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Eran las 19.30 de una tarde de invierno. Las nubes se movían por el cielo al típico estilo
británico mientras Paul Marchant salía de las oficinas centrales de Primark en West Street 41,
Reading. Un taxi le esperaba en la calle para llevarle al tren de regreso a Londres. La reunión
del comité de dirección había terminado más tarde de lo esperado pero la situación en los
mercados europeo y global exigía un plan estratégico valiente y a la vez preciso para acometer
los retos que aparecían en el horizonte.
Marchant se había hecho cargo de la dirección de la empresa tras la jubilación de su
fundador, Arthur Ryan, que condujo la firma durante más de 40 años. Ryan había cambiado la
reglas del comercio minorista tanto en Irlanda como en el Reino Unido, y había hecho de
Primark una maravillosa historia de éxito. Parecía algo realmente difícil estar a su altura. Para
lograrlo había que asumir importantes responsabilidades. Marchant sabía que tenía que empezar
a lograr resultados. ¿Podría superar su punto débil, es decir, las crecientes críticas sobre las
consecuencias sociales, ambientales y éticas de su modelo de negocio? ¿Era compatible prestar
atención a las críticas con mantener los precios bajos y los altos niveles de beneficios a los que
ABF (la empresa matriz de Primark) se había acostumbrado bajo el liderazgo de Ryan?
Mientras la campiña inglesa se deslizaba ante sus ojos, Marchant repasó los temas tratados
durante la reunión de la mañana y cómo habían llegado a la situación actual.
1 Caso preparado por Carlos Rodríguez-Lluesma y Pablo García Ruiz, publicado en Sison et al. (2018) Business
Ethics. A Virtue Ethics and Common Good Approach, London: Routledge, pp. 118-123.
2 McKinsey & Co. (2017). The State of Fashion, by I. Amed, A. Berg, L. Brantberg and S. Hedrich,
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Anexo 1). En este nuevo modelo, la diferenciación vino por el precio y el diseño de las marcas
de diseñadores (etiquetas independientes) o de los propios minoristas (marcas privadas).
Las marcas independientes tenían bajas barreras de entrada, ya que cualquiera podía
diseñar, producir y vender una línea de ropa, incluso a pequeña escala, particularmente dado el
aumento de los canales para la distribución online. En este modelo, los diseñadores retenían un
estricto control creativo sobre el producto, mientras que la actividad minorista permanecía en
manos de los distribuidores.
Por el contrario, las marcas privadas (como Primark) se enfrentaban a grandes barreras
de entrada, ya que el producto era creado y distribuido de principio a fin por la propia empresa.
Este enfoque implica la contratación de un equipo de diseño para crear una colección, y luego
producirla a través de los canales propios o contratados por la empresa, por lo que la empresa
termina gestionando todo el proceso.
Las marcas independientes por lo general establecen las tendencias del consumidor, lo
que les permite extraer mayores márgenes de sus ventas. El desarrollo de los modelos de
"respuesta rápida" y "moda rápida" disminuyó los riesgos de producir dichos artículos,
permitiendo que las marcas privadas se expandan y compitan con las marcas independientes y,
de ese modo, aumenten su participación en el mercado.
3Jamie Isenwater and Harold Thompson, “All About Primark,” Deutsche Bank Global Markets Research, April 13,
2010
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gratuita, se encontró con que los fans de la marca ya habían creado un grupo en Facebook que
contaba con 97.000 miembros. Primark decidió entonces no seguir adelante con su propia
cuenta oficial de Facebook. Este apoyo se hace evidente en la apertura de nuevas tiendas,
cuando numerosos seguidores se reúnen para celebrar la ocasión.
