3-ollie morgan
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3-ollie morgan
TRADUCCIÓN:
Cris St
Iphi
Sora Hatori
Klaus
CCORRECCIÓN:
Sora Hatori
DIRECCIÓN Y MAQUETACIÓN:
Klaus
ANITRA LYNN MCLEOD OLLIE MORGAN
SINOPSIS:
Su amor es más fuerte que cualquier ley, pero ¿los dos hombres
alguna vez encontrarán la manera de estar juntos?
ANITRA LYNN MCLEOD OLLIE MORGAN
DEDICATORIA:
GLOSARIO
SLAMMER: especie sometida que sirve para trabajar en los campos y como
alimento a los gentryman.
BOT: androide
Capítulo 1
McBride estaba más que satisfecho con su último thrall. Después del
problema con el que había comprado ayer, el comerciante estaba más que dispuesto
a ofrecer a McBride un trato que simplemente no podía rechazar. Había conseguido
un thrall de collar rosa por un precio de collar amarillo. El joven se sentó delante
de McBride, con los hombros relajados, el cabello negro reluciente y una excitada
atención que danzaba por toda la pradera. No había mucho que ver aquí en las
afueras de Woven Spire, pero se las arregló para asombrarse con el más mínimo
detalle. Hizo una docena de preguntas que McBride trató de seguir, pero apenas
respondía a una antes de que Easton estuviera con la siguiente. Dada su naturaleza
burbujeante, pensó que sería un compañero perfecto para Ollie.
Ollie Morgan era el tercer hermano más joven de los Morgan. Había sido
decantado unos minutos después de su gemelo, Gannon, pero los dos no podían ser
más diferentes. Sus rostros y cuerpos eran exactamente iguales, pero todo lo
demás, su cabello, modales, personalidades generales, eran muy diferentes. Ollie
era delicado con su persona y su casa donde Gannon era un desastre total. Ollie era
puntual y orientado al detalle donde Gannon era más informal. Aunque, McBride
estaba feliz de notar que el nuevo thrall de Gannon había limpiado su casa y a él.
Sólo esperaba que el cambio no fuese de corta duración.
Como era mediodía, McBride esperaba ver todas las manos plantando
tallos, pero un rápido conteo de la cabeza reveló que alguien estaba desaparecido.
A esta distancia, McBride no podía decir quién estaba ausente, ya que la mayoría
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Por ley, McBride podría usar a sus slammers para la sangre y el trabajo.
No tenía derecho a usarlos para el sexo o cualquier cosa por encima y más allá de
un día normal de trabajo. Los slammers no eran esclavos. McBride los poseía, pero
los slammers tenían derechos. Podían ganar dinero, podían comprar lujos y podían
negarse a hacer algo peligroso, ilegal o poco ético. Además de esos derechos,
McBride les había concedido otros, tales como más privacidad y una mayor
discreción en lo que hacían en sus horas de descanso, de las que tenían mucho.
McBride no creía en hacerles trabajar más allá de un día normal. Ese era un boleto
rápido para conseguir slammers insalubres e infelices. McBride era indulgente con
ellos para ganar su favor, sino para mantenerles sanos, felices y mucho más atentos
a sus necesidades. Todos los hermanos Morgan le ofrecieron su cuello
voluntariamente cuando él estaba hambriento de sangre. Todo excepto el mayor.
Caleb luchó y se quejó y por lo general hizo que el procedimiento increíblemente
simple, fuese complejo cuando no tenía que serlo. De alguna manera, eso se había
traducido en McBride desarrollando una curiosa especie de anhelo por él. Había
algo en la negativa de Caleb a someterse que intrigaba como el infierno a McBride.
Había renegado de él más veces de las que podía contar, pero siempre encontraba
una excusa para volver. Era una locura. McBride sabía que tenía que controlarlo.
de McBride era que su indiscreción pudiera hacer que Caleb fuera arrestado, o
peor, asesinado. Esa era una carga que su conciencia simplemente no necesitaba.
—¿Te dormiste? —Eso no era propio de él, pero cosas más extrañas habían
sucedido.
Easton asintió y se dio la vuelta, pero era obvio que había sido
profundamente herido por el rechazo de Ollie. ¿Quién no lo estaría? Después de la
charla que habían tenido anoche, McBride asumió que Ollie estaría saltando arriba
y abajo para conseguir un compañero. Ciertamente parecía estar solo y dio la
bienvenida a un invitado para compartir la elaborada comida que había creado. Y
entonces surgió una nueva idea. McBride cerró la puerta.
Bajando la voz, McBride aseguró a Ollie que no había nada malo en él. Su
dueño anterior, un gentryman llamado Jonas Davenport, había utilizado Ollie de
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—No voy a moverme hasta que tenga una explicación. —Cuando Ollie abrió
la boca, McBride lo cortó—. Una que pueda creer.
Eso hizo que McBride diera un paso atrás. Ahora que sus ojos se habían
ajustado a la oscuridad de la casa, se dio cuenta de que Ollie estaba
extremadamente pálido. En la mente de McBride vino una imagen del baño de
sangre en la casa de Larsden. Larsden era un gentryman como McBride. A lo largo
de varios días, Larsden bebió cada vez más de sus slammers, pero no parecía estar
satisfecho por el alimento. Con cólera, los había desgarrado con sus manos
desnudas y luego acabó muerto en los charcos de su sangre. El consenso general
hasta ahora era que había sufrido un aneurisma que finalmente lo había sacado de
su miseria.
slammers habían entrado, pero él también había mirado las marcas en sus cuellos.
En cada cuello se encontraban intactas heridas abiertas, lo que significaba que
Larsden bebía tanto y con tal frecuencia que los slammers no se podían curar.
Ollie asintió con la cabeza y pareció muy aliviado cuando sintió que
McBride se alejaba de él. A pesar de que era demasiado tarde para evitarlo si
estaba realmente enfermo, McBride todavía quería estar tan lejos de él como
pudiese.
—¿De Verdad?
McBride tenía una imagen terrible que le llenaba la cabeza. Vio a su padre
y a Jonas compartiendo un thrall por sangre y sexo. Apresuradamente, le aseguró a
Easton, —Encontraré trabajo para que lo hagas aquí hasta que Ollie esté lo
suficientemente bien como para establecer un lazo de sangre contigo. —No quería
que Easton pensara que tenía ideas diferentes sobre los dos. Con una familiaridad
casi irritante, su mente se volvió hacia Caleb. Si estaba abrigando ideas
inapropiadas sobre alguien, era sobre Caleb. No podía dejar de pensar en él, ni
siquiera durante unos minutos.
—Puedo cocinar.
Eso causó que una sonrisa transformase las facciones de McBride. Ahora
sabía que Easton y Ollie se llevarían muy bien ya que a ambos les gustaba cocinar.
Encontrar algo en común era el primer paso para forjar un lazo fuerte.
Capítulo 2
Puesto que no era tonto, estaba obligado a descubrir lo que Ollie estaba
tan desesperado por esconderle.
—Lo siento. Debería irme. —Jonas entró en la sala de estar. Su pelo rubio
era un montón de rizos alrededor de su cabeza. Incluso con la habitación oscura,
los mechones cogían la luz que había y brillaban.
—No quiero que te vayas. —Ollie acortó la distancia entre ellos, pero
Jonas dio un paso atrás—. Por favor, no te alejes de mí.
Otra semana pasó antes de que Jonas llegara a él para alimentarse. Ollie
averiguó más tarde que Jonas estaba tratando de evitarlo para no se enamorarse
más de lo que ya lo estaba, pero iban derechos a colisionar, no importa cuán
diligentemente trataban de alejarse. Cuando Jonas se alimentó alimentarse, Ollie
había disfrutado de su toque. La sensación de él tirando fuertemente de su cuello
era sublime. Después de decenas de veces, Jonas había bajado la mano por el pecho
desnudo de Ollie, empujándolo contra los cajones de su mesita de noche y ahuecó
su polla.
—Pensé que si volvía y veía el desorden y captaba el olor fuerte del sexo lo
sabría. Así que hice la cama tan rápido como pude. —Jonas miró la colcha.
Una sonrisa rápida despojó el miedo del hermoso rostro de Jonas, pero
sólo brevemente.
—Con el tiempo.
—Y su marca estará siempre sobre ti. —Jonas se volvió y trazó con sus
delicados dedos la cicatriz en el vientre de Ollie. Era una línea suave que
cabalgaba sobre su ombligo, ligeramente inclinada hacia arriba a la derecha—.
Lamento que te haya hecho daño.
Ollie se sentó a su lado y le tomó la mano. —No lo sabía. Pensé que era yo
quien estaba obsesionado contigo.
Jonas se estremeció. Ollie se dio cuenta de que había otra historia que
contar ahí, pero tendría que esperar hasta que su propia curiosidad personal
quedara saciada.
—¿Por qué te miraba? —Esa fue la parte que Ollie no había entendido—.
Que desearas follar con un androide es una cosa, pero ¿por qué tenías a otro
mirando?.
—Para degradarme.
—¿Qué?
—Él era un hombre entrometido. —Jonas puso una cara de pura furia, que
causó que sus ojos prácticamente chispearan—. Venía por un pretexto u otro y
mientras yo estaba fuera del salón, miró los papeles de mi escritorio. Entre ellos
estaba mi diario.
—Estúpido, lo sé, pero pensé que si podía escribir sobre ti, podría
distanciarme de mi lujuria inapropiada. Sabía que estaba mal incluso tener
sentimientos hacia ti, mucho menos anotarlos y reconocerlos de alguna manera,
pero simplemente no podía evitarlo. —Jonas se encontró con la mirada de Ollie—.
Juro que hice todo lo que pude para impedirme ir más allá de los ansiosos deseos
de mi mente.
ANITRA LYNN MCLEOD OLLIE MORGAN
Ollie levantó la barbilla y le giró la cara para que volviera a mirarle a los
ojos. —Fui yo quien no podía resistirte, no al revés.
Tan cruel como parecía, Ollie quería saberlo. Debían aclarar todo entre
ellos antes de que perdieran todo en su esfuerzo por estar juntos.
—¿Tu vecino?
—Sí. Él tuvo cuidado de guardar el diario en su sitio, así que no supe lo que
estaba haciendo durante mucho tiempo. Pero al final lo hice porque sabía
exactamente cómo me sentía acerca de ti. Ese hombre vulgar me describió
detalladamente todas las cosas que anhelaba que me hicieras. Los juegos a los que
quería jugar.
—Dijo que diría que nos atrapó en el acto. Como lo había imaginado tan
vívidamente, sabía que no sería capaz de pasar una prueba de la verdad. En mi
mente, yo había estado contigo. El hecho de que todavía no lo hubiera hecho en
realidad no tenía importancia. —Jonas respiró hondo—. Estaba aterrorizado de lo
que pasaría si mi verdad fuera expuesta. No me importaba perder todas mis
posesiones, ya que esas cosas nunca significaron mucho para mí, pero sólo el
pensamiento de perderte me ponía totalmente enfermo. No podía soportar la idea
de que te llevaran.
—Al principio sólo quería algunas de las mejores cosas de mi casa, cosas a
las que no tenía ningún apego. Mientras te tuviera, no me importaba nada más. —Y
ahora Ollie entendió el misterio de por qué los artículos del hogar habían estado
desapareciendo. Era Gannon quien estaba obsesionado con el caso, no Ollie, pero se
dio cuenta de que nunca podría decírselo a Gannon. Al hacerlo, Ollie revelaría la
verdad del amor secreto de Jonas por él—. Pero luego esas cosas ya no le
satisfacían.
