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Hablemos de liderazgo y la excelencia empresarial

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Hablemos de liderazgo y la excelencia

empresarial
El autor genera un conjunto de ideas orientadas a develar la relación que existe
entre el LIDERAZGO y la EXCELENCIA EMPRESARIAL, elementos de la moderna
gerencia que rompen con el paradigma del perfeccionismo y del Gerente como
elemente indispensable de decisión.

Durante la disertación se hace un breve, sencillo pero concreto análisis sobre la


importancia que tiene para un gerente el entender la necesidad de orientar un
cambio en la forma de dirigir sus supervisados, orientando este cambio hacia el
Liderazgo centrado en la excelencia, comprendiendo la necesidad de ser un
generador de estímulos y no un emisor de instrucciones, diferenciando entre
trabajo en grupo y trabajo en equipo, pero lo más importante, que él no es el
equipo, el es un miembro más con virtudes y defectos, bondades y fortalezas que
puestas al servicio del equipo redundaran en productos de alta eficiencia, botando
por la borda la búsqueda de la perfección, y el concepto paradigmático de que el
jefe siempre tiene la razón.

Hablar de EXCELENCIA en ocasiones resulta llover sobre mojado por cuanto al


buscar el término en diccionarios, obras literarias o páginas web, encontraremos
diversas definiciones que van desde una forma de trato o reconocimiento de la
nobleza hasta un atributo de acción, sin embargo, en esta ocasión abordaremos el
concepto desde un visión gerencial, que abre las puertas a estilos de Gerencia y
Liderazgos Exitosos conjugando los términos LIDERAZGO y EXCELENCIA
EMPRESARIAL.

Al observar los cambios en el actual mundo de los negocios globalizados, un factor


común son los canales de mercadeo y penetración de espacios empresariales,
mismo que son cada vez más accesibles, la inter e intranet cada día se convierte
en la puerta de embarque a un vuelo sin retorno, donde la vieja competencia por
ser el mejor se ha convertido en ser el primero. Es en este mundo donde Liderazgo
y Excelencia se conjugan para desarrollar estrategias competitivas capaces de
generar reconocimiento empresarial, y es que ya no es suficiente la calidad de los
productos, ni siquiera los buenos precios, los clientes se han convertido en el eje
motor de de las empresas, propiciando cambios bruscos en las economías de
negocio y en la forma de abordarlas. Ya no es suficiente con satisfacer los
requerimientos de los clientes, hoy es necesario escudriñar, revisar y buscar a
profundidad cuales son las necesidades de nuestros clientes meta y estar en una
constante tarea de satisfacerlas, de no ser así alguien en este mundo global lo
hará.

Esta condición genera un nuevo modelo de negocio que obliga a las empresas a
desarrollar dentro de sus estructuras una escuela de talentos que cada día
conozcan más sus productos, sus necesidades y las de sus clientes, y más
profundo aun, desarrollar una cultura empresarial, es decir, transformar la forma
interna que tienen los miembros de una empresa de generar una actuación ante
eventos del entorno interno o externo, desencadenando actitudes que identifican
su forma de ser y se manifiesta en las diversas actuaciones ante los problemas y
oportunidades generando adaptación a los cambios solicitados por el entorno,
hasta interiorizarlos y convertirlos en creencia, principio empresarial y talento
colectivo, y condensarlo en los planes de formación de su personal, de allí, que
como dijera, las empresas de hoy deben convertirse en fábricas de talento,
desarrollando la Excelencia empresarial como modus viviente.

¿Qué papel juega la Excelencia Empresarial en la cultura? Desde mi punto de vista


muy particular, cada día son más los profesionales que enfocan su estilo de trabajo
a la búsqueda de la perfección, que sin entrar a establecer valoraciones positivas o
negativas, los convierte en maquinas generadoras de productos de altos costos y
largos tiempos. Este término es quien dio paso a mi estudio, porque perfeccionista
si se puede trabajar centrado en la Excelencia.

Según Maria Eugenia Hassan (Hassan, 2006), “la Excelencia no tiene límites de
velocidad y para eso se requiere libertad, decisión, voluntad e inteligencia. La
libertad se considera como el centro de la vida humana y al utilizarla
adecuadamente equivale a perfeccionar tu calidad de vida”, este concepto se
convierte en nuestro punto de partida, el eje motriz para concretar la Excelencia
Empresarial como un elemento fundamental de la Cultura empresarial.

Los líderes de hoy son exitosos cuando entienden que el trabajo en equipo es pilar
fundamental del éxito, dado que satisfacer a los exigentes clientes actuales, es el
resultado de las mezclas de las mejores competencias de cada uno de los
miembros del equipo, y ese conjugar de experiencias y experticias hacen el talento
empresarial centrado en la gente pero con fuerte enfoque en el cliente, Lideres
centrados en la Excelencia, quienes alinean sus esfuerzos en equipos altamente
eficientes, pues comparten valores, principios y clientes.

Concretar todo el cumulo de teorías mostradas, es fácil, pero la pregunta lógica y


natural es ¿Cómo logramos ser Lideres centrados en Excelencia?, y es allí donde
los CEO juegan un papel importante, dado a que ellos son el modelo a seguir, es
decir ellos deben ser los primeros en mostrar que son Líderes con Excelencia,
dispuestos, capaces, orientados al logro y centrados en el trabajo en equipo. Ellos
son los primeros llamados a entender que no son la razón de ser del equipo, son
parte del equipo, un miembro más con virtudes y defectos, con experiencias y
experticias, pero con un amplio conocimiento del negocio que está dispuesto a
compartir y mostrar, con el fin único de satisfacer las necesidades de los clientes
internos, quienes se conjugaran en uno solo, EL EQUIPO, para satisfacer las
necesidades de los clientes externos.

Entonces, Gerente o Líder ¿cual es mi posición? En ocasiones he escuchado esta


pregunta, que se genera en algunos gerentes, más aun cuando observamos que
las organizaciones cada día usan más el termino LÍDER como sinónimo de
GERENTE, SUPERVISOR, entre otros términos, pero he aquí que se hace importante
entender que ser LÍDER es más que un cargo, UNA ACTITUD, y para ello es
importante comprender la visión del líder plasmada por James Hunter en su obra
La Paradoja (Hunter, 2001) quien establece que Líder es aquel capaz de influir en
sus seguidores para orientarlos a alcanzar una meta común.

Es esta condición natural la que genera la diferencia, Ser Líder es buscar la


excelencia empresarial a través del adecuado liderazgo de nuestro equipo, es
entender que ser gerente no es ser la punta de beneficio del equipo, la razón de
ser del equipo, el principio y el fin de los requerimientos. Ser gerente debe
convertirse en ser un miembro más del equipo, con la responsabilidad de dar la
cara por ese equipo. Cuando un Gerente se visualiza como Líder, entiende que la
excelencia no es el fin del camino, realmente es el inicio, y abogando a lo
planteado por María Hassan (Hassan, 2006) sobre excelencia personal, al
referirnos a un Líder centrado en la Excelencia, nos referimos a aquel que sabe
comunicar paz a su equipo y su entorno directo, que aprovecha las situaciones
adversas y las convierte en oportunidades para transformarlas en acciones
positivas, pero además, es capaz de diferenciar entre necesidad y requerimientos
de su equipo, para no hacer por ellos lo que estos pueden hacer por sí mismos.

Un Líder centrado en excelencia sabe proteger sin asfixiar, sabe guiar sin imponer,
sabe estimular a los que están a su cargo para orientar la búsqueda de la mejora
continua y con ellos su desarrollo, este líder hará de la Excelencia la herramienta
que motorice las acciones del equipo, independientemente de si se es Gerente o
responsable de un equipo, de allí el principio muy repetido de que “Líder se nace,
Gerente se hace”. El secreto es ser Lideres Gerenciales centrados en excelencia y
orientado al logos de objetivos del equipo.

Es por ello, que la búsqueda de un Gerente entonces no debe estar centrada en la


razón de ser de su cargo, lo contrario, independientemente de su cargo, su
búsqueda debe estar centrada en activar la excelencia empresarial a través de
valores y principios claros, cónsonos con la empresa, generando estimuladores que
motoricen acción, compromiso y sentido de pertenencia. Un Gerente sin claridad
de rumbo se centra en acción, mientras que la visión de Liderazgo lo centra en la
pasión de amar su función, su equipo, y sentir sus objetivos como objetivos
comunes que deben estar por encima de sus metas particulares.

¿Cómo se conjugan entonces, Liderazgo y Excelencia empresarial? Desde el


momento en el que un Gerente entiende que el es un guía, un catalizador
empresarial, desde ese momento es fundamental que sus acciones se enfoquen en
valores y principios, que la cultura empresarial y él, sean uno mismo, que la
excelencia empresarial sea el norte que lo oriente, es así como su función
gerencial será ejemplarizante, y deje ser el jefe y se convierta en el líder de un
equipo de alto desempeño, equipo que lo respetara por sus aportes, que entenderá
el grado de autoridad del que dispone, equipo que estará centrado en un objetivo
común, guiado por un Líder generador de estímulos y no de incentivos, coparticipe
de los logros y no el comunicador de los mismo, el miembro vocero, pero miembro
al fin, seguro de apartar las individualidades y sustituirlas por trabajo en equipo.

Solo los equipos son capaces de conjugarse para, aprovechando las fortalezas de
cada miembro, lograr el éxito esperado con altos valores de Excelencia, estas
condiciones hacen del perfeccionismo un Mito, historia y pasado, y definitivamente
esto crea sinergia en los equipos, donde cada uno de los miembros se abocara a
compartir experiencias y experticias, a enseñar y participar en la formación de los
miembros multifuncionales de los que tanto se habla en la Gerencia Moderna.

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