El Juego de Pelota en La Tradicion Teuch

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CENTRO DE ESTUDIOS ARQUEOLÓGICOS

CON RECONOCIMIENTO DE VALIDEZ OFICIAL DE ESTUDIOS DE LA


SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA SEGÚN ACUERDO NO. XX DE
FECHA XX

EL JUEGO DE PELOTA EN LA TRADICIÓN


TEUCHITLÁN: HACIA UNA PROPUESTA
SOBRE SU FUNCIÓN SOCIAL

TESIS PROFESIONAL
QUE PARA OPTAR POR EL TÍTULO DE
MAESTRA EN ARQUEOLOGÍA
PRESENTA

Ericka S. Blanco Morales

DIRECTOR DE TESIS PHIL C. WEIGAND

TEUCHITLÁN, JALISCO, MARZO DE 2009

i
DEDICADA A:

CHELO, GABRIELA Y
ROSA EUGENIA

ii
AGRADECIMIENTOS

Muchas son las personas e instituciones que de manera directa o indirecta


estuvieron involucradas en el desarrollo de mi investigación. Es definitivamente
gracias a ellas que ahora presento este trabajo. Por esa razón este apartado es
en su honor…

Antes que nada agradezco a El Colegio de Michoacán A.C. por abrirme sus
puertas. Esta institución y el cuerpo de profesores que forman parte del Centro
de Arqueología (CEQ) me apoyaron incondicionalmente, brindándome además
enseñanzas que han marcado el rumbo de mi vida profesional.

Aprovecho para agradecer y expresar mi admiración al Dr. Phil Weigand por


su gran apoyo e ilustración, por sus valiosos comentarios, pero sobre todo por
creer en mí y otorgarme su confianza.

Agradezco a la Dra. Verenice Heredia Espinoza, amiga y maestra, tanto por su


paciencia como por sus comentarios, que sin lugar a dudas tuvieron un gran
impacto en los resultados del proyecto.

Agradezco también al Dr. Manuel Gandara, ya que es gracias a él que la


arqueología tomó sentido dentro de mi quehacer profesional y llegué a
conocer: los alcances de mi disciplina, la importancia de hacer una
investigación explicativa y la responsabilidad social que tengo como
practicante.

Un agradecimiento muy especial también es la Mtra. Acelia García de Weigand,


por otorgarme palabras de aliento cuando más las necesitaba.

Agradezco a los miembros del Proyecto Arqueológico Teuchitlán: a mi


“jefiringo” Rodrigo Esparza y a mis compañeros Oliver, Cinthya y Jorge que

iii
además de regalarme su valiosa amistad, tuvieron una colaboración de suma
importancia en el desarrollo de la investigación.

Al CONACYT por otorgarme la beca de maestría que me permitió realizar los


estudios y trabajos involucrados en la tesis.

Mi sincero agradecimiento también a Iván Soto y Antonieta Jiménez, personas


culpables de la presentación, la revisión “hortograficá” y el estilo de la tesis, a
los dos muchas gracias por enseñarme a escribir bien.

Finalmente, por ser una de las personas que más se involucraron en el


desarrollo de la tesis: aguantando enojos, histerias, felicidades, etc. pero sobre
todo compartiéndome muchos de sus más importantes conocimientos,
agradezco al Arqlgo. Sean M. Smith (alias Mongi), mi compañero, amigo y
maestro.

A todos ellos y a todos aquellos que por cuestiones de espacio me fue


imposible agregar, MUCHAS GRACIAS…

iv
Índice

INDICE

I. INTRODUCCIÓN ........................................................................... - 3 -

CAPÍTULO 1. ANTECEDENTES........................................................... - 7 -
1.1 LOS ESTUDIOS DE LA TRADICIÓN TEUCHITLÁN ............................................................ - 8 -
1.2 EL JUEGO DE PELOTA: ¿QUÉ, DÓNDE, CUÁNDO Y POR QUÉ? ................................ - 17 -
1.2.1 CARACTERÍSTICAS .......................................................................................................... - 17 -
1.2.2 DISTRIBUCIÓN .................................................................................................................. - 21 -
1.2.3 PROPUESTAS ...................................................................................................................... - 31 -
1.3 EL JUEGO EN LOS CÓDICES ................................................................................................. - 35 -
1.3.1 FUENTES HISTÓRICAS PREHISPÁNICAS ................................................................. - 36 -
1.3.2 FUENTES HISTÓRICAS COLONIALES ........................................................................ - 49 -

CAPÍTULO 2. METODOLOGÍA.......................................................... - 62 -
2.1 MODELO DE SOUTHALL. ESTADO SEGMENTARIO ....................................................... - 63 -
2.1.1 LOS ESTADOS SEGMENTARIOS .................................................................................. - 64 -
2.1.2 EL ESTADO DE SEGMENTARIO EN LA TRADICIÓN TEUCHITLÁN ................... - 66 -
2.1.3 PERTINENCIA DEL MODELO EN LA INVESTIGACIÓN QUE SE PRESENTA... - 70 -
2.2 MODELO DEL PENSAMIENTO IDEOLÓGICO MESOAMERICANO .............................. - 71 -
2.2.1 EL MODELO ......................................................................................................................... - 72 -
2.2.2 EL MODELO Y EL PENSAMIENTO MESOAMERICANO........................................... - 76 -
2.2.3 PERTINENCIA DEL MODELO EN LA INVESTIGACIÓN QUE SE PRESENTA... - 78 -
2.3 PROBLEMA E HIPÓTESIS ........................................................................................................ - 78 -
2.4 INDICADORES Y TÉCNICAS DE EVALUACIÓN ................................................................ - 80 -
2.4.1 MÉTODO DEL ANÁLISIS DE PATRÓN DE ASENTAMIENTO ................................ - 81 -
2.4.2 MÉTODO DEL ANÁLISIS DE MATERIALES ............................................................... - 84 -

CAPÍTULO 3. ANÁLISIS DEL PATRÓN DE ASENTAMIENTO .............. - 90 -


3.1 ESTUDIOS DE APOYO PARA EL ANÁLISIS ....................................................................... - 91 -
3.2 ANÁLISIS ESPACIAL DEL ÁREA DE ACTIVIDAD Y CONJUNTO DE RESIDENCIAS
DEL JUEGO DE PELOTA ................................................................................................................... - 96 -
3.2.1 CANCHAS DEL TIPO I: EN COMPLEJOS “A”, “B” Y “C” ....................................... - 97 -

-1-
Índice

3.2.2 CANCHAS DEL TIPO II: COMPLEJOS “D” Y “CENTROS HABITACIONALES” - 105
-
3.3 RESULTADOS Y CONCLUSIONES PREVIAS ................................................................... - 107 -

CAPÍTULO 4. EVIDENCIA MATERIAL EN LOS JUEGOS DE PELOTA - 119 -


4.1 MATERIAL CERÁMICO ............................................................................................................ - 120 -
4.1.1 ANTECEDENTES DEL ANÁLISIS ................................................................................ - 120 -
4.1.2 CLASIFICACIÓN DE VASIJAS ..................................................................................... - 121 -
4.1.3 DISTRIBUCIÓN Y ACUMULACIÓN DE LOS MATERIALES: INDICADORES
RELATIVOS DE FUNCIÓN Y/O USO DE UN RECINTO .................................................... - 133 -
4.1.4 RESULTADOS PREVIOS ................................................................................................ - 140 -
4.2 MATERIAL LÍTICO: OBSIDIANA ......................................................................................... - 142 -
4.2.1 ANTECEDENTES DEL ANÁLISIS ................................................................................ - 143 -
4.2.2 CLASIFICACIÓN DE LOS OBJETOS .......................................................................... - 145 -
4.2.3 APARICIÓN, ACUMULACIÓN Y DISTRIBUCIÓN DE LOS OBJETOS ............... - 148 -
4.3 MATERIAL OSEO ...................................................................................................................... - 153 -
4.3.1 ANÁLISIS ........................................................................................................................... - 154 -
4.3.2 RESULTADOS PREVIOS ................................................................................................ - 155 -

CAPÍTULO 5. CONCLUSIONES ...................................................... - 158 -


5.1 SOBRE EL USO DEL JUEGO SEGÚN EL LUGAR DONDE SE UBICA ....................... - 158 -
5.2 EL JUEGO DE PELOTA COMO ELEMENTO POLÍTICO .................................................. - 162 -
5.3 ELEMENTO INTEGRADOR DE UN ESTADO SEGMENTARIO: COMENTARIOS
FINALES .............................................................................................................................................. - 164 -

ANEXO ................................................................................. - 165 -

BIBLIOGRAFÍA............................................................................. - 188 -

-2-
Introducción

I. INTRODUCCIÓN

El juego de pelota es una práctica que se hace presente en muchas de


las sociedades prehispánicas de Mesoamérica y en la zona Occidental no es la
excepción. El estudio que se presenta, es un trabajo con bases arqueológicas
que busca explicar, dentro del marco funcional y de asentamiento, a dicha
práctica, manifiesta, en ésta ocasión, como uno de los elementos que
caracterizan a un grupo social prehispánico del Occidente de México, conocido
como la tradición Teuchitlán1, el cual toma lugar durante el periodo Preclásico
y Clásico inicial (300 a.C. – 350/400 d.C) (Beekman y Weigand, 2008) del
mundo mesoamericano y sobre el que trataremos de lleno en el primer
capítulo.

La investigación se enmarca dentro de los Proyectos Arqueológicos de


Teuchitlán y Loma Alta2, los cuales se desarrollan en el actual Municipio de
Teuchitlán, Jalisco, en la parte Sur del volcán de Tequila, en dos sitios que son
representativos de la tradición Teuchitlán. El primer proyecto, en el sitio de
Guachimontones, surgió en el año 1999 encabezado por el Dr. Phil Weigand,
mientras que el segundo, en el sitio de Loma Alta, comenzó a desarrollarse
durante el año 2004 en co-dirección del Dr. Weigand y el Mtro. Rodrigo
Esparza.

A partir de su surgimiento, ambos proyectos han cobijado importantes


investigaciones que abordan diferentes problemas explicativos para entender a
tal sociedad. En esta ocasión, la tesis consiste en buscar los indicadores que
valgan para explicar la función del juego de pelota dentro de la tradición
Teuchitlán. La investigación se apoya en diferentes técnicas arqueológicas e
históricas, tales como: el patrón de asentamiento, las excavaciones
arqueológicas, el análisis tipológico de materiales, el análisis de restos óseos y

1
“El uso del término “tradición” implica lo que podemos ver claramente a partir de la cerámica y con
algo menos de claridad a partir de las figurillas: culturas y subculturas regionales que existieron
dentro de la tradición general” (Beekman y Weigand, 2008:253).
2
Avalado por El Colegio de Michoacán A. C., el Instituto Nacional de Antropología e Historia, el
Gobierno del Estado de Jalisco y el Municipio de Teuchitlán, Jalisco.

-3-
Introducción

la Etnohistoria. La finalidad es, con los datos que nos brindan estas técnicas,
generar una explicación que se basa en dos hipótesis: la primera dicta que la
función del juego de pelota se puede conocer según su localización en el sitio,
y la segunda, que el juego de pelota, en una de sus representaciones, funcionó
dentro del campo político, como un elemento que sirve para evitar o solucionar
conflictos sociales.

La investigación se basa en dos hechos: el primero, en dos de las tres


diferencias morfológicas que presentan las canchas que aparecen en los sitios
de la tradición, el Tipo I y el Tipo II (Weigand, 1993:183; Weigand y García,
2005:45-46), en las cuales se observa un patrón uniforme, en el que
encontramos las canchas del tipo I asociadas a los complejos centrales3 de los
sitios principales, y las canchas tipo II en sitios menores y/o unidades
habitacionales (Weigand, 1993:183-190; Weigand y García, 2005:45-46). El
segundo, en la hipótesis de Weigand sobre la función del juego de pelota I en
la tradición Teuchitlán, como un elemento conciliador de conflictos políticos y
económicos dentro del marco de una organización estatal segmentaría
(Weigand, 1993:195-196; Weigand y García, 2005:55), sin descartar la
existencia de diferentes niveles sociales del juego, su función en la sociedades
regionales y la ideología detrás de la práctica de carácter mítica4. De hecho,
existen algunos indicios que nos sugieren los códices prehispánicos y
españoles, acerca de la connotación del juego en los grupos prehispánicos que
permiten sustentar esta idea. En sus relatos, los mismos grupos del México
antiguo hablan del juego como el medio a través del cual dos dioses toman
decisiones acerca del futuro de los vivientes e inclusive sobre la jerarquía de
mando que tenían. Los ejemplos los podemos ver en el relato del Popol-Vuh
“Los señores de Xibalbá invitan a Hun Hunahpú y a Vucub Hunahpú, al juego
de pelota” (S/A, 1972:36), en La Relación de Michoacán (Alcalá, Fray Jeronimo

3
Se entiende por complejo a la acumulación de diferentes conjuntos de estructuras como: a) plazas
circulares formadas por un patio delimitado por estructuras rectangulares que rodean un altar circular,
y/o b)conjuntos cruciformes, formados por cuatro estructuras en forma de cruz. (López y Ramos,
1998; Smith, 2008a; 2008b), aunque según la experiencia de Weigand, es posible que existirá una
pequeña plataforma central perdida por causa del arado. Más detalles en el capítulo 2.
4
Weigand, comunicación personal, 2007.

-4-
Introducción

de, cáp. XXII y XXVII), entre otros, de los que trataremos en el siguiente
capítulo.

Así, la investigación se enfrenta cuando menos a tres grandes retos: 1)


Explicar la asociación de una cancha con ciertas caracteristicas morfológicas a
cierto tipo de recinto; es decir, por qué algunas canchas de características
particulares están asociadas a un recinto mayor o de características cívico-
ceremonial, y por qué canchas más pequeñas están asociadas a un recinto
menor y/o habitacional, 2) identificar los indicadores que nos hablen de las
funciones particulares del juego de pelota de tipo I y explicar su papel dentro
de un estado segmentario, para proporcionar un argumento explicativo de la
idea poco fundamentada que Weigand propusó (Weigand, 1993:195-196;
Weigand y García, 2005:55) y finalmente, 3) explicar el campo ideológico que
permitió que el juego tomara un lugar crucial en el carácter político, es decir,
explicar por qué lo acepta el grupo como un elemento con un poder tan
decisivo. Para lo anterior, nos apoyamos en dos modelos explicativos: El
Modelo de los Estados Segmentarios de Southall (1988; 1999) y el Modelo del
Pensamiento Ideológico Mesoamericano de Alfredo López Austin (1996),
mismos de los que trataremos a fondo en el capítulo 2, junto con su
pertinencia en el estudio, las hipótesis, los indicadores y las técnicas de
evaluación aplicadas.

La evaluación de los datos arqueológicos y los resultados previos de


éstos, los encontraremos en los capítulos 3 y 4. En el primero se presenta el
análisis referente al patrón de asentamiento y sus resultados. Se incluyó el uso
de herramientas como: a) el recorrido de superficie, en donde se utilizan los
trabajos en la zona Sur del Volcán de Tequila que reporta Weigand (1993)
dentro del Proyecto Etzatlán- Teuchitlán, los informes del recorrido de
superficie de Sean M. Smith en el año 2005, que tuvo la finalidad de delimitar
el alcance del sitio de Guachimontones y Loma Alta, y los datos proporcionados
por el proyecto “El Paisaje Agavero y su Entorno Arqueológico en la Zona del
Volcán de Tequila”, dirigido por Verenice Heredia (Heredia Espinoza, 2008). b)
La excavación, en donde se incluyen los hallazgos de otras cinco excavaciones

-5-
Introducción

en diferentes canchas de juego de pelota, realizados dentro del marco de los


Proyectos Arqueológicos Teuchitlán y Loma Alta: El juego de pelota I de
Guachimontones explorado por Weigand y Cárdenas (Weigand y García,
2005:46); el juego de pelota II del mismo sitio excavado Weigand y Cach, en
el 2000, 2001 y 2002 (Weigand y García, 2005:46); el Juego de pelota I de
Loma Alta explorado por Marisol Montejano (2005); y finalmente dos
excavaciones realizadas en el marco de está tesis; el juego de pelota II de
Loma Alta en el año 2006 (Blanco, 2006a) y la continuación de la exploración
del juego de pelota I en ese sitio durante la temporada 20075. Mientras que en
el segundo encontraremos el análisis de materiales.

Finalmente, en el capítulo 5, se presentan la conjunción de los resultados


obtenidos por las técnicas arqueológicas, en donde encontramos importantes
propuestas explicativas sobre la ubicación de los diferentes tipos de canchas,
que como veremos, más que diferenciarse por su tamaño, se diferencian por el
lugar en donde se encuentran. Veremos como el análisis de materiales en cada
cancha, arrojaron importantes resultados de su comportamiento según el lugar
al que se asocia. De igual modo, se presenta el argumento sobre la función
política del juego de pelota y la aseveración de su carga social como
mecanismo que evita y soluciona conflictos, lo cual tiene como base la carga
ideológica que se manifiesta en los antecedentes históricos que hablan de la
práctica, que si bien, como comentamos, es riesgosa la analogía por medio de
relatos que describen sucesos de más de 1000 años de diferencia, hay
similitud en los rasgos del juego de pelota entre una sociedad y otra que nos
permiten hacer tal relación.

5
Blanco Ericka. “Informe de Excavación del Juego de Pelota 1 de Loma Alta” en Informe Técnico del
Proyecto Arqueológico Loma Alta (Temporada 2007- 2008). Rodrigo Esparza, L. (Director). El Colegio
de Michoacán A.C. En elaboración.

-6-
Antecedentes

Capítulo 1. ANTECEDENTES

El juego de pelota es un elemento cultural evidente a lo largo del


territorio Mesoamericano7 y al Norte de México. Su estudio ha representado un
interés importante para muchos investigadores, dado que es una práctica única
en el mundo y cuyo uso representa grandes incógnitas. Para poder
adentrarnos propiamente en la investigación que se presenta, es necesario
abordar el desarrollo cultural del lugar de estudio, el Occidente de México8. Así
como también, presentar la historia y el estado de la cuestión del juego de
pelota en dicha zona y en los demás grupos mesoamericanos en donde se
representa. Todo con el fin de proporcionar un contexto amplio de la práctica y
las sociedades que lo acostumbraban, y así poder dar paso a las propuestas
que presenta este trabajo, según su caso de estudio: La tradición Teuchitlán.

6
Códice Nutall, 1975. Fragmento de lámina 80
7
Termino cultural asignado y conceptualizado por Kirchhoff en 1943 basándose en 43 rasgos culturales
exclusivos, compartidos y ausentes en los grupos que habitaban el territorio a la llegada de los
españoles (Kirchhoff, 2002:48-53). El término describe a una cultura receptora de influencias
procedentes de Norte a Sur y de Sur a Norte que transitaban a su vez, hacia otras áreas del
continente Americano (García, 2002:37). Esta macro-área se limita al Norte desde la desembocadura
del Río Sinaloa, hasta lo boca del Río Pánuco en el Golfo de México y al Sur con el golfo de Nicoya
concluyendo en el Río Managua (Kirchhoff, 2002:46-48). Para mayor información sobre la discusión en
torno a los alcances de tal concepto revisar la edición comentada Kirchhoff, 2002.
8
El territorio Mesoamericano a su vez se subdivide tradicionalmente en 5 subáreas culturales; Subárea
Maya, Golfo, Subárea oaxaqueña, Valles Centrales, Occidente, añadiéndose posteriormente la Subárea
de la Expansión Norteña (Schöndube et al, 1980). Todos los grupos asentados en ellas están ligados
por un intercambio constante de bienes, conflictos, ideas, etc.

-7-
Antecedentes

Así pues, el capítulo presenta en primera mano el caso particular de la


tradición Teuchitlán; cómo es que se define y sus características generales.
Para ello, se presentan los diferentes trabajos que se han desarrollado y las
propuestas que han arrojado. Posteriormente, nos adentramos en la presencia
de los juegos de pelota en Mesoamérica; sus características, su temporalidad,
su patrón de asentamiento, las propuestas que su estudio han generado y su
evidencia en la zona de estudio. Finalmente, en el último apartado, se
describen las fuentes históricas que incluyen: relatos, crónicas y pictogramas,
que de forma directa por mismos integrantes de los grupos prehispánicos y por
los personajes que convivieron junto con ellos, los conquistadores, manifiestan
cuestiones sobre su práctica, su descripción y su connotación.

1.1 LOS ESTUDIOS DE LA TRADICIÓN TEUCHITLÁN

Durante el Preclásico Tardío y Clásico Temprano (350 a.C. al 350/400


d.C.) del mundo prehispánico, se desarrolló en el Occidente de México un
fenómeno cultural, denominado por muchos investigadores como la tradición
Tumba de Tiro (Schöndube et al 1980; Mountjoy, 1982; Pickering y Cabrero,
2006), debido a la costumbre funeraria de aquellos grupos. La tradición es
evidente en un territorio que forma un arco desde la costa Sur-central de
Nayarit, pasando por el altiplano Sur de Nayarit y central de Jalisco, hasta el
altiplano de Colima (Mountjoy, 1982). La característica principal radica en sus
profundas cámaras funerarias a las que se accede por un pozo vertical, las
cuales presentaban ricas ofrendas líticas y cerámicas Entre las ofrendas
cerámicas se encuentran figurillas antropomorfas, zoomorfas, fitomorfas y las
conocidas maquetas9.

9
Estos objetos cerámicos conocidos como “maquetas” representan actividades de la vida social
cotidiana de un grupo en tres dimensiones, el nombre es otorgado por la similitud que presentan con
las actuales maquetas arquitectónicas. Cabe señalar que estos objetos sólo aparecen en el Occidente
de México durante el desarrollo de la tradición Teuchitlán. Se han interpretado como el equivalente a
un tipo de códice (Weigand, Phil. Comunicación personal. 2007).

-8-
Antecedentes

Sin embargo, la mera costumbre funeraria difícilmente nos podría


explicar la manera de vivir del grupo que las realizaba. Por lo tanto, con el fin
de encontrar el patrón de asentamiento que sustentará tal costumbre y con
esto dar el siguiente paso al estudio de dicha sociedad, surge el proyecto
Etzatlán-Teuchitlán (Weigand, 1993:79), en el cual se descubrió una
importante expresión sociocultural ligada a las tumbas de tiro, que nos permite
sugerir una de las primeras manifestaciones de desarrollo de una sociedad
compleja en el área nuclear (Mapa 1.1).El área nuclear se caracteriza por los
siguientes elementos : 1) un patrón de asentamiento complejo que involucra a
conjuntos circulares formados por estructuras rectangulares y circulares de
diversos tamaños (Weigand, 1993) y conjuntos habitacionales formados por
cuatro estructuras, que varios investigadores consideran como cruciformes
(López y Ramos, 1998:161 Beekman, 1996, Smith 2008a; 2008b), 2) una
especialización importante de materias primas como la obsidiana (Esparza y
Ponce, 2005:145), vista a través de los grandes talleres (Weigand 1993:79,
Esparza, 2004), la loza cerámica conocida como Oconahua, en la cual también
observamos cierta estandarización (López, 2005), 3) un importante sistema
agrícola, como las chinampas o campos levantados y 4) las prácticas muy
particulares de las culturas mesoamericanas, como el juego de pelota
(Weigand, 1992b; 1993; Weigand y García, 2005) y el palo volador (Weigand,
1992a:211-224).

El surgimiento del Proyecto Etzatlán-Teuchitlán de Weigand básicamente


se debe a las demandas de Weigand (1993) entorno al estado de las
investigaciones arqueológicas en El Occidente Mesoamericano. Según el
investigador, la mayor parte de la información estaba llena de conjeturas que
a medida que evolucionaban se convertían en suposiciones decisivas, e
intervinieron de alguna manera en las explicaciones e interpretaciones
propuestas sobre los grupos que se asentaron en dicha zona (Ibid: 69). A este
conjunto de suposiciones determinantes, Weigand denominó el complejo de la
simplicidad, el cual en manera resumida postula:

-9-
Antecedentes

1. La civilización del occidente no manifiesta un desarrollo propio.


2. Al no existir sociedades complejas y urbanizadas (con excepción del
estado Tarasco) en el momento de la invasión española, no pudieron
haber existido jamás.
3. La inexistencia de Arquitectura Monumental y/o manifestaciones de una
cultura compleja no funeraria en esta zona de Mesoamérica (Ibid: 69-
78).

Desgraciadamente, estas postulaciones inclinaron durante mucho tiempo


a los estudiosos a que sólo les interesara la investigación del arte funerario que
se presentaba en las tumbas de tiro y en el desarrollo del Estado Tarasco. Esto
tuvo como resultado la existencia de muchas lagunas que explicarán el
desarrollo social en la zona occidental de México.

Así, conforme avanzaron las investigaciones del proyecto, el complejo de


simplicidad perdía sustento al notar complejos talleres de obsidiana,
arquitectura monumental y sitios con características urbanas (Ibid: 79). Como
resultado se iniciaron extensas investigaciones que argumentaban o explicaban
de una forma más nutrida el Mapa 1.1. Área de extensión de la tradición Teuchitlán, junto
con su zona nuclear. (Weigand, 1992:241)
desarrollo social. Se dio inicio a la
caracterización y denominación de la
tradición Teuchitlán, cuyos rasgos
principales dan evidencia de la
complejidad social que existió en
Occidente desde épocas tempranas.

La tradición se distribuye a lo
largo la zona lacustre del altiplano
jalisciense (Mapa 1.1) (San Marcos,
Palo Verde, Etzatlán-Magdalena,
Laguna Colorada, Ahualulco-
Teuchitlán-Tala, Ameca, Atotonilco,
Chapala) (Weigand, 1993:21). En los
primeros trabajos se pensaba que la

- 10 -
Antecedentes

tradición Teuchitlán había tenido su apogeo durante los años 200 - 400 d.C.
(Ibid: 24), sin embargo, gracias a las extensas excavaciones que se han
realizado a finales de la década de los años noventa en uno de los recintos
principales de la tradición, en el sitio de Guachimontones y en el sitio de
Navajas, sabemos que la tradición se desarrolló y tuvo su esplendor quinientos
años antes, entre el 300 a.C. – 350/400 d.C. (Weigand y Beekman, 2008).

La característica principal que la hace única en el mundo es el acomodo


circular de las estructuras, el cual consta de tres elementos principales: un
altar central, un patio y de 16 u 12 plataformas rodeando el altar (Ibid: 81-
106). Estas plazas circulares pueden estar acompañadas de un juego de
pelota, como evidencia de su práctica dentro de la tradición. Más rasgos
distintivos de la tradición son: las estructuras circulares concéntricas, las
tumbas de tiro, la cerámica policroma estilo Oconahua, las figurillas Ameca-
Etzatlán y la monumentalidad de las estructuras. En algunos de los altares
centrales, se ha podido identificar la huella de un palo, el cual se ha explicado,
por medio de analogías con maquetas de la época y región, como el palo del
volador. Este ritual aunado a la manera circular de los edificios, ha sido
interpretado por Weigand (1992) como una adoración al dios del viento
Ehécatl, ya que en las maquetas el personaje está bailando en la punta del
palo simulando la acción de volar (Ibid: 211-224).

De toda la región, el sitio nuclear de la tradición es donde se localiza


Guachimontones/Loma Alta10, debido a sus características monumentales y a
su localización estratégica, se puede hablar de que era el lugar donde se
concentraban las instituciones de poder y administración de la sociedad, cuyo
núcleo se concentro dentro de los alrededores del volcán de Tequila. Esto,
combinado con la gran extensión de territorio que alcanzó la tradición, la cual
cubre todo el estado de Nayarit, Centro y Norte de Jalisco, Sur de Colima, el

10
Antes considerados dos sitios cercanos, sin embargo según los recorridos de superficie realizados en
la investigación de Smith (Smith, 2007: Mapa “Guachimonton”) se propone que ambas pudieron haber
representado un único asentamiento (Herrejón, 2008; Smith, 2008b), debido a que entre ambos
recintos se encuentra una cantidad importante de unidades domésticas, así como algunos recintos
menores.

- 11 -
Antecedentes

Sur de Zacatecas, Sinaloa al Norte y Guanajuato al Este, nos habla de una


sociedad altamente compleja (Weigand, 1993).

A raíz de estos hallazgos, han surgido nuevos trabajos con el fin de


continuar con la caracterización del desarrollo de la tradición Teuchitlán,
conocer su papel tanto en el Occidente de Mesoamerica como en el resto ,
muchos de ellos desarrollados como eje de investigación del proyecto de
Weigand. La temática es variada, unos se enfocaron al estudio de los
materiales; su proceso de extracción y manufactura, como es el caso del
trabajo de Dolores Soto (1982) en los talleres de obsidiana cercanos al recinto
principal (Esparza y Ponce, 2005:145).

Otros trabajos relevantes son los de Ohnersorgen y Varien (2008)11


cuyos resultados demostraron que dentro de la extensión de los asentamientos
de la tradición se desarrollaron importantes niveles de complejidad social12
evidenciados a través de la configuración de los centros principales de los
sitios, en los que se observan cuatro niveles jerárquicos de asentamiento. El
análisis de patrón de asentamiento se basa en dicha propuesta, por lo que se
trata de lleno en el capítulo 3.

Christopher Beekman, por su parte, también ha proporcionado


información importante que permite entender mejor el desarrollo del fenómeno
cultural de la tradición Teuchitlán. En el año 2000 realizó excavaciones en el
sitio de Llano Grande, ubicado al Oeste de los pueblos de la Estancia de Ayones
y La Mazata en el municipio de Etzatlán (Beekman, 2005b:73) y
posteriormente en los años 2002 y 2003 trabajó en el sitio de Navajas, sitio en
el que se mezcla la arquitectura tradicional de la tradición con elementos del
Bajío, como los patios hundidos, por lo que se considera un sitio con alto
potencial para entender el colapso de la tradición (Beekman, 2005b:78).
Dentro de sus propuestas, sobresalen las que explican la organización de la

11
Última Publicación Traducida del trabajo original de 1996 “Formal architecture and settlement pattern
organization in ancient West Mexico”, en Ancient Mesoamérica. Vol. 7 # 1
12
En lo que se refiere a jerarquía vertical.

- 12 -
Antecedentes

sociedad “teuchiteca”, en donde manifiesta la idea de una combinación de dos


formas organizacionales; en el corazón del territorio encontraremos un tipo de
organización de estado unitario, mientras que en la periferia se comportaría
como uno segmentario, es decir, la cohesión de grupo por medio de un ritual
para aprovechar las rutas de intercambio (Beekman, 1996; 2000). Sin
embargo, pensamos que para tal aseveración aun faltan más elementos que
nos hablen de un poder coercitivo, ya que el ritual compartido manifiesto en
varios de sus elementos nos habla más de una cohesión que de una coerción.
Tal discusión la trataremos más adelante en el capítulo 2 y en el último.

Una excelente aportación es el trabajo de Lorenza López y Ramos, que


exploraron una tumba de tiro intacta encontrada en 1993. Mide
aproximadamente 9m. de profundidad y tiene dos cámaras funerarias con
acceso directo. La tumba se encontró en el sitio de Huitzilapa (hoy desparecido
como consecuencia de la labor implicada en la siembra del agave), al lado
Norte del volcán de Tequila, debajo de una de las unidades habitacionales. Su
importancia dentro de la historia de la tradición Teuchitlán es clara, ya que se
trata de un indicador más de la complejidad social que tenía la misma, esto por
la gran cantidad de ofrendas encontradas en ella (López y Ramos, 2000;
2006:57). Su trabajo, que aún continúa proporcionando importante
información que explica temas como la especialización de materiales en concha
(López, Villanueva y Manrique, 1998) y en la cerámica tipo Oconahua (López,
2005) entre otras cosas. Para López y Ramos, tal hallazgo resulta ser un
elemento que comprueba que se trata de una sociedad de cacicazgo. Entre
sus explicaciones encontramos el hecho de presentar individuos con relación
sanguínea, una diferenciación jerárquica marcada y un control comunitario de
aparatos de poder religioso y económico (López y Ramos, 2006:63-64). Sin
embargo, hay varios elementos que a varios autores, incluyéndome, no nos
hacen coincidir con esa idea, igual que en el caso anterior la discusión se
presenta en el capítulo 2.

- 13 -
Antecedentes

Recientemente sobresalen los trabajos de Glenn Stuart en el sistema de


campos agrícolas en las orillas orientales de la antigua laguna de Magdalena y
de la presa de la Vega. El objetivo era someter la hipótesis de Weigand que
hace referencia a un complejo sistema agrícola, parecido a las chinampas del
Centro de México, producidas por sociedades con organización determinada
por ciertos factores (Stuart, 2005:186) como los poblacionales (Ibid: 195-
196). El trabajo consistió en identificar los tipos de sistemas agrícolas que se
utilizaron, así como: la exploración de su construcción, el estudio de su historia
de uso y su contexto socio-político (Ibid: 186). Su trabajo demostró que la
construcción, uso y abandono de los campos húmedos, coinciden en su mayor
parte con el surgimiento y la caída de la tradición Teuchitlán (Ibid: 195) según
las fechas propuestas por Weigand (1993) antes de la obtención de fechas
absolutas que datan de los sitios centrales de la tradición; lo que abarcaba
100/300 d.C. hasta el 800 d.C. cuando se presenta su colapso. Pese a lo
anterior, la relación cronológica de Stuart, con las actuales (350 a.C al
350/400 d.C.), demuestran que el uso de los campos húmedos está
relacionado con la maduración de las sociedades que forman la tradición hasta
su colapso, continuando por aproximadamente 400años, posiblemente por
nuevos grupos, dato que podría ofrecernos claves importantes para entender
la caída de la tradición.

Pero, ¿cuáles son las aportaciones previas y posteriores a los trabajos de


Weigand y al desarrollo de la tradición en la zona? La realidad es que, muchas
veces atraídos por las finas y detalladas cerámicas, así como por las
majestuosas tumbas de tiro que las contenían, el Occidente de México ha
albergado a varios investigadores a partir de la primera mitad del siglo XX
hasta nuestros días. Entre lo investigadores pioneros de la zona, propiamente,
del Volcán de Tequila y sus alrededores, encontramos los trabajos de Alex
Hrdlicka (1903), quien se da a la tarea de realizar los primeros recorridos de
superficie y excavaciones en El Totuate (Cabrero, 1989:183-200; 2007:230). El
sitio también fue excavado 60 años más tarde por Kelley, quien reproduce las
primeras dos fechas de radiocarbono que datan del 82/50 a.C. y 460 d.C

- 14 -
Antecedentes

(Cabrero, 2007:230). Posteriormente, Andrew Darling re-estudia las fechas y


concluye que éstas provienen de un patio cuadrado, que se localiza en el sitio
del Totuate y no propiamente del círculo, el cual, arquitectónicamente se
relaciona con el periodo formativo13. Por su parte, Corona Núñez (1954), Long
(1966), Meighan, (1968) y Glasgow (1963) se dan a la tarea de descubrir y
describir hallazgos de una importante cantidad de tumbas de tiro en el centro
del estado de Jalisco. Glasgow realiza una excavación en el municipio de
Etzatlán con el fin de conocer estratigrafía que le permita establecer una
cronología de las tumbas de tiro.

Con la perspectiva de la disciplina de la historia del arte, Von Winning


(1972; 1996) presenta un trabajo en donde describe, clasifica e inclusive
interpreta varias de las cerámicas del Occidente descontextualizadas por el
coleccionismo y saqueo, que desgraciadamente siempre ha existido en la zona.
Las piezas, en su mayoría, ni siquiera se encontraban ya en el territorio
mexicano, por lo que su aportación permitió conocer varias de las
características de la cerámica en donde encontramos objetos como: las
figurillas antropomorfas monumentales, las maquetas, las figurillas sólidas, las
parejas de Occidente, entre otras, no menos importantes, en su mayoría
fechadas de manera relativa dentro de la existencia de las tumbas de tiro14.

Posterior a lo que se refiere a la tradición Teuchitlán existe un trabajo


que caracteriza algunos rasgos de la ocupación Posclásica (900/1000 d.C. a la
conquista), aproximadamente 500 años después del asentamiento de
Guachimontones. La investigación se presentó por los arqueólogos Herrejón y
Smith en el 2004, quienes excavaron y analizaron una unidad habitacional con
materiales característicos de la fase Huixtla y Atemajac, del Valle de Atemajac.
Los mismos investigadores actualmente continúan sus investigaciones dentro
del entorno de temporalidad de la tradición. Herrejón (2008b) trabajó en una
investigación sobre las unidades habitacionales de la tradición con el objeto de
13
Contemporáneo a la tradición Teuchitlán. Weigand, Phil. Comunicación Personal. 2008
14
Por información que obtuvo el investigador y por el hecho de que la mayoría de los objetos
provenían propiamente de extracciones de las mismas tumbas, es posible ubicarlas dentro de la
temporalidad de desarrollo y uso de las propias Tumbas de Tiro, y por ende de la tradición Teuchitlán.

- 15 -
Antecedentes

explicar la estratificación social. Uno de los recintos que exploró fue la Joyita,
localizada cerca del recinto principal de Guachimontones (Herrejón, 2008a,
2008b). Mientras que Smith15 estudia el fenómeno del patrón de asentamiento
en base en los modelos mesoamericanos, generando una propuesta de 5 tipos
de sitios con determinadas funciones dentro de la organización social de la
tradición

Finalmente, el proyecto PAPA, dirigido por Heredia Espinoza (2008),


representa el más reciente esfuerzo para entender la naturaleza del estado en
Teuchitlán. Su proyecto se trata de un recorrido regional en la zona Norte del
volcán de Tequila, en el cual se tiene como objetivo recolectar información
regional sobre patrones de asentamiento que nos ayuden a entender el grado
de centralizacióon e integración entre los distintos asentamientos dentro del
área núcleo.

Fuera del valle de Ameca-Tala-Etzatlán, en zonas vecinas al núcleo de la


tradición Teuchitlán, están los trabajos en el Cañón de Bolaños dirigidos por
Cabrero (1989). El proyecto ha arrojado una gran cantidad de datos relevantes
como información sobre los patrones de asentamiento, las costumbres
funerarias y los análisis de materiales. En el otro valle vecino, podemos citar
los trabajos de Beekman en el corredor de La Venta que consistieron en
realizar pequeñas excavaciones de prueba (Beekman y Weigand, 2008:239).
En el valle de Atemajac del estado de Jalisco, en donde actualmente se asienta
la cuidad de Guadalajara, surge un magno proyecto denominado “El Valle de
Atemajac”, del cual se desprenden los trabajos de Galván que surgen al nacer
el Centro Regional de Occidente de Jalisco (Galván, 1991:11). En su
investigación explora un total de 23 tumbas de tiro bajo un enfoque explicativo
más que descriptivo. Así explica la organización del grupo que elaboró dichas
tumbas y presenta una cronología que actualmente sigue vigente para los
estudios de occidente.

15
Tesis en desarrollo.

- 16 -
Antecedentes

Cuadro 1.1 Panorama general del desarrollo de las diferentes zonas trabajadas en el Occidente de México.
JALISCO COLIMA NAYARIT
Fechas PERIODOS Sayula Chapala Guachimontones (Beekman y San Blas
(Liot et, al, (Meighan y V. Atemajac (Beekman y Weigand, Bolaños Tuxcacuesco Armería (Mountjoy,
2006) Foote, 1968) (Galván, 1991) Weigand, 2008) 2008) (Cabrero, 2002) (Kelly, 1945) (Kelly, 1980) 1982)

1532
Tardío Tardía TONALÁ PERIQUILLO
POSTCLÁSICO

AMACUECA
1400 ETZATLÁN
TOLIMÁN II
1300 SANTA
Medio CHANAL
Temprana CRUZ
1200
TIZAPÁN ATEMAJAC
1100 HUIXTLA TASAJILLO
Temprano I
1000 II COJUMATLÁN ARMERÍA
SAYULA

900 CORALILLO
Tardío
800 TEUCHITLÁN II
CHAPALA GRILLO PIÑON COLIMA LOS COCOS
CLÁSICO

700 I
600 Medio
TEUCHITLÁN I
500
COMALA
400 II IXTLÁN
Temprano TUXCACUESCO (Tumba de
VERDÍA

AHUALULCO TEQUILA IV TUMBAS DE TIRO TEMPRANO


300 Tiro)
200 Tardía (Tumba de
(Tumba de
Tiro) ORTICES
100 I (Tumba Tiro)
TABACHINES ARENAL B (Tumba de
de Tiro) TEQUILA III COLONIZADORES
0 Tardío Tiro)
-100 USMAJAC ALDEANA
-200
PRECLÁSICO

Temprana
(Tumba de Tiro) TEQUILA II
-300 ARENAL A
-400
-500 Medio ATOTONILCO SAN BLAS
-600 SAN FELIPE
-700
-800 TEQUILA I
-900
-1000 Temprano TEPEHUAJE CAPACHA
-1100
-1200

Desarrollo de la Tradición Teuchitlán

1.2 EL JUEGO DE PELOTA: ¿Qué, dónde, cuándo y por qué?

Según vimos, uno de los elementos de la tradición Teuchitlán y en el que


se basa la investigación de la tesis es el juego de pelota, pero: ¿qué es?, ¿en
dónde, cuándo y cómo lo encontramos? y ¿para qué es? Pues bien, las
respuestas a estas preguntas son los objetivos clave del siguiente apartado, en
el que se plantean los antecedentes sobre la investigación de dicha practica.
Específicamente se discuten los aspectos descriptivos, distributivos,
temporales, espaciales y explicativos, con la finalidad de presentar un
panorama general en torno a tal elemento, para poder dar paso a desplegar
nuestras observaciones en el área de estudio y la propuesta final de la tesis.

1.2.1 Características
Dentro del mundo prehispánico se han podido identificar muchas
prácticas sociales que involucran juegos y eventos, que inclusive se realizaron
sólo durante el desarrollo de dichas sociedades. Tales acontecimientos los

- 17 -
Antecedentes

conocemos por medio de las evidencias referidas en varios códices


prehispánicos, esculturas cerámicas, murales, fuentes históricas y sobre todo
en arquitectura. Así, hemos podido conocer la existencia de cuatro formas del
juego prehispánico (Oliveros y Scheffer, 2004:266-269; Uriarte, 1992a):
1. Arrojar la pelota con las manos
2. Golpear la pelota con un bastón, palo o mazo.
3. Golpear la pelota con el pie, sin embargo, hay pocas evidencias.
Golpear la pelota con las caderas, forma de la que se tiene un mayor
número de evidencias arquitectónicas, objetos cerámicos y documentos
escritos.

El juego de caderas es el conocido tradicionalmente como juego de


pelota cuyo nombre cambia en cada región; ullamliztli u ullama. Tlachcos la
cancha en náhuatl, pokol pok o pok ta pok en maya, sú olim pitz en tzelzal,
tiquija láchi en zapoteco, taranduqua chanaqua o taranduni en purépecha
(Oliveros y Scheffer, 2004:269; Uriarte, 1992a). El espacio donde se
desarrolló, la cancha por así decirlo, es la única evidencia arquitectónica que
hasta el momento se ha encontrado. Dicha cancha está formada por dos
edificios paralelos (paramentos) separados por un espacio plano, largo y
estrecho (Taladoire, 2000:24). Con base en esto existen variantes como el
agregado de talud y estructuras a sus extremos (cabezales). Los juegos
pueden tener a sus extremos zonas terminales cerradas conocidas como I o
doble T (Ibid: 2000:24). El mismo autor propone una tipología de trece tipos
de canchas clasificadas según las variantes de su morfología arquitectónica
(Ibid: 2000; 2001:104).

Las canchas generalmente están ubicadas en un lugar central del núlceo


de las poblaciones como otro edificio, la orientación común de las estructuras
del juego de pelota es de Norte-Sur, algunas veces pueden estar ligeramente
inclinados hacia el Oeste o Este. Según los nuevos hallazgos, la fecha de origen
de la cancha más antigua que se ha reportado es entre el 1400- 1250 a.C.
fecha que se obtuvo en el juego de pelota del sitio El Paso de La Amada,

- 18 -
Antecedentes

Chiapas, por los arqueólogos Hill, Michel Blake Y John Clark (en Taladoire,
2000; 2001:107). A partir de ese momento la utilización del juego de pelota se
extendió a lo largo de Mesoamérica. Actualmente se cuenta con un total de
1,560 canchas en 1,275 sitios prehispánicos (Taladoire, 2001:98; Fernández-
Villanueva, 2004), de ellas el 5.5% -86 (Taladoire, 2001:98) u 87 (Weigand y
García, 2005:45)- se localizan en el Occidente de México y datan del periodo
Formativo Tardio hasta el Clásico Temprano, que en relación con el total de
canchas de Mesoamérica que aparecen en ese periodo de tiempo, representan
más del 50%.

Los símbolos con los que se asocia la estructura son generalmente:


rayos solares, serpientes entrelazadas, chalchihuites o piedras preciosas,
caracoles cortados, simios y guacamayas (Oliveros y Scheffer, 2004:273;
Uriarte, 1992). Mientras que los artefactos asociados son esculturas de piedra
que muestran yugos, candados, palmas, hachas y rieles, esto sobre todo en la
zona Maya (Oliveros y Scheffer, 2004:274; Uriarte, 1992).

Los trabajos que se han desarrollado para conocer, caracterizar y


explicar esta práctica mesoamericana, en cierto modo, se puede decir que
comenzaron desde la colonia por documentos narrativos de varios de los
cronistas, como Fray Toribio de Benavente (Motolinia), Fray Bernardino de
Sahún, Fray Diego Durán, Juan Bautista de Pomar, Diego Muñoz Camargo,
Fernando López Alvarado Tezozomoc y Francisco López de Gómara (Serra y
Durand, 1992). Sin embargo, los estudios formales por disciplinas históricas y
antropológicas, acerca del juego de pelota, comienzan entre 1885 y 1920 por
Desirée Charnay, Teobert Maler, Alfred Maudslay, Eduard Seler y Kart Sapper,
los cuales describen, dibujan y hacen planos de canchas de juegos de pelota,
sobre todo en la zona maya (Serra y Durand, 1992:17).

Durante los primeros años de la década de los 20 se estaba


desarrollando el trabajo de Samuel Lothrop, el cual, más que la caracterización
de las canchas, presenta una interpretación de esculturas y símbolos asociados

- 19 -
Antecedentes

a ellas, proponiendo que los yugos representaban cintos (Serra y Durand,


1992).

Posteriormente en 1930 aparecen los trabajos de Frans Blom, que


registran cuarenta sitios en la zona central con evidencias de la práctica y
proponen que esta zona es el origen del juego de pelota. Catorce años más
tarde, Linton Satterhwaite en 1944 usa una nomenclatura sistemática de los
rasgos arquitectónicos, con el fin de presentar una clasificación. Sin embargo,
en un primer intento no logra una clasificación comprensible siendo hasta dos
años después que presenta una triple clasificación basada en las diferencias de
la sección vertical, utilizada por Jorge Acosta y Hugo Moedano (Serra y
Durand, 1992:17). Fue dos años después, en 1948 que Teodor Stern dio una
descripción, parecida a una tipología, más comprensible, y un análisis de varias
formas de juego de pelota.

Stephan F. de Borhegyi en 1961 planteó que los jugadores usaban las


manoplas para apartar la pelota y protegerse la mano y el cuerpo. A partir de
este año aparecen importantes trabajos como los de Ledyard Smith en 1961,
Jacinto Quirarte en 1972 y Eric Taladoire en 1981; subsecuentemente
presentan una tipología que completan y concretan las de Acosta y Moedano,
presentadas en los años cuarenta. El Trabajo de Taladoire es el estudio más
amplio del juego de pelota Mesoamericano.En él presenta análisis de los
trabajos previos así como de fuentes históricas, y propone la nueva
clasificación a partir de 480 canchas (Serra y Durand, 1992), tipología que en
los últimos años ha sido actualizada por el mismo autor gracias al incremento
de datos arqueológicos, resultando en trece tipos diferentes según las
características morfológicas de las canchas (Taladoire, 2000; 2001). En estos
últimos trabajos el autor resume la evolución del juego y examina sus aspectos
simbólicos.

- 20 -
Antecedentes

1.2.2 Distribución
El rasgo del juego de pelota en Mesoamérica se destruye a lo largo del
territorio, en diferentes temporalidades a partir de los primeros asentamientos
hasta la llegada de los conquistadores. Su evidencia tiene una distribución
amplia, en todo lo largo del territorio mesoamericano y su parte Norte.

El juego más antiguo se encuentra en el sitio de La Amada, Chiapas.


Este tiene estructuras paralelas de 80m. de largo y 35cm de ancho (Taladoire,
2001:107). Al Sur de Chiapas encontramos ejemplares de juegos de pelota
desde el Preclásico Temprano en los sitios de Finca Acapulco, El Vergel y San
Mateo (Agrinier, 1991:176). Son del tipo I abiertos y se encuentran orientados
de Norte a Sur con una desviación de 13° a 25° hacia el Este (Ibid: 177). En la
frontera con Belice existe un juego de pelota en el sitio La Libertad, la cancha
se localiza al Norte del complejo arquitectónico mayor al que se asocia
directamente. (Ibid: 177). En el Preclásico Tardío igualmente se han registrado
tres canchas: Santa Rosa, Santa Cruz y Rancho Alegre, topos del tipo abierto.
El ejemplar de Santa Rosa tiene una pequeña estructura localizada al final del
campo de juego. Al Norte de Belice y a lo largo del Río hondo/Río Azul se han
registrado recintos de juego de pelota también del Preclásico Tardío,
generalmente, los edificios no se localizan dentro de los complejos de edificios
de elite ni residenciales, más bien los encontramos asociados a edificios
públicos. Algunos investigadores sugieren que su distribución para el Preclásico
Tardío es algo común en la región maya y representa una institución bien
establecida (Scarborough et al, 1982:22; 1991:132). Esto lo deducen debido a
que presentan una orientación uniforme y un patrón de asentamiento armónico
con lo que respecta al resto de las estructuras, con las que se asocian
indirectamente (ya que no comparten ninguna), es decir, son áreas cuya
elaboración fue debidamente planeada (Scarborough et al, 1982:32-33). Sin
embargo, no se puede negar que las canchas del Clásico Temprano al Tardío
las rebasan en número, sobre todo en la zona Sureste de las tierras bajas
(Scarborough, 1991:132).

- 21 -
Antecedentes

Canchas bien documentadas de juego de pelota en el Clásico Temprano


son las de Palenque y Copán, mismas que presentan evidencia de una
secuencia larga de uso (Ibid: 132). En el caso del Sur de Chiapas para el
Clásico Temprano y Medio se incrementa el número y tamaño de los
asentamientos y con ello el número de canchas, mientras que para el
Posclásico sólo hay cuatro (Agrinier, 1991:194).

Por otro lado, en las tierras bajas, en la Península de Yucatán, el juego


de pelota aparece entre el Clásico Temprano - Medio y Clásico Tardío -
Posclásico Temprano (Robertson, 1992:203) junto con el apogeo de la zona;
propiamente en al Norte de la península se han registrado 23 canchas de juego
de pelota, de las cuales existe una en Uxmal (Kurjack et al, 1992), una en
Edzna y 13 en la ciudad de Chichén Itzá, tanto en los confines como en los
conjuntos principales, como es el caso de “El Gran Juego de Pelota” que
presenta dimensiones monumentales (167m X 70m) (Robertson, 1992:206).
La cantidad de sitios con cancha es muy alta, a lo que se suma la gran
cantidad de sitios que presentan figurillas que hacen referencia a esta actividad
como es el caso de Jaina y Ichmul (Ibid: 206).

En área Oaxaqueña se tienen registrados 100 juegos de pelota


(Taladoire, 2001:98-Tabla 2) que han sido debidamente explorados (Carmona,
1992:74). Sus características generales son: orientación Norte – Sur o
inclinada unos 15° o 20° al Oeste u Este, ausencia de anillos, ubicación
generalmente en los lugares privilegiados o plazas principales (Carmona,
1992:75) y la presencia de nichos en sus cabezales que pudieron permitir
poner la imagen de la deidad, marcar el lugar donde debería llegar la pelota,
una ofrenda o la mercancía de apuestas (Carmona, 1992:66)

En el área de los Valles Centrales de Oaxaca, el primer juego de pelota


registrado dentro de un pueblo cabecera grande tuvo lugar en San José
Mogote en el valle de Etla (400/200 a.C.). Otro juego de pelota destacado es el
de Dianzú, ya que se han registrado incisiones de jugadores de pelota y una
escena de sacrificio y decapitación (350 a.C.). El edificio está orientado

- 22 -
Antecedentes

aproximadamente unos 25° al Este (Carmona, 1992:64-65). Dentro de la fase


del apogeo constructivo de la gran capital de Monte Albán (200-900 d.C.),
también floreció la cancha del juego de pelota (Ibid: 63), que según Carmona,
pudo haber existido desde antes pero sin una construcción tan majestuosa. Ya
que de las dos canchas de juego de pelota que existen en la cuidad, una, la de
la zona principal en la parte Noroeste, presenta dos etapas constructivas: la
primera en el Preclásico Tardío al Clásico y la segunda en el Clásico Medio
(Ibid: 66). El juego chico lo encontramos al poniente del palacio de la tumba
105, asociado a una urna que representa la deidad del agua llamada Cocijo. La
cancha tiene forma de I (Ibid: 66-67).

En la zona Mixteca (valles de la sierra y parte de la región del Pacífico)


destaca el juego de pelota de Yucuñudahui, sitio ubicado en la cima de una
montaña mirando al Norte del valle de Nochixtlán, y la cancha tiene una
orientación de N-S. En el sitio de Atzomba (Clásico y Posclásico Temprano)
existen seis juegos de pelota, uno asociado a la plaza principal; sin embargo,
el de mayor tamaño lo encontramos en una terraza en la parte periférica del
sitio. Otro sitio con juego de pelota (datado para el Posclásico) es Guingola, en
donde hubo un juego de pelota del tipo I asociado a los palacios y edificios
ceremoniales (Carmona, 1992:70).

En el Golfo de México, surgió lo que para muchos en su momento fue la


cultura madre de las sociedades mesoamericanas, Los Olmecas (1200 a 200
a.C.) (Castro, 1992:77), sin embargo, conforme las investigaciones han
avanzado se han registrado fechas tempranas que datan varios elementos
mesoamericanos anteriores a esta zona, como es el caso del juego de pelota
que se registra previamente en Chiapas, antes del formal desarrollo de la zona
Olmeca (Taladoire, 2001:207). Es preciso señalar que no se niega que para
esta zona tenemos desarrollos culturales que marcan en cierta forma la vida
mesoamericana.

- 23 -
Antecedentes

En el caso particular del juego de pelota el registro arquitectónico es


nulo.Existen algunos indicios que no han sido comprobados en el sitio La Venta
y San Lorenzo (Castro, 1992:81). El resto de las evidencias recaen en figurillas
que representan jugadores de pelota y en elementos asociados a tal práctica
como la decapitación que se representa en las cabezas colosales líticas (Ibid:
80). No fue sino hasta el período Clásico (100 al 1000 d.C.) cuando
aparecieron las primeras canchas del juego y artefactos relacionados como:
yugos, palmas y hachas (Ibid: 81).

En lo que respecta al Norte de Veracurz, en el sitio más representativo,


Tajín del Clásico Tardío y Posclásico, se tienen registradas 16 canchas
(Beristain, 1992:108), cuyo patrón de asentamiento fue determinado por la
topografía del sitio (Raesfeld, 1991:183), ya que no presentan una orientación
uniforme porque varían de 4° az a 320° az. El juego de pelota Sur presenta
una asociación directa con dos edificios o templos (Ibid: 182-183).Así mismo,
otras canchas se localizan en barrios y a niveles domésticos (Ibid: 183). Un
dato curioso es que también se ha propuesto que se practicaban varios tipos
de juegos de pelota en el Tajín, incluyendo la modalidad con bastón,
representada desde fechas tempranas por figurillas del Opeño en Michoacán
(Oliveros, 1992; 2004; Oliveros y Scheffer, 2004), en el Clásico en
Teotihuacan (Uriarte, 1992) y por grupos tarascos.

En el centro de México, el panorama no es diferente, la primeras


representaciones del juego de pelota son inferidas por las figurillas de Tlatilco,
Cuicuilco y Ticomán, en el Formativo Temprano-Medio (Beristain, 1992:102).
Mientras que la evidencia arquitectónica aparece en Puebla a partir del
formativo Tardío al Posclásico, sumando un total de 79 canchas registradas en
66 sitios (Taladoire, 2001:98-Tabla 2). Entre los sitios encontramos: en el
Preclásico a Capulac-Concepción; en el Clásico Temprano al sitio La Manzanilla;
en el Clásico Tardío y en los principios del Posclásico sitios como: Xochicalco
(3 canchas) y Chalcatzingo (1 cancha) (Ibid: 103). Sin embargo, durante el
Clásico en Teotihuacan no se tienen registradas arquitectónicamente las áreas
formales del juego, pero existe evidencia importante de la práctica en el mural

- 24 -
Antecedentes

de Tepantitla, que exhibe varias formas de juego de pelota y las ceremonias


asociadas al mismo, incluidas la decapitación y mutilación (Uriarte, 1992:118).
Para el Posclásico Tardío el panorama es un poco desolador, sobretodo por la
desaparición del centro urbano de La cuidad de Tenochtitlán (Solís, 1992:143).
Sin embargo, la evidencia de canchas en este recinto es referida en las
fuentes históricas españolas y por algunos objetos descubiertos a lo largo del
siglo XX como: maquetas en piedra, pelotas de piedras, instrumentos
musicales asociados, artefactos líticos, entre otros (Solís, 1992; Matos, 2001).

Ahora nos trasladaremos al Occidente de México, en donde vemos que la


presencia de elementos que sugieren la práctica del juego de pelota aparecen
en fechas anteriores que en las demás zonas de Mesoamérica. El caso mejor
documentado de ello es el de Michoacán, en donde gracias a las exploraciones
de las tumbas en el Opeño se obtuvieron varias figurillas que representan
jugadores de pelota de bastón (Oliveros, 1992; 2004; Oliveros y Scheffler,
2004). Tumbas similares se han reportado en el estado de Jalisco, sin
embargo, no sabemos nada de su contenido debido a que fueron saqueadas16.

Hallazgos recientes en la zona arqueológica La Soledad de Maciel, en el


poblado del mismo nombre ubicado en el municipio de Petatlán, Guerrero,
apuntan a la presencia de una cancha de juego de pelota que podría
representar una de las más grandes de la época mesoamericana, ya que
cuenta con 160m. de largo por 29 de ancho y se estima que aún falta un tramo
grande17.

En Jalisco, dentro del área nuclear de la tradición Teuchitlán, se han


registrado más de 87 canchas de juego de pelota (Weigand, 2005:45).
Weigand, gracias a la evidencia arquitectónica y a objetos cerámicos conocidos

16
Weigand, Phil. Comunicación personal. 2008
17
2008, “Descubren en Petatlán el centro de juego de pelota más extenso” en La Jornada de
Guerrero, 29-11-2008, Francisca Meza (Corresponsal). Revisado en Revista Digital de Estudios de
Patrimonio Cultural, Link:
http://engukuani.colmich.edu.mx/red/index.php?option=com_content&task=view&id=681&Itemid=46
Fecha de Consulta. 04 Dic. 2008

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Antecedentes

como maquetas18, ha identificado tres diferentes tipos de canchas (Weigand,


1993:183; Weigand y García, 2005:57-Fig.1) (Figura 1.1), que por sus
primeras observaciones describió como:
Cancha tipo I: Se trata de los juegos de pelota monumentales. Constan
de dos paramentos, con tres estructuras sobre cada uno, dos cabezales con
terrazas, por lo general uno de ellos asociado directamente a un conjunto
circular “guachimonton”. Sus medidas oscilan entre los 80 y 90m. de largo,
con un ancho entre los 8 y 12m. Los paramentos rara vez miden más de 8m.
de ancho y pueden presentar de alto 2 o 4m. (Weigand, 1993:188). Hoy
sabemos que rebasan esas medias como la cancha monumental de
Guachimontones que alcanza los 111m. de largo por 22 de ancho (Weigand y
García; 2005:46).
Cancha tipo II: La cancha presenta dos paramentos que marcan los
confines laterales del área de juego, sobre cada uno, al igual que en el tipo de
juego anterior, se estima que hay tres estructuras sobre cada paramento y en
sus extremos dos cabezales. Entre los paramentos y cabezales forman una I
abierta. Este tipo presenta dos variables definidas por sus medidas:
II A: Mide 40m de largo con un ancho de 4 a 6m. de cancha. Los
paramentos por lo general tienen 1 metro de alto mientras que los
cabezales 1.5m.
II B: Mide entre 50 a 60m. de largo de cancha.
Cancha tipo III: Presenta los dos paramentos laterales básicos, pero en
sus extremos no hay cabezales. Sus medidas oscilan entre los 30 y 40cm. de
largo y 10 de ancho, cada uno presenta una altura entre los 50cm., 1.5 y 2m.
de ancho.

Estos tipos se han incluido en la tipología propuesta por Taladoire en


1981, figurando el tipo número XIII con sus variantes respectivas 1, 2, 3.
(Taladoire, 2000; 2001).

Estos objetos cerámicos conocidos como “maquetas” representan actividades de la vida social de un
18

grupo en tres dimensiones, el nombre es otorgado por la similitud que presentan con las actuales
maquetas arquitectónicas. Cabe señalar que estos objetos sólo aparecen en el Occidente de México
durante el desarrollo de la tradición Teuchitlán. Se han interpretado como el equivalente a un tipo de
códice (Weigand Phil. Comunicación personal. 2007).

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Antecedentes

El tipo I se ha registrado en siete sitios: Guachimontones, Loma Alta,


Ahualulco, El Saucillo, Santa Quiteria, Santa Rosalía (Weigand, 1993:189-190;
Weigand y García, 2005:47) y Navajas (Weigand y Garcia, 2005:47; Beekman,
2005b:78). Todos asociados directamente al centro ceremonial. El primero, el
juego monumental de Guachimontones, es considerado por Eric Taladoire
como el juego más grande de su época en Mesoamérica (Weigand y García,
2005:50); de largo mide 111m. y de ancho 24m. cubriendo un total de 2662
m2. Hoy sabemos que el juego del sitio de Santa Quiteria rebasa estas
medidas, alcanzando los 135m de largo por 24m. de ancho lo que cubre un
total de 3240m2. El juego de pelota I de Loma Alta, junto con los de Santa
Rosalía, Navajas y El Saucillo, son aproximadamente 20-40m. más chicos que
los juegos anteriores19.

Del tipo II, junto con sus dos variantes, se han registrado en sitios
periféricos. En algunos casos también se presentan en la zona nuclear, pero no

Figura 1.1 T ip ología d e las c an c has de juego de p elota en la traón


dicTi euc h itl
án (We igan d y G arcía, 2 0 0 5 :5 -7Fig .1 .)

8 - 12 m

8m 4 -6m
4 - 6m

10 m
50 - 60 m
80 - 90 m

40 m

30 - 40 m

TIP O II
(W eigan d, 1 9 9 3 )
TIP O I TIP O II I
IIA IIB (W eigan d, 1 9 9 3 )
(W eigan d, 1 9 9 3 )

TIP O X III v 2
TIP O X III v 1 (T a ladoi re, 2 0 0 0 ) TIP O X III v 3
(T a ladoi re, 2 0 0 0 ) (T a ladoi re
, 2 000)

19
Ver el análisis de morfologico detallado de las canchas en el Anexo del documento.

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Antecedentes

están relacionados directamente con el recinto principal, sino con círculos más
pequeños (Ibid: 46). Las exploraciones de este tipo de juegos, pese a la gran
cantidad que se tienen registrados, son escasas, una se realizó a principio del
año 2006 en una cancha ubicada en la zona periférica del sitio de Loma Alta20.

Del tipo III, las evidencias arquitectónicas son menores, una cancha bien
registrada se localiza en el sitio de Las Pilas (Weigand, 1992b:139-240) y otra
posible en El Campanillo21. Arquitectónicamente también las están reportadas
en el Norte, en la cultura Chalchihuites asociadas a complejos residenciales y
edificios circulares sencillos22. Se tiene registrada una posible representación
de este tipo en Colima en un objeto lítico, que a diferencia del tipo III su
forma es mas bien cuadrada23. A su vez existen dos maquetas cerámicas que
sugieren su existencia (Weigand, 1992b:139; 1993:183).

No se sabe con certeza si existe un indicador cronológico en la


morfología de la cancha tipo III y las canchas del tipo II y I, debido a los pocos
trabajos realizados en sitios en donde se presenta el tipo III. Cabe señalar que
acompañadas con la evidencia de dichas canchas existen objetos cerámicos
denominados maquetas, que presentan la práctica en forma dinámica en los
tipos de cancha III y II (Weigand, 1992b:239), por lo que es probable que su
uso haya sido contemporáneo o en diferente momento temporal pero dentro
de la reminiscencias del mismo grupo. También existen figurillas que
representan a jugadores de pelota que no solo encontramos concentradas en
la región sino en todo lo largo del área del Occidente de México (Day, 2006)24.

20
Excavaciones realizadas dentro del marco “Proyecto Arqueológico de Loma Alta” durante la
temporada 2006 bajo la supervisión de Ericka Blanco, Jorge Herrerón y Sean M. Smith, cuya finalidad
fue la obtención de datos que demandaba la presente tesis.
21
Weigand, Phil. Comunicación Personal. 2008
22
Weigand, Phil. Comunicación Personal. 2008
23
Weigand, Phil. Comunicación Personal. 2008
24
Varias de ellas se han interpretado como jugadores debido a que en una de sus extremidades
superiores sostienen un objeto esférico (Ver: López y Ramos, 2006:72-Fig. 19; Day, 2006:159-Fig. 5,
6, 17 y 23), sin embargo, por medio de un estudio etnográfico en el centro de México, existe la
propuesta de que mas bien se tratan de representaciones de una práctica de combate en donde se
involucra un objeto con las mismas características (Zorich, 2008:48-49).

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Antecedentes

En zonas circundantes, en la cultura de chalchihuites Zacatecas dentro


del Clásico Medio y Tardío del Clásico Mesoamericano (Kelley, 1997:207)
encontramos también juegos de pelota sin cabezales reportados por Kelley
(Kelley, 1991; Weigand, 1992b:240), el mejor documentado es la cancha del
sitio de Gualterio Abajo, que por la asociación de materiales fue datado dentro
de la fase Canutillo (Kelley, 1991:90-91). Así mismo, se suman varias canchas
en forman de I cerrada o abierta, que alcanzan el periodo posclásico (Kelley,
1991:87-90), reportadas también en la zona de Zacatecas: en el sitio de La
Quemada, Alta vista, el Teul, entre otros (Kelley, 1991:87-88) y en Durango
en sitios como Schroeder (Kelley, 1991:89). En Colima existe una cancha sin
cabezales labrada en piedra, sin embargo, es poco inusual debido a que la
forma general es casi cuadrada, tal morfología no ha sido encontrada
arqueológicamente en ninguna zona de Occidente (Weigand, 1992b:239).

En el Clásico Medio, entre los años 50-440 d.C. se reporta una cancha
de juego de pelota en el sitio de El Piñón (Cabrero, 2007:222), ubicado una
zona vecina al Volcán de Tequila, la región de Bolaños. Sin embargo, son pocas
las evidencias hasta el momento de este periodo, por no decir que la única que
hace referencia a la práctica está localizada en Jalisco y sus confines. En
Michoacán el panorama es distinto debido a que encontramos, dentro de la
época clásica y Posclásico Temprano, 29 canchas distribuidas en 29 sitios
(Taladoire, 2001:98-Tabla 2), las cuales se localizan dentro de los yacimientos
cívico-religiosos. La forma convencional es I cerrada o abierta (Flores,
1992:110). Veintitres de estas canchas se localizan en el área Norcentral del
estado, en los actuales municipios de Panindícuaro, ocho en Penjamillo, cuatro
en Zacapu, dos en el Cerro de Zanáparo y en uno Valle Jiménez. En Milpillas en
Zacapu el juego de pelota es de forma I cerrada y tiene una orientación Este–
Oeste. (Flores, 1992:110-111). Otro recinto importante es el Tingambato o
Tinganio, sitio con contactos teotihuacanos que tiene una cancha de juego de
pelota de forma I cerrada con marcadores que se encuentra en la parte Oeste
de la gran plaza, presenta una orientación N-S. (Flores, 1992:111-113). En
Guerrero se han descubierto 36 canchas en 32 sitios (Taladoire, 2001:98-Tabla

- 29 -
Antecedentes

2)que en su mayoría presentan anillos como marcadores y también están en


las plazas principales. Se han registrado a su vez otros con vestigios
relacionados a la práctica (Flores, 1992:113).

Finalmente, para el Posclásico se ha registrado, en el sitio Las Cuevas en


la cuenca de Etzatlán, una posible cancha de 125m. X 20m. (Weigand,
1992b:258). En el actual municipio de Tonalá, dentro de la ciudadela inferior
de un sitio, ya destruido por la urbanización, existe el registro de una cancha
del tipo I cerrada que mide 45-50m. X 17m. (Weigand, 1992b:259).

Con lo que respecta al Norte, fuera del territorio delimitado como


mesoamericano, el panorama se torna un poco diferente, ya que, no obstante
la existencia del juego de pelota es una evidencia clara de la inter-relación con
Mesoamérica (Wilcox, 1992:267) que la forma de la cancha es distinta y su
práctica aparece posteriormente. Entre la época del Clásico Tardío al Posclásico
Temprano, en los grupos Hohokam, la forma difiere de manera drástica,
debido a que donde se cree que la practica del juego de pelota de hule
mesoamericano, es en grandes ribazos que circundan pisos ovalados25 (Ibid:
267). De hecho, la práctica se confirma con la evidencia de tres pelotas de
hule, pelotitas de piedra (Ibid: 270) y artefactos de piedra con un parecido a
las manoplas (Wilcox y Sternberg, 1983 en Wilcox, 1992:267). En total se han
reportado 200 de las estructuras (Wilcox, 1992:267), desgraciadamente, no se
sabe a ciencia cierta si el juego de pelota era de cadera o de bastón, sin
embargo, como se comentaba, hay evidencia de pelotas de hule y de pelotitas
de piedra. También hay evidencia de remos de madera asociados directamente
a una cancha localizada en un sitio llamado Tres Álamos (Ibid: 270).

En la región de Casas Grandes Chihuahua, posteriores a las evidencia


Hohokam, aparecen los juegos de pelota en forma de I, tanto cerrados como
abiertos (Wilcox, 1992; Whalen y Minnis, 1996). Hay indicaciones de que el

25
Para muchos autores mas que canchas de juego de pelota, son lugares en donde se realizaban
bailes o “mitotes” (Weigand, Phil. Comunicación personal. 2008), sin embargo, la presencia de
artefactos involucraos al juego, como pelotas, nos dan referencia a su practica en tal lugar.

- 30 -
Antecedentes

tipo de cancha abierta pudo ser más temprano, sin embargo en el caso de uno
de ellos hay evidencia de su continuo uso hasta fechas tardías, por lo tanto,
podemos decir que mas bien todos son contemporáneos y no existe
claramente una cronología en las formas (Whalen y Minnis, 1996:737). En
total se han registrado y estudiado en la zona 21 canchas: 15 en Chihuahua, 4
en Sonora, y 2 en nuevo México, las cuales morfológicamente representan tres
tipos (Ibid: 735-739):
 Tipo Ia y Ib: I cerrada y abierta respectivamente
 Tipo II: T cerrada o abierta, un ejemplo de estas canchas es registrado
por Di Peso y su grupo de trabajo (1974) en Paquimé.
 Tipo III. Cancha Abierta. Dos muros paralelos.

De manera habitual se encuentran orientadas de Norte-Sur con una pequeña


inclinación de 20° a 2° hacia el Oeste o Este en menores ocasiones. (Ibid: 38-
739). Las asociaciones en los asentamientos grandes suceden igual. En
Paquimé encontramos la Cancha 3 que se encuentra adaptada a la Unidad 14,
presenta grandes dimensiones y es del tipo I, orientada a 353°, la cual es
referida por Di Peso como una cancha de juego de pelota ceremonial por su
limitado acceso, mientras que encontramos otras dos canchas pequeñas del
tipo I y II asociadas a las residenciales, a las cuales se refiere Di Peso como
canchas publicas (Ibid: 740). Cabe destacar que en está zona no existe una
relación entre el tamaño del recinto del juego de pelota con el yacimiento al
que se asocia, ya que puede haber grandes juegos de pelota en áreas de
poblado pequeñas y viceversa. (Ibid: 740).

1.2.3 Propuestas
Muchos han sido los intentos por determinar el verdadero papel que
representaba el juego de pelota dentro de la vida de los grupos prehispánicos.
Las explicaciones en torno a la práctica han tomado varios matices, por
ejemplo, están las que se han hecho en relación al carácter astronómico, entre
las que figuran investigadores como Eduardo Seler entre 1887 y 1909 (Serra y
Durand, 1992:20), quien al interpretar varias pinturas rituales del centro de
México concluye que el juego representa un movimiento solar/astral/lunar, por

- 31 -
Antecedentes

la semejanza de la trayectoria de la pelota con los movimientos del Sol y de la


Luna, mientras que la cancha era una metáfora cósmica de la tierra y los
cuatro puntos cardinales (Ibid: 20). Lotear Knauth en 1961 interpreta el
sacrificio que involucra al juego de pelota como el drama cósmico cuando la
luna (femenino, fertilidad) es inmolada en las frecuentes representaciones
rituales que muestran su decapitación; esto para dar paso a la salida del Sol,
el gran sostén del Universo (Ibid: 20). Walter Krickeberg, por otro lado, en
1966, presenta una interpretación basada en documentos históricos y en
hallazgos arqueológicos, como las cuatro famosas partes del pectoral de oro
descubierto en 1932 como parte de la ofrenda de la tumba 7 de Monte Albán,
coincide con Caso de que dicho pectoral representa el transito vertical del
universo. Krickeberg sugiere que el juego de pelota tenía un significado
celestial más que terrenal, acepta que el juego de pelota representa
movimientos solares, lunares y astrales, y añade el conflicto entre las fuerzas
duales de la luz y la oscuridad (Krickeber, 1966).

El mismo pectoral es interpretado por Carmona (1992); quien presenta


una explicación de los sucesos que muestran las cuatro placas que lo forman.
En el primero encontramos un juego de pelota con dos deidades, ambas
sosteniendo una pelota, en medio de ellos está un cráneo que representa,
según la autora, a Tezcatlipoca (Carmona, 1992:68), argumentando que el
juego de pelota representa el carácter dual, es decir, tiene como significado la
lucha entre los poderes antagónicos: la vida y la muerte, el día y la noche
(Ibid: 68), en donde la propia cancha representa a el cielo, lugar donde se
desarrolla esta lucha eterna (Ibid: 68). Una interpretación similar sobre el
juego se presentó anteriormente, en 1972 por Esther Pasztory, quien propone
que el juego representa la muerte y el nacimiento del Sol. En su esquema el
Sol y su hermano Venus son sacrificados en el juego por las deidades de la
muerte por lo que cae la noche, pero juntos derrotan al poder de la oscuridad
y surge de nuevo el sol renacido en la mañana.

- 32 -
Antecedentes

Otras tesis que siguen estas tendencias para explicar juegos en el


Clásico de Copán, Tajín y Chichén Itzá, proponen que el juego de pelota se
realizaba en el equinoccio, ya que mediante magia simpática o de atracción, el
Sol renace del inframundo (Serra y Durand, 1992:21). En los años 70‟s y 80‟s
comienzan a parecen interpretaciones basadas en las aventuras de los Héroes
Gemelos del Popol-Vuh, como ejemplo podemos mencionar a Michel Coe, Linda
Échele y Mary Miller en 1986, ellos suponen que la versión Maya del juego de
pelota representa una práctica frecuente de conexión con el sacrificio de los
derrotados; los jugadores vestidos como los Héroes Gemelos de Popol-Vuh
reprensaban el combate con las fuerzas de la oscuridad, los soberanos del
inframundo (Ibid: 21).

El presente trabajo se inclina hacia las interpretaciones que refieren al


juego como una práctica relacionada con el poder político, que aunque no
descartan la existencia de una ideología tras la práctica, piensan que el papel
del juego muchas veces funge en sectores políticos. Como ejemplos podemos
mencionar a varios exponentes como: Beatriz Braniff en el Norte de México
(Baus, 1992); Michael Whalen y Paul Minnis (1996) que explican que en la
centralización de Casas Grandes en la zona de Chihuahua, el juego de pelota
sirve como un elemento de integración política, económica y religiosa (Whalen
y Minnis, 1996:741-745). Tal argumento apoya las ideas de Wilcox, que
gracias a los juegos de pelota ubicados al Norte en la región Hohokam,
propone que en ellos es donde se logra dar forma legal a las nuevas realidades
de las corrientes de intercambio que surgen a raíz del uso de la agricultura de
riego y los aumentos de población (Wilcox y Sternberg, 1983, pp. 228-232;
Wilcox, 1987b; Wilcox, 1991a citado en Wilcox, 1992:274).

Por otro lado, en el Occidente de México, Phil Weigand explica que entre
los sitios de la tradición Teuchitlán, entendidos dentro de un modelo de
estados segmentarios (Southall, 1956; 1988) del que hablaremos en el
siguiente capítulo, el juego de pelota funge como un conciliador de conflictos
políticos y económicos (Weigand, 1993:195:196; Weigand y García, 2005:55).

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Antecedentes

En el área maya, John Fox (1991), también dentro de una organización estatal
segmentaría del Quiche durante el Posclásico, propone en base en el relato del
Popol-Vuh, que el juego de pelota se ubica dentro de la cosmovisión de los
cuatro rumbos que según la creencia se encontraban en continua competencia,
escena que le da las pautas para explicar el patrón de asentamiento del Quiche
y por ende a las canchas del juego de pelota, lugar que según el autor
representa al universo partido en dos (Fox, 1991:219). La integración al
sistema de creencias lo ubica dentro de un ritual de cohesión e integración de
la sociedad, siendo el lugar ritual de la batalla entre el Norte (gente de la Luz)
y el Sur (gente de obscuridad). Así, en su propuesta sugiere que el juego de
pelota es un lugar de gozo, que enfatiza alianzas a través de oposiciones
complementarias, lo que relaciona al juego de pelota ritual con relación al
conflicto institucional (Ibid: 226). Inclusive menciona al juego de pelota como
un indicador de frontera, porque hay juegos de pelota en donde los límites
estatales terminan (Ibid: 226).

Joseph Michels en Kaminaljuyu (1979) también lo relaciona con la


solución de conflictos y Merle G. Robertson (1992), quien sugiere que en el
contexto de una política centralista característica del Posclásico en las tierras
bajas Mayas el “Gran Juego de Pelota” de Chichén Itza fungió como un
elemento integrador, que tenia la finalidad, junto con las otras estructuras de
la plaza principal, de resaltar la capital central (Robertson, 1992:216).

Tendencias actuales se refieren al juego como una práctica relacionada


al control de bienes, es decir, lo ubican en el sector económico de las
sociedades. David R. Abbott et al. (2007) en sus investigación en los desiertos
del centro y Sur de Arizona relaciona a las canchas de las Villas Hohokam como
el lugar ideal para regatear y practicar el intercambio, es decir mercadear
(Abbott et al. 2007:461). Su Explicación se basa en las evidencias de la
concentrada producción de cerámica de la cuenca del Phoenix, en donde el
juego de pelota es un elemento regulador de las operaciones económicas.
Concuerdan con Wilcox (1992) en el aspecto del juego como un lugar

- 34 -
Antecedentes

integrador y explican que es ahí donde se reúnen de todas partes del área para
practicarlo, y a su vez llevar a cabo el intercambio de bienes entre los llegados.
Así mismo, agregan, que más que sólo intercambiar bienes, está ligado a la
compleja red económica de la cerámica, es decir, existe una especialización en
cada lugar que crea una fluctuación religiosa, política y económica. Por lo
tanto, el juego de pelota era crucial para poder lograr la integración.

Por último, no se debe dejar a un lado el carácter deportivo,


esparcimiento y actividad relacionada con las apuestas que las mismas
crónicas describen y que varios autores no han descartado, como es el caso de
Vernon L. Scarborough quien además de sugerir su uso en los niveles de rol,
estatus social y cognitivo, lo reconoce dentro del nivel recreativo
(Scarborough, 1991:143).

1.3 EL JUEGO EN LOS CÓDICES

Un antecedente primordial sobre la práctica es la que relatan


propiamente los integrantes de los grupos mesoamericanos y los
conquistadores españoles que tuvieron íntimo contacto con ellos. Lo
consideramos como primordial, debido a que mucho de lo que estos relatos
nos dictan, nos da la pauta para sustentar nuestras explicaciones en torno a tal
evento en el capítulo final.

De tal suerte, al consultar las fuentes históricas, podemos conocer


aquellos datos que nos expliquen y describan propiamente el evento y la
posible cognición detrás de su práctica, para finalmente contrastarlos con los
datos arqueológicos obtenidos mediante la investigación y así poder explicar
nuestras hipótesis sobre la función de los juegos de pelota en la zona de
Teuchitlán. Cabe señalar que se tiene presente que dichos escritos relatan, en
su mayoría, eventos que sucedieron después de más de mil años del
nacimiento de la era cristiana, es decir, eventos que se suscitaron más de
1200 años después la culminación de la tradición Teuchitlán. Sin embargo, se

- 35 -
Antecedentes

toman únicamente como un apoyo de los datos arqueológicos en la


investigación que enmarca este trabajo.

La importancia de su apoyo es debido a la continuidad que presentó la


costumbre del juego de pelota en los pueblos mesoamericanos, esto se puede
ver a través de las ligeras variaciones que observamos en las estructuras
físicas de las canchas en donde se practicaba, el patrón de asentamiento
dentro de la configuración de los sitios y los elementos que se involucran en el
juego como sacrificios y objetos. La pervivencia de estos elementos nos da luz
para concebir que la cognición de la práctica del juego de pelota no fue muy
distinta/diferente entre los pueblos mesoamericanos. Así mismo nos refleja la
postergación de su práctica y connotación, lo que justifica el uso de analogías26
siempre y cuando sean tomadas con importante cautela debido a que
posiblemente la connotación ideologica pudo cambiar.

Antes de arribar propiamente con la información que nos proporcionan


las fuentes históricas es importante señalar que sólo se consultaron aquellos
relatos y códices, tanto prehispánicos como históricos, que hacen acotación al
juego de pelota. Para contextualizar un poco la información que la fuente nos
ofrece incluimos, de manera breve, algunos datos sobre el momento y lugar en
que se revisó cada una, así como el tema general que en ellas se trata.

1.3.1 Fuentes Históricas Prehispánicas


1) Códices Prehispánicos
El códice Nuttal y códice Colombino. En la zona mixteca, seis son los
códices considerados de tradición prehispánica que sobrevivieron a la
conquista española. Los nombres con que se les conoce son: Vindobonensis,
Nuttall, Bodley, Selden, Colombino y Becker 1 (Hermann, 2007:6). El periodo

26
La palabra analogía se refiere a la relación de semejanza que tienen unas cosas con otras (Jackson,
Inc., 1962:103) así en la investigación podemos decir que se refriere a la comparación o relación
entre varias razones o conceptos; es el acto de comparar o relacionar dos o más objetos o
experiencias, apreciando y señalando características generales y particulares (ref). Dentro del campo
de la arqueológica, la analogía se usa como una herramientas explicativa que permite entender por
medio de un hecho observado, elementos del pasado que cumplan con cierta similitud que los asocie
(David y Kramer, 2001:01-02; Williams, 2005:09 sobre la analogía etnográfica).

