Esqueletico y Muscular

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1.

EL APARATO LOCOMOTOR: EL
SISTEMA ESQUELÉTICO

El aparato locomotor elabora las respuestas motoras en la función de


relación. Está integrado por el sistema esquelético y el sistema
muscular.

El sistema esquelético está constituido por los huesos, los cartílagos y


las articulaciones. Sirve de soporte del cuerpo, protege las vísceras y
participa en el movimiento.

1.1 LOS HUESOS

Los huesos son estructuras duras que integran el esqueleto junto con los
cartílagos. Están formados por tejido óseo.

Existen tres tipos principales de huesos: largos, planos y cortos.


Huesos largos

Tienen forma alargada. Se localizan en las extremidades. En ellos se


diferencian dos zonas: la diáfisis y la epífisis.

Algunos ejemplos son la tibia, el fémur o el húmero.


Huesos planos

Tienen aspecto de placa.

Son, por ejemplo, los huesos del cráneo, el esternón o el omóplato.

Huesos cortos
Poseen un tamaño reducido.

Son ejemplos la cadena de huesecillos del oído medio o los de la muñeca.

1.2 LOS CARTÍLAGOS

Los cartílagos son estructuras integradas por tejido cartilaginoso. Son


más blandas y flexibles que los huesos y forman, junto con ellos, el
esqueleto.

Se localizan en la parte anterior de la nariz, en las orejas, entre las


vértebras (discos intervertebrales), en las articulaciones y en las zonas de
crecimiento de los huesos. También forman el esqueleto del feto, que
después se osifica.

1.3 LAS ARTICULACIONES


Las articulaciones son estructuras que se localizan en la zona de
contacto entre dos huesos o un hueso y un cartílago.

Según la movilidad que permitan entre los elementos que unen, se


distinguen tres tipos: inmóviles, semimóviles y móviles.

Los componentes de las articulaciones móviles


Ligamentos

Son un conjunto de fibras de tejido conjuntivo denso que unen entre sí los huesos
de la articulación.

Cartílago articular

Es la estructura que recubre la superficie de los huesos y evita que rocen unos con
otros.

Bolsa sinovial

Es una estructura que se sitúa entre los cartílagos articulares y está rellena de una
sustancia lubricante: el líquido sinovial.
Principales huesos del cuerpo humano
2. LA SALUD Y EL SISTEMA
ESQUELÉTICO

Las enfermedades del sistema esquelético pueden afectar a los huesos o


a las articulaciones.

Enfermedades que afectan a los huesos

Fisuras y fracturas

Una fisura es una grieta en el hueso.

Una fractura es la rotura completa del hueso.

Ambas lesiones se corrigen inmovilizando la zona afectada mediante enyesado o


con fijación quirúrgica.
Desviaciones en la columna vertebral

Son curvaturas anómalas respecto a la curvatura natural de la columna vertebral.


Cabe destacar la escoliosis y la cifosis.

La escoliosis es la pérdida de la verticalidad de la columna vertebral, por


desviaciones y curvaturas laterales anómalas.

La cifosis es una curvatura exagerada de la columna vertebral en su zona dorsal, lo


que origina la formación de una chepa o joroba.
Se corrigen mediante fisioterapia o cirugía.

Osteoporosis

Es la pérdida de masa ósea, de forma que los huesos se vuelven más


finos y quebradizos.
Se correlaciona con el proceso natural de envejecimiento, aunque puede
deberse a otros factores, como una mala nutrición pobre en calcio y
vitamina D.

Fractura de cadera afectada de osteoporosis

Enfermedades que afectan a las articulaciones

Esguince

-
Se trata de una rotura o distensión traumática de los ligamentos articulares. Se
corrige con inmovilización de la zona afectada, reposo y fisioterapia.

Artritis

Es una inflamación de la membrana de la bolsa sinovial que produce dolor. Es de


origen autoinmunitario. Se trata con analgésicos, antiinflamatorios y fisioterapia.
Artrosis

Es una degeneración progresiva y dolorosa de los cartílagos articulares; los huesos


afectados rozan entre sí y se desgastan. Se trata con analgésicos, antiinflamatorios
y fisioterapia.
3. EL APARATO LOCOMOTOR: EL
SISTEMA MUSCULAR

El sistema muscular está integrado por los músculos esqueléticos,


formados por tejido muscular estriado esquelético.

Los músculos esqueléticos se encargan, junto con los huesos y cartílagos,


de mantener la postura y de generar los movimientos.

Un músculo esquelético es una agrupación anatómico-funcional de


numerosos fascículos musculares. Cada fascículo muscular está
integrado, a su vez, por gran cantidad de fibras musculares, nombre que
designa a las células musculares estriadas esqueléticas.

Envolviendo al músculo, hay una capa de tejido conjuntivo denso, que se


prolonga en los extremos del músculo, formando los tendones. Estos
constituyen las estructuras mediante las cuales el músculo se une al
hueso.

Los músculos esqueléticos pueden ser fusiformes, planos y orbiculares.

Músculos fusiformes

-
Son alargados, en forma de huso (más anchos en el centro que en los extremos).

Se localizan en las extremidades. Un ejemplo es el bíceps braquial.

Músculos planos

Son aplanados, con forma cuadrada o en abanico.


Se localizan en el tórax y en el abdomen, como los pectorales o los músculos rectos
del abdomen.

Músculos orbiculares

Son circulares, con un orifico en su parte central que se cierra cuando el músculo se
contrae.
Son ejemplos el orbicular de los labios y el de los párpados.

3.1 LAS FIBRAS MUSCULARES

Las fibras musculares son células alargadas y plurinucleadas, altamente


especializadas en el desempeño de su función: la contracción muscular.
Constituyen el tejido muscular estriado esquelético.
El citoplasma de las fibras musculares presenta tres características
principales:

Es rico en mitocondrias, responsables de generar, mediante el proceso


de la respiración celular, grandes cantidades de ATP.

El ATP es la molécula que proporciona la energía requerida a las fibras


para la contracción muscular.

Posee un retículo endoplasmático liso altamente desarrollado y


especializado. En las fibras musculares, es el responsable de la regulación
de los niveles de iones Ca2+ en el citoplasma, lo que resulta imprescindible
para llevar a cabo la contracción muscular.

Está recorrido por miles de miofilamentos proteicos de actina y de


miosina dispuestos de forma ordenada, lo que confiere a las fibras
musculares su aspecto estriado.
ATP y energía

El ATP es un nucleótido que almacena en sus enlaces gran cantidad de


energía.
Por esta razón, las células lo utilizan como reserva energética. Cuando
una actividad celular requiere energía, como la contracción muscular, el
ATP se rompe y se libera la energía contenida en sus enlaces.

Por cada molécula de ATP que se rompe, las células obtienen 7,7 kcal.

En un mismo músculo coexisten dos tipos de fibras musculares:

Fibras rojas de tipo I

+
Fibras blancas de tipo II

Mecanismo de la contracción muscular

La contracción de los músculos esqueléticos está controlada por el sistema


nervioso central. Se genera de una forma voluntaria, como respuesta a los
impulsos nerviosos motores.
La contracción de los músculos de nuestro esqueleto nos permite realizar
movimientos, sujetar objetos y mantener la postura corporal.

Se produce mediante un mecanismo de deslizamiento de filamentos,


que transcurre en cuatro etapas:

Tipos de contracciones musculares

Existen dos tipos básicos de contracciones musculares: la heterométrica


o isotónica y la isométrica.
Contracción muscular heterométrica o isotónica

Es el tipo de contracción más frecuente. El músculo modifica su longitud


(lo que permite que la tensión muscular se mantenga constante) y cambia
también el ángulo de la articulación, lo que produce movimiento. Este tipo
de contracción puede ser concéntrica o excéntrica.

Contracción isotónica concéntrica

El músculo se acorta durante la contracción.

Un ejemplo lo proporciona la contracción de los gemelos cuando nos ponemos de


puntillas.
Contracción isotónica concéntrica

Contracción isotónica excéntrica

El músculo se alarga durante la contracción.

La contracción de los gemelos cuando, subidos a un escalón, dejamos los talones


por debajo del nivel de dicho escalón constituye un ejemplo.
Contracción isotónica excéntrica

Contracción muscular isométrica

Durante este tipo de contracción, el músculo no modifica su longitud, ya


que no se produce deslizamiento de la actina entre la miosina y, como
consecuencia, se incrementa la tensión muscular.

El músculo se tensa, pero el ángulo de la articulación no se modifica y no


se genera movimiento. Esto ocurre, por ejemplo, cuando se contraen los
gemelos para mantener la postura bípeda.
Contracción isométrica

Las parejas de músculos antagónicos

En el cuerpo humano muchos músculos se disponen por parejas


antagónicas: mientras uno se contrae, su antagónico se relaja, y viceversa.

El bíceps braquial y el tríceps braquial, por ejemplo, son músculos


antagónicos.
A. Contracción isotónica concéntrica del bíceps: el antebrazo se acerca al
brazo.
B. Contracción isotónica concéntrica del tríceps: el antebrazo se aleja del
brazo

Principales músculos del cuerpo humano


4. LA SALUD Y EL SISTEMA MUSCULAR
Las enfermedades del sistema muscular pueden afectar tanto a los
músculos como a los tendones.

Enfermedades que afectan a los músculos

Contractura muscular

Es una contracción involuntaria y mantenida en el tiempo de un músculo que queda,


así, sometido a una constante tensión.

Se debe a una mala postura o a un sobresfuerzo muscular.

La zona está dolorida, se endurece y se inflama, como ocurre en el caso de la


tortícolis, que afecta a los músculos del cuello.

Se trata con reposo muscular, calor y fisioterapia

Rotura fibrilar
-

Se trata de una lesión ocasionada por una rotura de las fibras musculares. También
se denomina desgarro muscular.

Puede producirse por un sobresfuerzo del músculo o bien por un golpe.

Los síntomas son dolor intenso, deformación y hematoma.

Se trata con reposo muscular, calor y fisioterapia.

Enfermedades que afectan a los tendones

Tendinitis

Consiste en la inflamación de un tendón debido a un golpe o sobresfuerzo.


Causa dolor y dificultad para mover la articulación en la que se encuentra
el tendón.
Suele aparecer en codos («codo de tenista»), hombros, muñecas, rodillas
y talones.

Se trata con antiinflamatorios, reposo y fisioterapia.

4.1 ERGONOMÍA Y SEGURIDAD POSTURAL

Los principales hábitos que previenen enfermedades que afectan al


aparato locomotor son los siguientes:

Andar con la cabeza y el tórax erguidos, sin curvar la espalda.

Agacharse doblando las rodillas y manteniendo la espalda recta.

Evitar el uso habitual de tacones muy altos.

Sentarse con la espalda apoyada en el respaldo del asiento y sin cruzar


las piernas.
Intentar permanecer de pie poco tiempo.

Evitar llevar la mochila muy cargada y procurar colgarla en la espalda


utilizando las dos asas.

Practicar ejercicio físico adecuado a la edad de cada persona,


especialmente natación.

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