Rappaport 1992

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Textos legales e interpretación histórica: una etnografía andina de la lectura

Author(s): Joanne Rappaport


Source: Iberoamericana (1977-2000), 16. Jahrg., No. 3/4 (47/48), Autochtone Literaturen in
Lateinamerika / Literaturas autóctonas en América Latina (1992), pp. 67-81
Published by: Iberoamericana Editorial Vervuert
Stable URL: http://www.jstor.org/stable/41671327
Accessed: 31-01-2016 21:04 UTC

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JoanneRappaport

Textos legales e interpretación histórica:


una etnografía andina de la lectura1

Introducción
En la última década se ha desarrollado un vehementedebate entreantropólo-
gos, historiadoresy estudiosos de la literatura,para establecer si la alfabetiza-
ción señala o no la inauguraciónde un nuevo período en la evolución cultural.
Aquellos que proponenlo que Brian Stock (1990: 5-6) llama »teorías fuertes«,
investigadores como Goody (1977, 1986, 1987), Havelock (1986) y Ong
(1982), planteanque la alfabetizaciónha jugado un rol fundamentalen la trans-
formacióndel pensamientohumano,fomentandoel pensamientocríticoreque-
rido para emprenderactividades intelectualestales como la investigacióncien-
tíficao la interpretaciónhistórica.Otros, abogados de la »teoría débil«, sostie-
nen que sólo medianteel cuidadoso estudio de casos en su contextohistóricoy
de la documentaciónde la interacciónde los modos de comunicación orales y
escritos los investigadorespueden alcanzar un nivel de comprensióndel im-
pacto de la comunicación escrita en la cultura(Clanchy 1979; Finnegan 1988;
Schousbœ y Larsen 1989; Stock 1983; Street1984).
Mi interésestá centradoen la alfabetizaciónde los Andes, la manipulación
de la palabra escritapor un pueblo colonizado. En las tierrasaltas sudamerica-

1 La investigación
enlaquesebasaestetrabajofuedesarrollada
enCumbal (Narifto,
Colombia)yenarchi-
voscolombianos envarios
yecuatorianos períodosentre1986y1990.Se contó paraellaconelauspicio
delInstituto
Colombiano deAntropología
ydelDepartamento deAntropologíadelaUniversidaddelos
Andes (Bogotá).El trabajo
decampo fuesupervisado
porelCabildo delGran
Indígena Cumbal, conel
quesecompartieron todas
lastranscripciones
deentrevistas
ynotasdearchivos.El proyecto
hasidofi-
nanciado porlassiguientes
fuentes:
Council fortheInternational
ExchangeofScholars(Programapara
lasRepúblicas Americanas);National
Science Foundation(subvención nro.BNS-8602910) y Social
ScienceResearch Councilentre de1986yagosto
septiembre de1987.Fullbright-Hays
Postdoctoral
Fel-
lowship (DepartamentodeEducacióndelosEE.UU.)demayo a agostode1988.Wenner-Gren Founda-
tionforAnthropological
Researchdejunioa agosto
de1989.Universidad deMaryland,BaltimoreCoun-
tryDesignatedResearchInitiative
Fundsdeseptiembre a octubre
de1990. Enlarecolección
demateriales
dearchivo enColombia yenlarealización
deentrevistasorales
enCumbal, secontóconlaasistencia
de
LuzAngélica Mamián Guzmán,dePasto.Enlarecoleccióndematerialesdearchivo
enEcuador secontó
conla asistencia
deCristóbal
LandázuriysuscolegasdeMARKA, deHistoria
Instituto yAntropología
Andina Eduardo
(Quito). Archetti
yDavidGowleyeron lasprimeras deesteartículo
versiones ymepro-
veyeron devaliosos
comentarios.
HernánJulioVidalrealizó
lapresentetraducción
alcastellano.

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nas, cuatro siglos y medio de dominación europea han forzado a los pueblos
indígenas a apropiarseno sólo del alfabetolatino,sino tambiénde las conven-
ciones literarias,legales y filosóficaseuropeas. En este caso, sería una burda
simplificaciónplantearuna oposición arbitrariaentrela oralidad (indígena) y la
escritura(europea) (Adorno 1986; Harrison 1988). Del mismo modo, la atribu-
ción de primacía a la escrituraalfabéticaeuropea, sin tomaren cuenta los me-
dios por los cuales suplantaronotrasformasde expresión entrelos pueblos co-
lonizados, estaría negando la historiade la dominación del globo por los euro-
peos (Mignolo 1989; Stern 1982). Bajo tales circunstancias,la teoría»débil« es
el único acercamientoposible al estudio de la palabra escrita.
En este artículo,exploraréla interacciónentrelo oral y lo escrito y entredi-
versos géneros de escrituraen la construccióndel conocimientohistóricoen
una comunidad andina. Enfatizaréla multiplicidadde formas de expresión y
los modos en que interactúan,concentrándomeen particularsobre los funda-
mentoslegales de la comunicaciónescrita.Consideraréun ejemplo en el cual la
escrituraes el único medio permitidopara establecer comunicación con la so-
ciedad dominantey su sistemalegal. Sin embargo,como demostraré,la palabra
escrita no es generada en el vacío, sino que ha sufridoel impacto de diversos
modos de expresión escritos y orales. Es transcendiendo la diada orali-
dad/escritura,mediante la creación de una forma culturalmentedistintivade
escrituraque combine distintosgéneros,que los pueblos nativos andinos sub-
vierten- pero tambiénaceptan implícitamente- el rol que la palabra escritaha
jugado tradicionalmenteen el sistemade dominacióneuropeo.

Arboles y cuadernillos
En las laderas barridaspor el viento del cerro de Cumbal, inmediatamenteal
norte de la fronteracolombo-ecuatoriana,se encuentrael caserío disperso de
Cuetial. Los poco más de quinientosagricultoresindígenasque labranesas tier-
ras, sembrando papa y cebada a más de 3.000 metros de altura, recuerdan
como, a mediados del siglo XVIII, Miguel, Bernardoy Manuel Tarapués, caci-
ques de Nazate, le compraronCuetial a la familia Erazo. Esas tierrashabían
sido usurpadas por los Erazo a los indios, convirtiéndolasen una hacienda.
Hoy, más de 230 años más tarde,Cuetial formapartedel resguardo,la comuni-
dad indígena de propiedad comunal de Cumbal (pob. 9.000). Allí viven, como
pequeños propietarios,miembrosde la familia Tarapués, descendientesde los
trescaciques.
Los cuetiales y otros comuneros de Cumbal rememoranla historiade sus
antepasados Pasto medianteel recursomnemotécnicode los apodos. Los Tara-
pueses son divididos en »Eugenios««, »Ursulos« y »Alcántares«, llamados los

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tres »troncos« de la familia Tarapués. Néstor Tarapués, memoristao historia-
dor de la comunidad,recuerdacomo obtuvieronsus nombreslos trestroncos:
Esta hacienda la compraronlos señores Miguel Tarapués, BernardoTara-
pués, y Manuel Tarapués, los dos hermanosy el otroparticular,pero todos
fueronTarapueses. Los dos hermanosfueronMiguel y Bernardo,el otro
fixeTarapués, pero particular,como le estoy contando,que somos particu-
lares, pero Tarapués. Por ejemplo, como le dije yo, yo soy Tarapués con
todos los Ursulos, como le han dicho, Tarapués Ursulo, porque de Bernar-
do Tarapués hubo una hija que la llamado Ursulina,y de esa descendencia
venimos hasta aquí: por eso a nosotrosnos dicen Tarapueses Ursulos, por-
que nuestramadre bisabuela ha llamado Ursulina,hija de Bernardo.Y de
Miguel son los otros Tarapueses; los Eugenios son de Manuel [sic] ... Yo
dependo del primerárbol,que es don Bernardoy de él es doña Ursulina,y
de Miguel son los Eugenios, de Manuel son los Alcántaras,pero son tres
Tarapués.
De acuerdo a Don Néstor,la memoria de los trestroncoses conservada cui-
dadosamenteen cuadernosen los que se registrala genealogía Tarapués:
De esa descendencia había un cuaderno grande que habían hecho como
árboles. Que habían hecho tresárboles de los tresTarapueses, y estos iban
descendiendo,¿no?, del uno, del otro,y del otro,la descendencia,iban los
hijos, los nietos y las generaciones.
No es difícilimaginarcomo podrían ser esas genealogías, porque los docu-
mentosde la época colonial con frecuenciaconteníangenealogías de caciques,
escritasen prosa. Estas comenzaban en una figuracontemporáneay se remon-
taban en el tiempo hacia sus ancestros.Don Nicolás García Paspuel Tusa, Ca-
cique de Tusa (hoy San Gabriel) en el nortedel Carchi (Ecuador), preparóuno
de tales documentospara legitimarsu derecho al cacicazgo:
Don Nicolás Garcia Paspuel Tusa casique principal de los pueblos de
Tusa, Puntal, y Angel, jurisdicción de la Villa de San Miguel de Ybarra,
hijo legitimo y heredero de don Thomas Garcia Paspuel Tusa casique
principal que fue de dichos pueblos y nieto legitimo de don Sebastian
Garcia Paspuel Tusa y de doña Francisca Tusa, casiquez principalesque
fueronde dichos pueblos, ya difuntos.2
Es posible que las genealogías a las que se refiereDon Néstor sean linajes de
caciques de la época colonial, registradosen cuadernillos que las familias han

2 ArchivoNacionaldelEcuador,
Quito »Autos
(ANE/Q), deproclamadedonMatheoGarcia Tusa
Paspuel
paraelcacicazgo
delospueblosdeElAngel,
Puntal
yTusa,enlajurisdicción
delaVilladeIbarra«,
Ca-
caja35,vol.62,1771,
cicazgos, f.2r.