- 36 -
Antecedentes

que cubren los códices mixtecos abarca del siglo X al XVI, etapa que coincide
con el perido Posclásico (Ibid: 7). De este grupo de códices, el Colombino y el
reverso del Nuttall nos hablan, en términos modernos, de la biografía de un
distinguido guerrero y gobernante llamado 8 Venado, Garra de Jaguar, quien al
parecer, lo podemos ubicar como un verdadero “parteaguas” en la historia
prehispánica de la Mixteca (Ibid: 7). En ambos códices se trata
específicamente sobre la vida y hazañas del señor 8 Venado (Ibid: 6). Así
mismo, aparece en sus narraciones la referencia al juego de pelota como el
lugar donde el guerrero-gobernante cierra alianzas y/o gana contiendas contra
otros dirigentes de lugares vecinos. En el códice Nuttall la referencia está en
algunas de las 87 láminas que lo forman, específicamente en la parte inversa,
donde se registran historias y genealogías de varios pueblos (Ibid: 7). Se hace
referencia al juego de pelota en las láminas 1, 2, 3, 4, 8, 12, 15, 17, 18, y 19
(Códice Nuttal, 1975). En la mayoría de las láminas, el juego de pelota parece
ser un elemento para describir lugares específicos.Esto se puede ver
propiamente en las láminas 1, (Figura 1.2) 2 (Figura 1.3) y 3 (Figura 1.5). A la
par, parece que el juego de pelota describe combates, como consta en el caso
de la lámina 4 (Figura 1.4) en la que aparecen sobre el juego, sentados, 8
Venado y su contrincante, lo que puede ser la representación de algún
combate en específico.

Figura 1.2 Lámina 1 (Códice Nuttall, 1975)

DETALLE

- 37 -
Antecedentes

Figura 1.3 Lámina 2 (Códice Nuttall, 1975)

DETALLE

Otra manera en la que se representa el juego de pelota es como


elemento de referencia a un lugar, es decir como un topónimo, la idea del
juego como un indicador de lugar específicamente en los códices Mixtecos.
Esta posibilidad también ha sido advertida por John Pohl27. El autor dice que
los signos de lugar Mixteco están compuestos pore dos partes, un "sustantivo"
geográfico y uno o más "calificadores". Los primeros se refieren a colores y
tamaños de cosas, dioses, numerales, signos calendáricos, animales, plantas,
armas, etc. Mientras que los sustantivos geográficos son pocos en número y
siempre representan algunas características de escenarios naturales o
artificiales. Se ha podido identificar los cuatro sustantivos principales que
representan pueblos, colinas, campos o llanuras y ríos, sumando otros seis
sustantivos en los que encontramos los juegos de pelota, templos o
plataformas de casa, pozos o manantiales, lagos, rocas o precipicios y
mercados28. Tal caso podría interpretarse del elemento que aparece en las
láminas 15, 17, 18 (Figura 1.8) y 19 (Figura 1.9). Esta explicación se basa en
que el elemento mencionado continuamente se repite y aparece dentro de una
temática en la que se presentan toponímios de varios pueblos (Hermann,
1997:14). El elemento presenta la mitad de un juego de pelota que sale de
una cabeza de serpiente que posa sobre una estructura (Detalle Figuras 1.8 y
1.9).

27
Pohl, John “MESOAMÉRICA”, en Informe para FAMSI, Internet.
http://www.famsi.org/spanish/research/pohl/index.html
28
Pohl, John “MESOAMÉRICA”, en Informe para FAMSI, Internet.
http://www.famsi.org/spanish/research/pohl/index.html

- 38 -
Antecedentes

Figura 1.4 Lámina 4 (Códice Nuttall, 1975)

DETALLE

Figura 1.5 Lámina 3 (Códice Nuttall, 1975)

DETALLE

Al reverso del códice, en donde se narra la vida de 8 Venado, el juego de


pelota aparece en las láminas 44, 45, 74, 80 y 83 (Códice Nuttall, 1975).
Sobre cada una de las láminas existe una interpretación detallada y minuciosa
por parte del investigador Manuel A. Hermann Lejarazu29 (Hermann, 2007)
quien describe los eventos y las fechas que las enmarcan. La figura 44 (Figura
1.10) es ubicada por el autor dentro del marco conciliador (Ibid: 22-

29
Doctor en estudios mesoamericanos por la UNAM. Investigador en el CIESAS-D.F. Se especializa en
el análisis de códices y documentos de la Mixteca.

- 39 -
Antecedentes

Figura 1.6 Lámina 8 (Códice Nuttall, 1975)

DETALLE

Figura 1.7 Lámina 12 (Códice Nuttall,


1975)

DETALLE

23), en ella se describe la visita de 8 Venado a los lugares “Lugar de Coa” y


“Valle de las Plumas de Quetzal” con el fin de consolidar el gobierno de su
poder y fortalecer la posición de Tilantongo dentro del marco geopolítico que
imperaba en la Mixteca Alta.

El Juego de pelota aparece en la última escena del lienzo, en donde 8


Venado y 12 Movimiento sacrifican a un perro cuyo corazón es entregado como
ofrenda a la deidad 13 Caña. El juego de pelota se encuentra en un río al lado
del cerro partido, como recordatorio de que el cerro es el lugar depositario del
dios del pueblo30, aunque Hermann no nos habla de su interpretación, es
probable que nos indique el lugar en donde se llevo a cabo el ritual.

30
García, Magdalena. Comunicación Personal. 2007

- 40 -
Antecedentes

Figura 1.8 Lámina 18 (Códice Nuttall,


1975)

DETALLE

Figura 1.9 Lámina 19 (Códice Nuttall, 1975)

DETALLE

En la lámina posterior (Lám. 45) (Figura 1.11) aparecen dos juegos de


pelota. Se hace referencia a cuando 8 Venado decide abandonar la Mixteca
Alta para gobernar el importante señorío de Tututepec (Ibid: 22). Así, es por
medio del juego de pelota que 8 Venado logra una alianza militar y política con
el soberano 4 Jaguar (Ibid: 22-23). La tregua se llevó a cabo en una cancha
ubicada en Tututepec, esto se sabe por la segunda aparición del elemento que
indica al juego de pelota, ya que aparece dentro de la iconográfica de un
topónimo que representa Tututepec (Yucu Dzaa). Asociado al evento está la
entrega de varias ofrendas: jade, un águila y un ave decapitada. Según indica
la interpretación es probable que el ganador de la contienda haya sido el
mismo 8 Venado. En lo que se refiere a la lámina 74 (Figura 1.12) el juego de
pelota está representando un lugar conquistado (Ibid: 80-81). La imagen
explica ocho lugares que fueron conquistados, cada uno en un día en

- 41 -
Antecedentes

específico. El juego de pelota representa “El juego de Pelota de Turquesa”, sitio


que no se ha podido identificar (Ibid: 80-81).

Al igual que en la lámina 44, en la 80 (Figura 1.13) el juego de pelota


representa el lugar en donde se lleva a cabo una contienda entre 4 Jaguar y 8
Venado, la ubicación temporal es el año 1100 (11 pedernal) (Ibid: 94-95).
Como era habitual antes del enfrentamiento se ofrendó oro y jade. No se sabe
con exactitud el motivo de la contienda, es posible que haya sido para
consolidar los acuerdos (Ibid: 94-95). Finalmente, en la ultima lámina en
donde aparece el juego de pelota (Figura 1.14), nuevamente está
representado un lugar, ya que aunque no existeuna interpretación especifica,
la temática de la lámina es una de las conquistas más importantes en la vida
de 8 Venado; se trata del ataque a Ciudad o Lugar del Bulto de Xipe, sitio aún
no identificado aunque se sabe que está localizado dentro de la geografía
Mixteca (Ibid: 100-101).
Figura 1.10 Lámina 44 (Códice Nuttall, 1975)

DETALLE

- 42 -
Antecedentes

Figura 1.11 Lámina 45 (Códice Nuttall, 1975)

DETALLE

Figura 1.12 Lámina 74 (Códice Nuttall, 1975)

DETALLE

Figura 1.13 Lámina 80 (Códice Nuttall, 1975)

DETALLE

- 43 -
Antecedentes

Figura 1.14 Lámina 83 (Códice Nuttall, 1975)

DETALLE

Por otro lado, el Códice Colombino es el único testimonio de la escritura


pictográfica prehispánica que se encuentra en nuestro país. El relato procede,
como ya se mencionaba, de la cultura Mixteca, específicamente del pueblo de
Tututepec, en la Costa del Pacífico en el estado de Oaxaca31. Algunas de las
escenas o eventos registrados son las mismas encontradas en el códice Nuttall,
lo cual soporta o apoya el suceso de estos eventos. En la lámina 2 se
interpreta por algunos autores como una escena que evoca al acto mismo del
juego; aparecen dos personajes jugando a la pelota, en la que el “Señor 8
Venado está golpeando la pelota con la cadera. (Carmona, 1992:72). En la
lámina 11 figura nuevamente una contienda de juego de pelota con 8 Venado
con la finalidad de expandir su imperio (Carmona, 1992:72).

El Códice Borgia pertenece al grupo de códices que lleva su mismo


nombre, aunque también el documento es conocido con los nombres de
Borgianus, Borgiano, Manuscrito de Velleti. Está formado por una larga tira de
piel de Venado de 10X34m. de longitud total, doblado en forma de biombo y
formado por 14 fragmentos desiguales.

31
Internet. http://interactiva.matem.unam.mx/mapas/html/cronologia/1300-1500.html, Septiembre,
2007.

- 44 -
Antecedentes

Figura 1.15 Lámina 21 (Códice Borgia)

DETALLE

Figura 1.16 Lámina 35 (Códice Borgia)

DETALLE

Tiene 39 folios y, según las interrelaciones de Eduard Seler, es probable


que represente el viaje mítico de la deidad del planeta Venus,

Basta una ojeada para darnos cuenta que el tema de gran número de
estas láminas no puede ser sino un viaje por las regiones subterráneas,
y que al menos parece muy probable que el personaje cuya migración
por esos ámbitos se describe en ellas, sea la deidad del planeta Venus
(Seler, 1963: Vol II 9).

Dentro de tal concepción el autor nombró a un grupo de laminas “El


viaje de Venus a través del Infierno” (laminas 29-46), en las que 4
representan al juego de pelota, interpretadas por Seler como el lugar en donde

- 45 -
Antecedentes

los dioses solucionan sus conflictos. Cabe recordar que muchas veces los
gobernantes, según el complejo ideológico mesoamericano, toman el lugar de
un dios32, por tanto, es probable que el códice trate, al igual que los otros
códices Mixtecos, sobre las conquistas y dominios de un gobernante y/o
gobernantes. La primera lámina en la que aparece el juego de pelota es la
número 21 (Figura 1.15), su intérprete relaciona el evento con la lucha entre
el dios negro y el dios rojo jugando (Códice Borgia, 1963); por otro lado, en la
lámina 35 (Figura 1.16) aparece Quetzalcóatl en un contienda contra
Yohualtecuhtli.

El mismo evento de luchas contra dioses es desentrañado por Seler al


referirse a la lámina 41 (Figura 1.17), en donde Tlatlauhqui Tezcaltlipoca
compite contra Tlazoltéotl. Finalmente en la lámina 42 (Figura 1.18) aparece la
derrota del Quetzalcóatl figurado de color de hueso (destinado al sacrificio)
(Códice Borgía, 1963). En otros temas relacionados dentro del códice está el
calendario de 260 días, los 20 signos de los días, los 9 señores de la noche, las
28 secciones dedicadas al Tanalpohualli o calendario adivinatorio y finalmente
algunos rituales33.

Figura 1.17 Lámina 41 (Códice Borgia)

DETALLE

32
García, Magdalena. Comunicación Personal. 2007
33
Internet. http://www.geocities.com/codicesmexicanos/codiceborgia.html, Recopilado por Claudio
Nicolás López, Propietario del facsimil José Alcina Franch, Septiembre, 2007.

- 46 -
Antecedentes

Figura 1.18 Lámina 42 (Códice Borgia)

DETALLE

El Códice Vindobonensis34, también del grupo de los códices Mixtecos,


presenta un esquema formal, en estilo y contenido, muy similar a las códices
estudiados previamente, los lados del frente y el reverso del códice difieren
uno del otro considerablemente. El lado del frente trata genealogías míticas
como el nacimiento de los dioses en antigüedad mítica, considerando que el
reverso trata hechos históricos y la genealogía de los gobernantes dinásticos
mixtecos35. En una lámina de la página 3 (Figura 1.19) encontramos nuestra
primera referencia del juego, en la que aparecen dos canchas. Una, que se
encuentra debajo de un juego mayor, posiblemente sea un topónimo que haga
referencia al lugar en donde se suscitó el evento, ya que presenta
características similares a las que aparecen en la lámina 45 del códice Nuttall,
interpretado por Hermann (2007). Sobre el posible topónimo se ubica, como
ya se decía, una cancha del juego de mayor tamaño sobre el que posan dos
individuos haciendo referencia posiblemente a la contienda.

34
Codex Vindobonensis Mexicanus 1, Códice de Viena, Codex Hieroglyphicorum Indiae Meridionalis,
Codex Clementino, Codex Leopoldino, Codex Kreichgauer, Códice Yuta Tnoho (Santiago Apoala),
Anales de Tepexic (Noguez, 2007).
35
Intenet. Fundación para el Avance de los Estudios Mesoamericanos, Inc, (FAMSI),
http://www.famsi.org/spanish/research/graz/index.html#top. Colección de facsimil Akademische
Druk, u. Verlagsanstalt y Graz, Austria (ADEVA). Septiembre, 2007.

- 47 -
Antecedentes

Así mismo, encontramos otra referencia al juego de pelota en la página


13 (Figura 1.19); sin embargo, sus características no se pueden relacionar con
ninguna de las interrelaciones que se han analizado en este trabajo.
Finalmente, en la lámina de la pagina 22 (Figura 1.19) encontramos al juego
asociado a las bebidas alcohólicas –como el pulque- y los insectos relacionadas
con la oscuridad y la muerte (Uriarte, 2000:31) lo que nos da una referencia
diferente con respecto a lo que se había venido observando de los códices en
el trabajo, en donde veíamos al juego relacionado con las alianzas o contiendas
entre gobernantes y como representación de algunos lugares.

Figura, 1.19 Páginas 3, 13 y 22 (Códice Vindobonensis)


2) Historia Escrita Colección Akademische Druck, Verlagsanstalt y Graz,
FAMSI, 2007
Prehispánica
A continuación,
nos concentramos en el
relato prehispánico que
hace referencia a dicho
juego y que forma parte
de una de las fuentes
indígenas. El documento
es conocido como Popol-
Vuh o libro sagrado de
los Mayas K´iche´
(Tedlock, 1985).
Originalmente, fue
pintura, memoria, palabra, forma de tradición oral que se conservó hasta
mediados del siglo XVI, época en que vuelve a ser escrito por un indígena en
lengua quiché con caracteres latinos. Este manuscrito, que constituye el
verdadero original del Popol-Vuh, llega a manos de Fr. Francisco Ximénez, cura
párroco de Santo Tomás Chuilá, población guatemalteca llamada actualmente
Chichicastenango, a principios del siglo XVIII. Por eso se conoce el Popol-Vuh
con el nombre de “Manuscrito de Chichicastenango” (Asturias y J. M. Gonzáles,
2004:01). El relato trata, entre otras cosas, de un mito en torno a dos partidos

- 48 -
Antecedentes

de juego de pelota que oponen a los señores de Xibalba (el inframundo) con
dos pares de gemelos terrestres: Hun Hun Ahpu y Vucub Hun Ahpu por una
parte, y Hun Ahpu (Junte‟ Ajaw) y Xbalanque (Yaxb’ahlam) por otra (Barrois y
Tokovinine, 2004:01). Existe entonces, una composición en dos tiempos: dos
campos, dos partidos, una derrota y una victoria para cada campo. En este
relato K’iche´, es la victoria final de los gemelos la que clausura el mito.

1.3.2 Fuentes Históricas Coloniales

1) Crónicas Coloniales

Sin lugar a dudas, unos de los trabajos más completos que relatan la
vida indígena en el centro de México inmediatamente posterior a la llegada de
los españoles, son los de Fray Bernardino de Sahagún. El cronista escribió y
recopiló información de escribanos y ancianos indígenas y se conoce como
“Historia de las Cosas de la Nueva España”, escrita a mitades del siglo XVI.
Consta de doce libros en los que Sahagún relata varios aspectos de la vida e
historia de los grupos conquistados. Los seis primeros libros se concentran en
aspectos religiosos de los indígenas del altiplano central, el libro séptimo versa
sobre astronomía y los libros octavo, noveno, décimo y decimoprimero tratan
sobre la vida social. En ellos se describen el sistema de gobierno, el de
creencias y los de intercambio de mercancías.

El último libro narra propiamente el evento de la conquista de México


sobre la base de los relatos que transmitieron sus informantes (Garibay,
1989:65-66). En ellos, la mención de los juegos de pelota forma parte de
importantes párrafos en donde se da testimonio de su ubicación en torno a la
configuración de la ciudad y de algunos eventos relevantes inmersos en él.

El Segundo Libro, titulado“Que trata el calendario, fiestas y ceremonias,


sacrificios y solemnidades que estos naturales de esta Nueva España hacían a
honra de sus dioses”, describe las canchas y los nombres que se les daba,
propiamente lo dice en el apéndice II “Relación de los edificios del gran templo

- 49 -
Antecedentes

de México” (Sahagún, 1956: 232-242). Al describir la configuración del patio


en donde se localiza el templo mayor dice:

Era el patio de este templo muy grande: tendría hasta doscientas brazas
en cuatro. Era todo enlosado (y) tenía dentro de si muchos edificios y
muchas torres… (Ibid: 232).

Este mismo apartado describe 78 tipos de edificios en donde se


desarrollaron diversas actividades relacionadas con la guerra, religión, política
y administración. Entre estos se encuentra en el número 39 el Teotlachco o
juego de pelota y dice:
Figura 1.20. El Recinto sagrado de Tenochtitlán (Sahagún, Códice
Matritense del Palacio Real de Madrid, f. 269r )

El trigésimoctavo edificio
se llamaba Teotlachco;
éste era un juego de
pelota que estaba en el
mismo templo; aquí se
mataban a unos cautivos
que llamaban
amapanme, en la fiesta
de panquetzaliztli, allí se
dio relación de estos
amapanme (Ibid: 237).

La cita anterior, si bien


no nos da una descripción, de la
práctica del juego, propiamente
dicha, sí deja a la vista una de
sus funciones, matar a
cautivos, posiblemente de guerra. Esto se puede relacionar con el gobierno y la
batalla. Krickeberg (1961), por su parte, subraya que la relación de los 78
edificios no sólo se refiere a los de la plaza, sino a todos los que formaban
parte de Tenochtitlán, debido a que en un antiguo mapa del recinto del templo,
que forma parte del manuscrito de Sahagún (códice Matritense, Lamina 269)
(Figura 1.20), sólo se muestran la pirámide mayor acompañada de tres
pirámides menores y otras estructuras, entre ellas el juego de pelota
(Krickeberg, 1961:111-113).

- 50 -
Antecedentes

En el segundo libro, en el Capítulo XXXIV. DE LAS FIESTAS Y


SACRIFICIOS QUE HACÍA EN LAS CALENDAS EL DÉCIMO QUINTO MES QUE SE
DECÍA PANQUETZALIZTLI también se hace referencia a la ubicación del juego
de pelota al describir una de las tantas ceremonias que se realizaban una vez
al mes en Tenochtitlán; específicamente en el mes décimo quinto
panquetzaliztli, llamada de Huitzilopochtli. Además de referirse a la fiesta que
duraba varios días hace referencia a la ubicación de juego de pelota dentro de
la plaza principal.

…amaneciendo, antes de que fuese bien de día descendían al dios Painal


de los alto del cu de Huitzilopochtli, y luego iba derecho al juego de
pelota, que estaba en medio del patio, que llamaban teotlachco
(Sahagún, 1989: 144)

En este mismo relato el autor explica que el juego de pelota era el lugar
donde llevaban al dios Páinal (dios relacionado con Huitzilopochtli como su
lugarteniente). Una vez que fue descendido de lo alto del cu de Huitzilopochtli.
Ya en el juego mataban a cuatro de los cautivos, dos en honra al dios Amapan
(uno de los dioses que presidían el ritual del juego de pelota, -como jueces-) y
dos en honra al dios Oappatzan (ídolo que se hallaba en el juego de pelota,
vocabulario). Ambas estatuas estaban junto al Tlachco.

…allí mataban a cuatro cautivos del dios Amapan y otros dos a honra del
dios Oappatzan, cuyas estatuas estaban junto al tlachco; en habiéndolos
muerto arrastrábanlos por el tlachco ensangrentábase todo el suelo con
la sangre, que de ellos salía yéndolos arrastrando (Ibid: 144).

Una referencia descriptiva del espacio en donde se llevaba a cabo el


juego también es referida en la “Segunda carta de relación de Hernán Cortés al
emperador Carlos V” de Hernán Cortés (1960), quien describe la cancha,
algunas particularidades del juego de pelota y la celebración que se llevaba a
cabo una vez al año en Tenochtitlán

- 51 -
Antecedentes

En medio de este cercado había dos piedras fijadas en la pared frontera


la una con la otra: estas dos tenían cada una un agujero en medio el
cual agujero estaba abrazado de un ídolo el cual era el Dios del juego:
tenía la cara de figura de un mono la cual fiesta como en el calendario
veremos se celebrara una vez en el año y para que sepamos de que
servían estas piedras es de saber la piedra de la una parte servía de á
los la una banda para meter por aquel agujero que la piedra tenía la
pelota y la otra del otro lado para los de la otra banda y cualquiera de
ellos que primero metía por allí su pelota ganaba el precio (Cortés,
1960:Segunda carta de relación de Hernán Cortés al emperador Carlos
V)

Otro cronista de la colonia en el siglo XVI es Fray Diego Durán, quien


durante su vida en la Nueva España escribió tres importantes obras sobre la
cultura e historia americana prehispánica: “Libro de los dioses y los ritos”
(1570), “El Calendario” (1579) y “La Historia de las Indias de Nueva España i
Islas de Tierra Firme”, en este último libro presenta, al igual que Sahagún, una
descripción de los edificios de la gran ciudadela Tenochtla, inclusio describe las
actividades que se realizaban en los espacios de los recintos principales, de los
cuales hace referencia a las funciones políticas. Dentro de estas descripciones
es donde da cabida al juego de pelota. La relevancia de la crónica en torno al
evento del juego de pelota es que menciona que tiene diferentes matices,
señala que tiene carga social ceremonial de gran relevancia versus el juego
popular en el que se relacionan, aparte del esparicimiento, las apuestas.

Figura 1.21 Durán, lámina 33 Cáp, XXIII. (De la Garza, 2000)

- 52 -
Antecedentes

Tales descripciones las encontramos en el libro de los “Ritos y


Ceremonias en las Fiestas de los Dioses y Celebración de Ellas”, en donde
específicamente se trata el juego de pelota en el Capítulo XXIII. “Del solemne
y muy usado juego de pelota, muy ejercitado de los señores, con el cual
algunos, después de perdido el caudal, se jugaban a sí mesmos” (Duran,
196:205-210). En el apartado se trata sobre los diferentes juegos
prehispánicos refiriéndose a su destreza física y de su carga ideológica. Dice:

Muchos de los juegos de estos indios fueron de mucha sutileza y maña y


arte y aun de mucha gentileza, si en ellos no se mezclara tanta
superstición e idolatría, como en algunos se mezclaba (Ibid: 205).

Sobre el juego de pelota en sí mismo dice:

…pues era un juego de mucha recreación para ellos y regocijo,


especialmente para los que lo tomaban por pasatiempo y por
entrenamiento, entre los cuales había quien la jugase con tanta destreza
y maña que en una hora acontecía no parar la pelota de un cabo a otro,
sin hacer falta ninguna, sólo con las asentaderas, sin que pudiese llegar
a ella con la mano, ni con el pie, ni con la pantorrilla ni brazo, estando
tan sobe aviso, así los de la parte, como los de la otra, para no dejarla
parar, que era cosa maravillosa (Ibid: 206).

Después prosigue con la forma de jugar e inclusive lo presenta ilustrado


en la lámina 33 del mismo capítulo (Figura 1.21). Un punto relevante de la cita
es que se realza la idea de que había varios objetivos por los que los indígenas
lo jugaban, de los cuales el cronista sólo subraya los que para su percepción lo
hacen de pasatiempo y entrenamiento, dejando por entredicho que hay otros
objetivoso.

Respecto a las demás relatos, se encuentran descripciones de


actividades políticas de los recintos en los que se asocia directamente el juego
de pelota. Dice:

…es de saber que en todas las ciudades y pueblos que tenían algún
lustre y punto de policía y gravedad para la autoridad, así de la
republica, como de los señores –de lo cual ellos siempre hicieron mucho

- 53 -
Antecedentes

caso- para no ser menos los unos de los otros, edificaban juego de
pelota, muy cercados de galas cercas y bien labradas (Duran,
1967:206).

También hace mención de la cantidad de pinturas de ídolos o dioses “…a


quienes el juego era dedicado y a quienes los jugadores tenían por abogados
en aquel ejercicio” (Ibid: 206). En este caso, si la mención de abogados según
la visión del cronista, quiere decir que los dioses decidían al ganador o el
resultado final del juego, esto amarra la idea de que el juego, al ser concebido
como el lugar en donde los dioses arreglaban sus disputas, en la vida terrenal
los hombres lo pueden utilizar con los mismo fines, los cuales tendrán como
abogado o juez a los dioses. Sabemos que la palabra es completamente
occidental y a la vez una interpretación que el fraile pudo darle al papel del
dios dentro de la actividad.

Así mismo, se hace referencia a los dos sectores de la sociedad que


practicaban el juego: la clase dirigente y la clase baja, refiriéndose a la
primera como el “juego general de los señores”. La cita la hace cuando está
hablando de la configuración de la cancha en la que menciona los paramentos
como el lugar en donde la gente observaba el juego, aquí hace mención de que
había juegos que sólo jugaban los señores por diferentes asuntos, entre ellos
la guerra y las treguas. La cita dice:

Todas la paredes a la redonda eran almenas o de efigie de piedra


puestas a trechos; las cuales se henchían de gente cuando había juego
general de señores, que era cuando la ocupación de la guerra, por
treguas, o por algunas causas, cesaban y les daba lugar (Ibid: 207).

Sobre la clase de status bajo, según el cronista es por “interés y vicio”.


En la celebración únicamente existían las apuestas. Al comienzo de la
contienda estaba inmerso un ritual prístino en donde se invocaba el triunfo,
posteriormente se realizaba la contienda para obtener los productos que
consistían en preseas de poco valor y estima. Subraya:

- 54 -
Antecedentes

“el que poco caudal tiene, presto lo pierde”, necesitábanse a jugar las
cosas, las sementeras, las trojes de maíz, los magueyes y a vender los
hijos para jugar y aun a jugarse a sí mesmos y volverse esclavos, para
después ser sacrificados, si con tiempo no se rescataban, como atrás
queda dicho”. (Ibid: 210).

“Y estos, como he dicho, siempre era gente baja, porque la gente ilustre
y principal nunca les faltaba que jugar, aunque más jugaban por su
recreación y alivio de sus continuas guerras y trabajos pero no por
interés”. (Ibid: 210)

Entre 1539 y 1541, apegado al momento posterior a laconquista, Fray


Jerónimo de Alcalá compiló “La Relación de las ceremonias y ritos y población y
gobernación de los indios de la Provincia de Michoacán” abreviada como
“Relación de Michoacán” (Roskamp, 2000:235). La obra es de suma relevancia
porque describe la historia del linaje uacúsecha, organización social, economía,
política y religiosidad de los grupos purépechas o tarascos (Ibid: 244)
establecidos en el actual estado de Michoacán y cuyo imperio alcanzó gran
parte de los alrededores. La crónica está formada por una parte escrita y por
44 láminas hechas por indígenas (Ibid: 244).

Dentro de los relatos que forman el importante trabajo de Alcalá


encontramos valiosas referencias sobre el juego de pelota en aquella zona. Es
importante recalcar que gracias a la evidencia arqueológica sabemos que la
manera de practicar el juego de pelota no era la tradicional de cadera sino la
conocida como juego de bastón36 (Sierra, 1992:164). La morfología del lugar
en donde se practicaba y las formas básicas de jugarlo difieren de manera
importante. Por principio, la pelota no es golpeada con la cadera sino con un
bastón. Para la práctica del juego de bastón no existe una estructura
arquitectónica sino más bien se presenta en espacios abiertos. Si ambos
juegos tuvieron la misma connotación o no permanece desconocido hasta el
momento. Según las referencias a la crónica que a continuación se presenta, el
juego se considera, al igual que en varias de las fuentes tanto indígenas como

36
Este variante del juego también se ha registrado para el periodo clásico en Teotihuacan, Centro de
México gracias a las referencias de dicha práctica en el mural El Tlalocan del palacio de Tepantitla
(Díaz, 1992:41-43).

- 55 -
Antecedentes

coloniales, como un elemento de insignia de un lugar así como el lugar en


donde los dioses decidían sus juicios o pugnas.

Algo importante de subrayar es que en el total de las 44 láminas que


acompañan el transcrito no se hay ninguna representación del juego o
alusiones a éste, a pesar de que en la parte escrita se haga referencia a dicho
elemento tres veces. Una observación igualmente relevante es la ausencia de
estos jugadores en la lámina XXX (Alcalá, P.III, Cáp. I, 2000:564-565) en
donde se hace referencia a los sacerdotes y oficiales de los cúes. Este hecho,
contrariamente a las hipótesis que sostiene este trabajo, insinúa que de
haberse practicado el juego de pelota, los jugadores eran miembros del
gobierno.

La primera referencia al juego aparece en la segunda parte del libro en


el capítulo XXII “COMO TARIACURI AVISO A SUS SOBRINOS Y LES DIJO COMO
HABÍAN DE SER SEÑORES Y COMO HABÍA DE SER TODO UN SEÑORÍO Y UN
REINO POR EL POCO SERVICIO QUE HACÍAN A LOS DIOSES LOS OTROS
PUEBLOS Y POR LOS AGÜEROS QUE HABÍAN TENIDO”. En la narración se hace
referencia al nombre en purépecha “tarando” que posiblemente describe un
oficio como el de jugador de pelota ya que proviene de Taránduqua que es la
pelota para jugar o el jugador de pelota. En el relato Tarando es hijo de
Cauíyancha, un personaje de alto linaje en el pueblo de Tacánbaro (Alcalá,
P.II, Cáp. XXII, 2000:467).

En el capítulo XXVII “Como aparecieron entre sueños el dios Curicaueri a


Hirepan y la diosa Xaratanga a Tangaxoan y les dijeron que habían de ser
señores”. Igualmente de la segunda parte, la aparición del juego de pelota
hace referencia a la ubicación del juego de pelota cerca de un palacio. En la
narración la diosa Xarantanga asigna como caciques a Hirepan y Tangaxoan,
dándoles los palacios y un juego de pelota a cambio de que se le rinda culto.

…Despierta un poco. Mira que yo soy Xarátanga. Ve por mí y limpia el


camino por donde tengo de venir. Yo estoy en el pueblo de Taríayaran;

- 56 -
Antecedentes

limpia a donde tengo que estar y ve a mirar aquí debajo de este monte,
donde está cerrado con zarzas y veras l asiento de mi cu. Allí es mi casa
donde se llama la casa de las plumas de papagayos y la casa de las
plumas de gallina, y mira a la mano derecha, donde ha de estar el juego
de pelota. (Ibid: P.II Cáp. XXVII, 498).

En este relato, además de con la referencia a la ubicación del juego de


pelota en el palacio, también se puede relacionar con un elemento importante
de los cabecillas de una sociedad (dígase gobierno o cacique), por ser parte de
los regalos que la diosa ofrece a los personajes para que puedan ser
caciques37.

Finalmente en el capítulo XXI “Como echaban sus juicios, quien era la


gente que venía y los venados que traían según su manera de decir” de la
tercera parte del libro se hace relación al juego de pelota, nuevamente como
un elemento conciliador de conflictos entre los dioses, específicamente se hace
referencia al juego entre Cupanzieeri contra Achuri Hirepe, en dicho encuentro
gana el primero y sacrifica al perdedor: “…es que el dios llamado Cúpanzieeri
jugó con otro dios a la pelota, llamado Achuri hirepe, y ganole y sacrificole en
un pueblo llamado Xacona…” (Ibid: P.III, Cáp XXII, p.656).

Por otro lado, un tratado político colonial, más que una obra literaria fue
escrito en la segunda mitad del siglo XVI, por Fray Guillermo de Santa María,
O.S.A. llamado “Guerra de los Chichimecas”. Esta obra se constituye como
uno de los primeros y más significativos tratados escritos en la época colonial
que justifican la guerra de los conquistadores contra los grupos chichimecas38
(Carrillo, 2003:29). Su importancia es relevante dado que es uno de los pocos
textos que existen que nos dan conocimiento de la cultura chichimeca (Ibid:
33). El documento se presenta en dos versiones denominadas por su extensión
Texto Menor y Texto Mayor (Ibid: 59). En el segundo se hace referencia a las

37
El termino caciques no hace referencia a que efectivamente sea alto nivel de una sociedad cacical,
hay que recordar que la fuente fue traducida por Fray Jerónimo de Alcalá y el decir cacique era hacer
referencia al gobernante o cabecilla dígase de un estado o de un cacicazgo (Roskamp, Hans,
Comunicación personal, 2007)
38
Grupos asentados en el siglo XVI en el Norte del Occidente de México (Norte de Jalisco y
Michoacán), el Bajío (Guanajuato) y parte del Norte de México (Zacatecas, San Luis Potosí y Sur de
Coahuila y Nuevo León) (Carrillo, 2003:32-Mapa 1).

- 57 -
Antecedentes

costumbres y formas de vida de los grupos chichimecas, sus descripciones


incluyen la referencia a sus pasatiempos en donde da fe de la práctica del
juego de pelota, describiendo de manera muy básica la forma de jugarlo:

Sus pasatiempos son juegos, bailes y borracheras. De los juegos el más


común es el de la pelota, que acá llaman batey, que es una pelota
tamaña como las de viento, sino que es pesada y hecha de una resina
de árbol muy correosa, que parece nervio y salta mucho; juegan con las
caderas y arrastrando las nalgas por el suelo, hasta que vence el uno a
otro. (Santa Maria, Texto Mayor, 2003:210).

De los relatos que aparecen a principios de siglo XVII, más tardíamente


que los antes mencionados, podemos comenzar comentando los escritos de
Fernando de Alva Ixtlilxóchitl (1578-1650), quien describe varias de las
sociedades de la Triple Alianza como aspectos de la gran Nación Chichimeca.
Además de describir trata sobre conquistas, acuerdos territoriales, políticos y
alianzas de estos grupos del centro con sociedades de los alrededores. El juego
de pelota, al igual que en los demás relatos coloniales, es descrito dentro de
los recintos principales cívico-ceremoniales, en el Capítulo XXXVI. DE CÓMO
NEZAHUACOYOTZIN EDIFICÓ UNOS PALACIOS PARA SU MORADA, QUE
FUERON LOS MAYORES QUE HUBO EN LA NUEVA ESPAÑA, Y DE SU
DESCRIPCIÓN, describe el palacio de Nezahuacoyotzin, menciona a varios de
sus salones con diferentes funciones, administrativas, políticas etc. así como
los diversos patios en donde había “jardines y recreaciones del rey” según dice
el autor (Alva Ixtlilxóchitl, de, 1975: Vol. II p. 95). En uno de estos patios, un
lugar que servía de plaza, se encontraba el juego de pelota

…y así mismo había en estos jardines otros muchos laberintos, que


estaban en los baños que el rey tenía, en donde entrando los hombres
no daban con la salida, con muchos terrones y chapiteles adornaban la
casa, y el otro patio, que era el mayor y servía de plaza, en medio del
cual estaba el juego de pelota; y así la entrada del segundo patio había
un brasero más grande sobre una peana…(Ibid: 96).

Por otro lado, nos presenta importantes párrafos que tratan de


invasiones y convenios, en donde el juego de pelota fungió como un elemento

- 58 -
Antecedentes

sumamente relevante, esto lo podemos ver en el Capítulo I: SUMARIA


RELACIÓN DE TODAS LAS COSAS QUE HAN SUCEDIDO EN LA NUEVA ESPAÑA,
Y DE MUCHAS COSAS QUE LOS TULTECAS ALCANZARON Y SUPIERON DESDE
LA CREACIÓN DEL MUNDO, HASTA SU DESTRUCCIÓN Y VENIDA DE LOS
TERCEROS POBLADORES CHICHIMECAS, HASTA LA VENIDA DE LOS
ESPAÑOLES, CASADA DE LA ORIGINAL HISTORIA DE ESTA NUEVA ESPAÑA, en
donde trata sobre la Historia de los señores Toltecas, en el apartado 5.
Relación de los reyes tultecas y de su destrucción. Aquí aparece el juego de
pelota como un presente que otorgaba el rey Topiltzin a sus competidores que
pronto se apoderaban de sus tierras y provincias. Los presentes incluían oro,
mantas, joyas y piedras preciosas, y un juego de pelota, Tlaxtli, hecho con
cuatro tipos de piedras preciosas: esmeralda, rubí, diamante y Jacinto, y por
pelota un carbunco.

enviándolas a decir que bastara su enojo, que bien sabían ellos los
trabajos que habían tenido y las persecuciones del cielo, y por lo
consiguiente conocían su daño y el valor de ellos, y que recibieran el
juego de pelota que era el mayor tesoro que tenían, y otras piezas de
oro, joyas y piedras preciosos, y que conforme era el tlaxtli con cuatro
géneros de piedras preciosas, y que cuatro tan estimadas y puestas en
igualdad, que así, ni más ni menos, todos cuatro de aquí adelante
gobernarían sus reinos y señoríos con grandísima paz y conformidad, y
que el carbunclo que era uno solo y de entre los cuatro al primero le
cupiese, que así sería en su mando al que primero mandase una cosa,
que los otros tres lo tendrían por muy bien hecho y lo mismo ellos,
viviendo siempre con conformidad y paz ellos y sus descendientes (Alva
Ixtlilxóchitl, de, 1975: Vol. I-279)

En la cita podemos ver tres componentes importantes que nos sugieren


su importancia como elemento político. Primero, se está ofreciendo como
obsequio para conciliar un conflicto político (específicamente de conquista).
Segundo, por medio del obsequio se propone hacer una alianza entre
gobernantes, y tercero, las decisiones serán tomadas en base en ese juego de
pelota (según la posición de la pelota). Posteriormente, reafirmando la
importancia que tenía el entregar dicho tesoro a los dirigentes de los
adversarios para concluir con las conquistas, dice Fernando de Alva:

- 59 -
Antecedentes

Éstas y otras muchas palabras envió a decir el gran Topiltzin a sus tres
competidores, temiéndose de ellos no vinieran en algún tiempo a
hacerse señores de todo, y que cuando no quisieran su amistad que con
llevarles aquel tesoro se les quitarían las ganas de venir a sus tierras y
ciudad, que era lo que más ellos les inquietaba…(Ibid: 279).

Aproximadamente con las mismas características temporales que la


crónica anterior, Fernando de Alvarado Tezozómoc presenta una crónica que
hará referencia a los mitos de la creación del pueblo Tenochtla, el cual fue
dirigido míticamente por el dios Huitzilopochtli. Entre todas las aventuras y
desventuras de este personaje antes de llegar a su establecimiento final
aparece mencionado el juego de pelota (Alvarado Tezozómoc, 1975:31-36),
básicamente en dos formas principales, como una insignia de establecimiento
de un lugar, específicamente Coatepec,

Y Huitzilopochtli planta de inmediato su juego de pelota, coloca su


“tzompantli”. E incontinenti destruyeron el barroco, y la cuesta
empinada, con lo cual se reunió, y represó el agua. (Alvarado
Tezozómoc, 1975:32).

Lugar que abandonaría después de enfrentarse con sus tíos y con su


propia madre por tratar de tomar decisiones sobre su poderío, y es en el juego
de pelota donde finalmente los derrotó degollándolos. Con esto tenemos que la
segunda forma en que se presenta al elemento de estudio, es como el lugar
donde se llevaba a cabo la decapitación como muestra del vencimiento de una
batalla entre este dios y sus adversarios.

…en cuanto se preparo para la guerra viene luego, a destruir y matar a


sus tíos, a los “Centzonhuitznahua”; allá en Teotlachco cómanse a sus
tíos y a su madre, a la que había tomado por madre, la llamada
Coyolxauhcihuatl; por ella fue por quien comenzó cuando la mató en
Teotlachco, y la degolló y se le comió el corazón (Ibid: 35).

