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INTRODUCCIÓN

HECHOS
DE LOS APÓSTOLES
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El título usual castellano de Hechos o Actos de los Apóstoles corresponde al
latino Actus o Acta Apostolorum y al griego Praxeis Apostolon. Es una denominación que
se encuentra desde mediados del siglo II en los manuscritos griegos, versiones antiguas y
citas de Padres y escritores eclesiásticos. Parece, sin embargo, que el título no procede del
autor mismo y que le fue dado al libro algún tiempo después de su composición. La obra no
es propiamente un relato sobre la actividad de los Apóstoles, sino una suerte de monografía
histórica que describe las primeras etapas del desarrollo del cristianismo en conexión con
los trabajos misioneros de los dos Apóstoles más destacados, es decir, Pedro y Pablo.
En las colecciones antiguas de los libros del Nuevo Testamento aparece algunas veces
unido a las cartas de San Pablo, antes o después; y otras veces junto con las cartas Católicas,
antes o después. Sin embargo, normalmente se sitúa detrás de los cuatro evangelios. De esa
manera, el volumen es como un puente entre los evangelios y las cartas apostólicas, ya que
muestra cómo los primeros discípulos imitaron a su Maestro, y predicaron lo que más tarde
escribieron; así, el lector puede situar en el espacio y en el tiempo a casi todos los autores
del resto del Nuevo Testamento: Pablo, Pedro, Santiago, Judas y Juan.
Las primeras líneas del Evangelio de San Lucas y del libro de los Hechos denotan que
los dos escritos tienen un mismo autor y forman parte de un mismo proyecto. En la
actualidad, los comentaristas prefieren subrayar la unidad de la obra de Lucas; en cambio,
en la antigüedad, los dos libros siempre aparecen separados, y los escritores cristianos los
comentan aparte. La autoridad de Hechos en la primitiva Iglesia es notoria, pues aparece
citado en los testimonios patrísticos más importantes de los primeros siglos 1 . Quizás el más
significativo sea el de Ireneo, que acude a Hechos para defender la apostolicidad de Pablo
frente a los ebionitas, y para refutar a Marción, que no admitía más que el evangelio de
Lucas y las cartas de Pablo 2 .
Del texto de los Hechos nos han llegado dos tradiciones distintas: la oriental, o texto
alejandrino, representada por la mayor parte de los códices, y la occidental, representada
por algún códice importante, como el de Beza, algunos papiros y las versiones latina y
siríaca. La tradición occidental es una décima parte más larga que la oriental; las adiciones
suelen ser explicaciones y pequeñas paráfrasis aclaratorias. Para explicar esta ampliación
del texto alguna vez se ha pensado en una segunda edición aclaratoria que Lucas pudo
escribir en Roma. Sin embargo, la explicación más probable es que la Iglesia tuvo
enseguida como canónico e inspirado al evangelio de Lucas; en cambio, Hechos, aunque
gozó de autoridad desde el inicio, tardó algo más en ser reconocido como libro canónico:
por eso algunos copistas se sintieron con mayor libertad para introducir pequeñas
aclaraciones.
De los primeros siglos conservamos un discreto número de comentarios: una serie de
homilías de San Juan Crisóstomo, y varias cadenas de glosas a los textos de Hechos, siendo
la más conocida la de San Efrén. Más tardío es el comentario de San Beda, que
normalmente recoge ideas anteriores.

1. ESTRUCTURA Y CONTENIDO

Los Hechos de los Apóstoles narran el establecimiento de la Iglesia y la propagación inicial