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retenidoen »archivos domésticos«3. Sin embargo, la mayoría de los cuetiales
nunca han visto tales cuadernillos,a los que María Isabel Tarapués llama ár-
boles. Los Eugenios, Ursulos y Alcántares,me contó, son las raíces de ese ár-
bol, renacidas del troncoTarapués.
Las genealogías, recuerdaDoña Isabel, estaban claramenteformuladasen el
papel: emplea el verbo reformarpara describirel trazado de los lazos genealó-
gicos. Sumando metáforasobre metáfora,Doña Isabel alude a la noción de
»renacimiento«,un símbolo comúnmenteutilizado en Cumbal para establecer
lazos con el pasado histórico.Por otro lado, se refierea la historiacomo a un
proceso que puede ser corregido o reformado,una noción central a la muy
prácticavisión del pasado que alimentalos esfuerzos contemporáneosy las re-
cuperaciones de tierrasen Cumbal. Allí, las haciendas que tradicionalmente
pertenecierona la comunidad y fueronusurpadas por no-indios,están siendo
ocupadas y reincorporadasal resguardo.4Esas metáforas,formalizadasy sim-
bólicamente cargadas, se encuentrandetrás del recurso mnemotécnicode los
apodos.
El conocimientohistóricoes clave para la conciencia étnica y los reclamos
de tierraen Cumbal. Pese a que, como veremos más adelante, las evidencias
del pasado son entresacadas de la documentaciónescrita, la memoria de los
eventos ha sido inscritaen la topografíade la comunidad. Cumbal está orga-
nizado en una serie de cinco franjasde territorioque constituyenlas tierrasde
seis veredas o secciones: Guan, Tasmag, Cuaical, Quilismal, Nazate-Cuetial y
Cuaspud. Cuaical y Quilismal compartenun territoriocomún, en el cual la ve-
reda de pertenenciaes definidapor lazos familiares.Las seis veredas se orde-
nan jerárquicamentede norestea sudoeste,comenzando por Guan y concluyen-
do con Cuaspud. Cada una de las veredas envía un representante(Regidor) al
cabildo indígena. Cada año, el Gobernadores elegido en una de las secciones,
avanzando en ordenjerárquico.5
Cuando don NéstorTarapués, el memorista,rememoralos trestroncosde los
Tarapueses, no depende solamentede la tradiciónoral de sus abuelos. En ella
se condensa la cronología históricaen un ordenamientode eventos que ocurrie-
ron de modo simultáneo,codificado en la geografía de Cumbal: los eventos
más tempranostienenlugaren Guan y los más recientesen Cuaspud. Don Nés-

3 Respectoa los»archivos
domésticos«
como fuente
deevidencia
histórica
enlaEspaña véaseBehar
rural,
(1986).
4 Enrelacióna lanocióndelos»renacientes«
yelconcepto
decorregir
lahistoria,
véaseRappaport
(1988).
5 La organizacióndelterritorio
enfranjas es unantiguo
paralelas modo andino
deorganización
espacial
(véase,
porejemplo,Wachtel Zuidema
1982, Albó(1982)documenta
1990). modelos
rotativos
bolivianos
similares
al empleadoenCumbal.La inscripción
incadeltiempoenlageografía
delCuzcoesestudiada
porZuidema Urton
(1982). (1990)describe
lecturas delpasado
contemporáneas enelespaciotopográfico
enlosAndes.

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tortambiénha leído los documentosdel siglo XVIII en los que se basa el relato
sobre los troncosTarapueses, en particular,los escritoslegales que los cumba-
les llaman Escritura 228 y la Real Provisión. Estos son los títuloscoloniales
que legitimanel estatus del resguardode Cumbal a ojos de la sociedad domi-
nantey las institucionesestatales.6Como en muchas otras comunidades indíge-
nas de Colombia (Rappaport 1990), la tradiciónoral y la documentaciónde los
archivos se alimentanmutuamente,impulsadas por la fuerza de la legislación
indígenanacional, de modo que es imposible hablar de una memoriaoral prís-
tina,no tocada por la tecnología de la escritura.

Una visita al archivo del cabildo


Como otros memoristas,Don Néstor Tarapués prestó servicios por muchos
años como secretariodel cabildo, preparandocuidadosamenteinventariosde la
documentaciónallí conservada. Cada una de las veredas de Cumbal está repre-
sentada en el archivo,con atados de documentosde usufructode sus territorios
respectivos.7Aquellos documentos que pertenecenal cabildo en general son
guardados en una sección llamada »Asuntos Varios«, que constituyela fuente
de recursos documentalesde la mayoría de los memoristas.Un inventariode
Asuntos Varios, realizado en 1935 por el secretario del cabildo, Benjamín
Cuaical, indica, en su misma organización, cuales son las prioridadesque los
memoristasestablecen entrevarias clases de documentaciónhistóricaescrita.8
Escrito en una clara caligrafía,en cuatrohojas de papel oficio liso, el inven-
tario incluye cincuentaítems,ordenados en trescolumnas que comprenden,de
izquierda a derecha,el númerodel ítem,su descripcióny su extensión.Si echa-
mos una mirada a los documentoslistados por Don Benjamín que aún existen
en el archivo,notamos que generalmenteestán escritosen grandeshojas plega-
das, a la manera de un cuaderno,cosidas juntas a modo de cuartillas.En el in-
ventariose las menciona como cudaernillos,el mismo nombreque se emplea a
veces para las genealogías de los Tarapueses.

6 Unacopiadela Escritura delresguardo,


228,título esconservadaenel archivo
delcabildo.El original
estáregistrado
enla oficinanotarial
dePasto: NotaríaPrimeradePasto(NP/P),»Expedientesobrelos
linderos
delResguardo delGran Cumbal«,Escritura
228,1908(1758).Sunombreesunresabio delcódi-
godelcambio desiglo,bajoelcualfueregistrado
en1908deacuerdoa laleycolombiana.
LaRealProvi-
sión, deunaserie
registro dedisputas
entreloscaciquesdeNazateyCumbal ylafamiliaErazo,contiene
unlistadomenos precisodeloslímites
delresguardo.Puedeserhallado
enla notaría
deIpiales:Notaría
PrimeradeIpiales(NP/I),
»Expedientesobreloslinderos
delresguardo
delGranCumbal«, Escritura
997,
1906(1712-58).Esllamado RealProvisión
porque eseeraelnombredelprocedimiento
legalcolonial
por
elcuallaCoronaespañola losderechos
garantizaba territoriales
deloscaciquescumbales.
7 Loscumbalesdistinguenentredocumentosdeusufructo, porelcabildo
otorgados yescriturasdepropie-
dadprivada.
Idealmente,estasúltimas
nodeberían existir
enunresguardo.
8 ArchivodelCabildo delGran
Indígena Cumbal, Nariflo
(A-CIGC/N), delaspiezas
»Inventario ymásdi-
almismo
pertenecientes
ligencias archivodelcabildo
delmismo año1935«,AsuntosVarios1935.

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Don Benjamín comienza con algunos de los ítemsdocumentalesmás signifi-
cativos para el cabildo, aquellos que son de consulta frencuenteo de mayor
importanciasimbólica. Principalentreellos es la Ley 89 de 1890, que estipula
como deben organizarse y administrarselos resguardos.Juntoa ella aparecen
numerosos cuadernillos conteniendoexpedientesjudiciales y títulos del siglo
XIX. Esos documentosse refierena tierrasque cuarentaaños más tardeserían
recuperadaspor el cabildo, encabezado, entreotros,por dos de los hijos de Don
Benjamín, Valentín y Salomón Cuaical. También en Asuntos Varios hay una
copia del títulodel resguardobajo la formade la Real Provisión; copias de va-
rios documentoscoloniales originadospor la Corona y hallados en los archivos
judiciales de Ipiales y un cuadernilloque documentala expansión de los mesti-
zos del pueblo sobre el asentamientoactual del pueblo de Cumbal.9 Ninguno
de estos documentoses particularmente antiguo; los originales coloniales que
poseyeron los caciques de Cumbal fueron empleados como evidencia legal du-
rantelas batallas judiciales de los últimostres siglos y de ese modo, perdidos
por el cabildo.10
A continuación,en la lista de los ítems más significativoscontenidosen el
inventario,se encuentranalgo más de treintadocumentos emanados del go-
bierno,incluyendocopias de leyes y resoluciones remitidasal cabildo, así co-
mo una cantidad de censos y otros documentosredactados por el cabildo para
la administraciónmunicipal o nacional. El inventarioconcluye con materiales
documentales producidos por el cabildo para uso interno:los libros de devo-
ción, que registranlos priostesde las fiestasentre1919 y 1961; los nombresde
miembrosde la comunidad que habían cumplido su semana de trabajo obliga-
toriapara la autoridadmunicipal y una serie de cuadernos conteniendorésolu-

9 LaLey89hasidopublicada enColombia(1983:57-64).Ladocumentaciónsobrelastierras
recuperadas,
incluyendounacopiadeNP/I, delostítulos
»Protocolización queposeenlosindígenasdeCumbal enlos
denominados
terrenos LlanodePiedras,
ConsueloyCuaspud«, Escritura
131,1892(1883), f.424,esde-
nominadaenelarchivo delcabildo
»Amparo 131de1922«. Estadenominación
sedebeprobablemente a
quelasautoridadesdelresguardo unacopiadelexpediente
solicitaron eneseaño.En1923Cumbal fue
porunterremoto,
devastada ymestizos
delpueblofundaron unnuevo entierras
asentamiento comunales
depastoreo alcabildo,
pertenecientes suocupación
justificando deesosterrenos
porreferenciaa decretos
Recién
gubernamentales. en1975elLlanodePiedrasfuerecuperado porelcabildo,
anunciandolapolíti-
ca derecuperación quehacaracterizado
detierras a la comunidad desdeentonces.La documentación
mestizo
al asentamiento
respecto estácontenida
enAsuntos Varios,enunatadoquellevaelsiguiente tí-
»(9)Contiene
tulo: elexpediente No.2°dictado
delaResolución porelConcejoMunicipal sobreArea de
constante
Poblacion enfojas29,nro.
212,año1919;Aquicontiene trescuadernillos
deareadepoblación
losdosde1920yelultimo de1924enfojas20«.
10 LaEscritura228,unaversión deltítulo
másprecisa deCumbal, enladécada
fuedescubierta de1970, por
noaparece
lotanto deDon-Benjamín.
enelinventario Unbuen ejemplodelaincorporacióndedocumen-
mástemprana
tación eselcuerpo
dejuicios
enexpedientes deevidenciapresentadoporloscaciques de
Tuzaensudisputa dePuntal
conlosjefeshereditarios (hoyBolívar,Ecuador)portierras maiceras:
ANE/Q, »Títulos
yynstrumentosdelosyndiosycasiques delpueblodeTusasobrelapropiedad devnas
tierras«,
Cacicazgos, 1792.
caja3 (Carchi),

