Tesis - investigacion-ufologica

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FACULTAD DE

COMUNICACIÓN
e IMAGEN
UNIVERSIDAD DE CHILE

Investigación ufológica en Chile


¿Ciencia o delirio?
Memoria de título

Oscar Contardo
INTRODUCCIÓN

Lo sé. El tema es raro, produce incomodidad y hasta resulta fácil

dejarse tentar por hacer un comentario burlón que nos complazca la

necesidad de sentirse cuerdo por oposición al que supuestamente no lo

está.

Y ya que el no-cuerdo en este caso sería yo, aquí van mis explicaciones.

Mi intención en esta memoria no es estudiar aquello que se denomina

fenómeno Ovni en sí, sino más bien describir como se entretejen distintos

discursos, fenómenos y movimientos en torno a algo llamado Ovni, es

decir la aparición de Objetos Voladores No Identificados. Los trazados

generales de una historia que tiene su punto de partida en Estados Unidos

en la década del 50, y que en Chile ha tenido una recepción calurosa.

La tesis central es que el incremento de la cobertura del tema en los medios

de comunicación está estrechamente vinculada a la aparición de grupos

que intentan darle el un rango científico al estudio de fenómeno. Para

probar esto me limitaré a hacer una investigación a través de entrevistas,

documentación de prensa y bibliografía.


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Mis pasos serán los siguientes :

1) Primero que nada definir el concepto de “Fenómeno Ovni”.

Abordar sus orígenes, y los relatos que a partir de él nacieron.

Situar históricamente la aparición del concepto y su genésis.

2) En una segunda parte pretendo describir la información en prensa

sobre el tema, aparecida en las revistas Revelación y Conozca

Más, además de El Mercurio, La Tercera y Las Ultimas Noticias

de Santiago, desde 1987 hasta 1997. Analizar en su contenido esta

información, las diferencias de espacios brindados al tema, el tono

y las fuentes de información.

3) Distinguir entre los trabajos de búsqueda de inteligencia

extraterrestre y los que estudian el fenómeno ovni. Describir las

posibilidades de encontrar vida fuera de la Tierra y los envíos de

mensajes a través de sondas espaciales. Contrastar esta

información con los estudios sobre ovnis que han realizado

científicos fuera de Chile y lo que se hace dentro del país.


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Describir dos visiones alternativas del fenómeno desde la

sicología y desde la antropología.

4) Definir, a través de un epistemólogo, las características de una

disciplina científica y contrastarla con aquello que se denomina

“Ufología” o estudio del fenómeno Ovni. Analizar a través de la

visión de científicos, las principales críticas a la ufología, desde el

punto de vista de sus métodos y procedimientos.

5) Conclusiones.

Como alguien astutamente ya habrá caído en cuenta, mi intención no

es aclarar si estamos o no siendo visitados por extraterrestres, ni si el

gobierno mundial nos está ocultando algo a los simples mortales. No, no,

no. Ni siquiera soy fanático de Los Expedientes Secretos X.

Mis ambiciones son más prosaicas y están limitadas al ejercicio de la

denostada profesión que ejerzo sin título, pero con muchísima dignidad.

Mi planteamiento en resumidas cuentas es el siguiente : Existe un

fenómeno llamado ovni, que es tema de reportajes y notas periodísticas. La

cobertura del fenómeno parece haber crecido. Mi tarea es dar luces de la

forma en que se ha dado este crecimiento, si es que existe, abocándome


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solamente a los medios escritos más importantes. Recopilar sus autores, las

fuentes de las noticias y el estatus de investigación científica que dice tener

la ufología.

Desde otra perspectiva hacer un reportaje en profundidad sobre un

tema tan fácilmente denostable como los ovnis encierra otro objetivo de

corte netamente periodístico.

Creo que la carencia de periodismo dedicado a la cultura en Chile

pasa por una forma mal entendida de hacerlo. Pauteado y repauteado por

los lanzamientos de libros, los clichés culturales, las exposiciones de

pintura o las conferencias y simposios universitarios el trabajo que se hace

en el área peca muchas veces de arrogante. La cultura se toma como un

paquete que se lleva, se desenvuelve y se muestra a la gente que le interesa

asomarse a conocer las maravillas de ese objeto que siempre parece estar

guardadito y envuelto. Una forma de evitar esa suerte de cosismo cultural

es darle una clave cultural a los más diversos temas : hablar de la moda de

Donna Karán y de Kenzo no sólo es tema para la revista “Ya” (con todo el

respeto que me merece). También puede serlo para una revista cultural si

se cuenta la historia de la moda, si se explica por qué es un fenómeno

occidental, si se dan a conocer los planteamientos de Lipovetsky o se

investiga sobre los análisis semióticos que se han hecho sobre ella. Del
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mismo modo se puede hablar de los más disímiles temas desde el racismo,

la ley de filiación hasta el travestismo, la reconciliación chilena o los

ovnis. Porque, ¿Qué es todo sino cultura ?


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UNO. Los orígenes

Hasta antes de 1947 no existían ni los platillos voladores ni algo que

se llamara “Fenómeno Ovni”. Sólo empezaron a existir como tema noticia

y obesesión a partir de las declaraciones de un piloto estadounidense,

Kenneth Arnold. Arnold era un aviador civil que trabajaba buscando

aviones estrellados. En eso estaba cuando sobre unos montes ve grupo de

objetos extraños. Al volver a tierra Arnold se encontró con un grupo de

periodistas esperando noticias sobre el avión siniestrado. El piloto no les

dio datos sobre eso, pero sí contó su encuentro con estos objetos que

describió como “medias lunas” que rebotaban en el aire, “como lo hacía

una piedra en forma de plato en el agua”. Sería a un redactor de la

Associated Press al que le daría vueltas eso de “Piedras en forma de plato”

y titularía : Platillos Voladores.

La historia cautivaría desde un principio al público; el avión

siniestrado - verdadero protagonista de la historia- pasaría a segundo

plano. El mito había nacido, y en menos de un mes se consagraría con el

llamado “Incidente Roswell”.


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Tras el primer avístamíento ampliamente publicitado aperecería otro

hecho aún más espectacular : un platillo volador cae a tierra en Nuevo

México.

En este punto comienza otro elemento fundamental en el tema, este

es el supuesto ocultamiento de información por parte de la Fuerza Aérea

estadounidense, y por extensión, de las fuerzas aéreas de cualquier país.

Con muchos testigos a su favor, pero sin ninguna fotografía o prueba

sobreviviente, el incidente Roswell reforzaría el interés por los ovnis, y

había razones poderosas para que así sucediera : se hablaba de un objeto

siniestrado y no solamente de un avistamiento casual en el cielo. Además

existió en un primer momento un reconocimiento de parte de oficiales de

la FF.AA el objeto estrellado era un platillo volador, aunque después esta

versión fuera desmentida por el general Roger Ramey. Por supuesto que el

desmentido oficial más que tranquilizar la imaginación creó más

suspicacias. Así se empezó a tejer la historia de que los desechos de la

nave y los tres extraterrestres encontrados -sólo uno de ellos vivo- fueron

llevados secretamente por la FF.AA al hangar 84 cercano a Roswell y

desde allí al Area 51, en Nevada, lugar donde la aviación probaría

tecnología alienígena.
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Un dato que le daría más suspenso a la historia es que en Roswell se

encontraba el grupo 509 de la FF.AA. lugar desde donde despegaron los B-

29 que llevaron la Bomba Atómica hasta Japón.

Ninguno de los supuestos traslados de los extraterrestres siniestrados

en Roswell fue probado. Pero la participación de la Fuerza Aérea

estadounidense en el tema de los platillos voladores no finalizaría

oficialmente. Durante 22 años se mantuvo un proyecto de investigación

militar que se dedicó a estudiar el fenómeno, que bautizarían como

Objetos Voladores No Identificados (la sigla fue dicha por primera vez por

el capitán Edwars Ruppelt en 1953).

Fue así como en 1947 se crearía el proyecto Sign, que en 1948 se

rebautizaría como Grudge y que bajo el nombre de Libro Azul llegaría en

1969 a la conclusión de que el fenómeno ovni no constituía un atentado a

la seguridad de los Estados Unidos, ni ofrecía la posibilidad de adelantos

tecnológicos para la Fuerza Aérea de ese país. Paralelamente en la

Universidad de Colorado, el físico Edward Condon mantendría ente 1966

y 1968 su propia investigación sobre el tema.(l)

Mientras tanto para los simples ciudadanos la mecha se había

prendido. Las noticias y publicaciones sobre avistamientos de ovnis se

multiplicaron en Estados Unidos. Durante la década del 50 se crea la


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revista “Fate Magazine” surge el movimiento de los “contactados” -

personas que estarían en contacto con extraterrestres- liderada por George

Adamsky quien en 1960 publicaría “Los extraterrestres están aquí”.

Para quien viera la película Mars Attack le será fácil imaginarse lo

que fue el Primer Festival de Platillos Voladores realizado en 1954 en

Estados Unidos. Se juntaron contactados y testigos de ovnis a intercambiar

ideas en un inmenso descampado en donde, por supuesto, se vendían libros

y los más variados suvenires sobre la materia. Los clubes de fanáticos de

los platillos voladores hacían nata, los reportes de avistamientos no

pararían y llegarían incluso a ser comprobados por la población no

expuesta al tema. Eso pasó en julio de 1952 cuando sobre Washington

apareció un conjunto de extrañas luces que serían captadas por los radares,

pero que nunca nadie pudo explicar.

Tras los avistamientos vendrían los raptos de seres humanos por

parte de estas supuestas inteligencias extraterrestres. El caso más conocido

es el del matrimonio de Betty y Bemey Hill, quienes en 1961 descubrieron

que tras un viaje por la carretera habían sido secuestrados por

extraterrestres. Claro que no lo descubrieron de inmediato, sino en sueños.

Los señores Hill serían sometidos a hipnosis regresiva y tratamiento.

Ambos describían en estado hipnótico seres extraños que los llevaban a


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sus naves y experimentaban con ellos, como se lo relatarían en 1966 a la

revista Look. Si los Hill fueron raptados o no, nunca se aclaró, lo que sí se

pudo sacar en limpio es que tras sus testimonios David Jacob, el psiquiatra

que los atendía, acuñaría la palabra “abducción” para referirse al secuestro

llevado a cabo por extraterrestres, un nuevo concepto enriqueciendo el

“mito” de los ovnis.

A los platillos surcando los cielos se le irían agregando otros

elementos que fortalecerían la idea de visitas extraterrestres. Durante la

década del 70 apareció el fenómeno del “chupacabras”, nombre que se le

dio a las mutilaciones de ganado que se expandió por Estados Unidos. Las

vacas aparecían mutiladas y sin sangre. Los seguidores de los ovnis

atribuyeron de inmediato los sucesos a extraterrestres, aunque hubo

quienes pensaron en sectas satánicas.

Por otra parte las pistas sobre civilizaciones alienígenas estaban

dentro y fuera de la atmósfera. La misión Viking 2 fotografió hace 22 años

la superficie de Marte. Algunas de esas fotografías, dadas a conocer por los

científicos de la Universidad de Berkeley, Vinven di Pietro y Greg

Molenaar, muestran imágenes de algo que parece ser un inmenso rostro

humano -¿humanoide ?- y algunas pirámides desperdigadas por la


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superficie roja marciana. Las difusas imágenes alimentarían las sospechas

sobre la existencia de vida extraterrestre.

La disipación

Hasta la década del 70 los platillos voladores parecían tener una

patria : Los EE.UU. Allí se les había bautizado, allí los observadores de

platillo se habían organizado, se formaron clubes de contactados, los

secuestrados daban entrevistas e incluso la Fuerza Aérea tendría un

alienígena en su poder. Pero el imperialismo no distingue y pronto los

ufos, ovnis, platillos, raptos y encuentros serían cosa mundial.

En 1978 el presidente de Grenada, Sir Eric Gairy pidió a la ONU

realizar un debate sobre los ovnis, el que se hizo. Se invitó a los ya

prestigiados investigadores J. Alien Hynek y al francés Jacques Vahee, y

se debatió...claro que sin sacar nada en limpio.

En la URSS el doctor Félix Zigel, profesor de cosmología del

Instituto Aeronáutico de Moscú, sería el encargado de fundar en 1967 el

grupo de investigación científica del fenómeno Ovni. Zigel no tendría

mucha suerte, desde un principio las autoridades entorpecieron su trabajo

restringiéndole el acceso a los expedientes sobre avistamientos (se habla

de mil 500 casos) además de impedirle el contacto con investigadores


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extranjeros. Quien sí mandaría reportes constantes desde la URSS sería

Juri Lina, un ufólogo soviético independiente, quien incluso tuvo que

autoexiliarse en Finlandia por los problemas que le acarrearon sus

informes a occidente ante la KGB.

Distinto fue el comportamiento de la Real Fuerza Aérea Australiana,

que en 1981 le dio la oportunidad de estudiar los expedientes de

fenómenos aéreos anómalos al ufólogo Bill Chalker. España había abierto

sus archivos en 1976, Gran Bretaña lo hizo en 1982 y Francia fundó a fines

de los 70 un organismo oficial para la investigación ovni. Si por una parte

se hablaba de un encubrimiento gubernamental generalizado sobre la

verdadera naturaleza de los ovnis, por otra parte se habrían archivos y

registros que venían a contradecir el supuesto encubrimiento, pero a

fortalecer la idea de que estos fenómenos sí eran de preocupación oficial.

Por lo menos se había países que ocupaban de su presupuesto nacional

para estudiar los platillos voladores, dirían los ufólogos.

Pero los ovnis no sólo comenzaron a sobrevolar los cielos del primer

mundo y la rojísima URSS. No. El sur, pobre y oscuro también tendría lo

suyo. Tal fue el caso del incidente ocurrido en noviembre de 1957 en el

fuerte de Itaipú, en el Estado brasileño de Sao Paulo, cuando un enorme

objeto luminoso se habría posado sobre el fuerte, causando el pánico


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generalizado y quemando a dos centinelas en sus torretas. El caso se

conocería a través del médico que atendió a los heridos, y a las

revelaciones -no oficiales- de dos testigos. Diez años después un peón del

Estado de Goiania, Ignacio de Souza, moriría de leucemia después e

avistar a extraños seres y un objeto luminoso sobre un descampado y ser

atacado por una luz verde que le produjo hormigueo y convulsiones.

En España, en tanto, un avistamiento sobre las islas Canarias se

haría famoso gracias a un nombre fuertemente ligado a los fenómenos

extraños: J.J. Benítez. Fue en 1976, cuando sobre las Canarias una luz

amarilla y azulada fue vista por una gran cantidad de personas. Tras el

incidente, ampliamente cubierto por la prensa isleña, un ex ministro del

aire español entregó documentación oficial sobre doce incidentes ovnis a

J.J. Benítez, quien en ese entonces trabajaba en el periódico bilbaíno La

Gaceta Del Norte.


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Sobre la patria

Jorge Anfruns vive en el centro en un departamente algo oscuro y

muy desordenado. Anfruns es publicista, pero su verdadera vocación está

en los ovnis. Ha escrito dos libros y aclara de entrada que lo que se discute

en la actualidad no es sobre la existencia o no existencia de los ovnis, sino

sobre su origen. Anfruns cree que gran parte de los prejuicios de la

sociedad respecto del fenómeno están fundamentado en la desinformación

que existe : “El contenido del total de publicaciones en castellano que llega

a Chile es muy pobre comparado con lo que se publica en otros idiomas en

el resto del mundo. Eso trae como consecuencia que muchos hagan de la

temática ovni una materia esotérica”.

Anfruns quiere el tema lejos de sectas y más cerca de los

laboratorios. Por eso es que durante ocho años revisó página por página la

prensa nacional desde 1947 en adelante, elaborando un catálogo con más

de quinientos casos. “Hay que resaltar que según la Gallup uno de cada

diez avistamientos es reportado en Estados Unidos, un país con una

idiosincrasia muy diferente a la nuestra”. Para el publicista los

avistamientos en Chile deberían ser muchísimos más, pero los testigos

evitan reportarlos por miedo al ridículo.


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Siguiendo su tarea Anfruns relacionó los avistamientos con en términos de

la secuencia histórica y de las características del objeto. “La primera

oleada de avistamientos en Chile fue en el año 1950, con 28 casos ; la

segunda en 1965 con 31 casos, y la mayor tuvo lugar en 1968, año en el

que se reportaron 48 casos. En cuanto a las formas, en Chile predominan

los objetos discoidales, los de forma oval y de tubo fluorescente”.

Anfruns vincula además los movimientos bélicos con la aparición de

ovnis, “Al menos en dos ocasiones, entre 1985 y 1995 se registró el

fenómeno durante la operación Unitas -trabajo conjunto entre las armadas

chilena y estadounidense-. Además hay antecedentes de que en la década

del 50 durante maniobras militares de la Otan, sucedió lo mismo”.

Jorge Anfruns es el director para Chile de la Mutual Ufo Network,

organización que ha avalado que nuestro país es el tercero en Encuentros

Cercanos del Tercer Tipo, “es decir encuentros con entidades

extraterrestres en un rango menor a los 150 metros”.

El estudio fue hecho en 36 países y elaboró un ránking que tiene a

Estados Unidos en primer lugar “con 63 casos y una relación de un

encuentro cercano por cada 4,09 millones de habitantes, en tanto que en

nuestro país la proporción es de un encuentro cada 627 mil personas”.


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En cuanto a avistamientos, la Agrupación de Investigaciones

Ovniológicas (Aion) pone a Chile en tercer lugar entre los países más

visitados, después de EE.UU y Brasil. “Existen zonas constantemente

visitadas como el desierto de Atacama y las islas del sur de Chile. Otras

zonas de avistamiento son el Cajón del Maipo y el área de Vilches en la

precordillera talquina”, nos informa Soledad Chacón, comunicadora social

y miembro de Aion.

Soledad Chacón, relaciona las apariciones con zonas donde existe

recursos naturales importantes “como minas, centrales hidroeléctricas,

etc”. Chile sería, un país riquísimo para poder estudiar el fenómeno,

“debido a que se registran avistamientos en lugares en donde no hay

contaminación cultural al respecto, como en las islas Guaitecas, y donde a

la vez los incidentes tienen patrones idénticos a los resgistrados en

Australia o Estados Unidos”.

Rodrigo Fuenzalida, sociólogo y presidente de Aion, explica que lo

que a su agrupación -formada por no más de 6 personas- le interesa son los

llamados “encuentros cercanos de alta relevancia”, es decir, cuando se

tiene un ovni a no más de 50 metros de distancia, puesto que les

proporciona mayor información para investigar. Uno de estos encuentros

habría tenido en 1983 una pareja de mediana edad, cuando en la carretera


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camino a Casablanca, se toparon con dos seres de más de dos metros de

altura y grandes ojos, quienes les impidieron el paso. “Meses antes de esto

y en la misma zona, un grupo de boy scouts tuvieron un encuentro con un

ovni de grandes dimensiones, y seis meses después del primer incidente

otra pareja se encontró con dos seres con las mismas características antes

descritas”, afirma Fuenzalida.


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NOTAS PRIMERA PARTE

(1) “La propia Fuerza Aérea de Estados Unidos creyó que una institución

científica de prestigio realizara una investigación sobre los ovnis en forma

independiente. Para efectuar esta tarea firmó un contrato con la

Universidad de Colorado, la cual designó un grupo de científicos

encabezados por el doctor Edward U. Condon. Así nació el proyecto

Colorado en el que trabajaron 27 científicos de las más diversas

disciplinas. Las conclusiones del proyecto no variaron de las del Libro

Azul : 1) Se estableció que no se logró ningún conocimiento científico

nuevo ; y 2)que el tema de los ovnis ha sido ampliamente distorsionado

por un pequeño grupo de individuos”. Campusano, Luis (Editor). Arka,

Búsqueda Científica de Vida Inteligente en el Universo. Editorial

Universitaria. Santiago, 1985. Página 285.


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DOS. Papel periódico

A Percy Eaglehurst el nombre y la temática de su revista se le

aparecieron en un sueño. “Revelación”, se llamaría y no debía ser ni de

avisaje ni sobre cosmética femenina -como en un principio lo había

planeado- sino sobre “ovnis y espiritualidad”.

“Revelación. Espíritu, mente, cuerpo” lleva tres años publicándose y

es la única revista chilena que tiene como tema central el fenómeno ovni.

Su director, Percy Eaglehurst -famoso como ilustrador y creador de Pepe

Antártico- desde pequeño tuvo entre sus lecturas favoritas la ciencia

ficción, “mucho más que en las historietas o los cómics”. Periodista y

profesor de Castellano el señor Eaglehurst nos pregunta un par de veces si

creemos o no en los platillos voladores, “yo los he visto junto a mi esposa

y gente de la revista”. ¿Pruebas ?, las fotografías publicadas el 4 de marzo

de 1996 en su revista (1), escrito y reporteado por Osvaldo Muray.

Eaglhurst cuenta que esa noche se levantaron de madrugada para dirigirse

a los cerros de Conchalí. “Y allí estaban las luces moviéndose sobre

Santiago sin que nadie se diera cuenta, excepto nosotros”.


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A la revista no le va mal, nos cuenta Eaglehurst. Quienes la compran

son preferentemente jóvenes, y esto lo saben no por un estudio profesional

sino por lo que le cuentan los quiosqueros. De hecho, hasta antes de lanzar

la revista, Percy creía que los lectores serían personas mayores, o adultos

con familia.

Los periodistas de “Revelación” son todos “creyentes en el

fenómeno ovni”, e incluso es posible encontrar una página Web en internet

sobre ovnis chilenos a cargo Jaime Tamayo, colaborador de la revista.

Otra revista que habitualmente tiene en sus titulares historias sobre

ovnis es la “Conozca Más”. De origen argentino llegó a Chile desde 1990

y actualmente es parte del grupo Televisa.

Además de su directora Paula Avilés, la “Conozca Más” chilena está

formada por dos periodistas de medio tiempo, a los que se suman los

colaboradores habituales. “Hoy en día se está haciendo entre el 30 y el 40

por ciento de la revista en Chile”, explica Avilés. A diferencia de la “Muy

Interesante”, de origen español la “Conozca Más” está dirigida a un

segmento más popular y toca temas “como los enigmas, los misterios y los

ovnis, porque son temas que a la gente le fascina.”

Al parecer la fascinación de la prensa y de los lectores chilenos por

los platillos volantes ha ido in crescendo, si se revisa la prensa desde hace


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10 años en adelante. Mientras en 1987 encontramos 10 notas sobre el tema

entre el diario La Tercera y El Mercurio, en 1997 los artículos publicados

por ambos medios sobre ovnis suman 23 (2). Este crecimiento no es sólo

cuantitativo : la extensión y la elaboración de los artículos también han

sufrido cambios.

Entre el 87 y el 89 las notas encontradas son casi exclusivamente

cables internacionales breves, sin mayor desarrollo, y alguna pequeña

información sobre avistamientos de ovnis en Chile, siempre relegadas a las

columnas de resúmenes nacionales. Quizás lo más interesante durante el

período 87-89 son las constantes noticias sobre platillos voladores en la

URSS, serie que comienza en 1989. El 16 de octubre de ese año, la agencia

de noticias Reuter consigna “La serie de presuntas apariciones de ovnis en

la URSS tiene que ver mucho más con la fe religiosa, el escepticismo y

una guerra de circulación entre periódicos que con verdaderos visitantes de

otros planetas”. El 4 de julio, también de 1989, la revista Análisis

publicaría un extenso artículo sobre los ovnis soviéticos y el 4 de agosto de

1990 el ufó logo chileno José Antonio Hunneus abordaría el mismo tema

en una conferencia de la que se daba cuenta en La Tercera.

El Mercurio reproduciría durante dos sábados de agosto dos

artículos sobre ovnis en su sección El Mundo, antecesora del actual cuerpo


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de Reportajes del Sábado. El 4 de agosto se publica en El Mundo una

entrevista al investigador de Centro Nacional de Investigación Científica

de Francia (CNRES, su sigla en francés) Jean Jacques Velasco hecha por

Le Point. La entrevista aborda el tema de la investigación ovni desde la

ciencia; el 25 de agosto se reproduce una crónica del Los Angeles Times

que trata el incremento del turismo en ciertas zonas del estado de Florida

en EE.UU. debido a los avistamientos de ovnis.

Durante el resto de 1990 La Tercera, contrariamente a El Mercurio,

se centraría en Chile, y en la aparición de luces sobre Ovalle (7 de

noviembre) y la llegada de J.J. Benítez a Chile (11 de noviembre), quien

pisó suelo nacional con una provocadora tesis : “La Virgen es un ovni”.

1991 confirmaría la tendencia del año anterior : crónicas extranjeras

publicadas en El Mercurio -una del New York Times que abordaba el tema

desde una crítica científica y otra del Le Fígaro sobre los extraños aparatos

vistos sobre Bélgica (3)-; y las breves notas nacionales de La Tercera. Este

año Jorge Anfruns sería extensamente entrevistado por Claudia Cento para

La Tercera (18 de agosto) y vuelto a entrevistar el 31 de mayo de 1992

para el mismo diario, esta vez Anfruns afirmó que los ovnis vendrían de

otra dimensión. No pasaría mucho tiempo para que nuevamente Jorge

Anfruns diera declaraciones a la prensa, cuidándose de no decir lo mismo.


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Es así como el 29 de noviembre aparecería en Las Ultimas Noticias

sosteniendo la tesis que los platillos voladores sobrevolaban Chile desde la

Conquista: “En 1869 el diario El Constituyente de Copiapó relata la

presencia de un centenar de estrellas que cruzaron de oriente a poniente

dicha ciudad (...) En 1946 en un regimiento iquiqueño se celebró el

aniversario del combate de La Concepción. Todos los militares de esa

unidad vieron un objeto color anaranjado que parecía girar sobre sí

mismo”.

En 1993 aparece algo interesante en las páginas de redacción de las

Ultimas Noticias. Juan Guillermo Prado comienza a escribir una serie de

notas sobre ovnis desde los más variados aspectos tales como Ovnis y

hitlerismos (20 septiembre de 1993) u Ovnis y Laguna del Desierto. Pero

donde la producción de noticias de este tipo aparece más fuertemente

ligada a un nombre es en La Tercera, pues desde 1995 Cristián Riffo

comienza a firmar la mayoría de los artículos sobre el tema. De los 6

aparecidos durante el 95, sólo un artículo no pertenece a Riffo. Ese mismo

año aparecen las organizaciones como Aion, que desde ese momento se

convertiría en la fuente más recurrida de noticias sobre este tipo,

realizando charlas y congresos y expresando sus puntos de vista a los

medios. El 14 de junio de 1996 Rodrigo Fuenzalida anunciaba en Las


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Ultimas Noticias, que a través de Aion pretendían sacarle “el carácter de

sensacionalismo al fenómeno ovni, como se presenta en los medios de

comunicación. Fuenzalida dijo que el objetivo de su entidad es analizar en

forma seria y científica el fenómeno y entregarles periódicamente

información a los chilenos”. La nota termina llamando a asistir al primer

congreso de ufología organizado por Aion, “los interesados deben tener

más de 17 años y pagar 22 mil pesos para asistir”. El Mercurio comenzaría

con este congreso a publicar las noticias sobre ovnis en una columna

permanente en la página de Actividad Cultural.

Una oleada de ovnis se dejaría ver en 1997. Los múltiples avistamientos

fueron ampliamente cubiertos por La Tercera a través de Cristián Riffo con

extensos artículos sobre el fenómeno el 5 de agosto y el 14 de julio. El día

7 de julio el mismo periodista escribiría sobre el Primer Congreso

Internacional de Ovniología organizado durante el primer fin de semana de

junio y al que asistieron ufólogos de Brasil, Estados Unidos y Argentina. A

decir verdad desde el 96 en adelante los simposios, congresos y talleres

sobre el tema se multiplicarían.

• 14 de abril de 1997 : Actividad Cultural de El Mercurio informa de la

“Cumbre de los Ovnis” realizada en Costa Rica. “El III Encuentro

Mundial Ovni 1997 exhortó a los interesados en los ovnis a evitar


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divisionismos, partidos y sectarismos en tomo al mensaje de los

escritores de otros planetas. Entre los conferencistas figuraron

escritores, periodistas e investigadores”.

• 11 de agosto 1997. Espectáculos de El Mercurio informa sobre una

muestra con películas, charlas, cómics, fotografías y maquetas que se

inauguraría el mismo día en el Teatro Apoquindo. “El lunes 18 ha sido

destinado especialmente los fans de “Los archivos secretos X”, con

charlas sobre la serie. En su globalidad el encuentro incluiría

conferencias a cargo de Jorge Anfruns, autor del libro “Ovnis,

extraterrestres y otros en Chile” y del estudioso de la ciencia ficción

René Weber.

• 14 de febrero de 1998. Actividad Cultural de El Mercurio informa sobre

el Primer Simposio Internacional sobre el fenómeno Ovni organizado

por la agrupación de investigación Ovnivisión Chile y le Municipalidad

de La Serena. “Asistirán al encuentro el investigador ecuatoriano Jaime

Rodríguez, el presidente del Instituto de Ingenieros Aeronáuticos de

Chile, Femando Mujica, el presidente de Aion, Rodrigo Fuenzalida y el

director de Mufon Chile, Jorge Anfruns.

• 27 de Diciembre de 1996. Actividad Cultural de El Mercurio se informa

sobre el Congreso de Ovnis de Eilat de Israel, en donde “expertos de


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todos los países encabezados por Carlos Ben Nun lanzaron estrepitosos

anuncios relacionados con los extraterrestres, todo para 1997. Según una

encuesta hecha por la televisión israelí el 50 por ciento de los israelíes

cree en la existencia de ovnis”.

Pero pese a la cantidad de reuniones, la noticia más importante sobre el

tema durante 1997 fue la creación del Comité de Fenómenos Aéreos

Anómalos de la Dirección General de Aeronáutica Civil, cuyo objetivo es

recopilar antecedentes, sobre todo reportes de fenómenos anómalos en el

espacio nacional. La creación de este comité tuvo una muy buena acogida

entre los ufólogos, quienes lo interpretaron como un reconocimiento

oficial del tema.

• “La Dirección General de Aeronáutica Civil, dependiente de la Fuerza

Aérea de Chile (Fach) dio un paso histórico en la Investigación de los

objetos voladores no identificados al crear el Comité de Estudios de

Fenómenos Anómalos. (...) Hasta ahora nuestras Fuerzas Armadas

habían mantenido una postura muy reservada y sólo civiles habían

entregado sus testimonios públicamente. Con esos antecedentes los

investigadores han confeccionado sus propios archivos de reportes. El

impulsor del proyecto fue el ex comandante en jefe de la Fach, general

Ramón Vega, quien, motivado por las diversas denuncias de


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avistamientos ocurridas al interior del mundo aéreo, decidió crear el

comité. (...) Rodrigo Fuenzalida, presidente de la Agrupación de

Investigación Ovniológicas de Chile (Aion), quien participó en la

confrontación de este comité, informó que se confeccionaron dos

formularios de reportes de avistamientos para radaristas, pilotos civiles

y militares. Estas cartillas fueron confeccionadas, teniendo como base,

el formulario aplicado a los pilotos estadounidense elaborado por el

doctor Richard Haines de Nasa y experto en accidentes aéreos. La idea

es dar cuenta de la peligrosidad o no, de estos fenómenos anómalos para

el espacio aéreo”. (La Tercera, 19 de noviembre de 1997).

• “El 3 de octubre será una fecha inolvidable para la Dirección general de

Aeronáutica Civil de Chile”, escribió en su página Web el periodista

Jaime Tamayo.

• “Una excelente acogida entre los estudiosos que investigan los objetivos

voladores no identificados en nuestro país tuvo la creación del Comité

de Estudios de Fenómenos Anómalos. (...) Aquiles Castillo, investigador

de la Agrupación Ovni Chile, manifestó que la iniciativa significa una

apertura muy importante en los organismos oficiales del Estado. (...) La

investigadora Liliana Núñez destacó la importancia que puede tener la

conformación del comité en el extranjero, dado que se pone a la misma


28

altura de las otras naciones que han implementado redes para analizar el

fenómeno”. (La Tercera 19 de noviembre de 1997).

No se publicó nada en El Mercurio y La Tercera no dio detalles sobre el

organigrama del Cefaa , así que averiguamos por nosotros mismos y

fuimos al Comité de Fenómenos Aéreos Anómalos. Un presidente, el

general (r) Ricardo Bermúdez, un vice presidente, un secretario, un

consultor interno, y dos consultores externos entre los que se encuentra el

siquiatra Mario Dussuel forman este centro que más que a investigar se

dedica a recopilar información : “Se hace una evaluación primaria de los

hechos de acuerdo a una identificación se destina una investigación

complementaria”, sostiene Ricardo Bermúdez.

Según el general Bermúdez el 76 por ciento de los reportes tiene su origen

en civiles, mientras que el 24 por ciento lo han realizado pilotos de la

división civil de aeronáutica. Respecto a la relación o los medios el

presidente del Cefaa dice que la información se difunde sólo si la piden,

porque “nos interesa que nos dejen trabajar tranquilos”. Más tarde nos

enteraríamos que Ramón Vega mantiene una relación de amistad con

Mario Dussuel, psiquiatra asesor del Cefaa y reconocido aficionado a la

ufología.(4)
29

NOTAS SEGUNDA PARTE

(1) “Salimos a cazar ovnis”. Reportaje Osvaldo Muray, “Revelación”

Número 4. 4 de marzo 1996.

(2) El número de notas y artículos sobre ovnis publicadas por La Tercera y

El Mercurio es la siguiente: 1997-23 artículos; 1996-23 ; 1995­

13 ;1994-3 ;1993-13 ; 1992-7; 1991-3; 1990-5; 1989-7 ;1988-10 ;

1987-10. Fuente Centro de Documentación de El Mercurio.

(3) Esos extraños aparatos finalmente no eran ovnis, sino el avión

norteamericano F-l 17.

(4) El propio Dussuel dijo haber estado proponiéndole desde hacía tiempo

a su amigo Ramón Vega la creación de una entidad al interior de las

Fuerzas Armadas que investigara los ovnis.


30

TRES. A ciencia cierta

De que ha habido y hay proyectos científicos destinados a demostrar

la existencia de vida (inteligente) extraterrestre los hay. Pero se deben

separar aguas, pues estos proyectos no involucran necesariamente el

fenómeno ovni. Funcionan enviando señales al espacio exterior y creando

tecnología para captar señales desde el espacio, bajo el supuesto de que en

la vastedad del universo existiría vida inteligente capaz de recibir o emitir

señales de radio.

El punto central es que la manifestación de vida sería un proceso

común en el universo ; pero no la vida inteligente. En la tierra, con 4 mil

500 millones de años, la vida multicelular recién apareció hace 700

millones de años y el hombre -y la mujer, creo- surgió en los últimos 260

mil años. Esto indica que la evolución hacia una vida biológica organizada

no es tan probable, ya que las circunstancias para que ello ocurra son muy

escasas. Sin embargo, tal premisa no descarta la existencia de otras

civilizaciones repartidas por el universo.


31

Si se considera que sólo en nuestra galaxia habría más de 40 mil

millones de sistemas planetarios con soles como el nuestro, capaces de

albergar vida, se entiende que la Nasa creara el programa de Búsqueda de

Inteligencia extraterrestre, SETI en inglés.

La misión del programa SETI, es captar señales de radio

provenientes desde nuestra galaxia y dentro de un rango de frecuencia

limitado de 1 a 10 Giga Hertz. En 1992 se incorporó al radiotelescopio de

Arecibo, en Puerto Rico un computador capaz de de procesar a altísima

velocidad las millones de señales de radio -hasta el momento ninguna

artificial- recibidas desde 700 cuerpos celestes. En tanto el mismo trabajo

se lleva a cabo en radiotelescopios como el de Goldstone y los de las

Universidades de Harvard y Ohio.

La firme sospecha de que existirían otras civilizaciones en el

universo, fue transformada en fórmula matemática en 1961, por el

astrónomo norteamericano Frank Drake quien desarrolló la ecuación

Green Bank. Esta ecuación pretende determinar la cantidad de posibles

civilizaciones extraterrestres. A pesar de que la mayoría de los biólogos

son muy escépticos al respecto, la ideas de Drake se expandirían y junto

con concretarse proyectos para captar señales de radio, se comenzarían a

enviar mensajes al espacio. Así lo hicieron el propio Frank Drake junto al


32

conocidísimo Cari Sagan en las sondas Pioneer y Voyager. Lanzadas en

1972 y 1973 las Pioneer 10 y 11 llevaban placas metálicas que describían

nuestro mundo y su posición en el sistema solar, con imágenes de un

hombre y una mujer además de información científica. El Voyager,

enviado en 1977 llevó un videodisco con 2 horas de paisajes y sonidos

terrestres, incluidas las voces de varios líderes mundiales -esperemos que

ninguno fuese sudamericano- y el canto de una ballena. Más

recientemente, en octubre de 1997, la Nasa y la Agencia Espacial Europea

(ESA) enviaron a Titán, la mayor luna de Saturno, una sonda y un

orbitador espacial. La sonda, bautizada como Huygens, llevó un CD rom,

instrumentos de medición del clima y la topografía del satélite, mientras

que el orbitador Cassini lleva un CD rom y una estación de radioenlace.

Cabe preguntarse por qué no una comunicación directa, es decir

mandar una nave tripulada fuera del sistema solar a buscar vidas

inteligentes. Cuestión de tecnología. Una nave espacial convencional

tardaría 40 mil años en ir de la Tierra hasta la estrella Alfa Centauri, la más

cercana. Ahora bien, si la nave viajara a la velocidad de la luz se

requerirían sólo diez años de viaje, el inconveniente sería el combustible,

pues para echar a andar la nave se necesitarían 140 mil toneladas de

antimateria (que al contacto con la materia se transforma un cien por ciento


33

en energía). Sin embargo los laboratorios no han llegado a producir más de

un billonésimo de gramo de antimateria.

Estos son los hechos. Los estudios sobre ovni son harina de otro

costal y tratan de darle algún asidero a esas cosas que se ven en el cielo,

que no tienen una explicación, y que bien podrían ser viajeros que hacen

burla del programas como el SETI.

Quieren creer

Empeñados en que los Ovnis serían las visitas de otros mundo que

otros científicos buscan en el espacio, los ufólogos prefieren mirar los

cielos de la tierra.

Debido a la naturaleza esquiva del fenómeno muchos científicos

interesados en el estudio de los ovnis llegaron a la conclusión de que este

fenómeno no puede explicarse en términos materiales. El astrofísico y

experto en informática Jacques Vahee no se dio por vencido y resolvió, a

su modo, el problema que plantea estudiar el fenómeno ovni

considerándolo producto de una tecnología compuesta por fenómenos

físicos y psíquicos.

“Si es así y dado que la ciencia ortodoxa está mejor equipada para tratar el

material físico que el psíquico, puede que lo mejor sea centrar la


34

investigación en el aspecto material de los avistamientos de ovnis”,(l)

afirma Vallee.

Esa es la ruta que dicen seguir la mayoría de quienes se llaman ufólogos y

así lo hizo Harvey Rutledge, profesor de física de la Universidad de

Missouri quien en 7 años de investigación sumó dos mil horas de

observaciones, con 178 avistamientos de ovnis, 157 de los cuáles fueron

registrados por sus instrumentos que combinaban observación visual y

reportaje fotográfico. Así pudo seguir objetos luminosos, rastrear sus

movimientos y calcular sus velocidades, desechando cualquier explicación

naturalista previa : no se trataba ni de estrellas, ni del planeta Venus, ni de

satélites, ni de pájaros. Las observaciones de Rutledge llegaron a

establecer que los objetos parecían responder a las acciones de los

observadores. Este hecho llevó a pensar de que los objetos probablemente

poseían un cierto grado de inteligencia, o estaban controlados por seres

inteligentes. Una vez establecidos estos elementos se pueden plantear

hipótesis, que como veremos son difícilmente demostrables.

Tras constatar la existencia de fenómenos luminosos en el cielo, que

no corresponden a ningún acontecimiento de la naturaleza conocido queda

la preguntarse qué son entonces. Para los más escépticos los informes

sobre avistamientos no serían más que producto de algún trastorno


35

sicológico. Otros grupos tienden a pensar que los objetos no identificados

son parte de una campaña de los servicios de inteligencia para encubrir

actividades militares clandestinas.(2) Una explicación bastante común es

que el fenómeno ovni surgiría como consecuencia de simples ilusiones

ópticas : confundir con platillos voladores al planeta Venus, satélites

artificiales o simplemente aviones.

Pero están los ufólogos, quienes efectivamente creen que los ovnis

no son ni invenciones de neuróticos, ni fenómenos naturales y plantean

otras opciones. Así es como la ufología tiene, en términos generales, seis

hipótesis:

1) Los objetos avistados vendrían del interior de la tierra. El planeta sería

un cuerpo hueco.

2) Existiría un universo paralelo que bajo ciertas condiciones se pondría en

contacto con el nuestro, por ello los ovnis se verían en forma irregular.

3) Los objetos vendrían de una dimensión distinta, y llegarían aquí a través

de enganches de mundos paralelos o viajes interdimensionales.

4) Los objetos serían viajeros en el tiempo.

5) Los objetos serían un invento nazi, bien guardado tras la Segunda

Guerra Mundial, y mantenido hasta ahora, muy en secreto.

6) Se trataría de extraterrestres visitando nuestro planeta.


36

A la chilena

Difícil es encontrar en Chile un Jacques Vallee que se ocupe tiempo

completo y con recursos considerable al estudio del fenómeno ovni. De

hecho, encontrar un astrónomo que siquiera hable del tema es un logro. El

espectro de investigación es limitado a la observación sin mayores

sofisticaciones instrumentales, nada de radares ni vistas infrarrojas.

La investigación comienza con un caso en concreto y las entrevistas

a los testigos : “Al observador se le somete a un examen siquiátrico a

cargo del doctor Mario Dussuel y a un cuestionario específico para

verificar ciertos patrones”, explica Rodrigo Fuenzalida de Aion.

El segundo paso es el trabajo que realiza el geógrafo Pedro Muñoz,

quien construye mapas tridimensionales, situando la observaciones en

diferentes planos, sacando constantes de diversas observaciones en

diferentes tiempos para establecer regularidades en el comportamiento de

estos objetos. “También se analiza el terreno para verificar si hay

radiación”, afirma Fuenzalida. Todo esto se hace bajo el supuesto de que

los ovnis tendrían conciencia propia y “que estarían por encima de todos

los sistemas de control humano”. El ufólogo chileno asegura que el

positivismo “en sus expresiones más extremas” no puede dar cuenta del
37

fenómeno ovni, pues no puede atrapar el objeto y meterlo en el

laboratorio.

“El astrofísico Joseph Hynek -quien fuera asesor de la Fuerza Aérea

norteamericana en la investigación ovniológica desde 1949- concluyó

antes de morir que los ovnis podía ser tan investigados como un volcán o

como un astro, cuando se comprendían las variables del movimiento en sí

mismo del propio objeto”, sostiene Fuenzalida.

Si bien Rodrigo Fuenzalida no da un ejemplo nacional de

investigación bajo la perspectiva de Hynek, sí tiene un caso concreto, en

Noruega. Se trata del proyecto Hensdallen, auspiciado por Cufos Center -

centro de investigación fundado por Hynek que además de financiamiento

privado recibe aportes del Congreso de Estados Unidos-. Desarrollado

entre 1985 y 1990 por cuatro científicos noruegos, el proyecto Hensdallen

obtuvo más de setecientas horas de filmación de ovnis, que se relacionó

con información obtenida a través de medidores de campos magnéticos y

radares.

“Lo interesante fue que los investigadores lograron percibir que

cuando se iniciaban las filmaciones, los objetos no desaparecían ni eludían

las cámaras, sino que se quedaban merodeando la zona como si estuvieran

percibiendo que eran filmados. Incluso se realizaron intercambios de luces,


38

tal como en la película “Encuentros cercanos”. Lo importante es que se

infirió un estímulo y que ese estímulo tuvo respuesta, lo que para nosotros

implica que el fenómeno tiene conciencia”. A la luz de esto Fuenzalida

baraja la posibilidad de que se trate de un fenómeno que implique

inteligencia en sí mismo , “ya sea esta de origen extraterrestre, viajeros de

otras dimensiones, una forma plásmica de conciencia u otras formas física

surgidas de una evolución paralela o distinta a a la humana”.

Mario Dussuel psiquiatra y ufólogo afirma que en Chile no hay

investigación de verdad, como la hay en Estados Unidos y Europa, por dos

razones : Falta de formación académica sobre el tema y falta de recursos

para hacer “una buena investigación”.

Lo primero se solucionaría, según Dussuel, si se creara una cátedra

universitaria sobre ufología, y estudiar “seria y académicamente el

fenómeno ovni”.

“Un ufólogo debe saber de astronomía, de sicología, de técnicas de

entrevista, de estadística etc.” Para lo del financiamiento Dussuel no tiene

una solución clara, aunque confiesa que actualmente hay organizaciones y

personas que ganan mucho dinero a través de conferencias, charlas y

exposiciones sobre ovnis.


39

“En Chile hay mucha gente que se denomina ufólogo porque les

interesó el tema. Ellos crean organizaciones como una forma de

respaldarse. Mucha gente vive de la ufología, hacen asesorías, dan charlas

y recopilan información para seguir en eso, pero no hacen investigación,

porque significaría menos ganancia”.

Por otra parte encontrar en Chile astrónomos que hablen sobre el

tema es difícil. O simplemente no les interesa o no desean que se les

vincule con platillos voladores y cosas por el estilo. Quien por el contrario

sí ha dado entrevistas e incluso ha dado charlas sobre el tema junto a

ufólogos, es Rodrigo de la Vega físico y astrónomo ya retirado pero de

gran experiencia.

De la Vega nunca trabajó sobre el tema, pero afirma haber sido

testigo de apariciones de ovnis : “Me tocó ver un objeto cruzar el cielo de

norte a sur en menos de dos segundos. Esa maniobra no la hace ningún

avión, menos un helicóptero. Un meteorito cae y un planeta está, por

decirlo de alguna forma, inmóvil. A su vez los satélites artificiales tienen

una trayectoria fija y mucho más lenta. Yo conozco el cielo, conozco los

satélites artificiales desde que se lanzó el primer Sputnik en 1957, así es

que la única explicación que le puedo dar a lo que vi es que se trataba de

un ovni”, asegura De la Vega.


40

Estar seguro de lo que se ve a la hora de mirar el cielo no es fácil. Se

necesita tener un ojo entrenado y ciertos conocimientos básicos para

afirmar a ciencia cierta que determinada luz en el cielo no es ni una estrella

ni un aparato producido por el ingenio humano. El físico Carlos Ibáñez

explica que para discernir este tipo de interrogantes se debe tener una base

astronómica muy simple :

“Un primer punto es distinguir una estrella de un planeta. Los

planetas se mueven por un camino prefijado en el cielo, que se llama

eclíptica, y que son las constelaciones zodiacales. Ahora no todos los

planetas son visibles a simple vista. Podemos ver a Mercurio, Marte,

Júpiter y Saturno, además de Urano el que se encuentra en el límite del

brillo que el ojo humano puede percibir. Lo que uno tiene que conocer

entonces es dónde están los planetas en una determinada época del año y

qué estrellas brillantes hay en el cielo, cuáles pueden parpadear demasiado

bajo algunas condiciones, y cuáles si están bajo el horizonte, también

parecen moverse. Otra cosa que se debe tener en cuenta son las estrellas

fugaces, que aunque muy rápidas, a veces dejan estelas debido a la

combustión de los elementos que la forman. También está el caso de los

bólidos, es decir, un meteoro visible de día que incluso pueden provocar


41

silbidos cuando entran en la atmósfera. Si uno parte de esta base ya se

pueden descartar muchos fenómenos”.

Ibáñez sostiene que el común de la gente ignora cosas básicas de lo que

ocurre en el cielo, y que por lo mismo confunde con ovnis muchas

situaciones, como conjunciones de planetas y otras que son un tanto

anómalas, pero que no dejan de ser naturales.

“Además un ovni no necesariamente es un objeto. Puede ser también

un destello, una luz o un reflejo. Hace poco, un amigo me contaba que en

Iquique observaron un objeto que encendía y apagaba sus luces, y que

parecía moverse hacia el océano. El fenómeno se repitió varios días y hubo

testigos que aseguraron que si se le hacían señales con focos o linternas, el

objeto respondía. Todos pensaban que se trataba de un Ovni, hasta que se

supo que era la estrella Capella. Por otra parte, dado que los planetas

reflejan la luz del sol y están mucho más cerca que cualquier estrella, a

simple vista aparecen como discos, que dadas ciertas condiciones, parecen

titilar o moverse. La intercinencia -movimiento aparente de los planetas- es

un fenómeno físico y óptico que se produce por la perturbación

atmosférica que obliga a la luz a girar mucho hasta que llegue a nosotros.

Por lo que conozco he concluido que un 95 por ciento de lo que las


42

personas reportan como ovnis, no son más que fenómenos naturales

explicables”, sostiene Ibáñez.

A pesar de asesorar a ufólogos Ibáñez no es un entusiasta del tema

Ovni, y tampoco le agrada mucho estar vinculado a él.

“Los académicos se juegan mucho su prestigio. Es por esto que al

consultarles sobre ovnis, inmediatamente hablan como escépticos. Una

actitud escéptica es respetable, yo también la tengo, pero hay que tener

cuidado de no llevar el escepticismo al extremo”, afirma Ibáñez.

Experiencia religiosa

Espiritualidad desbocada, fantasías de salvación, mucha soledad y

algo de información científica ha llevado a que se organizen a lo ancho del

mundo sectas religiosas -en algunos casos con horrorosas consecuencias-

que mezclan espiritualidad con las cosas que se ven en el cielo. En 1994 en

Canadá y Suiza, se suicidaron en masa dos grupos de la Orden del Templo

Solar : 53 de ellos murieron por el fuego. En 1995 la misma secta repitió el

numerito en Francia, con un resultado de 16 muertos. En marzo del año

pasado el mundo supo de la existencia de la secta “La puerta del Cielo”,

después de 38 de sus miembros se suicidaran junto a su líder, Marshall

Applewhite. Este gurú, de oscuro y complejo pasado, convenció a sus


43

seguidores de que el cometa Hale Bopp era una señal divina y que con él

venía una nave extraterrestre los salvaría, abduciéndolos y liberándolos de

su prisión camal. La secta manejaba millones de dólares, y creía que la

salvación de la humanidad vendría del espacio en forma de ovni.

Aunque en Chile el fenómeno de las sectas que mezclan religión con

platillos voladores es marginal, sí es posible rastrearlo. Tal vez no sean

organizaciones oscuras, ni con miembros absolutamente controlados, pero

el elemento espiritual y de salvación es algo en común.

El mismo siquiatra Mario Dussuel es un ejemplo de esto, pues su

acercamiento a la ufología va muy de la mano con prácticas ocultistas y

parapsicológicas.

“Fue en 1972, cuando me fui a la región de Aysén como médico general

de zona. Allí estuve cinco años en un hospital perdido. Paralelamente tenía

un programa de radio en Puerto Aysén en donde hablaba de temas de salud

y de temas herméticos y de parapsicología, además de los ovnis...”

Dussuel cuenta que a la ufología le empezó a hincar el diente

cuando comenzó a visitar las islas de la región. Allí escuchó relatos de

lugareños que hablaban de luces que aparecían en el mar y en el cielo, y de

pequeños seres “todo esto mezclado con la mitología del lugar”.


44

Dussuel explica que se trataba de personas sin contaminación

externa, que nunca habían tenido a mano literatura sobre ovnis o platillos

voladores, “aún así los testimonios de muchos de ellos coincidían”.

“Comencé a investigar y conocí a un señor que había estado en la

India y que decía estar en contacto con extraterrestres. El pertenecía a una

organización secreta llamada Kumba Rashe, de la que me ofreció ser

parte”. Formando parte de esta sociedad secreta, Dussuel dice haber sido

testigo de curaciones de enfermos, curaciones que fueron atribuidas a

fuerzas extraterrestres, o al menos a cierta sabiduría que los extraterrestres

entregaban a los miembros de Kumba Rashe.

Mientras tanto Dussuel seguía en contacto con los ayseninos a través

de su programa de radio: “Entonces tuve la posibilidad de recibir testigos

de ovnis en mi consulta. Recuerdo que en el año 74 hice mi primera

investigación, cuando un médico de Chile Chico me mandó a una niña que

decía haber perdido el conocimiento tras ver una luz muy intensa sobre el

Lago General Carrera. Primero la mandaron al Hospital de Puerto Montt

en donde no le encontraron nada. Yo le hice una hipnosis regresiva.

Durante la hipnosis ella relató que un ovni había llegado por el lago, y que

del objeto había salido una mujer con un traje muy ajustado y un cinturón

muy brillante”.
45

Dussuel se autocalifica como un investigador de terreno : “Yo hablo

con la gente, converso con los testigos, examino el sitio del avistamiento y

posteriormente hago un informe. Asimismo como psiquiatra yo puedo

distingir si un testigo es falso, puedo detectar patologías”.

Asimismo el psiquiatra se jacta de lograr cercanía con los testigos de

ovnis, de entrar a la familia y compartir con ellos, “para lograr ver su

entorno”. Aunque el doctor Dussuel no pertenece a ningún grupo religioso,

afirma creer en el contactismo con entidades extraterrestres.

Para explicar en que consiste el contactismo Dussuel muestra el

Libro de Urantia “Un libro hermético, redactado a través de canalización,

es decir, que quienes escribieron el libro lo hicieron recibiendo

información de seres del espacio a través de un estado de conciencia

especial. Juan José Benítez se basó en el Libro de Urantia para escribir

Caballo de Troya. Adamski, Sixto y Carlos Paz, además de la agrupación

Rahma funcionan con la canalización”.

El psiquiatra asegura conocer otros contactados, que lejos de

mostrarse en televisión y escribir libros, prefieren mantener el anonimato.

La forma que tiene para verificar si alguien verdaderamente recibe

información de seres extraterrestres es a través del pronóstico de

avistamientos o señales ovni, “cuando esto coincide con la realidad, y lo


46

que ellos me dijeron que iba a pasar en determinado momento pasa, se

trata de una canalización verdadera...”, explica el ufólogo.

Otra vertiente del contactismo es el llamado caso de los Ummitas. Se

trataría de extraterrestres que habrían llegado a la tierra en la década del 50

provenientes del planeta Ummo, que gira alrededor de la estrella Wolf 424,

a 14 mil cuatrocientos treinta y siete años luz de la tierra. Confundidos

entre los humanos -pues habrán adoptado nuestra apariencia- se

contactaron con el ufólogo y periodista español (¡) Sesma Manzano y el

científico y matemático Jean Pierre Petit, quienes recibieron conocimientos

y pruebas de estos extraterrestres infiltrados.

En Chile según el periodista Cristián Riffo (reportero de La Tercera

y convencido seguidor de ovnis) también existiría algo así como una

colonia extraterrestre. Autobautizados como Friendships, estos seres

entraron en contacto en 1985 con un radioaficionado -casualmente vecino

de Riffo- de nombre Octavio Ortíz. En esa oportunidad le describieron la

aparición de un ovni en Santiago y los movimientos que haría. La

predicción se cumplió tal y como la misteriosa voz, de angelical nombre

Ariel, se lo relató. Desde esa oportunidad los extraterrestres

radioaficionados chilotes habrían seguido en contacto con la familia Ortíz,

a la vez que constantemente les harían predicciones sobre apariciones de


47

ovnis e incluso sobre la explosión de transbordador Challenger. Nadie

tiene antecedentes sobre la existencia de esta comunidad en Chiloé,

quienes tendrían contacto con personas de la región y hasta recibirían una

que otra visita.

“Comenzamos a hablar con alguien llamado Ariel. Al principio

creíamos que se trataba de un grupo de mormones. Nunca pensamos que

podía tener relación con ovnis o fenómenos paranormales”, cuenta Octavio

Ortíz en una entrevista para la revista “Conozca Más”. Ortíz explica que le

dijeron poseer un Isla entre el Archipiélago de los Chonos y las Guaytecas.

La única persona que dice haber visitado la isla de los

extraterrestres es el Ingeniero en Sonido Ernesto de la Fuente, quien le

contó a Crístián Riffo que existe un punto “tras cruzar el Canal de la

Moraleda, en el que las embarcaciones son guiadas en forma magnética.

De la Fuente asegura que existen varios túneles y grandes subterráneos (...)

Este sería uno de los siete lugares que tienen en el mundo los Frienships.

El motivo de su permanencia en ese lugar es un misterio”. (4).


48

La energía y los arquetipos

Pero existe otra cara en la forma de abordar los estudios sobre ovnis,

que no se aboca a mirar hacia el cielo, sino a estudiar lo que pasaría en la

vida y en las cabezas de quienes son testigos del fenómeno.

Cari G. Jung a través de su libro “Sobre las cosas que se ven en el cielo”

(1958) dio pie para interpretaciones alternativas sobre el fenómeno que por

esos años era algo completamente nuevo.

Las ideas de Jung y Wilhelm Reich enmarcadas en la historia del

psicoanálisis, abordaban la ley de conservación de la energía, aspecto que

en opinión del sicólogo Rafael Jiménez “jugó un papel fundamental en la

comprensión de los sicodinamismos propios del ser humano”.

“Jung y Freud entraron en conflicto en tomo al concepto de la libido

(energía de la vida) ; para Freud la libido era mucho más genitalizada que

para Jung. Esto dio origen a que Jung formulara un nuevo proceso

terapéutico que llamó Sicoterapia Analítica, la que pone en el centro el

proceso de individuación de las personas. A través de este proceso la

persona va atravesando por distintos arquetipos y uno de los últimos es el

que se refiere al mediador entre lo terrenal y lo celestial”, explica Jiménez.


49

Para Jung, entonces, los ovnis son uno de los símbolos utilizados en

sus técnicas de análisis de los sueños para acceder al proceso de

individuación. En términos concretos una persona que llega a la terapia y

relata haber soñado con ovnis, sería catalogado en la perspectiva

jungueana como un individuo que tiene un problema relativo a la

mediación entre lo terrenal y lo celestial, entre su forma cotidiana de vivir

y su espiritulidad.

“Un arquetipo tiene que unir e integrar siempre lo opuestos, en este

caso lo celestial con lo terrenal. Lo que unifica en este caso ‘lo

mensurable’, el número, pues permite el paso del inconsciente a la

conciencia . Tiene que unificar lo superior con lo inferior, lo uno con lo

múltiple, lo femenino con lo masculino. Todos estos son los elementos que

hay en el arquetipo de los ovnis. Por ejemplo, es distinto soñar con un ovni

redondo con uno alargado. El primero reflejaría una problemática con lo

femenino y el segundo con lo masculino”. Rafael Jiménez añade que

normalmente en los arquetipos de los ovnis aparece el número cuatro, lo

que también tiene una interpretación : “Todas las totalidades pueden

acceder desde el inconsciente la conciencia en la medida que se dividan en

cuatro, ejemplo de esto es que no se puede explicar la orientación espacial

si no se divide la totalidad de la Tierra en cuatro puntos cardinales”.


50

Desde la óptica de Jung, el avistamiento de un ovni -no el sueño con

uno- se explicaría como la proyección de un contenido inconsciente sobre

un objeto. Jiménez sostiene que a veces puede darse un proceso material,

un fenómeno físico como que alguien comunique que un ovni fue

detectado por un radar. Este sería un proceso material, un estímulo externo

que desencadenaría un proceso de proyección. Ahora bien, existiría un

fenómeno de sincronía pues lo que el individuo está viviendo

interiormente calza con lo que está ocurriendo exteriormente : el ovni.

“Esto supone que psíquicamente la persona está necesitada de

salvación, lo que es bastante probable en tiempos de amenazas”.

Por otra parte y paralelamente a esta explicación psicológica, está la

posibilidad de la existencia real de estos objetos. Los escritos de Jung

“Sobre las cosas que se ven en el cielo” son de los años 50, y lo

fundamental en el planteamiento de este libro no es la existencia “real” de

los ovnis, sino la existencia psíquica del ovni. “Como en tantas otras cosas,

Jung explica el fenómeno a través de lo que él llama sincronía es decir de

que nada en la vida es casual, todo tiene un orden que va más allá del

orden científico. Estos supuestos están en la base de las modernas teorías

del caos y de los fractales”, agrega Jiménez.


51

Wilhelm Reich, en tanto, es el opuesto a Jung, pues mientras éste

espiritualiza la visión genitalizada de Freud extendiéndola a la cultura y

los mitos, Reich como materialista trata de descubrir y medir la libido.

Reich denominó orgón a la energía de la vida, que sería el equivalente a la

libido, llegando a condensarla en los llamados “acumuladores orgónicos”

fabricados con elementos orgánicos e inorgánicos.

“Sus investigaciones originarias -continúa Jiménez- eran sobre la

relación entre el cáncer y la radiación, convergiendo en este punto su

estudio con el fenómeno ovni, puesto que la presencia de estos objetos no

identificados estaría acompañada de un incremento de la radioactividad”.

Paralelamente al trabajo reichiano, durante los años 40, Estados

Unidos desarrollaba el proyecto Manhattan, que culminaría con la creación

y el lanzamiento de la bomba atómica. Reich vio entonces dos fuentes de

amenaza para la vida: las explosiones atómicas y los platillos voladores.

Estos dos fenómenos estarían afectando al ser humano por vía directa,

mediante la exposición a la radiación, lo que provocaría un cuadro de

sobreexitación, y otro indirecto, por la reacción que el organismo vivo

tendría frente a esto al activarse excesivamente sus defensas. “Reich

diseñó un pensamiento, una metodolgía y una tecnología en la cual habría

considerado real la existencia de los platillos voladores. La publicación del


52

texto de Keyhoe Los platillos voladores son reales, que también inspiró a

Jung, le sirvió para confirmar sus observaciones”, afirma Rafael Jiménez.

Por último el sicólogo asevera que tanto para Jung como para

Reich, el fenómeno ovni surgiría en momentos en que la vida se siente

amenazada. El primero lo aborda con una concepción espiritual y el

segundo desde una perspectiva material.

Antiguos visitantes

Los moais pascuences, las líneas de Nazca o las pirámides egipcias

son los “argumentos” más recurridos para validar la tesis de que los

extraterrestres nos visitan desde la antigüedad.

En términos generales la hipótesis es que hay desarrollos civilizadores,

construcciones y monumentos tan extraños que parecen no tener una

explicación racional ni científica para responder a estas emergencias

culturales, por lo tanto se recurre a una inteligencia superior a la humana

para explicar la aparición de estos desarrollos que son verdaderas

discontinuidades en la historia de la humanidad”, explica el antropólogo e

historiador Mario Orellana Rodríguez. Lo malo es que los autores que con

más ahínco defienden esta postura no son los más reconocidos en el


53

ámbito de la antropología, “autores como Eric von Daniken, Thomas

Bergier, Charles Berlitz, Brad Steiger hacen uso de muchos ejemplos

tomados de la Arqueología y de la Historia para ‘probar’ la venida de

extraterrestres, casi siempre sin precisar su cronología, ni menos su

adscripción a una cultura o civilización determinada”. Pero también están

los verdaderos científicos que no descartan las visitas extraterrestres,

siempre guardando distancia y ciñéndose a las pruebas y a la

comprobación científica. “Así Joseph Shklovskii, M.M. Agrest, Cari

Sagan, Isaac Asimov y Ronald Bracewell han comentado con ponderación

y riqueza de información sobre el tema”. El etnólogo soviético Agrest

tiene el mérito de haber planteado este problema bajo su aspecto científico

ya desde 1966, “¿Han visitando nuestro planeta seres de otros mundos ?

¿Han dejado huellas de su permanencia en la tierra ? Para responder a estas

incógnitas hay que estudiar ciertos monumentos antiguos, efectuar

excavaciones en regiones convenientemente elegidas y analizar ciertas

muestras utilizando los medios de la física y la química” (5).

Al etnólogo soviético lo seguiría el estadounidense Cari Sagan quien

recomendó prestar mayor atención a los mitos y leyendas que podrían

referirse a contactos directos con viajeros espaciales : “Sagan se refiere a

como en las leyendas sumerias lo agricultores de la Baja Mesopotamia


54

(Sumer) afirman haber recibido influencia de un ser extraordinario, que

vivía en las aguas, lo que significó una nueva forma social de vida”. Estos

elementos son una especie de llamado de atención para un análisis más

profundo, y es en ese sentido en el que son abordados por los científicos,

que ya han explicado que tanto las líneas de Nazca como las pirámides de

Egipto pudieron ser realizadas sin ayuda de seres de otros mundos. Mario

Orellana explica que los dibujos y las líneas de Nazca pertenecieron a

varias civilizaciones, fueron hechas en diferentes épocas y “como dice

Carré, es un mito el que los dibujos sean visibles únicamente desde gran

altura. Por último, la constitución del suelo hubiera impedido que sirvieran

de pistas de aterrizaje”. Asimismo el Egipto de los faraones, especialmente

el Reino Antiguo, poseía los conocimientos y las técnicas necesarias para

hacer grandes obras monumentales, “y lo que también es importante, su

mundo, sus creencias e ideas impulsaban a esta sociedad a construir

pirámides para sus reyes-dioses”.


55

NOTAS TERCERA PARTE

(1) “Ovnis: testimonios reales de sus visitas”. Plaza y Janes editores.

Barcelona. 1998. Página 21.

(2) “El apogeo de los ovnis corresponde a la época en que empezaba a

cambiarse el principal vehículo de lanzamiento de armas nucleares de

los aviones a los misiles (...) Es inevitable que hubiera casos en que se

ordenara al personal militar no hablar de lo que había visto, o que en

observaciones aparentemente inocuas fueran clasificadas

repentinamente de máximo secreto (...) Otra intersección instructiva del

temperamento de conspiración y la cultura de secreto afecta a la

Agencia Nacional de Seguridad (ANS). Esta organización controla

teléfono, radio y otras comunicaciones tanto de amigos como

adversarios de Estados Unidos”. Sagan, Cari. “El mundo y sus

demonios”. Editorial Planeta. Buenos Aires 1996. Pp 106-107.

(3) “Ovnis en Chiloé”. Reportaje de Crístián Riffo. Especial revista

“Conozca Más”. Santiago, agosto de 1998. Pp 7-12.

(4) Ibid, pp 7-12.


56

(5) Agrest, M. M. ¿Cosmonautas en la antigüedad ? Planeta. Buenos Aires.

1966. Pp 37-43.
57

CUATRO. Visión crítica

No basta atribuirse un linaje para ser reconocido de una determinada

estirpe, hay que comprobar y estar dispuesto a ser probado. No basta

atribuirse la pertenencia a un grupo de disciplinas, y pretender un estatus

científico para realmente tenerlo. Una disciplina científica debe tener una

serie de características para ser reconocida y aceptada como tal. Así como

el historiador Mario Orellana afirma que la hipótesis de visitas

extraterrestres de la antigüedad es defendida en la mayoría de los casos por

escritores de dudosa rigurosidad -“no siempre interesados en la ciencia, ni

menos en la posesión de los métodos y de las teorías científicas necesarias

para abordar el problema”-, el trabajo de la ufología entera cae bajo

sospecha si se la analiza desde criterios epistemológicos.

“No existe una especie de canon aceptado entre los filósofos de la

ciencia, ni una regla clara de ‘tránsito científico’ ”, explica Luis Flores,

profesor de Filosofía de la Ciencia de la Universidad Católica. Es por eso

que a la hora de hacer una enumeración de los criterios de cientificidad,

Luis Flores se refiere a aspectos puramente epistemológicos, dejando de

lado factores extracientíficos “como es el caso de la apelación a la


58

autoridad, como afirmar “Einstein lo dijo”, para que la discusión se dé por

terminada y considerar lo dicho por Einstein suficiente prueba de

cientificidad de una materia”.

El profesor de filosofía divide los criterios en empíricos y teóricos.

Dentro de los primeros se distinguen cuatro :

1) La hipótesis que explica una mayor cantidad de hechos pesa sobre las

otras

2) La teoría que logra tener una mayor variedad explicativa es más rica.

3) La teoría que logra establecer mediciones precisas. La ciencia siempre

ha tratado de ir midiendo en forma cada vez más perfecta, y en ese

dominio siempre hay progresos,

4) La teoría debe mostrar un hecho relevante. En el caso de la ufología

podría ser que un extraterrestre sea entrevistado, y no solamente hablar

de sombras, cambios de temperatura o campos electromagnéticos que

varían.

Flores sostiene que estos cuatro factores empíricos a la vez se

pueden multiplicar por dos grupos, las teorías que explican hechos

relativos al pasado y las predictivas o teorías sobre hechos futuros.

Por otra parte tenemos los criterios que tienen que ver con la

estructura de la hipótesis. El primero de estos aspectos es la simplicidad.


59

1) Vence la teoría que es más simple desde el punto de vista

conceptual y matemático, en la ciencia se tiende a preferir la

hipótesis más simple, la que implica menos presuposiciones

conceptuales, para así avanzar a lo complejo.

2) Se prefiere la hipótesis que presenta un orden deductivo más

claro, aquella que presenta menos inconsistencias,

3) Vence la teoría que plantea un mayor dominio de hechos

posibles, hay algunas que son muy modestas en ese sentido y

otras que son amplísimas. El caso más extraordinario en las

ciencias naturales es la teoría de la gravitación universal de

Newton, porque era un rango explicativo enorme.

4) Si se tienen dos hipótesis y una se deriva de otra aceptada, esa es

una teoría de apoyo enorme .

5) Otro criterio es el grado de matematización de la teoría, “cuando

se creó la mecánica cuántica -explica Luis Flores-, sus creadores

inmediatamente dieron instrumentos matemáticos para formalizar

la teoría. Galileo al comienzo de la ciencia moderna dice que la

naturaleza está escrita en caracteres matemáticos”.

6) Si tienden a preferir las hipótesis con mayor precisión lingüística.


60

7) Si se propone una teoría, para ser aceptada debe incluir una teoría

anterior, pues siempre toda teoría nueva explica una anterior

además de otros fenómenos.

Según los criterios descritos por Flores, la teoría ufológica haría

agua por todos lados si se trata de enfrentarla a un marco epistemológico.

Ninguna de las hipótesis planteadas por los ufólogos -que el fenómeno

ovni se trataría de extraterrestres o viajeros en el tiempo- establece grados

de medición precisa o presenta datos representativos con hechos

relevantes. Tampoco establece criterios de predictibildad ni tiene apoyo

teórico. Otro de los puntos más serios es la precisión de los conceptos : “en

otro tiempo se explicaban muchos fenómenos de la física recurriendo al

flogisto o el éter, lo mismo ocurre en el caso de los ovnis y las supuestas

conciencias alienígenas que los manejarían”.

Podría pensarse que la causa para rechazar las teorías ufológicas

sería una mentalidad postivista cuadrada, pero aún epistemólogos como

Nicholas Rescher -ex presidente de la Asociación Americana de Filosofía-

creen que más que una nueva disciplina se trata de “un juego que puede

funcionar como pasatiempo pero no como un estudio serio de la realidad”.

Y eso que nadie puede acusar a Rescher de positivista ni de querer hacer

de las ciencias un ámbito inexpugnable para las disciplinas que no puedan


61

acomodar sus investigaciones a los modelos físicos clásicos. Muy por el

contrario, el espístemólogo norteamericano es un gran defensor de la

capacidad de las ciencias no exactas -humanas y sociales- para darse sus

propios métodos e instrumentos, lejanos al encuadre positivista de

comienzos de siglo.

El astrónomo Fernando Noel afirma que el fenómeno ovni tienes

presenta serios inconvenientes para su estudio científico : Sólo da lugar a

observaciones erráticas, es decir, no previsibles ni en el espacio ni en el

tiempo, por lo que resulta muy difícil aplicar el método científico en su

investigación”.

El punto que lo que se tiene sobre los ovnis son nada más que

testimonios, y una investigación científica no se puede basar sólo en

relatos “heterogéneo, vagos y en mayor o menos medida distorsionado por

el estado emocional o por ideas preconcebidas”. Un estudio con una

mínima posibilidad de éxito debe contar con evidencias físicas concretas

que permitan efectuar medidas y análisis más profundos.

“El análisis de presuntas evidencias como fotografías, filmes y

detecciones por estaciones de radar no ha permitido llegar a ninguna

conclusión categórica definitiva sobre el origen y la naturaleza del

fenómeno”, explica el astrónomo.


62

Noel afirma que el estado del conocimiento sobre los ovnis podría

resumirse en la siguiente frase : “Se ve algo pero no se sabe lo que es”.

Bien podría tratarse de un fenómeno natural desconocido o bien

cabría supones que se trata de actividad inteligente de origen extraterrestre,

sin embargo la ciencia se muestra bastante escéptica respecto de la

hipótesis extraterrestre, en primer lugar por la falta de evidencia científica

y en segundo porque un viaje interestelar tomaría cientos o miles de años.

“Fuera de estas dificultades existe otro aspecto que también es un

serio factor de perturbación en una investigación objetiva del fenómeno y

que ha llamado profundamente la atención de algunos sicólogos. Este

aspecto es la tendencia de un número no despreciable de personas, entre

las que se incluyen científicos, a adoptar posiciones en las cuales la

emocionalidad juega un papel preponderante frente al problema. Tales

posiciones que a veces rayan en lo irracional, pueden ser proclives o

contrarias a la hipótesis extraterrestre”, sostiene Noel, quien cita un trabajo

de dos sicólogos norteamericanos : Lester Grinspoon y Alan Persky.

Profesores del Centro de Salud Mental de Massachusetts,

Greenspoon y Presky escribieron en 1969 : “El grado de controversia que

rodea el tema sugiere un estímulo extraordinario, una emocionalidad que

excede ampliamente a la que es usual en los debates científicos de nuestro


63

tiempo. Tal fervor se observa con más frecuencia cuando los temas

involucrados son de índole político, religioso o moral. Sólo es necesario

considerar la conmoción mundial que dura más de 20 años, las detalladas

investigaciones y el calor de los argumentos opuestos para sospechar que

sea lo que fuese que se observa, hay algo más de lo que ven los ojos”.

Valdría la pena recordar que ante fenómenos desconocidos y de

características espectaculares el hombre tiende a proyectar en ellos ciertos

contenidos de su imaginación y atribuirles así connotaciones fantásticas y

sobrenaturales, “algo semejante ocurrió en nuestra época en relación a los

pulsares. Quienes participaron en su descubrimiento quedaron

impresionados por las características del fenómeno, ya que no se veía qué

proceso natural podría explicar una emisión de pulsos con una

periodicidad de precisión equivalente a la de un reloj atómico”. Femando

Noel recuerda que en un principio se pensó que eran señales de alguna

inteligencia superior, tanto así que el grupo de investigadores que

trabajaba en él, designó el descubrimiento como LGM (Little Green Men,

o hombrecitos verdes). “Sin embargo posteriormente se demostró que el

fenómeno podía explicarse perfectamente a través de las estrellas de

neutrones, cuya existencia había sido postulada teóricamente en la década


64

del 30”. Fue así como los pulsares resultaron ser producto de un fenómeno

natural.

Silencio y conspiración

No debió existir una voz más calificada que la del astrónomo

norteamericano Cari Sagan para criticar las investigaciones ufológicas.

Sagan trabajó en el proyecto Libro Azul y en los programas de búsqueda

de inteligencia extraterrestre además de hacer una carrera como difusor

científico a través de libros y programas de televisión, conoció el mundo

de los ufólogos desde dentro y con la perspectiva de un astrónomo pudo

fundamentar sus juicios.

“Desde mi punto de vista no hay ningún caso -a pesar de más de un

millón de denuncias de ovnis desde 1947- en que la declaración de algo

extraño que sólo puede ser una nave espacial sea tan fidedigna que permita

excluir con seguridad una mala interpretación, tergiversación o

alucinación”, afirma Sagan en su libro “El mundo y sus demonios”

(Editorial Planeta) publicado en 1995, un año antes de su muerte.

El astrónomo norteamericano sostiene que la idea de los ovnis como

naves extraterrestres ha perdurado en gran medida por los periódicos y

revistas que venden noticias de ese tipo y por una suerte de desconfianza
65

endógena en el gobierno de EE.UU. Esta desconfianza tiene sus cimientos

en la creencia de una conspiración del silencio.

“La credibilidad en el tema de los ovnis prospera cuando aumenta la

desconfianza en el gobierno, la que se produce en forma natural en todas

aquellas circunstancias en que -en la tensión entre bienestar público y

seguridad nacional- el gobierno miente”. En este caso el gobierno de

EE.UU. estaría mintiendo al ocultar información sobre los extraterrestres

que supuestamente visitan la tierra.

Pero Sagan afirma que no había nada que ocultar o al menos no

había visitas extraterrestres que mantener en secreto. Su propio paso por la

Fuerza Aérea, como asesor científico del Libro Azul le confirmó que no

había nada interesante desde el punto de vista científico, en las

investigaciones sobre ovnis que se estaban realizando. “Nos encontramos

con que el esfuerzo era desganado y desechable. Las negligentes

investigaciones del Libro Azul tenían un papel poco científico, pero

servían para el importante propósito burocrático de convencer a gran parte

del público de que la Fuerza Aérea se aplicaba a la tarea y que quizás no

había nada tras las denuncias de ovnis”.(l)

Era evidente que si habían denuncias sobre aparatos extraños

sobrevolando suelo norteamericano las fuerzas militares tenían que


66

averiguar de qué se trataba, más aún en plena Guerra Fría y si los objetos

parecían ser rapidísimos y de gran maniobrabilidad. Pero también cabe la

posibilidad que esos aparatos que empezaron a a verse desde 1947 no

fueran ni extraterrestres ni soviéticos, sino norteamericanos.

“En la década del 50 la Fuerza Aérea utilizaba ampliamente los

globos sonda, no sólo como una plataforma de observación meteorológica,

si no también como aparatos de espionaje. Si no se calcula bien la

distancia es fácil imaginar que lleva una velocidad absurdamente

grande”(2). Sólo en 1956 se lanzaron cientos de globos de reconocimiento

para sobrevolar la URSS, tarea que más tarde cumplirían los U2 y después

por los satélites.

Si los globos sondas eran aparatos espías era comprensible que tras

la caída de algunos la Fuerza Aérea los recogiera y guardara rápidamente,

a la vez que limitara la información sobre el tema, como debió ocurrir en el

famoso caso Roswell.

“Es comprensible que los que sustentan la teoría de la conspiración

de los ovnis, al recibir respuesta a sus demandas de la Ley de Libertad de

Información docenas de páginas de material con casi todo tachado,

deduzcan que la Agencia Nacional de Seguridad posee amplia

información. Puede usarse una lógica similar si se le pide la información


67

que tenga sobre Elvis Presley. Si uno piensa que Elvis está vivo y le

entregan páginas con muchas carillas tachadas, fácilmente creerá que le

ocultan algo”.(3)

Secuestrados

Según una encuesta Gallup de 1994 más de 3 millones de

norteamericanos creen haber sido abducidos por inteligencias

extraterrestres. Asimismo la mayoría de los norteamericanos creen que nos

visitan extraterrestres. Una encuesta Roper de 1992 encargada por quienes

creen en las visitas alienígenas dio como resultado que el 18 por ciento de

casi 6 mil adultos norteamericanos a veces se despertaban paralizados,

conscientes de la presencia de uno o más seres extraños en la habitación.

Esto fue interpretado automáticamente como que los encuestados habían

sido secuestrados por ovnis, las razones serían experimentos biológicos y

encuentros sexuales. Sagan propone algunas preguntas antes de aceptar la

existencia de secuestros intergalácticos :

“¿Por qué seres tan avanzados en física e ingeniería son tan

atrasados en lo que respecta a biología ? ¿Por qué tomarse la molestia de

repetidos encuentros sexuales entre extraterrestres y humanos ?¿Por qué no

robar unos cuantos óvulos y esperma, leer todo el código genético y


68

fabricar tantas copias como se quiera con las variaciones genéticas que se

quiera ?”(4).

La primera historia de abducción por extraterrestres fue la del

matrimonio de Betty y Bamey Hill en 1961. Como ya contamos en la

primera parte de la memoria, el matrimonio se sometió a repetidas sesiones

de hipnosis para recordar el presunto secuestro, sin nunca llegar a una

conclusión definitiva sobre los hechos verdaderos. Lo que sí se pudo

constatar es que después de hilvanar el relato de los Hill, se han

encontrado muchas coincidencia con una película de ciencia ficción de

1953 llamada Invasores de Marte. Del mismo modo la historia de Bamey

Hill sobre el aspecto de los extraterrestres, especialmente sus enormes

ojos, surgió de una sesión de hipnosis sólo 12 días después de la emisión

del episodio de la serie The outer limits, en donde salía un alienígena con

esas características. Debido a estas coincidencias Cari Sagan propone

analizar dos elementos que podrían estar siendo dejados de lado, no sólo

en el caso de los Hill, sino en el de las abducciones en general. Estos dos

aspectos son las alucinaciones y la efectividad de las hipnosis.

“Las alucinaciones son comunes y tenerlas no significa estar loco.

La literatura antropológica está repleta de etnopsiquiatría de la alucinación

y trances de posesión que tienen muchos elementos comunes tanto


69

transculturalmente como a través del tiempo”(5). El punto es que cualquier

conducta y experiencia humana puede ser acompañada por fenómenos

ilusorios y alucinatorios. La razón para que a éstos se les asocie con la

locura es que se les ha estudiado más en relación con las enfermedades

mentales que en relación con la vida cotidiana.

Al inexplorado campo de las alucinaciones en la vida diaria se le

debe sumar el hecho que entre el 5 y el 10 por ciento de las personas

somos extremadamente sugestionables, capaces de entrar en un trance

hipnótico profundo a una orden. Si a esto le agregamos que el 10 por

ciento de los norteamericanos declara haber visto uno o más fantasmas y

que el 1 por ciento de la población mundial es esquizofrénica se debe ser

cauteloso antes de hablar sin más de secuestradores intergalácticos.

También habría que poner cuidado en ciertos fenómenos sicológicos

que pueden afectar la capacidad de discernir entre recuerdos verdaderos y

ensoñaciones. En su libro “Sobre pesadillas” (1970), el psiquiatra John

Mack afirma que hay un período durante la infancia en que los sueños se

consideran reales y el niño considera los acontecimientos que lo

componene como parte de su vida cotidiana real. Esto nos lleva a otra

reflexión de Sagan y que dice relación con el momento en que las

supuestas abducciones ocurrirían.


70

“Es significativo que éstas ocurran en el momento de dormirse o

despertarse, o en largos viajes en automóvil. Momentos en los que existe el

peligro de sumergirse en una ensoñación hipnótica”.(6)

Las abducciones ocurren casi siempre a medio camino entre estar

totalmente despierto y totalmente dormido. La descripción típica es de

inmovilidad y aguda ansiedad, un peso sobre el pecho, palpitaciones

rápidas del corazón y respiración trabajosa.

Robert Baker, sicólogo de la Universidad de Kentucky, afirma que

muchos de los relatos de abducción extraterrestre corresponderían a

perturbaciones del sueño.

“De modo similar el Harvard Mental Health Letter de septiembre

de 1994 comentó que la parálisis del sueño -evento al que corresponderían

los relatos de secuestro- puede durar varios minutos y a veces va

acompañada de vividas alucinaciones como historias sobre visitas de

dioses, espíritus y criaturas extraterrestres”, explica Cari Sagan.

Medios

No deja de ser significativo que el término “platillos voladores”

tenga una fecha de nacimiento. Fue gracias al titular de un diario que la

expresión se popularizó. Claro está que se citaba a Kenneth Arnold, el


71

piloto que habría sido testigo del paradigmático avistamiento en 1947.

Pues bien, el 7 de abril de 1950 en un programa de televisión Amold dijo

que no había sido citado adecuadamente, “cuando hablé con la prensa ellos

no me entendieron bien. Esos objetos revoloteaban como si fueran barcos

en aguas muy inquietas, y cuando descubrí como volaban dije que era

como si uno cogiera un platillo y lo lanzara a través del agua. Dijeron que

yo había dicho que eran como platillos y yo dije que volaban al estilo de

un platillo”. De nada sirvió la rectificación, la figura del platillo volador se

haría tan popular que en la actualidad resulta casi imposible disociarla de

la idea de visitas del espacio exterior.

Sagan deduce de esto que el aspecto y comportamiento de los

platillos voladores de Keneth Amold eran bastante diferentes de lo que

unos años después se caracterizaría rígidamente en la comprensión pública

del término : “algo como un frisbee muy grande y con una gran capacidad

de maniobra”.

Este es sólo un ejemplo de cómo a través de la publicidad de ciertos

eventos se cristalizaron determinadas creencias y estereotipos de cómo se

supone que deben ser los ovnis y, más tarde, cuál es el aspecto de los

extraterretres.
72

El 4 de octubre de 1957 se lanzó el primer satélite artificial, el

Sputnik I, de las 118 visiones de ovnis registradas ese año, 701, es decir el

60 por ciento ocurrieron entre octubre y diciembre. “Es evidente que el

Sputnik y la publicidad consiguiente habrían generado de algún modo los

avistemíentos de ovnis”, concluye Cari Sagan ... nosotros podríamos

agregar que tal vez los extraterrestres se inquietaron al ver el pequeño

ingenio soviético dándole vueltas al planeta.

Lo mismo pasaría con la figura clásica del extraterrestre, que ya se

había ido fermentando desde antes que la palabra ovni se acuñara. “En

marzo de 1945 la revista de ciencia ficción Amazing Stories, sacó un

número en el que relataba cómo hacía 150 mil años, los extraterrestres se

habían establecido en continentes perdidos, lo que llevó a la creación de

una raza de seres demoníacos que vive bajo la tierra. Esta revista

promovió, al menos en norteamérica, mucho antes que los primeros

abducidos la idea del aspecto de un extraterrestre : bajo, de gran cabeza y

ojos gigantesco y rasgados.

Pero si Amazing Stories era una revista de ficción, las revistas

actuales sobre ovnis no se plantean como tal, sino como reveladoras de una

verdad oculta.
73

“¿Cuál es el hilo conductor de los anuncios de las revistas de ovnis ?

Seguramente es la expectativa de una credulidad ilimitada de los lectores,

y es que en general el simple hecho de comprar una de esas revistas define

al lector”, afirma Sagan (7). Este lector-crédulo se enfrenta a los artículos

más insólitos sin asomo de visión crítica, sin pedir más pruebas que las

débiles conjeturas que se le presenta.

Una prueba de la modestia de las expectativas y de pobres de los

estándares de investigación puede encontrarse en la historia de los círculos

en los cultivos que empezaron a aparecer en Inglaterra a mediados de los

70 y que pronto se extenderían por el mundo. Nunca se llegó a ver un

platillo posándose sobre el trigo, ni se filmó ninguna figura geométrica

durante el proceso de diseño, pero muy pronto surgieron los canalizadores

que establecieron contacto con los responsables. La prensa sensacionalista

salió a escena e incluso el Daily Mirror contrató a un granjero para que

hiciera círculos con la esperanza de tentar a los rivales del Daily Express.

Se crearon las organizaciones cerealógicas, los diseños se hicieron cada

vez más complejos y ahora aparecían no sólo en Inglaterra sino también en

Estados Unidos, Canadá, Bulgaria, Hungría y Japón.

¿Quién podría ser el autor de tamañas obras, sino una inteligencia

superior? De nada sirvió que en 1991 dos granjeros sesentones de


74

Southampton -Doug Bower y Dave Charley- anunaciaran que desde hacía

15 años que estaban haciendo dibujos en los campos primero por

diversión y luego para cobrar dinero por las fotografía. Los pictogramas

habían pasado a formar parte de los enigmáticos y no resueltos enigmas

que probaban que no estamos solos en el universo, y que los extraterrestres

tienen nociones de geometría y de arte monumental que ya se la quisiera

Kristo.

Mucho antes de que los platillos voladores se hicieran famosos ya

existían contactados. A medida que se popularizaba ampliamente la

posibilidad de vida de vida -especialmente con los canales marcianos de

Percival Lowell a finales del siglo pasado- la gente empezó a declarar que

establecía marcianos. El libro del sicólogo Theodore Floumoy, “De la

India al planeta Marte” escrito en 1901 describe un médium de habla

francesa que en estado de trance dibujó retratos de marcianos y presentó su

alfabeto y lenguaje con un notable parecido al francés. Por su parte Cari G.

Jung descubrió en 1902 a una mujer joven suiza que se agitó al descubrir,

sentado en un tren a un “habitante de las estrella de marte”; la apreciación

del cuarto planeta y de sus posibles habitantes cambiaría cuando en 1971

el Mariner 9 demostró que los canales no existían. Lo que sepultaría todos

los contactos fueron los viajes del Viking 1 y 2, misiones que no


75

encontraron ni rastro de microbios. Los buscadores de nexos alienígenas

buscarían recepción en Venus para luego trasladarse a otros sitios de la

galaxia.

El primer contactado que tuvo éxito comercial. Fue George

Adamsky, quien tenía un pequeño telescopio a los pies del Monte Palomar

-famoso por el observatorio del Instituto Tecnológico de Califomia-

además de un restaurante. Pues bien, al señor Adamsky, que firmó como

profesor del observatorio del Monte Palomar, no le tomó mucho tiempo

escribir un libro sobre su encuentro con extraterrestres que le advirtieron

sobre los peligros de la guerra nuclear. Nada nuevo, a menos que algún

terrícola insano piense que una guerra nuclear sería beneficiosa. Aún así el

libro gozó de su minuto de fama y hasta hoy es citado por los ufólogos.

Cari Sagan recuerda en su libro que frecuentemente recibía cartas de

gente que decía estar en contacto con extraterrestres, y que le pedían que

les preguntara algo a través de ellos. Sagan llegó a elaborar un cuestionario

a través del cual descubrió que a pesar de la inteligencia superior de los

alienígenas, eran reacios a contestar cierto tipo de interrogantes.

“A estos extraterrestres les encanta contestar cualquier pregunta vaga,

sobre todo si entraña juicios morales. Pero en cosas específicas donde cabe
76

la posibilidad de descubrir si realmente saben algo más que la mayoría de

los humanos, la respuesta es el silencio”.(8)

Los demonios del siglo

La creencia en los demonios ha estado muy difundida desde la

antigüedad. Platón asignaba un papel protagónico a los demonios en la

relación del hombre con lo divino : “Dios en su amor por la humanidad,

puso encima de nosotros a los demonios que son una raza superior”.

San Agustín asimiló esta tradición clásica, sustituyendo a los dioses por

Dios y “demonizando” a los demonios, arguyendo que estos son seres

malignos sin excepción, que no tienen virtudes que los rediman siendo el

“manantial de todo mal espiritual y material”,

Durante la Edad Media se expande la idea de que estos seres bajan

de los cielos y mantienen ayuntamiento sexual ilícito con hombres y

mujeres, siendo las brujas un fruto de estas relaciones. Se crea una

catalogación especial para los demonios según sea el sexo del individuo

seducido : Los seductores de mujeres son llamados íncubos, y los de

hombres súcubos.
77

Eran tantas las mujeres que denunciaban demonios abusadores,

según argumentaba el religioso Richard Baxter en su libro “Certidumbre

del mundo de los espíritus” de 1691, que era “impudicia negar su

existencia”.

La obsesión por íncubos y súcubos comenzó a alcanzar su clímax con la

Bula de 1484 del Papa Inocencio VIII, que declaraba :

“Ha llegado a nuestros oídos que miembros de ambos sexos no

evitan la relación con ángeles malos, íncubos y súcubos, y que mediante

brujerías conjuros y hechizos sofocan, extinguen y echan a perder los

alumbramientos de las mujeres”.

Cari Sagan explica que con esta Bula Inocencio dio pie para las

acusaciones absurdas, la tortura y la ejecución sistemática de incontables

brujas de toda Europa. La razón para que esta Bula tuviera el efecto que

tuvo, se encuentran en la difusión que tenía la idea de la “inseminación

demoniaca” durante la Edad Media.

“Ya Santo Tomás de Aquino, nos dice en De la Trinidad, ‘que los

demonios pueden transferir el semen que han recogido para inyectarlo en

los cuerpos de los otros’. Su contemporáneo San Buenaventura se expresa

con mayor detalle : ‘Los súcubos se someten a los machos y reciben su

semen; con astuta habilidad los demonios conservan su potencia y


78

después, con el permiso de Dios, se convierten en íncubos y lo vierten en

depositarios femeninos’. Los productos de esas uniones con mediación del

demonio también reciben la visita de los ángeles caídos. Se forma un

vínculo sexual multigeneracional entre las especies”, explica Cari Sagan

(9) al tiempo que recuerda que estas criaturas vuelan y viven en las alturas.

En estas historias medievales no hay naves espaciales, pero se

encuentran presentes la mayor parte de los elementos centrales de los

relatos de abducción por extraterrestres, incluyendo la existencia de seres

no humanos con una obsesión sexual, que además viven en el cielo, tienen

la facultad de atravesar paredes y practican experimentos con las cría

humanas. Existe otra forma de interpretar estas creencias y es que

efectivamente los alienígenas nos han visitado desde hace siglos : primero

se les llamó dioses, después demonios, ángeles o espíritus. Sólo ahora

vinimos a caer en cuenta que eran extraterrestres los que nos acechaban

desde mucho antes. Jacques Vallee, el ufólogo francés, ha planteado estos

argumentos -que otros han completado afirmando que las apariciones

religiosas serían ni más ni menos que platillos voladores-. Pero frente a

esta reflexión cabe preguntarse ¿Por qué ninguna de las principales

religiones del mundo usa los platillos voladores como icono de lo


79

divino ?¿Por qué este experimento genético, cualquiera sea su objetivo, no

se ha completado hasta ahora ?

Desde principios de la década del 60 Cari Sagan venía diciendo que las

historias de ovnis se acuñaban principalmente para satisfacer anhelos

religiosos. En una época en que la ciencia ha complicado la adhesión

acrítica a antiguas religiones se presenta una alternativa a la hipótesis de

Dios : “Los dioses y demonios de la antigüedad, con el disfraz de jerga

científica, bajan del cielo para atormentamos, ofrecemos visiones

profétícas y tentamos con visiones de un futuro de esperanza”, afirma

Sagan.
80

NOTAS CUARTA PARTE

(1) Sagan, Cari. Op. Cit, p 101.

(2) Sagan, Cari. Op. Cit, p 102.

(3) Sagan, Cari. Op. Cit, p 107.

(4) Sagan, Cari. Op. Cit, p 83.

(5) Sagan, Cari. Op. Cit, p 126.

(6) Sagan, Cari. Op. Cit., pp 127-128

(7) Sagan, Cari. Op. Cit, p 121.

(8) Sagan, Cari. Op. Cit, p 120.

(9) Sagan, Cari. Op. Cit, p 139.


81

CONCLUSIONES

Al escoger el tema para esta memoria pensé en lo entretenido y

único del fenómeno ovni : Se ve algo que no se sabe lo que es. Sobre esto

se construye hipótesis grandilocuentes de viajes interplanetarios, seres

extraterrestres o visitas de otras dimensiones. Existen personas que

dedican su vida a rastrear platillos voladores, que cuentan avistamientos,

los archivan y clasifican para sumergirse en una especie de causa personal.

Entonces fuera de lo que pasa en los cielos, hay algo que pasa en la tierra

que sí es posible de desentrañar o de intentar hacerlo con algún grado de

éxito. Hablo de la “conducta” social, grupal y de los medios en tomo al

tema.

Definitivamente la patria de los ovnis como fenómeno social es

Estados Unidos. Chile importó el tema primero a través del interés de

ciertas personas que incluso se hicieron famosas por eso, son nombres

como Jorge Anfruns y Willy Wolf. Ellos corresponden a lo que yo llamaría

una primera etapa de estudio del tema, aquella en que el trabajo se hace en

solitario, en donde la cabida en los medios no-especializados en el tema es

marginal, sobre todo el los diarios de mayor circulación.


82

La segunda etapa es la que estamos viviendo en la actualidad y se

caracteriza por:

1) Surgimiento de organizaciones nacionales que tienden a hacer sus

estudios en forma grupal. Asimismo se profesionaliza la actividad, los

ufólogos ejercen de tiempo completo y muchas veces viven de su

actividad.

2) Creación de instancias de difusión a través de simposios, talleres y

charlas constantes y periódicas.

3) Mayor posibilidad de acceso e intercambio de información a través de

intemet y de redes de “aficionados” al tema.

4) Un esfuerzo permanente por darle el rango cientificidad al tema, de

legitimar la investigación sobre los ovnis, su seriedad y relevancia.

Todo esto ha redundado en una constante crecimiento de la

cobertura por parte de la prensa a los anuncios de avistamientos y al tema

en sí. De hecho se conmemoran fechas e hitos de la ufología -primer

avistamiento, aniversario del caso Roswell-, sin que estos sean una noticia,

sino sólo una efeméride para recordar.

En veinte años los ovnis han pasado a ser parte de la cultura popular

de nuestro país, directamente influenciada por la norteamericana. Se tiene


83

un imaginario visual común, el icono “platillo volador” es reconocible

tanto en Concepción como en Texas y las características de un secuestro

extraterrestre fácilmente pueden ser relatadas tanto por un santiaguino

como por un neoyorquino. Quizás entonces los ufólogos no tienen la

necesidad de difundir más su objeto de estudio. El asunto ahora es

legitimarlo, y qué mejor que darle un rango científico. Vestirse con las

ropas más admiradas de la sociedad contemporánea sin temer a la burla,

hacer de su trabajo algo digno, algo “oficial”.

Si se toman los últimos diez años de los dos principales diarios del

país el crecimiento de la cobertura ha tendido a eso: Cada vez más no sólo

se limitan a informar sobre si un ovni fue visto en tal o cual parte. Ahora

existe una fuente autorizada para comentar el tema. La fuente ya no es un

astrónomo o carabineros de Chile sino un ufólogo o un grupo de ellos.

Quizás lo que se vio, sólo sea el planeta Venus o un bólido cayendo, eso

no importa tanto como que hay quienes saben como distinguir un ovni de

un acontecimiento natural. Rodrigo Fuenzalida (Aion), Jorge Tamayo

(Ovni Chile) y Jorge Anfruns (Mufon Chile) aparecen como especialistas

en el tema, en parte porque un astrónomo profesionales no arriesgan su

prestigio hablando de luces extrañas en el cielo y en parte porque el trabajo

de los primeros resulta en sí un asunto llamativo para el público. No por


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nada Paula Avilés, directora de “Conozca Más”, afirma que no puede pasar

un año sin un tema-portada de ovnis en su revista.

Tenemos entonces dos elementos que benefician la potencial

publicación de este tema: la continua organización, profesionalización y

pretensiones de cientificidad de la actividad “ufológica” ; y por otro lado

su estatus de fuente permanente para los medios y las características

“raras”, extrañas y por lo tanto noticiosa de los ovnis.

¿Pero qué hay de cierto en las aspiraciones epistémicas de los

estudiosos de los platillos voladores? En este punto los sueños se

comienzan a diluir. Los ufólogos no tienen manera de sostener ninguna de

sus hipótesis de manera irrefutable. No existen pruebas materiales de la

existencia de platillos voladores ni de seres alienígenas, ni de ventanas

interdimensionales, ni de que la tierra es hueca. Frecuentemente se citan

como antecedentes de la ufología, para justificarla, los estudios de la

Universidad de Colorado a cargo del reconocido físico Edward Condon,

pero nunca aclaran que esa investigación no obtuvo ningún logro.

Tampoco han sido un aporte reconocido los estudios de Jacques Vallee ni

los proyectos de la Fuerza Aérea Estadounidense, que nunca tuvieron

resultados que fuesen un aporte real a la ciencia.


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Pues bien, los ufólogos lejos de hacer una reflexión sobre eso -sobre

las críticas y las evidencias en contra- construyen una cada vez más densa

capa de dudas razonables sobre el fenómeno. Interrogantes que hablan de

conspiraciones de silencio, que cuestionan a las disciplinas científicas

calificándolas de “positivistas” y que engordan un archivo de hechos sin

explicación. En Chile esto se agudiza en gran parte por la formación

académica de los ufólogos nacionales: Un sociólogo, un siquiatra, varios

periodistas, un publicista y muchos sin antecedentes universitarios.

Excepto el siquiatra, nadie con estudios en ciencias “duras”, aunque sí la

mayoría ganando dinero a través de conferencias, publicaciones y talleres.

Difícil es entonces creer en la aplicación seria del método científico

en las investigaciones. Incluso lograr una descripción de los pasos de sus

investigaciones, las características del estudio y el método utilizado es un

trabajo infértil. Las explicaciones tienden a ser vagas, como rastrear el

terreno, entrevistar a la gente del lugar...mucho más que eso no, a

excepción de las hipnosis. Pero éstas no bastan como pruebas, puesto que

el siquiatra fácilmente puede inducir los recuerdos del paciente, como

asegura Cari Sagan.

Otro objetivo de algunos ufólogos ha sido separarse del

sensacionalismo y la vertiente religiosa-espiritualista. Pero los esfuerzos


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no pueden contra la realidad. De hecho, uno de los personajes más

importantes dentro de la ufología chilena es el siquiatra Mario Dussuel,

quien admite estar estrechamente vinculado a "contactistas" y haber

formada parte de una extraña secta india durante su residencia en Aysén.

La misma revista "Revelación" tiene un fuerte acento espiritual, incluso de

autoayuda. Se vuelve así a una de las más curiosas características de este

fenómeno: la adhesión casi religiosa que genera entre quienes lo estudian.

El mismo Sagan destaca en su libro "El Mundo y sus demonios" que la

pregunta recurrente es si se cree en los ovnis, como quien cree en la

santidad de algún personaje o en Dios. Nadie habla de pruebas.

En ese sentido es muy difícil encontrar algún grado de autocrítica ante la

mezcla de ciencia y religión que a veces resulta de la ufología, algo que

nos hace recordar los postulados de Jung, en el sentido del rol de mediador

que tienen los platillos voladores. Esas cosas que se ven en el cielo tal vez

más que para investigarlas desde la ciencia, tengan el valor de mediar entre

lo terrenal y lo espiritual, de suplir cierta avidez que no es exactamente de

conocimiento epistémico.
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ENTREVISTAS

Jorge Anfruns: Publicista y director de Mufon-Chile.

Rodrigo Fuenzalida: Sociólogo y presidente Aion.

Soledad Chacón: Comunicadora social y miembro de Aion.

Percy Eaglehurst: Periodista y director de la revista "Revelación".

General Ricardo Bermúdez: Presidente del Cefaa.

Mario Dussuel: Siquiatra.

Rodrigo de la Vega: Astrónomo.

Carlos Ibáñez: Físico.

Rafael Jiménez: Sicólogo.

Mario Orellana: Historiador y Antropólogo.

Luis Flores: Profesor de Filosofía de la Ciencia.

Nicholas Rescher: Filósofo y epistemólogo norteamericano.


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BIBLIOGRAFÍA

“Ovnis: testimonios reales de sus visitas”. Plaza y Janés editores.

Barcelona. 1998.

"Aliens: ¿Hay vida extraterrestre?". Plaza y Janés editores. Barcelona.

1998

Sagan, Cari. “El mundo y sus demonios”. Editorial Planeta. Buenos Aires

1996.

Agrest, M. M. ¿Cosmonautas en la antigüedad ? Planeta. Buenos Aires.

1966.

Campusano, Carlos (editor). "Arka". Editorial Universitaria. Santiago.

1985.

"Extraños en el cielo". Reportaje sobre los ovnis. Por Oscar Contardo.

Artes y Letras diario "EL MERCURIO". Santiago. Domingo 25 de agosto

de 1996.
89

"La reputación de las ciencias". Entrevista a Nicholas Rescher. Por Oscar

Contado. Artes y Letras diario "El Mercurio". Santiago. Domingo 8 de

noviembre de 1998.
90

ÍNDICE

Introducción....................................................................................... 1

Uno. Los orígenes................................................................................ 6

La disipación.......................................................................................1

Sobre la patria....................................................................................

Notas primera parte............................................................................

Dos. Papel periódico.............................. 19

Notas segunda parte........................................................................... 2

Tres.A ciencia cierta......................................................................... 30

Quieren creer..................................................................................... 3

A la chilena........................................................................................ 3

Experiencia religiosa......................................................................... 4

La energía y los arquetipos................................................................ 4

Notas tercera parte..............................................................................


91

Silencio y conspiración.............. ...............64

Medios........................................ ...............70

Los demonios del siglo............... ............... 76

Notas cuarta parte....................... .............. 80

Conclusiones........ .............. 81

Entrevistas............ ............... 87

Bibliografía........... .............. 88

índice.................... ...............90

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