del Evangelio después de la Ascensión del Señor. Puede ser considerado un libro histórico,
algo así como la primera historia del cristianismo. Pero no es una simple crónica de sucesos.
El autor ha conseguido en su obra una magnífica unidad de teología e historia. El libro
relata los comienzos de la Iglesia con el fin principal de consolidar la fe de los cristianos,
que debían sentirse seguros en la firmeza de su origen y de su fundamento.
Secundariamente, el libro es un discreto precedente de los apologistas de los siglos II y III,
por cuanto viene a solicitar para los discípulos de Cristo la misma libertad y el mismo
respeto concedidos en el Imperio a las llamadas religiones lícitas, y especialmente al
judaísmo. El cristianismo aparece en los Hechos de los Apóstoles como una fe señera,
segura de Dios y de sí misma, que abomina de la oscuridad y de la vida de secta, y no teme
el debate público de sus principios y convicciones. Una extraordinaria alegría espiritual
penetra el conjunto de la narración. Es la alegría que viene del Espíritu Santo, de la certeza
sobre el origen sobrenatural de la Iglesia, de la contemplación de los hechos extraordinarios
con los que Dios acompaña a los predicadores de su Evangelio, de la protección divina que
defiende a los discípulos de las persecuciones.
Se han propuesto diversas divisiones del libro, a modo de secciones naturales, para
ayudar a leerlo y a comprender mejor su contenido. Desde el punto de vista de los planes
divinos de salvación reflejados en el libro, los veintiocho capítulos se dividen en dos
grandes partes, dispuestas antes y después del «Concilio» de Jerusalén, relatado al
comienzo del capítulo quince. La asamblea de Jerusalén constituye sin duda el centro
teológico del libro, por la singular importancia que tuvo para entender, según el deseo de
Dios, el carácter católico de la Iglesia y la primacía de la gracia sobre la Ley mosaica, así
como para impulsar la difusión universal del Evangelio.
Por otra parte, el relato parece un desarrollo pormenorizado del cumplimiento de las
palabras de Jesús dirigidas a los discípulos antes de su Ascensión: «Recibiréis la fuerza del
Espíritu Santo, que descenderá sobre vosotros, y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda
Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra» 3 . Desde esta perspectiva, Hechos narra el
primer balbuceo de la iglesia de Jerusalén, su ensanchamiento a las zonas vecinas de Judea
y Samaría, y su expansión por las regiones mediterráneas hasta llegar a Roma, la capital del
Imperio. En cada lance de los acontecimientos, el Espíritu Santo guía la acción de los
discípulos.
Sin embargo, dentro de ese plan, se perciben ciertas peculiaridades. Por ejemplo, los
doce primeros capítulos, salvo cuando se narra la conversión de Pablo, giran sobre todo en
torno a la persona de Pedro; en cambio, desde el capítulo trece, salvo los episodios del
Concilio de Jerusalén donde Pedro es protagonista, la narración sigue los pasos de Pablo.
Este doble foco de la narración se puede prolongar a las ciudades de Jerusalén y Antioquía:
los primeros capítulos narran la evangelización que nace de Jerusalén (Pedro) y después
constatan el vigor apostólico de la iglesia de Antioquía (Pablo).