2) Códices Coloniales
En lo que respecta a los códices coloniales trataremos sobre el Códice
Mendocino o Mendoza, que deriva su nombre de Antonio de Mendoza, primer
Virrey de la nueva España durante 1535 a 1550. El Virrey manda hacer un

- 60 -
Antecedentes

documento para remitirlo al emperador Carlos V. Existen varias polémicas de si


es un códice hecho por indígenas siguiendo la orden del Virrey o si son copias
de diferentes pinturas antiguas hechas por los mismos indígenas antes de la
llegada de los conquistadores. Lo cierto es que en esta misma colección de
pinturas, sean hechas para la ocasión o recolectadas, se incluyó una breve
descripción o interpretación al mexicano (Códice Mendoza, 1979:VII). El códice
se divide en tres partes, en la tercera: USOS Y COSTUMBRES DE LOS
ANTIGUOS MEXICANOS, se describen minuciosamente las costumbres y ritos
religiosos y/o de la vida cotidiana de los indígenas (Ibid: XIII) y es aquí donde
aparece, en la lámina 70, la referencia al juego de pelota, que más que al
propio juego, se refiere al jugador. En la lámina donde aparece el jugador de
pelota se describen los oficios: entre ellos encontramos a los plateros,
carpinteros, lapidario pintor, entre otros. El Jugador es representado con una
pelota a la altura de las caderas.

Finalmente, el Códice Magliabechiano contiene secciones sobre el


calendario antiguo, fiestas mensuales y otros festivales. Presenta igual que el
Mendoza dibujos acompañados de la glosa en español (este manuscrito es a
menudo usado como una fuente para las ilustraciones de texto, mientras que
el comentario que lo acompaña ha sido una de las fuentes mayores en el
entendimiento de ceremonias Figura 1.22. Lámina 80 (Códice Magliabechiano)
Colección Akademische Druck, Verlagsanstalt y Graz, FAMSI, 2007

realizadas mensualmente) (Ruwet,


1972). El elemento del juego de
pelota aparece en la lámina 80
(Figura 1.22), en ella se observan
dos personajes formando parte de
la contienda y asociados al evento
siete cráneos que hacen referencia
a los elementos de sacrificios.

- 61 -
Metodología

Capítulo 2. METODOLOGÍA

Adentrarnos a la vida social mesoamericana, ya sea de manera general


–a través del estudio de todos los desarrollos culturales que se suscitaron en
dicha área en distintos momentos temporales- o particular –a través del
estudio de un grupo social en particular cuyo desarrollo se suscitó en un
periodo de tiempo determinado- como en el caso del trabajo que se presenta,
es necesario mostrar la manera en que el investigador está entendiendo el
entorno que estudia por medio de una posición teórica a la que se inclina y los
modelos explicativos que utiliza para entender el problema al que se enfrenta y
poder explicarlo. Por lo tanto, el objetivo primordial de este apartado es
precisamente presentar al lector el marco teórico y definible que enmarca al
trabajo, junto con el problema explicativo al que se enfrenta y la forma en que
se abordará.

Para entender el papel que tuvo la práctica del juego de pelota en una
de las sociedades que comparte la tradición mesoamericana, veo necesario
partir de la base de dos modelos teóricos. El primero, nos explica el momento
social, en términos de estadios, en el que se encuentra la sociedad que
evidencia la práctica del juego de pelota de nuestro interés, para así
comprender la manera en que organizaba, funcionaba y cubría sus

- 62 -
Metodología

necesidades, mientras que el segundo nos permitirá entender el pensamiento


colectivo, es decir, la manera en que los integrantes del grupo reflejan en su
vida cotidiana, en la que el juego de pelota debió tener un papel importante,
su forma de entender al cosmos, a su entorno y a si mismos. La información
del capítulo se completa con la presentación de los problemas a los que nos
enfrentamos, las hipótesis que se plantean, los indicadores y sus técnicas de
obtención para explicar tales hipótesis.

2.1 MODELO DE SOUTHALL. ESTADO SEGMENTARIO

El modelo de “estados segmentarios” nace en los años 50‟s al estudiar


un grupo africano: los Alur. La propuesta tuvo buena aceptación y fue utilizada
como modelo en diferentes investigaciones como las encabezadas por Richard
Fox, quien trabajo con los Rajput en el Norte de India y los trabajos de Burton
Stein en el Sur de la india con los grupos Colas (Southall, 1988:53) y J W.Fox
(1987) quien utilizó el modelo en la zona Maya39. El hecho de que el modelo
fuera utilizado por otros investigadores, principalmente los dos primeros,
motivó a Southall a clarificar el modelo e incluir los nuevos resultados, lo que
dio como resultado el surgimiento del artículo “Segmentary State in Africa and
Asia” en 1988, que sirvió de base para las investigaciones que le han dado uso
en los últimos años, tal caso es el de los arqueólogos que lo utilizan como base
explicativa para sus estudios en sociedades prehispánicas del continente
americano como Peter Gose (1993) quien desplazó el modelo a la región
andina. En el Occidente de México, como se mencionaba, Phil Weigand ha
propuesto el modelo “estados segmentarios” (Weigand, 2005:55) para
caracterizar la organización política del núcleo de la tradición Teuchitlán y
explicar sus influencias fuera de la zona nuclear.

39
Cabe señalar que éste no es citado por Southall en su trabajo de 1988, posiblemente por no
conocerlo, sin embargo, en un trabajo posterior (1999) ya hace mención al autor y sus trabajo en la
zona Maya.

- 63 -
Metodología

2.1.1 Los estados segmentarios

La característica principal de un estado segmentario, según Southall, es


la organización de un conjunto político compuesto de segmentos centrales y
periféricos que se dan por alianzas de parentesco, mismos que disponen hasta
cierto punto de una autonomía “virtual” (Southall, 1999:33) en donde en cada
segmento o rango existe un grado de poder especializado. Una caracteristica
particular de los segmentos es el continuo estado de conflicto político en el que
se encuentran, por lo que la cohesión de estos grupos no está específicamente
en el poder político del centro, es decir, no ejerce un poder absoluto, más bien
recae en un ritual común que mantiene la cohesión de los integrantes; sobre lo
que nos dice Southall:

The segmentary state as one in which the sphere of ritual suzerainty and
political sovereignty do not coincide. The former extends widely towards
a flexible, changing periphery. The latter is confined to the central, core
domain (Southall, 1988:52; 1999:31).

En los estados segmentarios no coinciden las esferas de supremacía


ritual y la soberanía política. La primera se extiende ampliamente hacia
una periferia flexible, cambiante. La segunda se limita en la parte
central, al núcleo del centro40 (Southall, 1988:52; 1999:31).

Por lo tanto, más que centros


Diagrama 2.1: Representación de la
políticos van a existir centros rituales organización del “estado segmentario”,
dibujo propio.
que ejercen un control en distintas
entidades. Éstos van a proporcionar
rituales comunales a la sociedad a
cambio de que aporten trabajo y
recursos para el centro (Diagrama, 1)
(Southall, 1999:31). Cabe mencionar
que un estado segmentario es una de
las variantes del estado arcaico de
Feinman (1998) y el ser segmentario
no significa que es un estado más

40
Traducción Propia.

- 64 -
Metodología

simple o elemental que un estado unitario o otros tipos de estado, sino mas
bien nos sugiere una diferente manera de organizar y distribuir el poder.

Y, ¿cómo se forman los estados segmentarios? Southall propone una


serie de etapas de transformación social entre las cuales se da origen al
“estado segmentario”. Dichas etapas funcionan como una espiralen la que los
procesos de cambio se presentan de la siguiente manera (Southall, 1988:74-
77):

I. El primer momento se caracteriza por una sociedad que no tiene


diferencias de rango, el poder se le atribuye a ciertas personas y es de
tipo sobrenatural: aunque gozan de algunos privilegios no llegan a tener
ningún poder político.
II. La siguiente fase es el momento en que se forma el “estado
segmentario”, que surge cuando las personas a las que se les atribuía
cierto poder en la fase anterior, y su grupo de parentesco, aprovechan
su condición y crean diferentes rangos entre ellos que forman periferias
virtuales. Entre los rangos existen continuos conflictos en torno a los
alcances de poder de cada rango. Sin embargo, ejercen un tipo de
control a través de proveer un ritual a los demás miembros del grupo y a
las nuevas entidades que se integran ya que dicen tener relación directa
con los ancestros, muchas veces hasta de parentesco, lo que les da un
poder sobrenatural. A cambio del ritual que ofrecen a sus miembros y a
los grupos recién llegados piden trabajo que mantenga a dicho centro.
III. Este paso sucede cuando estos grupos están capacitados para
recaudar tributo. Dentro de esta fase se supone que la sociedad ya
presenta una alta productividad y excedentes, causando que el soberano
se convierta en un consumidor parásito, sin embargo todavía falta una
eficiente centralización política.
IV. Para poder extraer más excedente comienza a desarrollarse un
control eficazmente organizado de coerción y en consecuencia surge un
aumento de costos militares y políticos.

- 65 -
Metodología

V. En la última fase se pierden la coerción del grupo y la estabilidad,


provocando la caída y la rebelión del grupo.

2.1.2 El estado segmentario en la tradición Teuchitlán

Weigand y posteriormente Beekman (1996; 2000) (este último sólo para


explicar la relación con la periferia) hacen uso del modelo para explicar varios
aspectos culturales que forman parte de la tradición Teuchitlán, gracias a que
son varios los indicadores arqueológicos que apuntan a la presencia de este
tipo de estado segmentario:

A) Distribución espacial de los sitios41: el modelo de Southall nos habla


de un lugar central en donde se localiza un grupo de personas con poderes
“sobrenaturales” que aprovecha su estatus para crear rangos de poder virtual.
Estos grupos se van a encontrar en diferentes lugares a lo largo del territorio
de alcance, y su fin es cohesionar a todos los miembros de la región por medio
de un ritual y obtener a cambio el trabajo de la gente. Por lo tanto, si
observamos el patrón de los sitios arqueológicos de la tradición Teuchitlán
vemos como se dio dicha estructura; encontramos un primer nivel (el centro
rector) y dos niveles subsiguientes. El primero lo podríamos denominar centro
de poder virtual, Y el segundo periferia de poder virtual. Finalmente
encontramos lo pequeños sitios que representarían a las “pequeñas entidades”
del modelo.

Esto se puede ver en los estudios cuantitativos en los que se hacen


comparaciones entre el volumen de los edificios construidos y el área
habitacional. En ellos son claras las muestras de jerarquía entre los complejos
de los sitios, lo que permite organizarlos en cuatro niveles (Ohnersorgen y
Varien, 2008; Weigand, 1993:219) (Mapa 2.1). Así, hay una zona nuclear de la
tradición Teuchitlán determinada por la presencia del sitio Gachimontones

41
Para más información de la distribución de los sitios y las características de cada uno de ellos, ver el
capítulo 1 de antecedentes y el capítulo 3.

- 66 -
Metodología

(posiblemente en conjunción con Loma Alta)42, sitio que se ha considerado, por


su amplio desplazamiento, como el “centro rector” (tipo A) (Ohnersorgen y
Varien, 2008:201-203; Weigand, 1993).

42
Antes se comprendía a Guachimontones y Loma Alta como dos sitios diferentes, sin embargo
nuevas investigaciones proponen que forman parte de la configuración de un mismo sitio (Herrejón,
2008; Smith, 2008b)

- 67 -
Metodología

Seguidos en lo que se refiere en magnitud y nivel de sitio, están tres


sitios considerados del tipo B (Ohnersorgen y Varien, 2008:201-203) que
podríamos denominar dentro del modelo como “centros virtuales de poder”;
uno, Ahualulco, se localiza en la parte Noroeste de la zona núcleo de la
tradición Teuchitlán, en la zona periférica al Norte del volcán; otro es el sitio
Santa Quiteria; y el tercero es San Juan de los Arcos localizado al sureste. Por
otro lado, los sitios que pudieron funcionar como “periferias de poder virtual”
están: Huitzilapa, los Ceborucos, La Providencia, Rio Salado, Las Navajas y
Cuisillo todos del tipo C (Ibid: 201-203). Finalmente, estarían los sitios que
Southall denomina “pequeñas entidades”, que encontramos representados en
los considerados del tipo D por la ya mencionada tipología (Ibid: 201-2033).

B) Un ritual compartido: en las características particulares de la tradición


Teuchitlán encontramos varios elementos ideológicos que nos hablan de un
mismo conjunto ideológico o cosmovisión. El primero y más elemental es el
patrón de asentamiento de los recintos principales (Beekman, 2000:1-2).
Lugar que se conforma por un altar central, un patio y 8 a 10 plataformas
rodeando el altar que pueden estar acompañadas de un juego de pelota
(Weigand, 1993; Beekman, 2000:1-2). Al centro de algunos de los altares
centrales circulares se ha podido identificar un post hole, que como vimos,
infiere que en estos lugares se realizaba una adoración al dios del viento
Ehécatl (Weigand, 1992a:211-224).

Las plazas de mayor extensión las encontramos en los sitios del tipo A y
B, aunque el tamaño de las del tipo C algunas veces puede ser representativo.
Algo que es interesante observar y que también nos habla de un ritual
reproducido y adoptado por individuos, es la búsqueda de los habitantes de
estos sitios de reproducir en su centro la configuración de las plazas mayores
y canchas, pero, a menor escala, el mismo fenómeno lo podemos observar en:
los sitios del tipo D, las periferias de las grandes urbes como Guachimontones
y algunos conjunto habitacionales.

- 68 -
Metodología

La costumbre mortuoria de las tumbas de tiro es otro indicador, así


como la presencia de una jerarquía social, vista a través de los diferentes
niveles de complejidad de las tumbas y las ofendas depositadas en ellas. No
menos importante es el hecho de la relación consanguínea que se demostró en
cinco de los seis individuos depositados en la tumba de Huitzilapa (López y
Ramos, 1998; 2006; Cabrero y Pickering, 2006:78-79), personajes con un
poder de tipo posiblemente “virtual”, por presentarse en un asentamiento del
tipo “C”, y que coincide con las referencias de modelo de Southall (Beekman,
2000:2).

En los objetos cerámicos también encontramos evidencia ideológica


común. Tenemos las representaciones de las maquetas, que como ya
comentábamos representan el desarrollo de una actividad social: juegos de
pelota, rituales, ceremonias. Finalmente, la adoración a los ancestros
(Herrejón, 2008) también parece ser una práctica común, en todos los
alrededores de la zona encontramos una cantidad importante de figurillas
sólidas y huecas que representan: jugadores de pelota (Day, 2006), posibles
líderes y escenas cotidianas; las primeras principalmente en unidades
habitacionales, mientras que las segundas cercanas a recintos principales, en
juegos de pelota tipo I43 y en tumbas de tiro (López y Ramos, 2006).

c) Un aparato administrativo. Hasta el momento el lector podría pensar,


que si bien los indicadores mencionados concuerdan con la organización
segmentaria descrita por Southall, podrían confundirse con los elementos de
un cacicazgo, tal como López y Ramos (2006:64-65) explican a tal sociedad,
sin embargo, lo que nos hace divergir en torno a su propuesta, es la presencia
de una planificación de los sitios de la tradición, visto a través de un patrón de
asentamiento uniforme y armónico, lo que nos habla de un aparato, grupo o
individuo, que se encargó de regular tales acciones arquitectónicas. Así mismo,
la presencia de especialización de materiales como obsidiana (Esparza, 2004),
concha y cerámica, una estandarización de los tipos de la loza Oconahua,

43
Weigand, Phil. Comunicación personal. 2007

- 69 -
Metodología

sugerida por las investigaciones de la misma autora (López, 2005:235) y una


especialización e intensificación agrícola vista a través del uso del sistema de
campos agrícolas (Weigand, 1993; Stuart, 2005); nos sugieren la presencia de
ciertos mecanismo reguladores y por ende un aparato administrativo regional
que diferenciaría a un estado de un cacicazgo. Hay que señalar que no
pensamos que se trate de estado unitario como lo define Beekman para la
zona nuclear de la tradición (Beekman, 1996; 2000), que aunque el autor lo
infiera, por la presencia de sitios posiblemente defensivos, entre otras cosas,
pienso que faltan datos para explicarlo fidedignamente, sobre todo los
referentes a la existencia de coerción. Lo que creo, gracias a los indicadores
mencionados anteriormente, es que se trata más bien de un mecanismo
hegemónico, es decir que no ejerce fuerza coersitiva sino más bien coesitiva,
como lo define el estado segmentario.

2.1.3 Pertinencia del modelo en la investigación que se presenta

Según vimos, uno de los indicadores que comprueban que los sitios de la
región de estudio comparten un ritual común, proporcionado y posiblemente
manipulado por cierto grupo que se localiza en el centro y sus subcentros, es el
juego de pelota, el cual, como hemos visto y veremos a lo largo del trabajo,
tiene una carga ideológica importante, tanto en está zona como en el resto de
Mesoamérica. Por lo tanto, la razón de utilizar el modelo de Southall es porque
nos ayuda a explicar cómo un conjunto ideológico, en donde se incluye el
elemento del juego de pelota, es monopolizado por un grupo de elite para
cohesionar un grupo y obtener su trabajo.

Weigand (Weigand, 1993; Weigand y García, 2005) ha propuesto que


el juego de pelota en la tradición Teuchitlán servía como conciliador de
conflictos económicos, y políticos, por medio del cual se promulgaban
normas cuyo objetivo es similar al de las leyes actuales (Weigand,
1993:60). Según el autor, el juego, ofrecía al estado segmentario una
disciplina y control de sí, que refrenaba la competencia intraregional por
recursos tanto estratégicos como escasos y territorio (Ibid: 195-196).
Explica que el juego, por ser un elemento ideológico que se presenta donde

- 70 -
Metodología

no existe un poder político formalmente establecido, toma ese papel


(Weigand, 2005:55).

2.2 MODELO DEL PENSAMIENTO IDEOLÓGICO MESOAMERICANO

Entender el pensamiento ideológico mesoamericano ha sido un trabajo


sumamente complejo, lo podemos notar desde las crónicas coloniales, en
donde grupos occidentales recién llegados trataron de entender a las
sociedades que encontraron. Incluso actualmente los investigadores se
enfrentan con la problemática de no coincidir en tiempo con los humanos que
estudian, lo que dificulta aún más la aproximación a un entendimiento real.

Hay investigadores, como el historiador Agustín López Austin, que se


han dado a la tarea de entender todo ese gran complejo ideológico que forma
a los grupos mesoamericanos. Él ha realizado trabajos con el propósito de
conocer cómo la sociedad mesoamericana comprendía el cosmos, su entorno y
así misma, con el fin de explicar sus prácticas sociales cotidianas. Uno de
estos trabajos es el que presenta en su libro “Cuerpo Humano e Ideología”
(1996) en cuya investigación explica un sistema ideológico y su ubicación en la
vida de las sociedades que le dieron existencia. Para ello, estudia tres
condiciones y/o concepciones íntimamente vinculadas: las concepciones del
cuerpo humano, las condiciones sociales que hicieron tales ideas y el papel que
desempeñaron dichas concepciones en la dinámica social (López Austin,
1996:10). Así mismo, explica como las concepciones relativas al cuerpo
humano forman parte de un sistema ideológico y que dicho sistema se
integraba a otros para formar una cosmovisión. Con base en su inclusión en el
complejo ideológico, el sistema servía para satisfacer intereses particulares de
determinados grupos (Ibid: 16); es decir, cómo un elemento ideológico, forma
parte de un sistema que a su vez forma la cosmovisión de un grupo y cómo
estos le permiten satisfacer sus necesidades e intereses sociales.

- 71 -
Metodología

El autor nos presenta la manera en que propone el estudio de las


ideologías de un grupo social, mismo que aplica en un estudio de caso cuyo
objeto son los grupos nahuas del Altiplano Central. Aunque el autor no
presenta su trabajo propiamente como un modelo, creo que, para el caso
particular de la tesis, advertirlo de está manera nos ayuda a entender la
práctica del juego de pelota como resultado de ese gran complejo ideológico de
Mesoamérica.

2.2.1 El modelo

Para realizar un estudio ideológico de un grupo social, López Austin


estructura el pensamiento ideológico de un grupo en varios niveles. El primero,
que podríamos concebirlo como la unidad mínima, es la “ideología”, entendida
por el autor a partir de los puntos de vista de autores como Marxs, Engels y
Miriam Limoeiro. Tras el intento de armar un enunciado concreto para su
definición, podemos decir que el autor entiende a la ideología como:

Un conjunto sistematizado de representaciones, ideas y creencias en los


que se incluyen desde el más simple acto de entendimiento hasta los
más elaborados, así mismo las tres anteriores están condicionadas en
última instancia por las relaciones de producción. La actualización de
dicho conjunto tiende a satisfacer las aspiraciones, objetivos e ideales de
un grupo social permitiéndonos dividir en dos planos distintivos de la
ideología: por un lado el plano abstracto (sistemas articulados de ideas)
y por otro, el plano de lo concreto (actualización de esas ideas o de
institucionalización) (Ibid: 16-17).

También dice que la ideología es:

…cualquier acto de entendimiento, desde los más simples hasta los


conceptos más elaborados; desde las meras preferencias o actitudes
hasta los valores, actos propios de un individuo o comunes de un grupo
(Ibid: 23)

En segundo plano tenemos los “Los sistemas ideológicos” que están


formados por un conjunto articulado de elementos ideológicos delimitados por
particulares formas de acción sobre un particular ámbito del universo (Ibid:
18).

- 72 -
Metodología

Pero, en la definición ¿a qué se refiere con formas de acción? El autor


explica que la acción del hombre se desarrolla en forma heterogénea en muy
diversos campos: el político, el religioso, el moral, el estético, el filosófico, el
mágico etc. El campo de la acción del ser humano comprende un ámbito del
universo sobre el que los humanos actúan y crean una CONCIENCIA SOCIAL.
En la integración de dicha conciencia social actúan la naturaleza del ámbito de
la acción, el tipo de acción y las relaciones sociales que la enmarcan. La
conciencia social se cristaliza dentro de dos planos, uno es el plano concreto
(formas particulares de la acción que incluyen instituciones, prácticas normas,
reglas, medios de transmisión ideológica). Mientras que el segundo plano es el
de lo abstracto, el sistema ideológico particular en el que los elementos
ideológicos van siendo delimitados y estructurados por la relativa conciencia
interna. Estos planos se ligan en forma indisoluble por la estrecha reciprocidad
de sus influencias.

Por lo tanto, un sistema ideológico forma la parte abstracta de la


conciencia social, que junto con la parte concreta -el plano de la actualización e
institucionalización (la forma particular de la acción)- y el ámbito particular del
universo, forman el campo particular de la acción.

Figura 2.1 Esquema de los campos particulares de acción (López Austin, 1996:18).

Sistema ideológico
Particular
(Plano Abstracto)
Forma
particular de
la conciencia
social Forma particular de
acción
Campo particular de la Acción (Plano de actualización
e institucionalización)

Ámbito Particular del


Universo

- 73 -
Metodología

El sistema ideológico posee peculiaridad estructural y dinámica: pero está


también articulado tanto al resto del plano ideológico como a la estructura
social (Ibid: 18-19). Las particularidades de cada sistema ideológico son:
 Que presentan una estructura y la lógica que lo rige; evidente,
generalmente en la jerarquización de sus elementos y la relativa
coherencia.
 Que existe una dinámica propia de cada sistema ideológico. Dado que
continuamente el sistema se ve afectado por factores de transformación,
ya sean internos o externos, los cuales pueden variar en distintas
sociedades. Estos factores están condicionados en última instancia por la
infraestructura y afectan a los sistemas de diferente manera; algunas
veces rápidamente como en el sistema ideológico político y otras más
lentamente como en el sistema ideológico mágico (Ibid: 19-20).

Cabe señalar que cada uno de los sistemas ideológicos, según sugiere el
autor, están firmemente articulados entre sí ya que comparten el común
condicionamiento de la infraestructura y la existencia de factores que se dan a
nivel ideológico. Por lo tanto, cada miembro de la sociedad, al actuar en
diversos campos particulares, se ve precisado a mantener una relativa
congruencia entre sus diversas representaciones, ideas y creencias, tanto en
su interioridad síquica como en la cotidiana acción (Ibid: 20).

Entonces, el equivalente al tercer nivel del modelo, lo representa la


“cosmovisión”, la cual se define, según López Austin, como:

…el conjunto articulado de sistemas ideológicos relacionados entre sí en


forma relativamente congruente, con el que un individuo o un grupo
social, en un momento histórico, pretende aprehender el universo (Ibid:
20).

Por lo tanto, la cosmovisión en un producto cultural colectivo que sólo es


posible en el individuo, pero forma un macrosistema de comunicación en el
que el mensaje cumple requisitos mínimos de inteligibilidad, de coparticipación
intelectual entre emisores y receptores, y de establecimiento inconciente de

- 74 -
Metodología

reglas en el que, por medio de su cumplimiento, las ideas pueden ser


recibidas, aceptadas y asimiladas por el co-participante (Ibid: 20-21).

Finalmente, en lo que podría ser el último nivel del modelo encontramos


lo que el autor llama “complejo ideológico.” Este es el conjunto articulado de
cosmovisiones de los diversos grupos que, en una época dada, integran una
sociedad (Ibid: 22). Dentro del complejo ideológico también existen ideologías
de diversa antigüedad denominados la “Tradición Cultural” y las
“cosmovisiones marginadas”. Las primeras son producto de las revaloraciones
y refuncionalización de elementos por causa de los cambios que han afectado a
la sociedad a través del tiempo (Ibid: 24). Mientras que las segundas, las
cosmovisiones marginadas, se refieren al fenómeno que se da cuando dos
cosmovisiones se encuentran donde la articulación de ambas es estrecha, pero
su congruencia es mínima. Por ejemplo, cuando un grupo conquista a otro con
cosmovisión diferente, la cosmovisión marginada del grupo dominado va a
transformarse lentamente (Ibid: 26).

En resumen, el modelo para entender el pensamiento y la acción de un


grupo social se forma de cuatro niveles de análisis íntimamente relacionados.
En un primer nivel tenemos a las representaciones, creencias e ideas que
forman una ideología y que se ven afectadas por factores como la producción.
La conjunción de dichas ideologías configura un sistema ideológico que está
íntimamente relacionado con el campo particular de acción como la política, la
moral, etc., reflejados en la sociedad estudiada. Así mismo, los sistemas
ideológicos, al articularse, forman la cosmovisión de un individuo y/o grupo
social que le permite entender al universo y responder a los problemas y/o
estímulos sociales de manera generalmente inconciente.

Finalmente, la combinación de varias cosmovisiones durante un


momento determinado da como resultado un complejo ideológico, en el que se
observan fenómenos como la tradición cultural que comprende a las ideologías
que se han manifestado en diferentes momentos con algunas ligeras

- 75 -
Metodología

modificaciones que se acoplan a las nuevas necesidades del grupo. Otro


fenómeno que se observa en la compleja combinación de ideologías, sistemas
y cosmovisiones es el que ocurre en el caso de las cosmovisiones marginadas
que surgen cuando al ponerse en contacto dos de estas, sus elementos no
resulten compatibles.
Figura 2.2 Reproducción resumida del Cuadro que presenta Alfredo López Austin. (Ibid: 23)

IDEOLOGÍA SISTEMA COMPLEJO


Representaciones, IDEOLÓGICO COSMOVISIÓN IDEOLÓGICO
Ideas y Creencias

2.2.2 El modelo y el pensamiento mesoamericano

Según vimos, dicho modelo advierte cómo es que todos los campos de la
acción colectiva e individual de un grupo social se ven afectados por los
elementos ideológicos y viceversa, lo que nos permite comprender el
pensamiento mesoamericano y la manera en que actúa en la vida cotidiana.
López Austin explica como la ideología es la base de la organización social (la
estratificación social, la división del trabajo etc.), la organización política
(maneras de elegir un gobernante y el poder que tiene éste sobre el grupo), la
económica (sistemas tributarios, explotación de recursos, etc.) y la religión de
los grupos nahuas del Altiplano. Expone como la ideología puede cambiar a
través del tiempo tomando diferentes órdenes. También dice cómo
generalmente ésta es manejada por los grupos gobernantes y manipulada por
ellos.

La misma advertencia sobre la conjunción de la ideología con la acción


social la declara García (2007), quien indica la relación del entendimiento
cósmico y religioso con una práctica productiva, específicamente la agricultura
y todo lo que a ella se relaciona: el suelo, el agua, el proceso de crecimiento
de la planta etc. Así como el aprovechamiento de otro tipo de alimentos no
agrícolas (García, 2007:138). Lockhart, por su parte, también advierte la
relación estrecha entre la organización política y la religión de grupos nahuas

- 76 -
Metodología

mesoamericanos al explicar la manera en que funciona un altepetl en el centro


de México, relación que se observa, según el autor, aún después de la
conquista española al trasplantar en dicha zona la religión impuesta (Lockhart,
1999:294-377).

Como ejemplos para explicar la relación entre la ideología y la acción


social podemos mencionar: 1.- el caso de la práctica de la ofrenda en la que
por medio de la reciprocidad los dioses se vieron reflejados como seres
participantes en el proceso de intercambio; si tú das al dios recibirás como
gratificación lluvia, prosperidad, etc. Así mismo, tal ideología se ve
representada por el sistema de intercambio yo doy y recibo (López Austin,
1996:82). 2.-Como ejemplo de esta íntima relación ideología y acción tenemos
la organización de un calpulli que era determinada igualmente por un dios
denominado calpultéot, dios que además de determinar la tierra que el grupo
trabajaba, determinaba el tipo de especialización que los integrantes
desarrollarían (Ibid: 78-79). 3.-Un tercer ejemplo es el uso de los calendarios
que tenían una importante relación con la ideología religiosa y el entendimiento
del cosmos junto con la manera en que los gobernantes se aseguraban de que
se trabajaran las cosechas de tal manera que nunca faltara algún recurso
(Ibid: 87) 4.-Otra prueba es cómo la dualidad cósmica servía de modelo para
la organización política viéndose reflejado en las actividades del tlatoani, quien
recibía los atributos de los aspectos masculinos de la divinidad y la cihuacoátl,
cuyo nombre va ligado al aspecto femenino de la divinidad. En el primero
recaía el poder militar y en el segundo el administrativo (Ibid: 85).

Podríamos seguir con la lista de infinidad de relaciones que podemos


encontrar en los grupos prehispánicos mesoamericanos, sin embargo, creo que
con los anteriores que nos presentan López Austin (1996), García (2007) y
Lockhart (1999), es fácil entender cómo para el estudio de algún aspecto social
de índole económico, político, ritual o religioso, ya sea de manera particular o
general, de un grupo mesoamericano, es necesario adentrarnos en su ideología
y los complejos que de ella se forman, para entender tras qué necesidades

- 77 -
Metodología

operan sus acciones, la manera en que el grupo percibe al mundo y la forma


en que la elite gobernante hace uso de la ideología para lograf ejercer el
control público y las transformaciones que hace de ella para lograr tal fin44.

2.2.3 Pertinencia del modelo en la investigación que se presenta

Ya que el modelo explica por medio de un esquema (Figura 2.1) cómo


todos los campos de las acciones sociales van de la mano con el sistema
ideológico, en este caso el mesoamericano, se espera entender la relación del
juego de pelota con un sistema ideológico particular (plano abstracto de la
conciencia social de un campo de acción) y la manera en que podría explicarse
su institucionalización (plano concreto de la conciencia social de un campo de
acción) en un elemento del campo de acción política, que permite conciliar
conflictos: sociales, económicos y políticos; una de las funciones sociales del
objeto de estudio que se propone en la segunda hipótesis de la investigación,
como veremos mas adelante.

2.3 PROBLEMA E HIPÓTESIS

Hasta el momento hemos visto que existen dos problemas principales: el


primero radica en que no existe hasta el momento una explicación, por medio
de datos empíricos, del por qué se relaciona el juego de pelota tipo I con el
recinto principal y por qué la relación de la cancha tipo II con el recinto menor
u unidad habitacional. El segundo problema, es que no se han observado los
datos empíricos que sustenten la hipótesis presentada por Weigand (1993:60;
Weigand y Garcia, 2005) sobre la función de los juegos de pelota tipo I, misma
hipótesis que a continuación se presenta como la Hipótesis 1 de la tesis. Tales
problemáticas son las que se pretenden explicar en la presente investigación.

44
De este último caso podemos mencionar como ejemplo los cambios que los gobernantes nahuas del
Posclásico hacían a la ideología con el fin de que sustentara la mayoría de sus acciones, hecho visto a
través de los cambios que tomaban las características de los dioses hasta lograr que fueran lo
suficientemente pronunciadas y pudieran justificar acciones como la guerra.

- 78 -
Metodología

Para ello se postulan dos preguntas principales en las que se encamina


dicho proyecto: una de tipo ¿por qué? y otra del tipo ¿cuál es? en sentido
funcional. Concretamente las preguntas son ¿por qué se presenta el juego de
pelota tipo I asociado a un recinto principal y por qué el juego de pelota tipo II
a un recinto menor? y ¿cuál es la función del juego de pelota tipo I?

Por lo tanto, la relevancia de dicho trabajo radica en proporcionar una


explicación del papel del juego de pelota, dentro del campo ideológico religioso
y del campo ideológico político, ideologías que como nos dice López Austin
(1996; 1998, 2001) no pueden aislarse cuando se estudian sociedades
mesoamericanas. De tal suerte, se espera poder explicar la función del juego
de pelota dentro del conjunto ideológico que un grupo de alto status ofrece a
los integrantes de la sociedad para mantener la cohesión, tal como lo plantea
el modelo de lo estados segmentarios de Southall (1988).

Para responder las preguntas anteriores que provienen de los problemas


observados, el trabajo presenta dos hipótesis relacionadas con los objetivos
propios del trabajo; explicar el patrón de asentamiento que cumplen los juegos
de pelota y su función dentro de la sociedad. Los resultados que se esperan del
trabajo es poner a prueba dichas hipótesis planteando un nuevo problema de
investigación si es necesario. Los enunciados son:

Hipótesis General
El juego de pelota del tipo I está asociado directamente a un recinto
principal dado que tiene una función en común, al igual que el juego de pelota
II se asocia con un recinto menor o unidad habitacional porque tienen una
función en común.
De lo que dependerá:
 Que el juego de pelota tipo I esté asociado directamente al recinto
principal.
 La función del recinto ceremonial determina la función del juego de
pelota tipo I.

- 79 -
Metodología

 El juego de pelota tipo II esté asociado directamente a la unidad


habitacional.
 El juego de pelota tipo II esté asociado directamente a un recinto
menor.
 La función de la unidad habitacional determina la función del juego de
pelota tipo II.
 La función del recinto menor determina la función del juego de pelota
tipo II

Hipótesis 1.
El juego de pelota del Tipo I, dentro de un conjunto ideológico, es
también un elemento del campo político que funcionó como conciliador de
conflictos económicos, políticos y disciplinarios de un estado segmentario como
el de la Tradición Teuchitlán.
Esta hipótesis depende de:
 La ubicación del juego de pelota con respecto al recinto principal nos
dirá su función.
 La ideología detrás de la práctica del juego de pelota, vista a través de
los codices y relatos prehispánicos y coloniales nos dirá su función.

2.4 INDICADORES Y TÉCNICAS DE EVALUACIÓN

Para entender los enunciados que se plantean en las hipótesis


anteriores, sobre la práctica del juego de pelota dentro de la sociedad
“teuchiteca”, es necesario conjuntar varios datos que refuercen la explicación.
Esto se justifica, por un lado, por las limitantes que presenta en sí misma la
práctica Arqueológica, es decir, no tener un contacto directo con la sociedad
para poder determinar su forma de vida, prácticas, organización socio-política
y económica, entre otras cosas. Por otro, las únicas evidencias arqueológicas
que sustentan la práctica en el lugar de estudio son: las maquetas, que
representan de manera tridimensional la práctica del juego de pelota dentro de

- 80 -
Metodología

un espacio arquitectónico (cancha) y la evidencia arquitectónica manifiesta en


los sitios de la tradición Teuchitlán.

Es por esto que, si se limitan los indicadores a sólo las dos evidencias
que se tienen, la explicación no resultaría convincente y ciertamente no estaría
claramente sustentada. Es por tal hecho que, el trabajo inmerso en la
investigación, estará basado en la obtención de indicadores que refuercen la
explicación, obtenidos mediante varias técnicas como: el análisis de patrón de
asentamiento (a nivel sitio y estructura), la excavación de recintos de juegos
de pelota de ambos tipos, los análisis de materiales (huesos, obsidiana,
cerámica) y el análisis de fuentes etnohistóricas.

Los indicadores principales son los siguientes:


 La ubicación de los dos tipos de juego de pelota en relación al sitio.
 Los tipos de recinto con los que se asocian los juegos de pelota (A, B, C o
D).
 Los tipos de conjuntos con los que se asocian –círculos mayores, menores
y/o residencias habitacionales-.
 Las características arquitectónicas de cada tipo de cancha.
 El comportamiento de los materiales que nos sugieran una función y/o
uso especifico.
 La presencia de un ritual que nos sugiera su carga ideológica.
 Los referencias en fuentes etnohistóricas acerca de uso.

2.4.1 Método del Análisis de Patrón de Asentamiento

Con el fin de sistematizar el estudio, de tan amplio foco de análisis de un


patrón de asentamiento, varios autores han propuesto una serie de niveles de
análisis según los espacios (Manzanilla, 1986:9), lo que nos permite
puntualizar el estudio a un foco en particular, con el fin de obtener resultados
óptimos para explicar la manera en que funcionó cierta sociedad. Dentro de
ellos figuran cinco niveles (Ibid: 09-11): en el primer número de la lista figura
el análisis del área de actividad, la cual representa, según Struever (en

- 81 -
Metodología

Manzanilla, 1986:9), dentro de la evidencia arqueológica, la unidad mínima con


contenido social, en el nivel están implicadas una o varias actividades
estrechamente ligadas a procesos de trabajo o funciones especificas. El
segundo es el análisis de la unidad habitacional, en donde figuran una serie de
áreas de actividad estrechamente relacionadas, generalmente familiares. El
tercero es el “grupo de residencias configuradas alrededor de un patio”, en el
cual el oficio fue el vinculo básico. S eguido aparece, como cuarto nivel, la
totalidad del sitios arqueológicos, es decir, la suma de áreas de actividad,
unidades domésticas y grupos de residencias, que configuraran el espacio que
habitó una sociedad. Finalmente, se encuentra el análisis de la conjunción de
varios sitios que interactúan de manera económica, social y/o política. Dicho
modelo resultaría de manera sintetizada, tal como se presenta en la Figura
2.3.

Área
de
Actividad

Unidad
Habitacional

Grupo de residencias

Sitio Arqueológico

Interacción de Sitios

Figura 2.3 Modelo de Análisis de las unidades espaciales (Manzanilla,


1986). Sim plificado

El trabajo que se presenta propone el uso de tres niveles de análisis


espaciales para entender el juego de pelota, uno de manera particular, otro
dentro de un asentamiento de un grupo y finalmente en relación con varios
asentamientos que interactúan entre sí. En dicho análisis figura en el nivel 1el

- 82 -
Metodología

“área de actividad”, que se define, según Manzanilla, como la concentración y


asociación de materias primas, instrumentos o desechos en superficies o
volúmenes específicos que reflejan una actividad en particular, generalmente
delimitadas espacialmente por elementos constructivos (Manzanilla, 1986:11).
En este nivel, el análisis del espacio resulta de manera individual,
estrictamente sólo donde se desarrolló el juego: estructuras que forman la
cancha, arquitectura, tamaño, orientación, materiales y otros elementos
relacionados directamente con la práctica. Con el fin de que cada uno de sus
elementos nos permita conocer las diferencias y similitudes que existen entre
las canchas de juego de pelota que se presentan en la sociedad estudiada,
resultando de ello, las pautas para explicar sus asociaciones con diferentes
tipos de recintos, así como una de las funciones del juego de pelota tipo I.

El siguiente nivel es el que figura en el modelo de Manzanilla como el


número tres, “la agrupación de estructuras”, cuyo análisis lo define como:

...el análisis más amplio de la agrupación de casas que testimonian


actividades compartidas entre diversas familias, desde el grupo de
residencias al alrededor de un patio en el que el parentesco pudo haber
sido el principal factor de integración, hasta el barrio, en que
posiblemente el oficio fue el vínculo básico” (Ibid: 9).

En tal definición, la autora incluye al conjunto de unidades


habitacionales unidas por parentesco y a los barrios vinculados por un mismo
oficio. Sin embargo, no menciona el conjunto de estructuras (áreas de
actividad y unidades habitacionales) que se conglomeran por tener una función
social como centro rector cívico-ceremonial, en el que encontramos la
asociación de palacios, patios y templos. Es probable que para la autora los
centros cívicos y/o ceremoniales queden implícitos dentro de lo que define
como las agrupaciones que forman barrios con un oficio que los vincula. Sin
embargo, al no presentarse de manera textual es necesario recalcar que para
nuestro análisis se considera que dichas agrupaciones cívico-ceremoniales
caben dentro de este rubro , y por lo tanto, el juego de pelota se estudiaría

- 83 -
Metodología

según la agrupación de estructuras, que como veremos más adelante pueden


ser tanto residenciales como cívico-ceremoniales.

Finalmente, el último nivel es el que nos va a remitir al papel de cada


asentamiento que presenta canchas, dentro de un sistema de diferentes sitios
que comparten la tradición Teuchitlán. Cabe señalar que en este nivel de
análisis y el de grupo de residencias, nos apoyaremos en el uso de dos
propuestas realizadas en la zona de estudio, los cuales trataremos en el
capítulo siguiente.

2.4.2 Método del Análisis de Materiales

Dentro del análisis del nivel “área de actividad” (Manzanilla, 1986:9) es


necesario prestar atención a los materiales recolectados en cuatro
excavaciones de canchas de juego de pelota, y a los materiales reportados en
los conjuntos arquitectónicos a los que se asocia. Con esto, se busca comparar
el comportamiento de aparición de los materiales entre los diferentes tipos de
cancha y las estructuras asociadas. Es decir, se espera observar las
diferencias y/o similitudes, que nos hablen de un mismo uso o función, en el
caso de las canchas asociadas a un complejo de función similar; o diferente,
cuando los comparamos con complejos con diferente función.

Para ello, antes que nada, es necesario someter los materiales a análisis
físicos que nos permitan determinar los usos y/o las funciones de cada tipo de
objeto, por lo tanto los métodos del análisis que se presentan apuntan
básicamente a: 1) Análisis Cerámico: determinar el uso y/o función específica
que tienen las vasijas, basándonos en sus características morfológicas, sus
tecnológicas y la presencia, ausencia y localización de su decoración (Rice,
1987:211). 2) Análisis de Obsidiana: determinar el uso y función de cada
artefacto (Esparza, 2008) y 3) Restos Óseos: el análisis físico pretende ayudar
a determinar que huesos se depositaron, el momento en que se depositaron y
algunas otras huellas que nos revoquen a que tal evidencia se trata de un claro

- 84 -
Metodología

sacrificio inmerso en el orden cívico y/o religioso y por ende en la propia


práctica al juego, específicamente en los que se celebran en los complejos
cívicos y religiosos. Cabe señalar que, del último, no abundaremos en las
secciones posteriores de este capitulo, debido a que en el trabajo sólo se
utilizan los resultados que arrojó un análisis físico que actualmente continua en
proceso y se encuentra fuera del marco de la investigación45.

El Análisis del Material Cerámico


En el caso particular de la cerámica, para saber cual pudo ser la función
de una forma determinada de vasija, hay diferentes estrategias que el
investigador puede utilizar. La primera es con el estudio de los documentos
que las describen, como los códices y los relatos prehispánicos o coloniales
(Rice, 1987:210). Otra herramienta es la asociación con el contexto
arqueológico que por lo general determina el uso especial de los objetos, sin
embargo, éste muchas veces nos limita a sólo identificar contextos muy
específicos como entierros o fogones, dejando sin respuesta a varios de los
espacios abiertos o a un espacio cuya actividad aún no ha sido bien definida.
Una tercera posibilidad es con el uso de la analogía etnográfica, arqueología
experimental e inferencia, tal como lo presenta Rice (1987) en cuyos estudios
se basa parte del análisis. La analogía y la inferencia pueden ser utilizadas en
problemas de función en tres formas: 1) la forma básica, 2) las características
tecnológicas y en el uso experimental y 3) la presencia, ausencia y localización
de la decoración (Rice, 1987:211).

Así, la propuesta de Rice es que las vasijas se dividen según su función


en tres grupos principales (Cuadro 2.1), mismos de los que desprenden
factores como: tiempos de contención del contenido, tipo de contenido y calor
al que se expone, entre otras cosas. Para identificar la vasijas, la autora nos da

45
Weigand, Phil, Rodrigo Esparza e Ismael Nuño Arana. “Informe Óseo No. 1: Ofrenda mortuoria de
huesos aislados” en Proyecto de Análisis Integral de los Restos Óseos de la Zona Arqueológica de
Guachimontones en Teuchitlán. Colegio de Michoacán, A.C., Universidad de Guadalajara: Centro de
Investigación Genética Molecular, Centro Universitario de la Ciénega Ocotlán, Jal. Proyecto en Curso.
45
Blanco Ericka. “Informe de Excavación del Juego de Pelota 1 de Loma Alta” en Informe Técnico del
Proyecto Arqueológico Loma Alta (Temporada 2007- 2008). Rodrigo Esparza,L. (Director). El Colegio
de Michoacán A.C. En elaboración.

- 85 -
Metodología

varias pistas, entre ellas está: 1) la morfología de la pieza: apertura del


orificio, ancho del cuello, forma del borde, base y/o fondo, forma del cuerpo y
aparición de asas y/o soportes (Ibid: 211-226), 2) los acabados: alisados,
pulidos y áreas de decorado, y 3) las huellas de uso: desgaste, abrasión
interior o exterior, marcas de ahumado, entre otros etc. (Ibid: 236-242).

En el Cuadro 2.2 se presenta de manera simplificada (tal como lo


presenta el trabajo citado) algunas de las correlaciones del contexto
arqueológico y de las características de las vasijas que ayudan a conocer su
uso. Cabe señalar que la aplicación del esquema para cerámica prehispánica
debe realizarse con cautela, principalmente por el hecho que no se adhiere a
los principios de la ciencia de los materiales modernos (Ibid: 237). Sin
embargo creo que es un buen comienzo para acercarnos al conocimiento de las
funciones de las vasijas, sobre todo si se cotejan con los datos obtenidos en la
excavación como: su distribución y su acumulación.

- 86 -
Metodología

Agua, aceite, vino, cerveza


Liquido
Periodo
Corto
Grano, semillas, hierbas, sal
Sólidos
Almace-
namiento Aceite, Vinos para envío o
Liquido almacenamiento; Agua
Periodo
Largo

Sólido Granos, hierbas, semillas

Dentro de Hirviendo

Liquido
Encima de Cociendo a fuego lento
Con Calor
Dentro de Cociendo (hornos); braseros,
incensario
Sólido
Procesa- Encima de Tostar, resecar
miento
Vigilar Mezclar, Machacar

Liquido
Sin vigilar Remojar
Frío
Vigilar Mezclar, Machacar

Sólido
Sin vigilar Secado al Sol

Caliente (impráctico)
Liquido
Distancia Frío Agua; envío de aceite y vino
Larga
Caliente (impráctico)
Lleno Seco
Frío (impráctico – uso de canastas)

Caliente Servir, comer


Traslado Liquido
Distancia Frío Transportar agua, servir y comer
Corta
Caliente Servir, comer
Seco
Frío Servir, comer
Vacío

Cuadro 2.1 Categorías de los usos de las vasijas. Nombre original “Categories of Vessel
Use” (Rice, 1987:209 Fig. 7.1).

- 87 -
Metodología

Cuadro 2.2 Correlac iones Arqueológicas Pronosticadas de las vasijas s eg ún s u fun ción.
Nombre Original "Predict ed Arc haeologic al Correlates of Vessel Fun ciones" (Rice, 1987:238 Table 7.2)

Tratamiento de
Categoría
formas Material Superficie y Contexto Frecuencia Pistas
funcional
Decoración

Variable para Baja (bajo


Formas restringidas. Orificio Variable
despliegues o reemplazo);
Vasijas de modificado para verter o (posiblemente con la Residuos de acumulación
mensajes ; pulida o Viviendas, basureros puede ser
Almacenaje c errar: adaptadas p ara preocupación de una de bienes en los poros
vidria para reducir la rehusada de rota
suspensión o movimiento larga prosperidad)
permeabilidad o vieja

Viviendas ,
Tosco y p oroso,
Redondo, cónicas, globulares , Pequeño a ninguno; basureros; Alta Exterior ahumado o
paredes delgadas y
Ollas de cocción sin restric ción; generalmente superficie áspera para raramente en (frecuentemente negro; contenido
b as e para un choque
carente de ángulos. manejo fácil depós itos especiales reemplazada) quemado
térmico resis tent e
(tumbas)

É nfasis en la fuerza
Preparación de
Sin forma restringida, formas mecánica; Variable; generalmente Uso interno: abrasión o
Comida (sin Vivienda, basureros Moderada?
simples relativamente tosca, bajo desgaste
calor)
densa

Alta (frecu ente


Para fácil acceso; a menudo Generalmente alt o, Vivienda, b as ureros, La medid a corresponde a
Vasijas para uso y
con as as ; base con soportes Puede s er fina para des pliegues o depós itos especiales un s ervicio individual o
servir alimentos c ont inuamente
para estabilidad roles simbólic os (tumbas) grupo
reemplazada)

Variable, generalmente Tamaño uniforme o


Vasijas para Convenientemente para apilar; Énfasis en un firmeza Basureros , áreas no
baja; pulida o vidria múltiples unidades de
transportar asas; peso ligero, orific io mecánica; densa, domésticas Variab le
para reduc ir la tamaño; residuos de
bienes restrin gido fuerte (merc ados)
permeabilidad contenido

El Análisis del Material de Obsidiana


Debido a que sólo nos interesa la división, la observación y el conteo de
los materiales según su uso y función. Para dichas clasificaciones nos
ayudamos del análisis de obsidiana que realizó Rodrigo Esparza (1999) en el
sitio Guachimontones.

En el análisis se describen los objetos tanto sin huellas de uso como con
ellas, estas últimas subdivididas a su vez bajo dos de los criterios de
clasificación que propone García Cook (1982), de lo que resulta una división de
la siguiente manera:

1) objetos sin huellas de uso que pudieron estar inmersos en el proceso


de manufactura de un utensilio u herramienta.
2) herramientas u objetos con huellas de uso. Son herramientas que
tienen un uso genérico y especifico como: objetos de corte, percusión, de
desgaste etc. (Cook, 1982:36). La clasificación está basada en los análisis
realizados por García Cook en 1982, en los cuales, separa sus materiales en
ocho divisiones: industria, clase, uso, súper categoría, categoría, familia, tipo y
variante; de los cuales sólo nos enfocamos en las divisiones de uso (uso

- 88 -
Metodología

genérico) y categoría (uso especifico), ya que son los únicos criterios de su


análisis que cumplen con objetivos del presente trabajo.
3) objetos ornamentarios. Se representa por piezas de uso especial
como pendientes, figurillas etc. grupo del cual no se registró ningún ejemplar.

En los dos capítulos siguientes se presentan los resultados del patrón de


asentamiento de las canchas y el análisis de materiales, en ambos casos con la
aplicación de los métodos y las técnicas antes citadas. Todo con la finalidad,
como se ha planteado a lo largo de este texto, de que por medio de datos
arqueológicos, podamos determinar el uso o función específico de la práctica
según la relación del lugar en el que se ubican, y buscar las pautas explicativas
para sostener la idea de que dentro de las funciones de la práctica del juego
existe una inmersa en el campo de acción política, como la solución de
conflictos.

- 89 -
Patrón de Asentamiento

46

Capítulo 3. ANÁLISIS DEL PATRÓN DE ASENTAMIENTO


El Juego de Pelota visto a través de dos niveles de análisis espacial:
área de actividad y grupo de residencias.

En función a los alcances que se persiguen, nuestros indicadores dentro


de está aplicación son: en función a la primer hipótesis que consiste en asociar
la función del juego de pelota con el lugar en el que se encuentra, se presta
atención a datos como: la diversificación de la cancha, los lugares con los que
se asocia, la manera en que se asocia y la relación funcional que la práctica
presenta según el recinto en donde se localiza. Mientras que para la segunda,
se localizan aquellos elementos que nos guíen rumbo al uso político de algunas
de sus canchas, como por ejemplo: su localización en sitios rectores o sub-
rectores, su ubicación en lugares cívicos ceremoniales y la presencia de
elementos especiales, como sacrificios.

46
Imagen, Maqueta Cerámica “Modelo de Juego de Pelota” (Day, 2006:154-Fig.1)

- 90 -
Patrón de Asentamiento

Para lograrlo, nos auxiliamos de dos análisis espaciales realizados


previamente, los cuales proponen en grosso modo, las posibles funciones y
usos que desempeñaron los diferentes tipos de asentamientos de la tradición,
tanto dentro de su organización local como en su conjunto a nivel regional.
Posteriormente se presenta el análisis y los resultados.

3.1 ESTUDIOS DE APOYO PARA EL ANÁLISIS

El trabajo de superficie, en los confines de la extensión de la tradición


Teuchitlán, ha representado, a lo largo de más de 30 años, un importante
desarrollo, logrando proponer diversas tipologías y/o categorías en base al
tamaño, volumetría o conjuntos de estructuras que forman los diferentes
asentamientos, para permitirnos conocer las actividades y funciones de cada
recinto.

De los esfuerzos complementados han resultado varias propuestas, una


de ellas por parte de los investigadores Ohnersorgen y Varien (2008), quienes
presentan un análisis basado en la volumetría de los asentamientos, vistos a
través de los complejos estructurales centrales, formados tanto por conjuntos
circulares como por conjuntos de cuatro estructuras y un posible altar. Los
resultados arrojaron cuatro niveles de complejos A, B, C, D (Ohnersorgen y
Varien, 2008:200-203), relacionados íntimamente por medio de dos sistemas
de redes. La clasificación actualmente es vigente y ha ayudado a sustentar las
explicaciones de muchos trabajos, sobre todo en lo que se refiere a nivel
regional. Inclusive, como se mencionó en el capítulo 2, nos ha dado una de las
pautas para explicar a la tradición dentro de una organización de estado
segmentario, ya que el nivel “A” representa lo que Southall llama el lugar de
“centro de poder”, el nivel “B” el lugar de “centros de poder virtual”, el “C”
“periferias de poder central”, y finalmente, el “D” a las “pequeñas entidades”.

Sin embargo, al considerar a la investigación anterior insuficiente para


explicar a nivel particular las relaciones y funciones de un sitio, surge una

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Patrón de Asentamiento

propuesta encabezada por Smith (2007; 2008a; 2008b), la cual, sustentada


por la evidencia de superficie y de excavación, propone varios niveles
jerárquicos y de uso y/o función de conjuntos que encontramos aislados o
formando los complejos estructurales dentro de un mismo sitio, entre los que
encontramos dos grupos principales, uno incluye conjuntos ceremoniales y el
otro residenciales, éste último no incluido en el análisis de Ohnersorgen y
Varien (2008). Los grupos se subdividen por tamaño en cuatro tipos:

1) Los conjuntos circulares:


 Tipo 1. Se representa solamente por el Círculo 1, ubicado en el
recinto de Guachimontones. El círculo está formado por un altar
circular, un patio que rodea al altar y doce plataformas. El altar mide
unos 17m. de altura y tienen unos 20m. de diámetro, el patio tiene
100m. más de diámetro y las plataformas miden 22m. de frente por
14m. de fondo y unos 3.5m de altura, todas del mismo tamaño y con
una separación entre una y otra de unos 4m., tienen también una
banqueta circular que une todas las plataformas (Smith, 2007). Tal
tipo, junto con el 2, representa a las plazas monumentales de la
tradición (Smith, 2008a:125-128) formando un complejo ceremonial.
 Tipo 2. Presenta los mismos elementos que el 1, con la diferencia de
que éste tiene 8/10 plataformas, con un a diámetro mayor a los
100m. (Smith, 2007).
 Tipo 3. Lo representan las plazas formadas, un altar central, el patio
que la rodea y 8 estructuras rectangulares que delimitan al patio. EL
diámetro total del círculo es menor a los 100m (Smith, 2007).
 Tipo 4. Es el tipo más pequeño de los conjuntos circulares, se trata de
un conjunto constituido por 8 ó 4 plataformas y un patio, pudiendo
existir o no un altar central. Estos generalmente se localizan fuera del
corazón de los complejos centrales en ocasiones asociado a unidades
habitacionales. (Smith, 2007).

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Patrón de Asentamiento

2) Residencias cruciformes:
 Tipo 1. Es la única que se puede llamar monumental, y está asociada
indirectamente al complejo de Guachimontones. Se forma por cuatro
estructuras que miden más de 11.4m. de lado, con 1.4m. de altura.
En su interior presenta una serie de divisiones que asemejan cuartos
(Smith, 2007).
 Tipo 2. Son conjuntos directamente asociados a un círculo. Su
característica principal es la existencia de un patio cerrado ya sea por
estructuras o por un muro perimetral. Los elementos arqueológicos
encontrados en estas estructuras son: Estructuras de edificios,
entierros humanos, fogones para la elaboración de alimentos y
basureros (Smith, 2007).
 Tipo 3. Sus características son similares a las unidades
habitacionales, 4 estructuras rectangulares alrededor de un patio, sin
embargo, el tamaño de las plazas que forman sugieren un uso
distinto al resto de los conjuntos cruciformes de los sitios (López y
Ramos, 1996:164; 2006:61). Debido al uso diferencial de los
espacios en la Mesoamérica prehispánica se ha propuesto que fueron
utilizados como centros de reunión en distintas actividades, ya sean
del orden político-administrativo o religiosas. Sin embargo, en el
registro de Weigand, antes de las exploraciones de la tumba de
Huitzilapa, el conjunto aparece con un altar pequeño en la parte
central (Weigad, 1993:191-Fig.7.13), el cual se perdió debido a la
afectación del sitio, que causó la preparación intensiva de la tierra
con maquinaria pesada para el cultivo del agave47. Esto agrupa al
conjunto dentro de los círculos como tipo 4, más que en tipo
residencial.
 Tipo 4. Los conjuntos se componen igualmente por cuatro estructuras
de dimensiones menores, por los elementos relacionados con ellos,
debido a que aparecen cuatro de los seis componentes que define
Winter (1986) (Smith, 2007; 2008b): Un conjunto de estructuras,

47
Weigand, Phil. Comunicación Personal. 1998

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Patrón de Asentamiento

hornos, entierros y basureros. Estos conjuntos también fueron


identificados por López Mestas y Ramos en Huitzilapa, quienes
también los explican como unidades habitacionales (López y Ramos,
1996:159).

La cantidad y complejidad de la conjunción de estos conjuntos, la ayuda


del estudio de Ohnersorgen y Varien (2008), del modelo que propone Sanders
en 1979 para el explicar el patron de asentamiento prehipánico del centro de
México y de los análisis etnohistóricos mesoamericanos, dan fruto a las
propuestas de Smith (2008b), quien explica la formación de 5 niveles de sitios
de la tradición, que concuerdan con el patrón de los estados segmentarios en
donde encontramos un centro de poder, centros de poder virtual, periferias de
poder central y finalmente a las pequeñas entidades, sólo que se agrega un
último nivel meramente habitacional:

1) Los Centros supra-regionales: representa a los sitios del complejo tipo A


(Ohnersorgen y Varien, 2008:201). Guachimontones es el único sitio, porque
en los datos estadísticos superó dos veces en tamaño al resto de los sitios de
la tradición. Tiene la estructura más monumental, la mayor concentración de
conjuntos, la mayor cantidad de unidades habitacionales y varios juegos de
pelota (Smith, 2008b). Se trata de un sitio con una estratificación social
compleja (Herrejón, 2008) que se demuestra por los análisis cerámicos y
arquitectónicos, siendo el centro del control, tanto político como administrativo
de la región (Ibid.).

2) Los Centros provinciales: se representa por los complejos tipo B


(Ohnersorgen y Varien, 2008:201). Tienen una concentración de sitios cívico-
ceremoniales, la presencia de arquitectura de elite y los conjuntos
residenciales tipo 4, interpretados como centros político-administrativos
(Smith, 2008b). La función particular de este tipo de asentamientos es el
control regional de los recursos y su redistribución.

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Patrón de Asentamiento

3) Centros subregionales.- estos sitios están representados por los tipos C


(Ohnersorgen y Varien, 2008:201-202). Cuentan con estructuras y complejos
más modestos. Estos centros están dentro de las zonas de influencia de los
centros provinciales y del centro supra-regional, siendo intermediarios en la
administración de sitios más reducidos (Smith, 2008b).

4) Asentamientos pequeños: representados por los sitios tipo D. Tienen


presencia de algunos estructuras de tipo cívico-ceremonial y funcionan como
centros reguladores de los pequeños centros habitacionales y están bajo el
control de sitios subregionales, son estos los que podrían funcionar como sitios
especializados, sin embargo no hay datos suficientes para llegar a alguna
conclusión (Smith, 2008b).

5) Centros habitacionales: Asentamientos no incluidos en los trabajos de


Ohnersorgen y Varien, (2008). No se tuvo conocimiento de ellos hasta los
recorridos de superficie recientes. Se tratan de pequeñas estructuras
ceremoniales rodeadas por unidades habitacionales, no presentan estructuras
cívicas y las ceremoniales sirven como elementos integradores. Son las más
numerosas y están bajo la influencia de todos los tipos anteriores.

Cabe recordar que las canchas juegan un papel muy importante dentro
de estos niveles, tanto en los propuestos por Ohnersorgen y Varien (2008)
como por Smith (2008b). Las canchas también han sido clasificadas
anteriormente por Weigand en base a su morfología y tamaño (Weigand,
1993; Weigand y García, 2005) formando tres tipos de canchas: Cancha tipo I,
Cancha tipo II y Cancha tipo III (Weigand, 1993:183). Sin embargo, la
clasificación fue realizada antes de la conclusión de los análisis de
asentamiento citados, y de la exploración intensiva de varias de sus canchas,
por tanto, este trabajo, como veremos más adelante, también va a ayudar a
verificar la vigencia de la propuesta de Weigand y actualizarla si es necesario.

- 95 -
Patrón de Asentamiento

3.2 ANÁLISIS ESPACIAL DEL ÁREA DE ACTIVIDAD Y CONJUNTO DE


RESIDENCIAS DEL JUEGO DE PELOTA

A continuación, se presentan los resultados del análisis48 de los datos


arrojados por las exploraciones realizadas bajo el marco de investigación de
esta tesis49. Al mismo tiempo que se completan con la información de otras
investigaciones de canchas ubicadas en la misma zona de estudio50. Cada
cancha se analizó bajo los dos niveles de análisis: el área de actividad y el
conjunto de residencias, dentro de los cuales se trataron diversos puntos, que
en su conjunto, resultan imperativos para la armar la explicación de las
hipótesis de la tesis.

Dentro del primer nivel, se estudia el área donde se lleva acabo la


práctica del juego de pelota (Figura 3.1), la cual se integra de: la cancha o
campo de juego, las estructuras que la delimitan y el conjunto de elementos
que en ella encontramos como resultado de su desarrollo. Por tanto, los datos
resultantes de este nivel son: las características de las estructuras, la
orientación de la cancha, los elementos especiales como evidencia de
sacrificios y finalmente, la aparición y distribución de material, estos últimos
tratados más detenidamente en el capítulo siguiente.

Figura 3.1 Estructura Arquitectónica del juego de pelota

PARAMENTOS
CABEZAL

CABEZAL

CANCHA

PARAMENTOS

48
La descripción de cada una de las canchas y los conjuntos con los que se asocian, se puede
consultar en la parte del “Anexo” al final de la tesis.
49
Juego de Pelota I (2007) y Juego de Pelota II de Loma Alta (2006).
50
Juego de Pelota del tipo I, Temporada 1999 (Weigand y García, 2005:46) y el Juego de Pelota tipo
II, Temporadas 2000, 2001 y 2002 (Weigand y García, 2005:46) ambos de Guachimontones. Así
como los diferentes recorridos de superficie realizados en la zona.

- 96 -
Patrón de Asentamiento

El segundo nivel es el que involucra el estudio de la agrupación de residencias


y/o edificios que tiene una función cívico ceremonial. Como veremos a
continuación, los juegos de pelota presentan una variación importante según
los conjuntos con los que se asocian y la manera en que se asocian;
directamente (cuando comparte estructuras con otro recinto) o indirectamente
(cuando aparece aislado). Por lo tanto, se presentan dentro de este rubro, los
siguientes puntos de análisis: La ubicación con respecto al sitio, los conjuntos y
complejos con los que se asocian y la manera en que se asocian.

3.2.1 Canchas del Tipo I: En Complejos “A”, “B” y “C”


En este grupo encontramos el juego de pelota 1 del complejo de
Guachimontones (Mapa 3.1), sitio catalogado dentro del tipo “A” (Ohnersorgen
y Varien, 2008:201), y considerado como Centro-supra-regional por Smith
(Smith, 2008b). La cancha de pelota figura dentro del tipo I (Weigand,
1993:188; Weigand y García, 2005:46). Las primeras y únicas exploraciones
fueron encabezadas por Weigand y Cárdenas (2000), su excavación arrojó
importantes datos sobre las características del recinto y las etapas
constructivas. Otros juegos de pelota con características monumentales los
encontramos en los sitios de Santa Quiteria/Rancho Nuevo (Mapa 3.2)51 y de
Ahualulco (Mapa 3.3), el primero localizado al Este del Volcán de Tequila, y el
segundo al Oeste del mismo. Los sitios son de grandes dimensiones (Weigand,
1993:190) y se han considerado como centros provisionales (Smith, 2008b),
del mismo modo que en la tipificación de Ohnersorgen y Varien recaen dentro
del nivel “B” (Ohnersorgen y Varien, 2008:201). Es importante señalar que
existe otro sitio, San Juan de los Arcos, que por sus características se une al
grupo de este tipo y presenta una cancha de juego de pelota. Se localiza
aproximadamente a 100m del centro principal; sin embargo, hasta la fecha no
ha sido explorada formalmente, por lo que no se incluyó en esta tesis52.

51
Actualmente el sitio ha sido mapeado por el proyecto arqueológico El Paisaje Agavero y su entorno
arqueológico en la zona Norte del volcán de Tequila, dirigido por Verenice Y. Heredia Espinoza, sin
embargo, al comparar el nuevo registro (Véase en Anexo Mapa A.1) con el anterior reportado por
Weigand (Mapa 3.2), desgraciadamente vemos el intenso grado de afectación que ha sufrido en
escasos 14 años.
52
Weigand, Phil. Comunicación Personal. 2008

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Patrón de Asentamiento

Además de las tres canchas monumentales, encontramos otras cuatro,


que aunque son menores a las anteriores, forman parte del tipo I, y se
encuentran en sitios del nivel “C” (Ohnersorgen y Varien, 2008:201-202),
descritos por Smith (2008b) como sitios sub-regionales. Los sitios son los
conocidos como Loma Alta (Mapa 3.4), El Saucillo (Mapa 3.5) y Las Navajas
(Mapa 3.6) (Weigand y García, 2005:46-47). En está agrupación es posible
adoptar a sitios como Huitzilapa-A (Mapa 3.7), Arroyo de Los Lobos (Mapa 3.8)
y Mesa Alta (Mapa 3.9) (Ohnersorgen y Varien, 2008:201), pese a que sus
canchas no fueron incluídas en la clasificación de Weigand. Sin embargo,
específicamente en el caso de Arroyo de los Lobos y Mesa Alta, las canchas
cumplen con todas las características del tipo I sumando su catálogo dentro del
nivel “C” de complejidad. De las canchas mencionadas, ha sido excavada
dentro del marco de esta tesis, la del sitio Loma Alta, y analizadas a nivel de
superficie la del sitio de Navajas por Beekman (Beekman, 2005a; 2005b) y el
Saucillo por Weigand (Weigand, 1993).

Otros sitios que pertenecen a este tipo de complejo son: Santa Rosalía,
Rio Salado y La Providencia, no incluidos en el análisis, pero en los que se ha
registrado la existencia de una cancha (Ohnersorgen y Varien, 1996:219-
Cuadro 4). El caso particular de Santa Rosalía no se incluyó en el grupo “C” de
la clasificación volumétrica citada, de hecho ni siquiera se menciona. Sin
embargo, sabemos que concuerda con las características del grupo y por ende
representa un sitio Sub-regional. Por su parte la cancha, según los registros
prístinos de Weigand, presenta el rango de las medidas de este tipo y se
encuentra adosada a una plaza circular por medio de una estructura53, sin
embargo, la mapificación actualizada del sitio aún está en proceso.

Descripción de las Canchas Analizadas


Estructura. Se trata de canchas con forma de I abierta, en el caso de tres
monumentales, sus dimensiones varían entre los 140 a 100m. X 24 a 31m. de
ancho, siendo la de Santa Quiteria/Rancho Nuevo, la más extensa reportada

53
Mapa preliminar publicado en Weigand y García, 2005:61-Fig.5

- 98 -
Patrón de Asentamiento

hasta el momento en los sitios de la tradición (Weigand, 1993:190). En las dos


plataformas laterales de los sitios de Santa Quiteria/Rancho Nuevo y
Guachimontones se pudo observar, tanto a nivel de superficie como en las
excavaciones, la presencia de tres elevaciones que sugieren la presencia de
tres estructuras, dato que también se corrobora con la gran cantidad de
bajareque que se registró en las excavaciones del juego 1 de Guachimontones
(Weigand y García, 2005:49). Por esta única excavación hecha en una cancha
de este tipo, sabemos que los cabezales miden 16X12m y presentan
escalinatas de acceso a la cancha (Ibid: 47). La altura de las estructuras oscila
entre los 2.8m y 2.1m (Ibid: 48).

Un dato interesante fue la evidencia de sus dos etapas constructivas. En


la primera el juego de pelota era más pequeño, con aproximadamente 70m. de
largo, parecido a las canchas del tipo dos, extendiendo posteriormente su
longitud a más de 30m. hacia el Norte hasta resultar en una cancha
monumental, dejando rastro nulo del cabezal Norte de la primera construcción
(Ibid: 49).

Las estructuras laterales se caracterizan por presentar talud. A sus


extremos del sureste también encontramos la presencia de escalinatas, para
subir a la superficie superior y en algunos casos a las plazas y/o estructuras
con las que se asocia (Círculo 1 y 2) (Ibid: 51-53). La mampostería está
compuesta por roca de campo careada naturalmente, la cual se encuentra
adosada por mortero de arcilla para formar los aparejos. Se tiene evidencia de
aplanados y/o recubrimientos, lo que indica que los muros fueron cubiertos,
sobre todo las estructuras pequeñas (Ibid: 45).

Por su parte, las canchas de los complejos “C” también son de forma I
abierta, con una posible excepción de la cancha de Santa Quiteria/Mesa Alta,
que a nivel de superficie, según las observaciones prístinas de Weigand,
pareciera estar cerrada en sus extremos Norte y Sur (Mapa 3.4). Sin embargo,
en las últimas exploraciones más bien se identifica como abierta (Heredia

- 99 -
Patrón de Asentamiento

Espinoza, 2008) (Mapa A.2). Todas están formadas por cuatro estructuras, dos
cabezales y dos paramentos en los que también encontramos tres pequeñas
estructuras sobre ellos. Las medidas de las canchas, de extremo a extremo de
los paramentos, oscilan entre los 100-80m de largo X 24m de ancho. En sus
cabezales pueden tener banquetas, como en el caso del sitio del Saucillo y del
cabezal Sur de Loma Alta. Este último presenta una dimensión de 13-12 x 16-
8m., mientras que los paramentos, vistos a nivel de superficie, presentan a lo
largo un total de 64-50m. X 9-7.6m. de ancho aproximadamente.

Orientación. Lo común es encontrarlos con una orientación Norte-Sur, con una


inclinación de no más de 25° al Este u Oeste con respecto al Norte. Como
única excepción está la cancha de Santa Quiteria/Rancho Nuevo, la cual se
encuentra Este-Oeste.

Otros elementos. En los sitios “A” (Guachimontones) “B” (Santa Quiteria) y “C”
(Loma Alta), se registró la presencia de elementos que evidencian una práctica
relacionada con el sacrificio, siendo totalmente claro en la cancha de Loma
Alta. En el juego de pelota 1 de Guachimontones, al pie de cada muro de los
extremos del paramento Este, se registraron dos pozos de arcilla compacta
bien definidos (uno en cada extremo), que miden aproximadamente 80X50cm
y presentan una profundidad de 70cm. En su interior sólo se encontró tierra de
color gris y/o negra con algunos fragmentos de obsidiana. El pozo que se
mantiene en mejor estado es el de la parte Norte (Figura 3.2; 3.3),
Figura 3.2 y 3.3 Fotografía y Dibujo enplanta y perfildel pozo de arcilla.

- 100 -
Patrón de Asentamiento

ya que el del extremo Sur fue cubierto por el muro de ampliación que
posteriormente se realizó en la cancha, lo que podría sugerirnos un desuso del
elemento54.

En la excavación de Loma Alta, el pozo se ubica al pie del muro Oeste


del único cabezal explorado (cabezal Sur), los únicos materiales que se
registraron en su interior son partes de hueso de mandíbula humana y
extremidades inferiores55. Las dimensiones que alcanza la arcilla quemada
sobre la superficie son de 88X64cm (Figura 3.4), de las cuales la cavidad del
pozo abarca 33X32cm., mismo que presenta una profundidad de 24cm56
(Figura 3.5).

Figura 3.4 Fotografía y Dibujo en planta del pozo de arcilla

En Santa Quiteria/Mesa Alta, recinto no excavado, sólo se tiene registro


de la destrucción de un pozo de arcilla por causa del saqueo, ubicado en la
esquina Suroeste del cabezal Oeste. Su contenido, según dicen los
informantes, consistía en fragmentos pequeños de restos óseos y varios

54
Weigand, Phil. Comunicación Personal. 2008
55
Weigand, Phil, Rodrigo Esparza e Ismael Nuño Arana. “Informe Óseo No. 1: Ofrenda mortuoria de
huesos aislados” en Proyecto de Análisis Integral de los Restos Óseos de la Zona Arqueológica de
Guachimontones en Teuchitlán. Colegio de Michoacán, A.C., Universidad de Guadalajara: Centro de
Investigación Genética Molecular, Centro Universitario de la Ciénega Ocotlán, Jal. Proyecto en Curso.
56
Blanco Ericka. “Informe de Excavación del Juego de Pelota 1 de Loma Alta” en Informe Técnico del
Proyecto Arqueológico Loma Alta (Temporada 2007- 2008). Rodrigo Esparza,L. (Director). El Colegio
de Michoacán A.C. En elaboración.

- 101 -
Patrón de Asentamiento

molares57. Desgraciadamente la información no está completa y hace falta


comprobar con la excavación algún resto intacto que sustente tal hallazgo.
Figura 3.5 Fotografía y Dibujo en perfil del pozo de arcilla

Otro hallazgo relevante ocurrió en el sitio de Huitzilapa, en el que, aunque no


se tiene registro de sacrificios directamente en la cancha, en los trabajos de
salvamento realizados por López Mestas y Ramos (1996) se exploró una tumba
de tiro ubicada en la estructura Sur de un conjunto cruciforme del tipo 4, uno
de los más grandes registrados en el sitio con un altar central, denominado
“Plaza Oeste” F-4 (López Mestas, et. al., 1996:167-168) a 222m.
(aproximadamente) en línea recta al juego de pelota. La tumba presenta un
importante tratamiento mortuorio, que incluye: la construcción del recinto, la
preparación de los individuos depositados, la elaboración y acomodo de sus
ofrendas, lo que nos da inferencia a la complejidad y veneración de los
personajes depositados (Ibid: 169).

La tumba consiste en un tiro 7.6m. de profundidad que conduce a dos


cámaras moratorias, cada una contenía tres individuos, de los que destaca por
sus ricas ofrendas la cámara Norte, en donde se encontró al único individuo
depositado al momento de su muerte y fue considerado como el personaje
principal debido a la gran cantidad y calidad de sus ofrendas (Ibid: 168-169;
López Mestas y Ramos, 2006:65), en las que se incluye una figurilla hueca que
representa posiblemente a un jugador de pelota, ya que sostiene en una de
sus extremidades superiores un objeto esférico (López Mestas y Ramos,

57
Weigand, Phil. Comunicación Personal. 2008

- 102 -
Patrón de Asentamiento

2006:70-72), hecho que comprueba la asociación del juego de pelota con los
individuos de alto status social y las practicas rituales.

Lugares con los que se asocia y la manera en que se asocia. Las canchas se
localizan en el corazón del complejo principal, asociadas generalmente de
manera directa por una o dos estructuras a círculos tipo 1, 2, 3 y 4 (el juego
de pelota 1 de Guachimontones es el único que comparte las tres estructuras
de sus paramentos con dos círculos). La única excepción es el juego de pelota
de Santa Quiteria/Rancho Nuevo, el cual lo encontramos al Sur del centro,
asociado a los conjuntos de manera indirecta. La razón de la ruptura de dicho
patrón no se ha identificado, es posible que se explique más por las propias
características del terreno que por un significado cognitivo, sin embargo, tal
premeditación tendrá que ser corroborado en campo. También de manera
indirecta y algunas veces directa, como en el la Cancha de Santa Quiteria/Mesa
Alta, podemos encontrar residencias habitacionales de los tipos, 3 y 4 (Mapa
1.A) (Heredia Espinoza, 2008).

Dos asociaciones directas con la cancha de Guachimontones, son las de


los rituales del palo volador y un posible temascal. El primero, se explica por la
presencia de una huella de poste en la parte central del altar que forma la
plaza conocida como Círculo 2, con la que la cancha comparte tres estructuras.
La evidencia también aparece en La Gran Plaza, el círculo #4 del sitio de Llano
Grande y en un círculo denominado el Lienzo en el sitio de Loma Alta (Smith,
2007). Esto demuestra la existencia de un palo, donde posiblemente se
realizaba un ritual, tal como lo muestra una de las maquetas cerámicas, la
misma que era única evidencia de tal evento y con las excavaciones ha podido
ser comprobada. El evento es relacionado con el ritual al dios del viento,
Ehecatl (Weigand, 1992a) debido a las similitudes de la práctica que se
observan en la maqueta. El segundo, el temascal, se evidencia por el hallazgo
de un cuarto de 1X2m, relacionado directamente al juego, al extremo del
paramento Oeste, en cuya parte inferior al relleno se presentaron varios rocas
quemadas y numerosos fragmentos de carbón (Weigand y García, 2005:53).

- 103 -
Patrón de Asentamiento

Ubicación del Juego de Pelota con Relación al Sitio. La ubicación de las canchas
con respecto a la totalidad del sitio no resultó un dato relevante, debido a que
generalmente los estudios consultados sólo presentan la mapificación del
complejo principal. Pocos son los estudiados en su totalidad y entre ellos no se
notó un patrón uniforme. Uno de ellos es el de Guachimontones y Loma Alta,
antes considerados como dos sitios diferentes, pero que con los recorridos de
superficie realizados en la investigación de Smith (2006b) se propuso que
ambos pudieron haber representado un solo asentamiento (Smith, 2006b;
2008), debido a que entre sus complejos existe una separación territorial en
línea recta menor a un kilómetro que no se encuentra deshabitado, sino por el
contrario, en este se encuentra una cantidad importante de unidades
domésticas, así como algunos recintos menores (Mapa 3.1). De tal modo,
viendo de manera aislada al sector Guachimontones, por así nombrarlo, su
recinto principal y el juego de pelota se localizan en la parte oeste según lo
indica su delimitación antes propuesta. Mientras que si lo vemos en su
totalidad con Loma Alta, la cancha y recinto principal (el círculo 1, 2, 3, y 4),
se localizan al Suroeste del sitio.

Ahualulco, es otro sitio que conocemos , relativamente, en su totalidad,


según el mapa del sitio y su extensión propuestos por Weigand (1993). El
complejo principal y el juego de pelota se localizan en la parte central,
ligeramente cargado hacia el este.

En el caso del sitio de Navajas, gracias al mapa presentado por Weigand


y actualizado por Beekman (2005), sabemos que “El Grupo B”, conjunto
formado por el juego de pelota, al igual que el complejo de Guachimontones,
se localiza en la parte Suroeste de los límites del sitio, aproximadamente a
400m. de la plaza principal (Grupo 21) (Beekman, 2005a-Fig.3; 2005b:87-
Fig.8).

- 104 -
Patrón de Asentamiento

Finalmente, según la delimitación realizada por López Mestas y Ramos


(1996), la cancha de Huitzilapa se localiza en la parte Sureste del sitio a
aproximadamente 136m. de la plaza circular A.

3.2.2 Canchas del Tipo II: Complejos “D” y “Centros Habitacionales”

El mayor número de prototipos de canchas en los sitios de la tradición


Teuchitlán son las del tipo II. Existen más de 87 exponentes registrados por
Weigand (1993), a los que se les suman cuatro reportados por Smith (2006) y
2 localizados en la parte Norte del Volcán de Tequila (Heredia Espinoza, 2008).
Para los efectos de este análisis sólo se tomó una pequeña muestra de tan
amplio corpus, debido a la existencia de exploraciones previas de superficie,
como ocure en el caso del sitio de Cortacena (Mapa 3.10), Arroyo de las Chivas
(Mapa 3.11), El Campanillo (Mapa 3.14) y El Pipiole (Mapa 3.15), completando
la información con los datos proporcionados por la excavación del juego de
pelota 2 de Loma Alta (Mapa 3.12), realizada en el margen de esta
investigación y de la excavación de las temporadas 2000, 2001 y 2002
(Weigand y García, 2005:46) del juego de pelota 2 de Guachimontones (Mapa
3.13).

Cabe señalar que, dentro de este grupo, hay canchas que se han
clasificado como IIB y que rebasan las medidas que Weigand sugirió al definir
el tipo (50 a 60m. de largo (Weigand, 1993:183 Weigand y García, 2005:57-
Fig.1); las canchas que miden entre los 61 y 79m de largo por 23 y 21m. de
ancho, lo que las deja fuera de cualquier clasificación. Tal es el caso de las
canchas del sitio de Cortacena y Arroyo de los Lobos. Los complejos en donde
se presentan figuran dentro del tipo “D” (Ohnersorgen y Varien, 2008:203-
203), también denominados como “Asentamientos Pequeños” (Smith, 2008b).
Creemos que posiblemente es factible catalogarlas dentro del grupo, tipo II,
sin embargo es necesario analizar a qué estructura se asocia y cómo se asocia.
Por lo tanto, será necesario redefinir la tipología tomando en consideración las

- 105 -
Patrón de Asentamiento

nuevas observaciones de las características que ayudan a determinar un tipo,


como por ejemplo, el alcance de las mediads, su localización y su asociación.

Descripción de las Canchas Analizadas


Estructura. Está formada generalmente por cuatro estructuras; dos cabezales y
dos paramentos en los que algunas veces se presentan las tres estructuras, en
el caso del juego de pelota 2 de Loma Alta se pudieron determinar por la
presencia de alineaciones de piedra sobre el paramento Este y Oeste. También
en el mismo recinto se reafirmó la presencia de banquetas y escalinatas de
acceso, específicamente en el cabezal Norte. Los aparejos de los muros están
igualmente formados por rocas careadas naturalmente y escogidas por los
constructores, adosados con un mortero de arcilla. No se tiene evidencia de
aplanados. Sin embargo, esto no nos permite asegurar que no haya existido.

Las medidas de las canchas van de: a lo largo, de extremo a extremo de


los cabezales, mide 58-48m., mientras que a lo ancho, de extremo a extremo
de los paramento, tiene un total de 16-14m. Por su parte, la cancha del juego
de pelota 2 de Guachimontones, presenta medidas superiores a las anteriores;
de largo mide de extremo a extremo de los cabezales 85-90m. por 25m. de
ancho, sin embargo, aunque sus dimensiones son mayores a las que considera
Weigand en su clasificación como tipo dos, el resto de sus características son
las que le dan tal denominación debido a que se encuentra aislado en la
periferia del recinto principal de Guachimontones, asociando indirectamente
dos unidades habitacionales exploradas por Herrejón, quien sugiere por la
cercanía al centro principal y la distribución del material, pudo haber
representado una unidad de élite (Herrejón, 2008a:69; 2008b:131).

Orientación. En este punto, según las canchas analizadas, vemos que no existe
un patrón estricto y pueden encontrarse tanto orientadas Norte a Sur con una
pequeña inclinación, tal como en los casos del juego de pelota de Loma Alta,
Guachimontones y Arroyo de las Chivas, mientras que en el resto lo
encontramos Este- Oeste ligeramente inclinados al Norte o al Sur.

- 106 -
Patrón de Asentamiento

Otros elementos Un dato importante de resaltar es el hecho de que, en


ninguna de las canchas excavadas, se tiene el conocimiento de elementos
especiales como lugares propiamente destinados a ofrendas de diferentes
tipos, como en el caso de los pozos que se registraron en los tipos anteriores.

Lugares con los que se asocia y la manera en que se asocia. Las encontramos
asociadas generalmente de manera indirecta o directa a unidades
habitacionales, es decir, residencias del tipo 4 y conjuntos circulares menores
también del tipo 4, lo que resulta el mejor ejemplo de lo que Smith (2008b)
denominó como “Centros Habitacionales” (Smith, 2008b). No reportados por
Ohnersorgen y Varien (2008). Sin embargo, hay que recordar que en el caso
de la cancha de Cortacena y Arroyo de las Chivas se asocian directamente a un
círculo tipo 3.

Ubicación del Juego de Pelota con Relación al Sitio. Al igual que como sucede
con el tipo anterior, en este punto son pocas las exploraciones completas del
alcance de los diferentes sitios de la tradición. En el caso de los que sabemos,
la única uniformidad es que se localizan en la parte periférica. Los ejemplos
que podemos mencionar son las canchas 2 de Loma Alta y Guachimontones,
en donde la primera, junto con la unidad habitacional, se localiza en la parte
periférica al Noreste de Loma alta y Guachimontones, a 1.5km aprox. de
distancia en línea recta del recinto principal de Loma Alta y a unos 2.2 Km del
de Guachimontones. Mientras que la segunda, la cancha 2 de Guachimontones,
se localiza en la parte periférica Oeste del recinto principal, a
aproximadamente 225m., en línea recta, del juego de pelota 1 del recinto. Con
relación al resto del sitio, la cancha representa la parte Suroeste.

3.3 RESULTADOS Y CONCLUSIONES PREVIAS

En la tipología de los sitios, complejos y conjuntos presentados en el


trabajo, sabemos que los juegos de pelota aparecen en los cuatro niveles de

- 107 -
Patrón de Asentamiento

Ohnersorgen y Varien (2008): A, B, C y D. Así como en los 5 tipos de sitios


considerados por Smith (2008b): los centros supra-regionales, los centros
provisionales, los sub-regionales, los asentamientos pequeños y las centros
habitacionales, estos últimos caracterizados por no tener un conjunto que
según sus características pueda determinarse como cívico.

Muchas canchas se van a encontrar en puntos estratégicos, asociadas


indirecta o directamente a los conjuntos y/o complejos principales con
funciones cívico-ceremoniales. Por su parte, también se presentan en
edificaciones tanto cívico-ceremoniales como habitacionales de pequeños
asentamientos del tipo “D”, conocidos por Smith como “Asentamientos
Menores”. Finalmente, encontramos con el mayor número de exponentes las
canchas ubicadas en “centros habitacionales”, asociadas de manera indirecta o
directa con conjuntos cruciformes tipo 4 y círculos del tipo 4 de función
ceremonial.

Es importante subrayar la aparición de elementos de un posible


sacrificio, en las canchas ubicadas en los sitios “A” (Guachimontones) “B”
(Santa Quiteria) y “C” (Loma Alta). Esta práctica, que se relaciona en algunas
ocasiones con rituales de legitimación del poder por parte de los grupos
gobernantes, se presenta directamente asociada a la cancha, involucránda
dentro de la práctica propia del juego.

Así los resultados nos inclinan a proponer, de manera previa, que en las
canchas localizadas en recintos en donde existen estructuras cívico-
ceremoniales y domésticas, uno de sus usos pudo estar inmerso en una
función política, sobre todo, en los tipos de asentamiento A, B y C, ya que en
todos los sitios existe la presencia de una cancha, asociada al recinto principal,
en donde se localizan los círculos y residencias cruciformes del tipo 1, 2 y 3.
Así mismo, se comprueba el carácter primordial de la práctica del juego de
pelota, dentro del papel que desempeñaron estos asentamientos, en la
organización segmentaria de la tradición Teuchitlán. En el caso de los sitios

- 108 -
Patrón de Asentamiento

tipo “D”, los Asentamientos Pequeños, es difícil llegar a tal conjetura,


principalmente por el hecho de que no se ha clarificado su función dentro de la
organización social. Así mismo, anudamos el hecho de que la aparición de las
canchas en estos sitios es arbitraria, lo que nos lleva a considerar a la práctica
del juego de pelota como un elemento secundario dentro del papel principal
que jugarían estos asentamientos en las prácticas sociales de los grupos.

Finalmente, dentro de los asentamientos en donde no se presentan


estructuras cívicas, sino más bien conjuntos de unidades habitacionales y
círculos considerados de carácter únicamente religioso, el uso del juego se
ubica dentro de los campos ideológico religiosos y/o de usos domésticos,
debido a que ninguna de las funciones de las estructuras lo refiere de otro
modo. Esto se confirma fuertemente por el hecho de que es poco probable
encontrar a este tipo de asentamientos fuera de los límites de los sitios
mencionados anteriormente, lo que explica que los juegos de carácter político
se encuentran más bien dentro de lo que sería el centro cívico-ceremoniales
del sitio, más que en los lugares de residencia.

- 109 -
Patrón de Asentamiento

Mapa 3.1 Complejo principal de Guachimontones con detalle de la cancha 1

OBSERVACIONES

Mapa 3.2 Complejo principal de Santa Quiteria con detalle de la cancha


1

- 110 -
Patrón de Asentamiento

Mapa 3.3 Complejo principal de Ahualulco con detalle de la cancha 1

OBSERVACIONES

- 111 -
Patrón de Asentamiento

Mapa 3.4 Complejo principal de Loma Alta con detalle de la cancha 1 y el área excavada

OBSERVACIONES

Mapa 3.5 Complejo principal de El Saucillo con detalle de la cancha 1

OBSERVACIONES

- 112 -
Patrón de Asentamiento

Mapa 3.6 Sitio de Navajas con detalle de la cancha 1

OBSERVACIONES

Mapa 3.7 Complejo de Santa Quiteria Mesa Alta con detalle de la cancha 2

OBSERVACIONES

- 113 -
Patrón de Asentamiento

Mapa 3.7 Complejo de Santa Quiteria Mesa Alta con detalle de la cancha 2

OBSERVACIONES

Mapa 3.8 Complejo principal de Arroyo de los Lobos con detalle de la cancha
1

OBSERVACIONES

- 114 -
Patrón de Asentamiento

Mapa 3.9 Complejo de Huitzilapa con detalle de la cancha 1

OBSERVACIONES

Mapa 3.10 Complejo de Cortacena con detalle de la cancha 1

OBSERVACIONES

- 115 -
Patrón de Asentamiento

Mapa 3.11 Complejo de Arroyo de las Chivas con detalle de la cancha 1

OBSERVACIONES

- 116 -
Patrón de Asentamiento

Mapa 3.12 Conjunto Habitacional en Loma Alta con detalle de la cancha 2 y área excavada

OBSERVACIONES

Mapa 3.13 Complejo principal de Guachimontones con detalle de la cancha 2

OBSERVACIONES

- 117 -
Patrón de Asentamiento

Mapa 3.14 Complejo de El Campanillo con detalle de la cancha 1

OBSERVACIONES

Mapa 3.15 Complejo de El Pipiole con detalle de la cancha

OBSERVACIONES

- 118 -
El Material: ¿Qué nos dice sobre su uso?

58

Capítulo 4. EVIDENCIA MATERIAL EN LOS JUEGOS DE PELOTA:


¿Qué nos dice sobre el uso del juego?

Gracias a las excavaciones realizadas59 se obtuvo una cantidad


importante de material cerámico, lítico y óseo (este último registrado sólo en
una de ellas, que representa al tipo I). En este capítulo se presentan los
resultados del análisis de estos materiales, cuyos métodos se abordaron en el
apartado 2.4 del capitulo anterior, los cuales básicamente consisten en
determinar el uso y la función de los objetos.

Así pues, el capítulo se divide en tres partes: en la primera se trata


sobre material cerámico y su análisis (el criterio de análisis, conteo y
distribución del material en los juegos de pelota y las estructuras asociadas
que se excavaron en el sitio de Guachimontones y Loma Alta). En la segunda
sección tratamos sobre los hallazgos de las piezas de obsidiana analizadas, su
distribución y su posible uso. Finalmente se encuentra el material óseo, que
aunque representa un corpus muy pequeño, es un tema de suma relevancia
dentro de la problemática planteada, ya que nos podría sugerir un tipo de
ofrenda inmersa en la práctica del juego, según las características contextuales

58
Cajete Cerámico Oconahua rojo sobre blanco. Fotografía: Lorenza López Mestas, 2007?
59
Juego de pelota I (2007), juego de pelota II de Loma Alta (2006), juego de pelota del tipo I,
temporada 1999 (Weigand y García, 2005:46) y el juego de pelota tipo II, temporadas 2000, 2001 y
2002 (Weigand y García, 2005:46) ambos de Guachimontones.

- 119 -
El Material: ¿Qué nos dice sobre su uso?

que envuelven a los hallazgos. Al final de cada apartado encontraremos


síntesis y conclusiones previas resultantes de cada análisis, las cuales se
conjugaran con los antecedentes históricos en el siguiente y último capítulo de
la tesis, en estos últimos encontraremos las observaciones generales, el
resultado de nuestra investigación y las nuevas interrogantes en torno el
problema de investigación.

4.1 MATERIAL CERÁMICO

4.1.1 Antecedentes del Análisis

La cerámica que representa a la tradición Teuchitlán fue estudiada


anteriormente por Weigand y Beekman (2000) (Blanco, 2006). El trabajo
arrojó varios tipos que se utilizaron como marcadores cronológicos para
determinar las fases de sitios donde la arquitectura fue dañada (Beekman y
Weigand, 2000:11). A su vez, el estudio representó una herramienta
importante para conocer la distribución de los tipos dentro del área donde se
manifiesta la tradición y su asociación con tipos arquitectónicos (Beekman y
Weigand, 2000:12). Posteriormente, Beekman integra al estudio anterior los
hallazgos obtenidos en las investigaciones realizadas en 1993 y 1994 en el
denominado Corredor de la Venta, su trabajo arrojó algunos tipos nuevos,
completó descripciones de los tipos ya existentes y modificó algunos de los
marcadores de Weigand, cambiando sus nombres y estructura de la
organización de tipos cerámicos previamente establecidos (Beekman y
Weigand, 2000:12).

Sin embargo, ya que la mayoría del material análizado proviene de


superficie y de colecciones privadas, los dichos trabajos tienen varias lagunas
acerca del posible uso de las vasijas. Como ejemplos podemos mencionar: la
falta del conocimiento exacto de su temporalidad; en el caso del que proviene
se superficie y la falta de conocimiento de su procedencia; en el caso del
material de colecciones privadas, y la falta de caracterizacion del material,

- 120 -
El Material: ¿Qué nos dice sobre su uso?

probablemente doméstico o de uso común; debido a que se analizó sólo


material que presentaba características especiales como decoración.
Con el fin de cubrir estas faltas, una vez que se obtuvieron suficientes
datos de excavación en las exploraciones de los sitos de Guachimontones y
Loma Alta se realizó, a partir del 2006 hasta la fecha, un minucioso análisis 60
que permitió completar la información de los trabajos anteriores, con tipos no
decorados y con un mapa de distribución en el que aún se sigue trabajando y
que tiene la finalidad de ayudar a asociar los usos de los objetos con el de los
recintos en los que están depositados.

4.1.2 Clasificación de Vasijas


El primer criterio de análisis del material cerámico fue la separación del
material de objetos especiales como figurillas, miniaturas, fichas, etc. de los
recipientes cerámicos (vasijas). Una vez formados los dos grandes grupos se
comenzó con el trabajo de clasificación de las vasijas para determinar los tipos
cerámicos y sus funciones. Para ello, se realizaron diferentes clasificaciones de
tiestos, agrupados bajo los siguientes criterios: tecnología cerámica, acabados
de superficie y formas, con el fin de determinar los diferentes usos que podría
representar cada forma (Cuadro 2.1).

Cuadro 4.1 Criterios para la Clasificación de la Cerámica de Teuchitlán (Blanco, 2006:


Cuadro 2)
El material se clasificó
Tiestos
bajo los siguientes
 Pasta
criterios, cumpliendo con el (Grano)
Características
particulares
orden estricto en el que se
Composición Color
presenta (Cuadro 4.1):


Inclusiones Cocción

Superficie

Pastas. El primer criterio de


Engobe Decoración Acabado


clasificación fue la pasta de
Forma
los tiestos: La primera
Abierto Cerrado

Cajete, etc Ollas, etc

60
Inició a finales del mes de abril del 2006. Fue realizado por los arqueólogos Ericka Blanco, Jorge
Herrejón y Sean M. Smith; con la colaboración de las estudiantes Máyela Ramírez, Andrea Escalante,
Mónica E. de Lira y Oliver Diddier Flores (Blanco, Informe Análisis Cerámico 2006)

- 121 -
El Material: ¿Qué nos dice sobre su uso?

división, dentro del criterio fue por las características del grano (Blanco,
2006:5-7): 1) fino, 2) fino/medio, y 3) medio/grueso, subdividido en: a) pasta
de grano medio en recipientes gruesos y b) pasta de grano grueso.

Superficie. Una vez observadas y caracterizadas las pastas, se obtuvo


como resultado la identificación de tres grupos principales de tiestos que
comparten las mismas características de pasta. A estos grupos podríamos
llamarlos lozas cerámicas, las cuales se componen de subgrupos denominados
tipos61. Los tipos se clasificaron según la superficie de los tiestos, se tomaron
como criterios de clasificación el acabado de superficie y la decoración. Las tres
lozas cerámicas se denominaron Oconahua, Ahualulco y Teuchitlán, y se
subdividen en los tipos descritos a continuación (Cuadro 4.2).

Usos de las Vasijas: Características de Acabado y Forma. Como se


mencionaba en el apartado 2.4 del capítulo anterior, la propuesta de Rice es
que las vasijas se dividen según su función en tres grupos principales (Cuadro
2.1), mismos de los que se desprenden factores como tiempos de contención
del producto, el tipo y calor al que se expone, entre otras cosas. En el cuadro
4.3 se presentan la correlación de características de la loza analizada y las que
nos sugiere Rice para determinar la función de algunas vasijas según el cuadro
2.2

Según el esquema, dentro de la colección analizada, podemos identificar


tres grupos importantes de recipientes. El primero, aunque no aparece
clasificado en el cuadro anterior, es mencionado por la autora como grupo de
recipientes especiales, en los que incluye a los floreros, incensarios, etc. (Rice,
1987:207), los cuales se caracterizan por su función ritual, especial o de
prestigio (Rice, 1987:207). Dicha clasificación la conforman la loza Oconahua
(Figura 4.1) y el tipo de los Braseros (Figura 4.2), ya que se trata de vasijas
con pocas huellas de uso que presentan decoración generalmente total, tanto

61
La mayoría de los nombres utilizados para los tipos son los mismos que proponen Weigand y Beekman (2001) en trabajos
anteriores, sin embargo en esta ocasión se completan las descripciones y se agregan los tipos de uso doméstico.

- 122 -
El Material: ¿Qué nos dice sobre su uso?

dentro como fuera de las vasijas. En el caso de los braseros se observa la


huella de quemado del fondo, sin embargo se agrupa en esta clasificación por
no representar un uso propiamente de servicio, hecho que también podemos
confirmar con las fuentes coloniales. Durán (1967:210) en el Libro de los
“Ritos y Ceremonias en las Fiestas de los Dioses y Celebración de Ellas”
describe un ritual prístino a un partido de juego de pelota en donde se
invocaba el triunfo. El ritual consistía en quemar bienes orgánicos en un
recipiente con las mismas características que los braseros aquí mencionados.

El segundo grupo son las vasijas para servir únicamente, muchas veces
en contextos especiales. Éste se compone de la loza Ahualulco (Figura 4.3 y
Figura 4.4) con excepción del tipo bruñido, ya que dicho tipo presenta huellas
importante de exposición al fuego. Estas vasijas han sido registradas en
diferentes contextos especiales como en el tumba de Huitzilapa (Ramos y
López, 2006:63-64) o en el sitio de Guachimontones en la unidad “La Joyita”,
área habitacional en donde se descubrieron dos entierros con varios tipos de
ofrenda entre los que encontramos loza Ahualulco (Herrejón, 2008a:70-72;
2008b:50). Las vasijas con decoración pintada que conforman la loza
presentan la aplicaciones de tal manera que con el uso no se vean afectadas,
así mismo presentan huellas de uso especialmente en el interior de los cajetes
y bases de las ollas, sin embargo éstas no representan un uso constante.
Cabe señalar que tanto en la loza Ahualulco como en la Oconahua se han
registrado tiestos con un orificio en sus paredes, mismo que pudo tener la
finalidad de restaurar la pieza una vez rota o para colgarla. Sea cual sea el
caso, la evidencia sugiere que la importancia del objeto sobrepasa su carácter
funcional, hecho que también se corrobora por la razón de que su uso
resultaría difícil por la existencia de dicho orificio, ya que podría causar
derramamientos.

Finalmente, el tercer grupo se trata de las piezas de uso doméstico y/o


de trabajo (Figura 4.5), compuesto por las vasijas de la loza Teuchitlán, la cual
se forma de tipos de vasijas para servir, para cocción (Figura 4.5 a, b, c, d),

- 123 -
El Material: ¿Qué nos dice sobre su uso?

para preparación y para almacenaje (Figura 4.5 f, g, h). A pesar de que la


mayoría de las piezas presentan decoración pintada, no está complejamente
estilizada y sus acabados son considerablemente más burdos que los tipos
Oconahua y Ahualulco. En el Cuadro 4.3 se presenta la correlación entre la loza
analizada y su función (Cf. Rice 1987; ver también Cuadro 2.2).

- 124 -
El Material: ¿Qué nos dice sobre su uso?

Cuadro 4.2 Características de los tipos cerámicos (Blanco, 2006:Cuadro 3)


Pasta
LOZA Tipo Decoración Acabado Formas
(Grano)
Policroma: Rojo formando bandas, líneas rectas u
Oconahua Rojo ondulantes y formas geométricas muy finas, ya sea en la Cajetes simples,
Fina parte exterior y/o interior.
Bruñido
sobre Blanco Tecomates, Bules
Pude observarse decoración al negativo
Oconahua

Monocroma: Baño de color rojo sobre el color de la original


Oconahua Rojo Fina de la pasta, al interior y exterior del tiesto. Bruñido Cajetes simples
Decoración: No se observa.

Monocroma: Baño del color original de la pasta


Oconahua Blanco Fina Decoración: No se observa.
Bruñido Cajetes simples

Monocroma: Baño de color café, gris oscuro o negro, tanto


Cajetes simples y
Negro Pulido Fina al interior y exterior del tiesto. Bruñido
Decoración: No presenta compuestos

Monocroma: engobe crema con variaciones de quemado


Ahualulco Cajetes simples y
Media / Fina intencional que le dan tonalidades ahumadas; de gris a Bruñido
Bruñido negro. compuestos

Cajetes simples y
Policroma: rojo sobre el engobe formando bandas, líneas y
figuras geométricas en el cuerpo; algunas veces presenta el compuestos,
Ahualulco Rojo labio del borde cubierto de pigmento o el fondo de la vasija ollas de cuello recto y
Media / Fina cubiertos, dejando al descubierto en forma de banda el
Bruñido / Pulido
sobre Crema borde divergente, ollas
baño original de la vasija. El color del pigmento rojo es
de borde divergente,
evidente en sus diferentes tonalidades.
Ahualulco

Bules

Cajetes simples y
Ahualulco Monocroma: engobe color rojo, café o crema sobre el color
Media / Fina original de la pasta.
Bruñido / Pulido compuestos, Braseros
Monocromo
Ollas de borde divergente

Monocroma: café o crema sobre el color original de la


pasta.
Media, Media
Braseros Policroma: rojo sobre el engobe formando bandas, líneas y Pulido / Alisado Cajetes simples
/ Fina figuras geométricas.
Aplicaciones tipo botón en el labio del borde.

Policroma: Aplicación de pigmento rojo sobre la pasta Cajetes simples y


original formando bandas, cubriendo el labio del borde o
Teuchitlán Rojo compuestos, Braseros,
Media cubriendo el fondo de la vasija, dejando al descubierto en Pulido / Alisado
sobre Crema forma de banda el color original de la pasta. El color del Ollas de borde divergente
pigmento rojo es evidente en sus diferentes tonalidades. y recto, Bules

Cajetes simples y
Monocroma: Baño de color rojo, café o crema sobre el color
Teuchitlán compuestos, Ollas de
Media original de la pasta. Posible decoración la existencia de Pulido / Alisado
Monocromo falsas asas borde divergente y recto,
Bules

Bicroma: Aplicación de pigmento rojo sobre el engobe


formando bandas. En los recipientes abiertos se pueden Ollas de borde recto y
Teuchitlán Gruesa /
observar algunas veces bandas al interior. El color del Alisado divergente, Cajetes de
Bicromo Grueso Media pigmento rojo es evidente en sus diferentes tonalidades. gran tamaño
Existen falsas asas posiblemente como decoración
Teuchitlán

Teuchitlán Ollas de borde recto y


Gruesa /
Monocromo Monocromo: Baño de color café, rojo o crema Alisado divergente, Cajetes de
Media
Grueso gran tamaño

Algunas veces presentan aplicaciones de pigmento rojo Ollas de gran tamaño de


Teuchitlán sobre el engobe o la pasta original formando bandas,
Gruesa cubriendo parte del cuello o del labio del borde. El color del
Alisado cuello cóncavo, ollas de
Espeso
pigmento rojo es evidente en sus diferentes tonalidades. borde divergente

Algunas veces presentan aplicaciones de pigmento rojo


Teuchitlán sobre el engobe o la pasta original sin una forma específica; Ollas de gran tamaño de
Gruesa cubriendo parte del cuello o del labio del borde. El color del
Alisado
Delgado borde divergente
pigmento rojo es evidente en sus diferentes tonalidades.

Algunas veces presentan aplicaciones de pigmento rojo


Teuchitlán sobre el engobe o la pasta original sin una forma específica; Ollas de gran tamaño de
Gruesa cubriendo parte del cuello o del labio del borde. El color del
Alisado
Tejuinera borde divergente
pigmento rojo es evidente en sus diferentes tonalidades.

* Nombres Preliminares

- 125 -
El Material: ¿Qué nos dice sobre su uso?

Cuadro 4.3 Función de las vasijas de las Tres lozas Analizadas según el c uadro 3.3.4
Nombre Original "Predicted Archaeological Correlates of Vessel Funciones " (Rice, 1987:238 Table 7.2)

Categoría LOZA Tipos Contexto


Tratam iento de
funcional (Blanco, Análisis (Blanco, A nálisis Ce rám ic o Observaciones Forma Material (Blanco, Anális is Frecuencia Pistas
(Rice , 19 87) Ce rám ic o 20 06-2 00 7) 2 006 -200 7) Superficie y Decoración Cer ámico 200 6-20 07 )

Oconahua rojo sobre Pasta Fina con Braseros: interior


blanco En las vasijas Oco r/bco la Mayor porcentaje en
aplicaciones casi nulas de Bajo quemado y
decorac ión es muy los Rec intos
Vasijas de Oconahua Oconahua Rojo Cajetes simples de desgrasantes tanto (posiblemente aplicaciones tipo
elaborada cubriendo la Principales y
Uso paredes divergentes y minerales como orgánicos. por el difícil botón en el labio del
1 Oconahua Blanco totalidad de la vasija tanto Unidades
Especial cóncavas En el Caso de los Braseros acces o al borde. Oconahuas
dentro como fuera. Habitacionales de
Negro Pulido la pasta es Media/Fina o bien) paredes sumamente
Acabado Bruñido prestigio ?
Braseros Braseros Media delgados

Teuchitlán Bic. Grues o


Olla
Pasta media porosa con Puede o no existir
Teuchitlán Monocromo Ollas de cuello largo-
gran cantidad y decorac ión, si existe es
Grueso Olla recto y de cuello corto-
Vasijas de des grasantes orgánicos y simple, bandas y líneas Unidades Baja (bajo Desgas te en la base
Teuchitlán divergente, con orificio
Almacenaje Teuchitlán Delgado minerales especialmente rojas sobre el c uello y Habitacionales reemplazo) y exterior de la olla
estrecho y borde
en los tipos Delgado, bordes; la superficie es
Teuchitlán Tejuinera ligeramente divergente.
Tejuinera y Espeso generalmente alisada
Teuchitlán Espeso
Teuchitlán Monocromo
Cajete
Teuchitlán rojo s obre Superficie alisada o Recinto Menor y
Cajetes simple de Pasta media en algunos
crema Cajete regularizada, paredes Unidades Alta
Teuchitlán paredes altas, Ollas c asos compacta (ahualulco Exterior ahumado o
Ollas de
Teuchitlán Monocromo delgadas. Puede tener Habitacionales; en (frec uentemen
globulares, cónicas o bruñido) con algunos negro; contenido
cocción decoración simple c omo porcentaje menor en te
Olla redondas con cuello y des grasantes orgánicos y quemado
bandas en el borde, cuello los Rec intos reemplazada)
Teuchitlán rojo s obre borde divergente minerales
y/o cuerpo Principales
crema Olla
Ahualulco Ahualulco Bruñido

Teuchitlán Bic. Grues o Superficie alisada o pulida


Cajete Cajetes simples de en el caso de los
Preparación Pasta media porosa con Unidades Huellas de uso
paredes divergentes, exteriores. Puede tener
de Comida Teuchitlán des grasantes orgánicos y Habitacionales, Alta interno: abrasión o
cóncavas y extendidas decoración simple c omo
(sin calor) Teuchitlán Monocromo minerales Rec intos Menores des gaste
tipo plato bandas en el borde, cuello
Grueso Cajete y/o cuerpo
Ahualulco Monocromo
Cajete
Ahualulco Rojo sobre
Crema Cajete
Ahualulco Superficie alisada o pulida.
Ahualulco Monocromo
En el caso de tener Uniforme en todos
Olla Ollas de cuello ancho
Pasta Fina/Media y Media decoración aparece tanto los recintos y
Ahualulco Rojo sobre divergente o recto, Alta (frecuente La medida
Vasijas para presentan poca cantidad dentro (solo cajetes) como unidades; Los tipos
Crema Olla pueden presentar asas; uso y corresponde a un
servir de desgrasante mineral y fuera de la vasija; está ahualulco aparecen
Teuchitlán Monocromo Cajetes de paredes continuamente servicio individual o
alimentos orgánico, generalmente es conformada por bandas, en mayor porcentaje
Cajete divergentes, c óncavas y reemplazada) grupo
compacta líneas y figuras en los Recintos
Teuchitlán Rojo sobre extendidas tipo plato
geométricas en el caso de Mayores
Crema Cajete los tipos ahualulco.
Teuchitlán
Teuchitlán Monocromo
Olla
Teuchitlán Rojo sobre
Crema Olla
Vasijas para
No
trans portar No identificadas No identificadas No identificadas No identificadas No identificadas No identificadas No identificadas
identificadas
bienes*

1
Categoría no incluida en el cuadro original pero se hace mención en el texto y se agrego para los fines del presente análisis (Rice, 1987:207)
* No identificadas: piezas que no pudimos distinguir dentro de la tipología que s e presenta, sin embargo esto no puede significar
su inexistenc ia o que algunos de los tipos anteriores no sirvieran para dicho fin.

- 126 -
El Material: ¿Qué nos dice sobre su uso?

- 127 -
El Material: ¿Qué nos dice sobre su uso?

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El Material: ¿Qué nos dice sobre su uso?

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El Material: ¿Qué nos dice sobre su uso?

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El Material: ¿Qué nos dice sobre su uso?

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El Material: ¿Qué nos dice sobre su uso?

OTROS OBJETOS CERÁMICOS


Figura 4.6 Fichas o Tapaderas. Juego de pelota 1 y 2 L.A.
Fichas-Tapaderas de Olla
(Figura 4.6). Se trata de tiestos
de los tipos Teuchitlán y
Ahualulco reutilizados
desgastando sus cortes hasta
formar un cuerpo circular.
Pueden ser de pasta fina/media
o media, algunas veces con decoraciones simples en rojo o que presentan en
una cara color crema y en otra rojo. El uso específico aún se desconoce aunque
pudieron ser tapas de ollas o fichas para desarrollar alguna actividad no
identificada hasta el momento.

Figurillas Sólidas. Como su nombre lo indica se trata de figurillas cerámicas


sólidas, comúnmente en posición erguida, generalmente representan mujeres
sin atavíos. Ordinariamente presentan una aparición importante en contextos
domésticos, sobre todo en la unidad “La Joyita” ubicada cerca del recinto
central del sitio de Guachimontones. Las terracotas se han relacionado con la
costumbre de la adoración a los antepasados, según las propuestas de
Herrejón (2008b:147-148)62

Figurillas Huecas. Se les conoce como figurillas Ameca-Etzatlán (Weigand,


2006:40). Son figurillas de gran tamaño que representan diferentes oficios de
la sociedad como jugadores de pelota, mujeres amamantando, parejas con
actividades que manifiestan su rol social etc. En el caso de las evidencias
encontradas se tienen sólo fragmentos de brazos, piernas y partes no
identificadas. Estos objetos han sido encontrados generalmente en contextos

62
La propuesta aparece desde 1903 por Adela Breton quien describe que en el Occidente existe la
costumbre de colocar figurillas retrato, que posiblemente representaran miembros del hogar del
difunto (Breton, 1997:224 en Herrejón, 2008b:148). Otros casos documentados se pueden encontrar
en Spence, 2002; Uruñuela y Plunket, 2002; Plunket y Uruñuela, 2002; Manzanilla, 2002; Weigand
2002; 2004, Cach, 2003; López-Mestas y Montejano, 2003 (Herrejón, 2008b:147).

- 132 -
El Material: ¿Qué nos dice sobre su uso?

especiales como tumbas de tiro (Ramos y López, 2006:63-64) o recintos


principales: Círculos tipo 1, 2, y 3 (Smith, 2008a; 2008b).

4.1.3 Distribución y Acumulación de los Materiales: Indicadores


relativos de función y/o uso de un recinto

DISTRIBUCIÓN EN LOS DIFERENTES TIPOS DE RECINTOS


Con ayuda de los resultados de los análisis anteriores y los que
enmarcan a la presente tesis, pensamos que es posible crear un parámetro del
comportamiento de aparición, a partir del cálculo del porcentaje en relación al
total depositado de cada loza y sus tipos cerámicos en los diferentes conjuntos
y canchas tomados como muestra63. La comparación de dichos datos
porcentuales nos muestra aquellas similitudes y diferencias entre cada recinto
con el fin de vincular o no un mismo uso o función.

Por los resultados del análisis cerámico del 2006 y 2007 (Blanco, 2006),
sabemos que el comportamiento de material en todo lo largo de los
asentamientos de Guachimontones y Loma Alta, sucede de la siguiente
manera: en primer lugar de aparición tenemos a la loza Teuchitlán,
considerada como el grupo de tipos de vasijas de servicio y trabajo ya que
comparten las las características propuestas por Rice (1987) para ese grupo
(Cuadro, 2.2), seguida está la loza Ahualulco, cuya función es únicamente la
de servir alimentos en momentos especiales y, finalmente, en menor número,
se presentan los tipos de la loza Oconahua, considerada especial por no
presentar huellas de uso continuo. De tal suerte, nuestro verdadero indicador
para determinar una función o uso de una área de actividad o conjunto de
estructuras no está en la evidencia o inexistencia de las lozas, sino más bien
en la manera en que varían los porcentajes de su aparición y la acumulación
de los tipos con usos específicos como cocción, almacenaje etc. tal como lo
muestra el cuadro 2.1.

63
Tomando en cuenta sólo aquellos materiales depositados en el estrato que ocupa la superficie original de
la sociedad estudiada.

- 133 -
El Material: ¿Qué nos dice sobre su uso?

A continuación, en los cuadros 4.4, 4.5 y 4.6 se presentan los


porcentajes de las vasijas en un “Recinto Mayor” que forma parte del Círculo 1
de Guachimontones, catalogado como el único conjunto del tipo 1 (Smith,
2008a: 2008b) asociado directamente al juego de pelota 1 (Tipo I) (Gráfico,
4.1), un “Recinto Menor” del tipo 4 ubicado en el Círculo 10 en la zona
periférica del centro principal de Guachimontones (Gráfico, 4.2) y dos que
forman parte de diferentes “Unidades Habitaciones” del tipo cruciforme, tipo 4
(Smith, 2008a; 2008b), ubicadas en: “La Joyita” en la parte periférica, al Norte
del recinto principal de Guachimontones y asociada indirectamente a la cancha
2 (Gráfico, 4.3) y la otra asociada directamente al juego de pelota 2 de Loma
Alta, ubicada en la parte periférica del sitio (Gráfico, 4.4).

DISTRIBUCIÓN Y ACUMULACIÓN EN LOS JUEGOS DE PELOTA


En los diferentes juegos de pelota, como en todos los casos presentados,
la loza Teuchitlán aparece en mayor cantidad, seguida de la Ahualulco y la
Oconahua. Sin embargo, se observa que los porcentajes varían al igual que la
acumulación de los tipos. Al igual que en el apartado anterior, presentaremos a
continuación el análisis del comportamiento de material en las canchas,
utilizando sólo aquellos datos que estén depositados en el estrato de ocupación
de la tradición Teuchitlán.

La muestra proviene de 4 canchas: dos del tipo I; la cancha 1 de


Guachimontones (Gráfico, 4.5) y la cancha 1 de Loma Alta (Gráfico, 4.6),
ambas asociadas directamente a Recintos Mayores, y a dos del tipo II; la
cancha 2 de Loma Alta, ubicada en las periferias del sitio, que se encuentra
asociada directamente con la unidad habitacional antes mencionada (Gráfico,
4.7) y la cancha 2 de Guachimontones asociada indirectamente a la unidad de
la Joyita. Sin embargo, su excavación quedó inconclusa, por lo tanto los
resultados deberán de tratarse con cautela aunque bien nos pueden dar alguna
pista. Igualmente los resultados se presentan en los cuadros 4.4, 4.5, 4.6.

- 134 -
El Material: ¿Qué nos dice sobre su uso?

Cuadro 4.4 Comportamiento de Aparición de los tipos de loza de uso especial en cada recinto
explorado.
Recipientes de Uso Especial

CERÁMICAS EN EL
TOTAL DE PZS
Tipos de

Objetos Especiales

RECINTO
Vasijas

% de aparición
con relación al
recipientes de
uso especial

total de pzs
Recinto y

Oco r/bco

Total de
Eros Oco

Braseros
Oco rojo
Canchas

Oco bco

NP
Recinto Principal 342 361 177 190 117 0 1187 10.85 29 10944
Recinto Menor 96 36 5 58 17 0 212 6.27 2 3379
Uni. Hab. Joyita 584 395 25 432 18 0 1454 11.71 60 12419
Uni. Hab. JP2 182 0 8 81 0 0 271 4.72 60 5737

JP T. I (Guachis) 57 1 24 36 2 6 126 2.66 8 4745


JP T. I (LA) 341 0 68 218 20 1 648 12.90 29 5023
JP. T. II (Guachis)* 3 0 0 0 0 1 4 5.13 8 78
JP. T. II (LA) 213 0 26 83 5 0 327 5.56 25 5881

* Cancha no excavada en su totalidad.

Cuadro 4.5 Comportamiento de Aparición de los tipos de loza para unicamente para servir
en cada recinto explorado.
V. Únicamente para servir

CERÁMICAS EN EL
TOTAL DE PZS
Tipos de

RECINTO
Vasijas
Total de vasijas

% de aparición
con relación al
Ahua mono Caj.

Ahua mono olla


Ahua r/cr caj.

Ahua r/cr olla

total de pzs
para servir

Recinto y
Eros Ahua

Canchas

Recinto Principal 758 156 1872 1407 397 4590 41.94 10944
Recinto Menor 47 165 109 27 70 418 12.37 3379
Uni. Hab. Joyita 496 619 574 214 83 1986 15.99 12419
Uni. Hab. JP2 199 307 55 151 21 733 12.78 5737

JP T. I (Guachis) 280 280 222 276 0 1058 22.30 4745


JP T. I (LA) 233 377 120 270 74 1074 21.38 5023
JP. T. II (Guachis)* 2 3 6 15 0 26 33.33 78
JP. T. II (LA) 349 437 123 165 63 1137 19.33 5881

* Cancha no excavada en su totalidad.

- 135 -
El Material: ¿Qué nos dice sobre su uso?

Cuadro 4.6 Com portam iento de Aparición de los tipos de loza de uso doméstico y de trabajo en cada reciento explorado
Vasijas de uso doméstico y de trabajo
Tipos de V. servir y cocción de alimentos V. prep alimentos V. de Almacenaje

TOTAL DE PZS
CERÁMICAS
Vasijas

Objetos Especiales
% de aparición con relación

% de aparición con relación

% de aparición con relación


V. para preparar frío
cocción domésticas

% de aparición
T. de V. de Uso

con relación al
Teu mono g caj.

Teu mono g olla


V. para servir o
Teu mono Caj.

Teu mono olla

Doméstico o
Teu bic g caj.
Ahua Bruñido
Recinto

Teu bic g olla

total de pzs
Teu r/cr caj.

Teu r/cr olla

Almacenaje
al total de pzs

al total de pzs

al total de pzs
Vasijas de
y

Eros Teu

Trabajo
Teu Esp

Teu Tej
Teu del
Canchas

Recinto Principal 2563 962 387 336 66 4314 39.42 69 198 267 2.44 48 70 97 29 65 309 2.82 277 5167 47.21 29 10944
Recinto Menor 457 446 663 555 19 2140 63.33 65 51 116 3.43 172 149 12 40 16 389 11.51 104 2749 81.36 2 3379
Uni. Hab. Joyita 1400 804 3208 1829 77 7318 58.93 164 204 368 2.96 356 512 79 182 38 1167 9.40 126 8979 72.30 60 12419
Uni. Hab. JP2 620 674 1559 1222 84 4159 72.49 62 38 100 1.74 142 148 1 53 11 355 6.19 119 4733 82.50 60 5737

JP T. I (Guachis) 407 459 1134 1014 34 3048 64.24 70 41 111 2.34 165 92 3 87 43 390 8.22 12 3561 75.05 8 4745
JP T. I (LA) 392 443 737 985 37 2594 51.64 90 50 140 2.79 218 107 8 34 15 382 7.61 185 3301 65.72 29 5023
JP. T. II (Guachis)* 4 10 8 19 0 41 52.56 0 2 2 2.56 5 0 0 0 0 5 6.41 0 48 61.54 8 78
JP. T. II (LA) 551 723 1058 1126 31 3489 59.33 46 43 89 1.51 260 270 50 104 16 700 11.90 139 4417 75.11 25 5881

* Cancha no excavada en su totalidad.

- 136 -
El Material: ¿Qué nos dice sobre su uso?

Aparición del Material Cerámico según su Función en un Recinto Principal (Gráfico 4.1)
vs. Juegos de Pelota Tipo I (Gráfico 4.5 y 4.6)

Gráfico 4.1

% de Aparición del Material Cerámico


según su Función en un Recinto Principal

75
70
65
60
55
50
45
40
%

35
30
25
20 41,94 39,42
15
10
10,85 2,44 2,82
5
0
Recipientes de Vasijas para servir V. para servir o V. para preparar frío Vasijas de Almacenaje
Uso Especial cocción dómesticas

Gráfico 4.5

% de Aparición del Material Cerámico según su Función en el JP1 de


Guachimontones
75
70
65
60
55
50
45 51.64
40
%

35
30
25
20
15 21.38
10 12.90 2.79
5 7.61
0
Recipientes de Vasijas para servir V. para servir o V. para preparar frío Vasijas de Almacenaje
Uso Especial cocción dómesticas

Gráfico 4.6

% de Aparición del Material Cerámico según su Función en el JP1 LA


75
70
65
60
64.24
55
50
45
40
%

35
30
25
20
22.30
15
10
5 2.66 2.34 8.22
0
Recipientes de Vasijas para servir V. para servir o V. para preparar Vasijas de
Uso Especial cocción dómesticas frío Almacenaje

- 137 -
El Material: ¿Qué nos dice sobre su uso?

