Guia Fauna Terrestre Es
Guia Fauna Terrestre Es
Guia Fauna Terrestre Es
Vertebrados.
PARQUE NACIONAL
Realización: Arcea. Xestión de Recursos Naturais S.L. www.arcea.net
Textos: Jorge Mouriño -excepto texto “murciélagos”, de Francisco Arcos- (Arcea)
Cartografía: Javier César Aldariz (Arcea)
Ilustraciones: Rafa Salvadores (Arcea)
Fotografía (páginas): César Vidal (33,35b,36,37,38,39,41,42,43a y
c,46a,48,49,53,54,55,58,59b,60,61,63,65,66,68,70a y 71), Jorge Mouriño
(1,4,5,6,7,8,9,10,11,12,13,15,19a, 28, 30, 34,35a,43b,50,73,78a y c), Luís
Dorado (17a y b,19b,21,22,23,24,25,26 y 27), Samuel Paz (51,57,59a,74,75 y
78b), Juan Sagardia (45,46b y 47), Pedro Galán (17c y 20), Francisco (Pipo)
Sierra-Abraín y Felix Angosto (14), Juan Antonio García Pérez (31), Jesús Framil
(70b) y Álvaro Barros (76).
Digitalización y tratamiento fotografías: Miguel Salvande (Arcea)
Diseño gráfico: Celia Arcos. www.celiaarcos.com
Traducción: Ana Buján y Jorge Mouriño
ÍNDICE
Las islas del Parque Nacional 1
Las islas Cíes 4
Las islas Ons 6
El archipiélago de Sálvora 8
El archipiélago de Cortegada 10
La fauna del Parque Nacional de las islas Atlánticas 11
Conservación de la fauna 13
Cómo ver la fauna 15
Los anfibios 16
Los reptiles 18
Los lagartos 19
Las lagartijas 20
Luciones y eslizones 22
Las culebras 24
Las aves 26
Las aves marinas 27
Los araos 31
Cormoranes 32
Gaviotas 34
Garzas y patos 38
Limícolas 40
Las rapaces 44
Rapaces nocturnas 47
Palomas y tórtolas 48
Chotacabras 50
Pájaros carpinteros 51
Vencejos y golondrinas 52
Pájaros de los acantilados: el colirrojo tizón 53
Lavanderas y bisbitas 54
Pájaros de espacios abiertos 56
Fringílidos 60
Pájaros forestales 62
Mirlos y zorzales 66
Pájaros en paso 67
Córvidos 69
Los mamíferos 72
Insectívoros 73
Roedores 74
El conejo 75
Murciélagos 76
Carnivoros 77
Apéndice. Listado de los vertebrados terrestres del Parque Nacional 79
Glosario 86
Para saber más 89
Normativa del Parque Nacional 90
LAS ISLAS DEL PARQUE NACIONAL
El Parque Nacional de las Islas Atlánticas de Galicia es el segundo de carácter marítimo-terrestre que
se declara en España, acompañando en esa categoría al archipiélago de Cabrera, en las islas Baleares.
Este parque protege ecosistemas litorales atlánticos (región eurosiberiana), principalmente fondos
marinos rocosos, arenosos y de maërl, así como acantilados, dunas y matorrales en la parte emergida,
y pequeñas o testimoniales áreas con bosque atlántico y marisma.
El Parque se creó en el año 2002, agrupando 8.480 ha de los archipiélagos que protegen las bocas
de las tres Rías Baixas más sureñas: las islas Cíes en la ría de Vigo, que ya constituían un Parque
Natural desde 1980; las islas Ons en la ría de Pontevedra, de propiedad pública y que ya gozaban de
cierta protección previa; y el archipiélago de Sálvora en la ría de Arousa, cuya isla principal, la isla de
Sálvora, es de propiedad privada, salvo el dominio público. A estos tres conjuntos insulares se sumó
el archipiélago de Cortegada, situado en el interior de la ría arousana, en una posición casi estuarina
y próxima a la desembocadura del río Ulla; la isla de Cortegada también es de propiedad privada,
salvo el dominio público, y estaba amenazada de urbanización. En conjunto, la superficie protegida
por el Parque es principalmente marina (86%).
1
Todas las islas gozan de un clima oceánico y submediterráneo, húmedo y cálido, caracterizado por una
temperatura media anual superior a los 14ºC y con un contraste térmico relativamente suave, tanto
entre las temperaturas estivales e invernales como entre las diurnas y nocturnas. En las Cíes, el promedio
de las temperaturas máximas de julio supera los 25ºC y junto con Ons y Sálvora, estas islas son uno
de los lugares con mayor radiación solar de Galicia. Las precipitaciones son variables y oscilan entre
una media anual de 877 litros/m2 en las Cíes hasta más del doble en Cortegada, contando con una
marcada sequía estival de dos a tres meses en los tres archipiélagos exteriores. Los fuertes vientos,
que predominan de componente sur en otoño e invierno y de componente norte en primavera y verano,
traen consigo una elevada salinidad arrastrada en forma de rocío desde las rompientes marinas y
condicionando fuertemente la vegetación.
El sustrato es casi todo de roca granítica aunque sobre todo en Ons y Cortegada también se encuentran
sectores con rocas metamórficas, como esquistos y gneises.
Vista aérea de la entrada de las Rías Baixas. En primer plano, las islas Cíes; al fondo, Ons y Sálvora, y las penínsulas del Salnés y Barbanza.
2
3
LAS ISLAS CÍES
Las islas Cíes son básicamente tres, de similar extensión: la isla Sur o de San Martiño, la del Faro y la de
Monte Agudo. Estas dos últimas están unidas por una playa y por una escollera natural rocosa, y en la
actualidad también por un dique artificial. Estas tres islas destacan por sus fuertes pendientes que
descienden desde cotas superiores a los 175 m sobre el nivel del mar y que culminan en el Alto das Cíes
(197 m), que se encuentra en la isla de Monte Agudo.
La vertiente occidental u oceánica es muy vertical y acantilada, con numerosas paredes y superficies
rocosas intercaladas con vegetación herbácea especializada, la única que aguanta la intensa salinidad
que levantan olas, viento y rompientes. Algunas cumbres y laderas abrigadas de poniente dan paso a
matorrales de tojos y espinales de endrinos, que se extienden por la cara oriental. Esta vertiente desciende
menos bruscamente hacia una costa más dócil, con tramos rocosos y deliciosas playas de fina arena
blanca, entre las que destacan Figueiras, Rodas y la playa de San Martiño, las tres con dunas. Hoy en día,
una gran parte de la vertiente oriental de las islas está ocupada por árboles exóticos e invasores,
principalmente eucalipto y acacia negra, pero también por falsa acacia y pino americano, así como por
plantaciones de pinos marítimos. En torno a estas tres islas existen algunos islotes rocosos, entre los que
cabe mencionar la Penela dos Viños, próxima al suroeste de la isla del Faro, y el Agoeiro, Agoeira o Boeiro,
situado a poco más de un kilómetro al sur de la isla de San Martiño.
Panorámica de las islas Cíes desde el Alto do Balcón
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LAS ISLAS CÍES
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LAS ISLAS ONS
Las islas Ons son dos: la propia isla de Ons, la más grande del Parque con 416 ha, alargada y estrecha; y
la Onza, redonda y mucho más pequeña, situada 600 m al sur de la anterior. El punto más alto se encuentra
en el alto del Cucorno o del Faro, con 128 m, en un contexto orográfico más redondeado y llano que en
las Cíes, si bien la cara occidental es algo rocosa y casi todo acantilada, con algunas playas de cantos
rodados. La vertiente oriental es de nuevo menos abrupta, incluyendo varias playas de arena (Canexol,
Area dos Cans, Melide...), menores que las de las Cíes, así como un total de ocho barrios de viviendas, la
mayor parte de ellas actualmente deshabitadas, excepto en la época estival. Los matorrales son predominantes
e incluyen escobonales de la escoba endémica Cytisus insularis, la principal joya botánica del Parque.
Apenas cuenta con plantaciones forestales de eucaliptos, acacias y pinos.
El componente humano se hace sentir en la isla de Ons, que cuenta con numerosos campos y todavía
algunos cultivos agrícolas. Son típicos los setos de sauce salguero, que hoy en día alcanzan un notable
desarrollo. Apenas separados de la isla de Ons se encuentran el islote Centulo, en el extremo norte de la
isla, y los islotes Freitosas, en la zona suroeste.
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LAS ISLAS ONS
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EL ARCHIPIÉLAGO DE SÁLVORA
El archipiélago de Sálvora se compone de la isla de Sálvora, de los islotes Sagres y de un gran número
de islotes situados principalmente al nordeste de la isla de Sálvora, entre los que destacan Noro, Herbosa
y Vionta, zona de reserva y prácticamente los únicos que cuentan con vegetación herbácea entre un
complejo rosario de escollos y bajos rocosos. La Vionta resulta especial, ya que es prácticamente toda
arenosa y una gran parte de sus orillas son playas, contando con dunas fijas y un pequeño escobonal.
Sagres se compone de dos islotes vegetados y numerosos bajíos rocosos, situados todos cerca de la punta
Couso, en el extremo suroeste de la península del Barbanza.
La isla de Sálvora cuenta con una superficie de 212 ha. En la mitad sur aflora un gran número de peñascales
entre suaves y moderadas pendientes tapizadas de matorrales, espinales y pastos de acantilado, que
ascienden hasta los altos de Gralleiros (77 m), centrados en el sur de la isla. La mitad norte es muy llana,
húmeda y arenosa y en ella se encuentran las playas y campos dunares de Lagos, Zafra y Os Bois, así
como varias playas de cantos rodados y la antigua aldea de Sálvora. En la actualidad, aun pastan libres
una manada de caballos y algunos ciervos que soltó el propietario. Probablemente estos animales estén
limitando la regeneración de la vegetación forestal, en la que apenas crecen pies dispersos de sauces
salgueros y un pinar-eucaliptal de repoblación al este de la isla.
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SÁLVORA
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EL ARCHIPIÉLAGO DE CORTEGADA
El archipiélago de Cortegada también cuenta con una isla principal, la isla de Cortegada (39,5 ha), y varios
islotes situados al oeste: Malveira Chica, Malveira Grande, Briñas y O Con, todos ellos zonas de reserva.
La posición resguardada dentro de la ría, con menor influencia de viento salino, permite un mayor desarrollo
de la vegetación, que coloniza los pequeños islotes y tapiza mediante cubierta forestal casi la totalidad
de Cortegada, así como una buena parte de la Malveira Grande. Esta última, destaca por su vegetación,
con tojal costero, escobonal y rebollar, un pequeño bosque de melojos o rebollos que debe ser parecido
a los que antaño ocuparon las vaguadas resguardadas de Cíes, Ons y Sálvora.
La isla de Cortegada es muy plana (cota máxima de 19 m) y estuvo habitada hasta comienzos del siglo
XX. Desde entonces, la vegetación forestal se ha ido expandiendo, destacando el desarrollo de los laureles
que integraban los antiguos setos entre campos. Robles, melojos, sauces y alisos cuentan también con
ejemplares de gran porte, acompañados por pinos marítimos, además de algunos sectores plantados con
eucaliptos y pinos piñoneros.
CORTEGADA
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LA FAUNA DEL PARQUE NACIONAL
DE LAS ISLAS ATLÁNTICAS
La principal particularidad de la fauna del Parque Nacional es su aislamiento con respecto a la fauna de
otros territorios, lo que implica que los animales no voladores (o nadadores de largas distancias) no
mantienen ningún intercambio genético con las poblaciones continentales de su misma especie. Una
excepción podría ser la isla de Cortegada, que durante la marea baja se encuentra prácticamente unida
a tierra a través de una llanura fangosa.
La fauna existente en todas las islas del planeta Tierra reúne unas características comunes que la
diferencian de la fauna de los continentes próximos. Estos aspectos se han desarrollado en una
teoría ecológica propia, reconocida desde la publicación de The Theory of Island Biogeography
en 1967 (MacArthur & Williamson), y varían, entre otros factores, dependiendo de la superficie de
las islas, del tiempo que lleven separadas del continente y de la heterogeneidad y estructura de la
vegetación.
Una de las peculiaridades de las faunas insulares es la de constituir comunidades más simples, que
cuentan con menos especies que en las regiones continentales próximas. Por ejemplo, suele haber
una mayor escasez de depredadores y se establecen menos relaciones de competencia entre especies.
Fruto de esta simplicidad, se crean unas condiciones ambientales diferentes que permiten procesos
evolutivos exclusivos.
Las poblaciones de especies no voladoras se quedaron aisladas en cada isla del Parque Nacional.
11
Por otro lado, y como consecuencia de lo anterior, las islas suelen presentar una gran originalidad, con
un alto porcentaje de endemismos. Es decir, resulta habitual que la fauna isleña cuente con especies y
razas endémicas o exclusivas de estas o aquellas islas.
Los archipiélagos que integran este Parque Nacional se encuentran separados del continente desde después
de la última glaciación, cuando el derretimiento del hielo provocó el ascenso del nivel del mar. Aunque
parece ser que este proceso ya se había repetido en varias ocasiones anteriores, la antigüedad del último
aislamiento cuenta con apenas 8.000-9.000 años, un tiempo muy corto en la escala evolutiva.
Fue entonces cuando las poblaciones de animales no voladores, como es el caso de los anfibios, los reptiles
y la mayor parte de los mamíferos, se fueron quedando aislados, sometidos durante esos miles de años
a fuerzas evolutivas diferentes a las de las poblaciones continentales, sin producirse ningún intercambio
genético. Aunque no se dispone de datos concretos, es previsible que en ese proceso se extinguiesen
varios animales en los territorios aislados, desembocando en la presencia actual de un número más
reducido de especies que en las zonas continentales vecinas. Debido al ínfimo período de tiempo que,
en la escala evolutiva del planeta, suponen los pocos miles de años de aislamiento, apenas se registran
endemismos en estas islas atlánticas. Entre los vertebrados únicamente se ha descrito una raza o subespecie
propia de lagarto ocelado en la isla de Sálvora, que probablemente sea la misma que habita en Cíes y
Ons. También se han detectado diferencias de tamaño, morfológicas o de hábitos reproductivos, entre las
poblaciones insulares y continentales próximas de salamandra común, lagartija ibérica, lagartija de Bocage
y musaraña común, a falta de estudios genéticos que en el futuro puedan describir nuevos taxones.
En general, los peces continentales y los anfibios son malos colonizadores de islas debido a la habitual
escasez de encharcamientos y de cursos de agua dulce de suficiente entidad, así como a la incapacidad
de los anfibios para vivir en aguas saladas. En el Parque Nacional de las islas Atlánticas de Galicia, la
escasa superficie emergida y el período de sequía estival son la causa de la ausencia de ríos de suficiente
entidad para albergar peces. Aunque la fauna piscícola sea muy abundante en el medio marino, sólo se
ha comprobado la existencia temporal de anguilas en determinados arroyos de la isla de Ons. Los anfibios,
por su parte, son escasos y en la actualidad sólo cuentan con tres especies, entre los que destaca la
salamandra por su abundancia en Ons.
Los mamíferos son también escasos y un alto porcentaje de las especies presentes fue introducida. Los
reptiles tienen una mayor representación, favorecidos por los abundantes roquedos y zonas abiertas,
siendo la isla de Ons la que posee una mayor riqueza específica, con un total de ocho especies.
Las aves son un mundo aparte, pues su capacidad para volar permite que se puedan desplazar hasta el
continente o incluso realizar grandes viajes migratorios, como es característico en esta clase de animales.
Algunas especies, como las aves marinas, encontraron en las islas un nuevo espacio en el que
nidificar, libre de depredadores terrestres como mamíferos carnívoros y jabalíes. Constituyen
colonias de cría de importancia internacional tanto de cormorán moñudo como de
gaviota patiamarilla. Algunas de estas aves, o incluso las grajillas, llegan a desplazarse
diariamente hasta la costa continental para buscar comida y vuelven a dormir
a las islas.
Prácticamente no existen datos sobre los cambios que pudieron ocurrir en la fauna de estas islas atlánticas
desde su colonización humana hace más de dos mil años. Sin embargo, se sospecha que pudieron ser
profundos, tanto por la acción humana directa (caza, recolección de huevos, deforestación...) como por
la introducción de animales como las ratas. Existe alguna referencia durante el siglo XX, pero hasta la
década de los setenta no se empezará a obtener y publicar información sobre algunas especies. Aun hoy
faltan por obtener determinados datos faunísticos básicos respecto a algunos grupos como los murciélagos
y especialmente respecto a localidades como las islas de Sálvora y Cortegada. En la última década, las
islas Cíes, y en menor medida las de Ons, fueron objeto de un mayor número de estudios e inventarios
faunísticos, con una frecuencia notable dentro del pobre contexto gallego.
Durante la segunda mitad del siglo XX tuvieron lugar importantes cambios que provocaron la desaparición
de algunas especies y probablemente la colonización de otras. Hacia el año 1950, Cíes, Ons y Sálvora
estaban habitadas y eran objeto de un intenso aprovechamiento agrícola y ganadero, con numerosos
campos cultivados, gran parte de los matorrales rozados o transformados en pastizales y con la vegetación
arbórea original desaparecida. La isla de Cortegada ya había quedado deshabitada en 1926. El Estado
inició una repoblación con pinos y eucaliptos que hoy en día constituye un problema en el Parque Nacional
al desplazar a la vegetación autóctona, sobre todo en las Cíes, y que en los próximos años absorberá un
importante esfuerzo humano y económico para su erradicación.
Al mismo tiempo, los habitantes, al carecer de servicios básicos y tener el pastoreo limitado, se vieron
empujados a dejar las islas, lo que provocó el abandono de los cultivos (total en las Cíes y Sálvora) y la
casi total desaparición de la ganadería. El abandono del pastoreo favoreció la recolonización del matorral
natural, lo que unido a la repoblación forestal perjudicó al grupo de los reptiles y a ciertas aves como la
alondra común, el cernícalo vulgar, la paloma bravía, la chova piquirroja y la grajilla; provocó incluso la
desaparición de esas especies en las Cíes y la extinción de la perdiz en el conjunto del Parque. La cubierta
forestal creada generó, a su vez, un nuevo hábitat que seguramente fue colonizado por el azor, el pico
picapinos, el agateador común, los reyezuelos y otros pájaros forestales.
La alteración humana de los manantiales y de los escasos encharcamientos existentes agudiza la escasa
disponibilidad de hábitats acuáticos, hasta el punto de haber provocado la extinción reciente, hace
aproximadamente treinta años, de al menos dos especies de anfibios en las Ons: el sapo común y la rana
verde; y probablemente también de la culebra de collar, asociada a hábitats acuáticos. La administración
del espacio natural proyecta actuar recuperando hábitats de cría de anfibios.
Caballos en Sálvora
13
Asociada al medio marino, la que antaño había sido la especie nidificante más numerosa, el arao, dejó de criar
víctima de la caza, de la intensificación pesquera (nuevas redes de enmalle) y de los tristemente numerosos
vertidos de petróleo. Las colonias de Ons y Cíes se encontraban en el límite de su amplia área de distribución
mundial. La última pareja crió en el año 1987 en la Furna dos Pesos, en la punta norte de las Cíes. Paralelamente,
las gaviotas patiamarillas multiplicaron su número debido a que se dejó de recoger sus huevos para consumo
humano y a que proliferaron nuevas fuentes de comida, como los residuos de la pesca y las basuras de la
sociedad moderna. Los cormoranes moñudos también se recuperaron tras años de intensa caza y de captura
de sus pollos para cocinarlos.
Hoy en día, tanto la gaviota patiamarilla como el cormorán moñudo forman colonias de importancia internacional
debido al número de parejas reproductoras, lo que supuso la declaración de Cíes y Ons como sendas ZEPA
(Zona de Especial Protección para las Aves), en virtud de una Directiva europea. El Parque Nacional ha puesto
en marcha un Plan de Manejo del cormorán moñudo y realiza anualmente la monitorización de la reproducción
de aves marinas, limícolas y de otras aves amenazadas, y algunos años también evalúa la invernada de aves
acuáticas y marinas.
Recientemente han aparecido especies exóticas, algunas de ellas de carácter invasor como el visón americano,
que alteran la biodiversidad original a través de una presión predadora sobre aves marinas y quizás también
sobre anfibios, reptiles y mamíferos. Similares efectos podrían causar o haber causado animales introducidos
si bien propios de Galicia, como el gato doméstico. En la actualidad se están llevando a cabo acciones de control
de estas especies y también de las ratas.
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CÓMO VER LA FAUNA
Para poder ver, sentir y gozar de la belleza y de la naturalidad de la fauna salvaje, es preciso conocer un
poco acerca de los hábitos de las diferentes especies o grupos de especies. Y, por encima de todo, mantener
una actitud permanente de respeto hacia el ritmo de vida de estos animales, evitando interferir en su
comportamiento, con especial atención para no provocar molestias en su ciclo reproductor. Si te gusta la
fotografía, recuerda que el bienestar de los animales es más importante que una foto. Las observaciones
de animales en su comportamiento natural (buscando comida, cazando, limpiándose o atrayendo a su
pareja) siempre son más gratificantes y emocionantes que cuando los vemos huir asustados.
En general, si queremos localizar fauna, no debemos ir haciendo ruido ni hablar en voz alta, mantendremos
los sentidos alerta y evitaremos llevar ropa de colores llamativos. Los grupos de gente numerosa tampoco
son favorables. Las primeras y últimas horas del día, sobre todo en verano, son las mejores para observar
aves y mamíferos. Por último, debemos respetar y no acceder a las zonas de reserva.
Los anfibios pueden localizarse en manantiales y pozas de aguas estancadas o lentas, fundamentalmente
los tritones y las larvas de todas las especies. Los sapillos pintojos se dispersan
por prados durante los días húmedos y lluviosos, mientras que las salamandras
son propias de noches templadas y húmedas: otoño, comienzos de la
primavera y épocas de lluvia en el verano. Sus movimientos son
lentos y resultan fáciles de ver una vez localizados.
Las aves son los animales más fáciles de ver, tanto por su abundancia
y diversidad como por confiar en el vuelo para huir a menor distancia
de nosotros. Los prismáticos (8 a 12 aumentos) son una herramienta que
facilita enormemente la observación, ya que permite seguirlas a cierta distancia
sin alterar su comportamiento. Para las aves marinas, acuáticas y de acantilado, resulta muy útil el telescopio
(20 a 60 aumentos), que permite obtener detalles a mayor distancia. Las aves marinas se pueden ver
posadas o volando durante las travesías en barco, en ocasiones a escasos metros. Una vez en las islas,
también se pueden ver sobre todo desde puntos prominentes y a cierta altura sobre el mar (30-50 metros).
Algunos lugares buenos para ello son el Faro da Porta y el Faro do Peito en las Cíes, el mirador de Fedorento
y el Burato do Inferno en Ons, o los alrededores del faro en Sálvora. Patos, garzas y limícolas pueden verse
en playas y costas rocosas bajas que tengan piedras aisladas donde descansar tranquilas, o bien con pozas
para alimentarse. Los mejores lugares son la costa entre Carracido y A Cantareira en las Cíes (principalmente
en el Lago), la costa entre Pereiró y O Castelo en las Ons y el entorno de Sálvora y Cortegada.
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LOS ANFIBIOS
En las islas del Parque Nacional predominan los ambientes secos, con vegetación
muy espesa y con escasos encharcamientos de agua dulce, lo que no favorece la
presencia de anfibios. De las 12 especies que se pueden encontrar en la costa
continental próxima al Parque, sólo tres de ellas se encuentran hoy en día presentes
en estas islas Atlánticas: dos urodelos o anfibios con cola (salamandra y tritón) y
un anuro –grupo de los anfibios sin rabo y con las patas traseras más desarrolladas,
el sapillo pintojo ibérico. Las larvas de ambas especies tienen rabo pero se diferencian
con facilidad por la existencia o no de patas, y pueden observarse en algunas charcas.
ESTOS ANFIBIOS SON INOFENSIVOS Y BENEFICIOSOS. AL IGUAL QUE EL RESTO DE LA FAUNA, NO DEBEN SER
MOLESTADOS. SU MUERTE INTENCIONADA ESTÁ SEVERAMENTE CASTIGADA
El estado de conservación de los anfibios en el Parque Nacional de las Islas Atlánticas es deficiente, excepto
en Sálvora. En Cíes y Ons existen evidencias de su rarefacción y están desapareciendo en algunas islas debido,
entre otras causas, a la destrucción de hábitats provocada por la eucaliptización y a la degradación o inapropiada
urbanización de fuentes y zonas húmedas. A este respecto, el Parque Nacional proyecta actuaciones para
recuperar los hábitats de los anfibios.
16
El tritón ibérico es menor que
la salamandra común (máx. 8-
10 cm), de color pardo oscuro
y característico vientre rojo o
anaranjado, con lunares negros.
Pasa una época del año en la
tierra y otra en el agua, donde
se reproduce, pone los huevos
y donde se desarrollan las
larvas.
Todos estos reptiles son diurnos excepto el lución y la culebra lisa, cuya actividad es nocturna. En general,
hibernan entre noviembre y febrero y se encuentran activos el resto del año, especialmente en los días calurosos,
aunque el lución y las lagartijas también se pueden observar en días soleados del invierno.
TODOS LOS REPTILES, INCLUÍDAS LAS CULEBRAS, SON INOFENSIVOS Y BENEFICIOSOS. AL IGUAL QUE EL RESTO
DE LA FAUNA, NO DEBEN SER MOLESTADOS. SU MUERTE INTENCIONADA ESTÁ SEVERAMENTE CASTIGADA
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LOS LAGARTOS
Una subespecie exclusiva
de estas islas Atlánticas
El lagarto ocelado es grande (40 cm incluida la cola,
que supone más de la mitad), de color verdoso alternado
con tonos negros, cabeza grande y cuerpo robusto,
sobre todo en los machos. En los costados luce unos
característicos ocelos o lunares azules. Los ejemplares
jóvenes son más pequeños, oscuros y con lunares claros
en el dorso.
La lagartija ibérica es el reptil más común en Cíes, Ons y Sálvora, y el único que vive en los islotes de este
último archipiélago (Noro, Herbosa, Vionta y Sagres). Los machos son muy variables, alternan colores pardo-
verdosos y negros, mientras que las hembras son más pequeñas, castañas y con un rayado claro. Los ejemplares
juveniles poseen una llamativa cola azulada.
La lagartija ibérica es una gran amante del calor y está muy asociada a rocas, adaptada a trepar por ellas, así
como por peñascos y muros de construcciones humanas, refugiándose incluso en estrechas grietas. Pone de 2
a 5 huevos entre abril y julio, y las hembras de mayor tamaño llegan a efectuar hasta tres puestas.
20
En el Parque Nacional, la lagartija de Bocage sólo
aparece en el archipiélago de Cortegada. Tiene
líneas dorsolaterales claras y continuas en el dorso,
con el vientre amarillo o rojo, a diferencia de la
lagartija ibérica, cuyo vientre es blanco. Las hembras
lucen dorso castaño, mientras que el de los machos,
que son más grandes, siempre es verde.
Lagartija de Bocage
macho y hembra.
21
LUCIONES Y ESLIZONES
En el Parque Nacional se encuentran las tres especies de luciones y eslizones existentes
en la Península Ibérica. Se trata de lagartos que en su proceso evolutivo perdieron las
patas o las tienen muy atrofiadas (eslizones) y que pueden desprender la cola cuando se
sienten amenazados.
Se alimentan de insectos y arañas, y en el caso del lución, de babosas, caracoles y lombrices. Son animales
vivíparos, paren a mediados del verano de 2 a 4 crías, hasta 7 el eslizón ibérico y entre 3 y 12 el lución.
Eslizón ibérico
Lución
Habita en matorrales
bajos y pastizales, y es
común en los cantiles,
siempre en zonas abri-
gadas y soleadas.
Se encuentra en cantiles,
dunas y zonas arboladas,
pero principalmente en
matorrales y pastizales,
generalmente en lugares
más húmedos que los
eslizones. Suele hacer vida
bajo tierra.
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LAS CULEBRAS
Pese a su mala fama, las tres especies de culebras que habitan en las islas
del Parque Nacional son inofensivas y además huirán sólo con nuestra
presencia. Debido al aislamiento, las culebras alcanzan en estas islas longitudes
superiores a las habituales en el continente. En función de la especie, ponen
entre 4 y 15 huevos a principios del verano, bajo tierra o piedras. Las crías
nacen entre un mes y medio y dos meses después.
24
La culebra de escalera es la más grande de las tres,
alcanzando 135 cm, aunque lo normal es que no supere
el metro. Posee un color castaño rojizo, con dos líneas
oscuras paralelas en el dorso, que en los ejemplares
jóvenes están unidas por numerosas líneas
perpendiculares a modo de escalera, de ahí su nombre.
Se encuentra en varios tipos de hábitats abiertos, siempre con buena
exposición al sol, principalmente en matorrales con rocas y en cultivos,
donde acude a comer ratas y ratones, sus presas favoritas. Se defiende
ferozmente intentando morder (sin veneno) cuando se siente
acorralada.
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LAS AVES
Las aves son los vertebrados terrestres con mayor número de especies, y las islas no son una
excepción. En función del uso estacional que hacen de las islas y de las aguas marinas próximas,
podemos agrupar las aves que habitan el Parque Nacional en las siguientes categorías:
- Aves sedentarias: permanecen todo el año en el Parque, donde la mayoría se
reproduce en la primavera y el verano. Algunas realizan movimientos dispersivos,
normalmente los individuos juveniles y a poca distancia. Como ejemplos se pueden
citar la gaviota patiamarilla, el busardo ratonero o el mirlo común.
- Aves invernantes: no se reproducen en las islas, sino que llegan para pasar la época
del año desfavorable (otoño e invierno), generalmente desde localidades más norteñas.
Algunos ejemplos son el cormorán grande y la bisbita común.
- Aves en paso migratorio: ni permanecen durante la época invernal ni durante la
época estival, sino que sólo se ven en el período en que duran sus migraciones, en
la primavera y sobre todo en el otoño, generalmente durante uno o dos meses: el
correlimos común o los papamoscas comparten esta pauta.
Además, siempre existe la posibilidad de que aparezcan especies que se presentan de forma
accidental u ocasional, desorientadas en sus viajes migratorias o movimientos dispersivos,
procedentes incluso desde puntos tan lejanos como Siberia o Norteamérica. Este es el motivo
por el que en el Parque Nacional se hayan visto aves como la cigüeña negra, el alimoche o el
piquituerto. Finalmente, la proliferación de especies exóticas, asilvestradas o escapadas de
cautividad, también permite la posible observación de aves como la cotorra de Kramer o las
minás comunes, originarias de África y de la India.
26
LAS AVES MARINAS
Las islas son los lugares preferidos por las aves marinas para criar: esto no es
un capricho, ya que estas aves viven y buscan alimento en el mar y generalmente
sólo acuden a tierra el tiempo imprescindible para nidificar, donde normalmente
son torpes. En este período son muy vulnerables y evitan los lugares a los que
puedan tener acceso los depredadores terrestres.
27
Dependiendo de la época del año, en las aguas alrededor de las islas o en las travesías
en barco podemos ver pardelas, alcatraces y araos, y en ocasiones también págalos y
paíños. Todas ellas son aves marinas pelágicas, que pasan su vida en el mar y acuden
a tierra sólo para nidificar. También resulta habitual observar charranes, cuatro especies
de gaviotas y dos de cormorán, que tienen hábitos más litorales y se posan en playas
y costas rocosas para descansar. En general, son aves longevas –viven muchos años,
que crían pocos pollos cada año e incluso deciden no criar en aquellos años en los
que las condiciones no resultan favorables.
El pico de las pardelas es ganchudo, como el de los paíños y otras especies del mismo orden (albatros,
petreles...), y posee una protuberancia en la base donde se abren los orificios para respirar.
La pardela balear es una especie particularmente amenazada de extinción. En la actualidad, sólo crían unas 2.000 parejas en las
islas Baleares y en el verano se desplazan al Atlántico para aprovechar los bancos de peces pelágicos. La ría de Pontevedra, incluidas
las proximidades de Ons, principalmente los alrededores de A Porta, es un lugar habitual de concentraciones de cientos o incluso
de miles de ejemplares, que con menor frecuencia también se pueden detectar en los alrededores de Cíes y Sálvora, lo que convierte
al Parque Nacional y a su entorno en una zona importante para la conservación de esta especie. Más raras, también se pueden ver
otras dos especies en los alrededores del Parque: la pardela sombría, que cría cerca del Antártico, y la pardela pichoneta.
Los alcatraces atlánticos adultos son blancos Estos alcatraces crían en el Atlántico Norte e invernan mayoritariamente
en el Banco Sahariano, aunque no resulta raro observarlos durante esa
con los extremos de las alas negros. Los juveniles época en Galicia. En el Parque Nacional, especialmente en Sálvora,
del año son totalmente castaños, mientras que resulta muy patente su migración hacia el norte, entre enero y febrero.
los inmaduros -hasta seis años de edad-, van Durante la primavera y el verano es habitual observar ejemplares
incorporando progresivamente el plumaje blanco. inmaduros, y a partir de agosto, los primeros ejemplares juveniles y
adultos, que regresan hacia el sur.
30
LOS ÁLCIDOS
En las aguas que circundan el Parque Nacional de las islas Atlánticas son
habituales, pero escasas, dos especies de araos: el arao común y el alca
común. El frailecillo atlántico es más raro, siempre mar afuera. El alca también Se sumergen hasta 100 m
se puede ver desde tierra, nadando o buceando próxima a la costa. de profundidad en busca
de peces
Alca en invierno Arao en invierno Arao en plumaje de cría Frailecillo adulto en invierno
Aunque el frailecillo es sólo una cuarta parte menor que los otros dos, las tres especies se diferencian fácilmente
por su pico: cónico y afilado en el caso del arao, más corto y achatado lateralmente en el alca, y grande y
colorido en el frailecillo. En plumaje estival arao y alca tienen toda la cabeza negruzca, mientras que en
invierno las mejillas, la garganta y el cuello son de color blanco.
31
LOS CORMORANES
El Parque Nacional de las Islas Atlánticas destaca por acoger la mayor parte de los
cormoranes moñudos que nidifican en España, principalmente en los archipiélagos
de Cíes y Ons. Pero además, también son importantes internacionalmente, ya que las
más de 2.000 parejas que crían en la actualidad, representan casi el 3% de su población
mundial, distribuida por el Atlántico europeo y el Mediterráneo.
En los últimos años, los cormoranes moñudos de la isla del Faro (Cíes) han sido mui estudiados, gracias a
lo cual se pudieron comprobar algunos de los efectos del vertido del Prestige, que provocó un descenso
de la población y peores condiciones de reproducción (las aves crían menos descendencia), debido a la
disminución de su presa favorita, los lanzones, unos peces propios de fondos arenosos.
La principal amenaza para la supervivencia de esta especie son los trasmallos, redes
que se calan en zonas poco profundas donde se alimentan los cormoranes y en las
que quedan atrapados y mueren ahogados.
Los cormoranes moñudos son fáciles de ver durante todo el año, posados en rocas y
cantiles, que suelen quedar blancos por las acumulaciones de excrementos. También
se observan volando a ras del mar o nadando y buceando, incluso cerca de las playas
y puertos. En la costa oriental de Cíes y de Ons resulta habitual que se reúnan cientos
de cormoranes en bandos compactos, sumergiéndose donde se concentran bancos de
peces; estas agrupaciones reciben el nombre local de ralleiras.
= frecuente o abundante
34
La gaviota sombría es muy parecida a la patiamarilla, pero con el dorso y la parte superior
de las alas más oscuro, de color pizarra. Algunas parejas crían entre las patiamarillas,
principalmente en la isla de Sálvora. Aparece más frecuente en los pasos migratorios (marzo-
mayo y agosto-octubre), cuando en ocasiones decenas de ellas se encuentran reposando
en las playas. Aunque más escasa, también se ve durante todo el invierno.
Gaviotas sombrías y patiamarillas ponen de 2 a 3 huevos a finales de abril y durante mayo, en nidos hechos en
el suelo, entre peñascos o vegetación baja de los cantiles. Los pollos nacen un mes después y ya caminan por
las proximidades de los nidos a las pocas horas, completando su crecimiento aproximadamente en mes y medio.
Por norma general, las gaviotas sombrías comienzan la reprodución unos días después que las patiamarillas.
De izquierda a derecha, gaviota patiamarilla adulta, gaviota sombría adulta y ejemplar inmaduro
35
El gavión atlántico destaca por su tamaño superior
a las gaviotas patiamarilla y sombría. Está dotado
de un pico parecido pero más fuerte, y el dorso
y la parte superior de las alas son aun más
oscuros que en la gaviota sombría. Además,
los adultos son fáciles de diferenciar por
sus patas rosas.
El gavión es un visitante invernal que está en
expansión. En Galicia crió por primera vez en 2005,
por lo que no sería de extrañar que pronto anidase
alguna pareja en el Parque Nacional, sobre todo en
Sálvora, donde es más numerosa y se ve todo el año.
36
Bastante más pequeña, la gaviota reidora sólo se ve en invierno, cuando aprovecha los
descartes de algunos barcos o reposa en la proximidad de los puertos. Sus patas y su
pico son rojos y en la punta de las alas tiene plumas negras y blancas. En los últimos
inviernos se detecta con mayor asiduidad la gaviota cabecinegra, muy parecida a la
reidora pero más robusta, con el pico más grueso y la punta de las alas totalmente
blanca.
En los puertos y estuarios de las Rías Baixas, las gaviotas reidoras son aves comunes que se ven desde finales
de junio hasta abril. En la primavera, antes de volver a sus colonias de cría, las adultas lucen un capuchón
de plumas achocolatadas, que es más negro en las cabecinegras.
Por último, la gaviota tridáctila es una de las gaviotas más numerosas del mundo, de hábitos exclusivamente marinos y buena
pescadora. Es más pequeña y tiene el pico amarillo más fino que la patiamarilla, sin mancha roja. Las patas y las plumas de la punta
de las alas son totalmente negras. Puede verse en invierno en aguas próximas a las islas, sobre todo en la vertiente oeste. Otras
especies que se han visto en el Parque Nacional son la gaviota argéntea y la gaviota groenlandesa.
37
GARZAS Y PATOS
Las garzas son aves que pescan al acecho en aguas poco profundas, gracias a las
patas y al cuello largos, con un pico fuerte y puntiagudo para capturar peces.
Ninguna especie cría en el Parque Nacional, pero durante prácticamente todo el
año pueden observarse garzas reales y garcetas comunes en costas rocosas bajas,
playas y charcas, sobre todo entre agosto y abril.
Garza real
Garceta
38
Los patos o anátidas no son habituales en estas islas Atlánticas. Algunos ejemplares de una especie
de pato marino, el negrón común, descansan en sus migraciones en aguas del Parque Nacional, casi
siempre cerca de las playas, donde se sumergen en busca de alimento. Los machos son negros con el
pico amarillo y una protuberancia en la base, mientras que las hembras son pardas con la cara más clara.
No obstante, frente a la cara exterior u occidental de Cíes, Ons y Sálvora, existe un intenso flujo migratorio de negrones que
comprende miles de individuos, que se dirigen hacia el sur entre agosto y noviembre, y hacia el norte en marzo y abril. Con
prismáticos o telescopio se pueden ver bandadas de decenas de ellos en fila o en V, a ras de mar.
39
LIMÍCOLAS
Las aves limícolas son pequeñas zancudas que suelen comer en limos gracias a
sus picos, largos en la mayoría de las especies, que entierran en busca de lombrices
y de otros animalillos. Las especies de pico corto capturan las presas en superficie.
La mayor parte de las limícolas tienen un comportamiento gregario, agrupándose
en bandos compuestos por varias especies.
Son grandes migradoras que se desplazan desde las regiones árticas, donde muchas especies crían
en la tundra en la primavera y verano, hasta las costas africanas o del sur de Europa, donde pasan
el invierno. Algunas están más adaptadas a costas rocosas bajas y son las más habituales en el Parque
Nacional. La chocha perdiz tiene costumbres diferentes, vive en bosques y matorrales y sale a comer
a los prados por la noche.
40
40 cm
Ostrero
Zarapito trinador
Andarríos chico
Vuelvepiedras
Chorlito
Chorlitejo
Correlimos común
41
El andarríos chico es un
limícola habitualmente
solitario, pequeño y
parecido a los correlimos,
con el dorso castaño y el
pecho y el vientre claros,
aunque camina moviendo
la cola de un modo muy
característico, que resulta
inconfundible. Se ve de
agosto a abril.
Zarapito trinador
42
Los vuelvepiedras comunes son
migradores de larga distancia,
que se ven durante los
pasos migratorios y la
invernada. También
acastañados, des-
tacan por el pico más
corto, las patas ana-
ranjadas y su pecu-
liar diseño arlequi-
nado de dorso y
alas, visible cuando
vuelan. El plumaje
nupcial es más vis-
toso, con tonos
blancos, negros y
anaranjados.
1,20 m
Azor
Busardo ratonero
44
El azor es la rapaz más esquiva,
asociado a espesuras de árboles
donde instala el nido, aunque
caza frecuentemente en
zonas abiertas. Su color
es grisáceo y posee un
diseño barreado, con
el dorso más oscuro,
las alas redondeadas
y la cola bastante
larga. Los juveniles
son castaños.
Es un ave de presa muy
robusta que llega a cazar
aves de un tamaño seme-
jante al suyo, como gaviotas
patiamarillas adultas, además
de alimentarse de ratas, conejos,
palomas y otras aves. En cada
archipiélago cría una pareja, quizás
dos en las Cíes.
45
El cernícalo vulgar está muy ligado a espacios abiertos y agrícolas, con
pocos árboles. Se trata de un pequeño halcón de alas puntiagudas y cola
larga; los machos tienen el dorso de color teja, mientras que en las
hembras es más castaño y punteado de negro. Como estrategia de
caza suele cernirse en el aire, de ahí su nombre y el que recibe en
ciertas zonas de Galicia, peneireiro; o también lagarteiro, derivado
de su alimentación a base de lagartijas, además de roedores y grandes
insectos.
En la actualidad está amenazado de desaparición en el Parque, donde sólo nidifica
en grietas y agujeros de ciertas grutas en acantilados de Ons, la isla más humanizada
y abierta. Antes de las plantaciones forestales de eucaliptos y del abandono del
pastoreo y de la agricultura, nidificaba también en las Cíes y en Sálvora, donde aun
se puede ver, sobre todo en esta última isla, procedente de otras zonas próximas.
46
RAPACES NOCTURNAS
Las lechuzas, los mochuelos y otras aves de presa nocturnas sufrieron mala fama
durante muchos años en el mundo rural, debido a supersticiones y desconocimiento.
Hoy en día, su destacado papel como depredadoras de roedores está contribuyendo
a que sean más apreciadas.
47
PALOMAS Y TÓRTOLAS
Tanto palomas como tórtolas pertenecen a la misma familia
de los colúmbidos. Son aves robustas, de patas y pico cortos
y fuertes, adaptadas a comer grano y otras semillas.
Hasta los años ochenta o noventa, la paloma bravía criaba en grutas marinas y cantiles de
las islas Cíes y Ons, seguramente favorecida por la existencia de cultivos y ganadería.
Más pequeña que la torcaz, tiene el obispillo blanco. Hoy en día está practicamente
desaparecida, aunque son relativamente comunes las palomas domésticas y
mensajeras, de la misma especie pero habitualmente con plumajes de
diferentes diseños.
48
La tórtola europea, asociada a cultivos y prados con arbolado
intercalado, tiene el dorso ferruginoso alternado de negro y una
característica banda terminal blanca en la cola. Puede verse u oírse
durante las migraciones en todos los archipiélagos, aunque sólo
debe nidificar en Cortegada y quizás en Sálvora.
49
CHOTACABRAS
Los chotacabras son aves de hábitos crepusculares y nocturnos, que podemos ver después de la puesta
de sol en zonas abiertas, incluso posadas o volando a ras de suelo en los caminos, con un característico
vuelo irregular y quebradizo. Resulta más fácil escucharlos, ya que repiten habitualmente una nota parecida
a la del grillo, pero mucho más continuada, como un pequeño motor.
El chotacabras gris tiene colores grises y negros que lo hacen pasar desapercibido durante el día, escondido en
el suelo, bajo árboles y matorrales, donde también nidifica. Cuando vuela se aprecia que tiene alas y cola muy
largas. El pico es muy corto, aunque posee grandes comisuras, por lo que la boca se abre con amplitud para
capturar insectos mientras vuela.
Se trata de una especie relativamente frecuente y abundante en estas islas atlánticas, a donde llega en abril
después de invernar en África. Algunos no se marchan hasta principios de octubre.
Chotacabras gris
50
PÁJAROS CARPINTEROS
Los pájaros carpinteros picotean y taladran los troncos de los
árboles en busca de larvas de insectos. Son aves forestales, aunque
el pito real y el torcecuello también se ven en matorrales y prados,
adonde van a comer hormigas. Su cuerpo es robusto y tienen un
característico vuelo ondulado. Normalmente delatan su presencia
por medio de sus estridentes reclamos.
13 cm
Los vencejos apenas se posan en los nidos en la época de cría: pasan el resto del año volando
sin parar e incluso duermen en el aire
En el Parque Nacional sólo nidifica el vencejo real, una especie muy escasa en Galicia (menos de cien parejas), que
cría en estrechas grietas de los acantilados más verticales de Cíes y Ons. Son aves de mediana envergadura (0,5-
0,6 metros), castañas con el vientre y la garganta blancas, que se ven con más frecuencia hacia el atardecer, volando
en los acantilados en ruidosos grupos, a alta velocidad. Común en los alrededores del Burato do Inferno, en Ons.
El vencejo común es un poco menor y muy oscuro, mientras la golondrina común y el avión común son mucho más pequeñas y se
diferencian entre ellas por el color de la garganta y del obispillo y por la forma de la cola. Estas tres especies se pueden ver volando sobre
las islas durante sus migraciones o bien procedentes de localidades de la costa cercana, donde anidan en casas y edificios. El vencejo
común crió en las Cíes, en el convento que hoy alberga el Centro de Interpretación.
52
PÁJAROS DE LOS ACANTILADOS:
EL COLIRROJO TIZÓN
En las zonas acantiladas y de rocas, donde crían las aves marinas, el halcón peregrino, las
chovas piquirrojas, las grajillas o los vencejos reales, resultan poco habituales los pequeños
pájaros, y cuando están presentes generalmente están asociados a los matorrales. Este es el
caso del acentor común, del chochín y del mirlo común.
Los machos son negros con manchas blancas en las alas, mientras que las hembras y los
ejemplares jóvenes son pardo-oscuros con el pecho y el vientre más claros. Todos se caracterizan
por su cola rojiza, muy vistosa cuando vuelan.
Hacen nidos en grietas de las rocas, en muchas ocasiones en lugares más o menos accesibles, donde llegan a efectuar
2 ó 3 puestas a lo largo de la primavera. Ponen entre 4 y 6 huevos que incuban en menos de medio mes, criando
a los pollos en otros 15 días.
De manera ocasional, se han visto colirrojos reales durante las migraciones, asociados a matorrales, setos y cultivos.
Hembra Macho
53
LAVANDERAS Y BISBITAS
Las lavanderas y las bisbitas son pájaros emparentados en una misma familia, que
habitan espacios abiertos donde pasan la mayor parte del tiempo andando o
corriendo por el suelo, en busca de insectos. Anidan en el suelo, entre la vegetación.
Tienen la cola larga y su vuelo es ondulado.
54
La especie más común es la lavandera blanca, con diferentes
tonos en blanco, gris y negro. Habitual durante todo el año, come
en las líneas de marea de las playas, además de en zonas
humanizadas como campos cultivados, caminos y fuentes. Nidifica
en campos dunares, tejados y muros.
Los machos, las hembras y los ejemplares jóvenes de las tres especies de lavanderas
son relativamente fáciles de distinguir por el diseño del plumaje, siempre más
vistoso y contrastado en los machos.
55
PÁJAROS DE ESPACIOS ABIERTOS
Además de bisbitas y lavanderas, los matorrales, los pastos y las zonas de campos y
cultivos, incluso con setos y árboles dispersos, son el hábitat de un numeroso y
heterogéneo grupo de pájaros, que agrupamos aquí para facilitar su conocimiento e
identificación. Todos son sedentarios, esto es, visibles durante todo el año en las islas.
56
Acentor
Tarabilla
Curruca rabilarga
Alondra
Curruca cabecinegra
57
El acentor común es un pájaro habitual
en estas islas Atlánticas, pero poco vistoso
y de hábitos discretos entre matorrales y
setos, por lo que no es muy conocido.
Tiene el dorso pardo estriado de negro.
El pecho es gris-azulado y el pico fino,
típico de insectívoro. Hace su nido en tojos
u otros arbustos, donde pone sus huevos
azulados.
58
La curruca rabilarga destaca por su cola larga y
hábitos escondedizos entre los tojales, costumbre
de la que deriva un nombre vernáculo de la isla de
Ons: furatoxo. Garganta, pecho y vientre son del
color del vino tinto, mientras que las partes superiores
son cenicientas. Los ejemplares jóvenes son grises
y acastañados hasta la llegada del otoño.
59
FRINGÍLIDOS
El verdecillo, el verderón, el jilguero y el pardillo pertenecen a la misma
familia: los fringílidos. Son pájaros granívoros, de pico corto y fuerte. Se ven
todo el año en las islas, donde anidan en ramas de árboles o arbustos. Fuera
de la época de cría se pueden agrupar en bandos mixtos.
Parecido a los fringílidos, el gorrión está muy ligado a la actividad humana, de manera que abandona aquellos lugares o aldeas
que quedan despoblados. Su color es pardo con el pecho y el vientre grisáceos, pico fuerte de granívoro, babero negro y con
píleo gris en los machos. En las Cíes está muy limitado a la zona del camping, que abandona en el invierno; en las Ons está
más expandido.
En las zonas humanizadas y dunares de las Cíes crían unas pocas parejas de escribano soteño. Presenta colores ocres y grises,
con el vientre y la cara amarillos, de tonalidad más intensa en los machos, donde contrasta con la garganta y dos listas en la
cara, de color negro. Los escribanos pertenecen a otra familia de pájaros granívoros, que ponen huevos con trazos irregulares
negros, que recuerdan a las manchas de tinta de escribanos, de donde toman nombre. Ocasionalmente también se puede ver
el escribano montesino.
61
PAJAROS FORESTALES
Los pájaros forestales agrupan especies de diferentes familias, que se especializaron
en explotar distintos microhábitats dentro de las masas arbóreas: en el suelo, en los
troncos, en las ramas bajas, en las copas... En invierno, reyezuelos, herrerillos, carboneros
y agateadores comunes, se mueven a menudo en bandadas mixtas. Los archipiélagos
de las Cíes, y sobre todo Cortegada, los únicos con apreciables extensiones arboladas,
concentran la mayor parte de estos pájaros.
2
1 Agateador
4
2 Mirlo
3
3 Camachuelo
1 4 Carboneros y herrerillos
5 Mosquitero
5
6 Pinzón
62
Los mosquiteros común e ibérico
son casi iguales y sólo se diferencian
en mano o por su canto. Se trata de
pequeños pájaros insectívoros,
amarillentos y de pico fino. Suelen
moverse a baja altura en árboles y
arbustos, tanto en bosques como en
setos y jardines. El común es
invernante mientras que el ibérico es
nidificante, en primavera y verano.
El reyezuelo listado es el pájaro más pequeño
de Europa (9 cm), nervioso y poco visible entre
el follaje de los árboles. El cuerpo es pálido,
verde en las partes superiores, con una
inconfundible raya blanca sobre el ojo,
enmarcada en dos listas negras y con el píleo
anaranjado (machos) o amarillo (hembras). Se
ve todo el año.
63
Los páridos (carboneros y herrerillos) son pájaros pequeños que apenas
paran quietos, posándose acrobáticamente en las ramas –a veces cabeza
abajo- en busca de larvas, insectos y semillas escondidas en grietas y
hendiduras, que recogen con su pico corto pero fuerte. Generalmente
crían en agujeros de muros o de árboles. Se ven durante todo el año.
11 cm
Mito
Herrerillo común
El mito es de color castaño rosáceo, con la cabeza blanquecina atravesada por sendas listas negras sobre los
ojos, que se juntan en el dorso. La cola es muy larga y negra, y el pico diminuto. Hace un nido cerrado y muy
elaborado, construido con musgos y tejido entre finas ramas.
Más raros son el herrerillo capuchino, pardo-grisáceo con una característica cresta de plumas en la cabeza, y el herrerillo común, de
pecho amarillo y dorso azulado. Al primero le gustan los pinares y al segundo los árboles caducifolios, siendo una especie común en
el rural gallego.
64
El carbonero común es el más grande de este grupo,
con el vientre amarillo cruzado por una línea negra
desde el pecho, que también es negro como el píleo
y el cuello, enmarcando la cara blanca. Su porte es
parecido al del carbonero garrapinos, sólo que éste
tiene el cuerpo de colores pálidos, con el cogote
blanco. El carbonero garrapinos habita principalmente
en pinares, mientras que al carbonero común, aunque
viva en los pinares de las Cíes, le gustan los setos con
árboles caducifolios.
Pinzón macho
65
MIRLOS Y ZORZALES
Son pájaros de tamaño medio (20-30 cm), robustos y de vuelo potente. Comen
insectos y lombrices en el suelo, así como un gran número de frutos en árboles y
arbustos, de los que son agentes de dispersión de semillas a través de los excrementos.
El zorzal común es más pequeño que el mirlo común. Su parte superior es castaña,
con el vientre blanco y el pecho crema moteado de negro. Sus hábitos son forestales
y no resulta fácil de ver, aunque su fuerte canto es de los más variados y bonitos
de la fauna gallega. Lo emite habitualmente desde la copa de los árboles, al
amanecer y al atardecer. Come caracoles rompiendo las conchas contra las piedras.
Algunos inviernos, especialmente en épocas frías, se pueden ver el zorzal charlo, el zorzal alirrojo y
el zorzal real, los dos últimos incluso formando bandadas numerosas.
El mirlo común es un pájaro muy conocido por frecuentar parques y jardines y por ser abundante en el medio
rural, aunque también se encuentra en matorrales y bosques. Los machos, de característico y melodioso reclamo,
son negros con el pico anaranjado; las hembras tienen tonalidades más pálidas y los ejemplares jóvenes son
castaño-oscuros. En el suelo camina a saltos.
El mirlo es el principal dispersor de semilla de la interesante población de camarina de las dunas de Muxieiro, en las Cíes, que madura sus
frutos blanco-verdosos en el verano. Los otros dos dispersores de esta planta son la gaviota patiamarilla y el conejo.
66
PÁJAROS EN PASO
En Europa asistimos a dos épocas principales de migraciones de aves, en las cuales millones
de ejemplares de un buen número de especies se desplazan entre los lugares de invernada
(África o sur de Europa) y las zonas de cría europeas. La mayor parte de ellas viajan por
la noche y sólo se ven cuando se detienen durante el día. En la migración prenupcial o de
primavera, entre marzo y mayo en función de las especies, las aves apenas descansan, pues
tienen prisa por buscar territorio y pareja en los lugares de cría, mientras que en el paso
migratorio postnupcial o de otoño (agosto, septiembre y octubre), suelen detenerse durante
más días.
67
Existen dos especies de papamoscas que se observan fácilmente, posados
en árboles o postes junto a zonas abiertas, desde donde realizan
vuelos cortos para atrapar insectos.
La tarabilla norteña tiene unas costumbres de caza parecidas,
pero en zonas de matorral. Se parece a una hembra de tarabilla
común, habitual en los matorrales del Parque, ya que se posa
de manera bien visible en lo alto de arbustos, pero presenta
estrías negras sobre el plumaje castaño y una marcada
ceja blanca.
Hay dos currucas (ver otras especies en pág. 59) que sólo se ven
en las migraciones, comiendo pequeños frutillos en zarzales y otros
arbustos. La curruca mosquitera se parece a un mosquitero,
aunque es más grande, castaño-grisácea y con el pico más grueso.
La curruca zarcera, que debe criar en Cortegada, tiene la garganta
blanca como la cabecinegra y se parece a las hembras de esta
especie, sólo que con un color más rojizo, especialmente en las alas.
68
CÓRVIDOS
El Parque Nacional acoge a una interesante comunidad de córvidos, con dos
especies ya desaparecidas en el resto de las Rías Baixas y que se encuentran aquí
muy amenazadas de extinción: la chova piquirroja y la grajilla. En general, son
aves con un comportamiento social muy evolucionado.
Corneja
Cuervo
Grajilla
Chova piquirroja
69
La grajilla (32 cm) es negra con el cogote gris y
llamativos ojos azulados, con pico corto y fuerte. Cría
en grutas de los acantilados, donde construye el nido
en agujeros.
A partir de junio, las grajillas jóvenes acompañan a
las adultas y se van juntando en bandadas, que cada
año son menos numerosas en el Parque Nacional,
pese a ser una especie abundante en zonas agrícolas
de la España mediterránea, aunque escasa en Galicia.
La chova piquirroja (40 cm) es totalmente negra excepto las patas y el pico, de llamativo color rojo. El pico
es fino, relativamente largo y curvo, adaptado a capturar insectos en matorrales aclarados, pastos naturales,
prados y dunas, incluso revolviendo piedras. Es un ave relativamente fácil de ver en los cantiles de Ons, donde
exhibe sus acrobáticos vuelos. Su aparición suele venir acompañada de un estridente reclamo, que da nombre
onomatopéyico a este ave.
Cría en agujeros inaccesibles de grutas marinas y cantiles. Hoy en día sólo nidifica una pareja en las Ons, donde es habitual que
a principios del mes de junio vuelen 3 ó 4 pollos, que durante un tiempo, antes de dispersarse, acompañan a la pareja progenitora.
Tanto la chova piquirroja como especialmente la grajilla fueron comunes y abundantes en Cíes y Ons a mediados del siglo XX, favorecidas
por la existencia de cultivos y de rebaños de ovejas y cabras, que mantenían un bajo porte del matorral e incrementaban la abundancia
de los grandes insectos de los que se alimentan. La grajilla, en bandadas que superaban el centenar de aves, llegó a ser una plaga para
los cultivos de cereal. En Sálvora también debieron ser comunes, dado el nombre de Gralleiros que reciben los altos de la isla.
Cuervo
71
LOS MAMÍFEROS
Son pocas las especies de mamíferos que viven en estas islas Atlánticas, y existen dudas sobre el carácter
autóctono de la mayor parte de ellas. Se da por cierto que los gatos, el erizo o las ratas fueron introducidos
a través de la actividad humana, pero existen dudas con respecto al conejo y a pequeños roedores e
insectívoros, como ratones y musarañas..
Mucho más evidente es la introducción de los ciervos de Sálvora, con el objetivo de ser abatidos en las
cacerías que se organizaban en la isla antes de la creación del Parque Nacional. Hoy en día, todavía varios
ejemplares comparten la isla con una manada de caballos semisalvajes. En las Cíes también se soltaron
zorros, sólo machos, en la época de los cultivos forestales, para depredar los conejos que comían los árboles
pequeños; actualmente ya murieron todos. En Cortegada pastan unas veinte cabras en semilibertad y en Ons
quedan algunas ovejas y burros de la que antaño fue una nutrida cabaña ganadera.
Un caso aparte entre los mamíferos son los murciélagos, que según la especie se pueden desplazar volando
a considerables distancias; o la nutria y el visón americano, que pueden alcanzar las islas a nado.
72
INSECTÍVOROS
El erizo común, con el cuerpo recubierto por agudas púas, fue introducido
en las Cíes a mediados del siglo XX, según el testimonio de personas nativas.
Hoy en día habita en matorrales y campos dunares en las zonas bajas de
las islas del Faro y Monte Agudo.
73
ROEDORES
Los roedores más conocidos en estas islas son las ratas, representadas por
dos especies introducidas probablemente hace ya varios siglos. Viven en
prácticamente todos los ambientes isleños, principalmente en las zonas
humanizadas donde aprovechan basuras. En las Cíes llegaron a ser plaga
al final de algunos veranos.
Durante el otoño, el invierno y la primavera, épocas en las que apenas existe presencia humana
en las islas, las ratas se alimentan de brotes de plantas, frutos, semillas e insectos, yendo incluso
a mariscar caramujos y mejillones a las rocas durante la bajamar. Sus huellas son habituales
en las playas.
huella delantera
huella trasera
74
EL CONEJO
Los conejos son muy abundantes en los cuatro archipiélagos del Parque
Nacional, incluso en islas menores como Onza o Malveira Grande. Son
animales muy conocidos, robustos y de orejas grandes y patas cortas, aunque
las traseras son fuertes y le permiten correr a gran velocidad.
En todas estas islas apenas cuentan con depredadores terrestres, al margen de gatos y
recientemente visones, y además están libres de la intensa presión cinegética a la que se ven
sometidos en el resto de Galicia, aúnque sí los capturan azores y ratoneros. El hábitat es
favorable, con matorrales donde buscar refugio y pastos y zonas abiertas para alimentarse.
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MURCIÉLAGOS
Los murciélagos son mamíferos nocturnos; vuelan como las aves pero tienen pelo y
amamantan a sus crías. Se relacionan con el medio que los rodea a través de la emisión
de sonidos inaudibles para las personas (ultrasonidos), por medio de un sistema que funciona
de forma similar al sónar de los barcos. Emiten estos sonidos por la boca; por ello, si
llegamos a verlos de cerca y tienen la boca abierta, no significa que nos estén enseñando
los dientes porque nos quieran morder.
Aunque faltan prospecciones apropiadas, sólo dos especies son habituales en el Parque,
muy ligadas a la presencia humana: los murciélagos común y hortelano.
El mejor momento para observarlos es al atardecer, ya que son especies que inician su
actividad bastante temprano, sobre todo el murciélago común. Un buen lugar para hacerlo
es el mirador del Burato do Inferno, en Ons. Además, acuden a comer insectos que atraen
farolas y luces nocturnas, por lo que estos también son buenos lugares para verlos.
5 cm
77
Recientemente está haciendo acto de presencia el visón
americano, un mamífero exótico e invasor que se viene
escapando o liberando de las granjas peleteras desde la
década de los setenta. El mosaico de islas e islotes de Sálvora,
próximas a tierra, fue su primera conquista, y recientemente
han aparecido en las Cíes, lugares donde se trabaja por
controlarlos. Son buenos nadadores, de cuerpo alargado y
pelaje negruzca.
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APÉNDICE
LISTADO DE LOS VERTEBRADOS TERRESTRES DEL PARQUE NACIONAL
MARÍTIMO-TERRESTRE ISLAS ATLÁNTICAS DE GALICIA
Se excluyen peces, tortugas marinas y mamíferos marinos
.
1 En el caso de anfibios, reptiles y mamíferos: Directiva 92/43/CEE del Consejo, de 21 de mayo
de 1992, relativa a la conservación de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres.
Anexo II: especies que deben ser objeto de medidas especiales de conservación de su
hábitat.
Anexo IV: especies estritamente protegidas.
Anexo V: especies que pueden ser objeto de medidas de gestión.
Sólo para el caso de las aves: Directiva 79/409/CEE del Consejo, de 2 de abril de 1979, relativa a
la conservación de las aves silvestres.
.
2 Categorías de amenaza en España según los correspondientes Atlas y Libros Rojos promovidos
por el Ministerio de Medio Ambiente (Pleguezuelos et al., 2002; Madroño et al., 2004; Palomo
& Gisbert, 2002)
CR= En Peligro Crítico, EN= En Peligro, VU= Vulnerable, NT= Casi amenazado, LC= Preocupación
menor, DD= Datos Insuficientes.
.
3 Status legal según el Real Decreto 439/90, de 30 de marzo, por el que se regula el Catálogo
Nacional de Especies Amenazadas, y posteriores modificaciones y ampliaciones: PE= En Peligro de
Extinción, V= Vulnerable, IE= De Interés Especial.
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ANFIBIOS
REPTILES
AVES
Nombre científico Nombre castellano Nombre gallego 1 2 3
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MAMÍFEROS
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GLOSARIO
Endrino: Prunus spinosa, arbusto espinoso de hojas pequeñas, flores blancas y fruto azulado con el que
se elabora el pacharán. Es el antepasado de los ciruelos.
Melojo o rebollo: Quercus pyrenaica, árbol parecido al roble carballoaunque propio de climas más secos
o fríos que éste, con las hojas más hendidas y pelillos en el envés.
Clima submediterráneo: clasificación climática característica de las zonas de clima templado con sequía
estival, generalmente próximas a áreas de clima mediterráneo.
Playa de cantos rodados: acumulación de rocas redondeadas por la acción erosiva del mar; en gallego, coídos.
Comunidad: en ecología, conjunto de especies de un grupo determinado que habitan un espacio geográfico
(p. ej. comunidades de anfibios, de aves de matorrales, de murciélagos...).
Píleo: en las aves, la parte más alta de la cabeza, situada por encima de los ojos, entre la frente y el cogote.
Endemismo: ser vivo exclusivo de un área geográfica restringida, fuera de la cual no aparece de forma natural.
Generalmente está relacionado con condiciones ecológicas específicas o con la presencia de barreras físicas
en el territorio.
Especie exótica: aquella introducida fuera de su área de distribución natural a raíz de las actividades
humanas, tanto por causa intencional como no intencional.
Especie invasora: aquella que se constituye en agente de cambio que amenaza a la diversidad biológica original.
Estuarina: propia de estuario, espacio con influencia mareal en la desembocadura de los ríos y que cuenta con
agua salobre, mezcla de aguas dulces y saladas.
Hibernar: proceso por el que un animal ralentiza su ritmo metabólico para pasar la estación desfavorable; letargo.
Inmaduro: ejemplar animal ya desarrollado e independizado, pero que aun no posee capacidad
reproductora.
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Invernar: pasar la época del año desfavorable, otoño e invierno, en un espacio determinado.
Maërl: fondos marinos mixtos formados por cascajos o restos de conchas y por una pequeña alga roja
calcárea de aspecto arborescente, Lithothamnion calcareum.
Melanismo: pigmentación negra de piel, pelo, pluma o escamas, debido a una anormal presencia de
melanina.
Microhábitat: ambiente reducido y diferenciado dentro de un hábitat, donde desarrollan su actividad ciertas
especies.
Nidificar: reproducirse, criar. Término usado para el grupo de las aves, que habitualmente construyen nidos.
Paseriformes: orden de las aves que agrupa a los verdaderos pájaros y que se caracteriza por tener patas
con tres dedos hacia adelante y uno hacia atrás.
Plumaje nupcial: en las aves, el plumaje que lucen en la época de celo y apareamiento, normalmente a
finales del invierno y de la primavera.
Población: : en ecología, conjunto de individuos de una misma especie entre los que se establece algún
tipo de relación.
Rabadilla: en las aves, la parte superior que se encuentra entre la cola y el dorso.
Región eurosiberiana: región biogeográfica que abarca la mayor parte de Europa, excepto determinadas
zonas de las franjas mediterránea y ártica, así como la zona noroeste de Asia.
Subespecie o raza: división taxonómica de rango inferior a la especie, que normalmente se origina en
hábitats o áreas geográficas diferenciadas.
Tundra: ecosistema herbáceo o de matorral, frecuentemente encharcado, propio de las zonas árticas.
Vertebrados: clase de animales caracterizada por la existencia de columna vertebral y de médula espinal.
Agrupa a peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos.
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Partes de una ave
ojo frente
píleo
pico
garganta
cuello
dorso
ala pecho
obispillo
vientre
cola
patas
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Para saber más
Arcea. 2001. Plan de Ordenación dos Recursos Naturais da Illa de Cortegada. Consellería de Medio
Ambiente. Xunta de Galicia. Informe inédito. Disponible en http://medioambiente.xunta.es/
Barbadillo, L.J.; Lacomba, J.I.; Pérez-Mellado, V.; Sancho, V. & López-Jurado, L.F. 1999. Anfibios y reptiles
de la Península Ibérica, Baleares y Canarias. GeoPlaneta. Barcelona.
De Juana, E. & Varela, J. 2000. Guía de las aves de España. Península, Baleares y Canarias. Lynx
Edicións. Barcelona.
Domínguez, J.; Tapia, L.E.; Martín, G.; Arenas, M.; Quintero, I.; Rego, L.E.; Vidal, M.J. 2003. Atlas de las
aves nidificantes de los archipiélagos de Cíes y Ons (Parque Nacional de las Islas Atlánticas).
Organismo Autónomo Parques Nacionales, Serie técnica. Madrid.
Galán, P. 2003. Anfibios y reptiles del Parque Nacional de las islas Atlánticas de Galicia. Faunística,
biología y conservación. Organismo Autónomo Parques Nacionales, Serie técnica. Madrid.
Galán, P. & Fernández-Arias, G. 1993. Anfibios e réptiles de Galicia. Edicións Xerais, Vigo.
Martí, R. & Del Moral, J.C. (eds.) 2003. Atlas de las aves reprodutoras de España. Dirección General
de Conservación de la Naturaleza-SEO/BirdLife. Madrid.
Mouriño, J.; Otero, X.L.; Sierra-Abraín, F. & Alonso, P. 2002. Guía de las Islas Cíes. Concello de Vigo. Vigo.
(ediciones en gallego, castellano, francés e inglés).
Mullarney, K.; Svensson, L.; Zetterström, D. & Grant, P.J. 2001. Guía de aves. La guía de campo de aves
de España y de Europa más completa. Ed. Omega, Barcelona.
Palomo, L.J. & Gisbert, J. 2002. Atlas de los Mamíferos Terrestres de España. Dirección General de
Conservación de la Naturaleza-SECEM-SECEMU, Madrid.
Pleguezuelos, J.M.; Márquez, R. & Lizana M. (eds.) 2002. Atlas y Libro Rojo de los Anfibios y Reptiles
de España. Dirección General de Conservación de la Naturaleza-Asociación Herpetológica Española,
Madrid.
Purroy, F.J. & Varela, J. 2003. Guía de los mamíferos de España. Península, Baleares y Canarias.
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Vilas, A.; Gamallo, B.; Framil, J.; Bonache, J.; Sanz, K.; Lois, M. & Toubes, M. 2005. Guía de visita. Parque
Nacional Marítimo-Terrestre de las Islas Atlánticas de Galicia. Organismo Autónomo Parques
Nacionales. Madrid. (ediciones en gallego y castellano).
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Normativa do Parque Nacional
En las islas hay pocos o no hay contenedores, por su impacto visual y por los problemas ambientales que
conllevan el transporte y almacenamiento de residuos. Colabora llevando tus residuos al puerto de origen.
Las colillas constituyen un residuo especialmente difícil de retirar en playas y caminos. Apágalas bien y
llevátelas.
Está prohibido introducir animales (excepto perros lazarillo) pues pueden interferir con especies nativas.
No esta permitido emitir ruídos que alteren la tranquilidad natural del lugar, molesta a los otros visitantes
y a la fauna de las islas.
Circular fuera de los caminos principales provoca el pisoteo de plantas y el deterioro de la vegetación; al
abrir atajos, aumenta la erosión.
La fauna no puede ser molestada ni se le debe dar de comer, ya que puede causar enfermedades y cambiar
sus costumbres de alimentación . Tampoco se pueden arrancar los seres vivos de las rocas como mejillones
y lapas, ni está permitido llevarse las conchas de las playas.
Las aguas del Parque actúan como uno de los pocos refugios de vida marina. La pesca deportiva está
prohibida.
El baño en el Lago de las Cíes está prohibido pues en sus aguas tranquilas y poco profundas crían muchas
especies marinas.
Existen zonas de reserva a las que no se puede acceder, como los acantilados o las dunas, bien porque
albergan importantes colonias de cría de aves, o por la fragilidad de su flora, entre otros motivos.
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Agradecimientos:
A Titín, Pipo, Marta, Cris, Mili, Sés, Viki, Nena y Kenny, y también
a Suso y Jorge de la oficina del Parque Nacional, por sus
comentarios sobre la guía. A Ricardo de las Cíes, a Luís y
Carmela de Ons y a Pepe y Julio de Sálvora, por sus
comunicaciones faunísticas y por su acogida en las islas.