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RIESGOS ELÉCTRICOS

UNIDAD Nº 5

2024
INTRODUCCION

Hoy en día no concebimos nuestra vida cotidiana sin la utilización de la energía


eléctrica.

Sin dicha energía, ¿cómo nos apañaríamos para ver de noche o en locales
cerrados o con poca iluminación natural?, ¿cómo podrían funcionar la fábricas,
talleres o cualquier otro sistema productivo de todos aquellos elementos que nos
son útiles en nuestro quehacer rutinario?

Así podemos seguir haciendo una relación de cuestiones que nos son vitales,
pero que no reparamos en ello por disponer de la energía eléctrica. Por tanto,
determinamos que dicha energía nos es vital para poder vivir.

Ahora bien, si tan necesaria nos es la energía eléctrica, también debemos saber
que nos puede afectar negativamente si no hacemos uso adecuado de la misma.

La experiencia nos dice que el número de accidentes que tienen su origen en la


utilización de la electricidad, si bien no es elevado en relación con otras causas, sí
que lo es en cuanto a la gravedad de la lesión que produce. Esto es extensivo
tanto para nuestra vida ordinaria como para la laboral.

Los riesgos eléctricos están asociados con los efectos de la electricidad y en su


mayor parte están relacionados con el empleo de las instalaciones eléctricas. Las
citadas instalaciones están integradas por elementos que se utilizan para la
generación, transporte y uso de la energía eléctrica.

Sin embargo también existen riesgos por la aparición de fenómenos eléctricos


relativamente fortuitos como pueden ser las descargas atmosféricas o las
descargas electrostáticas.

Los riesgos eléctricos afectan tanto a las personas como a las infraestructuras
(ingeniería civil, edificaciones e instalaciones).

Es fundamental para la eliminación y reducción de riesgos que se contemple


desde un primer momento, antes de comenzar el diseño de una instalación
eléctrica, el destino y uso de la misma, solo de esta forma se logrará el objetivo
previsto.

Los especialistas en electricidad dividen los contactos eléctricos en dos grupos:


directos, que implican el contacto con componentes activos, e indirectos, en los
que los contactos tienen derivación a tierra. Cada uno de estos grupos exige
medidas preventivas totalmente diferentes.
Desde el punto de vista médico, el camino que recorre la corriente a través del
cuerpo es el determinante clave del pronóstico y la terapéutica. Por ejemplo, el
contacto bipolar de la boca de un niño con la la ficha de una extensión origina
quemaduras muy graves en la boca, pero no la muerte si el niño está bien aislado
del suelo.

En espacios de trabajo, donde es corriente que existan altas tensiones, también


es posible que salte un arco eléctrico entre un componente activo que se
encuentre a alta tensión y los trabajadores que se acercan demasiado al
componente.

Las situaciones específicas del trabajo influyen también en las consecuencias de


los accidentes eléctricos: por ejemplo, los trabajadores pueden caerse o no actuar
como es debido al ser sorprendidos por una sacudida eléctrica, por lo demás
relativamente inofensiva.

Todas las tensiones presentes en los lugares de trabajo son susceptibles de


provocar accidentes. Cada sector industrial tiene su propio conjunto de
condiciones capaz de originar contacto directo, indirecto, unipolar, bipolar, por
arco o inducido y, en último término, accidentes.

Desde luego, no es posible abarcar en esta unidad todas las actividades humanas
relacionadas con la electricidad, pero conviene recordar los principales tipos de
trabajo eléctrico:

1. actividades que implican trabajar con cables activos (la


aplicación de procedimientos extremadamente rigurosos ha
conseguido reducir el número de electrizaciones durante este
tipo de trabajo);

2. actividades que implican trabajar con cables desactivados,

3. actividades realizadas en la proximidad de cables activos (estas


actividades exigen la máxima atención, puesto que a menudo
son ejecutadas por personas que no son electricistas).

Fisiopatología

En la ley de Joule para corriente continua

W = V x I x t = RI2 t

(El calor producido por una corriente eléctrica es proporcional a la resistencia y al


cuadrado de la corriente) todas las variables guardan una estrecha relación entre
sí. Si se trata de corriente alterna también es preciso tener en cuenta el efecto de
la frecuencia.

Los organismos vivos son conductores eléctricos. La electrización tiene lugar


cuando hay una diferencia de potencial entre dos puntos del organismo. Es
importante subrayar que el peligro de accidentes eléctricos no surge del mero
contacto con un conductor activo, sino del contacto simultáneo con un conductor
activo y otro cuerpo a potencial diferente.

Los tejidos y órganos que recorre la corriente pueden experimentar una excitación
funcional motora que en algunos casos es irreversible, o bien sufrir lesión
temporal o permanente, en general a consecuencia de quemaduras.

El grado de estas lesiones está en función de la energía liberada o de la cantidad


de electricidad que atraviesa los tejidos. Así pues, el tiempo de paso de la
corriente eléctrica es crítico para determinar la gravedad de la lesión. (Por
ejemplo, las anguilas eléctricas y las rayas producen descargas muy
desagradables, capaces de inducir pérdida del sentido.

