Santo Tomás de Aquino y Su Filosofía
Santo Tomás de Aquino y Su Filosofía
Santo Tomás de Aquino y Su Filosofía
1. CONTEXTO HISTÓRICO
Mientras estudiaba en la universidad de Nápoles, quiso ingresar en los dominicos, una orden
recientemente creada que predicaba un estilo de vida mendicante e intelectual. Su familia no lo
aceptaba, de modo que fue encerrado en la torre del castillo durante un año para que cambiara de
opinión. Este tiempo lo invirtió para estudiar en profundidad a Aristóteles.
Al ver que continuaba en su empeño, lo dejaron marchar a estudiar a París, que en ese momento
era la universidad de teología más importante. Allí fue discípulo de Alberto Magno, también
dominico, con aprendió en profundidad la filosofía aristotélica. Obtuvo el doctorado en teología y
en 1256 fue nombrado catedrático en la universidad de París. Después de pasar casi una década
en Roma como consejero del papa, regresó a París, donde mantuvo numerosas disputas con los
averroístas hasta lograr la prohibición de sus doctrinas.
En 1272 volvió a Nápoles para fundar una nueva facultad de teología. Cuenta Fray Reginaldo, su
secretario y biógrafo, que el 6 de diciembre de 1273, mientras decía misa, tuvo una experiencia
mística, una revelación. Desde entonces, no volvió a escribir ni a dictar nada, y se hizo más
taciturno y silencioso de lo que ya acostumbraba.
En 1274 el papa lo invitó a participar en el concilio de Lyon, en el que se iba a intentar superar el
cisma que separaba a la Iglesia católica de la Iglesia ortodoxa griega. Al parar en la abadía
cisterciense de Fossanova, enfermó y murió, y allí fue enterrado inicialmente. Más tarde, sus
restos fueron trasladados a la catedral de Toulouse un 28 de enero, fecha en la que ahora se
celebra su festividad. Ahora, sus restos reposan en la iglesia de San Fermín de la misma ciudad, a
donde los llevaron durante la revolución francesa. Como sucede con otros santos, trozos de su
esqueleto se guardan como reliquias en otros lugares. Fue canonizado en 1323.
Contexto histórico. El siglo XIII es considerado como la etapa de máximo esplendor de la Edad
Media. La Edad Media fue un largo período de mil años (S. V-XIV) caracterizado por el
teocentrismo, ya que la religión impregnó por completo tanto la vida cotidiana como todas las
manifestaciones culturales (arquitectura, pintura y, por supuesto, también a la filosofía). En la
Edad Media se pueden distinguir, tres períodos:
- El feudalismo, sistema político que divide la sociedad en tres estamentos (nobleza, clero y
campesinado).
- Un retroceso económico debido a continuas guerras.
- Un retroceso cultural. Solo se conservaba algo de cultura y saber en los monasterios, donde se
pudo preservar parte del legado cultural de la antigüedad gracias a la labor de los monjes
copistas.
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La Baja Edad Media. (siglos XI-XIV). A partir del siglo XI se produce una reactivación económica
y cultural que alcanza su máximo esplendor en el siglo XIII (en el que vive Santo Tomás). Dicho
renacimiento va a determinar el fin de la sociedad feudal y el comienzo de la edad Moderna.
- En el aspecto social, el hecho más destacado es el desarrollo de las ciudades. Con la mejora de
las técnicas agrícolas, aumenta la producción de alimentos y crece la demografía. Los
excedentes de producción impulsan el comercio; los excedentes de personal del campo
impulsan la emigración hacia las ciudades y allí se convierten en artesanos y comerciantes,
surgiendo una nueva clase social que acabará protagonizando la edad Moderna: la burguesía.
Aparece la banca y el dinero va adquiriendo cada vez más importancia, en perjuicio de la
nobleza que basaba su poder en la posesión de la tierra y las armas.
- En el seno de la Iglesia se produce una renovación con la creación de las órdenes mendicantes,
que surgen como rechazo a la opulencia, el exceso de poder y la corrupción de la Iglesia. Estas
órdenes seguían estrictamente el mensaje de Jesús llevando una vida de pobreza y dedicándose
a la enseñanza de las doctrinas cristianas. Las dos más importantes fueron los franciscanos y los
dominicos, y tuvieron gran influencia al convertirse en los más famosos maestros del siglo XIII,
ocupando las principales cátedras de las universidades. Tomás de Aquino, dominico, es uno de
ellos.
- En el ámbito artístico, el arte románico da paso al gótico, cuya manifestación más importante
es la construcción de grandes catedrales que reflejan el poder y el esplendor del cristianismo. El
desarrollo económico y demográfico provocó la necesidad de construir iglesias más grandes
capaces de albergar a más fieles. Los constructores de las catedrales góticas quisieron que
predominara la verticalidad y la luminosidad, abandonando la rigidez del arte románico. Las
agujas de las catedrales parecen querer elevarse hasta el cielo y sus vidrieras policromadas son
como estallidos de luz multicolor.
La crisis de la Edad Media (siglo XIV). La expansión económica y cultural iniciada en el siglo XI,
se paraliza en el siglo XIV como consecuencia de:
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2. CONTEXTO FILOSÓFICO
En cuanto al contexto filosófico del siglo XIII, destacan dos temas: la consolidación de la Escolástica
y el redescubrimiento de la filosofía aristotélica.
- Etapa inicial en los siglos X-XII. Su máximo representante es San Anselmo, el primero que sintió
la necesidad de demostrar la existencia de Dios.
- Etapa de apogeo en el siglo XIII, representado por Tomás de Aquino y su maestro Alberto
Magno.
- Etapa de decadencia en el siglo XIV. Tras las críticas a la metafísica medieval de Duns Escoto y
Guillermo de Ockam comienza el declive de la Escolástica y se inicia la filosofía del
Renacimiento.
La recepción de las filosofías aristotélica, árabe y judía. En la Edad Media, todo el pensamiento
era de influencia platónica y las obras de Aristóteles y los filósofos árabes y judíos estaban
prohibidas. Esto cambia cuando gracias a la Escuela de Traductores de Toledo comenzaron a
conocerse las obras de Aristóteles, los árabes Averroes y Avicena y los judíos Maimónides y
Avicebrón.
Los autores árabes y judíos habían sido pioneros a la hora de armonizar la religión con la filosofía
aristotélica. Pero el verdadero impacto fue la recuperación del aristotelismo. Por primera vez en
muchos siglos, los escolásticos tuvieron la oportunidad de interpretar la realidad con unos
conceptos distintos a los de la tradición platónica. La Iglesia, sin embargo, veía con desconfianza el
pensamiento de Aristóteles porque incluía algunas afirmaciones difíciles de encajar con las
verdades de la fe cristiana. Esto explica el empeño que los escolásticos dedicaron a reconciliar la
filosofía de Aristóteles con el cristianismo. En este contexto, el pensamiento de Santo Tomás
supuso la incorporación del aristotelismo a la doctrina cristiana, llegando a convertirse en la
filosofía oficial de la Iglesia Católica.
3. OBRAS
Las dos obras fundamentales de Santo Tomás son Suma contra gentiles, un libro escrito con la
intención de convertir a judíos y musulmanes, y la Suma teológica, su obra más importante, que
comenzó a escribir en 1265 y dejó inacabada.
Las sumas son el género literario más característico de la Escolástica. Una suma era una “catedral
de ideas”, es decir, una gran recopilación de todo el conocimiento disponible sobre un
determinado tema. Las sumas más importantes eran de derecho o teología y servían de libro de
texto en las facultades. Se corresponde con lo que hoy llamamos enciclopedia.
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En total, Santo Tomás escribió cerca de 800 obras pertenecientes a los géneros literarios
habituales en la época para las obras de filosofía y teología. Estos géneros son: comentarios (a las
obras de Aristóteles, de Boecio, de Pedro Lombardo, etc.), cuestiones disputadas (escritos
polémicos, gran parte de ellos dirigidos contra los averroístas), opúsculos (textos muy breves sobre
temas concretos) y sumas.
El tema más importante de la Escolástica fue la relación entre la razón y la fe, o lo que es lo mismo,
entre la filosofía y la teología. ¿Qué debemos hacer cuando los razonamientos de la filosofía no
coinciden con las verdades de la religión?
En los primeros siglos, la corriente dominante es el fideísmo, postura defendida por los Padres
de la Iglesia, también llamados apologetas de la fe, siendo el más importante Tertuliano en el S. III.