—¿No?
—Aun así fui idiota. —Jonas miró a través de la puerta. Sus ojos no
estaban enfocados en este instante, era casi como si estuviera mirando hacia atrás
en esa época cuando paso todo—. Repetidamente, él hizo que el androide me follara
en la sala mientras él observaba. Me hizo inclinarme sobre el escritorio y luego
contra la pared y luego...
—Por favor, esos son los detalles que no necesito. —A pesar de que el
hombre era un robot, todavía no le gustaba la idea de ver a su pareja con nadie más
que él.
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Ollie sintió una punzada de pesar al oír lo mucho que Jonas había
disfrutado no sólo de lo que el robot había hecho, sino de que otro le observara.
Había visto el placer en el rostro de Jonas, pero saberlo de alguna manera lo hacía
mucho más real. —No entiendo cómo puedes disfrutar de ser humillado.
Capítulo 3
—Lo sé. —Jonas lo besó suavemente—. Esa noche, creo que fui fuerte a
propósito. Creo que quería ser descubierto y tal vez forzado a parar. Sabía que no
era saludable para mí hacer lo que estaba haciendo. Estaba reforzando mis anhelos
porque me imaginaba que eras el hombre mecánico.
—Lo sé. —Jonas había disfrutado de la cruda pasión de Ollie, pero nunca le
maltrató—. Tú me hiciste darme cuenta de la diferencia entre el sexo áspero, sin
sentido, y el amor apasionado.
—Yo también te quiero. —Jonas levantó su cabeza y Ollie estaba allí, sus
labios cubriendo perfectamente a Jonas. Se fundió con él, amando el modo en que
Ollie gimió bajo y profundo. No importa cuántas veces encontrasen la liberación,
siempre querían más. Nadie podría reemplazar lo que tenía con Ollie. El robot había
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Ollie maniobró a Jonas en la cama y luego le puso sobre su regazo para que
sus pollas duras se frotaran juntas. En cuanto se tocaron, Jonas gimió, lo cual hizo
que Ollie gruñera y lo acercase poniendo sus grandes manos en las nalgas de Jonas.
Ollie tomó el control de él con un comando suave, casi pensativo. Sus manos eran
fuertes y seguras, su necesidad era clara pero no vulgar. El balanceo de arriba
abajo hizo fricción a lo largo de la piel sensible de sus pollas. Jonas sintió que su
recto temblaba ante la posibilidad de que la polla de Ollie se sumergiera en él de
nuevo. Tres veces se habían unido anoche, pero no había sido suficiente. Jonas no
pensó que un millón de veces sería suficiente.
—Es por eso que te haré esperar. —Ollie levantó a Jonas mientras se
levantaba para que ambos estuvieran de pie—. Me gusta escuchar la frustración y
el anhelo de tu voz. —Con un dedo, Ollie casi puso a Jonas de rodillas cuando
acarició la cicatriz que había hecho en su cuello. Un lado estaba irremediablemente
destrozado por los ataques repetidos de los amantes no calificados e indiferentes,
pero la marca Ollie era limpia y precisa. Su toque allí, o incluso su aliento, hacía que
a Jonas le temblasen las rodillas—. Me encanta cuando me muerdes.
Con una mano temblorosa, Jonas tocó la cicatriz que había hecho en el
cuello de Ollie. Por un lado, McBride había tomado posesión de su vieja marca,
haciéndola suya, pero Ollie había movido su cabeza hacia la otra dirección,
ofreciendo su cuello sin marcar a el hambre de Jonas. Había intentado ir despacio,
para no dejar mucha marca, pero no se había alimentado hacía tanto tiempo que
estaba realmente hambriento. —No debería alimentarme de nuevo. Ya estás
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—Él piensa que estoy enfermo, así que no creo que se preocupe más de lo
que ya está.
—No hoy, quizás, pero con el tiempo. No puedes fingir enfermedad por el
resto de tus días. —Jonas acarició la cicatriz fresca y observó mientras Ollie
descubría su cuello aún más. Siempre fue un slammer tan diligente cuando llegaba
el momento de que Jonas se alimentara. Sus hermanos le habían dejado el cuello sin
lucha, pero Ollie siempre lo había hecho con gusto—. Siempre te has ofrecido tan
fácilmente.
—Yo te quería.
Ollie retrocedió un poco para poder mirarle. —Tengo que dejar que se
alimente de mí.
—Lo sé. No estaba tratando de decir que te debías resistir. —Jonas quería
a Ollie todo para sí mismo, pero no podía exigir eso. Si se convirtiera en el thrall
que tan desesperadamente deseaba ser, no tenía más derechos que los que le
otorgaba su slammer. Intuitivamente, sabía que Ollie sería un amo muy
benevolente, pero eso también significaba que Jonas estaría sujeto a las reglas de
McBride también. Aunque eso no sería un gran problema, porque tan pronto como
McBride se diera cuenta de que Jonas estaba aquí, sin duda lo echaría fuera.
—Sabía que si lo hacía, sería sorprendido. No podría ocultar mi amor por ti.
Pensé que si me fuera...
—Zeth vino para darme sangre. —Ese era el único aspecto de los de su
clase del que no podía escapar sin importar lo que hiciera. Un verdadero thrall, un
auténtico thrall, nacía sin la necesidad de alimentarse de nada más que de comida.
La necesidad de sangre estaría con Jonas hasta el día de su muerte. Pero pensó
que si sólo bebía de Ollie, que era bastante grande y poderoso, podía estar
completamente satisfecho.
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—¿Lo amaste?.
—Para McBride.
—Así no. No sabía que ibas a venir. Pero uno de mis hermanos,
probablemente Gannon, debe haberle dicho algo sobre tu y yo porque McBride me
preguntó por nosotros. Creo que McBride estaba preocupado de que no pudiera
tomar un compañero porque pensaba que estaba traumatizado.
Jonas se tiró boca abajo sobre la cama y levantó el trasero. —Así como
esto.
—Por favor —le suplicó Jonas. Ollie tenía un autocontrol tan asombroso y
poder de aguante. Si Jonas tuviera incluso una décima parte de su fuerza, habría
podido resistir el poderoso atractivo de Ollie, pero no lo tenía, por lo que no lo
hizo—. Fóllame.
sólo Ollie había sido capaz de hacerle llegar al clímax sin tocarse con las manos,
con sólo el poder del empuje de su polla. Pero Jonas no pensaba que esa fuera la
clave de su encaprichamiento con él. No, pensó que el hecho de amar y confiar en
Ollie era lo que lo hacía totalmente receptivo a sus poderosos golpes.
La resistencia de Ollie para dar el último paso era extraña para Jonas.
Todo lo demás lo había aceptado plenamente, pero esa demostración de propiedad
la rechazó rotundamente.
—A mi me importa.
—Pero eso es por lo que he hecho todo esto. —Jonas no quería jugar a ser
un thrall. Quería convertirse en uno de tantas maneras como pudiera.
—Sé lo que dijiste que hiciste. Incluso con eso, no creo que eso te haga un
thrall a los ojos de la ley.
Ollie se bajó hasta que la punta de su polla tomó el lugar de sus talentosos
dedos. En lugar de llenarlo de un duro empuje, Ollie se tomó su tiempo y se hundió
en Jonas.
La felicidad del lento llenado hizo que los ojos de Jonas se llenaran de
agua, así que los cerró, soltando un suspiro.
—¿Un suspiro?.
—Dime que no has regalado todas tus posesiones terrenales para intentar
vivir conmigo aquí como thrall.
—Oh, Jonas. —Ollie negó con la cabeza—. Puede que nos hayas condenado a
ambos.
—Pero yo no sabía qué más hacer. —Jonas agarró los poderosos hombros
de Ollie para que no se apartara hasta que hubieran terminado.
Capítulo 4
McBride ordenó al mayordomo que el bot hiciera algo rápido y sencillo para
que él y Easton pudieran comer y retirarse. Todo el día, McBride se había pasado la
lengua por la punta de los dientes para calmar la picazón de hambre de sangre. No
podía decidir si era un apetito normal o quizás el comienzo de lo que había afectado
a Larsden. ¿Cómo sabría que su sed de sangre era insaciable? Su mirada se dirigió a
la ventana del comedor, y su atención fue directamente a la casa de Caleb. Triple
hambre se apoderó de McBride, haciendo que su mano temblara, así que la quitó de
la mesa y la puso en su regazo. Quería comida, sangre y sexo. Además, quería las
tres cosas del mismo hombre. Hacer que el cuerpo de Caleb le diera la bienvenida
mientras su cuello estaba descubierto para su mordedura, y luego compartir una
comida completa con él después... allí, el sueño se vino abajo. ¿De qué hablarían él y
Caleb? No tenían nada en común. O eso era lo que McBride se decía a sí mismo.
Nunca se había molestado en preguntarle a Caleb sus intereses, así que no sabía si
tenían puntos en común o no. No quería saberlo. McBride lo iba a dejar ir, y eso era
todo.
—En la casa de thralls, nos ordeñaban por lo menos una vez al día, si no dos
veces. Ha pasado una semana, y mis bolas me duelen.
derramaban en el suelo al mismo tiempo. Por alguna razón, la idea le excitó, pero no
tenía ni idea de por qué. Tal vez era la idea de tener ese tipo de control sobre
otro, o la capacidad de dar placer a tantos al mismo tiempo.
—¿Te dolía? —La idea de tener electricidad enviada por su culo no era una
noción agradable por no decir otra cosa.
—Completamente flácido.
Y ahora McBride no creía que fuera capaz de comer otra vez sin pensar en
esta conversación tan peculiar. —Nunca he oído hablar de eso a los thralls.
—Creo que no quieren que los gentryman conozcan esos detalles íntimos.
Quizás piensan que hace que los thrall parezcan menos óptimos, pero realmente, el
punto era mantenernos sanos. Sin una liberación, la presión se acumula y podríamos
habernos comprometido mutuamente con el sexo. Sin el deseo entrando en juego,
podríamos permanecer sanos y centrarnos en nuestros estudios.
—¿Qué estudiaste?.
permitiría que el gran salvaje se corriera. Sin duda, después de todas esos juegos,
su liberación sería espesa y pesada.
—¿Con cocinar? —De nuevo, McBride sintió que había perdido el hilo de la
conversación. Estaba cansado e incapaz de concentrarse en otra cosa que sus tres
hambres.
—No creo que esté programado para eso, pero tengo un valet que podría
ser que si. —Dadas las extrañas cosas que su padre y su compañero, Jonas, habían
hecho juntos, McBride no se sorprendería al descubrir que su criado se duplicase
en un juguete sexual.
McBride tenía simpatía por él, ya que sabía lo que era cuando no había
encontrado la liberación en varios días. De nuevo, su mirada vagó hacia la casa de
Caleb. Las luces estaban encendidas y las cortinas estaban abiertas. Lo mejor que
McBride podía decir, Caleb estaba en la mesa cerca de la ventana, pero no podía
ver lo que estaba haciendo. —¿Señor?.
—Ah, sí. Voy a avisarle que venga aquí abajo. —McBride llamó a su criado
usando su dispositivo de comunicación implantado. Era un pequeño bulto detrás de
su lóbulo derecho y era activado por el tacto. Cuando el valet no estaba
trabajando, se quedaba en el armario de la vieja habitación de su padre. McBride
había elegido una habitación más pequeña y luminosa en el lado opuesto de la casa.