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ciones y copias de comunicaciones redactadas por el cabildo.11 La gran
mayoríade estos ítemsfue producida en las décadas de 1920 y 1930, época en
la que la primerageneraciónde jóvenes con educación escolar, como Benjamín
Cuaical, estuvo disponiblepara prestarservicios en el cabildo y comenzó a ge-
nerarla documentación,escasamente consultada alguna vez, que aún se con-
serva en los anaqueles del archivo.
El orden en que Don Benjamín listó los contenidos del archivo en su inven-
tario nos muestracómo contemplaba la historia de su comunidad. Las voces
del pasado distante,sean indígenas o europeas, revistenla mayor importancia,
debido a que los documentos coloniales legitimanel reclamo comunitarioal
estatusde resguardo.No son tan importanteslas leyes y decretosde comienzos
del siglo XX, que reflejanla relación de Cumbal con la sociedad dominante,
pues no son válidos como evidencia en juicio. De menor importanciason las
voces indígenas relativamenterecientes,que constituyenuna fuentede infor-
mación sobre la historiade los procesos políticos locales, tal como se evidencia
en las disputas de tierrasinternaso en la designación de los »fiesteros«o prio-
stes. La historiaideal articuladaen el inventarioestá, sin embargo, reñida con
el alcance del conocimiento de los memoristas.La utilidad y novedad de las
historiasdel memoristaBenjamín Cuaical provienenprecisamentede su mane-
jo de la informacióncontenidaen las dos categoríasmenos favorecidas(Rappa-
port,s.f.a.).

Una lectura cumbal de los documentos coloniales


La lectura de los memoristasde la Escritura228, de la Real Provisión o de
cualquier otro de los documentoscontenidosen el archivo,no es idéntica a la
que podría hacer un historiadorde formaciónuniversitaria.Las prioridadesde
los historiadoresindígenas pueden ser establecidas tomando en consideración
las notas insertadaspor los cabildos contemporáneosal margen de la copia
escritaa máquina de la Escritura228 conservada en el archivo.
La Escritura228, como otros documentos coloniales, es una amalgama de
distintosregistros,incluyendomúltiplestestimoniosde caciques locales y resi-
dentes no indígenas del área. Muchos de ellos prestarontestimonioen lengua
pasto, por medio de intérpretesespañoles. Esas traducciones reemplazan al
texto original pasto en los expedientes.12La Escritura228 incorporatambién

11 Porejemplo,ACIGC/N,»Libro deactasdedevociones
copiador dela iglesia
habierto
el 19deabril
de
1919«, »Libros
1919-25; dedevociones
copiadores abierto
porelcabildodelañode1928«, 1961.
12 La lengua
pasto a comienzos
desapareció delsigloXIX,demodo talqueaúncuando lostestimonios
de
loscaciques
hubieran
sidoregistrados
enpasto,loscumbales
contemporáneos nopodríanentenderlo.
Esto
confirma,
entonces, delsigloXXtienen
queloslectores accesoa unainterprectación unfiltro
española,
adicional
a sucomprensión
deloseventos
delsigloXVIII(véase s.f.b.).
Rappaport,

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actas levantadas en ceremoniasde posesión de tierrasy citaciones de testigos-
y sus testimonios-, de consideracionesjudiciales y de investigacionespresen-
tadas en los litigios. También incluye copias de documentosanteriores,espe-
cialmenteamparos o Reales Cédulas del siglo XVII que conceden a los indios
autonomía territorial. JamesLockhartsubrayala polifonía de estos documentos
en la siguientecita:
La noción de 'título'en el mundo colonial español iba más allá del con-
cepto de una simple escritura.Un títulopleno - fuese de tierras,territorio
o jurisdicción - involucraba no sólo una merced o venta original, sino
tambiénuna investigaciónin situ para consultara terceraspartes y ver si
la situación era como se la había presentadoy, finalmente,formalizarel
acto de entregay toma de posesión. Sólo entoncesla merced o venta,has-
ta ese momentomeramentevirtualo hipotética,entraba en vigencia. Un
notarioespañol debía llevar un registroconstantede todo el procedimien-
to, repetidamentefirmadopor oficiales y testigos.Ese registro,adjuntado
a la merced, orden, o documento original,constituíael título. (Lockhart
1982: 371)
Las anotaciones del cabildo contenidasen la transcripciónescritaa máquina
de la Escritura228 subrayanlo que resulta evidente cuando escuchamos los
relatos de los memoristas.Lo que se recuerdade los títuloscoloniales son los
nombres de los caciques y autoridades españolas; las fechas de los primeros
amparos; el listado de los mojones y las descripciones de las ceremonias por
medio de las cuales se dio posesión legal a los indios. Todos esos aspectos apa-
recen señalados con asteriscos,subrayados o destacados de algún modo en la
copia del títuloque se encuentraen el cabildo. Una lecturacronológica cuida-
dosa de los procedimientospor medio de los cuales los caciques adquirían o
ganaban derechos sobre la tierraen el juicio no pasó del registroescrito a la
memoriaoral.
Una interesantecarta, escrita al Ministeriode Minas por Agustín Colimba,
secretariodel cabildo en 1950, en protestapor las iniciativasdel gobiernopor
ceder derechos sobre los yacimientosde azufre del cerro de Cumbal a contra-
tistasextranjeros,ilustracómo la evidencia históricaescritaes interpretada por
los memoristasde Cumbal.13 En ella, Colimba hace referenciaa documenta-
ción colonial en un formatolegal, incluyendocitas constantesde la reciente
ley.
Pese a que el secretarioColimba se ajusta a convenciones de escrituralegal
en su manera de organizarla documentaciónhistórica,al mismo tiempo sub-

13 ACIGC/N, decartas
»Borradores delCabildo
al Ministerio
deMinas,
sobre
losyacimientos
deazufre
del
Cerro Asuntos
deCumbal«, Varios
1950.

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viertelas mismas convenciones en su selección de la evidencia (Digges y Ra-
ppaport,s.f.). Por ejemplo, justificalos reclamos del cabildo mediantereferen-
cias a ritualesde legitimaciónde derechos sobre la tierrade la época colonial,
citandola Real Provisiónde modo ideosincrático:
- Y por una y otra vez el Capitán de InfanteríaEspañola, y Alcalde de
JUSTICIA MAYOR DE LOS PASTOS, Don MAURICIO Muñoz de
Ayala en comisión de la REAL AUDIENCIA DE SAN FANCISCO DE
QUITO refrendóla posesión, la hizo buena, y otrotantohizo bueno el do-
minio a los cuatro caciques TAPIES del globo de tierrasen cuyo centro
vino a destacarse como ima pirámide el volcán de nombre EL
CUMBAL.14
Don Agustín sigue detallando la ceremonia de posesión de la tierraen su
carta,aludiendo en particulara la corona de oro que Muñoz de Ayala supues-
tamenteceñía, pero más posiblementerepresentaba:
HECHO lo cual pacientementede la linderacióna que fueronllamados los
demás pueblos, el Capitán de InfanteríaEspañola se puso de rodilla en la
pampa, y luego ciñéndose la corona de oro de su rey,su señor natural,en
alta voz hizo entrega de la tierraen su tenencia, en su posesión, en su
mismo dominio a los caciques, representantesgenuinos de sus pueblos de
CUMBAL.15
La metáforade la corona es empleada por los cumbales para referirsea su
títulocolonial; a las tierrasrecuperadas;a su mítico cacique Cumbe y a la vara
de mando llevada por el cabildo. (Rappaport 1988)
La insistenciarespecto a la ceremonia de toma de posesión como evidencia
de los derechos indígenas recuerda el énfasis que los narradoresde historias
contemporáneosde Cumbal ponen en ceremonias similares,destinadasa confe-
rirderechos de usufructoa pequeños propietariosmodernos.Las palabras que
acompañan al ritual contemporáneo- que también son registradas,de modo
textual,en las actas coloniales - son repetidascomo diálogo en los relatos de
las hazañas de los caciques coloniales:
Y vino [Mauricio Muñóz de Ayala, Alcalde Mayor de los Pastos] a una
inspección de quince días en ese año mismo de 1758, el cual recorrieron
los linderos con Juan Tapia, así la familia Tapia los de aquí nativos. Y
dentrode los quince días dió la posesión que dice y significa que hasta
ahora nuestro cabildo o mi persona como presidenteque me ha tocado

14 Ibíd,
f.S.
15 Ibíd.

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declarar abiertoel acto para dar las posesiones a los indígenas como usu-
fructuariosde sus tierraso de sus parcelas. Es que dijo Mauricio Muñoz
de Ayala: En nombrede la República de Colombia y por autoridadde la
ley os doy posesión real, formaly materiala los indios e indias, chinas y
chinos de aquí de la parcialidad del Gran Cumbal.
Pese a que los límitesdel resguardoconstituyenlo esencial de los argumen-
tos de recuperaciónde tierras,son conocidos por todos y están cuidadosamente
registradosen el títulocolonial, las cartas y relatos de los indígenas raramente
incluyensu enumeraciónu otroscontenidosde la Real Provisión.
Por otraparte,los detalles entresacadosde documentoscoloniales están yux-
tapuestoscon reminiscenciaspersonales de la explotación de hielo y azufredel
cerro de Cumbal. La carta de autoría de Colimba, por ejemplo, hace especial
referenciaa un lugar llamado »El Liadero«. Allí, nieveros y azufreros,como
son llamados los que extraenesos recursos,cargaban sus mercancíasa lomo de
caballos. Este tipo de inscripciónde la memoria en el espacio crea un mapa
mental de las operaciones físicas necesarias para moverse de un lugar a otro.
(De Certeau 1984)16
Tenemos aquí una transposiciónde modos orales de memoria a la forma
escrita. La historia,tal como es codificada en la topografía,es volcada en la
escrituramediante concisas referenciasa sitios geográficos. En ese sentido,
constituyenun reconocimientode las convenciones narrativasde los memoris-
tas, quienes siempreyuxtaponenreferenciashistóricasde la colonia y reminis-
cencias personales de la vida cotidiana (Rappaport,s.f.a.). El autor de la carta
salta del relatode una ceremoniade toma de posesión colonial a la memoriare-
ciente de los nieveros del cerrode Cumbal.
Pueden observarse convenciones similares en los folletospolíticos contem-
poráneos. En ellos, los títuloscoloniales son empleados de un modo que re-
cuerda los escritoslegales, tales como la cartadel cabildo de 1950. En otraspa-
labras, los folletos citan documentoscomo evidencia que justifica las afirma-
ciones que contienen. Pero esos textos, redactados en un lenguaje militante,
también yuxtaponeninformaciónde diversas épocas, condensando la historia
del pasado distanteen el medio más familiarde la memoria cotidiana. De ese
modo, después de mencionarla existencia del títulodel resguardoy de otros
documentoscoloniales relevantesy de enfatizarlos derechos legales codifica-
dos en la Ley 89 de 1890, los escritoresindígenas contemporáneosdescriben,