Si tenemos en cuenta los episodios que forman el contenido de sus capítulos y jalonan
el curso de la historia de la predicación evangélica, los Hechos de los Apóstoles se pueden
dividir en cuatro partes, precedidas por una breve presentación:
PRESENTACIÓN (1,1-11). Enlaza con el Evangelio según San Lucas. El prólogo (1,1-5) se
refiere a las primeras palabras del evangelio (Lc 1,1-4), y el relato de la Ascensión (1,6-11)
a las últimas (Lc 24,50-53).
PRIMERA PARTE: LA IGLESIA EN JERUSALÉN (1,12-7,60). Narra la vida de la Iglesia naciente en
Jerusalén. Una vez elegido Matías para completar el grupo de los Doce (1,15-26), se relata
la venida del Espíritu Santo en Pentecostés (2,1-13) y la primera predicación apostólica
acerca de Jesucristo. La narración sigue con el crecimiento y la agrupación de la comunidad
en torno a Pedro y a los demás Apóstoles (2,14-47). Milagros y hechos extraordinarios
(3,1-10; 5,1-16) acompañan la predicación de los Doce. Con unos sumarios intercalados en
el texto (1,14; 2,42-46; 4,32-36; 5,12-16), Lucas describe la vitalidad espiritual de la
primitiva Iglesia. El aumento de los fieles (2,42.47; 4,4; 5,14; 6,1) reclama la elección de
los diáconos (6,1-5). La persecución que se desata en Jerusalén contra los cristianos
«helenistas» (aquellos que procedían de la diáspora judía) y el martirio de Esteban
(6,8-7,60) suponen la culminación de esta sección, y el desplazamiento de la acción a las
regiones limítrofes con Judea.
SEGUNDA PARTE: EXPANSIÓN DE LA IGLESIA FUERA DE JERUSALÉN (8,1-12,25). Relata la
dispersión de los cristianos helenistas que se habían diseminado a causa de la persecución y
predicaban el Evangelio por Judea, Samaría y Siria. La persecución había sido providencial
y la Iglesia comienza a abrir sus puertas a los gentiles. Se nos habla de la conversión del
etíope (8,26-39) y de la recepción del Bautismo por parte de numerosos samaritanos
(8,14-17). Se narran con bastante detalle la vocación de Pablo, llamado a ser Apóstol de las
gentes (9,1-19), y la conversión del centurión Cornelio (caps. 10-11), de extraordinario
significado para la superación de las barreras étnicas en la aceptación del Evangelio.
Termina con la muerte de Santiago, hermano de Juan, y la detención y liberación milagrosa
de San Pedro (12,1-19).
TERCERA PARTE: DIFUSIÓN DE LA IGLESIA ENTRE LOS GENTILES. VIAJES MISIONEROS DE SAN
PABLO. (13,1-20,38). Pablo es el instrumento elegido por Dios para extender el camino de la
salvación hasta los confines de la tierra. En esta tercera parte se relatan sus viajes
apostólicos con la propagación del Evangelio y la fundación de nuevas comunidades. Desde
este momento, cobra una singular importancia la labor misionera de la iglesia de Antioquía,
aunque el libro de los Hechos no deja de señalar que cada nuevo impulso evangelizador
pasa también por Jerusalén (9,26; 15,2; 20,16; 21,15).
CUARTA PARTE: SAN PABLO, PRISIONERO Y TESTIGO DE CRISTO (21,1-28,31). Con la llegada de
Pablo a Jerusalén comienza la última parte del libro, que describe la cautividad del Apóstol.
Éste, según el anuncio del Señor (23,11), será, desde ahora, prisionero y testigo de Cristo y
del Evangelio. Se narra con detalle su viaje, como preso, hasta Roma. Desde la Urbe queda
abierto el camino del Evangelio a todo el mundo.