Pero aunque la tensión de la descarga sea de 600 V, la corriente de alrededor de


1A y la resistencia del sujeto de unos 600 ohms, estos peces son incapaces de
inducir una sacudida mortal, porque la duración de la descarga es demasiado
corta, de algunas decenas de microsegundos.). Así pues, a altas tensiones
(>1.000 V), la muerte se debe casi siempre a la extensión de las quemaduras. A
tensiones más bajas, la muerte está en función de la cantidad de electricidad (Q =
I x t), que llega al corazón, determinada por el tipo, el emplazamiento y el área de
los puntos de contacto.
En los puntos siguientes se observaran el mecanismo de la muerte ocasionada
por accidentes eléctricos, los tratamientos inmediatos más eficaces y los factores
que determinan la gravedad de la lesión, que son la resistencia, intensidad,
tensión, frecuencia y forma de onda.

CAUSAS DE MUERTE EN ACCIDENTES ELÉCTRICOS EN LA INDUSTRIA

En casos raros, la causa de la muerte es la asfixia, debida al tétanos prolongado


del diafragma, a la inhibición de los centros respiratorios en casos de contacto con
la cabeza o a densidades de corriente muy altas, por ejemplo, a consecuencia de
alcances de rayo. Si se presta ayuda en los tres minutos siguientes, se puede
reanimar a la víctima con RCP.

Por el contrario, la principal causa de muerte sigue siendo el colapso de la


circulación periférica que sigue a la fibrilación ventricular. Aparece siempre que no
se aplica masaje cardíaco. Todos los electricistas deberían saber cómo hacerlo, y
continuar haciéndolo hasta la llegada de la asistencia médica urgente, que casi
siempre tarda más de tres minutos.

Muchísimos electropatólogos e ingenieros de todo el mundo han estudiado las


causas de la fibrilación ventricular, con objeto de idear mejores medidas
protectoras, activas o pasivas (Comisión Electrotécnica Internacional 1987; 1994).

La desincronización aleatoria del miocardio exige la persistencia de una corriente


eléctrica de frecuencia, intensidad y tiempo de tránsito específicos. Y lo más
importante es que la señal eléctrica llegue al miocardio durante la denominada
fase vulnerable del ciclo cardíaco, correspondiente al comienzo de la onda T del
electrocardiograma.

ESTUDIO CLÍNICO DE LA DESCARGA ELÉCTRICA

Es clásica la división de las electrizaciones entre incidentes de baja tensión (de 50


a 1.000 V) y de alta tensión (>1.000 V).

La baja tensión es un peligro cotidiano, desde luego omnipresente, y las


descargas originadas por ella se encuentran en entornos domésticos, de ocio,
agrícolas y hospitalarios, así como en los industriales.

Para pasar revista ordenadamente las descargas eléctricas de baja tensión,


desde la más trivial a la más grave, debemos comenzar con las que no presentan
complicaciones. Sus víctimas pueden apartarse por sí mismas del daño,
conservan la conciencia y mantienen la ventilación normal. Los efectos sobre el
corazón se limitan a una simple taquicardia sinusal con o sin anormalidades
cardiográficas leves.
A pesar de las consecuencias relativamente leves de estos accidentes, la
electrocardiografía sigue siendo una precaución médica y médico-legal adecuada.

Las víctimas de descargas algo más fuertes y duraderas debidas a contactos


eléctricos experimentan perturbaciones o pérdida de conciencia, pero se
recuperan por completo con más o menos rapidez, y el tratamiento acelera la
recuperación.

Un reconocimiento revela por lo general hipertonías neuromusculares, problemas


de hiperventilación reflectiva y congestión, ésta última como efecto secundario
frecuente de obstrucción orofaríngea.

Los trastornos cardiovasculares son el resultado de hipoxia o anoxia, o bien


pueden adoptar la forma de taquicardia, hipertensión y, en algunos casos, incluso
aborto. Los pacientes en estas condiciones necesitan atención hospitalaria.

Los accidentes derivados de altas tensiones dan lugar a quemaduras importantes,


aparte de los efectos descritos en los accidentes de baja tensión. La conversión
de energía eléctrica en calor ocurre en los espacios internos y externos.

Las víctimas sufren quemaduras, que se clasifican en cuatro grupos:

1. quemaduras de arco, que suelen afectar a la piel expuesta y que


en algunos casos se complican con quemaduras debidas a ropa
ardiendo;
2. quemaduras electrotérmicas múltiples, extensas y profundas,
originadas por contactos de alta tensión;
3. quemaduras clásicas, provocadas por ropa ardiendo y por la
proyección de material en llamas,
4. quemaduras mixtas, provocadas por arcos, incendio y paso de
corriente.
PREVENCION Y NORMAS

Peligros y medidas preventivas en instalaciones eléctricas


Los numerosos componentes que forman parte de las instalaciones eléctricas
presentan diversos grados de robustez. Pero con independencia de su inherente
fragilidad, todos tienen que funcionar con fiabilidad en condiciones inclementes.

Por desgracia, aun en las mejores circunstancias, el equipo eléctrico está sujeto a
fallos susceptibles de ocasionar lesiones a las personas o daños materiales.

El funcionamiento seguro de las instalaciones eléctricas es el resultado de un


buen diseño inicial, no la mera actualización debida a los sistemas seguridad.

Tal afirmación es un corolario del hecho de que mientras la corriente circula a la


velocidad de la luz, todos los sistemas electromecánicos y electrónicos presentan
retardos de reacción provocados sobre todo por la inercia térmica, la inercia
mecánica y las condiciones de mantenimiento.

Los retardos, cualesquiera que sean sus orígenes, son lo bastante duraderos para
que las personas puedan sufrir lesiones, y el equipo, daños (Lee, Capelli-
Schellpfeffer y Nelly 1994; Lee, Cravalho y Burke 1992; Kane y Sternheim 1978.).

Es esencial que el equipo sea instalado y mantenido por personal cualificado. Se


debe subrayar que es preciso establecer medidas técnicas que garanticen el
funcionamiento seguro de las instalaciones y al mismo tiempo protejan al personal
y al equipo.

Introducción a los peligros eléctricos


La operación adecuada de las instalaciones eléctricas exige que la maquinaria, el
equipo y las líneas y circuitos eléctricos estén protegidos de los peligros causados
tanto por factores internos (es decir, que surgen dentro de la instalación) como
externos (Andreoni y Castagna 1983).

Sistemas de protección

Interruptor diferencial (disyuntor)

Este dispositivo es el encargado de proteger a las personas de las descargas


eléctricas. Funciona en conjunto con las tomas de tierra de todos los elementos
de instalación.
Un interruptor diferencial o también llamado disyuntor, es un sistema de
protección automático que se instala en el cuadro principal de cualquier
instalación eléctrica, aguas debajo de toda carga conectada y que tiene la función
de proteger la instalación de derivaciones a tierra y a las personas de contactos
directos o indirectos.

Este interruptor automático, corta automáticamente el suministro eléctrico de la


instalación en el momento en que se produce una fuga de intensidad.

Los interruptores diferenciales se clasifican según sus fases (monofásico o


trifásico), la diferencia de potencial a la que estarán sometidos (230 V o 400 V), la
intensidad máxima que les puede atravesar, su sensibilidad, siendo los más
habituales de 30 miliamperios y de 300 miliamperios y según el tiempo necesario
para su reacción, que no debería ser inferior a 30 milisegundos.

Los interruptores diferenciales disponen de un botón o “tester”, marcado


generalmente con una T. Este botón sirve para comprobar que el funcionamiento
del interruptor diferencial o disyuntor es correcto.

En ocasiones, en instalaciones complejas en las que se montan subcuadros bajo


el principal, es necesario retardar la velocidad de corte de los interruptores
diferenciales del cuadro principal.

Cómo funciona un interruptor diferencial

La base del funcionamiento del interruptor diferencial es sencilla. Simplemente


mide la intensidad de corriente que entra en un circuito y la que sale del mismo. Si
la medición es la misma, quiere decir que no se pierde por ningún sitio y que la
instalación es correcta, pero si la medición es distinta, significa que la intensidad
de está perdiendo por algún sitio.

Imaginemos el circuito eléctrico de nuestra vivienda, compuesto por las


protecciones principales, un interruptor diferencial, varios enchufes y la
iluminación. Cuando se está utilizando alguno de estos aparatos eléctricos, entra
en la instalación una intensidad I.

Si por cualquier causa, una persona toca la instalación, cierta intensidad de


corriente circulará a través de esta persona hasta el suelo, por lo que la medición
de la intensidad realizada por el interruptor diferencial a la salida del circuito será
la diferencia entre la que entraba y la que va a tierra a través del cuerpo de esa
persona.

De esta forma, al ser diferente la intensidad de entrada y la de salida, el


dispositivo automático abrirá el circuito, cortando el paso de corriente al interior de
la instalación y evitando la muerte de esa persona.
El ingenio de este dispositivo radica en cómo un interruptor diferencial mide la
corriente que entra y sale del circuito para así determinar si entra y sale la misma
intensidad.

El interruptor diferencial o disyuntor está conectado en el inicio de la instalación y


en el final, es decir, al cable de entrada y al de salida.

Dispone en estas conexiones de dos bobinas que generan un campo magnético


opuesto (la intensidad circula por cada bobina en sentido contrario) junto a un
núcleo o armadura que permite, mediante un dispositivo mecánico cortar la
alimentación eléctrica accionando ciertos contactos.

De esta manera, cuando el campo ejercido por las bobinas sobre el núcleo es
diferente, automáticamente el dispositivo mecánico corta la alimentación.

Llave termomagnética

Es popularmente conocida como ‘llave térmica’. Este dispositivo protege la


instalación del recalentamiento de los cables (para evitar que se quemen) ante
una sobrecarga.

Cuando aumenta demasiado la corriente que circula por el circuito, este


dispositivo se calienta y corta. A diferencia de los fusibles (que deben ser
reemplazados tras un único uso), la llave termomagnética puede ser reconectada.

Por ejemplo, si en una vivienda se conectan más aparatos de los que la


instalación puede soportar, la llave actuará para impedir el sobrecalentamiento
que podría derivar en un incendio.

Puestas a tierra

La puesta a tierra (PAT) es un sistema de protección al usuario de los aparatos


conectados a la red eléctrica. Un cable, por lo general verde y amarillo se
encuentra en todas las cañerías eléctricas de una vivienda, el cual protege al
circuito de fugas de corriente que pueden darse por cables pelados o artefactos
eléctricos a masa.

Cuando hay una corriente de fuga que se va por este cable a tierra actúa el
interruptor diferencial dejando sin electricidad todo el circuito de la vivienda.
La importancia de tener puesta a tierra en casa

En muchas situaciones la PAT puede salvar vidas, existen casos donde un


lavarropas o una heladera han estado con corriente en el chasis por un cable
pelado en su interior, y en el momento que una persona ha tocado el artefacto ha
sufrido daños por la misma. También puede pasar que dentro de los caños de
electricidad haya un cable pelado y se esté perdiendo corriente, aunque sea una
pequeña cantidad, no es bueno que esto ocurra.

Con una correcta puesta a tierra en el circuito eléctrico de toda la casa estas
cosas se pueden evitar.

