arte precolombino. Estudios sobre la colonización

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El dominador

que no conoce
del otro

Felipe Ormazábal Sotomayor

Pedagogía en Artes Visuales

2015

Arte Precolombino

Profesora: María Eugenia Ruiz

Felipe Ormazábal Sotomayor Pedagogía en artes visuales


El dominador que no conoce del otro

La historia colonizadora que nos han inculcado los libros y relatos occidentales
tienen, de por sí, cierta violencia al momento de generar un relato discursivo que implique
el pensamiento constructivo <del otro>. Es a parir de este ensayo que me dedicaré a
explicar, en base a los escritos de Fray Bartolomé De las Casas y de Francisco Clavijero,
cómo esta traducción cultural, por parte de la industria colonizadora, ha sido, en parte,
una farsa al momento de hablar de ciertas manifestaciones culturales.

En estricto rigor, para hablar de la traducción cultural me referiré, precisa y


exhaustivamente a tres nociones: discurso, código y desigualdad discursiva. Como punto
de foco, haré dialogar aquellos textos que fueron escritos en base a diversos contextos
para, finalmente, desarrollar la idea de <dominio del otro>. ¿Por qué es tan importante
comprender la traducción cultural discursiva antes de enfrentarnos a diversos textos que
nos hablan de lo extranjero? Entendiendo como extranjero aquello que no tenga origen
Europeo y, por ende, que se desarrolla fuera del mundo que ha alcanzado la última etapa
de desarrollo humano.

Desde lo anteriormente estipulado, el cuestionamiento que me surge es, a partir


de las cualidades representativas al momento de hablar de las culturas "pre-colombinas".
En este sentido, ¿Se dedicaron a observar y comprender, a partir del posicionamiento
cultural, a estas culturas que fueron invadidas por los ojos Españoles?, ¿en qué medida
nos enfrentamos a escritos que tengan alguna relación con lo que realmente pasaba
dentro del continente, aún inexplorado? Parecieran preguntas muy fáciles de responder,
pero tomando como punto de partida aquellos manifiestos descriptivos que nos facilitaron
las exploraciones de carácter "científico", ¿podemos, por lo tanto, negar la existencia del
posicionamiento cultural de la mano de estos hombres que hacen la historia?

Para comenzar, es inevitable centrarnos en la definición de traducción, puesto a


que esta nos dará el punto de partida para comenzar a homologar nuestros aspectos
mencionados anteriormente. La traducción es, como punto de partida, una problemática
que se ha manifestado hasta el día de hoy. Por su definición en la RAE, tiene que ver con
<<Expresar en una lengua lo que está escrito o se ha expresado antes en otra>>;
<<Convertir, mudar, trocar>>; <<Explicar, interpretar>>. Definiciones que nos van a servir
para nutrirnos al momento de hablar de traducción cultural. En palabras de Robyns
(1994), la traducción cultural "introduce elementos discursivos precedentes de otros
discursos y constituye así, por definición, una violación potencial del código. El mero
hecho de que un texto esté escrito en algo que no es la lengua común, ya es un desafío
radical a las convenciones de discurso de llegada" (283).

Estipulado lo anterior, basta con echar una mirada a los conceptos que nos
aparecen dentro de la definición que Robyns nos da de la traducción cultural para tomar
en cuenta a la hora de manifestar ideas. La estructura de un discurso al momento de
hablar de <innovación de lo extranjero>, es algo que se verá definible en base a otro
discurso. Por lo tanto, el discurso tiene que ver con los ideales propios de un sector
determinado que se contraponen a otros ideales, generando una cierta jerarquía de
poderes. Por otra parte, cierto discurso es generado a partir de códigos. Estos códigos
tienen que tener cierta índole común al momento de ser compartida por el discurso
generado. En sí, son las particularidades que nos dan el lenguaje o un texto al momento
de ser leídos. Robyns (1994) nos dice que para que haya un código en común debe haber
una confrontación con el otro, por ende, se contraponen discursos y se genera, de esta
manera, una desigualdad discursiva por el "problema" de la jerarquía de poderes.

En base a esto, existen bastantes tipos de discursos, tales como el


transdiscursivo, el defectivo y el imperialista, por nombrar algunos. Tomaré como
predominante, para la postura de este ensayo, el modelo imperialista de discurso. Este
modelo es el que mejor definirá, en materia de etiqueta, a los colonizadores que llegaron
al continente. En pocas palabras, el modelo imperialista del discurso es aquel que impone
una sola historia, un solo lenguaje, un solo código. Esto será bastante esencial al
momento de analizar los escritos que presentaron los Españoles a la corona al momento
de mostrarnos ciertas prevalencias en la historia.

La traducción, por lo tanto, es tomado como la invasión de lo extranjero, como


estipule anteriormente. Es ejercida con cierta violencia cultural. El imponer un modelo
discursivo es horrorizante, comprendiendo que, en base al concepto contemporáneo de
cultura presentado por Geertz (1994), estamos inmersos en un mundo lleno de prácticas
significantes que definen a los diferentes pueblos y los hacen diferentes y excluyentes de
los demás.

II
La casa real donde Montezuma ordinariamente vivía era cosa admirable
ver su grandeza, salas, retraimiento altos y bajos, aposentos y puertas y edificios
y todas cosas muy notables. Tenía esta casa real veinte puertas, que salían
a la plaza y a las calles grandes o reales, tenía tres patios muy grandes
y en el uno había una fuente por do salía el agua que venía de Xapulpipeque (...)
los edificios de cal y canto, y las paredes de muchas piedras preciosas, como
mármol, y jaspe y pórfido (...) los enmaderamientos, aunque carecían
de clavos de hierro, hacíanles poca falta; eran de cedros blancos y de palma...
(De las Casas, 1971, p.8)

El texto introductorio a este capítulo tiene por finalidad generar cierto eco dentro
de los discursos generados por Fray Bartolomé de las Casas. Al enfrentarnos al texto de
Los Indios de América y Nueva España, podemos ver, primeramente cómo él describe
exhaustivamente la ciudad de nueva España. Se encarga de generarnos un imaginario de
lo que es el continente y la nación, con su arquitectura, con sus personas, los hogares, los
ornamentos, etc... Una muy exhaustiva descripción de cómo era en ese entonces el
continente que ahora conocemos como México y parte de Estados Unidos.

Pero en este texto hay una cuestión bastante irónica al momento de hablarnos de
la arquitectura y de los ornamentos utilizados por los diversos pueblos indígenas que
habitaban en ese entonces en localidades Aztecas. Cuando nos menciona, por ejemplo "y
las paredes de muchas piedras preciosas, como mármol, y jaspe y pórfido", estamos ante
una situación que nos deja perplejos, si es que conocemos ciertas materialidades
utilizadas por los pueblos. ¿Realmente los pueblos "pre-colombinos" utilizaban el mármol
para decorar sus paredes? ¿conocían el jaspe?

Desde esta misma línea, la traducción impuesta, en otras palabras imperialista,


gestionada para poder hacer una descripción exacta, queda depuesta desde el primer
momento en el que nos enfrentamos a un texto de esta índole. Es cierto que debemos
generar un discurso a partir de una traducción cultural. En cierta parte, dicha traducción
debe hacerse desde nuestros códigos propios para entender ciertas materias tanto de
religión como de arquitectura, según lo que corresponda. Pero al percibir algo que me
atreveré a denominar como farsa, estamos ante una historia que es manipulada con cierta
frialdad y que, a todo momento, es comparada con la idea occidental con la que llegaron a
colonizar el continente americano.

Si al hablarnos de cómo decoraban las entradas de sus templos de adoración


principal, tales como "al dios del viento", De las Casas (1971) nos dice que "era de
hechura de la boca de sierpe grande y pintada en la manera que en nuestra Castilla se
suele pintar la boca del infierno" (11), estamos, por lo tanto ante una idea, nuevamente,
occidental. Al hacer dicha traducción cultural de dominio y conocimiento, indudablemente
nos estamos enfrentando a la vasta idea general de Europa. Castilla, una región histórica
de España, es presentada como la madre acuñada a la idea del cristianismo en la cita
anteriormente estipulada. Por lo tanto, siempre se mira con ojos occidentales aquellas
construcciones que llevaron a cabo aquellos pueblos. Siempre se mira, con dicho código
común, para poder realizar un discurso en base a lo conocido. Nunca se mira en base a lo
que se está por conocer.

Es por esto que se genera un discurso del otro en base a una desigualdad.
Quizás, para tiempos de colonización aquello que escribían tenía que ver, en parte, para
comprender cómo se manifestaban las culturas que menor rango en el desarrollo
humano. Pero en dicha traducción, estamos ante unos ojos que no eran para nada
críticos al momento de la descripción exhaustiva. Si tomamos en cuenta, en palabras de
Marta Penhos (2005), para poder ejercer cierto poder sobre las culturas, es necesario,
primeramente ver, puesto a que cuando vemos, estamos relacionando, claramente con lo
que conocemos; conocer, ya que al generar esta acción, nos internamos dentro de las
culturas para poder comprender ciertos hábitos y cuestiones esenciales para finalmente
dominar.

III

Sabían los mexicanos pintar al vivo montes, ríos, edificios, plantas


y animales; pero las figuras humanas representaban comúnmente
desproporcionadas y disformes; lo cual debe atribuirse, a lo que parece,
no tanto a la ignorancia de las proporciones del cuerpo humano,
cuanto a la velocidad con que pintaban (de la cual fueron testigos varios españoles) y a
que, atentos únicamente a la fiel representación de los sucesos, no se
cuidaban de la perfección de sus imágenes; porque yo he visto, entre otras pinturas
antiguas, unos retratos de los reyes de México en que, además de la viveza
singular de los colores, se observaba exactamente la proporción de las partes del cuerpo;
pero no negaremos que a los pintores mexicanos faltaba mucho para la
perfección del dibujo, la perspectiva y el sombrío...
(Clavijero, 1844, p.240)

Para dar pie al comienzo de este capítulo debemos situarnos en el periodo de la


ilustración como tal. Es en este periodo en el cual se comienzan a gestar las expediciones
científicas por el carácter que la sociedad exigía. Para Kant (1784) la Ilustración tiene que
ver con un proceso racional en el que se encuentra el hombre para salir de su minoría de
edad, abandonando así el antiguo régimen. Esto quiere decir que el hombre va a empezar
a pensar y razonar por él mismo; a crear sus ideas (como docto) y, así servirse de su
propio conocimiento para comprender la verdad a través de métodos. La minoría de edad
se produce porque el hombre se había estado nutriendo por instrumentos mecánicos de
uso racional, reglamentos y fórmulas - tales como la enciclopedia, Platón, Aristóteles y sus
diferentes teorías para llegar de alguna manera a la "verdad"- ya implantadas, que no
están guiadas a la razón, es decir, al mecanismo sistemático de ordenar las ideas y
generar así una traducción propiamente tal.

Prosiguiendo, nos enfrentamos a una cita inicial del capítulo que, a decir verdad, va
a traducir ciertos códigos a los que se enfrentó Clavijero al momento de ver ciertas
imágenes que tenían como representación a figuras humanas. Claramente, observando las
imágenes y comparándolas o remitiéndose a los cánones de belleza griego sobre las
manifestaciones del cuerpo humano. Winckelmann fue uno de los investigadores de arte
que se dedico a escribir una historia del arte a partir de sus propias observaciones. En ésta
nos deja claro que las obras de arte clásico están sujetas a reglas sobre el dibujo y la
proporción.

Es, a partir de este mecanismo normado y reglado, que Clavijero (1844) escribe
estas palabras. A decir, para comprender y traducir, a su manera (la que conoce; de índole
clásica), los dibujos que los pueblos habitantes del continente americano habían creado en
honor a sus dioses, a sus gobernantes, a sus personas. ¿Es, en este sentido, importante la
"perfección" guiada por una idea clásica de proporción de belleza ideal, para comprender
ciertos dibujos y manifestaciones culturales que tenían dichos pueblos? Yo creería que no.
Puesto a que el uso de estas pinturas u objetos no era satisfacer un fin estético, tal como lo
dice Winckelmann, sino que tenían otras utilidades que eran más preciadas dentro de su
cultura.
Pero como en el pensamiento ilustrativo nos encontramos, además, con una
conciencia de enciclopedia normada, desde la cual llegamos a la clasificación cultural. Esta
clasificación cultural tiene que ver, en parte, con un determinismo cultural. Estamos
determinados según la zona en la que vivimos a permanecer siempre bajo la merma del
desarrollo humano. Estamos, por lo tanto, privados de acceder a cierta mayoría de edad y,
por lo tanto, al entendimiento. Es por ello que las muestras que vieron los españoles en el
momento en que llegaron a tierras americanas no eran más que muestras objetuales que
no tenían ni un fin estético, pero que, sin embargo, le quisieron atribuir, dejándonos, al
continente americano, lejos de alcanzar cierta perfección por razón del evolucionismo.

IV

Finalmente, como pudimos observar a lo largo de todo este ensayo, estamos ante
manifestaciones del conocimiento que son normadas por discursos que tienden hacia el
dominio y no hacia la apreciación de un ojo de la época. Según Baxandall, para poder
comprender ciertas cosas y maneras que tiene la cultura de hacerse ver y reflejar ciertos
caracteres, debemos situarnos dentro del periodo determinado; dentro de ciertos espacios
determinados. Esto es, finalmente y como lo aclaré dentro de uno de los capítulos
anteriores, para aprender a ver, conocer y finalmente dominar (Penhos).

Como punto de cierre, podemos observar que aquellos conquistadores no tenían


idea a qué se enfrentaban cuando llegaron a un continente americano y, con una fiebre
parecida a la que se vivió con la fiebre del oro, tendieron a traducir códigos discursivos a
partir de los estereotipos que tenían inculcados en base a la cultura que con la que
llegaron (entendiendo cultura como ese fenómeno que explica Geertz) 1. Si bien ahora nos
distanciamos en lo que pensamiento se trata, anteriormente hubiese sido de mucha utilidad
el posicionarse dentro de un continente con el hambre de comprender ciertos dogmas que,
en ese entonces, nos hubiesen nutrido para comprender la memoria de un pasado del que
sólo quedan vestigios y no hay historias concretas, más que las muestras de una cultura
vista con ojos occidentalizados.

BIBLIOGRAFÍA

-ROBYNS, Clem. Traducción e identidad discursiva. 1994

1
Que se explica por medio de las practicas significantes que determinan ciertos entornos y los caracterizan
de otros territorios específicos.
-DE LAS CASAS, F. Bartolomé. Los indios de México y Nueva España, EDITORIAL
PORRUA, 1971

-CLAVIJERO, Francisco. Historia antigua de México.

-GEERTZ, Cifford, Conocimiento local: ensayos sobre la interpretación de las culturas.


Barcelona, Paidós Ibérica. (1994)

-WINCKELMANN, Johann. Historia del arte en la Antiguedad.

-PENHOS, Marta. Ver, conocer, dominar: imagenes de sudamérica a fines del siglo XVIII.
2005

-BAXANDALL, Michael. El ojo de la época.

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