Ud3 Fundamentos Cientificos Prof Psicologia

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Máster en Psicología General Sanitaria

Fundamentos Científicos y Profesionales de la Psicología Sanitaria

Unidad didáctica 3. Ética y deontología en el ejercicio profesional de la


psicología general sanitaria
UD 3. Ética y deontología en el ejercicio profesional de la psicología general sanitaria .............. 3

3.1. Bioética y psicoética ............................................................................................... 5

3.1.1. Bioética y psicoética: principios éticos generales ................................................... 6

3.1.2. Bioética y psicoética: psicoética .......................................................................... 7

3.2. Deontología en el ejercicio profesional del psicólogo general sanitario ......................... 10

3.2.1. Principios Éticos de los Psicólogos y Código de Conducta: principios generales ........ 11

Principios Éticos de los Psicólogos y Código de Conducta: estándares éticos .................. 12

Principios Éticos de los Psicólogos y Código de Conducta: ejemplos .............................. 15

3.2.2. Metacódigo de la Federación Europea de Asociaciones de Psicólogos ..................... 16

3.2.3. Código Deontológico del Psicólogo ..................................................................... 17

3.3. La consulta en psicología sanitaria .......................................................................... 20

Plan de negocio ........................................................................................................ 20

Trámites administrativos y legales .............................................................................. 22

3.4. La terapia online o atención telepsicológica ............................................................. 24

La terapia online o atención telepsicológica (II) .............................................................. 26

Resumen ...................................................................................................................... 28

Mapa de contenidos ....................................................................................................... 29

Recursos bibliográficos ................................................................................................... 30

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UD 3. Ética y deontología en el ejercicio profesional de la
psicología general sanitaria

Toda sociedad está inmersa en reglas morales que rigen la adecuación o no de sus actuaciones.
La moral es el compendio de principios, valores y criterios que van a guiar la conducta de una
persona y que la hacen actuar de manera socialmente correcta ante una determinada situación.
Asimismo, la ética deriva del razonamiento crítico y reflexivo de esas reglas morales y guía al
individuo para designar su propio sistema de valores.

Ejemplo:

¿Qué harías en estas situaciones?

1. Eres testigo del robo de un banco. Sin embargo, también has visto cómo el ladrón
entrega todo el dinero a un centro de protección de menores para ayudar en la
reforma y sustento de este. En esta situación hay dos opciones: puedes denunciar el
robo y decir dónde está el dinero, pero, si lo haces, sabes que este será devuelto al
banco y no servirá para el cuidado de los niños. Por otro lado, podrías no denunciar,
pero entonces serías cómplice de un delito y el ladrón quedaría impune.
2. Es el año 1856 y has llegado a un pueblo de China. Al entrar en su plaza, van a
ejecutar a cuatro hombres, los cuales son inocentes del delito del que se les acusa.
Al verte, asombrados, dicen que, para celebrar tu visita, van a liberar a tres de ellos,
pero solo si eres tú el que matas al cuarto. Si no aceptas la oferta, matarán a los
cuatro, pero, si lo haces, tú tendrás que matar a uno.

Tu elección estará marcada por las normas morales y éticas que rijan tu comportamiento.
Seguramente, habrá discrepancias si lo comentas con amigos, familiares, etc. Aunque todos
estamos guiados por una moral general, cada uno presenta sus diferencias a la hora de
interpretar una situación, de ver qué actuación sería o no la correcta.

Del mismo modo que cada sociedad está dirigida por su moral y ética, la mayoría de las
profesiones se rigen por códigos éticos y deontológicos de obligado cumplimiento por los
profesionales que están en ejercicio activo. Estos definen, a nivel global y consensuado, cuál es
la actuación profesional adecuada en cada caso para evitar «juicios de valor» diferentes según el
profesional que esté inmerso en ellos o según quién los interprete (como sucede en los ejemplos
anteriormente expuestos).

En el día a día profesional, se pueden dar situaciones como las siguientes:

• Un terapeuta se plantea la necesidad de derivar a un paciente que, tras dos meses de


tratamiento, no ha mejorado su problema. ¿Esto es éticamente correcto? ¿Quién nos dice
lo que es o no adecuado? ¿Qué consecuencias tendría la derivación o no?
• Ana es terapeuta en un centro psicológico. Hace seis meses que finalizó la intervención
con Mario. Desde hace un par de meses se lo ha encontrado varias veces en algunos
lugares, como centros comerciales, el gimnasio, etc., ya que este se ha mudado a vivir a
su barrio. Ana se plantea: «Si una pesona ha sido tu paciente, ¿es éticamente correcto
iniciar una relación sentimental con él/ella después de haber finalizado el tratamiento?».
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¿Cuál sería la actuación correcta en cada caso? ¿Qué marca lo adecuado o no de la actuación?
¿En qué nos basamos para decir qué sería lo correcto? ¿Qué consecuencias tendría el hecho de
no actuar de manera profesionalmente conveniente?

Todas estas cuestiones vamos a tratarlas en esta unidad. Si bien en la Unidad didáctica 1
abordamos la legislación que marca la legalidad de la actuación profesional, es decir, hablamos
de la responsabilidad legal, en la presente unidad nos adentraremos en los detalles ético-morales
de esta, analizando los principios bioéticos y psicoéticos de la profesión, así como las diferentes
normativas deontológicas que la rigen, profundizando en la responsabilidad ética.

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3.1. Bioética y psicoética

A lo largo de la historia se han ido modificando las reglas morales que han guiado a la sociedad,
lo que ha dado lugar al surgimiento de la bioética. En primer lugar, la investigación en salud ha
evolucionado, produciéndose un gran auge de la experimentación animal y humana. Sin embargo,
a veces, estos estudios han rozado la fina línea que diferencia lo apropiado de lo inapropiado y,
en ocasiones, hasta inaceptable; todo ello tanto a nivel de uso de los seres vivos como de los
recursos naturales, aunque fuera con la intención de curar o mejorar la calidad de vida de las
personas.

A su vez, también se ha producido un cambio legal. A este nivel, el consultante ha pasado de ser
un mero espectador de las decisiones que otros (médicos, enfermeras, psicólogos, etc.) tomaban
sobre su salud a emanciparse y tener la autonomía para ser él quien decide sobre la misma,
teniendo que dar su consentimiento informado para todos los procesos (tal como se vio en la
Unidad didáctica 1).

Viaja

Se puede encontrar un ejemplo de dilema ético en salud en el siguiente trabajo:

«Fernanda y Rodrigo: el retrato de una realidad» (Beca y Razmilic, 2010).

En base a ello, se reflexionó, tanto a nivel científico como aplicado, sobre cuáles eran las
actuaciones profesionalmente éticas. Así, surgió la bioética como disciplina para el análisis y
defensa del comportamiento correcto en relación con la «manipulación» de la vida (Pérez, 2010).
A partir del surgimiento de esta es cuando también emerge el «principialismo secular», el
cual basa los principios éticos desde una perspectiva no religiosa, sino de toma de decisiones y
actuaciones morales tanto por parte del profesional sanitario como por parte de la persona que
presenta un problema de salud (Ocampo, 2013).

Ejemplo: un caso de bioética

Caso Baby Doe.

El 9 de abril de 1982 nació en Bloomington, Indiana, un niño con polipatología, ya que


padecía síndrome de Down, fístula traqueo-esofágica y atresia esofágica. Según su médico
de familia y su pediatra, una temprana operación daba un 90 % de posibilidades de éxito
para la supervivencia del menor. Sin embargo, el obstetra de referencia, Walter Owens,
minimizó este hecho cuando discutió el tema con los padres y enfatizó en su asesoría médica
los problemas del síndrome de Down.

