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Poder Judicial de la Nación

CAMARA CIVIL - SALA K

“A., S. c/ F., G. M. M. S/ DAÑOS Y PERJUICIOS”


N°54.413/2020
Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil N°98

En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a los 28 días del mes de agosto


de 2024, hallándose reunidas las Señoras Vocales de la Sala K de la Cámara
Nacional de Apelaciones en lo Civil a fin de entender en los recursos de apelación
interpuestos por las partes en los autos caratulados “A., S. c/ F., G. M. M. S/
DAÑOS Y PERJUICIOS”, habiendo acordado seguir en la deliberación y voto el
orden de sorteo a estudio, la señora jueza doctora Lorena Fernanda Maggio dijo:

I- Vienen los autos a este Tribunal, con motivo del recurso de apelación
interpuesto por la parte actora (29 de diciembre de 2023) y la demandada (29 de
diciembre de 2023) contra la sentencia de primera instancia (21 de diciembre de
2023). Oportunamente, lo fundaron (3 de marzo de 2024 y 6 de marzo de 2024) y
recibieron réplica (23 de marzo de 2024 y 24 de marzo de 2024). Finalmente, se
llamó autos para sentencia (22 de abril de 2024).

II- La sentencia
El juez de grado hizo lugar parcialmente a la demanda contra el señor G.
M. M. F. condenándolo a pagar al señor S. A. la suma de $8.000.000, con más
intereses y costas. Además, reguló los honorarios de los profesionales
intervinientes (21 de diciembre de 2023).

III- Los agravios


1. La parte actora critica que el magistrado anterior haya considerado que
el demandado obró con dolo eventual por cuanto -sostiene- lo hizo con dolo
directo. Asimismo, cuestiona el rechazo de la indemnización en concepto de daño
y tratamiento psicológico, lucro cesante y se queja la suma reconocida en
concepto de daño moral. Además, se queja que no se haya ordenado la
publicación de la sentencia en un diario de gran circulación y en las redes
sociales del demandado, el rechazo de la condena por temeridad y malicia, y la
imposición de costas por su orden. Por último, cuestiona la tasa de interés
determinada (3 de marzo de 2024).
2. Por su parte, el demandado se agravia de la atribución de
responsabilidad, de lo reconocido en concepto de daño moral y la imposición de
costas. Finalmente, solicita la aplicación del art. 730 del Código Civil y Comercial (
6 de marzo de 2024).
3. Habré de analizar, en primer término, las alegaciones vertidas por la
actora contestar los agravios de la demandada, en cuanto a la solicitud de
deserción por insuficiencia de ese embate (23 de marzo de 2024).
Fecha de firma: 28/08/2024
Firmado por: SILVIA PATRICIA BERMEJO, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: LORENA FERNANDA MAGGIO, JUEZA DE CAMARA

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Conforme lo dispone el artículo 265 del Código Procesal Civil y Comercial,
la impugnación debe contener una crítica concreta y razonada de las partes del
fallo que se consideren equivocadas. Así, con una amplitud de criterio facilitadora
de la vía revisora, se aprecia que el ataque cuestionado es hábil, respetando su
desarrollo las consignas establecidas en esa norma del Código ritual, por lo que
deviene admisible su tratamiento (art. 265, cit.).

IV- Aclaraciones previas


Antes de entrar en el examen de los agravios, creo oportuno recordar que,
luego de estudiar todas y cada una de las argumentaciones de las partes y las
pruebas producidas, en mi voto destacaré sólo aquellas que sean conducentes,
apropiadas y posean relevancia para resolver el caso (cfr. C.S.J.N., Fallos: 258
:304; 262:222; 265:301; 272:225; 274:113; 280:3201; 144:611, entre otros; art.
386, última parte, CPCCN).
La presente acción se analizará de conformidad con la normativa del
Código Civil y Comercial de la Nación (ley 26.994), por ser la ley aplicable al
momento de suceder el evento por el cual se reclama (art. 3, CC; 7, CCCN).

V- La responsabilidad
1. Resulta pertinente destacar que el señor S. A. relató en su demanda que
mantuvo una relación afectiva con el demandado desde el mes de septiembre de
2018 hasta agosto de 2019 y también un vínculo laboral de dependencia que se
inició en febrero de 2019 y culminó en noviembre de 2019. Agregó que el
demandado es muy conocido públicamente, que se hizo famoso a través de su
canal de “YouTube” y cuentas de “Instagram” y “Twitter”, contando con
numerosos seguidores, y que también tiene presencia artística y comercial en la
televisión y teatros.

Destacó que, desde que concluyeron su relación sentimental y laboral, el


emplazado comenzó un “linchamiento” y escrache público, hostigamiento y acoso
cibernético contra el accionante, instigando a sus seguidores a que lo ataquen,
motivo por el que recibió infinidad de calumnias, injurias, agravios, insultos y
amenazas en sus redes sociales y en su propio teléfono.

Mencionó que en un video subido por el señor F. en su canal de “YouTube”


-que obtuvo más de un millón de visitas-, el demandado ventiló aspectos del actor
y habló públicamente de cuestiones personales, como su condición sexual, le
endilgó la comisión de delitos penales y lo injurió. Aseguró que el demandado
también se encargó de manera diaria de subir contenido referido al legitimado
activo en su cuenta de “Instagram” mediante historias y publicaciones directas,
instigando a la continuación ininterrumpida del hostigamiento cibernético por parte
de sus seguidores.

Fecha de firma: 28/08/2024


Firmado por: SILVIA PATRICIA BERMEJO, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: LORENA FERNANDA MAGGIO, JUEZA DE CAMARA

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Poder Judicial de la Nación

CAMARA CIVIL - SALA K


Por su parte, al contestar la demanda, el señor F. reconoció que mantuvo
una relación sentimental con A. desde septiembre de 2018 hasta agosto de 2019.
Destacó que en ese tiempo él era un reconocido “Youtuber” e “Instagramer”.

Sostuvo que, luego de recibir una demanda que el actor le realizó en sede
laboral, manifestó por los medios habituales de comunicación sus vivencias
referidas a un juicio millonario que lo tenía como demandado y sobre una estafa
de la que dijo que era víctima. Añadió que únicamente habló y expresó lo que le
había pasado en una situación que lo afectó en sus intereses personales,
económicos y emocionales y aclaró que lo hizo sin revelar el nombre del actor ni
individualizarlo de ninguna manera.

Por ello, afirmó que no podía responsabilizárselo por la dinámica de las


redes sociales y el accionar de terceros usuarios de dichas plataformas.

2. El sentenciante de grado analizó que el demandado es altamente


conocido para un determinado sector de la comunidad y que sus intervenciones
en las redes sociales son celebradas por sus seguidores y sus seguidoras.
Añadió que esas personas tienen con el emplazado fuertes lazos de adhesión o
identificación.

Luego, destacó que los mensajes de agresión recibidos por el actor fueron
enviados luego de que el señor F. subiera el aludido video titulado “El C. –
Capítulo 1” al sitio “YouTube” y a sus redes sociales. Consideró que ese y los
demás videos posteriores dedicados al tema fueron los disparadores de las
reacciones de sus seguidores. Señaló que el demandado no podía desconocer
que comunicada una noticia en los términos que lo hizo, aun cuidándose de no
identificar al señor A. por su nombre y evitando utilizar insultos u otros términos
agraviantes, se generaría indefectiblemente una reacción violenta de sus
seguidores.

Agregó que, luego de que la temática se transformara en tendencia en las


redes sociales por la enorme cantidad de mensajes enviados, en lugar de poner
paños fríos al asunto, por el contrario, los alentó. Por tanto, apuntó que era otro el
comportamiento que debía esperarse del señor F. y que, aun cuando no haya
proferido insultos o agravios contra el actor, con sus acciones y omisiones,
promovió y alentó a que sus seguidores obren en el censurable sentido apuntado.

Concluyó el magistrado que por haber motivado los mensajes violentos


hacia el actor y no haber hecho nada para evitarlos, el accionado obró con dolo
eventual, dada la manifiesta indiferencia por el interés del señor A., por lo que lo
condenó en los términos del art. 1724 del CCCN a responder por los daños
ocasionados.

Fecha de firma: 28/08/2024


Firmado por: SILVIA PATRICIA BERMEJO, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: LORENA FERNANDA MAGGIO, JUEZA DE CAMARA

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3. Ante esta alzada el accionante se agravia de la calificación realizada por
el a quo y sostiene que el emplazado actuó con dolo directo y no eventual. Afirma
que de la prueba producida surge que el señor F. tuvo la intención específica y
deliberada de causarle daño.

El legitimado pasivo critica la apreciación de la prueba realizada por el juez


anterior por cuanto consideró reprochable su conducta. Alega que su accionar,
tomando la precaución de no identificar al señor A. en sus videos, descarta la
posibilidad de haber actuado con dolo.

Asimismo, indica que se expresó en uso de su libertad de expresión y en


su medio habitual de comunicación, de modo que su actuación estaría justificada
conforme el art. 1718 del Código Civil y Comercial de la Nación por tratarse de un
daño producido como consecuencia del ejercicio regular de un derecho.

Señala que fue un tercero desconocido quien reveló quien era la persona a
la que se hacía referencia en el video, por lo que no se lo puede responsabilizar
toda vez que no dio ningún dato para identificar al señor A..

4. Vale recordar que, en tanto se pretende una reparación fundada en la


violación del deber de no dañar a otro (art. 1716, CCCN), ello importa la
aplicación al caso del régimen resarcitorio previsto en el Código Civil y Comercial
de la Nación. Para su procedencia se exige, en primer lugar, la constatación de
un daño (en los términos de los arts. 1737 a 1739 CCCN). Probado ello, se
presume que la acción u omisión que lo provoca es antijurídica, lo que persiste
excepto que se acredite una causa de justificación (arts. 1717 a 1718 CCCN).
Asimismo, se requiere que entre la conducta antijurídica antecedente y el daño
consecuente exista una relación de causalidad, a modo de causa y efecto, la que
también va a determinar, de corresponder, la medida de la reparación (art. 1726 y
1727 CCCN). Por último, en lo que respecta al factor de atribución, rige en la
especie la responsabilidad por el obrar de una persona, el que podrá ser por dolo
o culpa (arts. 1724, CCCN).

Para que proceda la reparación indicada, se exige la concurrencia de


cuatro presupuestos: 1) el daño, que consiste en la lesión a un derecho o interés
subjetivo del damnificado; 2) la antijuridicidad o incumplimiento objetivo; 3) la
relación causal entre la conducta antijurídica y el daño; y 4) un factor de atribución
subjetivo u objetivo, es decir, una razón suficiente para asignar el deber de
reparar al sujeto sindicado como responsable (Alterini, Atilio A. – Ameal, Oscar J.
– López Cabana, Roberto M., “Derecho de obligaciones civiles y comerciales”,
Abeledo-Perrot, 2da. ed. actualizada, pág. 159).

5. El actor adjuntó como prueba documental a la demanda copia de


mensajes recibidos en sus redes sociales, emanadas de distintas personas -que
serían
Fecha de firma: seguidores del accionado-, opinando sobre la ruptura de su relación de
28/08/2024
Firmado por: SILVIA PATRICIA BERMEJO, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: LORENA FERNANDA MAGGIO, JUEZA DE CAMARA

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pareja con el accionado, en muchos casos de orden ofensivo y amenazante.
Tambén se constató que estos publicaron –también en redes sociales- el nombre,
apellido e imagen del rostro del accionante. Esa situación se verificó con
posterioridad a que el señor F. hiciera público el video titulado “El C. – Capítulo 1”
y los demás videos posteriores que dedicó al tema.

Entiendo relevante apuntar que los mensajes que menoscabaron la


tranquilidad del actor fueron remitidos por terceros ajenos a las partes, a quienes
el accionante no demandó (escrito de demanda, fs.2/32). Si bien se aprecia que
algunos de ellos fueron emitidos por personas con nombre, sin tener la seguridad
de ser esas identificaciones correctas o si responden a nombres de fantasía, lo
cierto es que el actor señaló que los mensajes injuriantes proferidos hacia su
persona no fueron del demandado, sino que habría sido su obrar -consistente en
identificarlo en las redes y exponer sus sentimientos e intimidad de pareja- lo que
los habría provocado. Así, entiende que la causa del daño se encuentra en los
videos en los cuales el accionado habló de su relación de pareja que quedó
trunca.

Por consiguiente, en vista a los agravios, la cuestión a resolver consiste en


determinar si, efectivamente, en el contexto de este particular evento, la
publicación de los videos por parte del señor F. configuró el antecedente
adecuado del hecho dañoso en los términos que prevé la normativa aplicable.

Es que si bien ambos recurrentes se agravian de lo resuelto en la


sentencia respecto al tipo de dolo atribuido al demandado, al igual que el
demandado cuestiona la responsabilidad atribuida, cabe aclarar que el análisis de
causalidad debe hacerse con carácter previo a la indagación del factor de
atribución, puesto que únicamente ante la producción de un daño, se averigua si
concurre algún motivo para que alguien deba responder por él (Zavala de
González, M., “La responsabilidad civil en el nuevo Código”, Alveroni Ediciones,
2016, pág.125).

En este sentido, cabe recordar que el Código Civil y Comercial de la


Nación en su artículo 1726 establece que son reparables las consecuencias
dañosas que tienen nexo adecuado de causalidad con el hecho productor del
daño. Excepto disposición legal en contrario, se indemnizan las consecuencias
inmediatas y las mediatas previsibles.

En cuanto a la causa jurídica del daño, el Código Civil y Comercial de la


Nación mantiene el criterio del Código anterior (arts. 901 y 906) estableciendo que
lo que interesa es la causa adecuada, en el sentido de que, además de necesaria,
es apta o idónea para generar el resultado “según el curso natural y ordinario de

Fecha de firma: 28/08/2024


Firmado por: SILVIA PATRICIA BERMEJO, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: LORENA FERNANDA MAGGIO, JUEZA DE CAMARA

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las cosas”, equivalente a una genérica previsibilidad objetiva en función de las
reglas de experiencia (art. 1727 CCCN; conf. Zavala de González, M., “La
responsabilidad civil en el nuevo Código”, Alveroni Ediciones, 2016, pág.136).

Asimismo, la norma dispone que la carga de la prueba de la relación de


causalidad corresponde a quien la alega, excepto que la ley la impute o la
presuma (art. 1736, CCCN).

Resulta esencial, por tanto, a fin de dirimir los agravios traídos sobre el
punto, observar la evidencia producida en el expediente.

En primer término, se destaca que no es controvertido el hecho de que el


demandado en ningún momento del video publicado en “YouTube” identificó al
actor por su nombre, ni dio alguna descripción que permita identificarlo. Por el
contrario, de su completa visualización surge que el accionado utilizó el apodo o
nombre de fantasía “El C.” para individualizar a la persona a la que hacía
referencia en el video publicado. Incluso, conforme allí surge, tampoco esa forma
de denominarlo era la que usualmente esa persona usaba, sino que fue inventado
para poder relatar a sus seguidores sus emociones con respecto a la ruptura de la
relación y sus consecuencias (documento digital titulado “video 26.12.2019
youtube”).

Esta misma circunstancia se verifica en el contenido divulgado con


posterioridad, pues si bien el señor F. continuó compartiendo con sus seguidores
diversos detalles de la relación mantenida con su ex pareja, lo realizó sin precisar
de quién se trataba (ver documentos digitales, titulados “Historias de instagram
02.01.2020” agregados al expediente sobre medidas precautorias n°250/2020).

De la prueba testimonial tampoco se advierte que hayan sido los dichos del
señor F. quien permitió identificar al actor y, de tal manera, provocar los mensajes
agresivos recibidos por el señor A..

En efecto, la testigo ofrecida por el actor, señora M. L. A., fue interrogada


sobre la dinámica y las consecuencias que se producían en los seguidores del
emplazado luego de sus publicaciones en redes sociales. Relató que “éstos se
hacían eco de las burlas, chistes y demás diálogos que planteaba La F.…y
cuando La F. decidía extender el chiste y masificarlo decía: ataquen faraminions
(sic) y entonces ellos invadían las redes y dejaban comentarios agresivos
(audiencia videofilmada; acta de fs.907, minuto 08:07 a 09:40).

No obstante, cuando se le preguntó acerca de si en el video que originó


estas actuaciones el señor F. mandó a sus seguidores a atacar a “E. C.”
respondió que no (ídem, minuto 19:30 a 20:20).

Fecha de firma: 28/08/2024


Firmado por: SILVIA PATRICIA BERMEJO, JUEZ DE CAMARA
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De ello se colige que no existió de parte del señor F. ninguna expresión
que haya instigado a que sus seguidores ataquen a su ex pareja, al igual que
tampoco lo identificó, de forma que sus dichos lo hayan expuesto al escarnio o
crítica pública por comentar aspectos de su vida íntima, como entiende el actor en
sus agravios. Como se puede apreciar, los hechos relatados en la demanda y que
motivaron el perjuicio que alega el actor no se deben a un obrar directamente
atribuible al obrar del señor F..

La ausencia de la acreditación de la intervención directa del señor F. debió


de haberse acreditado por el actor, lo que no se logró (art. 377 CPCCN).

Por consiguiente, aun cuando la crítica y agresión existió, quien la efectuó


fueron personas distintas al señor F., por las cuales él no debe responder. No se
presenta en el caso ningún supuesto por el cual la legislación prevea responder
por la responsabilidad ajena.

Por lo demás, del acta notarial realizada a pedido del accionante el 9 de


enero de 2020, si bien da cuenta que la escribana constató en la red social
“Twitter” la existencia de numerosos “tuits” en los que diversos usuarios
identificaron a “El C.” como S. A., no se advierte ninguno realizado desde la
cuenta del señor F. (fs.161/198).

En la valoración de la prueba concurre un proceso mental casi simultáneo


de percepción, reconstrucción histórica y análisis inductivo que permite arribar a
las conclusiones básicas sobre el material examinado. Las reglas de experiencia
que debe aplicar el juzgador o la juzgadora en su actividad analítica, al extraer
inferencias de los hechos analizados, se basan en qué es lo que de ordinario
ocurre en el mundo físico o inmaterial en virtud de la observación de los
fenómenos naturales y las conductas humanas. La aplicación de tales pautas de
conocimiento común y el encadenamiento lógico que debe sustentarlas
conforman la sana crítica que no es otra cosa que un razonamiento inductivo
basado siempre en normas de la experiencia.

En definitiva, la valoración racional de la evidencia consiste en evaluar las


distintas hipótesis plausibles, a fin de determinar la probabilidad de que una sea
verdadera dados los elementos de juicio disponibles (Ferrer Beltrán J., “La
valoración racional de la prueba”, Marcial Pons, 2007, p. 139 y ss.).

Con las probanzas reseñadas quedó acreditado que no fue el demandado


quien envió los mensajes insultantes al señor A..

Independientemente de la opinión personal que pueda merecer la


circunstancia de ventilar aspectos personales en las redes -lo que no es objeto

Fecha de firma: 28/08/2024


Firmado por: SILVIA PATRICIA BERMEJO, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: LORENA FERNANDA MAGGIO, JUEZA DE CAMARA

#35125305#424522885#20240827113905726
del proceso- no se advierte del material acompañado que el señor F. en los
videos en cuestión haya identificado al actor o brindara alguna referencia que
permitiera hacerlo y así constituirlo en el centro de ataques o comentarios.

A ello cabe agregar que, tal como dispone el art. 1726 reseñado, se
indemnizan las consecuencias dañosas inmediatas y las mediatas previsibles.

En el sistema de nuestra ley sólo se responde de los daños cuando éstos


se hallan en relación causal adecuada con el acto del responsable, es decir,
cuando normalmente el acto debía producir esos daños, que eran, por tanto,
previsibles. Es decir, debe contestarse si hay conexión causal entre un acto y un
resultado, cuando ese acto ha contribuido de hecho, adecuada y razonablemente,
a producir un resultado, esto es, ha sido una de las condiciones sine qua non de
él y, además, debía normalmente producirlo conforme al orden natural y ordinario
de las cosas (conf. CSJN, Fallos 239:385; C1ª CCom. La Plata, sala II,
12-VI-2001, “Adelnur de Molina c/ Meroni, José s/Daños y perjuicios, citado en
Revista de Derecho de Daños, 2003-2, Rubinzal Culzoni, pág. 478).

En la especie, considero que el envío de mensajes agraviantes al actor por


parte de terceros no identificados, no resulta una consecuencia previsible de la
publicación del video realizado por F., especialmente si se considera que el
demandado tomó la precaución de no identificar a A. (art. 386 CPCC; 1726
CCCN).

En ese sentido, se ha sostenido que aunque exista un acto antijurídico, el


mismo sea imputable al agente a título de dolo, culpa o riesgo, más si no media
daño derivado de todo ello o si no existe entre aquel actuar y el daño producido
una relación o nexo causal adecuado, falta uno de los presupuestos de la
responsabilidad que imposibilita dar favorable acogida a la acción resarcitoria
(Cam.2ª Civ. y Com., La Plata, sala I, 30-VIII-2001, “Campos de Mansilla, Alicia c
/Díaz, M. Cristina s/Daños y perjuicios”, citado en Revista de Derecho de Daños,
2003-2, Rubinzal Culzoni, pág. 477).

En suma, no encuentro probado el nexo causal entre lo relatado por el


señor F. en los videos publicados en sus redes sociales y los mensajes ofensivos
recibidos por el actor.

Por las razones expuestas, propicio al Acuerdo revocar la sentencia de


grado y rechazar la demanda incoada por el señor S. A. contra el señor G. M. M.
F. C., con costas de ambas instancias a la parte actora en virtud del principio
objetivo de la derrota (arts. 1726, 1727, CCCN; arts. 68, 377, 386; CPCC).

VI- Temeridad y malicia

Fecha de firma: 28/08/2024


Firmado por: SILVIA PATRICIA BERMEJO, JUEZ DE CAMARA
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CAMARA CIVIL - SALA K


El magistrado desestimó los planteos de temeridad y malicia articulados
por ambas partes e impuso las costas de la incidencia en el orden causado.

El actor se agravia del rechazo de que se le aplique una multa al


demandado por su conducta temeraria y maliciosa en el proceso. Asevera que, en
la audiencia preliminar, el demandado negó el contenido de los videos
reproducidos por el juez aduciendo que no podía saber si habían sido
adulterados, a sabiendas de que no lo habían sido.

A tal fin, debe precisarse el concepto de temeridad y malicia y, por otra


parte, hasta donde llega la defensa en juicio con el carácter de inviolable y donde
comienza la inconducta procesal sujeta a la sanción (Colombo-Kiper, “Código
Procesal Civil y Comercial de la Nación”, TI, p, 368, com. art. 45).

La conducta temeraria se configura cuando se acciona, se reconviene o se


contesta una demanda y se tiene la certeza de que se litiga sin razón verdadera,
es decir, con conciencia de la sinrazón. La malicia, a su vez, importa el empleo
arbitrario del proceso y la utilización de las facultades que la ley otorga a los
litigantes en contraprestación a los fines de la jurisdicción, obstruyendo el proceso
y violentando los deberes de lealtad, probidad y buena fe procesales (cfr.
Colombo, “Inconducta Procesal”, en Rev. Derecho Procesal 1968, p. 25). Los
propósitos obstruccionistas deben ser manifiestos aplicándose la sanción con
suma cautela so pena de cercenar el derecho de defensa. Ante la duda, debe
interpretarse que el justiciable ha hecho un ejercicio natural de tal prerrogativa. De
no ser así, se abriría una peligrosa brecha en la garantía constitucional de la
defensa en juicio, que debe ser cuidadosamente preservada (Esta Sala, Expte. Nº
30992/1990, del 30/12/2019; id., expte N° 46004/2020, del 6/12/2021; CNCiv.
Sala A, Expte. N° 84857/2018, 24/8/2021).

Como es sabido, el artículo 45 del Código Procesal sanciona la inconducta


procesal genérica y tiene la finalidad de instituir con relación a las partes y a sus
representantes o asistentes el deber de actuar en el proceso con lealtad y buena
fe, firme orientación de la legislación procesal moderna (Carnelutti, Instituciones
del proceso civil, t I, p. 357 y 364; Couture, El deber de las partes de decir la
verdad en estudios de derecho procesal civil, t III, p. 235; Morello, La litis
temeraria y la conducta maliciosa en el nuevo Código Procesal civil y comercial
de la Nación, JA 1967-VI-901; Palacio, Derecho Procesal Civil, T III, p. 46).

Esta conducta contraria a los deberes de lealtad, probidad y buena fe debe


ser analizada por el juez quien procurará reprimir a quien formula defensas o
aseveraciones con cabal conocimiento de su sinrazón o abuso deliberado de los
procedimientos implementados por la ley para garantizar los principios de

Fecha de firma: 28/08/2024


Firmado por: SILVIA PATRICIA BERMEJO, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: LORENA FERNANDA MAGGIO, JUEZA DE CAMARA

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bilateralidad y defensa en juicio (Kielmanovich, Jorge, Código Procesal…, TI, p.
81; esta Sala, con diferente integración, en “Otero, Jorge Alberto contra Ventura,
Ana Beatriz sobre daños y perjuicios” del 9 de octubre de 2019).

Por otro lado, se ha señalado que los preceptos que sancionan la


inconducta están destinados exclusivamente a los casos de gravedad. No basta
la sola circunstancia de que una pretensión no sea acogida, de que una defensa
sea desestimada, de que una petición cualquiera sea resuelta en forma
desfavorable, para que automáticamente se impongan sanciones (Colombo,
Carlos, Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, T I, p. 287 y ss.; CN Civ.,
esta Sala K, “Tous Juan Pedro c/ Vicente Armando Simon S/Daños Y Perjuicios”,
causa n° 30768/2012, sent. del 19-X-2022).

En el caso, no se advierte la estricta configuración de la hipótesis fáctica


que autorice a imputar a la conducta procesal de la parte demandada, por cuanto
no se configura una abierta trasgresión de los límites impuestos por la defensa en
juicio de raigambre constitucional.

En consecuencia, corresponde confirmar este aspecto del fallo.

VII- La forma de decidir que se propone en este voto desplaza la


consideración de los restantes agravios planteados por las recurrentes.

VIII- Por los fundamentos brindados, en caso de resultar compartido este


voto por mi colega de Sala, propongo al Acuerdo: 1) Revocar la sentencia
atacada y rechazar la acción incoada por el señor S. A. contra G. M. M. F. C., por
daños y perjuicios, con costas de ambas instancias a la parte actora en su calidad
de vencida (art. 68, segundo párrafo, CPCC); 2) Confirmar el rechazo de planteo
de temeridad y malicia; 3) Dejar sin efecto la regulación de honorarios efectuada
en la sentencia de grado (art. 279 CPCCN), por lo que los recursos interpuestos
al respecto se tornan abstractos; 4) Diferir la regulación de honorarios hasta tanto
haya liquidación definitiva en autos (arts. 279 CPCCN; 22, ley 27.423).

La señora jueza Dra. Silvia Patricia Bermejo, por las consideraciones y


razones aducidas por la señora jueza Dra. Maggio, vota en igual sentido a la
cuestión propuesta.

Buenos Aires, 28 de agosto de 2024.

Y visto lo deliberado y conclusiones establecidas en el Acuerdo transcripto


precedentemente, por unanimidad de votos el Tribunal decide: 1) Revocar la
sentencia atacada y rechazar la acción incoada por el señor S. A. contra G. M. M.
Fecha de firma: 28/08/2024
Firmado por: SILVIA PATRICIA BERMEJO, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: LORENA FERNANDA MAGGIO, JUEZA DE CAMARA

#35125305#424522885#20240827113905726
Poder Judicial de la Nación

CAMARA CIVIL - SALA K


F. C., por daños y perjuicios, con costas de ambas instancias a la parte actora en
su calidad de vencida (art. 68, segundo párrafo, CPCC); 2) Confirmar el rechazo
de planteo de temeridad y malicia; 3) Dejar sin efecto la regulación de honorarios
efectuada en la sentencia de grado (art. 279 CPCCN), por lo que los recursos
interpuestos al respecto se tornan abstractos; 4) Diferir la regulación de
honorarios hasta tanto haya liquidación definitiva en autos (arts. 279 CPCCN; 22,
ley 27.423).

Regístrese de conformidad con lo establecido con los artículos 1 de la ley


26.856, 1 de su Decreto Reglamentario 894/2013 y 1, 2 y Anexo de la Acordada
24/13 de la CSJN.

La difusión de la presente resolución se encuentra sometida a lo dispuesto


por el artículo 164, segundo párrafo, del Código Procesal Civil y Comercial de la
Nación y 64 del Reglamento para la Justicia Nacional. En caso de su publicación,
quien la efectúe, asumirá la responsabilidad por la difusión de su contenido.

Notifíquese por secretaría y cúmplase con la comunicación pública


dispuesta en las Acordadas de la CSJN 15/2013 y 24/2013. Oportunamente,
devuélvase a la instancia de grado. Se deja constancia de que la Vocalía n° 32 se
encuentra vacante. LORENA FERNANDA MAGGIO - SILVIA PATRICIA
BERMEJO

Fecha de firma: 28/08/2024


Firmado por: SILVIA PATRICIA BERMEJO, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: LORENA FERNANDA MAGGIO, JUEZA DE CAMARA

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