Un buen sistema y conexión de puesta a tierra, no solo brinda seguridad sino que
también es utilizado en beneficio de plantas y equipos destinados a producción de
bienes y servicios, evitando con su implementación la posibilidad de sufrir daños,
producto de defectos de aislación como de corrientes producidas por descargas
atmosféricas, lo que sin dudas tiene como consecuencia el quebranto económico
que supone los tiempos improductivos, la sustitución de equipos y componentes
como así también los litigios derivados por accidentes y por la no aplicación de las
normativas vigentes.

Significado de los colores de los cables eléctricos

Verde y amarillo:
También llamado el conductor de toma a “tierra”; es decir, llevará la electricidad al
panel de interruptores, fuera a una varilla que está enterrada en el suelo. Esto es
para evitar que la electricidad se ejecute a través de la persona., Para evitar
confusiones, se comenzó a utilizar este cable bicolor, más llamativo. Estos
conductores no llevan marca.

Azul: es el neutro. Su etiqueta es N.

Marrón: es el cable de fase, aunque también puede ser negro o gris,


dependiendo del color del aparato que lo lleve incorporad. Se etiqueta como L.

Las causas internas comprenden:


• tensiones excesivas;
• cortocircuitos;
• modificación de la forma de onda de la corriente;
• inducción;
• interferencia;
• corrientes excesivas;
• corrosión, que provoca fugas de corriente eléctrica a tierra;
• calentamiento de materiales conductores y aislantes, que
pueden producir quemaduras en el operador, emisiones de
gases tóxicos, incendio de componentes y, en atmósferas
inflamables, explosiones;
• fugas de líquidos aislantes, como el aceite,
• generación de hidrógeno o de otros gases que favorezcan la
formación de mezclas explosivas.

Cada combinación peligro-equipo exige medidas protectoras específicas, algunas


de las cuales son obligatorias en virtud de leyes o de reglamentos técnicos
internos. Los fabricantes tienen la responsabilidad de conocer las estrategias
técnicas específicas capaces de reducir riesgos.

Entre las causas externas se cuentan:

• factores mecánicos (caídas, golpes, vibración);


• factores físicos y químicos (radiación natural o artificial,
temperaturas extremas, aceites, líquidos corrosivos, humedad);
• viento, hielo, rayos;
• vegetación (árboles y raíces, secos y mojados);
• animales (en zonas urbanas y rurales), que pueden dañar el
aislamiento de líneas de distribución de energía y, por lo tanto,
provocar cortocircuitos o falsos contactos,
• y, no menos grave aunque se mencione en último lugar,
algunos adultos o niños descuidados, imprudentes o
inconscientes de los riesgos y de los procedimientos de
funcionamiento.

Otras causas externas son la interferencia electromagnética procedente de líneas


de alta tensión, receptores de radio, máquinas de soldar (capaces de generar
sobretensiones transitorias) y solenoides.

Las causas de los problemas más habituales proceden del mal funcionamiento o
falta de normalización de elementos como:

• equipo protector mecánico, térmico o químico;


• sistemas de ventilación, sistemas de refrigeración de
máquinas, equipo, líneas o circuitos,
• coordinación de aislantes empleados en partes diferentes de
la planta
• coordinación de fusibles y disyuntores automáticos.

Un solo fusible o disyuntor automático es incapaz de proporcionar una protección


adecuada frente a excesivas corrientes en dos circuitos diferentes. Los fusibles o
disyuntores automáticos protegen contra fallos de fase-neutro, pero la protección
contra fallos de fase-tierra exige disyuntores automáticos de corriente residual. Se
recomiendan las medidas siguientes:

• utilización de relés de tensión y descargadores para coordinar


los sistemas de protección;
• sensores y componentes mecánicos o eléctricos en los
sistemas protectores de la instalación;
• separación de circuitos a tensiones diferentes (debe
mantenerse una separación de aire adecuada entre
conductores; las conexiones deben estar aisladas; los
transformadores se deben equipar con pantallas conectadas a
tierra y protección conveniente contra tensiones excesivas, y
con bobinados de primario y secundario totalmente
segregados);
• códigos de colores u otras precauciones útiles para evitar
equivocaciones en la identificación de hilos;
• confundir el conductor de la fase activa con el neutro da lugar
a la electrización de los componentes metálicos externos del
equipo,
• equipo de protección contra interferencia electromagnética.

La importancia de estas medidas es especial en la instrumentación y las líneas


utilizadas para la transmisión de datos o el intercambio de señales de protección
y/o control. Se debe mantener la separación adecuada entre las líneas o los filtros
y pantallas empleados. En los casos más críticos se utilizan a veces cables de
fibra óptica.

El riesgo asociado a las instalaciones eléctricas aumenta cuando el equipo trabaja


en condiciones extremas, las más corrientes de las cuales se derivan de peligros
eléctricos en ambientes húmedos o mojados.

Las finas capas conductoras líquidas que se forman sobre las superficies
metálicas y aislantes en ambientes húmedos o mojados crean caminos nuevos,
irregulares y peligrosos para la corriente.

La infiltración de agua reduce la eficacia del aislamiento y, si el agua llega a


penetrar en el aislamiento, puede provocar fugas de corriente y cortocircuitos. Se
trata de efectos que no sólo dañan las instalaciones eléctricas, sino que
multiplican los riesgos para las personas. Así, este peligro justifica la necesidad
de normas especiales para trabajar en ambientes duros, como emplazamientos a
la intemperie, instalaciones agrícolas, edificios en construcción, cuartos de baño,
minas, bodegas y algunos emplazamientos industriales.

