Ciervo. ficha

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CIERVO (Cervus elaphus)

Ejemplar adulto de Ciervo rojo (Cervus elaphus), fotografiado en libertad en el Parque Natural Sierra de Baza.

FICHA TÉCNICA:

Orden: Artiodactilos
Familia: Cérvidos
Género: Cervus
Especie: Cervus elaphus
Subespecies: Cervus elaphus bolivari (el más común en la península ibérica) y Cervus
elaphus hispanicus (Limitado a la zona baja del Guadalquivir)
Longitud: de 160 a 250 cms.
Peso: Machos entre 150 y 200 Kg. Hembras entre 75 y 125 Kg.

DESCRIPCIÓN DE LA ESPECIE

El ciervo o venado es un animal esbelto, robusto, bien conformado y de porte majestuoso y


altivo. Su corpulencia puede variar de modo considerable, siendo la hembra bastante más
pequeña que el macho, del que difiere también por el color del manto. El ciervo que
conocemos nosotros es una especie muy antigua, de modo que se estima que hace unos
400.000 años tanto el ciervo como su cornamenta comenzaron a configurarse con sus
actuales características, aun cuando en los años posteriores evolucionó la forma de la
cuerna hasta hacerse más compleja en la corona de puntas que caracteriza a los machos
adultos. El ciervo es más activo durante el amanecer y atardecer, siendo su periodo de
menos actividad el centro del día. Es una especie marcadamente errática, de forma que
raramente pasa más de un día en un mismo lugar, sin molestarse nunca en preparar un
encame. El macho suele vivir en solitario, mientras que las hembras, junto con los
ejemplares más jóvenes, se organizan en rebaños que pueden ir desde 3 ó 4 ejemplares a
más de 20, normalmente dirigidos por una hembra experimentada, que coordina el rebaño
manteniendo una rígida jerarquía en la que participan tan solo las hembras más adultas.
Este rebaño matriarcal posee un territorio de verano y otro de invierno y ambos son
defendidos de la intrusión de otros grupos.

En su desplazamiento, los rebaños (Castells y Mayo, 1993) adoptan una ordenación lineal
que en los grupos de hembras está encabezado por la hembra adulta dominante, seguida
del resto, que se sitúan en función de la edad; mientras que en el período de celo el grupo
está cerrado por el macho dominante, posiblemente con la función de mantener reunido el
grupo.

Se han descrito (Ángel Cabrera, 1911) dos subespecies de ciervos en la península ibérica:
el Cervus elaphus hispanicus, circunscrito casi exclusivamente a las Marismas del
Guadalquivir y el C. e. bolivari, que ocupa el resto de la península ibérica. Ambas razas
presentan la singularidad respecto del prototipo europeo de carecer de largas crines
colgadas del cuello (J.L. Rodríguez, 1993).

Grado de amenaza: especie cinegética en España, por lo que no se encuentra en peligro.

DATOS DE LA ESPECIE

Ciervas entre la nieve. Sierra de Baza, febrero-2007.

Imagen cedida por su autor fuera de concurso.

- Longevidad: Un máximo de 20 años, aun cuando la media en torno a los 10 años

- Berrea y celo: Septiembre-octubre (final del verano). En esta época, que se puede
prolongar durante aproximadamente un mes, el macho se muestra en extremo
egoísta: no piensa más que en su apetencia sexual, olvidándose incluso de comer,
por lo que puede perder muchos kilos, entregándose a duros combates con otros
machos contendientes, en defensa de su harén o territorio, tratando en algunos
momentos a las hembras con violencia. A diferencia del macho la hembra de ciervo,
durante todo el año, incluida la época de celo, tiene como principal ocupación
conseguir alimento y solo reposa, normalmente pocas horas, en el corto período de
tiempo que transcurre entre la ovulación y la cópula.

- Gestación: Unos 8 meses.

- Época de parto: De mayo a julio.

- Duración del parto: Muy rápido, apenas 10 minutos.

- Número de crías por camada: Una. Excepcionalmente dos, que tienen lugar con un
intervalo mínimo de dos años, de modo que la hembra que cría un año no lo hace el
siguiente. Se estima que el índice reproductor medio es del 0,44-0,8 cría/hembra
adulta.
- Duración de la lactancia: Exclusivamente leche materna durante unos 3 meses. A
partir del 4º mes de vida continúa alternando la leche con alimento sólido. Durante el
primer año de vida de la cría y parte del segundo, hasta que la madre no entran en
un nuevo celo la cría acompaña a la madre, Posteriormente las hembras suelen
mantenerse en el mismo territorio que la madre, mientras que los machos jóvenes se
desplazan en busca de nuevos territorios, efectuando desplazamientos en torno a los
20 Kms.

- Madurez sexual: La hembra a los 2 ó 3 años. Los machos a los 3 aunque con
difíciles posibilidades de copular.

