C-067-21
C-067-21
C-067-21
Magistrada ponente:
GLORIA STELLA ORTIZ DELGADO
SENTENCIA
I. ANTECEDENTES
1 Los demandantes formularon cargos por violación (i) del principio de igualdad de armas entre Fiscalía y defensa, (ii)
del derecho a tener un proceso público sin dilaciones injustificadas, (iii) del principio de presunción de inocencia, y (iv)
del principio de non bis in idem.
2
EL CONGRESO DE COLOMBIA
DECRETA:
(…)
ARTÍCULO 175. DURACIÓN DE LOS PROCEDIMIENTOS.
<Artículo modificado por el artículo 49 de la Ley 1453 de 2011. El
nuevo texto es el siguiente:> El término de que dispone la Fiscalía
para formular la acusación o solicitar la preclusión no podrá exceder
de noventa (90) días contados desde el día siguiente a la formulación
de la imputación, salvo lo previsto en el artículo 294 de este código.
(…)
(…)
III. LA DEMANDA
que la diferencia entre las partes para allegar los medios de convicción es
desproporcionada.
De otra parte, estiman que las normas son desproporcionadas porque se trata
de una ampliación que “(…) no hace gran diferencia para la Fiscalía, pero sí
desmejora mucho a la defensa (…) porque (…) tiene muy poco conocimiento
de los medios de convicción que usará la Fiscalía, ya que el descubrimiento
solo se hará en la audiencia de acusación” 9. En ese orden de ideas, los
artículos 175 y 294 aumentan el término para que la Fiscalía acuse pero no
extienden el plazo entre la acusación y la audiencia preparatoria a favor de la
defensa. En efecto, según el artículo 343 del Código de Procedimiento Penal
(en adelante CPP), el juez de conocimiento programa la audiencia preparatoria
entre 15 y 30 días después de la acusación, y ese término no tiene ninguna
prórroga que beneficie al procesado.
Según los demandantes, en el proceso oral acusatorio las partes son iguales y,
por lo tanto, actúan en igualdad de condiciones. No obstante, “(…) los
términos solo se dispusieron de manera que privilegiaran el accionar de la
Fiscalía, inclusive desmejorando las posibilidades de la defensa” 10, sin
ampliar los términos a favor de esta última. En ese sentido, indican que la
igualdad de las partes en el proceso penal oral se rompe en contra de la
defensa al otorgar tiempos tan generosos y reiteradamente ampliados en
beneficio del ente acusador. Por consiguiente, el Legislador excedió su amplio
margen de configuración porque previó plazos que desfavorecen al procesado
y afectan su posibilidad de defensa, a pesar de que aquellos deberían ser
equitativos para las partes.
En tercer lugar, sostienen que los artículos 175 y 294 violan el principio de
non bis in idem que, según ellos, significa “no dos veces por lo mismo”. En
efecto, el Legislador aumentó los términos a favor de la Fiscalía para
fortalecer su teoría del caso en tres oportunidades distintas y por las mismas
circunstancias, con el agravante de que no ocurrió lo mismo con los términos
con los que cuenta la defensa.
IV. INTERVENCIONES12
Para el caso particular de las normas acusadas, explica que la reforma de los
términos procesales a través de la Ley 1453 de 2011, que incluyó los apartes
acusados, obedeció a la necesidad de incrementar la efectividad del proceso
penal. Con ese propósito, el Legislador extendió los plazos para realizar
algunos procedimientos, como la investigación. Específicamente la
exposición de motivos del proyecto de ley 142/10S-174/10C explicó “(…) la
complejidad que representaba para el ente acusador elaborar el escrito de
acusación o decidir la solicitud de preclusión en el término original
De otra parte, señala que los términos previstos en las disposiciones acusadas
no son desproporcionados ni irrazonables, debido a que el ente acusador tiene
a su cargo recaudar toda la evidencia que le permita conocer los hechos
ilícitos acaecidos, identificar a la persona que será enjuiciada por la comisión
del delito y colegir su responsabilidad. Es decir, los plazos contenidos en los
apartes demandados no sólo benefician al ente acusador, sino también a la
defensa, a las víctimas y a la sociedad.
En tercer lugar, sostiene que los actores incurren en error al considerar que el
razonamiento de la Corte en la Sentencia C-252 del 2001, es aplicable al caso
analizado en esta oportunidad, como si se tratara de normas y circunstancias
similares o equiparables. En particular, esa decisión diferenció las normas
simplemente procesales de las que tienen contenido sustancial, y respecto de
estas últimas consideró que su aplicación debe atender el principio de
favorabilidad penal, en los términos del artículo 29 de la Constitución.