La publicidad gratuita también surge en forma de "Youtubers" que graban y publican
videos alardeando sobre la cantidad de artículos que han comprado con muy poco dinero. El
fenómeno del low-cost hizo furor durante la última crisis financiera, cuando los consumidores
jóvenes competían por la mejor oferta. Desde entonces, algunas celebridades han aparecido con
ropa barata en portadas de revistas, transmitiendo el mensaje de que uno puede vestirse con
estilo por un precio bajo. Primark se ha beneficiado de esta ola de publicidad gratuita para
mantener sus ventas.
c) Tiendas: Hipermercados de la moda
Mientras que otras firmas intentaron reducir el tamaño de las tiendas y mudarse al
centro de la ciudad, Primark se apegó a una política de grandes tiendas para fomentar un alto
volumen de ventas. Sus tiendas tienen en promedio unos 2.800 m2, y existen planes para
alcanzar un promedio de 3.700 m2. Trasladarse a la periferia de las ciudades o a grandes centros
comerciales ayudó a mantener bajos los costes. Las tiendas Primark se parecen más a los
supermercados que a las tiendas de sus competidores, ya que los cajeros son los únicos
empleados que los clientes suelen ver. Sin embargo, Primark logra vender un promedio de 6
artículos por cliente, el doble de lo que sus competidores obtienen por visita a la tienda.
Sin embargo, este éxito empresarial evidente se ha visto sometido a un escrutinio
público cada vez más estrecho con respecto a su impacto social, ambiental y moral.
4 Primark: €10? Ooh, that’s expensive, IESE Publishing, Case Study M-1249-E.
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Bangladesh que estaban trabajando 80 horas por semana por un salario de 7 céntimos a la hora,
y el descubrimiento de un taller en Manchester que alojaba a inmigrantes ilegales que
trabajaban 12 horas por día a un sueldo de 3,5 libras por hora.
Las críticas aumentaron en 2012, después de un incendio en la fábrica Tazreen Fashion
en las afueras de la capital de Bangladesh, Dacca, que dejó 111 trabajadores muertos. La fábrica
carecía de extintores de incendios, las puertas de emergencia estaban selladas y a los
trabajadores se les dijo que permanecieran en sus puestos de trabajo durante lo que resultó ser
un tiempo excesivamente largo, a pesar de la acumulación de humo en el local. El incidente
provocó protestas generalizadas entre los trabajadores de Bangladesh, que se tradujeron en
disturbios contra otras fábricas similares, así como la expulsión de unas 850 fábricas de la
Asociación de Fabricantes y Exportadores de Ropa de Bangladesh y un pacto firmado por
varios cientos de firmas norteamericanas y europeas para mejorar la seguridad y condiciones de
trabajo para los trabajadores de Bangladesh.
No mucho después del incendio, sin embargo, todo cambió para la firma irlandesa,
cuando un taller de fabricación de textiles de Bangladesh que incluía a algunos de los
proveedores de Primark -y de otras conocidas empresas de ropa- colapsó. Era un edificio de
ocho pisos, llamado Rana Plaza, que albergaba bancos y apartamentos, pero principalmente
operaciones textiles. El 24 de abril de 2013, el día del desastre, una fuerza laboral
mayoritariamente femenina fue a trabajar como de costumbre. El día anterior, algunos de los
inquilinos habían abandonado el edificio debido a algunas grietas grandes en las paredes, pero a
los trabajadores textiles se les ordenó que se presentaran al trabajo al día siguiente, como de
costumbre. Sin embargo, en ese día nefasto, el edificio se derrumbó, dejando 1.129 muertos,
2.515 heridos y una gran cantidad de trabajadores lisiados para siempre. Los testigos
transmitieron una visión sombría y fatídica, con decenas de personas clamando por ayuda desde
debajo de los escombros. Los investigadores concluyeron que el edificio dejaba mucho que
desear. Construido sobre un terreno pantanoso, con materiales de baja calidad y procesos de
construcción deficientes, el Rana Plaza comenzó a emitir sonidos ominosos poco después de su
inauguración. Estos factores, junto con una tremenda falta de mantenimiento, crearon
suficientes ingredientes para el desastre. Como era de esperar, el colapso llegó a los telediarios,
portadas de periódicos y revistas de todo el mundo. Las protestas sobre la explotación, la
imprudencia y la avaricia ejercieron una enorme presión sobre las empresas textiles, incluido
Primark, pues era uno de sus proveedores quien ocupaba el segundo piso del edificio que se
derrumbó.