Se dispone de equipo que suministra protección contra la lluvia, las salpicaduras


laterales o la inmersión completa.
El equipo ideal debe ser cerrado, aislado y anticorrosión.

Los recintos metálicos han de estar puestos a tierra. El mecanismo de fallo en


estos ambientes mojados es el mismo que el observado en atmósferas húmedas,
pero los efectos son más graves.

Peligros eléctricos en atmósferas pulverulentas

El polvo fino que entra en las máquinas y en el equipo eléctrico produce abrasión,
sobre todo de las piezas móviles. El polvo conductor puede provocar también
cortocircuitos, mientras que el polvo aislante interrumpe el paso de corriente y
aumenta la resistencia de contacto.

Las acumulaciones de polvo fino o grueso alrededor de las cajas de equipo son
depósitos potenciales de humedad y agua. El polvo seco es un aislante térmico,
que reduce la dispersión del calor y aumenta la temperatura local; este aumento
puede dañar los circuitos eléctricos y provocar incendios o explosiones.

Se deben instalar sistemas estancos al agua y a prueba de explosión en


emplazamientos industriales o agrícolas donde se lleven a cabo procesos en que
intervengan polvos.

Peligros eléctricos en atmósferas explosivas o en emplazamientos que alberguen


materiales explosivos Las explosiones, incluidas las de atmósferas que contengan
gases y polvos explosivos, pueden dispararse por la apertura y cierre de circuitos
eléctricos activos, o bien por cualquier otro proceso transitorio capaz de generar
chispas de energía suficiente.

He aquí los lugares en los que existe este peligro:

minas y lugares subterráneos donde se puedan acumular gases, en


especial metano;
empresas químicas;
salas de almacenamiento de baterías de plomo, en las que se puede
acumular hidrógeno;
el sector agroalimentario, en el que se pueden generar polvos orgánicos
naturales;
el sector de materiales sintéticos,
la metalurgia, en especial la que utiliza aluminio y magnesio.

Allí donde exista este peligro, el número de circuitos y equipos eléctricos deberá
ser el mínimo: por ejemplo, mediante la eliminación de motores y transformadores
eléctricos o su sustitución por equipo neumático. El equipo eléctrico que no pueda
eliminarse debe quedar encerrado, para evitar cualquier contacto de gases y
polvos inflamables con chispas, y mantenido dentro del recinto cerrado en una
atmósfera de gas inerte a presión positiva.

Donde haya posibilidad de explosión se utilizarán recintos a prueba de explosión y


cables eléctricos a prueba de incendios.

Se ha desarrollado un abanico completo de equipo a prueba de explosión para


algunos sectores de alto riesgo (p. ej., el sector del petróleo y el químico).

Debido al elevado coste del equipo a prueba de explosión, las plantas se suelen
dividir en zonas de distinto peligro eléctrico.

Cuando se aplica este criterio, en las zonas de alto riesgo se emplea equipo
especial, mientras que en las demás se acepta un cierto grado de riesgo. Se han
desarrollado diversos criterios y soluciones técnicas específicas de sectores;
éstas comprenden por lo general alguna combinación de puesta a tierra,
segregación de componentes e instalación de barreras divisorias de zonas.
EL RIESGO DE ELECTROCUCIÓN

Definimos riesgo de electrocución como la posibilidad de que una corriente


eléctrica circule a través del cuerpo humano. Partiendo de esta premisa, podemos
considerar o tener en cuenta los siguientes aspectos:

Factores necesarios para la circulación de una corriente eléctrica:


La existencia de un circuito eléctrico compuesto por
elementos conductores
Que el circuito esté cerrado o pueda cerrarse
La existencia en dicho circuito de una diferencia de potencial
mayor que cero

Factores necesarios para la circulación de una corriente eléctrica a través del


cuerpo humano:
Que el cuerpo humano sea conductor. (El cuerpo humano, no
aislado, es conductor debido a sus fluidos internos, es decir, a
la sangre, la linfa, etc).
Que dicho circuito esté formado en parte por el propio cuerpo
humano.
La existencia entre dos puntos de entrada y salida de la
corriente en el cuerpo de una diferencia de potencial distinta
de cero.

Si estos requisitos se cumplen, estamos en condiciones de afirmar que existe o


puede existir un riesgo de electrocución.

RESISTENCIA DEL CUERPO


Resistencia del cuerpo, la conductibilidad eléctrica de los tejidos es paralela a su
contenido de agua. Oponen menor resistencia, (siendo por lo tanto, buenos
conductores), el sistema vascular (sangre, linfa), músculos y L.C.R., mientras que
el esqueleto, nervios periféricos y piel tienen una resistencia más elevada

La resistencia de la piel normal disminuye por la humedad, y este factor por sí


solo, puede hacer que una lesión que ordinariamente no pasaría de ser moderada
se transforme en un choque mortal.

La resistencia de la piel seca es 20 veces mayor que la de la piel húmeda, siendo


de más o menos 5.000 ohms.
En las vísceras cae a 100 ohms, de modo que voltajes muy bajos, pueden
producir electrocución, ya que al disminuir la resistencia se pueden obtener
intensidades fatales (ley de ohm I = V/ R ).

TRAYECTO DE LA CORRIENTE

El paso de la corriente eléctrica a través del cuerpo es crucial.