Había algo tan deprimente en la habitación donde su padre y su compañero habían
compartido sus perversidades. McBride sólo había estado allí dos veces. La primera
vez fue cuando heredó la casa e inspeccionó todos los terrenos. La segunda fue
cuando buscaba ropa para los nuevos thralls, ya que sus slammers no podían ir a la
ciudad. Ese fue el momento en que se había enterado de las curiosas e ilegales
travesuras de su padre.
—¿Quieres que lo haga? —Ya que el rostro del valet estaba hecho de metal
preformado, no expresó su interés ni su disgusto.
—Si eso es algo que tu programación permite, me gustaría que hicieras eso
por Easton. —McBride no quería que Easton sufriera. Después de preguntar,
resultó que el valet estaba programado para ofrecer ese tipo de servicio como
parte de sus deberes. Curioso, McBride le preguntó que cuándo diablos era llamado
a hacer tal cosa y el valet explicó que si el hombre al que servía iba a un evento en
el que excitarse sería vergonzoso, era ordeñado de antemano para que fuera menos
probable que tuviera una erección durante el evento.
—Vengan conmigo.
Cuando sus pies golpearon el porche, respiró hondo y olió a Caleb. Sudor
ligero, pero se mezclaba con ese jabón picante que le favorecía. Algo sobre las
esencias combinadas empujó profundamente en el cerebro de McBride. Sus dientes
comenzaron a picar y le dolían las bolas. Había comido una comida completa, pero
descubrió que todavía tenía hambre.
—¿No peleas?.
Caleb bajó la mirada. —¿Van a ser todos demasiado pequeños para mí?.
McBride cerró la puerta y apagó las luces. Tomó un momento para que sus
ojos se ajustaran, pero finalmente pudo ver el contorno de Caleb. Algo, una vela,
tal vez, parpadeó en su dormitorio. La luz dorada acariciaba su contorno,
haciéndolo parecer etéreo de alguna manera. El hambre de sangre que había estado
negando durante todo el día subió, haciendo su boca agua. —Desnúdate
—Quiero tu sangre. —Eso era lo único que le era legal admitir—. Siéntate.
Caleb hizo lo que le había ordenado. Con un rápido vistazo por la ventana
para asegurar su privacidad, McBride bajó la cremallera de sus pantalones, tomó su
polla en la mano, y se acarició a la vez que Caleb. Cuando alcanzaron el pico,
McBride se inclinó y lo mordió. Mientras se corría contra la piel bronceada de la
espalda de Caleb, Caleb chorreó contra su propio vientre.
Caleb sostuvo su mirada y juró, —No quiero a nadie mas que a ti.
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Capítulo 5
Ollie no quería dejar a Jonas solo en su casa, pero sabía que si no iba a
trabajar, McBride se preocuparía. Dejar las persianas cerradas sería sospechoso,
así que Ollie las había abierto a regañadientes. Jonas juró que se quedaría en la
parte posterior de la casa.
Ollie sonrió al oír eso, pero tan pronto como empezó su tarea repetitiva de
plantar semillas, su mente se centró en cómo podría hacer que su relación con
Jonas funcionase. Dar vueltas al tema no le ayudó a encontrar una solución o hacer
que el día pasara más rápido. Cuando el sol golpeó directamente sobre él, levantó su
sombrero y se echó el sudoroso cabello hacia atrás y miró a su alrededor, a sus
hermanos, preguntándose sobre lo que ellos pensaban mientras trabajaban. A veces
hablaban, pero últimamente todo el mundo estaba callado. Bueno, todo el mundo
menos Ferris. El compañero de Bailey era feliz sin importar lo que estuviera
haciendo y esa alegría parecía irradiarse en Bailey. A menudo, los dos trabajaban
lado a lado y hablaban todo el día. Ollie sentía envidia de su risa burbujeante, pero
ahora sentía un tipo diferente de celos. Bailey y Gannon podrían llevar a sus
compañeros a trabajar a su lado en el campo. Pasara lo que pasara, McBride nunca
permitiría que Ollie hiciera eso con Jonas. Aunque McBride no se diera cuenta de
quien era Jonas cuando le viese, uno de sus hermanos, probablemente Caleb, sabría
exactamente quien era Jonas y ya que Caleb odiaba a Jonas, le diría McBride todo
sobre él y luego McBride tendría que despedir a Jonas.
sus ojos. Si Jonas no podía quedarse, ¿qué le pasaría? Jonas ya no tenía dinero ya
que había vendido todo y puesto los fondos en la cuenta de Ollie. En la mente de
Jonas, esto había hecho a Ollie su amo. Para Ollie, sólo significaba que su amor
estaba totalmente desamparado. Aún así, los fondos eran de Ollie. Él podría hacer
lo que quisiera con ellos. Le devolvería todo a Jonas y luego...
—Verle marchar.
—Nada.
—Estoy bien.
—Entonces ¿por qué estás tan tapado? —Caleb llevaba sólo un par de
pantalones cortos porque decía que le encantaba la sensación del sol sobre su piel.
—Para.
—¿Te alegras? —Caleb podía ser duro, pero tenía momentos de increíble
bondad hacia sus hermanos. El problema era que Ollie nunca sabía en que dirección
soplaba el viento con Caleb. Era un enigma.
—Oh, si. —Otro problema añadido a la gran pila con la Ollie ya tenía que
lidiar. No había querido ser grosero, pero si ese thrall hubiese entrado, Jonas
habría sido expuesto. ¿Cómo diablos iba a postergar otro día a McBride y al
thrall?.
—Ya que estás mejor, tendrás tu primer sabor de sangre esta noche.
Ollie asintió.
—Vi cómo te miraba. Sé que tenía hambre de ti. Cuando se fue, le dije si te
llevaba, yo le cazaría y le mataría.
—¡Maldito seas! —Ollie se puso de pie. Ahora sabía la verdadera razón por
la qué Jonas lo había dejado atrás—. ¿Por qué no podías haberte ocupado de tu
maldita vida?. —Caleb se levantó amenazante con su superior estatura y peso sobre
Ollie. A pesar de que él era mucho más grande y podría romper fácilmente a Ollie
por la mitad, Ollie le atacó— ¡Pude haber estado con él si no fuera por ti! —Toda su
ira, frustración y miedo se derramaron mientras se movía violentamente contra su
hermano. Le dio un buen golpe o dos antes de que Caleb saliese de su sorpresa y
devolviera el golpe, pero en lugar de diezmarlo, Caleb puso una mano enorme en el
pecho de Ollie y le empujó, tropezando con un montículo de suciedad.
—No lo hice para hacerte daño. —Caleb estaba temblando, pero estaba
claro que él no tenía intención de golpear otra vez a Ollie. Algo, o tal vez alguien,
como McBride, había conseguido que Caleb tuviese algo de autocontrol—. No me
gustaba que Jonas se aprovechase de ti.
Y ahora Ollie sabía que aunque superara todos los obstáculos que se
ANITRA LYNN MCLEOD OLLIE MORGAN
—Él te usó.
—¡Él me ama!.
Antes Caleb pudiese contestar de nuevo, los demás hermanos y los dos
thrall les rodearon. Ollie rechazó las manos ofrecidas y se puso de pie. Para evitar
seguir peleando, Ollie se trasladó a una fila diferente y continuó colocando las
semillas en una línea apretada. Miró hacia atrás sobre su hombro, sorprendido de
encontrar a Caleb mirándolo. Que lo mirase no era lo que era tan extraño. Fue la
mirada en su rostro lo que sorprendió a Ollie. La expresión de Caleb era una de
dolor. ¿Se sentía mal por lastimar a Ollie? O tal vez se sentía triste de que Ollie
amase a un hombre que nunca podría tener.
Capítulo 6
Y fue entonces cuando Jonas se dio cuenta que se había dejado las velas,
el collar decorativo y su único juego de ropa en el suelo de la habitación. Él había
ANITRA LYNN MCLEOD OLLIE MORGAN
estado limpiando esta mañana cuando Ollie entró y lo revolvió exactamente como
estaba antes.
Intentó oír si McBride se movía por la casa, pero nada oyó. ¿Qué estaba
haciendo? Tenía que saber que Ollie estaba en el campo. Ollie dijo que McBride a
menudo miraba sus trabajos y llevaba a cabo recuentos al azar. Confiaba en los
hermanos y los dos thralls nuevos para trabajar, pero Ollie decía que a McBride le
gustaba también asegurarse de que las cosas iban bien. Si alguien faltaba, quería
saber por qué. También, si el progreso era lento, quería saber lo que estaba
estancando su avance.
Por todo lo que le había dicho Ollie, McBride parecía un amo muy benévolo.
Era concienzudo, considerado y cariñoso. Nunca lanzó a ninguno de los hermanos en
los cepos a pesar de que Caleb le había dado decenas de razones para hacerlo. En
lugar de maltratar al mayor de los Morgan, McBride le había visitado y hablado
con él. Ollie estaba sorprendido de que hubiese funcionado tan bien como lo había
hecho, ya que no creía que nada derribaría la rabia en Caleb, pero McBride fue
capaz de hacerlo.
Jonas estaba asombrado por eso. Tan pronto como Jonas había visto a
Caleb, sabía que sería un problema. En lugar de intentar meterle en vereda, Jonas
le había dado una habitación privada y los artículos inocuos que pidió, y le dejó. Ni
una vez había ido Jonas a beber del cuello de Caleb. Que McBride le hubiese
domesticado era una hazaña asombrosa.
Mientras que Jonas estaba sentado allí contemplando las diferencias entre
el padre y el hijo del linaje McBride, escuchó abrir y cerrar la puerta principal. Se
escuchaban dos voces, pero no entendía lo que decían.
Capítulo 7
Lentamente, se abrió la puerta del armario. Salió un hombre con pelo rubio
bastante largo y los ojos preocupados. McBride no le reconoció, pero fue golpeado
por un curioso tipo de familiaridad.
—Está bien, —dijo el rubio a Ollie—. No creí que ocultarme aquí iba a
funcionar por mucho tiempo.
—Lo siento. No debería haber venido corriendo tan pronto como nos
llamaron a la comida del mediodía. Si me hubiera quedado en el trabajo, o hubiera
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estado más tranquilo, no lo habría sabido. —Ollie se trasladó al lado del hombre.
Había una cicatriz de mordedura en el cuello del hombre misterioso, que parecía
que había sido brutalmente rasgado y abierto muchas veces. En el otro lado había
una marca más pequeña y más limpia, haciendo que McBride se preguntara cuántos
años y cuántas veces se había vendido este thrall. Si Ollie ya se había comprado un
compañero, McBride estaba enojado porque no se lo había dicho, pero tenía
curiosidad por cómo Ollie había logrado tal cosa. Sólo los gentrymen podían
comprar thralls para los slammers. Y las múltiples cicatrices decían que este
hombre había sido utilizado decenas de veces por al menos una docena de hombres.
Le preocupaban las enfermedades transmitidas por la sangre, especialmente
cuando no habían resuelto el caso de Larsden.
La voz de Jonas era rica y culta, mostrando de nuevo cuánto más educado
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estaba él que Ollie, pero por lo que Ollie había dicho a McBride, Jonas era
totalmente sumiso a Ollie cuando tenían relaciones sexuales. Claramente, mirando a
su cuello, le encantaba que se alimentaran de él, y violentamente, también. Sin
embargo, McBride notó en el otro lado de su cuello una cicatriz solitaria. Sin duda,
esa era la marca que Ollie había hecho sobre él. Algo acerca de la delicada forma
de ella le dijo a McBride que había sido colocada con amor. Peor aún, se dio cuenta
de que había colocado una marca muy similar en Caleb.