- Alimentación: Fitófago puro. Como pasto prefiere gramíneas y hierbas, mientras que
en el otoño busca las bellotas para acumular grasas para prepararse para el invierno.
Esta dieta básica se complementa con otras, así en la Sierra de Baza, está muy
marcada por el territorio, de modo que mientras que en la zona Nevado-Filábride se
completa básicamente con leguminosas como el aznacho, en la zona Alpujárride se
completa con romeros y labiadas

- Huellas: En sus huellas se marcan perfectamente dos pezuñas de unos 6-7 x 8 cms.
en el macho y 4-5 x 6 cms. en la hembra. La huella del pie delantero es más abierta
que la de la parte posterior. La huella de la hembra es más afilada que la del macho.

- Excrementos: Cilíndricos, a veces con apariencia esférica, con un extremo


redondeado o ligeramente cóncavo y el otro a menudo acabado en punta. Miden 20-
25 x 13-18 mm. Son negros brillantes cuando están frescos y se vuelven más pardos
al secarse.

- Dimorfismo sexual: Muy acentuado. La hembra carece de cuernas en todas las


etapas de su vida, siendo el macho el único que tiene cornamenta. El tamaño de los
cuernos no va a depender exclusivamente de la edad, de modo que la edad de un
ciervo macho no va poder determinarse por su cornamenta (sí puede hacerse con
rigor por los dientes), ya que el tamaño de los cuernos depende de otros
factores como la herencia biológica, vigor del ejemplar, estado de salud y
alimentación del animal. No obstante y con carácter genérico se estima que el
tamaño de la cuerna y número de puntas va aumentando con los años, hasta llegar a
un óptimo en torno a los 11-12 años, aunque variable según las poblaciones, que
comienza a disminuir en tamaño y calidad. La primera cuerna de un animal macho de
un año suele consistir en las típicas varas, es decir, no tiene ramificaciones, de aquí
toma el nombre de vareto, siendo su longitud en torno a los 60 cms, aun cuando se
han citado casos excepcionales de ramificaciones en ejemplares de solo un año con
hasta ocho puntas, que es la cuerna típica del segundo año, siendo típicas de los
ejemplares entre 3 y 4 años las cuernas con doce puntas, alcanzando su máximo
desarrollo en la madurez de su vida, que se estima es entre los 7 y 9 años
aproximadamente.

Proyecto Sierra de Baza


Detalle de la cabeza de una hembra adulta, en la que se aprecia la total ausencia de cuernos
© José Ángel Rodríguez
Detalle de la cabeza de un macho tras los primeras días del desmogue, apreciándose como los cuernos comienzan a
nacer. En esta fase de la vida del animal puede confundirse, a lo lejos, con una hembra, al dar la apariencia
de carecer de cuernas.

- Cornamenta del macho: En torno a la cuerna del ciervo hay toda una cultura de
conocimientos y datos. Posiblemente sea la parte de un animal más estudiada del
planeta. Con una reglamentación muy rigurosa de esta pieza como trofeo y todo un
léxico en torno a la misma. Cada una de las partes de la cuerna recibe las
denominaciones que pasan a describirse en la siguiente imagen:

DENOMINACIONES QUE RECIBE LAS DIFERENTES PARTES DEL CUERNO


© Proyecto Sierra de Baza

Además y en función de tamaño y características de la cuerna, recibe ésta los siguientes


nombres:

- Vareto: Dos astas rectas verticales con una sola punta.


- Horquillón: Cuando presenta dos puntas por cuerna.

Otras palabras relacionados con la cuerna son:

- Escoda: Cuando salen los cuernos aparecen cubiertos de una capa muy débil y
delicada conocida como terciopelo, que los ciervos eliminan restregándose en los
árboles y arbustos, a lo que se denomina escoda.

- Escodadero: El lugar de escoda.

- Desmogue: La caída natural de la cuerna del macho se produce todos los años a
final de invierno o principios de primavera.

El tamaño de la cuerna de los ciervos refleja su fertilidad


HUELLA
© Proyecto Sierra de Baza
En sus huellas se marcan perfectamente dos pezuñas de unos 6-7 x 8 cms. en el macho y 4-5 x 6 cms. en la hembra. La
huella del pie delantero (arriba) es más abierta que la de la parte posterior. La huella de la hembra (en la imagen) es más
afilada que la del macho.

OTROS RASTROS:

© Proyecto Sierra de Baza

Daños ocasionados en los árboles al rozar la cuerna

© Proyecto Sierra de Baza

Típicos daños ocasionados por el ciervo en un almendro al desgajar las ramas para comerse el fruto. Este tipo de
daño es habitual al final del verano, cuando la almendra ha alcanzado la maduración y escasea el alimento por
agostamiento de los prados naturales y hierbas.
© Proyecto Sierra de Baza
Excrementos de un macho. Son más grandes y alargados que los de la hembra.

© Proyecto Sierra de Baza


Excrementos de una hembra sobre un enebro rastrero, lo que permite tener una idea de su tamaño. Son más pequeños y
redoendados que los del macho.

© Andrés García-Granados

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