Si el paso de la corriente tiene como puntos de contacto la pierna y el piso, la
lesión será menos perjudicial que en aquellos en que los polos del circuito están
en la cabeza y en un pie, o en su trayectoria está involucrado el corazón.
DURACIÓN DEL CONTACTO

Mientras más tiempo dure el paso de la corriente por el organismo, más nefasto
será influyendo en su pronóstico.

Si es superior a un segundo, necesariamente encontrará al corazón en el periodo


vulnerable de su ciclo, provocando un paro cardiaco.
La corriente es capaz de producir contracciones musculares que si persisten
pueden incluso producir fracturas.

SUPERFICIE EN QUE SE APOYA EL CUERPO EN EL MOMENTO


DEL CONTACTO.

Es sabido que está sobre una superficie llena de agua o húmeda es más
vulnerable o susceptible a las lesiones por electricidad.

EFECTOS DEL PASO DE LA CORRIENTE A TRAVÉS DEL


CUERPO HUMANO.

Los efectos son diferentes para cada tipo de corriente: alterna (a frecuencia de
red, alta frecuencia, pulsante) o continua.

Se utilizan las siguientes definiciones:

Choque eléctrico: Efecto fisiológico debido al paso de la corriente eléctrica por el


cuerpo humano o de un animal.

Electrocución: Acción y efecto de matar por medio de una corriente eléctrica.

Los especialistas en electricidad dividen los contactos eléctricos en dos grupos

Directos: Que implican el contacto con componentes activos.

Indirectos: En los que los contactos tienen derivación a tierra.

Efectos sobre el cuerpo humano de la corriente alterna entre 15 y 100 Hz.


Para clasificar los efectos de la corriente sobre el cuerpo humano se establecen
los siguientes umbrales:

Umbral de percepción. Valor mínimo de la corriente que provoca una sensación


en la persona por la que pasa. Depende a su vez de la superficie de contacto, de
las condiciones del contacto, de las características fisiológicas de la persona y del
tiempo. Se toma habitualmente un valor de 0,5 mA, cualquiera que sea el tiempo.

Umbral de no soltar. Valor máximo de la corriente para la que una persona que
tiene electrodos puede soltarlos. Depende de los factores citados anteriormente.
Se toma un valor de 10 mA.

Umbral de fibrilación ventricular. Valor mínimo de la corriente que provoca la


fibrilación ventricular. Depende de parámetros eléctricos y fisiológicos. Decrece si
la duración se prolonga más allá de un ciclo cardiaco. Se ha establecido una
curva por debajo de la cual la fibrilación no es susceptible de producirse. Para 10
ms 500 mA, para 100 ms 400 mA, para 1 s 50 mA y para duraciones superiores a
3 s 40 mA.

Factor de corriente del corazón. Relación de la intensidad de corriente que siga


el trayecto de la mano izquierda a los pies con la intensidad de corriente para un
trayecto dado, que corresponda al mismo peligro de fibrilación ventricular.

Periodo vulnerable. Parte del ciclo cardiaco durante el cual las fibras del corazón
están en un estado no homogéneo de excitabilidad y la fibrilación ventricular se
produce si son excitadas por una corriente eléctrica de intensidad suficiente.
Zonas Efectos fisiológicos
Zona 1 Habitualmente ninguna reacción
Habitualmente ningún efecto fisiológico
Zona 2
peligroso
Habitualmente ningún daño orgánico.
Probabilidad de contracciones
musculares y dificultades de
respiración, perturbaciones reversibles
Zona 3
en la formación y la propagación de
impulsos en el corazón incluida la
fibrilación ventricular, aumentando con
la intensidad de la corriente y el tiempo.
Además de los efectos de la zona 3,
probabilidad de la fibrilación ventricular
aumentando hasta alrededor del 5%
(Curva C2), hasta alrededor del 50%
(Curva C3) y más del 50% más allá de
Zona 4
la curva C3. Al aumentar la intensidad y
el tiempo se pueden producir efectos
patofisiológicos, tales como parada del
corazón, parada de la respiración y
quemaduras graves.

EFECTOS FÍSICOS INMEDIATOS

La asfixia se produce cuando la corriente eléctrica atraviesa el tórax. La caja


torácica queda contraída, por una tetanización del diafragma torácico. De este
modo los pulmones son incapaces de aceptar o expulsar aire. Este efecto se
produce a partir de 25-30 mA.

El paro cardíaco se produce cuando la corriente pasa por el corazón. Los


músculos se contraen como respuesta a estímulos eléctricos del sistema
nervioso. Así los músculos del corazón se contraen anormalmente al paso de una
corriente eléctrica intensa, produciéndose como consecuencia una parada de este
órgano y, naturalmente, de la corriente sanguínea por el organismo.

Tetanización: O contracción muscular. Consiste en la anulación de la capacidad


de reacción muscular que impide la separación voluntaria del punto de contacto
(los músculos de las manos y los brazos se contraen sin poder relajarse).
Normalmente este efecto se produce cuando se superan los 10 mA.
Quemaduras que pueden ser internas o externas por el paso de la intensidad de
corriente a través del cuerpo por Efecto Joule o por la proximidad al arco eléctrico.
Se producen zonas de tejidos muertos denominadas también de necrosis , y las
quemaduras pueden llegar a alcanzar órganos vecinos profundos, músculos,
nervios e inclusos a los huesos. La considerable energía disipada por efecto
Joule, puede provocar la coagulación irreversible de las células de los músculos
estriados e incluso la carbonización de las mismas.

Fibrilación ventricular. Se produce cuando la corriente pasa por el corazón y su


efecto en el organismo se traduce en un paro circulatorio por rotura del ritmo
cardíaco. El corazón comienza a funcionar de un modo extraño, ajeno a su
coordinación normal. Ello es particularmente grave en los tejidos del cerebro
donde es imprescindible una oxigenación continua de los mismos por la sangre.
Si el cerebro se queda sin oxígeno es incapaz de funcionar correctamente y , por
tanto, los órganos vitales cuyo funcionamiento dependen de las señales que éste
envía sufren también lesiones. Algunas de estas lesiones pueden llegar a ser
irreversibles. En ocasiones puede aplicarse una reanimación cardiaca y, en el
mejor de los casos, pueden no sufrirse secuelas graves. Se presenta con
intensidades del orden de 100 mA. y es reversible si el tiempo es contacto es
inferior a 0.1 segundo.

La fibrilación se produce cuando el choque eléctrico tiene una duración superior a


0.15 segundos, el 20% de la duración total del ciclo cardíaco medio del hombre,
que es de 0.75 segundos.

Pueden darse también otros efectos físicos graves producidos por la destrucción
de partes del SNC (Sistema nervioso central).

EFECTOS FÍSICOS NO INMEDIATOS

Se manifiestan pasado un cierto tiempo después del accidente. Aquí vamos a


enumerar algunos de los más habituales:

Trastornos nerviosos:
Es habitual que la víctima de un choque eléctrico sufra trastornos nerviosos
relacionados con pequeñas hemorragias fruto de la desintegración de la sustancia
nerviosa ya sea central o medular.
En la mayor parte de las ocasiones el choque eléctrico simplemente pone de
manifiesto un estado patológico anterior.

Por otra parte, es muy frecuente también la aparición de neurosis de tipo funcional
más o menos graves, pudiendo ser éstas transitorias o permanentes.

Trastornos cardiovasculares:
Una descarga eléctrica puede de provocar pérdida del ritmo cardíaco y de la
conducción aurículo-ventricular e intraventricular, manifestaciones de
insuficiencias coronarias agudas que pueden desembocar en el infarto de
miocardio, además de otros trastornos únicamente subjetivos como taquicardias,
vertigo, cefaleas rebeldes, etc.

Manifestaciones renales:
Los riñones corren el riesgo de quedar bloqueados como consecuencia de las
quemaduras debido a que se ven obligados a eliminar la gran cantidad de
mioglobina y hemoglobina que les invade después de abandonar los músculos
afectados, así como las sustancias tóxicas que resultan de la descomposición de
los tejidos destruidos por las quemaduras. Esto último puede combatirse mediante
tratamientos adecuados.

Trastornos sensoriales, oculares y auditivos:


Los trastornos oculares observados a continuación de la descarga eléctrica son
debidos a los efectos luminosos y caloríficos del arco eléctrico producido.
Mayormente se traducen en manifestaciones inflamatorias del fondo y segmento
anterior del ojo.
Los trastornos auditivos comprobados van desde pequeñas pérdidas auditivas
hasta la sordera total y se deben generalmente a un traumatismo craneal, a una
quemadura grave de alguna parte del cráneo o a trastornos nerviosos.
DESCARGAS ELÉCTRICAS ATMOSFÉRICAS

¿CÓMO OPERA UNA DESCARGA ELÉCTRICA ATMOSFÉRICA (RAYO)?

Origen de las descargas atmosféricas

El rayo es la unión violenta de las cargas positivas y negativas, constituyendo una


descarga eléctrica a través de gases de baja conductividad, las descargas pueden
ocurrir de nube a nube o de nube a tierra. Éstas últimas son a las que nos
referiremos por ser las que provocan daños en tierra.

Usualmente las nubes están cargadas negativamente en su base y positivamente


en su parte superior. Por inducción electrostática la tierra resultará positivamente
cargada. Se establece así una diferencia de potencial enorme, produciéndose el
rayo cuando se rompe la rigidez dieléctrica del aire.

Simultáneamente con el rayo se produce la luz (relámpago) y sonido (trueno).


Aproximadamente la mitad de los rayos constituyen descargas simples y la otra
mitad corresponden a rayos compuestos por descargas múltiples de rápida
sucesión. Así como en la nube se forman centros de carga, algo similar ocurre en
la tierra, pues hay suelos más conductores que otros, teniendo en cuenta que las
cargas en la tierra se mueven según la inducción que impone la nube.

Dado que la nube puede cubrir grandes extensiones terrestres, su influencia


electrostática será importante. Puede haber de este modo muchos centros de
carga. El inicio de la descarga en principio es invisible, en el cual varios hilos
piloto se acercan a la tierra, a modo de ramificaciones.

Cuando el camino cruzado por los pilotos queda ionizado, se inicia la descarga de
retorno principal, originando las descargas visibles. En su trayectoria las
descargas atmosféricas transportan corrientes eléctricas que pueden llegar como
término medio a 30.000 Amperios a valores máximos superiores a los 300.000
Amperios durante millonésimas de segundo con potenciales que se han llegado a
estimar en valores que sobrepasaban los 15millones de voltios desprendiendo
una energía térmica superior a los 8.000 grados. Los efectos directos de un rayo
son la destrucción física causada por el impacto de los que pueden resultar
incendios.

Cuando un impacto directo golpea una instalación donde hay materiales


combustibles, pueden estar expuestos al rayo, al canal del rayo o al efecto de
calentamiento del rayo, produciéndose importantes incendios.

Cuando cae un rayo en una instalación siempre buscará el camino a tierra de más
baja impedancia y por él circulará hasta tierra. Si el conductor tiene algún equipo
eléctrico conectado y es atravesado por esa corriente, muy probablemente será
destruido. Si bien la caída directa del rayo es la más devastadora, también es la
más improbable.
Objetivos de un sistema de protección contra descargas atmosféricas

Los efectos de un rayo pueden ser ocasionados por un impacto directo o por
causas indirectas.

También pueden alcanzar las instalaciones interiores de fábricas, hogares,


comercios industrias, etc., a través de las líneas de conexión del suministro de
energía eléctrica, por las líneas de conexión de teléfonos, módems, televisión por
cable, y también a través de la estructura metálica de los edificios, por contacto
directo o por inducción, por las raíces de los árboles.

Por lo cual es necesario que los equipos estén protegidos frente a todas estas
posibilidades. Mientras que un impacto directo puede tener consecuencias
catastróficas para las personas, edificaciones, y animales; los daños por causas
indirectas suelen ser más numerosos, acompañados de cuantiosas pérdidas
económicas.

Se entiende como causas indirectas como la caída de rayos en las inmediaciones


o sobre los tendidos aéreos o las inducciones electromagnéticas en estos
conductores. No existe método alguno para evitar la formación de descargas
atmosféricas.

El propósito entonces es tratar de protegerse contra las descargas atmosféricas,


controlando el paso de la corriente de las descargas eléctricas, y así prevenir
lesiones a las personas y daños a la propiedad.

La primera medida a tomar es interceptar la trayectoria del rayo y conducirlo a lo


largo de un conductor de baja resistencia, con el fin de que no se recaliente y que
no produzca elevados niveles de voltajes durante la descarga. Con tal fin, la
instalación para protección contra rayos se debe iniciar con la colocación de un
terminal aéreo de captación, de una adecuada bajante a tierra y un sistema de
electrodos de puesta a tierra.

Entonces, el objetivo fundamental del sistema de protección contra descargas


atmosféricas es el de brindar resguardo a una estructura contra daños físicos y
lesiones a los seres vivos debido a los voltajes de toque y a los voltajes de paso.

Captación del Rayo


Los siguientes son los sistemas utilizados en la actualidad para la protección
externa contra el rayo:

Varillas con puntas captoras: Su misión es provocar la excitación atmosférica


por encima de cualquier otro punto de la estructura a proteger, para aumentar la
probabilidad que la descarga incida en su zona de influencia, y derivar a tierra la
corriente del rayo.
Conductores tendidos captores: Protección formada por uno o múltiples
conductores aéreos situados sobre la estructura a proteger. Los conductores se
deberán unir a tierra mediante aterrizadores en cada uno de sus extremos. El
área protegida vendrá dada por el área formada por el conjunto de conductores
aéreos.

Mallas de conductores captora: El sistema consiste en la recepción del rayo a


través de un conjunto de puntas captadoras unidas entre sí por cable conductor,
formando una malla, y derivarla a tierra mediante una red de conductores.

Es necesario hacer hincapié en la necesidad de que se obtenga la protección


deseada al menor costo posible. La descarga siempre finalizará en la tierra por
cuya razón una determinada estructura siempre interceptará los “conductores
bajantes” que ingresen al volumen de captación. Un estudio efectuado de manera
rigurosa determinará el número de terminales aéreos que deben ser empleados,
su colocación física y el grado de protección logrado. La decisión de dotar a una
estructura de un adecuado Sistema de Protección Contra el Rayo depende de
factores como la probabilidad de caídas de rayo en la zona, su gravedad y
consecuencias para personas, maquinaria u operatividad en empresas. Para
realizar una correcta protección debemos dotar nuestra estructura de dos
sistemas de protección: protección externa contra impactos directos de rayo
(pararrayos, tendido o mallas de conductores captores), y protección interna
contra sobretensiones provocadas por la caída del rayo en cualquier tendido de
cable (limitadores de tensión).

Tanto el sistema de protección externo como interno estarán apoyados por un


buen sistema de toma de tierra, para la evacuación de las corrientes del rayo, así
como una adecuada equipotencialidad entre todos los sistemas de tierra, tanto de
los sistemas de protección como de los circuitos eléctricos y telefónicos del
espacio a proteger.

Para la protección de estructuras y personas se hace necesaria la utilización de


un Sistema de Protección Contra el Rayo, el cual debe atraer el rayo y canalizar
las corrientes hacia tierra.

Conducción del Rayo


La conducción de la elevada magnitud de la potencia asociada a la descarga
requiere sumo cuidado en la preparación de los componentes del sistema de
descarga, su diseño y su disposición. Los conductores convencionales son de
alambres o cables de cobre, desprovistos de aislamiento. Para evitar la
producción de arqueos laterales generalmente es deseable tener conductores
bajantes múltiples. Los conductores bajantes deben ser colocados de manera que
pasen alejados de equipos electrónicos sensitivos.
Puesta a tierra
El objetivo de todo sistema de puesta a tierra es el de proveer una vía de baja
impedancia para que las corrientes de falla o las que son producidas por
fenómenos transitorios, como los rayos, sean descargadas a tierra. Una puesta a
tierra efectiva significa que está conectada a tierra a través de una conexión, o
conexiones de suficiente baja impedancia y capacidad de conducción de
corriente, para impedir los aumentos de voltaje que podrían resultar en peligros o
riesgos indebidos y excesivos a personas o al equipo conectado

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