favor de la Fiscalía para
fortalecer su teoría del caso en tres oportunidades distintas y por las mismas
circunstancias, con el agravante de que no ocurrió lo mismo con los términos
con los que cuenta la defensa.

Para justificar la aplicación de la interpretación del principio de non bis in


idem a las normas acusadas, afirman que la Sentencia C-252 de 2001 concluyó
que el principio de favorabilidad en materia penal debe ser aplicado a las
normas procesales sustanciales. Entonces, si este Tribunal precisó la
obligación de aplicar el principio de favorabilidad a las normas procesales, los
demandantes se preguntan: ¿por qué no puede aplicarse a las normas acusadas
la prohibición del non bis in idem?

En ese orden de ideas, sostienen que

“(i) la Carta proscribe que se sancione o investigue dos o más veces a


una persona por los mismos hechos, (ii) prohíbe también que se agrave
una conducta con elementos que ya conformen el tipo penal (o
9Folio 12 del escrito de corrección de la demanda, Expediente D-13765.
10Folio 11 del escrito de corrección de la demanda, Expediente D-13765.
7

disciplinario) respectivo, (iii) exige la aplicación del principio de


favorabilidad en las normas procesales sustanciales (Sentencia C-
252/01), y de ello se sigue que: (iv) no se pueden prorrogar los términos
procesales sustanciales con base en los mismos supuestos de hecho”11.

Por consiguiente, como pretensión principal, solicitan a la Corte declarar


inexequibles el inciso 2º del artículo 175 y el inciso 3º (parcial) del artículo
294. En caso de que esta Corporación encuentre que el inciso 2º del artículo
175 y el inciso 3º del artículo 294 son constitucionales, piden como pretensión
subsidiaria al primer cargo, declarar inexequible el inciso 2º del artículo 344
de la Ley 906 de 2004 y “obligar” a la Fiscalía a descubrir todos los elementos
de convicción que pretenda hacer valer en juicio en la audiencia de
formulación de imputación, por la violación del principio de igualdad de
armas.

IV. INTERVENCIONES12

4.1.Ministerio de Justicia y del Derecho

La apoderada de la entidad13, pide a la Corte declarar EXEQUIBLES los


artículos 175, inciso 2º y 294, inciso 3º (parcial) de la Ley 906 de 2004 e
INHIBIRSE por ineptitud sustantiva de la demanda en relación con la
censura formulada contra el inciso 2º del artículo 344 (parcial) de la misma
normativa.

En primer lugar, se refiere a la jurisprudencia de la Corte Constitucional,


según la cual el Legislador tiene una amplia potestad para fijar términos
procesales, limitada solo por los principios de razonabilidad y
proporcionalidad y la realización del derecho sustancial. En ese sentido,
resalta que, según la Sentencia C-1154 de 2005, la razonabilidad del término
de un plazo de investigación debe estar condicionada por la naturaleza del
delito imputado, el grado de complejidad de su investigación, el número de
sindicados y los efectos sociales que de este se desprendan.

Para el caso particular de las normas acusadas, explica que la reforma de los
términos procesales a través de la Ley 1453 de 2011, que incluyó los apartes
acusados, obedeció a la necesidad de incrementar la efectividad del proceso
penal. Con ese propósito, el Legislador extendió los plazos para realizar
algunos procedimientos, como la investigación. Específicamente la
exposición de motivos del proyecto de ley 142/10S-174/10C explicó “(…) la
complejidad que representaba para el ente acusador elaborar el escrito de
acusación o decidir la solicitud de preclusión en el término original

11Folio 16 del escrito de corrección de la demanda, Expediente D-13765.


12La Universidad Externado de Colombia intervino de forma extemporánea. Efectivamente, de acuerdo con el informe
secretarial del 1º de octubre de 2020, que reposa en el expediente virtual, el profesor Óscar Julián Guerrero Peralta
presentó su escrito el 6 de septiembre de 2020 y el término de fijación en lista venció el 3 de septiembre del mismo mes y
año, razón por la cual su intervención no será tenida en cuenta.
13 La intervención del Ministerio de Justicia y del Derecho fue presentada por la apoderada Olivia Inés Reina Castillo.
8

contemplado en la Ley 906 del 2004, de ahí la necesidad de extenderlo


(…)”14.

En segundo lugar, afirma que las normas acusadas no desconocen el principio


de igualdad de armas ni el derecho a tener un juicio sin dilaciones
injustificadas porque de su texto no se deriva un obstáculo que impida a la
defensa recaudar o solicitar material probatorio, incluso desde la etapa de
investigación. Las normas extendieron los términos procesales con los que
cuentan los fiscales en tres escenarios, pero eso no significa que este tiempo
sea desfavorable a la defensa, pues ésta también puede recaudar elementos
materiales probatorios durante esos periodos.

En ese sentido, resalta que la Corte Constitucional ha establecido que en el


sistema penal acusatorio el derecho a la defensa tiene cabida desde el inicio
de la indagación e investigación, tan pronto el denunciado conoce de esta
actuación. En concreto, los artículos 267 y 268 del CPP consagran las
facultades de quien no es imputado y del que ya lo es. Asimismo, el artículo
250 de la Carta Política obliga al fiscal a allegar al proceso todos los
elementos materiales probatorios encontrados, lo que implica entregar al
defensor los que son favorables al procesado. Esto, además de ser otra
garantía para la defensa, contribuye a mantener el equilibrio entre las partes.

De otra parte, señala que los términos previstos en las disposiciones acusadas
no son desproporcionados ni irrazonables, debido a que el ente acusador tiene
a su cargo recaudar toda la evidencia que le permita conocer los hechos
ilícitos acaecidos, identificar a la persona que será enjuiciada por la comisión
del delito y colegir su responsabilidad. Es decir, los plazos contenidos en los
apartes demandados no sólo benefician al ente acusador, sino también a la
defensa, a las víctimas y a la sociedad.

Además, considera que los demandantes dejan de lado la complejidad de los


tres supuestos contemplados en las normas examinadas: concurso de ilícitos,
pluralidad de imputados y delitos de tal gravedad que ameritan ser conocidos
por los jueces penales del circuito especializados (por ejemplo, el genocidio,
la tortura y la desaparición y el desplazamiento forzados). Justamente, la
naturaleza de los asuntos a investigar justifica los plazos máximos asignados
para plantear la acusación o solicitar la preclusión.

Sobre la garantía consistente en contar con un proceso sin dilaciones


injustificadas, resalta que la Corte Constitucional fijó criterios de evaluación
de los términos razonables, con el fin de valorar la afectación de ese
derecho15. En este caso, considera que se trata de un plazo máximo razonable.

14 Folio 8, Intervención del Ministerio de Justicia y del Derecho, Expediente D-13765.


15Se trata de los siguientes factores relevantes reiterados en la Sentencia C-221 de 2017: “(i) la complejidad del asunto,
(ii) el tiempo promedio que demanda su trámite, (iii) el número de partes, (iv) el tipo de interés involucrado, (v) las
dificultades probatorias, (vi) el comportamiento procesal de las partes e intervinientes y (vii) la diligencia de las
autoridades judiciales etc. En materia penal, se ha considerado determinante (viii) la naturaleza del delito imputado, (ix)
su mayor o menor gravedad, (x) el grado de complejidad que su investigación comporte, (xi) el número de sindicados, los
(xii) los efectos sociales nocivos que de él se desprendan y (xiii) el análisis global del procedimiento”.
9

En tercer lugar, sostiene que los actores incurren en error al considerar que el
razonamiento de la Corte en la Sentencia C-252 del 2001, es aplicable al caso
analizado en esta oportunidad, como si se tratara de normas y circunstancias
similares o equiparables. En particular, esa decisión diferenció las normas
simplemente procesales de las que tienen contenido sustancial, y respecto de
estas últimas consideró que su aplicación debe atender el principio de
favorabilidad penal, en los términos del artículo 29 de la Constitución.

Sobre este punto, resalta que el contenido del principio de non bis in idem o
prohibición de doble incriminación difiere claramente del de favorabilidad. La
vulneración de este principio y derecho supone que concurran la identidad de
sujeto (misma persona física en dos procesos penales), objeto (idéntico hecho
o conducta a sancionar) y causa (igual motivo de inicio del proceso penal en
ambos casos). En consecuencia, indica que la extensión de los términos
otorgados a la Fiscalía para presentar la acusación o solicitar la preclusión en
nada se contrapone al non bis in idem, en tanto son plazos aplicables a
actuaciones en el proceso penal, antes del juicio oral y de proferir la
sentencia, de manera que la persona imputada no ha sido condenada ni
absuelta aún, pues no se ha llevado a cabo su juzgamiento. Menos aún podría
asegurarse que las disposiciones demandadas permitan un doble juicio por los
mismos hechos.

Por el contrario, ni el artículo 29 de la Constitución, ni el principio de non bis


in idem, ni cualquier otra disposición constitucional prohíbe al Congreso fijar,
aumentar o reducir términos procesales. Como se expuso inicialmente, esta
potestad se enmarca en su amplio ámbito de configuración en la materia. Así
las cosas, debido a que las normas estudiadas no consagran ninguna de las
situaciones prohibidas por el non bis in idem, los argumentos alegados por los
accionantes carecen de sustento.

En cuarto lugar, hace referencia al inciso 2º del artículo 344 del CPP. Explica
que los actores no formularon un verdadero cargo de inconstitucionalidad que
sustente la presunta violación del principio de igualdad de armas, porque no
cumplieron los requisitos de especificidad, pertinencia y suficiencia previstos
por la jurisprudencia constitucional. En particular, los demandantes no
indicaron las razones por las que tal apartado contraría el artículo 29 de la
Constitución, pues la solicitud de inconstitucionalidad se formuló como
subsidiaria a la decisión sobre el inciso 2° del artículo 175 y como
consecuencia de la eventual declaratoria de exequibilidad. Sin embargo, no
identificaron, de manera concreta, en qué consiste el supuesto
desconocimiento del derecho de igualdad de armas y se limitaron a exponer
motivos de inconveniencia. Por esa razón, no plantearon un verdadero
problema de inconstitucionalidad.

Por último, pide que, en el caso de que la Corte decida pronunciarse de fondo
sobre la constitucionalidad de la frase del inciso 2° del artículo 344 del CPP,
se reitere que, según la Sentencia C-1194 del 2005, el descubrimiento
probatorio contemplado en esa disposición se prevé a favor del acusador y del
procesado y no en beneficio de uno solo de ellos.
10

Con fundamento en los anteriores argumentos, la representante del Ministerio


de Justicia y del Derecho solicita a la Corte que declare la exequibilidad de
los artículos 175, inciso 2º y 294, inciso 3º (parcial) de la Ley 906 de 2004 y
que se inhiba para pronunciarse sobre el cargo formulado contra el inciso 2º
(parcial) del artículo 344 de la misma normativa.

4.2.Academia Colombiana de Jurisprudencia

La Academia Colombiana de Jurisprudencia16 pide a la Corte declarar


EXEQUIBLES los artículos 175, inciso 2º y 294, inciso 3º (parcial) de la Ley
906 de 2004 e INHIBIRSE por ineptitud sustantiva en relación con la
censura formulada contra el inciso 2º (parcial) del artículo 344 de la misma
normativa.

En primer lugar, se refiere al alcance de las disposiciones acusadas y explica


que, mediante la Ley 1453 de 2011, el Legislador modificó los artículos 175 y
294 del CPP. La reforma del 175 consistió en fijar el término de las etapas de
indagación e investigación, y prever un tratamiento diferente para los
procesos que versen sobre: concurso de delitos, tres o más imputados, o
delitos que son competencia de los jueces penales del circuito especializado.
El artículo 294 establece la pérdida de competencia como sanción al fiscal
que deja vencer el plazo de la investigación sin formular acusación o solicitar
la preclusión. En ese caso, el nuevo funcionario asignado tendrá un término
para tomar la decisión que corresponda. Ese lapso también es especial cuando
se trate de alguna de las tres circunstancias descritas.

En segundo lugar, afirma que el cargo por desconocimiento de la prohibición


del non bis in idem se basa en una premisa equivocada. Ello ocurre porque
independientemente de que este principio se pueda aplicar o no al ámbito
procesal, no es el mismo sujeto el afectado con la ampliación de términos y,
por esa razón, no se configura una doble incriminación.

Además, explica que los demandantes parten de una lectura errada de las
normas acusadas porque asumen que prevén “prórrogas” o “ampliaciones” de
los términos iniciales, como si se tratara de extensiones al plazo previsto. Por
el contrario, el Legislador estableció un tratamiento diferente para las etapas
de indagación e investigación de los procesos que versen sobre concursos de
delitos, tres o más imputados, o delitos de competencia de los jueces penales
del circuito especializado. Así pues, los apartes prevén un vencimiento más
largo en razón de la complejidad que tiene cada uno de esos asuntos. Por
consiguiente, no se trata de un mismo trámite que se amplía cuando a bien lo
tiene la Fiscalía, sino de procesos con características distintas. En el marco de
su libertad de configuración y de acuerdo con la política criminal, el
Legislador decidió dar un tratamiento desigual al fijar un plazo mayor para la
investigación.

16 La intervención fue presentada por Darío Encinales Arana.


11

En tercer lugar, sostiene que no se viola el derecho a tener un juicio justo sin
dilaciones injustificadas. En particular, indica que las normas demandadas
regulan procesos que tienen características disímiles. Concretamente, se trata
de casos de mayor complejidad y “(…) con sólo esa referencia, estaría
suficientemente sustentado que el Legislador prevea un término mayor para
llevar a cabo la investigación, dentro de su libertad configurativa” 17.
Además, explica que la indagación y la investigación no tienen como único
fin acusar al procesado, pues al terminar cada etapa la Fiscalía puede optar
también por archivar la actuación o solicitar la preclusión. Por lo tanto,
cuando los accionantes afirman que los términos establecidos para estas fases
sólo redundan en beneficio del ente acusador y en perjuicio del procesado,
proponen su apreciación personal y se alejan de la literalidad de las normas
acusadas.

En relación con el artículo 294, resalta que los demandantes dicen que los
términos más amplios previstos para el nuevo fiscal “no hacen gran
diferencia para la Fiscalía, pero sí desmejoran mucho la defensa”. Esto no
constituye un argumento jurídico, sino una visión personal de lo que es la
práctica del derecho. Ahora bien, si en gracia de discusión se aceptara como
válida esta percepción, lo cierto es que ni siquiera el término de noventa días
que fijó el Legislador para la investigación de los procesos comunes tendría
justificación, pues la defensa sólo conocería los elementos materiales
probatorios al momento de la acusación.

Sobre este punto, señala que el argumento sobre la inutilidad que tiene la
etapa de la investigación para la Fiscalía contradice el fundamento del cargo
por la supuesta violación del principio de igualdad de armas. En efecto, a
pesar de que los accionantes sostienen que la ampliación de términos es inane,
al mismo tiempo afirman que las normas demandadas constituyen un
privilegio exorbitante para el ente acusador, que siempre saldrá favorecido por
cualquier día de más que tenga para preparar su caso. Por esa razón, concluye
que “(…) la acción incoada por los demandantes no tiene la sindéresis
suficiente para construir argumentos serios e irrebatibles sobre la
inconstitucionalidad de las normas”18.

En cuarto lugar, en cuanto al cargo por desconocimiento del principio de


igualdad de armas, indica que no es cierto que por regla general el ciudadano
desconozca la indagación y que sólo desde la acusación pueda ejercer su
defensa material y técnica. En particular, en la Sentencia C-799 de 2005 la
Corte Constitucional estableció que el derecho a la defensa no tiene límite
temporal y el ciudadano puede ejercerla desde la indagación, cuando tiene
conocimiento de que es un presunto implicado en los hechos. En el mismo
sentido, distintas sentencias de tutela proferidas por la Corte Suprema de
Justicia han establecido que la denuncia no está sujeta a reserva.

Afirma que, si se aceptara que en todos los casos la indagación es


desconocida por la defensa y la imputación es la primera noticia que recibe el
17Folio 7 de la intervención de la Academia Colombiana de Jurisprudencia, Expediente D-13765.
18Folio 9 de la intervención de la Academia Colombiana de Jurisprudencia, Expediente D-13765.
12

procesado, no se configuraría la violación alegada. Esto porque de


conformidad con los términos especiales previstos en las normas acusadas, el
procesado cuenta con más de noventa días para preparar la defensa técnica y
material. Así, concluye que el tiempo que la ley prevé para que la Fiscalía
decida si formula acusación o solicita la preclusión corre en igualdad de
condiciones para la defensa, de manera que cualquier término más amplio que
se dé al ente acusador para concluir la etapa investigativa, redunda en
beneficio del procesado.

En ese sentido, indica que los demandantes asumen que sólo cuando la
Fiscalía descubre los medios de convicción recaudados, la defensa tiene el
conocimiento cierto de cómo deberá orientar su defensa. Sin embargo, ese
razonamiento no es cierto, pues desde el punto de vista jurídico y legal el
derecho de defensa no depende inescindiblemente del descubrimiento
probatorio.

Por último, hace referencia al inciso 2º del artículo 344 del CPP. Explica que
este cargo también se sustenta en apreciaciones subjetivas de los
demandantes. En particular, los actores no exponen por qué el apartado
acusado desconoce la prohibición de doble incriminación, el principio de
igualdad de armas y el derecho a un juicio sin dilaciones indebidas. Además,
tampoco proponen una oposición objetiva entre el texto normativo y el
artículo 29 de la Constitución, el artículo 14, numeral 3º, literal c, del PICDP,
y/o los artículos 7º, numeral 5º, y 8º, numeral 1º, de la CADH. La censura
contra esta disposición es incongruente, vaga y no tiene relación directa y
concreta con lo previsto en los artículos 175 y 294 del CPP.

Con fundamento en los anteriores argumentos, el representante de la


Academia Colombiana de Jurisprudencia solicita a la Corte que declare la
exequibilidad de los artículos 175, inciso 2º y 294, inciso 3º (parcial) de la
Ley 906 de 2004 y que se declare inhibida para pronunciarse sobre el cargo
formulado contra el inciso 2º (parcial) del artículo 344 de la misma
normativa.

4.3.Pontificia Universidad Javeriana

La universidad19, solicita a la Corte declarar EXEQUIBLES las normas


acusadas. En particular, sostiene que la fijación de los plazos de los procesos
y el diseño de cada una de sus etapas, según criterios de competencia y
oportunidad, corresponden al Legislador en ejercicio de su libertad de
configuración. Del mismo modo, explica que los términos establecidos en las
disposiciones demandadas obedecen a algunos factores que comúnmente se
identifican como de mayor incidencia en la mora procesal 20. Por esa razón le
parece acertada la diferenciación contenida en los artículos 175 y 294 de la
Ley 906 de 2004. En este punto advierte que la previsión de términos
19 La intervención es suscrita por los profesores Norberto Hernández Jiménez y Andrés Fernando Ramírez Moncayo.
20 Para fundamentar esta apreciación cita un estudio de tiempos procesales realizado por el Consejo Superior de la
Judicatura y la Corporación Excelencia de la Justicia en el año 2016, que señala que el tipo de delito, el concurso de
delitos y el número de investigados, son factores que influyen en la complejidad procesal, representada en la duración del
proceso o sus fases.
13

especiales “(…) cobija a todas las partes e intervinientes en el proceso penal,


sin distinción alguna (la Fiscalía y la defensa pueden aprovechar este lapso
para recaudar medios cognoscitivos)”21.

En primer lugar, en cuanto al cargo por violación del derecho de igualdad de


armas, afirma que el sistema de enjuiciamiento penal ordinario es adversarial
y de éste se predica la igualdad de armas desde dos perspectivas: igualdad de
oportunidades y potestades similares. Efectivamente, “(…) el ente acusador
se enfrenta al acusado con el objetivo de demostrar los cargos criminales,
mientras que el segundo procura acreditar su inocencia o eventualmente
explotar la duda probatoria por una deficiente labor de investigación de la
Fiscalía”22. Además, resalta que el ejercicio del derecho de defensa no tiene
límite temporal, pues la actividad del investigado no inicia con la formulación
de imputación o acusación sino desde el momento en que tiene conocimiento
del hecho, que puede ser incluso anterior a la notitia criminis o coincidir con
la iniciación de la indagación preliminar.

Así pues, las normas acusadas no desconocen la igualdad de armas entre el


acusador y la defensa porque (i) durante la indagación preliminar las partes
pueden acopiar elementos de prueba, y (ii) el término previsto por esas
disposiciones cobija tanto a la Fiscalía como a la defensa. En efecto, si la
defensa es diligente, no aguarda hasta el descubrimiento probatorio para
empezar su estrategia. La formulación de la acusación es el límite para
depurar el recaudo probatorio realizado hasta ese momento y, eventualmente,
podría complementarse hasta que la audiencia preparatoria tenga lugar. En
esta diligencia se conocen los elementos materiales probatorios y evidencia
física que no habían sido anticipados por parte del defensor, pero ese no es el
punto de partida para activar la dinámica probatoria en beneficio del
sindicado.

Por otra parte, aclara que: (i) la fase de investigación se diferencia de la


indagación, no sólo porque esta última es preprocesal, sino también por los
grados de conocimiento exigidos en estas etapas, los cuales fluctúan entre la
posibilidad de verdad (inferencia razonable de responsabilidad penal) y la
probabilidad de verdad para formular acusación, y (ii) la fase de investigación
no culmina con una acusación, debido a que, después del término previsto en
la norma, la Fiscalía puede pedir la preclusión o la aplicación del principio de
oportunidad. Todo lo anterior demuestra la necesidad de consagrar una etapa
de investigación posterior a la indagación preliminar y de diferenciar los
términos de su duración en virtud de la complejidad del asunto.

En segundo lugar, en relación con el cargo por violación del derecho a tener
un proceso sin dilaciones injustificadas, sostiene que los términos previstos en
las normas demandadas se muestran razonables porque salvaguardan las
garantías propias del enjuiciamiento de una conducta punible. Estos plazos
especiales se justifican por la complejidad de la investigación de los delitos de

21 Folio 3, Intervención de la Pontificia Universidad Javeriana, Expediente D-13765.


22 Folio 2, Intervención de la Pontificia Universidad Javeriana, Expediente D-13765.
14

competencia de los jueces penales especializados y la dificultad que conlleva


investigar un concurso de delitos y a tres o más personas.

Además, la Universidad sostiene que la formulación de esta censura parece


trasgredir el principio lógico de no contradicción respecto del cargo anterior.
En efecto, al argumentar la desigualdad de armas los demandantes dicen que
el tiempo adicional beneficia exclusivamente a la Fiscalía porque cuenta con
un lapso suficiente para realizar la investigación y, paralelamente, señalan que
las normas acusadas dilatan injustificadamente el procedimiento.

En tercer lugar, en cuanto al cargo relacionado con la supuesta trasgresión del


principio de non bis in idem, precisa que éste implica la prohibición de
atribuir dos veces una misma circunstancia para efectos de castigar, en
ejercicio del poder punitivo del Estado. En este caso la prórroga en la
duración del procedimiento no puede ser entendida como un castigo. Por esa
razón, el cargo no está llamado a prosperar.

En cuarto lugar, en cuanto a la pretensión subsidiaria al cargo por violación


del principio de igualdad de armas, formulada en contra del inciso 2º del
artículo 344, reitera que la fase de investigación beneficia a ambas partes.
Entonces, en la audiencia de formulación de acusación la Fiscalía y el
acusado cuentan con el recaudo probatorio. Por lo tanto, el descubrimiento de
la defensa no afecta en nada la igualdad. Es más, para compensar cualquier
ventaja temporal, la defensa cuenta con un lapso adicional para continuar con
el recaudo probatorio, previo a la celebración de la audiencia preparatoria.
Incluso, las partes pueden continuar esta actividad cuando existan pruebas
sobrevinientes.

4.4.Intervenciones de varios ciudadanos

4.4.1. La ciudadana Merllely Vanessa Giraldo Quintero, pide a la Corte


declarar INEXEQUIBLES las disposiciones acusadas.

En particular, afirma que los artículos 175 y 294, parcialmente acusados,


desconocen el derecho a la igualdad porque dan un trato diferenciado a
quienes están en las tres circunstancias descritas. En ese sentido, explica que
los imputados no son juzgados en las mismas condiciones “pues si se es muy
claro la fiscalía [sic] tuvo tiempo suficiente para formular la imputación, es
discriminatorio para los imputados solo por el hecho de no cumplir con una
generalidad esperar más tiempo para conocer la acusación”23.

De otra parte, sostiene que el inciso 2º del artículo 344 desconoce el principio
de igualdad de armas porque la Fiscalía puede conocer los elementos
materiales probatorios antes del juicio y la parte acusada no tiene esa misma
potestad.

4.4.2. La ciudadana Manuela Gómez Arias, solicita declarar


INEXEQUIBLES las disposiciones acusadas.
23 Folio 1 del escrito de intervención de Marllely Vanessa Giraldo Quintero, Expediente D-13765.
15

Concretamente, sostiene que el imputado no debe asumir “(…) un aumento


tan significativo en la espera de que sea resuelta su situación, es la fiscalía
general de la nación [sic], quien debe de organizarse internamente para
responder a ello, con el fin de evitar una vulneración de derechos (…)” 24.
Considera que los artículos 175 y 294 prevén la posibilidad de ampliar los
términos sin consideración a los sujetos a quienes les son aplicables.

De otra parte, sostiene que el inciso 2º del artículo 344 desconoce el principio
de igualdad de armas debido a que “es altamente desventajoso para el
acusado, porque la fiscalía [sic] una vez ha conocido de los medios de
prueba que pretende hacer valer la defensa, tendrá la oportunidad y facilidad
de refutarlos”25.

4.4.3. La ciudadana Ana María Guzmán Pérez pide a la Corte declarar


INEXEQUIBLES las disposiciones demandadas.

Particularmente, indica que el artículo 175 acusado autoriza a mantener al


imputado más tiempo privado de la libertad, a la espera de que se celebre la
audiencia de acusación y a pesar de que se deba presumir su inocencia. Según
la interviniente, la detención preventiva prolongada desconoce los derechos a
la dignidad humana, a la familia y a la igualdad. En ese orden de ideas,
considera que la Corte deberá hacer un test de igualdad con el fin de evaluar
si es justificado el trato desigual entre quienes se someten a un plazo de 90
días y aquellos que están en las tres circunstancias, que dan lugar a un término
de 120 días.

4.4.4. El ciudadano Robert Salomón Méndez Ordoñez solicita a la Corte


declarar EXEQUIBLES las disposiciones acusadas.

Particularmente, afirma que una interpretación teleológica de las normas


evidencia que se ajustan a la Constitución. En particular, sostiene que la
previsión de términos especiales para el titular de la acción penal no
desconoce la igualdad de armas. Por el contrario, ese plazo busca garantizar la
verdad procesal y la presunción de inocencia pues pretende evitar que se
cometan yerros por la premura del tiempo.

De otra parte, considera que los argumentos de la demanda son


contradictorios debido a que los accionantes reconocen que “(…) si bien el
ente acusador tiene términos y derechos para el traslado de pruebas, también
anota[n] que la defensa si a bien lo desea puede hacerlo, dejando sin piso la
desigualdad de armas procesales en este momento” 26. Además, afirma que
“(…) es un exabrupto jurídico querer que la defensa tenga los mismos
términos que existieron previos al inicio, en este caso de las audiencias

24 Folio 1 del escrito de intervención de Manuela Gómez Arias, Expediente D-13765.


25 Folio 2 del escrito de intervención de Manuela Gómez Arias, Expediente D-13765.
26 Folio 2 del escrito de intervención de Robert Salomón Méndez Ordoñez, Expediente D-13765.
16

preliminares. El ente acusador fue creado para establecer verdades


procesales no tiene la función trasgredir derechos fundamentales” .

V. CONCEPTO DEL PROCURADOR GENERAL DE LA NACIÓN

El Procurador General de la Nación, en concepto recibido el 1º de octubre de


2020, solicita a la Corte declararse INHIBIDA para pronunciarse sobre la
constitucionalidad de las normas acusadas.

En primer lugar, aclara que las tres censuras planteadas se sustentan en que la
ampliación de términos y la posibilidad de solicitar al juez que ordene a la
defensa la entrega de pruebas tienen como único objetivo favorecer a la
Fiscalía como parte en el proceso. Para la Procuraduría los cargos presentados
por los accionantes se derivan de una errónea interpretación de las normas,
según la cual la ampliación de los términos es caprichosa, no tiene sustento
legal ni fáctico y aplica de forma exclusiva para el ente acusador, en
detrimento de los derechos y garantías formales y sustanciales de los
procesados.

Sobre el particular, explica que los artículos 175 y 294 del CPP son normas
procesales que el Legislador creó en ejercicio de su amplia potestad de
configuración en materia penal y de política criminal. Se trata de
disposiciones que responden a la necesidad de diferenciar los procesos que
vinculan a un solo procesado por una única conducta, de aquellos que
implican el concurso de delitos o en los que participen tres o más imputados.
La justificación constitucional de esta determinación legal es la garantía
material del debido proceso y el derecho a la defensa de los procesados a
través de términos más amplios que permiten a la Fiscalía analizar los hechos
y “(…) determinar con el estándar de verdad que se exige en cada parte del
proceso, la responsabilidad individual” .

Además, resalta que los términos previstos en los preceptos acusados no son
exclusivos para el ente acusador, pues la defensa tiene las mismas
oportunidades para prepararse y recabar pruebas. De las disposiciones
demandadas no se desprende que la ampliación del plazo aplique de forma
especial y en beneficio de la Fiscalía, de manera que los reproches formulados
no tienen fundamento. En efecto, los actores ignoran la relación que existe
entre la ampliación de términos y el derecho al debido proceso y, por lo tanto,
la demanda carece del requisito de pertinencia.

De otra parte, indica que los términos contenidos en los artículos 175 y 294
del CPP son razonables y no comportan el desconocimiento del derecho a
tener un juicio sin dilaciones injustificadas. En particular, destaca que
aquellos no extienden el proceso penal de forma injustificada, sino que
buscan garantizar que “(…) la responsabilidad jurídica de los procesados sea
individualizada y con esto se protejan de forma efectiva sus derechos, pues no

Ibidem.
Folio 6 del concepto del Procurador, Expediente D-13765.
17

es lo mismo procesar a una persona que a tres o más, lo que exige del ente
acusador un esfuerzo adicional (…)”27.

Asimismo, resalta que una de las circunstancias que justifican la ampliación


para formular acusación o solicitar la preclusión es la gravedad de los hechos.
Se trata de los casos que son competencia de los jueces penales de circuito
especializado, es decir, de conductas que atentan contra la vida, como son el
genocidio, el homicidio agravado, la desaparición forzada y la tortura, entre
otros, y que por su gravedad exigen un término superior para demostrar la
responsabilidad de los implicados. En cuanto al artículo 344 del CPP, explica
que la norma dispone que cualquiera de las partes podrá pedir al juez que
ordene el descubrimiento del material probatorio y el juez debe evaluar si es
pertinente acceder a aquellas peticiones a partir de la sana crítica, la
autonomía judicial y el respeto de las prerrogativas constitucionales y legales.

Además, aclara que el principio de igualdad de armas no significa la “(…)


igualación absoluta de los sujetos en términos de condiciones sustanciales y
procesales, porque este principio no anula la potestad de configuración
legislativa de los procedimientos en materia penal, (…) admite limitaciones
que se justifican, en especial en la etapa de investigación (…)”28. En ese
sentido, considera que los demandantes no explican cómo estas disposiciones
desequilibran a la defensa respecto de la Fiscalía ni de qué manera esta
circunstancia vulnera las garantías que se derivan del debido proceso,
particularmente de la igualdad de armas. Así las cosas, la demanda carece de
un hilo conductor y parte de una interpretación errada de los accionantes.

De otra parte, los demandantes no justifican por qué las normas acusadas
tienen la virtualidad de afectar derechos y principios superiores. Por el
contrario, sus deducciones desconocen la naturaleza del proceso penal y el
alcance de los principios que invocan como vulnerados. Particularmente,
ignoran la importancia del juez en el proceso penal y su función
constitucional y legal consistente en garantizar un juicio justo que respete los
derechos y garantías fundamentales del procesado, y omiten la carga de la
Fiscalía de desvirtuar el principio de presunción de inocencia y los
requerimientos para poder desplegar la acción penal.

Por consiguiente, estima que la demanda es inepta debido a que la


argumentación se deriva de una interpretación equivocada de las normas. En
concreto, los ciudadanos asumen que las disposiciones reprochadas
constituyen una ventaja legal para la Fiscalía porque incluyen términos y
oportunidades procesales que no aplican para la defensa y que desequilibran
sus medios en el marco del proceso penal. Esa premisa es errada y parte de
una interpretación que no se desprende de la norma, sino que es deducida por
los actores.

Por último, advierte que, en caso de que la Sala decida pronunciarse de fondo
sobre los cargos presentados, las disposiciones acusadas deben declararse
27 Folio 6 del concepto del Procurador, Expediente D-13765.
28 Folio 7 del concepto del Procurador, Expediente D-13765.
18

EXEQUIBLES. Se trata de normas de carácter procesal, proferidas en


ejercicio de la potestad de configuración del Legislador en materia de política
criminal, que amplían los términos para formular la acusación o solicitar la
preclusión y prevén la posibilidad de que la Fiscalía pida al juez que ordene a
la defensa la entrega de elementos materiales de convicción. Tales
disposiciones suponen la aplicación de principios y garantías constitucionales
como el debido proceso y responden a las exigencias especiales de algunos
procesos penales, como son aquellos en los que hay concurso de conductas,
participan varias personas o se requiere un mayor plazo por la gravedad de las
conductas cometidas.

VI. CONSIDERACIONES DE LA CORTE CONSTITUCIONAL

Competencia

1. En virtud de lo dispuesto en el artículo 241, numeral 4° de la Carta Política,


la Corte es competente para conocer de la constitucionalidad del inciso 2º del
artículo 175, el inciso 3º (parcial) del artículo 294 y el inciso 2º (parcial) del
artículo 344 de la Ley 906 de 2004, “[p]or la cual se expide el Código de
Procedimiento Penal”, pues se trata de una demanda de inconstitucionalidad
en contra de textos normativos que hacen parte de una ley de la República.

Consideraciones preliminares

2. Los demandantes consideran que los apartes acusados de los artículos 175
y 294 del CPP son inconstitucionales porque a su juicio contradicen los
artículos 29 y 93 de la Constitución, los artículos 9º, numeral 3º, y 14,
numeral 3º, literal c, del PIDCP y los artículos 7º, numeral 5º, y 8º, numeral
1º, de la CADH. En particular, es posible identificar tres cargos distintos.

Primero, los ciudadanos estiman que los artículos 175 y 294 censurados
transgreden el principio de igualdad de armas porque prevén un término
desproporcionado para acusar o solicitar la preclusión. Específicamente dicen
que, con la ampliación de términos prevista en las normas acusadas, la Fiscalía
le resta posibilidades a la defensa de acudir al juez con los mismos medios de
persuasión, porque la diferencia entre los términos con los que cuentan las
partes para allegar los medios de convicción es desproporcionada.

De otra parte, formulan una pretensión subsidiaria a este cargo consistente en


que, en caso de declarar la exequibilidad de los artículos 175 y 294, se declare
inconstitucional el apartado del inciso 2º del artículo 344, se igualen las armas
procesales entre la Fiscalía y la defensa y se “obligue” a la primera a
descubrir todos los elementos de convicción que pretenda hacer valer en juicio
en la audiencia de formulación de imputación, sin perjuicio del
descubrimiento que debe efectuar la defensa en la formulación de la
acusación. Sólo con ese entendimiento del artículo 344 “(…) se podría pensar
en darle a la Fiscalía los términos del Artículo 175 Parágrafo 1º para que
adelante la indagación y luego impute o archive según decida”29.
29Folios 11-12 del escrito de demanda, Expediente D-13765.
19

Segundo, indican que los apartes acusados transgreden el derecho a tener un


juicio justo, sin dilaciones injustificadas debido a que, a pesar de que en el
proceso oral acusatorio las partes son iguales, se dispusieron prórrogas
innecesarias e injustificadas para privilegiar el accionar de la Fiscalía y
desmejorar las posibilidades de la defensa, quien no se beneficia con la
ampliación de los términos.

Tercero, aducen que las disposiciones violan el principio de non bis in idem
que, según ellos, significa “no dos veces por lo mismo”, porque el Legislador
aumentó los términos a favor de la Fiscalía para fortalecer su teoría del caso
en tres oportunidades distintas y por las mismas circunstancias, con el
agravante de que no ocurrió lo mismo con los términos con los que cuenta la
defensa.

3. El Ministerio de Justicia y del Derecho, la Academia Colombiana de


Jurisprudencia y la Pontificia Universidad Javeriana defienden la
constitucionalidad del inciso 2º del artículo 175 y el inciso 3º (parcial) del
artículo 294 de la Ley 906 de 2004. En particular, la mayoría de los
intervinientes se refieren al alcance de la norma y coinciden en afirmar que la
previsión de términos más amplios para que la Fiscalía formule acusación o
solicite la preclusión en tres circunstancias, obedece a la complejidad de tales
asuntos y no afecta el derecho de defensa del procesado. Así pues, sostienen
que el derecho de defensa se ejerce desde que el investigado tiene
conocimiento de la actuación y la previsión de un término especial no supone
una desventaja. Por el contrario, ese tiempo permite que tanto la Fiscalía
como la defensa puedan recaudar pruebas. Además, el Ministerio de Justicia y
del Derecho y la Academia Colombiana de Jurisprudencia solicitan la
declaratoria de inhibición en relación con el cargo subsidiario contra el
artículo 344, inciso 2º, por considerar que los accionantes no lograron
plantear un cargo específico en contra de esa disposición.

4. Por otra parte, tres ciudadanas piden a la Corte declarar inexequibles las
normas acusadas porque consideran que el hecho de que los imputados deban
esperar más tiempo para conocer la acusación (artículos 175 y 294) es
discriminatorio. Del mismo modo, afirman que, mientras que la Fiscalía
puede conocer los elementos materiales probatorios antes del juicio, la
defensa no tiene esa misma potestad y, por esa razón, las partes no cuentan
con las mismas oportunidades de defensa.

5. Finalmente, el Ministerio Público solicita a la Corte declararse inhibida en


razón a que la argumentación se deriva de una interpretación equivocada de
las normas. En concreto, indica que los demandantes parten de una lectura
errada de las normas porque asumen que éstas consagran una ventaja legal
para la Fiscalía, e ignoran que el ente acusador tiene la carga de desvirtuar el
principio de presunción de inocencia. Además, señaló que, en caso de superar
el examen de aptitud, las normas son constitucionales porque las
disposiciones acusadas deben ser aplicadas con observancia de principios y
garantías superiores y se justifican por la complejidad de algunos procesos
20

penales, como son aquellos en los que hay concurso de conductas, participan
varias personas, o se requiere un mayor plazo por la gravedad de las
conductas cometidas.

6. La Sala debe analizar si los cargos formulados por los demandantes


cumplen con los requisitos de aptitud previstos por la jurisprudencia para
generar un debate constitucional y, en consecuencia, si la Sala puede efectuar
el estudio de fondo correspondiente.

Aptitud sustantiva de la demanda

7. La jurisprudencia de esta Corporación ha sostenido reiteradamente 30 que la


acción pública de inconstitucionalidad es una manifestación del derecho
fundamental a la participación ciudadana. Específicamente, esta acción
constituye un instrumento jurídico valioso que permite a los ciudadanos
defender el poder normativo de la Constitución y manifestarse
democráticamente en relación con la facultad de configuración del derecho
que ostenta el Legislador (artículos 150 y 114 superiores) 31. La acción pública
de inconstitucionalidad posibilita el diálogo efectivo entre el Congreso, foro
central de la democracia representativa; los ciudadanos, en ejercicio de la
democracia participativa, y el Tribunal Constitucional, a quien se encomienda
la guarda e interpretación de la Constitución32. Así pues, esta acción desarrolla
los principios previstos en los artículos 1º, 2º y 3º de la Carta, que definen a
Colombia como un Estado Social de Derecho, democrático y participativo 33.

Ahora bien, aunque la acción de inconstitucionalidad es pública, popular34 y


no requiere de abogado35, el derecho político a interponer acciones públicas
como la de inconstitucionalidad, no releva a los ciudadanos de observar unas
cargas procesales mínimas que justifiquen debidamente sus pretensiones
(artículo 40.6 de la Constitución). Tales requisitos buscan, de un lado,
promover el balance entre la observancia del principio pro actione y, de otro,
asegurar el cumplimiento de los requerimientos formales mínimos exigibles
conforme a la ley. Esto con el propósito de lograr una racionalidad
argumentativa que permita el diálogo descrito 36 y la toma de decisiones de
fondo por parte de esta Corporación37.

En ese sentido, los presupuestos mínimos a los que se hace referencia


buscan38: (i) evitar que la presunción de constitucionalidad que protege al
ordenamiento jurídico se desvirtúe a priori, en detrimento de la labor del
30 Ver, entre otras, las sentencias C-1095 de 2001 M.P. Jaime Córdoba Triviño, C-1143 de 2001 M.P. Clara Inés Vargas
Hernández, C-041 de 2002 M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra, C-405 de 2009 M.P. Luis Ernesto Vargas Silva, C-761 de
2009 y C-914 de 2010 M.P. Juan Carlos Henao Pérez; y los autos A-178 de 2003 M.P. Eduardo Montealegre Lynett y A-
114 de 2004 M.P. Rodrigo Uprimny Yepes.
31 Ver Sentencia C-330 de 2013 M.P. Luis Ernesto Vargas Silva.
32 Ibidem.
33 Ver Sentencia C-128 de 2011 M.P. Juan Carlos Henao Pérez.
34 Ver Sentencia C-358 de 2013 M.P. Mauricio González Cuervo.
35 Ver Sentencia C -978 de 2010 M.P. Luis Ernesto Vargas Silva.
36 Ver Sentencia C-1052 de 2001 M.P. Manuel José Cepeda Espinosa.
37 Ver Sentencia C-405 de 2009 M.P. Luis Ernesto Vargas Silva.
38 Ver Sentencia C-856 de 2005 M.P. Clara Inés Vargas Hernández.
21

Legislador, mediante acusaciones infundadas, débiles o insuficientes; (ii)


asegurar que este Tribunal no produzca fallos inhibitorios de manera
recurrente, a través de los cuales comprometa la eficiencia y efectividad de su
gestión; y (iii) delimitar el ámbito de competencia del juez constitucional, con
el fin de evitar que adelante el control oficioso de normas cuyo control deba
ejercerse por vía de acción.

8. El artículo 2° del Decreto 2067 de 1991, fija los requisitos mínimos de


procedibilidad de las demandas de inconstitucionalidad y exige que los
ciudadanos (i) señalen las disposiciones legales contra las que dirige la
acusación; (ii) delimiten las preceptivas constitucionales que consideran
violadas; y (iii) expliquen las razones por las que estiman que tales normas
superiores han sido desconocidas.

Esta Corporación ha precisado que las razones presentadas por el demandante


en el concepto de la violación deben ser conducentes para hacer posible el
diálogo constitucional mencionado. Ello supone el deber para los ciudadanos
de “(…) formular por lo menos un cargo concreto, específico y directo de
inconstitucionalidad contra la norma acusada, que le permita al juez
establecer si en realidad existe un verdadero problema de índole
constitucional y, por tanto, una oposición objetiva y verificable entre el
contenido literal de la ley y la Carta Política”39.

9. En particular, la jurisprudencia de la Corte40 determina que el concepto de la


violación requiere que los argumentos de inconstitucionalidad contra las
normas acusadas sean: (i) claros, esto es, que exista un hilo conductor en la
argumentación que permita comprender el contenido de la demanda y las
justificaciones que la sustentan; (ii) ciertos, es decir, que recaigan sobre una
proposición jurídica real y existente; (iii) específicos, en la medida en que se
precise la manera como la norma acusada vulnera un precepto de la Carta, con
argumentos de oposición entre el contenido de la ley y el texto de la
Constitución Política, objetivos y verificables; (iv) pertinentes, lo cual implica
que sean de naturaleza constitucional y no legales, doctrinarios y/o fundados
en la aplicación práctica de la norma; y (v) suficientes, al exponer todos los
elementos de juicio (argumentativos y probatorios) necesarios para iniciar el
estudio, que despierten una duda mínima sobre la constitucionalidad de la
disposición acusada.

10. Expuesto lo anterior, la Corte procede a verificar si en el asunto sometido


a su estudio, se cumplen los requisitos de aptitud de la demanda relacionados
con el concepto de violación.

Análisis de aptitud de los cargos planteados

11. El Ministerio Público adujo que los demandantes parten de la lectura


errada de las normas porque no tienen en cuenta que éstas no extienden el

39 Ver Sentencia C-561 de 2002 M.P. Rodrigo Escobar Gil.


40 Ver, entre otros, Auto 288 de 2001 y sentencias C-1052 de 2001 y C-568 de 2004, todas las providencias con ponencia
del Magistrado Manuel José Cepeda Espinosa, y C-980 de 2005 M.P. Rodrigo Escobar Gil.
22

proceso penal de forma injustificada, sino que buscan garantizar que la


responsabilidad jurídica de los procesados sea individualizada y, de este modo,
posibilitan la protección efectiva sus derechos. Los argumentos expuestos por
el Procurador para explicar la ineptitud de la demanda se sustentan en el
alcance de los principios invocados por los accionantes y no simplemente en
la verificación del cumplimiento de los requisitos para formular un cargo por
inconstitucionalidad.

