tema 1 y 2 civil
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2. Derecho de sucesiones
El derecho sucesorio es una rama del derecho civil privado que regula el destino de los
derechos, bienes y deudas de una persona después de su fallecimiento, incluyendo
tanto el activo como el pasivo. Aunque su principal objetivo es la transmisión
patrimonial mortis causa, el fallecimiento también puede dar lugar a otros derechos,
como la pensión de viudedad, que corresponde al cónyuge sobreviviente y no forma
parte del derecho sucesorio. Asimismo, el seguro de vida genera una indemnización
que se entrega al beneficiario designado, quien puede ser heredero o no.
3. Fundamento de la sucesión
En cuanto a la discapacidad, las normas del Código Civil han sido adaptadas para
responder a las necesidades de los herederos con discapacidad. El impuesto de
sucesiones, aunque mal visto por algunos, también forma parte de la función social. Es
un impuesto progresivo, lo que significa que cuanto mayor es el patrimonio, mayor es
la carga.
Cuando fallece una persona, el primer trámite que se debe realizar es la solicitud del
certificado de defunción al RC (presencial, correo o telemática). Este certificado
incluye información clave, como la identidad del fallecido, la causa de la muerte y la
fecha de defunción, que marca la apertura de la sucesión. También es importante pedir
el certificado de actos de última voluntad, que informa si el fallecido dejó
testamento y, en caso afirmativo, dónde se encuentra.
Además, los herederos pueden solicitar información sobre seguros de vida del
fallecido, no forman parte de la herencia, pero pueden tener implicaciones fiscales,
tributan en el impuesto de sucesiones. Los principales problemas prácticos incluyen
demoras en la obtención de documentos y en la respuesta de las notarías, lo que
puede afectar los plazos para la declaración del impuesto de sucesiones.
La aceptación de la herencia suele ser expresa, aunque puede ser tácita en ciertos
casos. Sin embargo, la liquidación del impuesto de sucesiones no se considera una
aceptación tácita, pagar el impuesto no equivale a aceptar legalmente la herencia. En
general, el plazo para liquidar este impuesto comienza con la apertura de la sucesión,
aunque en algunos casos relacionados con la filiación, ha habido debate sobre si debe
iniciarse con el proceso judicial.
Este impuesto no depende de la vecindad civil del causante, sino del lugar de
residencia del fallecido durante los últimos 5 años. Las parejas de hecho registradas y
con más de 2 años de convivencia se incluyen en el grupo 2.
Los bienes inmuebles deben registrarse a nombre del heredero que los adjudique, y
el registrador solicitará la liquidación del impuesto antes de cualquier transacción. Los
seguros de vida o indemnizaciones también tributan como parte del impuesto de
sucesiones, y se liquidan separadamente. Si se repudia la herencia, pero se reclama el
seguro, solo se liquidará el impuesto sobre el seguro, aplicando las bonificaciones
correspondientes.
2. VOCACIÓN HEREDITARIA
3. DELACIÓN DE LA HERENCIA.
Para tener "ius delationis", hay que ver si hay testamento o no. Si lo hay, hay que ver
lo que dice, y si no lo hay, se hace una delación de herederos ab intestato. Cuando hay
varios herederos, no es necesario que acepten o repudien de forma conjunta. En caso
de repudio, la sucesión puede abrirse ab intestato y será otro pariente quien herede,
como un hermano. Esto se puede prever en el testamento mediante una figura llamada
"sustitución vulgar".
4. ADQUISICION DE LA HERENCIA
Cuando alguien acepta una herencia, se convierte en heredero, asumiendo tanto los
activos como los pasivos. Esto significa que el heredero se convierte en deudor de las
deudas del causante. Si acepto una herencia de un padre que tiene activos de 100 pero
deudas de 80, responderé por las deudas. Si acepto una herencia con activos de 100 y
deudas de 1000, tendré que pagar esas 1000.
