Temas_11
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EL BAUTISMO DE JESUS... Y EL
NUESTRO; LOS CAMINOS
DE LA AUTENTICA VOCACION
LITURGIA
“La tierra está desolada; ¿por qué? Porque no hay quien medite en
su corazón” (Jeremías, X II, 11).
E L B A U T ISM O D E JE SU S
El bautismo de Jesús inaugura su vida pública y contiene en potencia todo
el itinerario que deberá recorrer, hasta alcanzar su plenitud en la Cruz.
Jesús es el primogénito del verdadero pueblo de Dios, la piedra angular de uñ
mundo nuevo.
El sacramento del bautismo coloca al hombre en las condiciones objetivas
de la auténtica comunión con Dios integrándole en la Famiila del Padre.
Por eso los padres piden el bautismo para su hijo, porque quieren para él
algo más que la vida humana, quieren hacerlo entrar en la comunidad de la
Iglesia. Convertirlo en “ cristiano” , unirlo vitalmente a Cristo, depositar en el
niño la misma fe de ellos para que esa fe, como un germen vivo vaya creciendo
poco a poco hasta que tenga edad de comprender y de creer y entonces él mismo
haga su adhesión personal y viviente a Cristo.
Muchos cristianos no tienen la convicción espontánea que el bautismo como
tal debería producir en la persona que lo recibe, movilizando todas sus energías
al servicio del Reino de Dios.
Incluso los que tienen una fe profunda no captan toda su significación y su
alcance concreto en la vida cristiana.
Tan es así que la mayor parte de los cristianos no sienten su entrada en la
Iglesia por la iniciación bautismal, como el momento decisivo de su vida, ese
momento que data verdaderamente el nuevo nacimiento de su integración al
Cuerpo de Cristo. Por otra parte, en nuestros días, y para gran número de gente,
la línea concreta de demarcación entre cristianos y no cristianos no es el bau
tismo, sino la calidad de una vida vivida bajo el signo del Evangelio. Existe un
gran riesgo de menospreciar ciertas realidades fundamentales de la fe.
La liturgia de este día, puede dar a cada uno la posibilidad de medir el
valor decisivo de su iniciación bautismal.
El bautismo coloca al hombre en las condiciones objetivas de la auténtica
comunión con Dios integrándolo en la familia del Padre.
El efecto capital del bautismo es la unión a Cristo y a su sacrificio eterno,
realizado de una vez para siempre en el gran acontecimiento de la cruz. Es
el sacramento de la fe que imprime definitivamente en el alma del bautizado el
sello del Espíritu y la habilita para construir una vida de fe perfectamente
estructurada y lo obliga a una conversión de vida cada vez más profunda dentro
de la línea de la obediencia total de la que Jesús nos ha dado ejemplo.
No se hace uno miembro de la Iglesia para encontrar en ella solamente
el camino de la salvación propia. La iniciación bautismal implica una respon
sabilidad misionera universal. Miembro del cuerpo de Cristo, el bautizado está
llamado a ser con Cristo, salvador de la humanidad y de la creación partici
pando en la misión de la Iglesia.
El objetivo inmediato de la misión no es bautizar, sino conducir al bautismo,
acompañar a los hombres por el camino difícil que va de la no-creencia, a la
fe en Jesucristo.
Por diversas razones muchos hombres no entrarán en la Iglesia aquí abajo,
serán bautizados sin embargo en la muerte si son encontrados fieles a la luz del
Espíritu y a la voz de la conciencia. Pero que los cristianos se convenzan de que
la salvación de todos y de cada uno depende de su fidelidad a la tarea misionera
contraída en el momento de la iniciación bautismal.
No hay que irritarse contra las cosas, porque a ellas lo mismo les da.
EL CA M IN O D E L A V O CA CIO N
CICLO ANUAL
17. La Iglesia conmemora todo el Misterio de Cristo desde la Encarnación
hasta el día de Pentecostés y hasta la espera de la Venida del Señor, a lo largo
del año.
I. El triduo pascual
V. El tiempo de Adviento
46. Para que las rogativas y las témporas anuales puedan adaptarse a las
diversas necesidades de lugares y personas, es preciso se ordenen en cuanto al
tiempo y modo de celebración por las Conferencias Episcopales.
Por consiguiente, tenidas en cuenta las necesidades locales, las autoridades
competentes establecerán normas sobre la amplitud de su celebración en uno o
varios días, o sobre su repetición a lo largo del año.
47. Para cada día de estas celebraciones elíjanse entre las misas votivas,
la más adecuada a la finalidad de las súplicas.
ELEM EN TO S
D E M ETO D O LO G IA
Esta es la cuarta parte del “DIRECTORIO CATEQUISTICO
GENERAL” elaborado por la Sagrada Congregación del Clero,
de la Santa Sede. Su texto' fue aprobado por Pablo VI
quien el 18 de marzo de 1971 ordenó su publicación. El texto
que venimos dando a publicidad corresponde a la traducción
del documento original en latín, realizada para la edición del
Episcopado Argentino, por el P. José María Del Col, S. D. B.
70. En nuestro siglo los catequistas investigaron a fondo los problemas metodo
lógicos suscitados por las ciencias psicológicas, didácticas y pedagógicas. Se empren
dieron, en efecto, estudios sobre el método a emplear en la clase de catecismo;
se indicaron los papeles que corresponden a los métodos activos de la enseñanza
catequística; se investigó en todas sus partes el acto de la catequesis según las
leyes que regulan el arte del aprendizaje (experiencia, imaginación, memoria,
inteligencia); por último se elaboró una metodología diferencial, es decir que
se diferencia conforme a la edad, condiciones sociales y grado de madurez psíquica
de los catequizandos.
Aquí no se consideran todos estos problemas, sino que se exponen tan sólo
algunos puntos, a los que hoy se atribuye gran importancia. Encarar estos pro
blemas de un modo conveniente y específico en las distintas naciones, será obra
de los varios Directorios y de los demás instrumentos de trabajo.
LAS FORMULAS
73. Las ventajas del método inductivo, que son principalmente el ejercicio
activo de las facultades espirituales y una constante relación a las cosas concretas
en la explicación de los conceptos intelectuales, de ninguna manera deben con
ducir al olvido de la necesidad y utilidad de las fórmulas.
Las fórmulas permiten expresar con exactitud los pensamientos, son aptas
para una recta exposición de la fe y, aprendidas de memoria, favorecen una es
table posesión de la verdad. Finalmente, hacen que entre los fieles cristianos
pueda emplearse un modo común de hablar.
Por lo general, las fórmulas se proponen y explican una vez que la lección
o investigación ha llegado a una síntesis.
Entre todas, se han de elegir esas fórmulas que, expresando fielmente la
verdad de la fe, se acomodan al alcance de los oyentes. No hay que olvidar que
las fórmulas dogmáticas son una verdadera profesión de la doctrina católica y
que por consiguiente, en cuanto tales, los fieles tienen que aceptarlas en el sentido
con que las entendió y entiende la Iglesia (cf. Conc. Vat. I, Const. dogm.
Dei Filius, Dz. - Sch., n. 3020, 3043). Se deben enseñar con esmero las fórmulas
tradicionalmente empleadas para profesar la fe y orar, como el Símbolo de los
Apóstoles, la oración del Señor, la salutación angélica y otras semejantes.
LA EXPERIENCIA
74. a) La experiencia origina preocupaciones y problemas, esperanzas y
ansiedades, reflexiones y juicios, que convergen en cierta voluntad de regular
el comportamiento humano.
Por ello, la catcquesis tiene que cuidar de que los hombres presten atención
a sus experiencias de mayor importancia, tanto personales como sociales; e igual
mente es cometido suyo poner bajo la luz del Evangelio las cuestiones que derivan
de las mismas, de suerte que se suscite en ellos el recto deseo de transformar
su conducta.
Por esta razón, la experiencia también logra que el hombre se porte activa
mente hacia el dón de Dios.
b) La experiencia puede favorecer la inteligibilidad del mensaje cristiano.
El mismo Cristo predicó el Reino de Dios ilustrando su naturaleza con
parábolas sacadas de la experiencia de la vida humana. Evocó ciertas situaciones
humanas (del mercader que efectúa un buen negocio, de los siervos que hacen
fructificar en mayor o menor grado los talentos que les fueran dados, etc.) para
explicar las realidades escatológicas y trascendentes, y enseñar, en consecuencia,
la forma de vivir que esas realidades nos piden.
Así ocurre que la experiencia sirve para explorar y asimilar las verdades
contenidas en el depósito de la revelación.
EL GRUPO
A
CO R R E O S D EL U R U G U A Y
IM PRESO S DE IN TER ES GENERAL.
DECRETO DEL P. E. DE ENERO 1951