Aparición del Material Cerámico según su Función en un Recinto Menor (Gráfico 4.2)
vs. Juegos de Pelota Tipo II (Gráfico 4.7)

Gráfico 4.2

% de Aparición del Material Cerámico


según su Función en un Recinto Menor

75
70
65
60 64.15
55
50
45
40
%

35
30
25
20
15 11.60
10 12.80
4.80 3.51
5
0
Recipientes de Vasijas para servir V. para servir o V. para preparar frío Vasijas de Almacenaje
Uso Especial cocción dómesticas

Gráfico 4.7

% de Aparición del Material Cerámico según su Función en el JP2 de Loma Alta

75
70
65
60
55
50 59.33
45
40
%

35
30
25
20
15 19.33
5.56
10
1.51 11.90
5
0
Recipientes de Vasijas para servir V. para servir o V. para preparar frío Vasijas de
Uso Especial cocción dómesticas Almacenaje

- 138 -
El Material: ¿Qué nos dice sobre su uso?

Aparición del Material Cerámico según su Función en las Unidades Habitacionales


(Gráfico 4.3 y 4.4) vs. Juegos de Pelota Tipo II (Gráfico 4.7)

Gráfico 4.3

% de Aparición del Material Cerámico


según su Función en una Unidad Habitacional (La Joyita A)
75
70
65
60
55
50
45 58.93
40
%

35
30
25
20
15
10 15.99
11.71 2.96 9.40
5
0
Recipientes de Vasijas para servir V. para servir o V. para preparar frío Vasijas de
Uso Especial cocción dómesticas Almacenaje

Gráfico 4.4

% de Aparición del Material Cerámico según su Función en una Unidad Habitacional


(asociada al JP2 LA)

75
70
65
72.49
60
55
50
45
40
%

35
30
25
20
15
10
4.72 12.78
5 1.74
6.19
0
Recipientes de Vasijas para servir V. para servir o V. para preparar frío Vasijas de Almacenaje
Uso Especial cocción dómesticas

Gráfico 4.7

% de Aparición del Material Cerámico según su Función en el JP2 de Loma Alta

75
70
65
60
55
50 59.33
45
40
%

35
30
25
20
15 19.33
5.56
10
1.51 11.90
5
0
Recipientes de Vasijas para servir V. para servir o V. para preparar frío Vasijas de
Uso Especial cocción dómesticas Almacenaje

- 139 -
El Material: ¿Qué nos dice sobre su uso?

4.1.4 Resultados Previos

El comportamiento de aparición de material cerámico, en un recinto


cuya función dentro de la organización de la sociedad “teuchiteca” ya ha
podido ser explicada, es un paso adelante para poder determinar la relación
del juego de pelota con cierto tipo de recinto y una de las posibles funciones de
dicha práctica.

Gracias al análisis cerámico basado en las propuestas de Rice (1987)


que se presentó (Cuadro 2.1), sabemos que en un recinto mayor (Círculos del
tipo 1) sobresale la aparición de los tipos cerámicos para servir de la loza
Ahualulco y Teuchitlán, mientras que en menor cantidad encontramos las
vasijas de almacenamiento. Un dato clave es la aparición de más del 10% de
la loza de uso especial, específicamente el tipo Oconahua rojo sobre blanco, ya
que como se mencionaba generalmente este grupo aparece en porcentajes
mínimos que no rebasan el 2%.

En el caso del recinto menor la aparición resulta un tanto diferente,


destaca el significativo grado de aparición de los tipos de la loza Teuchitlán,
considerados según el análisis de sus características, como de uso meramente
doméstico, o para servir o cocinar alimentos, sin embargo, en esta ocasión las
vasijas para servir más finas y con mejores acabados no representan un
número importante. Nuevamente tenemos un menor número de ollas burdas
para almacenar pero, contrariamente a como ocurre con el recinto mayor,
aquí si aparecen cajetes de gran tamaño posiblemente utilizados para la
elaboración de alimentos, así como ollas con un tamaño importante, cuyo uso
pudo haber sido un tipo de almacenaje de menor volúmen o por durante
menor tiempo, contrariamente a como ocurre en el caso de las burdas (ver
Cuadro 4.3). También es importante hacer énfasis en la baja de aparición de
las figurillas, entre el recinto mayor y el recinto menor.

- 140 -
El Material: ¿Qué nos dice sobre su uso?

En el caso de las unidades habitacionales vamos a encontrar a la vista


dos fenómenos. En el caso de la Joyita A, a diferencia de los demás recintos,
los tipos de ollas grandes y burdas aparecen en mayor cantidad y de manera
uniforme. Otro dato relevante es la aparición del tipo Ahualulco Bruñido que si
bien no representa el mayor número de ejemplares de esta loza sí tiene más
densidad de tiestos que en los recintos analizados anteriormente. La
acumulación de vasijas de uso especial y de objetos especiales también
resulta un dato relevante. Los primeros rebasaron el 10%, mientras que
aumentó la aparición de los fragmentos de figurillas sólidas.

Los resultados de la Unidad Habitacional del juego de pelota 2 de Loma


Alta no variaron de manera significativa con lo que respecta a la aparición de la
loza Ahualulco, Teuchitlán ni en la aparición de figurillas sólidas ni huecas. Las
diferencias radican en la ocurrencia de tiestos de los tipos de ollas burdas, ya
que es menor en el caso de esta unidad. Así mismo, en el caso de los tipos
Oconahua, se redujo su aparición casi un 9% en esta unidad.

Las diferencias se explican en base a la cercanía de la unidad


habitacional La Joyita “A” al centro cívico ceremonial principal, anudado con las
características de su corpus y por la presencia de dos entierros asociados
directamente (Herrejón, 2008a:70-72; 2008b:115), es posible que
representara una unidad habitación de élite (Ibid: 2008a:68; 2008b:131), ya
sea de un grupo o familia gobernante o con importante status social o riqueza.
Mientras que en caso de la unidad habitación explorada en Loma Alta se trata
de la ocupación de individuos de un rango más modesto.

¿Y qué pasa en los juegos de pelota? En conclusión vemos que en los


dos juegos de pelota asociados a un recinto principal la loza Ahualulco tiene un
porcentaje mayor al 12%, los tipos más evidentes tanto de la loza Teuchitlán
como la Ahualulco son considerados para servir y para la cocción de alimentos.
Los tipos representativos de ollas para almacenaje son mínimos en relación a
los totales de cada recinto. Las vasijas especiales Oconahua tienen una mayor

- 141 -
El Material: ¿Qué nos dice sobre su uso?

distribución en el juego de pelota 1 de Guachimontones que, recordando las


evidencias del Círculo 1 con el que se asocia directamente, encontraremos que
estos tipos también representan un porcentaje mayor del 10%. Un dato
relevante dentro de grupo de las vajillas especiales es la evidencia del tipo de
brasero que, como se cito anteriormente, según Durán es un elemento
característico de la práctica prístina antes de comenzar un juego de pelota
(Durán, 1967:210), lo que nos da evidencia de la carga simbólica que
representa dicha actividad. Las figurillas representan una acumulación variable
entre ambos juegos de pelota. En el de Loma Alta aparecen en mayor cantidad
las figurillas huecas, mientras que en el de Guachimontones se tiene poca
evidencia de ambas, aunque son más abundantes las sólidas.

En los juegos de pelota 2 hay que recordar que hacer comparaciones


entre los dos resulta una tarea innecesaria debido a que, como ya se subrayó,
las exploraciones de la cancha 2 de Guachimontones no se han concluido. Sin
embargo, viendo el comportamiento del material de la cancha de Loma Alta,
nuevamente salta a la vista la poca evidencia de materiales para almacenar,
una vez más como en los otros dos juegos de pelota la loza para servir es la
que representa una cantidad mayor aunque en esta ocasión los tipos Ahualulco
no son tan significativos. Como era de esperarse el porcentaje de la loza
Oconahua no cubrió más del 6%, como sucede en la Unidad Habitacional al
que se asocia directamente. Así mismo, podemos ver que también existe la
presencia de los tipos Ahualulco Bruñido, como sucede en la unidad citada.

4.2 MATERIAL LÍTICO: Obsidiana

La obsidiana es un material vidrio volcánico utilizado para la elaboración


de herramientas en todo lo largo del territorio mesoamericano, durante la
época Prehispánica (Esparza, 2004:80).

En la zona central de Jalisco, la explotación del material jugó un papel


decisivo en el desarrollo de la tradición Teuchitlán, debido a que en la zona

- 142 -
El Material: ¿Qué nos dice sobre su uso?

encontramos una cantidad importante de yacimientos. Razón por lo que la


región central de Jalisco se califica como una de las zonas más sobresalientes
en número y tamaños de yacimientos. Así que no es para sorprenderse que los
pueblos asentados en la zona hicieran de este material parte de su vida y de
su historia cotidiana (Esparza, 2004:80).

Los yacimientos que se distribuyen dentro de la región y que presentan


evidencia de que han sido explotados son: La Joya, Teuchitlán- La Mora64,
yacimientos del sector Magdalena, San Marcos, Osotero y Llano Grande, de los
cuales varía la calidad y el color de la obsidiana que de ellos se obtiene. Estas
dos características permiten en muchas ocasiones determinar la procedencia
de la materia prima de los artefactos de cualquier índole, logrando inferir que
los objetos descubiertos en superficie y excavación de las primeras temporadas
de campo en Guachimontones, provenían de los yacimientos de La Joya y El
Pedernal-La Mora (Esparza, 2008:144-145). Hecho que no sorprende debido a
la cercanía del sitio con dicho yacimiento, así como su gran magnitud y la
evidente explotación contemporánea a tal sitio (Ibid., 2008:144-145).

A continuación, presentamos los materiales de obsidiana que se


recolectaron en las exploraciones de las canchas de juego de pelota
presentadas en el capítulo anterior. Al igual que con el material de la cerámica
se calculó el porcentaje de aparición de cada objeto con relación al total
registrado en cada recinto. La finalidad es la misma que las del material visto
anteriormente, sólo que en esta ocasión agregamos el conocer las
acumulaciones importantes de objetos con alguna función determinada, para
poder inferir un patrón repetido según la función o uso específico de los
recintos.

4.2.1 Antecedentes del Análisis


Las primeras investigaciones sobre la explotación y uso de la obsidiana
en la zona de Teuchitlán, Jalisco estuvieron a cargo de Dolores Soto en 1982,

64
Yacimiento también conocido como El Pedernal (Esparza y Ponce, 2005:146).

- 143 -
El Material: ¿Qué nos dice sobre su uso?

quien demostró, gracias a sus investigaciones en un taller de obsidiana ubicado


cerca del recinto principal, que existían grupos especializados en el trabajo de
obsidiana (en Esparza, 2004:83). Otro estudio importante, fue el realizado por
Spence en el 2002, quien clasificó los yacimientos de obsidiana y que, con sus
estudios, nos permite entender los cambios en la producción de artefactos, de
acuerdo con sus secuencias culturales y en particular dentro del proceso de
producción en el ámbito regional (en Esparza, 2004:84).

Por otro lado, Weigand y Clark, por medio de un recorrido de superficie,


registraron talleres en el yacimiento San Juan de los Arcos, en donde se
reconocieó un tipo de núcleos que son especiales para la elaboración de Joyería
(Weigand, 2004 citado en Esparza, 2004:85). Un trabajo posterior es el
trabajo de Rodrigo Esparza y Ponce publicado en el 2005, que consistió en
analizar el material obtenido en las exploraciones del recinto de
Guachimontones durante las temporadas de 1999 y 2000 (Esparza y Ponce,
2005). Gracias al último estudio, se pudieron determinar las formas, las
técnicas de manufactura y los yacimientos de procedencia de la obsidiana
encontrada en Guachimontones. Finalmente, el último trabajo que aún se
realiza es por parte de Rodrigo Esparza, quien está elaborando un mapa para
registrar los pozos de extracción de material en los yacimientos de San Juan
de los Arcos y el yacimiento de Teuchitlán-La Mora explotados durante el
desarrollo de la tradición65.

Dentro de los grupos de la tradición Teuchitlán se tienen registrados, por


los trabajos antes mencionados, el uso de navajillas, navajas, macro navajas,
raspadores, lascas y joyería, entre otros no menos importantes. De entre los
cuales, sobresalen los trabajos especializados en joyería (Esparza, 2004).

65
Esparza, Rodrigo. Comunicación Personal, 2008

- 144 -
El Material: ¿Qué nos dice sobre su uso?

4.2.2 Clasificación de los Objetos Líticos

El criterio de análisis fue sencillo, debido a que sólo nos interesa la


división, la observación y el conteo de los materiales según su uso y función,
siguiendo el método que se presentó en el apartado 2.4 del capítulo anterior.
De tal suerte que los objetos del corpus se dividieron en primera instancia en
dos grupos, que a su vez, se subdividieron en usos y formas:

1) los objetos sin huella en donde se incluye a los nódulos66, los trozos67,
los núcleos, preformas y las lascas sin huellas de uso (Esparza, 1999:12-13).

2) las herramientas u objetos con huellas de uso. Aquí se incluyen:


navajas, macro navajas, lascas con huellas, raspadores, raederas, punzones,
cuchillos, puntas de proyectil, tajador, machacador, y pulidores (Figuras 4.7-
4.11, Esparza, 1999:12-13).

66
Bloques de obsidiana tal como se encuentran en las minas del yacimiento (Esparza, 1999:12-13).
67
Fragmentos de obsidiana que no presentaban un corte cultural sino que se fragmentaron por
intemperización o rodamiento. Por lo regular son pedazos toscos sin formas planas (Esparza,
1999:13).

- 145 -
El Material: ¿Qué nos dice sobre su uso?

Figura 4.7; Figura 4.8 Fragmentos de Navaja y Macronavaja. Juego de Pelota 1


de Loma Alta

- 146 -
El Material: ¿Qué nos dice sobre su uso?

Figura 4.9 Fragmentos de Puntas de Proyectil

Figura 4.10 Raedera. Juego de Pelota 1 de Loma Alta

- 147 -
El Material: ¿Qué nos dice sobre su uso?

Figura 4.11 Raspadores

4.2.3 Aparición, Acumulación y Distribución de los Objetos

En total se analizaron 5046 objetos de obsidiana provenientes de la


cancha del juego de pelota 1, del sitio de Guachimontones, de las plataformas
1, 2 y 12 del Círculo 1; y plataformas 13 y 14 del Círculo 2 asociadas
directamente a la cancha. Así mismo, la suma se completa con el material de
las canchas de juego de pelota 1 (Temporada 2005 y 2007) y del juego de
pelota 2 del sitio de Loma Alta, incluyendo la unidad habitacional con la que se

- 148 -
El Material: ¿Qué nos dice sobre su uso?

asocia el último68. De la suma total de objetos, 4397 no presentan huellas de


uso y de proceso de manufactura (Cuadro 4.7), mientras que el resto, 608,
son objetos que presentan huellas de uso (Cuadro 4.8).

Cuadro 4.7 Comportamiento de Aparición de los objetos sin huella de uso


en cada recinto explorado.

Tipo de

EN EL RECINTO
TOTAL DE PZS
Objeto
S/ HUELLA DE USO
P. DE MANU

Total de objetos
FACTURA

% de aparición
con relación al
total de pzs
sin huella
Preforma o
Recintos
Nódulo sin
y
percutir

Núcleo

Lasca
Trozo

Black
canchas

JP. Tipo I (Guachis) 0 25 0 222 0 247 56.52 437


JP. Tipo I (LA) 0 14 3 1388 2 1407 89.16 1578
JP. Tipo II (LA) 3 5 5 591 8 612 93.58 654

R. Mayor
0 16 0 54 0 70 39.33 178
(C1 y C2, Guachis)
Uni Hab. (LA) 10 31 7 2023 31 2102 95.59 2199

Cuadro 4.8 Comportamiento de Aparición de las Herramientas de Obsidiana en cada recinto


explorado.

Tipo de

EN EL RECINTO
TOTAL DE PZS
Objeto
HERRAMIENTAS
CORTE CORTE Y
CORTE Y PERCUSIÓN DESGASTE DESGASTE
% de aparición
con relación al
herramientas
P. de Proyectil

total de pzs

Recintos
Raspador

Total de
Readera

y
Cuchillo
Tajador

Punzón
Navaja

Pulidor
Lasca

canchas

JP. Tipo I (Guachis) 1 163 0 24 1 0 1 0 0 190 43.48 437


JP. Tipo I (LA) 91 56 4 5 2 9 2 2 0 173 11 1578
JP. Tipo II (LA) 28 5 1 1 2 3 2 0 0 50 7.65 654

R. Mayor
1 83 0 23 0 1 0 0 0 108 60.7 178
(C1 y C2, Guachis)
Uni Hab. (LA) 62 23 2 0 2 2 2 0 4 128 5.82 2199

68
Nuevamente es importante señalar, que al igual que en el caso de la cerámica, el material proviene del
estrato en donde la sociedad estudiada manifiesta su ocupación, excluyendo los materiales obtenidos de
capas anteriores o posteriores y de rellenos de muros.

- 149 -
El Material: ¿Qué nos dice sobre su uso?

Aparición del Material de Obsidiana según su uso en los Recintos Mayores (Gráfico
4.10) vs. Juegos de Pelota Tipo I Guachimontones y de Loma Alta (Gráfico 4.8 y 4.9)
Gráfico 4.8

% Aparición de Material de Obsidiana


Juego de Pelota 1
Guachimontones

60

50,80
50

40
Cantidad de Piezas

37,30

30

20

10
5,49 5,72

1,14 0,23 0,23


0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00
0
Navaja Lasca P. de Tajador Cuchillo Raspador Readera Pulidor Punzón Nódulo sin Trozo Núcleo Lasca Preforma o
Proyectil percutir Black

CORTE CORTE CORTE Y DESGASTE P. DE MANU


Y PERCUSIÓN DESGASTE FACTURA

Gráfico 4.9

% Aparición de Material de Obsidiana


Juego de Pelota 1
Loma Alta

100

87,96
90

80

70
Cantidad de Piezas

60

50

40

30

20

10 5,77
3,55
0,25 0,32 0,13 0,57 0,13 0,13 0,00 0,00 0,89 0,19 0,13
0
Navaja Lasca P. de Tajador Cuchillo Raspador Readera Pulidor Punzón Nódulo sin Trozo Núcleo Lasca Pref orma
Proyectil percutir o
Black

CORTE CORTE CORTE Y DESGASTE P. DE MANU


Y PERCUSIÓN DESGASTE FACTURA

Gráfica 4.10

% Aparición de Material de Obsidiana


Estructuras del Circulo 1 y 2
Guachimontones

50
46,63
45

40

35
30,34
30

25

20

15 12,92

10 8,99

5
0,56 0,00 0,00 0,56 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00
0
Navaja Lasca P. de Tajador Cuchillo Raspador Readera Pulidor Punzón Nódulo sin Trozo Núcleo Lasca Pref orma o
Proyectil percutir Black

CORTE CORTE CORTE Y DESGASTE P. DE MANU


Y PERCUSIÓN DESGASTE FACTURA

- 150 -
El Material: ¿Qué nos dice sobre su uso?

Aparición del Material de Obsidiana según su uso en una Unidad Habitacional (Gráfico
4.12) vs. Juegos de Pelota Tipo II (Gráfico 4.11)

Gráfico 4.11

% Aparición de Material de Obsidiana


Juego de Pelota 2
Loma Alta

100
90,37
90

80

70

60

50

40

30

20

10 4,28
0,76 0,15 0,15 0,31 0,46 0,31 0,00 0,00 0,46 0,76 0,76 1,22
0
Navaja Lasca P. de Tajador Cuchillo Raspador Readera Pulidor Punzón Nódulo sin Trozo Núcleo Lasca Preforma
Proyectil percutir o
Black

CORTE CORTE CORTE Y DESGASTE P. DE MANU


Y PERCUSIÓN DESGASTE FACTURA

HERRAMIENTAS S/ HUELLA DE USO

Gráfica 4.12

% Aparición de Material de Obsidiana


Unidad Habitacional
Loma Alta

100
92,00
90

80

70

60
Piezas

50

40

30

20

10
2,82 1,41 1,41
1,05 0,09 0,00 0,09 0,09 0,09 0,09 0,18 0,45 0,32
0
Navaja Lasca P. de Tajador Cuchillo Raspador Readera Pulidor Punzón Nódulo sin Trozo Núcleo Lasca Preforma
Proyectil percutir o
Black

CORTE CORTE CORTE Y DESGASTE P. DE MANU


Y PERCUSIÓN DESGASTE FACTURA

- 151 -
El Material: ¿Qué nos dice sobre su uso?

4.2.4 Resultados Previos

Conocer el uso especifico de los objetos de obsidiana no es tan difícil


como determinar el momento en que estos fueron utilizados, es decir, un
animal pudo haber sido destazado en una casa o en una ceremonia cívico-
ceremonial, lo cual no se puede explicar igual. La problemática se presenta,
debido a que generalmente las piezas en sí mismas no presentan muchas
diferencias estilísticas que podrían darnos pistas de los contextos en que
fueron utilizadas, permitiendo clasificarlas únicamente por su uso general y no
particular; es decir un cuchillo sirve para cortar, sin embargo dentro de los
ejemplares registrados en la Tradición teuchitlán es difilcíl saber por sus rasgos
estilísticos cuales ejemplares fueron utilizados en eventos domésticos y cuales
en los ceremoniales (salvo en contextos cerrados). Por lo tanto, es difícil tratar
de inferir el uso de un recinto teniendo como único indicador los objetos de
obsidiana antes descritos, ya que posiblemente no encontraríamos variantes
que nos permitan presentar una buena explicación.

Por lo anterior, los resultados de su aparición y acumulación son


relevantes siempre y cuando sean analizados en conjunto con los materiales
con los que se asocian directamente. Sin embargo hay puntos importantes en
los que nos gustaría hacer un especial énfasis en algunos resultados que arrojó
el conteo de los materiales de obsidiana: 1) El comportamiento del material de
cada grupo en la cancha del juego 1 y las estructuras del círculo 1 y 2 con las
que se asocia directamente, no representaron una variación importante,
encontramos que en ambos casos sobresalen del grupo de herramientas las
lascas con huella, seguidas de los tajadores; mientras que en el caso de los
objetos sin huella están las lascas seguidas de los trozos, fenómeno que se
presenta en casi todos los contextos, excepto en la unidad habitacional del sitio
de Loma Alta. 2) El mayor porcentaje de aparición, dentro de todos contextos
estudiados (juegos de pelota I y II y sus estructuras asociadas) de los objetos
de corte en comparación con los otros objetos. 3) La gran similitud del
comportamiento del material, tanto en la proporción de aparición de los dos
grupos, como en cada objeto dentro de ellos, en el juego de pelota 2 y la

- 152 -
El Material: ¿Qué nos dice sobre su uso?

unidad habitacional con la que se asocia. Finalmente, 4) la aparición de


preformas en el contexto doméstico (la unidad habitacional) y el juego de
pelota con el que se asocia.

4.3 MATERIAL OSEO

Dentro de las canchas de los complejos de nivel A, B, C, como se


comentaba en el apartado 3.1, sobresale el hallazgo de un pozo de arcilla
adosado al edificio de la cancha, en el que se depositaron restos óseos de
humano. En está ocasión presentamos los resultados obtenidos del análisis al
que se sometieron los restos registrados en el cabezal Sur del juego de pelota
1 de Loma Alta (Figura 4.12). El objetivo fue conocer qué huesos se
depositaron, el momento en que se depositaron y algunas otras huellas que
nos permitan saber si se trata de un sacrificio inmerso en el orden cívico y/o
religioso y por ende en la propia práctica al juego, específicamente en los que
se celebran en los complejos cívicos y religiosos.

Fig. 4.12 Interior del Pozo de Arcilla con Hueso. Detalle.

- 153 -
El Material: ¿Qué nos dice sobre su uso?

4.3.1 Análisis69

En el reporte se identificaron 14 fragmentos de hueso y 3 piezas


dentales, los cuales consisten en:
1) Un hueso Talus o Astrágalo derecho, que por sus dimensiones, tamaño y
forma, se pudo identificar como de una persona joven (quizás menor de 18
años).
2) El segundo, es un fragmento de Figura. 4.13 Fragmento de Peroné. Corte Longitudinal.

peroné con un surco o corte


longitudinal de 3 mm de profundidad
perfectamente trazado en línea recta
en toda su longitud, que no
pertenece a la trayectoria lineal del
tejido. La lesión corresponde a un
corte probablemente intencional con
objeto punzocortante de agudo filo, para obtener un fragmento de dicho
hueso (Figura 4.13). El corte fue realizado postmortem, ya que carece de
señales de reparación o datos de inflamación, como depósitos irregulares
de material mineral.
3) Un fragmento de cráneo que, debido a su pequeño tamaño, es difícil
diferenciar en detalle su ubicación en la morfología de algún hueso craneal
en particular.
4) Otro fragmento es del Figura 4.14 Fragmentos de Metacarpo. Acercamiento Microscópico de la
región de cortes
metacarpo que, por su escasa
longitud, es difícil saber a qué
mano y a qué dedo
perteneció. Presenta en su
cara anterior señales de
varios cortes en trayecto,
tanto longitudinal como

69
Weigand, Phil, Rodrigo Esparza e Ismael Nuño Arana. “Informe Óseo No. 1: Ofrenda mortuoria de huesos
aislados” en Proyecto de Análisis Integral de los Restos Óseos de la Zona Arqueológica de Guachimontones
en Teuchitlán. Colegio de Michoacán, A.C., Universidad de Guadalajara: Centro de Investigación Genética
Molecular, Centro Universitario de la Ciénega Ocotlán, Jal. Proyecto en Curso.

- 154 -
El Material: ¿Qué nos dice sobre su uso?

transversal, dato que junto al fragmento de peroné manifiestan que fueron


obtenidos intencionalmente con un objeto u herramienta, con el fin de
fragmentarlos muy posiblemente para un acto ritual (Figura 4.14).
Mediante análisis al microscopio (estereoscopio de 20x) se observaron más
detenidamente los cortes de mutilación ósea, para obtener selectivamente
sólo algunos huesos y fragmentos de otros que también fueron
seleccionados.
5) Tres fragmentos que pueden corresponder tanto a metacarpos como
metatarsos o falanges, ya sea de la mano o del pie. Uno de los fragmentos
presenta señales de una lesión o corte paralelo a uno de sus bordes en
sentido longitudinal al tejido. Además de presentar un borde recto, que
puedo ser ocasionado por el corte regular de uno de los extremos del
fragmento óseo (Figura 4.15).
6) El resto de las piezas óseas lo conforman 7 fragmentos pequeños e
irregulares, de los cuales sólo uno parece ser un pequeño fragmento de
alguna lámina de los huesos de cráneo por ser plano, compacto y con muy
escaso hueso esponjoso en su centro. En el resto, por sus escasas
dimensiones, es imposible determinar Figura 4.15 Fragmentos de Falanges.
C. Lesión y Borde recto
su procedencia en el sistema
esquelético.
7) Piezas dentales. Se trata de un
incisivo superior derecho, incisivo
inferior derecho y un primer molar,
a b c
que por su estructura y desarrollo
parecen pertenecer al mismo
individuo, el cual se puede tratar de
un joven de entre 12 y 15 años.

4.3.2 Resultados Previos

De las piezas óseas y dentales que se encontraron es importante


destacar que los huesos pertenecen únicamente a manos, pies y cráneo.
Además de tres piezas dentales, todos ellos al parecer de un mismo individuo y

- 155 -
El Material: ¿Qué nos dice sobre su uso?

del lado derecho. La edad que podría haber tenido podría establecerse entre
los 10 y los 15 años de edad por las características de los dientes, pero quizás
un poco más por la madurez de los fragmentos óseos (18 años). Lo cierto es,
que por los escasos fragmentos encontrados, es difícil llegar a una conclusión y
emitir un diagnostico certero y correcto.

Lo interesante del hallazgo es que los huesos fueron intencionalmente


elegidos y mutilados postmortem con un objeto de agudo filo de tipo cortante,
con un fin probablemente ritual, pero la combinación de restos de manos, pies
y cráneo, no parece casual y deja en evidencia la compleja forma de pensar de
los antiguos pobladores de los Guachimontones, y por ende del resto de las
sociedades que comparten la tradición Teuchitlán. Atrevernos a aseverar sobre
su significado resulta un poco apresurado. En el caso del cráneo, varios han
sido los hallazgos que relacionan al juego de pelota con la decapitación. Un
ejemplo de ello es Dianzu, donde se han registrado incisiones de jugadores de
pelota y una escena de sacrificio y decapitación (Carmona, 1992:64-65), lo
mismo sucede en las representaciones asociadas al Gran Juego de Pelota en
Chichén Itzá (Robertson, 1991; Scott, 2002:61), por mencionar algunos. En
esta ocasión, sobresalta el hecho que lo encontramos dentro de un contexto de
falanges de manos y pies. En el mural de Teotihuacano Tepantitla, se exhiben
varias formas de juego de pelota y las ceremonias asociadas al mismo,
incluidas la decapitación y mutilación (Uriarte, 1992:118), se hace presente
también la referencia a las manos dentro de un contexto de sacrificio, así como
de corazones, de hueso, de pedernal y de puntas de maguey. Sin embargo, es
difícil vincularesto a tal evento (Escalante, 2005:24). En el caso de la sociedad
Mexica, según las interpretaciones del cuauhxicalle, la mano aparece
cercenada y se asocia al cráneo; la mano representada en la escultura es muy
similar a las que encontramos en las inscripciones mayas del Clásico, la cual se
representa cortada por la muñeca. Los códices, como en el caso del Borgia o el
Laud, también presentan a la mano como ofrenda en varias ocasiones
(Escalante, 2005:25).

- 156 -
El Material: ¿Qué nos dice sobre su uso?

Las explicaciones en torno a tal evento están inmersas en varias


vertientes de la costumbres y/o ideologías mesoamericanas, sin embargo,
detrás de la cobija ideológica recaen generalmente en la legitimación del poder
de un líder o gobernante y en rituales de fertilidad. Sea cual sea el significado
propio del ritual, tal evento se asocia dentro de los alcances cívico-religiosos
del grupo, que si recordamos dentro de su organización segmentaría, jugó un
papel importante en la integración de las comunidades “teuchitecas”, ya que
forma parte del ritual que los personajes de alto rango ofrecen para
mantenerlas unidas. Así, era de esperarse que tal evento sólo se viera
reflejado en las canchas de juegos de pelota asociadas a conjuntos y/o
complejos de carácter cívico y religioso. Lo que nos remite a su vez a la
importancia de la práctica dentro de estos grupos y de su tarea inmersa dentro
del orden político.

- 157 -
Conclusiones

70

Capítulo 5. CONCLUSIONES

A continuación se presentan los resultados obtenidos en la investigación


y las conclusiones respectivas. Comenzamos con la explicación sobre la
asociación de funciones, entre un recinto y el juego de pelota, según su patrón
de asentamiento y el análisis de materiales, seguido por los indicios históricos
que nos sugieren que el juego de pelota está inmerso en el campo político,
sobre todo con lo que respecta a la solución o evitación de conflictos.
Finalmente, se presenta el argumento de como dentro de una organización
estatal segmentaria, el juego de pelota forma parte clave de la integración y
pacificación de los grupos.

5.1 SOBRE EL USO DEL JUEGO SEGÚN EL LUGAR DONDE SE UBICA

El análisis de patrón de asentamiento y el de materiales nos


demostraron, que las canchas de juegos de pelota se pueden encontrar en
sitios y recintos que cumplen funciones cívico-religiosas, religiosas y/o
habitacionales, de lo que dependerá la presencia o no de ciertos elementos que
nos sugieren la carga ideológica del juego, que inclusive hace a algunas de sus

70
Iker Larrauri. Obra México de Carne y Hueso, Serie de Libros Históricos, publicado por Armando
Ayala (Turock, Martha 2000:65).

- 158 -
Conclusiones

prácticas tan decisivas dentro de la vida “teuchiteca”. Por ende como


conclusion podemos decir que:

1) El hecho de que siempre existan juegos del tipo I en los asentamientos tipo:
“A” (centro rector), “B” (subcentro) y “C” (centro provisional), apunta a que la
práctica del juego en estos sectores representó un papel importante dentro de
la función de estos sitios, los cuales, entre otras cosas, organizacizan e
integran a los grupos que comparten la tradición. Otro indicador que nos
permite asociar las funciones entre los recintos principales y las canchas tipo I
excavadas, es la similitud en el comportamiento de los materiales como: el
alto grado de aparición de objetos para servir en ocaciones especiales, la
presencia de material especial (la loza Oconahua), la mínima cantidad de
vasijas de almacenaje, y la importante aparición de objetos cortantes como
lascas con huella y tajadores.

Así mismo, la presencia de un ritual de manos, pies y cabeza, asociado


directamente a la práctica del juego de pelota en este tipo de canchas, nos
habla del carácter ideológico de la práctica. Hecho que se confirma con la
crónica de Alvarado Tezozómoc (1975:32) en donde se describe a la cancha
como el lugar donde se llevaba a cabo la decapitación como muestra del
vencimiento de una batalla entre Huitzilopochtli y sus adversarios (Alcarado
Tezozómoc, 1875:32-35). En el resto de Mesoamerica esta asociación es
referida en varios murales o esculturas como en Tepantitla, Teotihuacán, que
exhibe las ceremonias, la decapitación y la mutilación asociadas al juego
(Uriarte, 1992:118). Las esenas de Dianzú también son un buen ejemplo del
evento de sacrificio y decapitación asociados a la práctica (Carmona, 1992:64-
65). Retomando nuestro hallazgo, la discusión recae en quién pudo haber sido
el personaje (o personajes) sacrificado(s). Los triunfadores y los perdedores,
sin embargo, fuesen quienes fuesen, nos demuestran el trasfondo religioso de
la práctica, ya que que el sacrificio fue aceptado por lo integrantes de la
sociedad; al igual que el aceptar, como veremos más adelante, que por medio

- 159 -
Conclusiones

de un juego se tomen decisiones políticas, que pudieron ser sumamente


decisivas para el futuro de los grupos “teuchitecos”.

A este punto se suma la presencia de la tumba de tiro de personajes de


alto status social en el complejo “C” de Huitzilapa, que nos demuestra la
relación de las canchas tipo I con los actores de alto rango social, que por sus
alianzas consanguineas y la ubicacion de la tumba dentro del recinto principal,
es posibile que se trate de los representantes del poder virtual que el centro
del estado segmentario otorga a ciertos asentamientos.

2) La práctica del juego en los asentamientos tipo “D” no fue decisiva dentro
de la ocupación de estos recintos y es probable que no rebasara el carácter de
religioso a político, debido a que su aparición no representa una regla, pese a
existir una estructura política. El tipo del juego sería I, por rebasar las medidas
propuestas por Weigand para los tipos II, sin embargo, si la tipología se viera a
nivel funcional estos formarían parte del tipo II.

Los materiales por su parte, además de asociar las funciones de ambos


recintos por la similitud del comportamiento de su material, nos sugieren
importantes pistas de los rituales a menor escala que se pudieron realizar en
estos establecimientos para fines integradores (las canchas y los conjuntos tipo
D), por ejemplo tenemos una cantidad importante vasijas para la preparación
de alimentos y consumo (Loza Teuchitlán), asi como lo objetos destinados
únicamente al consumo en ocasiones especiales. Un dato importante es que el
pocentaje de aparición de vasijas de almacenamiento rebaza a los demás
recintos estudiados, es decir: unidades habitacionales, juego de pelota tipo I
y recintos mayores, lo que se relaciona con los hallazgos de John Blitz en el
sitio de Lubbub Creek, de la comunidad del Mississippi durante el 1000 d.C.
(Blitz, 1993:82-81). En donde explica que la gran aparición en el motículo
ceremonial de vasijas de gran tamaño consideradas para almacenaje versus el
resto del sitio, se debe a que es ahí donde se realizan grandes festejos como
banquetes, en donde se relaciona el almacen de comida (Blitz, 1993:93).

- 160 -
Conclusiones

3) Al no existir estructuras cívicas en los asentamientos tipo religiosos y


habitacionales que forman los “Centros Habitacionales”, -donde se encuentran
las canchas que Weigand denominó propiamente tipo II (Weigand, 1993:183;
Weigand y García, 2005:45-46)-, concluyo que las estructuras ceremoniales y
las canchas del juego de pelota manifiestan la adopción de la práctica ritual y
la duplicación de los eventos ceremoniales a nivel particular o doméstico. El
comportamiento de aparición de los diferentes grupos de lozas cerámicas de la
cancha en este tipo de asentamiento también nos representa algunas pistas,
ya que al compararlo con los recintos principales y canchas del tipo I vemos
que disminuye la aparición de vasijas para servir en ocaciones especiales (Loza
Ahualulco) y aumenta la concentración de vasijas de uso meramente
doméstico y de almacenaje (éste último sin rebazar a los porcentajes de los
recintos tipo “D” ni sus canchas). Comportamiento que al cotejarlo con
contextos propiamente dométicos también presenta el mismo fenómeno.

Una evidencia de su carga ideológica, sea (en el caso del primer punto)
o no para uso político, es la presencia de braseros cerámicos sólo utilizados
para ese evento, debido a que no se registraron en otros contextos. El objeto
concuerda con el utilizado en el ritual prístino a una contienda que nos describe
Durán (Durán, 1967:210).

Para reforzar los puntos anteriores podemos recordar el apartado de los


codices 1.3, en los cuales vemos, tanto en las la fuentes indígenas como
coloniales, que se describe la ubicación y la morfología de las canchas del
juego tal y como se presenta en los hallazgos arqueológicos de nuestra zona
de estudio; cancha en forma de I asociadas a recintos principales y algunas
otras a pequeñas unidades o barrios, en las que las actividades difieren según
el lugar en donde el juego se encuentre.

En otras zonas de Mesoamérica se ha registrado el mismo patrón, como


ocurre en el sitio del Tajín del Clásico Tardío y Posclásico, donde se tienen
registradas 16 canchas (Beristain, 1992:108), en las cuales el juego de pelota

- 161 -
Conclusiones

Sur presenta una asociación directa con dos edificios o templos (Ibid: 182-
183), mientras que otras se localizan en barrios y a niveles domésticos (Ibid:
183). En el área Oaxaqueña sucede lo mismo, según apunta Carmona la
ubicación de las canchas generalmente ocurre en los lugares privilegiados o
plazas principales (Carmona, 1992:75), tal es el caso del sitio de Atzomba
(Clásico y Posclásico Temprano) en el que existen seis juego de pelota, uno
asociado a la plaza principal y los otros en diversos lugares, como en una
terraza en la parte periférica del sitio. El área Maya no es la excepción, en sus
tierras altas tenemos el caso del sitio La Libertad en donde la cancha se
localiza al Norte del complejo arquitectónico mayor (Agrinier, 1991:177), y las
canchas ya bien documentadas de juego de pelota en el Clásico Temprano
como las de Palenque y Copán. En las tierras bajas por ejemplo están las 13
canchas de la ciudad de Chichén Itzá, ubicadas en los confines del sitio y en los
conjuntos principales (Robertson, 1992:206). En el centro de México, para el
posclásico tardío la evidencia de las canchas formando este patrón es referida
a las fuentes históricas españolas (Solís, 1992; Matos, 2001), sobre todo en
las descripciones de Sahagún (Sahagún, 1956: 232-242).

5.2 EL JUEGO DE PELOTA COMO ELEMENTO POLÍTICO

Ahora bien, los datos arqueológicos nos arrojaron importantes aciertos


con respecto a las hipótesis que encaminaron a la investigación, como por
ejemplo, el hecho de que asumimos que por: la asociación a recintos cívico-
religiosos, la similitud entre los comportamientos de los materiales que existe
entre ellos y la presencia de prácticas especiales como sacrificios, las canchas
del tipo I de la tradición fungieran en alguna de sus prácticas como un
elemento relacionado al campo político. Sin embargo, quedan algunas lagunas
en torno a tal argumento, como explicar: cómo es que el juego toma el papel
de mecanismo que soluciona o evita conflictos, en los que se encuentran
continuamente las cabezas organizacionales del estado segmentario y cómo es
que la gente así lo aceptaba.

- 162 -
Conclusiones

Para ello es necesario recurrir a las fuentes historicas, que si recordamos


el apartado 1.3, en ellas vamos a encontrar tres tendencias principales que
presentan cómo es entendido el juego de pelota por los grupos
mesoamericanos: 1) como mecanismo por el cual los dioses solucionan
conflictos y toman decisiones, tal como es interpretado en el códice Borgia, por
Eduard Seler (Códice Borgia, 1963) y en el Popol Vuh, entre otros; 2) como el
lugar en donde los gobernantes pueden cerrar acuerdos y tomar decisiones a
nivel político-territorial, como se describe en: las aventuras de “8 Venado” que
narra el códice Nutall, la crónica de Fernando de Alvarado Ixtlilxóchitl (De
Alvarado, 1975, Vol.I: 279), en donde aparece el juego de pelota como un
obsequio que se ofrece para conciliar un conflicto político y hacer una alianza
entre gobernantes, y las crónicas de Durán (Durán, Cáp. XXIII, 1967:207) y
Motolinia (en Oliveros, 2000:269), que nos hablan del juego general de los
señores, en donde específicamente Durán hace mención de que los juegos que
jugaban tenían diferentes asuntos, entre ellos la guerra y las treguas; y 3)
como insignia de poder, tal como lo presenta La Relacion de Michoacán (Alcala,
P.III Cáp. XXII, 2000), en donde una diosa entrega un juego de pelota al que
habría de ser dirigente de la sociedad.

Por lo tanto, podemos deducir que la conciencia ideológica del juego,


dentro del complejo ideológico mesoamericano, es la de un elemento
pacificador y solidificador, lo que resultó en que se diera la institucionalización
de un elemento ideológico, el juego de pelota, al campo real de la acción
social, asumiéndosele esas mismas características. Por lo tanto, es posible que
los gobernantes y demás integrantes de la sociedad le dieran suma
importancia a la decisiones basadas en una contienda de juego, y que por su
carga dentro del campo ideológico se justifique el hecho de que en la tierra los
gobernantes lo hicieran de esa manera, lo que también explica la aceptación
de los sacrificios inmersos en la práctica.

Así mismo podemos ver que el hecho de que en los relatos nos den
algunos indicios que justifican su práctica, como el que los dioses lo jugaban,

- 163 -
Conclusiones

nos ejemplifica cómo las creencias se ven reflejadas en componentes que


permiten la manera en que una sociedad va a funcionar positivamente. El
elemento del juego de pelota está inmerso en las creencias, por lo tanto, se
justifica que en éste los gobernantes puedan solucionar conflictos de tipo
político.

5.3 ELEMENTO INTEGRADOR DE UN ESTADO SEGMENTARIO:


COMENTARIOS FINALES

Dentro de la organización estatal segmentaria de Teuchitlán, el juego de


pelota se encuentra dentro de dos vertientes ideológicas, ambas controladas
por los grupos rectores: la primera es la de elemento integrador, que permite
facilitar la integración política/económica dentro de su núcleo, ya que forma
parte del ritual que los grupos dirigentes proporcionan a otras comunidades a
cambio de su integración e interacción. Mientras que en la segunda recae en el
campo político, sobre todo como un elemento pacificador, ya sea para evitar o
solucionar conflictos. El peso cívico que se le otorga, se debe a la conciencia
social del juego dentro de su plano abstracto (ideológico), que define al evento
como un solucionador de conflictos a nivel mitológico de los dioses, cognición
que se institucionaliza y le da esa función o uso dentro de una sociedad.

El juego de pelota, como mecanismo regulador, es claro en todas las


referencias históricas, que si bien debieron estar influenciadas por varios
factores externos como la cultura y/o religión del cronista, el hecho de que
aparezcan generalmente repetidos los mismos patrones, nos da certificado
para reforzar el argumento.

Por otro lado, pese a que el problema particular de la tradición


Teuchitlán se suscitó muchos años antes que los relatos analizados, se puede
observar que los patrones generales se repiten y conciben con nuestros datos
arqueológicos: la ubicación de las canchas, los elementos de sacrificio
relacionados con el juego de pelota y la complejidad social en la que se

- 164 -
Conclusiones

manifiesta. Cabe aclarar que aunque no sea la misma organización social que
existía en la sociedad mexica o mixteca, es claro ver que por su definición de
estado segmentario la necesidad de un elemento regulador, como el juego
pelota, es aún más relevante debido a la necesidad del sector dirigente de
mantener la integración de los grupos, dándose a la tarea de evitar y
solucionar los conflictos que pueden nacer en la sociedad, utilizando para ellos
un elemento inmerso en la ideología abstracta, para que pueda ser aceptado
por los integrantes y con esto evitar confrontaciones y la ruptura de lazos.

Hay que señalar que es claro que si bien el juego de pelota principal
tenía una función política, no se está excluyendo el hecho de que en él se
desarrollaran otro tipo de actividades rituales inmersas en un campo particular
de la acción distinta a la política. Más bien lo que se ha argumentado es una de
sus tantas y posibles funciones.

Para finalizar, podemos mencionar cómo el juego de pelota, como


elemento integrador, tambíen se ha explicado en otras zonas de Mesoamerica.
Como exponentes de esta tendencia tenemos los trabajos de Michael Whalen y
Paul Minnis (1996) en Casas Grandes, Chihuahua, quienes argumentan que el
juego de pelota sirvió como elemento de integración política, económica y
religiosa (Whalen y Minnis, 1996:741-745).

En el área maya, John Fox (1991), en base al relato del Popol-Vuh


propone que el juego de pelota se ubica dentro de un ritual de cohesión e
integración de la sociedad que forma parte de un sistema de creencias. De
igual suerte, Merle G. Robertson (1992) sugiere que en el contexto de una
política centralista característica del Posclásico en las tierras bajas Mayas, el
“Gran Juego de Pelota” de Chichén Itza, fungió como un elemento integrador,
que tenia la finalidad, junto con las otras estructuras de la plaza principal, de
resaltar la capital central (Robertson, 1992:216).

David R. Abbott et al. (2007) en sus investigaciones en los desiertos del


centro y Sur de Arizona relaciona a las canchas de las Villas Hohokam como el

- 165 -
Conclusiones

lugar ideal para regatear y practicar el intercambio, es decir mercadear (Abbott


et al. 2007:461). Sin embargo, concuerda con Wilcox (1992) en el aspecto del
juego como un lugar integrador y explica que es ahí donde se reúnen de todas
partes del área para practicarlo, y a su vez llevar a cabo el intercambio de
bienes entre los ahí reunidos.

- 166 -
Anexo

ANEXO

Para completar la información de la investigación, en este apartado se


presenta la descripción detallada de cada sitio que se analizó y sus canchas
según los puntos tratados en el capítulo 3.

Juego de pelota 1 de Guachimontones (Mapa 3.1)


Tipo Sitio Tipo “A” (Ohnersorgen y Varien, 2008:201); Centros-supra-
regionales (Smith, 2008b).
Estructura A lo largo presenta 111m por 24m de ancho, con un total de
2665m2 (Weigand y García, 2005:46). Sus dos cabezales miden
16X12m y presentan escalinatas de acceso a la cancha. Sin
embargo, en el caso de la estructura Norte, se encontraron muy
deterioradas debido a la construcción de un camino rural (Ibid:
47). La altura de las estructuras oscila entre los 2.8m y 2.1m
(Ibid: 48). Sobre ambos cabezales sobresale la gran cantidad de
bajareque que sugiere la presencia de estructuras de material
pede sedero sobre ellas (Ibid: 49).

Un dato interesante fue la evidencia de sus dos etapas


constructivas, en la primera el juego de pelota era más pequeño,
con aproximadamente 70m de largo, parecido a las canchas del
tipo dos, extendiendo posteriormente sus longitudes a más de
30m hacia el Norte hasta resultar en una cancha monumental,
dejando rastro nulo del cabezal Norte de la primer construcción
(Ibid: 49).

Las estructuras laterales se caracterizan por presentar talud,


ambas presentan tres estructuras sobre ellas, mismas que
comparte directamente con los Círculos 1 y 2. De estas
plataformas sólo se encuentran debidamente alineadas al juego
las de la parte media, ya que las de los extremos siguen la

- 167 -
Anexo

configuración de las plazas circulares con las que se comparten.


A sus extremos del Sureste también encontramos la presencia de
escalinatas, para subir a las superficies superiores y en algunos
casos a las plazas y/o estructuras con las que se asocia (Círculo
1 y 2) (Ibid: 51-53).

En una de las esquinas del extremo Sur del juego de pelota se


observa una transformación de forma de I abierta a cerrada,
debido al reforzamiento del muro exterior de la plataforma 2
(Ibid: 51). No se puede asegurar que el cambio haya sido
intencional, es posible que no estuviera previamente planeado
cambiar la morfología de la cancha sino más bien pudo haber
sido algo accidental.

Su mampostería está compuesta por roca de campo careada


naturalmente, la cual se encuentra adosada por mortero de
arcilla para formar los aparejos. Se tiene evidencia de aplanados
y/o recubrimientos, lo que indica que los muros fueron cubiertos.
Sobre todo las estructuras pequeñas (Ibid: 45).
Orientación El juego de pelota presenta una inclinación de 327° de Azimut,
es decir, 33° de inclinación hacia el Oeste en relación al Norte.
Otros Al pie de cada muro de los extremos del paramento Este, se
elementos registraron dos pozos de arcilla compacta bien definidos (uno en
cada extremo), que miden aprox. 80 X 50cm y presentan una
profundidad de 70cm. En su interior sólo se encontró tierra de
color gris y/o negra con algunos fragmentos de obsidiana. El
pozo que se encontró en mejor estado es el de la parte Norte
(Figura 3.2; 3.3), ya que el del extremo Sur fue cubierto por el
muro de ampliación que posteriormente se realizo en la cancha,
lo que podría sugerirnos un desuso del elemento71. El contenido
del pozo junto con la tierra y los restos óseos se muestrearon

71
Weigand, Phil. Comunicación Personal. 2008

- 168 -
Anexo

completamente, con el fin de realizar análisis químicos que


puedan dar referencia de algún otro tipo de huella que nos dé
información sobre los materiales que se depositaban en ellos.
Lugares con La cancha del juego de pelota I se localiza en el corazón del
los que se complejo principal de Guachimontones, entre los Círculo 1, tipo 1
asocia y la y el Círculo 2, tipo 2.
manera en
que se El Círculo 1, ubicado en la parte Este de la cancha, alcanza un
asocia diámetro de 124m. en cuyo centro se alza su estructura central
que alcanza los 17 metros de alto (Weigand, 1993:25), la cual
está rodeada por 12 estructuras rectangulares que oscilan ente
los 20-25m. de largo X 14/17m. de ancho. Tres de ellas las
comparte de manera directa con el juego de pelota, fungiendo
como las estructuras sobre el paramento Este. Gracias a las
exploraciones sabemos que estas estructuras presentan
banquetas y escalinatas de acceso. Sobre ellas, se han
identificado algunos alineamientos, posiblemente cimientos de
una estructura en su superficie, debido a que existe gran
cantidad de bajareque (Cárdenas y Weigand, 2000)

En la parte Oeste de la cancha se localiza el Círculo 2, hoy


restaurado completamente este presenta un diámetro
aproximado a los 110m., se forma de 10 estructuras
rectangulares que miden entre 18-17X20-23m. Tres de ellas
igualmente se asocian directamente con el juego de pelota, en
esta ocasión como las estructuras del paramento Oeste. Las
estructuras rodean a su vez una estructura concéntrica que
registra 2 etapas constructivas, que nos hablan nuevamente de
la ampliación del sitio. En la exploración de tal estructura
sobresalió en su interior, específicamente en la parte media, una
huella de poste, evidencia que también aparece en La Gran
Plaza, el círculo #4 del sitio de Llano Grande y en un círculo

- 169 -
Anexo

denominado el Lienzo en el sitio de Loma Alta (Smith, 2007).


Esto demuestra la existencia de un palo donde posiblemente se
realizaba un ritual, tal como lo muestra una de las maquetas
cerámicas, la misma que era única evidencia de tal evento y que
gracias a las excavaciones ha podido ser comprobada. El evento
es relacionado con el ritual al dios del viento, Ehecatl (Weigand,
1992a), debido a las similitudes de la práctica que se observan
en la maqueta.

Al extremo del mismo paramento, en la parte de la segunda


etapa construida, sobresale el hallazgo de un cuarto de 1X2m,
relacionado directamente al juego en cuya parte inferior al
relleno se presentaron varias rocas quemadas y numerosos
fragmentos de carbón, lo cual se ha sugerido como un posible
temascal. (Weigand y García, 2005:53).

Al Norte del juego aparece una pequeña plaza circular del tipo 3
(Círculo 4) cuyas estructuras circundan a una estructura
rectangular, razón quizá relacionada con la temporalidad tardía
de ese recinto con respecto a los demás. Este conjunto comparte
con la cancha del juego de pelota una estructura que tiene la
función de cabezal Norte. Por lo tanto, la única estructura propia
al juego de pelota es el cabezal Sur.

Otro recinto relacionado al juego y a los círculos mencionados, es


el Círculo 3 (tipo 3), formado por ocho estructuras rectangulares
más una que comparte directamente con el Círculo 2, las
estructuras también rodean a su vez otra estructura, pero de
menor tamaño que las antes descritas. La relacion con el juego
es indirecta, sin embargo, ambos están relacionados con el
complejo de estructuras centrales del sitio, lo que las relaciona
de una manera u otra.

- 170 -
Anexo

Ubicación El juego de pelota, junto con el recinto principal de


del juego Guachimontones; el círculo 1, 2, 3, y 4, se localizan al Suroeste
de pelota del sitio. Cabe señalar que esta ubicación es en relación a la
con relación unión de los alcances de los antes considerados como dos sitios
al Sitio diferentes; Loma Alta y Guachimontones, cuyos recintos
principales sólo están separados por menos de 1km. Gracias a
los recorridos de superficie realizados en la investigación de
Smith (2006b) se propone que ambas pudieron haber
representado un solo asentamiento (Smith, 2007), debido a que
entre ambos recintos se encuentra una cantidad importante de
unidades domésticas, así como algunos recintos menores (Mapa
3.1). En está investigación no se descarta la posibilidad de que la
unión entre ambos sitios pudo ser resultado del crecimiento de
ambas ciudades causando la unión de sus fronteras. De tal
modo, viendo desde una perspectiva aislada al sector
Guachimontones, por así nombrarlo, su recinto principal y el
juego de pelota se localizan en la parte Oeste según lo indica su
delimitación antes propuesta.
Juego de pelota I de Santa Quiteria/Rancho Nuevo (Mapa 3.2)72
Tipo Sitio Tipo “B” (Ohnersorgen y Varien, 2008-201); centros
provisionales (Smith, 2008b).
Estructura El juego de Santa Quiteria/Rancho Nuevo, es la cancha más
extensa reportada hasta el momento en los sitios de la tradición
(Weigand, 1993:190), su medida aproximada a lo largo es de
142m. de largo por 31m. de ancho, está compuesta por dos
cabezales y dos paramentos sobre los cuales, según el croquis
realizado por Weigand (Weigand, 1993:87-Fig.3.6), se observan
elevaciones que podrían representar a las pequeñas estructuras,
claramente se ven tres sobre el paramento Norte y dos sobre el
Sur.
Orientación La cancha está orientada Este-Oeste, con 12° de inclinación

72
Véase mapa actualizado al final de esta sección (Mapa A.1).

- 171 -
Anexo

Suroeste. Dicho de otra manera, la cancha presenta 258° de


azimut o está inclinado 102° en relación al Norte.
Otros No hay registro.
elementos
Lugares con Según los datos reportados por Weigand en 1993 sabemos que
los que se el recinto principal del sitio consiste en una plaza circular
asocia y la monumental del tipo 2 con un diámetro que oscila entre los
manera en 125m. y 132m., formada en este caso particular, por 8
que se estructuras rodeando un altar. Las estructuras miden
asocia aproximadamente de 17 a 23m. de ancho por 20 a 25m. de
ancho. En los alrededores de la plaza se localiza dos conjuntos
de estructuras cruciformes al Suroeste asociadas indirectamente.
También se observan dos al Este, una del tipo 3 asociada
directamente a la plaza y otra del tipo 4. En la misma dirección,
a unos 200m. de la plaza principal, se localiza otro complejo
circular del tipo 3, cabe la posibilidad de que la plaza haya
compartido estructuras con algún otro complejo tipo 4, sin
embargo, según el mapa reportado por Weigand no es clara la
existencia de estas estructuras.

Al Sur del círculo principal, a 100m debajo de una terraza, se


localiza propiamente la cancha del juego. Al Este, asociado
indirectamente, se localiza un conjunto del tipo 4 que comparte
una de sus estructuras con un complejo de unos
aproximadamente 70m. de diámetro, formado por 8 estructuras
y su altar central.

Actualmente, según el croquis presentado por el Proyecto “El


Paisaje Agavero y su Entorno Arqueológico en la zona del Volcán
de Tequila” se ve una disminución importante de estructuras,
esto se debe a la destrucción intensiva de sitios en la región. Sin
embargo, también se registró en la parte Sureste, en el

- 172 -
Anexo

periférico del conjunto, una estructura semi-rectangular no


reportada anteriormente (Mapa A.1).
Ubicación No hay registro
del juego
de pelota
con relación
al Sitio
Juego de pelota I de Ahualulco (Mapa 3.3)
Tipo Sitio Tipo “B” (Ohnersorgen y Varien, 2008:201); centros
provisionales (Smith, 2008b).
Estructura La cancha está formada por dos cabezales y dos estructuras,
mide 100m de largo por 30m. de ancho. Según los datos
reportados por Weigand no es posible saber si en sus
paramentos se desplanta a las tres estructuras.
Orientación La cancha está orientada Norte–Sur con una inclinación de 18° al
Este.
Otros Se tiene registro de una importante acumulación de bajareque;
elementos relleno de barro en las plataformas y de presencia de cerámica
Oconahua de color rojo sobre blanco en la superficie73.
Lugares con El juego de pelota se localiza al Sur del complejo principal que
los que se consiste en cuatro plazas circulares, en las que el juego se asocia
asocia y la directamente a la plaza monumental del tipo 2, compartiendo
manera en una estructura que funge como cabezal Norte a la cancha. Dicha
que se plaza, al Sur, se asocia con una plaza del tipo 3 formada por 8
asocia estructuras que rodean un altar, misma que se asocia
directamente, por medio de una estructura, con un círculo del
tipo 4 que se forma de 5 estructuras y un altar. Al Norte, cercana
al juego de pelota, se asocia indirectamente con otra plaza del
tipo 3.
Ubicación Según el mapa del sitio y su extensión propuesta por Weigand,

73
Weigand, Phil. Comunicación Personal. 2008.

- 173 -
Anexo

del juego el complejo principal y el juego de pelota se localizan en la parte


de pelota central, ligeramente cargados hacia el Este.
con relación
al Sitio
Juego de pelota I de Loma Alta (Mapa 3.4)
Tipo Sitio nivel “C” (Ohnersorgen y Varien, 2008:201-202); sub-
regionales (Smith, 2008b).
Estructura El juego de pelota I de Loma Alta mide a lo largo, de extremo a
extremo de los cabezales, 90m., mientras que a lo ancho, de
extremo a extremo de los paramentos, mide 23m; por tanto, el
área total del recinto es 2070m2, de los cuales la cancha,
propiamente donde se realiza la actividad del juego, sin tomar en
cuenta el área de las estructuras mide aproximadamente
960m2.

El cabezal Sur, única estructura explorada, presenta una


dimensión de 12 x 16m., en ella encontramos la presencia de
dos banquetas, una en el muro Este y la otra en el muro Sur. Los
aparejos de los muros se presentan igual que en la mayoría de
las estructuras exploradas en los sitios de Loma Alta y
Guachimontones; formados por roca basáltica careada, en
algunos casos naturalmente y en otros hechos artificialmente. La
altura de los muros encontrados, aún apilados, oscila entre 50 y
60cm., lo cual no quiere decir que fuera el alto total de los muros
de la estructura ya que faltaría agregar el derrumbe. El relleno
que se pudo identificar, tanto al interior de la estructura como en
los derrumbes, es también de roca basáltica de menor tamaño.
En el derrumbe interior encontramos una cantidad importante de
restos de bajareque que indican la existencia de una estructura
de material perecedero sobre la plataforma. No se encontraron
cimientos de posibles cuartos o divisiones de piedra.

- 174 -
Anexo

Las dimensiones del cabezal Norte, no excavado, son de 13m de


ancho X 8m de largo, cabe señalar que estos datos son
aproximados debido a que no se conocen los desplantes
originales de los muros.

Por su parte, los paramentos, vistos también a nivel de


superficie, presentan a lo largo un total de 64m. X 7.6m. de
ancho aproximadamente. En cada uno se observa la elevación de
tres posibles estructuras, una en cada extremo y otra en la parte
media.

En lo que respecta a la superficie de la cancha, es de tierra


apisonada, que no presenta evidencia de un tratamiento en
particular.
Orientación La cancha se encuentra orientada Norte-Sur con una desviación
de 32° hacia el Oeste. Es decir presenta un azimut de 328°
Otros Gracias a la excavación, se registró un pozo hecho de arcilla
elementos quemada que contenía partes de hueso de mandíbula humana y
extremidades inferiores74; siendo los únicos materiales
depositados en su interior. El pozo se ubica al pie del muro Oeste
del cabezal. Las dimensiones que alcanza la arcilla quemada
sobre la superficie son de 88X64cm (Figura 3.4). de los cuales la
cavidad del pozo abarca 33X32cm., mismo que presenta una
profundidad de 24cm75 (Figura 3.5).
Lugares con La cancha se localiza en el recinto principal, asociado
los que se directamente por medio de una estructura del Círculo A del tipo
asocia y la 2 que funge como cabezal Sur. Hacia el Oeste y Este de la
manera en cancha, asociados indirectamente, se ubican dos conjuntos de

74
Weigand, Phil, Rodrigo Esparza e Ismael Nuño Arana. “Informe Óseo No. 1: Ofrenda mortuoria de
huesos aislados” en Proyecto de Análisis Integral de los Restos Óseos de la Zona Arqueológica de
Guachimontones en Teuchitlán. Colegio de Michoacán, A.C., Universidad de Guadalajara: Centro de
Investigación Genética Molecular, Centro Universitario de la Ciénega Ocotlán, Jal. Proyecto en Curso.
75
Blanco Ericka. “Informe de Excavación del Juego de Pelota 1 de Loma Alta” en Informe Técnico del
Proyecto Arqueológico Loma Alta (Temporada 2007- 2008). Rodrigo Esparza,L. (Director). El Colegio
de Michoacán A.C. En elaboración.

- 175 -
Anexo

que se residencias cruciformes del tipo 4, uno de cada lado. Al Sur de la


asocia plaza principal, se adosa un conjunto cruciforme del tipo 2, en el
cual se adosó una pequeña estructura al Sureste76. Más al Sur,
aproximadamente a 200m. de la cancha se localiza un conjunto
cruciforme del tipo 3.
Ubicación El juego de pelota, junto con el recinto principal al que se asocia,
del juego se localiza al Sureste del sitio. Nuevamente hay que recordar,
de pelota como se explicó anteriormente, que está ubicación es en relación
con relación a la unión de los alcances de los antes considerados como dos
al Sitio sitios diferentes; Loma Alta y Guachimontones, cuyos recintos
principales sólo están separados por menos de 1km. Gracias a
los recorridos de superficie realizados en la investigación de
Smith (Smith, 2007: Mapa “Guachimonton”) se propone que
ambos pudieron haber representado un único asentamiento
(Smith, 2008b), debido a que entre ambos recintos se encuentra
una cantidad importante de unidades domésticas, así como
algunos recintos menores.
Juego de pelota I de El Saucillo (Mapa 3.5)
Tipo Sitio nivel “C” (Ohnersorgen y Varien, 2008:201-202); sub-
regionales (Smith, 2008b).
Estructura La conjugación de las cuatro estructuras y el área del campo de
juego cubren un área total de 2369m2, es decir, 103m. de largo
X 23m. de ancho. A nivel de superficie se observa la presencia
de banquetas en uno de sus cabezales, y la existencia de
posibles estructuras en los paramentos.
Orientación Presenta una orientación Norte-Sur con un 5° e inclinación hacia
el Oeste. Por lo tanto su azimut en de 355°.
Otros No se tienen referencias
elementos

76
Smith, Sean M. “Informe de Excavación del recinto principal de Loma Alta” en Informe Técnico del
Proyecto Arqueológico Loma Alta (Temporada 2007- 2008). Rodrigo Esparza,L. (Director). El Colegio
de Michoacán A.C. En elaboración.

- 176 -
Anexo

Lugares con La cancha se encuentra adosada al Sur, por medio de una


los que se estructura, a una plaza circular del tipo 2 formada por nueve
asocia y la estructuras rectangulares, un altar central de 38m. de diámetro
manera en y un patio, conjunto que suma 104m. de diámetro aprox. Al Este
que se del círculo, asociadas indirectamente a la cancha, se ubican dos
asocia conjuntos cruciformes de tipo 4. Mientras que al Sur, a
aproximadamente 50m. hay otro conjunto cruciforme tipo 3, con
estructuras de aprox. 16-17m. por 13 de ancho.
Ubicación La cancha se ubica en la parte Norte de recinto, sin embargo no
del juego se conoce la ubicación de todo el complejo con respecto al resto
de pelota del sitio.
con relación
al Sitio
Juego de pelota I del sitio de Navajas (Mapa 3.6)
Tipo Sitio nivel “C” (Ohnersorgen y Varien, 2008:201-202); sub-
regionales (Smith, 2008b).
Estructura La cancha se orienta Norte-Sur con una inclinación de 10° aprox.
hacia el Este.
Orientación Presenta una orientación Norte-Sur con 5° de inclinación hacia
el Oeste. Por lo tanto su azimut en de 355°.
Otros No se tienen referencias
elementos
Lugares con La cancha se asocia al complejo denominado juego de pelota,
los que se Grupo B (Beekman, 2005a-Fig.3; 2005b:87-Fig.8), formado por
asocia y la una plaza circular del tipo 4, dos conjuntos cruciformes y otras
manera en estructuras. El primero es el denominado círculo 3, tiene cinco
que se estructuras visibles rodeando un altar circular. Al Este del juego
asocia de pelota, adosado al paramento Este, está un conjunto de tres
estructuras que posiblemente representa un de las unidades
habitacionales. Al Sur, inmediatamente después, se localiza la
segunda, formada a su vez por cuatro estructuras rectangulares.
Ubicación El Grupo B se localiza en la parte Suroeste de los límites del

- 177 -
Anexo

del juego sitio, aproximadamente a 400m. de la plaza principal (Grupo 21)


de pelota (Beekman, 2005a-Fig.3; 2005b:87-Fig.8).
con relación
al Sitio
Juego de Pelota de Santa Quiteria/Mesa Alta (Mapa 3.7) 77
Tipo Sitio nivel “C” (Ohnersorgen y Varien, 2008:201-202); sub-
regionales (Smith, 2008b).
Estructura De largo mide 94m. por 24m. de ancho, al igual que las demás
está formada por dos cabezales y dos paramentos. Según el
mapa realizado por Weigand, el extremo Sur y Norte de la
cancha podrían estar cerrados. Sobre sus paramentos se pueden
observar las elevaciones de las estructuras que se edifican sobre
ellos.
Orientación El juego está orientado Norte-Sur con una inclinación entre los
10º y 11° hacia el Oeste.
Otros Como el recinto no ha sido excavado, sólo se tiene registro,
elementos desgraciadamente por un pozo de saqueo, de la destrucción de
un pozo de arcilla ubicado en la esquina Suroeste del cabezal
Oeste. Su contenido, según dicen los informantes, consistía en
fragmentos pequeños de restos óseos y varios molares78.
Desgraciadamente la información no está completa y hace falta
comprobar con la excavación algún resto intacto que sustente tal
hallazgo.
Lugares con La cancha se localiza dentro del recinto principal, formado por
los que se dos círculos, el A y el B, la cancha del juego y un conjunto
asocia y la cruciforme posiblemente habitacional, todos adosados entre sí. El
manera en juego, por ejemplo, se asocia directamente con el círculo B por
que se medio de una estructura que le sirve a la cancha de cabezal
asocia Norte, el círculo es el tipo 3 (Smith, 2008b), hacia el Noreste de
éste, se asocia con el playa mayor, el círculo A, también del

77
Véase mapa actualizado al final de esta sección (Mapa A.2).
78
Weigand, Phil. Comunicación Personal. 2008

- 178 -
Anexo

mismo tipo. El conjunto cruciforme representa al tipo 2, ya que


está asociado directamente al círculo mayor (Smith, 2008b), las
medidas de las plataformas oscilan entre los 13-15m. por 13m.
de ancho.

Gracias a los últimos trabajos (Heredia Espinoza, 2008) sabemos


que existen otros conjuntos asociados indirectamente a la
cancha y a las plazas (Mapa A.2), como por ejemplo los
nombrados conjuntos arquitectónicos 5, 6 y 7 ubicados al
Sureste, de los cuales el conjunto 7 posiblemente represente un
conjunto residencial con un pequeño altar, como en el caso de la
Joyita “A” y “B” del sitio de Guachimontones (Herrejón 2008a,
2008b). Más al Sur se observó un círculo formado por 8
estructuras. Al Norte del círculo denominado “A” por Weigand o
“conjunto arquitectónico 10” (Heredia, 2008), se observa
asociado de manera indirecta un círculo del tipo 4. llamado
“conjunto arquitectónico 12” mientras que al Oeste se presenta
un complejo de terrazas con algunas estructuras rectangulares,
de las que destaca el conjunto 11 posiblemente del tipo 3. Cerca
del conjunto en la mesa alta de un cerro, también se registraron
tres residencias cruciformes también del tipo 3, junto con una
estructura rectangular.
Ubicación No hay registro.
del juego
de pelota
con relación
al Sitio
Juego de pelota del sitio Arroyo de los Lobos (Mapa 3.8)
Tipo Sitio nivel “C” (Ohnersorgen y Varien, 2008:201-202); sub-
regionales (Smith, 2008b).
Estructura Sus medidas oscilan entre los 82m. de largo con 23m. de ancho,
las medidas de sus estructuras son: el cabezal Norte 13X11m.,

- 179 -
Anexo

el Sur cabezal Sur 15X12m., el paramento Este 51m. de largo


por 9m. y el Oeste 50m. de largo, ambos se encuentran
deteriorados (Weigand, 1993:182-Fig. 7.6). A nivel de superficie
no fue posible determinar la existencia de las tres estructuras
sobre sus paramentos.
Orientación Las cuatro estructuras que conforman la cancha del juego se
encuentran orientadas de Norte a Sur con una inclinación de 23°
al Oeste.
Otros No se tienen registrados hasta la fecha
elementos
Lugares con La cancha comparte el cabezal Norte con el círculo B, del tipo 3.
los que se Al Oeste de las estructuras del juego se encuentra un complejo
asocia y la formado por 7 plataformas, una de ellas ubicada en el centro, no
manera en se puede determinar si se trata de un conjunto circular debido a
que se su irregularidad en comparación de todos los descritos
asocia anteriormente.
Ubicación No se tiene registro de la delimitación del sitio, sin embargo,
del juego dentro del complejo de estructuras registradas, el juego de
de pelota pelota representa la parte media.
con relación
al Sitio
Cancha de Huitzilapa (Mapa 3.9)
Tipo Sitio nivel “D”, Sin embargo, por la existencia de la tumba de
tiro, finalmente se consideró “C” (Ohnersorgen y Varien,
2008:201-202); sub-regionales (Smith, 2008b).
Estructura En Huitzilapa las medidas sobrepasan las propuestas de Weigand
que definen tipológicamente a los juegos de pelota de los sitios
de la tradición, debido a que presenta de largo 70m. por 18m. de
ancho.
Orientación La cancha se ubica Norte - Sur con una ligera inclinación de 15°
al Oeste.
Otros No se tiene registro de sacrificios directamente en la cancha, sin

- 180 -
Anexo

elementos embargo, gracias a los trabajos de salvamento realizados por


López Mestas y Ramos (1996) se exploró una tumba de tiro
ubicada en la estructura Sur de un conjunto cruciforme del tipo
4, de los más grandes registrados en el sitio con un altar central,
denominado “Plaza Oeste” F-4 (López Mestas, et. al., 1996:167-
168) a 222m. (aproximadamente) en línea recta al juego de
pelota.

La tumba presenta un importante tratamiento mortuorio, que


incluye la construcción del recinto, preparación de los individuos
depositados y elaboración y acomodo de sus ofrendas que nos
sugiere la complejidad y veneración de los personajes (Ibid:
169), la tumba consiste en un tiro de 7.6m. de profundidad que
conduce a dos cámaras moratorias, cada cámara contenía a tres
individuos, de entre las que destaca por sus ricas ofrendas la
cámara Norte en donde se encontró al único individuo depositado
al momento de su muerte y fue considerado como el personaje
principal debido a la gran cantidad y calidad de sus ofrendas
(Ibid: 168-169; López Mestas y Ramos, 2006:65), en las que se
incluye una figurilla hueca que representa a un jugador de
pelota, ya que sostiene en una de sus extremidades superiores
un objeto esférico (López Mestas y Ramos, 2006:70-72), lo que
verifica la asociación del juego de pelota con los individuos de
alto status social y las prácticas rituales.
Lugares con Dentro del complejo al que se asocia la cancha, encontramos
los que se siete unidades residenciales cruciformes, dos rodeando una
asocia y la estructura cuadrada y uno, del tipo 2, está adosada a una plaza
manera en circular, denominada “Círculo A” (López Mestas y Ramos,
que se 1998:163-Fig.4) del tipo 3. Entre estos complejos hay una
asocia cantidad importante de estructuras rectangulares y circulares de
diversos tamaños diversos. De manera indirecta, la cancha se
asocia a la tumba de tiro, antes descrita, la cual se localiza en

- 181 -
Anexo

línea recta a 222m. aprox.


Ubicación Según la delimitación realizada por López Mestas y Ramos
del juego (1996) la cancha se localiza en la parte Sureste del sitio a
de pelota aproximadamente 136m. de la plaza circular A.
con relación
al Sitio
Juego de pelota de Cortacena (Mapa 3.10)
Tipo Sitio tipo “D” (Ohnersorgen y Varien, 2008:201-202), también
denominados como “Asentamientos Pequeños” (Smith, 2008b).
Estructura La cancha de Cortacena mide de largo 74m. mientras que el
ancho presenta una extensión de 23m. Las estructuras laterales
oscilan entre los 45-48m. de largo por 8-9m. de ancho y sus
cabezales miden entre 13-10m. por 8-9m.
Orientación Presenta un azimut de 240°, es decir, está orientado Este a
Oeste con una inclinación de 30° hacia el Suroeste.
Otros No se tiene registrado
elementos
Lugares con Se encuentra asociado directamente con una de las estructuras
los que se de la plaza circular del tipo 3 que le sirve de cabezal Norte. De
asocia y la manera indirecta se registraron tres posibles estructuras difíciles
manera en de visualizar en superficie.
que se
asocia
Ubicación No se tiene registrada la delimitación del sitio.
del juego
de pelota
con relación
al Sitio
Juego de Arroyo de las Chivas (Mapa 3.11)
Tipo Sitio tipo “D” (Ohnersorgen y Varien, 2008:201-202), también
denominados como “Asentamientos Pequeños” (Smith, 2008b).
Estructura El mismo caso sucede con el sitio del Arroyo de las Chivas, el

- 182 -
Anexo

cual mide 72-74m. de ancho por 21m.


Orientación Está orientada Norte-Sur, con únicamente 2 grados de
inclinación hacia el Oeste.
Otros No se tienen registrados.
elementos
Lugares con Se encuentra asociado directamente por la estructura Sur con
los que se una plaza circular (Círculo A) del tipo 3 formada por 10
asocia y la estructuras rodeando un altar de 11m. de diámetro mientras que
manera en el diámetro del conjunto es de 75m. aproximadamente. De
que se manera indirecta hacia el Suroeste de la cancha, Oeste de la
asocia plaza, se localizan dos conjuntos cruciformes del tipo 4, unidades
habitacionales, la más grande presenta una plataforma en su
parte media.
Ubicación No hay registro.
del juego
de pelota
con relación
al Sitio
Juego de Pelota 2 de Loma Alta (Mapa 3.12)
Tipo Centro Habitacional (Smith, 2008b), no reportados por
Ohnersorgen y Varien (2008).
Estructura Las dimensiones de la cancha excavada son: a lo largo, de
extremo a extremo de los cabezales, mide 48m, mientras que a
lo ancho, de extremo a extremo de los paramentos, presenta un
total de 16m., así, el área total del recinto es 768m2, de los
cuales, la cancha o campo de juego, sin tomar en cuenta el área
de las estructuras, es de 84m2.

El paramento Este mide 2.1m. por 42m. de largo y presenta un


altura entre 20 y 30cm. de los muros encontrados aún apilados.
Los aparejos de los muros están igualmente formados por rocas
careadas naturalmente y escogidas por los constructores,

- 183 -
Anexo

adosados con un mortero de arcilla. No se tiene evidencia de


aplanados, y sin embargo, esto no nos permite asegurar que no
haya existido. Por medio de alineaciones de piedra sobre éste y
el paramento Oeste se pudo confirmar la presencia de
estructuras sobre ellos.

Sobre los cabezales sólo se pudo explorar el ubicado al Norte


debido al gran deterioro del Sur por causa de la siembra de
agave. La estructura mide 8X6m. y se encuentra sobre una
plataforma en donde se asientan también el resto de las
estructuras que conforman la unidad habitacional

En el recinto se reafirmo la presencia de banquetas y escalinatas


de acceso, específicamente en el cabezal Norte. La existencia de
alineamientos que cierran una parte de la I también fue
descubierta en el recinto, sin embargo, ahora se encontró en la
parte Noroeste, es decir, entre el cabezal Norte y el paramento
Oeste, se trata de un alineamiento sencillo de piedras basálticas,
con muy poca elevación.
Orientación La cancha presenta un azimut de 358°, es decir, está orientada
Norte-Sur con una inclinación de dos grados hacia el Oeste.
Otros No se registro ninguna presencia de huesos humanos
elementos
Lugares con La cancha está asociada directamente con un conjunto
los que se cruciforme del tipo 4, una unidad habitacional, compartiendo una
asocia y la estructura que le sirve como cabezal Norte. Las estructuras
manera en miden entre 3X4m. y 4X5m., en la parte central, el patio
que se presenta un área de aproximadamente 18m2. Rumbo al Oeste, a
asocia 130m. aprox. de distancia, asociadas indirectamente a la cancha
y a la unidad, se presentan dos unidades habitacionales del tipo
4 junto con un recinto circular, también del tipo 4.
Ubicación La unidad habitacional y la cancha se localizan en la parte

- 184 -
Anexo

del juego periférica al Noreste de Loma alta y Guachimontones, a 1.5km


de pelota aprox. de distancia en línea recta del recinto principal de Loma
con relación Alta y a unos 2.2Km del de Guachimontones.
al Sitio
Juego de Pelota 2 de Guachimontones (Mapa 3.13)
Tipo Centro Habitacional (Smith, 2008b), no reportados por
Ohnersorgen y Varien (2008).
Estructura La cancha está compuesta por cuatro estructuras, dos cabezales
y dos paramentos. De largo mide, de extremo a extremo de los
cabezales, 85-90m. de largo por 25m. de ancho, cada
paramento mide entre 52 y 58m. de largo por 7m. de ancho.
Aunque sus dimensiones son mayores a las que considera
Weigand en su clasificación como tipo dos, el resto de sus
características son las que le dan tal denominación debido a que
se encuentra aislado en la periferia del recinto principal de
Guachimontones.
Orientación La cancha está Norte Sur con una desviación hacia el Este de
14°.
Otros No se tienen registrados
elementos
Lugares con El juego se asocia indirectamente a un círculo menor (Círculo 6),
los que se del tipo 4, localizado a 70m. hacia el Noreste de la cancha
asocia y la aproximadamente; está formado por 8 estructuras rodeando una
manera en estructura rectangular que gracias a los análisis de deposición
que se estratigráfica y el material obtenido en excavación, se sabe que
asocia es tardía (Cach, 2007). Hacia el Sureste, a 80m. de distancia, se
localiza un conjunto cruciforme que posiblemente represente una
unidad habitacional. Así mismo al Norte, se encuentra el
conjunto de dos unidades habitacionales exploradas por
Herrejón, quien sugiere por la cercanía al centro principal y la
distribución del material, pudo haber representado una unidad
de élite (Herrejón, 2008a:69).

- 185 -
Anexo

Ubicación La cacha se localiza, según se comentaba, en la parte periférica


del juego Oeste del recinto principal, a aproximadamente 225m., en línea
de pelota recta, del juego de pelota 1 del recinto. Con relación al resto del
con relación sitio, la cancha representa la parte Suroeste.
al Sitio
Juego de pelota del Campanillo (Mapa 3.14)
Tipo Centro Habitacional (Smith, 2008b), no reportados por
Ohnersorgen y Varien (2008).
Estructura Mide de largo 56.61m. X 14m. de ancho, 792.6m2. Sus
paramentos miden 35m. de largo por 5m. de ancho, uno de sus
cabezales no pudo visualizarse adecuadamente en superficie,
debido a su posible destrucción. El cabezal definido mide 9X6m.
No se registraron a nivel de superficie las elevaciones que
reflejen a las estructuras en la superficie de los paramentos.
Orientación El juego presenta una inclinación de 75° al Este, es decir un
azimut de 285°
Otros No se tienen registrados
elementos
Lugares con Se asocia con un conjunto denominado círculo B, posiblemente
los que se del tipo 4, aunque también cabe la posibilidad de que represente
asocia y la a un conjunto cruciforme del tipo 4. El conjunto consiste en tres
manera en terrazas circulares, la más extensa de 55m. de diámetro aprox.
que se Sobre ellas se montan tres posible estructuras difícilmente
asocia visibles, las cuales se ubican: Norte, Oeste y Este, esta última
representa posiblemente el cabezal Oeste del juego. En medio de
las estructuras emerge una nueva terraza de menor tamaño (15-
14m. de diámetro).
Ubicación No se conoce.
del juego
de pelota
con relación
al Sitio

- 186 -
Anexo

Juego de pelota del Pipiole (Mapa 3.15)


Tipo Centro Habitacional (Smith, 2008b), no reportados por
Ohnersorgen y Varien (2008).
Estructura El juego de pelota presenta a lo largo 58m. de largo X 14m. de
ancho. Sobre sus paramentos es posible ver tres elevaciones que
sugieren la presencia de estructuras.
Orientación Presenta un azimut de 282°, así que podemos decir que está
orientado más bien Este-Oeste por presenta una inclinación de
12° hacia el Noreste con respecto al Oeste.
Otros No hay registro.
elementos
Lugares con No presenta asociaciones directamente con ninguna estructura,
los que se sin embargo podemos decir que indirectamente se asocia con un
asocia y la círculo menor del tipo 4 y una unidad habitacional del mismo
manera en tipo. La primera se localiza a 45m hacia el Suroeste de la
que se cancha, presenta un diámetro aproximado a los 42m., consta de
asocia 4 estructuras bien definidas más una posible; todas rodean un
pequeño altar de menos de 11m. de diámetro. La segunda se
localiza a 15m. de la cancha, al Sureste, y consta de tres
estructuras definidas sin tener el registro de la cuarta.
Ubicación No se tiene registro.
del juego
de pelota
con relación
al Sitio

- 187 -
Anexo

Mapa A.1 Croquis actual del sitio de Santa Quiteria/RanchoNuevo.


Dic. 2007. Heredia, 2008.

- 188 -
Anexo

Mapa A.2 Croquis actual del sitio de Santa Quiteria/Mesa


Alta. Dic. 2007. Heredia, 2008

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