Capítulo 2 Microbiología en alimentos de origen animal
Capítulo 2 Microbiología en alimentos de origen animal
Capítulo 2 Microbiología en alimentos de origen animal
A- Microbiología alterante
Las carnes, y sobre todo los procesados cárnicos, son productos que se
deterioran muy rápidamente debido a su alto valor nutricional, su pH de
entre 5,1 - 5,6, y su potencial de reducción, que permiten el crecimiento de
microorganismos anaeróbicos en el interior de las piezas cárnicas y
aeróbico en superficie.
Los cambios organolépticos [cambios en color, textura, olor, formación de
limo, etc.) se deben a los microbios y sus metabolitos.
Carne fresca refrigerada, formación de limo por bacterias lácticas,
enverdecimiento por oxidación por Lactobacillus y color verde de
reacción sulfuro de hidrógeno con hemoglobina por Shewanella
putrefaciens.
Carne fresca refrigerada al vacío o atm. modificada, deterioro por
bacterias lácticas, Lactobacillus o Pseudomonas.
Carne curada cocida al vacío o atm. modificada, limo, agriado, gas
y jugos blancos por bacterias lácticas.
Carne curada cocida envasada, licuación de la gelatina, agriado y
gas por Enterococos.
Procesados cárnicos y canales, alteración superficial por mohos
debido a disminución de Aw.
B- Microbiología patógena
No existe ningún procedimiento que asegure la ausencia de patógenos en
la carne cruda.
La carne de vacuno es buen hábitat para el crecimiento de cepas muy
virulentas de E. coli que colonizan su intestino, como:
E. coli enterohemorrágico (ECEH O157:H7)
enteropatógeno (ECEP)
enterotóxico (ECET).
Patógenos más transmitidos:
Por la carne de vacuno estarían la Salmonella spp., Staphylococcus
aureus y Clostridium perfringens.
Por la carne de porcino Campylobacter jejuni y Yersinia
enterocolítica. Listeria monocytogenes (en carnes crudas)
Con temperaturas de conservación o manipulación por encima de 25 °C,
entran en juego de manera destacada los anaerobios, con el Clostridium
entre ellos. Un alto porcentaje de Clostridium botulinum en carcasas de
cerdo.
1.2. Aves
El sistema intensivo de cría basado en la hacinación fomenta la
dispersión de microorganismos. Además, si el ave mantiene su piel y
vísceras durante la producción hay una mayor carga microbiológica.
Las bacterias encontradas principalmente son Salmonella y Campylobacter
jejuni y la Listeria monocytogenes (esta sin la higiene idónea).
A-Microbiología alterante
El principal microorganismo causante del deterioro lo constituyen especies
de Pseudomonas y otras como Corynebacterium y Lactobacilos y suelen
limitarse a la superficie.
Los tejidos y órganos internos no suelen tener carga microbiana o la tienen
en baja cantidad y no se reproducen a bajas temperaturas.
En el deterioro, los malos olores se perciben antes de la formación del
limo.
En aves sin eviscerar, la Shewanella putrefaciens (procedente del intestino)
produce el olor ácido de la carne.
La pechuga de pollo al tener un pH más ácido (5,7 - 5,9) que los muslos
(6,3 – 6,6) tienen mayor vida útil.
B-Microbiología patógena
Salmonella spp., Campylobacter jejuni y Listeria monocytogenes se
observan elevados en canales de pollos y pavos. También aparecen
especies de Yersinia y muy frecuente la presencia de Campylobacter jejuni
en los intestinos de las aves lo cual acaba contaminando los canales en
casos de mala praxis en el procesado.
.
Tanto la leche como los huevos son alimentos altamente nutritivos y con
una Aw elevada, lo que facilita el crecimiento de multitud de
microorganismos. Muchas veces ambos alimentos ya los traen, debido a
la naturaleza y condiciones higiénicas del entorno donde se producen.
La leche y los huevos están asociados a lo largo de la historia a una alta
transmisión de enfermedades debido a su consumo en crudo, algo muy
habitual hasta hace no muchos años y que, aunque ya en desuso en la UE,
aún sigue siendo costumbre en algunos ambientes rurales y en muchas partes
del mundo.