Sobre este punto, resalta que el contenido del principio de non bis in idem o
prohibición de doble incriminación difiere claramente del de favorabilidad. La
vulneración de este principio y derecho supone que concurran la identidad de
sujeto (misma persona física en dos procesos penales), objeto (idéntico hecho
o conducta a sancionar) y causa (igual motivo de inicio del proceso penal en
ambos casos). En consecuencia, indica que la extensión de los términos
otorgados a la Fiscalía para presentar la acusación o solicitar la preclusión en
nada se contrapone al non bis in idem, en tanto son plazos aplicables a
actuaciones en el proceso penal, antes del juicio oral y de proferir la
sentencia, de manera que la persona imputada no ha sido condenada ni
absuelta aún, pues no se ha llevado a cabo su juzgamiento. Menos aún podría
asegurarse que las disposiciones demandadas permitan un doble juicio por los
mismos hechos.
En cuarto lugar, hace referencia al inciso 2º del artículo 344 del CPP. Explica
que los actores no formularon un verdadero cargo de inconstitucionalidad que
sustente la presunta violación del principio de igualdad de armas, porque no
cumplieron los requisitos de especificidad, pertinencia y suficiencia previstos
por la jurisprudencia constitucional. En particular, los demandantes no
indicaron las razones por las que tal apartado contraría el artículo 29 de la
Constitución, pues la solicitud de inconstitucionalidad se formuló como
subsidiaria a la decisión sobre el inciso 2° del artículo 175 y como
consecuencia de la eventual declaratoria de exequibilidad. Sin embargo, no
identificaron, de manera concreta, en qué consiste el supuesto
desconocimiento del derecho de igualdad de armas y se limitaron a exponer
motivos de inconveniencia. Por esa razón, no plantearon un verdadero
problema de inconstitucionalidad.
Por último, pide que, en el caso de que la Corte decida pronunciarse de fondo
sobre la constitucionalidad de la frase del inciso 2° del artículo 344 del CPP,
se reitere que, según la Sentencia C-1194 del 2005, el descubrimiento
probatorio contemplado en esa disposición se prevé a favor del acusador y del
procesado y no en beneficio de uno solo de ellos.
10
Además, explica que los demandantes parten de una lectura errada de las
normas acusadas porque asumen que prevén “prórrogas” o “ampliaciones” de
los términos iniciales, como si se tratara de extensiones al plazo previsto. Por
el contrario, el Legislador estableció un tratamiento diferente para las etapas
de indagación e investigación de los procesos que versen sobre concursos de
delitos, tres o más imputados, o delitos de competencia de los jueces penales
del circuito especializado. Así pues, los apartes prevén un vencimiento más
largo en razón de la complejidad que tiene cada uno de esos asuntos. Por
consiguiente, no se trata de un mismo trámite que se amplía cuando a bien lo
tiene la Fiscalía, sino de procesos con características distintas. En el marco de
su libertad de configuración y de acuerdo con la política criminal, el
Legislador decidió dar un tratamiento desigual al fijar un plazo mayor para la
investigación.
En tercer lugar, sostiene que no se viola el derecho a tener un juicio justo sin
dilaciones injustificadas. En particular, indica que las normas demandadas
regulan procesos que tienen características disímiles. Concretamente, se trata
de casos de mayor complejidad y “(…) con sólo esa referencia, estaría
suficientemente sustentado que el Legislador prevea un término mayor para
llevar a cabo la investigación, dentro de su libertad configurativa” 17.
Además, explica que la indagación y la investigación no tienen como único
fin acusar al procesado, pues al terminar cada etapa la Fiscalía puede optar
también por archivar la actuación o solicitar la preclusión. Por lo tanto,
cuando los accionantes afirman que los términos establecidos para estas fases
sólo redundan en beneficio del ente acusador y en perjuicio del procesado,
proponen su apreciación personal y se alejan de la literalidad de las normas
acusadas.
En relación con el artículo 294, resalta que los demandantes dicen que los
términos más amplios previstos para el nuevo fiscal “no hacen gran
diferencia para la Fiscalía, pero sí desmejoran mucho la defensa”. Esto no
constituye un argumento jurídico, sino una visión personal de lo que es la
práctica del derecho. Ahora bien, si en gracia de discusión se aceptara como
válida esta percepción, lo cierto es que ni siquiera el término de noventa días
que fijó el Legislador para la investigación de los procesos comunes tendría
justificación, pues la defensa sólo conocería los elementos materiales
probatorios al momento de la acusación.
Sobre este punto, señala que el argumento sobre la inutilidad que tiene la
etapa de la investigación para la Fiscalía contradice el fundamento del cargo
por la supuesta violación del principio de igualdad de armas. En efecto, a
pesar de que los accionantes sostienen que la ampliación de términos es inane,
al mismo tiempo afirman que las normas demandadas constituyen un
privilegio exorbitante para el ente acusador, que siempre saldrá favorecido por
cualquier día de más que tenga para preparar su caso. Por esa razón, concluye
que “(…) la acción incoada por los demandantes no tiene la sindéresis
suficiente para construir argumentos serios e irrebatibles sobre la
inconstitucionalidad de las normas”18.
En ese sentido, indica que los demandantes asumen que sólo cuando la
Fiscalía descubre los medios de convicción recaudados, la defensa tiene el
conocimiento cierto de cómo deberá orientar su defensa. Sin embargo, ese
razonamiento no es cierto, pues desde el punto de vista jurídico y legal el
derecho de defensa no depende inescindiblemente del descubrimiento
probatorio.
Por último, hace referencia al inciso 2º del artículo 344 del CPP. Explica que
este cargo también se sustenta en apreciaciones subjetivas de los
demandantes. En particular, los actores no exponen por qué el apartado
acusado desconoce la prohibición de doble incriminación, el principio de
igualdad de armas y el derecho a un juicio sin dilaciones indebidas. Además,
tampoco proponen una oposición objetiva entre el texto normativo y el
artículo 29 de la Constitución, el artículo 14, numeral 3º, literal c, del PICDP,
y/o los artículos 7º, numeral 5º, y 8º, numeral 1º, de la CADH. La censura
contra esta disposición es incongruente, vaga y no tiene relación directa y
concreta con lo previsto en los artículos 175 y 294 del CPP.
En segundo lugar, en relación con el cargo por violación del derecho a tener
un proceso sin dilaciones injustificadas, sostiene que los términos previstos en
las normas demandadas se muestran razonables porque salvaguardan las
garantías propias del enjuiciamiento de una conducta punible. Estos plazos
especiales se justifican por la complejidad de la investigación de los delitos de
De otra parte, sostiene que el inciso 2º del artículo 344 desconoce el principio
de igualdad de armas porque la Fiscalía puede conocer los elementos
materiales probatorios antes del juicio y la parte acusada no tiene esa misma
potestad.
De otra parte, sostiene que el inciso 2º del artículo 344 desconoce el principio
de igualdad de armas debido a que “es altamente desventajoso para el
acusado, porque la fiscalía [sic] una vez ha conocido de los medios de
prueba que pretende hacer valer la defensa, tendrá la oportunidad y facilidad
de refutarlos”25.
En primer lugar, aclara que las tres censuras planteadas se sustentan en que la
ampliación de términos y la posibilidad de solicitar al juez que ordene a la
defensa la entrega de pruebas tienen como único objetivo favorecer a la
Fiscalía como parte en el proceso. Para la Procuraduría los cargos presentados
por los accionantes se derivan de una errónea interpretación de las normas,
según la cual la ampliación de los términos es caprichosa, no tiene sustento
legal ni fáctico y aplica de forma exclusiva para el ente acusador, en
detrimento de los derechos y garantías formales y sustanciales de los
procesados.
Sobre el particular, explica que los artículos 175 y 294 del CPP son normas
procesales que el Legislador creó en ejercicio de su amplia potestad de
configuración en materia penal y de política criminal. Se trata de
disposiciones que responden a la necesidad de diferenciar los procesos que
vinculan a un solo procesado por una única conducta, de aquellos que
implican el concurso de delitos o en los que participen tres o más imputados.
La justificación constitucional de esta determinación legal es la garantía
material del debido proceso y el derecho a la defensa de los procesados a
través de términos más amplios que permiten a la Fiscalía analizar los hechos
y “(…) determinar con el estándar de verdad que se exige en cada parte del
proceso, la responsabilidad individual” .
Además, resalta que los términos previstos en los preceptos acusados no son
exclusivos para el ente acusador, pues la defensa tiene las mismas
oportunidades para prepararse y recabar pruebas. De las disposiciones
demandadas no se desprende que la ampliación del plazo aplique de forma
especial y en beneficio de la Fiscalía, de manera que los reproches formulados
no tienen fundamento. En efecto, los actores ignoran la relación que existe
entre la ampliación de términos y el derecho al debido proceso y, por lo tanto,
la demanda carece del requisito de pertinencia.
De otra parte, indica que los términos contenidos en los artículos 175 y 294
del CPP son razonables y no comportan el desconocimiento del derecho a
tener un juicio sin dilaciones injustificadas. En particular, destaca que
aquellos no extienden el proceso penal de forma injustificada, sino que
buscan garantizar que “(…) la responsabilidad jurídica de los procesados sea
individualizada y con esto se protejan de forma efectiva sus derechos, pues no
Ibidem.
