Tema 11

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Remón García, Lucía

TEMA 11. LA SUCESIÓN MORTIS


CAUSA.
I. DERECHO DE SUCESIONES

1. El Derecho de Sucesiones: contenido

El Derecho de Sucesiones lo identificamos como la rama del derecho que versa sobre las
consecuencias jurídicas de la muerte de una persona, es decir, comprende el conjunto de normas
que regulan la que se llama sucesión mortis causa.

El Código Civil regula esta materia en el Libro III, Título III.

2. Marco normativo del Derecho de Sucesiones

El Derecho de Sucesiones no es una materia exclusiva del Estado, por lo que, hay que tener en
cuenta el artículo 149.1.8ª, que dice lo que en legislación civil será competencia exclusiva del
Estado. Sin embargo, entre estas competencias no se encuentra el Derecho de Sucesiones, por lo
que se permite que las CCAA con Derecho Foral propio regulen su propio derecho sucesorio.

Justamente el derecho sucesorio es la parte más importante de todos los derechos forales porque
en materia de familia se separan poco de lo que determina el Código Civil, sin embargo, en materia
de sucesiones hay diferencias muy relevantes.

En relación con esta cuestión, es relevante saber cual es el criterio al que hay que atender para
determinar que ley hay que aplicar a una sucesión por causa de muerte. Por tanto, para
determinar cual es el derecho aplicable en una sucesión mortis causa hay que acudir a la vecindad
civil del causante en el momento de su fallecimiento con independencia del lugar en el que se
encuentren los bienes que integran su patrimonio (artículo 9.1 y 9.8 Cc)

II. SUCESIÓN POR CAUSA DE MUERTE O MORTIS CAUSA

1. Concepto (arts. 657 y 661 Cc.)

Cuando muere una persona, el ordenamiento jurídico prevé que otra le sustituya en los bienes,
derechos y obligaciones que el causante tenía en vida. Por tanto, se sustituye a la persona que ha
muerto en un conjunto de relaciones jurídicas

2. Sujetos (de cuius, causahabiente)

Identificamos dos sujetos:

 La persona que muere es la persona que causa la sucesión, y por eso, se le denomina
causante. También es un término muy común el de cuius, porque es la persona de cuya
sucesión se trata.

 Las personas que van a ocupar el lugar del causante, que son los sucesores o
causahabientes.

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3. Objeto: la herencia (art. 659 Cc.)

El objeto es la herencia, la cual comprende todos los bienes, derechos y las obligaciones de una
persona que no se extinguen con su muerte.

El Código Civil se limita a decir que los derechos y obligaciones que se extingan por su muerte no
pasa a sus sucesores, pero no se dice cuáles son; sin embargo, se entiende como regla, según la
jurisprudencia, que son todos los derechos intransmisibles, que los podemos distinguir en:

- Los de carácter público: Es decir, no se puede suceder a una persona en un cargo público,
ni el derecho de sufragio pasivo o activo, tampoco los derechos que derivan de la vecindad
civil o de la nacionalidad del causante

- Los derechos de personalidad: La libertad ideológica, religiosa, etc. Que ejerciera el


causante. Como excepción, sí se permite que los sucesores de una persona que ha
fallecido ejerciten las acciones en defensa de su honor cuando éste resultase dañado.

- Los derechos personalísimos: Son los ligados a cualidades o circunstancias concretas de


cada persona, por ejemplo, cabe incluir el derecho a alimentos, la pensión de viudedad, el
contrato de trabajo…

- Los derechos patrimoniales que se constituyeron con una duración limitada a la vida del
causante. Por ejemplo, si el causante tenía un derecho de usufructo, éste desaparece con
su muerte. O también la renta vitalicia.

III. CLASES DE SUCESIÓN MORTIS CAUSA

La clasificación puede hacerse en arreglo a dos criterios; podemos clasificar la sucesión mortis
causa con arreglo por un lado al criterio relativo al origen de la sucesión y por otro lado,
atendiendo al objeto de la sucesión.

1. Voluntaria y legal o abintestato (art. 658 Cc.)

Según el origen de una sucesión mortis causa podemos hablar de sucesión voluntaria o sucesión
legal.