Con el sistema de adquisición, aunque haya pasado mucho tiempo desde la apertura
de la sucesión, la aceptación tiene efecto retroactivo. Es decir, si acepto la herencia 3
años después, la acepto retroactivamente desde la apertura de la sucesión. Lo mismo
ocurre con el repudio, que se retro actúa al momento del fallecimiento del causante
Prescripción adquisitiva: El artículo 1934 del Código Civil establece que los plazos
de prescripción siguen su curso después de la muerte del causante. Por ejemplo, si el
causante tenía una deuda de 200.000 euros y el plazo de prescripción es de 5 años, el
acreedor podrá alegar la prescripción extintiva si transcurren 4 meses más después del
fallecimiento. Si la persona que gestiona la herencia yacente no solicita la interrupción
de la prescripción, el derecho puede extinguirse.
El Código Civil distingue dos figuras dentro de los causantes: el heredero es quien
hereda a título universal, mientras que el legatario es un mero adquirente de bienes
específicos. El heredero tiene una vocación universal sobre todos los bienes de la
herencia y es considerado frente a otros. La diferencia principal es que el legatario solo
aparece en el testamento; en las sucesiones intestadas no hay legatarios, solo
herederos.
El heredero hereda de manera global, tanto los activos como los pasivos de la herencia,
y puede ser designado como único heredero o recibir una parte de la herencia (por
ejemplo, un 50% para uno y un 40% para otro). En cualquier caso, el heredero tiene
vocación expansiva, lo que significa que si aparecen bienes de los cuales el testador no
dispuso, los herederos los adquirirán en proporción a lo que les corresponde en la
herencia.
Cuando un heredero acepta la herencia, asume tanto los activos como las deudas del
causante. Según el artículo 1998 del Código Civil, la herencia puede ser aceptada pura
y simplemente o con beneficio de inventario. Si se acepta pura y simplemente, el
heredero responde de manera ilimitada, es decir, con todos sus bienes presentes y
futuros. Si la aceptación es con beneficio de inventario, el heredero solo responde
hasta el valor de los bienes heredados. Es posible que entre los herederos unos
acepten con beneficio de inventario y otros sin él.
Partición de la Herencia
El sistema del Código Civil establece que, una vez que el heredero acepta la herencia,
la posesión de los bienes hereditarios se entiende transmitida al heredero sin
interrupción, desde el momento de la muerte del causante. Si un heredero repudia la
herencia, se considera que no ha poseído los bienes. La aceptación de la herencia tiene
efectos retroactivos, lo que significa que el heredero adquiere los bienes desde la
apertura de la sucesión. En el caso de un legado, el legatario adquiere la propiedad de
los bienes legados desde el momento de la muerte del causante, pero no la posesión,
que sigue estando en manos del heredero.
El heredero tiene la posesión civil de los bienes heredados, lo que le permite reclamar
la posesión de los bienes sin tener un título de propiedad formal. Si el causante tenía
una posesión viciosa (por ejemplo, ocupaba bienes sin derecho), el heredero no está
afectado por los vicios de la posesión del causante, a menos que haya tenido
conocimiento de ellos.
1. Sucesión voluntaria
La sucesión se defiere por la voluntad manifestada en testamento, o por disposición de
la ley. El testamento es el ‘acto por el cual una persona dispone para después de su
muerte de todos sus bienes o parte de ellos’. Entonces la sucesión puede ser:
Una persona puede ser heredero tanto por testamento (sucesión testada) como por ley
(sucesión intestada). Esto significa que, si en el testamento no se menciona algo, esa
parte de los bienes se considerará que se heredan por sucesión intestada, es decir, por
lo que la ley dispone. En este caso, el heredero tiene una "doble delación", siendo
heredero tanto por testamento como por la ley. Un ejemplo de esto sería si un testador
deja a sus hijos un 50% de la herencia y no especifica nada sobre el otro 50%, este
50% restante se consideraría que se hereda por sucesión intestada, y los hijos
heredarían de ambas maneras.
El artículo 658 del Código Civil permite la coexistencia de las sucesiones testada e
intestada, ya que el testador puede no disponer de todo su patrimonio o que el
testamento sea parcialmente ineficaz. En consecuencia, una persona puede ser
llamada a la herencia por ambas vías, aplicándose regímenes jurídicos distintos a cada
tipo de delación.