16 Otros delcenodeCumbal
lugares evocantambién
recuerdos deltrabajo
personales enactividades
ex-
tractivas.
Muchos delosviejos
azufreros, recuerdan
porejemplo, haber
empleado decuero
zapatos de
confección
casera lospiesdelasagudas
paraproteger rocasdela montaña.
Dadoqueesecalzadoera
sumamenteincómodo,lamayoría hasta
esperaba elúltimo
momento £1lugar
paraponérselo. enla mon-
taña
enquelasrocassevuelven
tanagudas esindispensable
queesecalzado esllamando
»ElCalzadero
«.

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con un detalle considerablementemayor, las actividades de subsistencia que
conocierona travésde las historiasde sus abuelos. Nuevamente,las referencias
históricasson seleccionadas de acuerdo a las constriccioneslegales para luego
ser contextualizadas en la descripción de experiencias recientes. Las fuentes
orales y escritas,las memorias históricay contemporáneason comprimidasen
una peculiar versióncumbal del pasado.

Oralidad y escritura
En Cumbal, como en otras sociedades contemporáneas,una vez que la palabra
escrita se vuelve un medio de comunicación aceptable, resultadifícilcontrastar
oralidad y escrituracomo órdenes opuestos. Ambos se pliegan uno sobre el
otro,como elocuentementeexplica Brian Stock:
El advenimientodel alfabetoanuncia un nuevo estilo de reflexión.Los in-
dividuos están al tantode lo que está ocurriendoy esa conciencia influen-
cia el modo en que piensan acerca de como era la comunicación antes de
la escritura.Un pasado oral, que nunca existió,puede ser traídoa la vida y
dar a las tradicionesuna prehistorialegendaria cuando no tienenmás que
un par de generacionesde antigüedad.(Stock 1990: 7)
Ese es claramenteel caso de Cumbal, donde lo que los antropólogosllaman
»mito« ha sido generado mediante la apropiación reciente de documentos
escritos.
Un buen ejemplo es la referenciaen la carta de Agustín Colimba a Don
Mauricio Muñóz de Ayala, el Capitán de infanteríaespañol mencionado en el
títulocolonial de Cumbal. Este adquiere una estaturamitológica en el trazo de
la pluma de Colimba. Mucho más grande es el cacique Cumbe, una figura
creada a partirde la combinación de caciques coloniales citados en los docu-
mentos. Pese a que existieronimportantesseñores étnicos llamados Cumbal,
Cumbe, quien se dice que gobernaba en tiempos de la invasión española, no es
mencionado en los documentos coloniales. Nadie en Cumbal sabe mucho
acerca de él, sólo que fue su ancestro.
Stock va más allá, para sugerirque »alternativamente,una tradiciónescrita,
subproductode amenazas recientesa la preservaciónde textosverbales, puede
ser presentadacomo eterna« (ibid.). De ese modo, por ejemplo, en una canción
escrita por Valentín Cuaical, fue el cacique Cumbe quien dio el títulode res-
guardo a los cumbales, aunque éste es realmenteproducto de una disputa con
terratenientes españoles a finesde la colonia:
Largo tiempoestuvierontus tierrasen las manos de un hombretirano.
Hoy tu raza reclama esa tierraporque escritodejaste un papel.

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¡El cacique Cumbe tendráque venir!
Porque es de San Pedro, de nuestroCumbal,
Donde dejó escritala Corona Real.
Aquí, la escrituramisma deviene mítica o primordial,concedida a la comu-
nidad por su jefe mítico y transformadade textoconvencional en un objeto de
reverencia:la Corona Real.
Pese a que, en el caso de Cumbal, para comprenderla relación entrelo oral y
lo literario,es útil comparar fuentesescritas coloniales con la tradiciónoral
contemporánea, éstas no constituyen categorías claramente distinguibles.
Como concluye Stock:
En áreas como ésta, lo oral y lo escritono operan sólo en el mundo exte-
rior.También provocan reacciones subjetivas.Nos proveen de visiones de
un sistema de representacionesmentales en el cual »oralidad« y »escri-
tura«juegan los roles de categoríasque clasificanuna amplia variedad de
convenciones sociales que tienenpoco o nada que ver con el hecho de que
sean escritasu orales. (Ibíd.)
Dada tal situación,es más fértilexaminarun amplio rango de géneros,sean
literarios,orales o no verbales,dado que todos ellos interactúanpara dar forma
a la interpretaciónde la experiencia. La polifonía de la historiade Cumbal es
de hecho considerable.
Por un lado, están los múltiplesgéneros literariosa los que los memoristas
acuden para construirsus historias.En primerlugar, el registrohistóricocolo-
nial, en particular,los títulosde tierrasy los expedientesde disputas sobre ca-
cicazgos y las genealogías de caciques transcriptasen cuadernos. Como hemos
visto, la construcciónde estos documentoses estratificada,productode múlti-
ples autores y numerosos escribientes que operaron a lo largo de varios
siglos.17 Más aún, a la documentacióncolonial se superponencomentariosy
agregados de la época republicana,en un palimpsesto en continuoproceso de
creación.
La lecturade documentosdel siglo XVIII es realizada sólo como recursoa
un segundo corpus de expresión escrita,el registrolegal de la época republi-
cana, el cual estipula qué documentoscoloniales pueden ser utilizados para le-
gitimarlos reclamos indígenas. Por esta razón, los cumbales contemporáneos
frecuentemente confundensu títulocolonial con la Ley 89 de 1890, la ley de
los resguardos.

17 Unadelascaracterísticas
fundamentales a lostextos
quedistingue deotrotipodetextos
legales es el
hechodequeposeen losquenonecesariamente
autores,
múltiples hablan
porsímismos,
sinoennombre
delaleyengeneral 1991).
(Vining

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Un tercergrupo de documentos provee una fuente más inmediata de ex-
periencia histórica:los contenidos del archivo del cabildo, que incluyendesde
los comunicados de las autoridadesmunicipales a la documentaciónproducida
por el cabildo hacia el cambio de siglo. Todos ellos son empleados para docu-
mentarel pasado reciente.Sin embargo,esa documentaciónes accesible sólo a
un estrechosegmentode la población de Cumbal. A diferenciade los títuloso
de la Ley 89 - que, pese a ser inaccesibles a los que no pertenecenal cabildo,
se sabe que están en los archivos -, la existencia de esos otros documentosen
los archivosde la comunidades desconocida para la mayoríade la gente.
Cuando todas estas fuentesson sintetizadaspara producirnarrativasescritas,
sean cartas al gobierno o intentoshistoriográficoslocales, el modo de comuni-
cación es afectado por géneros adicionales. Las convenciones de la escritura
legal contemporánea,por ejemplo, influenciantanto la producción de memo-
riales de inspiraciónhistóricacomo la composición de historiasnarrativas,ta-
les como los folletos del movimiento de reivindicación de tierras. En esas
cartas y manuscritos,es tambiénfrecuentela inclusión de breves referenciasa
héroes de la época de la independencia,tales como Simón Bolívar, quien es
mencionado en la carta de AgustínColimba:
- EN la Notaría Nro. 10 de Pasto, a 9 junio de 1908 han sido
protoco-
lizados los títulosde que hacemos mérito,y valen para nosotros como la
tabla de SALVACION. SOMOS de la raza que necesita a gritosun nuevo
redentor,a la grandeza de SIMON BOLIVAR.18
Los textos de escuela primaria que forman las bibliotecas personales de
muchos de estos escritoresson aún muy influyentesen su noción de lo que la
historiadebe incluiry del tipo de retóricaque se debe emplear para describir
las figurasdel pasado.
Por otro lado, los géneros no escritos influyeny son influidospor la expre-
sión escrita.Los memorialesy las historiasnarrativasse inspiranigualmenteen
la intertextualidad de la tradiciónoral. Esta posee su propia diversidadde géne-
ros de expresión, desde extensas narracionesal recurso mnemotécnicode los
apodos. Esos géneros de narrativaoral están influidospor una profusiónde va-
riedades no narrativasde expresión, incluyendorituales,tales como los de la
ceremoniade toma de posesión. La inscripciónde la memoriaen las laderas del
cerrode Cumbal o en los miembrosde la familiaTarapués provee a la narrativa
históricade modelos interpretativos tan potentescomo los escritoscoloniales.
El mundo de la Colombia meridional- una sociedad tan compleja como Eu-
ropa o Norte América - no puede ser simplificadoen una dicotomía oralidad/

18 ACIGC/N,
»Borradores
decartas
...«,f.6.

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escritura.El rico rango de géneros expresivos que he explorado aquí atestigua
la creatividadde un pueblo oprimido,que ha combinado medios orales y escri-
tos de expresiónen su apropiaciónde las convenciones literariasde la sociedad
dominante.Sus esfuerzos sólo pueden ser estudiados en términosde la multi-
plicidad de literaturasque han creado y no a partirde una única literaturaintro-
ducida por los europeos.

Referencias citadas

a) Archivos

delCabildo
Archivo delGran
Indígena Nariño
Cumbal, (ACIGC/N)
Nacional
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Quito
(ANEA®
Primera
Notaría deIpiales
(NP/I)
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b) Fuentes secundarias

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