A juicio de la Corte, un análisis como el propuesto supone el estudio del fondo


del asunto, porque requiere definir el alcance del principio de igualdad de
armas y del derecho a un juicio sin dilaciones injustificadas, y especificar la
forma en la que ambos se concretan en el proceso penal acusatorio. En ese
orden de ideas, el estudio de aptitud que sugiere el Ministerio Público haría
nugatorio el derecho de acción del que son titulares los demandantes y, en esa
medida, desconocería el principio pro actione que rige este tipo de procesos.
Por esta razón, el análisis de aptitud que a continuación realiza la Corte se
limita a verificar si existen cargos concretos, específicos y directos, que
propongan un verdadero problema de índole constitucional y, por lo tanto,
presentan una oposición objetiva y verificable entre el contenido literal de las
normas y la Carta Política.

12. En el primer cargo, los ciudadanos indican que los artículos 175 y 294
censurados transgreden el principio de igualdad de armas porque prevén un
término desproporcionado para acusar o solicitar la preclusión. En particular,
dicen que con la ampliación de términos prevista en las normas acusadas, la
Fiscalía le resta posibilidades a la defensa de acudir al juez con los mismos
medios de persuasión, porque la diferencia entre los términos con los que
cuentan las partes para allegar los medios de convicción es desproporcionada.

La Sala observa que el cargo es claro, pues la argumentación presenta un hilo


conductor lógico y coherente que permite su comprensión; es cierto, dado que
recae sobre dos proposiciones jurídicas reales y existentes, esto es, los incisos
2º del artículo 175 y 3º (parcial) del artículo 294 de la Ley 906 de 2004, que
prevén términos especiales (más extensos que los generales) para que el fiscal
presente la acusación o solicite la preclusión en tres circunstancias
particulares. El cargo también es específico, pues los ciudadanos precisaron la
forma en que las normas demandadas desconocen el principio de igualdad de
armas, al prever unos términos especiales para que el ente acusador recaude
pruebas, a pesar de que la defensa no cuenta con términos extendidos en
aquellas circunstancias específicas: El cargo es pertinente, porque de éste
surge la oposición objetiva entre las disposiciones acusadas y el contenido del
artículo 29 superior, que prevé el derecho de defensa y del cual se deriva el
principio de igualdad de armas; es decir, propone un juicio abstracto de
constitucionalidad; y son suficientes, porque generan una duda mínima sobre
la constitucionalidad de las disposiciones censuradas, debido a que, a primera
vista, la previsión de un plazo mayor a favor de la Fiscalía podría afectar la
igualdad de armas entre las partes.
23

En efecto, se cumple el presupuesto de suficiencia porque, a pesar de que el


entendimiento de los demandantes sobre el alcance del principio de igualdad
de armas en el sistema penal puede ser debatible, lo cierto es que las normas
acusadas prevén un término especial para que la Fiscalía acuse o solicite la
preclusión. En ese orden de ideas, se debe aplicar el principio pro actione y
reconocer que el planteamiento de los ciudadanos genera un debate que
permitirá establecer si las partes efectivamente están en igualdad de armas. Así
pues, la existencia del plazo más amplio para que el ente acusador tome una
decisión, genera un debate constitucional que debería ser resuelto por la Sala
en virtud del principio pro actione.

13. De otra parte, el primer cargo presenta una solicitud subsidiaria, que
consiste en que, en caso de declarar la exequibilidad de los artículos 175 y
294, se declare inconstitucional el aparte del inciso 2º del artículo 344, se
igualen las armas procesales entre la Fiscalía y la defensa, y se “obligue” a la
primera a descubrir todos los elementos de convicción que pretenda hacer
valer en juicio, ya no en la audiencia de formulación de acusación, sino en la
audiencia de formulación de imputación.

14. Se evidencia que el argumento propuesto no satisface los presupuestos


exigidos por el artículo 2º del Decreto 2067 de 1991. En efecto, no es claro
porque a pesar de que la censura se dirige contra el artículo 344, los
demandantes piden que se igualen las armas procesales entre la Fiscalía y la
defensa, y se “obligue” a la primera a descubrir todos los elementos de
convicción que pretenda hacer valer en juicio en la audiencia de formulación
de imputación. Esta solicitud no tiene que ver con el contenido del artículo
344, pues la audiencia de formulación de imputación está regulada por el
artículo 288. Al respecto, no es claro por qué los accionantes dirigen su
censura contra el artículo 344, que regula la formulación de acusación y el
inicio de la etapa de juicio oral, y no contra el artículo 288, que consagra la
terminación de la etapa de indagación preliminar con la formulación de
imputación. En ese sentido, el cargo no tiene un hilo conductor lógico que
permita comprender su contenido y las justificaciones que lo sustentan.

De otro lado, el cargo no es cierto, pues parte de un entendimiento errado del


artículo 344. Según los demandantes, la norma “obliga a la defensa a
descubrir todo lo que lleve, mientras le permite al ente acusador seguir
reservando sus elementos de convicción”. Esta afirmación parte de la lectura
errada del inciso 1º de la norma, que establece que “la defensa podrá solicitar
al juez de conocimiento que ordene a la Fiscalía, o a quien corresponda, el
descubrimiento de un elemento material probatorio específico y evidencia
física de que tenga conocimiento”.

La Sentencia C-1194 de 200541, declaró exequible ese aparte “en el entendido


de que dicha potestad puede ejercerse independientemente de lo previsto en el
artículo 250 constitucional que obliga a la Fiscalía General de la Nación, o a
sus delegados, en caso de presentarse escrito de acusación, a ‘suministrar,
por conducto del juez de conocimiento, todos los elementos probatorios e
41M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra.
24

informaciones de que tenga noticia incluidos los que le sean favorables al


procesado’”.

Así pues, la supuesta desigualdad en la que los demandantes sustentan este


cargo subsidiario se basa en la lectura errada de la norma, por cuanto: (i) parte
de la literalidad del texto original de la norma, sin tener en cuenta el artículo
250 de la Constitución, y (ii) desconoce que desde el año 2005 la Corte
Constitucional condicionó la constitucionalidad del inciso y estableció
específicamente que, de conformidad con el artículo superior antes citado, la
Fiscalía tiene la obligación de descubrir todos los elementos probatorios al
momento de formular su acusación, incluidos los elementos materiales y la
evidencia, que sean tanto favorables como desfavorables al investigado.

Por último, el cargo tampoco es específico. La censura no se dirige contra el


contenido del artículo 344 de la Ley 906 de 2004, sino que se funda en la
supuesta desigualdad generada por los términos especiales previstos por el
artículo 175 de la misma normativa. En ese orden de ideas, el cargo
subsidiario no plantea una contradicción entre el inciso 2º del artículo 344, que
prevé la posibilidad de pedir a la defensa que descubra ciertos elementos
probatorios y el principio de igualdad de armas, sino que, con fundamento en
el presunto trato desigual derivado del término especial previsto en el artículo
175, pide declarar inexequible el artículo 344 para “igualar las armas”. Así
pues, los demandantes nunca explican por qué la posibilidad con la que cuenta
la Fiscalía para solicitar a la defensa el descubrimiento de ciertos elementos
probatorios viola el derecho a la igualdad de armas, si según la misma norma
la Fiscalía está en la obligación de descubrir las pruebas desde la acusación.

15. De conformidad con el análisis anterior, la Sala comprueba que la


pretensión subsidiaria al primer cargo, dirigida contra el inciso 2º del artículo
344, fundada en la violación del principio de igualdad de armas, no superó el
análisis de aptitud y, en esa medida, no puede ser objeto de pronunciamiento
en esta decisión.

16. En el segundo cargo, los demandantes sostienen que los apartes acusados
transgreden el derecho a tener un juicio justo, sin dilaciones injustificadas
debido a que, a pesar de que en el proceso oral acusatorio las partes son
iguales, las normas demandadas dispusieron prórrogas innecesarias e
injustificadas para privilegiar el accionar de la Fiscalía y desmejorar las
posibilidades de la defensa, quien no se beneficia con la ampliación de los
términos.

La segunda censura es clara, pues la argumentación presenta un hilo


conductor lógico y coherente que permite entenderlo; es cierta porque recae
sobre dos proposiciones jurídicas reales y existentes (los incisos 2º del artículo
175 y 3º (parcial) del artículo 294 de la Ley 906 de 2004), que efectivamente
prevén términos especiales para que el ente acusador presente la acusación o
solicite la preclusión en tres circunstancias particulares; es específica, pues los
ciudadanos precisaron la forma en que las normas demandadas desconocen el
derecho a tener un juicio sin dilaciones injustificadas, al prever unos plazos
25

más amplios, que para los demandantes son inocuos, debido a que el ente
acusador cuenta con un término de indagación lo suficientemente amplio para
recaudar pruebas; es pertinente, porque de esta censura surge la oposición
objetiva entre las disposiciones acusadas y el contenido del artículo 29
superior, los artículos 9º, numeral 3º, y 14, numeral 3º, literal c, del PIDCP y
los artículos 7º, numeral 5º, y 8º, numeral 1º, de la CADH, que prevén el
derecho a tener un juicio sin dilaciones injustificadas, de manera que propone
un juicio abstracto de constitucionalidad; y es suficiente, porque genera duda
sobre la constitucionalidad de las disposiciones demandadas, como se explica
a continuación.

Concretamente, se cumple con el presupuesto de suficiencia, porque a pesar


de que puede ser discutible si los plazos previstos en las normas son o no
inanes, éstas efectivamente fijan términos especiales, más amplios que el
general, para que la Fiscalía presente la acusación o solicite la preclusión. En
ese orden de ideas, el cargo propuesto por los ciudadanos genera un debate
que permitirá establecer si el tiempo previsto en las normas acusadas es o no
desproporcionado. Así pues, la existencia del plazo más amplio para que el
ente acusador adopte una decisión, genera un debate constitucional que debe
ser resuelto por la Sala.

17. Aunque no solicitaron expresamente la inhibición respecto de este


argumento, la Academia Colombiana de Jurisprudencia y la Pontificia
Universidad Javeriana indicaron que el segundo cargo transgrede el principio
lógico de no contradicción respecto de la censura anterior. Particularmente, el
primer cargo consiste en que el tiempo adicional beneficia exclusivamente a la
Fiscalía, que cuenta con un período suficiente para realizar la investigación y,
en contraste, el segundo indica que las normas dilatan injustificadamente el
procedimiento porque nada cambia para la Fiscalía entre la formulación de
imputación y la acusación, debido a que en la indagación contó con un tiempo
muy amplio para adelantar la labor investigativa a su cargo.

Sobre este punto, es preciso resaltar que la presunta contradicción identificada


por los intervinientes, deja de lado que el juez constitucional está obligado a
aplicar el principio pro actione. Esto implica que el examen de aptitud de la
demanda no puede convertirse en un método tan rígido que haga nugatorio el
derecho de acción42. De ahí que el juez constitucional (i) tenga prohibido
incrementar los requerimientos técnicos de la demanda, al punto de
privilegiarlos sobre el debate sustantivo que puede derivarse razonablemente
de aquella, y (ii) deba adoptar una decisión de fondo, siempre que exista duda
sobre el cumplimiento de las condiciones mínimas de argumentación 43.

Por esa razón, la Sala considera que resulta excesivo y contrario a la


naturaleza pública de la acción de inconstitucionalidad, declarar ineptos los
cargos formulados porque parten de supuestos que pueden contradecirse. En
este caso, el análisis de aptitud de cada uno se hace de forma separada y la
labor de la Corte se circunscribe a analizar si, de los argumentos expuestos por
42 Sentencia C-1052 de 2001 M.P. Manuel José Cepeda Espinosa.
43 Sentencia C-292 de 2019, M.P. José Fernando Reyes Cuartas.
26

los demandantes, puede derivarse un debate sustantivo. Para esto se debe


limitar a verificar los requisitos fijados por la jurisprudencia y no puede
imponer requisitos adicionales, como sería requerir que los cargos no fuesen
excluyentes. Entonces, este Tribunal debe realizar el análisis de aptitud de
cada cargo de forma autónoma, salvo que, en virtud del principio pro actione,
sea necesario analizar la demanda como una unidad, en cuyo caso las
contradicciones entre cargos resultarían relevantes. En esta oportunidad se
verificó la concurrencia de los requisitos fijados por la jurisprudencia para
proponer un argumento por inconstitucionalidad y, por lo tanto, el cargo es
apto.

18. En el tercer cargo, los ciudadanos sostienen que los artículos 175 y 294
violan el principio de non bis in idem que, según ellos, significa “no dos veces
por lo mismo”. Lo anterior ocurre porque, en su criterio, el Legislador
prorrogó los términos a favor de la Fiscalía para fortalecer su teoría del caso
en tres oportunidades distintas y por las mismas circunstancias, con el
agravante de que no ocurrió lo mismo con el lapso con el que cuenta la
defensa.

Para justificar la aplicación del principio de non bis in idem a las normas
acusadas, afirman que en la Sentencia C-252 de 2001 la Corte concluyó que el
principio de favorabilidad en materia penal debe aplicarse a las normas
procesales sustanciales. Entonces, si este Tribunal precisó ese mandato en
relación con el principio de favorabilidad, los demandantes concluyen que la
prohibición del non bis in idem debe ser un límite a la configuración del
Legislador cuando profiere normas procesales penales.

En ese orden de ideas, plantean el siguiente argumento analógico44:

“(i) la Carta proscribe que se sancione o investigue dos o más veces a


una persona por los mismos hechos, (ii) prohíbe también que se
agrave una conducta con elementos que ya conformen el tipo penal (o
disciplinario) respectivo, (iii) exige la aplicación del principio de
favorabilidad en las normas procesales sustanciales (Sentencia C-
252/01), y de ello se sigue que: (iv) no se pueden prorrogar los
términos procesales sustanciales con base en los mismos supuestos de
hecho”45.

19. Se evidencia que esta censura no satisface los presupuestos exigidos por el
artículo 2º del Decreto 2067 de 1991. En efecto, no es cierta, pues parte de un
entendimiento errado de las disposiciones acusadas, debido a que asume que
consagran “prórrogas”, a pesar de que prevén un término especial para tres
tipos de procesos, plazo que es más largo que aquel con el que cuenta la
Fiscalía para los demás trámites. Así pues, los accionantes se equivocan
44El argumento por analogía es un argumento inductivo en el que se hace una afirmación acerca de un evento o de un
objeto a partir de su similitud con otro evento u objeto. Las premisas que conforman el argumento analógico permiten
concluir que las similitudes entre ambos harán que, probablemente, una característica que uno posea, el otro también la
tenga. Sin embargo, las premisas no garantizan que la conclusión sea verdadera porque es lógicamente posible que el
objeto comparado no cumpla con la propiedad que se le adjudica. Ver, Páez, A. (2007). Conceptos Básicos de la Lógica.
En Introducción a la Lógica Moderna (1ª ed). Bogotá: Ediciones Uniandes.
45Folio 16 del escrito de corrección de la demanda, Expediente D-13765.
27

cuando señalan que los términos se “prorrogan” varias veces por las mismas
circunstancias, debido a que las normas acusadas no establecen una extensión
al término general, sino unos plazos específicos para ciertos tipos de procesos.

De otra parte, la argumentación se funda en una definición errada del principio


de non bis in idem. Particularmente, los demandantes indican que éste
significa “no dos veces por lo mismo” y suponen que tal mandato prohíbe
considerar varias veces una circunstancia para prorrogar los términos. Este
argumento carece de certeza porque desconoce que el principio del non bis in
idem, consagrado en el numeral 4º del artículo 29 superior, consiste en que la
persona sindicada tiene derecho a no ser juzgada dos veces por el mismo
hecho. Así pues, la prohibición de doble incriminación es un principio que
prohíbe a las autoridades judiciales que una persona ya juzgada o absuelta sea
nuevamente investigada, juzgada y condenada por la misma conducta 46. En
este caso, las normas acusadas no implican un doble juzgamiento o una doble
incriminación, pues se limitan a consagrar plazos especiales para que la
Fiscalía acuse o solicite la preclusión.

El entendimiento equivocado del principio de non bis in idem conlleva


también la falta de pertinencia del cargo. En efecto, la prohibición de doble
incriminación consiste en que la persona sindicada tiene derecho a no ser
juzgada dos veces por el mismo hecho, y no, como lo afirman los
demandantes, en que una misma circunstancia dé lugar a consagrar términos
especiales en distintos momentos del proceso. Por esa razón, del cargo
propuesto tampoco surge la oposición objetiva entre las disposiciones
acusadas y el contenido del artículo 29 superior.

Por último, el cargo tampoco es suficiente. La censura no genera una duda


sobre la violación del principio de non bis in idem, ya que su definición
evidencia que no se puede extrapolar la argumentación de la Sentencia C-252
de 2001, en la que la Corte estableció que el principio de favorabilidad puede
tener alcance procesal. En efecto, los ciudadanos plantearon un argumento
analógico que supone que, si este Tribunal reconoce la necesidad de aplicar el
principio de favorabilidad en materia penal, también lo hará en relación con la
prohibición de doble incriminación.

Sin embargo, ese argumento no es correcto por dos razones. Primero, porque
desde su definición el non bis in idem impone un límite al poder sancionatorio
del Estado, es decir, impide juzgar dos veces el mismo hecho. En ese orden de
ideas, se trata de un mandato que atañe estrictamente al derecho sustancial
porque evita que exista más de un juicio, de manera que no es aplicable a
normas que establecen términos procesales. Por lo tanto, el hecho de que los
demandantes sustenten el argumento en la Sentencia C-252 de 2001, según la
cual el principio de favorabilidad es aplicable a las normas procesales penales,
no basta para concluir que el principio de non bis in ídem, que es de carácter
sustancial, también sea aplicable a ese tipo de normas.

46Sentencia C-181 de 2016 M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado.


28

Segundo, porque los demandantes omiten precisar que en la Sentencia C-252


de 2001 la Corte afirmó que existen dos clases de normas procesales: las que
tienen contenido sustancial y las simplemente procesales, es decir, aquellas
que se limitan a señalar ciertas ritualidades del proceso que no afectan en
forma positiva ni negativa a los sujetos procesales. Esa providencia dijo que el
principio de favorabilidad se debe aplicar a las primeras y no a las segundas,
pues éstas “(…) no son en sí mismas ni benéficas ni perjudiciales para los
sujetos procesales”47. En este caso particular, los demandantes no demostraron
que las normas acusadas fueran sustanciales, a pesar de que se limitan a fijar
plazos y parecerían simplemente procesales. Eso significa que no
argumentaron por qué, de acuerdo con la Sentencia C-252 de 2001, a las
disposiciones acusadas les sería aplicable el principio de favorabilidad.

20. De conformidad con el análisis anterior, la Sala comprueba que (i) la


pretensión subsidiaria al primer cargo, dirigida contra el inciso 2º del artículo
344 del CPP, fundada en la violación del principio de igualdad de armas, y (ii)
el cargo fundado en la violación del principio de non bis in ídem, no superaron
el análisis de aptitud y, en esa medida, no serán objeto de pronunciamiento en
esta decisión.

Por el contrario, en relación con los cargos por violación al principio de


igualdad de armas y al derecho a un juicio sin dilaciones injustificadas, la Sala
advierte que los accionantes edificaron el concepto de violación de la Carta
con fundamento en reproches de naturaleza constitucional, serios, objetivos y
verificables, con la suficiente entidad para producir una duda mínima y
razonable sobre la constitucionalidad de las normas acusadas. En
consecuencia, dos de los cargos formulados por los actores en la demanda de
la referencia son aptos para generar un pronunciamiento de fondo por parte de
esta Corporación, por lo que procederá a analizarlos.

Asunto objeto de revisión y problema jurídico

21. La demanda que conoce la Corte en esta oportunidad cuestiona la


constitucionalidad del inciso 2º del artículo 175 y del inciso 3º (parcial) del
artículo 294 de la Ley 906 de 2004, modificado por la Ley 1453 de 2011, por
la supuesta vulneración de los artículos 29 y 93 de la Constitución, los
artículos 9º, numeral 3º, y 14, numeral 3º, literal c, del PIDCP, y los artículos
7º, numeral 5º, y 8º, numeral 1º, de la CADH, específicamente del principio de
igualdad de armas y del derecho a un juicio justo sin dilaciones injustificadas.

22. El presente debate constitucional muestra que le corresponde a la Sala


resolver el siguiente problema jurídico:

¿La previsión de términos más amplios para que la Fiscalía acuse o solicite la
preclusión, cuando se presente concurso de delitos, o sean tres o más los
imputados, o se trate de delitos de competencia de los Jueces Penales de
Circuito Especializados vulnera el derecho al debido proceso sin dilaciones
injustificadas y el principio de igualdad de armas?
47Sentencia C-252 de 2001 M.P. Carlos Gaviria Díaz.
29

Para dar solución a la cuestión planteada, la Sala: (i) se referirá a la


jurisprudencia de la Corte sobre el sistema penal acusatorio y el papel de la
Fiscalía General de la Nación en el proceso penal; (ii) aludirá a la
razonabilidad de los términos procesales como límite a la libertad de
configuración del Legislador en materia penal; (iii) estudiará el principio de
igualdad de armas y la oportunidad para recabar y descubrir pruebas en el
proceso penal acusatorio, y (iv) realizará el análisis de constitucionalidad de
las normas acusadas.

El sistema penal acusatorio y el papel de la Fiscalía General de la Nación

23. El Acto Legislativo 03 de 2002 modificó la estructura del proceso penal en


Colombia al pasar del modelo mixto de tendencia inquisitiva, al de tendencia
acusatoria con “(…) especial énfasis en la garantía de los derechos
fundamentales del inculpado para la consecución de la verdad y la realización
efectiva de la justicia, y que busca privilegiar también los derechos de las
víctimas”48. La Corte ha establecido que las finalidades del nuevo modelo
procesal penal consistieron en: (i) fortalecer la función investigativa y de
acusación de la Fiscalía General de la Nación, al concentrar su labor en el
recaudo de las evidencias, medios de convicción y su posterior incorporación
como prueba y despojarla de funciones jurisdiccionales; (ii) estructurar un
juicio público, oral, contradictorio y concentrado en el juez de conocimiento;
(iii) distinguir de forma clara los funcionarios encargados de investigar, acusar
y juzgar; (iv) descongestionar los despachos judiciales mediante un sistema
procesal basado en la oralidad, en el que se garantiza el derecho a tener un
juicio sin dilaciones injustificadas; (v) modificar el principio de permanencia
de la prueba por el de la producción de ella durante la etapa del juicio oral;
(vi) instituir el principio de oportunidad a cargo de la Fiscalía; y (vii) crear la
figura del juez de control de garantías, a quien corresponde ejercer un control
previo y posterior de legalidad de las actividades y diligencias realizadas por
la Fiscalía General en el ejercicio de su actividad investigativa 49.

De las finalidades antes señaladas, se evidencia que el proceso penal


acusatorio presenta una distinción clara entre las etapas de investigación y
juzgamiento. La primera está a cargo de la Fiscalía, a quien corresponde
investigar y, en caso de ser procedente, acusar a los presuntos infractores del
ordenamiento penal ante el juez de conocimiento. La segunda consiste en un
“juicio público, oral, con inmediación de las pruebas, contradictorio,
concentrado y con todas las garantías” 50. El juicio oral es el escenario en el
que el juez de conocimiento practica y valora las pruebas, y determina el
grado de responsabilidad del procesado51.

48 Sentencia C-025 de 2009 M.P. Rodrigo Escobar Gil.


49 Sentencia C-591 de 2005 M.P. Clara Inés Vargas Hernández, reiterada en las Sentencias C-025 de 2009 M.P. Rodrigo
Escobar Gil, C-186 de 2008 M.P. Nilson Pinilla Pinilla y C-473 de 2016 M.P. Luis Ernesto Vargas Silva.
50 Artículo 250 de la Constitución Política.
51Sentencia C-1194 de 2005 M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra.
30

En el sistema penal acusatorio la Fiscalía se enfoca en la búsqueda de


evidencias dirigidas a desvirtuar la presunción de inocencia del procesado 52.
Cabe aclarar que, en este nuevo modelo, el ente acusador está desprovisto de
funciones jurisdiccionales en estricto sentido y, por lo tanto, carece de
competencia para recaudar lo que técnicamente se denomina prueba
procesal53. Por esa razón, los elementos de convicción recopilados tienen
carácter de evidencia, elemento material de prueba o material probatorio. Esto
quiere decir que un elemento recaudado en la investigación es considerado
como prueba solamente cuando el juez decide decretarla y valorarla en las
etapas del juicio54.

24. De otra parte, la labor del defensor también se transformó, debido a que en
el sistema acusatorio la defensa tiene derecho a controvertir los elementos de
prueba presentados por la Fiscalía en contra del imputado. Con ese propósito,
está facultada para acceder a la evidencia, recolectar información y acudir a
los medios técnicos de que disponga el Estado. La jurisprudencia establece
que en este sistema penal el derecho de defensa surge desde que se tiene
conocimiento de que cursa un proceso en contra de una persona y sólo
culmina cuando se profiere una decisión judicial que la finaliza 55.

En síntesis, el nuevo modelo acusatorio es un sistema de partes en el que (i) la


Fiscalía tiene un rol esencial en la etapa investigativa, y (ii) el imputado “(…)
ya no es un sujeto pasivo en el proceso, como lo era bajo el modelo
inquisitivo, sino que demanda su participación activa, incluso desde antes de
la formulación de la imputación de cargos”56.

Planteado el papel que ejerce la Fiscalía General de la Nación en el proceso


penal acusatorio, específicamente en las etapas de indagación e investigación,
la Corte pasa a analizar las garantías constitucionales que limitan el ius
puniendi del Estado. En particular, el derecho a tener un juicio sin dilaciones
injustificadas y el principio de igualdad de armas.

La razonabilidad de los términos procesales como límite a la libertad de


configuración del Legislador en materia penal

25. El derecho penal es la expresión de la política criminal del Estado, cuya


definición, de acuerdo con el principio democrático y la soberanía popular
(artículos 1º y 3º de la Constitución), corresponde principalmente al
Legislador57. La facultad punitiva del Estado encuentra límites en la
Constitución, que ha proyectado en sus instituciones sustantivas,
procedimentales y de cumplimiento de la sanción, la observancia de garantías
que protegen los derechos fundamentales de las personas y legitiman el

52 Ibidem.
53 Ibidem.
54 Ibidem.
55 Sentencias C-799 de 2005 M.P. Jaime Araújo Rentería y C-186 de 2008 M.P. Nilson Pinilla Pinilla.
56 Sentencia C-591 de 2005 M.P. Clara Inés Vargas Hernández.
57 Sentencia C-334 de 2013 M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub.
31

ejercicio del poder punitivo de la estructura estatal dentro del orden


constitucional.

26. El conjunto de garantías que rodean el derecho penal lo constituyen las


siguientes58:

i) Sustanciales: entre las que se encuentran los principios de legalidad o de


taxatividad, de culpabilidad, de necesidad y de proporcionalidad, entre otras.

ii) Procesales y orgánicas: aplicables al proceso y que aseguran los principios


de contradicción, de igualdad de armas, de presunción de inocencia, de
publicidad, de independencia e imparcialidad del juez, entre otras.

iii) Ejecución de la sanción: las cuales deben ser observadas durante la


ejecución de la pena contenida en la sentencia con la cual finalizó el proceso y
se refieren a la afectación del derecho fundamental a la libertad, la especial
situación de sujeción del interno frente al Estado y el respeto a la dignidad
humana.

27. De otra parte, los artículos 2º, 150 y 229 de la Carta, otorgan al Congreso
de la República la facultad de regular procesos penales, establecer las formas
propias de cada juicio y fijar las reglas y condiciones para acceder a la
justicia59.

En desarrollo de esa potestad, el Legislador puede “(i) fijar nuevos


procedimientos60; (ii) determinar la naturaleza de ciertas actuaciones
judiciales61; (iii) eliminar etapas procesales62; (iv) imponer cargas
procesales63; (v) establecer plazos para el ejercicio del derecho de acceso a la
administración de justicia64; (vi) fijar beneficios penales65; y (vii) prever
causales de procedencia de la extinción de la acción penal66”67.

En consecuencia, a pesar de que el Legislador goza de un amplio margen de


configuración para diseñar los procedimientos y etapas procesales, su facultad
no absoluta porque está limitada por los principios y fines del Estado, la
vigencia de los derechos fundamentales y la observancia de las demás normas
constitucionales68. En este orden de ideas, los plazos que rigen el
procedimiento penal tienen como finalidad proteger el derecho sustancial y, en
particular, las garantías que rodean el derecho penal.

58 Sentencia C-042 de 2018 M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado.


59 Sentencias C-591 de 2005 M.P. Clara Inés Vargas Hernández y C-210 de 2007 M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra,
entre otras.
60 Sentencia C-510 de 2004 M.P. Álvaro Tafur Galvis.
61 Sentencia C-163 de 2000 M.P. Fabio Morón Díaz.
62 Sentencia C-180 de 2006 M.P. Jaime Araujo Rentería.
63 Sentencia C-043 de 2004 M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra.
64 Sentencia C-1232 de 2005 M.P. Alfredo Beltrán Sierra.
65 Sentencia C-335 de 2010 M.P. Humberto Antonio Sierra Porto.
66 Sentencia C-1490 de 2000 M.P. Fabio Morón Díaz.
67 Sentencia C-828 de 2010 M.P. Humberto Antonio Sierra Porto.
68Sentencia C-127 de 2011 M.P. María Victoria Calle Correa.
32

28. De conformidad con el artículo 29 de la Constitución, “toda persona tiene

derecho a un debido proceso sin dilaciones injustificadas”. En el ámbito

internacional, el artículo 8.1. de la CADH69, que se refiere a las garantías

judiciales, establece los lineamientos del llamado “debido proceso legal”, que

consiste en el derecho de toda persona a ser oída, con las debidas garantías y

dentro de un plazo razonable por un juez o tribunal competente. En el

mismo sentido, el artículo 14.c del PIDCP70 contempla el derecho “a ser

juzgado sin dilaciones indebidas”.

29. El derecho a un debido proceso sin dilaciones injustificadas se concreta en


la previsión de plazos de carácter perentorio para adelantar las etapas o
actuaciones. La Corte Constitucional ha establecido de manera reiterada que el
límite a la libertad de configuración del Legislador al fijar términos en
procesos penales está dado por la razonabilidad 71. En particular, la
razonabilidad de un plazo de investigación dentro del proceso penal está
condicionada por: (i) la naturaleza del delito imputado, (ii) el grado de
complejidad de su investigación, (iii) el número de sindicados, y (iv) los
efectos sociales que de este se desprendan72.

30. En síntesis, el derecho al debido proceso supone la garantía de que el


proceso penal se adelante en un plazo razonable. Esta prerrogativa supone que
el Legislador prevea términos judiciales y que aquellos sean razonables. La
razonabilidad del término está dada por la existencia de criterios objetivos,
que justifiquen su duración.

Una vez analizados los límites a la configuración de términos procesales en


materia penal, la Corte pasa a analizar el alcance del principio de igualdad de
armas en el proceso penal.

69 De conformidad con el artículo 93 de la Constitución Política, este instrumento, que consagra derechos humanos y que
ha ratificado Colombia mediante la Ley 16 de 1972, forma parte del bloque de constitucionalidad. En la sentencia C-252
de 2001, la Corte Constitucional señaló que los derechos fundamentales no son sólo los que se encuentran en la
Constitución, sino también los consagrados en instrumentos internacionales que vinculan al Estado colombiano, que
conforman el bloque de constitucionalidad y que, por tanto, son parte inescindible de la Constitución en sentido material.
70 Ratificado por Colombia el 29 de octubre de 1969.
71Sentencia C-411 de 1993 M.P. Carlos Gaviria Díaz, reiterada en las sentencias C-1154 de 2005 M.P. Manuel José
Cepeda Espinosa, C-127 de 2011 M.P. María Victoria Calle Correa, C-893 de 2012 M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez y
C-221 de 2017 M.P. José Antonio Cepeda Amarís.
72Ibidem.
33

El principio de igualdad de armas y la oportunidad para recabar y


descubrir pruebas en el sistema acusatorio

31. El principio de igualdad de armas en el proceso penal es un mandato


constitucional que se deriva de los derechos al debido proceso (artículo 29),
de acceso a la administración de justicia (artículo 229) y a la igualdad
(artículo 13)73. Esta garantía supone que las partes cuenten con medios
procesales homogéneos de acusación y de defensa, de tal forma que gocen de
las mismas posibilidades y cargas de alegación, prueba e impugnación 74.

La jurisprudencia de esta Corte ha establecido que el principio de igualdad de


armas constituye una de las garantías fundamentales de los sistemas penales
de tendencia acusatoria. Esto ocurre porque se trata de un modelo adversarial
en el que “(…) los actores son contendores que se enfrentan ante un juez
imparcial en un debate al que ambos deben entrar con las mismas
herramientas de ataque y protección”75. En ese sentido, la igualdad de armas
supone que la Fiscalía y la parte acusada acudan ante el juez “(…) con las
mismas herramientas de persuasión, los mismos elementos de convicción, sin
privilegios ni desventajas, a fin de convencerlo de sus pretensiones
procesales”76.

Cabe resaltar que en este sistema penal la competencia de la Fiscalía se


circunscribe a recaudar el material de convicción necesario para formular la
acusación contra el imputado. Esto quiere decir que el ente acusador no está
obligado a recaudar evidencias que pudieran liberar de responsabilidad penal
al procesado. Sin embargo, en caso de que halle evidencia favorable a los
intereses de este último, ésta debe ser puesta a disposición de la defensa.

32. En ese orden de ideas, el sistema acusatorio impone a la defensa una


actitud diligente en la recolección de los elementos de convicción a su alcance
pues “(…) ante el decaimiento del deber de recolección de pruebas
exculpatorias a cargo de la Fiscalía, fruto de la índole adversativa del
proceso penal, la defensa está en el deber de recaudar por cuenta propia el
material probatorio de descargo”77. Esto quiere decir que, a pesar de que
corresponde al ente acusador suministrar todos los elementos probatorios o
informaciones de que tenga noticia que sean favorables al procesado 78, el rol
73 Sentencias C-591 de 2005 M.P. Clara Inés Vargas Hernández, T-1110 de 2005 M.P. Humberto Antonio Sierra Porto, C-
1194 de 2005 M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra, C-396 de 2007 y C-118 de 2008, M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra.
74 Sentencia C-396 de 2007 M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra, reiterada en la Sentencia C-476 de 2016 M.P. Luis
Ernesto Vargas Silva.
75 Sentencia C-1194 de 2005 M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra.
76 Sentencia C-397 de 2007, M.P. Manuel José Cepeda Espinosa.
77Sentencia C-1194 de 2005 (M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra). La referencia al decaimiento del deber de recolección
de pruebas a la que aludió la Corte en esa sentencia ha sido reiterada tanto por la Corte Constitucional (Sentencias C-536
de 2008, M.P. Jaime Araújo Rentería y C-069 de 2009, M.P. Clara Inés Vargas Hernández), como por la Sala Penal de la
Corte Suprema de Justicia (Sentencia del 18 de enero de 2017. M.P. Jorge Luis Barceló Camacho. SP179-2017.
Radicación Nº 48216).
78“ARTICULO 250. <Artículo modificado por el artículo 2 del Acto Legislativo No. 3 de 2002. El nuevo texto es el
siguiente:> La Fiscalía General de la Nación está obligada a adelantar el ejercicio de la acción penal y realizar la
investigación de los hechos que revistan las características de un delito que lleguen a su conocimiento por medio de
denuncia, petición especial, querella o de oficio, siempre y cuando medien suficientes motivos y circunstancias fácticas
que indiquen la posible existencia del mismo. No podrá, en consecuencia, suspender, interrumpir, ni renunciar a la
persecución penal, salvo en los casos que establezca la ley para la aplicación del principio de oportunidad regulado
dentro del marco de la política criminal del Estado, el cual estará sometido al control de legalidad por parte del juez que
34

que desempeña en el nuevo sistema adversarial no le impone la búsqueda de


pruebas exculpatorias. Por lo tanto, el imputado y su defensor no limitan su
actuación a contender la acusación formulada en su contra, sino que deben ser
activos y aportar elementos de juicio que sustenten su teoría del caso y
confronten la versión de la Fiscalía79.

Así pues, el principio de igualdad de armas se concreta en dos garantías 80. La


primera, consiste en la posibilidad de que los actores cuenten con las mismas
oportunidades para participar en el proceso. Por regla general, esto sucede
desde que adquiere la condición de imputado (artículo 126 CPP) –o incluso
antes, cuando tiene conocimiento del proceso en la etapa de indagación–. Una
vez formulada la imputación, la defensa está en posibilidad de adelantar el
recaudo de la información pertinente y de los elementos fácticos de contenido
probatorio, necesarios para diseñar la estrategia defensiva.

Este mandato se materializa, por ejemplo, en el artículo 268 del CPP, que
prevé la posibilidad de que, durante la investigación, el imputado busque,
identifique empíricamente, recoja y embale los elementos materiales
probatorios y evidencia física y solicite “que sean examinados por el
respectivo laboratorio del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias
Forenses”. En la Sentencia C-536 de 200881 la Corte se pronunció sobre la
constitucionalidad de esta disposición y determinó que, si la norma se
interpretaba en el sentido de que la prueba sólo podía ser trasladada al
laboratorio del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, era
violatoria del principio de igualdad de armas, debido a que la entidad pública
encargada de examinarlo estaba adscrita al ente acusador. Así pues, la Corte
concluyó que la norma era constitucional en el entendido de que el imputado o
su defensor podrán trasladar los elementos materiales probatorios y evidencia
física a cualquier otro laboratorio público o privado, nacional o extranjero,
para su respectivo examen.

Además, se desconoce el principio de igualdad de armas cuando el Legislador


concede cierta ventaja exclusiva a una de las partes. Esto ocurre siempre que el
privilegio tenga la potencialidad de reflejarse en los resultados del proceso o
fortalezca a uno de los dos protagonistas de la controversia y, de ese modo,
anule la posibilidad de tener un juicio equitativo y justo y asistencia técnica
eficaz.

La segunda, impone la necesidad de que la defensa y la Fiscalía tengan acceso


al mismo material de evidencia requerido para sustentar el debate en juicio 82.
En concreto, el mandato de igualdad de armas entre la Fiscalía y la defensa está
presente en las distintas etapas del proceso, pero se manifiesta principalmente
ejerza las funciones de control de garantías. Se exceptúan los delitos cometidos por Miembros de la Fuerza Pública en
servicio activo y en relación con el mismo servicio. (…)
En el evento de presentarse escrito de acusación, el Fiscal General o sus delegados deberán suministrar, por conducto
del juez de conocimiento, todos los elementos probatorios e informaciones de que tenga noticia incluidos los que le
sean favorables al procesado.” (Negrillas fuera del texto)
79 Sentencia C-186 de 2008 M.P. Nilson Pinilla Pinilla.
80 Sentencia C-1194 de 2005 M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra.
81M.P. Jaime Araújo Rentería.
82 Ibidem.
35

en el descubrimiento probatorio. Específicamente, en la Sentencia C-1194 de


200583 la Corte estableció lo siguiente:

“[L]a manera de garantizar el equilibrio de las armas en el proceso


penal de corte adversarial y, por tanto, de permitir que tanto la defensa
como la Fiscalía cuenten con las mismas oportunidades de acción y con
los mismos elementos de convicción se concreta en la figura del
descubrimiento de la prueba.

La decisión de garantizar el principio de igualdad de armas en el


proceso penal mediante el instituto del descubrimiento de la prueba
responde al reconocimiento de que el aparato estatal cuenta con
recursos económicos, técnicos, científicos y operativos mucho mayores
de los que podría disponer un particular acusado de incurrir en un
ilícito. La desproporción que en materia investigativa inclina la balanza
en contra de la defensa obliga al legislador a garantizar el equilibrio
procesal mediante la autorización que se da al procesado para que
acceda al material de convicción recaudado por los organismos
oficiales”.

En el sistema acusatorio el aspecto probatorio se rige por los principios de


concentración, inmediación y contradicción de la prueba, según los cuales las
pruebas se practican en el curso del juicio oral, público y con todas las
garantías. En ese orden de ideas, el descubrimiento de la prueba tiene lugar
principalmente en la etapa de la acusación, pues inicia con la misma
acusación, prosigue con la audiencia preparatoria para concretarse en el juicio
oral. Es en estos momentos procesales que la Fiscalía tiene la obligación de
presentar ante el juez todos los elementos de convicción y el material
probatorio que pretende hacer valer como prueba en el juicio oral.

33. En síntesis, el principio de igualdad de armas se concreta en dos garantías


distintas, a saber: (i) la posibilidad de que los actores cuenten con las mismas
oportunidades para participar en el proceso, y (ii) la necesidad de que la
defensa y la Fiscalía tengan acceso al mismo material de evidencia requerido
para sustentar el debate en juicio. De conformidad con la jurisprudencia
constitucional, el descubrimiento probatorio (que inicia con la formulación de
acusación) es el momento en el que, por excelencia, se materializa el principio
de igualdad de armas.

A continuación, se hará referencia al alcance de las disposiciones acusadas,


con el fin de aclarar su importancia en el diseño del proceso penal acusatorio y
de precisar en qué consiste el trato distinto que introducen las normas a dicho
trámite. Posteriormente, se analizarán los cargos por la supuesta violación de
los artículos 29 y 93 de la Constitución, los artículos 9º, numeral 3º, y 14,
numeral 3º, literal c, del PIDCP, y los artículos 7º, numeral 5º, y 8º, numeral

83 M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra.


36

1º, de la CADH, específicamente de los derechos de igualdad de armas y a


tener un juicio sin dilaciones injustificadas.

Contenido y alcance de las normas acusadas

34. El proceso penal acusatorio está conformado por las etapas de


investigación y juzgamiento. La primera está a cargo de la Fiscalía, a quien,
una vez realizada la imputación, le corresponde investigar y, en caso de contar
con evidencias dirigidas a desvirtuar la presunción de inocencia del
procesado, acusar a los presuntos infractores del ordenamiento penal ante el
juez de conocimiento. Por el contrario, en caso de no contar con la
probabilidad de verdad requerida para acusar, verificar la atipicidad de la
conducta o la inexistencia del hecho, entre otras razones, solicitará la
preclusión84.

En esta etapa, la defensa está facultada para recaudar la evidencia, recolectar


información y acudir a los medios técnicos de que disponga el Estado. Esta
facultad es manifestación del principio de igualdad de armas, de conformidad
con el cual los actores cuentan con las mismas oportunidades para participar
en el proceso.

La segunda consiste en el juicio público, oral, con inmediación de las pruebas,


contradictorio y concentrado. El juicio oral es el escenario en el que el juez de
conocimiento practica y valora las pruebas, y determina el grado de
responsabilidad del procesado. El descubrimiento de la prueba tiene lugar,
principalmente, en la audiencia de acusación. Es en esa instancia procesal que
la Fiscalía tiene la obligación de presentar ante el juez todos los elementos de
convicción y el material probatorio que pretende hacer valer como prueba en
el juicio oral.

35. Los artículos 49 y 55 de la Ley 1453 de 2011, modificaron los artículos


175 y 294 de la Ley 906 de 2004. El artículo 175 hace parte del Libro I,
Título VI que regula La Actuación en el marco del proceso penal, Capítulo
VII sobre la Duración de la actuación. La norma prevé los plazos para las
distintas etapas del proceso penal. Particularmente, establece el tiempo del
que dispone la Fiscalía, primero, para formular la imputación y,
posteriormente, para formular la acusación o solicitar la preclusión. Además,
fija los términos en los que el juez deberá celebrar las audiencias preparatoria
y de juicio oral.

84 El artículo 332 de la Ley 906 de 2004 consagra las causales para solicitar la preclusión, así:
“ARTÍCULO 332. CAUSALES. El fiscal solicitará la preclusión en los siguientes casos:
1. Imposibilidad de iniciar o continuar el ejercicio de la acción penal.
2. Existencia de una causal que excluya la responsabilidad, de acuerdo con el Código Penal.
3. Inexistencia del hecho investigado.
4. Atipicidad del hecho investigado.
5. Ausencia de intervención del imputado en el hecho investigado.
6. Imposibilidad de desvirtuar la presunción de inocencia.
7. Vencimiento del término máximo previsto en el inciso segundo del artículo 294 del este código.
PARÁGRAFO. Durante el juzgamiento, de sobrevenir las causales contempladas en los numerales 1 y 3, el
fiscal, el Ministerio Público o la defensa, podrán solicitar al juez de conocimiento la preclusión.”
37

Específicamente, estipula que la Fiscalía dispone de 90 días para formular la


acusación o solicitar la preclusión, contados desde el día siguiente a la
formulación de la imputación. Según el inciso 2º del artículo 175, el término
será de 120 días cuando (i) se presente concurso de delitos, (ii) sean tres o
más los imputados, o (iii) se trate de delitos de competencia de los Jueces
Penales de Circuito Especializados.

Así pues, el inciso acusado fija el término de la etapa de investigación y prevé


un tratamiento diferente cuando el proceso se trate de alguno de los
siguientes: concurso de delitos, tres o más imputados, o delitos que son
competencia de los jueces penales del circuito especializado.

36. De otra parte, el artículo 294 se encuentra en el Libro II, Título III,
Capítulo único, sobre la Formulación de la imputación. La norma establece la
pérdida de competencia como sanción al fiscal que deja vencer el plazo de la
investigación (previsto en el artículo 175) sin formular acusación o solicitar la
preclusión. En ese caso, el nuevo funcionario asignado cuenta con un término
de 60 días para tomar la decisión que corresponda. Ese plazo es de 90 días
cuando (i) se presente concurso de delitos, (ii) sean tres o más los imputados,
o (iii) se trate de delitos de competencia de los Jueces Penales de Circuito
Especializados.

En concreto, el apartado demandado fija el término para que el nuevo Fiscal


formule la acusación o solicite la preclusión y prevé un tratamiento especial
cuando se trate de alguna de esas tres circunstancias.

37. Las disposiciones demandadas consagran plazos mayores a los previstos


en la generalidad de los procesos penales para que termine la etapa de
investigación. Es decir, para que la Fiscalía acuse o solicite la preclusión.
Estos términos aplican siempre que se esté en una de las tres circunstancias
comunes a ambas normas. Sobre este punto, es preciso aclarar que los
términos que se fijan en los apartados acusados no constituyen prórrogas a los
originalmente previstos, sino plazos especiales que operan únicamente en tres
situaciones particulares.

Una vez definido el contenido y alcance de los preceptos acusados, pasa la


Sala a analizar los cargos formulados.

Análisis de los cargos formulados

Los incisos 2º del artículo 175 y 3º (parcial) del artículo 294 de la Ley 906
de 2004 no desconocen el derecho a la igualdad de armas

38. En primer lugar, los accionantes indican que las disposiciones censuradas
transgreden el principio de igualdad de armas porque prevén un término
desproporcionado para acusar o solicitar la preclusión 85. En particular, dicen
85 Específicamente, alegan la violación de los artículos 29 y 93 de la Constitución, los artículos 9º –numeral 3º– y 14 –
numeral 3º, literal c– del PIDCP, y los artículos 7º –numeral 5º– y 8º –numeral 1º– de la CADH.
38

que con la ampliación de términos prevista en los artículos 175 y 294, la


Fiscalía le resta posibilidades a la defensa de acudir al juez con los mismos
medios de persuasión. Esto ocurre porque el ente acusador pudo recolectar
medios de convicción durante términos muy amplios antes de imputar cargos,
de manera que la diferencia entre las partes para allegar los medios de
convicción es desproporcionada.

En ese sentido, explican que un término de noventa días es justificado y


permite que las dos partes aporten medios de prueba para favorecer su teoría
del caso. Ahora bien, a su juicio, los treinta días adicionales van en contra de
la defensa, porque la Fiscalía cuenta con mejores recursos para recaudar
pruebas. Así pues, el Legislador “(…) decidió ampliarle desmesuradamente
los términos a la Fiscalía para que arme el caso, no una sino tres veces, y a la
defensa no le dio ni un día de plazo adicional para que prepare su teoría del
caso y la plantee en la audiencia preparatoria”86.

39. De conformidad con los fundamentos jurídicos 29 a 32 de esta sentencia,


el principio de igualdad de armas que rige el proceso penal acusatorio supone
que las partes cuenten con medios procesales homogéneos de acusación y de
defensa, de tal forma que gocen de las mismas posibilidades y cargas de
alegación, prueba e impugnación. Además, de ese principio se deriva la
prohibición al Legislador de conceder un privilegio exclusivo para una de las
partes.

Por otro lado, en materia probatoria, la jurisprudencia ha sido clara en


establecer que el modelo acusatorio es un sistema de partes en el que: (i) la
Fiscalía tiene un rol esencial en la etapa investigativa, y (ii) se impone a la
defensa una actitud diligente en la recolección de los elementos de convicción
a su alcance desde que tiene conocimiento del proceso, por regla general,
desde que se lleva a cabo la imputación.

40. La Sala advierte que el hecho de que las normas consagren términos más
amplios para que la Fiscalía realice la investigación en las tres circunstancias
descritas, no desconoce el principio de igualdad de armas, por cuatro razones:

Primero, porque la jurisprudencia establece que el derecho de defensa no tiene


límite temporal y el ciudadano puede ejercerlo incluso desde la indagación,
cuando tiene conocimiento de que es un presunto implicado en los hechos. En
ese sentido, los demandantes se equivocan cuando afirman que el plazo fijado
por las normas acusadas sólo beneficia a la Fiscalía y no a la defensa, pues
asumen que el procesado sólo ejerce el derecho de defensa a partir de la etapa
de juicio. En efecto, ignoran que quien tiene conocimiento de estar vinculado
a un proceso penal puede preparar su actividad procesal desde la etapa de
investigación (artículo 290 del CPP) o, incluso, desde la indagación
preliminar. Por lo tanto, tampoco es cierto que la igualdad de armas imponga
la necesidad de ampliar los términos a favor del acusado una vez se realiza el
descubrimiento probatorio, pues tal argumento deja de lado que el derecho de
defensa se puede ejercer en etapas previas al juicio oral.
86Folio 5 del escrito de corrección de la demanda, Expediente D-13765.
39

Segundo, debido a que en el sistema penal acusatorio el papel de la defensa es


activo y, por lo tanto, le corresponde recaudar o solicitar material probatorio.
Así pues, los demandantes desconocen que en el nuevo proceso penal el papel
de la Fiscalía tiene especial énfasis en su carácter acusatorio. Esto quiere decir
que, a pesar de que le corresponde suministrar todos los elementos
probatorios o informaciones de que tenga noticia que sean favorables al
procesado (artículo 250 superior87), su rol en este modelo adversarial no le
impone la búsqueda de pruebas exculpatorias88. En efecto, corresponde al
imputado actuar con diligencia en la búsqueda de los elementos de convicción
a su alcance desde el momento en que es vinculado al proceso. Por esa razón,
los términos especiales previstos en las normas acusadas corren también a
favor del imputado, quien cuenta con más tiempo para recaudar pruebas de
descargo y preparar su defensa técnica y material en las tres circunstancias
previstas por las normas.

Tercero, por cuanto la indagación y la investigación no tienen como único fin


acusar al procesado. Al terminar cada una de estas etapas, la Fiscalía podría
optar también por archivar la actuación o solicitar la preclusión. Por lo tanto,
no es cierto que los términos establecidos para estas fases sólo beneficien al
ente acusador “al permitirle recolectar medios de convicción durante
términos muy amplios antes de imputar cargos”. Esto ocurre porque de la
etapa de investigación no se sigue, necesariamente, que la Fiscalía opte por
presentar acusación.

Cuarto, puesto que el principio de igualdad de armas no puede ser interpretado


como el derecho a que todos los tiempos para la defensa y la Fiscalía sean
idénticos. En efecto, tal y como se estableció en el fundamento jurídico 31 de
esta sentencia, este principio supone (i) la posibilidad de que los actores
cuenten con las mismas oportunidades para participar en el proceso, y (ii) la
necesidad de que la defensa y la Fiscalía tengan acceso al mismo material de
evidencia requerido para sustentar el debate en juicio.

87“ARTICULO 250. <Artículo modificado por el artículo 2 del Acto Legislativo No. 3 de 2002. El nuevo
texto es el siguiente:> La Fiscalía General de la Nación está obligada a adelantar el ejercicio de la acción
penal y realizar la investigación de los hechos que revistan las características de un delito que lleguen a su
conocimiento por medio de denuncia, petición especial, querella o de oficio, siempre y cuando medien
suficientes motivos y circunstancias fácticas que indiquen la posible existencia del mismo. No podrá, en
consecuencia, suspender, interrumpir, ni renunciar a la persecución penal, salvo en los casos que establezca
la ley para la aplicación del principio de oportunidad regulado dentro del marco de la política criminal del
Estado, el cual estará sometido al control de legalidad por parte del juez que ejerza las funciones de control
de garantías. Se exceptúan los delitos cometidos por Miembros de la Fuerza Pública en servicio activo y en
relación con el mismo servicio. (…)
En el evento de presentarse escrito de acusación, el Fiscal General o sus delegados deberán suministrar,
por conducto del juez de conocimiento, todos los elementos probatorios e informaciones de que tenga
noticia incluidos los que le sean favorables al procesado.” (Negrillas fuera del texto)
88En Sentencia C-1194 de 2005 (M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra) se dijo expresamente: “[d]e igual
manera, el nuevo sistema impone a la defensa una actitud diligente en la recolección de los elementos de
convicción a su alcance, pues ante el decaimiento del deber de recolección de pruebas exculpatorias a cargo
de la Fiscalía, fruto de la índole adversativa del proceso penal, la defensa está en el deber de recaudar por
cuenta propia el material probatorio de descargo”. (Negrillas fuera del texto original). La referencia al
decaimiento del deber de recolección de pruebas a la que aludió la Corte en esa sentencia ha sido reiterada
tanto por la Corte Constitucional (Sentencias C-536 de 2008, M.P. Jaime Araújo Rentería y C-069 de 2009,
M.P. Clara Inés Vargas Hernández), como por la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia (Sentencia del 18
de enero de 2017. M.P. Jorge Luis Barceló Camacho. SP179-2017. Radicación Nº 48216).
40

Así pues, no es cierto que, como lo indican los demandantes, el Legislador


decidió “ampliarle desmesuradamente los términos a la Fiscalía para que
arme el caso (…) y a la defensa no le [haya dado] ni un día de plazo
adicional para que prepare su teoría del caso y la plantee en la audiencia
preparatoria” . Esa censura parte de un entendimiento errado del principio de
igualdad de armas, porque asume que se trata de un trato matemáticamente
idéntico y no tiene en cuenta que se concreta en el hecho de tener
oportunidades, similares cualitativamente, de participar y defenderse en las
distintas etapas del proceso.

Por consiguiente, los incisos 2º del artículo 175 y 3º (parcial) del artículo 294
de la Ley 906 de 2004 no desconocen el derecho a la igualdad de armas. Por
el contrario, prevén plazos especiales que permiten recaudar elementos
probatorios, tanto a la Fiscalía como a la defensa. Por lo tanto, serán
declarados exequibles, por el cargo analizado.

Los incisos 2º del artículo 175 y 3º (parcial) del artículo 294 de la Ley 906
de 2004 no desconocen el derecho a tener un juicio sin dilaciones
injustificadas

41. Los demandantes consideran que los apartes acusados transgreden el


derecho a tener un juicio justo, sin dilaciones injustificadas 89. En concreto,
señalan que las prórrogas previstas en los artículos 175 y 294 son innecesarias
e injustificadas porque “(…) nada cambia para la Fiscalía entre la
formulación de imputación y la acusación. La defensa no está obligada entre
esas etapas procesales a descubrirle nada a la Fiscalía, por tanto, la Fiscalía
decide con base en sus propios medios de convicción si acusa o pide la
preclusión”90. Además, el ente acusador ha contado con un tiempo muy
amplio para adelantar la labor investigativa a su cargo. En ese sentido,
consideran que las normas otorgaron tiempos muy generosos y reiteradamente
ampliados en beneficio del ente acusador y, así, el Legislador excedió su
amplio margen de configuración porque previó plazos que desfavorecen al
procesado y afectan su posibilidad de defensa, a pesar de que aquellos
deberían ser equitativos para las partes.

42. Las normas acusadas prevén plazos especiales para que la Fiscalía formule
la acusación o solicite la preclusión (artículo 175) y, cuando se incumpla ese
plazo, para que el nuevo fiscal asignado formule la acusación o solicite la
preclusión (artículo 294). Se trata de términos mayores que aplican
únicamente bajo tres circunstancias especiales, a saber: (i) concurso de delitos,
(ii) tres o más imputados, o (iii) delitos de competencia de los Jueces Penales
de Circuito Especializados.

Folio 5 del escrito de corrección de demanda. Expediente D-13765.


89 Específicamente, alegan la violación de los artículos 29 y 93 de la Constitución, los artículos 9º –numeral 3º– y 14 –
numeral 3º, literal c– del PIDCP, y los artículos 7º –numeral 5º– y 8º –numeral 1º– de la CADH.
90Folio 8 del escrito de corrección de la demanda, Expediente D-13765.
41

La exposición de motivos del Proyecto de Ley Número 160/2010C, 164-


2010S91, que introdujo los textos acusados, explicó que la reforma a la Ley
906 de 2004 se sustentaba en la necesidad de aumentar la efectividad del
procedimiento penal, evitar la impunidad y mejorar el funcionamiento de la
justicia. En particular, se explicó que era necesario crear plazos más amplios
para que la Fiscalía formulara la acusación o solicitara la preclusión cuando se
tratara de concurso de delitos, tipos penales de competencia del juez del
circuito especializado y en los que participaran al menos 3 personas “(…) pues
en la actualidad al no existir estos términos la mayoría de las indagaciones
tardan en esta etapa 4 o 5 años, lo cual ha creado una sensación de que no
hay justicia en nuestro país”92.

La exposición de motivos deja ver que la modificación al CPP para extender


la etapa de indagación preliminar en circunstancias particulares estuvo
fundada en la necesidad de contar con un lapso más amplio para llevar a cabo
la investigación correspondiente, ante la imposibilidad de cumplir el plazo
previsto en las normas existentes y, a la vez, alcanzar los objetivos del
proceso penal y la justicia para las víctimas y la sociedad.

43. Las normas acusadas contemplan tres supuestos en los que la etapa de
investigación debe ser más amplia, a saber:

Primero, cuando se presente concurso de delitos. De conformidad con el


artículo 31 de la Ley 599 de 2000 “Por la cual se expide el Código Penal”,
éste se configura cuando, con una sola acción u omisión o con varias acciones
u omisiones, una persona infringe varias disposiciones de la ley penal o varias
veces la misma disposición. Esta circunstancia implica que la investigación
que adelante la Fiscalía versará sobre la comisión de conductas punibles
concurrentes.

Segundo, cuando sean tres o más los imputados, es decir, en el evento en que
varias personas concurran en la realización de la conducta punible.

En tercer lugar, cuando el juzgamiento de alguno de los delitos sea de


competencia de los jueces penales del circuito especializado. De acuerdo con
el artículo 35 del CPP, estos conocen de 32 tipos penales 93. Se trata de
91 Gaceta 737 del 5 de octubre de 2010.
92 Proyecto de Ley Número 164 de 2010-Senado (Gaceta 737 del 5 de octubre de 2010).
93ARTÍCULO 35. DE LOS JUECES PENALES DE CIRCUITO ESPECIALIZADOS. Los jueces penales de circuito
especializado conocen de:
1. Genocidio.// 2. Homicidio agravado según los numerales 8, 9 y 10 del artículo 104 del Código Penal. // 3. Lesiones
personales agravadas según los numerales 8, 9 y 10 del artículo 104 del Código Penal. // 4. Los delitos contra personas y
bienes protegidos por el Derecho Internacional Humanitario. // 5. Secuestro extorsivo o agravado según los numerales 6,
7, 11 y 16 del artículo 170 del Código Penal. // 6. Desaparición forzada. // 7. Apoderamiento de aeronaves, naves o medio
de transporte colectivo. // 8. Tortura. // 9. Desplazamiento forzado. // 10. Constreñimiento ilegal agravado según el
numeral 1 del artículo 183 del Código Penal. // 11. Constreñimiento para delinquir agravado según el numeral 1 del
artículo 185 del Código Penal. // 12. Hurto de hidrocarburos o sus derivados cuando se sustraigan de un oleoducto,
gasoducto, naftaducto o poliducto, o que se encuentren almacenados en fuentes inmediatas de abastecimiento o plantas
de bombeo. // 13. Extorsión en cuantía superior a quinientos (500) salarios mínimos legales mensuales vigentes. // 14.
Lavado de activos cuya cuantía sea o exceda de cien (100) salarios mínimos legales mensuales. // 15. Testaferrato cuya
cuantía sea o exceda de cien (100) salarios mínimos legales mensuales. // 16. Enriquecimiento ilícito de particulares
cuando el incremento patrimonial no justificado se derive en una u otra forma de las actividades delictivas a que se
refiere el presente artículo, cuya cuantía sea o exceda de cien (100) salarios mínimos legales mensuales. // 17. Concierto
para delinquir agravado según el inciso 2o. del artículo 340 del Código Penal. // 18. Entrenamiento para actividades
ilícitas. // 19. Terrorismo. // 20. <Numeral modificado por el artículo 24 de la Ley 1121 de 2006. El nuevo texto es el
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conductas que lesionan gravemente bienes jurídicos de enorme importancia


para el Estado Social de Derecho y que, por esa razón, merecen mayor
reproche social (como son el genocidio, la tortura, la desaparición y el
desplazamiento forzados, entre otros)94.

44. En ese orden de ideas, la Sala advierte que los plazos máximos asignados
para plantear la acusación o solicitar la preclusión no son dilatorios. En
particular, el derecho a un juicio sin dilaciones injustificadas se concreta en:
(i) la previsión de lapsos de carácter perentorio para adelantar las etapas o
actuaciones, y (ii) que no ocurra la prolongación indefinida del trámite. En
este caso, los términos consagrados en las normas acusadas no son dilatorios,
pues fijan un término perentorio que precisamente evita la prolongación
indefinida del trámite95.

Del mismo modo, los plazos no son arbitrarios pues están justificados en las
particularidades de los asuntos a investigar. Además, cabe recordar que, de
conformidad con el fundamento jurídico 27 de esta sentencia, la razonabilidad
de un plazo de investigación dentro del proceso penal está condicionada por:
(i) la naturaleza del delito imputado, naturaleza del delito (ii) el grado de
complejidad de su investigación, (iii) el número de sindicados, y (iv) los
efectos sociales que de este se desprendan. En este caso, las tres circunstancias
previstas por el Legislador para establecer plazos especiales se justifican en la
naturaleza de los delitos de competencia de los jueces penales especializados,
el número de sindicados y la dificultad que conlleva investigar concursos de
delitos y adelantar investigaciones contra tres o más personas.

Por consiguiente, los incisos 2º del artículo 175 y 3º (parcial) del artículo 294
de la Ley 906 de 2004 no desconocen el derecho a tener un juicio sin
dilaciones injustificadas. Por el contrario, prevén plazos especiales fundados
en causales objetivas y que, de acuerdo con los criterios reiterados por la
jurisprudencia de esta Corte, son razonables y salvaguardan las garantías
propias del proceso penal. Por lo tanto, serán declarados exequibles, por el
cargo analizado.

Conclusiones

siguiente:> Financiamiento del terrorismo y administración de recursos relacionados con actividades terroristas. // 21.
Instigación a delinquir con fines terroristas para los casos previstos en el inciso 2o. del artículo 348del Código Penal. //
22. Empleo o lanzamiento de sustancias u objetos peligrosos con fines terroristas. // 23. De los delitos señalados en el
artículo 366 del Código Penal. // 24. Empleo, producción y almacenamiento de minas antipersonales. // 25. Ayuda e
inducción al empleo, producción y transferencia de minas antipersonales. // 26. Corrupción de alimentos, productos
médicos o material profiláctico con fines terroristas. // 27. Conservación o financiación de plantaciones ilícitas cuando la
cantidad de plantas exceda de 8.000 unidades o la de semillas sobrepasen los 10.000 gramos. // 28. Delitos señalados en
el artículo 376 del Código Penal, agravados según el numeral 3 del artículo 384 del mismo código. // 29. Destinación
ilícita de muebles o inmuebles cuando la cantidad de droga elaborada, almacenada o transportada, vendida o usada, sea
igual a las cantidades a que se refiere el literal anterior. // 30. Delitos señalados en el artículo 382 del Código Penal
cuando su cantidad supere los cien (100) kilos o los cien (100) litros en caso de ser líquidos. // 31. Existencia,
construcción y utilización ilegal de pistas de aterrizaje. // 32. <Numeral adicionado por el artículo 22 de la Ley 985 de
2005. El nuevo texto es el siguiente:> Trata de Personas, cuando la conducta implique el traslado o transporte de
personas desde o hacia el exterior del país, o la acogida, recepción o captación de estas.
94 En la Sentencia C-544 de 2019 M.P Alejandro Linares Cantillo, la Corte estableció que los delitos de competencia de
los jueces penales del circuito especializado son particularmente graves y esa circunstancia hace que merezcan mayor
reproche social.
95 Sentencia T-518 de 2014 M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub.
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45. Del análisis realizado, se derivan las siguientes conclusiones:

(i) La Sala estudió la aptitud de los tres cargos propuestos por los
demandantes y comprobó que el cargo fundado en la violación del principio
de non bis in idem no cumplía con los requisitos de certeza, pertinencia y
suficiencia, y, por lo tanto, no superó el análisis de aptitud. Por esa razón, no
fue objeto de pronunciamiento en esta decisión.

Además, concluyó que la pretensión subsidiaria al primer cargo, dirigida


contra el inciso 2º del artículo 344 del CPP, fundada en la violación del
principio de igualdad de armas, tampoco era apta. En concreto, comprobó que
no cumplía con los requisitos de claridad, certeza y especificidad, y, por lo
tanto, tampoco fue objeto de pronunciamiento.

En relación con los cargos por violación al principio de igualdad de armas y al


derecho a un juicio sin dilaciones injustificadas, la Sala advirtió que los
accionantes edificaron el concepto de violación de la Carta con fundamento
en reproches de naturaleza constitucional, serios, objetivos y verificables, con
la suficiente entidad para producir una duda mínima y razonable sobre la
constitucionalidad de las normas acusadas. En consecuencia, procedió a
analizarlos.

(ii) El problema jurídico consistió en averiguar si la previsión de términos más


amplios para que la Fiscalía acuse o solicite la preclusión, cuando se presente
concurso de delitos, o sean tres o más los imputados, o se trate de delitos de
competencia de los Jueces Penales de Circuito Especializados vulneraba el
derecho al debido proceso sin dilaciones injustificadas y el principio de
igualdad de armas.

(iii)Para dar solución a la cuestión planteada, la Sala:

- Primero, se refirió a la jurisprudencia de la Corte sobre el sistema penal


acusatorio y el papel de la Fiscalía General de la Nación en el proceso penal.
Sobre este punto, determinó que el modelo acusatorio es un sistema de partes
en el que (i) la Fiscalía tiene un rol esencial en la etapa investigativa, y (ii) el
imputado ya no es un sujeto pasivo en el proceso, como lo era bajo el modelo
inquisitivo, sino que demanda su participación activa, incluso desde antes de
la formulación de la imputación.

- Segundo, aludió a la razonabilidad de los términos procesales como límite


a la libertad de configuración del Legislador en materia penal. En concreto,
concluyó que el derecho al debido proceso supone la garantía de que el
Legislador prevea términos judiciales y que aquellos sean razonables. La
razonabilidad del término está dada por la existencia de criterios objetivos,
que justifiquen su duración, como son: (i) la naturaleza del delito imputado,
(ii) el grado de complejidad de su investigación, (iii) el número de sindicados,
y (iv) los efectos sociales que de éste se desprendan.
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- Tercero, estudió el principio de igualdad de armas y la oportunidad para


recabar y descubrir pruebas en el proceso penal acusatorio. En relación con
este tema, estableció que el principio de igualdad de armas se concreta en dos
garantías distintas, a saber: (i) la posibilidad de que los actores cuenten con las
mismas oportunidades para participar en el proceso, y (ii) la necesidad de que
la defensa y la Fiscalía tengan acceso al mismo material de evidencia
requerido para sustentar el debate en juicio. De conformidad con la
jurisprudencia constitucional, el descubrimiento probatorio (que inicia con la
formulación de acusación) es el momento en el que, por excelencia, se realiza
el principio de igualdad de armas.

(iv)Posteriormente, estudió el cargo por violación al principio de igualdad de


armas. Indicó que las disposiciones demandadas, que consagran plazos
mayores a los previstos en la generalidad de los procesos penales para que la
Fiscalía acuse o solicite la preclusión cuando se presente una de tres
circunstancias96, no desconocen este principio, por cuatro razones:

Primero, porque la jurisprudencia ha establecido que el derecho de defensa no


tiene límite temporal y la persona puede ejercerlo incluso desde la indagación,
cuando tiene conocimiento de que es un presunto implicado en los hechos. En
ese sentido, los demandantes se equivocan cuando afirman que el plazo fijado
por las normas acusadas sólo beneficia a la Fiscalía y no a la defensa, pues
asumen que el procesado sólo ejerce el derecho de defensa a partir de la etapa
de juicio.

Segundo, debido a que en el sistema penal acusatorio el papel de la defensa es


activo y, por lo tanto, le corresponde recaudar o solicitar material probatorio.
Así pues, los demandantes desconocen que en el nuevo proceso penal el papel
de la Fiscalía tiene especial énfasis en su carácter acusatorio. Esto quiere decir
que, a pesar de que le corresponde suministrar todos los elementos
probatorios o informaciones de que tenga noticia que sean favorables al
procesado (artículo 250 superior), su rol en este modelo adversarial no le
impone la búsqueda de pruebas exculpatorias. En efecto, corresponde al
imputado actuar con diligencia en la recolección de los elementos de
convicción a su alcance desde el momento en que es vinculado al proceso.
Por esa razón, los términos especiales previstos en las normas acusadas corren
también a favor del imputado, quien cuenta con más tiempo para recaudar
pruebas exculpatorias y preparar su defensa técnica y material en las tres
circunstancias previstas por las normas.

Tercero, por cuanto la indagación y la investigación no tienen como único fin


acusar al procesado. Al terminar cada una de estas etapas, la Fiscalía podría
optar también por archivar la actuación o solicitar la preclusión. Por lo tanto,
no es cierto que los términos establecidos para estas fases sólo beneficien al
ente acusador “al permitirle recolectar medios de convicción durante
términos muy amplios antes de imputar cargos”. Esto ocurre porque de la

96 Caundo (i) se presente concurso de delitos, (ii) sean tres o más los imputados, o (iii) se trate de delitos de competencia
de los Jueces Penales de Circuito Especializados.
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etapa de investigación no se sigue, necesariamente, que la Fiscalía opte por


presentar acusación.

Cuarto, debido a que el principio de igualdad de armas no puede ser


interpretado como el derecho a que todos los tiempos para la defensa y la
Fiscalía sean idénticos. En efecto, este principio supone: (i) la posibilidad de
que los actores cuenten con las mismas oportunidades para participar en el
proceso, y (ii) la necesidad de que la defensa y la Fiscalía tengan acceso al
mismo material de evidencia requerido para sustentar el debate en juicio. Esta
censura parte de un entendimiento errado del principio de igualdad de armas,
porque asume que se trata de un trato equivalente y no tiene en cuenta que éste
se concreta en el hecho de tener oportunidades de participar y defenderse en
las distintas etapas del proceso.

Por consiguiente, los incisos 2º del artículo 175 y 3º (parcial) del artículo 294
de la Ley 906 de 2004 no desconocen el derecho a la igualdad de armas. Por
el contrario, prevén plazos especiales que permiten recaudar elementos
probatorios, tanto a la Fiscalía como a la defensa. Por lo tanto, serán
declarados exequibles, por dicho cargo analizado.

(v) Además, analizó el cargo fundado en el presunto desconocimiento del


derecho a tener un juicio sin dilaciones injustificadas, y concluyó que éste no
se desconocía debido a que los plazos máximos asignados para plantear la
acusación o solicitar la preclusión no son arbitrarios. En efecto, la previsión de
términos especiales en algunas circunstancias se justifica en la naturaleza de
los delitos de competencia de los jueces penales especializados, el número de
sindicados y la dificultad que conlleva investigar concursos de delitos y
adelantar investigaciones contra tres o más personas.

En ese sentido, las normas acusadas establecen plazos especiales fundados en


causales objetivas y que, de acuerdo con los criterios reiterados por la
jurisprudencia de esta Corte, son razonables y salvaguardan el derecho a tener
un juicio sin dilaciones injustificadas.

Por consiguiente, los incisos 2º del artículo 175 y 3º (parcial) del artículo 294
de la Ley 906 de 2004 no desconocen el derecho a tener un juicio sin
dilaciones injustificadas. Por el contrario, prevén plazos especiales
sustentados en causales objetivas y que, de acuerdo con los criterios
reiterados por la jurisprudencia de esta Corte, son razonables y salvaguardan
las garantías propias del proceso penal. Por lo tanto, serán declarados
exequibles, por el cargo analizado.

46. Conforme a lo expuesto, la Corte declarará exequibles los incisos 2º del


artículo 175 y 3º (parcial) del artículo 294 de la Ley 906 de 2004 “por la cual
se expide el Código de Procedimiento Penal”, por los cargos analizados en
esta sentencia.

VII. DECISIÓN
46

En mérito de lo expuesto, la Sala Plena de la Corte Constitucional de la


República de Colombia, administrando justicia en nombre del pueblo, y por
mandato de la Constitución,

RESUELVE:

Declarar EXEQUIBLES, por los cargos analizados en esta sentencia, los


incisos 2º del artículo 175 y 3º (parcial) del artículo 294 de la Ley 906 de 2004
“por la cual se expide el Código de Procedimiento Penal”.

Notifíquese, comuníquese y cúmplase.

ANTONIO JOSÉ LIZARAZO OCAMPO


Presidente

DIANA FAJARDO RIVERA


Magistrada
Con salvamento de voto

JORGE ENRIQUE IBÁÑEZ NAJAR


Magistrado

ALEJANDRO LINARES CANTILLO


Magistrado

PAOLA ANDREA MENESES MOSQUERA


Magistrada

GLORIA STELLA ORTIZ DELGADO


Magistrada

CRISTINA PARDO SCHLESINGER


Magistrada
Con impedimento aceptado
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JOSÉ FERNANDO REYES CUARTAS


Magistrado

ALBERTO ROJAS RÍOS


Magistrado

MARTHA VICTORIA SÁCHICA MÉNDEZ


Secretaria General

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