—No puedes tenerlo. —McBride no iba a permitir que Ollie entrara en las
garras de un hombre inmoral en un enlace ilegal. No importaba lo que pasaba entre
él y Caleb, no había llegado tan lejos y no lo haría. Sin embargo, las semejanzas
golpearon en su cerebro con un reconocimiento que él no le quería dar.
—Lo amo. —Jonas dijo las palabras con la obvia convicción de que iban a
explicar todo lo que McBride necesitaba saber. Y lo hicieron, pero eso no cambió el
hecho de que lo que Jonas estaba haciendo estaba mal. Por otra parte, trajo a casa
el punto de que lo que McBride estaba haciendo con Caleb era igual de malo.
—Estoy al tanto.
—Está mal a los ojos de la ley. —Jonas levantó su cabeza un poco más alto.
Él era pequeño para ser un terrateniente gentryman, y ese era probablemente el
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porqué él había elegido a Ollie, que era seis pies y medio1 de alto, como su lujurioso
compañero de juegos. Ollie se alzaba sobre Jonas por lo menos medio pie2 y tenía
que ser por lo menos cincuenta libras3 más pesado.
—El hecho de que sea un error a los ojos de la ley es todo lo que me
importa. Como soy el sheriff de Woven Spire County, eso lo hace ilegal a mis ojos.
—McBride soltó un suspiro bajo y lento. Podía pensar en un millón de otras cosas
que prefería hacer hoy que lidiar con este lío—. No tengo otra opción que
arrestarte.
—No hay nada que puedas decir que vaya a hacer que esta situación
funcione. —McBride se enorgullecía de ser un buen hombre de ley. Escuchaba a la
gente y trataba de llegar a una solución viable para todos, pero este era un caso en
el que simplemente no había una respuesta que complacería a todas las partes
involucradas. Si alguna vez había visto una situación de perder-perder, era esta.
Ninguno de ellos iba a sentirse bien con el resultado.
1
1,98 cm
2
15 cm
3
22,6 Kg
ANITRA LYNN MCLEOD OLLIE MORGAN
—No tengo nada. —La voz de Jonas era muy baja y sin aliento. Habría sido
imposible de oír, excepto por el hecho de que la casa estaba terriblemente
silenciosa. Era casi como si la casa estuviera esperando con el aliento sostenido
para escuchar lo que todo el mundo tenía que decir.
Desconcertado sobre por qué Jonas le estaba diciendo esto, McBride dijo,
—No veo lo que tiene que ver eso con nada.
que los artículos nunca habían existido en absoluto. Cuando le preguntó a Jonas,
declaró que lo que dejó en la casa eran las cosas que poseía el padre de McBride.
—No cogí nada que no fuera mío, —dijo Jonas—. No soy un ladrón.
Jonas apartó la vista, pero estaba claro que sentía que de algún modo
McBride le señalaba con un dedo acusador. —Tu padre era terriblemente tacaño
con su dinero. No sé por qué se negaba a gastarlo, pero lo hacía. Todo lo que tenía
pasó a ti cuando murió.
Capítulo 8
Ollie deseaba poder decir algo para que la situación funcionara, pero no
podía hacer mucho. Antes de que se involucraran, Jonas le había dicho a Ollie que
su amor estaba prohibido. En ese momento, se habían contentado con miradas, pero
estaba claro cuando Jonas se alimentaba de Ollie que su pasión estaba creciendo.
Fue cuando el vecino hirió a Ollie que se habían visto empujados a reconocer la
profundidad de sus emociones. Cuando Jonas se había sentado a su lado en la cama,
sus ojos se llenaron de culpa y vergüenza y Ollie se dio cuenta de cuán
profundamente se preocupaba Jonas y hasta dónde iría para protegerlo.
permitirlo —McBride bajó la voz—. ¿No entiendes eso?. Yo soy el que pagará
cuando inevitablemente os atrapen.
—Es verdad. Era más pesado entonces, y bebía mucha más sangre. —Ollie
pensó que Jonas era impresionante de cualquier manera, pero sin una ingesta
constante de sangre, había perdido peso y su piel era más pálida. No era
ceniciento, ni enfermizo, pero pálido como si evitase el sol a favor de la noche, lo
que era mucho más probable dado el temperamento de Jonas.
—No creo que un hombre sea suficiente para sostenerlo. No por mucho
tiempo, por lo menos.
—Entiendo que así son las cosas cuando eres un thrall. Así que no, no me
molestaría.
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Ollie levantó la vista justo a tiempo para ver a McBride mirando a Jonas. A
pesar de sus esfuerzos por mantenerse indiferente, Jonas pareció molesto. Las
líneas de preocupación alrededor de sus ojos y su boca se profundizaron. McBride
acarició de nuevo la cicatriz mientras observaba a Jonas. Era más capaz de
controlarse a sí mismo, pero aún estaba claro que Jonas no estaba contento con lo
que McBride estaba haciendo.
—Bebí de él la otra noche y compartí una comida con él. —McBride bajó la
boca hacia el cuello de Ollie de modo que las palabras acariciaron la cicatriz.
Ollie tembló y habría cerrado los ojos, pero estaba decidido a mirar a
Jonas. Tal vez si pudieran sobrevivir a esta pequeña prueba de McBride, él les
dejaría quedarse juntos. Era dudoso, pero algo en Ollie se negó a renunciar. Él juró
que haría cualquier cosa para estar con Jonas. Si eso significaba alimentar a
McBride cada noche, encontraría una manera de hacer que sucediera.
Jonas obviamente luchó por permanecer impasible, pero cada palabra que
salía de la boca de McBride para acariciar la cicatriz de Ollie empujaba a Jonas
más cerca del borde. Podría anhelar ser un thrall sumamente sumiso, pero todavía
había demasiadas partes de él que eran de gentryman.
—Seguro que debes saber de lo que estoy hablando. —McBride separó sus
labios, haciendo que Ollie se tensase por un bocado, pero él sólo pasó el borde
afilado de su colmillo a lo largo de la cicatriz—. Qué maravilloso sabe cuando su
excitación alcanza su punto máximo.
ropa para contenerse. Y fue entonces cuando Ollie supo que no importaba cuánto
Jonas quisiera ser un thrall sumiso, él era y siempre sería un terrateniente
gentryman. En cualquier momento iba a atacar a McBride, lo que obviamente era la
intención de McBride. Había intentado decirles la verdad, y cuando eso no
funcionó, había optado por mostrársela.
—Por favor, no lo hagas. —Jonas alargó la mano, pero dejó caer la mano
antes de que entrara en contacto.
Ollie ayudó a Jonas a vestirse. Jonas temblaba tanto que Ollie lo hizo
sentarse en la cama para poder levantar sus calcetines y luego ponerle los zapatos.
Cuando Ollie miró por encima del hombro, miró a McBride, pero no con odio en los
ojos. En todo caso, McBride parecía haber entendido exactamente lo que los dos
estaban pasando.
ANITRA LYNN MCLEOD OLLIE MORGAN
—Me dio todo su dinero. Quiero devolverlo. —Ollie se puso de pie, pero ni
siquiera trató de llevar a Jonas con el. Estaba temblando y llorando en silencio,
rompiendo el corazón de Ollie cada vez que una lágrima salpicaba su camisa a
medida. Incluso cuando trataba de parecer de clase baja, Jonas no podía sino
parecer la exquisitez y la belleza juntas. Su camisa lavanda y sus pantalones
morados se correspondían perfectamente con sus calcetines y sus zapatos.
—A otro lugar que no sea aquí. —McBride miró hacia la ventana de Ollie de
nuevo hacia el campo.
McBride cogió una de las manos de Ollie y una de Jonas. Los volteó,
examinando sus palmas. —¿Ves esto? Una mano está endurecida por largas horas
de trabajo y la otra es suave por la ociosidad.
Jonas tiró de su mano. —Dudo que tu palma estuviera siempre tan callosa.
—Bajando la voz añadió— O tu corazón.
—Ahora mis manos son más duras, y mi corazón también. No tuve más
remedio que meterme en los zapatos de mi padre después de que murió
inesperadamente.
ANITRA LYNN MCLEOD OLLIE MORGAN
Eso sacó a Ollie de su aturdimiento. —¿No puedes pensar que Jonas tuvo
algo que ver con eso?.
—De ser acusado de algo. Pero más que eso, estaba desesperado por
alejarme de Ollie para que pudiese tener una vida normal. Jonas se encontró con la
mirada de Ollie—. Realmente traté de alejarme.
—Creí que tal vez Caleb te había amenazado. —Parecía que su ataque
contra su hermano había sido injustificado.
De alguna manera, eso hizo que Ollie se sintiera peor. —Siento mucho no
poder arreglar esto. —Como la parte dominante en su relación, Ollie sentía que le
correspondía hacer las cosas bien, pero no sabía cómo. Tal vez esto también
formaba parte del plan de McBride.
—Ese eres tú, mi hermoso Ollie. Siempre tratando de hacer que las cosas
funcionen. —Jonas se inclinó como si quisiera besar a Ollie, pero se detuvo y echó
un vistazo a McBride—. Por favor, no le reprendas por mi error.
Capítulo 9
Jonas no quería el dinero de Ollie, pero sin él, no iría a ninguna parte.
Jonas casi se preguntó porqué, y estaba claro que Ollie también, pero
Jonas sacudió la cabeza bruscamente, cortando a Ollie. Algo molestaba a McBride.
¿Fue la delicadeza de transferir fondos de la cuenta de Ollie a Jonas? Eso sería
fácil de justificar diciendo que fue un simple error. Como su propietario anterior,
podría haber múltiples razones por las que se hizo una transferencia por error.
Una docena de excusas aparecieron instantáneamente en la mente de Jonas, por lo
que no podía ser lo que causó la duda de McBride. Pero una cosa que Jonas había
aprendido en su ociosa vida era que la gente hablaba a menudo para llenar el vacío
del silencio. Mientras más tiempo él y Ollie permanecieran callados, mas fácil era
que McBride hablara.
Era un gran honor. Pero McBride dijo que iba a preguntar. Pasado. Tal vez
ya no confiaba en Ollie después de este subterfugio. Si Jonas le había costado a su
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amor un trabajo que realmente disfrutaría, Jonas nunca, jamás podría perdonarse
a sí mismo.
—Por favor permite a Ollie cocinar para ti. Sé que sería su logro más
orgulloso—Jonas se alejó de Ollie. Lo que le causó un poco de angustia, pero Jonas
se prometió ser fuerte para hacer su idea funcionar. —Odiaría creer que le he
costado tal honor.
ANITRA LYNN MCLEOD OLLIE MORGAN
Capítulo 10
McBride se dio cuenta de su error a medio camino entre las casas de los
hermanos y la casa grande. Nunca debería haber permitido a Jonas y a Ollie
caminar juntos. Sabía de discusiones anteriores que a Caleb no le gustaba Jonas.
No sabía por qué, exactamente, sólo conocía que el odio era profundo y perdurable.