Actualmente, con la moda de la alimentación cruda, se vuelve a ver en ciertos
sectores minoritarios de la población el consumo de leche directamente del
animal, sin tratamiento térmico.
El consumo de huevos crudos también es habitual en ciertos remedios caseros
y en alimentación hiperproteica de algunos deportistas, aunque el acceso cada
vez mayor a ovoproductos pasteurizados en el supermercado ha hecho que
esta práctica entre deportistas haya disminuido.
A- Calidad de la leche
Para controlar la calidad de la leche y evitar adulteraciones, Sanidad y los
auditores de control alimentario tienen a su alcance toda una serie de
materiales y kits para realizar mediciones de los parámetros de la leche a
fin de hacer un primer control in situ, y de manera rápida y eficaz, de la
calidad de la leche, tanto organoléptica como microbiana o química.
Pruebas como:
La medición de su densidad por medio de un lactodensímetro es eficaz
para controlar que la leche no ha sido adulterada, por ejemplo, con agua.
La densidad a 15ºC oscila entre 1,028 y 1,033 g/cc, así toda variación fuera
de ese arco implica su adulteración.
B- Microbiología de la leche
La leche posee numerosos factores antimicrobianos como la lisozima y la
lactoperoxidasa, proteínas quelantes como la lactoferritina e
inmunoglobulinas maternas.
Los microorganismos en condiciones naturales proporcionan propiedades
organolépticas muy definidas, pero cuando se contaminan pueden
alterarse rápidamente llegando a suponer un riesgo para la salud en caso
de contaminación por flora patógena.
Un foco de contaminación muy importante es la contaminación externa, el
suelo y el forraje, la propia piel del animal y los utensilios de ordeño.
Los productos derivados de la leche al modificarse su Aw, pH, potencial
redox y otros parámetros presentan diferencias en la respuesta ante los
microorganismos con respecto a la leche. La fermentación de la leche por
bacterias lácticas para la formación de yogures, se produce una bajada de
pH a 4 – 4,3 lo que inhibe el crecimiento de bacterias patógenas.
En quesos curados y semicurados, el mismo proceso de curación es
inhibitorio de crecimiento microbiano.
3.2. Huevo
B- Microbiología patógena
Los principales vehículos de infección de Salmonella están asociados a las
aves y los huevos. El modo de cría de las aves facilita la diseminación de
S. Gallinarum, S. Pullorum, S. Enteritidis, S. Typhimurium.
Colonizan el tracto intestinal y transmiten la infección al huevo de manera
vertical y horizontal.
4 PARASITOSIS EN PRODUCTOS DE ORIGEN ANIMAL
D- Toxoplasma gondii
Parásito protozoario (microorganismo parasitario unicelular) causante de
toxoplasmosis, especialmente peligrosa en embarazadas por su riesgo de
transmisión al feto, pues puede provocarle daños neurológicos.
Es un parásito ubicuo en el medio ambiente y puede infestar a gran
cantidad de huéspedes intermedios. El hospedador final son los felinos,
que no presentan síntomas clínicos.
La transmisión se produce a través de las heces de estos animales a
animales de granja o de los felinos a alimentos por defecación en su
hábitat (hortalizas y agua).
E- Cryptosporidium
Parásito protozoo intestinal en personas y animales (mamíferos, aves y
peces) que produce la criptosporidiosis, infección intestinal cuyos
síntomas principales son diarreas y, en casos graves, vómitos y fiebre.
Los ooquistes del parásito, una vez excretados en las heces, pueden
sobrevivir fácilmente en el suelo y en condiciones adversas durante
bastantes meses.
La principal vía de contaminación es el alimento por consumo de leche y
derivados lácteos sin pasteurizar o curar, verduras o mariscos crudos o
poco cocinados. El parásito puede sobrevivir a la cloración del agua, por lo
que se debe tener en cuenta en entornos como piscinas.
B- Anisakis
El anisakis simplex es un nematodo (gusano redondo) y el parásito más
conocido entre los productos de pesca. Es el que mayores brotes de
toxiinfecciones por pescado o cefalópodos causa. Su ciclo biológico es: