Hamilton Smith. Filipenses. Un bosquejo expositivo
Hamilton Smith. Filipenses. Un bosquejo expositivo
Hamilton Smith. Filipenses. Un bosquejo expositivo
UN BOSQUEJO EXPOSITIVO
HAMILTON SMITH
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MINISTERIO DE EDUCACIÓN BÍBLICA
FILIPENSES
UN BOSQUEJO EXPOSITIVO
Hamilton Smith
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MINISTERIO DE EDUCACIÓN BÍBLICA
FILIPENSES
UN BOSQUEJO EXPOSITIVO
Hamilton Smith
1 - Capítulo 1
Un estudio de las diversas epístolas muestra que cada una
fue escrita con un propósito particular, de modo que Dios, en
su sabiduría y bondad, ha provisto plenamente el
establecimiento del creyente en la verdad, así como su
conducta en todas las circunstancias, y en todo momento.
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MINISTERIO DE EDUCACIÓN BÍBLICA
1.1 - Versículos 3 al 6
Esta feliz disposición espiritual llevó al apóstol a alabar y orar
por ellos. Podemos dar gracias a Dios unos por otros cuando
recordamos la gracia divina manifestada en ocasiones
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MINISTERIO DE EDUCACIÓN BÍBLICA
1.2 - Versículos 7 y 8
Aún más, el apóstol era fortalecido en esta confianza por el
pensamiento que él era evidentemente llevado en sus
corazones. Prueba de ello era el hecho de que no se
avergonzaban de ser asociados con el apóstol en sus
ataduras, y en su defensa del Evangelio. Teniendo comunión
con él en sus pruebas, compartirían también la gracia
especial de la que él mismo era objeto. Este amor era
recíproco, pues mientras ellos llevaban al apóstol en su
corazón, él, por su parte, los anhelaba, animado por la misma
ternura que la de Jesucristo. No se trataba de un simple amor
humano en respuesta a la bondad, sino de un amor de
esencia divina –el amor ardiente de Jesucristo.
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MINISTERIO DE EDUCACIÓN BÍBLICA
1.3 - Versículos 9 al 11
Al orar por ellos, el apóstol desea que este amor, que le había
sido manifestado de manera tan bendita, abundara todavía
más y más, manifestándose en conocimiento y en toda
inteligencia: pues, recordemos, en las cosas de Dios, la
inteligencia espiritual tiene su fuente en el amor. El corazón
que está apegado a Cristo, es el que aprenderá el
pensamiento de Cristo –no simplemente un conocimiento
de la letra de la Escritura, sino la comprensión de su
significado espiritual. Con esta inteligencia dada por Dios,
seremos capaces de discernir las cosas excelentes. Es
relativamente fácil condenar lo que es malo. En gran medida,
el hombre natural es capaz de hacerlo. Pero para apreciar las
cosas moralmente excelentes, se requiere discernimiento
espiritual. Cuanto más apegados estemos a Cristo, más
tendremos esa inteligencia espiritual que nos permitirá hacer
lo correcto en todas las circunstancias, de la manera
correcta y en el momento adecuado. Apreciando las cosas
excelentes, y actuando por motivos puros, no seremos piedra
de tropiezo «ni a judíos, ni a griegos, ni a la iglesia de Dios» (1
Cor. 10:32). Seremos guardados sin tropiezo hasta el día de
Jesucristo.
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MINISTERIO DE EDUCACIÓN BÍBLICA
1.4 - Versículos 12 al 14
A continuación, el apóstol alude a las circunstancias
particulares a las que se enfrentaba, que podían
considerarse un obstáculo para la difusión del Evangelio, y
bastante deprimentes para él. Sin embargo, Pablo evalúa
cada circunstancia en relación con Cristo. Estaba en la
solitud de una prisión, y aparentemente toda oportunidad de
predicar el evangelio era quitada; su servicio público había
terminado. Pero quería que los santos supieran que estas
circunstancias visiblemente adversas se habían convertido
en una bendición para sí mismo y eran para el avance del
Evangelio. En cuanto a él, lejos de desanimarse por sus
ataduras, podía alegrarse, pues era evidente que esas
ataduras estaban «por Cristo». No le agobiaba la idea de
estar encarcelado por alguna falta que hubiera cometido,
sino que se alegraba de ser considerado digno de sufrir por
Cristo.
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MINISTERIO DE EDUCACIÓN BÍBLICA
1.5 - Versículos 15 al 18
Desgraciadamente, había algunos que predicaban el
Evangelio con un motivo que no era puro. Movidos por los
celos y por un perverso deseo de aumentar las tribulaciones
del apóstol, estas personas se aprovechaban de su
encarcelamiento para tratar de hacerse valer con la
predicación del Evangelio. Pero él, teniendo a Cristo delante
y no pensando en sí mismo, podía alegrarse de que Cristo era
predicado. A pesar de los malos motivos, de las formas de
hacer defectuosas y de las actuaciones carnales de estos
predicadores, Pablo podía dejar que el Señor tratara con
ellos a su tiempo y a su manera, mientras se alegraba de que
Cristo fuera predicado.
1.6 - Versículo 19
Sí, el apóstol podía regocijarse de saber que el hecho de
predicar a Cristo –ya sea por él mismo, por hermanos fieles
o por aquellos cuyos motivos no eran puros– junto con las
oraciones de los santos y la ayuda del Espíritu de Jesucristo,
se convertirían en su liberación completa y final de todo el
poder de Satanás. Recordemos que, por muy grande que sea
nuestra necesidad, tenemos en el Espíritu Santo un recurso
amplio e infalible. Apelando a él, experimentaremos que, ni
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MINISTERIO DE EDUCACIÓN BÍBLICA
1.7 - Versículo 20
El apóstol deja claro el carácter de la salvación que tiene
ante sí. Evidentemente, no está pensando en la salvación del
alma, que depende exclusivamente de la obra de Cristo. Esta
cuestión estaba, para él, resuelta para siempre, y no
dependía de lo que él pudiera hacer ni de las oraciones de
los santos. Tampoco, podemos añadir, sobre los recursos
actuales del Espíritu Santo. Por otra parte, al hablar de la
salvación, Pablo no contempla su liberación de la cárcel, es
decir, de las circunstancias difíciles. La salvación que tiene
en mente es, obviamente, la liberación completa de todo lo
que en su vida y en su muerte sería un obstáculo para que
Cristo se engrandezca en su cuerpo. Cristo llenaba el
corazón del apóstol. Su ferviente deseo era ser preservado
de todo lo que pudiera avergonzarlo en su confesión de
Cristo, y poder dar testimonio de Cristo con toda valentía,
para poder glorificarlo ya sea con la vida o con la muerte.
1.8 - Versículo 21
Esto lleva al apóstol a declarar que Cristo era el único objeto
ante él, la fuente y el motivo de todo lo que hacía: «Para mí el
vivir es Cristo, y el morir es ganancia». Todo nuestro viaje por
este mundo se resume en este versículo en los dos verbos
contrarios: vivir y morir. Es especialmente edificante ver que,
para Pablo, tanto la vida como la muerte las consideraba en
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MINISTERIO DE EDUCACIÓN BÍBLICA
1.9 - Versículos 22 al 26
El apóstol habla de su propia experiencia; por eso dice “yo”
una y otra vez. Por eso, si dice: «Para mí el vivir es Cristo»,
puede añadir también: «Si tengo que vivir en la carne, tendré
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MINISTERIO DE EDUCACIÓN BÍBLICA
1.10 - Versículos 27 al 30
Hasta entonces, desea que su conducta sea digna del
Evangelio de Cristo, palabra que escudriña a cada uno de
nosotros, pues tenemos la carne en nosotros. Y si no fuera
por la gracia de Dios, la carne podría llevarnos, no solo por
debajo de lo que conviene a un creyente, sino muy por debajo
incluso de la conducta de un hombre honesto del mundo,
como fue el caso de aquellos pocos que predicaron a Cristo
por envidia y contienda.
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MINISTERIO DE EDUCACIÓN BÍBLICA
2 - Capítulo 2
Los últimos versículos del capítulo 1 nos recuerdan que no
solo se nos ha dado creer en Cristo, «sino también de sufrir
por él». Si Cristo tuvo que enfrentarse al adversario en su
camino por este mundo, podemos estar seguros de que
cuanto más manifiesten los creyentes los caracteres de
Cristo, mayor será la oposición del enemigo. Por tanto,
debemos estar preparados para la batalla, como lo estaban
los santos de Filipos, que, siendo objeto de tanta gracia por
parte de Cristo, se encontraban, por esta misma razón,
enfrentados a los adversarios.
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MINISTERIO DE EDUCACIÓN BÍBLICA
2.1 - Versículos 1 y 2
El apóstol reconoce con gozo que, a través de la devoción y
la generosidad de los santos hacia él en todas sus pruebas,
había probado algo de los consuelos que se encuentran en
Cristo y en los que le pertenecen. Había sido reconfortado
por ellos con el amor, y la comunión que surgía del hecho de
que el Espíritu ocupaba sus corazones con Cristo y sus
intereses. Había experimentado una vez más la compasión
de Cristo, mostrada a través de ellos a uno que estaba
soportando la aflicción. Todas estas pruebas de su devoción
le dieron un gran gozo. Pero vio que el enemigo buscaba
arruinar su testimonio común suscitando luchas entre ellos.
Por lo tanto, debe decir: «Completad mi gozo pensando lo
mismo, teniendo un mismo amor, unánimes, teniendo los
mismos sentimientos». Con gran delicadeza de
sentimientos, el apóstol alude a esta falta de unidad. Pero es
evidente que siente su gravedad, ya que toca este tema
cuatro veces en el curso de su Epístola. En el primer capítulo,
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MINISTERIO DE EDUCACIÓN BÍBLICA
2.2 - Versículos 3 y 4
Después de una discreta alusión a esta debilidad que se
manifestaba entre ellos, el apóstol muestra ahora que el
único remedio para ella es la humildad cultivada por todos.
Les advierte de que no deben hacer nada «por rivalidad o por
vanagloria». Estas son las dos causas principales de la falta
de unidad entre los que pertenecen al Señor. No es que
debamos ser indiferentes al mal que pueda surgir en el
pueblo de Dios, sino que se nos advierte que no debemos
responder a él con un espíritu contrario al de Cristo. Con
demasiada frecuencia, por desgracia, los problemas que
surgen en una asamblea son ocasiones para sacar a la luz
sentimientos no juzgados de celos, maldad o vanidad que
han estado ardiendo en los corazones. Esto da lugar a peleas.
Nuestras luchas están dirigidas a rebajar al otro, en la
búsqueda de esa «vanagloria» que busca exaltar el “yo”.
¡Cuánta necesidad tenemos de juzgar nuestro propio
corazón! Porque, como alguien ha comentado, “no hay
ninguno de nosotros que no se dé cierta importancia a sí
mismo”.
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MINISTERIO DE EDUCACIÓN BÍBLICA
2.3 - Versículos 5 al 8
Para producir esta humildad en nosotros, el apóstol dirige
nuestra mirada a Cristo, diciendo: «Haya, pues, en vosotros
este pensamiento que también hubo en Cristo Jesús…». A
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2.4 - Versículos 9 al 11
Sin embargo, si nuestros corazones se sienten atraídos por
Cristo al ver la gracia y la humildad que le hicieron humillarse
desde la gloria hasta la cruz, también vemos en él el ejemplo
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MINISTERIO DE EDUCACIÓN BÍBLICA
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2.5 - Versículos 12 y 13
Después de haber dirigido nuestra mirada hacia Cristo en
toda su gracia y humildad, el apóstol nos exhorta a juzgar
todas las tendencias de la carne a la polémica y a la
vanagloria, y nos invita a caminar en el espíritu de humildad
de Cristo nuestro Modelo, resistiendo así los esfuerzos del
enemigo por sembrar la discordia entre los santos. Cuando
estaba presente entre estos creyentes, el apóstol los había
protegido de los ataques del enemigo, pero ahora, mucho
más por su ausencia, debían cuidarse de los adversarios de
fuera y de las luchas de dentro. Caminando en el espíritu de
humildad de Cristo, obrarían verdaderamente su propia
salvación; triunfarían sobre todos los esfuerzos del enemigo
para destruir su unidad y arruinar su testimonio de Cristo.
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MINISTERIO DE EDUCACIÓN BÍBLICA
2.6 - Versículos 14 al 16
Teniendo nuestros ojos fijos en Cristo, y en la medida en que
tengamos su espíritu de humildad, estaremos a salvo de los
engaños del mundo y del poder del enemigo. Entonces
seremos un testimonio de Cristo ante el mundo. Este es,
ciertamente, la «aprobación» de Dios, manifestada
plenamente en Cristo, que pudo decir: «Hago siempre las
cosas que le agradan» (Juan 8:29). Las exhortaciones que
siguen presentan así un maravilloso retrato de Cristo.
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Si, como resultado del ministerio del apóstol, los santos eran
llevados a tener la humildad de Cristo y así se convertían en
sus testigos, el apóstol podía alegrarse de que no había
«corrido en vano, ni en vano he trabajado». Aquí, por lo que a
él respecta, parece distinguir entre «vida» y «testimonio». En
efecto, «correr» dirige nuestros pensamientos a su forma de
vida, y «trabajar» a su ministerio.
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MINISTERIO DE EDUCACIÓN BÍBLICA
2.7 - Versículos 17 y 18
En el resto de este capítulo nos son presentados tres
ejemplos de creyentes que vivían entonces y que, en gran
medida, manifestaron esta humildad de Cristo, olvidándose
de sí mismos para servir a los demás, y que, por ello, brillaron
como luminarias en este mundo y presentaron la Palabra de
vida.
2.8 - Versículos 19 al 24
Pablo se dirige entonces a Timoteo. Habla de él como de
alguien que es de un «mismo ánimo» que él, que está
marcado por esa humildad que hace que uno se olvide de sí
mismo por el bien de los demás. El estado general de la
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MINISTERIO DE EDUCACIÓN BÍBLICA
2.9 - Versículos 25 al 30
Por último, en Epafrodito tenemos un ejemplo sorprendente
de esa humildad que se olvida en el ardiente deseo de hacer
el bien a los demás. Epafrodito no solo era un «hermano» en
Cristo, sino un «colaborador» en la obra del Señor, un
«compañero de armas» en la lucha por la verdad, un
«enviado» de los santos y un «siervo» para las necesidades
del apóstol. En su amor desinteresado pensaba en los santos
con gran afecto, y se afligía mucho al pensar que podían estar
excesivamente preocupados por él a causa de su
enfermedad. En efecto, había estado muy cerca de la muerte,
pero, por la gracia de Dios, había sido salvado. Pablo, ahora,
sin pensar en sí mismo ni en que echaría de menos a tan
preciado amigo, envía a este querido siervo a los filipenses
para gozo de ellos. Es con todo tipo de gozo que pueden
recibir en el Señor y honrar a un hombre así. El apóstol añade
unas palabras que muestran admirablemente lo que es este
“honor”, tan precioso a los ojos de Dios. Epafrodito destacó
por su fidelidad en la obra de Cristo y, lleno de humildad,
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MINISTERIO DE EDUCACIÓN BÍBLICA
3 - Capítulo 3
El capítulo 2 presenta la vida cristiana en términos de la
gracia de olvidarse de uno mismo por el bien de los demás, y
de caminar en el espíritu de humildad ejemplificado por
Cristo. En este tercer capítulo se hace hincapié en la
energía de la vida cristiana, que triunfa de los peligros que
nos rodean, olvida las cosas que quedan atrás y corre
directamente hacia la meta: Cristo, nuestro objeto, en la
gloria.
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MINISTERIO DE EDUCACIÓN BÍBLICA
3.1 - Versículo 1
Antes de hablar de los peligros particulares a los que estamos
expuestos, Pablo nos presenta al Señor como aquel en quien
podemos gozarnos. El apóstol estaba en prisión desde hacía
cuatro años, y estaba a punto de ser juzgado y posiblemente
condenado a muerte. Pero, a pesar de sus propias
circunstancias, a pesar de los grandes fallos del pueblo de
Dios, y a pesar de los peligros contra los que nos advierte, su
exhortación final es: «Regocijaos en el Señor». El Señor está
en la gloria, testimonio eterno de la satisfacción infinita de
Dios en la obra que ha hecho en la cruz. Es en él que toda la
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MINISTERIO DE EDUCACIÓN BÍBLICA
3.2 - Versículos 2 y 3
Habiendo dirigido nuestros ojos a Jesucristo como el Señor
ante el cual toda rodilla se doblará pronto, el apóstol nos
advierte de ciertos peligros especiales que debemos
afrontar: «Guardaos de los perros, guardaos de los malos
obreros, guardaos de la falsa circuncisión». Estas tres
expresiones parecen referirse a los maestros judaizantes,
quienes, entre los cristianos, pretendían mezclar la ley y la
gracia. Esto equivalía a dejar de lado el Evangelio de la gracia,
y restaurar la carne que el evangelio deja de lado.
Entendiendo que este mal ataca el fundamento de toda
nuestra bendición, Pablo lo condena sin piedad. El perro
vuelve a lo que ha vomitado y no se avergüenza de ello.
Comportarse de forma manifiestamente mala, negándose a
reconocer el mal, es actuar sin conciencia y sin pudor.
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3.3 - Versículos 4 al 6
Pablo denuncia entonces el carácter despreciable de la
carne en su expresión religiosa, recordando cómo era su
propia vida antes de su conversión. Si hubiera alguna virtud
en ella, habría tenido más razones que otros para hacerle
confianza. Según ella, era de una piedad y sinceridad
excepcionales. Las ordenanzas prescritas por la ley habían
sido observadas; había sido circuncidado al octavo día. Era
un judío de la más pura estirpe. En cuanto a su vida religiosa,
pertenecía a la secta judía más estricta: Los fariseos. Nadie
podía dudar de su sinceridad y su celo, pues, al tratar de
defender su religión, había perseguido a la Iglesia. En cuanto
a la justicia que consistía en guardar los ritos de la ley, era
irreprochable.
3.4 - Versículo 7
Todas estas cosas eran una ganancia para él como hombre
natural. Podrían haberle asegurado un alto lugar entre los
hombres. Pero desde el momento en que fue llevado a ver a
Cristo en la gloria, había descubierto que, a pesar de todas
estas ventajas religiosas, era el primero de los pecadores y
no alcanzaba a la gloria de Dios. Además, había visto que
toda bendición dependía de Cristo y de su obra, de modo que
ahora las cosas que habían sido una ganancia para él como
hombre natural, las consideraba, por causa de Cristo, como
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MINISTERIO DE EDUCACIÓN BÍBLICA
3.5 - Versículos 8 y 9
Y no fue solo en el momento de su conversión que Pablo
había considerado estas prácticas religiosas carnales como
una pérdida, sino que continuó haciéndolo durante toda su
carrera. En efecto, si, mirando hacia atrás, puede decir: «Las
he considerado como pérdida» también dice, en tiempo
presente, «y aún todo lo tengo por pérdida». Además, no solo
consideraba una pérdida lo que acababa de decir, sino todo
aquello de lo que la carne podía presumir y que podía haberle
valido un cierto rango en este mundo. Pablo era un hombre
de buena sociedad, ciudadano de Tarso, una ciudad de cierto
renombre. Era educado, habiendo sido enseñado a los pies
de Gamaliel. Era bien conocido por los principales de los
judíos, bajo cuya autoridad había ocupado un cargo oficial.
Pero el conocimiento de Cristo Jesús, de quien puede hablar
como su Señor, eclipsó todas estas cosas. La excelencia de
Cristo es tal que, comparadas con él, todas las cosas de las
que la carne podía enorgullecerse, el apóstol las estimaba
como «basura», hasta el punto de que ninguna dificultad
tenía en abandonarlas. ¿Quién, de hecho, se arrepentiría de
dejar atrás un montón de basura?
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MINISTERIO DE EDUCACIÓN BÍBLICA
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3.6 - Versículos 10 y 11
Mientras tanto que corremos directamente hacia la meta que
es Cristo, el apóstol expresa su deseo con estas palabras:
«Para conocerle a él». Deseamos conocerlo en toda su
belleza, tal como se revela en su humildad, gracia y
obediencia «hasta la muerte». Deseamos conocerlo en todo
su poder en nuestro favor, tal como se manifiesta en su
resurrección. Deseamos conocerlo en su gloria, como aquel
a quien seremos conformados y con quien estaremos para
siempre. Conocerlo en su gracia y humildad, como nuestro
modelo divino, nos enseñará a vivir para él. Conocerlo en el
poder de su resurrección, nos permitirá afrontar la muerte,
incluso si, como Pablo, somos llamados a morir por su
nombre. Por último, conocerle en la gloria nos ayudará a
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MINISTERIO DE EDUCACIÓN BÍBLICA
3.7 - Versículo 12
Pablo estaba todavía en el cuerpo, por lo que no pretende –ni
podía pretender– haber recibido ya el premio, que consiste
en estar con Cristo y como Cristo en la gloria. Sin embargo,
esa era la meta que tenía a la vista; y, a medida que avanzaba
en su camino, se esforzaba por comprender mejor el glorioso
fin al que la gracia de Cristo lo había destinado.
3.8 - Versículos 13 al 15
Si aún no había alcanzado el premio, tampoco pretendía
haber captado en toda su plenitud el valor de ese premio. Sin
embargo, podía decir: «Una sola cosa hago: Olvidando las
cosas de atrás, me dirijo hacia las que están delante, prosigo
hacia la meta, al premio del celestial llamamiento de Dios en
Cristo Jesús». ¡Qué deseable sería que nosotros también
tuviéramos una visión tan fuerte de Cristo en la gloria, y de la
realidad de las cosas que están ante nosotros, que
llegáramos a olvidar las que están detrás! Pablo no solo las
consideraba una pérdida, sino que las había olvidado. Es
imposible enorgullecerse de algo que se ha olvidado. Como
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3.9 - Versículos 15 al 17
Habiendo expuesto ante nosotros el camino que siguió en
este mundo, el espíritu con el que caminaba, y la gloriosa
meta que era el fin del mismo, el apóstol exhorta ahora a
todos los que tienen la felicidad de hacer plenamente esta
experiencia cristiana a tener un mismo sentimiento. Puede
ser, por supuesto, que algunos, por falta de madurez, no
estén todavía muy avanzados en este camino, pero, incluso
así, Dios puede guiarnos y revelarnos la bendición que resulta
de olvidar las cosas que quedan atrás y correr hacia Cristo
en la gloria. Y si hay diferencias en el nivel espiritual
alcanzado, no hay ninguna razón para no seguir los mismos
pasos. Uno puede ver más allá que otro en el camino, pero
eso no debe impedirle seguir el mismo camino y mirar en la
misma dirección.
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3.10 - Versículos 18 y 19
Somos advertidos entonces que ya en aquellos primeros días
había «muchos» de los que profesaban pertenecer al pueblo
de Dios, cuyo andar demostraba que eran enemigos de la
cruz de Cristo, y cuyo fin era la perdición. Lejos de tener esa
humildad que olvida las cosas que quedan atrás y corre
directamente hacia Cristo en la gloria, estaban totalmente
ocupados con las cosas de la tierra en las que podían
gloriarse. Si el apóstol debe advertir contra tales hombres, lo
hace con lágrimas. Ya nos advirtió contra los maestros
judaizantes que halagaban la carne. Lo hace ahora contra los
que pretendían hacer del cristianismo un mero instrumento
de civilización, destinado a mejorar este mundo y hacerlo
más atractivo. Tales hombres tenían sus pensamientos en
las cosas terrenales. Así, se nos advierte contra dos males
que proliferan en estos tiempos finales: El primero utiliza el
cristianismo para dar apariencia a la carne, el otro quisiera
utilizarlo para mejorar la carne. Ambos dejan de lado a Cristo,
su obra y el carácter celestial del cristianismo.
3.11 - Versículos 20 y 21
En contraste con tales personas, el apóstol puede decir de
los creyentes: «Porque nuestra ciudadanía está en los cielos;
de donde también esperamos al Salvador». En su venida, el
cuerpo de nuestra humillación será transformado «en la
semejanza de su cuerpo glorioso». Esta transformación será
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MINISTERIO DE EDUCACIÓN BÍBLICA
4 - Capítulo 4
En el capítulo 2, el apóstol presentó a Cristo descendiendo
de la gloria a la cruz, manifestando la humildad que debería
caracterizar a los creyentes, y que nos permite ser
verdaderos testigos de Cristo en el mundo en que vivimos.
En el capítulo 3, dirigió nuestras miradas hacia Cristo
exaltado en la gloria como Señor, en quien vemos la meta
gloriosa hacia la que caminamos. En este capítulo 4, nos
exhorta en cuanto a lo que debe caracterizar prácticamente
la vida cotidiana de quienes tienen a Cristo como su modelo
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MINISTERIO DE EDUCACIÓN BÍBLICA
4.1 - Versículo 1
Somos exhortados a estar «así firmes en el Señor». Los
enemigos a los que nos enfrentamos –ya sea la carne en
nosotros, el diablo fuera, o el mundo que nos rodea– son
demasiado fuertes para nosotros, pero el Señor tiene el
poder de «someter todas las cosas a sí mismo». No se nos
pide que venzamos con nuestras propias fuerzas o sabiduría
–seríamos incapaces de hacerlo– sino que nos
mantengamos «firmes en el Señor», en el poder de su fuerza.
4.2 - Versículos 2 y 3
Aquí somos exhortados a tener «un mismo sentir en el Señor».
Había una diferencia de opinión en Filipos entre dos mujeres
piadosas, y el apóstol preveía que este hecho –que los santos
podían considerar sin importancia– podría causar fácilmente
mucho sufrimiento y debilidad en la Asamblea. «¡La lengua
es un miembro pequeño… ¡Cuán grande bosque enciende un
poco de fuego!» (Sant. 3:5). Sin embargo, el apóstol, que sabe
separar «lo precioso de lo vil» (Jer. 15:19), no deja de señalar
la piedad de aquellas hermanas que habían luchado con él
en el Evangelio, a pesar de la oposición, los insultos y la
persecución. Su misma piedad no hacía más que aumentar
su dolor por el hecho de que hubiera una disputa entre ellas
sobre lo que interesaba al Señor. Por eso, no se limita a
rogarles que sean de un mismo sentir, sino que ruega a
Epafrodito de ayudarlas. Al intentar hacerlo, debía recordar
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MINISTERIO DE EDUCACIÓN BÍBLICA
4.3 - Versículo 4
Este versículo nos invita a gozarnos siempre en el Señor. El
apóstol ya nos ha exhortado a regocijarnos en el Señor, pero
ahora dice no solo: «Regocijaos» sino: «Regocijaos en el
Señor siempre». Por muy angustiosas que sean nuestras
circunstancias, por muy grande que sea la oposición del
enemigo y por muy lamentables que sean los fallos de los
que pertenecen al Señor, siempre podemos alegrarnos en el
Señor. Es a él a quien podemos decir: «Tú eres el mismo» y
«tus años no acabarán» (Hebr. 1:12).
4.4 - Versículo 5
Con respecto al mundo en el que vivimos, con toda su
violencia y corrupción, el apóstol nos exhorta: «Que vuestra
amabilidad sea conocida de todos los hombres». En su día,
el Señor resolverá toda la cuestión del mal, y dará libre curso
a la bendición. ¡Viene pronto! Por lo tanto, no corresponde a
los creyentes inmiscuirse en el gobierno del mundo, ni hacer
valer sus derechos y luchar por ellos. Nuestro privilegio y
responsabilidad es representar a Cristo, y por lo tanto
manifestar esa mansedumbre que caracterizaba al Señor.
Nos menospreciamos a los ojos del mundo cuando hacemos
valer nuestros derechos o nos oponemos a su gobierno. Si
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MINISTERIO DE EDUCACIÓN BÍBLICA
4.5 - Versículos 6 y 7
En cuanto a las pruebas que encontramos en el camino, las
necesidades de cada día y las necesidades corporales
relacionadas con nuestra condición actual, seremos
liberados de toda ansiedad poniendo todas estas cosas ante
Dios. Si es cierto que nuestra mansedumbre debe ser
conocida por todos los hombres, nuestras peticiones deben
ser conocidas por Dios. Puede que el resultado no sea la
concesión de todas estas peticiones –que pueden no ser
para nuestro bien, ni para la gloria de Dios–, pero nuestro
corazón será liberado de la carga de la preocupación y
guardado en una profunda paz, «la paz de Dios, que
sobrepasa todo entendimiento».
4.6 - Versículo 8
Cuando seamos liberados de nuestras preocupaciones,
nuestros pensamientos no solo serán mantenidos en paz,
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MINISTERIO DE EDUCACIÓN BÍBLICA
4.7 - Versículo 9
Después de exhortarnos sobre las cosas en las que debemos
“pensar”, Pablo pasa a las cosas que debemos “hacer”. En
nuestra vida práctica debemos “hacer” como el propio
apóstol. Dijo: «Una sola cosa hago: Olvidando las cosas de
atrás, me dirijo hacia las que están delante, prosigo hacia la
meta, al premio del celestial llamamiento de Dios en Cristo
Jesús (Fil. 3:13)». Al caminar así, no solo disfrutaremos en
nuestras almas de la paz de Dios en medio de un mundo
donde reina la confusión, sino que tendremos al Dios de la
paz con nosotros –la paz de Dios guardando nuestros
corazones de toda inquietud, y la presencia de Dios
sosteniéndonos en nuestra debilidad.
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4.8 - Versículos 10 al 13
En los últimos versículos de la Epístola, Pablo se nos
presenta como alguien que está por encima de todas las
circunstancias. Había depositado todas sus preocupaciones
en Dios, y ahora podía alegrarse de que Dios había puesto su
amor en los corazones de los santos de Filipos, y les había
dado la oportunidad de cuidar de él en su aflicción
ayudándole a cubrir sus necesidades.
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4.9 - Versículos 14 al 18
Por esta dependencia de Cristo para suplir todas sus
necesidades, el apóstol fue guardado de caer en la trampa
de dejarse influenciar por los hombres para obtener su favor
y ayuda. Sin embargo, los filipenses habían «hecho bien» en
contribuir a sus necesidades. El amor que los había llevado
a este don, fue recibido por Dios como un fruto que abundaba
en su favor, pues era un sacrificio de su parte, un sacrificio
«agradable a Dios».
4.10 - Versículos 19 y 20
Por su propia experiencia de la bondad de Dios, Pablo puede
decir con confianza: «Mi Dios colmará toda necesidad
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4.11 - Versículos 21 al 23
El saludo final ofrece una hermosa visión de cómo era la
comunión cristiana en la Iglesia primitiva, y muestra la estima
que el apóstol tenía por estos creyentes. En efecto, no solo
dice que saluda «a todos los santos en Cristo Jesús», sino
también: «Todos los santos os saludan». Y termina diciendo:
«La gracia del Señor Jesucristo esté con vuestro espíritu».
Necesitamos la misericordia de Dios para proveer a nuestros
cuerpos, y la gracia de nuestro Señor Jesucristo para guardar
nuestro espíritu.
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