La noción de que a Caleb no le gustaba Jonas por lo que había hecho con Ollie era
una parte, pero Ollie dijo que Jonas siempre había tenido miedo de Caleb. Ya que
su cuello estaba intacto, McBride sabía que él nunca había bebido de él, aunque era
el derecho de Jonas, entonces él debía haber estado totalmente atemorizado del
hermano Morgan mayor.
Caleb no gritó, ni hizo nada más que levantar a Jonas por el cuello de su
camisa y agitarlo violentamente.
—Jonas se aprovechó de Ollie cuando era un niño. —Caleb cruzó los brazos
sobre su pecho. Su postura hizo perfectamente claro que había tomado una
decisión sobre la situación y él no se movería.
—¿Un niño? —McBride alzó las cejas— Los dos sabemos que los slammers
no se venden hasta que sean mayores de edad. Así que cuando fuisteis vendidos
como hermanos, el más joven, Bailey, debía tener dieciocho en el momento de la
venta.
—Tal vez no un niño de edad, pero en temperamento era más niño que
hombre. Jonas se aprovechó de su ingenuidad.
—¡Por supuesto que no! —Caleb lanzó las manos al aire— Es ilegal, ¿no?
Eres el sheriff. Ve a arrestarlo.
McBride asintió.
—Una vez que yo lo supe, lo hice. Por eso Jonas nos trajo aquí.
—Siéntate.
—No.
McBride oyó una silla raspar por el suelo. Cuando se dio la vuelta, Caleb
estaba sentado.
—Quiero que me digas por qué piensas que Jonas os trajo aquí a la
hacienda de tallos de mi padre. —La pregunta no formulada era qué había atraído a
Jonas al padre de McBride, o viceversa. Ya que él no lo sabía y dudó que
consiguiera una respuesta honesta de Jonas, él pensó que la petición a Caleb al
menos le conseguiría alguna información sobre la situación.
—Jonas nos trajo aquí para poder tener a Ollie. Jonas pensó que aquí, a
nadie le importaría lo que estaba haciendo. —Caleb miró más allá de McBride hacia
la casa grande. Aunque estaba sentado, estaba claro que quería correr hasta la
casa y defender a su hermano. Contra su voluntad, McBride tuvo que admirar su
naturaleza protectora. Caleb podía ser grosero y cruel, pero podía ser
increíblemente compasivo.
—Ellos no van a hacer nada allí, aparte de esperarme. —De eso, McBride no
tenía dudas. En este momento los dos amantes iban a hacer cualquier cosa para
mantenerlo en un estado de ánimo indulgente.
Eso relajó a Caleb un poco, pero no mucho. Era un hombre que siempre
quería ver por sí mismo. McBride podía valorar eso.
¿Era esto lo que quería McBride? Zooks. ¿Cómo aún podría él pensar tal
cosa? Esto era la locura. Dos errores no hacían un acierto. Solamente porque Jonas
y Ollie estaban cómodos violando la ley no significaba que McBride lo estuviera.
—Te quiero. Tú lo sabes. Pensé que haría cualquier cosa para estar contigo,
pero no venderé a mi hermano para tenerte.
—No era eso lo que estaba ofreciendo. —El corazón de McBride estaba
latiendo tan fuerte y rápidamente que su visión vaciló. Inicialmente, temía que
Caleb fuera a atacarlo, pero ahora temía la determinación de sus ojos. Caleb
verdaderamente, profundamente y honestamente amaba a sus hermanos. El hecho
de que los pusiera por encima de sus propios deseos tocó a McBride más de lo que
pensó que fuera posible. Cuando él creía que no tenían nada en común, aparte de la
lujuria, tenían la fuerte convicción del bien y el mal en común. En ese momento,
viendo a Caleb poner a Ollie antes que él mismo, McBride sintió el primer tirón
delgado del amor ponerse en su corazón. Rojo brilló en su mente, indicando peligro,
pero McBride no sabía cómo poner un tapón en sus emociones. Tenía que hacer algo,
y tenía que hacerlo rápidamente.
McBride sintió sus cejas levantarse tan alto y rápido que prácticamente
dio una bofetada a su cabello.
ANITRA LYNN MCLEOD OLLIE MORGAN
—¿Lo somos?.
—Violó a mi hermano.
—Jonas vendió todo lo que tenía y le dio el dinero a Ollie. Él quiere ser el
thrall de Ollie.
—¿Su thrall?.
—Thrall de Ollie. Jonas ama a tu hermano tanto que renunció a todo lo que
tenía para estar en sus brazos una vez más porque seguramente sabía que lo
descubriría y lo patearía fuera.
—Yo le entiendo.
ANITRA LYNN MCLEOD OLLIE MORGAN
—¿A Jonas?.
En cambio, por un momento tan breve, sólo era un hombre que quería a
otro hombre. Caliente, deseo agudo lo enloqueció, y él metió su mano entre sus
caderas empujando para sacar los pantalones cortos de Caleb. Él quería apropiarse
de su polla y luego llevarla a su boca. McBride quería chupar a Caleb hasta el clímax
y luego darle vuelta y enterrar su polla hasta la empuñadura en su culo. Una vez que
hubiera llegado al clímax, atraería a Caleb en sus brazos y lo mantendría hasta que
el sol se elevara en el este.
—No ahora.
—Esto es mi trabajo.
—Sólo una vez —Caleb respiró contra la boca de McBride— Una vez y
luego vamos a dejarlo ir.
—Sabes que no funcionará. —Tan buena como esa ilusión era, McBride
sabía que si cedía una vez, nunca podría alejarse— Si te tuviera, nunca podría
dejarte ir.
—¿No?.
—¿Es eso lo que piensas? —McBride acarició la cicatriz del cuello de Caleb,
amando cómo su simple toque diezmó la fuerza del hombre— ¿Crees que te veo
como un igual?.
—¿No es así?.
—Es por eso que no voy a dejar que me muerdas. —McBride sonrió
abiertamente, exactamente como antes— Tú y yo sabemos lo que nos haría.
—¿Tú lo sabías?.
—No lo sabía. No pensé en ello. Pero Ollie tiene una cicatriz en su cuello y
también la tiene Jonas.
—No me di cuenta hasta ahora. —Un lazo de sangre era irrompible. Por eso
Caleb había trabajado tan duro para obtener un sabor de la sangre de McBride.
Sintió la conexión, ambos lo hicieron, pero no era un vínculo completo. Unos cuantos
sorbos, y estarían encerrados en una unión inquebrantable.
—Hay una manera de romper un lazo de sangre. —Caleb quebró los nudillos
mientras miraba hacia la casa.
—¿A mí?.
—A ti.
—¿Venderme?.
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—Tú no me estás dejando ninguna opción. —McBride miró cómo las todas
implicaciones de esto se hundían. Si él lo vendiera, Caleb no estaría alrededor para
proteger a sus hermanos. Además, ya que estaría solo, él probablemente iría a un
gentryman terrateniente que era demasiado pobre para comprarle un esclavo. Si él
fuera hostil y vicioso, aquel hombre lo vendería a otro, que haría lo mismo, y sin
cesar. Caleb sería zarandeado hasta que fuera demasiado viejo para ser de valor
para alguien.
—Y ¿qué es eso?.
alguien entendiera que había intentado todo para mantener sus manos fuera de
Caleb, pero simplemente no podía. Era sólo cuestión de tiempo antes de que
McBride cayera y los llevara al siguiente nivel. Pensó en lo que sería reclamar el
cuerpo de Caleb. Quisiera ir lento pero sabía que él no podría. Tal vez después de
una docena o más de veces, sería capaz de hacer una exploración lánguida, pero
esas primeras veces serían una explosión de sus necesidades.
Pero eso todavía no significaría que estaban atados. Por eso un gentryman
terrateniente podía castigar a su slammer con una follada violenta en los cepos.
McBride entendió eso ahora. No era un castigo en absoluto, no realmente. Era una
forma para él tener lo que él no podría tener sin infringir la ley. Después de una
vez o dos o incluso una docena, la lujuria se apagaría y el amo perdería
probablemente su atracción. McBride no pensaba que él lo haría. Además, no tenía
ningún deseo de humillar a Caleb de esa manera. Él simplemente le amaba. Quería
probarlo y besarlo y sentirlo responder en especie. Violarlo era lo más alejado en la
mente de McBride.
Una vez forjado un lazo de sangre, sólo había una manera de romperlo.
Caleb conocía esa verdad, por lo que quería matar a Jonas. No era
venganza tanto como él quería proteger a su hermano del dolor de ser separado de
su compañero vinculado. Si Caleb mataba a Jonas, Ollie se afligiría, pero él no
moriría por la pérdida.
—¿Qué quieres decir con que ya tienes pareja? —La voz estridente de
Easton atravesó fácilmente la puerta gruesa, diciéndole a McBride que tenía que
estar gritando a todo pulmón o malditamente cerca de ello. Después de respirar,
McBride abrió la puerta, cruzó el vestíbulo y entró en el salón.
ANITRA LYNN MCLEOD OLLIE MORGAN
Capítulo 11
Ollie no quería herir los sentimientos del esclavo, pero si no podía tener a
Jonas, no podía tener a nadie, no con un poderoso lazo de sangre.
—Easton.
—Easton. Lo siento, pero no puedo explicarlo. —La última cosa que Ollie
quería hacer era sobrepasar sus límites de nuevo y tal vez molestar a McBride más
de lo que ya estaba.
Dando este hermoso esclavo a cualquiera de los hermanos de Ollie los haría
muy felices. Bueno, todos ellos excepto Caleb, McBride tendría que encontrar un
gran thrall para él.
—Pero...
—Lo sé. Lo has estado intentando, pero quiero que vayas arriba. ¿Está
bien? —Colocó su mano sobre la pequeña espalda de Easton, impulsándolo
suavemente hacia la escalera. —Estaré de vuelta.
Estaba claro por la mirada que le echó a los dos que quería que Ollie y
Jonas se quedaran justo donde ellos estaban.
—¿Qué hará él con nosotros? —Jonas preguntó a Ollie otra vez por al
menos la cuarta vez.
ANITRA LYNN MCLEOD OLLIE MORGAN
Ollie se encogió de hombros. Ahora no sabía la respuesta más que hace una
hora.
—¿Cómo lo sabes? —Jonas arqueó una delicada ceja sobre un hermoso ojo
azul.
—¿Lo fue? —Jonas apartó la mirada— Pareces tan seguro de que McBride
puede resistir. ¿Él es más fuerte que yo?.
—¿Cuándo fue la última vez que se alimentó de ti? — Jonas miró hacia
arriba hacia donde McBride había llevado a Easton. La casa grande estaba
sólidamente construida, pero estaba claro que estaban en el segundo piso porque
Ollie podía oír el débil sonido de los pies directamente encima de ellos.
ANITRA LYNN MCLEOD OLLIE MORGAN
—Sabes cuándo. Hace dos noches. —A Ollie no le gustó donde esto iba.
McBride había sido una especie de propietario cuidadoso. Él nunca había cruzado la
línea, y Ollie no quería escuchar a Jonas especulando que él lo había hecho.
—No sabía que ibas a venir. —Ollie acarició la rodilla de Jonas con la
esperanza de tranquilizarlo. Incluso si hubiera sabido que la llegada de Jonas era
inminente, Ollie todavía habría dejado a McBride beber porque le pertenecía. Ollie
comenzó a ver por qué él y Jonas nunca funcionarían. Sus sueños románticos eran
precisamente eso, sueños. Jonas nunca iba a ser un thrall, y Ollie siempre se
sentiría obligado a ser un buen slammer para McBride.
—No quería decir que no deberías haber abandonado tu cuello por él.
—¿Lo hiciste?.
—Todavía no.
—Lo sé. —Por un momento, Jonas pareció estar completamente en paz. Fue
fugaz, pero a través de ese vínculo mágico, Ollie pudo saber que estaba
honestamente feliz por eso— McBride no sabe que hemos dado ese paso final e
irrompible.
—Sí, lo sé. —McBride entró en el salón. Tomó la silla en ángulo con el sofá
en que Ollie y Jonas se sentaron— Lo descubrí una vez que me di cuenta que cada
uno tenía una marca singular en sus cuellos.
Instintivamente, Ollie alzó la mano para cubrir la marca que Jonas había
hecho. Jonas hizo lo mismo. Echaron un vistazo uno al otro, rieron incómodos, luego
dejaron caer sus manos de vuelta. No tenía sentido esconder lo que ya sabía que
estaba allí.
—Lo sé. —Jonas bajó la mirada hacia el suelo —Yo no debería haberle
dejado morderme.
—Habéis hecho esto mucho más doloroso de lo que tenía que ser. —
McBride se pasó la mano por la cara, parecía agotado. Si estaba teniendo
relaciones sexuales con Caleb, está claro que no era muy satisfactorio, lo que llevó
a la conclusión de Ollie de que no lo estaban haciendo. Pero, de nuevo, Ollie
recordaba cuando había estado resistiendose a Jonas. Había estado cansado, de
mal humor, y su falta de liberación se mostraba en su rostro y la forma en que se
movía. Caleb había pensado que Ollie estaba gruñón porque Jonas lo estaba follando
contra su voluntad, pero la verdad era que Ollie estaba irritable debido a que no
estaban teniendo relaciones sexuales cuando él desesperadamente quería hacer
eso con Jonas. ¿Podría ser lo que estaba pasando con Caleb y McBride?. Ambos
hombres habían parecido excesivamente enfadados, así que tal vez estaban
resistiéndose el uno al otro. Todas las cosas que Jonas había dicho antes mientras
estaban sentados y esperaran, flotaban a través la conciencia de Ollie.
—Nunca nos propusimos hacer esto. —Jonas miró a Ollie e hizo una
pequeña sacudida de cabeza rápida. Era casi como si quisiera advertirle de que no
hiciera a McBride cualquiera de las preguntas en su mente.
—No veo que eso signifique algo. —McBride estiró sus largas piernas
delante de él, llamando la atención sobre el abultamiento prodigioso en su pantalón.
Ollie se dio cuenta de que Jonas todavía estaba tratando de hacer las
cosas tan bien como él podía cuando no había manera de que pudieran estar
separados por ningún periodo de tiempo.
—No —Ollie no pensaba que pudiera aunque lo intentara. Aún así, podría
poner a su amo de mejor estado de ánimo. Él había parecido animarse
inmediatamente anoche después de una buena comida y una completa chupada de
sangre. —¿Te gustaría que haga algo de comer?
McBride parecía a punto de decir algo más, tal vez señalando que no sería
probable que coma nada a menos que lo probase primero, pero Ollie hábilmente lo
interrumpió diciendo:
—Lo sé. —McBride se puso de pie— ¿Puedes confiar en que voy a hacer lo
que tenga que hacer con el fin de protegerte?.
Ollie casi preguntó lo que significaba eso, pero recordó el viejo dicho
acerca de que a caballo regalado no le mires el diente. Los caballos se extinguieron
en la plaga, pero Ollie entendía la esencia del sentimiento. Sería imprudente
cuestionar los motivos de McBride. Él y sólo él podía hacer o deshacer su relación
con Jonas.
—¿Yo? —Rió Jonas— Me temo que sería más probable que corte mis dedos
que cualquier cosa.
—Vas a ser una maravilla. —Ollie besó su mejilla y luego susurró— Quiero
pasar tanto tiempo contigo como yo pueda.
—¿Anoche?
—Ah. Easton cocinó para mí. —McBride trató de mantener una cara
neutra, pero estaba claro que Easton cocinando dejaba mucho que desear— Le dije
que su compañero le podría ayudar a poner en práctica la teoría, pero voy a tener
que encontrar otra manera.
—Veremos.
Fue tan evasivo como McBride podría ser, pero Ollie asintió.
—En primer lugar debo ver lo que tienes para trabajar con eso.
Capítulo 12
Cuando Jonas miró a Ollie, se dio cuenta de que su amor no había tenido
intención de preguntar de manera audaz, vulgar, pero era demasiado tarde para
corregir cualquier cosa. Se había hecho la pregunta, y la capacidad de Jonas para
dirigirse sutilmente con insinuaciones y amenazas ocultas sobre McBride se perdió.
En cierto modo, Jonas se sintió aliviado. Habiendo sido sometido a chantaje él
mismo, ya no estaba tan seguro de poder infligir el tormento emocional sobre otro,
y mucho menos a un hombre como McBride. Ahora él no tenía por qué. Ollie lo había
salvado de forma permanente de ensuciar una parte de su alma para siempre.
—Quiero saber. —Ollie miró por la ventana y luego a McBride —El atacó a
Jonas hoy porque pensaba que estaba protegiéndome. Tal vez me toca a mí
devolver el favor.
Eso era lo que había que decir, ya que atrajo a McBride a la sala y lo hizo
receptivo a lo que Jonas quería decirle. Al igual que todos los hijos, McBride tenía
curiosidad acerca del hombre cuyos genes imitaba. Dado que los niños se criaban
lejos y aparte de sus antepasados genéticos, entraban en sus vidas sin saber nada.
A medida que los años pasaban y construyeron su propia vida fuera del resto de sus
antepasados, se enteraban de las cosas, no todas ellas agradables.
—Yo era el mejor hombre que él conocía. —Jonas tomó otro sorbo de
brandy y trató de no ronronear. No podía recordar la última vez que había tomado
licor de ningún tipo. Los thralls no bebían, por lo que había estado dejando de lado
el alcohol de acuerdo con su función, pero ahora que no había esperanza para eso,
tomó de nuevo su papel de gentryman. Le asombraba lo fácil que era hacerlo.
McBride permitió eso sin comentar, lo que le dijo a Jonas que era
diferente a su padre en eso, que no le importaba dar golpes bajos.
Ollie entró en la sala, con los ojos estrechados. Él quería saber qué estaba
haciendo Jonas, pero no iba preguntar. Lanzando una pregunta tan grosera sobre
McBride durante la comida, había obligado a Jonas a cambiar de táctica. No tenía
ni idea ahora de cómo conseguir que McBride los ayudara, pero si hacía como que
tenía la ventaja, quizás McBride creería que la tenía.
ANITRA LYNN MCLEOD OLLIE MORGAN
—Por favor, siéntate conmigo. —Jonas dio unas palmaditas en el sofá junto
a él—¿Quieres una copa de brandy?.
Ollie lanzó una mirada interrogativa a McBride, quien asintió. Estaba claro
que no se sentía amenazado, y esto dio un poco del viento a las velas de Jonas. El
necesitaba desequilibrarle. Necesitaba que McBride fuera receptivo a darle a él y
Ollie lo que ellos necesitaban. Jonas se levantó y preparó una copa de brandy para
Ollie, que tomó un sorbo y dejó la copa sobre la mesa. Por la expresión de su
rostro, no le gustó la bebida en lo más mínimo.
—Él ya es mío. —Jonas colocó una mano posesiva sobre la rodilla de Ollie—
No puedes romper nuestro lazo de sangre.
—En realidad, estás equivocado. —McBride estiró las piernas y movió los
dedos de los pies— Hay una manera de romper el enlace.
Fue Ollie quien miró fuera por la ventana de la sala hacia el círculo
ordenado de casas y susurró.
—Caleb.
—Así es —McBride levantó las piernas para arriba sobre su rodilla para
poder quitarse los calcetines, que metió en las botas— Estaba bastante firme en
que liberaría a su hermano de tu asimiento de una u otra manera.
—¿Y Caleb aceptó eso? —Jonas encontró eso imposible de creer— Caleb es
un tipo de hombre de ver-por-ti-mismo. ¿Por qué iba a confiar en ti?.
En lugar de responder, McBride estiró las piernas y excavó con los dedos
de los pies en la alfombra con un suspiro de felicidad. ¿Por qué no le preocupaba?
Él debería haber estado frenético por cubrir sus transgresiones con Caleb. Y allí
estaba su respuesta mirando directamente en la cara de Jonas. McBride no se
había comportado mal con Caleb. Su gran estrategia no tenía sentido sin tener el
apalancamiento de la culpa. Si McBride no había hecho nada malo, no había nada que
Jonas pudiera sostener sobre su cabeza. Tal vez McBride era mucho más fuerte
que él.
—No estoy aquí para hablar de eso contigo. —McBride cerró los ojos y
reposó la cabeza en el respaldo de la silla. No podía parecer más relajado si lo
intentaba.
No fue un no o un sí. Fue una no-respuesta que dejó a Jonas con una
sensación de vacío y cansado.
—No —McBride no lo dudó— Dos errores no hacen un bien, así que no veo
cómo tres lo harían, tampoco.
ANITRA LYNN MCLEOD OLLIE MORGAN
Una vez más, una curiosa expresión cruzó el rostro de McBride. Él pareció
perdido en el anhelo y luego bruscamente determinado a sostenerse lejos de lo que
él más añoraba. En esa fracción de segundo de tiempo por la mirada que poseyó la
cara de McBride, Jonas entendió que, aunque McBride podría querer a Caleb casi
desesperadamente, él no iba a violar la ley para tenerlo. Pero era algo más
profundo que eso. McBride no iba a romper su propio código. Jonas se dio cuenta
de que, más que cualquier ley de la tierra, McBride se movía por una ley propia, que
era mucho más estricta y rígida que cualquiera elaborada por el Consejo de
Genética.
—No creo seas un idiota. Creo que eres un buen hombre que sabe lo que le
sucederá a Ollie si estoy separado de él —Jonas procuró ahora involucrar la
compasión de McBride.
—Si no soy yo, entonces ¿quién? —Jonas nunca había entendido al padre de
McBride o su repentina y terrible enfermedad.
—Dime una cosa, Jonas. —McBride abrió una rendija de un ojo, fijando a
Jonas al sofá. —¿Alguna vez lo amaste?.
—Tu padre era muy amable, pero lo que teníamos no era así.
—No. —Jonas lanzó un vistazo rápido a Ollie, que parecía tan incómodo que
podría haberse largado excepto que él esperaba el permiso de su amo— Me
gustaba mucho su compañía, pero no lo amé. Cuando llegué aquí, a la hacienda de
tallos de tu padre, estaba ya enamorado de Ollie.
—Y tú eres sin duda el peor thrall que he visto en mi vida. —Una vez más,
los dos ojos de McBride se cerraron, pero había una peculiar sonrisa en su rostro—
No has dejado a Ollie hablar apenas una palabra. Tú estás a cargo, y siempre lo
estarás.
La mano de Jonas se tensó sobre la de Ollie cuando McBride abrió los ojos
y miró directamente para él.
Capítulo 13
—No es raro que un hijo siga los pasos de su padre. —McBride estaba de
pie en el porche de la casa grande tres días después de haber descubierto a Jonas
en la casa de Ollie. Habían renunciado a dar una gran fiesta, pero la gente los había
regado en regalos de todos modos. Los presentes estaban prácticamente
cayéndose de la mesa del vestíbulo, pero ahora sus slammers y los thralls que los
habían regalado estaban agrupándolos alrededor— No sabía lo que me faltaba
hasta que conocí a Jonas.
McBride miró las caras de sus slammers, encontrando que sus reacciones
eran sobre todo felicidad por él. Ollie jugó perfectamente la parte de amante
herido, pero fue la conmoción horrorizada en el rostro de Caleb lo que se quedaría
gravado en McBride a lo largo de su vida.
mayoría eran entregados por medio de sirvientes electrónicos. Sólo Quintus vino
en persona y sólo para dar noticias sobre el caso de Larsden.
Caleb se paró con los demás para oír el anuncio, pero una vez que fue
hecho, giró sobre sus talones y caminó lejos. Tenía la espalda apretada y su postura
era la de un guerrero gravemente herido que nunca permitiría que nadie viera que
le habían dado un golpe mortal. A McBride le dolió, pero no mostró nada. En muy
poco tiempo, McBride se había convertido en un hábil mentiroso. Encontraba el
papel incómodo, pero era la única manera de salvar la vida de Jonas y evitar que él
y Ollie sufrieran las torturas de la separación.
Caleb odiaba a Jonas tanto que se negó a mirar a McBride ahora que
McBride había reclamado al hombre como su compañero. Tal vez Caleb sabía la
verdad, que McBride realmente no quería a Jonas, pero el hecho de que había
salvado a Jonas al reclamarlo lo hizo intocable a los ojos de Caleb. Caleb no mataría
a Jonas ahora. Pero lo más importante, no le daría la bienvenida a McBride en sus
brazos, ni trataría de empujarlo a su cama. Este era el último ladrillo que
terminaba con lo que podría haber sido.
McBride se sintió aliviado en parte de que ya no tenía que luchar contra los
avances de Caleb, pero se dio cuenta de que lo que había hecho no había cambiado
su anhelo. La lujuria todavía latía a través de su sangre, pero si Caleb lo dejaba
solo, McBride esperaba que sus necesidades se desvanecían en el tiempo. Después
de los deseos de sus slammers y thralls, McBride y Jonas entraron en la gran casa.
Mantuvieron la casa bien iluminada y se aseguró de permanecer cerca de las
ventanas para que cualquier persona que mirara vería que eran simplemente una
pareja normal. Comían, bebían, hablaban e incluso fingían un breve encuentro
romántico en el salón.
—No sé muy bien cómo agradecerte lo que has hecho. —Cualquiera que
mirara a Jonas desde lejos vería su cara inclinada con adoración hacia McBride.
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—Tenía que proteger a Ollie. —Las otras razones de McBride eran las
suyas.
Jonas pasó su mano por el pecho de McBride y puesto que todavía llevaba
puesto su camisa su azul oscuro no sintió más que un poco de presión.
Jonas retrocedió lo suficiente para que se pudieran mirar. Sus ojos azules
estaban realzados por el púrpura de su chaqueta. —Hice todo lo que pude para
ayudar a tu padre.
Los ojos azules se abrieron de par en par y estaba claro que Jonas iba a
echarse hacia atrás, así que McBride pasó la mano por su nuca y la apretó
ligeramente, sosteniéndolo en su lugar. —No te atrevas a alejarte de mí. Recuerda
que estamos representando un espectáculo. —McBride no se molestó en mirar
hacia la ventana abierta, pero sabía sin ver que Caleb estaba observando. Cada
toque que le hacía a Jonas estaba apuñalando a Caleb y a McBride le dolía eso, pero
tenían que detenerse antes de que se convirtieran en Jonas y Ollie. Esos dos
tendrían un final feliz, pero sólo habría problemas y dolor si McBride y Caleb
consumaban su relación. Esto, lo que estaba haciendo con Jonas ahora mismo, sería
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el último golpe final que empujaría a Caleb lejos para siempre. Era el pecado más
imperdonable que McBride podía cometer a los ojos de Caleb.
—¿Por qué?.
—¿Bebió de él?.
Jonas asintió con la cabeza y luego se acercó para que una vez más
parecieran estar en el abrazo de un amante. —Casi lo mató cuando bebió tan
profundamente de él.
—Pero tú si lo hiciste.
Eso empujó a McBride lejos de Jonas tan rápidamente que casi se cayó del
sofá. Se recuperó y caminó a través de la sala hasta las cortinas. McBride miró
hacia fuera, y su mirada inmediatamente conectó con la de Caleb, que estaba
parado cerca de la ventana delantera de su hogar, mirando hacia la casa grande.
Incluso desde una gran distancia, McBride podía ver su ira. Había regresado con
toda su fuerza. Pero también vio el arrepentimiento de Caleb por lo que pudo haber
sido. Sin reconocerlo, McBride cerró las cortinas.
Rezó para que fuera el caso y no que Jonas estuviera infectado con algo.
Cuando Jonas tomó su copa y le sirvió otra, McBride la tomó, pero esta vez
la bebió lentamente. —¿Cómo te sientes?.
—Me preocupa que nos pillen. Nervioso por ocultar mi atracción por Ollie
cuando otros estén alrededor.
—No, quiero decir físicamente, ¿cómo te sientes? —Lo último que McBride
necesitaba era una repetición de Larsden.
—Se siente normal cuando estoy cerca de Ollie. —Jonas acunó su vaso
mientras miraba en dirección a la casa de Ollie.
Jonas asintió con la cabeza. —¿De verdad lo dejarás vivir aquí y cocinar
para ti?.
—Caleb no es estúpido.
Lo que había hecho hoy puso fin permanente a eso. —Tengo que conseguirle un
thrall.
—Déjalo ir, Jonas. Las cosas son como son. Todos tenemos que hacer
sacrificios. —Además, este sería el castigo por lo que ya había hecho con Caleb.
—Pero no entiendo por qué lo hiciste. —En lugar de beber, él giró el líquido
en su vaso, mirándolo en él en lugar de mirar a McBride.
Con los brazos enlazados subieron la escalera hacia el piso superior. Ahora
que McBride había asumido todo en la vieja vida de su padre, él había decidido que
ocuparían su habitación también, por lo menos por esta noche.
Una vez que bajara por el pasillo hasta su verdadero dormitorio, Ollie
subiría por la escalera trasera.
Por un momento, Jonas miró a punto de soltar una mentira elaborada o tal
vez decir que no sabía nada sobre la habitación extra o los extraños trajes
escondidos dentro, pero dado lo que McBride había hecho por él, Jonas cambió de
opinión.
—Recuerda que cuando llegué aquí con los hermanos Morgan, ya estaba
completamente enamorado de Ollie. No tenía ningún interés en un thrall o incluso
en tu padre, en realidad, pero hice todo lo posible por hacer lo correcto con él.
ANITRA LYNN MCLEOD OLLIE MORGAN
McBride se liberó del resto de su ropa. Las cortinas estaban echadas y las
luces habían sido arregladas de modo que sus sombras no se reflejaran contra las
ventanas. Cualquiera que fuera el espectáculo que él y Jonas estuvieran
interpretando estaba bien y parecía verdadero.
Resistirse al hombre que quería resultó ser imposible para Jonas, pero
McBride había elegido una forma diferente. Dado lo completamente quebrantado
que estaba Caleb esta noche, había terminado con él para siempre. Le dolía, pero
McBride imaginaba que el dolor que sentía ahora era mucho menor de lo que
sentiría más tarde si sus sentimientos por Caleb pudieran profundizarse.
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—Lo sé, pero no quería que los slammers vinieran aquí. Se quedaba en la
casa con las persianas echadas y bebía sangre envasada. Hasta que consiguió a
Zeth, eso es. —Jonas lo miró— No me preguntes cómo lo conoció o porque estaba a
la venta. No lo sé. Simplemente lo hizo. Una vez que Zeth llegó, tu padre fue mucho
más feliz. Todavía permanecía en la casa, pero no estaba tan nervioso. Y creo que
Zeth lo amó de alguna manera. Zeth disfrutaba de la naturaleza prohibida de su
relación en la que tu padre no parecía importarle que estuviera violando la ley.
—¿Y a ti?.
Ahora que ya había terminado con los botones, Jonas se quitó la camisa y
se puso a trabajar en sus pantalones— Vi a Ollie y me sentí herido, pero sabía que
si me mantenía alejado de él, estaría bien. Así que eso es lo que hice. Pero entonces
el destino intervino.
—No. Los vi el día que recorrí la prisión, pero cuando vi a Ollie, supe que no
sería capaz de controlarme —Jonas observó cómo el mayordomo desnudaba la
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cama—Había algo tan interesante en él. Algo masculino y fuerte. Esa parte
dominante de Ollie llamó a la parte sumisa de mí. —Después de un momento, Jonas
sacudió su cabeza como si estuviera tratando de sacudirse el recuerdo— Creo que
fue tu padre quien me los compró.
McBride soltó un largo suspiro. Tendría que ser su testigo porque no podía
haber nadie más. Tal vez era otro castigo por querer violar la ley con Caleb.
—Sé que es mucho pedir. —Jonas volvió a mirar hacia la ventana y donde
estaba situada la pequeña casa de Ollie.
McBride tenía pruebas más que suficientes de que los dos hombres
estaban absoluta, completa y totalmente enamorados. No había duda en su mente
de que había hecho lo correcto al afirmar que Jonas fuera su compañero para que
Jonas y Ollie pudieran estar juntos. McBride sólo esperaba que alguien pudiera
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hacer un sacrificio similar por él. Si alguna vez tenía a alguien, ese hombre tendría
que vivir con el conocimiento por escrito de que McBride pertenecía a otro. Ese
pensamiento volvió su mente a Caleb, quien probablemente se convertiría de pronto
en el amante secreto de McBride si McBride no hubiera permitido que su odiado
enemigo tuviera acceso al hermano de Caleb.
—Caras. Sí. —Jonas estaba de acuerdo, pero alzó la vista hacia el techo y
luego se alejó— Tu padre hizo eso.
—Sí.
—Debía haber estado loco. —Lo cual preocupaba a McBride por su propia
salud mental.
—Puede ser.
—Tú y Ollie tendréis que vivir una vida de secretos y mentiras. Según la
ley y aquí, tendremos que actuar como si fuéramos compañeros dedicados. Sólo
detrás de las puertas cerradas, tú y Ollie podéis estar juntos. No creo que eso sea
muy buena vida.
Tal vez McBride había dañado a Caleb mucho más que a sí mismo. Ese
pensamiento le rompió el corazón. No quería lastimar a nadie.
Capítulo 14
Lo que sorprendió a Ollie fue que Caleb no dijese nada. Caleb podría haber
desafiado a Ollie y Jonas, presentar una queja contra cualquiera de ellos, Ollie,
Jonas, o incluso McBride, por violar la ley, pero Caleb no hizo nada. En su lugar,
Caleb negó con la cabeza y lanzó su mirada decepcionada a Ollie, pero siguió
trabajando en el campo. De alguna manera, la desaprobación silenciosa de Caleb era
mucho más cortante que su ira física o sus duras palabras podrían ser. Ollie se
sentía avergonzado de haber decepcionado a Caleb.
Algo dentro de Ollie quería explicarse con Caleb, pero otra parte, una
parte más fuerte, le dijo a Ollie que decir la verdad a Caleb no tendría sentido ya
que él ya sabía que McBride había reclamado a Jonas para que Ollie y Jonas
pudieran estar juntos. Los otros hermanos no lo sabían, pero Caleb lo hacía, y eso
le molestaba, pero Caleb no tomaría represalias. Caleb estaba decepcionado con
Ollie, pero lo que Ollie no sabía era por qué. Sabía que Caleb y Jonas no se
gustaban, pero la decepción de Caleb parecía ir más allá.
tratando de mantenerse alejados el uno del otro porque sabían que estaba mal,
pero finalmente iban a fallar.
¿O ya habían fracasado?.
¿Acaso McBride había tomado a Jonas como una forma de poner un bloque
entre él y Caleb? Ciertamente podría funcionar. Caleb odiaba a Jonas lo suficiente
como para que si sospechara que McBride estaba con Jonas, Caleb ni siquiera
permitiría que McBride se alimentara de nuevo sin una pelea, por miedo a que su
sangre de alguna manera terminara en el estómago de Jonas. Caleb preferiría
matar a Jonas que dejar que el enlace de sangre con su propio hermano
permaneciera, y eso decía mucho sobre la mentalidad de Caleb. No es que nada de
eso fuera el problema de Ollie. Ahora que él y Jonas podían estar juntos, sólo
tenían que encontrar tiempo para hacer que eso sucediera. Ollie no tenía por qué
preocuparse. Lo que le sorprendía era la frecuencia con la que él y Jonas
encontraban maneras de hacerlo ahora que Ollie estaba viviendo en la casa grande
como cocinero. Puesto que Jonas era un gentryman ocioso, podía estar donde
quisiera en cualquier momento. Ollie lo encontraba en todo tipo de lugares
esperando un beso, un abrazo, pero nada más.
—Quiero hacer el ritual primero. —Jonas pasó su mano por el centro del
pecho de Ollie hasta su polla, pero sólo tocó ligeramente y luego retiró su mano
completamente. Fue una tortura.
—Pero ¿por qué? —Ollie estaba a punto de estallar, deseaba a Jonas tan
desesperadamente—. Ya estamos totalmente unidos, así que realmente no importa.
—A mi me importa.
—Todavía no entiendo por qué hizo esto por nosotros. —Fue un tremendo
sacrificio sin un solo beneficio para McBride por lo que Ollie podía ver.
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—Tenía sus razones. —Jonas retrocedió un poco y miró hacia arriba, tal
vez en la dirección donde estaba McBride.
—¿Son?.
—A mi me importa.
Jonas ofreció una débil sonrisa cuando Ollie le devolvió sus propias
palabras a él. —Me siento mal hablando de McBride por detrás. Ha hecho tanto por
nosotros que no debemos devolver su amabilidad con charla inútil.
Ollie bajó la cabeza. Jonas tenía razón. Especular sobre McBride después
de todo lo que había hecho por ellos era ingrato. Y entonces un nuevo pensamiento
vino a Ollie. —¿Y si podemos ayudarles a estar juntos? —La idea de darle a su
hermano algo que él claramente quería además de agradar a McBride parecía una
situación de ganar-ganar.
Era otro buen punto, pero Ollie todavía quería darle algo de regreso en
especie a McBride. —Después de todo lo que ha hecho por nosotros, debemos
hacer algo a cambio.
—Lo sé, pero no esto. Creo... Creo que está haciendo todo lo posible para
alejarse de Caleb, no sería correcto que tratásemos de empujarle a una situación
que claramente está tratando de evitar.
—Sabía que no podría estar lejos de ti. —Jonas dio un paso adelante hasta
que estuvo presionado contra Ollie—. Lo he intentado mucho, pero nada me
impediría estar contigo.
Jonas levantó la cara, haciendo que sus grandes ojos azules fueran más
grandes y mil veces más inocentes.
—¿Pensé que querías esperar al ritual? —Ollie lo tenía justo donde quería,
y no iba ceder rápidamente. Que se rindiera a su necesidad era una conclusión
inevitable, pero quería alargar las cosas hasta que su compañero estuviese
prácticamente en lágrimas con anhelo. Jonas nunca se veía mejor que cuando
estaba desesperado por fundirse con él. Decía que era sabido cuán bueno era ese
momento de la penetración que le ponía a un paso de un animal sin sentido.
—Porque eras mayor que yo y estás mas arriba socialmente que yo.
Jonas frunció el ceño y se liberó del agarre de Ollie. —¿Crees que hay algo
mal en mí porque quiero que me folles?.
—Lo sé. Y sabes que nunca he pensado menos en ti por querer estar
debajo, ¿verdad?.
Capítulo 15
sábanas hasta el pie del colchón. Debajo de sus rodillas, las sábanas eran casi
pecaminosamente suaves, pero lo que mantenía su atención clavada era la mirada en
la cara de Ollie. Estaba tan feliz que prácticamente brillaba.
—La vela está iluminando tu cabello. —Ollie acarició con su mano los rizos
dorados de Jonas—. Eres realmente hermoso, ¿sabes?.
—Cuando me miras así, lo sé. —Jonas besó el centro del pecho de Ollie.
McBride no habló ni se movió durante mucho tiempo. Por el rabillo del ojo,
Jonas notó una expresión de envidia en la cara de McBride. Fue en ese momento
que Jonas se dio cuenta de lo mucho que McBride quería a Caleb. Él nunca actuaría
sobre sus deseos, y eso hizo a Jonas aún más agradecido de haber sido bendecido
lo suficiente por tener lo que tenía con Ollie. Sin la ayuda de McBride, todavía
estarían penando el uno por el otro. Lamentablemente, no había nada que pudiera
hacer para ayudar a McBride y Caleb a menos que pidieran su ayuda. Si McBride
trataba honestamente de mantenerse alejado de Caleb, Jonas ciertamente no iba a
estar empujándolo en esa dirección, no después de la bondad que había mostrado.
Sin embargo, si McBride alguna vez pidiera ayuda, Jonas se partiría la espalda para
ayudarle.
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McBride se trasladó al lado de Ollie con una vela blanca. —Esto representa
la unión de vuestras almas —su voz era ronca, y se aclaró la garganta mientras
encendía la vela. La luz que se filtraba se deslizó a través de los mechones de color
café claro de Ollie, haciendo una danza dorada sobre su cabeza. Ollie parecía un
hombre elevado a la divinidad. Era todo lo que Jonas había deseado, e iba a hacer
todo lo que estuviera a su alcance para asegurar la felicidad de los dos.
Jonas levantó los labios hacia Ollie. Su beso fue tentativo al principio,
luego se volvió más apasionado cuando la intensidad del momento los alcanzó. Esto
era lo que Jonas había estado esperando toda su vida. Quería unirse a un
compañero que lo entendía como un hombre, lo amaba a pesar de sus flaquezas, y le
quería por quien era más que por la persona que quería ser. Ollie hizo eso por
Jonas, y Jonas juró que siempre haría lo mismo por Ollie.
—No importa lo que tenga que hacer para estar contigo, lo haré con mucho
gusto, porque no hay nadie más para mí que tú. —Ollie besó la cicatriz en el cuello
de Jonas.
Esta era la parte que sólo se suponía que los terratenientes gentrymen
debían hacer. En un ritual vinculante entre un slammer y un thrall, el slammer
penetraba al thrall y bebía su sangre por primera vez, pero puesto que Jonas y
Ollie estaban procediendo como si fueran iguales, habían renunciado a la
penetración y ahora beberían al mismo tiempo.
—Pero no te he preparado.
—Realmente te deseo, Jonas. —Ollie puso sus grandes manos a cada lado
de la cabeza de Jonas—. No me puedo imaginar estar con nadie más que contigo.
—No duraré, —Ollie respiró contra la cicatriz que había hecho en el cuello
de Jonas.
Se rieron juntos, y luego Jonas levantó su parte superior del cuerpo para
poder mirar por encima de la ancha espalda de Ollie.
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—McBride.
—No hagas nada a menos que lo pida. —Jonas soltó un jadeo de lujuria y
anhelo mientras Ollie perforaba con su polla cada vez más profundo. Al inclinar las
caderas, Jonas permitió que su compañero entrara tan completamente en su
interior que era casi doloroso.
—¿Cómo puedes incluso preguntar eso después de todo lo que hemos hecho
para estar juntos? —Ollie parecía tan profundamente lastimado que Jonas salió por
la borda para tranquilizarlo.
—Soy un tonto siquiera para sugerir algo semejante. —Jonas besó a Ollie
una docena de veces—. ¿Me perdonas?.
—Ya sabes que sí. —Ollie le besó de nuevo, pero se tomó su tiempo y colocó
los besos con deliberada intención—. Solo estás preocupado porque todo es tan
nuevo y frágil.
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—Me conoces mucho mejor de lo que pensaba. —Jonas enganchó sus pies y
empujó, apretando a Ollie contra él. Arqueándose, se encontró con su polla con
total aceptación. —Ah, mi amor.
—Me vuelves loco. —Ollie bajó sus labios contra la cicatriz del cuello de
Jonas y la provocó mientras sacudía su polla dentro y fuera del calor agarrado del
culo de Jonas—. Dime la verdad que siempre serás mío.
—Me rindo. Yo doy todo lo que soy para ti. —Jonas se arqueó y se corrió
contra el vientre de su compañero. No podía ver, oír ni sentir nada durante mucho
tiempo. Perdido en la felicidad de la sumisión, Jonas sólo conocía el poder profundo
de su elegido.
—Te reclamo con todo lo que soy. —Ollie sacudió su cuerpo encima de
Jonas, su polla alcanzando nuevas profundidades con cada empuje. Una vez que
Ollie tocó fondo en el cuerpo de Jonas, él gruñó, mordió, y atrajo fuerte, chupando
la sangre de Jonas. La avalancha de pérdidas era casi aterradora, pero Jonas sabía
que Ollie no drenaría su fuerza vital. Después de un profundo trago, Ollie lamió la
herida cerrándola, levantó la cabeza y sonrió a Jonas—. Me impresionas.
Capítulo 16
Observarlos unidos había sido difícil porque McBride tuvo que dejar de
lado sus propios anhelos. Cuando se dio cuenta de que no podrían unirse nunca
porque había reclamado a Jonas como su compañero, algo en su alma gritó. Lo había
liado todo. Bueno, eso no era totalmente cierto. Ollie y Jonas eran felices y aunque
tenían que vivir una mentira, McBride pensó que seguirían estando agradecidos por
lo que tenían porque era mucho mejor que nada.
medida que el verano avanzaba. Cada día añadiría un poco más a su bronceado, lo
que haría su sonrisa parecer más blanca.
Eso hizo que McBride se preguntara si Caleb había visto las sombras bailar
contra las ventanas del dormitorio principal. Si Caleb hubiese observado, ¿había
creído lo que había visto? McBride no lo sabía y ciertamente no podía preguntar. A
partir de ahora él y Jonas eran compañeros dedicados y totalmente unidos.
Es curioso, pero nunca los vio trabajar en ese campo y no tenía ni idea de
por qué.
McBride prefería mirar esta dirección, tal vez porque más allá de su tierra
estaba la ciudad de Woven Spire y le gustaba mantener eso en su línea de visión.
—Aquí Quintus.
ANITRA LYNN MCLEOD OLLIE MORGAN
—¿Cómo?
—No entiendo.
—Maldición. —McBride se pasó una mano por su rostro cansado. Esto era
posiblemente lo último que necesitaba— Tenemos que hacer presencia en la ciudad.
—Tal vez con figuras de autoridad a la vista de la gente se calme y dejen de irse.