El artículo 990 establece que la aceptación o repudiación de la herencia debe ser total
si hay una única delación. Si un heredero es llamado por testamento y por ley, y
repudia la herencia testada, también se entiende repudiada la intestada, salvo que
exista "doble delación" (llamamientos independientes), en cuyo caso puede optar por
aceptar una y rechazar la otra. El artículo 1009 refuerza esta idea para evitar que se
eluda la voluntad del testador. Por ejemplo, si un hijo único repudia la herencia testada
debido a cargas impuestas en el testamento, también se considera repudiada la
intestada.
Este sistema equilibra el respeto a la voluntad del testador con la posibilidad de que el
heredero ejerza su libertad dentro de las limitaciones legales.
El Código Civil parte del principio de libertad de testar, pero establece restricciones en
presencia de herederos forzosos. Según el artículo 763, si el testador no tiene
herederos forzosos, puede disponer libremente de todo su patrimonio. Sin embargo, si
los tiene, debe respetar las normas de la legítima, reguladas en la sección V del Código
Civil.
El artículo 815 permite cumplir con la legítima a través de distintos títulos (herencia,
legado o donación). Los legitimarios pueden ser herederos testamentarios, legatarios o
herederos abintestato. No obstante, un legitimario solo estará obligado al pago de
deudas si es instituido heredero, ya sea por testamento o por sucesión intestada.
5. Contenido de la herencia
Las relaciones jurídicas del causante no se extinguen con su muerte, sino que se
transfieren al heredero, quien asume su posición jurídica. Esta transmisión se realiza en
bloque, no de forma individual.
Según el artículo 659 del Código Civil, la herencia comprende todos los bienes,
derechos y obligaciones del causante que no se extingan con su fallecimiento. Solo los
bienes y derechos transmisibles forman parte de la herencia, mientras que aquellos
que se extinguen con la muerte quedan excluidos. El "caudal relicto" se refiere al
patrimonio que el causante deja al momento de su fallecimiento.
Algunos derechos vinculados a la muerte del causante operan fuera de las normas
generales de sucesión. Por ejemplo, en arrendamientos urbanos (art. 16 LAU), el
contrato puede transmitirse al cónyuge o pareja de hecho que conviviera con el
arrendatario al menos dos años antes de su fallecimiento (o sin este plazo si hay hijos
comunes), a los descendientes, ascendientes, hermanos o parientes colaterales con
discapacidad del 65%, siempre que hubieran convivido los dos años previos. Si hay
varias personas en esta situación, se prioriza según proximidad de parentesco,
discapacidad, cargas familiares o edad.
Las deudas del causante que no se extinguen con su muerte forman parte del pasivo
de la herencia, incluidas las indemnizaciones derivadas de su responsabilidad civil,
tanto contractual como extracontractual (por ejemplo, daños causados en un
accidente).
Sin embargo, la responsabilidad penal no se transmite mortis causa, por lo que las
penas y multas no se heredan. Lo mismo ocurre con las sanciones
administrativas aplicadas a personas físicas y las sanciones tributarias, que
tampoco se trasladan a los herederos.
Derechos nacidos, no ejercitados o en trámite de ser ejercitados por el
causante:
Los derechos nacidos, pero no ejercitados o en trámite por el causante forman parte de
la herencia, incluida la indemnización por daños regulada por la Ley 35/2015.
La disolución del matrimonio por fallecimiento (art. 85 CC) obliga a liquidar el régimen
económico matrimonial, que afecta directamente la composición de la herencia según
el régimen aplicable:
Este tema suele estar regulado en las condiciones generales de cada red social, que
rara vez se leen. La cuestión es si los contenidos digitales forman parte del objeto de la
sucesión mortis causa. Un caso emblemático ocurrió en Alemania, relacionado con
Facebook. La fallecida tenía 15 años y circunstancias de muerte inusuales, lo que llevó
a sus padres a solicitar el cierre de su cuenta y acceso a su contenido.
Cuando una persona fallece durante un litigio o antes de interponer una demanda, se
aplican dos escenarios distintos. Si la persona fallece antes de iniciar el proceso, el
artículo 32 del Código Civil establece que la personalidad jurídica se extingue con la
muerte, lo que impide que se pueda demandar a alguien que ya ha muerto. En este
caso, el procedimiento se termina y se debe plantear uno nuevo. Si el fallecido es el
demandado, el acreedor debe dirigir la demanda a los herederos. Si es el acreedor el
que fallece, la demanda debe ser interpuesta contra sus herederos.