A) Sucesión voluntaria: Tiene lugar cuando el causante es el que ha ordenado su sucesión


libremente, es decir, cuando él ha designado quienes van a ser sus sucesores. Esta sucesión
voluntaria a la vez puede ser de dos tipos:

- Testamentaria: aquella en la que el causante designa sus sucesores a través de un


testamento

- Contractual: cuando el causante se vale para esto de un pacto o un convenio que firman
con otras personas. Lo característico de esta sucesión es que el causante una vez que
emite esta voluntad junto con otras personas ya no lo puede revocar unilateralmente, es
decir, queda vinculado y necesitaría el consentimiento de todos los que participaron para
poder cambiarlo.

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Por lo que se diferencian en que el testamento puede ser revocado las veces que se quiera, sin
embargo, en la sucesión contractual esta revocación unilateral no es posible.

El Código Civil como regla la sucesión contractual está prohibida, sin embargo, casi todos los
derechos forales la contemplan como una posibilidad; concretamente el derecho aragonés es uno
de los derechos forales que permiten la sucesión contractual.

B) Sucesión legal o abintestato: Tiene lugar cuando el causante no ha designado sucesores, es


decir, no ha otorgado testamento. El Código Civil, determina las personas que le van a suceder;
esta sucesión se va a llamar intestada. En ausencia de testamento son llamados a sucesión los
parientes del causante siguiendo un criterio de proximidad de grado (Artículo 930 Cc).

2. A título universal y a título particular (arts. 660 y 661 Cc.)

A) Sucesión a título universal: La sucesión a título universal tiene lugar cuando el sucesor pasa a
ser titular de todas las relaciones jurídicas del causante y por eso se habla de heredero universal.

B) Sucesión a título particular: Cuando el causante asigna a una persona únicamente


determinados bienes o derechos. Esta persona también es sucesora mortis causa del que ha
fallecido, pero a título particular. Esta persona es conocida comúnmente como legatario.

IV. FASES DE LA SUCESIÓN MORTIS CAUSA

Comprende 4 momentos que pueden no coincidir en el tiempo.

1. Apertura

Se produce con la muerte de una persona o cuando es declarada fallecida. Como diferencia entre
declaración de fallecimiento y muerto; en la primera no hay cadáver puesto que a veces no se
encuentra el cadáver y se entiende por muerto.

Si la muerte o declaración de fallecimiento es el presupuesto de la apertura es evidente que la


sucesión mortis causa es de una persona física, no de una persona jurídica. Sin embargo, las
personas jurídicas sí que pueden ser sucesoras de alguien que ha fallecido; por ejemplo, dejo mis
bienes a una asociación.

Cuando se abre la sucesión el legislador prevé unas medidas de conservación del patrimonio del
que ha fallecido en aquellos casos en que no ha habido testamento ni se conocen de forma
inmediata parientes con derecho a suceder.

El lugar de la apertura de la sucesión será el último domicilio del causante, que no tiene por qué
coincidir con el lugar del fallecimiento.

2. Vocación

Se produce el llamamiento de las personas que tienen derecho a heredar y para ello se tiene en
cuenta el testamento si lo hay, y en su defecto el grado de parentesco.

3. Delación (ius delationis)

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Es el ofrecimiento de la herencia a las personas que han sido llamadas por medio de la vocación
para que la acepten o la repudien. La delación atribuye a los llamados el que se llama ius delationis
que es el derecho que tienen a aceptar o repudiar.

Por tanto, cuando el notario llama a una persona, en el mismo acto se le ofrece la herencia para
aceptar o repudiar.

Hay personas que repudian la herencia porque estas conllevan cargas o porque no se esté en
condiciones de pagar el impuesto de sucesiones, el cual hay que pagarlo inmediatamente.

Normalmente se realizan en el mismo momento la vocación y la delación, pero también puede


haber diferencia temporal.

4. Adquisición

Tiene lugar con la aceptación del sucesor. Siempre que se acepta sus efectos se retrotraen al
momento del fallecimiento del causante (Artículo 989 Cc). Por tanto, la posesión de los bienes
hereditarios se entiende transmitida al sucesor sin interrupción desde la muerte del causante y sin
necesidad de que haya ocupación material de los mismos.

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