2. COMPOSICIÓN Y MARCO HISTÓRICO

Autor y circunstancias de composición

Como el libro forma parte del mismo proyecto que el tercer evangelio, su autor y las
circunstancias de composición son las mismas que se han examinado en la Introducción al
Evangelio de San Lucas. Es más, como se ha observado también, las hipótesis para elucidar
el autor, el lugar y la fecha de composición se fundan más en este libro que en el evangelio:
es en Hechos donde se descubre con más claridad la imaginación sintética y el autor
concienzudo que ha meditado mucho las cosas antes de escribirlas.

Características literarias y teológicas

Hechos de los Apóstoles es un libro histórico, pero no es sólo historia desnuda sino también
enseñanza. La crítica liberal de siglos pasados quiso ver en sus narraciones productos
tardíos de la imaginación de un escritor anónimo, interesado en defender una determinada
imagen de Pablo y de la Iglesia. La obra no era para esos autores un documento histórico,
sino un escrito de compromiso compuesto para limar las tensiones entre las iglesias que
provenían del judaísmo y las procedentes de la gentilidad: en este sentido el libro era el
comienzo del catolicismo, pues quería presentar una idea de comunión y jerarquía en la
Iglesia que, según esos autores, no existió verdaderamente. Para otros comentadores, el
volumen señalaba el comienzo del cristianismo que se ha vivido en la Iglesia desde el siglo
II. Según éstos, Jesucristo y también San Pablo centraron su predicación en el fin inminente
del mundo; y cuando San Lucas advirtió que la segunda venida de Jesús se retrasaba,
concibió la idea de una historia de la salvación en diversas etapas: la que vivimos es la
última y la vivimos imitando a Jesús en la espera de su segunda venida.
Sin embargo, el juicio de los investigadores actuales es más preciso que esas
interpretaciones un tanto arbitrarias y superficiales. Ciertamente, el libro quiere ser vehículo
de un mensaje evangelizador, pero estas intenciones se conjugan en San Lucas con la labor
rigurosa de recogida, valoración e interpretación de fuentes, que nos permite considerarle
un excelente historiador. El libro resiste el examen de la crítica histórica.
En lo que se refiere a San Pablo, los sucesos narrados en Hechos recomiendan y
permiten una comparación con las cartas del Apóstol, que se convierten de ese modo en la
más importante confirmación de la historicidad del libro de San Lucas. Es verdad que Lucas
presenta a Pablo como una personalidad plenamente madura, desde el punto de vista
cristiano, una vez ocurrida su conversión. Esta comprensible simplificación de
circunstancias históricas y desarrollos espirituales no nos impide ver, sin embargo, que el
Pablo de los Hechos y el de las cartas son la misma persona. El Pablo de los Hechos es el
Pablo real, visto algo retrospectivamente a través de los ojos de un discípulo que es al
mismo tiempo un amigo 4 .
La veracidad histórica de Lucas se puede iluminar también con las Antigüedades
judías de Flavio Josefo, escritas unos veinte años después que los Hechos, y con los datos
de la arqueología. Con ayuda de Josefo podemos establecer la cronología del reinado de
Herodes Agripa I y apreciar la coincidencia al relatar, por ejemplo, su muerte 5 . Josefo nos
facilita asimismo la comprensión de las referencias a los judíos rebeldes, Judas de Galilea y
Teudas 6 . La caracterización de los prefectos Félix y Festo y del rey Herodes Agripa II es
también confirmada y completada por Josefo. Señalemos finalmente la confirmación del
proconsulado de Galión en Acaya mediante una inscripción encontrada en Delfos, cerca de
Corinto. Lo mismo se puede decir de los títulos y nombres de los funcionarios imperiales o
de los procesos judiciales: la precisión de Hechos se ha demostrado como una fuente para el
conocimiento de las costumbres e instituciones de la época.
Los discursos del libro 7 han sido objeto de numerosos y detallados estudios. Los
discursos pronunciados serían, como es lógico, más extensos que lo recogido en el libro, y
Lucas tendría fuentes más completas para unos que para otros. En cualquier caso destacan
por la presencia de elementos primitivos, es decir, de modos tradicionales judíos de leer e
interpretar la Sagrada Escritura. Aunque presentan una estructura semejante, acusan
también considerable variedad. Reflejan así la predicación original de la Iglesia y las
particularidades de autores, lugares y auditorios.
Según la pauta de los escritores helenistas y judíos, San Lucas usó fuentes. No fue
testigo ocular de todo lo que relata y no se conformó sin duda con simples informaciones.
Debió de emplear documentos de diverso género, como narraciones breves, resúmenes de
discursos, notas, diarios de viajes, sumarios, etc. Es muy probable que para redactar los
capítulos de la primera parte del libro se sirviera de materiales obtenidos en las diferentes
iglesias o derivados de los protagonistas principales. Algunos autores suponen: a) una
fuente antioquena que comprendería información sobre Esteban, Felipe, Bernabé y los
primeros tiempos de San Pablo; b) una colección de relatos acerca de San Pedro. Junto a
ellos, están, lógicamente, los apuntes del autor transcritos en primera persona del plural.
Pero, obviamente, se trata de una hipótesis.
Tampoco puede afirmarse con certeza si Lucas utilizó plenamente sus fuentes o dejó
fuera del libro materiales más o menos abundantes. Es evidente que el autor se condujo con
cierta libertad a la hora de integrar las fuentes en el conjunto del relato. Así, por ejemplo,
mientras los primeros tres años de la Iglesia ocupan los nueve primeros capítulos, el resto
del libro cubre unos veinticinco años. Es probable que Lucas omitiera lo que no consideró
necesario para su propósito, y que en ocasiones se decidiese a abreviar, repetir, combinar o
separar elementos recibidos. Lo cierto es que consiguió imprimir una magnífica unidad a
toda su obra, reflejando en todo momento la acción sobrenatural del Espíritu de Dios que
guiaba a la Iglesia.
3. ENSEÑANZA