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En base a ello, los padres decidieron no permitir la operación. Los administradores del
hospital y los pediatras no estuvieron de acuerdo e inmediatamente convocaron una reunión
de emergencia con un juez, John Baker. Owens, el obstetra, testificó en esta audiencia y
repitió la información que les facilitó a los padres: «Incluso si la cirugía fuese exitosa, la
posibilidad de una calidad de vida medianamente adecuada es inexistente debido al severo
e irreversible retardo mental del niño».

El padre de Baby Doe, quien era profesor de una escuela pública y ocasionalmente trabajó
de cerca con niños con síndrome de Down, también testificó; él estaba de acuerdo con Owens
y sentía que aquellos niños nunca lograban «una calidad de vida meramente aceptable».

Baker, el juez, determinó que los padres tenían el derecho de tomar la decisión con respecto
a tratar o no tratar al niño. El abogado del distrito intervino y apeló tal decisión a la Corte
del condado y, tras perder esta apelación, apeló a la Corte Suprema de Indiana. Ambas
apelaciones fallaron y cada una de ellas otorgó la jurisdicción a los padres. Sin embargo, el
abogado, incesante, apeló a la Corte Suprema federal de los Estados Unidos para una
intervención de emergencia, pero Baby Doe murió a los 6 días de edad, antes de llegar el
caso a Washington D. C.

Fuente: https://medicina.udd.cl/centro-bioetica/files/2010/10/baby.pdf (adaptación).

Como psicólogo, ¿cómo habrías actuado en este caso?

3.1.1. Bioética y psicoética: principios éticos generales

Figura 1. Principios éticos.

Dentro de los documentos más relevantes publicados a lo largo de la historia en materia de


bioética relacionada con la investigación y la práctica clínica en las profesiones sanitarias,
podemos encontrar el Código de Nuremberg (1947), la Declaración de Helsinki (1964), el
Informe Belmont (1978) o el libro de Beauchamp y Childress (1979). De manera genérica,
este último marca los cuatro principios que deben guiar a todo profesional de la salud para tomar
sus decisiones clínico-asistenciales. Estos son:

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Principio de beneficencia

Establece el deber de hacer el bien a la persona atendida, procurándole el mayor beneficio


posible, incluso por encima de los propios intereses particulares. De él parte la obligación de
suministrar un servicio de calidad al usuario atendido, respetando sus derechos e ideologías
y garantizando que recibirá el tratamiento adecuado sin una terapéutica excesiva.

Principio de no maleficencia

Este obliga al profesional a no hacer daño o causar sufrimiento al usuario nunca, evitando todo
riesgo que pudiera correr este en el curso del tratamiento. Este principio está relacionado con
la negligencia profesional, es decir, la acción involuntaria por la cual se causa un perjuicio a
la persona atendida.

Principio de autonomía

Marca el derecho a la autodeterminación del usuario, siendo libre de tomar las decisiones que
atañen a su vida, incluso teniendo la oportunidad de equivocarse. Así pues, el profesional
deberá respetar sus valores y opciones personales. De este principio parte el consentimiento
informado, dándole a la persona la potestad de aceptar o rechazar el tratamiento y de escoger
entre varios posibles que puedan ayudarlo.

Principio de justicia

Este decreta la obligación de brindar a cada persona la atención, consideración y oportunidades


que necesita, sin discriminar por sexo, nivel económico, raza, religión, etc. El principio está
relacionado con el derecho universal a la salud.

3.1.2. Bioética y psicoética: psicoética

Extrapolando estos principios al ejercicio de la psicología, dentro de la bioética podemos encontrar


la psicoética como una aplicación de la ética a la ciencia psicológica. Esta es «el intento
sistemático de clarificar los dilemas éticos que se presentan a la práctica del psicólogo y del
psiquiatra, y la ilustración de cuáles deberían ser los parámetros de conducta adecuados para la
resolución éticamente correcta de esos dilemas» (França-Tarragó, 2012, p. 14). Veamos algunos
ejemplos sobre su aplicación a situaciones específicas:

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Ejemplo:

1. El usuario acude a consulta por un motivo diferente del que el terapeuta detecta, que
es la dificultad principal a tratar para mejorar su problema y calidad de vida. ¿Cómo
actuaríamos en este caso?
2. Queremos proponer al usuario la realización de exposición a los estímulos asociados
con una experiencia traumática, sin embargo, sabemos que este va a «sufrir» con
ello. ¿Estaríamos incumpliendo el principio de no maleficencia? ¿Podemos realizar esa
intervención?
3. Nos han propuesto realizar un programa de prevención secundaria para eliminar
hábitos no saludables en población de riesgo de padecer una enfermedad coronaria.
Sin embargo, nos han contado que los usuarios presentan poca conciencia de que las
conductas que están llevando a cabo son negativas para ellos y que estos están
conformes con su estilo de vida. ¿Podemos llevar a cabo esta intervención?
4. Una terapeuta le explica a su usuario, el cual expone como motivo principal de
consulta que necesita ayuda, dado que ha sido condenado por malos tratos a su
pareja, que por motivos personales no puede atenderle. El usuario no toma bien esta
decisión, refiriendo que no le quiere atender por ser un maltratador. ¿Está vulnerando
el principio de justicia discriminando a esta persona?

Cada uno de los cuatro principios expuestos anteriormente no actúa por sí mismo, sino influido
por los demás. Como dilemas bioéticos, tenemos que reflexionar acerca de estos, tomando la
decisión más razonada y argumentada en base a todos ellos. Así, en el primer caso expuesto en
el ejemplo, según el principio de autonomía, tendría derecho a elegir su intervención y
tratamiento, pero, según el de beneficencia, el profesional debe velar por el bien del usuario y
hacer que este consiga el mayor beneficio. Poniendo en juego ambos, lo ideal sería comentar con
la persona nuestras conclusiones, dándole información veraz y entendible, pero sin intentar
manipularla o convencerla de que nuestra opción es la correcta. Debemos, tras darle todos los
datos, aceptar su decisión.

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En el segundo caso expuesto, aunque el principio de no maleficencia establezca que no debemos
hacer sufrir o dañar al paciente, aunque sea de manera no intencional, el principio de beneficencia
establece que debemos procurarle un servicio adecuado con la mejor terapéutica posible. Así
pues, debemos explicarle al usuario tanto los pros como los contras de la intervención, detallando
que la exposición es necesaria para la resolución del problema. En último término, será él mismo,
por el principio de autonomía, quien elegirá si la realiza o no.

En relación con el tercer caso, según el principio de autonomía, el usuario debe ser libre para
decidir acerca de su salud y su vida. Sin embargo, según el de beneficencia, sería nuestro deber
procurar hacerle ver lo negativo de su conducta. Así pues, debemos informar a los usuarios de
los objetivos del programa, junto con lo perjudicial de su conducta y su libertad de no acudir al
programa. Una vez más, respetaremos el principio de autonomía, decidiendo ellos si acuden al
programa o no.

Por último, en el cuarto caso, si bien podríamos no respetar el principio de justicia, ya que no se
le está proveyendo al usuario atención, según el principio de beneficencia y no maleficencia, el
profesional no debe atender al usuario si cree que no le dará la atención más correcta por algún
motivo justificado, es decir, esta decisión deberá estar basada en una causa lícita, significativa y
sustancial. Sin embargo, la terapeuta deberá derivar a la persona a otro profesional que sí pueda
atenderle adecuadamente.

En este sentido, existen comités éticos que velan por el cumplimiento de las doctrinas bioéticas
y psicoéticas. En la práctica clínica, existen dentro de los hospitales los comités de Ética para la
Asistencia Sanitaria o, dentro de los colegios de psicólogos, existen comisiones para ello. En
relación con la investigación, también existen los comités éticos-científicos, encargados de velar
por este cumplimiento. Para ello, cada proyecto de investigación debe ser aprobado por el comité
del centro de investigación donde este vaya a llevarse a cabo, por ejemplo, una universidad, un
hospital, etc.

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3.2. Deontología en el ejercicio profesional del psicólogo general
sanitario

Como hemos venido detallando, el psicólogo general sanitario (PGS) está inmerso en tres niveles
de compromiso diferentes: las leyes nacionales y estatales (comentadas en la Unidad didáctica
1), las normas bioéticas y psicoéticas (expuestas previamente) y, por último, su práctica es
regulada por las consideraciones deontológicas, las cuales marcan los valores y conductas propias
de la profesión.

El código deontológico es el que recoge estas reglas de actuación profesional, siendo estas más
detalladas y precisas que los principios bioéticos (aunque están fundamentadas por ellos y la
legislación vigente en materia de salud). Así, este código se ocupa de los deberes del psicólogo,
adoptando su punto de vista particular.

Dentro de las normas deontológicas, habría tres códigos que considerar, con diferentes niveles
de alcance. A nivel mundial se encuentran los Principios Éticos de los Psicólogos y Código
de Conducta de la Asociación Americana de Psicología (American Psychological Association
[APA], 2017), a nivel europeo está el Metacódigo de la Federación Europea de Asociaciones
de Psicólogos (Federación Europea de Asociaciones de Psicólogos [EFPA], 2005) y a nivel
español, el Código Deontológico del Psicólogo (Consejo General de Colegios Oficiales de
Psicólogos [COP], 2015). Vamos a ver cada uno de ellos, ya que todos nos afectan, pero
profundizaremos en el español, puesto que es el que tenemos que extrapolar al 100 % en el día
a día de nuestra práctica profesional.

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Figura 2. Principales códigos éticos en el ámbito de la psicología.

3.2.1. Principios Éticos de los Psicólogos y Código de Conducta: principios


generales

El Código de la Asociación América de Psicología (APA, 2017) adopta los principios bioéticos como
eje de su fundamentación. Este tiene como objetivo dotar al psicólogo de normas para su
actuación profesional, así como proteger a las personas con las que este trabaja. Como principios
generales, es decir, ideales que no se establecen como normas (por lo que no son de obligado
cumplimiento ni pueden ser sancionados), pero que dictan la moral de la actuación, se establecen:

PRINCIPIO GENERAL

Se debe procurar en todo momento hacer el bien, ya sean personas


o animales con los que se trabaja, en clínica o investigación,
comprometiéndose a no dañarlos con ninguna actuación. Dentro de
ello, hay que tener en cuenta los siguientes factores:
A. Beneficencia y no a. las acciones u opiniones de los psicólogos pueden afectar a
maleficencia la vida de otros, por lo que hay que cuidar elementos
personales que puedan ser usados negativamente;
b. la propia salud física o mental de los psicólogos puede influir
en su habilidad para atender a los usuarios, por lo que se
debe ser responsable con ello.

Se debe favorecer y defender el cumplimiento de las normas ético-


deontológicas de la profesión, aceptando la responsabilidad inserta
B. Fidelidad y en cada actuación y manejando la relación de confianza con los
responsabilidad usuarios a los que se atiende. Del mismo modo, para asegurar la
mejor atención de estos, se debe consultar y trabajar con otros
profesionales.

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La actuación del psicólogo debe estar basada en la «exactitud,
honestidad y veracidad», evitando el engaño, fraude, robo,
promesas imprudentes o asumir compromisos que no se puedan
C. Integridad
cumplir. Solo en ocasiones éticamente defendibles y por el bien del
usuario, se podrá utilizar el engaño, siempre valorando las
consecuencias que pudiera tener este.

Se debe tener una actuación imparcial, donde todos los usuarios


tengan acceso a todos los servicios y procedimientos, asegurando
D. Justicia
que sus propias actitudes, aptitudes y valores personales no le
llevan a consentir una actuación poco justa.

E. Respeto por los Se deben respetar las diferencias individuales (por ejemplo, raza,
derechos y la dignidad religión, orientación sexual, etc.), así como la privacidad,
de las personas confidencialidad y autodeterminación de toda persona.

Principios Éticos de los Psicólogos y Código de Conducta: estándares éticos

Viaja

Se pueden consultar al completo los Principios Éticos de los Psicólogos y Código de Conducta
(APA, 2017).

Como normas específicas, se engloban los siguientes estándares éticos:

Resolución de cuestiones éticas

Si se toma conciencia de que una actuación, propia o de un compañero, es éticamente


incorrecta, se debe corregir o informar a la persona implicada (de manera informal). Si esta
daña de manera grave al usuario atendido o no se resuelve, se podrá derivar la notificación de
esta al comité ético pertinente, teniendo especial cuidado de no realizar ni promover demandas
inadecuadas.

Competencia

El psicólogo debe esforzarse por tener una formación actualizada. Así, debe tener la
capacitación necesaria para realizar cada actuación profesional que ejecute o, en caso negativo,
derivar a la persona a otro profesional. Esto es solo rebatible cuando:

a. no existe capacitación para una determinada atención: el psicólogo podría actuar sin
esta, siempre que asegure no dañar al paciente;
b. es una situación de emergencia y es el único recurso para que la persona no quede sin
atención.

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Del mismo modo, no iniciará una intervención si sus problemas personales pudieran influir en
ella.

Relaciones humanas

El psicólogo no debe involucrarse en situaciones de acoso sexual, denigración, explotación,


conflicto de intereses o relaciones profesionales múltiples comprometidas. Si se presta un
servicio a terceros, el psicólogo debe informar al usuario con el que se trabaja de ello, así como
el objetivo del servicio, destinatarios y uso de la información recogida, y los límites de la
confidencialidad. Si por cuestiones legales no puede informar de ello, también se le informará
al respecto.

Privacidad y confidencialidad

Nota

El consentimiento informado se ha expuesto de forma detallada en la Unidad didáctica 2 de


la asignatura de Evaluación y Diagnóstico en Psicología Sanitaria.

Es obligatorio mantener la confidencialidad del usuario. Al comienzo de la relación se debatirá


con la persona el uso de la información y las limitaciones en la privacidad, incidiendo, si se
presta algún servicio por vías electrónicas, sobre los riesgos de estas en esta área. Además, se
obtendrá consentimiento informado para grabar las sesiones (en audio o vídeo) si es necesario.

Se podrá revelar información previo consentimiento del usuario, aportando solo la información
relativa al objetivo de la comunicación y, sin consentimiento, solo en los casos que indica la ley
o ante las siguientes situaciones:

a. dar servicios necesarios y apropiados;


b. proteger al usuario, al psicólogo o a terceras personas de algún daño;
c. reclamar el pago de los servicios prestados.

Publicidad y otras declaraciones públicas

Se debe evitar dar información falsa en relación con la capacidad, currículum, servicios, etc. En
publicidad, comentarios públicos o en prensa, anuncios de cursos, talleres, etc., se debe
describir detalladamente la información relacionada con ello, estar basada en sus capacidades
profesionales y ser una actuación ética.

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Registros y honorarios

Es necesario que el psicólogo y el usuario acuerden los honorarios y forma de pago lo antes
posible, prestando atención a que el profesional no tergiverse la retribución y esta se ajuste a
derecho. Si el usuario no paga, se le debe informar antes de limitarle los servicios o tomar
medidas para que lo haga.

Educación y capacitación

Se deben tomar las medidas oportunas para asegurar la calidad de la formación y la precisión
de la información trasmitida. Los docentes no deben realizar terapia o mantener vínculos
sexuales con los estudiantes.

Investigación y publicación

Se deben respetar todos los principios y normas previamente expuestos también en


investigación, en relación con el consentimiento informado, trabajo con personas y animales,
etc. Del mismo modo, no se deben inventar resultados de investigación, publicar datos de
manera duplicada, plagiar un trabajo o impedir el acceso a los datos después de su publicación.

Evaluación

Nota

En la asignatura de Evaluación y Diagnóstico en Psicología Sanitaria se profundiza en esta


sección dedicada a la evaluación.

Las intervenciones se deben basar en técnicas adecuadas para sustentarlas; si, por alguna
cuestión externa, esto no se produce, se deberá informar sobre ello. Siempre se pedirá el
consentimiento informado para la evaluación, a excepción de que:

a. esté indicada por ley;


b. esté implícita en el proceso;
c. se evalúe la capacidad de decisión del usuario.

Así, los instrumentos de evaluación deben ser fiables, actualizados y válidos para el usuario
que los cumplimente. Para interpretar los test, se deben tener en cuenta tanto las puntuaciones
en estos como las características y situación personal del usuario, explicando a este los
resultados.

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Terapia

Antes del inicio de la terapia se debe obtener el consentimiento del paciente, informándolo de
todo el proceso (honorarios, procedimiento, riesgos, etc.). Del mismo modo, ante terapias de
pareja o de grupo, deben determinarse, al inicio, los roles, límite de confidencialidad, etc. Del
mismo modo, el psicólogo deberá discutir y considerar cuidadosamente si intervenir con un
usuario que está siguiendo otra terapia, con el fin de no poner en riesgo a este. La finalización
de la terapia se realizará cuando el usuario ya no necesite de ella, no esté consiguiendo
beneficios, le esté produciendo un daño o el terapeuta esté en riesgo.

El psicólogo no podrá tener intimidad sexual con usuarios, parientes o personas muy
significativas para estos ni podrá concluir la intervención con antelación a su finalización para
poder hacerlo; solo podrá hacerlo tras dos años de la finalización de la intervención, en
circunstancias excepcionales y demostrando que no ha habido explotación. Del mismo modo,
no podrá intervenir con personas con quienes haya tenido previamente intimidad sexual.

Principios Éticos de los Psicólogos y Código de Conducta: ejemplos

Ejemplo:

¿Recuerdas los casos expuestos al inicio de la unidad? ¿Cómo se resolverían en base a estas
normas?

«Un terapeuta se plantea la necesidad de derivar a un usuario que, tras dos meses de
tratamiento, no ha mejorado su problema. ¿Esto es éticamente correcto? ¿Quién nos dice lo
que es o no adecuado? ¿Qué consecuencias tendría la derivación o no?».

La terapia puede finalizar cuando se observe que no se están obteniendo beneficios con ella.
Sin embargo, para asegurar la atención de la persona, la debemos derivar a un profesional
que consideremos que puede intervenir de manera eficaz en la situación.

«Ana es terapeuta en un centro psicológico. Hace seis meses que finalizó la intervención con
Mario. Desde hace un par de meses se lo ha encontrado varias veces en algunos lugares,
como centros comerciales, el gimnasio, etc., ya que este se ha mudado a vivir a su barrio.
Ana se plantea: si una pesona ha sido tu usuario, ¿es éticamente correcto iniciar una relación
sentimental con él/ella después de haber finalizado el tratamiento?».

No es éticamente correcto iniciar una relación, de cualquier índole que no sea profesional,
con un usuario. Solo bajo excepciones y demostrando que el psicólogo no ha utilizado la
información recogida o su influencia sobre el usuario, podrá darse esta si han pasado dos
años tras la finalización del tratamiento.

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3.2.2. Metacódigo de la Federación Europea de Asociaciones de Psicólogos

El Metacódigo Europeo (EFPA, 2005) está organizado en tres partes: «Preámbulo», «Principios
éticos» y «Contenidos de los códigos de las asociaciones miembro». En el primero de estos
apartados, el «Preámbulo», se remarca que los psicólogos fundamentarán sus intervenciones
en «un cuerpo de conocimiento válido y fiable basado en la investigación» (2005, p. 1). Al igual
que el código de la APA (2017), este establece como principios éticos el respeto a los derechos y
dignidad de las personas, la competencia profesional, la responsabilidad de cara al usuario, la
comunidad y la sociedad, y la promoción de la integridad.

Viaja

Obtén más información en el Metacódigo de la Federación Europea de Asociaciones de


Psicólogos (EFPA, 2005).

En relación con los contenidos, estos se dividen en cuatro puntos o principios básicos, de los
cuales pasamos a describir los aspectos fundamentales:

Respeto a los derechos y la dignidad de las personas

Se establece que el psicólogo deberá respetar las diferencias individuales (en competencia,
cultura, roles, etc.), fomentando la autonomía del usuario; deberá indagar en la información
del usuario sin sobrepasar el propósito profesional y manejar la información de forma
confidencial, y, en caso de tener que revelar alguna información, solo proporcionará la relevante
para el objetivo en cuestión.

Competencia

El psicólogo tiene la obligación de conocer y aplicar los principios éticos y deontológicos,


formarse continuamente, no ejercer fuera de un marco teórico de referencia, no sobrepasar
sus funciones a ámbitos para los que no está formado y no tiene competencia, y no ejercer si
no está en plenas facultades para ello.

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Responsabilidad

Se debe asumir una responsabilidad general por las acciones realizadas y las consecuencias de
estas (no solo propias, sino también de las personas que estén bajo nuestra supervisión). Se
debe desarrollar una actividad científica y profesional de «alto nivel» y tener una continuidad
en la atención a los usuarios.

Integridad

Se debe ser preciso al comunicar e informar sobre sí mismo (formación, experiencia, etc.), así
como en el manejo de la información sobre el usuario (hipótesis, conclusiones en informes,
etc.). Del mismo modo, no se debe aprovechar la relación profesional con el usuario para
obtener favores, etc.

3.2.3. Código Deontológico del Psicólogo

El Código Deontológico del Psicólogo (COP, 2015) está conformado por 61 artículos repartidos en
nueve títulos. El psicólogo debe ser conocedor de todos y cada uno de los artículos, dado que son
de obligado complimiento. Estos se estructuran en los siguientes títulos:

• Título preliminar
• Título I. Principios generales
• Título II. De la competencia profesional y de la relación con otros profesionales
• Título III. De la intervención
• Título IV. De la investigación y docencia
• Título V. De la obtención y uso de la información
• Título VI. De la publicidad
• Título VII. De los honorarios y remuneración
• Título VIII. Garantías procesales

Viaja

Consulta el Código Deontológico del Psicólogo (COP, 2015).

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A modo de resumen, se enumeran a continuación algunas nociones básicas establecidas en dicho
código:

Principios generales

Los principios generales, alineados con los principios éticos señalados en apartados
anteriores, se recogen en los arts. 5.º a 15.º. En ellos se exponen los objetivos del ejercicio de
la psicología (bienestar, salud, calidad de vida, etc.) (art. 5.º); la colaboración interdisciplinar
en la atención al usuario y el respeto de los derechos de este; la prudencia en el uso de
instrumentos y técnicas de intervención fundamentadas objetiva y científicamente
(art. 6.º); el deber de informar de violaciones de los derechos humanos, malos tratos,
situaciones inhumanas o degradantes (art. 8.º), y el respeto a cualquier criterio moral y
religioso (art. 9.º), así como la no discriminación por razón de edad, raza, sexo, ideología,
clase social, etc. (art. 10.º). Asimismo, en los informes escritos, el psicólogo debe ser «cauto,
prudente y crítico», de modo que no emplee etiquetas devaluadoras y discriminatorias
(p. ej.: normal/anormal, adaptado/inadaptado, inteligente/deficiente…) (art. 12.º). Finalmente,
también se hace alusión en este título a la denuncia del intrusismo (art. 14.º).

Competencia profesional y relación con otros profesionales

Los arts. 16.º a 23.º recogen aspectos relacionados con la competencia profesional, como la
especialización y la formación continua (art. 17.º), la no utilización de medios o
procedimientos que no estén lo suficientemente contrastados sin informar a los clientes de
ello (art. 18º) o el no ejercicio de prácticas o procedimientos «ajenos al fundamento científico
de la psicología» (art. 21.º). Igualmente, se abordan cuestiones relativas a la relación con
otros profesionales, abogando por un respeto recíproco entre profesiones (art. 23.º), sin
desacreditar a otros compañeros de profesión, independientemente de la escuela o tipo de
intervención que empleen, siempre que cuenten con credibilidad científica y profesional (art.
22.º).

Intervención

En lo referente a la intervención, cabe destacar el buen hacer del psicólogo al finalizar su


intervención, sin prolongarla con ocultación o engaño (ya sea por haber alcanzado los
objetivos propuestos o por ser incapaz de alcanzarlos tras un tiempo razonable, debiendo
derivar en este último caso a otros profesionales que puedan intervenir con el usuario) (art.
26.º). Relacionado con este punto, el psicólogo deberá prestar especial atención a «no crear
falsas expectativas» que no pueda satisfacer profesionalmente (art. 32º). Además, se recoge
la posibilidad del psicólogo a «negarse a simultanear su intervención con otra diferente realizada
por otro profesional» (art. 27.º), aunque deberá tenerse en cuenta que, si el paciente trabaja
con otros profesionales o ha acudido previamente a otros psicólogos, no le corresponde al
nuevo psicólogo «valorar las intervenciones iniciadas por otros profesionales» (art.
30.º).

18
Obtención y uso de la información

En relación con la obtención y el uso de la información, el psicólogo respetará el derecho a la


intimidad del usuario, preguntando únicamente la información estrictamente necesaria para
cada caso y siempre con la autorización de este (art. 39.º). En este título también se recoge el
secreto profesional, el cual únicamente podrá ser eximido por el «consentimiento expreso
del usuario» (art. 40.º), comunicando la información a terceras personas con expresa
autorización y dentro de los límites que marque esta (art. 41.º). Además, si el psicólogo cuenta
con colaboradores de manera eventual, velará por que estos también cumplan con el secreto
profesional (art. 40.º). Del mismo modo, el fallecimiento del usuario no excusa al psicólogo de
mantener el secreto profesional (art. 49.º).

Nota

Se profundizará en las características del informe psicológico en la asignatura de Evaluación


y Diagnóstico en Psicología Sanitaria.

Igualmente, se contempla en este título el derecho del usuario a ser informado del contenido
de un informe psicológico en aquellas situaciones en las que la evaluación o la intervención
haya sido solicitada por otra persona (jueces, profesores, padres, etc.) (art. 42.º). En general,
cualquier informe psicológico deberá ser claro, preciso, riguroso y comprensible para el
destinatario, exponiendo las limitaciones, el grado de certidumbre de los contenidos, si es de
carácter temporal o actual, las técnicas que se han empleado para su elaboración y los datos
del profesional que lo emite (art. 48.º).

Honorarios y remuneración

En cuanto a los honorarios, se establece que estos deberán informarse al usuario antes de
realizar su servicio profesional (art. 55.º).

Publicidad y garantías procesales

Finalmente, se exponen algunas cuestiones generales sobre la publicidad veraz, de manera


que el psicólogo no se atribuya titulaciones o formaciones que no posea, sin usar
denominaciones ambiguas o que puedan inducir a error (art. 51.º); y las acciones para
garantizar la defensa del código deontológico.

19
Tras haber visto todos los aspectos éticos relacionados con la actividad profesional, es
conveniente señalar que, ante un caso, pueden entrar en conflicto distintas normas éticas o
artículos del Código Deontológico. En este sentido, como se indica en el artículo 61.º del Código
Deontológico: «cuando un psicólogo se vea en el conflicto de normas adversas, incompatibles, ya
legales, ya de este Código Deontológico, que entran en colisión para un caso concreto, resolverá
en conciencia, informando a las distintas partes interesadas y a la Comisión Deontológica
Colegial» (COP, 2015, p. 13).

3.3. La consulta en psicología sanitaria

Una vez abordadas las cuestiones éticas y deontológicas de la psicología, este apartado se centra
en una de las salidas profesionales más habituales en esta rama de la psicología: la actividad por
cuenta propia. Así pues, resulta conveniente conocer, de forma general, los requisitos y pasos
necesarios para establecer una consulta psicológica.

En este apartado se abordarán de forma genérica algunas preguntas orientativas que pueden
hacerse para generar un plan de negocio (sin tratar de ser un listado exhaustivo), para, a
continuación, abordar los trámites administrativos y legales que permiten ejercer por cuenta
propia, es decir, como autónomo.

Plan de negocio

En primer lugar, de manera similar a cualquier proyecto de emprendimiento, se debe definir el


proyecto y elaborar un plan de negocio o empresa. Para comenzar con un plan de negocio,
deberemos responder a preguntas como las siguientes:

• Qué servicios ofrecerás o qué problemáticas abordarás (p. ej., neuropsicología,


problemas de ansiedad, depresión, trastorno del espectro autista, terapia de pareja o de
familia, etc.).
• Desde qué enfoque vas a trabajar (esto es, terapia cognitivo-conductual, terapia de
aceptación y compromiso u otras terapias de tercera generación, terapia sistémica,
Gestalt…).
• Cuál es tu público objetivo: población infantojuvenil, adultos, personas de la tercera
edad, parejas, familias, etc.
• En qué formato o a través de qué canal vas a ofrecer los servicios: presencial, híbrido,
online, a domicilio…

20
• Qué te diferenciará del resto de profesionales.
• Qué honorarios (o tarifas) vas a marcar según el tipo de servicio. A la hora de establecer
cada tarifa, es aconsejable tener en cuenta el entorno en el que se ubica el centro o en el
que ofreces tus servicios, el nivel económico de la población objetivo, los gastos
mensuales, el tipo de servicio ofrecido, etc.
• Cuál es el presupuesto inicial (quizá de ello dependa el tipo de formato que empleamos
en nuestra consulta, del centro que escojamos, si se invertirá en marketing, etc.).

Asimismo, en estos primeros momentos es conveniente analizar el entorno. Una de las


herramientas más empleadas es el análisis DAFO (es decir, el análisis de las debilidades,
amenazas, fortalezas y oportunidades). Esta técnica permite identificar tanto los factores internos
(personales o de la empresa) como externos (del entorno), positivos y negativos, y facilita la
elaboración de un plan estratégico (Speth, 2016). Así, por ejemplo, podremos identificar de una
forma más clara las características concretas de nuestro público objetivo (edad, nivel
socioeconómico o cultural, etc.), qué otros servicios de psicología existen en la zona, qué ofrecen
nuestros competidores, qué podemos ofrecer nosotros, qué marcará la diferencia, qué
oportunidades nos ofrece el entorno o a qué desafíos podemos enfrentarnos.

Ejemplo: análisis DAFO.

• Debilidades: factores internos que debilitan o limitan el posicionamiento competitivo


de una empresa o su desarrollo (Speth, 2016).
• Amenazas: aquellos factores externos limitantes para llevar a cabo el plan de negocio
o que amenazan la viabilidad de este.
• Fortalezas: conjunto de factores internos, posiciones de poder y cualquier tipo de
ventaja competitiva propia de la empresa.
• Oportunidades: recursos ajenos al negocio que influyen o podrían influir
positivamente y contribuir a su desarrollo o que brindan oportunidades de mejora.

Por ejemplo, en un centro psicológico podríamos realizar el siguiente análisis DAFO:

Internos Externos

Debilidades Amenazas
Negativos

- No tengo clientes. - Hay cinco centros psicólogos en


- Presupuesto inicial limitado. la zona.

- Falta de experiencia.

Fortalezas Oportunidades
- Formación especializada en - Alta demanda de atención
Positivos

terapia de pareja. psicológica.


- Equipo de profesionales. - Posibilidad de terapia online.
- Buen manejo de ofimática.

21
Del mismo modo, deberíamos plantearnos qué tipo de recursos serían necesarios para
desarrollar nuestros servicios y con qué gastos contaríamos. Por ejemplo, podemos ser un único
psicólogo o trabajar con un equipo de psicólogos, o en un centro multidisciplinar, etc. (recursos
humanos), y requerir de material de oficina, ordenadores, herramientas de evaluación, manuales,
mobiliario, etc. (recursos materiales). Además, habría que considerar el coste del alquiler y/o los
gastos mensuales (luz, agua, Internet…). Igualmente, en caso de llevar a cabo una reforma del
local en el que se llevará a cabo la actividad profesional, se deberá considerar el coste de esta.

Trámites administrativos y legales

Tras exponer algunas cuestiones a tener en cuenta antes de la creación de una empresa, en este
apartado se exponen los requisitos que se deben cumplir para poner en marcha la idea planteada
previamente.

A continuación, se expone de forma general esta información, si bien conviene recordar que los
trámites pueden variar en función de la comunidad autónoma donde se establezca la
actividad profesional. Por tanto, es recomendable informarse en el colegio profesional que
corresponda según la ubicación del centro sanitario, para poder cumplir con las obligaciones
legales y administrativas.

En primer lugar, para ejercer como PGS por cuenta propia en España es obligatorio tener el título
oficial de licenciatura o grado en Psicología, así como el título del Máster en Psicología
General Sanitaria (MPGS), el título de Psicólogo Especialista en Psicología Clínica (PEPC) o la
habilitación para el ejercicio sanitario (obtenida antes de 2014) (Colegio Oficial de Psicología de
Castilla y León, s. f.).

Nota

Es recomendable tener el certificado digital para la firma electrónica de cualquier trámite.

Una vez se esté en posesión de dichos títulos, los trámites son los siguientes:

Alta en el colegio de psicólogos

Nota

Se puede consultar el listado de colegios oficiales de psicólogos en la página del Consejo


General de la Psicología de España.

El primer paso será darse de alta en el colegio de psicólogos correspondiente.

22
Seguro de responsabilidad civil profesional

Este seguro es obligatorio para los profesionales sanitarios, ya que cubrirá cualquier
indemnización derivada de un posible daño. Habitualmente, este seguro se contrata en el
colegio de psicólogos, aunque puede hacerse con otras aseguradoras si se estima conveniente.

Alta en el Registro General de Centros, Establecimientos y Servicios Sanitarios

Como se estudió en la Unidad didáctica 1, el Real decreto 1277/2003, de 10 de octubre, por el


que se establecen las bases generales sobre autorización de centros, servicios y
establecimientos sanitarios (2003) sienta las bases nacionales de las garantías de seguridad y
calidad mínimas para abrir un centro sanitario. Cada comunidad autónoma detalla los
requisitos específicos para poder dar de alta y autorizar la apertura de cada centro sanitario,
por lo que los trámites pueden variar.

Si bien dependerá de dónde llevemos a cabo nuestra actividad (en un centro nuevo, en uno
que ya cuente con número de registro sanitario, en una policlínica, en un espacio de coworking,
en nuestro domicilio, etc.), en general, será necesario tramitar dos registros para la apertura
del centro (Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos, 2022):

• Registro General de Centros, Servicios y Establecimientos Sanitarios (REGCESS): esta


autorización se otorga para cada centro y le faculta para ejercer y realizar su actividad,
concretamente para cada uno de los servicios que oferta (Federación Nacional de
Asociaciones de Trabajadores Autónomos, 2022). Este documento tiene una vigencia de
varios años (puede variar), por lo que debe renovarse antes de su vencimiento.
• Registro de Profesionales Sanitarios (REPS): en este registro aparecen los datos de todos
los profesionales sanitarios que están autorizados para trabajar en España.

Antes de otorgar la autorización correspondiente, es posible que desde el órgano


correspondiente se solicite una memoria de actividades, un plano del centro y un certificado de
las instalaciones (estos dos últimos documentos deberán ir firmados por un arquitecto,
arquitecto técnico, etc.).

Asimismo, los trámites podrán variar en función de si se trata de una persona física o jurídica.

Protección de datos personales

Cumplir con la protección de datos personales es una obligación. Como vimos en la Unidad
didáctica 1, debemos asegurar el cumplimiento de lo indicado en la Ley Orgánica 3/2018, de 5
de diciembre, de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales (LOPD)
(2018).

En este punto puede ser de interés consultar la página web de la Agencia Española de Protección
de Datos o consultar con un profesional que nos asesore para cumplir con todas las obligaciones
legales.

23
Alta en la Seguridad Social: Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA)

Como cualquier profesional que ejerce una actividad por cuenta propia, se debe tramitar el alta
en la Seguridad Social como autónomo, siendo recomendable consultar las bonificaciones o
ayudas vigentes (Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos, 2022).

Es recomendable realizar este trámite junto con el siguiente (alta en Hacienda).

Alta en Hacienda: impuesto de actividades económicas

Se ha de comunicar a la Hacienda pública que se va a iniciar una actividad como autónomo.


Para ello se ha de cumplimentar y entregar la documentación necesaria a la Agencia Tributaria,
marcando el epígrafe del impuesto de actividades económicas (IAE) del Grupo 776, relativo a
«Doctores y Licenciados en Ciencias Políticas y Sociales, Psicólogos, Antropólogos,
Historiadores y Similares».

En este apartado también sería recomendable consultar con una asesoría o gestoría
especializada.

Viaja

Profundiza en los trámites para el inicio de actividad por cuenta propia en este documento
elaborado por la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), en
colaboración con el Consejo General de la Psicología en 2022.

3.4. La terapia online o atención telepsicológica

El uso de las nuevas tecnologías a favor de la intervención psicológica, como en la sociedad


general, está aumentando y cada vez son más los PGS que utilizan las TIC dentro de su
intervención. Actualmente existen tratamientos psicológicos que hacen uso de la realidad virtual
(Richards y Richardson, 2012) (por ejemplo, para la intervención en fobias específicas), hay
programas de intervención estructurados en webs (Freeman et al., 2016) o se hace uso de
las aplicaciones móviles para apoyar la evaluación y el seguimiento del usuario (por ejemplo,
mediante autorregistros electrónicos). Asimismo, se realizan consultas online, siendo la
videoconferencia una de las herramientas más utilizadas por los psicólogos (González-Peña et al.,
2017).

24
Nota

Es importante destacar que, aunque la terapia se desarrolle online, deben cumplirse los
trámites legales para el ejercicio de la actividad sanitaria que indique cada comunidad
autónoma.