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Algunas empresas de ropa han comenzado a abordar los desafíos de la sostenibilidad
por sí mismas. En 2016, H&M lanzó su Conscious Collection, cuyo objetivo era alentar a los
clientes a reciclar sus prendas trayendo sus prendas viejas (de cualquier marca) y ponerlas en
contenedores en sus tiendas de todo el mundo. "H&M las reciclará y creará nuevas fibras
textiles, y a cambio usted recibe cupones para usar en H&M. ¡Todos ganan! ", se podía leer en
el blog de la empresa. Sin embargo, H&M admite que solo el 0,1% de toda la ropa recolectada
en dichos programas se convierte de hecho en fibra textil nueva. Algunas empresas de ropa han
formado con entidades sociales coaliciones como The Better Cotton Initiative o I:CO para poner
en práctica iniciativas como diseñar prendas que se puedan reutilizar más fácilmente y financiar
la investigación en tecnologías de reciclaje y en el desarrollo de fibras que tengan menor
impacto ecológico, además de establecer estándares laborales y medioambientales más elevados
para los proveedores.
b) Consumismo y estilos de vida
El éxito de Primark también ha alimentado preocupaciones sobre el creciente
consumismo en las sociedades más desarrolladas. Los compradores de moda rápida conservan
las prendas solo la mitad del tiempo que hace 15 años. Tratan los artículos de menor precio casi
como productos de usar y tirar, y muchos los descartan después de siete u ocho días.5 El afán
por la novedad es lo primordial. Zara ofrece 24 nuevas colecciones de ropa cada año. H&M
ofrece de 12 a 16 y las actualiza semanalmente. Numerosas voces se preguntan si realmente
necesitamos esta cantidad de ropa y dónde radica el límite del consumo.
Agentes sociales como el Ethical Fashion Forum pretenden transformar los estándares
sociales y medioambientales en la industria de la moda. Enseñar a los consumidores cómo vivir
con mucho menos parece ser un asunto crítico. EthicalConsumer.org ha lanzado su campaña
Fight-Fast-Fashion para alentar a las personas a renunciar a comprar en las rebajas de enero y
en su lugar celebrar la ropa que ya poseen. Están popularizando consejos sobre cómo alargar la
vida de la ropa. También piden a la gente que se lo piensen dos veces antes de comprar, y les
animan a reparar, reutilizar y reciclar lo que ya tienen.
Populares bloggers creadores de tendencias, como Kristiana, dicen que "tenemos que
cambiar nuestra mentalidad sobre esta idea de moda desechable a la que estamos contribuyendo
tan activamente". Y toma concretamente Primark como ejemplo a evitar: "Compra menos
cosas!, compra solo lo que NECESITAS, compra a artistas locales, artículos de segunda mano o
vintage." Con todo, como miembro de la generación millenial, ella admite abiertamente que
"todavía compro más de lo que me gustaría y me siento atraída (y afectada emocionalmente) por
cosas que no necesito. Es difícil cuando estás en el mundo de los blogs y eres una chica joven e
impresionable. Es muy fácil dejarse influir por otros y buscar la autoestima comprando las cosas
que ves en tus personas favoritas en Instagram. (...) Quiero inspirar a la gente en sus elecciones
de estilo, pero no quiero que la gente compre cosas que ellos no sabían que querían."6
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hacer auditorías a sus proveedores y por poner en marcha iniciativas de gestión ética, de vez en
cuando seguían saliendo noticias negativas en prensa.
Primark tiene que reconsiderar hasta qué punto debe controlar su cadena de suministro.
La pregunta "¿qué deberíamos hacer?" contiene otra más básica sobre "¿cuánto es suficiente?".
¿Cuán atrás en la cadena de suministro debería ir la empresa para controlar a sus proveedores?
El contexto institucional de Bangladesh hace difícil la confianza: por ejemplo, muchas licencias
y acreditaciones laborales y de construcción demostraron ser falsas después del colapso del
Rana Plaza. ¿Debería Primark enviar sus propios arquitectos, ingenieros y expertos laborales
para verificar todo el ecosistema de fábricas que sus prendas pueden llegar a recorrer en su viaje
hacia los consumidores finales?
Además, si bien era cierto que no podían hacer caso omiso de sus deberes éticos,
consideraba que otros jugadores podrían tener un papel más decisivo con respecto al tema. Por
ejemplo, un artículo publicado en The Economist poco después del colapso (4 de mayo de 2013)
argumentaba que gran parte de la culpa residía en los gobiernos bangladesíes de diverso nivel,
que apenas habían hecho intentos rudimentarios para hacer cumplir su propio código nacional
de construcción, especialmente a propietarios políticamente bien conectados.
Por otro lado, existen restricciones adicionales que es preciso tener en cuenta. Como
comentó un analista, "el margen bruto relativamente bajo de Primark contribuye en gran medida
a demostrar [que] es Primark quien soporta el impacto de los precios bajos, no los proveedores".
Si los proveedores decidieran ir a lo que algunos críticos vocales llamaron "el camino correcto"
de subir los salarios, Primark podría verse obligado a comprar sus prendas en otros países donde
los costes laborales son aún menores, como Camboya o Vietnam.
Finalmente, están las preocupaciones ecológicas y culturales. ¿Debería Primark liderar
las mejoras medioambientales en la producción y distribución de ropa? ¿Es realmente
perjudicial para los jóvenes de los países desarrollados una cultura consumista ampliamente
difundida? ¿Es Primark responsable de eso? ¿Debería hacer algo al respecto? Y si es así, ¿qué?
A punto de llegar a la estación de Paddington, Marchant vio a su esposa y dos hijos.
Durante su viaje de treinta minutos, Marchant había examinado diferentes ideas e comentarios
que habían salido en la reunión, pero la parte más difícil del proceso estaba ahora ante él; tenía
que comenzar a redactar una hoja de ruta el próximo lunes. El riesgo de que el modelo de
Primark deje de estar en sintonía con la sociedad en un plazo cercano podría ser alto. Factores
como un aumento del poder adquisitivo, un creciente interés en la calidad, una mayor
conciencia ecológica global y un cambio cultural hacia estilos de vida más simples y menos
materialistas, pueden suponer un problema para el negocio. Teniendo en mente estas fuentes de
preocupación, Marchant se preguntaba cómo mantener, y si fuera posible, mejorar los resultados
que este modelo de negocio ha logrado hasta ahora.
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Anexo 1. Modelos de producción en el sector de la moda.
• Long production lead times and standard • Careful monitoring of consumer and industry tastes
product design capabilities for unexpected fads
• Lead times of 6-12 months • Use of “trend-spotters” and designers around the
• Inventory decisions are finalized before world
learning the true market size • Focus on design and development of trendier
• Product design efforts result in (relatively) products without reducing production times, owing to
low consumer valuations the difficulty (logistical and cultural) of overhauling
Slow Production
EXAMPLE: BCBG,
FRENCH CONNECTION
Better matching of supply and demand season, after the market has revealed itself
reduces the severity and frequency of end- • Double incentive for customers to buy immediately
of-season clearance sales and at full price (QR and ED)
• Sourced from higher labor wage countries
such as Europe and North Africa EXAMPLE: H&M, BENETTON,
• Decreases the future utility of waiting for ZARA’S “TRENDY” ITEMS
clearance prices (due to current low prices)
Fuente: G. P. Cachon and R. Swinney (2010) “The Value of Fast Fashion,” Stanford University Press.
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Anexo 2. Primark y sus competidores - EBIT 2005-2016
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Primark. El coste de los precios bajos
Preguntas de preparación
2. ¿Cuáles son los aspectos críticos del modelo? ¿A qué riesgos se enfrenta? ¿Qué puede
hacer Marchant para gestionar esos riesgos?
3. ¿Cuáles son las principales críticas y comentarios por parte de los stakeholders? ¿Cuál
debería ser la reacción de Primark? Por ejemplo, ¿debería imitar a H&M y lanzar su
propia Conscious Collection?