Folio 6 del concepto del Procurador, Expediente D-13765.
17
es lo mismo procesar a una persona que a tres o más, lo que exige del ente
acusador un esfuerzo adicional (…)”27.
De otra parte, los demandantes no justifican por qué las normas acusadas
tienen la virtualidad de afectar derechos y principios superiores. Por el
contrario, sus deducciones desconocen la naturaleza del proceso penal y el
alcance de los principios que invocan como vulnerados. Particularmente,
ignoran la importancia del juez en el proceso penal y su función
constitucional y legal consistente en garantizar un juicio justo que respete los
derechos y garantías fundamentales del procesado, y omiten la carga de la
Fiscalía de desvirtuar el principio de presunción de inocencia y los
requerimientos para poder desplegar la acción penal.
Por último, advierte que, en caso de que la Sala decida pronunciarse de fondo
sobre los cargos presentados, las disposiciones acusadas deben declararse
27 Folio 6 del concepto del Procurador, Expediente D-13765.
28 Folio 7 del concepto del Procurador, Expediente D-13765.
18
Competencia
Consideraciones preliminares
2. Los demandantes consideran que los apartes acusados de los artículos 175
y 294 del CPP son inconstitucionales porque a su juicio contradicen los
artículos 29 y 93 de la Constitución, los artículos 9º, numeral 3º, y 14,
numeral 3º, literal c, del PIDCP y los artículos 7º, numeral 5º, y 8º, numeral
1º, de la CADH. En particular, es posible identificar tres cargos distintos.
Primero, los ciudadanos estiman que los artículos 175 y 294 censurados
transgreden el principio de igualdad de armas porque prevén un término
desproporcionado para acusar o solicitar la preclusión. Específicamente dicen
que, con la ampliación de términos prevista en las normas acusadas, la Fiscalía
le resta posibilidades a la defensa de acudir al juez con los mismos medios de
persuasión, porque la diferencia entre los términos con los que cuentan las
partes para allegar los medios de convicción es desproporcionada.
Tercero, aducen que las disposiciones violan el principio de non bis in idem
que, según ellos, significa “no dos veces por lo mismo”, porque el Legislador
aumentó los términos a favor de la Fiscalía para fortalecer su teoría del caso
en tres oportunidades distintas y por las mismas circunstancias, con el
agravante de que no ocurrió lo mismo con los términos con los que cuenta la
defensa.
4. Por otra parte, tres ciudadanas piden a la Corte declarar inexequibles las
normas acusadas porque consideran que el hecho de que los imputados deban
esperar más tiempo para conocer la acusación (artículos 175 y 294) es
discriminatorio. Del mismo modo, afirman que, mientras que la Fiscalía
puede conocer los elementos materiales probatorios antes del juicio, la
defensa no tiene esa misma potestad y, por esa razón, las partes no cuentan
con las mismas oportunidades de defensa.
penales, como son aquellos en los que hay concurso de conductas, participan
varias personas, o se requiere un mayor plazo por la gravedad de las
conductas cometidas.
12. En el primer cargo, los ciudadanos indican que los artículos 175 y 294
censurados transgreden el principio de igualdad de armas porque prevén un
término desproporcionado para acusar o solicitar la preclusión. En particular,
dicen que con la ampliación de términos prevista en las normas acusadas, la
Fiscalía le resta posibilidades a la defensa de acudir al juez con los mismos
medios de persuasión, porque la diferencia entre los términos con los que
cuentan las partes para allegar los medios de convicción es desproporcionada.
13. De otra parte, el primer cargo presenta una solicitud subsidiaria, que
consiste en que, en caso de declarar la exequibilidad de los artículos 175 y
294, se declare inconstitucional el aparte del inciso 2º del artículo 344, se
igualen las armas procesales entre la Fiscalía y la defensa, y se “obligue” a la
primera a descubrir todos los elementos de convicción que pretenda hacer
valer en juicio, ya no en la audiencia de formulación de acusación, sino en la
audiencia de formulación de imputación.
16. En el segundo cargo, los demandantes sostienen que los apartes acusados
transgreden el derecho a tener un juicio justo, sin dilaciones injustificadas
debido a que, a pesar de que en el proceso oral acusatorio las partes son
iguales, las normas demandadas dispusieron prórrogas innecesarias e
injustificadas para privilegiar el accionar de la Fiscalía y desmejorar las
posibilidades de la defensa, quien no se beneficia con la ampliación de los
términos.
más amplios, que para los demandantes son inocuos, debido a que el ente
acusador cuenta con un término de indagación lo suficientemente amplio para
recaudar pruebas; es pertinente, porque de esta censura surge la oposición
objetiva entre las disposiciones acusadas y el contenido del artículo 29
superior, los artículos 9º, numeral 3º, y 14, numeral 3º, literal c, del PIDCP y
los artículos 7º, numeral 5º, y 8º, numeral 1º, de la CADH, que prevén el
derecho a tener un juicio sin dilaciones injustificadas, de manera que propone
un juicio abstracto de constitucionalidad; y es suficiente, porque genera duda
sobre la constitucionalidad de las disposiciones demandadas, como se explica
a continuación.
18. En el tercer cargo, los ciudadanos sostienen que los artículos 175 y 294
violan el principio de non bis in idem que, según ellos, significa “no dos veces
por lo mismo”. Lo anterior ocurre porque, en su criterio, el Legislador
prorrogó los términos a favor de la Fiscalía para fortalecer su teoría del caso
en tres oportunidades distintas y por las mismas circunstancias, con el
agravante de que no ocurrió lo mismo con el lapso con el que cuenta la
defensa.
Para justificar la aplicación del principio de non bis in idem a las normas
acusadas, afirman que en la Sentencia C-252 de 2001 la Corte concluyó que el
principio de favorabilidad en materia penal debe aplicarse a las normas
procesales sustanciales. Entonces, si este Tribunal precisó ese mandato en
relación con el principio de favorabilidad, los demandantes concluyen que la
prohibición del non bis in idem debe ser un límite a la configuración del
Legislador cuando profiere normas procesales penales.
19. Se evidencia que esta censura no satisface los presupuestos exigidos por el
artículo 2º del Decreto 2067 de 1991. En efecto, no es cierta, pues parte de un
entendimiento errado de las disposiciones acusadas, debido a que asume que
consagran “prórrogas”, a pesar de que prevén un término especial para tres
tipos de procesos, plazo que es más largo que aquel con el que cuenta la
Fiscalía para los demás trámites. Así pues, los accionantes se equivocan
44El argumento por analogía es un argumento inductivo en el que se hace una afirmación acerca de un evento o de un
objeto a partir de su similitud con otro evento u objeto. Las premisas que conforman el argumento analógico permiten
concluir que las similitudes entre ambos harán que, probablemente, una característica que uno posea, el otro también la
tenga. Sin embargo, las premisas no garantizan que la conclusión sea verdadera porque es lógicamente posible que el
objeto comparado no cumpla con la propiedad que se le adjudica. Ver, Páez, A. (2007). Conceptos Básicos de la Lógica.
En Introducción a la Lógica Moderna (1ª ed). Bogotá: Ediciones Uniandes.
45Folio 16 del escrito de corrección de la demanda, Expediente D-13765.
27
cuando señalan que los términos se “prorrogan” varias veces por las mismas
circunstancias, debido a que las normas acusadas no establecen una extensión
al término general, sino unos plazos específicos para ciertos tipos de procesos.
Sin embargo, ese argumento no es correcto por dos razones. Primero, porque
desde su definición el non bis in idem impone un límite al poder sancionatorio
del Estado, es decir, impide juzgar dos veces el mismo hecho. En ese orden de
ideas, se trata de un mandato que atañe estrictamente al derecho sustancial
porque evita que exista más de un juicio, de manera que no es aplicable a
normas que establecen términos procesales. Por lo tanto, el hecho de que los
demandantes sustenten el argumento en la Sentencia C-252 de 2001, según la
cual el principio de favorabilidad es aplicable a las normas procesales penales,
no basta para concluir que el principio de non bis in ídem, que es de carácter
sustancial, también sea aplicable a ese tipo de normas.
¿La previsión de términos más amplios para que la Fiscalía acuse o solicite la
preclusión, cuando se presente concurso de delitos, o sean tres o más los
imputados, o se trate de delitos de competencia de los Jueces Penales de
Circuito Especializados vulnera el derecho al debido proceso sin dilaciones
injustificadas y el principio de igualdad de armas?
47Sentencia C-252 de 2001 M.P. Carlos Gaviria Díaz.
29
24. De otra parte, la labor del defensor también se transformó, debido a que en
el sistema acusatorio la defensa tiene derecho a controvertir los elementos de
prueba presentados por la Fiscalía en contra del imputado. Con ese propósito,
está facultada para acceder a la evidencia, recolectar información y acudir a
los medios técnicos de que disponga el Estado. La jurisprudencia establece
que en este sistema penal el derecho de defensa surge desde que se tiene
conocimiento de que cursa un proceso en contra de una persona y sólo
culmina cuando se profiere una decisión judicial que la finaliza 55.
52 Ibidem.
53 Ibidem.
54 Ibidem.
55 Sentencias C-799 de 2005 M.P. Jaime Araújo Rentería y C-186 de 2008 M.P. Nilson Pinilla Pinilla.
56 Sentencia C-591 de 2005 M.P. Clara Inés Vargas Hernández.
57 Sentencia C-334 de 2013 M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub.
31
27. De otra parte, los artículos 2º, 150 y 229 de la Carta, otorgan al Congreso
de la República la facultad de regular procesos penales, establecer las formas
propias de cada juicio y fijar las reglas y condiciones para acceder a la
justicia59.
judiciales, establece los lineamientos del llamado “debido proceso legal”, que
consiste en el derecho de toda persona a ser oída, con las debidas garantías y
69 De conformidad con el artículo 93 de la Constitución Política, este instrumento, que consagra derechos humanos y que
ha ratificado Colombia mediante la Ley 16 de 1972, forma parte del bloque de constitucionalidad. En la sentencia C-252
de 2001, la Corte Constitucional señaló que los derechos fundamentales no son sólo los que se encuentran en la
Constitución, sino también los consagrados en instrumentos internacionales que vinculan al Estado colombiano, que
conforman el bloque de constitucionalidad y que, por tanto, son parte inescindible de la Constitución en sentido material.
70 Ratificado por Colombia el 29 de octubre de 1969.
71Sentencia C-411 de 1993 M.P. Carlos Gaviria Díaz, reiterada en las sentencias C-1154 de 2005 M.P. Manuel José
Cepeda Espinosa, C-127 de 2011 M.P. María Victoria Calle Correa, C-893 de 2012 M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez y
C-221 de 2017 M.P. José Antonio Cepeda Amarís.
72Ibidem.
33
Este mandato se materializa, por ejemplo, en el artículo 268 del CPP, que
prevé la posibilidad de que, durante la investigación, el imputado busque,
identifique empíricamente, recoja y embale los elementos materiales
probatorios y evidencia física y solicite “que sean examinados por el
respectivo laboratorio del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias
Forenses”. En la Sentencia C-536 de 200881 la Corte se pronunció sobre la
constitucionalidad de esta disposición y determinó que, si la norma se
interpretaba en el sentido de que la prueba sólo podía ser trasladada al
laboratorio del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, era
violatoria del principio de igualdad de armas, debido a que la entidad pública
encargada de examinarlo estaba adscrita al ente acusador. Así pues, la Corte
concluyó que la norma era constitucional en el entendido de que el imputado o
su defensor podrán trasladar los elementos materiales probatorios y evidencia
física a cualquier otro laboratorio público o privado, nacional o extranjero,
para su respectivo examen.
84 El artículo 332 de la Ley 906 de 2004 consagra las causales para solicitar la preclusión, así:
“ARTÍCULO 332. CAUSALES. El fiscal solicitará la preclusión en los siguientes casos:
1. Imposibilidad de iniciar o continuar el ejercicio de la acción penal.
2. Existencia de una causal que excluya la responsabilidad, de acuerdo con el Código Penal.
3. Inexistencia del hecho investigado.
4. Atipicidad del hecho investigado.
5. Ausencia de intervención del imputado en el hecho investigado.
6. Imposibilidad de desvirtuar la presunción de inocencia.
7. Vencimiento del término máximo previsto en el inciso segundo del artículo 294 del este código.
PARÁGRAFO. Durante el juzgamiento, de sobrevenir las causales contempladas en los numerales 1 y 3, el
fiscal, el Ministerio Público o la defensa, podrán solicitar al juez de conocimiento la preclusión.”
37
36. De otra parte, el artículo 294 se encuentra en el Libro II, Título III,
Capítulo único, sobre la Formulación de la imputación. La norma establece la
pérdida de competencia como sanción al fiscal que deja vencer el plazo de la
investigación (previsto en el artículo 175) sin formular acusación o solicitar la
preclusión. En ese caso, el nuevo funcionario asignado cuenta con un término
de 60 días para tomar la decisión que corresponda. Ese plazo es de 90 días
cuando (i) se presente concurso de delitos, (ii) sean tres o más los imputados,
o (iii) se trate de delitos de competencia de los Jueces Penales de Circuito
Especializados.
Los incisos 2º del artículo 175 y 3º (parcial) del artículo 294 de la Ley 906
de 2004 no desconocen el derecho a la igualdad de armas
38. En primer lugar, los accionantes indican que las disposiciones censuradas
transgreden el principio de igualdad de armas porque prevén un término
desproporcionado para acusar o solicitar la preclusión 85. En particular, dicen
85 Específicamente, alegan la violación de los artículos 29 y 93 de la Constitución, los artículos 9º –numeral 3º– y 14 –
numeral 3º, literal c– del PIDCP, y los artículos 7º –numeral 5º– y 8º –numeral 1º– de la CADH.
38
40. La Sala advierte que el hecho de que las normas consagren términos más
amplios para que la Fiscalía realice la investigación en las tres circunstancias
descritas, no desconoce el principio de igualdad de armas, por cuatro razones:
87“ARTICULO 250. <Artículo modificado por el artículo 2 del Acto Legislativo No. 3 de 2002. El nuevo
texto es el siguiente:> La Fiscalía General de la Nación está obligada a adelantar el ejercicio de la acción
penal y realizar la investigación de los hechos que revistan las características de un delito que lleguen a su
conocimiento por medio de denuncia, petición especial, querella o de oficio, siempre y cuando medien
suficientes motivos y circunstancias fácticas que indiquen la posible existencia del mismo. No podrá, en
consecuencia, suspender, interrumpir, ni renunciar a la persecución penal, salvo en los casos que establezca
la ley para la aplicación del principio de oportunidad regulado dentro del marco de la política criminal del
Estado, el cual estará sometido al control de legalidad por parte del juez que ejerza las funciones de control
de garantías. Se exceptúan los delitos cometidos por Miembros de la Fuerza Pública en servicio activo y en
relación con el mismo servicio. (…)
En el evento de presentarse escrito de acusación, el Fiscal General o sus delegados deberán suministrar,
por conducto del juez de conocimiento, todos los elementos probatorios e informaciones de que tenga
noticia incluidos los que le sean favorables al procesado.” (Negrillas fuera del texto)
88En Sentencia C-1194 de 2005 (M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra) se dijo expresamente: “[d]e igual
manera, el nuevo sistema impone a la defensa una actitud diligente en la recolección de los elementos de
convicción a su alcance, pues ante el decaimiento del deber de recolección de pruebas exculpatorias a cargo
de la Fiscalía, fruto de la índole adversativa del proceso penal, la defensa está en el deber de recaudar por
cuenta propia el material probatorio de descargo”. (Negrillas fuera del texto original). La referencia al
decaimiento del deber de recolección de pruebas a la que aludió la Corte en esa sentencia ha sido reiterada
tanto por la Corte Constitucional (Sentencias C-536 de 2008, M.P. Jaime Araújo Rentería y C-069 de 2009,
M.P. Clara Inés Vargas Hernández), como por la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia (Sentencia del 18
de enero de 2017. M.P. Jorge Luis Barceló Camacho. SP179-2017. Radicación Nº 48216).
40
Por consiguiente, los incisos 2º del artículo 175 y 3º (parcial) del artículo 294
de la Ley 906 de 2004 no desconocen el derecho a la igualdad de armas. Por
el contrario, prevén plazos especiales que permiten recaudar elementos
probatorios, tanto a la Fiscalía como a la defensa. Por lo tanto, serán
declarados exequibles, por el cargo analizado.
Los incisos 2º del artículo 175 y 3º (parcial) del artículo 294 de la Ley 906
de 2004 no desconocen el derecho a tener un juicio sin dilaciones
injustificadas
42. Las normas acusadas prevén plazos especiales para que la Fiscalía formule
la acusación o solicite la preclusión (artículo 175) y, cuando se incumpla ese
plazo, para que el nuevo fiscal asignado formule la acusación o solicite la
preclusión (artículo 294). Se trata de términos mayores que aplican
únicamente bajo tres circunstancias especiales, a saber: (i) concurso de delitos,
(ii) tres o más imputados, o (iii) delitos de competencia de los Jueces Penales
de Circuito Especializados.
43. Las normas acusadas contemplan tres supuestos en los que la etapa de
investigación debe ser más amplia, a saber:
Segundo, cuando sean tres o más los imputados, es decir, en el evento en que
varias personas concurran en la realización de la conducta punible.
44. En ese orden de ideas, la Sala advierte que los plazos máximos asignados
para plantear la acusación o solicitar la preclusión no son dilatorios. En
particular, el derecho a un juicio sin dilaciones injustificadas se concreta en:
(i) la previsión de lapsos de carácter perentorio para adelantar las etapas o
actuaciones, y (ii) que no ocurra la prolongación indefinida del trámite. En
este caso, los términos consagrados en las normas acusadas no son dilatorios,
pues fijan un término perentorio que precisamente evita la prolongación
indefinida del trámite95.
Del mismo modo, los plazos no son arbitrarios pues están justificados en las
particularidades de los asuntos a investigar. Además, cabe recordar que, de
conformidad con el fundamento jurídico 27 de esta sentencia, la razonabilidad
de un plazo de investigación dentro del proceso penal está condicionada por:
(i) la naturaleza del delito imputado, naturaleza del delito (ii) el grado de
complejidad de su investigación, (iii) el número de sindicados, y (iv) los
efectos sociales que de este se desprendan. En este caso, las tres circunstancias
previstas por el Legislador para establecer plazos especiales se justifican en la
naturaleza de los delitos de competencia de los jueces penales especializados,
el número de sindicados y la dificultad que conlleva investigar concursos de
delitos y adelantar investigaciones contra tres o más personas.
Por consiguiente, los incisos 2º del artículo 175 y 3º (parcial) del artículo 294
de la Ley 906 de 2004 no desconocen el derecho a tener un juicio sin
dilaciones injustificadas. Por el contrario, prevén plazos especiales fundados
en causales objetivas y que, de acuerdo con los criterios reiterados por la
jurisprudencia de esta Corte, son razonables y salvaguardan las garantías
propias del proceso penal. Por lo tanto, serán declarados exequibles, por el
cargo analizado.
Conclusiones
siguiente:> Financiamiento del terrorismo y administración de recursos relacionados con actividades terroristas. // 21.
Instigación a delinquir con fines terroristas para los casos previstos en el inciso 2o. del artículo 348del Código Penal. //
22. Empleo o lanzamiento de sustancias u objetos peligrosos con fines terroristas. // 23. De los delitos señalados en el
artículo 366 del Código Penal. // 24. Empleo, producción y almacenamiento de minas antipersonales. // 25. Ayuda e
inducción al empleo, producción y transferencia de minas antipersonales. // 26. Corrupción de alimentos, productos
médicos o material profiláctico con fines terroristas. // 27. Conservación o financiación de plantaciones ilícitas cuando la
cantidad de plantas exceda de 8.000 unidades o la de semillas sobrepasen los 10.000 gramos. // 28. Delitos señalados en
el artículo 376 del Código Penal, agravados según el numeral 3 del artículo 384 del mismo código. // 29. Destinación
ilícita de muebles o inmuebles cuando la cantidad de droga elaborada, almacenada o transportada, vendida o usada, sea
igual a las cantidades a que se refiere el literal anterior. // 30. Delitos señalados en el artículo 382 del Código Penal
cuando su cantidad supere los cien (100) kilos o los cien (100) litros en caso de ser líquidos. // 31. Existencia,
construcción y utilización ilegal de pistas de aterrizaje. // 32. <Numeral adicionado por el artículo 22 de la Ley 985 de
2005. El nuevo texto es el siguiente:> Trata de Personas, cuando la conducta implique el traslado o transporte de
personas desde o hacia el exterior del país, o la acogida, recepción o captación de estas.
94 En la Sentencia C-544 de 2019 M.P Alejandro Linares Cantillo, la Corte estableció que los delitos de competencia de
los jueces penales del circuito especializado son particularmente graves y esa circunstancia hace que merezcan mayor
reproche social.
95 Sentencia T-518 de 2014 M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub.
43
(i) La Sala estudió la aptitud de los tres cargos propuestos por los
demandantes y comprobó que el cargo fundado en la violación del principio
de non bis in idem no cumplía con los requisitos de certeza, pertinencia y
suficiencia, y, por lo tanto, no superó el análisis de aptitud. Por esa razón, no
fue objeto de pronunciamiento en esta decisión.
96 Caundo (i) se presente concurso de delitos, (ii) sean tres o más los imputados, o (iii) se trate de delitos de competencia
de los Jueces Penales de Circuito Especializados.
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Por consiguiente, los incisos 2º del artículo 175 y 3º (parcial) del artículo 294
de la Ley 906 de 2004 no desconocen el derecho a la igualdad de armas. Por
el contrario, prevén plazos especiales que permiten recaudar elementos
probatorios, tanto a la Fiscalía como a la defensa. Por lo tanto, serán
declarados exequibles, por dicho cargo analizado.
Por consiguiente, los incisos 2º del artículo 175 y 3º (parcial) del artículo 294
de la Ley 906 de 2004 no desconocen el derecho a tener un juicio sin
dilaciones injustificadas. Por el contrario, prevén plazos especiales
sustentados en causales objetivas y que, de acuerdo con los criterios
reiterados por la jurisprudencia de esta Corte, son razonables y salvaguardan
las garantías propias del proceso penal. Por lo tanto, serán declarados
exequibles, por el cargo analizado.
VII. DECISIÓN
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RESUELVE: