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Cuidarse para cuidar 1

Programa de Apoyo y Acompañamiento de la Mujer en el


Periodo Puerperal: Prevención de la Depresión Posparto.
Cuidarse para Cuidar.

Cristina Cabañas López

Aarón de Pascual Acedo


Gonzalo González García

Violeta Heredero Sanz

Psicología del Ciclo Vital II: Desarrollo Cognitivo, Afectivo y Social.


Universidad Rey Juan Carlos de Alcorcón. Facultad de Salud.
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Resumen

El presente trabajo aborda la problemática de la depresión postparto (DPP), un trastorno mental

que afecta en torno al 15% de las mujeres tras el parto y que puede conllevar graves

consecuencias para la madre y el bebé. La investigación parte de la identificación de factores

genéticos, hormonales y ambientales que incrementan el riesgo de DPP, como el estrés,

antecedentes familiares de depresión y cambios hormonales. Asimismo, se enfatiza la

necesidad de programas preventivos que combinen apoyo emocional, herramientas

psicológicas y fortalecimiento del vínculo madre-hijo.

El programa incluye a 15 mujeres mayores de 18 años, identificadas en su primer mes postparto

como en riesgo de padecer DPP mediante la Escala de Depresión Postnatal de Edimburgo

(EPDS) (1). Estas participantes no reciben información externa durante la intervención para

garantizar resultados controlados. El programa consta de cuatro sesiones, espaciadas

semanalmente, que abordan temas como el conocimiento sobre DPP, autoestima, mindfulness,

inteligencia emocional y vínculo madre-bebé, utilizando técnicas prácticas y reflexivas.

Para analizar la efectividad del programa, se empleará la prueba de Wilcoxon para muestras

relacionadas, comparando las puntuaciones pre y post intervención de la EPDS. Se espera una

reducción significativa en los niveles de depresión, evidenciada por puntuaciones menores en

el postest, lo que indicaría una disminución de la sintomatología.

Los resultados esperados apuntan a que el programa contribuya a prevenir la DPP y a mejorar

la estabilidad emocional de las madres, fortaleciendo su capacidad para afrontar las exigencias

del posparto y favoreciendo el desarrollo saludable del bebé. Este enfoque integral destaca la
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importancia de intervenciones tempranas y holísticas para abordar un problema con

repercusiones significativas en la salud pública.

Abstract

This study addresses the issue of postpartum depression (PPD), a mental disorder affecting

approximately 15% of women after childbirth, with potentially severe consequences for both

the mother and the baby. The research focuses on identifying genetic, hormonal, and

environmental factors that increase the risk of PPD, such as stress, a family history of

depression, and hormonal changes. Additionally, it emphasizes the need for preventive

programs combining emotional support, psychological tools, and strengthening the mother-

child bond.

The program includes 15 women over 18 years old, identified within their first postpartum

month as being at risk of PPD through the Edinburgh Postnatal Depression Scale (EPDS).

These participants receive no external information during the intervention to ensure controlled

results. The program consists of four weekly sessions addressing topics such as understanding

PPD, self-esteem, mindfulness, emotional intelligence, and the mother-baby bond, using

practical and reflective techniques.

To analyze the program's effectiveness, the Wilcoxon signed-rank test will be employed,

comparing pre- and post-intervention EPDS scores. A significant reduction in depression levels

is anticipated, evidenced by lower post-test scores, indicating a decrease in symptoms.

The expected outcomes suggest that the program will help prevent PPD and improve mothers'

emotional stability, enhancing their ability to cope with postpartum demands while promoting
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the baby’s healthy development. This comprehensive approach highlights the importance of

early and holistic interventions to address an issue with significant public health implications.

Keywords:
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Programa de Apoyo y Acompañamiento de la Mujer en el Periodo Puerperal:


Prevención de la Depresión Posparto. Cuidarse para Cuidar.

Según información proporcionada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y

el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), alrededor del 80% de las mujeres

en el mundo tendrán al menos un hijo a lo largo de su vida (OMS, 2022; UNFPA, 2022). Se

estima que en 2023 ocurrieron aproximadamente 146 millones de nacimientos mundialmente

(United Nations, 2023).