Estas intervenciones que hacen uso de las TIC para el tratamiento psicológico presentan múltiples
denominaciones como e-terapia, terapia online, telepsicología, etc. La Asociación Americana
de Psicología (APA, 2013) ha definido las intervenciones telepsicológicas como «la provisión
de servicios psicológicos mediante tecnologías que permiten la comunicación no presencial, entre
las que se incluyen el teléfono, e-mail, texto, videoconferencia, aplicaciones móviles y programas
estructurados en una web» (p. 792).

Así, la intervención online se puede extrapolar a consulta de múltiples formas:

• Como intervención psicológica propiamente dicha, a distancia y mediante


videoconferencia.
• De modo complementario a la intervención presencial.
• A modo de seguimiento en una intervención presencial.

Podemos encontrar tanto ventajas como inconvenientes en este tipo de intervención:

Ventajas Inconvenientes

Fácil acceso e inicio de una terapia Existencia de ciertos riesgos clínicos dentro
psicológica para aquellas personas que tengan de esta intervención que son más difíciles de
dificultad para desplazarse a un lugar concreto. manejar (por ejemplo, la intervención en
crisis).

Menor coste, ya que se tiene que invertir No se puede atender a todas las personas
menos tiempo y dinero (no hay que por igual, ya que hay colectivos, que no
desplazarse, etc.). poseen la tecnología apropiada, que no pueden
utilizar este servicio.

25
Adaptación de los horarios y continuación de Existencia aún de un vacío respecto a
la intervención (por ejemplo, en personas que regulación legal y deontológica específica para
viajan mucho o por cambio de residencia). esta práctica.

Facilidad de uso de la tecnología y de la Existencia de un riesgo más elevado de


información por parte de los profesionales. protección de la información y datos
personales, en comparación con la terapia
presencial.

La terapia online o atención telepsicológica (II)

Es importante remarcar en este punto que, debido a que este ámbito es joven e incipiente, aún
está en pleno desarrollo, por lo que no existe aún evidencia empírica suficiente para legitimar la
utilidad clínica de estas intervenciones. Por ejemplo, hay estudios que indican que se puede
construir una buena alianza terapéutica a través de la terapia online (Knaevelsrud y Maekcker,
2007), pero otros apuntan a que esta es compleja en este formato (González-Peña et al., 2017).
Se ha encontrado apoyo empírico para el uso de este tipo de abordaje en problemas como
ansiedad (Peñate y Fumero, 2016), depresión (Cuijpers et al., 2017), insomnio (Buysse, 2013),
sobrepeso/obesidad (Sepah et al., 2015) o trastorno obsesivo compulsivo (Gemar-Fernández y
Romero López Alberca, 2021). Sin embargo, los resultados dependen del tipo de población
estudiada, la edad de los usuarios, el tipo y gravedad del problema, etc.

Viaja

Consulta la guía Competencias del psicólogo para la prestación de servicios profesionales de


telepsicología o la Guía para la intervención telepsicológica del Colegio Oficial de Psicólogos
de Madrid.

Lo que sí es incuestionable es que, al igual que la intervención presencial, la telepsicológica debe


garantizar una asistencia segura y de calidad basada en la legislación y deontología vigentes,
y adaptada a las necesidades de los consultantes. Por ende, el PGS no solo debe cumplir los
requerimientos ético-legales para poder ejercer (expuestos en las unidades anteriores y en la
presente), sino que, para garantizar este tipo de atención, es necesario que tenga formación y
experiencia en la intervención en modalidad online. Además, específicamente, hay que tener en
cuenta, entre otras, las siguientes consideraciones:

• Hay que adaptar la modalidad de intervención a las características del usuario y su


caso particular. Si no es posible la atención de este modo, habrá que derivar a la persona
a otro profesional. Del mismo modo, no se hará uso de esta modalidad de intervención si
no existe cierto sustento empírico para la atención del problema específico que presenta
la persona en terapia online.

26
• Hay que realizar una evaluación y seguimiento del impacto que tiene la atención
online en el usuario y en la propia intervención. En caso de que haya aspectos negativos,
habrá que pasar a modalidad presencial o derivar a otro profesional si esto no puede
realizarse.
• Hay que constatar la identidad del usuario para asegurarnos de quién es y que
nuestros contactos son con él (por ejemplo, es él o ella el que lee nuestros correos, etc.).
• Hay que asegurar el cumplimiento de los principios de protección de datos y
derechos de las personas, más fácilmente vulnerables en modalidad online por parte de
terceros. Para ello, es conveniente acordar con el usuario un espacio donde debe tener
lugar la sesión, apartado de otras personas. Por parte del terapeuta, se debe cumplir
también con ello, además de asegurarse de no mezclar sus cuentas o perfiles personales
con los profesionales.
• Hay que conocer la legislación y códigos éticos y deontológicos que rigen la
prestación de servicios psicológicos en el país en el que se encuentre el usuario que se
está atendiendo, ya que la práctica profesional está ligada a ellos (no al país de origen del
terapeuta).
• Hay que adaptar el modo de evaluación, las herramientas y las técnicas
psicológicas a esta modalidad, llevando a cabo los ajustes necesarios sin perder el
objetivo y los fundamentos de estas.
• Hay que trabajar con plataformas online que cumplan los requisitos legales y de
protección de datos, ya que todos los recursos de Internet no están preparados para
acoger este tipo de servicios, por ejemplo, para las sesiones a través de videollamada.

Finalmente, conviene recordar que la terapia online no es aconsejable en todas las


problemáticas. Según de la Torre y Pardo (2018), además de la falta de evidencia suficiente y la
escasa formación del PGS online, algunas problemáticas podrían suponer un riesgo si se abordan
a distancia, debido a la falta de control, y medidas de contención que no podrían darse en formato
online. Dichas problemáticas son (de la Torre y Pardo, 2018, p. 51):

• Ideación suicida.
• Agresores sexuales.
• Relaciones violentas o violencia de género.
• Ideación homicida o amenaza de dañar a otras personas.
• Trastornos graves de la conducta alimentaria.
• Abuso de sustancias.
• Trastornos graves y/o que impliquen una pérdida del juicio de realidad.

27
Resumen

Como la mayoría de las profesiones y, especialmente, las sanitarias, la psicología se rige por unos
valores morales, unos fundamentos bioéticos o psicoéticos y un código deontológico, el cual
regula el ejercicio de la profesión marcando las acciones éticamente correctas o incorrectas.

En relación con los principios bioéticos y psicoéticos aplicados a las personas atendidas, podemos
destacar los siguientes:

• Beneficencia: se debe procurar siempre hacer el bien.


• No maleficencia: nunca se podrá causar lesión o daño.
• Autonomía: se debe respetar la capacidad de elección y decisión.
• Justicia: se debe proporcionar a cada persona lo que necesita, sin discriminarla por
ninguna razón.

Existen comités éticos, tanto clínicos como de investigación, responsables de velar por el
cumplimiento de estos principios y actuar de consultores en caso de duda sobre alguna actuación
específica, mediadores en casos de conflicto o sancionadores si se llega a llevar a cabo alguna
acción en contra de ellos.

Dentro de la deontología profesional, la psicología está regulada por tres códigos principalmente:

• Principios Éticos de los Psicólogos y Código de Conducta (APA, 2017), los cuales, basados
en los principios bioéticos, marcan la actuación profesional a nivel internacional. Además,
establecen normas de comportamiento para la resolución de cuestiones éticas, la
competencia profesional, las relaciones humanas, la privacidad y confidencialidad, la
publicidad, el registro de la información, los honorarios, la capacitación profesional, la
investigación, la evaluación y la terapia.
• Metacódigo de la Federación Europea de Asociaciones de Psicólogos (EFPA, 2005), por el
cual se regula, a nivel europeo, la profesión. Este se fundamenta en cuatro puntos
fundamentales, como son el respeto a los derechos y la dignidad de las personas, la
competencia, la responsabilidad profesional y la integridad.
• Código Deontológico del Psicólogo, publicado por el Consejo General de Psicólogos de
España (COP, 2015). Está compuesto por diferentes artículos divididos en: competencia
profesional y relación con otros profesionales, intervención, investigación y docencia,
obtención y uso de la información, publicidad, honorarios y remuneración y garantías
procesales.

Todo ello es de obligado cumplimiento, por lo que es necesario su estudio, comprensión, manejo
y aplicación, tanto en intervención presencial como online.

Finalmente, se ha expuesto el plan de creación de una consulta de psicología y los trámites


administrativos y legales para ejercer como PGS por cuenta propia, así como las particularidades
que presenta la terapia online o telepsicología.

28
Mapa de contenidos

29
Recursos bibliográficos

Bibliografía básica

Colegio Oficial de Psicólogos (2015). Código Deontológico del Psicólogo. Colegio Oficial de
Psicólogos. http://www.cop.es/pdf/CodigoDeontologicodelPsicologo-vigente.pdf

European Federation of Psychologists Associations (EFPA) (2005). Meta-code of ethics. EFPA.


https://www.efpa.eu/sites/default/files/2023-04/meta-code-of-ethics.pdf

França-Tarragó, O. (2012). Manual de Psicoética. Ética para psicólogos y psiquiatras. Desclée


de Brouwer.

Ocampo, J. (2013). Bioética y psicología clínica: reflexiones. Anales Médicos de la Asociación


Médica del Centro Médico ABC, 58(4), 253-259. https://www.medigraphic.com/pdfs/abc/bc-
2013/bc134f.pdf

Pérez, M. (2010). Bioética, fundamentos, metodología. Revista Médica Clínica Las Condes,
21(1), 130-134. https://doi.org/10.1016/S0716-8640(10)70515-0

Bibliografía complementaria

Alcalde, M. J. y Del Río, C. (2001). Metacódigo de Ética de la Federación Europea de


Asociaciones de Psicólogos (EFPA). Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos, 80.
http://www.cop.es/infocop/vernumeroCOP.asp?id=1021

American Psychological Association (2013). Guidelines for the practice of telepsychology.


American Psychologist, 68(9), 791–800. https://www.apa.org/pubs/journals/features/amp-
a0035001.pdf

American Psychological Association. (2017). Ethical principles of psychologists and code of


conduct. APA. https://www.apa.org/ethics/code

Beauchamp, T. y Childress, J. (1979). Principles of Biomedical Ethics (2.ª ed.). Oxford


University Press.

Beca, J. P. y Razmilic, M. (2010). Fernanda y Rodrigo: el retrato de una realidad. Centro de


Bioética de la Facultad de Medicina Clínica Alemana. Universidad del Desarrollo.
https://medicina.udd.cl/centro-bioetica/files/2010/08/Fernanda-y-Rodrigo-el-retrato-de-una-
realidad.pdf

Buysse, D. J. (2013). Insomnia. JAMA: Journal of the American Medical Association, 309(7),
706-716. https://doi.org/10.1001/jama.2013.193

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https://www.copcyl.es/consulta-privada-de-psicologia-sanitaria/

Comisión Nacional para la Protección de los Sujetos Humanos de Investigación Biomédica y del
Comportamiento (1979). El Informe Belmont. Principios Éticos y Guías para la Protección de los
Sujetos Humanos de Investigación. U. S. Department of Health and Human Services.
https://www.hhs.gov/ohrp/regulations-and-policy/belmont-report/index.html

30
Cuijpers, P., Kleiboer, A., Karyotaki, E. y Riper, H. (2017). Internet and mobile interventions
for depression: Opportunities and challenges. Depression and Anxiety, 34(7), 596-602.
https://doi.org/10.1002/da.22641

de la Torre, M. y Pardo, R. (2018). Guía para la intervención telepsicológica. Colegio Oficial de


Psicólogos de Madrid. https://www.psichat.es/guia-para-la-intervencion-telepsicologica-
2019.pdf

Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA) (2022). Informe sobre


trámites inicio de actividad por cuenta propia. Col·legi Oficial de Psicología Comunitat
Valenciana. https://www.cop-cv.org/noticia/14896-informacion-para-montar-tu-propia-
clinica-de-psicologia#/.ZGKT-HZBy5c

Freeman, D., Bradley, J., Antley, A., Bourke, E., DeWeever, N., Evans, N. y Clark, D. M. (2016).
Virtual reality in the treatment of persecutory delusions: Randomised controlled experimental
study testing how to reduce delusional conviction. British Journal of Psychiatry, 209(01), 62–
67. https://doi.org/10.1192/bjp.bp.115.176438

Gemar Fernández, E. A. y Romero López-Alberca, C. (2021). Tratamiento cognitivo del


trastorno obsesivo compulsivo en formato online: Un caso clínico. Revista de Psicoterapia,
32(120), 205-220. https://doi.org/10.33898/rdp.v32i120.1074

González-Peña, P., Torres, R., Barrio, V. D. y Olmedo, M. (2017). Uso de las nuevas tecnologías
por parte de los psicólogos españoles y sus necesidades. Clínica y Salud, 28(2), 81-91.
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Knaevelsrud, C. y Maercker, A. (2007). Internet-based treatment for PTSD reduces distress


and facilitates the development of a strong therapeutic alliance: a randomized controlled clinical
trial. BMC Psychiatry, 7(1). https://doi.org/10.1186/1471-244X-7-13

Peñate, W. y Fumero, A. (2016). A meta-review of Internet computer-based psychological


treatments for anxiety disorders. Journal of Telemedicine and Telecare, 22(1), 3-11.
https://doi.org/10.1177/1357633X15586491

Real Decreto 1277/2003, de 10 de octubre, por el que se establecen las bases generales sobre
autorización de centros, servicios y establecimientos sanitarios. Boletín Oficial del Estado, 23
de octubre de 2003, núm. 254. https://www.boe.es/eli/es/rd/2003/10/10/1277/con

Richards, D. y Richardson, T. (2012). Computer-based psychological treatments for depression:


A systematic review and meta-analysis. Clinical Psychology Review, 32(4), 329–342.
https://doi.org/10.1016/j.cpr.2012.02.004

Sepah, S. C., Jiang, L. y Peters, A. L. (2015). Long-term outcomes of a Web-based diabetes


prevention program: 2-year results of a single-arm longitudinal study. Journal of Medical
Internet Research, 17(4), e4052. https://doi.org/10.2196/jmir.4052

Speth, C. (2016). El análisis DAFO: los secretos para fortalecer su negocio. Economía y
empresa. 50Minutos.es.

World Medical Assembly (1964). Declaration of Helsinki. Recommendations guiding doctors in


clinical research. World Medical Association. https://www.wma.net/what-we-do/medical-
ethics/declaration-of-helsinki/doh-jun1964/

31
Otros recursos

Comité de Bioética de España. (s. f). http://www.comitedebioetica.es/

Fresco, J. (12 de junio de 2018). 10 pasos fundamentales para abrir una consulta de psicología.
Psiky. Psiky https://www.psiky.es/emprendimiento-psicologos/abrir-consulta-psicologia/

Fresco, J. (2018). Guía. Requisitos imprescindibles para montar una consulta de psicología en
España. Psiky. https://www.psiky.es/requisitos-consulta/

32

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