Para el fideísmo, la relación entre fe y razón es de oposición. En todo lo relacionado con la
religión, la razón debe subordinarse a la fe, incluso cuando las verdades de la teología parezcan
absurdas a la luz de la filosofía. La filosofía no solo es innecesaria, sino que resulta peligrosa
porque puede llegar a conclusiones contrarias a la fe. Este pensamiento se condensa en la famosa
frase de Tertuliano “Lo creo porque es absurdo”, que pone de relieve que la fe consiste
precisamente en creer cosas que parecen increíbles, es decir, cosas que son absurdas (como la
resurrección de Cristo), y que el ser absurdas es justa y precisamente la “razón” para creerlas.
Más adelante surge el iluminismo, postura iniciada por San Agustín en el siglo IV, que también
mantiene una relación de oposición entre fe y razón. La fe ilumina a la razón cuando esta, que es
limitada, no puede comprender por sí sola las cuestiones divinas, por ejemplo, la existencia de
Dios. El lema de los iluministas es la frase de San Agustín “Creo para comprender”, que pone de
relieve la subordinación de la razón a la fe.
En el siglo XII, Averroes, filósofo musulmán que es considerado el más importante comentarista
de Aristóteles, defiende que la relación entre fe y razón es de separación, pues considera que son
dos vías de conocimiento autónomas. El averroísmo mantuvo tres tesis que provocaron gran
polémica por ser radicalmente contrarias al cristianismo: la eternidad del mundo, la mortalidad
de alma y la teoría de la doble verdad, que sostiene que existen dos tipos de verdad: de fe y de
razón. La verdad teológica y la filosófica no tiene por qué coincidir necesariamente, e incluso
pueden ser contradictorias. Por ejemplo, acerca de un mismo asunto, si el alma es mortal o
inmortal, la filosofía y la teología pueden llegar a conclusiones diferentes, y ambas, aunque
contrarias, son verdaderas, porque se trata de ciencias independientes.
Santo Tomás rechazó la teoría averroísta de la doble verdad. Su posición en el tema fe y razón
es de separación y colaboración. La teología y la filosofía son ciencias autónomas, pero no pueden
llegar a conclusiones contradictorias porque solo existe una verdad: el dogma cristiano. Ahora
bien, dentro del cristianismo hay dos tipos de verdades de fe:
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- Los artículos de fe, son verdades que solo pueden ser conocidas por la fe. También se
denominan “misterios” y son, por ejemplo: la trinidad (Dios es uno y tres a la vez), la
encarnación (Dios se convierte en hombre encarnándose en el hijo de una mujer virgen) o la
resurrección de Jesús. Estos contenidos son los que trata la teología dogmática.
- Los preámbulos de fe, son verdades que pueden ser conocidas por la fe y también
demostradas mediante la razón, tales como la existencia de Dios, la inmortalidad del alma o
que el mundo es creado (se puede creer, pero también se puede demostrar). Este tipo de
verdades constituyen el ámbito de la teología natural (teodicea), que es la parte de la filosofía
que se ocupa de cuestiones teológicas. Con los preámbulos de fe, Santo Tomás logra la
conciliación entre fe y razón: teología y filosofía son ciencias autónomas pero la filosofía
colabora con la teología, la ayuda haciendo comprensibles ciertas cuestiones de la fe.
ARTÍCULOS DE FE PREÁMBULOS DE FE
- Son verdades reveladas que no pueden - Son verdades reveladas que pueden ser comprendidas desde
comprenderse mediante la razón. la filosofía.
- Solo se pueden conocer por la fe - Pueden ser comprendidas por la razón
- Son asunto de la teología dogmática ó TEOLOGÍA - Son asunto de teología natural ó teodicea o FILOSOFÍA
6. METAFÍSICA
Santo Tomás asume toda la metafísica aristotélica, pero añade una modificación que le permite
encajar el pensamiento de Aristóteles con la idea de creación: para Aristóteles el mundo es eterno
y todas las sustancias tiene la misma entidad, pero Santo Tomás es cristiano y cree en un Dios
creador de modo que, a diferencia de Aristóteles, necesita explicar la diferencia entre dos
sustancias que no pueden ser iguales: Dios y sus criaturas. Para resolver el problema de la
creación, utilizó la teoría de la esencia y existencia:
La distinción entre esencia y existencia ya había sido utilizada por dos teólogos anteriores: el
musulmán Avicena en el siglo X y el judío Maimónides en el siglo XII:
- La esencia es lo que un ser es, lo que lo define. Se identifica con la potencia aristotélica, ya que
es lo que puede llegar a existir.
- La existencia es aquello por lo que la esencia existe. Se identifica con el acto aristotélico, es la
actualización de la esencia. La esencia está en potencia con respecto a la existencia.
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Por ejemplo: Podemos conocer la esencia de un unicornio, pero no por eso existe. En la esencia de
un unicornio no está incluida su existencia. Hay que distinguir entre lo que un ser es -su esencia-, y
el hecho de que exista -su existencia-.
Partiendo de esta distinción, hay que distinguir dos tipos de seres: contingentes y necesarios:
- Los seres contingentes son los que existen, pero podrían no existir porque están compuestos
de esencia y existencia. Todos los seres de la creación son contingentes porque existen, pero
pueden no existir, de hecho, no pueden darse a sí mismos la existencia, sino que la reciben de
otros.
- Los seres necesarios son los que no pueden no existir, los que tiene la existencia por sí mismos.
Ahora bien, el único ser necesario es Dios, porque en él la esencia y la existencia coinciden, la
esencia de Dios consiste en existir. Así es como Tomás interpreta lo que se dice en el Éxodo,
cuando Dios se revela a Moisés con la frase “Yo soy el que soy”.
A partir de la distinción entre los seres contingentes y el ser necesario, Santo Tomás explica la
jerarquía de la creación: En la creación no todos los seres son iguales, sino que se encuentran
ordenados en una estructura jerárquica. En la cima se encuentra Dios, que es el único ser
necesario. Todos los demás seres de la creación son contingentes, pero no todos son iguales.
Primero se encuentran los ángeles, compuestos únicamente de forma, no tienen materia. En el
resto de seres materiales, el ser humano ocupa un lugar superior porque, aunque es un ser
material, posee un alma inmortal. Por debajo están los animales, las plantas y las cosas
inanimadas.
Diferencias entre la metafísica aristotélica y la tomista
7. LA EXISTENCIA DE DIOS
La evidencia
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Sin embargo, para adaptar la filosofía aristotélica al cristianismo, Santo Tomás distingue entre dos
tipos de evidencia:
Pues bien, para Santo Tomás si queremos demostrar racionalmente la existencia de Dios,
debemos utilizar demostraciones a posteriori porque, siguiendo el empirismo aristotélico, todo
conocimiento debe partir de la experiencia, esto es, de los efectos. Por tanto, aunque la existencia
de Dios no es evidente para nosotros, es, sin embargo, demostrable a partir de los efectos que sí
conocemos.
La distinción entre demostraciones a priori y a posteriori le sirve a Santo Tomás para rechazar el
argumento ontológico de San Anselmo.
San Anselmo fue el filósofo escolástico más importante del siglo XI porque fue el primero en hacer
una demostración racional de la existencia de Dios. Dicha demostración aparece en su obra
Proslogion y es conocida como el argumento ontológico. Este argumento fue muy controvertido y
obligó a posicionarse a favor o en contra a buena parte de los filósofos posteriores, tanto
medievales como modernos.
Según este argumento, cuando pensamos en Dios, todos, creyentes o no, lo definimos como el ser
más perfecto. Pues bien, dado que Dios tiene todas las perfecciones y la existencia es una
perfección, Dios tiene que existir, porque si no, cualquier otro ser, por el hecho de existir, sería
más perfecto que él.
El argumento ontológico ya fue criticado en el siglo XI por el monje francés Gaunilo, que utilizó el
mismo razonamiento para probar la existencia de la isla más paradisíaca y perfecta que podamos
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pensar, a la que llamó “Isla Perdida”. Según este argumento, si la podemos imaginar, entonces
tiene que existir, porque si no, cualquier otra isla, por el mero hecho de existir, sería más perfecta
que la imaginaria. San Anselmo respondió diciendo que su argumento solo podía aplicarse a Dios,
porque es el único de quien se puede imaginar la perfección absoluta.
La crítica de Santo Tomás al argumento de San Anselmo es más filosófica. El argumento es inválido
porque se trata de una demostración a priori que demuestra la existencia de Dios partiendo de la
definición de Dios: concebir a Dios como lo más perfecto, no implica que exista. En otras palabras,
no es una demostración correcta porque confunde el plano mental (lógico) con el plano de la
realidad (ontológico).
En el Artículo 3º, Santo Tomás ofrece cinco pruebas de la existencia de Dios, denominadas vías.
Las vías son demostraciones a posteriori, es decir, son argumentos que parten de observaciones
empíricas de los fenómenos cotidianos. O lo que es lo mismo, son argumentos que parten del
efecto para llegar a la causa. Para eludir conflictos con la Iglesia, evitó llamarlas demostraciones,
afirmando que no se trata de de razonamientos matemáticos (solo válidos para los asuntos
mundanos), sino que son caminos, vías que prueban que es muy lógico pensar que Dios existe.
Todas las vías tienen la misma estructura lógica (premisas y conclusión) en cuanto que son
demostraciones:
o 1ª. Vía del movimiento. Santo Tomás dice que es la más clara de todas. Procede de Aristóteles.
a) Los sentidos nos muestran que en el mundo hay movimiento, las cosas cambian.
b) Todo lo que se mueve es movido por otro. Nada se mueve a sí mismo.
c) Es absurdo pensar en una cadena infinita de motores, puesto que nada habría empezado a
moverse.
d) Es necesario admitir la existencia de un primer motor no movido por nadie que inicie el
movimiento. Ese primer motor inmóvil es Dios.
o 3ª. Vía de la contingencia. Ya había sido utilizada por Avicena y por Maimónides.
a) Observamos que los seres del mundo son contingentes, pues pueden existir o no existir.
b) Cada ser contingente recibe la existencia, a su vez, de otro ser. Nada se da a sí mismo la
existencia.
c) Es imposible que todos los seres sean contingentes infinitamente.
d) Es necesario admitir la existencia de un ser necesario, que existe desde siempre y ha dado
la existencia a los demás seres. Ese ser necesario es Dios.
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o 4ª. Vía de los grados de perfección. Esta vía es platónica y se apoya en la teoría de la
participación.
a) Observamos que en el mundo existen seres más o menos perfectos, es decir, con distintos
grados de perfección.
b) Este más o menos se entiende por referencia a una perfección mayor.
c) La cadena de aproximación a lo perfecto no puede ser infinita.
d) Hay que admitir la existencia de un ser sumamente perfecto de cuya perfección participan
en distintos grados todos los seres. Ese ser perfecto es Dios.
o 5ª. Vía del finalismo. Esta vía parte de la causa final aristotélica, por eso se llama también vía
teleológica. También se inspira en el Nous de Anaxágoras y en el Demiurgo platónico.
a) Observamos que en el mundo todos los seres, incluso las cosas materiales están dirigidos a
un fin; por ejemplo, la araña emplea la tela para cazar, la lluvia alimenta plantas y animales,
el agua sigue el camino más corto, el electrón es atraído por el protón…
b) Las cosas materiales –que no tienen inteligencia– no pueden tender hacia un fin a menos
que sean dirigidas por alguien inteligente. Todo es el resultado de un plan.
c) No puede haber una cadena infinita de inteligencias.
d) Tiene que existir una mente superior divina. Esa inteligencia ordenadora es Dios.
1ª 2ª 3ª 4ª 5ª
SOBRE LA Por el movimiento Por las causas Por la contingencia Por los grados de Por el orden del
EXISTENCIA DE eficientes de los seres perfección de los universo
DIOS Prueba cosmológica seres Prueba teleológica
La serie de aproximación
La serie de seres que
a lo perfecto no puede
ponen regularidad y
La serie de causas ser infinita, pues
Imposibilidad de La serie de motores no orden en los
eficientes no puede La serie de seres entonces no habría
retroceder en la puede ser infinita, porque movimientos naturales
retroceder contingentes no puede término alguno de
si lo fuera nada habría de otros no puede ser
serie causal hasta infinitamente, porque ser infinita pues comparación
comenzado jamás a infinita, pues de lo
el infinito entonces nunca habría entonces nada habría para juzgar como lo
moverse en algún contrario nada habría
comenzado a causarse llegado a existir hacemos sobre el más o
momento comenzado en algún
algo el menos de perfección
momento a estar
de los seres en algún
ordenado
aspecto
DIOS EXISTE
CONCLUSIÓN (PRIMER MOTOR INMÓVIL, CAUSA PRIMERA, SER NECESARIO, SER PERFECTÍSIMO E INTELIGENCIA ORDENADORA)
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La esencia de Dios
Una vez demostrada la existencia de Dios, Santo Tomás se ocupa de indagar qué es Dios, cuál es su
esencia. Debido a la limitación de la inteligencia humana, solo podemos alcanzar un conocimiento
indirecto de la esencia divina. Solo podemos intentar conocerlo por analogía, comparándolo con
otros seres de nuestro entorno que nos permitan hacernos una idea de a qué puede perecerse
Dios.
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