De los 146 millones de mujeres que dieron a luz en 2023, se calcula que 40 millones de

ellas han padecido o padecen problemas de salud a consecuencia del parto, según un estudio

publicado en The Lancet Global Health. Entre estos, se encuentran tanto problemas físicos

como mentales. En cuanto a los primeros, resaltarían el dolor durante las relaciones sexuales,

el dolor lumbar y la incontinencia tanto anal como urinaria. Y, en cuanto a los mentales, destaca

principalmente la depresión. (Tuncalp et al., 2022).

Esta última es la principal preocupación de este proyecto. La depresión posparto (DPP)

es un grave trastorno de tipo depresivo que puede darse en la madre durante el primer año tras

el nacimiento del bebé, aunque más comúnmente se da en los primeros tres meses (OMS,

2018). Se estima que aproximadamente un 15% de las mujeres sufren de DPP (Yonkers, Ramin,

& L. L. N., 2001).

Como se cuenta en la revista de National Geographic, en el pasado, las madres que

sufrían de esta enfermedad eran consideradas locas. Sonarus de Éfeso, un ginecólogo del siglo

I d.C., señaló que las mujeres podían sentirse irritadas y tristes y causar daños a sus bebés

puesto que eran “maniacas”. Hipócrates las denominó mujeres “biliosas” haciendo referencia

a lo que ahora se conoce como psicosis posparto, un grave trastorno que provoca delirios,
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alucinaciones, manía, paranoia y confusión, relacionándolo con un problema de los jugos

biliares. También se llegó a decir que se debía a una posesión del diablo (National Geographic,

2023).

En el presente, la DPP no se atribuye a una causa concreta, pero sí se sabe de la

existencia de factores genéticos y ambientales que aumentan las posibilidades de padecimiento

de la mujer, como son las situaciones estresantes, las altas exigencias físicas y emocionales del

periodo postnatal, así como los cambios hormonales. También hay otros factores que aumentan

las posibilidades de la madre de sufrir DPP, como antecedentes familiares de depresión o

trastorno bipolar o haber sufrido DPP en un embarazo previo (Robertson, Grace, Wallington,

& Stewart, 2004), así como que la madre sea fumadora (Pritchard, 1994), o un elevado estrés

en el tercer trimestre (Witcraft, Perry, Viana, Tull, & Dixon, 2023).

Los síntomas representativos de este trastorno, según la OMS, son: estado del ánimo

deprimido, pérdida de interés o placer, fatiga extrema, alteraciones del apetito, dificultad para

concentrarse o tomar decisiones, sentimiento de culpa o inutilidad, ansiedad excesiva o

preocupación, alteraciones en el sueño, irritabilidad y pensamientos negativos o suicidas, entre

otros (OMS, 2018). Se considera DPP si ha comenzado dentro del primer mes de vida del hijo,

aunque puede que comience durante la fase de gestación. Pese a que se pueda confundir, es

distinta a la tristeza posparto (baby blues), la cual presentan entre un 15 y un 85% de las mujeres

en los primeros 10 días de posparto. Los principales síntomas de esta son cambios en el estado

de ánimo, irritabilidad, tristeza, fatiga y confusión (Pearlstein, Howard, Salisbury, & Zlotnick,

2009). Una gran intensidad o duración mayor a dos semanas de este cambio de estado en la

madre podría indicar un padecimiento de DPP (Trigo, 2021).


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La DPP se detecta principalmente entre las 2 y las 6 primeras semanas de vida del bebé.

Se suelen utilizar para diagnosticarlo la Escala de Depresión Postnatal de Edimburgo (EPDS)

(1) o la Escala de Cribado de la Depresión Posparto. Los principales tratamientos son la

psicoterapia y la medicación. Sin embargo, la medicación mientras se está dando el pecho al

bebé no está recomendada (Pearlstein, Howard, Salisbury, & Zlotnick, 2009). Esto provoca un

dilema, puesto que tomar el tratamiento significaría dejar de amamantar al bebé, lo cual no es

muy beneficioso para el hijo, aunque el hecho de no tomar la medicación podría, de la misma

manera, afectar negativamente al niño. Está probado científicamente que, incluso durante el

embarazo, la salud mental de la madre provoca cambios intrauterinos que afectan a largo plazo

en el bebé (Buss et al., 2012). Se han llegado a mostrar en el bebé, al momento del nacimiento,

los mismos niveles bioquímicos que la madre, presentando altos niveles de cortisol y

norepinefrina y bajos de dopamina y serotonina (Field et al., 2004). Incluso, el hijo de una

madre que sufra de DPP, tiene más posibilidades de tener problemas de sueño y de cólicos

(Pearlstein, Howard, Salisbury, & Zlotnick, 2009). Es por el ya mencionado gran impacto que

tiene tanto en la vida del hijo como de la madre, por lo que es necesario abordar este tema

dándole la importancia que merece.

Dada la relevancia de este asunto, se va a proponer un programa de prevención y

detección precoz de la depresión postparto a través del apoyo y de la dotación de herramientas

a las madres. En el estudio de Tilahune, Adams, Peng y Sibbritt (2021) ya se probó la eficacia

que tiene el apoyo social para tratar con la depresión posparto y su estrecha relación con la

salud mental. Incluso en el trabajo de Dennis, C., & Dowswell, T. (2013) se demostró que

aquellas mujeres que habían tenido un seguimiento con intervenciones psicológicas o

psicosociales durante el embarazo, eran menos propensas a sufrir DPP. En el estudio de Duffecy
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et al. (2019), se comprobó la diferencia entre programas de prevención individuales y grupales,

comprobando que no solo ambos eran igualmente eficaces, sino que el programa grupal tuvo

una mayor tasa de seguimiento. A diferencia de estos estudios ya mencionados, hay otros como

el de Dennis y Creedy (2004) que afirman que es más eficaz un intenso apoyo en el puerperio,

que un seguimiento durante el embarazo. En ese mismo estudio, se comprueba que no existe

una diferencia en la eficacia del programa, tanto si va dirigido a mujeres diagnosticadas

profesionalmente, como si va dirigido a mujeres que presentan sintomatología relacionada a la

DPP en autoinformes. Además, ya fue comprobado por Saad et al. (2021), que es igualmente

eficiente un programa presentado online que uno que se dé presencialmente.

Monteiro, Fonseca, Pereira, Alves y Canavarro (2019) llegaron a la conclusión de que

existe una clara relación entre la depresión posparto y tanto la aceptación de uno mismo como

la autocompasión. La misma conclusión a la que llegaron Guo, Zhang, Mu y Ye (2020),

relacionándolo con el movimiento denominado mindfulness, que consiste en llevar el cuerpo y

la mente al presente, sin pensar en el pasado o el futuro.

Un estudio experimental realizado por Avrand, Davoodabadi-Farahani y Nouruzi

(2022) encontró que aquellas mujeres a las que se les daba un seminario en inteligencia

emocional, eran menos propensas a padecer DPP. Además, un programa propuesto en la

Universidad de Zaragoza llevó a cabo actividades en las que se otorgaba información sobre la

depresión posparto, demostrando así que esto puede ser beneficioso para la prevención de la

enfermedad. (Miguel, J., López, M. L., & Carmen, A. 2018/2019)

En Portugal, la Universidad de Coimbra, la Coordinación Nacional de Políticas de

Salud Mental y la Fundación Calouste Gulbenkian llevaron a cabo una colaboración para crear
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un programa denominado Be a Mom. Este programa es una web basada en la intervención

psicológica para prevenir y hacer frente a la DPP, a través de ejercicios organizados en cinco

módulos diferentes: conociendo el posparto; autocuidado y rutina del sueño; inteligencia

emocional; la relación con el bebé; y fortalecer la red de apoyo.

La hipótesis que formulamos a partir de nuestro programa es que la participación de

mujeres con riesgo de padecer DPP en las actividades que se realizarán en este, ayudarán a la

reducción de la sintomatología que puede derivar en este trastorno, es decir, los resultados de

la EPDS después de la realización de nuestro programa serán más positivos que antes de la

misma.

El objetivo principal de nuestro programa es el acompañamiento y apoyo emocional de

las madres durante el periodo puerperal, creando un espacio seguro y que proporcione

información tanto de los cambios hormonales y psicológicos que se sufren después del parto,

como de los cuidados básicos del bebé durante su primer periodo de vida. Esto con el fin de

crear estabilidad emocional en las madres, ayudando a que se habitúen a la nueva realidad que

tienen que afrontar y así prevenir la aparición de DPP.

Metodología:

Nuestras participantes serán mujeres adultas (mayor de 18 años) que estén pasando por

el proceso de adaptación al tener un hijo, recientemente (durante máximo el primer mes

posparto), sin edad máxima. Trabajaremos con un grupo de 15 mujeres. Serán localizadas por

el seguimiento de su médico de cabecera, el cual ofrecerá la participación en este programa a


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aquellas que muestren más riesgo de padecer DPP en el futuro. Además, se especificará que las

mujeres participantes no lleven a cabo otros cursos u obtengan información sobre el trastorno

o la crianza del bebé de otra fuente que no sea nuestro programa, para así ver los resultados

más reales posibles.

La metodología que utilizaremos será la comparación de los resultados de la Escala de

Depresión Postnatal de Edimburgo (EPDS) (1) de las participantes antes del programa y

después, es decir, será un programa intragrupo.

Es importante destacar que se contará con el consentimiento informado de las

participantes, siendo conscientes del propósito del programa y del contenido de este.

El objetivo del programa es brindar herramientas emocionales, educativas y prácticas

para fortalecer la estabilidad emocional, la autoestima y la conexión con el bebé, previniendo

el desarrollo de depresión postparto. Constará de 4 sesiones con duración de 2 horas cada una,

en las cuales se llevarán a cabo diferentes actividades para apoyar a las madres y

proporcionarles información sobre el periodo post parto con el objetivo de preservar la

estabilidad emocional y la salud mental de las madres. Se llevará a cabo 1 sesión por semana.

Primera sesión: Charla informativa sobre el trastorno posparto

En esta sesión, en primer lugar, se llevará a cabo una presentación de cada paciente al

grupo, compartiendo su nombre, la edad del bebé y una palabra que refleje la situación

emocional por la que están pasando cada una de ellas, con el objetivo de crear un espacio seguro

e íntimo en el que se sientan cómodas.


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A continuación, se hará una introducción al programa, explicando los objetivos de

manera general y la importancia de hablar y conocer este trastorno. Tras esto, se impartirá una

charla informativa sobre la DPP.

Se hablará sobre qué es, su sintomatología principal (especificada en la introducción) y

sus diferencias con otros trastornos como el “baby blues”, ayudando así a su identificación. Se

especificarán los factores de riesgo, como antecedentes de trastornos psicológicos, cambios

hormonales o falta de apoyo. Además, se destacará el impacto de la sintomatología de la DPP

tanto en la madre como en el recién nacido, desarrollando las posibles consecuencias a nivel

emocional en el bebé en el caso en el que el trastorno perdure en el tiempo; sin dejar de lado

las consecuencias que pueden desarrollarse en el vínculo con otros familiares o en el

autoconcepto de la madre, como en la confianza en sí misma. Se informará a las pacientes sobre

el tratamiento y los recursos de apoyo en el caso en el que se desarrolle la enfermedad

finalmente y la importancia de no sentir vergüenza a la hora de buscar ayuda.

Por último, al final de esta sesión, se llevará a cabo una reflexión grupal. En este caso,

se centrará en la identificación de señales que puedan indicar sintomatología de la DPP en cada

participante. Se ofrecerá la oportunidad de participar y expresar al grupo sus experiencias y

sentimientos personales si quieren, sin ningún tipo de obligación, o bien reflexionar de manera

individual. Se propondrá un ejercicio práctico que consistirá en la creación de una lista de

“señales de alerta” basada en la información otorgada en la charla anterior. Además, las

participantes recibirán una serie de folletos con un resumen de la sintomatología, las señales

de alerta y los recursos de apoyo local, como grupos o teléfonos, por si lo necesitan en un

futuro.
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Para finalizar, se llevará a cabo una reflexión grupal sobre los sentimientos que ha

generado la sesión, con la posibilidad de expresarlos en grupo y compartir puntos de vista con

las demás participantes, cerrando con un ejercicio de relajación para acabar la sesión con calma

y fortalecer la sensación de seguridad en las sesiones.

Segunda sesión: Trabajo de la autoestima y autocompasión

Para introducir esta sesión se llevará a cabo un ejercicio en el que cada participante

podrá compartir, con una palabra o frase breve, como se ha sentido desde la última sesión.

Tras esto, se introducirán los temas sobre la autoestima y la autocompasión y su

importancia en este periodo.

En primer lugar, se abordará el tema de la autoestima, con una breve explicación sobre

qué es, los factores que influyen en la autoestima; como los cambios físicos, las expectativas

sociales o una alta presión autoimpuesta; y como la mejora de autoestima puede suponer una

mejora emocional, ayudando a la prevención de la sintomatología de la DPP. Se propondrá un

ejercicio en el que se pondrá en práctica lo explicado anteriormente, en el que las participantes

tendrán que escribir 5 cosas que creen haber hecho bien como madres, y además se les dará la

oportunidad de comunicarlo en alto al grupo, para así fortalecer su autoestima.

En segundo lugar, se abordará el tema de la autocompasión de la misma manera que la

autoestima. Se hará una pequeña explicación sobre qué es y la importancia de reconocer que

no están solas, sino que la maternidad es una experiencia compartida; de ser amables consigo

mismas en momentos de dificultad o de vivir el momento presente sin juicio. Se explicarán sus

beneficios, como la reducción de la ansiedad y la culpa, lo que ayudará a que no se desarrollen

los posibles síntomas del trastorno. Se propondrá un ejercicio práctico en el que las

participantes tendrán que escribir una carta dirigida a ellas mismas, en la que se consuelen, con
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mensajes de apoyo y fuerza, para poder superar algún desafío que estén pasando debido a la

reciente maternidad. Por otro lado, se llevará a cabo otro ejercicio en el que se practique la

autocompasión, haciendo que las participantes reconozcan una dificultad actual y que, en base

a ella, repitan frases de autocompasión, como por ejemplo “Esto es difícil” o “No estoy sola”.

Para finalizar, se realizará una actividad grupal en la que cada madre compartirá una

cualidad o fortaleza que hayan notado en otra participante, expresando su admiración. Con esto

se reforzará el apoyo mutuo y ayudará a las madres a verse a ellas mismas desde una

perspectiva externa. Por último, se reflexionará grupalmente sobre la sesión, en la que cada

mujer compartirá una frase positiva que les gustaría recordar en el día a día.

Se cerrará la sesión con una pequeña meditación guiada para terminar de manera

calmada y centrarse en el momento presente.

Sesión 3: Mindfulness e inteligencia emocional.

Como en la anterior sesión, esta se iniciará con una pequeña reflexión inicial, en la que

se compartirá al grupo brevemente como han gestionado sus emociones durante los últimos

días.

Después de la reflexión inicial, se hará una descripción de los temas a tratar durante la

sesión. En primer lugar, se dará una charla breve sobre qué es el Mindfulness y se explicará

que son prácticas que tienen el objetivo de centrarse en el momento presente, además de

destacar por qué son beneficiosas para las madres, explicando que reducen el estrés y la

ansiedad, que mejoran la conexión emocional con el bebé y que pueden llegar a crear una

mayor capacidad para responder a las diversas situaciones que se presentan en la maternidad,

en lugar de simplemente reaccionar ante ellas. Se realizará una práctica guiada de Mindfulness,

proporcionando a las mujeres participantes todas las pautas necesarias para repetirla en su vida
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personal cuando lo necesiten. Consistirá en un ejercicio de respiración consciente, inhalando

profundamente contando hasta cuatro y exhalando de la misma manera, manteniendo la

concentración en el ritmo respiratorio; y en otro ejercicio de escaneo corporal, en el que se

guiará a cada participante a prestar atención a cada parte de su cuerpo, comenzando por los

pies y avanzando hasta la cabeza.

En segundo lugar, se hará una pequeña charla sobre inteligencia emocional, y de la

misma manera que en la anterior, explicando qué es, las habilidades principales relacionadas

con este tipo de inteligencia, como, por ejemplo, la conciencia emocional, la regulación

emocional, la empatía o el manejo de relaciones sociales; y la importancia de esta en la

prevención de posibles trastornos en este periodo, como la DPP. Posterior a esta charla, se

realizará una actividad con el objetivo de aprender a regular las emociones que aparecen ante

una situación de frustración o difícil. Se pondrán en común ciertas situaciones que generen este

tipo de emociones y cada madre tendrá que poner en práctica estrategias de regulación

emocional, como respirar profundamente, reconocer sus emociones o buscar un enfoque

positivo de actuación, para cada situación específica, reflexionando sobre cómo actuaría en

estas.

Además, se proporcionarán ciertas técnicas Mindfulness que pueden implementar en

sus vidas diarias con sus hijos, con el objetivo de relajarse y vivir el momento presente, como,

por ejemplo, sostener al bebé y concentrarse en sentir su tacto, observarle o escucharle

atentamente; observarle mientras juega, come o duerme; o tomarse pausas a lo largo del día

para respirar y ser conscientes del presente.


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Para finalizar la sesión, se les pedirá que pongan en común algo que hayan aprendido

que son capaces de hacer. Para cerrar la sesión, como en el resto de sesiones, se llevará a cabo

una meditación breve, inhalando y exhalando profundamente.

Sesión 4: Fortalecimiento del vínculo madre-bebé.

Antes de llevar a cabo esta última sesión, se pedirá a las madres que traigan a su hijo

para realizar algunas actividades con él. Esta última sesión comenzará con una pequeña puesta

en común sobre cómo ha sido la relación con sus bebés los últimos días.

Tras esto, se llevará a cabo una charla informativa breve sobre qué es el vínculo afectivo

con el bebé y por qué es tan importante, especificando los factores que favorecen el vínculo,

como tiempo de calidad o contacto físico y verbal; y los obstáculos que normalmente se tienen

para desarrollar un vínculo sano, como el estrés, el cansancio, la falta de tiempo, entre otros.

Aquí hay que poner énfasis en que el desarrollo del vínculo es un proceso gradual y que no hay

una manera específica y perfecta de hacerlo, sino que cada proceso es diferente y válido.

Tras la charla informativa se realizarán varias actividades con el objetivo de mejorar

este vínculo. La primera actividad consistirá en realizar un contacto visual consciente con el

recién nacido. De esta manera, se les pide a las madres que se sienten con su bebé y mantengan

contacto visual mientras que les hablan o les cantan. Se tendrán que enfocar en sus respuestas.

Cuando se haya realizado, se pondrán en común que sentimientos se han sentido durante la

actividad.

La segunda actividad se centrará en la creación de un diario de gratitud. Cada madre

escribirá tres momentos recientes que haya disfrutado con su bebé. Se invita a las participantes

a decorar este diario de manera creativa, para crear un recuerdo especial de ese momento. Se

invitará también a compartir uno de los momentos escritos en el diario con las demás madres.
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Para finalizar esta sesión y el programa, se llevará a cabo una actividad grupal en la que

cada madre completará la frase “Después de estas sesiones, ahora siento que soy una madre

que…” y lo expresará con el grupo. Además, se propondrá la creación de una carta al futuro,

dirigida a sus bebés, expresando sus expectativas y planes d futuro, creando así un recuerdo

bonito. Por último, se hará una discusión final en la que cada madre expresará sus reflexiones

tras el programa y podrá compartir sugerencias o dudas.

Como ya se ha especificado anteriormente, se les pasará la EPDS (1), antes de la sesión

1 y tras la sesión 4, para comparar los respectivos resultados.

En cuanto a los materiales, se necesitará, en primer lugar la EPDS (1), además de

folletos informativos especificados en la sesión 1, folios y bolígrafos para realizar las

actividades de las 4 sesiones, mantas y cojines necesarios en la sesión 4 para que el bebé y la

madre estén en un ambiente cómodo y por último, en cuanto al personal, se necesitará un

psicólogo o psicóloga especializado en maternidad que esté capacitado para llevar a cabo las

charlas informativas y una persona especializada en meditaciones, que guie cada meditación

en cada sesión.

Análisis de datos

Teniendo en cuenta la metodología empleada, los datos que vamos a analizar son las

puntuaciones pre y post tratamiento de los cuestionarios de un mismo grupo de sujetos (grupo

experimental), que representan los niveles de depresión posparto. Esta sería por tanto nuestra

variable dependiente (niveles de depresión), la cual será medida con la Escala de Depresión
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Postnatal de Edimburgo (EPDS) (1). Por otro lado, la variable independiente es la

implementación del programa en sí, es decir, el conjunto de sesiones destinadas a la mejora de

la salud mental de las madres. Por consiguiente, nos encontramos antes dos variables

cuantitativas y usaremos la prueba no paramétrica de Wilcoxon para muestras relacionadas,

que se usa cuando se conocen dos variables cuantitativas que son normalmente la misma

variable medida en dos momentos temporales diferentes, es decir, nuestro caso. Al utilizar este

estadístico de contraste estamos asumiendo los supuestos de independencia (las diferencias

entre los valores emparejados deben ser independientes entre sí) y de asimetría (aunque el test

de Wilcoxon no requiere que las diferencias sigan una distribución normal, se asume que las

diferencias entre las observaciones son aproximadamente simétricas alrededor de alguna

mediana). Dado que hay un total de 15 participantes, es decir, una muestra inferior a 30,

considerada pequeña, no podemos garantizar con seguridad que la distribución de la muestra

tienda a la normal. Es por eso que, hacemos uso de la prueba de Wilcoxon y no de la prueba T

de Student para muestras relacionadas, asimismo, el estadístico que emplearemos será la

mediana y no la media. En términos de hipótesis de contraste podemos formular la hipótesis

nula (H0) y la hipótesis alternativa (H1), en base a nuestro objetivo principal que es la

reducción de la sintomatología relacionada con la depresión posparto. De esta manera, la

hipótesis nula aplicada a nuestro caso sería la ausencia de efecto del programa, en otras

palabras, que la mediana de los niveles de depresión del postest fuese mayor o igual que la

mediana del pretest. Por otro lado, la hipótesis alternativa implica un cambio considerable en

los niveles depresión y por tanto la efectividad del programa. Para ello la mediana del postest

tendría que ser estrictamente menor que la mediana del pretest, obteniendo así una prueba de
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contraste unilateral izquierda. Adicionalmente, estableceríamos un nivel de confianza estándar

del 95%, lo que significa que estaríamos dispuestos a asumir un nivel de riesgo del 5%.

Una vez obtenidas las puntuaciones del pretest y del postest, a partir de la muestra

obtenemos el valor del estadístico de contraste de Wilcoxon y observamos la probabilidad

asociada a ese valor según la distribución discreta de W. Esa probabilidad asociada, se

denomina p-valor y si resulta ser inferior que el nivel de riesgo (0,05), tendremos la evidencia

suficiente para afirmar que nuestro programa funciona, al contar con cambios significativos en

los tests. Si por el contrario, obtenemos un p-valor mayor que 0,05, no podríamos rechazar la

hipótesis nula y por tanto, no podríamos demostrar la efectividad del programa.

Finalmente, para cuantificar el tamaño del efecto (la magnitud diferencial entre las dos

medidas), haremos uso del coeficiente de rango biserial de Glass, cuyo resultado puede indicar

un efecto pequeño (0,1 aproximadamente), un efecto mediano (0,3 aproximadamente) o un

efecto grande (0,5 o mayores)

Resultados esperados

Los resultados esperados de este programa conducen principalmente a prevenir la

aparición de depresión postparto en mujeres que han dado a luz recientemente. Se espera que

se produzca una disminución significativa en las puntuaciones de la Escala de Depresión

Postnatal de Edimburgo (EPDS) (1), instrumento utilizado para medir la sintomatología y, por

lo tanto, los niveles de depresión en este estudio gracias a la implementación de una serie de

sesiones específicas diseñadas para mejorar la salud metal materna. Un ejemplo de tareas

destinadas a que estas puntuaciones disminuyan son los ejercicios de autocompasión descritos

en la serie 2 o las estrategias de regulación impartidas en la siguiente sesión a la ya mencionada.


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En términos más específicos, se anticipa que las puntuaciones de postest serán

considerablemente inferiores a las que las mujeres obtuvieron en la evaluación inicial lo que

indicaría un descenso en la intensidad y la frecuencia de los síntomas comunes a la depresión

postparto, tales como la tristeza persistente, la excesiva ansiedad o la incapacidad de conectar

emocionalmente con el recién nacido. Los resultados aportados por la EPDS (1) pueden estar

considerados como clínicamente significativos si las participantes pasan de un rango depresivo

moderado/severo a uno más leve o incluso la ausencia de sintomatología.

Otro de los aspectos a los que ayudaría la implementación de este programa sería en la

relación madre e hijo, el bienestar general y la calidad de vida en la familia, los cuales se verían

fortalecidos al prevenirse los niveles de sintomatología comunes a la depresión postparto en

algunas actividades relacionadas a la sesión 4, en la que las participantes establecen un contacto

visual y verbal consciente con el bebé. Las madres con menos niveles en la EPDS (1) tendrán

más probabilidades de establecer vínculos más estables y seguros con su recién nacido,

favoreciendo así el desarrollo emocional y cognitivo necesario en ellos y, estas mismas, serán

más capaces de participar activamente en el cuidado del hijo contribuyendo a crear el ambiente

seguro que necesitan.

Además, esperamos que las participantes experimenten una mejoría en la sensación de

control sobre su salud mental. Reflejándose en la capacidad de las madres para identificar y

gestionar sus emociones negativas y en la adopción de estrategias efectivas de resolución de

problemas. Otro de los aspectos a tener en cuenta vendría a ser el fortalecimiento de la

percepción de apoyo social por parte de las madres, reflejado en las sesiones donde cada vez

se irán abriendo más al encontrar en sus compañeras un especio seguro donde recibir validación

y compartir experiencias.
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Por último, se prevé que la eficacia de nuestro programa, reflejada en la reducción de

los niveles sintomatológicos de las participantes en los cuestionarios motive y fomente a

instituciones e investigadores profesionales a estudiar más acerca de los tipos de estrategias

preventivas relacionadas con la depresión postparto de modo que también se visibilice a este

trastorno y se promuevan tanto una maternidad saludable como un óptimo desarrollo del

neonato.

Discusión y Conclusión

El objetivo principal en nuestro trabajo ha sido diseñar un programa de intervención

destinado a la prevención de la depresión postparto, también conocida como DPP en mujeres

han dado a luz recientemente utilizando diversas estrategias para fomentar su salud mental.

Hemos buscado con nuestro proyecto ir más allá de una intervención tradicional en la que

normalmente se trata la DPP y lo hemos querido enfocar como un modelo preventivo que no

solo apoye y facilite la transición tan abrupta que tienen que hacer las mujeres una vez dan a

luz, sino que también busque mejorar el vínculo que las mujeres tienen con sus hijos.

Con este programa pretendíamos obtener una disminución significativa en las

puntuaciones de la EPDS (1) entre el pre y postest, para así comprobar que se ha producido

una reducción de síntomas depresivos, tales como, la tristeza constante o la desconexión

emocional con el bebé. Además, hemos buscado fortalecer la percepción que tienen las mujeres

sobre el apoyo social a diferencia de otras intervenciones que tan solo se centran en la

sintomatología del trastorno.

Sin embargo, cabe recalcar que también se nos han presentado algunas limitaciones en

relación a nuestro proyecto. La primera y fundamental vendría a ser que nuestra muestra es
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muy reducida (15 mujeres) lo que hace muy difícil poder generalizar los resultados a la

población. Otro aspecto a considerar es que no hemos podido, a pesar de nuestra correcta

metodología, establecer medidas complementarias como podrían ser entrevistas cualitativas,

que hubiesen podido ser de utilidad para el mejor entendimiento de la opinión y experiencia de

las participantes.

En conclusión, esta intervención representa un avance significativo en la prevención de

la depresión postparto al centrarse en mejorar y fortalecer la salud mental de las madres en la

etapa puerperal ya que, más allá de reducir la sintomatología, el programa busca dotar a las

madres de los conococimientos y herramientas necesarias para gestionar mejor los desafíos que

suponen la nueva etapa a la que se enfrentan. A pesar de algunas limitaciones que deberían ser

abordadas, este programa no solo beneficia a las madres, sino que ayuda al desarrollo de los

hijos y al bienestar familiar y puede dar lugar a nuevas investigaciones que visibilicen el

trastorno.
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Apéndices

Anexo 1

Escala de Depresión Postnatal de Edimburgo (EPDS)


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