La lectura de los Hechos de los Apóstoles nos sitúa, con hondura y sencillez, ante el
conjunto de la fe cristiana. San Lucas presenta al lector, con el propósito de instruirle, las
principales verdades cristianas, así como lo más importante de la incipiente vida
sacramental y litúrgica de la naciente Iglesia. Se aprecian también en el libro algunos
aspectos de la organización eclesiástica y diversas actitudes de los cristianos ante la vida
social y política de su tiempo.
La doctrina sobre Cristo, el Espíritu Santo y la Iglesia merece especial atención.

Jesucristo

Los Hechos fundamentan su doctrina acerca de Cristo en la vida terrena de Jesús y en su


exaltación, que son el núcleo del anuncio evangélico. Subrayan todos los aspectos del
misterio pascual —pasión, muerte, resurrección y ascensión—, de los cuales los Apóstoles
son «testigos», y que se explican como cumplimiento de los planes de Dios anunciados ya
en las profecías del Antiguo Testamento. Se aplican a Jesús diversos títulos cristológicos
que manifiestan su ser divino y su misión redentora, tales como Señor, Salvador, Siervo del
Señor, Justo, Santo y, sobre todo, Cristo —Mesías—, que se convierte en nombre propio.

El Espíritu Santo

San Lucas acentúa la importancia y la función determinante del Espíritu Santo en la vida
entera de la Iglesia. Aparece nombrado en 57 ocasiones. El Espíritu Santo, que es a la vez el
Espíritu de Dios y el Espíritu de Jesucristo, viene sobre los discípulos en Pentecostés para
manifestar públicamente la Iglesia y hace posible el comienzo de su actividad salvadora;
también es enviado al centurión Cornelio en la denominada Pentecostés de los gentiles. El
Espíritu es posesión y bien común de todos y cada uno de los cristianos, así como la fuente
de alegría y vibración espiritual que debe caracterizarles. Es el Espíritu quien llena y asiste
de modo especial a los cristianos ordenados para desempeñar los diversos ministerios
sagrados. El mismo Espíritu Santo guía a la Iglesia en la elección de los jerarcas y
misioneros, y la impulsa y protege en el desarrollo de su actividad evangélica. Se ha dicho
con razón que la segunda obra de San Lucas podría ser denominada el Evangelio del
Espíritu Santo.

La Iglesia

Los Hechos resultan indispensables para conocer la vida de la Iglesia en los primeros treinta
años de su historia. Nos la muestra como la prolongación de la obra de Jesucristo y el
instrumento de Dios para el cumplimiento de las promesas del Antiguo Testamento. Es por
tanto el verdadero Israel, un pueblo nuevo y universal de lazos espirituales, cuya naturaleza
es esencialmente misionera.
La Iglesia rebosa de la presencia invisible pero real de su Señor resucitado, que es el
centro del culto cristiano y el único Nombre que puede salvar a los hombres. La presencia
de Jesucristo se hace real y verdadera en la «fracción del pan», es decir, en el sacrificio
eucarístico, que se celebra ya por los discípulos en el domingo, primer día de la semana.
La vida de los cristianos se describe con rasgos sencillos y emocionantes. Se centra en
la oración, en la Eucaristía y en la doctrina de los Apóstoles, y se manifiesta en
disposiciones y hechos excelentes de desprendimiento, concordia y amor. San Lucas nos
ofrece este modo de vivir como patrón y modelo para las futuras generaciones de
discípulos.
El libro funde en admirable armonía la expectación de la segunda venida del Señor,
propia de todo el Nuevo Testamento, y la necesidad de concentrarse con perseverancia,
mediante la oración, el trabajo y el sufrimiento alegre, en la edificación terrena del Reino de
Dios.
Los Hechos, finalmente, nos instruyen acerca de la primitiva constitución de la jerarquía
eclesiástica y nos han conservado un relato de importancia singular sobre el primer Concilio
de la Iglesia.
HECHOS DE LOS APÓSTOLES Bautismo de Cornelio y su familia.
Prólogo. San Pedro explica en Jerusalén
La Ascensión. su actuación.
PRIMERA PARTE: Comienzos de la Iglesia en Antioquía.
LA IGLESIA EN JERUSALÉN Ayuda de Antioquía a la Iglesia en Judea.
I. EL GRUPO DE LOS Persecución de Herodes Agripa. Prisión
DISCÍPULOS EN JERUSALÉN y milagrosa liberación de San Pedro.
El Colegio Apostólico. Muerte de Herodes.
Elección de San Matías. San Bernabé y San Pablo vuelven
II. PENTECOSTÉS a Jerusalén.
La venida del Espíritu Santo. TERCERA PARTE:
Discurso de San Pedro. DIFUSIÓN DE LA IGLESIA ENTRE
Bautismo de los oyentes. LOS GENTILES. VIAJES MISIONEROS
Los primeros cristianos. DE SAN PABLO
III. ACTIVIDAD APOSTÓLICA VIII. PRIMER VIAJE APOSTÓLICO DE SAN
EN JERUSALÉN PABLO
Curación del cojo de nacimiento. Designación de San Pablo y de
Discurso de San Pedro en el Templo. San Bernabé.
Prisión de San Pedro y de San Juan. En Chipre.
Declaración ante el Sanedrín. Paso al Asia Menor.
Acción de gracias y oración de la Iglesia. Predicación en la sinagoga de Antioquía
Vida de los primeros cristianos. de Pisidia.
El engaño de Ananías y Safira. San Pablo y San Bernabé se dirigen
Crecimiento de la Iglesia. a los gentiles.
Nuevo encarcelamiento de los Apóstoles Evangelización en Iconio
y milagrosa liberación. y posterior persecución.
Los Apóstoles ante el Sanedrín. Curación de un cojo en Listra.
Intervención de Gamaliel. Lapidación de San Pablo.
Flagelación de los Apóstoles. Regreso hacia Antioquía.
IV. LOS «DIÁCONOS» Y SAN ESTEBAN IX. CONCILIO DE JERUSALÉN
Elección de los Siete. Conflicto con los judaizantes en Antioquía.
Prisión de San Esteban. San Pablo y San Bernabé van a Jerusalén.
Discurso de San Esteban ante el Sanedrín. Discurso de San Pedro al Concilio.
Martirio de San Esteban. Intervención de Santiago.
SEGUNDA PARTE: Resolución del Concilio.
EXPANSIÓN DE LA IGLESIA FUERA Efectos del decreto.
DE JERUSALÉN X. SEGUNDO VIAJE APOSTÓLICO DE SAN
V. LA IGLESIA EN SAMARÍA PABLO
Persecución contra la Iglesia. Silas, compañero de San Pablo.
Predicación de Felipe en Samaría. Timoteo acompaña a San Pablo.
Simón el mago. Visita a las iglesias de Asia.
San Pedro y San Juan en Samaría. Paso a Macedonia.
El pecado de simonía. Conversión de Lidia.
Bautismo del eunuco etíope. Curación de una endemoniada
VI. VOCACIÓN DE SAN PABLO y encarcelamiento de San Pablo.
Saulo, camino de Damasco. Bautismo del carcelero.
Ananías bautiza a Saulo. Liberación y salida de Filipos.
Inicio de la actividad apostólica En Tesalónica, dificultades con los judíos.
de San Pablo. Acogida en Berea.
Huida de San Pablo. San Pablo en Atenas.
San Bernabé y San Pablo, en Jerusalén Discurso en el Areópago.
con los Apóstoles. San Pablo en Corinto, con Aquila y Priscila.
Crecimiento de la Iglesia. Predicación a judíos y gentiles.
VII. ACTIVIDAD DE SAN PEDRO San Pablo ante Galión.
San Pedro cura en Lida a un paralítico. Regreso a Antioquía pasando por Éfeso.
San Pedro resucita en Jope a Tabita. XI. TERCER VIAJE APOSTÓLICO DE SAN
Visión del centurión Cornelio. PABLO
Éxtasis de San Pedro. Comienzo por Galacia y Frigia.
San Pedro, en casa del centurión. Apolo en Éfeso y Corinto.
Predicación de San Pedro a Cornelio. Discípulos de San Juan Bautista en Éfeso.
Predicación y milagros de San Pablo Los primeros cristianos.
en Éfeso. III. ACTIVIDAD APOSTÓLICA
Quema de libros mágicos. EN JERUSALÉN
Proyectos de viaje de San Pablo. Curación del cojo de nacimiento.
Motín de los plateros de Éfeso. Discurso de San Pedro en el Templo.
Paso a Macedonia. Comienza el regreso. Prisión de San Pedro y de San Juan.
Celebración de la Eucaristía y resurrección Declaración ante el Sanedrín.
de Eutico. Acción de gracias y oración de la Iglesia.
De Tróade a Mileto. Vida de los primeros cristianos.
Discurso de despedida a los presbíteros El engaño de Ananías y Safira.
de Éfeso. Crecimiento de la Iglesia.
CUARTA PARTE: Nuevo encarcelamiento de los Apóstoles
SAN PABLO, PRISIONERO Y TESTIGO y milagrosa liberación.
DE CRISTO Los Apóstoles ante el Sanedrín.
XII. SAN PABLO EN JERUSALÉN Intervención de Gamaliel.
De Mileto a Cesarea. Flagelación de los Apóstoles.
El profeta Ágabo. IV. LOS «DIÁCONOS» Y SAN ESTEBAN
Llegada a Jerusalén y encuentro Elección de los Siete.
con los cristianos. Prisión de San Esteban.
San Pablo, apresado en el Templo Discurso de San Esteban ante el Sanedrín.
de Jerusalén. Martirio de San Esteban.
Discurso de defensa ante el pueblo. SEGUNDA PARTE:
San Pablo, ciudadano romano. EXPANSIÓN DE LA IGLESIA FUERA
Discurso ante el Sanedrín. DE JERUSALÉN
Conjuración de los judíos contra San Pablo. V. LA IGLESIA EN SAMARÍA
XIII. DE JERUSALÉN A ROMA Persecución contra la Iglesia.
Traslado a Cesarea. Predicación de Felipe en Samaría.
Proceso ante el Procurador romano Félix. Simón el mago.
Nueva comparecencia ante Félix. San Pedro y San Juan en Samaría.
Festo reanuda el proceso. San Pablo apela El pecado de simonía.
al César. Bautismo del eunuco etíope.
Festo informa a Agripa. VI. VOCACIÓN DE SAN PABLO
San Pablo ante el rey Agripa. Saulo, camino de Damasco.
Discurso de San Pablo. Ananías bautiza a Saulo.
Efecto en los oyentes. Inicio de la actividad apostólica
Camino de Roma. Navegación hasta Creta. de San Pablo.
Reanudación del viaje contra el parecer Huida de San Pablo.
de San Pablo. San Bernabé y San Pablo, en Jerusalén
Tempestad. con los Apóstoles.
Visión de San Pablo y exhortación Crecimiento de la Iglesia.
a los viajeros. VII. ACTIVIDAD DE SAN PEDRO
Naufragio y rescate. San Pedro cura en Lida a un paralítico.
Estancia en Malta. San Pedro resucita en Jope a Tabita.
Llegada a Roma. Visión del centurión Cornelio.
San Pablo y los judíos de Roma. Éxtasis de San Pedro.
Actividad apostólica de San Pablo San Pedro, en casa del centurión.
en Roma. Predicación de San Pedro a Cornelio.
HECHOS DE LOS APÓSTOLES Bautismo de Cornelio y su familia.
Prólogo. San Pedro explica en Jerusalén
La Ascensión. su actuación.
PRIMERA PARTE: Comienzos de la Iglesia en Antioquía.
LA IGLESIA EN JERUSALÉN Ayuda de Antioquía a la Iglesia en Judea.
I. EL GRUPO DE LOS Persecución de Herodes Agripa. Prisión
DISCÍPULOS EN JERUSALÉN y milagrosa liberación de San Pedro.
El Colegio Apostólico. Muerte de Herodes.
Elección de San Matías. San Bernabé y San Pablo vuelven
II. PENTECOSTÉS a Jerusalén.
La venida del Espíritu Santo. TERCERA PARTE:
Discurso de San Pedro. DIFUSIÓN DE LA IGLESIA ENTRE
Bautismo de los oyentes.
LOS GENTILES. VIAJES MISIONEROS Predicación y milagros de San Pablo
DE SAN PABLO en Éfeso.
VIII. PRIMER VIAJE APOSTÓLICO DE SAN Quema de libros mágicos.
PABLO Proyectos de viaje de San Pablo.
Designación de San Pablo y de Motín de los plateros de Éfeso.
San Bernabé. Paso a Macedonia. Comienza el regreso.
En Chipre. Celebración de la Eucaristía y resurrección
Paso al Asia Menor. de Eutico.
Predicación en la sinagoga de Antioquía De Tróade a Mileto.
de Pisidia. Discurso de despedida a los presbíteros
San Pablo y San Bernabé se dirigen de Éfeso.
a los gentiles. CUARTA PARTE:
Evangelización en Iconio SAN PABLO, PRISIONERO Y TESTIGO
y posterior persecución. DE CRISTO
Curación de un cojo en Listra. XII. SAN PABLO EN JERUSALÉN
Lapidación de San Pablo. De Mileto a Cesarea.
Regreso hacia Antioquía. El profeta Ágabo.
IX. CONCILIO DE JERUSALÉN Llegada a Jerusalén y encuentro
Conflicto con los judaizantes en Antioquía. con los cristianos.
San Pablo y San Bernabé van a Jerusalén. San Pablo, apresado en el Templo
Discurso de San Pedro al Concilio. de Jerusalén.
Intervención de Santiago. Discurso de defensa ante el pueblo.
Resolución del Concilio. San Pablo, ciudadano romano.
Efectos del decreto. Discurso ante el Sanedrín.
X. SEGUNDO VIAJE APOSTÓLICO DE SAN Conjuración de los judíos contra San Pablo.
PABLO XIII. DE JERUSALÉN A ROMA
Silas, compañero de San Pablo. Traslado a Cesarea.
Timoteo acompaña a San Pablo. Proceso ante el Procurador romano Félix.
Visita a las iglesias de Asia. Nueva comparecencia ante Félix.
Paso a Macedonia. Festo reanuda el proceso. San Pablo apela
Conversión de Lidia. al César.
Curación de una endemoniada Festo informa a Agripa.
y encarcelamiento de San Pablo. San Pablo ante el rey Agripa.
Bautismo del carcelero. Discurso de San Pablo.
Liberación y salida de Filipos. Efecto en los oyentes.
En Tesalónica, dificultades con los judíos. Camino de Roma. Navegación hasta Creta.
Acogida en Berea. Reanudación del viaje contra el parecer
San Pablo en Atenas. de San Pablo.
Discurso en el Areópago. Tempestad.
San Pablo en Corinto, con Aquila y Priscila. Visión de San Pablo y exhortación
Predicación a judíos y gentiles. a los viajeros.
San Pablo ante Galión. Naufragio y rescate.
Regreso a Antioquía pasando por Éfeso. Estancia en Malta.
XI. TERCER VIAJE APOSTÓLICO DE SAN Llegada a Roma.
PABLO San Pablo y los judíos de Roma.
Comienzo por Galacia y Frigia. Actividad apostólica de San Pablo
Apolo en Éfeso y Corinto. en Roma.
Discípulos de San Juan Bautista en Éfeso.

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